La dimensión ambiental de las Relaciones Internacionales

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    La dimensin ambiental de las relaciones

    internacionales

    Cristina Narbona

    Tema : Conferencia de D Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente, en el RealInstituto Elcano el 12 de septiembre de 2006.

    Muchas gracias presidente, gracias al Instituto Elcano por esta invitacin, y tambin a laAsociacin de la Prensa por acogernos en sus locales. Gracias a todos los que nosacompaan.

    Se me ha pedido que hable de la dimensin internacional de los problemas y las polticasambientales y, como vern, voy a darle la vuelta a ese ttulo porque voy a hablar de ladimensin ambiental de las relaciones internacionales, de la globalizacin, porque al final,todo guarda en estos momentos una estrecha interdependencia. El presidente delInstituto Elcano deca: Desde el Instituto nos estamos preocupando en particular de lainmigracin y de la energa y la Ministra ha llegado aqu y se ha puesto a hablar desequa. Pues resulta que todo tiene una profunda interrelacin, como voy a intentarexplicar. La dimensin ambiental es una dimensin profundamente transversal en lo queson las actividades humanas y esa interdependencia se pone cada vez ms demanifiesto.

    Posiblemente, hasta hace poco tiempo, cuando hablbamos de medio ambiente, nuestraaproximacin se haca desde el punto de vista del impacto que la actividad humana tienesobre el medio ambiente, pero cada vez somos ms conscientes de la incidencia quetiene el medio ambiente sobre la salud, la calidad de vida, y sobre el progreso econmicode la humanidad. Por lo tanto, vern que voy a darle la vuelta -si me permiten- al ttuloque se me ha pedido, aunque obviamente voy a hablar de las relaciones internacionalesen clave ambiental y de cmo el sistema de Naciones Unidas ha ido construyendo unaarquitectura sin duda imperfecta pero necesaria y a la que Espaa debe, en su doblecondicin de pas miembro de la Unin Europea y de miembro de la comunidadinternacional, todos los avances que en materia ambiental ha registrado nuestro pas.Avances insuficientes, pero que, sin ninguna duda, slo pueden entenderse en nuestropas precisamente porque somos un pas miembro de la Unin Europea, espaciogeopoltico lder en cuanto a la posicin activa en el mbito internacional en relacin conlos grandes desafos ambientales y porque, adems, ser pas de la Unin Europeasignifica tambin estar comprometido con todos los convenios internacionales en materiade medio ambiente.

    Por ello, primero voy a describir cul ha sido la evolucin en el sistema de NacionesUnidas de los problemas ambientales en cuanto a una respuesta institucional a nivelmundial. Despus me detendr en lo que es el compromiso del Gobierno y, desde luego,el compromiso del Ministerio de Medio Ambiente para desarrollar una posicin mucho

    Ministra de Medio Ambiente

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    ms proactiva en el mbito de nuestras relaciones internacionales en lo que se refiere alos problemas ambientales. Cuando en el ao 1945 naca el sistema de Naciones Unidas,ciertamente, los problemas ambientales no estaban en absoluto en la agenda polticainternacional. El gran problema era la paz. La paz, la seguridad y la reconstruccin de unmundo herido por demasiados conflictos y por demasiadas guerras. De hecho, en laCarta Fundacional de Naciones Unidas no hay una referencia a los problemasambientales. Naciones Unidas empieza a asomarse a los grandes desafos ambientalesen el ao 1972, en la cumbre celebrada en Estocolmo sobre medio ambiente humanodonde, por primera vez, se recoge un sentimiento y un conocimiento que nos llega desdela comunidad cientfica, y por supuesto desde las organizaciones sociales y en particulardesde las organizaciones conservacionistas y ecologistas que ya estn actuando.

