Katz, C. - El giro de la economía argentina [2007]

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    El giro de la economa argentina

    Claudio Katz

    La Haine

    Primera parte

    EL CURSO NEO-DESARROLLISTA

    RESUMEN: La coyuntura internacional favorable, el abaratamiento de activos y el viraje dela poltica econmica inducen la gestacin de un modelo neo-desarrollista. El esquemaactual recoge la centralidad agraria del rgimen agro-exportador, la prioridad industrial dela sustitucin de importaciones y la regresividad social del curso neoliberal.

    El gobierno transfiere subsidios a los empresarios porque privilegia la revitalizacinde la industria. Con el canje de la deuda y el pago anticipado al FMI ha buscado reducir elveto de los acreedores a estas subvenciones y a su corolario cambiario. Tambin se

    regulan los servicios privatizados para reducir los costos industriales e incrementar elresguardo fiscal frente a futuras crisis. Al propiciar el agro-capitalismo concentrado seeleva una renta que los ruralistas no quieren compartir.

    El aumento de los beneficios y la productividad no se difunden a los salarios. Elesquema actual convalida la informalidad, estimula altas tasas de explotacin y traslada alos precarizados la pobreza que inicialmente golpe a los desocupados. Tambin afianzala desigualdad y posterga a los jubilados. A pesar del incremento de la recaudacin no semodifica el sistema tributario regresivo.

    Segunda parte

    LAS CONTRADICCIONES DEL ESQUEMA ACTUAL

    RESUMEN: El modelo neo-desarrollista enfrenta mltiples contradicciones. Losfuncionarios intentan controlar la inflacin para mantener el techo salarial, pero el margende esta intervencin es muy limitado. La caresta es motorizada por la primacaexportadora, el peso de los oligopolios y la baja la inversin. Frente a la amenaza de unfreno energtico se otorgan concesiones impositivas a las empresas.

    El esquema actual comienza a enfrentar las duras reglas de la normalidadcapitalista, con un nivel de endeudamiento que afecta la competitividad. La recomposicinbancaria reaviva la concentracin financiera y las exportaciones primarizadas aumentanjunto a importaciones de mayor valor agregado.

    Tercera parte

    COMO EVALUAR EL MODELO

    RESUMEN: Para evaluar correctamente el modelo hay que registrar como ladesnacionalizacin quita sostn local, a un proyecto que mantiene la vulnerabilidadlatinoamericana. Este anlisis exige, adems, adoptar una postura crtica frente alcapitalismo. Los funcionarios de este rgimen social comparten los defectos de la clasedominante y la eficiencia de su gestin no resuelve los desequilibrios del sistema.

    La heterodoxia conformista no capta estos desequilibrios y la ortodoxia distorsionasus causas y consecuencias. El programa econmico de la izquierda incluye unaperspectiva anticapitalista y no se reduce al distribucionismo.

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    El giro de la economa argentina (Primera parte)

    EL CURSO NEO-DESARROLLISTA1

    Claudio Katz2

    Al cabo de cuatro aos de intenso crecimiento comienza a perfilarse un nuevomodelo de sesgo neo-desarrollista. Este patrn de acumulacin combina el nfasisindustrialista que tuvo la sustitucin de importaciones (1930-75), con la estrechaasociacin con el capital extranjero que present el breve experimento desarrollista (1958-62). Pero el esquema en gestacin presenta, adems, puntos de contacto con el rgimenagro-exportador (1930-75) en la centralidad de la actividad agraria y un parentesco con elcurso neoliberal financiero (1975-2001) en la regresividad social.

    El trmino modelo tiene una acepcin de largo plazo si se lo utiliza para aludir aesos antecedentes. En cambio tiene un significado ms acotado si se alude a ensayoscambiarios, aduaneros o fiscales (tablita de Martnez de Hoz, convertibilidad y apertura deCavallo). En el primer sentido, es decir como un curso estructural de varias dcadas, lanueva configuracin constituye solo una tendencia.

    El neo-desarrollismo es un proyecto actualmente compartido por todas las clasesdominantes. Pero su comando recae sobre las grandes empresas argentinas que haninternacionalizado su actividad. Estas compaas se han entrelazado con capitalesforneos, adoptaron un perfil exportador y tienen muchos negocios en el exterior. Nopriorizan el mercado interno, la acumulacin endgena, ni la redistribucin de ingresos.Propician un rumbo industrialista que es aceptado por los sectores ms poderosos delagro-negocio y tambin alentado por las empresas extranjeras, que afianzaron suliderazgo en numerosas rubros.

    Kirchner estimula esta orientacin en un marco de ntida recuperacin econmica.El PBI ya supera el nivel de actividad que precedi a la crisis y el auge continuara duranteel 2007. Este avance tiene varios motores, pero ha sido especialmente estimulado por elviento de cola aportado por el encarecimiento de los productos bsicos que exporta elpas. El repunte productivo obedece, adems, a la magnitud de la depresin previa, quedesvaloriz masivamente el capital y la fuerza de trabajo, creando condiciones ptimaspara un rebote de la produccin.

    El curso de la economa argentina sintoniza con el sendero adoptado por muchosgobiernos latinoamericanos. En toda la regin, la apertura comercial, la privatizacin de losservicios pblicos y la desregulacin financiera de la dcada pasada afectaronseveramente la competitividad de los capitalistas. Este impacto induce a un generalizadoviraje. Pero cules son las caractersticas del nuevo esquema? Qu intereses beneficiay cules penaliza?

    NEO-DESARROLLISMO INDUSTRIAL

    El esquema en curso comparte con la sustitucin de importaciones un origensemejante, ya que ambos brotaron de una crisis de envergadura histrica (1930 y 2001).En los dos casos la clase dominante comand un giro hacia la industrializacin que deriven fases de alto crecimiento3.

    1Una versin reducida de este texto aparecer prximamente en el tercer anuario del EDI

    2Economista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su paginaweb es: katz.lahaine.org

    3 Entre 1949-1975 PBI creci 127% y PBI industrial 232%. Rapaport Mario. Etapas y crisis enla historia econmica argentina (1880-2005). Oikos, n 21, julio 2006, Santiago de Chile.

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    Pero el viraje manufacturero actual ya no cubre las simples carencias industrialesque predominaban en los aos 30. Irrumpe luego de un dramtico proceso de regresinfabril que desarticul la estructura productiva.

    La reversin de esta demolicin ha comenzado con una la recuperacin industrial,luego del mayor dinamismo que tuvieron los servicios durante los 90. Este resurgimiento

    manufacturero es un resultado directo de la devaluacin, el abaratamiento de la fuerza detrabajo y la capacidad ociosa precedente y no conduce a reconstruir el viejo tejidoindustrial centrado en el mercado interno4.

    El efecto ms visible del giro industrialista es la modificacin del ciclo econmico.Si la recuperacin en curso no se detiene, la periodicidad de una crisis cada 6 o 7 aos(1975-76, 1982, 1989-90, 1995, 2001-02) quedara sustituida por otra secuencia de laacumulacin.

    La revitalizacin industrial es auspiciada por el gobierno a travs de subsidios a losindustriales. Para financiar promociones, desgravaciones y rebajas de cargas patronales,el fisco autorizar este ao exenciones por 14.892 millones de pesos, es decir el 10% de larecaudacin. Esta subvencin incrementa en un 12% el auxilio ya concedido en el

    presupuesto anterior.

    El sostn a los industriales es una prioridad para los recursos obtenidos por elEjecutivo por encima del supervit fiscal. Como resultado de a los superpoderes quedeleg el Congreso, varios ministros disponen de 20 fondos fiduciarios para solventar losnegocios empresarios5.

    Algunos partidarios del gobierno argumentan que el engrosamiento del supervitfiscal y la acumulacin de reservas permiten al gobierno confrontar con el establishment.Sealan que la solidez de la caja es indispensable para neutralizar el poder de fuego delos grupos dominantes, que precipitaron la hiperinflacin de los 80 y la corrida bancaria enlos 906.

    Pero si el presidente estuviera enfrentado con los grandes grupos no les giraraauxilios tan millonarios. Estas empresas son los destinatarias del incremento de lainversin pblica, que ya se ubica un 50% por encima del inicio de la crisis en 1998. Escierto que el estado atesora ms fondos que en pasado, pero la finalidad es afrontareventuales tormentas financieras. Este mismo resguardo adoptan todas las economascapitalistas para socorrer al sistema en las grandes crisis. El propsito de esta proteccines salvaguardar al rgimen y no confrontar con sus beneficiarios.

    EL MANEJO DE LA DEUDA

    La finalidad neo-desarrollista ha guiado tambin el canje de la deuda y el pago

    anticipado al FMI. Ambas medidas incrementaron la autonoma de clase dominante frentea acreedores, para permitir a los capitalistas locales manejar la poltica cambiaria sinpresiones externas. Por esta va se redujo, adems, el control que ejercan los financistassobre los subsidios estatales a los empresarios del pas.

    4 Varios estudios destacan este cambio de perfil. Por ejemplo: El nuevo patrn de crecimientoy su impacto sobre el empleo. CENDA, septiembre 2006.

