La Cosecha, enero 2012

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enero 2012 1 Diócesis de Knoxville Viviendo nuestra fe Católica Romana en el Este de Tennessee La Cosecha Nuevas metas Comienza un año nuevo de esperanza Desde mi ventana por Lourdes Garza Apostolado Hispano Católico Lourdes Garza, directora Blanca Primm, asistente administrativa 805 Northshore Dr. SW, Knoxville 37919 T 865-637-4769, F 865-584-7538 E-mail: [email protected] www.lacosechadok.com The Diocese of Knoxville Viviendo nuestra fe Católica Romana en el Este de Tennessee Noticias de la Diócesis de Knoxville enero 2012 La Cosecha La Cosecha O tra vez nos llega la oportunidad de renovar nuestras vidas. Ya habiéndonos regocijado una vez más por el Nacimiento de Nuestro Salvador, veamos dentro de nuestros corazones para confirmar que Él ocupa un lugar muy especial en ellos. Y como tal, el que Nuestro Señor Jesús reine en nuestros corazones debe ser reflejado en nuestras acciones. Al considerar nuevas metas para el año 2012, piensen en cómo pueden con- tribuir al bienestar de su parroquia—la corresponsabilidad. Muchas de nuestras parroquias no emplean servicio de lim- pieza si no que dependen de feligreses voluntarios para hacer toda la limpieza y parte del mantenimiento: ventanas, baños, pisos, alfombras y jardines. Consi- deren cuál será su contribución este año. También consideren cual será su con- tribución monetaria fija, es decir, prepa- rada con anticipación, no nada más dar el dólar que nos sobra en el bolsillo o en el monedero sino planear por adelan- tado y ser consistentes con la cantidad y frecuencia de su donación, porque nuestro tesoro celestial será más grande de lo que nos podamos imaginar y eso lo podemos comprobar en las Santas Escrituras: “No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las co- sas se echan a perder y donde los ladro- nes entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues don- de esté tu riqueza, allí está también tu corazón” (Mateo 6, 19-21). La corresponsabilidad, o sea el cuidado por nuestra parroquia, es un mandato bíblico y asegura el patrimo- nio espiritual de nuestros hijos y de las generaciones futuras de católicos de EE.UU. Les deseo un feliz año nuevo y los reto a hacer que en sus corazones el mantenimiento y el apoyo de su parro- quia sea la meta principal del 2012. n Los obispos hispanos/latinos de Estados Unidos nos saludaron temprano el día de la Virgen de Guadalupe, con su propia versión muy especial de las mañanitas: una carta abierta a los inmigrantes. La carta está firmada por 33 obis- pos y fue publicada simultánea- mente desde Los Ángeles y San Antonio, sede de los dos arzobis- pos hispanos de más alto rango. El texto completo de la carta con la lista de obispos que la firman se reproduce a continuación. Muy estimados hermanas y her- manos inmigrantes: ¡Que la paz y la gracia de Nuestro Señor Jesucristo estén con todos ustedes! Nosotros los obispos hispanos/ latinos de Estados Unidos abajo firmantes les hacemos saber a quienes se encuentran en nues- tro país sin papeles que no están solos ni olvidados. Reconocemos que todo ser humano, documenta- do o no, es imagen de Dios y por lo tanto tiene un valor y dignidad infinitos. Les abrimos nuestros brazos y nuestro corazón y los re- cibimos como miembros de nues- tra familia católica. Como pasto- res, les dirigimos estas palabras desde lo más profundo de nuestro corazón. De una manera muy especial queremos agradecerles los valores cristianos que nos demuestran con su vida—el sacrificio por el bien de sus familias, la determina- ción y perseverancia, el gozo de vivir, su profunda fe y su fidelidad a pesar de la inseguridad y tantas dificultades. Ustedes contribuyen mucho al bienestar de nuestra nación en el ámbito económico, cultural y espiritual. La crisis económica ha impac- tado a toda la comunidad estado- unidense. Lamentablemente, al- gunos aprovechan este ambiente de incertidumbre para despreciar al migrante y aun culparlo por esta crisis. Sembrar el odio no nos lleva a remediar la crisis. Encontrare- mos el remedio en la solidaridad entre todos los trabajadores y colaboradores—inmigrantes y ciudadanos—que conviven en los Estados Unidos. En sus rostros sufrientes vemos el rostro verdadero de Jesucristo. Sabemos muy bien el gran sacri- ficio que hacen por el bien de sus familias. Muchos de ustedes ha- cen los trabajos más difíciles, con sueldos miserables y sin seguro de salud o prestaciones salariales o sociales. A pesar de sus contri- buciones al bienestar de nuestro país, en lugar de ofrecerles grati- tud, se les trata como criminales porque han violado la ley de inmi- gración actual. Estamos también muy cons- cientes del dolor de las familias que han sufrido la deportación de alguno de sus miembros; de la Carta de los Obispos Hispanos/ Latinos a los inmigrantes Carta continúa en la página 2

