La escisin entre mente y cuerpo, tan presente en el imaginario de Occidente, ha sido

reproducida en el laboratorio; conoce 5 tcnicas con que es posible experimentar el

abandono del cuerpo por parte de esa parte nuestra que creemos ms propia e irrenunciable.

Occidente posee una amplia tradicin de pensamiento que considera el cuerpo como una

entidad un tanto ajena a eso que verdaderamente somos, una supuesta esencia que a veces se le

ha llamado alma y otras espritu pero siempre para confrontarla y oponerla, para valorarla por

encima del cuerpo. La filosofa griega y la tradicin judeocristiana, dos de los pilares sobre los

que descansa la civilizacin occidental, poseen varios ejemplos al respecto, desde la conocida

metfora de Platn en que el cuerpo es una crcel del alma, hasta las prcticas de martirio

corporal recomendadas en cierta poca del catolicismo para purificarla.

Por otro lado, en el mbito de lo paranormal existen testimonios remotos y recientes de

personas que aseguran haber experimentado ese desdoblamiento, la sensacin (o realidad,

cmo saberlo?) de que algo que podramos denominar con la expresin del ingls true self

abandonaba realmente su cuerpo. No es este un poco el caso de los msticos, cuyos ejemplos

pueden encontrarse en todas las tradiciones religiosas? La mujer o el hombre cuyo fervor llega

al grado del delirio o, quiz, de la experiencia efectiva, del trnsito en mente hacia otra

realidad.

Estaba tan embebido, tan absorto y ajenado, que se qued mi sentido de todo sentir privado; y

el espritu dotado de un entender no entendiendo toda ciencia trascendiendo.

En cierta forma, esto podra entenderse como una manifestacin de las capacidades de la

mente, algo entre la sugestin, la imaginacin y el hecho a un tiempo psicolgico y epistmico

de que somos incapaces de conocer la realidad en s que probablemente ni siquiera exista

y, a cambio, tenemos la realidad que percibimos, la que nos dan nuestros sentidos y nuestro

cerebro interpreta. As es ms real?

Sea como fuere, existen al menos 5 situaciones o tcnicas en que, ms all de las implicaciones

paranormales, religiosos o de otro tipo, queda de manifiesto que, en efecto, mente y cuerpo

podran disociarse y existir y encontrarse en puntos espaciales distintos.

1. Levanta tu tercera mano

Son conocidos los casos en que personas que sufren la amputacin de un miembro continan

sintindolo no solo los das posteriores a la ciruga, sino, a veces, incluso muchos aos despus.

Sin embargo, un estudio de 1998 dirigido por Matthew Botvinick y Jonathan Cohen, de la

Universidad de Pittsburgh, mostr que personas comunes y corrientes son capaces de imaginar

un miembro inexistente, un miembro que no est ah aunque podra estar. En el experimento,

los voluntarios vean cmo una mano prosttica era estrechada al mismo tiempo que otra

persona estrechaba una de sus propias manos. Un par de minutos despus, el individuo senta

que el miembro falso formaba parte de su cuerpo.

Algunos aos despus, un estudio de Henrik Ehrsson mostr que, en efecto, el cerebro puede

comportarse como si en efecto tuviera que gobernar sobre tres manos, aceptando con toda

naturalidad esa adicin ilusoria. Segn los exmenes practicados por Ehrsson, esta respuesta

involucra el crtex premotor en el lbulo frontal y el crtex intraparietal en el lbulo parietal,

reas en las que, respectivamente, se procesa el movimiento y el reconocimiento de las partes

del cuerpo.

2. Experiencia extra corporal

Sentir cmo el alma huye del cuerpo ha sido tambin objeto de estudio cientfico. Aunque su

ocurrencia se ha presentado con mayor frecuencia en situaciones cercanas a la muerte (o al

menos esos son los testimonios que abundan al respecto), el neurocientfico Olaf Blanke

reprodujo la situacin en un laboratorio de la cole Polytechnique Fdrale de Lausanne, en

Suiza, de donde encontr que en circunstancias extremas el cerebro intenta reconciliar lo que

ve con lo que siente, generando otra realidad y dos representaciones corporales de s.

3. Conoce tu avatar

Antes que la nocin griega de personas, en el hinduismo exista la de avatar, la encarnacin

sucesiva y prcticamente infinita de ciertas divinidades (Vishn sobre todo, pero tambin Shiva

y Ganesh) en seres vivos de este plano de la realidad.

En este contexto, sin embargo, los experimentos de los mismos Ehrsson y Blanke mostraron

que en ocasiones una persona puede percibir una representacin de s misma pero exterior a

ella. En el experimento realizado, se indujo esta experiencia con un sistema de videos y

pantallas en que una persona se vea a s misma desde distintos ngulos, con lo cual

consiguieron que el voluntario experimentara esa proyeccin como si hubiera sido l mismo.

4. Una marioneta viviente

Como en varios cuentos folclricos en que un juguete antropomorfo cobra vida, el cerebro

tambin es capaz de hacernos creer que es posible transmitir nuestra vida a un objeto inerte

pero con nuestro mismo aspecto.

Ehrsson mont un escenario en que distintos voluntarios se acostaban al tiempo que vean en

una cmara imgenes de un maniqu de tamao real acostado al lado suyo. Al poco tiempo, las

personas tenan la siniestra sensacin de encontrarse atrapados entre la materia plstica del

mueco.

5. El intercambio corporal

Este recuento finaliza con una de las expresiones ms radicales de esta escisin ente mente y

cuerpo: el intercambio absoluto y total del cuerpo de dos personas. O al menos la sensacin de

que eso sucede.

El mismo Ehrsson de experimentos anteriores hizo que dos personas utilizaran sendos cascos

con cmaras integradas que mostraban el punto de vista del investigador. Acto seguido, se les

pidi que se estrecharan las manos. Pero, como puede imaginarse, no mirar a la otra persona

directamente sino mirar el acto en s hizo que las personas sintieran que el cuerpo de una

pasaba a la otra, y viceversa.

Con estos ejemplos es posible, quiz, concederle razn a Platn y creer que la mente, el alma,

el espritu, viven en perpetua impulso a escapar de esa prisin mortal y limitada que es el

cuerpo. Pero quiz lo ms probable sea que uno y otro sean lo mismo, pertenezcan a esa unidad

que llamamos yo pero que, paradjicamente, parece que solo puede existir fragmentada.