Kate II

Me había olvidado de ir a un viaje a Huancayo, casi siempre es igual. Siempre olvido que el último de la fila se despide escuchando jazz a medianoche.

Acaso todos esos momentos están perdidos en algún punto del tiempo-espacio y que en alguna realidad cuántica haya estado, con ustedes, construyendo la memoria de esos recuerdos.

Pero no queda más que Las aburridas discusiones de las vecinas o la maldita idea de terminar el día sin poder subir las escaleras de tanto ingerir alcohol y los estupefacientes que en cualquier momento pueden matar el recuerdo que aún no he formado en mi memoria.

Es una tierna blasfemia, pero la verdad es que ya no importa si se escribe mal o bien, eso es lo que menos ha importado siempre. Creo que la gente espera un poco de pose, espera al rudo, al tipo que te va hablar de sexo y cosas tan banales como eso,olvidándose de la técnica que se adquiere desgastando libro.

Desde luego que hemos dejado de hablar un poco, de confundirnos en palabras que ahora se han escapado de las manos.

¿Algún día encontraremos la verdad para todo esto? No lo creo.

Sólo quería decirte que la pequeña esperanza que has olvidado en el último renglón de mi vida se ha convertido en lo único que me mantiene vivo.

Pero esto ya perdió su cauce. Al parecer el aguacero que ha ido cayendo y ha desbordado todos mis recuerdos.

Y pensar que cuando comencé a escribir estas líneas estaba pensando en los amigos que han acompañado parte de mi educación universitaria y que por algún extraño conjuro tu recuerdo se ha hecho mucho más visible a la luz de la Luna

que se ha apagado con un mediocre interruptor.