La Construcción Moderna. 30-1-1925, No. 2

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Año XXIII-Núm. 2. MADRID, 30 Enero 1925. Fundada en 1903 i Lfl CONSTRUCCIÓN MODERNA | : Reulsta quincenal iiusirada de Arquiiectura, ingeniería e Higiene urüana \ SUMARIO: Cálculo de piezas de piedra {natural o artificial) trabajando a flexió]i, pur E. G- - La Casa de la Prensa.—Fundamento del empréstito inunicipal: El crecimiento de Oviedo, por Manuel Gallego.—Fíeal decreto-ley de casas baratas.—Notas bibliográficas. - Crónica e ínformEición: Condiciones técnico-sanita- rias que deben satisfacer los ensanclies y plaiips de extensión de poblaciones —Construcción de un liorno incinerador de basuras en Buenos .^ires-—Monumentos nacionales —Asociación de Arquitectos de Cata- luña.—La insinceridad constructiva, como causa de la decadencia de la Arquitectura.—Subastas.—Movi- miento del personal técnico.—La constrncción en Madrid. Cálculo de piezas de piedra (natural o artificial) trabajando a flexión Aunque no es muy corriente someter Jos materiales pétreos a! trabajo de flexión, no son tam- poco raras las aplicaciones de las vigas dinteles y de las losas de piedra para pisos de balcones o galerías, ni el empleo de ménsulas, como elemento resistente, en voladizos sobre fachadas, para soportar cuerpos salientes, balcones, detalles ornamentales, etc., ya que parece un contrasentido el prescindir de dicha resistencia, convirtiéndola en aparente, para encomendar tal trabajo a piezas de hierro o de madera, que se ocultan al exterior. El procedimiento de cálculo de los citados elementos (losas o ménsulas) es el mismo que para la madera y el hierro, teniendo en cuenta que para la sección rectangiiLir que generalmente se adopta el valor del m<^idiilo resistente — es -——, siendo /; el canto, y a la anchura. La ecuación que permite resolver los problemas de flexión, es, en resumen, ,'-•'• :=— = transformada en -•—- P¿ R Los valores medios del coeficiente de trabajo R, son los que siguen: a la flexión piedras semiduras y? == ó a 8 kilogramos por centímetro cuadrado; piedras duras, 12 a 15; blandas, 4 a 5; a la exten- sión /?' = 2,5 a 3 kilogramos por centímetro cua- drado, piedras semiduras; 5 ^ ^ ^ ^^s duras, y 1,5 3 2 las blandas; al desgarramiento, los''/- de los coefi- cientes de trabajo a la extensión. Para la piedra arti- ficial se toman los coeficientes del hormigón en masa, prescindiéndose del aumento de resistencia que proporcionan los hierros, que generalmente se embeben en el hormigón; dichos coeficientes me- dios son: 7?= 4 a 6 kilogramos por centímetro cua- drado para el trabajo a flexión; y?' = 2 a 3 a la extensión, y R" = 1,6 a 2,4 al desgarramiento. Las losas de balcones pueden calcularse como pieza empotrada en su extremo on el muro, y cargada en la parte que vuela, o bien como apoyada por sus lados menores en las ménsulas o vigue- tas; el momento de flexión varia en una y otra hipótesis, pero el cálculo es el mismo. Las ménsulas son piezas empotradas en un extremo y cargadas uniformemente en longitud libre. Ejemplos: i.^ Supongamos (figuras r.^ y 2."^) una losa de piedra calida semidura de dos me- tros de longitud y o,So metros de anchura, que debe constituir el piso de un balcón de 0,50 metros de vuelo y barandilla de piedra. Se desea saber el espesor necesario de dicha losa, de la que que- Fig. r*«hi. .¿st

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Revista de arquitectura año 1925

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  • Ao XXI I I -Nm. 2. MADRID, 30 Enero 1925. Fundada en 1903

    i Lfl CONSTRUCCIN MODERNA | : Reulsta quincenal iiusirada de Arquiiectura, ingeniera e Higiene urana \

    SUMARIO: Clculo de piezas de piedra {natural o artificial) trabajando a flexi]i, pur E. G- - La Casa de la Prensa.Fundamento del emprstito inunicipal: El crecimiento de Oviedo, por Manuel Gallego.Feal decreto-ley de casas baratas.Notas bibliogrficas. - Crnica e nformEicin: Condiciones tcnico-sanita-rias que deben satisfacer los ensanclies y plaiips de extensin de poblaciones Construccin de un liorno incinerador de basuras en Buenos .^ires-Monumentos nacionales Asociacin de Arquitectos de Cata-lua.La insinceridad constructiva, como causa de la decadencia de la Arquitectura.Subastas.Movi-miento del personal tcnico.La constrnccin en Madrid.

    Clculo de piezas de piedra (natural o artificial) trabajando a flexin

    Aunque no es muy corriente someter Jos materiales ptreos a! trabajo de flexin, no son tam-poco raras las aplicaciones de las vigas dinteles y de las losas de piedra para pisos de balcones o galeras, ni el empleo de mnsulas, como elemento resistente, en voladizos sobre fachadas, para soportar cuerpos salientes, balcones, detalles ornamentales, etc., ya que parece un contrasent ido el prescindir de dicha resistencia, convirt indola en aparente, para encomendar tal trabajo a piezas de hierro o de madera, que se ocultan al exterior.

    El procedimiento de clculo de los citados elementos (losas o mnsulas) es el mismo que para la madera y el hierro, teniendo en cuenta que para la seccin rectangiiLir que generalmente

    se adopta el valor del m

  • 18 i^A CNSTi tUCCION MDEKNA

    darn 0,30 metros empotrados en el muro en toda su longitud. Dete rminemos previamente la carga total que acta sobre la parte volada de la losa, o sea el peso propio y la sobrecarga. Para fijar aproximadamente el peso propio hay que suponer un cierto espesor a la losa; supongamos sea ste de 0,15 metros , con lo que tendremos:

    Peso propio losa,/ = 2 m. x OJ50 m, x 0,15111, x 2000 kiloj^ranios (peso medio del metro cbico). 300 kg. dem de la barandilla, 2 x 250 {peso metro tinealj 500 a Sobrecarga, p' ^= 2 ra. x 0,50 x 300 kilogrnraos (por metro cuadradoj 300 *

    Ptso propio y sobrecarga. Total. j.ioo kg. carga que con pequeo error puede suponerse uniformemente repartida en su totalidad a razn de

    i^r 5 50 por metro hneal, que producir un momento nector mximo I ^

    Mg^ P l^= 550 X 0,50 m. (vuelo) =^ 3: 138 kilogrmetros.

