La Familia y Los Desafios de Su Objetivacion

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  • Notas crticas

    La familia y los desafos de su objetivacin: enfoques y conceptos1

    Agustn S a l v i a

    Presentacin

    Es U N A IDEA ACEPTADA QUE LAS RELACIONES domsticas y familiares des-empean un papel destacado en la reproduccin material y simblico-cultural de la sociedad. E l estudio de esta temtica nos remite a proble-mticas que han sido objeto de variadas lneas de reflexin y crtica terica y de numerosos trabajos de investigacin, tanto en pases desarrollados como en Amrica Latina. 2

    En este trabajo se hace una revisin crtica de algunos de los enfo-ques que abordan la organizacin interna, los arreglos colectivos y las funciones sociales y econmicas de las unidades familiares residenciales a nivel urbano. E l inters principal de este ejercicio es la bsqueda de

    1 El autor agradece las ideas sugerentes y los valiosos comentarios de Fernando Corts, Rodolfo Tuirn, Orlandina de Oliveira y Alejandro Figueroa.

    2 Son, por ejemplo, lneas de reflexin en Amrica Latina: la reproduccin social de la sociedad, de algunos sectores dentro de ella, o de la fuerza de trabajo; el papel pro-tagnico o mediador de los grupos domsticos y las familias en dicho proceso; sus funcio-nes demogrficas, socioeconmicas y sociocuturales; etc. Estas lneas de investigacin han surgido de los trabajos del Taller CEUR-PISPAL, del Grupo de Reproduccin de CLACSO, del Seminario sobre Grupos Domsticos del Centro de Estadios Sociolgicos (comp. por Oliveira, Salles, Lehalleur), del Seminario Poblacin y Sociedad de la FLACSO (19861988) (comp. por Corts y Cullar). En los estudios de familia fuera de Amrica Latina, destacan por supuesto, el trabajo de Engels, y los estudios funcionalistas clsicos de Parsons, Smelser, Linton, Sussman y Burchinal, livi-Strauss, entre otros. Asimismo, la escuela d Frankfort, con orkheimer. Ms recientemente, Foucault, Bourdieu y Przeworski, con aportes tericos diferentes. Tambin la perspectiva que han abierto los estudios obre mujeres y gnero (Pitrou, Scott, Lamas), tonto en pases desarrollados como en Amrica Latina. Finalmente, la corriente histrica y sociolgica anglosajona sobre estudios de estrategias familiares y cursos de vida (Eider, Hareven, Tilly Scott, Crow, entre otros).

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    una mayor precisin conceptual sobre los problemas de investigacin que abre un objeto de estudio multifactico y dinmico; algunas de cuyas paradojas todava no parecen estar satisfactoriamente resueltas. Se desea con ello dar continuidad a una lnea de reflexin que supone una lectura enriquecida de las formas en que se estructuran sobre s, y se articulan con la sociedad global las relaciones domsticas y familiares situadas en mbitos urbanos de sociedades capitalistas perifricas.

    El objeto de estudio

    L a literatura funcionalista clsica ha asociado los cambios operados en la familia a los procesos civil izatorios y de modernizacin que acompaan al desarrollo de la sociedad industrial avanzada (Parsons, 1955, 1980; Lintn, 1978; en Amrica Latina, Germani, 1963). Desde el mbito de la psicologa social, algunos autores han caracterizado estos cambios como efecto de la "invasin" de las relaciones de mercado sobre las relaciones afectivas intrafamiliares (Fromm, 1966). Desde una perspectiva social ms amplia, las transformaciones que operan sobre las relaciones fami-liares son ubicadas en el marco de los procesos econmicos, sociales y entrales que impone el desarrollo capitalista (Marx y Engels, 1969; Weber, 1964; Horkheimer, 1968).

    En Amrica Latina, la organizacin y las funciones familiares han sido generalmente identificadas como resultado directo o indirecto de las relaciones sociales de produccin dominantes y de las condiciones y necesidades de sobreviviencia de los grupos domsticos. E l marco de esta temtica ha sido el proceso histrico de industrializacin, urbani-zacin y reproduccin econmica asociado al desarrollo del capitalismo perifrico (Duque y Pastrana, 1973; Lomnitz, 1978; Arizpe, 1980; Margulis, 1980, 1989; Jeln, 1984; Torrado, 1976, 1981,1985; Garca-Muoz-Oliveira, 1982). Desde esta misma perspectiva, ms recientemente se intenta identificar el impacto de la crisis econmica y de los cambios estructurales que atraviesa la regin sobre los comportamientos socioeconmicos reproductivos, la organizacin y los conflictos de la vida domstica (Cornia, 1987; Corts-Cuellar, 1990; Gonzlez de la Ro-cha y otros, 1990; Selby y otros, 1990; Garca-Oliveira, 1993; Gonzlez de la Rocha, 1993; Tuirn, 1993).

    En igual sentido, la literatura social anglosajona y otros enfoques sociodemogrficos latinoamericanos, a partir de considerar el nuevo pa-pel de la mujer en el mercado de trabajo y en la vida social, dan cuenta de algunos importantes cambios en la reproduccin de los grupos domsti-cos as como en las relaciones de gnero dentro del hogar (Yanagisako,

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    1979; Rapp, 1979; Hareven, 1982, 1990; Jeln, 1978; De Barbieri, 1984; De Barbieri-Oliveira, 1989). Asimismo, se han observado cambios en la legislacin civil y en las esferas simblicas y culturales de la vida coti-diana (Barbieri, 1984; De Barbieri-Oliveira, 1985; Salles, 1990, 1991; Garca-Oliveira, 1993b).

