LA GUERRA NACIONAL Y LA PESTE QUE ORIGINARON UNA … · respuesta de los costarricense a la peste...

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Revista Estudios, Universidad de Costa Rica. No. 20, pág. 49-60, ISSN: 1659-1925/2007 LA GUERRA NACIONAL Y LA PESTE QUE ORIGINARON UNA DEVOCIÓN Roberto Le Franc Ureña RESUMEN Este trabajo se centra en la promesa jurada al Dulce Nombre del Niño Jesús iniciada cerca de 1856 como respuesta de los costarricense a la peste del cólera morbus luego de la Batalla de Rivas, Nicaragua del II de abril de ese mismo año. El gobierno costarricense estaba en guerra contra la falange filibustera bajo el mando del estadounidense William Walker. Walker había tomado el poder en Nicaragua y amenazaba Costa Rica. En ese contexto la peste del cólera contagió a los soldados costarricenses quienes la introdujeron en el país. Ante los horrores de la peste, sin poder controlaria al tener claro el origen de la misma, se inició la promesa jurada al Dulce Nombre cuyo ritual todavía al día de hoy se repite año a año en la Iglesia del Carmen en San José. Palabras clave: Guerra Nacional, colera morbus, Nicaragua, Costa Rica, religiosidad ABSTRACT This paper addresses the sworn promise to the "Dulce Nombre del Niño Jesús" initiated circa 1856 as a response to the colera morbus pest that started in Costa Rica after the Battle of Rivas, Nicaragua on April, II 1856. Costa Rica was at war with the filibuster army organized by U.S. William Walker. Walker was in power in Nicaragua and menaced to invade Costa Rica. In this context the pest was introduced by Costa Rican soldiers into the country. Because of the horrors of the pest and the lack of scientific knowledge to control it, the sworn promise to the "Dulce Nombre del Niño Jesús" started, a ritual reproduced in a yearly basis since at the church of El Carmen, San José. Keywords: National War, colera morbus, Nicaragua, Costa Rica, religiosity. I INTRODUCCIÓN En 1855 los negros nubarrones que cubrían Centroamérica pronto desencadenarían una terrible tempestad. Una falange de filibusteros comandados por William Walker y radicados en Nicaragua, con gran interés planificaba subyugar al resto de los países de la región centroamerica- na; de hecho Walker ya se había apoderado del Gobierno en ese país y pensaba hacer otro tanto en Costa Rica. La voz de alarma la da el presidente Juan Rafael Mora Porras y su llamado recibe el apoyo de los demás gobernantes de la zona, sin embargo al iniciarse las hostilidades única- mente Costa Rica enfrentará a estos filibusteros. Al verse amenazada en 1856 la soberanía nacio- nal, concretada ésta en la invasión de nuestro territorio, el país toma las armas y apoya la ges- tión de su presidente. Comienza así una de las gestas patrióticas más sublimes de nuestra historia, tal vez la única

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Revista Estudios, Universidad de Costa Rica. No. 20, pág. 49-60, ISSN: 1659-1925/2007

LA GUERRA NACIONAL Y LA PESTE QUE ORIGINARONUNA DEVOCIÓN

Roberto Le Franc Ureña

RESUMEN

Este trabajo se centra en la promesa jurada al Dulce Nombre del Niño Jesús iniciada cerca de 1856 comorespuesta de los costarricense a la peste del cólera morbus luego de la Batalla de Rivas, Nicaragua del IIde abril de ese mismo año. El gobierno costarricense estaba en guerra contra la falange filibustera bajo elmando del estadounidense William Walker. Walker había tomado el poder en Nicaragua y amenazaba CostaRica. En ese contexto la peste del cólera contagió a los soldados costarricenses quienes la introdujeron enel país.Ante los horrores de la peste, sin poder controlaria al tener claro el origen de la misma, se inició la promesajurada al Dulce Nombre cuyo ritual todavía al día de hoy se repite año a año en la Iglesia del Carmen enSan José.Palabras clave: Guerra Nacional, colera morbus, Nicaragua, Costa Rica, religiosidad

ABSTRACT

This paper addresses the sworn promise to the "Dulce Nombre del Niño Jesús" initiated circa 1856 as aresponse to the colera morbus pest that started in Costa Rica after the Battle of Rivas, Nicaragua on April,II 1856. Costa Rica was at war with the filibuster army organized by U.S. William Walker. Walker was inpower in Nicaragua and menaced to invade Costa Rica. In this context the pest was introduced by CostaRican soldiers into the country.Because of the horrors of the pest and the lack of scientific knowledge to control it, the sworn promise tothe "Dulce Nombre del Niño Jesús" started, a ritual reproduced in a yearly basis since at the church of ElCarmen, San José.Keywords: National War, colera morbus, Nicaragua, Costa Rica, religiosity.