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enero 2012 1Diócesis de Knoxville Viviendo nuestra fe Católica Romana en el Este de TennesseeLa Cosecha

Nuevas metasComienza un año nuevo de esperanza

Desde mi ventana por Lourdes Garza

Apostolado Hispano CatólicoLourdes Garza, directora

Blanca Primm, asistente administrativa805 Northshore Dr. SW, Knoxville 37919

T 865-637-4769, F 865-584-7538E-mail: [email protected]

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Viviendo nuestra fe CatólicaRomana en el Este de Tennessee Noticias de la Diócesis de Knoxville enero 2012

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Otra vez nos llega la oportunidad de renovar nuestras vidas. Ya habiéndonos regocijado una

vez más por el Nacimiento de Nuestro Salvador, veamos dentro de nuestros corazones para confirmar que Él ocupa un lugar muy especial en ellos. Y como tal, el que Nuestro Señor Jesús reine en nuestros corazones debe ser reflejado en nuestras acciones. Al considerar nuevas metas para el año 2012, piensen en cómo pueden con-tribuir al bienestar de su parroquia—la corresponsabilidad. Muchas de nuestras parroquias no emplean servicio de lim-pieza si no que dependen de feligreses voluntarios para hacer toda la limpieza y parte del mantenimiento: ventanas, baños, pisos, alfombras y jardines. Consi-deren cuál será su contribución este año. También consideren cual será su con-tribución monetaria fija, es decir, prepa-rada con anticipación, no nada más dar el dólar que nos sobra en el bolsillo o en el monedero sino planear por adelan-

tado y ser consistentes con la cantidad y frecuencia de su donación, porque nuestro tesoro celestial será más grande de lo que nos podamos imaginar y eso lo podemos comprobar en las Santas Escrituras: “No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las co-sas se echan a perder y donde los ladro-nes entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues don-de esté tu riqueza, allí está también tu corazón” (Mateo 6, 19-21). La corresponsabilidad, o sea el cuidado por nuestra parroquia, es un mandato bíblico y asegura el patrimo-nio espiritual de nuestros hijos y de las generaciones futuras de católicos de EE.UU. Les deseo un feliz año nuevo y los reto a hacer que en sus corazones el mantenimiento y el apoyo de su parro-quia sea la meta principal del 2012. n

Los obispos hispanos/latinos de Estados Unidos nos saludaron temprano el día de la Virgen de Guadalupe, con su propia versión muy especial de las mañanitas: una carta abierta a los inmigrantes. La carta está firmada por 33 obis-pos y fue publicada simultánea-mente desde Los Ángeles y San Antonio, sede de los dos arzobis-pos hispanos de más alto rango. El texto completo de la carta con la lista de obispos que la firman se reproduce a continuación.

Muy estimados hermanas y her-manos inmigrantes:¡Que la paz y la gracia de Nuestro Señor Jesucristo estén con todos ustedes! Nosotros los obispos hispanos/latinos de Estados Unidos abajo firmantes les hacemos saber a quienes se encuentran en nues-tro país sin papeles que no están solos ni olvidados. Reconocemos que todo ser humano, documenta-do o no, es imagen de Dios y por lo tanto tiene un valor y dignidad infinitos. Les abrimos nuestros brazos y nuestro corazón y los re-cibimos como miembros de nues-tra familia católica. Como pasto-res, les dirigimos estas palabras desde lo más profundo de nuestro corazón. De una manera muy especial queremos agradecerles los valores cristianos que nos demuestran con su vida—el sacrificio por el