    L a revisin crtica de la literatura contempornea que aborda estos temas permite identificar al menos tres grandes lneas de preocupacin en el estudio de las unidades domsticas y de las relaciones familiares. En primer lugar, un gran nmero de autores hacen incapi en los "impe-rativos estructurales" ya sea que tengan como desencadenante al mer-cado, ya al mbito cultural y normativo que intervienen sobre dichas relaciones. Un segundo tipo de enfoque se apoya en el concepto de "es-trategias familiares de vida o sobrevivencia", buscando dar cuenta del papel de "agentes" que revisten las unidades domsticas y familiares en funcin de garantizar la seguridad de sus miembros y la reproduccin del grupo. Por ltimo, una tercera lnea pone el acento en las unidades fami-liares o domsticas como instancias de "mediacin" entre los determi-nantes estructurales y la accin individual; o, desde una perspectiva ms estructuralista, como "mediacin" en el proceso de formacin y repro-duccin de la fuerza de trabajo.

    Pero si bien las investigaciones empricas desarrolladas bajo estas perspectivas han generado un importante avance en el conocimiento que se tiene de la cuestin "domstico-familiar", son conocidas tambin al-gunas insuficiencias y limitaciones que merecen ser revisadas. En este trabajo sostengo que gran parte de los problemas tericos y metodolgicos a los que se han enfrentado estas lneas de investigacin tienen como base el hecho de que no se ha encarado a fondo el desafo de considerar a las relaciones domstico-familiares como una t o t a l i d a d r e l a c i o n a l c o m -p l e j a , dinmica y especfica.

    Las explicaciones fundadas en los imperativos estructurales del mer-cado o de la cultura, o a partir de las acciones invariablemente estratgi-cas del grupo, o el considerar a las relaciones familiares y unidades do-msticas como "recurso" o "contexto" de la accin individual son abordajes, que tomados de manera aislada no amplan nuestra compren-sin acerca de lo que tales relaciones tienen de especfico en la estructuracin de lo social (segn el caso, el objeto de estudio es la es-tructura, el actor individual o una supuesta racionalidad colectiva). En ningn caso parece posible captar a fondo la trama multifactica, din-mica y conflictiva constitutiva de dichas relaciones.

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    Lo domstico-familiar: una totalidad multidimcnsional

    E l estudio de las unidades domsticas y las relaciones familiares no pue-de evitar enfrentarse al problema del contenido multifactico y cambian-te que ellas asumen. Esta dificultad parece justamente devenir del carc-ter multidimensional y dinmico que presentan tales relaciones (Yanagisako, 1979 ; Salles, 1 9 9 1 , 1 9 9 3 ) . Por una parte (primera dimen-sin), su historia y cambios se encuentran marcados por su propia vincula-cin con distintos mbitos de constitucin y reproduccin de lo social (poltico, econmico, cultural, etc.). Por otra parte (segunda dimensin), su formacin y desarrollo se hallan articulados con las formas en que se estructura y protagoniza la accin social a nivel de las relaciones interpersonales. A su vez, ambos ejes de vinculacin no se dan aislados ni resultan estticos en el tiempo, sino que se articulan y transforman de manera inestable (carcter dinmico).

    Sin embargo, la revisin de la literatura existente muestra cierta bre-cha en el manejo completo y articulado de estas dimensiones. Parte de las investigaciones especializadas en el tema han eludido el problema terico y metodolgico que surge de considerar de manera integrada es-tas cuestiones. Por lo general, es lo "social estructural" (consensa! o dominante, econmico o cultural) (Parsons, 1 9 5 5 , 1 9 8 0 ; Horkheimer, 1 9 6 8 ; Meillassoux, 1977) , o lo "individual estratgico o representado" (Przeworski, 1 9 8 2 , 1 9 8 5 ; Jeln, 1 9 7 6 ; Jeln-Ramos, 1 9 8 2 ; Eider, 1 9 8 1 , 1 9 8 5 ) lo que termina imponindose sobre lo "familiar-domstico". Por otra parte, surge por lo general el problema de considerar e integrar los diferentes niveles de accin presentes en tales relaciones. Es lo "fami-liar-estratgico" (Chayanov, 1 9 7 4 ; Torrado, 1981 , 1 9 8 5 ; Jeln, 1 9 8 4 ; Garca-Muoz-Oliveira, 1982; Margulis, 1980 , 1989; Margulis-Tuirn, 1 9 8 6 ; Corts-Cullar, 1990; Hareven, 1982 , 1990, entre otros) lo que se impone sobre la complejidad reproductiva y cultural, simblica y afectiva de las interacciones domsticas intra y extrafamiliares.3

    1 En tal sentido, consitiero que los estudios sobre familia que han considerado a sta una instancia de "mediacin" (sea para abordar problemas de gnero, de clase o de insercin laboral), a pesar de sus importantes aportes sobre el tema, han servido para mantener esta brecha terica y metodolgica (Zemelman, 1982; Jeln, 1976; Jeln-Baln, 1979; Jeln-Ramos, 1982, entre muchos otros). Al respecto, el peso acadmico creciente de un renovado "individualismo metodolgico" (Przeworski, 1982, entre otros) parece haber estimulado y fortalecido esta tendencia, eludiendo el abordaje de la particular es tructura de relaciones que constituyen las relaciones intrafamiliares y su vinculacin social ms amplia. A la vez que los recientes y numerosos estudios sobre gnero, as como los importantes estudios sobre cursos de vida (Eider, 1985; luirn, 1990), parecen tambin recortar tericamente