    5 El presupuesto del 2007 fue nuevamente diseado con nmeros ficticios que subvalan elcrecimiento, impiden la discriminacin de partidas y garantizan esta delegacin de facultades.Pgina 12, 30-12-06, 25-10-06.

    6 Barrios Alejandro Todo es igual? Nada es mejor? Revista de Ciencias Sociales. UBA.2006.

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    Esta finalidad patronal es omitida por los autores que presentan ambas iniciativascomo actos de independencia nacional. Evitan aclarar que los beneficiarios de estasmedidas han sido los grandes grupos concentrados y no el grueso de la poblacin. Questas acciones hayan permitido crecer sin financiacin, deuda u ahorro externo no estampoco una peculiaridad argentina, ya que la misma tendencia se verifica en numerosospases. El des-endeudamiento con el FMI es tan generalizado que este organismo se ha

    quedado sin clientes y busca prestar dinero por cualquier medio7.

    Los oficialistas justifican esta operacin con argumentos de ocasin. A vecesrecuerdan el carcter fraudulento de la deuda y en otros momentos consideran que estedesfalco pas a segundo plano con el canje8. En todos los casos siguen la conductaoportunista de la justicia, que ahora investiga el escndalo del megacanje (2001) sinindagar las irregularidades ms recientes. Los magistrados solo destapan las ollas que nosalpican a capitalistas locales. Hay va libre para despotricar contra el FMI, pero estnbloqueadas todas las denuncias a los grupos nacionales que lucraron con la estafa de ladeuda.

    LA REGULACIN DE LAS PRIVATIZACIONESLa estrategia neo-desarrollista oficial alienta la regulacin de los servicios

    privatizados, que es reivindicada por muchos analistas como un gran mrito del gobierno9.Kirchner opt en este campo por un curso igualmente alejado del servilismo menemista yde la re-estatizacin. Ha evitado la reimplantacin de la propiedad pblica porque aspira atransferir una porcin de este negocio a los capitalistas industriales.

    La desprivatizacin del Correo y del espectro radioelctrico fueron excepcionesprolongadas con el desenlace de la crisis de Aguas Argentinas. El gobierno solo transfirila gestin de esta empresa a funcionarios amigos y burcratas sindicales, cundo se cayla concesin y fallaron todas las tratativas para encontrar nuevos socios. Aqu radica unadiferencia importante de Kirchner con Pern10.

    La poltica de servicios pblicos sigue un lineamiento emprico basado enrenegociar los contratos, para abaratar los costos de los industriales sin deteriorar larentabilidad de las compaas privatizadas. Esta orientacin exige discutir caso por caso yrecurrir tanto al socorro como a la penalizacin de los concesionarios.

    Este zigzagueo explica porque el proyecto inicial de establecer un marcoregulatorio nico fue sustituido por negociaciones puntuales, que dejan abiertas todas las

    7 Los defensores de esta operacin afirman, por un lado, que se logr reducir el ahogo de ladeuda con menores tasas y plazos ms prolongados, pero por otra parte destacan la ausencia deotra opcin de refinanciacin. Pero la transaccin fue ventajosa o un mal menor? No puedereunir ambas cualidades. O fue conveniente o fue una concesin obligada a los banqueros. Si se

    defiende el primer argumento hay que silenciar el segundo. Esta contradiccin se evidencia en:Del Pont Mercedes, Vanoli Alejandro. Debate: cancelacin anticipada con el FMI. Pgina 12,31-12-05.

    8Es el caso de: Rudnik Isaac. El final de una etapa. Pgina 12, 15-1-06.

    9 Por ejemplo: Wainfeld Mario. La poltica del paso a paso. Pgina 12,18-6-06.

    10Quines trazan una analoga entre la nacionalizacin de los ferrocarriles y el canje de la deudadesconocen esta divergencia. Ambas operaciones comparten el malgasto del erario pblico(equipos amortizados en el primer caso y pasivos fraudulentos en el segundo). Pero la

    nacionalizacin formaba parte de un proyecto nacionalista y redistributivo, que no est presenteen la gestin actual. Esta diferencia es omitida por: Auzmendi Eduardo. La cancelacin de ladeuda Questin, enero 2006.

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    opciones. Se ha preservado la divisin neoliberal del trabajo -que asegura negocios alsector privado y transfiere prdidas al estado- pero se ajust este principio a la prioridad desubsidiar la acumulacin industrial. Esta poltica incluye muchos favoritismos en elotorgamiento de licencias monoplicas (telfonos), salvatajes de concesiones(Aeropuertos), rescates de balances turbios (Aerolneas) y autorizaciones de mayorestarifas sin contrapartidas de inversin (peajes).

    Pero todas las acciones apuntan a reducir costos empresarios y abaratar gastossalariales. Con este ltimo objetivo se subsidia el transporte ferroviario. Las empresasganan fortunas, pero los fondos son aportados ms por el estado que por los usuarios 11.La meta neo-desarrollista es sostener las ganancias del conjunto de los industriales, sincrear un bache fiscal y limitando la renta extraordinaria que perciban los concesionarios.

    LA DINMICA REGRESIVA

    La poltica social regresiva constituye el punto de mayor continuidad entre el rumboeconmico actual y su precedente neoliberal-financiero. El PBI ya se ubica en un nivel

    superior al comienzo de la crisis (1998), pero ningn indicador social ha recuperado eseplafond. Los defensores del gobierno reconocen esta deuda social, pero elogian elgradualismo de Kirchner. Afirman que primero ha favorecido la recomposicin de lossalarios frente al desmoronamiento padecido durante la depresin12.

    Pero comparan dos situaciones radicalmente opuestas, olvidando que los salariosdel auge y la recesin siempre divergen. Lo que corresponde contrastar son perodossimilares de reactivacin y computar, adems, tanto los avances de la productividad comoel repunte de los beneficios. Si se mira este ltimo parmetro salta a la vista el abismo quesepara el incremento de los salarios con el rcord de rentabilidad que tuvieron lasempresas. En el 2005 el 77% de las compaas que cotizan en Bolsa declararonincrementos muy significativos y los beneficios de las 500 principales empresas del pasduplicaron los obtenidos dos aos antes13.

    Las cifras de la productividad son ms contundentes y se ubican en un tope de losltimos 15 aos. Actualmente se fabrican ms productos con menos trabajadores, porquelos costos han cado entre un 16% y 30% por debajo del 200114. El modelo bloquea latransferencia de estas mejoras a los salarios, que en promedio se ubican un 20% pordebajo del nivel prevaleciente antes del inicio de la crisis.

    La poltica econmica obstaculiza la recuperacin de los sueldos a travs dedistintos techos a esta recomposicin. Mejora a cuentagotas los salarios estatales y pactacon la burocracia de la CGT estrictos lmites en las negociaciones colectivas. El aopasado logr acotar los incrementos en estas tratativas al 19% y encapsul el salariomnimo cerca de canasta bsica (857 pesos). Este piso se ubica a una distanciakilomtrica del monto requerido para solventar la canasta bsica familiar (2205 pesos).

    Para asegurar la continuidad de este compromiso, Kirchner rescat recientemente aMoyano del escndalo mafioso de San Vicente.

    El gobierno trata de impedir que la rentabilidad sea amenazada por las demandasde los trabajadores, en un perodo de reingreso a la normalidad capitalista. El desahogocreado por la devaluacin ha quedado atrs y los empresarios afrontan la clsica puja

    11Las compaas embolsan 43 pesos para afrontar un costo de 18 pesos por kilmetro-tren yobtendrn este ao incrementos del 30-38% de los subsidios oficiales. Pgina 12, 30-12-06.12

    Barrios Todo?.

    13

    Pgina 12, 15-1-06 y 27-1-07.14

    El resultado vara segn se comparen los precios con los salarios de cada sectorindustrial o los incrementos de la productividad fsica. Clarn, 28-6-06 y 12-4-06.

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    competitiva por la reduccin de los costos. Para esta labor cuentan con el respaldo de unapoltica neo-desarrollista.

    INFORMALIDAD, EXPLOTACIN Y DESEMPLEO.

    El esquema regresivo de los salarios afecta ms duramente a los trabajadoresinformales. Existe un terrible abismo entre el ingreso medio de los precarizados (391pesos) y los formalizados (1072 pesos). En el primer segmento se ubica el 44% de lafuerza laboral, el 60% de los ocupados que no cubre la canasta de pobreza y el 30 % quepadece la indigencia15.

    El empleo en negro no es una actividad marginal. Se encuentra ampliamentedifundida en ramas de alta rentabilidad (como el agro y la construccin) e incluye al propiosector pblico, que mantiene a un 11,7% de sus empleados sin formalizar.

    La preservacin de esta dualizacin del mercado de trabajo es una tendencia delcapitalismo contemporneo que alienta el nuevo modelo, porque esta segmentacindisuade el aumento de los salarios. La reactivacin no ha reducido la gran polarizacin quese gest durante la dcada pasada. Mientras que en 1992 el ingreso de los precarizadosrondaba el 72% de los formales, en la actualidad solo cubre 37% de esa suma16.

    Los voceros de Micelli argumentan que esta fractura se atenuar a medida queaumente el salario mnimo. Pero este avance se concreta a paso de tortuga y no arrastra alos informales. Con un ingreso universal significativo podra remediarse inmediatamenteeste flagelo, pero el gobierno prioriza los beneficios patronales.

