ÉL. Entonces ¿hare un trabajo que les sobra, luego de ... · Por medio del diezmo y las ofren-das...

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El pacto con Dios existe y está destinado a ofrecer un medio para que el pueblo de Dios pros- pere. Si operas bajo el pacto, conforme a los preceptos de este, estás operando bajo Su cobertu- ra, esto te permite prosperar como Dios lo ha diseñado. Jesús nos enseñó los fundamen- tos para vivir una vida de victo- ria financiera: Principio #1: Dios es el dueño de todo. Principio #2: El administrador NO es dueño de aquello que recibió, pero es respon- sable de administrarlo. Por medio del diezmo y las ofren- das reconocemos que Dios es el dueño de lo que ÉL nos ha dado. Algo que todos tenemos en la misma medida es el potencial de vida: talento, tiempo y tesoro. Hacer negocios para el Rey y para su reino es usar al máximo el potencial de vida que Dios nos ha dado. En nuestro País, debido a la poca confiabilidad en las organizacio- nes de seguridad social, y en quienes las administran, se escu- cha decir a muchas personas que pasan los 50 años que están trabajando en algún emprendi- miento para tener asegurada su jubilación con algún tipo de nego- cio, o que están ahorrando para tener algo para vivir cuando ya no puedan trabajar. Si somos previsores para nuestro futuro acá en la tierra cómo no vamos a ser previsores para nuestro futuro allá en el cielo. Los principios de mayordomía descritos en la Biblia existen también, para prepararte para el futuro cuando tú te retires. Tu futuro está en el cielo y tu estadía allá va a ser más prolongada que en la tierra. Lo que hagas acá en la tierra, jugara un papel funda- mental en lo que vas a disfrutar en el cielo. La Palabra enseña que cuando uno invierte en el avance del Nro. 241 190811 Pr. Rafael Vargas S. Santa Cruz, 11 de Agosto de 2019 RESUMEN DE PRÉDICA

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Page 1: ÉL. Entonces ¿hare un trabajo que les sobra, luego de ... · Por medio del diezmo y las ofren-das reconocemos que Dios es el dueño de lo que ÉL nos ha dado. Algo que todos tenemos

El pacto con Dios existe y está destinado a ofrecer un medio para que el pueblo de Dios pros-pere. Si operas bajo el pacto, conforme a los preceptos de este, estás operando bajo Su cobertu-ra, esto te permite prosperar como Dios lo ha diseñado.

Jesús nos enseñó los fundamen-tos para vivir una vida de victo-ria financiera:

Principio #1: Dios es el dueño de todo.

Principio #2: El administrador NO es dueño de aquello que recibió, pero es respon-sable de administrarlo.

Por medio del diezmo y las ofren-das reconocemos que Dios es el dueño de lo que ÉL nos ha dado.

Algo que todos tenemos en la misma medida es el potencial de vida: talento, tiempo y tesoro. Hacer negocios para el Rey y para su reino es usar al máximo el potencial de vida que Dios nos ha dado.

En nuestro País, debido a la poca confiabilidad en las organizacio-nes de seguridad social, y en quienes las administran, se escu-cha decir a muchas personas que pasan los 50 años que están trabajando en algún emprendi-miento para tener asegurada su jubilación con algún tipo de nego-cio, o que están ahorrando para tener algo para vivir cuando ya no puedan trabajar. Si somos previsores para nuestro futuro acá en la tierra cómo no vamos a ser previsores para nuestro futuro allá en el cielo.

Los principios de mayordomía descritos en la Biblia existen también, para prepararte para el futuro cuando tú te retires. Tu futuro está en el cielo y tu estadía allá va a ser más prolongada que en la tierra. Lo que hagas acá en la tierra, jugara un papel funda-mental en lo que vas a disfrutar en el cielo.