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    Esta complejidad nos obliga a formular una distincin analtica que, aunque pueda no ser deseable, parece en principio necesaria: por una parte, las relaciones "familia-sociedad", y por otra, las relaciones "familia-individuos". Esta distincin no pretende afirmar la existencia autnoma de dos tipos empricos de relaciones que operan sobre o desde el mbito de lo familiar-domstico. Por el contrario, se trata de subrayar la impor-tancia analtica de considerar las formas en que se articulan entre s am-bas dimensiones y el carcter relacional de cada una de ellas. En ambos sentidos lo familiar-domstico se vincula con la constitucin y reproduc-cin misma de la complejidad social (macro y micro; estructural y simbli-ca) como un campo particular y propio de teorizacin e investigacin (Chayanov, 1974; Yanagisako, 1979; Margulis, 1980; Hareven, 1982, 1990; Segalen, 1981; Corts-Cullar, 1990; Salles, 1990, 1993).4

    L a primera dimensin (relacin "familia-sociedad") alude a la exis-tencia de una dinmica macrosocial que estructura las condiciones de constitucin y reproduccin de las relaciones domsticas y familiares (fun-ciones y arreglos econmicos, normativos, culturales y de poder). A la vez que tambin implica que tales relaciones, a travs de las funcio-nes y los arreglos internos resultantes (se hallen ellos consensuados, impues-tos o en conflicto), tambin llevan a reproducir o modificar las condicio-nes posibles en que se desarrolla la dinmica macroeconmica, social y cultural.

    L a segunda dimensin (relacin "familia-individuos") busca repre-sentar las formas en que las relaciones domstico-familiares constituyen un campo de relaciones interpersonales (por definicin, inestables y en situacin de conflicto) que operan como estructura de oportunidades para la reproduccin fsica y social de los individuos, as como para el desarro-llo de los comportamientos y posibles cursos de acciones por ellos protagonizadas. A la vez que tales comportamientos y acciones, desple-gados desde el encadenamiento de las relaciones domsticas familiares hacia afuera o adentro de ellas llevan a reproducir o a transformar el

    a las relaciones familiares y domsticas como un "recurso", "situacin" o "contexto" de las acciones, conflictos y estrategias de los individuos.

    4 En este sentido, la consideracin de lo domstico-familiar como "mediacin" (Jeln, 1976; Jelm-Ramos, 1982; Zemelman, 1982; Przeworski, 1982; Eider, 1981,1985) resulta insuficiente en funcin de captar esta compleja y articulada trama de relaciones. Por otra parte, cabe indicar que el particular vnculo analtico entre individuo-sociedad queda en este caso integrado en la nocin del individuo situado en relaciones domstico-familiares, no siendo su especificacin objeto de esta revisin. Tampoco es objeto de estas reflexiones la dimensin psicolgica del individuo y su relacin con el contexto familiar o social ms amplio. Por otra parte, no se pretende aqu refutar la importancia analtica de ambos enfoques.

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    campo y el contenido mismo de las relaciones intrafamiliares y extra-familiares.

    A l respecto, es importante rescatar que la identificacin de esta com-plejidad es en parte recogida en algunos trabajos empricos. Por lo me-nos, en trminos de la especificidad y el carcter dinmico y multifactico que asumen las relaciones domsticas y familiares. En tal sentido, algu-nos autores han destacado la complejidad analtica que resulta de articu-lar tres dimensiones temporales de anlisis para el estudio de cuestiones relativas a lo familiar-domstico: 1) el proceso histrico; 2) la trayectoria familiar; y 3) el curso de vida de los miembros (Yanagisako, 1979; Hareven, 1978, 1982 y 1990; Jelin, 1984, et a l , 1982, entre otros autores).

    Es de observarse que la consideracin de las dimensiones indicadas y de sus diferentes temporalidades posibilita un enfoque alternativo integrador de las relaciones domsticas y familiares como prcticas estructuradas y a la vez estructurantes (Giddens, 1981; Bourdieu, 1979; Oliveira-Salles, 1988; Salles, 1991,1993).5

    De acuerdo con esto, cabe formular algunas proposiciones sobre los determinantes del carcter multifactico y dinmico que parece asumir lo familiar-domstico:

    1) La funcin, organizacin y composicin de la unidad familiar y del grupo domstico tienden a conformarse y a cambiar siguiendo patro-nes de referencia institucionalizados, que se hallan social e histricamente determinados. Sin embargo, no hay por qu esperar una homognea dis-posicin y aplicacin de estos patrones para un mismo momento hist-rico, una misma posicin o localizacin de clase o una misma configura-cin cultural. Ms bien, cabe considerar que tales patrones, aunque funcionen como imperativos econmicos o morales para la accin fami-liar-domstica, encuentran condiciones y predisposiciones de realizacin siempre particulares y variables en el tiempo.

    2 ) E l alcance y dinamismo interno de estos patrones parece depen-der del contenido y de la variacin que experimentan los recursos, dispo-siciones y prcticas (materiales y simblicos) del grupo, de acuerdo con su origen y trayectoria, etapa del ciclo biolgico, localizacin y movili-dad en la estructura social, articulacin con otras esferas institucionales,

    5 Asimismo, cabe destacar que el contenido de las diferentes relaciones sociales consideradas no slo nos debe llevar a identificar prcticas y comportamientos objetivos, sino tambin, valores, normas y signos (Habermas, 1989). Componentes de la accin que en su conjunto hacen de las relaciones domstico-familiares un mbito especfico y dinmico de reproduccin y creacin de smbolos, de formas de convivencia y estilos de vida, atravesado por procesos de reproduccin material y de situaciones dinmicas y especficas de conflicto y de relaciones de poder (Salles, 1991,1993).

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    rupturas y modificaciones en su composicin, etctera. Un conjunto de factores que operan sobre las relaciones que entabla el grupo domstico familiar (como sujeto colectivo) con sus estructuras de relaciones socia-les ms amplias.

    3 ) Estos cambios (en los recursos, predisposiciones y prcticas co-lectivas) tambin emergen como efecto de las relaciones interpersonales que tienen lugar dentro de las familias y grupos domsticos. Ellas, a su vez, se ven condicionadas por las disposiciones y trayectorias particulares de vida de los miembros individuales, como as tambin de la emergen-cia de situaciones conyunturales (internas o externas) que requieren de ajuste en las interacciones y prcticas tradicionalemente desplegadas por el grupo.