    Naciones Unidas y Medio Ambiente: nace el PNUMALa fecha es significativa. 1972 fue tambin el ao en el que el Club de Roma public suinforme sobre los lmites al crecimiento. Esto no fue ms que el reflejo de una sociedaden la que la comunidad cientfica informa sobre los graves problemas de deterioroambiental, en concreto de nuestra atmsfera. En ese momento ya se saba sobre el

    agujero en la capa de ozono, pero tambin se dieron a conocer los primeros trabajossobre la incidencia de las emisiones de otras sustancias contaminantes y algunosestudios especialmente relevantes por parte de personas que han pasado a la historiacomo Raquel Carson, con su Primavera Silenciosa a partir de la observacin de losefectos del DDT sobre los ecosistemas y sobre la salud.

    Nos encontramos por tanto en los aos 70 con una situacin en el mbito de la energaque va a convertirse en los aos siguientes en los que llamamos el primer shock delpetrleo, la primera subida sustantiva de los precios del petrleo, momento en el cualNaciones Unidas considera necesario crear un Programa de Naciones Unidas para elMedio Ambiente: el PNUMA. sa es la primera respuesta. La segunda, es la creacin dela Comisin para el Medio Ambiente y el Desarrollo en el ao 1983. La directora de esa

    Comisin para el Medio Ambiente y el Desarrollo es Gro Harlem Brundtland, una mujer ala que tambin debemos un extraordinario esfuerzo, no slo en aquella responsabilidad,sino en otras que ha asumido con posterioridad. Su nombre va ntimamente ligado a ladenominacin del Informe Nuestro Futuro Comn, o como tambin se conoce, el InformeBrundtland, que en el ao 1987 hace la primera definicin sobre desarrollo sostenible queha llegado hasta nosotros, lamentablemente muy desvirtuada por un uso no respetuosodel contenido de esa definicin, que ha banalizado enormemente el debate sobre lasostenibilidad. Hoy nadie se atreve a decir que est en contra del desarrollo sostenible,pero son muchos menos los que incorporan criterios de sostenibilidad en su accin, seapblica o privada.

    El Informe Brundtland, del ao 1987, define el desarrollo sostenible como aquel quepermite satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin poner en riesgo lasatisfaccin de las necesidades de las generaciones futuras. Es una primera definicin dedesarrollo sostenible que invoca ciertamente un principio de solidaridad entregeneraciones, y que esconde u oculta una novedad en cuanto al enfoque de lo que sedenominan necesidades; necesidades de los seres humanos, que incorporan a partirde ese momento la percepcin de la necesidad que tienen los mismos de un medioambiente con suficiente calidad. Por lo tanto, ahora se tienen en cuenta no slo lasnecesidades materiales, aquellas que el mercado ofrece y que tienen un preciomonetario, sino tambin la necesidad que tiene la humanidad de mantener el soportefsico de toda la actividad econmica sin los recursos naturales, a pesar del desprecio alque les ha sometido la teora econmica durante mucho tiempo. Sin esos recursosnaturales no habra desarrollo de la actividad econmica ni progreso social.

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    Por lo tanto es desde ese momento, desde el ao 1987, cuando dentro del sistema deNaciones Unidas se aprecia un avance formal muy significativo que culmina en la cumbrede Ro de Janeiro en el ao 1992. Un verdadero acontecimiento. En ese momento yotodava no tena ninguna responsabilidad ambiental, pero s una profunda preocupacinpor los temas ambientales que arrancaba de mi poca de profesora de economa en laUniversidad de Sevilla, cuando empec a trabajar en la consideracin que dentro de laTeora Econmica tena el medio ambiente. Por tanto, segu desde fuera, desde miresponsabilidad como Directora General de la Vivienda, lo que fue sin duda unacontecimiento histrico.

    Insuficientes avances ambientales Es lamentable decir que, catorce aos despus de esa fecha, no hemos avanzado nimucho menos lo suficiente. Y no lo hemos hecho, entre otras cosas, porque el sistema deNaciones Unidas, la arquitectura de relaciones internacionales que se ha construido entorno a los problemas ambientales, es claramente deficitaria. Hay muchas reuniones, seproducen avances pero son avances mucho ms lentos que el ritmo de destruccin denuestros ecosistemas. Seguramente sa es la sensacin que cualquier persona con un

    mnimo de preocupacin siente si tiene la oportunidad, como yo he tenido, desde el ao1993, de asistir a las cumbres de Naciones Unidas en materia ambiental. Es la sensacinde la extraordinaria lentitud y de la falta de compromiso real de los gobiernos a escalaplanetaria, con excepciones obviamente, y al mrgen de cualquier debate sobre laimplicacin de unas fuerzas poltica u otras.