    El valor del espesor b lo deduciremos de la ecuacin genera! Rab- 7 X 10 ' X 0,50 m. X b-^ n ^ , , ,

    5 _ ^ _ ; de donde M^ = 13^ ^ ,

    tomando para R e! valor y (promedio de 6 y S) kilogramos por cent metro cuadrado = 7 x l o ' por metro cuadrado, para hacer homognea la frmula, ya que se han tomado / y 7 en metros . De la igualdad ariterior se deduce

    828 1/24 4 i 9 138 X 6 = 7 X 10' X 0,50/^= y b = \f " - X l/"o,034 = , > = . 1 ^ = 0,15 metros , V 35000 ^ K i o o o 31,6 '

    >C!,L,Zl>VOO vaior casualmente idntico al tomado a priori para espesor de la losa. Si, disponiendo de la losa de 0,15 metros de espesor, hubiramos

    querido conocer el coeficiente a que con la carga indicada trabajaba^ el clculo hubiera sido el siguiente:

    Dicha carga de 550 kilogramos por metro lineal de losa produce un momento flector

    M^ = P X / = 550 X ^ '- 138 ki logrmetros.

    I En la seccin de empotramiento el valor del mdulo r e s i s t e n t e e s

    V

    Fig. 2."

    y, por tanto,

    0,002 0,002 centmetro cuadrado,

    0,50 x o , i 5 0,011 ^ ^ - = 0,002, 6

    = 69000 kg. por metro cuadrado = 6,9 kg. por

    o sea 7 kilogramos por centmetro, como deba suceder, por haberse tomado como dato lo que era incgnita en el problema anterior.

    2. Se quiere saber la altura que necesita un dintel de piedra grantica de 1,20 metros de luz, si tuado en la fachada de un edificio de doble planta; dicho muro es de mamposter a ordinaria de 0,80 metros de espesor. La pieza dintel trab.ijar a llexin, pudiendo considerarse como viga semiempotrada en los extremos y sometida a una carga cuya valoracin precisa no es fcil, porque depende de la cohesin de los elementos que forman la fbrica con que el muro se construye, pero que prct icamente puede en cada caso apreciarse, teniendo en cuenta las indicaciones que siguen.

    r

  • .A uO^rilitUCClON MODEHWA 19

    La carga que acta sobre un dintel, por razn del peso propio de los materiales que sobre l insisten, no es, en realidad, la correspondiente al prisma de altura comprendida entre dicho dintel y el apoyo horizontal superior y las verticales levantadas por los apoyos, o sea el rectngulo de base (i b (fig. 3.'-'), toda vez qne por efecto d-1 recubrimiento de los materiales y enlace de los mis mos, se forma una especie de bveda o arco que hace que a cierta altura el aludido peso de materia-les no afecte al dintel. En general, siempre que no se trate de fbricas de escasa coherencia^ se acepta que dicho prisma tiene por base un tringulo de base y altura iguales a la luz del dintel, o sea el a b c en la figura 3." Calculando en dicha forma el peso propio del muro, sera

    / = (1,20 m. X 1,20 m.) X 2250 kg. (peso medio por metro cbico de manipostera) x 0,8o m. (espe-

    sor) = 129 kg., que podamos forzar a i 500 kg. de modo que si el dintel se constituye con dos pie--'las ado-adas de 0,40 metros de grueso cada una, como indica la seccin por A B en dicha figura 3.'^ ,

    ' 1500 la carga sera = 750 kdogramos por pieza.

    Si suponemos que el piso tiene cuatro metros de luz, y la carga fuese de 600 kilogramos por metro cuadrado, sobre el dintel actuara

    / ' = -^- -X 1,30 X U00^= 1440 kilogramos,

    y sobre cada pieza de 0,40, metros^ la mitad o

    144

    >cc.c.!n. p o r A - B .

    j

    \.ZO

    Fig. 3.-^ Clculo de un dintel de piedra.

    =^ 72 kilogramos,

    y, en total, P^p -\-p' = 750 + 730 = 1470 6 1500 kilogramos.

    El momento flector ser

    7?a-' M=~ P/= 1^00 X 1,20= I So kilogrmetros ^ -_.

    10 10 " ^

    Para la piedra dura, como es la grantica, puede tomarse como coeficiente de trabajo a la fle-xin j ? = 12 kilogramos por centmetro cuadrado = J2 x o ' por metro cuadrado, y por tanto, tendremos - .

    180 = ^^ ^ l i^>^ 0.40 m. X '-6' ioSo = 4S000 X >^,

    108 10,4 ! ^ k / - - = - = 0,153 metros,

    69,2

    lemos

    \ / 4800

    cifra que, para mayor seguridad, podemos elevar a 0,2O metros. En realidad, la carga que supone el peso propio no se reparte uniformemente, como h

    supuesto, y el momento flector no es, por tanto, P, si se supone el semiemporamienlo, o

    / ' / s i se considera el dintel como simplemente apoyado, sino que se aproxima a /^ = 7^ ^>

  • 20 LA CONBTKUCCION MODERNA

    que es un intermedio entre -PT P ^ (carga unformeniente repartida) y (carga en el punto medio).

    Apl icando esta frmula liubiera resultado

    ;!/ = -X 1500 X 1,20^1 267 ki logrmetros =-^^ , 0.75 G

    12 X I0-* XO,40X - ^ o rr, t , / I 6 0 2 ,r K 33 ^ , O o , 267 = ^ ' , 1602 = 48000 =, = W - - = y 0,033 = -,/" = >^^^ "^

    ' 6 ' ^ ' V 4800 ' ''' y 1000

    espesor un poco mayor que la cifra antes obtenida. 3. Unas mnsulas de piedra artificial de 0,40 metros de vuelo sobre fachada y 0,30 metros

    de anchura (tig. 2.^) deben soportar un balcn volado de 0,6o metros. Dada la separacin de mn-sulas y carga del balcn, sobre cada una de aqullas gravita un peso de 6.000 kilogramos. Se desea conocer la otra dimensin faltura) de las mnsulas para que el trabajo a la fiexin y al desgarra-miento sean aceptables.

    La carga indicada de .000 Iclogramos, supuesta uniformemente repar t ida , produce un momento flector

    Mo = ^ P 1= 6000 X 0,40 m. = 1200 kilogrmetros,

    siendo, por tanto, M ' I R a b " ' M = 1200 = i? = - .

    Como el coeficiente medio de trabajo del hormign en masa vara entre 4 y 6 kilogramos por centmetro cuadrado, tomaremos el p romedio J^ = 5 kilogramos por centmetro cuadrado = 5 X 10^ por metro cuadrado, y sust i tuyendo este valor y el de a ^ 0 , 3 0 metros en Ja frmula anterior , se obt iene

    6 X 1200 = 5 X lo^ X 0,30 m. d^, ^ ^ \ ! = y"o,4S = 0,69 metros , V 150

    cifra que se reduce a 0,70 metros, teniendo, por tanto, la mnsula una escuadra mnima til (des-contando adornos) de 0,30 por 0,70 metros (canto).

    Ei trabajo al desgarramiento ser P 6000 kg. 60 n , ., , , , R = -=- = 7^7- = : ^ 2,0 kilogramos por cent metro cuadrado,

    S 30 X 70 (cm^) 21 ' ^ ^ valor m u y aceptable, por resultar inferior a las '^ /^ del coeficiente de trabajo a la extensin, que vara entre 2 y 4,5 kilogramos por centmetro cuadrado (promedio , 3,25), toda vez que

    y X Z>2S = - ^ = 2,5 < 3,25,

    satisfaciendo, por tanto, la regla dada, conviniendo en todos los casos, y para mayor garanta^ embeber algunos hierros (T redondo o escuadra) en la masa del hormign al construir la piedra artificial, cuando las piezas son de dimensiones algo crecidas, como ocurre en el caso que nos ocupa.