La Palabra enseña que cuando uno invierte en el avance del

reino de Dios en la tierra, está haciendo depósitos en su cuenta para su propio futuro, esos depó-sitos tienen valor eterno. Por ende, tu pensar esta enfocado en el futuro y no solamente en el presente inmediato. Mt. 6:19-21 “…sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrom-pen, y donde ladrones no minan ni hurtan...” Lo que hacemos como hijos de Dios para la expansión de Su reino incrementa nuestro tesoro personal en el cielo. El problema que tienen muchos cristianos es que pierden la pers-pectiva del plano celestial. Olvi-dando lo que dice la Palabra en Fil. 3:20 ”Mas nuestra ciudadanía está en los cielos…”

Estamos llamados a administrar todos los recursos que Dios nos ha dado con eficiencia, con

responsabilidad y que no nos quede duda, el Rey volverá y nos pedirá cuentas a todos por cómo administramos lo que ÉL nos dio. Lc. 19:15.

Cuando Cristo venga establecerá su tribunal y allí pedirá cuentas 1 Cor. 3:10-15 “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedi-fica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras precio-sas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifies-ta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de

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Pr. Rafael Vargas S.Santa Cruz, 11 de Agosto de 2019

alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque, así como por fuego”. Qué clase de edificio construimos sobre el fundamento que Dios nos da; esta es una advertencia para que estemos atentos a la manera de administrar los recursos que Dios nos da, entre ellos, el dinero. Un día nuestra mayordo-mía va a ser puesta a prueba y tendrá que resistir el fuego del tribunal de Cristo. Ese día, es un día para recompensar el trabajo de los mayordomos.

Ese día esta descrito en 2 Cor. 5:10-11 “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea

bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres...”

Así que cuando Jesús regrese a la tierra, ÉL juzgará a su pueblo. He. 10:30 “… El Señor juzgará a su pueblo”. El querrá saber qué hicis-te con lo que te dio y como se benefició ÉL y su reino con ello.

Si pierdes de vista que Jesús regresará y tendrás que explicarle como invertiste los recursos que ÉL te confió, tú has perdido aque-llo que tiene un verdadero signifi-cado. Ese no es el día de evalua-ción para salvación, es el día de evaluación para recompensa por lo que hicimos para la eternidad o bien para sufrir las pérdidas por la mala administración.

Muchas personas le dan propi-nas a Dios. Le dan a Dios el dinero

que les sobra, luego de gastar en todo lo que quieren, luego de edificar sus negocios, con las sobras se presentan a Dios a darle las sobras, sin tener respeto. Y en verdad necesitamos tener un profundo respeto a Dios, ÉL es el REY.

Cuando haces las cosas de forma improvisada, estás demostrando tu falta de interés. Cuando uno hace una obra costosa, uno quiere que todo lo que se haga se haga bien. Si haces construir una casa costosa, quieres que cada detalle este 100 puntos, caso contrario insistes en que se corri-jan los detalles que no lo estén. Y haces esto porque “cuanto más costoso es algo, más en serio te lo tomas”. Mi vida le costó a Dios, que Jesús fuera crucificado; y me dio el privilegio de gobernar con

ÉL. Entonces ¿hare un trabajo mediocre para Dios? ¿Le daré a Dios las sobras de los recursos que tengo a mi disposición? Tu respuesta es clave. No puedes zafarte siendo un administrador mediocre; porque seremos evaluados y rendiremos cuentas al Rey. La mayordomía tiene que ver con qué lugar ocupa Dios en tu jerarquía de prioridades. ¿Está en primer, segundo o último lugar? ¿O tal vez ni siquiera lo tomas en cuenta?

Usa los recursos para expandir el reino de Dios en la tierra y cuando lo pongas a ÉL en el primer lugar de tu vida, recibirás las recompensas de su favor.

RESUMEN DE PRÉDICA

Page 2: ÉL. Entonces ¿hare un trabajo que les sobra, luego de ... · Por medio del diezmo y las ofren-das reconocemos que Dios es el dueño de lo que ÉL nos ha dado. Algo que todos tenemos

El pacto con Dios existe y está destinado a ofrecer un medio para que el pueblo de Dios pros-pere. Si operas bajo el pacto, conforme a los preceptos de este, estás operando bajo Su cobertu-ra, esto te permite prosperar como Dios lo ha diseñado.

