LA ESTRATEGIA ORGANIZACIONAL DEL VALOR COMPARTIDO

¿Puede ser el motor de la prosperidad para Venezuela?

La estrategia como el patrón de decisiones de una organización determina y revela sus objetivos, lo que debe producir políticas y planes para alcanzar las metas propuestas y define la clase de organización económica y humana y la naturaleza de su contribución o valor hacia sus dueños, empleados , clientes y comunidades (Andrews, 1987). Por ende la necesidad mutua que tienen las empresas y la sociedad es un hecho, para que una estrategia pueda ser formulada exitosamente se deben triangular tres declaraciones esenciales: Los valores de la organización ¿cuál es el alcance? Con las capacidades ¿dónde están las fortalezas? para ir en busca de las oportunidades ¿que está demandando el mercado? Todo ello dentro de la exigencia del entorno y contexto cambiante para construir una propuesta de valor competitiva a través de un plan explícito y comunicable. Como podrían los gerentes formular y ejecutar las estrategias organizacionales para encontrar soluciones a los problemas sociales que, si son acertadas, avanzarán favorablemente junto con los intereses económicos y estratégicos. Las organizaciones además de satisfacer las necesidades del mercado y/o consecución de sus metas, deben incluir en sus estrategias lineamientos que permitan el desarrollo y creación de valor compartido, para (Porter & Kramer,2011) les permitirá mejorar tanto sus ventajas competitivas como las condiciones del entorno del que hacen parte con el fin de mostrar un impacto social positivo, a través de las políticas y prácticas operacionales que aumentan la competitividad de una empresa, mientras simultáneamente mejoran las condiciones sociales y económicas de las comunidades en las cuales opera. Una decisión estratégica por parte de una organización conlleva a la elección de una acción, que provoque algún tipo de reacción en los grupos de interés: Socios, empleados, clientes y comunidades. Porter & Kramer sugieren que las organizaciones pueden crear valor compartido reinventando los productos y mercados; de mejor calidad o productos innovadores y servicios que resuelven necesidades sociales, y/o a través del mejoramiento de los productos de la cadena de valor; reconstruyendo los procesos de producción y los sistemas de distribución, mientras que simultáneamente actúan como administradores de los recursos naturales. Un poderoso ejemplo, lo conseguimos en la sierra peruana la región de Puno generalmente se dedica a cultivar frutos autóctonos, como lo son: La quinoa y la chía. El Estado peruano ha provisto de carreteras, de canales de riego, no obstante el sector del agro es una industria que tiende a ser informal, cuando la empresa Exportadora Agrícola Orgánica, comercialmente conocida como Organic Sierra & Selva comenzó con sus operaciones encontró a muchos de sus proveedores (productores- cultivadores) en estado de pobreza crítica. Por lo que su CEO César Zorrilla Wong asumió la concepción del “éxito empresarial está estrechamente logrado al progreso social” por lo que los productores deberían volverse empresarios, lo que logró a través de la implementación de un sistema de control de calidad basado en redefinir la calidad del producto y de servicio y a su vez mejorar la infraestructura logística, aunado a la creación de valor compartido interno y externo. Su lema “nuestra Quinoa está cosechada con cariño, de una manera responsable, pensando en el medio ambiente y el futuro de nuestros productores”. La empresa no solo se lucra de la cosecha por el contrario ha implementado proyectos para mejorar la calidad de vida ,velando por su salud, y de trabajo de sus productores; uno de ellos consiste en la dotación de paneles solares para generar energía limpia en comunidades aisladas, además de la constitución de escuelas orgánicas para capacitarlo en la producción y trabajando para el futuro, resolviendo los cuellos de botellas

apoyándolos desde el proceso de siembra hasta la comercialización haciendo que sean más eficientes. El valor compartido reconoce que las necesidades sociales, y no sólo las necesidades económicas, son las que definen los mercados y sus tendencias. Valor compartido es crear valor económico a partir de la generación de beneficios sociales, no es responsabilidad social establecida en leyes y obligaciones morales, filantropía, ni sostenibilidad. El enfoque de las iniciativas se encuentra en los pilares básicos de la educación, salud, capacitación profesional, desarrollo de habilidades, generación de empleo, así como interacción comercial con negocios y productores locales. Estos pilares dan lugar a una mejora significativa en la calidad de vida y la economía de las comunidades. No obstante la reflexión de rigor consiste en cómo lograr la fidelidad de aquellos beneficiarios de programas que les permitan mejorar su entorno, calidad de vida y/o productiva, acompañando de políticas públicas que permitan mantener estándares a largo plazo: Estrategias organizacionales de valor compartido – Políticas públicas adecuadas- comunidades saludables = Mayor impacto en las comunidades – mejora el valor económico de retorno para las organizaciones

Entonces para que se logre el verdadero objetivo de tener impactos sociales positivos, toda estrategia de valor compartido debe estar acompañado de políticas públicas adecuadas. El estado cuya misión consiste en regular los mercados adecuadamente asegurarse de que los beneficios del éxito de las empresas lleguen a los clientes, proveedores y empleados, así como recaudar impuestos e imponer unas tasas a las externalidades empresariales (costos sociales de los que no se hacen cargo las organizaciones, Ejemplo; contaminación) y redistribuir adecuadamente los ingresos fiscales entre la sociedad, principalmente de acuerdo con las organizaciones sociales. La cuestión si verdaderamente el estado es más eficiente que las empresas privadas en esta redistribución o se necesita que las organizaciones y la sociedad se involucren en un plan de innovación y crecimiento productivo. Hay lugares donde el Estado no puede llegar pero si puede operar algún tipo de organización o viceversa, para lograr avances en esta materia es necesario consolidar alianzas públicas y privadas. La interrogante se plantea al tratar de concatenar la creación de valor compartido con las políticas públicas. ¿Qué se necesita; regulaciones estatales o alianzas Estado y empresa? Si se quiere ser exitoso se debe comenzar desde adentro, es difícil llegar a mercados exigentes con talento humano descontento o proveedores no comprometidos y mucho menos con comunidades con altos índices de desempleo y necesidades insatisfechas. La estrategia que se propone es la integración de empresas – políticas públicas – sociedad a largo plazo en proyectos tangibles específicos que aseguren beneficios tangibles a la sociedad y a su vez generen valor económico de retorno a los empresarios. Luchando por evitar las inequidades, sin agendas o intereses ocultos que afecten el verdadero objetivo que es el motorizar la prosperidad y dinamizar la competitividad.

Javier Mendoza Profesor de pre y postgrado en la Universidad Central de Venezuela Contador Público

Doctorando en Gerencia por la Universidad Central de Venezuela