    Si, por el contrario, tuvisemos una mnsula de piedra artificial de 0,30 por 0,70 metros (canto) y vuelo 0,40 metros, sometida a la carga de 0.000 kilogramos, y quisiramos saber a cunto trabaja el material a la flexin, obtendr amos los valores de y M^, que son

    / 0,300 mm. X 0,70^ 0,147 r, . .. . t , . ~ ^= ^ = pr = 0,024 iii = 240 (en cent metros cuadrados) ,

    . ' ^ ^ 0 = ^ P / = ^ 0,50 X 6000 X 0 , 4 0 = 1200 kilogramos., *

    r

  • LA CONBTRUCCTON MODKlNA yi

    valores que, sustituidos en ^ ^ M^ \ ' nos dan

    R = I20O 240

    = 5 kilogramos por cent metro cuadradOj

    como deba ocurrir, por ser este problema inverso del anterior , en el que se tom precisamente el coeficiente 5 kilogramos por centmetro cuadrado para trabajo a la flexin.

    Al aplicar las anteriores frmulas se ha supuesto que las mnsulas estaban empotradas en su

    extremo, caso en el cual el momento flector tiene por valor -z-Ph pero no siempre puede conse-guirse el empotramiento perfecto en el muro, y por ello es recomendable en ciertos casos deter-minar dicho momento por ia frmula M^ = P1^ con la que hubiera resultado

    /I44-b =:\ - = 0,98 metros,

    * 150 \f^ = 6000 X 0,40 = 2400,

    o, prcticamente, I metro, en vez de 0,70 metros.

    Conviene tambin comprobar que la mnsula no puede girar bajo la accin de la carga que soporta arras-t rando a sta, para lo cual basta que el momento que t iende a producir el invertimiento sea inferior al de empo-tramiento. Para aumentar este mo-mento se prolonga la pieza por e in-terior del muro la longitud que pre-cise, dndole muchas veces de tizn un espesor igual al del muro, y otras se acude a los anclajes que la sujetan a la fbrica. No tiene duda, por lti mo, que la mejor solucin es hacer que la pieza tenga estabilidad propia, lo que se consigue siempre que el centro de gravedad caiga dentro del espesor del muro sobre el que la pieza se coloca. Para encontrar la posicin exacta del mencionado cpnti"o de gra-vedad, se dibuja la seccin transver sal de la pieza (cornisa, mnsula, etc.) y se la divide en figuras geomtricas parciales, de terminando lus centros de gravedad de cada una de ellas, so-bre las cuales actuarn las fuerzas pa-ralelas representativas de sus res[)ec-tivos pesos; componiendo despus to -das esas fuerzas y crazando, por l t i . mo, el polgono funicular, se obtiene la posicin verdadera del centro de gravedad, sobre el cual puede supo-nerse acta el peso de la pieza. En la figura 4.^ se han hecho todas eslas construcciones grficas para encontrar el centro de gravedad de la cornisa representada en corte, y dividida por horizontales y verticales, en los recin-

    Fig. 4." Determinacin grfica del centro de gravedad de la pieza c" j" a"

    -^^ .

  • 22 LA CONSTRUCCIN MODERNA

    gnlos a b cd, b d b'd\ d' b'b" d"..'. y t rapecio cc'c"c,tih. Por ejemplo, para el rectngulo 7 A c i3 el centro de gravedad est en g^^ punto de encuentro de las diagonales, actuando en dicho pun to el peso del prisma que tiene por base abcd, y por altura un metro (medido en el

    sentido de la longitud de la cornisa). Como las dimensiones son 0,,iO X 0,60 X I metro para el peso medio de 2500 kilogramos por met ro cbico, pesar 0,30 x 0,60 x i X 2 5 0 0 : ^ 4 5 0 kilogramos, mag-nitud que, tomada en la escala adoptada '(l cent metro = lOO kilo-gramos), llevamos el polgono de fuerzas (fig. 5.^), tomando 450 cen-t metros, a continuacin de las I y 2 = 150 kilogramos = 1,5 cen-tmetros, representativas de los pesos de las rectangulares bdb' d' y b' d' b"d'\ tomadas en la citada escala de fuerzas (i centmetro = lOO kilogramos), obteniendo, despus de tener lo propio en los restan-tes pesos, la resultante total A ' ^ ^ ^ ^ 4-/^^ + +i*ni ^^ ^ 12 centme-tros ^^ := 12 X 1 0 0 = 1200 kilogramos. Para fijar su posicin exacta dibujaremos el polgono fnicular trazando sobre el punto i , tomado sobre la vertical de g-^ {centro de gravedad del pr imer rectngulo), la paralela al radio r. hasta su encuentro en 2 con la vertical de ^2 Y as sucesivamente; el encuentro ar de las paralelas al primero y ltimo radios polares } \ ^ r^, trazados por los puntos I y ]o, nos marca la

    y situacin de la vertical que contiene el centro de gravedad de la pieza, que, como se ve en la figura 5-^, cae dentro del espesor del muro que la sustenta, lo que asegura su propia esabilidad.

    En, genera!, basta con establecer la ecuacin del nvertimiento M^ = M}^ para comprobar s queda o no impedida toda tendencia al vuelco, lo qu depende , como indicamos, de los pesos que actan sobre la parte yolada y apoyada y los respectivos brazos de palanca de estas .fuerzas. As, en el ejemplo anterior, si suponemos que a la

    O mnsula se la ha dejado para el empotramiento en el muro un tizn Q de 0,30 metros, su peso propio sera (0,40 x 0,70 m.) parte vola-: da -}- 0,30 X 0,70 metros ( t izn) x 2500 (peso por metro cbi-

    . co) T= 700 -{- 525 r= 1225 kilogramos. El momento de nvertimien-to ser M^. = P I, suponiendo la carga aplicada en el centro de la parte volada.

