La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar...

17

Transcript of La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar...

Page 1: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición
Page 2: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

JULIAN A. BISIO

La Gracia de Dios

UBRERIA EDITORIAL CRISTIANA S. R. L. Estados Unidos 694 - Buenos Aires

República Argentina

Page 3: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

PREFACIO

LA GRACIA DE DIOS es "El tema encantador" que da regocijo al alma salvada y que sostiene al creyente en su vida terrenal hasta aquel día de gloria cuando llevará el Señor a los suyos salvados por gracia divina.

El tema tan hermoso de la gracia de Dios es inagotable, y mucho se ha escrito sobre él, pero no lo suficiente para abarcarlo todo; y en la Palabra de Dios siempre hallaremos cosas nuevas que nos revelan grandes maravillas que El hace por nosotros por Su gracia.

Con satisfacción puedo recomendar la lectura de estas páginas en donde el autor encara este importante tema en cinco diferentes capítulos en una variada exposición amena, cuyo detenido examen puede resultar en verdadera bendición para todo creyente.

Deseo vivamente que esta pequeña obra pueda resultar en un mayor aprecio de la verdad de la gracia de Dios, y que pueda llevarnos a profundizar más en ella para elevar a Dios mayor alabanza y seguir la exhortación de Su Palabra que nos dice:

«Mas creced en la gracia y conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo».

ftÅâxÄ ftÅâxÄ ftÅâxÄ ftÅâxÄ j|ÄÄ|tÅáj|ÄÄ|tÅáj|ÄÄ|tÅáj|ÄÄ|tÅá

Page 4: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

INTRODUCCIÓN

Querer explicar y profundizar lo que es la gracia de Dios para el ser humano, es tarea que escapa a las posibilidades del hombre, tanto en la esfera del intelecto, como en la del espíritu. Así como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición que pueda ser captada por nuestra percepción limitada; de lo que es su GRACIA.

La acepción de que "gracia es un don inmerecido", nos hace admitir hasta dónde podemos comprender, cuan grande es nuestra indignidad y cuan inmerecidos los favores divinos que nos son otorgados.

Podemos afirmar con gratitud y alegría, que el tema de todos los tiempos es: LA GRACIA DE DIOS. Cada vez que leemos la declaración de San Pablo a los Corintios, nos apropiamos de ella y bendecimos al Señor porque "por la gracia de Dios, soy lo que soy, y su gracia no ha sido en vano para conmigo". (I Corintios, Cap. 15, v. 10.)

¡Quiera hacer el Señor que estas breves consideraciones, nos lleven a apreciar y gozar más de ella y de sus benditos beneficios!

Page 5: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

CAPÍTULO I

LA GRACIA PROVEYENDO

Toca al apóstol Pedro, entregarnos revelaciones dadas por el Espíritu Santo, descorrer el velo del misterio del Evangelio, para mostrarnos lo que la Gracia de Dios había realizado antes de la fundación del mundo.

Cuando el pecado hizo su obra mortífera, primeramente en Eva y luego en Adán, la justicia tuvo que ser aplicada. Dios había dicho: "El día que de él comiereis, moriréis" y como consecuencia de la desobediencia, nuestros padres murieron, es decir, tuvieron que ser apartados o separados de la presencia del Señor. Pensando en las palabras que encontramos en la primera carta de Pedro, se advierte cómo la Gracia de Dios había sido manifestada antes de la creación del mundo.

Podemos afirmar con vergüenza, que nuestro pecado produjo en el corazón de nuestro Dios, un dolor que no podemos describir, porque el fracaso nuestro, de ninguna manera va a ser recibido con gozo en las esferas celestiales, pero sin embargo, debido a la flaqueza humana, entró en actividad la Gracia, porque "cuando el pecado creció, sobrepujó la Gracia".

El padre que sabe que su hijo va a fracasar por su desobediencia, espera la manifestación de la culpa para aplicar el castigo; esto nos habla de la justicia, pero aunque en aras de esa justicia tenga que castigar al trasgresor, no lo va a hacer con gozo, sino con el corazón lacerado por el dolor; esto nos muestra el amor. Ahora bien, cuando ese padre, sabiendo que su hijo rebelde va a caer, se aboca a la confección de un plan, para que ese hijo tenga la posibilidad de rehabilitarse aun cuando no lo merezca: entra entonces en acción, el favor que no merecemos, o sea: la Gracia.

Inmediatamente después de la caída, Dios como un Padre amante, manifiesta su Gracia en la acción y en la promesa. En la acción tenemos dos actitudes que parecen formar una paradoja pero que no lo son. En primer lugar: Dios en su Gracia quita los inútiles delantales de hojas de higuera y cubre la desnudez que da lugar a la vergüenza, con pieles de animales sacrificados para quitar el motivo de esa vergüenza. ¿Vemos la Gracia? Creo que es fácil advertirla: provee el vestigio que cubrirá la consecuencia de la culpa. El cordero ordenado antes de la constitución del mundo, cubre nuestra desnudez y quita nuestra culpa, realizando una obra completa.