    Los precarizados son las principales vctimas actuales de la pobreza. Estetormento se ha reducido estadsticamente como consecuencia de la reactivacin. Hadecado del 40,2% (2005) al 31%, pero sin llegar luego de cuatro aos de alto crecimientoal 24 % que promedi en la dcada del 90. La pobreza -que fue sinnimo de desempleodurante la depresin de 1998-2002- se ha convertido ahora en un mal de los asalariadosinformales, que podra perdurar durante el largo tiempo17.

    Esta gravitacin obedece tambin a la magnitud del desempleo, que presiona atrabajar a cambio de ingresos de subsistencia. Los defensores del modelo afirman que ladesocupacin baj desde un pico de 17,8% (2003) al 10,4% actual. Pero considerando losplanes que disfrazan el paro la reduccin fue del 23 % al 12,8%. Estas cadas siguen elpatrn habitual de las fases ascendentes del ciclo, aunque en la actualidad se registra unnivel ms elevado de la subocupacin (11,9%).

    Existe una evidente dificultad para perforar el ncleo duro del desempleo. La bajainicial fue rpida porque se concret absorbiendo la capacidad ociosa de la industria conpoca inversin. Pero actualmente la elasticidad-producto (aumento de la ocupacin por

    cada punto de crecimiento de la economa) no reacciona tan favorablemente. Lanormalizacin capitalista impone aumentos de la productividad que conspiran contra laexpansin del empleo.

    Estas tendencias incrementan a su vez la tasa de explotacin. De 14 millones deasalariados hay 5,3 millones sobreocupados, que trabajan ms de 45 horas semanales y

    15 Clarn 22-4-06.

    16 Pgina 12, 29-7-06.

    17 Se estima que en junio del 2009 habra 10 millones de pobres y 4 millones de indigentes sobre

    40 millones de habitantes. Los trabajadores pobres que cobran por debajo de la lnea de pobrezaaglutinaran a la mitad de la fuerza laboral, un porcentaje dramticamente superior al 5% quepredomina en Estados Unidos. Pgina 12, 20-9-06 y 19-09-06.

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    triplican el nmero de los desempleados18. El grueso de los convenios colectivos firmadosdurante el ao pasado convalida este padecimiento, ya que incluyen numerosas normasde flexibilizacin laboral. El gobierno coquetea con la reversin de contra-reforma laboralde los 90 pero tambin limita esta iniciativa, porque sus socios de la UIA exigenpolifuncionalidad, perodos de prueba, pasantas y subsistencia de la oprobiosa la ley deriesgos de trabajo.

    En el caso extremo de la indumentaria la explotacin alcanza ribetes deservidumbre. Se pagan centavos a los trabajadores extranjeros para fabricar las prendasque se venden en los shoppings. Los burcratas sindicales miran para otro lado o avalanlos atropellos con discursos de empleo a cualquier precio19. Estrujar a la fuerza de trabajoes una necesidad competitiva del capitalismo neo-desarrollista.

    EL CIMIENTO DE LA DESIGUALDAD.

    Los ricos incrementan su apropiacin del ingreso a medida que el aumento del PBItambin ampla la brecha que separa al 10 % ms acaudalado del 10% ms empobrecido

    de la poblacin. Existe una compleja discusin tcnica sobre la evolucin de esta fractura.Algunas estimaciones destacan que en el primer trimestre del 2006 esta distancia se ubicen 29,2 veces, luego de alcanzar 26,4 (2005) y 24 veces (2003). Otro coeficiente que mideesta evolucin (Gini) indica una mejora, que reflejara cierto alivio de la alta clase media enun marco general de polarizacin20.

    Pero incluso en la medicin ms favorable el 10% de la poblacin se queda con latercera parte de la torta, especialmente luego de una devaluacin que succion 10 puntosde la participacin de los salarios a favor de los beneficios.21. La polarizacin social es unrasgo de un modelo neo-desarrollista, hostil al retorno a los menores desniveles de 1974(10 veces de diferencia entre los ingresos del decil ms rico y ms pobre) o aldistribucionismo de los aos 50 (mitad la participacin de ingreso en manos de losasalariados).

    El esquema en curso moderniza la miseria. Permite acceder al celular pero no a lascloacas, especialmente en el norte del pas dnde un tercio de la poblacin carece deinodoro o desague. Es cierto que el consumo ha resucitado y se ha convertido en un motorde la reactivacin, pero se desenvuelve en forma segmentada y favorece a los sectores demayores ingresos en desmedro de los necesitados.

    Los jubilados encabezan el ranking de los afectados por esta polarizacin social. Elgobierno otorg moratorias para asegurar una pensin a 8 de cada 10 adultos mayores,pero encubre con asistencialismo la degradacin de las jubilaciones. El 65 % de losretirados cobran un haber mnimo equivalente al 42,5 % del salario medio, un porcentajemuy alejado del 82% mvil que corresponde a los pensionados.

    18 Clarn 23-2-06.

    19 Lo mejor que nos puede pasar a los trabajadores es tener un patrn, afirm Juan CarlosSchmid del Sindicato de Dragados. Pgina 12, 20-10-06.

    20 Menos pobres, ms desigualdad.Pgina 12, 10-2-06. Volvi a crecer la brecha entre ricos ypobres. Pgina 12, 4-7-06. La engaosa distribucin. Pgina 12, 7-7-06.

    21 Este recorte medido en trminos de la distribucin funcional del ingreso ha sido apenas

    compensado con la reactivacin posterior. Se requeran transferencias de 50.000 millones dedlares extras al ao a favor de los empobrecidos para contrarrestar esa exaccin, que el modelode ninguna manera contempla. Clarn 29-10-06. Pgina 12, 22-10-06.

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    Todos los incrementos se sancionan en funcin del calendario electoral, ignorandoretroactividades, acentuando el achatamiento de las escalas y evitando introducir unafrmula de ajuste futuro. Hasta ahora se han ignorado varias propuestas legislativas pararegular las subas en funcin de la evolucin del salario y los recursos de la previsinsocial. Mientras que el ANSES rebosa de excedentes, el gasto de seguridad social caydel 7% del PBI (2001) al 5,4% actual22.

    El gobierno se limita a socorrer a los desprotegidos para evitar el colapso potencialque ha legado la privatizacin de las jubilaciones. Kirchner mantiene el sistema de lasAFJP, aunque abri el corralito que impeda los traspasos del sector privado al estatal (yviceversa). En los hechos publicita una libertad de eleccin que es ficticia, porque nadiepuede decidir que suceder durante dcadas con su ahorro en uno u otro rgimen.

    El esquema privado es una comprobada estafa de comisiones y malversacionesque el gobierno acot por varias razones. En primer lugar, el sistema deja en la va a losafiliados que no aportan lo suficiente, obligando al estado a una sustitucin asistencial. Ensegundo trmino, el rgimen conspira contra las cuentas fiscales, al sostenerse en unarebaja de aportes patronales que ya le cost al erario pblico 80.000 millones de pesos. Entercer lugar, el modelo neo-desarrollista exige una gran corriente de subsidios estatales a

    la industria, que el gobierno apuesta a respaldar manejando una porcin creciente delahorro de los trabajadores23.

    El gobierno mantiene el rgimen de capitalizacin para evitar un conflicto con unpoderoso lobby financiero que tiene maneja un cuantioso volumen de ttulos pblicos, perotrata de ejercer cierto control sobre sus inversiones.

    Esta herencia se mantiene en pie tambin en el rea de la salud. La mitad de lapoblacin carece de cobertura mdica y se atiende hospitales pblicos colapsados,mientras cuatro grandes empresas (Galeno, Swiss Medical, Medicus y Omint) controlan elmecanismo de las prepagas y se han quedado con la crema del sistema (pacientesjvenes y de altos ingresos). Como este negocio incluye a muchos funcionarios yburcratas sindicales, nadie apura los cambios.

    IMPUESTOS REGRESIVOS.

    Como ha ocurrido siempre con los proyectos de reforma impositiva, los planteosprogresistas que se formulan desde el llano quedan licuados con el ejercicio del gobierno.Ya ningn funcionario habla de cambios significativos y solo evalan tmidas propuestas.El ensayo neo-desarrollista favorece a los capitalistas y es incompatible con la equidadimpositiva 24.

    Como resultado de la reactivacin y los gravmenes introducidos durante la crisis(impuesto al cheque y retenciones) la recaudacin ya alcanz un mximo histrico. Los

    ingresos se ubican todava muy lejos del 30-45% del PBI predominante en los pasesavanzados, pero aumentaron del 16,1% (2002) al 23,2% (2006). No est claro an si en

    22 Clarn, 6-11-06.

    23 No hay que olvidar, adems, que la decreciente participacin de la Nacin en el supervitfiscal (del 90% en el 2002 al 67% actual) es compensada con mayores aportes de la previsinsocial (del 2% al 26%). Estos fondos generan una fuente de financiamiento barato al estado, quepermite contrarrestar la cada del excedente fiscal en las provincias (del 1,4% en 2004 al 0,3-0,4% actual), Clarn, 7-1-07.