    Esta perspectiva, al permitirnos una visin articulada (sociedad/ familia/individuos), abre un campo fructfero de reflexin terica e investi-gacin emprica, el cual no se agota, ni mucho menos, en el estudio de los cambios que registran las funciones sociales de la familia, ni tampo-co en el estudio de su implicacin para el curso de vida de los individuos. En esta lnea, la unidad domstica-familiar puede ser definida como un mbito social, cultural e histricamente situado de interaccin y de organi-zacin de procesos de reproduccin econmica, cotidiana y generacional. Cabe reconocer en dicho mbito un espacio de interrelaciones materia-les, simblicas y afectivas en donde tiene lugar la formacin y socializa-cin primaria de los individuos y el reforzamiento de las actividades, significados y motivaciones que fundamentan las actividades grupales. Un mbito donde tambin se crean y recrean de manera particular rela-ciones sociales de intercambio y de poder, de autoridad, solidaridad y conflicto (Yanagisko, 1979; Jelin, 1984; Oliveira-Salles, 1989a; Corts-Cuellar, 1990; Salles, 1991; Garca-Oliveira, 1993a).

    Familias y unidades domsticas: una dbil articulacin

    Si bien los trminos "unidad domestica" y "familia" son por lo general utilizados en forma indiferenciada, presentan cada uno de ellos una par-ticular especificidad conceptual. Sus diferencias han sido en parte indentificadas por la literatura que ha abordado su estudio para socieda-des urbanas y rurales contemporneas. Sin embargo, el anlisis de las formas en que ambos trminos se articulan y confunden en un mismo campo observable, no ha sido suficientemente explorado.6

    6 Para una revisin de las diferencias conceptuales entre unidad domstica y familia, vanse Yanagizako, 1979; Rapp, 1979; Jelin, 1984. Asimismo, para acercarse a la literatura

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    En la unidad domstica se reconoce una organizacin estructurada a partir de redes de relaciones sociales dadas entre individuos que compar-ten una misma residencia y organizan en comn en armona y conflic-to su reproduccin econmica y social cotidiana. A l mismo tiempo que el concepto de familia queda implicado como un espacio de interac-cin instituido por relaciones de parentesco y normado por prcticas y pautas sociales establecidas (vase Oliveira-Salles, 1989b).

    E n los casos en que el sistema de relaciones familiares (unidad de reproduccin biolgica) adopta un espacio de corresidencia (unidad de residencia), y se establecen relaciones domsticas (unidad econ-mica de produccin y consumo), surge una especificidad conceptual y emprica reconocida: el hogar de tipo familiar. Pero la complejidad de esta articulacin tiende generalmente a resolverse asumiendo como vli-da la identidad y correspondencia conceptual. Es decir, se tiende a subsumir la especificidad familiar bajo la forma de unidad domstica; o, por el contrario, se toma a la institucin familiar como marco de referen-cia terica para el estudio de las relaciones domsticas.

    Es una solucin terica adecuada el manejo de esta corresponden-cia? En dnde reside la debilidad conceptual de esta articulacin? Perm-taseme sospechar que existe cierto descuido en el manejo indiferenciado de esta superposicin. L a inconsistencia reside en el hecho simple, aun-que no tan obvio en la prctica de investigacin, de que uno y otro concep-tos hacen observables fenmenos sociales que son de naturaleza terica diferente. Es decir, ambos conceptos tomados de manera independiente nos remiten a problemas de investigacin por dems fecundos pero fun-dados en cuerpos espistemolgicos distintos.

    De esta manera, a pesar de que se ha formulado una distincin terica entre lo familiar y lo domstico, la utilizacin empricamente indife-renciada de ambos trminos encubre un confusin conceptual y metodo-lgica todava no resuelta. Cabe sealar que la identificacin de algn tipo de relacin "principal" en los hogares, como definitoria de la unidad de anlisis y del esquema interpretativo a utilizar (relaciones de paren-tesco, relaciones de propiedad, relaciones de residencia, etc.) (Yangisako, 1979; Jeln, 1984) no resuelve el problema.7 L a integracin conceptual

    que plantea la necesidad de enfocar las relaciones que articulan a las unidades domsticas y familias con individuos y contextos de relaciones exteriores, vanse Donzelot, 1979; Yanagizako, 1979; Jelin y Feijo, 1980; Jelin, 1984; Lomnitz, 1978). Para una discusin sobre diferentes enfoques sobre la cuestin familiar, vase Salles, 1991 y 1993.

    7 Con ello, lo nico que se hace es especificar (en este caso, desde la perspectiva del grupo domstico) un foco particular de observacin y anlisis, sin resolver la inconsistencia de la superposicin.

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    de lo familiar-domstico, requiere de un esfuerzo adicional de amplia-cin del campo terico de observacin y anlisis. 8

    L a "familia residencial" es por lo general identificada, desde la lite-ratura funcionalista, como un mbito de interacciones sociales en donde tienen lugar, de manera privilegiada y cohesionada, procesos de repro-duccin biolgica, de socializacin primaria y de constitucin de rela-ciones ntimas, e incluso de sobrevivencia econmica (Parsons, 1955; Smelser, 1959; Levi-Strauss, 1956). Estas funciones y prcticas se expli-can a partir de la organizacin institucional que asumen las relaciones de parentesco. Bajo este concepto se estudian el contenido y los alcances de las funciones y normas bsicas asociadas a la familia (reproductiva, socializadora, econmica, hereditaria o afectiva), su relacin funcional con contextos y procesos histrico-culturales ms generales, la disposi-cin de roles y funciones dentro del hogar, el tipo de organizacin inter-na que asume y de relaciones afectivas que entablan sus miembros.9