La sangre de los animales muertos para vestir a Adán y Eva, no tenía ningún valor ni poder; por esa causa, el Señor en su Gracia toma la segunda actitud: Ordena que una "espada encendida que se revolvía a todos lados" guardara e impidiera que el hombre en sus pecados se acercara a tomar del árbol de la vida. Aún en esta disposición de justicia vemos manifestada la Gracia, porque el Señor anhela para el hombre una rehabilitación perfecta. ¿Qué sería del mundo si Adán en sus pecados hubiera tomado del árbol de la vida? Se hubiesen producido dos efectos que impedirían nuestra felicidad. En primer lugar —y esto lo digo con reverencia— el concepto que tenemos sobre la incólume santidad de Dios no podría ser sostenido por nadie, al permitir que un ser contaminado por el pecado no muriera. No olvidemos su terminante mandato: "Sed santos por qué Yo soy Santo".

En segundo lugar, ¿qué sería un mundo habitado perpetuamente por individuos entregados a la práctica del pecado? Tengamos en cuenta que aquéllos que somos regenerados por el Espíritu Santo al creer en Cristo Jesús, tenemos —a pesar de nuestras flaquezas y también pecados— aversión al pecado. Las palabras de San Juan se hacen presentes cuando el creyente por su debilidad peca y luego, arrepentido, pide al Señor que lo perdone. "El que es nacido de Dios

Page 6: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

no hace pecado". No lo hace con la fruición del impío que se regodea en él, lo comete porque a veces cae bajo el poder de la tentación que lo lleva a realizar aquello que no conviene.

Como consecuencia, el Espíritu Santo nos muestra nuestra miserable condición y nos redarguye para que vayamos a Cristo. Al hacerlo, recibimos una vida perfecta, santa y pura de alcances eternos, mucho más hermosos y benditos que la que hubiéramos recibido si Adam hubiese podido tomar del árbol de la vida.

Después de la caída es cuando el Señor hace la promesa de Gracia que proveería de un vencedor de la serpiente. En esta promesa se publica de parte de Dios lo que en su Gracia ya había preparado antes de la fundación del mundo. Dice a la serpiente: "Esta te herirá en la cabeza y tú la herirás en el calcañar". Ni Adam ni nosotros, merecemos que el Señor muera por nuestros pecados, pero allí se manifiesta su Gracia; no lo merecemos, pero el Salvador viene, para ser herido en el calcañar.

Luego se cumple la bendita promesa y con su obra redentora y la resurrección; la simiente de la mujer hiere a la serpiente en la cabeza, brindándonos el gozo de saber que adoramos a un Cristo que vive para siempre y que nosotros viviremos con El.

La promesa a la mujer es otra manifestación de Gracia de parte de Dios, porque como dice San Pablo: "La mujer, siendo seducida, vino a ser envuelta en transgresión" y "viendo que el árbol era bueno para comer y que era agradable a los ojos y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría: y tomó de su fruto y comió y dio también a su marido el cual comió así como ella". Preguntamos: "¿Merecía la mujer un honor tan alto? ¿Merecía ser el instrumento por el cual el Dios Eterno habría de manifestarse como hombre? ¡Así es la gracia de Dios! Cuando Juan el Bautista puede señalarle y anunciar: "He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo", nosotros podemos decir con Pedro: "... sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya ordenado de antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postrimeros tiempos por amor de vosotros". (I Pedro, capítulo 1, v 19 y 20).

Page 7: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

CAPÍTULO II

LA GRACIA DE DIOS ESCOGIENDO

En la carta a los Efesios el Espíritu Santo utiliza a San Pablo para mostrarnos la Gracia de Dios por su acción escogedora. Mirando ligeramente, esto se confunde con el verbo elegir, pero no es sinónimo por cuanto nos habla de algo más positivo.

En la elección tenemos la idea de un propósito, pero en el escoger tenemos la acción o sea el propósito cumplido. ¡Y de qué manera!.

Dice el apóstol: "Según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fué-semos santos y sin mancha, delante de El en amor". (Efesios, capítulo 1, v. 4).

Nos preguntamos maravillados: ¿cómo es posible que Dios me haya escogido, siendo como soy un miserable pecador? No solamente esto, sino enemigo de ánimo y en malas obras. ¿Cómo es posible que un ser despreciable como yo haya sido escogido para tan alto destino? ¡No pretendo explicar por que el Señor realizó este milagro! Lo único que puedo decir es que no lo sé, no lo entiendo, pero que cuando medito en tan maravilloso acto de parte de Dios, son más preciosos para mi alma; la persona y méritos de nuestro amado Señor y Salvador Jesucristo.

Antes que los mundos fuesen formados y que todo ese grandioso testimonio de la Omnisciencia, Omnipotencia y Omnipresencia de Dios, que es la creación entera, surgiera de la nada por la Palabra de su potencia, la Santa Trinidad estuvo ocupada en un plan de Gracia para el hombre que aún no había surgido de sus manos de artífice divinal.