    Esto es algo mucho ms profundo. Tiene que ver con nuestra cultura, con la cultura deuna generacin que ha vivido una etapa histrica sin precedentes en cuanto alcrecimiento econmico. Y eso nos ha hecho a muchos creer que el crecimientoeconmico slo puede darse en presencia de procesos de destruccin de losecosistemas y de creciente contaminacin de aire, del agua o del suelo y que se es elprecio del crecimiento econmico. Eso est instalado de una forma masiva en la opinin

    pblica de los pases ms desarrollados. Es el verdadero cncer que impide el desarrolloarmnico, valiente y rpido de las relaciones internacionales y de los compromisosinternacionales en materia ambiental. Porque no nos engaemos, Naciones Unidassomos todos y son nuestros gobiernos, que formando parte de esa arquitecturainstitucional, se sienten ms o menos comprometidos, ms o menos convencidos por laurgencia de hacer frente a los desafos ambientales y de que vale la pena asumir uncierto coste social para que las cosas sean de otra manera. Pero los tiempos se estnacelerando, y hoy en da no podemos contemplar con pasividad lo que est sucediendo anuestro alrededor porque los problemas ambientales van a ms.

    Hay ms urgencias que respuestas El calentamiento del planeta ha dejado de ser un tema que parece implicar slo a losmovimientos ecologistas y a una parte de la comunidad cientfica. Hoy el calentamientode nuestro planeta ya est produciendo efectos. No estamos hablando ya de lasgeneraciones venideras, estamos hablando de las generaciones actuales, de las quesufren episodios cada vez ms graves de sequa, de las que en el sur del desierto delSahara se estn movilizando masivamente hacia Europa para salvarse del avance de ladesertificacin y de la prolongada sequa que les est llevando a un riesgo extremo depobreza, de miseria y de destruccin de sus hbitats. Hoy hay muchas ms urgenciasque respuestas, pero las respuestas estn ah. Hay avances tecnolgicos capaces decambiar la forma de producir, de consumir y de movernos. Lo que hace falta,efectivamente, es pasar de la retrica al desarrollo sostenible, a las decisiones en elmbito de lo pblico y en el mbito de lo privado que sean consistentes, que seancoherentes con la urgencia y con la viabilidad de las respuestas concretas. No slo esnecesario que el desarrollo sea ms sostenible, sino que adems, eso es posible. Lapoltica una vez ms tiene que ser, no el arte de lo posible sino el arte de convertir en

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    posible lo que es urgente. Y ah es donde creo que estamos fallando a escala planetaria,con excepciones muy importantes y con una comunidad internacional que se ve cada vezms vulnerable ante algunos problemas que antes se han visto como los problemas de lafauna y de la flora -pero no de los seres humanos- y que hasta la NASA reconoce ya ensus informes como elementos gravsimos de cara a la seguridad de los seres humanos.Se ha llegado a decir en algn documento interno de la NASA, que el calentamiento delplaneta es el mayor elemento de inseguridad del mundo en los prximos aos.Si queremos un mundo ms seguro creo que hoy -un da despus de recordar la trgicafecha del 11 de septiembre- es un momento especialmente adecuado para que seamosconscientes de que no tendremos un mundo ms seguro si no tenemos un mundo ms justo y basado en criterios ms sostenibles. No se puede luchar contra la pobreza nicontra las desigualdades que estn provocando los mayores desafos en trminos deseguridad mediante el extraordinario fenmeno de los flujos migratorios si no atendemosal deterioro de los ecosistemas, que est detrs del incremento de la pobreza y de losgravsimos problemas sociales de buena parte de nuestro planeta.