    ' . ' ^ ' " ;

    '. .". MQ = 0,40 m. (vuelo) X 6000 = : 1200 ki logrmetros,

    y el momento de estabilidad, teniendo slo en cuenta el peso propio de la pieza,

    184 ki logrmetros < 1200 ki logramos, 1 ' I Af' = P'I 1 2 2 5 X 0,30 m. 2 2

    lo que nos ndica que sera absolutamente indispensable anclar la mnsula en el muro, o contar, como es lgico, con el peso de la parte de ste que gravita d i rec tamente sobre la mnsula y sobre-carga que recibe. Podrainos deducir el valor mnimo necesario de dicho peso suplementario igua-lando los dos momentos y obteniendo el valor de / ' . Tendr amos 1200 = - x X 0,30, de donde

    X = 2400 0,30

    800D kilogramos, y como el peso propio de la mnsula vimos era 1225 kilogramos,

    la carga suplementaria deber ser/>" = SOOO 1235 ^ ^775 7000 kilogramos, que representan,

    a 2.000 kilogramos de peso por metro cbico de fbrica, un volumen V^= = 3,5 m"- ' r 2 0 0 0

    E. G,

    r L^ffllH

  • -A CONSTRUCCIN MODERNA 23

    LA C A S A DE LA P R E N S A Parece un hecho la inmediata construccin, en esta corte, de un magnfico inmueble, que ser

    la Casa o Palacio de la Prensa espaola. Para emplazamiento dei edificio se ha elegido el solar que enlaza el segundo y tercer trozos

    de la Gran Va, con lo cual dicho edificiOj situado en realidad en la plaza del Callao, tendr facha"

    PROYECTO DE CASA DE LA PRENSA

    Arquitecto, D. Pedro Muguniza.

    das a las EiVenidas de Pi y Margal] y de Dalo, y a las calles de Miguel Moya y Tudescos. Ade-ms di; los servicios sociales, se instalar en la Casa de la Prensa una gran sala de espectculos, con capacidad para dos mil espectadores y algunos locales y pisos de renta.

    Kl proyecto ha sido redactado por el arqui tecto Sr, Muguruza, y los ocho millones que su realizacin iniporlar, se afirma los adelanta el concesionario de las obras de la Gran Va, D. Flora-ci Edievarrieta, con el aval del Banco Urquijo y del Estado.

    ^ ^ t e . - . . ^

  • 24 LA CONSTRUCCIN MODERNA

    F U N D A M E N T O [ 'EL E M P R S T I T O MUNICIPAL "

    EL CRECIMIENTO DE OVIEDO Ocup:L la ciudad de Oviedo lug-ar preferente entre las uries espaolas que ms han cre-

    cido en los iiltiniH aos, a u m e n t a n d o n o t a b l e m e n t e su poblacin y d i seminndose su nuevo casero por los a l rededores del casco urbano , sin ensanche prev is to } en forma desordenada y caprichosa.

    Asomh]-a compara r el (.Jviedo de hace c incuenta o sesenta aos con la ag lomerac in ur-bana de nues t ros dias, } a c s tu ta r en los plai"H->s y reseas cjue se conservan cmo era en el siglo pasado la ca[Hal de Asturia.s, se adquiere una idea ap rox imada de los efectos bien-hechores que el cor rer del t icjnpo ha producido en la ciudad fundada por el Rey Don Frue la .

    E n el p lano de Oviedo levantado en 1853 por D. Joaqu n Mar a Fernnde: / . ca tedr t ico de Ma tem t i ca s de la Univers idad Li terar ia , documen to que fu g rabado y publ icado en escala I : 1.000 a expensas del A y u n t a m i e n t o de la ciudad, aparece sta con au ncleo u rbano de callejas es t rechas y t o r tuosas rodeando la catedral y encer rado en la c in tura formada por la mural la , recons t ru ida cu t i empos de Don Alfonso V I H , y cuyo t razado segua las calles del Peso, de la Picota , de la Lana , de T r a s la Cerca, del Para so , del Pos t igo y del So l ; el recin-to amura l lado es taba edificado to ta lmen te , ten a por ba lua r te principal la For ta leza , cons t ru i -da por Don Alfonso "el M a g n o " en la ac tual plaza de Porl ier , }- fuera de l exist an peque-os ncleos de edificios ag rupados en to rno a los conventos de Sant

  • LA CONSTRUCCIN MOl^BRN 25

    Vasco-Asturiano hasta el tnel de San Lzaro, calles del Monte de Santo Domingo y de Campomanes, plaza del General San Miguel y calles de Santa Susana y de Celestino Villa-mil, iguiend la carretera de los Monumentos hasta ciicontrar nue\'amente el ferrocarril del Norte.

    Aunque en Espaa est basada la tributacin en el nmero de habitantes, aceptando los datos oficiales reconocidos por todos como inferiores a la realidad, se deduce de las cifras que hemos comparado que Oviedo ha cuadruplicado la poblacin en setenta aos, duplicn-dola en los treinta ltimos.

    En el Anuario estadisticfi en las variaciones de la poblacin censada de las capitales, durante los periodos 1901-1910 y igi 1-1920, figuran englobadas las poblaciones rurales y urbanas, asignndose a la designacin capitales la poblacin total de los concejos, el de Oviedo tena en 1S94 2S.225 habitantes (hablaremos siempre de poblacin de hecho) ; en 1900, 43.437, y en 1910, 48.103, siendo el crecimiento de poblacin en 1901-1910 de 10,70 por ico; en el ao de 1920 el Concejo tena 69.375 almas, experimentando un crecimiento de 30,23 por 100 en este decenio; en estos resultados corresponde mayor proporcin al crecimiento de la pobla-cin urbana que al de la rural, principalmente en los ltimos aos.

    En las oficinas municipales de empadronamiento se asignan a la ciudad las siguientes cifras de poblacin en los aos que se indican: 1894, 20.100 habitantes; 1910, 25.810; 1920, 35-5i6, y del avance que. ahora se realiza, puede deducirse que la poblacin actual de Oviedo pasa de 40.000 almas.

    En el Nomencltor de Espaa figura la ciudad de Oviedo con 1.716 edificios habitados en 1910 y 2.118 en 1920; pues bien, ese desarrollo contina, y en el presente ao de 1925 Ovie-do tiene ms de 3.000 edificios.

    La estadstica de la construccin formada recientemente a peticin nuestra, que no pue-de pretenderse sea completa, pues en ella faltarn bastantes edificios, corresponde en su cre-cimiento al aumento de poblacin anotado; el nmero de edificios construidos en el casco urbano y un kilmetro alrededor de l, respectivamente, durante los ltimos treinta aos, es el que sigue;

    1895-1910 92. (Sin datos.) 1900-1905 1-51. 1905-J910 72-17. 1910-1915 . 72-28. 1915-1920 73-38. 1920-1925 281-248.

    Siendo notable el brusco aumento experimentado en el ltiiiio lustro. Por ltimo, es un buen revelador de la vitalidad ciudadana el consumo de agua regis-

    trado en las oficinas municipales de recaudacin del servicio, que, expresado en pesetas, es el que sigue:

    1914-1918 1.020.147,90 pesetas. 1919-1924 1.483.240,07 dem.

    O sea un consumo medio en el primer quinquenio de 204.029,58 pesetas anuales, y en el segundo, de 296.648,13 pesetas por ao, siendo iiiteresante conocer por separado la recaudaciji obtenida en cada uno de los cinco ltimos aos, que fu:

    *^BP5B-_^^ffl

  • 2e LA CONSTRUCCIN MODERN;

    1920 240.346,3 t pesetas. 1921 237712,22 dem. 1922 308.904,43 dem. 1923 312.278.70 dem. ] 924 384.000,00 dem.

    Este aumento progresivo y rpido del consumo de a,'"ua abonado se debe en su mayor parte a lii nuevas instalaciones promovidas por la edificacin moderna.