Algo que siempre me ha llamado la atención es precisamente esto; que el hombre no fue manifestado como las otras obras creadas por el poder de la Palabra. Nos dice el Génesis que Dios dijo: "Hagamos al hombre"; acto seguido tomó barro y lo plasmó, lo formó; lo modeló con sus divinos dedos. ¿No vemos aquí que el Señor ya tenía para con nosotros un trato preferencial? ¡No solamente nos modeló, sino que nos dio el alto honor de hacernos a su imagen y semejanza! Esta declaración Bíblica ha dado lugar para que muchos se formasen la idea de Dios con forma de hombre, pero no hay nada más equivocado. Para los tales es bueno hacerles recordar las palabras de Jesús a la mujer samaritana: "Dios es espíritu".

Al hablar de imagen, ello nos lleva a pensar en las facultades divinas, que en nosotros se llaman sentidos. Así como Dios habla, nosotros hablamos, así como Dios oye, nosotros oímos, así como Dios ve, nosotros vemos, así como Dios palpa, nosotros palpamos y así como Dios huele, nosotros olemos. ¡Claro está, dentro de las limitaciones que son propias al hombre y menguadas aun después de la caída por el pecado!.

Alguno dirá: ¡También los animales tienen esas facultades! Si, es verdad, pero no nos olvidemos que a ellos les fueron dadas en un plano muy inferior y dentro de un uso de conservación de la especie y nada más. Una vez que el irracional termina su ciclo vital, deja de ser.

Es en su semejanza donde el Creador nos ha dado lo de valor superior. Es en la personalidad moral e intelectual donde el hombre se eleva de una manera que no puede ser igualada por otros seres.

En su gracia infinita, Dios hizo al hombre rey y señor de todo lo creado y para ello puso en él espíritu de vida. Notamos que sopló sobre él; es decir, le dio su aliento haciéndole partícipe de una naturaleza eterna. En consecuencia, como Dios, el hombre tiene mente, tiene afectos, tiene personalidad inmortal, es decir, que tanto en el cielo como en el infierno, jamás dejará de ser. Como resultado del conocimiento del bien y del mal, tiene conciencia o dicho de otra manera, tiene en sí mismo, el testimonio de su bondad o de su maldad, de su obediencia o desobediencia, de su culpa o de su libertad de culpa. ¡Tenemos que dar gracias a Dios por la conciencia! Ella es una nueva demostración de su Gracia, porque si nosotros hemos

Page 8: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

ido a Cristo Jesús y sido salvos, lo hemos hecho bajo una conciencia despertada por el Espíritu Santo al mostrarnos por la Palabra, la condición de culpabilidad inexcusable ante la santidad de Dios.

El Salmo 51 nos habla del gemido implorante de un alma angustiada por una conciencia despertada y acusadora. Bajo un estado similar, hemos sentido la necesidad del perdón y al recibir a Cristo como nuestro Salvador, el Padre nos ha escogido (tomado) de un mundo perdido y miserable, para ser santos y sin mancha "delante de El en amor".

La declaración apostólica nos debe hacer meditar profundamente en los propósitos del Señor. ¡Hacernos santos y sin mancha delante de El!

En la santificación realizada de parte de nuestro Dios, vemos una acción relacionada con la elección y el escogimiento. Es lo que forma un nexo entre ambas. Por consiguiente, el orden es así: primero la elección, luego la santificación (esto es, puesto aparte), y luego el escogimiento; tomados en sus manos.

Ello nos lleva a gozarnos en las palabras del Señor en San Juan, capítulo 10: "Nadie las puede arrebatar (a sus ovejas) de las manos de mi Padre".

En consecuencia, Dios nos santifica en su gracia y nosotros tenemos que alcanzar el otro aspecto de la santificación que ya demandaba de su antiguo pueblo y nos repite a nosotros en el Nuevo Testamento: "Sed santos porque yo soy Santo".

El primer aspecto de la santificación es obrado por Dios al apartarnos para sí; el segundo aspecto es obrado por nosotros con la ayuda del Espíritu Santo cuando obedecemos la Palabra y oramos en el Espíritu. El creyente se santifica cuando se aparta del pecado. Apartarse de toda especie de mal, es santificarse. No debemos olvidar que ello debe manifestarse primero en el corazón.

De nada vale que practiquemos el monacato si nuestros apetitos trascienden el espesor de los muros conventuales, haciendo que todo nuestro ser moral y sensitivo, vague por la esfera del deseo y atracción de las prácticas mundanales. ¡No puede haber santidad real y positiva, si antes no hay un cambio de corazón!

La santidad que Dios demanda de nosotros, es precisamente, la que da testimonio del poder regenerador del Evangelio. Debemos ir al mundo llevando el mensaje del Señor, convivir con los pecadores, sufrir con ellos, simpatizar con sus alegrías —siempre que sean honestas—, pero demostrar que en nosotros hay algo que ellos no tienen, algo que supera sus goces y diversiones y estar entre ellos y no practicar sus pecados. ¡Ello les llevará a una meditación saludable!