    Y qu hemos hecho durante los ltimos aos? Pues entre otras cosas, por supuesto,

    cuestionar de una forma cada vez ms evidente ese sistema de Naciones Unidas quepresenta toda una serie de rmoras para ser eficiente. Qu es lo que tenemos?Tenemos efectivamente un programa de Naciones Unidas, pero es que hay que tener encuenta que en estos momentos existen unos 500 tratados multilaterales en materiaambiental. El principio de que la autonoma de los tratados conlleva necesariamente laautonoma de los rganos que se han creado para gestionar esos tratados es algorealmente demencial, porque eso significa que cada tratado sigue su vida, algunas vecesde manera contradictoria con la evolucin de otros tratados y desde luego sin generar lasnecesarias sinergias.

    El sistema de Naciones Unidas, ineficiente En 1992 se estableci la Convencin Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climtico

    y la Convencin sobre Biodiversidad o Diversidad Biolgica. Despus apareci un tercergran tratado como el hermano pobre de los surgidos en Ro: el Convenio de Lucha contrala Desertificacin. Y tenemos tantos y tantos tratados por convenio que al final existenaproximadamente 30 Agencias de Naciones Unidas implicadas en la gestin de losdiferentes tratados. Esto significa una proliferacin y una incapacidad de gestionar de unamanera coherente y con rigor la aplicacin efectiva de los recursos econmicos queexisten, que no son muchos y estn dispersos. Estos recursos se gestionan de maneracontradictoria y por lo tanto su eficiencia es muy baja. sa es sin duda una de lasgrandes crticas al sistema de Naciones Unidas, que no se limita a la crtica o la reflexinsobre la cuestin ambiental de su sistema. Naciones Unidas est siendo cuestionadacomo una organizacin suficientemente eficiente en cuanto al destino de sus fondos,incluso a travs, en muchos momentos, de la investigacin sobre la supuesta corrupcinen el uso de sus fondos. Lo cierto es que tenemos demasiados tratados, demasiadasagencias, muy poca coordinacin y cooperacin entre ellas y una baja eficiencia tambinen la utilizacin en los recursos econmicos. Pero lo que es an ms grave: una evidentesupeditacin de los tratados internacionales sobre medio ambiente a los designios de laOrganizacin Mundial del Comercio o a las decisiones del Fondo Monetario Internacionaly del Banco Mundial, que en fecha muy reciente, y en particular en el Banco Mundial, hancomenzado a introducir criterios de sostenibilidad ambiental en la prestacin de suslneas financieras. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han ayudado a ladestruccin de los ecosistemas. Esa es la realidad. Se ha invertido mucho dinero en ladireccin opuesta, como estamos haciendo en el mbito de cada pas.

    En estos momentos, todava hoy en el espacio europeo hay ms fondos destinados a lasenergas no renovables que a las energas renovables. Eso s, cuando se habla de lasenergas renovables, todo el mundo pone el grito en el cielo porque son muy caras,

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    porque desarrollar las energas renovables es algo carsimo, pero cunto nos estcostando la factura del petrleo, sometido lgicamente a un incremento sostenido de suprecio? En los ltimos dos aos Espaa ha pagado 22.000 millones de euros de ms porel incremento del precio del petrleo. se es el incremento de la factura, no la factura.se es el incremento de la factura slo con la subida del precio del petrleo. Pues bien,cuando se habla del coste que Espaa seguramente asumir de aqu al ao 2012 paracumplir con el Protocolo de Kioto, se hace una estimacin de que eso nos puede costardesde el ao 2008 al ao 2012 aproximadamente 3.000 millones de euros. Lo que cuestacumplir el Protocolo de Kioto y lo que nos est costando nuestra dependencia delpetrleo, aparece en las primeras pginas de la prensa econmica. La miopa absolutaen la que estamos instalados -no slo Espaa- respecto de esa dependencia, cada veztendr efectos ms negativos, que ya se han hecho notar, en trminos econmicos, entrminos de vidas humanas, de conflictos y de seguridad a escala internacional y desoporte del terrorismo internacional. Todo eso tiene un coste incalculable, pero sin dudaes muchsimo ms alto que el coste de desarrollar las energas renovables, que son elnico futuro real de la humanidad en materia energtica. El nico. Entre otras cosas,porque las energas no renovables, como su propio nombre indica, tienen fecha de