    KI crecimiento de Oviedo, brevemente bosquejado, es consecuencia natural de su pujanza y de la evolucin de las normas de vida de los pueblos ; las generaciones ]jasada.s, al tener que vi\'ir en lucha constante para la defensa del suelo patrio, reducan su ideario de urbaniza-cin a elegir los emplazamientos de mejores condiciones militares, formando las ciudades en las cumbres y laderas y rodendolas de fuertes murallas; las exigencias del comercio y la industria forjaron despus nuevos moldes para el trazado de las poblaciones, en el que los obstculos seculares que para el desarrollo de las mismas venan siendo las fortificacio-nes, los constituyen hoy los ferrocarriles, cinturas frreas que con sus obras de tierra o de fbrica atenazan en su crecimiento a las ciudades actuales; por el refinamiento y la comple-jidad de la vida moderna, la transformacin del sueh rural en solar habitable ha lleg'ado a constituir la ciencia del urbanismo, extensa y difcil, cuyas prescripciones se reali^ian sola-mente mediante obras costosas.

    Oviedo se encuentra hoy en plenitud de acti\'dad, que es fiel refiejo del esfuerzo de pro-duccin de riqueza patria que hoy se realiza en Asturias, parte importantsima del cual es la industria extractiva del carbn, de un valor tan grande como poco estimado para el bienes-tar nacional, ya que la independencia de los pueblos est asegurada solamente cuando ]]ue-den bastarse a s mismos.

    Si quiere estimularse el crecimiento urbano y evitar que la ciudad llegue a tener el as-pecto y las iiicomodidades de las poblaciones sucias y mal dotadas, es urgeiite acometer las obras de ur!.Kinizacin y ensanche previstas por el actual A}-untamiento, }- ello slo es posi-dile etnitiendo un emprstito que facilite los cuanticjsos recurstS que al invertirse en la ciu-dad misma, se traducirn en un nuevo motivo de prosperidad, mejoraiuh su economa y con-diciones de vida.

    Manuel GALLEGO

    EL FERROCARRIL D PORTUGALETE

    Proyecto de ia nueva estacin de Bilbao.

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  • LA CONSTRUCCIN MODERNA 27

    REAL DECRETO-LEY DE CASAS BARATAS

    EXPOSICIN

    Seor: El prolilema de la vivcncla, en sus variados aspectos y distintas modalidades, presenta cada dhi mavor importancia, demancin. inspirndose en las realidades que en cada lativas que pongan fin a su incesante agudizadando con urgencia inaplazable medidas legis-momento se producen,

    Al celebrarse la Conferencia Nacional de la Edicacin, se adopt el acuerdo de examinar y modificar las disposiciones de !a ley de Casas baratas de TO de diciembre de 1921, y previa una informacin pblica, abierta ijor el Instituto de Reformas Socieales, se llev a cabo la re-visin de dicba ley, sometiendo al \-iinisterio de Trabajo, Comercio e Industria un proyecto de reforma que. detenidamente estudiado por este iJepartamento y por el Directjrio Militar e in-troducidas en l las modificaciones que se estimaba mejoraban e! proyecto, qued redacta-do en la forma en que se somete a la firma de V. M.

    Dclias modificaciones, tendientes a convertir en realidad las aspiraciones contenidas en la ley de 1921, hacen referencia a la determinacin cierta y precisa de los auxilios que el Estado concede ])ara la construccin de casas baratas y a la forma de su distribucin y con-cesin. En la citada ley a])arecia como auxilio ima sulvencin directa que tena por lmite el 25 por 100 del capital empleado en la edificacin, y prstamos del Estado a inters redu-cido, en consonancia con el valor de los terrenos } d.e las casas; pero estos beneficios eran indeterminados y no poda, por tanto, fundamentarse en ellos la estructura econmica de los proyectos de la edificacin.

    El presente decreto-ley sustituye la subvencin lirecta por una suma fija sf>brc la cons-truccin, y se suprimen los concursos para conceder prstamos, ya que al otorg^arse la Real orden de calificacin ccjndicional de una casa larata habrn de constar en la misma, de manera concreta y detallada, tos beneficios que ha de otorgar el Estado y el plazo, for-ma y condiciones en que tendrn que percihire. Con este procedimiento desaparece todo equvoco, a la vez que son conocidas con ]i!ena certidumbre las protecciones y estmulos que se han de recibir.

    El beneficio de garanta de intereses que figuraba en la ley de 1921, por circunstancias diversas, no ha tenido ajdicacin alguna, y como con l se trataba de favorecer a los cons-tructores modestos, que no sindoles posible llegar, por la exigidad de sus ingresos econ-micos, a ser propietarios de una vivienda, tienen que habitar en casas alquiladas, ha sido sustituido en el presente decreto por el otorgamiento de una nueva clase de prstamos con el 5 por 100 de inters que, unido a una prima fija .sobi'e la construccin, estimular la edifi-cacin de habitaciones para alquiler a precios reducidos, permitiendo vivir en casas higini-cas a personas que actualmente lo hacen en condiciones tales de hacinamiento que represen-tan un grave peligro para la salud pblica.

    Se mantiene en el decreto-ley el principio de la inembargabilidad e inalienabilidad de la casa que haya de ser propiedad del que la habite; pero c(m atenuacin y limitaciones que permitirn la desvinculacin de la vi\'enda en un plazo fijo, o aun antes de el, en los casos' debidamente justificados; reflejando estos prmcipios se ha modificado de un modo acorde todo lo que regulaba la herencia de la casa barata.

    Se ha suprimido de la ley de 10 de diciembre de T921 todo lo que hEica referencia al sa-neamiento de la vivienda, materia contenida en el Estatuto municipal, que no le era esen-cial y que constituye una funcin que directa nente incumbe al Ministerio de la Gobernacin.

    Y, por ltimo, se ha procurado asimismo simplificar la tramitacin de los asuntos, intro-

    f ^ * - . ^

  • 28 LA CONSTRUCaON MODERNA

    duciendo reformas que tienden a dar una inayor viabilidad a los preceptos sobre casas ba-ratas.

    Tal es el decreto-ley que el Gobierno tiene el honor de someter a V. M., que ser comple-tado en breve por otras disposiciones encaminadas a resolver en las distintas clases socia-les el vivo problema ele la casa, problema que ocupa la atencin de los gobernaiites del mun-do civilizado, y cuya solucin ha de constituir u:ia de las ms brillantes conquistas de la poca contempornea, Madrid, lO de octubre de 1924.

    R E A L D E C R E T O

    A propuesta del jefe del Gobierno, presidente del Directorio Militar, y de acuerdo con ste, Veng"o en decretar lo siguiente:

    >' CAPITULO P R I M E R O

    CONCEPTO LEGAL DE CASAS BARATAS

    Artculo T." Se entender por casas baratas las construidas de nueva planta que hayan sido reconocidas oficialmente como tales, por reunir las condiciones tcnicas, higinicas y econmicas que se determinan en este decreto-ley y en el Reglamento para su aplicacin.

    Podrn estar aisladas, unidas a otras o formando grupos o barrios y podrn tener uno o varios pisos.