La declaración apostólica de que somos epístolas vivas y leídas de todos los hombres, se verifica cuando brindamos una convincente declaración de fe por nuestra manera de vivir, apartándonos de toda especie de mal y viviendo para glorificar al Señor con palabras, pero más que nada con los hechos. Esto es posible cuando la Gracia de Dios obra en nuestros corazones.

Al hacernos "sin mancha", Dios obra en nosotros la Justificación a través del Cristo resucitado. Recordamos las palabras del capítulo 4 en la carta a los Romanos: "El cual (Cristo) fué entregado por nuestros delitos y resucitado para nuestra justificación".

La carta a los Efesios nos transporta a la esfera celestial y al leer estas palabras "sin mancha", nuestros pensamientos se trasladan al capítulo 5, donde habla de la perfección de la iglesia en el día de Jesucristo. Pero la Gracia de Dios hace sin mancha ahora, porque nos ve a través de Aquél de quien dijo: "Este es mi Hijo Amado en el cual tengo contentamiento". Cuando el Espíritu Santo nos dice en la carta a los Hebreos (capítulo 10, v. 19) lo siguiente: "Así que, hermanos, teniendo libertad para en¬trar en el santuario por la sangre de Jesucristo ...", podemos darnos cuenta de la obra purificadora y para el tiempo presente que realiza en nosotros la bendita sangre de Jesucristo, limpiándonos, obliterándonos de tal manera que nos encontramos en estado de idoneidad para entrar en el santuario. ¡Si Dios no nos viese limpios y sin mancha, nos sería vedado entrar en el lugar santísimo!

Es un gozo inmenso el cumplimiento de la promesa de nuestro Dios "... Y nunca más me acordaré de vuestros pecados e iniquidades". Jeremías, capítulo 31, v. 34 - Hebreos, capítulo 8, v. 12.

Page 9: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

En el culto de memoria y adoración, es cuando gustamos más intensamente de lo que por la gracia de Dios hemos recibido. Cual sacerdotes entramos por la fe en aquel lugar santísimo y podemos ofrecer a nuestro Dios la alabanza que surge de nuestro corazón porque El nos ve sin mancha.

Los símbolos nos hablan de Aquél que vino y murió para salvarnos y hacernos idóneos para ofrecer un culto de adoración que nos hace traspasar las puertas de la sublime morada del Señor y donde podemos presentar sacrificios de alabanza, frutos de labios que confiesen a su Santo Nombre.

Page 10: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

CAPÍTULO III

LA GRACIA SOSTENIENDO ¡Cuántas veces nos hemos detenido a meditar con las palabras del apóstol en segunda Corintios,

capítulo 12, versículo 9. El Señor contestó su petición en forma tal vez inesperada para Pablo: "Bástate mi gracia, porque mi potencia en la flaqueza se perfecciona".

¿No había dicho el Señor Jesús a sus discípulos que todo lo que pidieran al Padre en su Nombre, El lo haría? ¿Es que Pablo no pediría con suficiente fe? ¿Dios cerraría su oído a la petición de su siervo?

Al considerar esta experiencia en la vida de San Pablo surge con caracteres nítidos algo que jamás debemos olvidar porque así nos veremos libres de errores y de desaliento. El Señor Jesús nos ha dado el ejemplo perfecto: "Hágase oh Dios tu voluntad". El Dios de los cielos oyó a Pablo y la fe del apóstol era suficiente para obtener respuesta, pero era la voluntad del Señor que su siervo no se viese libre de aquel aguijón. La respuesta fué suficiente para llevar conformidad y gozo al corazón del apóstol: "Bástate mi Gracia".

Yo creo, hermanos, que ante este ejemplo que nos brinda la Palabra de Dios, nos debe hacer meditar cuando pasamos por la prueba y el dolor, para no insistir tanto ante el Señor de que seamos librados de ellos, sino para que la Gracia de Dios se manifieste en nosotros.

Cuando los mártires de Jesús en la historia de la iglesia tuvieron que dar sus vidas por su Salvador, es conmovedor apreciar cómo a ellos les fué dado gustar la obra de la Gracia en sus almas, brindando un testimonio valiente y ejemplar. ¡Torturados y hechos piltrafas por los sufrimientos, eran una demostración palpable de que la Gracia de Dios los sostenía y era suficiente para que no claudicaran; porque la potencia de Dios en la flaqueza se perfecciona!.

Cuando Pablo hace la lista de sus sufrimientos por el Nombre de su Señor, dice: "Me gozo en ellos, porque cuando soy flaco entonces soy poderoso". (II Corintios, capítulo 12, v. 10).

¿Qué es lo que nos sostiene en las pruebas? ¿Qué es lo que enjuga nuestras lágrimas? ¿Qué es lo que obra como bálsamo consolador? Con toda razón el apóstol Pedro en la salutación de su primera epístola, dice: "Gracia y paz os sea multiplicada".