bien de sus familias, la determina-ción y perseverancia, el gozo de vivir, su profunda fe y su fidelidad a pesar de la inseguridad y tantas dificultades. Ustedes contribuyen mucho al bienestar de nuestra nación en el ámbito económico, cultural y espiritual. La crisis económica ha impac-tado a toda la comunidad estado-unidense. Lamentablemente, al-gunos aprovechan este ambiente de incertidumbre para despreciar al migrante y aun culparlo por esta crisis. Sembrar el odio no nos lleva a remediar la crisis. Encontrare-mos el remedio en la solidaridad entre todos los trabajadores y colaboradores—inmigrantes y ciudadanos—que conviven en los Estados Unidos. En sus rostros sufrientes vemos el rostro verdadero de Jesucristo. Sabemos muy bien el gran sacri-ficio que hacen por el bien de sus familias. Muchos de ustedes ha-cen los trabajos más difíciles, con sueldos miserables y sin seguro de salud o prestaciones salariales o sociales. A pesar de sus contri-buciones al bienestar de nuestro país, en lugar de ofrecerles grati-tud, se les trata como criminales porque han violado la ley de inmi-gración actual. Estamos también muy cons-cientes del dolor de las familias que han sufrido la deportación de alguno de sus miembros; de la

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2 enero 2012 Diócesis de Knoxville Viviendo nuestra fe Católica Romana en el Este de Tennessee lacosechadok.comLa Cosecha

frustración de los jóvenes que han crecido en este país y cuyos sueños son truncados por su estatus migra-torio; de la ansiedad de aquellos que están en espera de la aprobación de su petición de residencia permanen-te; y de la angustia de quienes viven cada día bajo la amenaza de ser deportados. Todas estas situaciones claman a Dios por una solución dig-na y humana. Reconocemos que en ocasión las acciones tomadas con respecto a los inmigrantes les ha llevado a sentirse ignorados y abandonados, incluyendo cuando no se han escu-chado voces que se levanten ante las falsedades que se promueven dentro de nuestra sociedad. Por medio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USC-CB) hemos abogado ante el Congre-so estadounidense por un cambio a la ley de inmigración que respete la unidad de la familia, e incluya pasos ordenados y razonables para que personas sin documentos puedan obtener la ciudadanía. La nueva ley deberá incluir un programa de visas para trabajadores que respete los derechos humanos de los inmigran-tes, les provea las necesidades bá-sicas para vivir y facilite su ingreso a nuestro país para trabajar en un ambiente seguro y ordenado. Así mismo, continuamos abogando por la justicia económica global que faci-lite el empleo de nuestros hermanos y hermanas en su tierra de origen y les provea lo suficiente para vivir con dignidad. El pueblo inmigrante es una fuerza revitalizadora para el país. La falta de una reforma migratoria justa, huma-na y eficaz debilita el bien común de toda la unión americana. Nos duele y nos apena que mu-chos de nuestros hermanos y her-manas católicos no hayan apoyado nuestras peticiones por un cambio a la ley de inmigración que proteja sus derechos, mientras ustedes contribuyen con su trabajo a nuestro país. Les prometemos que seguire-

mos trabajando para obtener este cambio. Conocemos lo difícil que es el camino para llegar y para entrar a Estados Unidos. Por eso estamos comprometidos a hacer lo que po-damos para lograr un cambio de ley que les permita entrar y vivir en este país legalmente, y no se vean ustedes obligados a emprender un camino peligroso para proveer a sus familias. Como pastores que se preocupan por el bienestar de todos ustedes, les debemos decir que consideren seriamente si es aconsejable emprender su camino hacia acá antes de que se logre un cambio justo y humano en las leyes de inmigración. Sin embargo, no vamos a esperar hasta que cambie la ley para darles la bienvenida en nuestras iglesias a los que ya están aquí, ya que San Pablo nos dice, “Ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino con-ciudadanos de los que forman el pueblo de Dios; son familia de Dios” (Ef. 2:19). Como miembros del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, les ofrece-mos alimento espiritual. Siéntanse bienvenidos a la Santa Misa, la Eu-caristía que nos alimenta con la pa-labra y con el cuerpo y la sangre de Jesús. Les ofrecemos programas de catequesis para sus hijos, y los pro-gramas de formación que nuestros esfuerzos diocesanos nos permiten poner a su alcance. Los ciudadanos y residentes per-manentes de este país no podemos olvidar que casi todos, nosotros o nuestros antepasados, hemos ve-nido de otras tierras, y juntos con inmigrantes de varias naciones y culturas hemos formado una nueva nación. Ahora debemos abrirles el corazón y los brazos a los recién llegados, como nos lo pide Jesús cuando nos dice, “Tuve hambre y ustedes me alimentaron; tuve sed y ustedes me dieron de beber; pasé como forastero y ustedes me reci-bieron en su casa” (Mt 25:35). Estas palabras del Señor Jesús se pueden aplicar a los inmigrantes entre no-

