Justina

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Apoyo PIE Consuelo González JUSTINA Autor: Jorge Díaz Llamarse Justina es un castigo eterno, pensaba Justina. Claro que existía la posibilidad de que la llamaran Tina, pero eso le gustaba todavía menos. Hubo momentos en los que Justina pensó rebelarse y poner una querella criminal contra sus padres o quemar su certificado de nacimiento. La abuela de la cual heredó el nombre vivía en el campo, en un pueblo de la cordillera de Temuco. A veces se referían a ella como una campesina supersticiosa , lo que para Justina significaba ser una bruja. Llamarse Justina y tener una abuela bruja del mismo nombre eran demasiadas tragedias para una niña. Lo importante era que sus amigas jamás se enteraran de la existencia de la abuela campesina. Llegó el verano y con él las vacaciones, la playa, los paseos. Pero ese verano todo iba a resultar diferente. La mamá anunció durante el almuerzo: —Este año iremos a veranear al campo. —¿A qué hotel vamos a ir? —A ningún hotel. Alojaremos en la casa de la abuela Justina. La noticia horrorizó a Justina. No podía imaginar nada más atroz que pasar el verano con la abuela. Después de Año Nuevo, cargaron el auto y emprendieron el viaje. Los últimos 30 kilómetros del camino eran de tierra. Llegaron cansados, traqueteados y empolvados. La abuela Justina vivía en una vieja casa de adobe, rústica y fresca, con un amplio corredor lleno de enredaderas y un huerto colmado de flores, arbustos y árboles frutales. La abuela estaba sentada en un sillón de mimbre. A su alrededor había seis gatos perezosos y un perro de lanas dormido. A Justina no le gustó nada lo que veía a su alrededor. Lo que más la desconcertó fue su abuela. Esperaba encontrar a una campesina supersticiosa y siniestra , pero no a una anciana menuda, frágil y extremadamente dulce. En los días siguientes, Justina fue descubriendo otras cosas de su abuela, además de la dulzura. Cocinaba como los ángeles, por ejemplo. Siempre tenía postres caseros deliciosos, y para la hora del té horneaba panecillos de huevo y hojaldres con azúcar flor. Después de la siesta, la abuela Justina y su nieta salieron de la casa. La anciana caminaba despacio, con pasitos cortos, pero firmes. Entraron en el bosque por un sendero casi cubierto de helechos. Anduvieron mucho. —¿Estás cansada? —No, abuela. Así llegaron a un claro del bosque, una especie de pared rocosa muy alta, de la que caía una cascada impresionante. —En verano, cuando yo era niña como tú, me escapaba y me bañaba debajo de la cascada. Así fue como descubrí un túnel detrás de ella. Atraviesa la pared rocosa y sale al valle. ¿Quieres que lo crucemos? —¿Nos vamos a mojar? —¿Y eso te importa mucho? —No, nada. — Vamos, entonces. La abuela y su nieta pasaron por debajo de la cascada. Detrás de ella se abría el túnel y al final, la débil luz que señalaba la salida al valle. Cuando llegaron allí, se sentaron en una roca. Justina estaba deslumbrada por la belleza secreta del lugar.

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Apoyo PIEConsuelo GonzlezJUSTINAAutor: Jorge DazLlamarse Justina es un castigo eterno, pensaba Justina. Claro que exista la posibilidad de que la llamaran Tina, pero eso le gustaba todava menos. Hubo momentos en los que Justina pens rebelarse y poner una querella criminal contra sus padres o quemar su certificado de nacimiento. La abuela de la cual hered el nombre viva en el campo, en un pueblo de la cordillera de Temuco. A veces se referan a ella como una campesina supersticiosa, lo que para Justina significaba ser una bruja. Llamarse Justina y tener una abuela bruja del mismo nombre eran demasiadas tragedias para una nia. Lo importante era que sus amigas jams se enteraran de la existencia de la abuela campesina. Lleg el verano y con l las vacaciones, la playa, los paseos. Pero ese verano todo iba a resultar diferente. La mam anunci durante el almuerzo: Este ao iremos a veranear al campo. A qu hotel vamos a ir? A ningn hotel. Alojaremos en la casa de la abuela Justina. La noticia horroriz a Justina. No poda imaginar nada ms atroz que pasar el verano con la abuela. Despus de Ao Nuevo, cargaron el auto y emprendieron el viaje. Los ltimos 30 kilmetros del camino eran de tierra. Llegaron cansados, traqueteados y empolvados. La abuela Justina viva en una vieja casa de adobe, rstica y fresca, con un amplio corredor