    caducidad y acercarnos a esos horizontes de caducidad, de las energas no renovablesen general y del petrleo muy en particular, provoca toda una serie de efectos que no nosmueven lo suficientemente a considerar la inteligencia de una respuesta mucho mspotente en materia de energas renovables aunque no hubiera cambio climtico.Olvidmonos del cambio climtico. Supongamos que el petrleo no contamina nada perose agota, luego habr que sustituirlo. Y el gas natural, que tambin tendr fecha decaducidad, genera igualmente una serie de problemas desde el punto de vista geopolticoy estratgico por donde estn situados los recursos no renovables.

    Efectivamente es un problema de inteligencia colectiva, es un problema cultural, es unproblema de informacin, y es, yo creo, en el campo de la informacin, donde tenemos laposibilidad de dar una batalla cada vez mayor y por eso agradezco ocasiones como sta

    en la que es posible que alguna de las cosas que diga o que voy a decir no se hayanescuchado o entendido suficientemente por muchos de los que nos escuchan.

    Ecosistemas cada vez ms vulnerables Es verdad que a veces se tiene una visin muy estrecha de los temas ambientales.Desparecen las especies, Significa eso que nos va a pasar algo porque en lugar dehaber diez especies de mariposas nos queden dos? Parece una cosa banal, propia de lapreocupacin de las personas que viven ajenas a los problemas de la humanidad. Hacepoco se celebraba en Madrid una reunin del Tratado Internacional sobre RecursosFitogenticos para la Agricultura y la Alimentacin. All se dieron todos los datossuficientemente graves sobre la prdida de capacidad para garantizar la agricultura y laalimentacin que derivan del empobrecimiento de nuestro patrimonio en trminos debiodiversidad. Cada vez hay menos especies Qu significa eso? Significa ecosistemascada vez ms vulnerables; significa la posibilidad de colapso de algunos ecosistemasante cualquier variacin climatolgica como las que ya estamos viviendo. Por lo tanto,preocuparse por la prdida de la biodiversidad no es un problema de los ecologistas o decuatro cientficos que no tienen otra cosa de qu ocuparse. Es un problema severo de lahumanidad. Pero cuando eso se dice desde el mbito de la poltica tenemos muy pocacredibilidad, porque no estamos haciendo demasiado para evitar que desaparezcan lasespecies, sa es la realidad. Y la opinin pblica castiga a aquellas expresiones de laagenda poltica que no gozan de credibilidad. Ser muy importante el medio ambiente,pero si no se toman decisiones debe ser que no es tan importante. Si no las toman lospoderes pblicos, por qu la voy a tomar yo como ciudadano de a pie?. Bueno, eso esuna aproximacin extraordinariamente sincera y dura, pero es lo que tenemos. Tenemosuna opinin pblica que empieza a sentirse preocupada cuando le toca en su piel. Y hay

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    cada vez ms personas en nuestro pas y en todo el mundo, que saben que lacontaminacin acaba afectando a su salud.

    Muchos saben, y no me importa repetirlo una y otra vez, que slo en Espaa losestudios existentes sealan como probable una cifra anual de 16.000 muertesprematuras a causa de la contaminacin del aire. 16.000 muertes, mucho ms que losaccidentes de trfico, mucho ms que la siniestrabilidad laboral. El problema es que en lasiniestrabilidad laboral o los accidentes de trfico, la causa y el efecto se veninmediatamente: ese coche con esa persona dentro, ese andamio con ese albail en loalto. Quien muere prematuramente por problemas ligados a la calidad del aire es unamuerte silenciosa, como la primavera silenciosa de la que hablaba Raquel Carson, no seve, no est en la agenda poltica.

