La caza del oso, o, El tendero de comestibles : viaje ...
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19 8 O
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LA CAZA DEL OSO
ó
EL TENDERO DE COMESTIBLES
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Para la música de esta obra, asi como Ja de todas las del repertorio
español y extranjero, incluso las óperas, dirigirse al archivo musical de
ARREGUI y ARUEJ, Greda, 15, bajo.
LA CAZA DEL OSO
EL TENDERO DE OTiTMJSVIAJE CÓMICO-LÍRICO EN ÜN ACTO Y TRES CUADROS, EN VERSO
ORGIINAL DE LOS SEÑORES
JOSÉ JACKSQN VETA! Y DON EÜSEBIO SIERRA
música del maestro
DON FEDERICO CHUECA
Estrenado en el TEATRO DE APOLO el 6 de Marzo de 1891
TERCERA EDICIÓN
MADRIDR. VELASCO, IMPRESOR, RUBIO, 20
1891
REPARTO
FEBSONAJSS ACTORES
LUISA Srta. Campos.
COCINERA. FRANCESA)
'
t
CAROLAi
Alba(L.)
CHULA 1.a
. . .
.
Salvador.
CHULA 2.a Campos (A.)
DON JOSÉ Sr. Mesejo (J.)
EL SEÑOR RODRÍGUEZ Rodríguez.
EMILIO Mesejo (E.)
SECRETARIO Ruesga.
PASCUAL Alba.
TOLÍN Soler.
PACO ÜABA.
EL MÁS GRANDE DE LOS TRES. Jerez.
DOMINGO Rosell.
UN GUARDIA CIVIL Díaz.
Coro de cazadoras, (4) criadas, asturianas, cazadores, guardias de Orden
Público, barrenderos, horteras, asturianos, etc.
La acción del i.° y 2.° cuadro en Madrid, y la del j.
en las montañas de Asturias
(1) Luisa y el coro de cazadoras vestirán de amazonas con la cola
recogida por un paje, viéndose la media bota de charcl, llevarán som-brero hongo de los llamados calbbreses y sacan latiguillos eu la mano.Los cazadores sacarán trajea de pana de color castaña y grises, po-
lainas de cuero, sombrero de fieltro de ala ancha, cananas á la cintura
y escopetas.
4CT0 ÚNICO
CUADRO PRIMERO
Salón de un Círculo cinegético.—Algunos atributos de caza coloca-
dos convenientemente.—Veladores, sillas, etc.—Cabezas de ciervo
sobre las puertas.
ESCENA PRIMERA
DOMINGO y PACO, los dos de uniforme
Dom. Oye, Paco...
Paco Habla, gracioso./.
Dom. Pues, yo creo, francamente...
Paco ¿Qué?Dom. Que el Círculo presente
es un círculo vicioso.
PACO (Dándole un golpecito en la cara.)
¡Toma! ¿Pues, qué duda cabe?Dom. ¿Sabes tú por qué se llama
Venatorio?... Eso me escama.PACO (Dándole otro golpecito.)
¡No lo sabe! ¡No lo sabe!
Pues oye y vuérvete loco.
Tiene otro nombre más raro.
Dom. ¿Cuál?Paco Sinegético... ¡claro!
Que no lo sabes tampoco.
— 6 —
ESCENA II
DICHOS, EL SEÑOR RODRÍGUEZ
Paco A ver, Domingo, al instante
el abrigo.
Rod. Nada de eso.
Toma el bastón, que es de peso
y me abriga lo bastante, (vase Domingo.)
ESCENA III
EL SEÑOR RODRÍGUEZ y PACO
Eod. ¿Temer yo al frío? ¡Bobada!Paco ¿Y qué va á tomar usté?
Rod. ¿Ha venido don José?
Paco No.Rod. Sin él no tomo nada.
¡Ayl (Poniéndose la mano en el estómago.)
Paco ¿Qué es eso?
Rod. Que maldigoestos dolores violentos...
Antiguos resentimientosdel estómago conmigo.
Paco ¿Sufre?
Rod. De un modo terrible.
Dice que lo trato maly de tiempo inmemorialme hace una guerra insufrible.
Paco Tengo un remedio supino
para el estómago.Rod. ¿Sí?
Paco Aguárdeme usted aquí.
(Vase corriendo por el foro.)
Rod. Cúmmell ó Benedictino.
ESCENA IV
EL SEÑOR RODRÍGUEZ
Me trae de fijo una copa.
¡Uf, y qué tarde tan fría!
Lo que más me conveníaera un platito de sopa.
¡Ay, Rodríguez! ¡Cómo estás!
Y que tu suerte no muda.Toda mi afección agudaes el hamhre nada más.Mal de fortuna me veo
y desde mis mocedadesexploto las sociedades
y círculos de recreo.
Esclavo del egoísmo,de comer busco la traza,
ya de pesca ó ya de caza,
que eso á mí me dá lo mismo.He pasado el purgatorio;
y hoy, más práctico y sintético,
soy sablista cinegético
ó vividor venatorio.
El cargo pude atrapar
de tesorero. ¡Qué apuros!
¿Cuándo veré yo cien durospara poderme escapar?
Huir á Méjico á través
de azules ondas suaves,
y al llegar, quemar mis naveslo mismo que Hernán Cortés.
ESCENA V
DICHO y PACO con un vaso de agua y un paquetito de bicarbonato.
Después EMILIO
Paco ¿Y el dolor?
Rod. Me da mal rato.
Paco Pues ya está usted bueno.Rod. ¿Sí?
— 8 —(No veo la copa.)
Paco Aquí.
tiene usté; bicarbonato.
Con esto el dolor se acaba.
Rod. Bien; lo tomaré después.
(¡Bicarbonato! ¡Pues es
lo único que me faltaba!) (sale Emilio.)
Emil. ¡Hola, señor tesorero!
Rod. ¡Adiós, querido vocal!
Emil. (Este no debe estar mal.)
Ron. (Este anda bien de dinero.)
Emil. Está la tarde endiablada. (Frotándose las manos.)
Rod. Pues para el fríe, café.
Emil. ¿Ha venido don José?Rod. No .
Emil. Sin él no tomo nada.¡Es tan bueno!...
Rod. Un caballero.
Paga siempre.
Emil. No se fija...
Yo soy novio de su hija.
Paco ¡Ole! Aspirante á tendero.
Rod. Yo, Emilio, me alegraría
de que usted me acompañara...(Señalando el vaso de agua.)
Emil. Pues... un vaso de agua clara.
Estoy por la hidropatía, (vase Paco.)
ESCENA VI
EL SEÑOR RODRÍGUEZ y EMILIO
EMIL. (Por las cabezas de ciervo.)
Vamos; ya hay algún trofeo.
Tiene carácter marcado.Rod. Varios socios han mandado
las cabezas.
Emil. Ya lo veo.
¿De usté alguna?Rod. No, señor.
