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LA EDUCACION DEL HOMBRE INTEGRAL El concepto de cultura se identifica con el de educación, pues ésta lleva implícita la voluntad de aplicarse con dedicación a todo lo que puede formar alhombre o llegar a hacerla culto o educado, en su modo de sentir, de entender y de querer, o sea, capaz de elegir: ser hombre libre (1). De este con- cepto de educación que implica un esfuerzo huma- no, inferimos que educarse no es recibir sino recrear cuanto educa, asimilarlo críticamente a fin de que la asimilación sea acto personal y, por esto, formativa delsujeto educando. Así pues, la formación del hombre, o sea, la paideia, coincide con el momento educativo, por esto nos queremos ocupar aquí de la pedagogía o filosofía de la educación entendida como la ciencia que tiene por objeto propio el acto educativo, pues- to que la educación en su acepción más general "se identifica con el proceso mismo de desarrollo cons- ciente y libre de las facultades del hombre en su integralidad de espíritu y cuerpo sin límite de tiempo y ni de institutos de enseñanza" (2). La educación debe ser entendida como desarrollo per- sonal de cada individuo dentro del contexto social; pero hay que tener presente que solo un sujeto libre, consciente e inteligente es receptivo de educación. Por tanto la educación es un hecho peculiarmente humano, y, en este sentido, es la existencia misma del hombre en su constante formarse y perfec- cionarse. El hombre es centro de fuerzas físicas y espiri- tuales, es una unidad y en cuanto tal, es persona. Por esto mismo, la educación es el desarrollo de la persona en su integralidad, cuya dignidad deriva de la naturaleza humana. (1) Cfr., SOTO. B., J.A. Paideia Latinoamericana y Filosofía de la Integralidad. en Tiempo Actual, San José, Costa Rica, Año 1, No. 1,1976, p. 14. (2) SCIACCA, M.F., Pagine di Pedagogia e di didattica. Marzorsti, Milano, 1972, p. 18 ss. Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XV (41), 237-241, 1977 José A lberto Soto Rodilla Todo hombre en cuanto existe y vive, de algún modo se educa por el hecho mismo que expli- ca sus posibilidades y actúa sobre ellas, aunque no llegue a formular el propósito explícitamente y aunque no tenga la conciencia refleja de educarse. El hombre, pues, en cuanto existe, vive, se desarrolla y crece sobre sí mismo se hace aquello que es, se modifica permaneciendo en su ser, según principios, hechos, situaciones; tiende hacia determinados fines, ejercita cada vez con mayor profundidad, sus facul- tades físicas y espirituales. De este modo, educación significa desarrollo del hombre bajo la acción de varios factores; todo hombre de algún modo se educa a sí mismo y educa a los otros por el sólo hecho que existen, piensan y actúan; asimismo, los principios, las ideas, las accio- nes contribuyen a educar a cada individuo y lo ayu- dan a adoptar, modificar y a formar en un sentido o en el otro la propia personalidad. Por esto, el hecho educativo no puede circunscribirse en el ámbito de determinada clase o círculo de personas que de ella se ocupan esplícitamente. Todos somos educadores, si bien solamente algunos hombres y determinadas instituciones (la familia en la infancia, la escuela y la sociedad posteriormente) realizen esta tarea. La edu- cación entendida como el crecimiento y el realizarse mismo de la persona, no puede cesar con el período escolar en su sentido amplio, más bien ella continua por toda la vida: ya que, en todas las circunstancias, lus hombres se educan personal, recíproca y cornu- nitariamente (3). (3) Entre los estudios sobre la educación como desa- rrollo y crecimiento integral de la personalidad véase de Otero, Oliveros F., 1.0 educación de la libertad en los educadores, Mundo Cristiano, Madrid, 1974; Yarce, Jorge, 1.0 educación de la libertad, Centro de Estudios Doctrinales, Colombia, 1974, Mas Herrera, O.E., El fin de la educación: hacer hombres, en Tiempo Actual, San José, Costa Rica, Año 1, No. 2, 1976, pp. ll-2l •.

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LA EDUCACION DEL HOMBRE INTEGRAL

El concepto de cultura se identifica con el deeducación, pues ésta lleva implícita la voluntad deaplicarse con dedicación a todo lo que puede formaral hombre o llegar a hacerla culto o educado, en sumodo de sentir, de entender y de querer, o sea,capaz de elegir: ser hombre libre (1). De este con-cepto de educación que implica un esfuerzo huma-no, inferimos que educarse no es recibir sino recrearcuanto educa, asimilarlo críticamente a fin de que laasimilación sea acto personal y, por esto, formativadelsujeto educando.