    Por otra parte, el "grupo domstico", tanto en su forma familiar como no familiar, resulta ser un mbito especializado de produccin y repro-duccin de relaciones econmicas estratgicas (solidarias o de conflicto) que operan como estructuras de oportunidades para los individuos, o para la sobrevivencia y reproduccin social del grupo. En ambos casos, este mbito es asumido como estrechamente vinculado a la estructuracin de procesos econmicos y a relaciones sociales ms amplias. E l uso de este concepto se aplica a las llamadas pautas de reproduccin o estrategias econmicas e intradomsticas de sobrevivencia, al uso de redes sociales de ayuda mutua y reciprocidad, al aprovechamiento que se hace de los

    8 La bsqueda de una definicin alternativa e integradora de esta dualidad se justifica por la necesidad de delimitar el campo y el contenido especfico de las relaciones familiares domstico-residenciales en su proceso dinmico. Por otra parte, este campo de relaciones muestra tener una relevancia emprica suficientemente generalizada (un grupo familiar-residencial presenta formas particulares de composicin, organizacin, trayectoria, ciclo y relaciones, sustantivamente diferentes a las que presenta un grupo domstico-residencial no familiar). Sin que ello signifique descartar la existencia y especificidad de formas ms amplias y vigentes de relaciones de parentesco, redes sociales o formas no familiares de organizacin domstica (Sussman y Burchinal, 1962,1980; Lomnitz, 1978; Yanagisako, 1979; Jelin, 1984; Quesnel y Lerner, 1989). Ni tampoco el hecho, por dems dinmico, de los cambios de composicin, organizacin y funciones que se presentan a lo largo del ciclo y las trayectorias de los hogares familiares (Jelin, 1984; Yanagisako, 1979).

    9 Sin embargo, bajo esta perspectiva queda por lo general ausente el carcter dinmico y conflictivo de las relaciones intrafamiliares, la heterogeneidad e inestabilidad dinmica de su composicin, las vinculaciones ms amplias que entabla la unidad familiar con otras esferas sociales, as como las resultantes culturales y sociales especficas y protagnicas que surgen de tales interacciones sociales. Se llega por lo general a modelos ideales de familia, e incluso de formas "desviadas", sin poder observar su relatividad y dinamismo, su conflictividad interna ni su protagonismo social.

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    recursos materiales del hogar, a los cambios dinmicos que presenta su composicin, a las desiguales relaciones de gnero y generaciones, y a las relaciones de poder que se juegan dentro del mismo. 1 0

    E l concepto de "familia" se centra en la institucin, en el consenso, en las relaciones interpersonales y en la accin normativa. E l trmino "unidad domstica" lo hace en el grupo, el conflicto y la accin estratgi-ca. En la perspectiva familiar "funcionalista" parecen quedar ausentes las interacciones estratgicas y la compleja trama de resultados, situacio-nes y procesos que las relaciones intradomsticas (estratgicas o no) pue-den generar. Mientras que en la pespectiva "estratgica" resulta secunda-rio el abordaje de interacciones de naturaleza normativa o afectiva, quedando desdibujado el nivel cultural-normativo y afectivo que atravie-sa a las relaciones de parentesco y de convivencia.

    Pero ms all de los alcances y las limitaciones que arrastran cada una de ambas conceptualizaciones, su consideracin en funcin de estu-dios empricos no es una tarea fcil. Es justamente en parte la "incomuni-cacin" terica la que limita el campo de identificacin de la especificidad y complejidad que revisten las relaciones domstico-familiares. Por el momento, cabe por lo menos reconocer la doble especificidad no excluyente que puede alcanzar nuestro objeto de estudio: a) como cam-po de relaciones familiares y b ) como campo de relaciones domsticas.

    Estoy convencido de que la solucin al problema exige tanto asumir la integracin de las dimensiones relacinales indicadas en el apartado anterior (sociedad-familia-individuo), como poder reconocer la multipli-cidad de componentes y sentidos de la accin que intervienen en las rela-ciones domsticas y familiares (acciones estratgica / normativa / drama-trgica / comunicativa / afectiva). Esta ltima consideracin nos remite al siguiente apartado.

    Estrategias familiares: un concepto en discusin

    Una preocupacin de buena parte de los estudios econmicos o socio-demogrficos y sociohistricos sobre unidades domsticas (familiares o

    1 0 En este caso, si bien esta perspectiva permite tomar en cuenta el carcter dinmico y conflictivo de las relaciones sociales y de parentesco en su relacin con contextos ms amplios, llega a incurrir en algunas contradicciones y falacias. No queda suficientemente definida la delimitacin del sujeto-actor que evala alternativas y recursos, define el plan de accin y es portador de la misma; y en casi todos los casos, la accin (individual o colectiva; consciente o inconsciente) queda casi siempre reducida a un sentido estratgico (existan o no alternativas y planes de accin; se trate de una accin social estratgica o de otra naturaleza).

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    no familiares) alude a las e s t r a t e g i a s de reproduccin que llevan adelan-te tales grupos en funcin de su sobrevivencia o movilidad social. 1 1

    Ms especficamente, un conjunto importante de trabajos (gran par-te de ellos realizados en Amrica Latina) se han interrogado respecto de cmo logran reproducir su existencia ciertas clases, fracciones y grupos sociales especialmente a nivel de los sectores populares a pesar de las restricciones en trminos de empleo, ingreso y consumo que impone el modelo de desarrollo en sociedades capitalistas atrasadas (Duque-Pastrana, 1973; Lomnitz, 1978; Torrado,1976; Jeln,1984; Hintze, 1987). En esta misma lnea, ms recientemente se ha asignado a dichas estrate-gias la capacidad de contrarrestar o reducir el deterioro en los niveles de vida causados por las polticas de estabilizacin y cambio estructural (Cor-nia, 1987; Corts-Rubalcava, 1991).