Es verdad que el Señor nos habla por su Palabra adecuada a cada necesidad. Es verdad que el Espíritu Santo oficia de Consolador. Es cierto que la esperanza nos hace enjugar las lágrimas, pero es la Gracia de Dios la que hace que la Palabra halle eco en nuestro corazón. ¡Qué el Espíritu Santo obre de tal manera que gustemos su consuelo y que la fe nos de la conformidad de la esperanza; pero que la Gracia de Dios aplique a nuestras almas todo ese bendito ministerio!.

Cuando somos tentados y estamos a punto de caer, no olvidemos que es la Gracia de Dios la que viene en auxilio nuestro, presentándonos la salida. Tenemos que confesar con vergüenza, que cuando caemos, lo hacemos porque la tentación y el pecado hallan campo propicio en nuestro corazón. No es porque el Señor nos haya dejado en la ignorancia del peligro que nos circunda, abandonándonos a nuestra suerte. Dios en su Gracia nos indica el camino a la vida victoriosa, pero la culpa es nuestra al no andar por él.

Aún después de la caída y caída reiterada, llega como un mensaje de simpatía la palabra dada al proverbista: "Siete veces cae el justo y siete veces se torna a levantar". ¿No es esto una obra de la Gracia? ¿No vemos aquí un favor, inmenso favor que no merecemos?.

Es. verdad que sostenemos una lucha cotidiana con el pecado y que muchas veces tenemos que exclamar con el apóstol: "Miserable hombre de mí", pero en medio de nuestro fracaso y dolor podemos ver con gozo la figura de nuestro mediador, quien en su gloria cumple lo que nos enseña la carta a los Hebreos, capítulo 4, versículos 15 y 16: "Porque no tenemos un Pontífice que no se pueda compadecer de nuestras

Page 11: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

flaquezas, mas tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Lleguémonos pues confiadamente al trono de la Gracia para alcanzar misericordia y hallar Gracia para el oportuno socorro".

Por otro lado, debemos orar continuamente a nuestro Dios, para no caer en la liviandad espiritual; para vivir como hijos obedientes, haciendo que las palabras de Romanos, capítulo 6, sean un permanente toque de atención: "¿Pues qué diremos- ¿Perseveraremos en pecado para que la Gracia crezca? ¡En ninguna manera ...!".

Si nos toca sufrir y padecer por el Nombre de Cristo, que las palabras dichas a San Pablo lleguen continuamente a nuestro corazón: "Bástate mi Gracia". Ello producirá un gozo tan grande que nuestro lenguaje será pobre para explicarlo y menos aún después de haber pasado por experiencias similares a la del apóstol. Lo hemos podido apreciar en la experiencia de fieles hijos de Dios que han sido ejemplo para aquéllos que tuvimos el privilegio de tratarlos. ¿Recordamos lo que se nos dice en Hechos, capítulo 5, v. 41? Si lo memorizamos nos hará bien: "Y ellos partieron de delante del concilio, gozosos de que fuesen tenidos por dignos de padecer afrentas por el Nombre". ¡La Gracia era con ellos!

Cuando leímos algunas noticias sobre conversaciones sostenidas con las cinco viudas de los mártires de los Aucas en el Ecuador, pudimos apreciar que la abundancia de la Gracia del Señor se hizo presente de manera maravillosa en aquellas benditas siervas de Jesucristo. Y tanto, que se gozaban pensando que sus queridos esposos estaban en la gloria.

En "bástate mi Gracia" no encontramos solamente la ayuda del Señor sosteniendo nuestros corazones y espíritus, sino la suficiencia para cada una de nuestras necesidades. La Gracia basta, es suficiente, no necesitamos más. ¡Bendito sea el Dios de toda Gracia!

Page 12: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

CAPÍTULO IV

LA GRACIA ENRIQUECIENDO "Porque ya sabéis la Gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor de vosotros se hizo pobre,

siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos". (II Corintios, capítulo 8, v. 9). A veces se hace resaltar que no es lo mismo la Gracia de Dios que la Gracia de Cristo, pero aunque

bien podemos pensar en Dios el Padre y Dios el Hijo, no podemos olvidar que esa es la manifestación de un plan preparado antes de la constitución del mundo y planeado por el trino Dios. Por consiguiente, la Gracia de Dios es la Gracia de Cristo y la del Espíritu Santo al revelar al Hijo a los corazones.

Creo que ante la declaración apostólica, nos encontramos nuevamente ante un océano insondable, de tal profundidad, que jamás llegaremos a traer a la luz los beneficios de la Gracia del Señor en su plenitud.

El amor fué el móvil que indujo a Cristo a brindarnos su Gracia y ¡de qué manera! El, que era rico en grado superlativo, de tal modo que no podemos siquiera imaginar, se hizo pobre, despojándose de todo y teniendo que llegar a decir: "Las aves tienen sus nidos y las zorras sus cuevas, mas el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza".