    Se considerarn como parte integrante de las casas baratas los patios, huertos y par-ques y los locales destinados a gimnasios, baos, escuelas y cooperativas de consumo que sean accesorios de una casa o grupo de casas baratas y guarden con ellas la debida propor-cin en cuanto a su extensin e importancia.

    Art. 2." Los beneficiarios de casas baratas, ya sean en concepto de inqutiinos, en el de amortizadores o en el de propietarios, no podrn disfrutar de un ingreso anual superior al que por el Reglamento se seale para cada localidad.

    La mayor parte de dicho ingreso habr de proceder de salario, sueldo o pensin. Art! 3." Ko se podr conceder calificacin de casa barata a aquella en que el beneficiario

    haya de pagar un alquiler anual i^uperior al que se fije para la localidad de que se trate. Dentro de esta cifra mxima, el alquiler habr de estar en relacin con el valor de la casa.

    Art. 4." Tampoco se podr considerar como barata la casa que se construya para ven-derla, darla en amortizacin o habitarla su propio dueo, si su coste verdadero, incluidas las obras de urbanizacin indispensables y el precio del terreno, excede del lniite mximo que se seale para la localidad de que se trate.

    Dentro de este lmite, el precio que se seale habr de corresponder al valor de la casa. Art. 5." Cuando las casas hayan de disfrutar de los beneficios de primas a la construc-

    cin, prstamo del Estado o abono de parte de intereses, se tendr en cuenta estos benefi-cios al fijar el precio a los alquileres de dichas casas conforme a lo que disponga el Regla-mento.

    Art. 6." Podrn construir las casas baratas: el Estado, los Ayuntamientos, las dems Corporaciones oficiales, las Sociedades de todas clases y los particulares.

    Art. y." Podrn ser construidas para habitarlas sus propios dueos o para cederlas gra-tuitamente, en alquiler o en censo, o en venta al contado o a plazos.

    Art. 8." Igualmente podrn ser cedidos a censo o en venta al contado o a plazos los te-rrenos para la construccin de casas baratas,

    Art. g." Cuando se trate de un nmero considerable de viviendas o de grupo de casas, ser obligatorio, para las entidades constructoras, hacer las obras de urbanizacin indispen-sables para el buen servicio de aqullas, salvo el caso de que los terrenos estn situados den-

    r

  • LA CONSTRUCCIN M O D E H N A 29

    tro de] plan municipal de urbanizacin debidamente aprobado, caso en el cual aquellas obras sern obligatorias para los Ayuntamientos.

    Cuando los Ayuntamientos no hayan redactado el plan a que hace referencia el prrafo anterior, y hasta tanto que se haya aprobado aqul, estarn obligados a fijar una zona de viviendas iiaratas, que debern urbanizar siempre que en ea se proyecte, con las debidas garantas, la construccin de un nmero importante de viviendas.

    Art. ro. La casa barata que haya llegado a ser patrimonio de! beneficiario que la habite no podr, durante un plazo de cincuenta aos, a contar de su terminacin, ser embargable, salvo cuando se trate de hacer efectivos los plazos no satisfechos por la compra del inmue-. ble, los crditos hipotecarios que con antei'ioridad a la adjudicacin y para facilitar la cons- , truccin del inmueble se hayan obtenido de cualquier entidad o particular y los derechos re- , servados al Estado, Provincia o Municipio, a los efectos de la presente ley.

    Tampoco podr, durante el mencionado plazo de cincuenta aos, ser transmitida a ttulo distinto del de herencia o del de donacin al heredero a quien corresponda el derecho de sucesin segn las reg"Ias y las condiciones que se establecen en el presente decreto-ley.

    Exceptase de lo dispuesto en los prrafos anteriores la casa respecto de la cual el dueo haya solicitado y obtenido la desvinculacin, por exigirlo as la necesidad o la convenien-cia notoria. Al efecto, quien solicite la desvinculacin se dirigir al Ministerio de Trabajo, Comercio e Industria invocando dicha necesidad o conveniencia, y previo informe de la Comisin permanente del Consejo de Trabajo, se acordar lo que se estiine procedente. Esta resolucin bastar para mantener la vinculacin o desvinculacin de la casa barata.

    Hasta tanto que las casas baratas lleguen a ser patrimonio del beneficiario que las ha-bite, las personas que, con carcter de terceros, hubieren obtenido embargo o adjudica-cin de dichas casas, estarn obligadas a subrogarse en lugar de los dueos y respetar la forma y condiciones en que se hubieren realizado los contratos, aunque stos sean priva-' dos, con el beneficiario al objeto de adquirir la propiedad de la casa. A este efecto, se de-bern inscribir en el Registro de la Propiedad las Reales rdenes de caHficacin de casa barata y se har constar en dicha inscripcin los derechos que se reservan a los beneficia-rios que habiten la casa para adquirirla en propiedad.

    Art. II . En ningn caso las casas que se construyan para habitacin de sus dueos, o para venderlas o darlas en amortizacin, podrn ser enajenadas en precio superior al sea-lado en la calificacin ni a persona que no tenga la condicin de beneficiario.

    Las casas de alquiler podrn venderse en el precio que libremente fijen las partes con-tratantes; pero quedar obligado el nuevo propietario a cumplir las condiciones impuestas por este decreto-ley y disposiciones complementarias, y no podr alterar los alquileres fija-dos y las condiciones de arrendamiento que hayan sido aprobadas al concederse la califica-cin al inmueble de que se trate. . ; .

    Art. 12. Cuando se trate de casas construidas por Sociedades cooperativas al amparo de disposiciones legales que no establecan el principio de inembargabilidad del inmueble, o de aquellas que aun siendo inembargables hayan obtenido la concesin de la desvincula-cin y sean dichos inmuebles vendidos a personas extraas a la Sociedad gozarn stas del derecho de retracto para readquirir las casas por ellas construidas, cuando sean vendi-das a personas extraas a la misma, por el precio que se hubiere fijado a los socios que pri-meramente las adquirieron, hasta tanto que hayan transcurrido veinte aos desde la califi-cacin definitiva. Este derecho solamente podr ejercitarse dentro de los noventa das, con-tados desde la inscripcin de la venta en el Registro de la Propiedad, o desde que la Socie-dad haya tenido conocimiento de dicha venta.

    En los casos a que se refiere el art. i i y el prrafo anterior del presente, y a los efectos de la fijacin del precio del inmueble, se tendrn en cuenta aquellas obras realizadas en la finca que verdaderamente la hayan mejorado.

    (Cont'nuard.)

  • 30 LA CONSTRUCClOiN MODKlNA

    NOTAS BIBLI0GHAFICA8 Nociones de Arquitectura y Construccin (edificios fabriles, militares y civiles), por don

    Manuel do. las Rivas, general de Ingenieros.Un volumen de 574 pginas en 4.", con 330 figuras intercaladas.-Madrid, 1925.Ruiz Hermanos, editores.