sotros. Tuvieron hambre en su tierra de origen, tuvieron sed al pasar por el desierto, y se encuentran entre nosotros como forasteros (ver Da-niel G. Groody, CSC, “Crossing the Line,” The Way, Vol. 43, No. 2, abril 2004, p. 58-69). Su presencia nos invita a ser más valientes en la de-nuncia de las injusticias que sufren. A imitación de Jesús y de los gran-des profetas, debemos denunciar las fuerzas que los oprimen, y anun-ciar la buena nueva del Reino con nuestras obras de caridad. Oremos y luchemos para que estos herma-nos y hermanas nuestras tengan las mismas oportunidades de las cuales nosotros nos hemos beneficiado. Vemos en ustedes migrantes a Jesús peregrino. La Palabra de Dios migró del cielo a la tierra para hacer-se hombre y salvar a la humanidad. Jesús emigró con María y José a Egipto, como refugiado. Migró de Galilea a Jerusalén para el sacrificio de la Cruz, y finalmente emigró de la muerte a la resurrección y ascendió al cielo. Hoy día, sigue caminando y acompañando a todos los migran-tes que peregrinan por el mundo en búsqueda de alimento, trabajo, dignidad, seguridad y oportunidades para el bien de sus familias. Ustedes nos revelan la realidad suprema de la vida: todos somos migrantes. Su migración es un fuerte y claro mensaje de que todos somos migrantes hacia la vida eterna. Jesús nos acompaña a todos los cristianos en nuestro peregrinar hacia la casa del Padre, el reino de Dios en el cielo (ver Tertio Millennio Adveniente, No. 50). Les rogamos que no se deses-peren. Mantengan su fe en Jesús migrante que sigue caminando con ustedes, y en la Santísima Virgen de Guadalupe que constantemente nos repite las palabras dichas a san Juan Diego, “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?”Ella nunca nos abandona, ni nos abandona san José quien nos protege como lo hizo con la Sagra-da Familia durante su emigración a Egipto.

Como pastores queremos seguir abogando por todos los inmigrantes. Con san Pablo les repetimos: “No se dejen vencer por el mal; antes bien, venzan el mal con la fuerza del bien” (Rom 12:21). Que Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo los acompañe y los bendiga siempre.

Sinceramente en Cristo Salvador,Los Obispos Hispanos/Latinos de Estados UnidosReverendísimo José H. Gómez, Ar-zobispo de Los ÁngelesReverendísimo Gustavo García-Siller, MSpS, Arzobispo de San AntonioReverendísimo Gerald R. Barnes, Obispo de San BernardinoReverendísimo Alvaro Corrada del Rio, SJ, Administrador Apostólico de TylerObispo de Mayagüez, PRReverendísimo Felipe de Jesús Esté-vez, Obispo de St. AugustineReverendísimo Richard J. García, Obispo de MontereyReverendísimo Armando X. Ochoa, Administrador Apostólico de El PasoObispo designado de FresnoReverendísimo Plácido Rodríguez, CMF, Obispo de LubbockReverendísimo James A. Tamayo, Obispo de LaredoReverendísimo Raymundo J. Peña, Obispo Emerito de BrownsvilleReverendísimo Arthur Tafoya, Obis-po Emerito de PuebloReverendísimo Daniel E. Flores, Obispo de BrownsvilleReverendísimo Fernando Isern, D.D., Obispo de PuebloReverendísimo Ricardo Ramírez, Obispo de Las CrucesReverendísimo Jaime Soto, Obispo de SacramentoReverendísimo Joe S. Vásquez, Obispo de AustinReverendísimo Carlos A. Sevilla, SJ, Obispo Emerito de YakimaReverendísimo Oscar Cantú, S.T.D., Obispo Auxiliar de San AntonioReverendísimo Arturo Cepeda, Obis-

