La Costumbre y Su Víctima

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La costumbre y su víctima. (…) la comunidad vale más que el individuoy la ventaja duradera ha de preferirse a la efímera; de donde se infiere la conclusión de que la ventaja duradera de la comunidad debe anteponerse absolutamente a la ventaja del individuo, sobre todo a su bienestar momentáneo, pero también a su ventaja duradera e incluso a su supervivencia. Ahora bien, si al individuo le perjudica una institución beneficiosa para la totalidad, si desmedra por su causa, si sucumbe bajo su peso, la costumbre debe conservarse, el sacrificio tiene que llevarse a cabo. Pero una tal manera de pensar solo germina en quienes no son la víctima, pues esta alega en su caso que el individuo puede ser de más valor que el montón, lo mismo que el goce presente, el momento en el paraíso, habría quizá de considerarse superior a una insípida perpetuación de estados exentos de sufrimiento o confortables. Pero la filosofía de la victima siempre se deja oír demasiado tarde, y así es como perduran la costumbre “ y la eticidad, cuando la eticidad no es justamente más que el sentimiento de todo el conjunto de costumbres bajo las que se vive y se ha sido criado, y ciertamente criado no en cuanto individuo, sino como miembro de un todo, como cifra de una mayoría. Así, constantemente sucede que el individuo, su eticidad mediante, se mayoriza a sí mismo. Pag 89 caminante y su sombrae

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un fragmento de Nietzsche que nos ayuda a entender el menosprecio que las sociedades han tenido en contra del individuo

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  • La costumbre y su vctima. () la comunidad vale ms que el individuo y la ventaja duradera ha de preferirse a la efmera; de donde se infiere la conclusin de que la ventaja duradera de la comunidad debe anteponerse absolutamente a la ventaja del individuo, sobre todo a su bienestar momentneo, pero tambin a su ventaja duradera e incluso a su supervivencia. Ahora bien, si al individuo le perjudica una institucin beneficiosa para la totalidad, si desmedra por su causa, si sucumbe bajo su peso, la costumbre debe conservarse, el sacrificio tiene que llevarse a cabo. Pero una tal manera de pensar solo germina en quienes no son la vctima, pues esta alega en su caso que el individuo puede ser de ms valor que el montn, lo mismo que el goce presente, el momento en el paraso, habra quiz de considerarse superior a una inspida perpetuacin de estados exentos de sufrimiento o confortables. Pero la filosofa de la victima siempre se deja or demasiado tarde, y as es como perduran la costumbre y la eticidad, cuando la eticidad no es justamente ms que el sentimiento de todo el conjunto de costumbres bajo las que se vive y se ha sido criado, y ciertamente criado no en cuanto individuo, sino como miembro de un todo, como cifra de una mayora. As, constantemente sucede que el individuo, su eticidad mediante, se mayoriza a s mismo. Pag 89 caminante y su sombrae