Así pues, la formación del hombre, o sea, lapaideia, coincide con el momento educativo, poresto nos queremos ocupar aquí de la pedagogía ofilosofía de la educación entendida como la cienciaque tiene por objeto propio el acto educativo, pues-to que la educación en su acepción más general "seidentifica con el proceso mismo de desarrollo cons-ciente y libre de las facultades del hombre en suintegralidad de espíritu y cuerpo sin límite detiempo y ni de institutos de enseñanza" (2). Laeducación debe ser entendida como desarrollo per-sonal de cada individuo dentro del contexto social;pero hay que tener presente que solo un sujeto libre,consciente e inteligente es receptivo de educación.Por tanto la educación es un hecho peculiarmentehumano, y, en este sentido, es la existencia mismadel hombre en su constante formarse y perfec-cionarse.

El hombre es centro de fuerzas físicas y espiri-tuales, es una unidad y en cuanto tal, es persona.Por esto mismo, la educación es el desarrollo de lapersona en su integralidad, cuya dignidad deriva dela naturaleza humana.

(1) Cfr., SOTO. B., J.A. Paideia Latinoamericana yFilosofía de la Integralidad. en Tiempo Actual, SanJosé, Costa Rica, Año 1,No. 1,1976, p. 14.

(2) SCIACCA, M.F., Pagine di Pedagogia e di didattica.Marzorsti, Milano, 1972, p. 18 ss.

Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XV (41), 237-241, 1977

José A lberto Soto Rodilla

Todo hombre en cuanto existe y vive, dealgún modo se educa por el hecho mismo que expli-ca sus posibilidades y actúa sobre ellas, aunque nollegue a formular el propósito explícitamente yaunque no tenga la conciencia refleja de educarse. Elhombre, pues, en cuanto existe, vive, se desarrolla ycrece sobre sí mismo se hace aquello que es, semodifica permaneciendo en su ser, según principios,hechos, situaciones; tiende hacia determinados fines,ejercita cada vez con mayor profundidad, sus facul-tades físicas y espirituales.

De este modo, educación significa desarrollodel hombre bajo la acción de varios factores; todohombre de algún modo se educa a sí mismo y educaa los otros por el sólo hecho que existen, piensan yactúan; asimismo, los principios, las ideas, las accio-nes contribuyen a educar a cada individuo y lo ayu-dan a adoptar, modificar y a formar en un sentido oen el otro la propia personalidad. Por esto, el hechoeducativo no puede circunscribirse en el ámbito dedeterminada clase o círculo de personas que de ellase ocupan esplícitamente. Todos somos educadores,si bien solamente algunos hombres y determinadasinstituciones (la familia en la infancia, la escuela y lasociedad posteriormente) realizen esta tarea. La edu-cación entendida como el crecimiento y el realizarsemismo de la persona, no puede cesar con el períodoescolar en su sentido amplio, más bien ella continuapor toda la vida: ya que, en todas las circunstancias,lus hombres se educan personal, recíproca y cornu-nitariamente (3).

(3) Entre los estudios sobre la educación como desa-rrollo y crecimiento integral de la personalidad véasede Otero, Oliveros F., 1.0 educación de la libertad enlos educadores, Mundo Cristiano, Madrid, 1974;Yarce, Jorge, 1.0 educación de la libertad, Centro deEstudios Doctrinales, Colombia, 1974, Mas Herrera,O.E., El fin de la educación: hacer hombres, enTiempo Actual, San José, Costa Rica, Año 1, No. 2,1976, pp. ll-2l •.