    Todava no hemos hecho casi nada. Una de las leyes en las que est trabajando elMinisterio, la Ley de Calidad del Aire, va a sustituir a una ley nada menos que del ao1972, de cuando se cre el PNUMA. A ningn gobierno, de ningn partido poltico, le hapreocupado que en Espaa haya una legislacin bsica sobre calidad del aire. Es

    significativo, sin ninguna duda.El salto hacia la Organizacin Mundial del Medio Ambiente En el mbito de Naciones Unidas hay, respecto a todo esto que estoy comentando, unproceso creciente por parte de distintos gobiernos, de expertos que estn, desde hacealgn tiempo, pidiendo que haya un salto cualitativo. Que el programa de NacionesUnidas que hoy conocemos se transforme en una verdadera Organizacin Mundial delMedio Ambiente, algo como la Organizacin Mundial de Comercio, con herramientas mspotentes para cuando un pas se salta a la torera los convenios internacionales que sinduda ratifica, no se vaya de rositas, no sea impune a ese comportamiento desde el puntode vista de las relaciones internacionales. Porque bien que temen los pases en laComunidad Internacional a la Organizacin Mundial del Comercio!, verdad?, ya que

    saben que si la Organizacin Mundial del Comercio determina que se est haciendocompetencia desleal en las relaciones econmicas internacionales, por un lado o porotro, pueden llegar sanciones, pueden tener consecuencias econmicas. Todavaestamos discutiendo si vale la pena o no cumplir con el Protocolo de Kioto, porque al finalparece que las sanciones tardaran mucho en llegar y eso se quedara para otromomento de la historia. Mientras tanto, sigamos con nuestros comportamientoshabituales, porque de manera inmediata no hay nadie que levante de verdad unareaccin de penalizacin de manera clara.

    Esa Organizacin Mundial del Medio Ambiente es una hiptesis que fue defendida yapor Jaques Chirac el ao 2002, en la cumbre de Johannesburgo, y es una propuesta yuna posicin que Espaa apoya, junto con otros pases de la Unin Europea, de formaexplcita. Quiero recordaros que ya el ao pasado, el ao 2005, hubo una resolucin delConsejo de Ministros de la Unin Europea, apoyando claramente ese proceso en elcontexto de la reforma de Naciones Unidas: La Organizacin Mundial del MedioAmbiente. Se avanzar en esa direccin? Yo tengo dudas. Desde un saludableescepticismo si queris llamarlo as, a la vista de cmo se da prioridad en la agendainternacional a las grandes cuestiones de la paz, la seguridad y la lucha contra la pobrezasin interiorizar que dentro, en el corazn de esas batallas, est la prdida de la vida, laprdida del soporte de la vida, y que si no hacemos un plan paralelo de freno y derecuperacin de nuestros ecosistemas, no tendremos instrumentos eficientes para evitarel aumento de la miseria, de la pobreza, de las enfermedades ligadas al cambio climtico,que ya empezamos a verlas asomar. Sin embargo, el cambio climtico sigue siendo unacosa contra la que es muy caro luchar. El coste de no actuar tendra que estar siempreen nuestro anlisis. El coste de actuar, pero tambin el coste de no actuar.

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    Espaa y los grandes desafos ambientales Quisiera hacer alguna consideracin sobre la posicin de Espaa en la escenainternacional respecto a los grandes desafos ambientales, de acuerdo con la accin delactual Gobierno, ms all de decir que nos sentimos realmente comprometidos en losconvenios que este pas ha ratificado y que estamos intentando que no se queden enpapel mojado. Dentro de la Unin Europea, Espaa ha sido un pas que ha recibidomuchsimos fondos. Nuestro desarrollo econmico, la transformacin de nuestro pasdurante los ltimos aos ha sido, sin duda, en gran medida gracias a la solidaridad detodos los europeos a travs de los fondos. Pero es curioso cmo hemos perdido, enmuchos proyectos, fondos europeos simplemente por no haber cumplido, por ejemplo, demanera adecuada con los procedimientos de declaracin de impacto ambiental. Siemprees muy agradable ser europeos para pedir fondos, pero ya es un poquito menosagradable tener que cumplir con unas exigencias en las que muchos no creen. Hay quecambiar esa percepcin. Si queremos ser europeos tenemos que serlo tanto para lo quenos produce un aumento de nuestra financiacin, como tambin para ser responsablesen el cumplimiento de las normas europeas.