Las tengo de algunas fieras.
De leones, de panteras,
de tigres... caza mayor.
— 9 —Emil. Soy cazador más sencillo,
y de instintos más suaves.
Yo me dedico á las aves:
al jilguero y al pardillo, (se sienta.)
Rod . ¿Y la política?
Emil.'
Mal.no quiero en ella meterme.
Rod. A mí querían hacermediputado provincial.
Emil. Hice á Sagasta un servicio
muy grande, y el buen señorquiso hacerme senador...
Rod. ¿Senador?Emil. Sí; vitalicio, (con desprecio.)
Pero eso á mí no me agrada.
Rod. ¿No?Emil. Porque yo, francamente,
llevo otra cosa en la frente.
Rod . Pues no he reparado nada.Emil. El arte. Su voz escucho,
y, con temblorosa mano,la traduzco en el piano.
Rod. ¿Músico? Me alegro mucho.Se le conoce á usted yaen la vista penetrante.
¿Conque toca usted?Emil. Bastante.Rod. (¿En qué murga tocará?
Emil. Para la ocasión primeratengo un motivo pensado.
Rod. ¡Bravo!
Emil. «El macho enamoradoó la perdiz traicionera.»
Rod. ¿Música ligera?
Emil. Mucho,Es una pieza expresiva,
natural é imitativa.
Dúo volátil.
Rod. Ya escucho.
IIúsica
Emil. Sale unp de su casa,
toma el ferrocarril,
— 40 —y al otro día pasalo que va usté á oir.
Al salir el sol
canta la perdiz,
y al oiría el machole contesta así:
cuchi chichi.
Rod. Una cosa igual
me sucede á mícon la sobrinita
del patrón que tengo yo aquí.
Emil. Corre que corre, que corre, que corre,
vuela que vuela, que vuela, que vuela,
y orgulloso al ver su amadapor delante se pasea.
Rod. Ella me mira, me mira, me mira,
y yo me río, me río, me río,
pero no la digo nadacuando está delante el tío.
Emil. ¡Pun! pica aquí, ¡pun! pica allá,
¡puní corre aquí, ¡pun! corre acá.
Rod. ¡Puní yo también, ¡puní lo hago así,
si el tío no está allí.
Emil. La hembra entonces deja de cantar
Rod. Y á la otra hembra le sucede igual.
Emil. Se hacen dos mimitos,juntan los piquitos.
Rod. Qué pareciditos
yo y el animal.Emil. Ay, qué diversión,
ver que la perdilz,
engañando al machocanta siempre así:
Cuchí chichi.
Rod. Aunque es Juana igual,
no me engaña á mí,porque soy un machoharto de volar por Madrid.
Emil. Sin miedo extrañoal tollo el macho llega,
y cerca del engaño
— 11 —alegre canta y juega.
Rod. Yo también canto
y soy muy juguetón,
mas siempre escurro el bulto
con gran precaución.
Los dos Ay, qué placer tan grandees para el cazador,
el macho ver á tiro
y herirle á traición.
¡Pon!
(Al terminar el número sale Paco con bandeja, botella
y copa d3 agua, que deja caer al ruido final.).
ESCENA VII
DICHOS, PACO
Hablado
¡Demonio! (Recogiendo la bandeja.)
¡Estoy admirado!¡Qué inspiración tan feliz!
¿Ha visto usted la perdiz?
Sí; y al macho. (En estofado.)
ESCENA VIII
DICHOS, DON JOSÉ
José Señores...
Rod. Ya está aquí el hombre.¡Don José!...
Emil. ¡Don José!...
José ¡AmigosIYa va estando esto en carácter;
ya hay aquí ciervos y chivos...
Ya estoy en mi centro.
Rod. Claro.
José Yo sólo disfruto y vivo
entre animales, de modoque ahora estoy contentísimo.
Pero, ¿no tomamos algo?
Rod. Usted dirá.
— 12
José A ver, Emilio,
á sentarse; y usted, Paco...
Paco ¿Qué. me manda el señorito?
José ¡Sírvenos café.
Paco ¿Con gotas?
Rod. A mí, no; con panecillo,
con media tostada. Tengoel estómago perdido
y sin pan, nada; no me entra
el café.
José Pues es rarísimo;
también tengo yo el estómagomalo, y jamás he podidotomar manteca.
Rod. ¡Ay! Entoncestengo un remedio magníficopara usted: bicarbonato.
(Sacando el paquetito que le dio Paco.)
José ¡Quiá! ¡Si he tomado muchísimo!Me cuesta tantas fatigas
digerir...
Rod. Pues es distinto
nuestro mal. A mí me cuesta
comer.Emil. ¿Sí?
Paco Ya están servidos
los señores.
José ¿Cuánto es eso?
Rod. ¡Don José!
José ¿Qué pasa?Rod. Digo
que fuera abusar dejarle
pagar siempre.
Emil. Sí; abusivosería; y usté... y nosotros...
(Echando mano al bolsillo.)
Rod. Justo; no lo consentimos.Hoy no paga usted.
José Bueno, hombre.Rod. No señor; hoy paga Emilio.
EmIL. (¡Caracoles!) ¿Yo?Rod. Sí.
Emil. Bueno;pero yo... ¡¡Qué compromiso!)
— 13 —Lo tomará usté á desaire.
Yo, no soy hombre que admitoun obsequio de cualquiera...
campechano y expansivo.
Yo también soy eso... }r más...
pero un desprecio á un amigono se lo doy... y á usted toca... -
¿Cuánto es esto, Paco?(Viendo que no paga nadie.)
Cincoreales.
¿Lo ve usted? Ya iba
á darse por ofendido.
Pues que no haya cuestión. Pagueusted.
(¡En buena me he visto!
Rodríguez no tiene un cuarto.)
(No tiene un cuarto este chico.)
ESCENA IX
DICHOS y SECRETARIO
¡Hurra por los cazadores!
Bien hallados.
Bien venido.
Pues ya está aquí reunidatoda la Junta del Círculo,
presidente, secretario,
vocal...
Vocal... aunque indigno. (Bosteza.)
No; pues por falta de bocano será.
Creo lo mismo.Tesorero...
Sin tesoro.
Ya le habrá.
(¿Cuándo, Dios mío?)¿Conque hoy se inaugura esto?
Sí, señor.
Va á estar magnífico.
Y que en las invitaciones
llevadas á domicilio
__ 14 —la junta ruega á los socios
y socias, que en traje dignose presenten. Es decir,
con el traje del oficio.
Kod. ¿De cazadores?
Sec. Eso es.
Emil. Pues la junta, según miro,no viste el traje.
Rod. Para eso
somos la junta.
José Es sabido.
Emil. ¿Y hay muchas socias?
Sec. Bastantes.
Emil. ¿Y vendrán?Sec. Así lo han dicho.
José Lo que es mi hija y sus amigas,vienen.