Pero las riquezas materiales no eran lo más importante. Donde apreciamos una pobreza que conmueve es en su naturaleza moral. Leemos Isaías, 53, y en cada uno de sus versículos encontramos la Gracia del Mesías despojándose de todo el favor del pecador y cargando con la maldad de todos nosotros. En el Salmo 22 se manifiesta su Gracia al satisfacer las demandas de la justicia muriendo en nuestro lugar. Sufre el desamparo de su Padre para ampararnos a nosotros y en completa concordancia con Isaías, 53, "llevó nuestros dolores y nosotros le tuvimos por azotado de Dios y abatido". Desde el principio de las ordenanzas divinas en cuanto a sacrificios de animales, tenemos una manifestación profética de la Gracia de Dios en Cristo; la cual después de siglos, tiene su exacto cumplimiento en el sacrificio del Calvario.

Podemos notar que en cada paso de su pasión, se manifiesta su Gracia superabundante, porque como dice Romanos, capítulo 5, y versículo 20, "cuando el pecado creció, sobrepujó la Gracia".

Con toda razón podemos decir que somos los más ricos de todos los mortales. El Señor ha puesto a nuestro alcance tesoros que son únicamente para aquéllos que son suyos. ¡No podemos entrar en el disfrute de las riquezas de su Gracia si antes no somos de El!.

Pensemos en algunas de ellas. El Señor dijo en cierta oportunidad: "¿Qué aprovechará al hombre si llega a poseer el mundo, pero pierde su alma?". Somos salvos por Gracia y esta salvación que nos hace entrar en la posesión de la vida Eterna, nos brinda lo que vale mucho más que el mundo entero. Lástima es que nosotros nos damos cuenta de esta verdad después que creemos en el Señor y es por esa causa que hay tantos engañados por Satanás que desprecian el banquete que ofrece el Evangelio, por las miserables algarrobas mundanales. Somos más ricos que aquél que llega a poseerlo todo en la esfera terrestre, pero se encuentra sin Cristo. El hombre necesita imperiosa e imprescindiblemente, ser redimido por la Sangre del Señor Jesús y cuando llega a serlo, lo es por "las riquezas de su Gracia". Efesios, capítulo 1, v. 7.

En consecuencia, al darnos el Señor el don de la vida Eterna, nos da aquello que nos hace herederos juntamente con Cristo, de las glorias que le son inherentes y si El es el Rey de Reyes y Señor de Señores, ante el cual toda rodilla se doblará y toda lengua le confesará, se cumplirán las palabras de I* Corintios, capítulo 3, versículos 21 al 23: "Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro. Sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo porvenir; todo es vuestro y vosotros de Cristo y Cristo de Dios".

Otra riqueza de la Gracia del Señor, es la paz que gobierna nuestros corazones. Esto es en primer lugar una dádiva del Señor. El dijo a los suyos: "La paz os dejo, mi paz os doy", esta bendición es posible porque al morar por su Espíritu en nuestros corazones, El, quien es el Príncipe de Paz, la infunde a nuestras almas.

Hay otro motivo fundamental que nos proporciona paz: la tranquilidad de nuestra conciencia. ¡No disfruta de paz el hombre que posee una conciencia acusadora! El reo que huye de la justicia vive en

Page 13: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

completa zozobra, temiendo que le alcance el brazo de la ley y le haga pagar sus fechorías. Peí o si es beneficiado por un indulto, ya no tiene que temer y vive tranquilo. He dicho tranquilo pues la paz está estrechamente relacionada con Jesús y aunque viva tranquilo no experimentará lo que es la verdadera paz, hasta recibir a Cristo. Nosotros tenemos paz porque nuestra conciencia ha sido pacificada —debo pecar de redundante para ser más sencillo— y ¿por qué ha sido pacificada? Porque nuestros pecados que nos acusaban, han sido perdonados. Dios en su Gracia perdona todas las transgresiones de aquél que recibe a Cristo y las promesas de la Santa Escritura llegan a nosotros como un canto de paz. Dice el salmista: "Como está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones" (Salmo 103, v. 12). "Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús ..." (Romanos, capítulo 8, v. 1). "Y por El reconciliar todas las cosas a sí, pacificando por la sangre de su cruz así lo que está en la tierra, como lo que está en los cielos (Colosenses, capítulo 1, v. 20).

También somos ricos en algo que todo ser humano necesita muy a menudo y que pocas, muy pocas veces encuentra. Me refiero a la consolación. Nada trae tanta conformidad al alma atribulada como la Palabra del Señor. Ella nos muestra la gloriosa persona de nuestro Salvador y a través de sus páginas, el Señor que sufrió como ninguno y que como nadie sufrió el desamparo, nos brinda la riqueza de un con-suelo que nos llega desde el mismo cielo y oficiado en nuestras almas por el Espíritu Santo, cuyo nombre es "El Consolador".