Jesús nos enseñó los fundamen-tos para vivir una vida de victo-ria financiera:

Principio #1: Dios es el dueño de todo.

Principio #2: El administrador NO es dueño de aquello que recibió, pero es respon-sable de administrarlo.

Por medio del diezmo y las ofren-das reconocemos que Dios es el dueño de lo que ÉL nos ha dado.

Algo que todos tenemos en la misma medida es el potencial de vida: talento, tiempo y tesoro. Hacer negocios para el Rey y para su reino es usar al máximo el potencial de vida que Dios nos ha dado.

En nuestro País, debido a la poca confiabilidad en las organizacio-nes de seguridad social, y en quienes las administran, se escu-cha decir a muchas personas que pasan los 50 años que están trabajando en algún emprendi-miento para tener asegurada su jubilación con algún tipo de nego-cio, o que están ahorrando para tener algo para vivir cuando ya no puedan trabajar. Si somos previsores para nuestro futuro acá en la tierra cómo no vamos a ser previsores para nuestro futuro allá en el cielo.

Los principios de mayordomía descritos en la Biblia existen también, para prepararte para el futuro cuando tú te retires. Tu futuro está en el cielo y tu estadía allá va a ser más prolongada que en la tierra. Lo que hagas acá en la tierra, jugara un papel funda-mental en lo que vas a disfrutar en el cielo.

La Palabra enseña que cuando uno invierte en el avance del

reino de Dios en la tierra, está haciendo depósitos en su cuenta para su propio futuro, esos depó-sitos tienen valor eterno. Por ende, tu pensar esta enfocado en el futuro y no solamente en el presente inmediato. Mt. 6:19-21 “…sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrom-pen, y donde ladrones no minan ni hurtan...” Lo que hacemos como hijos de Dios para la expansión de Su reino incrementa nuestro tesoro personal en el cielo. El problema que tienen muchos cristianos es que pierden la pers-pectiva del plano celestial. Olvi-dando lo que dice la Palabra en Fil. 3:20 ”Mas nuestra ciudadanía está en los cielos…”

Estamos llamados a administrar todos los recursos que Dios nos ha dado con eficiencia, con

responsabilidad y que no nos quede duda, el Rey volverá y nos pedirá cuentas a todos por cómo administramos lo que ÉL nos dio. Lc. 19:15.

Cuando Cristo venga establecerá su tribunal y allí pedirá cuentas 1 Cor. 3:10-15 “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedi-fica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras precio-sas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifies-ta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de

¿Qué me llamó la atención de esta prédica?¿Qué palabra me dió Dios hoy?¿Cómo puedo poner en práctica lo aprendido?

Mis

notas

alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque, así como por fuego”. Qué clase de edificio construimos sobre el fundamento que Dios nos da; esta es una advertencia para que estemos atentos a la manera de administrar los recursos que Dios nos da, entre ellos, el dinero. Un día nuestra mayordo-mía va a ser puesta a prueba y tendrá que resistir el fuego del tribunal de Cristo. Ese día, es un día para recompensar el trabajo de los mayordomos.

Ese día esta descrito en 2 Cor. 5:10-11 “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea

bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres...”

Así que cuando Jesús regrese a la tierra, ÉL juzgará a su pueblo. He. 10:30 “… El Señor juzgará a su pueblo”. El querrá saber qué hicis-te con lo que te dio y como se benefició ÉL y su reino con ello.

Si pierdes de vista que Jesús regresará y tendrás que explicarle como invertiste los recursos que ÉL te confió, tú has perdido aque-llo que tiene un verdadero signifi-cado. Ese no es el día de evalua-ción para salvación, es el día de evaluación para recompensa por lo que hicimos para la eternidad o bien para sufrir las pérdidas por la mala administración.

Muchas personas le dan propi-nas a Dios. Le dan a Dios el dinero

que les sobra, luego de gastar en todo lo que quieren, luego de edificar sus negocios, con las sobras se presentan a Dios a darle las sobras, sin tener respeto. Y en verdad necesitamos tener un profundo respeto a Dios, ÉL es el REY.