    Es verdad que Espaa es un pas que acumula un nmero elevadsimo de quejas, unnmero menos elevado ahora, afortunadamente, de sentencias o cartas deemplazamiento. Estamos intentando reducir el incumplimiento, sostenido en el tiempo porparte de las administraciones espaolas, de las normas europeas y a ello le ponemos elmximo impulso. Pero es verdad que quizs habr que ir un poco ms all de la tarea deconcertacin que tenemos con las Comunidades Autnomas en este momento. Al final sihay multas quien las paga es el gobierno de la nacin. Pues hay que analizar de quforma, cara al futuro, esa penalizacin econmica se traduce en el mbito de lasrelaciones financieras entre el gobierno de la nacin y las Comunidades Autnomas. Hayque intentar que cada Administracin se sienta efectivamente responsable de las normasambientales que le toca desarrollar. El vertedero ilegal, de quin es la culpa de quehaya un vertedero ilegal? del Reino de Espaa?, pues no, del ayuntamiento

    correspondiente o de la comunidad autnoma de turno. Sin embargo, si hay una multa sele impone al Reino de Espaa. Estos son temas que pueden desarrollarse sin ningunaduda muchos ms.

    La sequa, problema europeo Adems de ello, estamos intentando ser proactivos en la mesa del Consejo de Ministros.Porque no se trata de oponernos a cualquier avance de la normativa ambiental, que hasido la actitud de Espaa durante muchos aos, no; estamos empeados en que hayaavances, y que en ellos se tengan en cuenta las caractersticas especficas de Espaa.Por ejemplo, hemos llevado a la mesa del Consejo de Ministros la necesidad de unaestrategia europea en materia de gestin de la sequa, porque la sequa no es slo unproblema de Espaa, ni siquiera del sur de Europa, ahora que son los finlandeses,quienes sustentan la Presidencia durante este semestre, quienes sufren la sequa.Digamos que hay menos precipitaciones de las habituales y eso, la verdad, trastornamucho a los responsables pblicos porque no estn acostumbrados. En algunos pasesdel norte de Europa el que llueva menos les produce tambin alguna sensacin muygrata, como descubrir que tienen playas y que no hace falta venir a Espaa para tomar elsol, pero esto es un comentario frvolo respecto a una realidad extraordinariamentecompleja. El cambio climtico puede tener efectos diferenciados en ese sentido, pero esun proceso global de transformacin de los equilibrios de nuestros ecosistemas. Portanto, lo hemos introducido en la agenda de la Comisin Europea, que ya ha producidoun primer documento y que est comprometido el comisario Dimas a traernos undocumento ms completo y ms preciso el prximo mes de diciembre en el Consejo deMinistros de la UE.

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    Espaa tambin ha sido muy beligerante a lo largo de estos dos aos en cuanto aincorporar, en la lucha contra el cambio climtico, criterios realmente de equidad a escalainternacional y dentro de la UE. En estos momentos, una de las cuestiones que dificultan,sin duda, la respuesta positiva por parte de la sociedad espaola ante el invite del cambioclimtico, es un hecho muy fcil de constatar: en trminos de emisiones per cpita o deemisiones por PIB, si Espaa cumpliera con los requisitos del Protocolo de Kioto, seguirasiendo un pas, a pesar de lo que nos separa de esa situacin, que se quedara muy pordetrs de las emisiones per cpita o de las emisiones por PIB de algunos pases de laUE, que estn haciendo una gran esfuerzo por no decir sus emisiones. Peroexpliqumosles eso a un productor de papel de Espaa, que cuando viene a debatir conel Ministerio de Industria, con el Ministerio de Economa o con el Ministerio de MedioAmbiente el futuro Plan Nacional de Asignacin de Derechos de Emisin, nos dice: oiga,que yo en estos momentos, con el esfuerzo tecnolgico que he hecho, me estoy situandomuy por debajo, en trminos de emisiones por unidad de mi producto, del competidor quetengo en Alemania o en otro pas de la UE. Eso es as. Y eso tambin tiene que ver,cmo pretendemos, con que el conjunto de los pases haga frente al cambio climtico.