lleno de enredaderas y un huerto colmado de flores, arbustos y rboles frutales. La abuela estaba sentada en un silln de mimbre. A su alrededor haba seis gatos perezosos y un perro de lanas dormido.A Justina no le gust nada lo que vea a su alrededor. Lo que ms la desconcert fue su abuela. Esperaba encontrar a una campesina supersticiosa y siniestra, pero no a una anciana menuda, frgil y extremadamente dulce. En los das siguientes, Justina fue descubriendo otras cosas de su abuela, adems de la dulzura. Cocinaba como los ngeles, por ejemplo. Siempre tena postres caseros deliciosos, y para la hora del t horneaba panecillos de huevo y hojaldres con azcar flor. Despus de la siesta, la abuela Justina y su nieta salieron de la casa. La anciana caminaba despacio, con pasitos cortos, pero firmes. Entraron en el bosque por un sendero casi cubierto de helechos. Anduvieron mucho. Ests cansada? No, abuela. As llegaron a un claro del bosque, una especie de pared rocosa muy alta, de la que caa una cascada impresionante. En verano, cuando yo era nia como t, me escapaba y me baaba debajo de la cascada. As fue como descubr un tnel detrs de ella. Atraviesa la pared rocosa y sale al valle. Quieres que lo crucemos? Nos vamos a mojar? Y eso te importa mucho? No, nada. Vamos, entonces. La abuela y su nieta pasaron por debajo de la cascada. Detrs de ella se abra el tnel y al final, la dbil luz que sealaba la salida al valle. Cuando llegaron all, se sentaron en una roca. Justina estaba deslumbrada por la belleza secreta del lugar.Vamos, ya nos hemos secado dijo la abuela. Para volver daremos un rodeo. Es un sendero de cabras salvajes. El rodeo era por un sitio escarpado. Llegaron a la casa al anochecer. Dnde se haban metido? Las anduve buscando toda la tarde. Tu pap se cay y tiene la pierna muy mal; est muy hinchada y amoratada. Le resulta imposible caminar. Le preparar un emplasto de hierbas. Mientras tanto que se quede quieto dijo la abuela y tom de la mano a su nieta y la llev al fondo del huerto. Las plantas nos quieren, las plantas curan. Recoge esas dos hojas de nalca. Vamos a cortar hojas de chilca, cardo negro, cabello de ngel, granadilla, ortiga. Luego haremos una especie de humita con las hierbas machacadas y la pondremos a cocer. Se orea un poco y cuando an est tibiecita se la pondremos a tu pap en la pierna durante tres das dijo la abuela. En realidad, no fue necesario esperar tanto. Al segundo da, la hinchazn haba desaparecido y el pap caminaba normalmente. Y cmo lo hiciste, abuela? Yo no lo hice, lo hicieron las plantas. Durante el resto del verano Justina aprendi el nombre de cada planta y de cada flor curativa. Al terminar las vacaciones, la nia estaba muy orgullosa de llamarse Justina, como su abuela. Al despedirme de ella dijo Justina a su mam me dio una ramita de canelo. Me dijo que la pusiera en la pared, junto a mi cama, y que al mirarla me acordara de ella. Han pasado los aos y todava la ramita de canelo est sobre la cama de Justina, protegindola y avivando el recuerdo de un maravilloso verano en el que descubri la magia sanadora de las personas buenas.Contesta en tu cuaderno. a) Por qu Justina quera quemar su certificado de nacimiento?b) Qu poca del ao se menciona en el relato? c) Por qu la abuela desconcert tanto a Justina? d) Qu le ocurri al pap de Justina? e) Enumera tres actividades que realiz Justina con su abuela.f) Imagina lo que ve Justina detrs de la cascada. Descrbelo en tu cuaderno usando adjetivos que te permitan mostrar la belleza secreta del lugar.g) Por qu crees que Justina acabo estando orgullosa de llamarse as?h) Para ti qu es ser supersticiosa? Conoces a alguien que lo sea? i) En el texto dice que a Justina la desconcert su abuela, sabes que es desconcertar? Por qu la desconcert? j) Qu imagen tena Justina en su mente de la abuela y con qu se encontr?k) La abuela de Justina dijo: Las plantas nos quieren, las plantas nos curan, conoces alguna plata que cure? l) Finalmente, qu siente Justina al final del verano, luego de conocer a su abuela? m) qu le regal la abuela a Justina al finalizar el verano? Crees que fue un regalo importante? n) Te gustara tener una abuela como la de Justina? Fundamentao) Crees que el verano de Justina con su abuela fue entretenido? Por qu?p) sabes por qu te pusieron como nombre _____________?. Responde. Si no lo sabes averigua con tus padres y comntalo con tus compaeros