Cuando haces las cosas de forma improvisada, estás demostrando tu falta de interés. Cuando uno hace una obra costosa, uno quiere que todo lo que se haga se haga bien. Si haces construir una casa costosa, quieres que cada detalle este 100 puntos, caso contrario insistes en que se corri-jan los detalles que no lo estén. Y haces esto porque “cuanto más costoso es algo, más en serio te lo tomas”. Mi vida le costó a Dios, que Jesús fuera crucificado; y me dio el privilegio de gobernar con

ÉL. Entonces ¿hare un trabajo mediocre para Dios? ¿Le daré a Dios las sobras de los recursos que tengo a mi disposición? Tu respuesta es clave. No puedes zafarte siendo un administrador mediocre; porque seremos evaluados y rendiremos cuentas al Rey. La mayordomía tiene que ver con qué lugar ocupa Dios en tu jerarquía de prioridades. ¿Está en primer, segundo o último lugar? ¿O tal vez ni siquiera lo tomas en cuenta?

Usa los recursos para expandir el reino de Dios en la tierra y cuando lo pongas a ÉL en el primer lugar de tu vida, recibirás las recompensas de su favor.

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El pacto con Dios existe y está destinado a ofrecer un medio para que el pueblo de Dios pros-pere. Si operas bajo el pacto, conforme a los preceptos de este, estás operando bajo Su cobertu-ra, esto te permite prosperar como Dios lo ha diseñado.

Jesús nos enseñó los fundamen-tos para vivir una vida de victo-ria financiera:

Principio #1: Dios es el dueño de todo.

Principio #2: El administrador NO es dueño de aquello que recibió, pero es respon-sable de administrarlo.

Por medio del diezmo y las ofren-das reconocemos que Dios es el dueño de lo que ÉL nos ha dado.

Algo que todos tenemos en la misma medida es el potencial de vida: talento, tiempo y tesoro. Hacer negocios para el Rey y para su reino es usar al máximo el potencial de vida que Dios nos ha dado.

En nuestro País, debido a la poca confiabilidad en las organizacio-nes de seguridad social, y en quienes las administran, se escu-cha decir a muchas personas que pasan los 50 años que están trabajando en algún emprendi-miento para tener asegurada su jubilación con algún tipo de nego-cio, o que están ahorrando para tener algo para vivir cuando ya no puedan trabajar. Si somos previsores para nuestro futuro acá en la tierra cómo no vamos a ser previsores para nuestro futuro allá en el cielo.

Los principios de mayordomía descritos en la Biblia existen también, para prepararte para el futuro cuando tú te retires. Tu futuro está en el cielo y tu estadía allá va a ser más prolongada que en la tierra. Lo que hagas acá en la tierra, jugara un papel funda-mental en lo que vas a disfrutar en el cielo.

La Palabra enseña que cuando uno invierte en el avance del

reino de Dios en la tierra, está haciendo depósitos en su cuenta para su propio futuro, esos depó-sitos tienen valor eterno. Por ende, tu pensar esta enfocado en el futuro y no solamente en el presente inmediato. Mt. 6:19-21 “…sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrom-pen, y donde ladrones no minan ni hurtan...” Lo que hacemos como hijos de Dios para la expansión de Su reino incrementa nuestro tesoro personal en el cielo. El problema que tienen muchos cristianos es que pierden la pers-pectiva del plano celestial. Olvi-dando lo que dice la Palabra en Fil. 3:20 ”Mas nuestra ciudadanía está en los cielos…”

Estamos llamados a administrar todos los recursos que Dios nos ha dado con eficiencia, con

responsabilidad y que no nos quede duda, el Rey volverá y nos pedirá cuentas a todos por cómo administramos lo que ÉL nos dio. Lc. 19:15.