Emil. ¿De fijo?
José De fijo.
Emil. (Para mí basta.) Y, ¿qué haremosaquí?
Sec. Pues vernos y unirnos;
despertar las aficiones
del público al ejercicio
de la caza, el más honroso,
el más noble y el más digno.
Emil. Pues no veo la tostada.
Rod. Es que ya me la he comido;pero pueden traer otra.
Sec. ¿No es cazador usté, Emilio?José Es principiante.
Sec. Por eso.
José Pero es también mi discípulo,
y si ha hecho muy poca cosa,
ha visto algo, pues me ha visto
cazar á mí.
Rod. ¡Qué fortuna!
José Y, aunque me esté mal decirlo,
yo, allí donde pongo el ojo,
ya se sabe, pongo el tiro.
Rod. Pues va usté á quedarse tuerto.
José Nada; que refiera Emiliolo que me vio hacer á míen Las Rozas, el domingo.
— 15
Emil. ¿Yo?Sec. A ver...
Emil. Pues le vi comersedos tortillas con chorizos.
Rod. ¡Bravo!
José Antes, antes.
Rod. ¿Qué antes?
Don José... si eso es magnifico.
Emil. ¿Antes? ¡Ah! Sí. Pues fué horrible.
Nos salió un toro al camino,que luego resultó que era
vaca.
Rod. Bueno; da lo mismo.Emil. Y don José, conteniendo
á duras penas sus ímpetus,
echó á correr.
Sec. Pues no veo...
Emil. Pudo disparar; no lo hizo
porque á un toro se le mata. con estoque, no de un tiro,
pues eso sería, paraun cazador, depresivo.
Rod. ¡Bravo, bravo!
José ¡Eh! Poca cosa;
pero yo, como no grito,
no soy conocido.
Rod. ¡Cómo!Aquí le hemos conocido.
José ¡Lo que yo he matado!...
Rod. (El hambrey gracias.)
José Paco: un saquito
que dejé en el guardarropa.Paco En seguidita.
José He traído
también dos ó tres cajonesde alimañas y de bichos.
Luego los verán ustedes.
Todos míos, todos míos.Rod. (Le habrán costado el dinero.)
Paco Aquí está.
José Saque usté, Emilio.Emil. Pero, ¿hay animales? (con miedo,)
José Muertos.
46 —Emil. ¡Ah! Y aunque estuvieran vivos.
¡Un loro! (Sacándolo del saco de mano.)
José Lo maté en Móstolesel año setenta y cinco.
Rod. Estaría en una jaula.
José iQuiá! En el campo; y el inclino
me vio apuntarle y decía:
«no me mates.»Rod. ¡Pobrecito!
No me mates, no me mates...
Sec. Pues es un caso rarísimo,
porque en estas latitudes
donde hay inviernos tan fríos
,
no se dan loros.
José Es que este
lo maté yo en el estío,
con mucho calor.
Sec. No obstante...
Emil. ¡Otro pájaro! (Sacando un perico.)
Sec. ¡Un perico!
José Ese le maté en Pozuelo.
Sec. ¡En Pozuelo!
Rod. • (¡Jesucristo!)
Sec. Si no los hay en España.José No diga usted desatinos.
¿No ha de haber Pericos, hombre?Rod. ¡Vaya! Conozco muchísimos.Sec. De ese nombre.Rod. Pues es claro.
Sec. Distingamos. Lo que digo
Rod.yo...
(Don José... ¡qué envidioso!)
José (Sí; ya se lo he conocido.)
Sec. Me explicaré.
José No hace falta.
Ya que anda usted con distingos
para todo, vamos fuera;
no fuera, á ese saloncito;
verá usted el cajón grande
y se quedará usted vizco.
Sec. Vamos allá.
Emil. Vamos todos.
Rod. (¡Quid! Yo no suelto á este tío.)
(Vanse por la izquierda.)
— 17 —
ESCENA X
LUISA y CAZADORAS
Todas ¡Viva! (Dentro.)
Luisa No hay que alborotar.
Compañeras, adelante. (Entran.)
Una ¡Que hable!
Luisa -. Creo que este instante
no es el instante de hablar.
Las hembras hemos nacidopara este ejercicio diestras.
Como que somos maestrasen la caza del marido.
' Contra el bando que se acampacae nuestra fuerza enemiga,ya con red, ó ya con liga,
ya con lazo, ó ya con trampa;
y si se escapa un traidor,
burlando nuestro deseo,
se le caza á volateo,
á plomo, que es lo mejor.
De municiones acopio
desde este momento hagamos,
y sepan todos que entramosaquí por derecho propio.
¡Hurra! ¡Que viva la caza!
Conmigo mis compañeras.Hombre: quieras ó no quieras,
¡plaza á las mujeres, plaza!
(Gran algazara entre todas. Unos versos antes habrá
salido el coro de Cazadores, don José, Rodríguez,
Emilio y el Secretario.)
ESCENA XI
DICHAS, DON JÓSE, EMILIO, RODRÍGUEZ, SECRETARIO, y Coro
de Cazadores
JoséEmil.Sec.
¡Bravo!
Bien!
Muy bien, señora.
_.. 18 —José ¡Qué pico tiene! ¡Un primor!
Rod. ¡Vaya! Es tocio un orador;
digo, toda una oradora.
Emil. Reunidos ellos y ellas...
aquí de mi imno coral.
Sec. El brindis inaugural.
José Paco, saca unas botellas.
Emil. A este lado los tenores,
y las tiples á este lado.
Mucha letra y muy marcado.¿Estamos? A una, señores.
ftEúsicsa
Luisa Venid, venid, llegad,
cazadores, que ya es hora,
venid á inaugurar
la campaña venatoria.
Coro Venid, venid, llegad
que la veda concluyó
y apenas la aurora
los campos colora,
llegada es la horaque el placer soñó.
Todos Corran los caballos
á todo correr
á cubrir los puestos
al amanecer,
y nadie deje luegola ocasión perder.
Cuando el alba asome por Oriente
, y su luz anuncie la del sol,
ya no habrá del monte ni una mataque detrás no oculte á un cazador,
Tralará, lará, lará.
Esa es la vida
y eso es gozar
sin la molicie
de la ciudad.
No hay otra dichani otra ilusión.
Esa es la gloria
del cazador.
Luisa Bebed, bebed,
49 —
Coro
Luisa
Todos
brindad, brindadpor el placer
que da el cazar.
La lucha en el campoconstante y tenaz,
da al cuerpo salud
y al ánimo paz.
Bebed, bebed,brindad, brindadpor el placer
que da el cazar.
La lucha en el campoconstante y tenaz,
da al cuerpo salud
y paz.
Tralará, lará, lará.
Venid, volemos á la pará respirar el aire
que en el monte corre
con más libertad.
No hay un placer
en la vida mayorque es el del campopara el cazador.