    24 Un ejemplo de estos titubeos son las iniciativas de Gaggero Jorge. Un tema tab. Pgina 12,15 10-06.

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    este resultado incluye tambin una disminucin de la evasin. Los tcnicos de la AFIP ylos especialistas privados divergen en esta evaluacin25.

    Pero nadie habla de repartir esta mejora en un pas dnde los asalariados aportanel 50% de la recaudacin y reciben el 25% de la riqueza. Las escandalosas exencionesimpositivas a la actividad financiera (rendimientos de ttulos pblicos, intereses de los

    depsitos, compra-venta de acciones) no se han modificado y le restarn 5.500 millonesde pesos al presupuesto 2007. Esta cifra alcanzara para financiar un aumento inmediatodel 20% a los jubilados. Bajo el sistema actual un rentista no paga impuestos por susingresos financieros, pero un trabajador que gana 3500 pesos mensuales debe tributar.Tampoco los jueces y las fundaciones afrontan obligaciones impositivas, pero la clasemedia est penalizada por un gravamen a los bienes personales que mantiene el bajsimopiso anterior a la crisis26.

    El ao pasado se registr una intensa lucha social contra el reducido tope alimpuesto a las ganancias que afecta a 500 mil asalariados. Un trabajador que a fines delos aos 90 ganaba 11 veces y medio el salario mnimo estaba exento de esa tasa, peroen la actualidad el mismo gravamen es pagado todos los asalariados que perciben tresveces y medio ese bsico. Se han negociado ciertos alivios, pero hasta ahora el

    presupuesto 2007 no contiene ningn cambio del mnimo no imponible.

    AGRO-CAPITALISMO PARA POCOS.

    El esquema neo-desarrollista apuntala a los capitalistas industriales a costa de lamayora popular. Este modelo incluye adems un estratgico cimiento en el sector agrarioque rememora el esquema agro-exportador. Pero existe una diferencia sustancial con eseperodo: la poca dorada de Argentina en el comercio mundial ha concluido y las ventajasnaturales de la Pampa Hmeda ya no le otorgan al pas un lugar privilegiado en la divisininternacional del trabajo. Por eso el agro persiste como un pilar bsico de la economa,pero sin las glorias del pasado.

    A diferencia de la industria, el PBI de esta rea ha crecido en forma ininterrumpidaen los ltimos quince aos a una elevada tasa del 5,7%, sin afrontar ningn frenosignificativo. La devaluacin del 2001 incentiv este avance al generar un nivel derentabilidad que ya bordea los mximos histricos y supera los promedios de laconvertibilidad27.

    Pero este impulso consolida un esquema basado en la preeminencia de la soja, ladestruccin de los cultivos regionales, el desplazamiento de los campesinos y laconcentracin de la tierra. Profundiza la modernizacin capitalista que gener un gransalto de produccin, con ganancias para pocos y tecnologas que amenazan la fertilidad dela tierra28.

    25 Clarn 7-2-06.

    26Pgina 12, 25-10-06

    27Las ganancias se ubican un 33,6% por encima los niveles de la dcada pasada. RodrguezJavier. Rentabilidad extraordinaria. Pgina 12, 23-7-06.

    28 La cosecha de cereales y oleaginosas pas en quince aos de 35 a casi 80 millones detoneladas con las nuevas formas de cultivo. Se ha generalizado la siembra directa (queelimina la preparacin del suelo antes de la siembra), la agricultura de precisin (riego

    asistido y fertilizacin diferenciada) y el uso de semilla transgnica (en la mitad de produccinde granos y el 90% de la soja). Estos procedimientos adoptan formas semejantes a los mtodosextractivo-mineros. Daz Susana. Agricultura minera. Pgina 12, 30-7-06.

    9 www.lahaine.org

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    Esta modalidad del agro-negocio estimula el mono-cultivo y alienta la expulsin demano de obra del campo, que ha decado del 24% de poblacin activa (1970) al 8%(2001). Ha impuesto, adems, la destruccin de las estructuras agroindustriales del interior(azucareras, vitivincolas, yerbateras) e impulsa la expropiacin de los pequeosproductores29. Tambin qued afectada la ganadera que mantiene el mismo plantel deanimales de hace 50 aos, con bajos niveles de rendimiento por hectrea. Este

    estancamiento provoca el brusco encarecimiento de la carne cundo repunta la demandalocal o extranjera.

    El gobierno apuntala especficamente a los grandes grupos del sector (agrupadosen la SRA, CONINAGRO y CRA), en desmedro de los pequeos productores (FA). Regulaprecios para favorecer a los pulpos frigorficos o cerealeros y descarta todas las iniciativasprogresistas de reforma impositiva o refinanciacin de deudas. Esta actitud empuja a losdesfavorecidos al alineamiento con las elites del campo. A pesar de los elevados lucros delsector, el ruralismo ha retomado su peridica beligerancia contra el gobierno de turnoporque se considera propietario de toda la renta agrcola. No est dispuesto a compartirlacon el resto de la sociedad, especialmente en los perodos florecientes. Durante todo elsiglo XX ha resistido el pago de las retenciones, que identifica con una inadmisible lainterferencia impositiva del estado a sus beneficios30.

    El conflicto actual se acrecienta, adems, por la regulacin oficial de ciertosprecios. Como en Argentina se come lo que se exporta, solo la intervencin estatal puedeneutralizar el impacto inflacionario que provoca el encarecimiento internacional de losalimentos exportados.

    Este control ha recreado la vieja pulseada que mantuvieron los ruralistas con todoslos ministros de economa. Micelli ha restringido las exportaciones y aumentadoselectivamente las retenciones. No afect seriamente las ganancias del campo y tampocomoriger las quejas de este sector. Estas tensiones persistirn, en la medida que elensayo neo-desarrollista apuntale tanto la re-industrializacin como cierto freno de lacaresta. Pero los conflictos que genera el modelo son mltiples y requieren un anlisis

    especfico que abordamos en la segunda parte de este texto.

    29Giarraca Norma Avance del agro-negocio. Pgina12, 30-7-06.El total de las tierras fiscales se redujo por ejemplo en el

    Chaco de 3,9 millones a 660 mil hectreas (1995-2006), barriendo a las comunidades indgenasque habitaban esa zona. Lpez Benigno. Buscamos una poltica de soberana alimentaria.Pgina 12. Pgina 12. 26-12-06.

    30 La raz de esta beligerancia es la matriz terratenientes que sign el desarrollo agrario. BarskyOsvaldo.Miseria de un pas ganadero. Clarn-, 30-12-06.

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    El giro de la economa argentina (Segunda parte)

    LAS CONTRADICCIONES DEL ESQUEMA ACTUAL31

    Claudio Katz32

    Muchos economistas proclaman su confianza planea en el modelo. Estiman que lavieja crisis externa y fiscal que bloque otros ciclos del ascenso ha sido superada yconsideran que la prosperidad est garantizada por un largo perodo33. Acostumbrados aevaluar el grado de estancamiento de la economa nacional han quedado desconcertadospor la intensidad de la recuperacin. Del pesimismo inercial han girado a un entusiasmosin crticas que desconoce los lmites del auge actual. Las frecuentes analogas con Chinaconstituyen un indicio de esta actitud.

    En general se pierde de vista el enorme trecho que faltara recorrer para recuperardcadas de regresin. Si el PBI continuara creciendo al 8% durante un decenio sealcanzara en el 2011 un ingreso per capita de 11.000 dlares, un promedio todava inferior

    al vigente en Eslovenia, Portugal o Grecia, la mitad de la media de Australia y un tercio delnivel prevaleciente en Dinamarca34.

    Es cierto que el esquema en curso contiene desequilibrios diferentes a los modelosprecedentes. Pero la intensidad de estas contradicciones es muy significativa en seisterrenos.

    LOS MOTORES DE LA INFLACIN

    Un punto particularmente crtico del modelo es la caresta. Luego del impactoinflacionario provocado por la devaluacin de 2001, la economa se desenvolvi con

    incrementos moderados de los precios. Estos aumentos alcanzaron el 8,8% en el 2003 yel 6,1% en el 2004, pero al ao siguiente se registr un salt al 12,3%. En el 2006 elgobierno no pudo evitar una suba del 9,9%, es decir un porcentaje muy elevado entrminos internacionales.

    El impacto social de la caresta tiende a ser temporalmente variable. Hasta abril delao pasado la canasta bsica de indigencia subi por encima de los precios minoristas ygolpe a los sectores ms empobrecidos. En la segunda mitad del ao esta incidencia fuemayor sobre los consumos de la clase media (servicios, colegios privados, expensas,alquileres). Tambin se ha registrado una aguda divergencia entre los precios mayoristas que desde la devaluacin hasta fin del ao pasado subieron 195%- y los minoristas, queen el mismo lapso treparon 91%. Esta divergencia anticipa nuevos ajustes en los preciosde mostrador.

    El efecto real de la inflacin est disimulado por un obsoleto cmputo oficial de unacanasta de productos que subvalora ciertos rubros (alimentacin) y sobrevalora otros(como turismo)35. Como todos los antecesores Miccelli se irrita con las cifras que le

    31Una versin reducida de este texto aparecer prximamente en el tercer anuario del EDI

    32Economista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su paginaweb es:katz.lahaine.org

    33Es la opinin de Frenkel Roberto. Crecimiento slido. El debate del nuevo modelo Pgina12, 24-4-06.