    Constituye esta olira la segunda edicin, mejorada, de la que hace )'a quince aos fu elegida en concurso como texto en la Academia de Artillera, teniendo como consecuencia una base foi'zada al acomodarse, en extensin } materia tratada, al contenido del programa oficial de dicho Centro de enseanza que desarrolla la mencionada asignatura en ro pape-letas, cada una de las cuales motiva un largo captulo dividido en dos conferencias. Las tres primeras papeletas se refieren a los materiales empleados en la construccin; la cuarta a los terrenos y diversos sistemas de cimentar; la quinta al clculo y construccin de mu-ros, as como a su revoco, enlucido y pintura; la sexta al trazado y construccin de bvedas, pisos y escaleras; la sptima a las armaduras y cubiertas de diferentes tipos y materiales; la octava a los edificios industriales, motores, centrales hidrulicas, chimeneas y lineas a-reas; la novena a los rdenes arquitectnicos, estilos y decoracin, y la dcima a !as partes accesorias de los edificios y estudio de los principales sistemas de ventilacin y caefaccin; forman el apndice nueve tablas con las escuadras necesarias para pisos de madera o de hierro.

    Basta el anterior ndice para darse cuenta de que la obra objeto de estas lneas es un resumen o compendio de los conocimientos indispensables para proyectar } construir edifi-cios industriales, resumen que comprende el conocimiento de inateriales, su puesta en obra y el clculo de los elementos fundamentales de los citados edificios, a todo lo cual se han agregado algunas indicaciones relativas a los motores en geiieral y su instalacin. Siendo tan amplio el plan a desarrollar, pareca difcil que la obra (de extensin, por otra parte, limitada a lo que puede abarcar un niimero reducidsimo de lecciones) pudiera tratar cuantas partes integran aqul, en forma que no se omitiese nada sustancial, y, sin em-bargo, ha sido as, presentndose los distintos temas perfectamente escalonados y claramen-te expuestos, acierto slo reservado a tcnicos que, como el general Rivas, han pasado gran parte de su dilatada vida profesional consagrados a la construccin y al estudio prctico de los mltiples problemas que sta plantea. Los libros destinados a la enseanza suelen carecer de valor prctico, pero, por excepcin, no le ocurre esto a las "Nociones de Arqui-tectura y Construccin", ya que algunos captulos, como son los que se consagran al hor-mign armado, a los muros y bvedas y a las cubiertas, contienen numerosas frniulas que se aplican a variados ejemplos; la parte que se dedica al clculo de muros de sosteni-miento es muy completa, estando desarrollada con claridad que pocos autores espaoles igualan.

    Aunque escrita esta obra para la Academia de Artillera, resida, por su buena ordena-cin y gran cantidad de doctrina que encierra, altamente recomendable para otros muchos centros de enseanza, cuyos programas exigen ideas generales sobre construccin y arqui-tectura.

    E. G.

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  • .A oONbTUUGC'ON MODBINA 31

    CRONIC E INFORMCION Condiciones tcnico-sanitarias que deben sa-

    tisfacer los ensanches y planes de extensin de poblaciones.lin el nmero anterior hemos re-producido las aclaraciones que a los artcu-los 6." y 23 del Reglamento de obras y servi-cios municipales de 14 de julio ltimo han sido hechas por Real orden de la Presidencia, de fe-cha 30 de diciemhre; aclaraciones que se refie-ren a punto tan importante como es el de las me-diciones tcnico-sanitarias que deben llenar los nuevos ensanches y planes de extensin de ]>o-blaciones.

    A] disentirse en el pleno de la Comisin de-signada para redactar los diversos Reglamentos (le qilicacin del Estatuto municipal el usieron a que ]>rosperara el criterio del citado ponente de que las aludidas condicioiies tcnico-sanitarias deban imponerse para los nuevos ensanches con carcter obliga-torio (como ya se haba establecido por Real orden de Gobernacin de 9 de agosto de 1923), quedando al arbitrio de las Comisiones sanita-rias provinciales y central el autorizar en cada caso concreto la modificacin de aquellas que, previa su razonada justificacin, demandasen las circunstancias especiales en cada uno de di-chos casos.

    Deseando, sin duda, armonizar opiniones, el liresidente de la Comisin citada dio al prem-bulo del art, 6." del mencionado Reglamento la redaccin que sigue: ' 'Al redactar los proyec-tos de ensanche o extensin de poblaciones se observarn los preceptos tcnico-sanitarios que cada Ayuntamiento haya incorporado a sus Or-denanzas, y, en su defecto, las siguientes.. ." La realidad se ha encargado bien pronto de pa-tentizar que en cuestiones de higiene pblica e! Estado no puede conceder a los Municipios esa amplia autorizacin que en el Estatuto cam-pea, pues en a segunda de las sesiones plena-rias celebradas por la Comisin central de Sa-nidad local hubo ya que examinar dos expe-dientes luno de Bilbao y otro de Alcoy), en los cuales los Ayuntamientos solicitaban la anula-cin de preceptos higinicos hace aos estable-cidos al aprobar los respectivos ]>lanes de en-sanche, lo cuab generalizndose, conducira a perder en poco tiempo cuanto se ha ganado en muchos aos al imijoner ciertas reglas higini-cas a las vas y edificios habital.iles que se cons-truyan en los ensanches. De no ser, por tanto, aclarado el artculo referido, y toda vez que los Municipios son dueos de modificar sus Orde-nanzas, sin que precise, segn el art. 65 del aludido Reglamento, que dichas modificaciones sean, como antes, aprobadas por los goberna-dores, ei nuevo Estatuto podra significar un retroceso para la higiene urbana, y a fin de evi-tar tal riesgo, se ha dictado la disposicin re-

    ferida, en virtud de la cual, '"para la recta apli-cacin de lo dispuesto en los artculos 6." y 23 del Reglamento de Obras y servicios munici-pales, a])robado por Real decreto de 14 de julio de I(j24, ser preciso que los preceptos tcnico-' sanitarios incorporados por cada Ayuntamiento a sus Ordenanzas municipales respondan a un criterio de rigor higinico igual o mayor que el aplicado en los mencionados textos legales.

    En todo caso, ai someterse a la Comisin sa-nitaria central o provincial, segn proceda, el proyecto de ensanche, extensin o mejora in-terior, deber acompaarse co[)a de los expre-sados preceptos, y en cuanta desde el punt de vista saiutario supongan mayor lenidad que los del Reglamento de Obras y servicios munici-]iaics. la Comisin centra! o provincial de Sani-dad local podr oponer los pertinentes reparos."

    Construccin de un horno incinerador de ba-suras en Buenos Aires.Kl diario "La Razn", de la capital de la Argentina, en uno de sus n-mero:; dedica recientemente un articulo al es-tudio del problema de la incineracin de las ba-suras, indicando las medidas adoptadas a partir de 1899. Segn se expresa en dicho trabajo, esta para terminarse la primera de las dos f-bricas, con capacidad de incineracin de basu-ras de 400 toneladas diarias cada una. Consta en tota! cada fbrica de 18 celdas agrupadas en bateras de a tres, con una cmara de combus-tin comn, con objeto de asegurar una mayor homogeneidad en la temperatura y compsi-, cin fie los gases.