I INTRODUCCIÓN

En 1855 los negros nubarrones que cubríanCentroamérica pronto desencadenarían unaterrible tempestad. Una falange de filibusteroscomandados por William Walker y radicados enNicaragua, con gran interés planificaba subyugaral resto de los países de la región centroamerica-na; de hecho Walker ya se había apoderado delGobierno en ese país y pensaba hacer otro tantoen Costa Rica.

La voz de alarma la da el presidenteJuan Rafael Mora Porras y su llamado recibeel apoyo de los demás gobernantes de la zona,sin embargo al iniciarse las hostilidades única-mente Costa Rica enfrentará a estos filibusteros.Al verse amenazada en 1856 la soberanía nacio-nal, concretada ésta en la invasión de nuestroterritorio, el país toma las armas y apoya la ges-tión de su presidente.

Comienza así una de las gestas patrióticasmás sublimes de nuestra historia, tal vez la única

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que lograra aglutinar en un todo y como un todoal país entero, poniéndose de manifiesto un sen-tido de solidaridad, de unidad, de orgullo y devalor imperecederos.

La acción bélica se desarrollará durantelos años 1856-1857 en dos campañas que noshicieron ser testigos de actos heroísmo y devalentía que entraron en los anales de nuestrahistoria patria para nunca jamás abandonarlos.

La llamada Campaña Nacional será vistay analizada posteriormente como la gestora yconsolidadora de nuestra identidad nacional,como motor y timón de nuestro desarrollo de lacual nos enorgullecemos 150 años después deacaecida.

II LA GUERRA Y EL CÓLERA

La caótica situación política y social porla cual pasaba Nicaragua motivó la aparición eneste país de las huestes filibusteras; si bien en unprincipio algunos sectores políticos se opusieron,al final la subordinación se da y se consolida conla proclamación de Walker como su presidente.Para los países del área centroamericana losnegros nubarrones se comienzan a transformaren tempestad que devastará principalmente latierra nicaragüense. En la apacible Costa Rica,gracias a la visión profética del Presidente Mora,se da la reacción correspondiente; sin perdertiempo Mora alerta a sus conciudadanos, en unaprimera proclama emitida el 20 de noviembre de1855, del peligro que significaba para el país lapresencia de Walker en Nicaragua; igualmenteel gobierno de obispado apoya esta gestión yemite un edicto episcopal firmado por el obispoAnselmo LIorente y Lafuente, el 22 de noviem-bre de 1855, en el cual se pide a los ciudadanosprepararse para la defensa del país y de la reli-gión, seriamente amenazados.

Preeviendo la contienda que se avecinabaMora toma algunas medidas de precaución, entrelas cuales podríamos citar la compra de grancantidad de material y armamento bélico hechaa Inglaterra, así como la instrucción al personalmilitar por parte de especialistas franceses eneste campo.

Al agravarse la situación el PresidenteMora emite el 1 de marzo de 1856 una segundaproclama al pueblo costarricense, con lo cual seda virtualmente el inicio de la guerra contra losfilibusteros, que a la razón ya habían invadidonuestro territorio. El teatro de la guerra da in i-cio en primer lugar en el Guanacaste en dondese libra el 20 de marzo la batalla y toma de laCasona de la Hacienda Santa Rosa, y posterior-mente en Rivas, Nicaragua.

La célebre batalla de Rivas el 11 de abrilde ese año, ganada por nuestros compatriotasluego de intensas y largas horas de lucha, conterribles combates cuerpo a cuerpo y actos deheroísmo por parte de los miembros de nuestroejército -no olvidemos la gesta del inmortal JuanSantamaría- colmó el sitio de la acción de muer-tos y heridos. Los soldados costarricenses conpocas provisiones desde el día anterior al de lalucha, luego de batirse gallardamente, se esforza-ron por atender y cuidar con esmero los heridos ya sepultar los muertos de ambos bandos.