Venid, volemos á la par, etc.
No hay un placer maj^or,
sin titubear,
para el cazadorcomo el de cazar.
JBtaiMado
Rod.
Señores... ¡qué dulce instante!
Me enorgullezco y me engrío
al mirar en torno míotanta faz, tanto semblanteen donde está bien pintadoel júbilo más ardiente,
por ver aquí tanta gente
y este Círculo creado.
Pero á tal satisfacción
falta algo, á la vista salta;
algo falta aquí... ¿qué falta?
El lunch de inauguración.
— 20 —Sec. Tenemos local hermoso
y hasta emblemas tentadores.
Pues ¿qué nos falta, señores?Tener á la puerta un oso.
Rod. Emilio...
Sec. dos osos, muertospor uno de los presentes,
que reciban á las gentescon ambos brazos abiertos.
Emil. (¡Uf!)
Sec. Y expuesto el punto ya,
¿no ha de haber uno, señores,
entre tantos cazadoresque mate un oso?
Rod. Le habrá.
José ¡Ole!
Sec. ¿No habrá quien dé honorá todos?
Rod. Sí, señor, sí.
Sec. ¿Y nos traerá un oso aquímuerto por él?
Rod. Sí, señor.
Todos ¡Bravo, bravo!
Rod. Le traeré.
Sec. Pues mejor hoy que mañana.(Don José aplaude á Rodríguez.)
Rod. En esta misma semanale va á matar don José.
José ¡Cómo! ¿Yo? ¿Qué dice este hombre?Yo, no.
Rod. Una actitud modesta...
(¿qué mejor ocasión que esta
para dar lustre á su nombre?)José (Pero...)
Rod. (Iré yo con usté.)
José (¿Y qué?)
Rod. (Y le mataré yo.)
Luisa Yo también voy.
Emil. Pues yo no.
Sec. Un hurra por don José.
Todos ¡Hurra!
Emil. Mira; yo, por mí,
no te sigo.
Luisa ¡Qué miedoso!
21 —Emil. En vez de matar ai oso
me puede matar á mi.
Luisa Pues no hay paga, y se acabótodo.
Emil. (¡Dios omnipotente!)
José A Asturias. (Fingiendo valor.)
Sec. Es un valiente.
Luisa Y yo con usted.
Emil. Y yo.
Rod. (Otro goirón.)
José Pero....
Rod. Nada;aquí de las valentías.
~ (Ya tengo por ocho días
la comida asegurada.)
José (Conste que lo mata usté.)
Rod. (Hombre... me sobra coraje.)
José ¡Hurra! A Asturias de viaje.
Sec. Viva, viva don José.
(Todos le victorean y hacen mutis.)
MUTACIÓN
CUADRO SEGUNDO
Calle corta.—A la derecha tienda de ultramarinos de D. José y
ventana baja practicable.—A la izquierda la nueva tienda de aves
titulada «Au Cordón bleu.»
ESCENA PRIMERA
Aparecen la CHULA 1.ay la CHULA 2.
ay algunas CRIADAS de-
lante del «Cordón bleu.»-A poco la COCINERA FRANCESA.
Chula 1.a ¡Qué tienda!
Chula 2. a ¡No han sío mezquinos!Chula 1 .
a ¡Mía tú que poner espejos
pa vender pavos, conejos,
perdices y palominos!
Y la llaman «Au cordónbleu.
»
Chula 2. a Que cualquiera lo entiende.
n —Chula 1.a
Chula 2.a
Chula 1.a
Chula 2.a
Chula 1.a
Chula 2.a
Chula 1.a
Chula 2.a
Chula 1.a
Coc.
Criada.
Coc.
Criada,Coc.Criada.Coc.
Aquí tó lo que se vendees de París y Londón.Creerán que tienen más gracialos pájaros extranjeros.
¡Viva el lujo, caballeros!
Tiendas pa la aristocracia.
Esto no es pa pobres.
No.Pa cocineras como esta,
que salen con cofia y cesta.
Francesas y se acabó,
Mía qué paso tan bonito.
Paece que cuerda les dan.
Vendrá á comprar un faisán
pa que cene el señorito.
(Sale la cocinera francesa con traje negro y delantal
y cofia blancos.)
Música
Yo voy al Cordón bleu,
la casa de más chic,
por ser la pollería
mejor que hay en Madrí...
Yo guiso el fricando,
el pavo le foi gras
y á pollos tiernecitos
doy una sabrosa variedad.
Se viene al Cordón bleu
con una cofia así,
por ser una madasma...que sabe distinguir...
No sé qué es foicandó
ni sé lo que es foi gras,
llamar así á las cosas
nos parece una barbaridad.
Já, já, já, já.
Tres bien voila
hago yo la crema al franchipan
Ole yaEspárragos al íthin.
¿Qué pájaros serán?
Al gratten -pongo el lenguado
y trufa al Champagne.
23
Criada. Más que cocinera
paece esta señora
la pisonadorade la capital.
Con esas hechuras
y esas andaduras,
de un carro é mudanzaspuede ir engancha.
Coa Y aunque guiso con tal sic
s'est tres granel mi educación
y he bailado allí en Mabille
le quadrill y el cotillón.
Que SÍ. (Bailando.")
Criada. Que no.
Coc. Que sí.
Criada.. Que no.
Coc. Ye sui madam Mimi.
Criada. Jesús y su mamá.Coc. Yo soy de las cocineras
la más principal.
Criada. Ole ya.
("Vase la Cocinera.)
ESCENA II
DICHOS y RODRÍGUEZ, qne sale con gorra de pelo y carabina
Todos ¡Já, já!
Chula 1.a La mujer vá que arde.
Chula 2.a No pierda usted el equipo.
(Sale Rodríguez.)
Chula 1.a ¡Ole! Pues mira qué tipo
viene por parte de tarde, (se rien.)
Rod. ¿Se burlan? ¡Habrá cinismo!Chula 1.a Caza gorriones al vuelo, (vanse riendo todas.)
Rod. Me ven con gorra de pelo,
y quieren tomarme el mismo.Se va ese hombre, y yo con él.
Ya estoy listo para el via-je.
Fui á casa, y me puse el traje
de invierno. Gorra de piel,
que abriga bien, como hay Dios,
un plastrón que encontré á mano,
— 24 —y él fusil de miliciano
del año setenta y dos.
Esto es lujo, aunque sencillo; (La corbata.)
y este es un fusil perfecto;
no tiene más que un defecto:
que se le ha roto el gatillo.
Pero con la gorra estoy
que un milord me envidiaría,
y yo á este viaje tenía
que ir de gorra, como voy.
ESCENA III
RODRÍGUEZ y EL DEPENDIENTE MÁS GRANDE DE LOS TRESque sale de la tienda de ultramarinos.
Dep. ¡Ah! Rodríguez... Un instante.
Rod. ¿Qué hay?Dep. Se marcha don José
esta tarde.