    34 Pgina 12, 24-12.06.

    35Pgina 12, 3-06.

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    disgustan e intenta forzar cambios en la forma de clculo para disimular la caresta. Peroesta pretensin coyuntural choca con la necesidad de preservar estadsticasinternacionalmente confiables, que permitan a los capitalistas decidir inversiones. Estacontradiccin suscita permanentes tensiones.

    El trasfondo del problema es la tendencia de la inflacin a desbocarse como

    consecuencia de tres procesos combinados: la devaluacin, el oligopolio y la bajainversin. Cundo uno de los tres motores se atena, los restantes operan con mayorintensidad. El impacto de la devaluacin persiste por la continuada apreciacininternacional de las materias primas, mientras los oligopolios acentan la brecha entreprecios mayoristas y minoristas y la insuficiencia de la inversin empuja los costos haciaarriba36.

    El gobierno intenta atenuar esta presin inflacionaria con mecanismos deregulacin. Logr cerrar el ndice del 2006 por debajo del 10% negociando las cotizacionesde ciertos productos de la canasta (el 20% de estos consumos solo aumentaron 2,5%).Esta intervencin es exhibida por algunos oficialistas como un logro contundente, pero seolvida los conocidos antecedentes de estas regulaciones. La experiencia indica que losministros cuentan con un margen limitado para actuar en este campo. Pueden condicionar

    muchos precios, pero no afectar la rentabilidad del grueso de los capitalistas durante unperodo prolongado.

    Micelli reproduce el sueo de todos los keynesianos. Aspira a manejar los preciosdurante la etapa necesaria para corregir los desacoples que gener la reactivacin entre elascenso de la demanda y el retraso de la oferta. Pero en algn momento enfrentar loslmites de esta accin. Bajo el capitalismo los controles de precios estn necesariamenteacotados por la competencia, que impone cierto equilibrio de ganancias entre todos losconcurrentes. Como el sistema funciona sin reglas de planificacin, no puede operar en elmediano plazo con digitaciones estatales de los precios. Estas variables deben ser fijadaspor los capitalistas, en funcin de sus costos y sus expectativas de ganancia.

    El principal objetivo de los controles actuales es garantizar un techo salarial.Miccelli ha buscado situar el ndice por debajo del 10% anual para facilitar la accin de laburocracia sindical en las negociaciones paritarias ya que todo el edificio neo-desarrollistase asienta en disuadir la lucha social. El segundo propsito estratgico del control espreservar un tipo de cambio alto para las exportaciones, que est amenazado por elsistemtico repunte de los precios internos.

    UN BACHE DE LARGO PLAZO

    Nadie sabe cul es la tasa necesaria sostener el crecimiento en curso, pero todoslos analistas sitan este nivel en torno al 25-26%. Aunque el porcentaje actual (21-23% delPBI) es superior a las reactivaciones anteriores, no alcanza para mantener el ritmo de la

    recuperacin.

    Basta recordar que China invierte el 42% del PBI para crecer al 9% y Corea del Surel 30% para sostener un ascenso del 6%, para notar cun insuficiente es la tasa actual sise quiere preservar el repunte post-crisis del 7-8-%. La renovacin sustancial de ladotacin del capital es indispensable para evitar que esa tasa caiga al 4-5%37.

    El problema no es solo en el monto de la inversin, sino tambin en su perfil. Estavariable se encuentra muy concentrada en la oferta exportable y en la construccin. Este

    36 Hemos analizado este problema en: Katz Claudio. La inflacin del modelo. Realidad

    Econmica n 213, julio-agosto 2005.37 Ferreres Orlando. De dnde venimos y adnde vamos. Clarn 1-10-06.

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    ltimo sector absorbe el grueso de los fondos en desmedro de los bienes durables.Tambin la reducida inversin extranjera se dirige a los segmentos de exportacin quegeneran poco valor agregado.

    La ortodoxia derechista resalta esta limitacin y convoca a incrementar lasconcesiones a los poderosos para incitarlos a invertir (seducirlos, garantizar la seguridad

    jurdica, estabilizar las reglas de juego). El gobierno evita este discurso, pero trabaja enla misma direccin. Necesita hacer buena letra con el establishment porque el esquemaneo-desarrollista depende de los aportes capitalistas. A medida que el modelo confrontecon la competencia global, su consistencia depender de la disposicin de los empresarioslocales para radicar dentro del pas, los fondos tradicionalmente giraron al exterior.

    EL NUBARRN ENERGTICO

    Otra amenaza que afronta la reactivacin es un freno impuesto por las carenciasenergticas. La demanda de electricidad ha subido al comps del repunte productivo,agotando las fuentes de aprovisionamiento. Ya se verifican apagones e interrupciones en

    el transporte de energa, porque la falta de inversin ha estrechado el abastecimiento. Elcronograma de mejoras avanza lentamente y la amenaza de un parate energtico seprolongara hasta el 2011.

    En el terreno de la electricidad se ha producido una tpica desproporcionalidad. Lageneracin se mantiene estancada frente a un aumento del 36% del consumo en solocinco aos. Las redes de transporte y distribucin estn saturadas y el cuello de botella esmuy agudo en las zonas metropolitanas38.

    Edenor y Edesur invierten poco a la espera de mayores tarifas. El gobierno elude elproblema y mantiene intacto el esquema irracional de provisin segmentada que impuso laprivatizacin. Niega la crisis y negocia los ajustes que reclaman las empresas, pero eludetarifazos masivos que encareceran los costos industriales. Busca introducir formas

    indirectas de aumento (cargos especficos), que obliguen paulatinamente a los usuarios asolventar las inversiones omitidas por las empresas.

    En el sector del petrleo y el gas la situacin es ms grave. Aqu la falta deinversin ha conducido a una nueva baja de las reservas (8,2 aos de consumo frente alos 13 aos vigentes a principios de los 90 en el primer caso y 8,6 aos frente a 35 aosen el segundo). Kirchner improvisa medidas de emergencia. En lugar de recurrir a lanacionalizacin que se instrument en el Altiplano firm un acuerdo de provisin de gascon Bolivia. Por otra parte, impuls una escandalosa ley que otorga exencionesimpositivas a compaas que no exploran, mientras obliga a tributar a los trabajadorespetroleros.

    El gobierno aliado a Repsol ni considera la opcin de la nacionalizacin, a pesar

    del gran sustento latinoamericano que tendra esta medida. Algunos funcionariosargumentan que esta alternativa no es viable, porque desde la privatizacin la propiedaddel subsuelo pertenece a las provincias. Pero incontables leyes se han cambiado parafavorecer a los capitalistas y resulta inadmisible que el patrimonio de la nacin seamanejado por funcionarios locales asociados con las empresas.

    La derecha propone afrontar la crisis energtica aceptando todos los pedidos delas compaas y culpa a la clase media por los padecimientos de los humildes. Denuncialas encarecidas garrafas que pagan los pobres y propone penalizar el consumo de gasnatural en las reas urbanas. Pero no se le ocurre que lo equitativo es anular los subsidiosa las compaas del sector, que operan con bajos costos de produccin por garrafa (7pesos) y altas ganancias de venta (25-32 pesos).

    38Clarn, 24-12-06.

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    LOS COSTOS DE LA DEUDA

    La deuda ya no ocupa la tapa de los diarios pero contina afectando seriamente ala mayora de la poblacin. Es el principal destino del supervit fiscal e impone una granacumulacin de reservas improductivas como garanta de pago. El grueso del excedentelogrado por la Tesorera fue derivado en los ltimos aos a cumplir con los acreedores.

    Este sobrante borde en el 2004 los 3.000 millones de pesos, alcanz al ao siguiente9300 millones y promedi en el 2006 cerca de 8.800 millones. La deuda sigue pesandoduramente sobre el gasto pblico, como lo prueban los compromisos asumidos por elpresupuesto 2007. Se han comprometido con ese destino erogaciones por 13.800 millonesde pesos, es decir tres veces ms del total asignado a la universidad y 3,5 veces ms de lootorgado a los planes sociales que financia la Nacin39.

    Tambin persiste el lucrativo negocio de los banqueros, que en diez meses deespeculacin con ttulos argentinos logran ganancias equivalentes a lo obtenido con laadministracin de bonos estadounidenses durante 7 u 8 aos. La deuda es el cimiento deuna nueva relacin de Argentina con Venezuela que asegura altos rendimientos a losintermediarios financieros.

    Pero el mayor problema se plantea en el mediano plazo. El gobierno apuesta areducir la gravitacin del pasivo mediante una sucesin de cancelaciones, que faciliten lagestin estatal de esta carga al servicio de la clase dominante. Algunos promotores deesta estrategia ya cantan victoria y estiman que la deuda est decreciendo, porque habradecado del 73% del PBI (2004) al 70% (2005) y luego al 66% (2006)40.

    Pero no es sencillo continuar por este camino, especialmente a medida quealgunos balances del canje indican que el recorte del pasivo ha sido ms reducido que loesperado y se mantienen pendientes de resolucin montos muy elevados de pasivos41.