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lacosechadok.com enero 2012 3Diócesis de Knoxville Viviendo nuestra fe Católica Romana en el Este de TennesseeLa Cosecha

Vamos a Belén a ver . . .” (Lucas 2,15). En respuesta al anuncio celestial, los pastores salieron

en procesión sagrada a encontrar a su Salvador, al igual que lo hicieron los Reyes Magos al responder al anuncio de la creación en forma de una estre-lla (Mateo 2,1-12). Nuestra procesión de Adviento, como las suyas, nos ha traído nuevamente a la temporada de Navidad (de la víspera de Navidad hasta el 9 de enero) ofreciéndonos un hermoso respiro en la jornada del año que está terminando y nos prepara para continuar nuestra procesión al Año Nuevo: una procesión a Belén. La distancia de Nazaret a Belén es de unas 80 millas, un poco menos que la distancia de Knoxville a Kingsport. Yo no sé ustedes, pero a mí me sería muy difícil hacer un viaje de esa distancia a pie. Algunos podrían hacer el viaje con más facilidad que otros, pero uno se preguntaría cuán insoportable se convertiría el viaje una vez que se des-carguen los teléfonos celulares y iPods. El silencio se ha convertido en casi una forma de sufrimiento para muchos, cuando debería ser una parte indispen-sable de nuestra procesión de fe. Debido a la importancia de la so-lemnidad de la Navidad, la Iglesia la celebra como una octava, más de ocho días, como con la Pascua Florida. Cada uno de los días desde Navidad hasta el Año Nuevo es para ayudar, aún más, a nuestra celebración. Pero podríamos preguntarnos por qué celebramos el martirio de San Esteban el día después de Navidad. La Iglesia siempre ha considerado el martirio como un día de nacimiento. Así como el niño Jesús fue perseguido por la espada de Herodes, San Esteban, como un “santo inocen-te,” representa a la Iglesia naciente y su sufrimiento de todos los tiempos. Pero ese tipo de persecución, en lugar de debilitar a la Iglesia, sólo le da nueva vida. Y con la fiesta, al día

siguiente, de San Juan, Apóstol y Evan-gelista, el único apóstol que no sufrió martirio, aprendemos, a través del Evangelio, a morir a nosotros mismos y a acercarnos cada vez más al costado de Cristo en el Banquete Eucarístico y en la cruz (cf. Juan 13,23; 19,27). La Fiesta de los Santos Inocentes, que se celebra el 28 de diciembre, re-cuerda a las víctimas inocentes de la envidia asesina de Herodes y a aque-llos perdidos ante los Herodes de cada generación. Al día siguiente, la Iglesia celebra la vida de Santo Tomás Becket, obispo y mártir, quien, al negarse a poner en peligro la inocencia de su conciencia y al defender a la Iglesia de la persecución, despertó la justicia en los corazones de muchos. El 30 de diciembre la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, que nos recuerda que cada vez que la Iglesia es atacada, lo es también la familia—la Iglesia domés-tica. Para no desanimarnos por esta persecución, la Iglesia nos ofrece en el último día del año una fiesta para con-templar la vida de San Silvestre I, papa y confesor, a menudo conocido como el “Papa de la paz”. Después de haber vivido bajo la te-rrible persecución del Imperio Romano que había azotado durante tres siglos, fue bendecido al ser testigo del triunfo de la Iglesia y al dirigirla a una era de paz. Nos recuerda que cuanto más se sufre por la fe, más asegurada está la victoria de Cristo sobre el mundo. Es particularmente apropiado que comencemos cada nuevo año con la celebración de la Solemnidad de María, la Santa Madre de Dios. El Beato Juan Pablo II describió a la Iglesia como el pesebre donde la Madre Bendita coloca a Cristo para que nosotros lo adore-mos. Así que comenzamos nuestro año nuevo, tomando su mano, para que no nos perdamos a medida que continue-mos nuestro viaje, cuyo objetivo es “la