    En estos casos, el acento ha estado puesto en el concepto de "estra-tegias de superviencia familiar" (Duque-Pastrana, 1973) como un mecanis-mo de los sectores populares para proveerse de los recursos monetarios y no monetarios, incluyendo acciones y reivindicaciones colectivas (Ariz-pe,1980; Hintze, 1987), necesarios para su sobrevivencia. Sin embargo, a principios de los ochenta, el alcance restringido del sentido de la accin (supervivencia), su orientacin privilegiada hacia los sectores populares, y el carcter centralmente "racional" e "instrumental" de la accin involu-crada, le valieron ms de una crtica (Arguello, 1981; Torrado, 1981, 1985).

    Con el objeto de superar estas objeciones, Torrado (1981,1985) pro-puso el concepto de "estrategias familiares de vida", el cual fue poste-riormente ampliado a travs del concepto de "estrategias reproductivas" (en su sentido amplio). Ambos conceptos apuntan a encarar el estudio de

    1 1 En la perspectiva econmica, vese Chayanov (1974) quien a nivel de comunidades rurales seal la existencia de un conjunto de actividades desplegadas por las familias, orientadas por motivos conscientes e inconscientes, para garantizar su sobrevivencia. En la perspectiva socioeconmica y sociodemogrfica latinaomericana, pueden consultarse: Duque y Pastrana, 1973; Lomnitz, 1978; Torrado, 1976,1981,1985; Garca-Muoz-Oliveira, 1982; Margulis, 1980, 1989; Margulis-Tuirn,. 1986; Tuirn, 1993; entre otros. Fuera de la regin podemos encontrar la aplicacin de este concepto a las prcticas familiares en: Bourdieu, 1976; Hareven, 1978,1982,1990; Tilly y Scott, 1978; Anderson, 1971; entre otros. Para una revisin crtica del uso del concepto, vase Arguello, 1981; Crow, 1989; Oliveira-Salles, 1989a; Gonzlez de la Rocha y otros, 1990; Selby y otros, 1990; Tuirn, 1990,1993. En particular, los estudios sobre mujeres y gnero han llamado la atencin sobre los falsos supuestos de unidad y prcticas solidarias y equitativas dentro del hogar que implica el concepto (De Barbieri, 1984; Garca-Oliveira, 1993a y b; Gonzlez de la Rocha, 1987). Aunque, asimismo, resulta utilizado a nivel de las prcticas laborales y domsticas de las mujeres (Garca-Oliveira, 1993b).

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    comportamientos demogrficos, socioeconmicos y de manuntencin cotidiana de los grupos domsticos y de las familias, tomando como fac-tores explicativos o intervinientes las condicionantes econmicas y so-ciales de existencia (Oliveira-Salles, 1988). En ellos se define a las estrate-gias familiares o de reproduccin como u n c o m p o r t a m i e n t o f u n d a m e n t a l d e l i b e r a d o o n o t e n d i e n t e a l a reproduccin biolgica, m a t e r i a l y simblica de l a u n i d a d domstica y de l o s i n d i v i d u o s . 1 2

    Por otra parte, desde una trayectoria distinta (desde la historia so-cial), y debiendo enfrentar problemas societales diferentes (la moderniza-cin e industrializacin de las sociedades capitalistas avanzadas), la lite-ratura social anglosajona ha llegado tambin a la necesidad de identificar el fenmeno de la "estrategia familiar". En este caso el concepto se defi-ne como u n c o n j u n t o de decisiones y planes f a m i l i a r e s i n t e r r e l a c i o n a d o s que g o b i e r n a n l a composicin, l o s m o v i m i e n t o s m i g r a t o r i o s , e l c o m p o r -t a m i e n t o demogrfico, l a participacin de l a f u e r z a de t r a b a j o y l o s p a -t r o n e s de consumo (Hareven, 1990).13 En este caso, la definicin hace referencia a opciones y decisiones familiares tomadas en el presente, en funcin del futuro inmediato o de las necesidades de largo plazo (Goldin, 1981). Se parte del supuesto de que los individuos y las familias desplie-gan acciones instrumentales de acuerdo a cierta evaluacin de priorida-des y a un plan de accin coherente (qu, cmo y cundo), en respuesta a condiciones econmicas externas (de expansin o contraccin), y de acuer-do a la estructura "establecida" de valores sociales.1 4

    Sin duda, ambos enfoques han mostrado su validez al permitir la identificacin de cambios histricos fundamentales en la composicin, organizacin y formas de reproduccin de los hogares. En igual sentido, el grupo domstico-familiar ha podido ser recuperado como un "sujeto activo" frente a los factores estucturales y los procesos sociopolticos y

    1 2 Este enfoque prolifer a nivel de los estudios sociodemogrficos latinoamericanos de los ochenta. A partir del enfoque econmico-reproductivo se ampli el anlisis a procesos de reposicin de individuos y de relaciones sociales, incorporando la dimensin simblica (Oliveira-Salles, 1988). Este enfoque as articulado recibi un estmulo significativo a partir de la discriminacin analtica de diferentes condiciones estratgicas de reproduccin de los hogares (sociodemogrficas y socioeconmicas), y con el desarrollo de tcnicas y recursos para el anlisis estadstico multivariado.

    1 1 Tambin Hareven (1982), Goldin (1981), Eider (1981), etc., citados por la autora, debido a su particular contribucin a la consideracin de la dimensin temporal y la articulacin en diferentes niveles (curso familiar/ curso histrico y curso individual/curso familiar).