Cuando Cristo venga establecerá su tribunal y allí pedirá cuentas 1 Cor. 3:10-15 “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedi-fica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras precio-sas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifies-ta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de

alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque, así como por fuego”. Qué clase de edificio construimos sobre el fundamento que Dios nos da; esta es una advertencia para que estemos atentos a la manera de administrar los recursos que Dios nos da, entre ellos, el dinero. Un día nuestra mayordo-mía va a ser puesta a prueba y tendrá que resistir el fuego del tribunal de Cristo. Ese día, es un día para recompensar el trabajo de los mayordomos.

Ese día esta descrito en 2 Cor. 5:10-11 “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea

bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres...”

Así que cuando Jesús regrese a la tierra, ÉL juzgará a su pueblo. He. 10:30 “… El Señor juzgará a su pueblo”. El querrá saber qué hicis-te con lo que te dio y como se benefició ÉL y su reino con ello.

Si pierdes de vista que Jesús regresará y tendrás que explicarle como invertiste los recursos que ÉL te confió, tú has perdido aque-llo que tiene un verdadero signifi-cado. Ese no es el día de evalua-ción para salvación, es el día de evaluación para recompensa por lo que hicimos para la eternidad o bien para sufrir las pérdidas por la mala administración.

Muchas personas le dan propi-nas a Dios. Le dan a Dios el dinero

que les sobra, luego de gastar en todo lo que quieren, luego de edificar sus negocios, con las sobras se presentan a Dios a darle las sobras, sin tener respeto. Y en verdad necesitamos tener un profundo respeto a Dios, ÉL es el REY.

Cuando haces las cosas de forma improvisada, estás demostrando tu falta de interés. Cuando uno hace una obra costosa, uno quiere que todo lo que se haga se haga bien. Si haces construir una casa costosa, quieres que cada detalle este 100 puntos, caso contrario insistes en que se corri-jan los detalles que no lo estén. Y haces esto porque “cuanto más costoso es algo, más en serio te lo tomas”. Mi vida le costó a Dios, que Jesús fuera crucificado; y me dio el privilegio de gobernar con

ÉL. Entonces ¿hare un trabajo mediocre para Dios? ¿Le daré a Dios las sobras de los recursos que tengo a mi disposición? Tu respuesta es clave. No puedes zafarte siendo un administrador mediocre; porque seremos evaluados y rendiremos cuentas al Rey. La mayordomía tiene que ver con qué lugar ocupa Dios en tu jerarquía de prioridades. ¿Está en primer, segundo o último lugar? ¿O tal vez ni siquiera lo tomas en cuenta?

Usa los recursos para expandir el reino de Dios en la tierra y cuando lo pongas a ÉL en el primer lugar de tu vida, recibirás las recompensas de su favor.

Page 4: ÉL. Entonces ¿hare un trabajo que les sobra, luego de ... · Por medio del diezmo y las ofren-das reconocemos que Dios es el dueño de lo que ÉL nos ha dado. Algo que todos tenemos

El pacto con Dios existe y está destinado a ofrecer un medio para que el pueblo de Dios pros-pere. Si operas bajo el pacto, conforme a los preceptos de este, estás operando bajo Su cobertu-ra, esto te permite prosperar como Dios lo ha diseñado.

Jesús nos enseñó los fundamen-tos para vivir una vida de victo-ria financiera:

Principio #1: Dios es el dueño de todo.

Principio #2: El administrador NO es dueño de aquello que recibió, pero es respon-sable de administrarlo.

Por medio del diezmo y las ofren-das reconocemos que Dios es el dueño de lo que ÉL nos ha dado.

Algo que todos tenemos en la misma medida es el potencial de vida: talento, tiempo y tesoro. Hacer negocios para el Rey y para su reino es usar al máximo el potencial de vida que Dios nos ha dado.

En nuestro País, debido a la poca confiabilidad en las organizacio-nes de seguridad social, y en quienes las administran, se escu-cha decir a muchas personas que pasan los 50 años que están trabajando en algún emprendi-miento para tener asegurada su jubilación con algún tipo de nego-cio, o que están ahorrando para tener algo para vivir cuando ya no puedan trabajar. Si somos previsores para nuestro futuro acá en la tierra cómo no vamos a ser previsores para nuestro futuro allá en el cielo.