casa del padre” (Lucas 2,49). De manera única en este año, se pre-sentan dos grandes celebraciones una tras otra, concluyendo la temporada de Navidad: la Epifanía (manifestación) y el Bautismo del Señor (8 y 9 de ene-ro). Con éstas, no sólo se nos recuerda nuestra propia procesión hacia Dios, sino también la Suya hacia nosotros. En ninguna parte es esto más cierto que en la Misa. La procesión que marca el comienzo de la Misa concluye oficialmente la procesión que en realidad comenzó con la salida de nuestras casas y nues-tro camino a la iglesia. Dios nos reúne y la cruz procesional nos lleva ante el altar. En la procesión del Evangeliario hacia el ambón, permitimos que la Palabra de Dios vaya en procesión a nuestro corazón. A nuestra vida, que debe ser una continua procesión de ofrendas, añadimos nuestras oraciones, sacrificios, obras de misericordia, amor y sufrimientos—todo nuestro ser—a lo que se lleva al altar. Y en nuestra proce-sión de la Comunión nos alimentamos con una anticipación de la meta de nuestra vida: la plenitud de la comu-nión con Cristo. La Misa no sólo representa una llega-da en la procesión de nuestra vida, sino también una partida. Con las palabras de despedida, en sus fórmulas varia-das, se nos manda “ir,” para continuar la procesión a Belén, anunciando “. . . el Evangelio del Señor” y “glorificán-dolo” con nuestra vida. En conclusión, quiero ofrecer un agradecimiento especial a aquellos que ofrecen su tiempo y talento a través del movimiento de Cursillos de Cristian-dad, que en sus casi 15 años en nuestra diócesis ha ayudado a más de un mi-llar de personas a continuar mejorando su procesión en la vida. Los animo a aprovechar estas oportunidades para fortalecer su caminar en la procesión hacia Belén. n

Él mora entre nosotros por el Obispo Richard F. Stika

La gran procesiónLa Misa, como Belén, es una llegada y una partida en nuestra peregrinación de fe.

po Auxiliar de DetroitReverendísimo Manuel A. Cruz, Obispo Auxiliar de NewarkReverendísimo Rutilio del Rie-go, Obispo Auxiliar de San BernardinoReverendísimo Eusebio Elizon-do, M.Sp.S, Obispo Auxiliar de SeattleReverendísimo Francisco Gon-zález, S.F., Obispo Auxiliar de Washington, DCReverendísimo Eduardo A. Nevares, Obispo Auxiliar de PhoenixReverendísimo Alexander Sa-lazar, Obispo Auxiliar de Los ÁngelesReverendísimo David Arias, OAR, Obispo Emerito Auxiliar de NewarkReverendísimo Octavio Cis-neros, DD, Obispo Auxiliar de BrooklynReverendísimo Edgar M. da Cunha, SDV, Obispo Auxiliar de NewarkReverendísimo Cirilo B. Flores, Obispo Auxiliar de Orange,Reverendísimo Josu Iriondo, Obispo Auxiliar de New York,Reverendísimo Alberto Rojas, Obispo Auxiliar de ChicagoReverendísimo Luis Rafael Zara-ma, Obispo Auxiliar de AtlantaReverendísimo Gabino Zavala, Obispo Auxiliar de Los Angeles

Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, 12 de diciembre de 2011 n

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‘Acogiendo a Cristo en el Migrante’Semana Nacional de la Migración 2012Del 8 al 14 de enero

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4 enero 2012 Diócesis de Knoxville Viviendo nuestra fe Católica Romana en el Este de Tennessee lacosechadok.com

Inscripción para Recibir ETC/La Cosecha en su hogar

Nombre ____________________________________________

Dirección ___________________________________________

Ciudad ______________________ Estado _______________

Código Postal ___ ___ ___ ___ ___-___ ___ ___ ___

Para más información sobre cada parroquia, visite www.dioknox.org/parishes/alphabetical-list/ o llame a la oficina del Apostolado Hispano al 865-637-4769.