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La educación, como bien señala M.F. Sciacca,es "un hecho interior y connatural al hombre ya lamisma sociedad, un empeño que acompaña siempreal ser inteligente y al cual no debe faltar". La vidade cada hombre, como la de la sociedad, es un pro-blema de educación en el sentido de que es nece-sario instaurar las condiciones para el desarrollo in-tegral y coherente del hombre. No deben faltar, asípues, estas condiciones y es necesario crearlas con elfin de que favorezcan y logren quitar los impedi-mentos que obstaculizarían dicho desarrollo. Esto eslo que se designa con el término educación y, por talmotivo, ella es meta de un propósito bien definido,objeto de una ciencia. Por tanto, esta tarea activa ydirecta de educar de modo de poder provocar y ayu-dar del mejor modo posible el libre e inteligentedesarrollo del hombre es propiamente la educacióny la ciencia que reflexiona sobre el hecho educativoes la Pedagogía, la cual estudia las condiciones, losmedios, los contenidos y los fines del acto de edu-car, por esto, "por educación, en sentido estricto, seentiende la voluntad consciente y explícita de orde-nar los actos de la existencia con el fin de actuar lasposibilidades del ser de cada hombre y al hombremismo como persona" (4). Por tanto, si educar esrealizar al hombre en su auténtica naturaleza, en susverdaderas y completas posibilidades y en su desti-nación última, se sigue en toda pedagogía presuponeuna visión de la existencia, en la cual se puede dardiversas posiciones divergentes, pero no obstanteesto, permanece firme que la educación, en su pro-

I pio sentido, es la acción empleada para el desarrollototal del hombre mismo.

Las diferentes concepciones pedagógicas pue-den diferir en si la labor educativa, o sea, si la acciónque la sociedad ejerce sobre la persona para el fin dela educación, debe dirigirse directamente al desa-rrollo total de las facultades humanas o debe diri-girse hacia algunas o tal vez limitarse a quitar losobstáculos renunciando a influir en sentido activopara dar lugar al libre y autónomo desarrollo deleducando; pero no obstante lo anterior, en toda

, concepción pedagógica si permanece en pie que laverdadera educación tiene como fin este desarrollo,que debe ser el más completo posible.

(4) Pagine di pedagogie ... , ibid., p. 19. Desde una (5)dimensión psicológica escribe D.J. Ruda: "Cadaciencia humana y, por consiguiente, la psicología,debe considerarse al hombre integral en el horizontede sus perspectivas, y más todavía si se trata de

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La pedagogía del hombre integral presuponeuna visión de la existencia, en la cual el acto mismode educar es pregunta ¿quién es? y, ¿a qué está lla-mado a ser el hombre? . Estas preguntas y sus pro-blemas le corresponde a la filosofía de profundi-zarlas, de aquí que no sea posible una pedagogía sinfundamentos filosóficos. No es necesario que ellaacepte una u otra concepción filosófica, pero es in-dispensable que acoja, a partir de la investigaciónespeculativa, al menos aquella orientación que lepermita establecer cuáles son el ser, las posibilidadesy las metas del hombre y en qué contexto conside-rarlas. La pedagogía, así pues, no puede prescindirde una ontología del hombre, o sea, de una antro-pología filosófica. Toda labor pedagógica, aunsiendo considerada de manera empírica, tiene nece-sidad de admitir una posibilidad de acción del hom-bre sobre sí mismo. Por consiguiente, toda peda-gogía deberá aceptar que, si educar es influir sobreel desarrollo del hombre (ayudándolo o siguién-dolo), deberá aceptar, además, que el sentimiento, lainteligencia y la voluntad son sus constitutivos onto-lógicos y que también el hombre posee un grado delibertad el cual permite que este proceso sea deno-minado educación; aún más, el desarrollo espiritualy físico del hombre es proceso libre en cuanto elhombre es conciencia de sí mismo. Así pues, "tareade la educación es promover el desarrollo de las apti-tudes y de las capacidades del hombre, la libre reali-zación de su ser integral, esto es, tender a actualizarlas aspiraciones ideales, la persona que desde el serdel hombre obtiene su dignidad. Educación es for-mación del hombre libre, espíritu y cuerpo, personae individuo indivisiblemente" (5). La educación,pues, del hombre en su integralidad debe ser enten-dida como desarrollo y realización del valor de lapersona y de los valores que le son propios; de estemodo, el hombre integral "que es espíritu escar-nado, unido a su cuerpo" se desarrolla en la medidaque su espíritu se educa unido a su cuerpo. El desa-rrollo del cuerpo (o sea, del individuo) es uniforme,

formular una teoría de la personalidad" (Dialectiquede la personalité, Editions de I'Université d'Ottawa1973, p. 22).

Pagine di pedagogie ... , !bid, pp. 20-21. Cfr. SOTOB., J.A. Hacia un concepto de persona, PublicacionesUniversidad de Costa Rica, 1969, pp. 63 y ss,Sciacca, M.F., L'uomo questo'squilibrato", Mar-zorati, Milano, 1963, pp. 42ss.