Podemos apreciar la Gracia del Señor para con nosotros, al decirnos que El tendrá que irse, porque sino el Consolador no vendría. Sabía que necesitábamos urgente consuelo del cielo y para que no careciéramos de él va a su Padre para que se cumpla la promesa.

En Pentecostés tenemos el descenso del Espíritu Santo como Persona, infundiendo poder, valor y fe de tal manera que ya conocemos el resultado.

Cuando los apóstoles se gozaban en las tribulaciones y el protomártir Esteban dejaba un testimonio imperecedero, dejaban entrever la posesión de algo que era más que valor, más que fe; era la conformidad gozosa por los propósitos del Señor para con ellos.

Aquel glorioso anciano que en la cárcel de Roma pudo escribir páginas que habrían de animar y consolar a los creyentes de todos los tiempos, nos da el secreto de su conformidad y consuelo, cuando escribiendo a los Filipenses les dice: "El Señor está cerca". iQué preciosa era para él la cercanía de su Señorl Cuando ya vislumbra su fin, pudo mirar el cadalso sin desesperación, y dice: "Ya estoy listo para ser ofrecido y el tiempo de mi partida'está cercano". (II Timoteo, capítulo 4, v. 6). San Pedro nos da una nota emotiva amonestando a los creyen-testes con amor, aunque él sabe que ".. .brevemente tengo de dejar mi tabernáculo, como nuestro aenor Jesucristo me ha declarado. También yo procuraré con diligencia, que después de mi fallecimiento, vosotros podáis siempre tener memoria de estas cosas" (II Pedro capítulo 2, versos 14 y 15). ¿Queremos mayor tesoro de Gracia? ¡Frente al suplicio y a la eternidad no hay un dejo de disconformidad o rebeldía y en lugar de pensar en sí mismos antes que en los demás, por Gracia del Señor se ocupan de las necesidades de sus hermanos en Cristo!.

¡Esta maravilla se ha manifestado en todos los tiempos y en nuestra experiencia personal, hemos quedado asombrados en más de una ocasión, ante la conformidad y consuelo de hermanos a quienes queríamos consolar y que en lugar de ser ellos, hemos sido nosotros los que hemos quedado con esa bendición de tanta riqueza celestial!

Por último, somos enriquecidos en lazos fraternales. Siempre recuerdo la manifestación hecha por uno de nuestros queridos hermanos ancianos al regresar de un largo viaje. Decía él: —"Partimos un poco tristes porque aquí dejábamos a nuestros queridos, nuestros afectos; pero en cada lugar que visitábamos el Señor nos daba el gozo de encontrar cientos de hermanos que nos acogían con todo amor".

Es una maravilla que aunque el Señor llamó a sus discípulos: "Manada pequeña", nosotros formamos parte de la familia más numerosa que se pueda imaginar! La declaración del Señor nos une en El y siguiendo su mandato nos deleitamos en el cumplimiento de su declaración: —"Más vosotros, no queráis ser llamados Rabbí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos". (San Mateo cap. 23, vers. 8).

Page 14: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

Si, por la gracia del Señor, que se hizo pobre siendo rico, nosotros somos enriquecidos en los lazos benditos de la fe y por la participación de un mismo Espíritu, somos hijos de un mismo Padre. "Más a todos los que le recibieron, dió-les potestad de ser hechos hijos de Dios a los que creen en su Nombre: los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios". (San Juan cap. 1, vers. 12 y 13).

¡Qué bendición tan grande es para aquel hijo de Dios que pasa por la prueba de perder seres queridos, saber que aunque llegara a quedar solo, donde quiera que vaya tendrá el disfrute de una comunión hermanable!

¡Cómo nos llama esto a la reflexión profunda que merece la declaración apostólica "el que no ama a su hermano es homicida"! (I Juan, capít. 3, vers. 15).

Es saludable leer detenidamente esta carta porque ella nos enseña que debemos amar a aquellos que verdaderamente son nuestros hermanos en Cristo. No al que se llama o dice serlo, sino al que realmente lo es. Notaremos que para los engañadores, el Espíritu Santo ha dejado palabras duras.

Por consiguiente, al ser parte integrante de la familia de Dios, debo manifestar que realmente soy hermano de mis hermanos. Esto se pone en evidencia no por las frases más o menos amables que pueda pronunciar, sino por la manera de tratar y obrar para con aquellos que son de Cristo.

En la parábola de los dos deudores, el Señor nos dejó un dechado. Ante el requerimiento de Pedro de ¿cuántas veces perdonaré a mi her mano? ¿hasta siete? surge la enseñanza. La consideración de ella tendrá un valor incalculable cuando cada uno de nosotros recuerde lo que dice el salmista: "Si no fuera por la misericordia de Jehová seríamos consumidos". ¿Qué sería yo si Dios no hubiese manifestado su Gracia para conmigo? ¿Cómo hubiera pagado mi deuda ante la Justicia divina? Al reconocer mi triste condición y ver mi indigencia, entonces comprendo la lección de los dos deudores.