Rod. Ya lo sé.
Si yo soy su acompañante.Dsp. ¿También usted va á cazar?
Rod. Mira, (ei fusil.)
Dep. ¡Ah! Sí.
Rod. (Apuntándole.) VamOS los dos.
Dep. ¡Baje usté ese arma, por Dios,
que se puede disparar!
Rod. ¡Quiá! No puede.Dep. Hasta en seguida,
Rod. ¿A dónde vas tan ligero?
Dep. Voy á ver si el barrio entero
viene á dar la despedidaá don José.
Rod. Bien pensado.
Dep. Quiero que haya murga y todo.
Rod. ¡Pero, chico!...
Dep. De algún modose ha de honrar al que ha creado
esta casa, y hoy va á ir
á ponerse frente á un oso...
Rod. Sí.
Dep. Bizarro y animoso,
— 55 —pronto á vencer ó á morir.
Rod. ' ¡Bravo, chico! (También tonto,
como el amo.)Dep. Don José
está arriba.
Rod. 8í; ya sé...
Dep. Pero bajará muy pronto.
Ahí tiene usted una silla;
tome usté asiento un momento.(Señalando la tienda.)
Rod. Bueno, sí; tomaré asiento
y cualquier otra cosilla.
ESCENA IV
Sale EMILIO con escopeten viejo y con una manta gris de cama,
metida la cabeza por un agujero del centro, á modo de capote de
monte. Lleva sombrero de ala ancha. A poco, LUISA á la ventana,
sin asomar más que la cabeza
¿Dónde va Emilio? Donde va la gente;
á donde el oso mi valor reclama.
Amplio el sombrero, y sin doblar la frente;
el capote es la manta de mi cama:el arma es de pistón, del año veinte.
Allí mora la causa de mis males,(Señalando la tienda.)
la que me tiene á su pasión uncido.
¿Y cómo no mostrar cuidados tales,
si me dá veinte duros mensuales,
y resuelvo el problema del cocido
La conocí, en Correos empleado,cuando ilusión y dicha eran completas;
quedé cesante; comprendió mi estado,
y en premio de mi amor me ha jubilado
con un poquito más de tres pesetas.
¿Podré, tranquilo, entrar en su morada?Doy la señal. En seco una palmada.(Dá una palmada, y Luisa asoma la cabeza por la ven-
tana baja, que estará al lado de la puerta.)
¿Por qué no asoma el cuerpo tu belleza?
Luisa Porque me estoy vistiendo apresurada.
-^ 28 —Emil. No digas más. Me basta la cabeza.
¿Y tu padre?Luisa Forrándose de pieles
que le den contra el frío fuerte escudo.
Emil. Hace bien, que los osos son crueles,
y el quitarles la piei es peliagudo.
¿Y tú, mi dulce Luisa encantadora,de qué te vistes tú?
Luisa De sexo feo.
Emil. ¡Ponerte los calzones desde ahora!
Pues, ¿qué harás de casada?
Luisa Es que yo creo,
querido Emilio, impropio del ojeo
el que visite á un oso una señora.
Emil. ¿Presentar de mujer tu rostro hermoso?Tienes razón. ¿Qué más quisiera el oso?
(Oyense algunos acordes dentro.)
Una murga se acerca.
Luisa Está avisada
por mi padre.
Emil. ¡Valiente cencerrada!
Luisa Como papá es tendero
y á los vecinos comestibles fía,
á despedirnos baja el barrio entero.
Emil. Una ovación política del día.
Luisa Kodríguez vino ya.
Emil. (¡Valiente pillo!)
Luisa Puedes entrar.
Emil. Jamás temí la entrada.
Los cerrojos descorre; echa el rastrillo
y que el clarín pregone mi llegada,
que ya el conde penetra en su castillo.
(Entra en la tienda con aire de triunfo.)
27
ESCENA ULTIMA
LUISA (l), DON JOSÉ, EMILIO, RODRÍGUEZ, DEPENDIENTES DEULTRAMARINOS, GUARDIAS, CRIADAS y BARRENDEROS
Música
JoséCoroJoséCoro
Rod.
Guar.
Bar.
José
Todos
José
¡Felices, caballeros! (A la ventana.)
¡Felices, don José!
¿Por qué esta serenata?
Porque la paga usté.
Uno ele sus dependientes,
el más grande de los tres,
nos ha dicho esta mañanaque esta noche se iba usté;
y nos ha chocado muchoque se marche usted así,
sin decirnos por qué causase las guilla de Madrid.Y que tienen mil razones
las criadas de servir.
Si se marcha de la villa,
¿quién nos dá al amaneceresas copas de anisado
y esos bollos de chipén?Si se marcha de la tienda
y no hay vino que beber,
ni el arroyo, ni la acera,
le volvemos á barrer.
Pues esperen un momentoque ahora mismo saliré,
y en amor y compañíatodo lo refiriré.
RefiHré. (Burlándose.)
¡Uy! Refiriré.
Me marcho, señores, (saliendo.)
me voy de Madrid,
(l) Luisa en esta salida viste traje de cazador, con guerrera larga,
calzón de pana y polaina de cuero, sombrero de fieltro y una manta
cruzada sobre el pecho. Llevará canana y escopeta de dos cahimes.
y juro en mi empresavencer ó morir.
Coro Se marcha, señores, etc.
José Yo me marcho, yo me marcho para Asturias,
y en seguida y en seguida tomo el tren,
porque tengo que matar un oso grande,
de seis metros de estatura puesto en pie.
Coro Se las guilla, se las guilla para Asturias, etc.
pobrecito don José,
quién había de pensarlo,
quién había de creer
el que fuese tan valiente,
tan valiente don José.
José ¡Ay, qué miedo, Virgen Santa,
Virgen Santa de la O,
si me atrapa un oso pardo
y me pega un revolcón!
Emil. En seguida que yo vea
que la cosa va muy mal,
con un palmo de narices
mi suegro se quedará.Luisa ¡Qué alegría que yo tengo
solamente de pensarque debemos en Asturias
con el oso pelear!
(Los distintos grupos se van presentando delante de
don José cuando cantan.)
Cria. ¡Ay, señor José,
no se marche usté,
porque el oso
se le puede á usté comer,
y si usté se va,
qué va á ser de mísi se llega usté á morir!
Guar. ¡Ay, señor José,
si se marcha usté
lus del ordenñus quedamos sin beber,
y si llega usté á espichar
ñus quedamos si beber en Navidad.Luisa Ya verás, Emilio, qué placer
cuando el puñallo clave en él.
— 29 —Emil. Ya verás, Lnisita celestial,
si pasa lo contrario,
qué felicidad,
Bar. Ay, señor José,
no se marche usté,
porque entonces á quién vamos á barrer.
Deje usté encargaoal señor don Juanque nos siga dandolo que usté nos da,
Dep. Ay, señor José,
mírenos usté
cuántos sabañones,
á pesar de los mitones.