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necesario, determinado como cualquier otro procesonatural, es semejante al de otros animales y, sujetoal orden de leyes naturales, alcanza un determinadolímite en su proceso, después un período de equili-brio y, finalmente, se inicia la decadencia. En cam-bio el desarrollo del espíritu (o sea, de la persona),su crecimiento y su perfeccionarse, a pesar de loslímites impuestos por el cuerpo y de su limitacióntemporal en el tiempo, no cesa en un determinadomomento, no tiene un límite de intensidad, poresto, puede llegar a ser cada vez más rico y variado.Ahora bien, porque el espíritu y el cuerpo no sonseparados y el hombre ejercita su actividad espirituala través de su cuerpo, es necesario que éste sea edu-cado para que actue en armonía con el espíritu, locual significa que debe ser alimentado y fortificadoy, al mismo tiempo, ejercitado a poner sus energíasen recíproca colaboración. El espíritu con su acciónestá llamado a educar al cuerpo mismo en el sentidoque debe darle disciplina y orden, debe dar unsentido humano a las exigencias de los instintos in-c1uyéndolos en el proceso educativo. "El cuerpo noes un mal o la causa del mal, es un bien, si bien de lavida; es un malla debilidad de espíritu, su rendirse alos instintos, su someterse a la mecanicidad de lanaturaleza física, ser disciplinado por las necesidadesanimales antes que disciplinarias". De este modo, laeducación tiene como tarea facilitar la colaboraciónde la "persona" y del "individuo" (espíritu ycuerpo), de ayudar al hombre a armonizar el meca-nismo de la vida corpórea con las leyes de la vidaespiritual. En esta colaboración se obtiene elequilibrio del hombre. El equilibrio de diferenteselementos es inherente a la misma constitución de lanaturaleza humana y es un concepto base que debeacompañar a cualquier doctrina o labor educativa;en relación a dicho equilibrio la educación se pre-senta como integral, de todo el hombre en la com-plejidad de sus instintos, de sus sentimientos y desus actividades espirituales, ya que una educaciónparcial, capaz de desarrollar un solo elemento nopuede actuar el ser del hombre completo (6).

La pedagogía del hombre integral, en la cual laeducación del hombre es fin en sí misma, vale nopara quien educa, sino, para quien es educado,aunque, si el educador, educando se educa a sí

(6) Cfr., Pagine di pedagogie ... , Ibid., p. 22. En relacióna la educación cívica y democrática en Costa Ricavéase el artículo de Manuel Arce Murillo, Educaciónpara la Democracia, en Tiempo Actual, San José,Costa Rica, Año 1, No. 2, 1976, pp. 87-92.

mismo, aún así, al fin es el hombre, quien es siemprefin y jamás medio. Educación es educación integralya que tiende a elevar a los otros y a nosotrosmismos (la sociedad) a aquel nivel de perfecciónespiritual y física que creemos digno de la natu-raleza humana. "Esta labor es educativa cuando esdesinteresada, cumplida por amor de formamostodos docentes y discípulos, en comunión de almasen la búsqueda y en el respeto de la verdad y delbien, de la libertad, con que coincide la cul-tura" (7).

El proceso educativo implica a todo el hombrey no hay límites cronológicos, cualitativos, ni cuan-titativos, ya que la educación en cuanto perfec-cionamiento de cada hombre es formación y enri-quecimiento continuo de su personalidad, ella duratoda la vida y se actúa en todos los niveles ya travésde todas las vías; los institutos de enseñanza, lasociedad, el Estado, toda persona u objeto formanparte del proceso educativo siempre universal e ili-mitado. Dicho proceso educativo integral debesiempre mirar al máximo, no debe conformarse conllevar al hombre a un determinado nivel, sino quedebe estimularlo, impulsarlo a realizar todo su ser,aunque desde un punto de vista práctico laeducación tenga límites, sean éstos en relación a lasdiferentes circunstancias o a las posibilidades delmismo educando; no obstante esto, y dentro detales límites, la educación debe tender hacia elmáximo ideal.