Mientras el diablo nos engañe y creamos que somos mejores que los demás, seremos incapaces de demostrar el espíritu perdonador que el Señor requiere de cada uno de sus hijos.

En cuanto a esto habría mucho que decir; porque una cosa es tratar con un hermano que reconoce su falta, y otra muy distinta es cuando el hermano que ha ofendido se cree sin defecto y sin tacha; pero la Palabra del Señor es para todos y si todos ocupamos el lugar más humilde, que nadie debe tanto al Señor como nosotros, entonces se manifestará que verdaderamente somos hermanos de Cristo. ¡Que el Señor nos conceda la Gracia necesaria para ello!

Page 15: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

CAPÍTULO V

LA GRACIA ANTICIPANDO

En lo que concierne al futuro, estamos esperando el momento glorioso de la revelación de "la Gloria que ha de ser manifestada".

Sin embargo Dios ha brindado la Gracia de una revelación presente a algunos de sus siervos en momentos sumamente singulares. Ello no quiere decir que la norma es una repetición de dichas revelaciones. Nosotros tenemos la Palabra revelada por el Espíritu Santo que es suficiente para hacernos vislumbrar con gozo los acontecimientos futuros. Pero pienso en algunos que el Señor ha elegido para su manifestación de Gracia, haciéndoles testigos vivientes de hechos relacionados con una manifestación en el porvenir.

En primer lugar tenemos a aquellos tres apóstoles Pedro, Juan y Jacobo que tuvieron el privilegio de ser testigos de la manifestación del Señor en su gloria, antes de ser crucificado. No Esteban, que pudo entregar su espíritu a su Dios con regocijo.

Pablo tuvo no sabe cuando ni como, revelaciones tan extraordinarias que no las pudo es-cribir. El Señor sabía lo que su siervo necesitaba y en su gracia le hizo gustar anticipadamente algo de la gloria que él anunciaba y esperaba. Debía ser tan maravilloso, que a raíz de esas revelaciones Dios permitió que un aguijón se clavara en su carne, para que no llegara a enso-berbecerse.

Por último tenemos a Juan, quien pudo escribir lo que vio. ¡Ello es tan importante, podemos decir de un valor superlativo y al comprender y aprender que seremos librados de las plagas escritas en ese libro, nuestros corazones dejan surgir un cántico de gratitud. ¡¡Cómo podemos apreciar la Gracia de Dios para con nosotros, al conocer en parte las terribles desventuras que soportarán los que queden aquí, cuando nosotros seamos llevados a la gloria!!

Las palabras del salmo 23 han sido las compañeras de innumerables moribundos. Veían llegar la muerte pero las palabras del salmista se hacían carne en ellos y experimentaban la veracidad de su declaración: "Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo". Sí, únicamente los protagonistas de semejantes experiencias, son los autorizados para explicarnos lo que han sentido y vivido; pero hay manifestaciones de la Gracia de Dios que El concede a aquellos que no han de quedar para contarnos su experiencia. ¡Un enfermo que por la voluntad del Señor va a ser levantado de su lecho, jamás llegará a una recepción de Gracia similar a la que le es dada al que ha de partir para estar con su Redentor!

Yo creo que aún en esto debemos admitir la importancia del conocimiento que proviene de la lectura continua de las Sagradas Escrituras.

Más lleno esté nuestro corazón de la Palabra de Dios, más gustaremos por anticipado las glorias que serán nuestras, cuando Cristo nos lleve a su eterna presencia.

Cuanto más nos deleitemos en nuestra posición como hijos de Dios, más elevado será el concepto del disfrute de nuestra herencia. Cuanto más nos conozcamos a nosotros mismos, tanto mayor será el sentimiento de gratitud que nuestra alma alentará hacia el que no conociendo pecado se hizo pecado por nosotros. ¡Cuánto menor sea la estimación de cada uno, tanto mayor y elevado será el concepto sobre la bendita Gracia de Dios que abrigará nuestro corazón agradecido!.

Page 16: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

Para finalizar repito las palabras de San Pablo a los Corintios: "Por la gracia de Dios soy lo que soy y su Gracia no ha sido en vano para conmigo". ¡Señor, nada valgo! ¡Nada soy, nada merezco! Es únicamente tu Gracia la que me brinda el derecho bendito de repetir la oración modelo en comunión filial. ¡Padre nuestro

que estás en los cielos, sea tu Nombre santificado! Deseo para todos mis queridos, hermanos en Cristo, que se cumpla en ellos la salutación apostólica:

"La Gracia del Señor Jesucristo y el amor de Dios y la participación del Espíritu Santo sea con vosotros todos. Amén".

Page 17: La Gracia de Diosasambleasdehermanos.org.ar/estudios/graciadios.pdf · como es imposible explicar lo que es Dios, nos es vedado por nuestra misma incapacidad, dar una definición

Se terminó de imprimir el 20 de Enero de 1960 en el ESTABLECIMIENTO GRÁFICO RACCIATTI calle

Emilio Lamarca 49S0, Buenos Aires