Los principios de mayordomía descritos en la Biblia existen también, para prepararte para el futuro cuando tú te retires. Tu futuro está en el cielo y tu estadía allá va a ser más prolongada que en la tierra. Lo que hagas acá en la tierra, jugara un papel funda-mental en lo que vas a disfrutar en el cielo.

La Palabra enseña que cuando uno invierte en el avance del

reino de Dios en la tierra, está haciendo depósitos en su cuenta para su propio futuro, esos depó-sitos tienen valor eterno. Por ende, tu pensar esta enfocado en el futuro y no solamente en el presente inmediato. Mt. 6:19-21 “…sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrom-pen, y donde ladrones no minan ni hurtan...” Lo que hacemos como hijos de Dios para la expansión de Su reino incrementa nuestro tesoro personal en el cielo. El problema que tienen muchos cristianos es que pierden la pers-pectiva del plano celestial. Olvi-dando lo que dice la Palabra en Fil. 3:20 ”Mas nuestra ciudadanía está en los cielos…”

Estamos llamados a administrar todos los recursos que Dios nos ha dado con eficiencia, con

responsabilidad y que no nos quede duda, el Rey volverá y nos pedirá cuentas a todos por cómo administramos lo que ÉL nos dio. Lc. 19:15.

Cuando Cristo venga establecerá su tribunal y allí pedirá cuentas 1 Cor. 3:10-15 “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedi-fica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras precio-sas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifies-ta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de

alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque, así como por fuego”. Qué clase de edificio construimos sobre el fundamento que Dios nos da; esta es una advertencia para que estemos atentos a la manera de administrar los recursos que Dios nos da, entre ellos, el dinero. Un día nuestra mayordo-mía va a ser puesta a prueba y tendrá que resistir el fuego del tribunal de Cristo. Ese día, es un día para recompensar el trabajo de los mayordomos.

Ese día esta descrito en 2 Cor. 5:10-11 “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea

bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres...”

Así que cuando Jesús regrese a la tierra, ÉL juzgará a su pueblo. He. 10:30 “… El Señor juzgará a su pueblo”. El querrá saber qué hicis-te con lo que te dio y como se benefició ÉL y su reino con ello.

Si pierdes de vista que Jesús regresará y tendrás que explicarle como invertiste los recursos que ÉL te confió, tú has perdido aque-llo que tiene un verdadero signifi-cado. Ese no es el día de evalua-ción para salvación, es el día de evaluación para recompensa por lo que hicimos para la eternidad o bien para sufrir las pérdidas por la mala administración.

Muchas personas le dan propi-nas a Dios. Le dan a Dios el dinero

que les sobra, luego de gastar en todo lo que quieren, luego de edificar sus negocios, con las sobras se presentan a Dios a darle las sobras, sin tener respeto. Y en verdad necesitamos tener un profundo respeto a Dios, ÉL es el REY.

Cuando haces las cosas de forma improvisada, estás demostrando tu falta de interés. Cuando uno hace una obra costosa, uno quiere que todo lo que se haga se haga bien. Si haces construir una casa costosa, quieres que cada detalle este 100 puntos, caso contrario insistes en que se corri-jan los detalles que no lo estén. Y haces esto porque “cuanto más costoso es algo, más en serio te lo tomas”. Mi vida le costó a Dios, que Jesús fuera crucificado; y me dio el privilegio de gobernar con

ÉL. Entonces ¿hare un trabajo mediocre para Dios? ¿Le daré a Dios las sobras de los recursos que tengo a mi disposición? Tu respuesta es clave. No puedes zafarte siendo un administrador mediocre; porque seremos evaluados y rendiremos cuentas al Rey. La mayordomía tiene que ver con qué lugar ocupa Dios en tu jerarquía de prioridades. ¿Está en primer, segundo o último lugar? ¿O tal vez ni siquiera lo tomas en cuenta?

Usa los recursos para expandir el reino de Dios en la tierra y cuando lo pongas a ÉL en el primer lugar de tu vida, recibirás las recompensas de su favor.