    Ciertas evaluaciones de mediano plazo ilustran las dificultades del des-endeudamiento. Si la tasa de inters externa no sube por encima del 5%, se requera unincremento perdurable del 4% anual del PBI -junto a un persistente supervit fiscal del 3%-

    para reducir significativamente la gravitacin del pasivo hasta el 2030. La convergenciafavorable de estas tres condiciones durante tantas dcadas es poco imaginable42. Encualquier escenario el condicionante de la deuda seguira pesando sobre la economa.

    LOS BANCOS Y EL CRDITO.

    La recuperacin de los ltimos cuatro aos se concret en un marco de estrechezcrediticia, como consecuencia del caos legado por la confiscacin de los depsitos. Perouna tasa de crecimiento del 8% anual no puede sostenerse sin prstamos. El volumen delcrdito que alcanz el 24% del PBI en la dcada pasada se ha reducido en la actualidad al11 %43. La evolucin futura de esta restriccin es materia de controversia.

    Durante el ao pasado se registr una notable recuperacin del sector financiero.Los bancos duplicaron las ganancias del 2005 y embolsaron 4100 millones de pesos de

    39 Clarn, 7-7-06.

    40 Clarn, 20-8-06.41Todava se negocian 47.400 millones de dlares de compromisos irresueltos y los balances delcanje estn indicando quitas efectivas muy inferiores al 75% que anunci Lavagna. Esta podapierde cuanta, si se computa la nueva deuda emitida para cancelar la anterior, el costo de losbonos indexados y los desembolsos adicionales por crecimiento. La Nacin, 1-12-06.42 Schvarzer Jorge, Orazi Andrs Un escenario de vencimientos que sigue presentando

    dificultades. Pgina 12, 28-5-06.43 Clarn, 19-10-06.

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    utilidades. Este sector logr el segundo lugar entre las actividades de mejorcomportamiento del perodo y se espera que una evolucin semejante durante el ao encurso44.

    El gobierno ha contribuido activamente a este repunte, a travs de su impulso alfallo de la Corte que convalid la pesificacin de los depsitos. Por esta va se legitim la

    expropiacin de los pequeos ahorristas y qued legalmente consagrado el socorro fiscala los bancos. Pero lo que ms redujo la convalecencia financiera fue el inesperadocrecimiento de PBI. La intensa reactivacin achic radicalmente el plazo habitual decicatrizacin de un colapso bancario de la magnitud que present en Argentina.

    Este continuado crecimiento explica tambin porque los prstamos se estnincrementando a un ritmo del 35-40% anual, en un contexto de bajas tasas y ampliacin delos plazos. Como el volumen del crdito es an pequeo, la recomposicin integral delsistema financiero es todava incierta, en un pas con bajo nivel de bancarizacin de lapoblacin45.

    Pero lo ms problemtico no es la herencia de la crisis, sino la forma en que sereconstruyen las finanzas. Ya se observa una nueva concentracin de la estructura

    bancaria en torno a 11 entidades que absorben el 72% de los prstamos y 90 % de losdepsitos. Este nivel de monopolizacin refuerza una tendencia originada en los 90,cundo 20 grandes bancos terminaron manejando el 82% de los depsitos. Actualmentemenos de una decena de entidades controlan casi todo el sistema, reavivando laconcentracin que deton el estallido del 2001.

    LAS FLAQUEZAS DEL COMERCIO EXTERIOR

    El gobierno exhibe el aumento de las exportaciones como su gran logro productivo,disimulando que este avance ha sido solventado por la mega-devaluacin que padeci lapoblacin. Se ha pasado de 27.000 millones de dlares de ventas externas (2002) a

    46.500 millones (2006), pero la canasta de bienes comercializados continamayoritariamente integrada por productos o manufacturas de origen agropecuario (68%del total).

    La mejora de las exportaciones no compensa todava la escasa la participacin delpas en el comercio mundial. Esta incidencia alcanza al 0,39%, es decir la mitad de latajada prevaleciente hace cuarenta aos y la sptima parte del porcentaje predominantedurante la primera mitad del siglo pasado46.

    Las limitaciones del sector externo se verifican tambin en el aumento de lasimportaciones que ya bordean los 26.600 millones y crecen ms rpido que las ventasexternas, con una composicin ms desfavorable. Mientras que el 70% de lasexportaciones son bienes primarios, el 85% de las importaciones estn conformadas por

    productos de alto valor agregado. Con este esquema exportador no se emula el modelo delos pases avanzados y tampoco el patrn industrial asitico. Solo se ratifica el bajo nivelde competitividad de la industria argentina.

    Por cada tonelada exportada el pas recibe 460 dlares, pero paga 1500 dlarespor su equivalente importado47. Esta desventaja es muy notoria en la relacin comercialcon Brasil. A pesar del menor crecimiento y el tipo de cambio apreciado que predomina en

    44 La Nacin, 16-1-07.

    45 Es la opinin de: Vicens Mario. Balance auspicioso y mucho por hacer Clarn, 18-6-06.

    46 Pgina 12, 22-10-06.

    47 Clarn.2-12-06

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    el principal socio de Argentina, el nivel de importaciones provenientes desde ese pasaument de 25 % (antes de la crisis) a 34% (en la actualidad)48.

    Argentina ha quedado situada en una compleja situacin intermedia en lacompetitividad global. Cuenta con un mercado interno estrecho y de bajos ingresospromedio, no puede rivalizar con las grandes potencias y tampoco se encuentra en

    condiciones de disputar terrenos con los pases que detentan un gran reservorio de manode obra barata. Esta limitacin obstaculiza la implementacin de una estrategia neo-desarrollista hacia fuera (exportador industrial), y neo-desarrollista hacia adentro(industrializar apuntalando el consumo domstico). La gran ventaja comparativa del pascontina localizada en el vulnerable potencial de su produccin primaria.

    En este cuadro Kirchner busca mantener el tipo de cambio, como si bastaracontraponerse a la convertibilidad para evitar sus efectos. Pero ni siquiera es sencillopreservar la cotizacin del dlar. El gobierno hace lo imposible para contrarrestar larevalorizacin del peso comprando divisas e incrementando las reservas, pero el tipo decambio real sigue cayendo por el reingreso de capitales externos, que constituye otroimpacto imprevisto de la recuperacin. Este flujo afecta tambin la paridad cambiaria,confirmando que no se puede contrarrestar la reducida inversin y la frgil competitividad

    con maniobras monetarias.

    El ensayo neo-desarrollista est socavado por seis contradicciones: rebrote de lainflacin, estrechez de la inversin, vulnerabilidad energtica, gravitacin delendeudamiento, restriccin crediticia y primarizacin del comercio exterior. Pero cmodebe analizarse conceptualmente el modelo? Abordamos este problema en la tercera yltima parte de este trabajo.

    48

    La Nacin, 10-12-06. Muchos analistas estiman que ese desequilibrio se corregir con elrepunte de la economa brasilea que producir el mega-plan de inversin pblica anunciadopor Lula. Pero esta iniciativa contempla un objetivo de crecimiento moderado y no ser viable sipersisten altas tasas de inters.

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    El giro de la economa argentina (Tercera parte).

    COMO EVALUAR EL MODELO 49

    Claudio Katz50

    El ensayo neo-desarrollista es un intento de recomponer la acumulacin queretoma la centralidad agrcola del modelo agro-exportador. Pero en el perodo actual ya nose verifican las condiciones favorables de esa etapa. No existe un flujo internacionalpreeminente de capitales hacia el Cono Sur, ni tampoco un aluvin de inmigrantes. Al cabode una dcada de liberalismo menemista, tampoco es factible reproducir el endeudamientodescontrolado que predomin a principios del siglo XX.

    El ensayo actual retoma en nuevas circunstancias la prioridad industrial de lasustitucin de importaciones. No utiliza la renta agrcola en gran escala para financiar laindustrializacin y tampoco recurre a las estatizaciones para construir un sector industrialen oposicin al capital extranjero. Ha dejado de lado la apuesta prioritaria por el mercadointerno y no reaviva los viejos mecanismos de redistribucin progresiva de los ingresos.

    El ensayo neo-desarrollista preserva la regresividad social de su precedenteneoliberal. Pero le ha quitado protagonismo a la especulacin financiera, que sign ladinmica econmica desde Martnez de Hoz hasta Cavallo. El desmoronamiento del 2001recre la prudencia bancaria en desmedro de los negocios fciles y el endeudamiento decorto plazo. Tambin ha perdido relevancia la oleada importadora y la primaca de losservicios. El esquema en gestacin se perfila como una configuracin novedosa asociadacon las transformaciones que se procesan en la elite capitalista.

    PROBLEMAS DE LAS CLASES DOMINANTES

    Todos los grupos dominantes participan del viraje actual, pero los grandes

    industriales son el segmento privilegiado por la poltica oficial. Este sector arrastra unahistoria de grandes fracasos. A pesar de contar con el favor de muchos gobiernos, nuncalogr sostener un proceso de acumulacin competitivo. Algunos tericos neo-desarrollistassostienen que esta inoperancia es un dato del pasado. Cuestionan el tradicional retrato delos industriales como un sector rentista y atribuyen sus viejas limitaciones a la fragilidadinstitucional del pas 51.