    Mecanismos de Desarrollo Limpio para la cooperacin al desarrollo Hasta ahora, lo que tenemos son compromisos para los pases ms ricos. A los pasesen vas de desarrollo no se les ha implicado, pero alguno de esos pases que llamamosen desarrollo va a tener o est teniendo un nivel de consumo muy alto. Pensemos en laChina o en India o en alguno de los pases latinoamericanos. Espaa, dentro de la UE ytambin dentro de Naciones Unidas, est trabajando en particular en dos niveles: el depotenciar al mximo lo que llamamos mecanismos de desarrollo limpio, que soninstrumentos creados en el Protocolo de Kioto para que haya una transferencia detecnologa limpia hacia los pases en desarrollo; y que esa inversin de pases ricos enpases en vas de desarrollo en energas renovables, en ahorro y eficiencia energticacompute en los pases inversores a los efectos de cumplir el Protocolo de Kioto. Si somoscapaces de convertir de verdad ese mecanismo en un mecanismo de cooperacin al

    desarrollo, a un desarrollo ms sostenible en los pases emergentes, tendremosgarantizado que esos pases tambin se impliquen en el escenario futuro de reduccin deemisiones.

    Tuvimos, en ese sentido, ya una seal muy interesante en la Cumbre del Clima celebradaen Montreal a finales del ao pasado. Espaa present un frente comn con AmricaLatina, basado entre otras cosas en que desde el ao 2004 hemos creado una RedIberoamericana de Oficinas de Cambio Climtico, que nos permite trabajar en tiempo realcon las instituciones de cada uno de los pases de la regin, para que se identifiquenposibilidades de desarrollo de las energas renovables, de reduccin de las emisiones,etc. Y eso nos est dando una pauta de trabajo conjunto dentro de Naciones Unidas enmateria de cambio climtico. A Espaa le interesan los mecanismos de desarrollo limpio,claro que s, pero tambin a los pases emergentes, y desde luego a todos los pases dela regin iberoamericana. sa es, sin duda, una de las lneas que tanto en el mbito de laUE, como en el mbito de Naciones Unidas, ocupan nuestro esfuerzo.

    Impulso a la Iniciativa Europea del Agua Igualmente ocupa nuestro esfuerzo la poltica del agua con carcter general, y nosolamente lo que estamos haciendo dentro de Espaa, estamos intentando reorientaruna poltica del agua para superar esa idea muy peligrosa de que el agua es un recursoinfinito y adems es gratuito o cuasi gratuito. Luchar contra ese paradigma, que ha sido elparadigma imperante, no es fcil en Espaa, pero miremos a otros pases. AmricaLatina tiene gravsimos problemas de gestin de sus recursos hdricos, a pesar de ser uncontinente que almacena una parte muy sustancial del agua dulce del planeta. Por esohemos impulsado la puesta en marcha real de la Iniciativa Europea sobre el Agua paraAmrica Latina. Se firm el acuerdo poltico en marzo de este ao, en el Foro Mundial de

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    tecnolgicas a estos retos, y esos son dos elementos, gobierne quien gobierne, que cadavez tendrn ms potencia.

    Y por ltimo para cerrar. La mayor satisfaccin que he tenido como ministra de MedioAmbiente, en estos dos aos, ha sido la capacidad de impulsar en el Parlamento lacreacin de una Fiscala Especial de Medio Ambiente y Urbanismo, porque creo que esnecesario que en este pas se acabe con la impunidad que acaba siendo un estmulopara comportamientos no responsables. El medio ambiente es un derecho pero estambin una responsabilidad, individual, de cada pas y de la comunidad internacional.Por eso agradezco esta oportunidad de trasladarles mi posicin en esta materia y eltrabajo que estamos intentando desarrollar.

    Muchas gracias por su atencin.

    Cristina Narbona Ministra de Medio Ambiente