Si esto sigue así
vamos á merarantes que se llegue usté á marchar.
Rod. Me parece estar viendo ya al oso,
con aquel pecho ancho y hermoso,me parece estar viéndole á usted apuntar.
José Me parece que te vas á equivocar.
Todos Ay, señor José,
lo más acertao
es que compre unoso grande disecao.
Y que diga usté en Madridque ese oso le ha cazado usted allí.
Si se muere en Asturitas
pónganos cuatro letritas
refiriendo lo que allí pasó,
y sus últimas palabras
cuando el oso le mató.Tralarán, larán, larán, etc.
(Aire marcial, y vánse todos llevando en triunfo á
don José.)
MUTACIÓN
30 —
CUADRO TERCERO
TRAJESLos personajes del cuadro anterior visten el mismo traje.
CAROLA viste de aldeana de Asturias. Saya de estameña color de
café; mandil negro con franja de otro color; corpino ó justillo, tam-
bién negro, cerrado con cordones por delante; jubón blanco, y al
cuello dengue de merino negro con adornos de pana; á la cabeza
pañuelo de color atado arriba. Media azul basta y, encima de unas
zapatillas de orillo, madreñas. Pendientes grandes de plata y collar,
de dos ó tres vueltas, de coral.
PASCUAL sacará barba cerrada haata los ojos. Calzado de frente
y cejijunto para que resulte un oso. Montera de piel oscura, calada
basta las orejas; calzón corto y sobre este unos peales también os-
curos, y zamarreta de piel del mismo color. La camisa despechuga-
da y viéndosele el vello.
Los aldeanos vestirán el traje del pais.
DECORACIÓN
Montañas del puerto de Pajares en Asturias. Algunos caseríos y
pequeña iglesia de una aldea. Muy al foro, y á la mayor altura
posible, desembocadura de un túnel practicable al paso de un
tren de viajeros. Caseta de guardabarrera que debe verse.á su
tiempo con la banderola para dar paso al tren. Este guardaba-
rrera es un muñeco pintado. La vía debe cruzar al foro y venir
hasta donde se supone la estación ó apeadero. A la derecha, y
en sitio practicable, una fuentecilla rústica que nace del monte
y en la que se llena una herrada.
Tenga presente el pintor que esta decoración cambia de aspecto
al final del cuadro. Al sol debe suceder una cerrazón completa; ha
de verse nevar copiosamente.
ESCENA PRIMERA
Cruza la escena y sube por el monte una pareja de la guardia civil.
Nieva ligeramente y se ve salir del túnel un tren pequeño, que
desaparece por la izquierda, y al salir por otro término más bajo
y cruzar un viaducto, será de mayor tamaño. Oyese la bocina de
entrada en agujas. El guardabarrera da paso al tren, etc.; etc.
— 34 —Toda la propiedad posible, sale por la derecha CAROLA con una
herrada á la cabeza, que es una especie de cuba de madera, con aros
de hierro, estrecha de boca y ancha de base. Debe sacarla sujeta
de cierto modo para que lleve las manos sueltas. La herrada será
de cartón pintado para que resulte muy ligera. Por la derecha sale
TOLIN por otra vereda más alta.
TOLÍN Carolaaa... (Llamándola.)
Car. Tolín...
Tolín ¿Ti pesa?
Car. Está vacía, mi alma;
mas, llena y todo, te llevo
adrento de la ferrada.
(Coloca la herrada en la fuente.)
Tolín ¡Quiá! Yo sí que te levanto
con una mano, rapaza.
Car. ¿Qué buscas tan altu?
Tolín Nidus.
¿A que subes?
Car. ¿A que baxas?¿A que no me encuentras?
Tolín Claro;
si> non te busco.
Car. Ni falta.
Tolín Carolaaa... (Más cariñoso y bajando.)
Car. Tolín... (id. y subiendo.)
Tolín Neñina...
(Saltando un poco más abajo.)
Car. Probín... á ver si te mancas.Tolín Tonta... (Acercándose.)
Car. Borrico...
Tolín Simplona...
(Empujándose con el hombro.)
Yo non sé lu que me pasa,
que tire pur donde tire
y salga pur donde salga,
atopu cuntigo.
Car. Claro;
son las veredas cuntadas,
y habiendu pocus caminosse encuentran lus que viajan.
Tontíll... (Empujándole.)
Tolín Sé pur dónde vienes...
bobina...
— 32 —Gar. Sé á lu que andas.
Tolín Deja el mandil, que de urgarle
toda la trencilla arrancas.
(Carola juega con la punta del mandil y con la espal-
da tropieza á Tolín.)
Car. Es porque me da vergüenza.
Tolín Miren la muy remelgada.Car. Si tú te explicases claro...
Tolín Es que me sube á la cara
toda la sangre en queriendudecirte media palabra.
Car. En este negocio, el hombreprupone...
Tolín Y la muller manda.Si me hubiese ido á Madriz...
Car. No estarías en tu casa.
Tolín Tendría carrera.
Car. ¡Digu!
Tolín La carrera de las armas.¡Quién fuese guardia civil
para ser plaza muntada!Car. ¡Y andar pur la carretera,
que es tan estrecha y tan larga!
¡Separarte ele tu madre!...
¿Dejar la nieve tan blanca,
los maizales tan verdes,
la borona tan durada,
y el gocbu tan de buen año
y tan rolliza la vaca?
No, mi Tolín. En Castilla
prestu la vida se acaba.
Son tantos á respirar
que allí hasta el aire les falta.
Non baxes á la llanura
y quédate en la muntaña,donde cuando ruxe el trueno
parece que Dios ñus habla.
33
ESCENA II
LOS MISMOS y PASCUAL por la derecha con escopeta y cuchillo á
la cintura
Pas. Mientras retozáis, está
vertiéndose la ferrada.
Car. Por mucha que se derrameno habrá de acabarse el agua.
Padre: usté también de mozohabrá pelado la pava.
Pas. Pero nu era tan cobardecomo éste, que de las faldas
se asusta. (Pienso, Carola,
que Tolín no cae en la trampa.)Car. (¿Que no?)
Tolín (¿Lu ves? Ya ñus riñen.)
Car. Tolín, tengo mala gana...
el hombre es mas fuerte...
Tolín Bueno.¿Qué es lo que quieres? Despacha.
Car. Si pretendes de marido,empieza á llevar la carga.
Cuando está tan llena, pesa...
monín... coge la ferrada, (con mucha zalamería.)
Tolín Y la fuente, si lo quieres;
y la roca, si lo mandas.Pas. (¡Qué simplón ye!)
(Tolín coge la ferrada.)
Car. (Le cunozco.)
Sube al caserío el agua
y vuelve al baile en seguida,
que hoy hay tamboril y gaita.
TOLÍN Carolaaa... (Desde el monte.)