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El ideal o norma que todo hombre debe rea-lizar a través del proceso educativo es el dealcanzar el máximo grado de humanidad posible.Desde este punto de vista dicho proceso es dialéc-tico, en él el hombre no logra jamás actualizar total-mente dicha humanidad pues en el hombre siemprese da la posibilidad de un ulterior enriquecimiento,de un intrínseco renovarse continuamente, porconsiguiente, la educación es un ideal, un deber serque todo hombre debe preocuparse por conseguirestableciendo metas, pero que ninguno podrájamás alcanzar totalmente. Este debe ser en elproceso educativo no significa que la educacióndebe ser orientada por cada hombre al máximo

(7) Ibid., p. 21.

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abstracto de realización, sino, al contrario, que cadahombre debe dar al máximo de acuerdo a sus dotes,aptitudes y condiciones ya que cada hombre tieneun acento propio, personal, irrepetible; por esto, en-tendemos por personalidad la diferente actitudpersonal hacia los valores, de donde se sigue, quecada uno es llamado a través de la labor educativa aser sí mismo, a realizar los valores en el modo que lees propio y según sus posibilidades. Por consi-guiente, la educación en su dimensión teórica con-templa siempre al máximo desarrollo como procesoindefinido de perfeccionamiento, o sea, al máximogrado de humanidad; en su dimensión práctica estácondicionada por un límite interno y necesario dadopor el hecho de que cada hombre está llamado arealizar su ser en la forma y los modos propios de supersonalidad. Esta tensión que se establece en elproceso educativo entre las dimensiones teórica ypráctica es lo que denominamos dialéctica educativadel hombre integral, en la cual, como hemos seña-lado, se tiende al máximo desarrollo de las apti-tudes, capacidades de cada educando, de modo queél sea, en lo posible, cada vez más sí mismo (dimen-sión práctica) sin perder de vista aquel carácter infi-nito del proceso, aquella norma ideal que com-prende su constan te necesidad del humanizarse (di-mensión teórica) (8). La educación, así pues, es unproceso que lleva a cabo cada persona, del cual essujeto y objeto, pero que además en ese proceso laspersonas pueden ser orientadas, ayudadas por otras;es decir, la formación puede ser estimulada, fortale-cida, guiada y suscitada por la acción de una inteli-gencia externa. Por tanto, "la educación es y perma-nece el resultado de una voluntaria acción personal,la cual a su vez puede recibir y de hecho recibeauxilio y valor de la acción inteligente de otros; éstees un trabajo de colaboracion que se realiza en cadaedad del hombre incluída también la última" (9).El planteamiento del tema hasta aquí desarrolladonos exige considerar la relación de educador-educando que, como sabemos, se establece funda-mentalmente en el período de la infancia y laadolescencia y podemos denominar como heteroe-ducación en cuanto es una influencia de la accióneducativa ejercitada voluntariamente desde lo ex-

(8) Sobre la constante tensión de las dimensiones teóricay práctica en la educación nacional véase el artículode Guillermo Malavassi, Aciertos y errores de nuestrosistema educativo, en Tiempo Actual, Año 1, No. 1,1976, pp. 27-35.

(9) Pagine di pedagogie ... , Ibid., p. 25.

terno y prevalece sobre la forma de la educaciónespontánea y va orientada a preparar la capacidad detodo individuo para autogobernarse (autoeducarse),esto es, disponer con conocimiento de las cosas ycon libre voluntad de sí mismo.

La heteroeducación o educación impartidapor otros normalmente coincide con el períodoescolar. Ella posee dos fines fundamentales: a) ense-ñar al educando a autogobernarse; b) hacerlo cons-ciente del deber de la educación y ayudarIo a querery a dedicarse por la propia autoeducación. Una vezalcanzado el autogobierno coincide con la libre ma-nifestación de su personalidad, y confluye comoautoeducación en el empeño integral de la existenciade cada hombre (lO). La tarea educativa es una in-tegración, una rectificación, un robustecimiento delprogresivo desarrollo de la conciencia de sí mismaen el sujeto que se ha de educar. En esta integracióneducador y educando colaboran juntos en la tareaeducativa y ambos forman parte como elementosactivos en el acto de la educación.