    Es cierto que los industriales actan como los burgueses de cualquier pas y nocargan con mayores defectos intrnsecos que sus colegas de otras regiones. Perosurgieron asociados a una matriz latifundista que bloque el desarrollo agrcola yconforman la clase dominante de un pas perifrico y dependiente. Si se olvida estecondicionamiento resulta imposible comprender el tradicional apego a las finanzas de estesector y su despilfarro de los cuantiosos subsidios que recibi del estado.

    Muchos defensores del kirchnerismo sostienen que esta dificultad ser superadacon la intervencin gubernamental. Estiman que los ministros y legisladores enmendarnlas debilidades de las clases dominantes, como si los funcionarios estuvieran vacunadoscontra los males que padecen a sus socios capitalistas.

    Luego de una dcada de desprecio neoliberal por la ingerencia estatal se estmagnificando el alcance de esta accin y se olvidan sus lmites o efectos perversos

    49Una versin reducida de este texto aparecer prximamente en el tercer anuario del EDI

    50Economista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su pagina

    web es:

    katz.lahaine.org51 Lpez Empresas

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    (corrupcin, irracionalidad, despilfarro). Este generalizado elogio a la regulacin ministerialcontribuye a justificar la marea de subsidios que reciben los patrones.

    Pero existe un problema adicional con el destino de estas subvenciones. Los viejosdesarrollistas proponan canalizarlos prioritariamente hacia el capital argentino parareforzar (al menos en sus propuestas tericas) a la burguesa nacional. Este propsito ha

    perdido nitidez. Nadie sabe en la actualidad que significa exactamente apuntalar unapresencia ms activa de capitalismo nacional. El modelo actual favorece a una burguesalocal, que ya no es nacional en la vieja acepcin del trmino52.

    La reconfiguracin neo-desarrollista se procesa en un escenario de gran mutacinde la propiedad del capital signado por el avance de dos sectores: las compaas localesinternacionalizadas (cuyo prototipo es Techint) y las grandes empresas forneas.

    EL ALCANCE DE LA DESNACIONALIZACIN

    La desnacionalizacin de la economa argentina condiciona el giro neo-desarrollista. La venta de empresas a propietarios forneos no es una rmora de laconvertibilidad, sino un efecto directo de devaluacin que abarat los activos y acento lasdificultades de las compaas endeudadas en dlares. Los traspasos han incluido a grupostradicionales como Quilmes, Loma Negra, Swift, Acindar, Perez Companc o Grafa.

    El peso de las empresas extranjeras ya es abrumador. De las 500 mayores firmashay 337 extranjeras y solo 163 nacionales, mientras que en 1993 esta relacin era 219 y281 respectivamente. La prdida de posiciones de las compaas nacionales se verificatambin en la diferencia de utilidades, que favorece en once veces a las corporacionesforneas y en el valor de la produccin, que las sita 5 veces por encima de lasnacionales. El capital extranjero controla tres cuatros de la alta estructura empresarial ymaneja un tercio del valor agregado de toda la economa53.

    La brasileizacin es un aspecto clave de esta transformacin. Los capitales deese origen ocupan ya un rol dominante en el sector petrolero (Petrobrs), cervecero(Brama), cementero (Camargo Correa), frigorfico (Friboi) y preparan una gran llegada alacero. Este copamiento no solo refleja la poltica financiera expansiva del poderoso bancoBNDES, sino que adems ilustra la conducta agresiva de la burguesa ms poderosa de lazona.

    Es cierto que la presin extranjerizante convive con una tendencia inversa enciertas actividades. Grupos locales asociados con los fondos de inversin estnadquiriendo paquetes accionarios de varias compaas de servicios (telefona, energa ycentrales elctricas). Han decidido ir a lo seguro, porque en esta franja la rentabilidaddepender de los ajustes de tarifas que cada lobby negocie con los funcionarios de turno.Pero la argentinizacin est limitada por los nexos internacionales que mantienen todos los

    fondos financieros.

    La extranjerizacin introduce un gran descontrol local sobre las actividades msestratgicas. Por ejemplo, recientemente Respsol vendi a otro grupo espaol el 9,2% desu paquete accionario para bloquear una compra hostil por parte de accionistasnorteamericanos y europeos. El gobierno argentino ni siquiera fue consultado en untraspaso que afecta tan directamente los intereses del pas.

    52Hemos analizado este problema en: Katz Claudio. Que burguesa hay en Argentina. EnfoquesCrticos, ao 1, n 1, noviembre-diciembre 2005, Burguesas imaginarias y existentes. EDI-

    Publicacin de los Economistas de Izquierda, nmero 1, abril 2005, Buenos Aires.53Pgina 12,18-11-06, Clarn, 1-3-07.

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    Otro ejemplo de esta inconsistencia se verific con el caso Sancor. Las clasesdominantes y el gobierno exhibieron poca preocupacin por evitar la extranjerizacin de laempresa. La transferencia a Soros solo fue bloqueada por la decisin de Venezuela decapitalizar una compaa de inters para su provisin de productos lcteos. El socio estatallatinoamericano sustituy en este caso la falta de accin local frente a otradesnacionalizacin.

    El peso de las corporaciones forneas limita el ensayo neo-desarrollista, en lamedida que los capitales trasnacionalizados distribuyen sus inversiones entre un amplionmero de pases. Esta restriccin es omitida por los tericos industrialistas quereivindican la estrategia de globalizacin parcial ensayada por algunos grandes gruposlocales, como Techint. Suponen que la mixtura capitales extranjeros y nacionales noobstruye el afianzamiento del modelo, ni recrea los viejos conflictos entre ambos grupos54.

    Pero lo que est en juego es el destino de los subsidios que sostendran esaestrategia y una mirada condescendiente hacia el capital forneo implica incorporarlo allistado de beneficiarios del auxilio estatal. El neo-desarrollismo contemporneo ignora lastensiones que genera esta orientacin, porque ya no razona reconociendo la existencia deun conflicto centro-periferia. Ha olvidado las contradicciones especficas de las economas

    subdesarrolladas y sugiere que Argentina no afronta ningn obstculo estructural paraconvertirse en una economa avanzada. Esta visin le impide registrar los lmites delesquema actual.

    VULNERABILIDAD LATINOAMERICANA.

    La creciente gravitacin de las compaas forneas no es una peculiaridadargentina. Ms del 50 % de las 100 principales empresas latinoamericanas y el 62% desus ventas se encuentran bajo control extranjero55. El marco regional es muy semejante alcontexto local en innumerables aspectos. En los dos escenarios se procesa unareactivacin sostenida en altos precios de las materias primas exportadas, es decir en un

    cuadro de evolucin futura muy incierta. Resulta difcil dirimir si el ascenso actual de lascomodities es episdico o estructural, ya que este repunte puede constituir una burbujaespeculativa o una reversin de dos dcadas de retroceso de las cotizaciones de estosinsumos56.

    Es cierto que a diferencia de los 90 el centro de desequilibrios mundiales no seubica en la periferia, sino en el dficit gemelo (fiscal y comercial) de Estados Unidos. Perouna resolucin traumtica (desplome del dlar) o paulatina de esta tensin (aterrizajesuave) repercutir seriamente sobre la Amrica Latina. El imperialismo ha demostrado enreiteradas oportunidades su capacidad para transferir desequilibrios a los pasesperifricos. Y frente a esta eventualidad, el grueso de la regin carece del sustentoindustrialista que detentan otras zonas dependientes -como una porcin de Asia- parahacer frente a esta presin57.

    54Lpez Empresas.

    55Caputo Orlando. La economa mundial y Amrica Latina a inicios del siglo XXI SeminarioREDEM 2006. Hacia dnde va el sistema mundial? Buenos Aires 4-7-06.

    56Un informe reciente que analiza ambas alternativas se inclina por la segunda opcin. Subrayalas restricciones de oferta (hubo poca inversin en 1980-90) y la gravitacin de la nuevademanda de China e India. Seala que desde 1975 las fases de ascenso de las materias primasduraron un promedio de 28 meses, mientras que la suba actual se ha prolongado 56 meses.

    Tambin observa que en promedio las alzas de estos ciclos eran de 35% y ahora acumulan eldoble de incremento. The Economist. Los mercados estn inquietos ante la racha alcista de loscomodities. La Nacin, 22-7-06.

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    Un viraje global desfavorable podra perforar los escudos que Argentina halevantado el esquema neo-desarrollista (menores vencimientos prximos de la deuda,supervit comercial, elevadas reservas). Pero las limitaciones del modelo se ubicantambin en el plano interno.

    LOS COSTOS DEL CAPITALISMO

    El ensayo actual no puede caracterizarse en forma adecuada comparando susluces y sus sombras. Al contrastar lo positivo con lo negativo o lo ya ha hecho con loque falta, solo emergen connotaciones valorativas (mejor o peor que el neoliberalismoprevio) que no clarifican la dinmica del modelo.

    Con esa mirada se puede elogiar, aconsejar o crucificar a los funcionarios de turno,pero no sealar cules son clases sociales beneficiadas y afectadas por el proyecto actual.Tampoco se pueden detectar contradicciones o clarificar tendencias que nutran deargumentos a la batalla de los movimientos populares por mejoras sociales. El logro deestos propsitos exige resaltar el carcter capitalista del modelo. Solo esta visin

    esclarece los nexos que vinculan la dinmica econmica actual con la lgica de un sistemabasado en la explotacin y en la competencia por la ganancia.