La labor del cuerpo médico del ejércitonacional bajo la conducción del Cirujano MayorDoctor Carl Hoffman se orientó entre otras cosasa la atención de los heridos, y a la vez a poner enbuen estado la ciudad de Rivas para su defensa.

Todas estas medidas no pudieron evitar laaparición inminente del terrible mal del cóleramorbus en nuestras filas, detectado en Nicaraguadesde 1855. Se habla que el primer contagia-do fue un soldado costarricense- José MaríaQuirós- aparentemente el 20 de abril, el resto fueúnicamente cuestión de tiempo. El boletín oficialreporta la existencia de la enfermedad entre lossoldados anotando unos 20 casos entre el 24 y el25 de dicho mes.

Mora comprende que el ejército que tanvalientemente se había comportado hasta lafecha tiene que dejar de lado sus victorias paraasí poder huir de la peste.

Con su estado mayor sale de Rivas en lamadrugada del 26 de abril y al llegar a Liberiaacuerda licenciar al ejército y tomar el camino deregreso a San José mediante dos vías: por tierraen grupos hasta el interior del país, y por víamarítima a partir de San Juan del Sur a dondese habían trasladado unos 300 heridos así como

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armamento y municiones. El regreso de estossoldados heridos fue caótico, muchos murierondel cólera por lo que fueron arrojados al mar.

Al ingresar el territorio nacional el gruesodel ejército, la soldadesca se aterrorizó, entró enpánico y prácticamente se desbandó, dejando ensu desordenada marcha, cubierto el camino decadáveres, que se constituyeron en agentes decontaminación de ríos y riachuelos. El GeneralCañas que venía a la retaguardia organizó muyprudentemente su sepultura.

Creyendo que en San José se encontraríaseguro y salvo el maltrecho ejército comenzó allegar en carretas cargadas de heridos y enfermosa partir del 5 de mayo, y la enfermedad en lugarde extinguirse se extendió por toda la ciudad.

El Presidente Mora se refugia al contraerel mal, en su Hacienda de "Los Ojos de Agua,dejando temporalmente el mando del Gobiernoen la persona del Vicepresidente Francisco MaríaOreamuno quien fallece luego víctima de lapeste. Al generalizarse ésta en la capital, lasautoridades del Gobierno tomaron medidas deprevención con el fin de evitar su expansión alresto del país, entre estas podemos citar las circu-lares a los Gobernantes de Provincias, a los Jefesde Policía y a otras autoridades de la República,en las cuales se les instruía para combatir eficien-temente la propagación del cólera.

La cantidad de defunciones diarias era talque los sepultureros realizaban su labor bajo tre-mendas amenazas y apenas tenían el tiempo sufi-ciente de cavar grandes zanjas, donde lanzaban loscadáveres cubiertos a medias por una capa de cal.

Muchos habitantes de San José huye-ron aterrorizados con sus pertenencias hacia elcampo, pero la mayoría que no contaba con esaposibilidad se quedó a afrontar tan terrible mal.

El gobierno del obispado emite el 19 demayo una circular dando instrucciones precisasa los sacerdotes para la atención de los enfermos,para oir confesiones a cualquier hora del día y dela noche, para absolver de todo pecado reservadoy censuras o para conmutar votos simples, entreotros aspectos. Así mismo apuntaba que:

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"Suplicamos encarecidamente, en el Señor, atodos los señores Sacerdotes, que poniendo

en ejercicio su caridad Cristiana, no se excu-sen para socorrer a los fieles en las pre-sentes circunstancias, esperando de Diosnuestro Señor que corresponderá a sus ofi-cios con bienes incomparablemente mayo-res que los que pueden ofrecer los hombres.También ordenamos que en lugar de la ora-ción pro Pace, mandada por Nos, se diga la deTemporae Pestililentiae. ( Arch. Ecco. FondosAntiguos. Documentación suelta 1853-1856,caja No. 5)

Los angustiados habitantes de San Joséelevaron sus plegarias al Altísimo para quecesara el flagelo de la peste y así se celebraronrogativas y procesiones con las imágenes delpatriarca San José, Patrono de la Ciudad Capitaly de Nuestra Señora de los Dolores, sin embargola rogativa que más impactó fue la efectuadaen la Iglesia Catedral el día 14 de junio de1856,dedicada al Dulce Nombre de Jesús, cuya recien-te devoción estaba promoviendo el entusiastaDon Adolfo Calderón, su mayordomo oficial.Monseñor Sanabria apunta al respecto que ..... Enjunio de 1856, casi con toda seguridad el 14de dicho mes, se hizo una rogación "del DulceNombre" para la cesación del cólera morbus .. :·(Sanabria, 1972, p.194)