Car. Tolín...
Tolín Monina...
Pas. (Es muy bruto. Este se casa.)
(Riéndose de Tolín, el cual desaparece por la derecha.)
_. 34 -
ESCENA III
CAROLA y PASCUAL
Car. ¿A dónde va de escopeta,
habiendo aquí fiesta larga?
Pas. El unció es lo primero
y soy cazador de raza.
Hay gran pieza.
Car. ¿Un oso?
Pas. Y grande.Siguiéndole las pisadas
llevo dos días, y está
en la cueva de la Charca.
Car. ¿Tan cerca del caserío?
Tolín Tiene hambre y cun la nevada,comu de pastu carece,
á los castaños se agarra.
Car. En bailando cun Tolínsoy de usted en cuerpo y alma.
Pas. Y que me falta valor,
Carola, si tú me faltas.
Al verte en peligro...
Car. Clarn;
pur defenderme, le mata.Pas. ¿Llegan viajeros? (Mirando á la izquierda.)
Car. Verdad.Cazadores, pur las trazas. (Se retiran al foro.)
ESCENA IV
CAROLA y PASCUAL se esconden por el foro, y salen LUISA, DONJOSÉ, RODÍGUEZ y EMILIO por la izquierda
José ¿No hay nadie por estos barrios?
Emil. ¡Qué frío! Me voy á helar.
Rod. ¡Ah, de Asturias!
Luisa ¡Ah, del monte!Car. (Aparte á Pascual.)
(Es que ñus llaman.) '
Pas. (Verdad.)
— 35
José
Pas.
JoséKod.Emil.Pas.
JoséRod.Emil.José
LuisaEmil.Car.
JoséKod.
Pas.
JoséRod.Pas.
Rod.Emil.Pas.
JoséLuisa
JoséRod.Emil.LuisaEmil.Luisa
Emil.
(Sin bajar del foro.)
¿No hay ser viviente en la aldea?
¿No hay un vecino?
(Pascual, que habrá bajado, le toca en la espal<3í
Susto general.)
Aquí está.
¡El oso! ¿Quién nos ampara?
¡Socorro!
Si SOy Pascual. (Riéndose.)
¡Y habla!
Si es Pascual, cobarde.
¡Si es Pascual!
([Qué atrocidad!
No será el oso más feo.)
¿Te has asustado?
¿Yo? ¡Quiá!
Es mi padre; y comu tiene
cun los osos amistad,
y comu de piel se viste...
Sí... (Parece un animal.)
Vamos a ver; ¿y usted sabedónde podremos cazar
un oso?
Aquí; y ahora mismo.(¡Santísima Trinidad!) (Temblando.)
¿Aquí? (ídem.)
Sí, señor.
¡Canastos! (ídem.)
(¡Cielos! ¿En dónde estará?)
Está allá arriba, y es grande.
Yo me voy á desmayar.Ya tengo ganas de verle.
Conque, hala, vamos allá
á buscarle.
Espera un poco.
(¡Esta chica es un Roldan!)
Estoy temblando.¡Que tiemblas!
No... digo... sí...
¿No te dávergüenza?
Sí, sí, bastante;
pero, mira, tengo más
— 36 -miedo que vergüenza.
José Somosprimerizos en cazar
osos, y antes que empecemosla batida general,
me parece conveniente...
Rod. ¿Tomar algo?
José Sí; tomaruna lección.
Car. No hay escuela
aquí.
José Sí; nos la daráéste. A ver; ¿cómo se matael oso?
Pas. Se apunta, y ¡zas!
José No es eso.
Pas. ¿No? Pues entoncesmi hija se lo explicará.
Car. Es la cosa más corriente
matar un oso, señor.
Se le busca sin temor
y se lucha frente á frente.
Del oscuro robledal
busca el pobrete el abrigo.
Si le acometen, amigo,la defensa es natural.
En dos pies siempre lu hace;
mas si, mostrando valor,
le espera el buen cazador,
y se deja que lu abrace,
rajando con el cuchillo
desde el vientre á la cabeza,
á pesar de su fiereza,
ya, está muerto el pobrecillo.
A veces, cun el dolor
de la herida, también muerde;pero ¿qué importa? Más pierde
el oso que el cazador.
¡Nada ese placer remeda!¡Verle la tierra morder,
y monte abajo caer,
como un demonio que rueda!
Se piensan allá en Castilla
que el caso es maravilloso...
— 37 —¡Mentira! El matar un oso
es la cosa más sencilla.
Nada; apretar el gatillo,
y herirle con precisión;
dándole en el corazón
ni aun hace falta cuchillo.
Rod. Tan sencillo... ¿lo ve usté?
José ¡Pues no dice que es sencillo!
Rod. Nada; al seguro el gatillo
y hala, al monte, don José.
Luisa Yo me muero de impacienciapor ver al oso delante.
Emil. ¿Pero no tienes bastanteconmigo?
Pas. Y si la esperencia
no me engañara, diría
que va á volver á nevar.
José Pues tendremos que dejar
la caza para otro día.
Pas. ¡Quiá! No, señor.
José Sí, se aplaza.
Pas. ¡Quiá!
Emil. ,Hombre, sí. (¡No se eonmueve!)Car. Pero si cuanta más nieve
es mejor para la caza.
Emil., ¡Ah!
Car. Mi padre le ha seguido,
y sabe está el oso juntoá la Charca.
Pas. En ese punto.Car. Acaso estará dormido.Emil. ¿Y le va usté á despertar?
Hombre... ¡qué mala intención!
Pas. Tomamos la pusiciónpor donde haiga de pasar
y el primero que le vea
,
¡pum!Emil. Se muere de repente.
Rod. Nada; estamos al corriente.
A los puestos.
José Sí. (¡Ah! ¡Qué idea!)
¿Usted tiene averiguado (Aparte á Pascual.)
por qué sitios va á pasar?Pas. Sí; y le pondré en buen lugar.
38
José ¿A mí?Pas. Pierda usted cuidado.
José Yo ya conozco esta clase
de caza. Soy muy modesto
y preferiría un puestopor donde el oso no pase.
Pas. ¡Ah! Bueno.Luisa Andando en seguida.
TÚ, COnmigO. (A Emilio.)
Rod. Yo me quedo.José ¡Cómoi ¡Usté! ¿Tiene usted miedo?Rod. ¿Yo? Yo voy á la guarida
del oso y le arrojo fuera.
Pas. ¡Ah! ¿Be viene usted conmigo?Rod. No; yo quiero, buen amigo,
verme á solas con la fiera.
Si he matado más de cien.
José Pero, oiga; para la caza
este abrigo me embaraza
y este maletín también.Rod. Es verdad. Yo llevaré
uno y otro.
(Poniéndose el gabán de don José y cogiendo el ma-
letín.)
José Gracias; pero
cuidado, que ahí va dinero
;
seis mil reales.