Una concepción dialéctica y unitaria de la re-lación educador-educando implica una evaluación delos fines y de los medios de la educación. El finprimero, como indicamos arriba, es favorecer el de-sarrollo integral del hombre como su formación y lalibre manifestación personal y original. Dentro deeste proceso la ciencia o la cultura en su signifi-cación más comprensiva permanecen uno de los con-tenidos principales y como el momento esencial dela tarea educativa y esto en dos sentidos: a) la cul-tura como contenido representa la satisfacción de lanecesidad del hombre de conocer con la mayor ple-nitud posible y b) en el sentido que el conocimientomismo es lumen y ejercicio para el desarrollo de lainteligencia. El hombre sabe entender y juzgar lascosas de acuerdo a experiencias adquiridas ya prin-cipios alrededor de los cuales ha podido agrupar lasexperiencias mismas. El conocimiento de principioso de casos particulares orienta y agudiza la inteli-gencia, en cuanto hace el pensamiento más activopara relacionar y deducir o más rápida la intuición

(lO) lbid., p. 26. En el Ensayo sobre el Gobierno Civilseñala Locke que: "Hemos nacido ( ... ) libres de lamisma manera que hemos nacido racionales; pero demomento no podemos ejercitar ni la libertad ni larazón. La edad que nos trae la una, nos trae tambiénla otra" (Parágrafo 61). Según Locke la autoridad(no absoluta) de los padres sobre los hijos es la quetiene, inicialmente, la función educadora, en cuantoque ella sirve para desarrollar el saber y la libertad delos hijos (Cfr. párrafo 57 y ss).

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en captar o individuar. De aquí, que el verdaderoeducador de sí mismo es quien sabe, esto es, aquelque conoce la verdad y el valor de las cosas y a elloscomunica la propia conducta: "si existe un arte deviviry una ciencia de exisitr como la que el sabio haadquirido con esfuerzos, es necesario decir que ésterepresenta la guía más perfecta para la educación delhombre".

Otro momento esencial de la educación es elejercicio de la voluntad y su acostumbrada manifes-tación de expresarse libremente. "Enseñar a pensary juzgar y enseñar a querer con las dos primeras víasde toda educación. Enseñar a querer puede significarmuchas veces: enseñar a desear, a perseverar, a resis-tir y a osar pero significa sobre todo enseñar a amary solamente el hombre que ama puede decidida-mente querer. Así pues, suscitar el amor para lasvías del sentimiento, de la contemplación de la be-lleza estética y moral, de la admiración por los tiposintegrales de humanidad, a través de la simpatía y elrazonamiento, puede ser medio eficaz para alimen-tar y formar una voluntad libre" (Ll}, Unavoluntad libre, en ese sentido, es una voluntad orien-tada constantemente hacia el hombre integral, poresto, es humanizante y sensible a todos los proble-mas y planteamientos de orden político, económico,social, religioso de la comunidad a que pertenece yes sensible de preocuparse por encontrar solucionesprácticas a las necesidades de la convivencia humanaa través de la comunicación inteligente.

Antes de concluir estas reflexiones, tengamospresente aquí que, la comunicación coincide con laeducación, pues educar es comunicarse consigomismo y con los otros, ya que solo entre personas,en el orden natural, hay verdadera comunicación.

(11) lbid., p. 31. Pagine di pcdagogie

Todo hombre es tal por su ser, de hombre, pero espersona cuando se hace el ser que es, o sea, cuandono se reduce o no es reducido a una "cosa" o a una"función", pues, como "cosas" los hombres formanuna masa impersonal y como "funciones" formanuna parte anónima e instrumental de un "orga-nismo" social o estatal también él anónimo, faltan teen estos casos la capacidad de comunicación. Asípues, educar es realizar una comunicación a travésde la cual los ciudadanos (educador-educando) ac-túan su ser de hombres como personas, lo cual signi-fica que se promueven recíprocamente yendo enbusca de un alto grado de humanidad o de perso-nalidad que constantemente tiene que ser actuali-zado. Dentro de este contexto el "educador" ha lo-grado "comunicar", establecer una auténtica rela-ción de entendimiento de si consigo mismo y conlos otros, ha logrado conquistar su interioridad pro-funda que es su humanidad esencial. Solo cuando elhombre es un "comunicado" puede ser un comuni-cante; solo cuando es persona puede contribuir efi-cazmente a formar otras personas, porque el actoeducativo, como todo acto del espíritu, es creativode personalidad o de libertad, y sólo cuando el edu-cador es hombre integral puede comunicar a losdemás la dignidad de la persona y hacer de elloshombres. Por consiguiente, educar es realizar unacomunicación a través de la cual educador y educan-do actúan su ser de hombres como personas; y, porúltimo, hay que tener presente que en el procesoeducativo el saber o la cultura son verdaderamenteeducativos cuando están orientados hacia ese fin, osea, la promoción recíproca y constante de personasdentro de cada comunidad social.