El avance de la peste hizo que la pobla-ción se diezmara rápidamente, se habla de 140muertes al día, lo que motivó que se recurrieraa todo tipo de invocaciones, oraciones, remediosy paliativos para tratar de detener el mal, ..... elpueblo costarricense gemía aterrorizado porquesu población se iba diezmando cruelmente aconsecuencia de dicha enfermedad. Nuestrasgentes sencillas dirigían sus continuas súplicas ala imagen del Dulce Nombre de Jesús obteniendoen muy pocos días, resultados favorables .. :· (EcoCatólico, 15/8/1993, p.14)

De esta época son las famosas supli-cas denominadas "Décimas dedicadas al DulceNombre de Jesús implorado su ausilio para quecesen los estragos de la peste". Compuesta porJ.N.G., publicada en 1856, con el nihil obstat delilustrísimo señor obispo don Anselmo Llorente yLa fuente, por la Imprenta de La Paz, ubicada enel N· 24 de la calle del Carmen de San José y que

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nos hacen ver la confianza que debemos poner enDios para ahuyentar la terrible peste del cólera.

La mortal enfermedad se propagó portodo el territorio de la Republica y ..... causó7692 muertes .La población de Costa Rica enese entonces era de 110 mil habitantes .De talmanera, el cólera produjo una tasa de mortalidadde 7 mil por 100 mil habitantes, la mayor tra-gedia sanitaria en nuestra historia ··.(La Nación,24/4/1991, p.15).

Algunos autores hablan de 10.000 defun-ciones lo que haría más o menos un 10% de lapoblación total, en todo caso esta fue la primeragran epidemia sufrida en Costa Rica y que tuvotan funestas consecuencias.

La epidemia comenzó a ceder en el mes dejulio de 1856, hasta que poco a poco desapareció,sin embargo las rogativas se siguieron haciendoy la devoción al Dulce Nombre de Jesús, comolibertador de la peste aumentó y consolidó con-forme pasaban los años.

Fue en aquella época que se tomó la deci-sión, (desconocemos de quien partió la iniciativa,pues no existen registros escritos) de efectuar unapromesa jurada, por el auxilio prestado en losaciagos días de la peste.

Es muy probable que la PROMESAJURADA AL DULCE NOMBRE se hicieraentre 1856 (14 de junio) y 1857, Y que coincidieracon el encargo para la confección de una ima-gen la cual llegó a nuestro país procedente deGuatemala en 1858.

Algunos autores nos dicen que durante lapeste del cólera el pueblo gemía aterrorizado yque elevada sus súplicas al Dulce Nombre, cuyagraciosa imagen recorría las calles de San Joséprodigando consuelo a sus afligidos habitantes.Es probable que para esos días tan difíciles seutilizara otra imagen, esto no lo hemos podidocomprobar porque la tradición dice que es laimagen que actualmente se venera en la iglesiadel Carmen la que salía en procesión en 1856.

La Promesa Jurada consistía, en una cele-bración que comprendía una misa solemne el día14 de cada mes (en conmemoración de la primerarogación ofrecida el 14 de junio de 1856), y unamisa solemne de rogación en la cual se renueva lapromesa hecha, y una procesión por las principales

calles de San José el 14de junio de cada año, quese realizaría en forma perpetua. Esta promesa lahicieron los habitantes de San José comprome-tiéndose con ella para toda la vida.

Nos encontramos información sobre laPROMESA JURADA, sin embargo ,en una cir-cular a los curas de las provincia fechada en 1859puede estar la génesis de esta actividad.