    Kirchner es un protagonista decisivo del modelo neo-desarrollista y no carga conninguno de los tintes adversos al capitalismo, que le asignan sus enceguecidos rivales dela derecha o sus despistados partidarios progresistas. El presidente explicitcategricamente sus elogios a este sistema durante el reciente viaje Estados Unidos.Concurri a Wall Street y presidi el simblico inicio de las operaciones burstiles,afirmando que Argentina nunca debi abandonar ese lugar.

    Cristina expuso con mayor crudeza el mismo mensaje y no ocult su fascinacinpor un rgimen que enriquece a los poderosos y esquilma a la mayora. En sus reunionescon el lobby empresario del Partido Demcrata explic que el capitalismo es mejor idea

    que el comunismo por su idea del consumo58

    . Pero se olvid que la mayora de losargentinos no puede participar de este gusto por la compras.

    Muchos autores neo-desarrollistas comparten esta idealizacin del capitalismo ypromueven la reivindicacin del empresario en su rol dirigente de la economa. Militancontra el rechazo social a este grupo y alientan la erradicacin de los cuestionamientospopulares al beneficio59.

    Pero un generalizado rescate de los patrones no se traducira en mayor bienestargeneral. Solo reforzara ganancias surgidas de la explotacin ajena y propiciara laresignacin colectiva frente a los privilegios de las elites. Cunto mayor sea la aceptacinde esta inequidad, ms difcil ser revertirla. Por esta razn los signos de rebelda contralos capitalistas no constituyen adversidades, sino promisorias reacciones de los oprimidos.

    57Estas economas han logrado ubicarse mejor porque en un perodo de crecientemundializacin, erigieron estructuras exportadoras a travs de mecanismos que condicionaron elacceso empresario al crdito al cumplimiento de ciertas metas de competitividad. Adems,ningn pas Amrica Latina logr nunca las asiticas de tasas de ahorro e inversin del 30% delPBI. Por eso la zona contina mal plantada a escala global y no saldra ms airosa que en elpasado de un aluvin externo Palma Gabriel, Diferenciarse de China, India y Brasil. Pgina12, 9-7-06.

    58 Clarn 19-9-06.

    59Lpez Andrs. Empresas, instituciones y desarrollo econmico: un anlisis general conreflexiones para el caso argentino. Boletn informativo Technit, n 320, mayo-agosto 2006.

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    ILUSIONES INTERVENCIONISTAS

    El ensayo neo-desarrollista es promovido con insistentes convocatorias aincrementar la regulacin, el control y la intervencin del estado, como si esta accintuviera un efecto igualmente positivo para todos los miembros de la sociedad. Ciertosanalistas ponderan especialmente el activismo estatal que sigui al desplome del 2001,

    subrayando la contraposicin existente entre esta accin y la pasividad neoliberal quesucedi al desplome hiperinflacionario de 1989-9060. Pero lo diferencia ambas situacioneses la forma de este intervencionismo y no la presencia o ausencia del estado. Estainstitucin jug un papel protagnico en los dos momentos.

    Es cierto que la poltica econmica de Lavagna y Micelli ha diferidosignificativamente de la orientacin ministerial precedente. Ha combinado ortodoxia fiscal-monetaria con heterodoxia industrialista para facilitar la continuidad del crecimiento. Conretrica conservadora o progresista se ha propiciado un keynesianismo pasivo tendientea evitar la desaceleracin que imponen los torniquetes financieros. Sin encender el motorde la expansin disuadieron el freno monetarista61.

    Los destinatarios de este curso no han sido las mayoras populares, sino los

    grupos empresarios dominantes que emergieron victoriosos de la crisis. Pero el conjuntode los capitalistas est satisfecho con el rumbo elegido. Algunos desconfan del estilopoltico del Presidente, pero todos elogian la recomposicin del funcionamiento del estado.Esta restauracin ha generado el mayor nivel de rentabilidad de las ltimas dcadas.

    Los dueos de Argentina exhiben gran optimismo. En sus reuniones cumbresresaltan la oportunidad histrica que tiene el pas, es decir su posibilidad de amasarcrecientes fortunas. Este entusiasmo se verific tambin al comienzo de la convertibilidad,pero las elites avizoran en la actualidad un ciclo ms prolongado de vacas gordas. En lospicos de optimismo se olvidan de los flancos crticos que presenta el modelo en las reasde la inflacin, la inversin, la energa, la deuda, el crdito y el comercio exterior.

    ACTITUDES DE LOS ECONOMISTAS.

    La resistencia social constituye un obstculo ms significativo para el ensayo neo-desarrollista que las tensiones estrictamente econmicas. Kirchner acta en el contextopoltico legado por la rebelin popular del 2001. Ha recompuesto los resortes de ladominacin capitalista, pero enfrenta serias restricciones para acompaar los atropellospatronales.

    El gobierno apuesta a deshacerse paulatinamente estas limitaciones. Pero sugradualismo choca con la necesidad capitalista de remontar aceleradamente variasdcadas de regresin y ubicar a la economa en algn nicho del mercado mundial. Estaexigencia recrear tendencias empresarias agresivas, que por el momento estn

    contenidas.

    Los conflictos del modelo son abordados de distinta manera por cada grupo deeconomistas. Un sector neo-desarrollista adopt la tesis del derrame y confa en lasmejoras populares que generara la acumulacin. Especialmente el joven equipo de Micelli(Kulfas, Abeles) se dedica a ponderar los beneficios de este rumbo, exaltando lacapacidad del esquema en curso para crear empleo. Reconocen las asignaturas socialespendientes, pero suponen que el crecimiento capitalista remontar esta adversidad.Estiman que un buen timn estatal alcanzar para impulsar un crculo virtuoso de

    60 Muller Alberto. Lecciones. Pgina 12, 6-08-06.

    61 Esta caracterizacin plantea: Kregel Jan. Subir salarios pblicos y los planes sociales.Pgina 12, 23-6-06.

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    beneficios empresarios y avances sociales, como si el sistema pudiera sustraerse degolpear a los trabajadores.

    Otros neo-desarrollistas de mayor peso saben que el modelo depende del techosalarial y de la limitacin de los gastos sociales. Este realismo es plenamente compartidopor sus adversarios neoliberales. Entre ellos disienten en la forma de contener la inflacin

    o manejar el tipo cambio, pero no en los objetivos prioritarios de la clase capitalista62

    .

    Existe una tercera corriente de economistas alineados con el distribucionismo, quecuestiona el carcter social regresivo del modelo63. Postulan introducir ciertas reformassociales sin alterar el marco capitalista, suponiendo equivocadamente que el sistemapuede operar en forma humanizada, conciliando el crecimiento con la equidad.

    En esta misma lnea se ubica actualmente una vertiente del Plan Fnix, que hatomado cierta distancia de su anterior identidad con los industriales. Han elaborado un plan2006-10 que promete resolver los dramas sociales con pocos cambios laborales(eliminacin de los contratos precarios), asistenciales (cierto ingreso universal),previsionales (ajustes en el sistema de las AFJP) e impositivos (gravamen a la herencia ycierta reduccin del IVA)64. Esperan remontar la tragedia social de Argentina con tmidas

    modificaciones del status quo, ya que idealizan al capitalismo y olvidan la incompatibilidadde este rgimen con la reduccin de la explotacin o la desigualdad.

    Todos los economistas de izquierda (y entre ellos los miembros del EDI)postulamos un cuarto enfoque, que propugna transformaciones radicales inmediatas yplanteos estratgicos socialistas. Esta lnea de pensamiento que desenvuelve su accinen el campo de las organizaciones populares- difiere del distribucionismo en el alcance delas propuestas a concretar en forma perentoria y en la explcita perspectiva anticapitalistade estas medidas. Los distintos programas que ha expuesto el EDI en ltimos cuatro aosconstituyen ejemplos de esta postura.

    Pero la vitalidad de un planteo econmico de izquierda depende de suactualizacin. El contexto del 2007 es completamente diferente al marco que prevaleca en

    el 2001-02. El colapso econmico ha sido reemplazado por un modelo neo-desarrollista engestacin. Caracterizar el funcionamiento y las contradicciones de este esquema es eldesafo intelectual del momento. Esta reflexin transita por dos caminos: la batalla deideas contra los opresores y el intercambio de conocimientos en el campo popular. Lacomprensin y crtica del modelo exigen recorrer ambos senderos.

    3-02-07

    62 Esta convergencia se verifica en las coincidencias del primer grupo (Miguel Bein, EduardoCuria, Mercedes Marc del Pont) con el segundo (Pablo Rojo, Juan Llach, Miguel Braun). Diezeconomistas proponen medidas para 2007, Pgina 12, 7-1-07.

    63 Claudio Lozano, Rubn Lo Vuolo, Leonardo Blejer. Diez economistas proponen medidaspara 2007, Pgina 12, 7-1-07. Tambin Hourest Martn. De que signo es el gobierno. Pgina

    12, 11-6-06.64 Plan Fnix, segunda versin. Pgina 12, 20-10-06.