La Formacion de La Totalidad en Podemos

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La formación no pretende representar los sentimientos de una parte, sino a la totalidad Jose María Ruiz Soroa es abogado. Podemos no pretende representar a unos intereses o sentimientos políticos faccionales, sino a todo el pueblo, entendido como totalidad indivisa, preexistente y antagónica de eso otro que termina por ser inevitablemente el no-pueblo. En este sentido, la propuesta de Podemos de comprensión y tratamiento del espacio político contradice directamente al pluralismo democrático y, en ese preciso sentido, Podemos es totalitario. Esta consecuencia es inexorable porque la definición de la subjetividad protagonista del movimiento se hace en unos términos tan genéricos que sus límites coinciden con los de la misma sociedad. Cierto que el partido político predominante en las democracias actuales, el catch-all-party, también pretende atraer a cuantos más posibles segmentos de intereses sociales mediante la técnica de rebajar su dosis de identificación ideológica y presentarse retóricamente como el paladín de todos, pero ello no pasa de ser una técnica electoral. Pero en el caso de Podemos su estrategia discursiva es su substancia política: una vez que se define de forma “total” al sujeto resulta que no queda espacio (espacio legítimo o moral queremos decir) para ninguna otra

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La formacin no pretende representar los sentimientos de una parte, sino a la totalidad

Jose Mara Ruiz Soroa es abogado.

Podemos no pretende representar a unos intereses o sentimientos polticos faccionales, sino a todo el pueblo, entendido como totalidad indivisa, preexistente y antagnica de eso otro que termina por ser inevitablemente el no-pueblo. En este sentido, la propuesta de Podemos de comprensin y tratamiento del espacio poltico contradice directamente al pluralismo democrtico y, en ese preciso sentido, Podemos es totalitario.Esta consecuencia es inexorable porque la definicin de la subjetividad protagonista del movimiento se hace en unos trminos tan genricos que sus lmites coinciden con los de la misma sociedad. Cierto que el partido poltico predominante en las democracias actuales, el catch-all-party, tambin pretende atraer a cuantos ms posibles segmentos de intereses sociales mediante la tcnica de rebajar su dosis de identificacin ideolgica y presentarse retricamente como el paladn de todos, pero ello no pasa de ser una tcnica electoral. Pero en el caso de Podemos su estrategia discursiva es su substancia poltica: una vez que se define de forma total al sujeto resulta que no queda espacio (espacio legtimo o moral queremos decir) para ninguna otra parte social que, por definicin, no puede existir sino como la antisociedad o el antipueblo.En sus declaraciones pblicas late este totalitarismo de nuevo cuo. Cuando afirman que no son de derechas o izquierdas, centralistas o nacionalistas, sino que son demcratas y punto, no estn practicando una retrica simplona (o abusando de una indefinicin tctica que les conviene ahora), sino que estn definiendo su representacin en unos trminos tan amplios que expulsan inmediatamente a todos los dems del campo de juego, convirtindolos en no-demcratas. Cuando volvemos a escuchar calificativos que nos suenan tan inslitos como el de enemigos del pueblo aplicada a los polticos que defraudan o se corrompen, como propona Pablo Iglesias en Barcelona es porque, en su marco discursivo, los corruptos no son tanto delincuentes como seres que estn por fuera del pueblo.