El documento dice: "N-65 Circular a algu-nos curas de esta PRA- y a los teniente curas deFiliales de esta parroquia. Cuando el año 1856,el cólera morbus diezmara cruelmente las pobla-ciones de la República, los fieles todos de estaprovincia, ofrecieron una rogación al sacrosantoNombre de Jesús, con el fin de que su infinitamisericordia hiciera cesar la mortífera epidemia.Concedido en muy pocos días este gran bien,aquellos dispusieron que el 14 de junio de cadaaño, se repitieran las rogativas súplicas, dela misma manera que se había hecho. Y hoyestando próximo el día designado del año, yqueriendo que la función tenga lugar con la con-currencia 'posible, he determinado dirigirme aUds.; para que se digne invitar a esos feligreses,el domingo próximo, con el objetivo de que con-curran a ella, que será en la iglesia del Carmen.'De U.U. Pbro. Reimundo Mora" 9 junio 1859(Arch. Ecco Caja No.2 Parroquia El Carmen,fólder 15.)

III INICIOS DE LA DEVOCIÓN

Ya para 1859 la devoción está consolidadacomo tal, tenemos así en primer lugar, que existeuna cofradía del Dulce Nombre de Jesús conun mayordomo don Adolfo Calderón Calderón(padre del dr. Rafael Calderón Muñoz), debida-mente autorizado por el padre 1. García M. yasí comunicado oficialmente al obispo Llorentedesde el 28 de abril de 1856, encargado de larecolección de limosnas, de la coordinación delas celebraciones (o funciones) del Dulce Nombredel 14 de cada mes, del 2 de noviembre, y enespecial del 14 de junio fecha aniversario de laprimera rogación. Estas funciones se componíanpor lo general de vísperas, misa de revestidos,novena, rogativas, 40 horas, visita de altares, te

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deum, procesión por las calles con la imagen asícomo exposición de su MAGESTAD (SantísimoSacramento).

En segundo lugar se cuenta con una her-mosa imagen confeccionada en Guatemala lacual costó de acuerdo a los libros de la cofradíaunos $ 100 (pesos) de la época, incluyendo sutraída y a la que se le coloca un resplandor quecostó $34 (pesos).

En tercer lugar se tiene un altar, alfom-bras, manteles, un palio, unas andas y ornamen-tos (paraguas especial por si llovía, telones deco-rativos, un órgano musical, etc.), así como unanovena y un folleto que contemplaba las décimaso rogativas súplicas al Dulce Nombre ,entre otrasoraciones contra la peste, debidamente autoriza-das por el obispo.

Finalmente se sabe que la devoción seha extendido y difundido por todo el país, enespecial por el valle central comprendiendoAlajuela, El Mojón, (San Pedro de Montes deOca), Zapote, La Uruca, Mataredonda, Escazú,Aserrí, Desamparados, Santa Ana, Villa Colón, Las Pavas, Villa de Grecia y Puriscal, conta-bilizándose 8000 cofrades o miembros en 1858.No olvidemos además que de esta época son lasmedidas o cintas de colores de diferentes tama-ños que correspondían a la medida del brazo,pierna, cintura, muñeca, cabeza, tobillo, cuello oestatura de la imagen y que los fieles devotos uti-lizaban atando en el sitio correspondiente de sucuerpo en espera de lograr la cura contra algúndolor o malestar. También de ésta época era lacostumbre de imponer el hábito y el escapulariodel Dulce Nombre a algunos devotos, principal-mente niños.

Sabemos además que las primeras funcio-nes de rogación se llevaron a cabo en la IglesiaCatedral de San José (1856 a 1858); luego en laiglesia del Carmen (1859-1863); en la Catedral(1864-1865); en la Merced (1866), estableciéndo-se definitivamente a partir de 1867 en la iglesiadel Carmen, donde permanece hasta la fecha.

Se ha dicho en muchas oportunidades queesta devoción tan particular había desaparecidoy que por lo tanto ya no se celebraba la PromesaJurada, sin embargo se pudo constatar documen-talmente y por tradición oral que desde 1856 a la

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fecha-2006- se ha celebrado puntualmente, añocon año, aún el los días difíciles por los que pasóla Iglesia Catól ica (1885-1891) al decretarse lasfamosas leyes liberales.

La convocatoria para la celebración de lafunción del Dulce Nombre se hizo siempre consuficiente antelación, utilizando para ello avisosen la prensa (Diario Oficial La Gaceta, EcoCatólico y algunos otros medio escritos), lo cualocurre hasta 1966.

A partir de 1967 y hasta 1983 se deja depublicar la convocatoria en esos medios y seutil iza tal vez alguna nota colocada en las pare-des del templo; por medio de avisos durante lashomilías o en el Boletín Parroquial del Carmen.A partir de 1983 la Iglesia toma una acciónmás decidida de apoyo y promoción de laPromesa Jurada.