    Al proyectar estas fbricas se han tratado de evitar las molestias para el vecindaro produci-das por ios humos, habiendo llegado, al pare-cer, a dicha naldad.

    Los ensayos recientemente efectuados poneti de manifiesto que los clenlos efectuados por los ingenieros Van Wik, Edo y Espina han res-[ondido ampliamente en la prctica, pues los humos, que salan por las dos chimeneas de 50 metros de altura, eran perfectamente lmpi-dos y transparentes.

    La construccin de los conductos de humo se ha efecluad en forma tal, que por el mo-mento stos saldrn directamente a las chime-neas, pero queda ya preparado el emplazamien-to de una importante usina elctrica que apro-vechara el calor producido.

    La calidad meda de la basura que produce la ciudad de Buenos Aires permite calcular como mnima una produccin de o,S kilogra-mos de vapor de agua por cada kilogramo de basura quemada, puesto que se obtiene una temperatura no menor de Soo grados centgra-dos en los gases de la combustin.

    Para la capacidad de 400 toneladas de incine-racin diaria, equivaldra por hora una produc-cin de 13.000 kilogramos de vapor de agua,

  • LA GONSTEUCCION MODERNA

    capaces fie producir una energ:ia de unos 2.000 caballos de fuerza ])or hora.

    Monumentos nacionales.Por [ieal orden del / del actual, inserta en la "'Gaceta" del da 22, ha sido declarado monumento nacional el cas-tilo-palacio real de Olite (Navarra), tanto por los recuerdos histricos que atesora como por su importancia mouLimental, verdaderamente in-apreciable, como emplazamiento y arquitectura notabilisima, y la iglesia de Santa Mara la Real, [)or formar parte casi integrante del palacio, al que est unida por galeras, por estar sepul-tada en ella la hermana de Carlos ''el Noble" y por la preciosidad de su portada, de lo ms delicado y rico de! arte francs.

    Tambin, por Real orden del 16 del ]resente mes (^"Gaceta" de! 24), iueron declaradas monu-mento nacional las ruina.^ de la antiqusima ciudad de Belona, sitas en Tarifa (Cdiz), donde se aprecian muy visibles los restos del puerto, el anfiteatro y la poblacin, que tuvo suma impor-tancia en pocas reinotas, tanto por su posi-cin, cuanto por ser el Uigar de trnsito de las naves fenicias, y donde existen numerosos se-pulcros.

    Asociacin de Arquitectos de Catalua. En virtud de la renovacin anual de cargos, la Junta directiva de dicha Asociacin ha quedado constituida para el ao actual en a siguifnte forma

    Presidente, D. Miguel Madorell y Rus; te-sorero, D. Juan Torras y Pug; bibliotecario, D. Adolfo "Plcrensa y Ferrer ; secretario, don Antonio Mara de Ferrater y Bofill; vicepresi-dente, D. Francisco de P. Guardia y Vial; vice-tesorero, D. Antonio Fisas y Planas; vicese-cretario, D. Emilio Canosa y Gutirrez.

    La insinceridad constructiva, como causa de la decadencia de la Arquitectura.Dicho tema fu el elegido por el reputado arquitecto don Luis Bellido para el discurso de toma de pose-sin de su nuevo cargo de acadmico de n-mero de la de Bellas Artes de San Fernando, acto que tuvo lugar el 25 del corriente.

    Tanto el Sr. Bellido como el Sr. Lpez Sa-Uaberry, al que correspondi el discurso de con-testacin, hicieron el debido elogio tlel arqui-tecto D. Vicente Lamprez y Romea, cuya va-cante ha cubierto el nuevo acadmico, haciendo resaltar el alto relieve que como historiador de luiestra Arquitectura alcanz el Sr. Lamprez.

    Refirindose al tema enunciado, desarroll ampliamente su juicio el Sr. Bellido, del que son los siguientes conceptos:

    "Con retraso de quince o veinte aos se ini-ci, por fin, en Espaa e! nico derrotero capa/-de conducir a un arte lgico y caracterstico: la "nacionaUzaciu" de la Arquitectura. Pero igualmente en este nuevo aspecto ha presidido casi siempre el infortunio, pues procediendo

    con la misma inconsciencia y superficialidad que en los casos anes citados', se limitaron la mayora de los arquiecos a la simple copia de ejemplares tpicos de la arquitectura de las bue-nas pocas, tomando de ellos lo ms vulgar-mente notorio de sus formas externas, aplicado a estructuras que, aunque falseadas artificiosa-mente muchas veces para mejor ceirse al mo-delo copiado, tenan exigencias muy diferentes de las que caracterizaban a aquellos antiguos edificios. As ha ocurrido con los plagios de! arte plateresco, tan bello en sus contraste.s de masas tranquilas y de partes "bordadas" de profusa ornamentacin, que slo es posible en aquellos palacios y edificios de huecos muy es-paciado.?, dando lugar a grandes entrepaos, distrados no ms que con el aparejo de sus f-bricas de sillera, mamposteria o ladrillo al des-cubierto, que al quererse aplicar a nuestras mezquinas casas de pisos, con fachadas acribi-lladas de huecos iguales y prximos, han resul-tado un ridiculo remedo, por haberse sustituido aquellos nobles materiales, de prestancia secu-lar, por unas imitaciones hechas de las materias ms viles, pintarrajeadas malamente para que aparenten lo que no son. y ])ara darles hasta la ptina del iem])o. En suma, sustituyendo la arquitectura por la escenografa, por algo ef-mero y ]>asajero, sin ms que la apariencia de perdurable."

    Fn tres grujios ordena el Sr. Bellido los re-medios de tan graves males, y son :

    Lgica disposicin estructura!. Servir cuidadosamente las exigeiicias clima-

    tolgicas. Empleo racional de los materiales y de los

    sistemas de construccin. Al desenvolvimiento de esta materia dedica

    el Sr, Bellido lo restante de su peroracin, que fu muy aplaudida.

    El Sr. Bellido, segn los datos del discurso-contestacin del Sr. Lpez Sallaberry, ha pro-yectado y dirigido la construccin de doce igle-sias y capillas, grandes templos de slidas f-bricas, y el Seminario de Oviedo. Tiene en cur-so de ejecucin el i-Ios])!fal de Lugo. Ha repa-rado y reconstruido parcialmente 34 templos de la dicesis de Oviedo, y construido de nueva planta siete edificios escolares en Galicia y, As-turias, 56 casas y 14 hoteles. Ha restaurado la Casa de Cisneros: es autor del Matadero de Madrid, que resulta ser uno de los Mataderos ms importantes de Europa, siendo de los me-jores, segn juicio de autoridades extranjeras.

    SUBASTAS.Construccin de una Plaza de Abastos, en Cuenca.Presu]>uesto de contrata, 362.344,3S pesetas. Fi:inza provisional, 18.117,23 pesetas. Celebracin de la subasta el da 16 del prximo febrero, a las once, en el Ayuntamien-to de la citada capital. ("Gaceta del 2^ de enero de 1925.)

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