Noticias ParroquialesMisas en honor al Matrimonio Estas Misas serán bilingües y oficia-das por el Obispo Stika: n Sábado, 11 de febrero a las 11 a.m., St. Jude Church, 930 Ashland Terra-ce, Chattanooga 37415. Inscríbase hasta el 3 de febrero con Tina Lo-Tufo o Gail Campbell en el 423-870-2386 o envíe un e-mail a Kyra Ross a [email protected] Sábado, 3 de marzo a las 11 a.m., St. Mary Church, 2211 E. Lakeview Drive, Johnson City, 37601. Inscrí-

base hasta el viernes 24 de febrero con Katherine Angulo en el 423-282-6367, ext. 20, [email protected]. Inscríbase con anticipación y re-ciba un certificado y una foto con el Obispo Stika en el almuerzo. Cuan-do se inscriba por favor proporcio-ne sus nombres como desea que aparezcan en el certificado, cuántos años de matrimonio tiene y cuántas personas está planeando traer al almuerzo. n

Procedimiento de la Diócesis de Knoxville para reportar casos de abuso sexual

Cualquier persona que tenga conocimiento real o que tenga una causa razona ble para sospechar de un incidente de abuso sexual debe reportar primero tal información a las autoridades civiles apropiadas, luego a la ofici-na del Obispo, 865-584-3307 ó a la coordinadora diocesana de asistencia a las víctimas Marla Lenihan al 865-482-1388. Para asistencia en español durante el contacto inicial, favor de comunicar-se con Lourdes Garza, llamando al 865-637-4769. n

Noticias de la ComunidadRosario por la VidaEl Obispo Richard F. Stika invita a to-das las parroquias a que se unan a él para rezar un “Rosario por la Vida” el sábado 14 de enero de 2012, a las 10 a.m. Se llevará a cabo enfrente de la clínica de abortos que se encuentra en el 313 S. Concord St. en Knoxvi-lle. Este será el tercer evento anual guiado por el Obispo Stika que será una muestra impresionante de soli-daridad y el cual será cubierto por la prensa. Por favor asegúrense de que todas las parroquias sean representa-das. Para más información llamar a Paul Simoneau al 865-584-3307.

Formación en la FeAsista a la Escuela de Ministerios para acrecentar su formación como cristiano católico. Las clases se dan en la Escuela St. Joseph (1810 Howard Drive, Knoxville 37918) de 8 a.m. a 5 p.m. Las siguientes fechas son: el 21 y 22 de enero de 2012, Cristología: El Mensaje y Proyecto de Jesús, por Julio Alvarez, M. A y el 17 y 18 de marzo de 2012, Principios de Pastoral Hispana, por Hilda Noya, M.A. Para inscribirse llamar a Oswaldo Cárde-nas después de las 4 p.m. al 865-742-4519. El costo es $30 dólares por los dos días e incluye el almuerzo.

Clases de CiudadaníaPreparación para la prueba para la Ciudadanía en la Escuela Sacred Heart (711 Northshore Dr., Knoxville), salones 207 y 211; sábados

del 14 de enero al 24 de marzo de 2012, de 10 a.m. a 1 p.m. Costo: $50 por persona, incluye libro de estudio y materiales. Para más información, llamen al 865-971-3550 ó visite www.TIESknoxville.org.

Clases de ComputaciónAprenda computación básica, proce-samiento de texto, correo electrónico. Asista a una serie de ocho clases todos los lunes del 9 de enero al 5 de marzo de 6 p.m. a 8 p.m. en el East Tennessee History Center 601 S. Gay St., tercer piso, al otro lado del Ten-nessee Theatre. Estacionamiento gra-tis en Locust St. Garage. Para pregun-tas llamar a Emily al 865-215-8763.

Comentario de una feligrés:No sabes lo que disfrutamos el do-mingo con Ernesto Vega (un amor de hombre). [Presentador de la Confe-rencia Guadalupana]. Esto que está pasando en Knoxville es asombroso. ¡Qué este lugarcito perdido en el interior de los EE.UU sea un faro es-piritual de esta magnitud, no puede ser casualidad! He vivido en muchos lugares, pero en ningún sitio como aquí he tenido acceso a una forma-ción para adultos tan rigurosa y fiel a la Iglesia, a la vez que transmitida con tantísimo cariño. No deja de conmoverme. Dios os bendiga a todos los que trabajáis en la Diócesis y en CCET [Caridades Católicas], y a vuestras familias. Elena Morales-Ayuso n

Retiro de Adviento en Alcoa Más de 325 personas asistieron al Retiro de Adviento con el cantante Pablo Castro y el Padre Adalberto Cortes, en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Alcoa, el 19 y 20 de noviembre. Foto de Cortesía de Juan Hernández