Una devoción tan antigua ha experimen-tado una serie de altibajos de los cuales siempreha salido airosa, recordemos las desavenenciasentre su primer mayordomo, el señor AdolfoCalderón y el tesorero de la Curia por asuntos derendición de cuentas; los malentendidos entre lospresbíteros Mariano Zúñiga (Iglesia del Carmen)y Rosendo Valenciano (Iglesia de la Merced)por causa de la recolección de las limosnas quela procesión generaba y la cual fue a ventilarsea la Sagrada Congregación del Concilio en elVaticano, y que finalmente motivó un decretoArzobispal de Monseñor Sanabria que reguladicha procesión, y la confección de otra imagenque actualmente se encuentra en la Iglesia dela Merced. Tampoco olvidemos que en algunosmomentos la apatía de los fieles motivó casi sudesaparición y originó el cambio del día de sucelebración, que se instituyó a partir de 1955 elúltimo domingo del mes de agosto.

Siempre dentro de este campo recordemosel intento infructuoso de Monseñor Rubén OdioHerrera, arzobispo de San José, por trasladar ladevoción al barrio de la Pitahaya en San José,creando para ello una nueva parroquia que a lapostre no recibió ni la imagen ni la devoción quepermaneció inmutable en la Iglesia del Carmen.

El Dulce Nombre de Jesús consideradocomo el 1iberador de la peste del cólera desde1856 siempre ha sido motivo de renovada

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atención, se le invocó públicamente durante lapreste de poliomielitis infantil allá por 1956 y en1991 con la nueva amenaza de la aparición delcólera morbus en Centroamérica.

La bella imagen del Dulce Nombre ha sidoretocada en varias oportunidades, sustituyéndoselas pestañas, o un dedo que se le astilló o el trajemorado tan característico que utiliza, o biensometiéndola a un proceso de limpieza y retoqueen 1991.

El hermoso niño que representa y que yafrisa los 150 años "nos cogió la palabra" comolo apunta Magón*, y el cólera no se ha vueltoa presentar como epidemia en Costa Rica (EcoCatólico, 15/8/1993, p.l4-15).

Hoy día, a 150 años de la primera rogativa,nos preguntamos si esta devoción cumple con losobjetivos para los cuales fue creada. La respuestaes un sí rotundo, que se ve reforzada por el apoyoindiscutido que le siguen brindando las autorida-des eclesiásticas en una época tan materializaday mundializada, y por el apoyo y participación deun sinnúmero de devotos que año a año asisten ala celebración de la Promesa Jurada.

IV LA DEVOCIÓN AL DULCE NOMBREEN LA ACTUALIDAD

Como hemos visto en este trabajo, sibien la devoción tuvo mucho auge en sus ini-cios (1856), y en los años subsiguientes hasta lasegunda décadas del siglo XX, luego de algunassituaciones un tanto críticas (1922-1928), lamisma se logró mantener y llegar a finales deese siglo con el apoyo de las autoridades ecle-siásticas, quienes retornando la normativa quehiciera en 1940 Monseñor Sanabria, le dieron unnuevo impulso tratando de rescatar sus aspectosmás relevantes.

El culto al Dulce Nombre de Jesús en laIglesia del Carmen.

La Iglesia de Nuestra Señora del Carmense encuentra situada en el corazón mismo de laCiudad de San José (calle O, avenidas l y 3), Yfue construida a partir 1845 en un terreno dona-do en 1830 por las señoritas Jerónima y MaríaConcepción Quirós Castro.

"La primera iglesia de paredes de adobe y piso detierra fue dedicada a Nuestra Señora del Carmenuna vez que fuera trasladado su oratorio queestaba ubicado junto a la Casa de Enseñanza deSanto Tomás (intersección de la actual avenida 4con la calle 3)" (Rivera, 1996, p.84).

Luego de un largo proceso de construcciónla iglesia fue bendecida el 15 de julio de 1874."Las paredes del templo actual son de ladrilloy calicanto, de aproximadamente un metro deespesor; en las fachadas norte y sur sobresalenseis ventanas y una puerta central. La fachadaprincipal presenta tres arcos de medio punto,que corresponden a tres puertas dobles que danacceso al interior; la puerta central sobresaleun poco más en altura. Se puede observar seiscolumnas cuadradas adosadas a los muros querematan en capiteles de influencia dórica; al cen-tro se encuentra una torrecilla en la cual se alojaun reloj, coronada por un mascarón junto a unacruz en hierro ornamental con la letra "C", comosinónimo de "Carmen".