    1 4 He aqu una perspectiva interesante ampliamente enfatizada por los estudios histricos sobre familia en Estados Unidos que busca integrar factores tanto econmicos como culturales para explicar las acciones que emprende el grupo (Hareven, 1978, 1990). Sin embargo, no queda suficientemente claro quin es el sujeto de la accin.

  • N O T A S CRTICAS 155

    de crisis. 1 5 A l respecto se ha podido observar que los procesos sociales no slo involucran relaciones entre individuos y estructuras, sino que el papel del actor colectivo familiar-domstico puede y debe ser conside-rado (Anderson, 1971; Til ly y Scott, 1978; Hareven, 1978,1982; Torrado, 1976,1981,1985).

    Sin embargo, son varias las crticas que pueden hacerse a las defini-ciones del concepto de "estrategia" tal como es utilizado por estos enfo-ques. A l respecto, resulta pertinente guiarnos por la distincin analtica entre: 1) la dimensin familia/sociedad, y 2) la dimensin familia/indi-viduos. 1 6

    En cuanto a la dimensin "familia/sociedad", el enfoque anglosajn le asigna al grupo familiar atributos predefinidos de "racionalidad" y "con-ciencia", los cuales cumplen con la funcin de garantizar una ptima adaptacin al contexto econmico y normativo establecido. En este caso, se concibe al grupo familiar como agente que rene y reproduce los atri-butos propios de los individuos (Smith, 1987, citado por Tuirn, 1990). En igual sentido, en el enfoque sociodemogrfico y econmico latinoa-mericano la relacin del grupo domstico con el contexto socioeconmico y poltico comporta mecanismos casi automticos de adaptacin aun-que no necesariamente "conscientes" fundados en una subyacente racionalidad econmica. De esta manera, la idea de estrategia en ambos enfoques supone situaciones en donde siempre existe un sistema de op-ciones y agentes en condiciones de optar racionalmente de acuerdo con ciertas preferencias. Sin embargo, se ha sealado que los hogares de es-

    1 5 Asimismo, ambas perspectivas, cada una a su manera y por motivos diferentes, han cuestionado el supuesto clsico funcionalista sobre la organizacin y las funciones "fundamentales" de la familia (la familia "nuclear aislada"), como un hecho articulado de manera funcional con el proceso de industrializacin y modernizacin social. Al respecto, estudios empricos centrados tanto en la sociedad norteamericana como en sociedades perifricas han mostrado la irregularidad de tales cambios, as como la heterogeneidad que asumen la organizacin y las funciones socioeconmicas de las familias, dependiendo tanto del ciclo econmico como de las localizaciones tnicas, regionales o de clase, factores culturales y cursos de vida familiares e invididuales (Hareven, 1978; Eider, 1981; Tilly y Scott, 1978; Garca-Oliveira-Muoz, 1982; Gonzlez de la Rocha, 1987; Salles, 1993).

    1 6 En cuanto a la articulacin de estas dos dimensiones, el problema parece ser ms complejo. Al respecto han surgido reflexiones que ponen de relieve las relaciones sociales que estructuran las opciones de los individuos y grupos, y el papel que en este marco tienen las estrategias como prcticas sociales realizadas consciente o inconscientemente para mantener o cambiar la posicin social de los sujetos que las ejecutan (Bourdieu,1976). En este caso, las prcticas sociales son concebidas como acciones estratgicas (no necesaria u originalmente "racionales"), realizadas en los "lmites macroestructurales" que impone el medio histrico y las identidades de clase, siendo a la vez dichas prcticas elementos constituyentes de las estructuras (Bourdieu,1976; Giddens, 1981; Oliveira-Salles, 1988).

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    casos recursos se enfrentan muchas veces a una falta objetiva de alternati-vas. Asimismo, en stos, como en cualquier otro tipo de hogar, las prc-ticas reproductivas siguen muchas veces trayectorias imperativas o se constituyen como resultado no buscado de condiciones de existencia (Crow, 1989; Selby y otros, 1990; Salles, 1990,1993).17

    En ambos casos, la especificidad y la complejidad de las formas en que se vincula el grupo familiar con la estructura de relaciones sociales, los diferentes tipos de "acciones" y "arreglos" colectivos que el hogar puede protagonizar y los modos complejos en que se "coordina la ac-cin" a n i v e l de u n a c t o r c o l e c t i v o , son aspectos que no quedan s u f i -cientemente c o n s i d e r a d o s .

    Por otra parte, a nivel de las relaciones "familia/individuos", el estu-dio de las estrategias familiares presenta diferencias sustantivas segn sea el enfoque utilizado. E l enfoque reproductivo, al no considerar en su especificidad esta dimensin, tiende a ocultar el contenido de las relacio-nes intrafamiliares. E l supuesto bsico es que el hogar acta como una unidad, de forma tal que las identidades de todas y cada una de las perso-nas relacionadas con el grupo quedan subsumidas dentro del colectivo. Las relaciones conflictivas entre los miembros de la unidad domstica familiar quedan ocultas bajo el supuesto implcito de que el grupo opera de manera homognea y cohesionada (Gonzlez de la Rocha, 1990).