Rod. ¡Don José!
Luisa Vaya; ¿qué hacemos aquí?
A los puestos.
Rod. Buena suerte.
Car. (Esto á mí non me divierte.
Vulveréme al baile aquí.
(Vase por la izquierda.)
José Yo, ya sabe usté, un lugar
por donde no pase el oso. (vanse.)
ESCENA VI
RODRÍGUEZ
Rodríguez: eres dichoso.
Cuanto pudiste soñar
has logrado al fin tener.
— 39 —Un abrigo... y de valor.
¡Qué suave y dulce calor.
va extendiendo por mi ser!
(Se pone el gabán del revés con la piel hacia fuera.)
Dinero y, es claro, ropa,
porque esto pesa bastante.
Nada; adelante, adelante.
Largo de España y de Europa.Mas ¿por dónde? ¡Ah! Va á salir
(Oyese campana lejana.)
un tren, por lo que se vé.
Adiós, acliói- don José.
¡Qué risueño porvenir!
(Al dirigirse á la izquierda debe tropezar con Tolín
que sale por la derecha y figura mirar hacia donde se
fué Carola.)
ESCENA VII
EODEÍGUEZ y TOLÍN
Tolín ¿Lleva prisa?
Rod. Sí, señor.
Tolín ¿Dónde va?Rod. Donde el tren vaya.Tolín Pues va á Gijón.
Rod.¡A una playa!
¡Al mar! Mejor que mejor.Llego, me embarco, y despuésde cruzar las ondas suaves,
quemo en Méjico las naveslo mismo que Hernán-Cortés..
(Vase por el monte de la izquierda. Oyese la gaita
lejos,)
Tolín ¡La gaita! ¡Qué dulce son!
(Entra por la izquierda.)
— 40 —
ESCENA Vill
DON JOSÉ por la derecha con mucho miedo
Los dejo y aquí rne vengo.(Viendo á Rodríguez que ha resbalado y se encuentra
á gatas monte arriba.)
¡El oso! ¡Qué ocasión tengode asesinarle á traición!
(Se agacha y desaparece muy despacito, con la esco-
peta preparada, detrás de Rodríguez.)
ESCENA IX
TOLÍN, CAROLA y Coro general con gaita y tamboril
Tolín ¡Eh!... Ya está la danza armada...
y Carola la primera.
(Salen todos y Carola delante.)
Car. ¡Tolín!...
Tolín ¡Neñina hechicera!
Rompe el baile, resalada.
Música
Car. Cuando dos que se quierense miran así
el corazón les hacetipiti tipitín.
Tolín Si estuvieras metidadentro de mi alma,verías, Carola,
Carola enamorada,Carola hermosa...
Car. Rico Tolín.
Tolín Cuántu te quiera.
Car. También yo á tí.
Tolín Y si tu padre consiente,
te cojo y me caso por la Navidad
y ya verás qué cariños tan dulces
te digo, después de cenar.
¡Ay, mi Carola!
— 44 —
IQué cara pusiste
cuando ei domingoen la plaza me viste!
Con tus ojillos me hiciste al pasar¡brrer!... una cosa que non sé explicar.
Coro ¡Aj^, mi Pachina, qué cara pusiste,
qué cara pusiste, etc. (Bailan.)
Car. Si mi maridollegas á ser,
lo que te quiero
tú lo has de ver;
y ya verás qué contenta te espero
que tornes del campo de arar,
para escucharte esas cosas tan dulces
que dices, después de cenar.
Anda curriendo,
Tulín de mi vida,
pide á mi padremi mano en seguida,
pues de pensarlo
tan sólo no más,;ay! lu que siento
nun sélo explicar.
¡Ay, mi Pachina, etc.!
¡Yju-jú!(Al final del número, despnés de una pansa, se oyen
dos tiros dentro. Los aldeanos se asoman al barranco.
Empieza a nevar poco á poco.)
ESCENA X
DICHOS, DON JOSÉ, LUISA, EMILIO y PASCUAL
Le mató, le mató.(Bajando al barranco con otros aldeanos.)
Car. (Asustada.) ¿A quién?Pas. Al oso. Hacia allí cayó.
José ¿Y quién le ha matado?Luisa (saliendo.) Yo.Pas. Ella. Y que tira muy bien.
José Por esa senda escarpadasubió otro oso; le seguí
y al ir á tirarle, vi...
— 42 —Pas. ¿Qué?José Que estaba descargada, (por la escopeta.)
Tolín Aquí está el oso. Murióallí. ¡Ah! Son dos
,pues tenía
una cría.
Emil. No hay tal cría,
(Saliendo de entre las patas del oso que sacan.)
porque la cría soy yo.
José ¡Emilio!...
Emil. Ha muerto en mis brazos.
Y en las ansias de la muerteme iba apretando tan fuerte,
y me echaba unos ojazos...
José Pero ¿cómo estaba usté
con el oso?
Emil. ¡Qué sé yo!
José ¿Que no lo sabe usted?
Emil. No.Luisa Yo lo he visto, y lo diré.
Emilio estaba conmigo;* viene el oso, le hago fuego,
y, aunque herido, sigue ciego
á buscar á su enemigo.Otro tiro al corazón;
pero antes, éste, animoso,se baió á buscar al oso.
Emil. (Porque pegué un resbalón.)
José ¡Rodríguez!... ¿Dónde estará?
¡Rodríguez!... No se le vé.
¡Rodríguez!...
Tolín Si ese se fué
hace media hora ya.
José ¿Que se fué? ¿Dónde?Tolín A Gijón.
José ¡El gabán se me ha llevado!...
¡Y el maletín! ¡Me ha dejadosin un céntimo el bribón 1
Luisa ¡Dios eterno!
José Hay que avisar
á Madrid.Emil. ¡Habrá tunante!
José Un telegrama al instante.
Pues nos vamos á quedaraquí ; andando, á la estación,
— 43 —(Sale la pareja, y al pasar por delante de don
oye uno de los guardias sus últimas palabras.)
y que nos manden dinero.
Guard. Es inútil, caballero;
ya no hay comunicación.
José ¿Que no? Hay una.
Luisa ¿Hay una?Emil. ¿Cuál?
José Hay una, y de las mejores.
(Adelantándose al público.)
Alguno de estos señores
pasará por la Central,
y me otorgará el favor
de enviar á mi dependienteel telegrama siguiente,
que le doy en borrador:
«Barquillo, cuatro, primero.»Rodríguez jugó tostada.
»Línea, nieve interceptada.
»Manden abrigos, dinero.»
Car. Falta algo más, caballero.
José ¿Sí? ¿Qué más?Car. Una palmada.
FIN DEL VIAJE
NOTA
Los autores de esta obra cumplen un deber de
justicia haciendo constar su gratitud hacia todos los
artistas por el interés y el acierto con que han sabido
interpretar sus respectivos papeles.