    En cambio, el enfoque anglosajn considera que las unidades do-msticas estn constituidas por individuos con diferencias de edad, g-nero, ocupacin, trayectoria, etc., cuyas predisposiciones, motivaciones y estrategias pueden o no coincidir con los intereses y las estrategias que lleva a cabo el grupo (Eider, 1981, 1985). En este caso, esta dinmica forma parte constitutiva tanto de las relaciones intrafamiliares como de las estrategias colectivas a las que puede arrivar el grupo familiar (Hareven, 1982,1990). Pero ms all de que esta lectura pueda conside-rarse como un interesante aporte, al mismo tiempo se asume sin mu-cha discusin un modelo de individuo "estratgico" y de relaciones normativas y de poder "cristalizadas" (as como antes asuma de hecho el modelo de "accin estratgica" y de normas sociales "establecidas" a

    1 7 Salles (1990) llama la atencin sobre estos imperativos y resoluciones ineludibles que no significan una opcin: arreglos que producen relaciones familiares particulares, no obstante ellas son gestadas a travs de la fuerza de los mecanismos sociales de compulsin. Esta condicin, seala la autora, remite a la problemtica trabajada por Przeworski (1982) referida a la estructura de las opciones posibles a nivel del individuo y su relacin con los determinantes macrosociales. Una perspectiva similar debera considerarse en funcin, no slo de los individuos y de las relaciones intrafamiliares, sino de las relaciones domsticas y familiares tomadas como agentes colectivos.

  • N O T A S CRTICAS 157

    nivel de la unidad familiar). Los individuos parecen siempre operar en funcin de actitudes "egostas", o de condiciones "normativas impues-tas", o de "relaciones de poder cristalizadas".

    Es e v i d e n t e que en n i n g u n o de ambos enfoques cabe l a e x i s t e n c i a de acciones "consensuadas", " d r a m a t i z a d a s " o " c o m u n i c a t i v a s " (Haber-mas, 1989); n i l a i n e s t a b i l i d a d y p o l i v a l e n c i a de l a s r e l a c i o n e s de p o d e r (Foucault, 1978); n i e l c o n t e n d i d o a f e c t i v o (tico o esttico) en l a d e f i n i -cin de t a l e s r e l a c i o n e s y p a t r o n e s de accin (Simmel, 1987; Maffesoli, 1988).

    En este sentido, es claro que en cualquier caso el complejo campo afectivo, simblico y normativo de las relaciones intrafamiliares (Salles, 1990) queda casi siempre excluido de los anlisis que se llevan a cabo bajo el concepto de "estrategia".18

    Comentario final

    Algunos de los autores aqu revisados postulan una recuperacin del individuo y de su trayectoria de vida como unidad de anlisis, ubicando a la estructura y dinmica familiares como contexto o recurso (entre mu-chos otros) que condiciona las trayectorias y los eventos de los sujetos individuales. Esta postura, en muchos aspectos fructfera y complemen-taria, ha desviado el centro de anlisis sin resolver en realidad el proble-ma terico y metodolgico de fondo que encierra el estudio de la familia y de los hogares como estructura compleja de relaciones particulares.

    A l respecto, resulta pertinente reivindicar a las relaciones domsti-cas y familiares como una unidad de anlisis vlida para el estudio de lo social. Para ello, tal unidad de anlisis, pensada como "totalidad comple-ja y dinmica", debe incluir las dimensiones relacinales "familia/socie-dad" y "familia/individuo", as como una dimensin analtica capaz de articular ambos campos.

    Por otra parte, parece tambin insuficiente, y en parte cuestionable, explicar los comportamientos reproductivos de las familias y los grupos domsticos como resultado exclusivo de la emergencia unvoca y mec-nica de arreglos econmico-estratgicos. Tales arreglos son generados por la unidad domstica-familiar en el sentido de dar respuestas de "sobrevivencia", o incluso de "movilidad social", frente a situaciones

    1 8 Esta crtica reposa en una fructfera observacin de acciones que surgen a partir le mundo-de-vida y se dirigen hacia el mundo sistmico a instancias de sujetos actuantes :n la dimensin del mundo-de-vida (Habermas, 1989; tambin citado por Salles, op. c i t . ) .

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    de crisis y de cambios socioeconmico estructurales. En tal sentido, las crticas formuladas en el apartado anterior nos remiten a explorar las condiciones intra y extrafamiliares que hacen posible una estrategia co-lectiva. A la vez que apunta al problema del poder y al mundo normativo y afectivo como componentes ineludibles de las prcticas y arreglos domsticos.

    Asimismo, los sealamientos aqu presentes convocan a hacer observable un conjunto de relaciones que no pueden ser inferidas a partir del anlisis de datos estadsticos, sino que invitan a un esfuerzo terico y emprico de tipo ms hermenutico. Por lo tanto, creo que el estudio de las relaciones domsticas y familiares consideradas como una "totalidad compleja" nos obliga a dar respuesta a tres desafos fundamentales:

    / j E l de rescatar la dimensin de lo cultural y de la vida cotidiana en los estudios de familia (Salles, 1990) , e incorporar el inestable y frgil campo de las relaciones afectivas, y al hacerlo, revisar la reaparicin so-cial contempornea del "clan" (Maffesoli, 1988) y la interdependencia de la atraccin y el rechazo afectivo en los agregados humanos (Maffe-soli, 1988 ; Simmel, 1987) .

    2 ) E l de resolver el saludable malestar analtico que genera el uso indiscriminado del concepto de estrategia familiar (Arguello, 1 9 8 1 ; Torrado, 1 9 8 5 ; Crow, 1989 ; Gonzlez de la Rocha y otros, 1990 ; Selby y otros, 1 9 9 0 ; Tuirn, 1 9 9 0 y 1993) . Para lo cual no slo cabe diferenciar, en los movimientos coordinados y conflictivos de la accin, los diferen-tes componentes de la misma (Habermas, 1989) , sino que tambin se necesita identificar claramente el tipo de actor y de accin en juego en cada situacin concreta de anlisis.

    3 ) E l de poder combinar e integrar, desde una perspectiva terico-metodolgica interdisciplianaria, la utilizacin de tcnicas estadsticas multivariadas con el estudio en profundidad de las representaciones y smbolos culturales presentes y en conflicto en las relaciones intrafami-liares. Esto ltimo, no slo en funcin de un acercamiento conceptual ms preciso sino con el objetivo fundamental de captar y comprender un campo de relaciones sustantivo y especfico.

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