"En su interior podemos observar el cielo rasoque es una estructura de planchas metálicas queforma una única nave cuya bóveda es de granconcavidad. La nave remata en el altar princi-pal en forma de ábside con una semi cúpula deojiva y dos nichos en forma de bóveda dondese ubican algunas imágenes. Del techo pendendoce lámparas de estilo clásico de gran bellezay antigüedad" (8).

En el templo se encuentran algunas imáge-nes siendo las principales la Santísima Trinidad,la Virgen del Carmen y el Corazón de Jesús(que presiden el altar mayor); y otras como la .de San Pancracio, San Judas Tadeo o el Niño dePraga que son de gran veneración. La imagen delDulce Nombre se encuentra situada en una urnade cristal y madera, colocada a la izquierda delpresbiterio.

LOS DEVOTOS: LA AFLUENCIA

Durante los nueve días a la fiesta principalla imagen es colocada a la derecha del presbiterio

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sin su traje tradicional, con el fin de observarmejor la belleza de la escultura.

Anteriormente se celebraba la novena y elrosario, hoy día únicamente se expone la imageny se hace alusión a ella y a lo que significa en lasmisas que se celebran durante esos días.

El día de la celebración principal, eltemplo se ve muy concurrido desde tempranashoras de la mañana; en la misa de las 8 am, quees la principal del día, dedicada a los niños, laafluencia de devotos es tal que resulta muy difícildesplazarse dentro del templo. Parte importantedel rito es la costumbre de vestir los niños yen algunas ocasiones los adultos también, a lausanza del Dulce Nombre, a saber, traje moradocon adornos en dorado, a imitación del que llevala imagen, y a veces una pequeña cruz en lamano; o bien portar alguna prenda de vestir deese color.

Esta costumbre es una manera de acercar-se e identificarse más con el Dulce Nombre, ala vez que constituye una forma de pagar algúnfavor concedido o promesa. Últimamente se hanotado la influencia del Divino Niño, de origencolombiano que tiende a mezclar ambas devocio-nes. Al finalizar la misa de los niños, la imagenes incensada y llevada a la puerta del templopara dar inicio a la procesión, según explica:Carlos Zamora Hernández en su artículo: LaIglesia del Carmen. Boletín informativo del Centrode Investigación y Conservación del PatrimonioCultural #2, año 5. (San José: Ministerio deCultura, Juventud y Deportes, 1988) p. 7.

LA PROCESIÓN

La procesión se organiza a la entrada deltemplo, al salir la imagen es incensada una vezmás y entre una lluvia de flores que caen desdeel campanario, el repique alegre de las campanasy la música bullanguera de la "cimarrona", estada inicio.

Durante toda su existencia, la procesióndel Dulce Nombre se efectúo llevando la imagenen andas, cargadas por los fieles, generalmentehombres. Sin embargo, con motivo de la restau-ración hecha a la imagen en 1991, y para evitar

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cualquier daño que eventualmente le pudieraocurrir, a partir de 1992 se prefirió lIevarlaen una carroza preparada para tal efecto. Estasituación se mantiene hasta el año 2002 en quese vuelve a llevar la imagen en sus andas, deacuerdo a la tradición.

Antiguamente esta procesión se realizabarecorriendo varios barrios de la ciudad capital,salía del templo a eso de las 6 de la mañana yllegaba a su destino final en horas de la tarde.Hoy día se limita a recorrer algunas calles de loscuatro distritos centrales de San José, visitandoel Hospital Nacional de Niños y regresando a laIglesia del Carmen, luego de un pequeño saludoque le hace el cura y la feligresía de la parroquiade La Merced, la misma procesión ha variadobastante a como fue concebida años atrás, ya nose utiliza la reventadera de pólvora, ni los altaresen las puertas de las casas de habitación, ni el pagode Salves, ni la profusión de niños vestidos deángeles. Hoy día se realiza más sencillamente, conalgunos angelitos, f1oristas, alguna que otra dele-gación de las escuelas del barrio, guardia infantilde honor, filarmonía y en algunas ocasiones ele-mentos de la guardia civil o de la Cruz Roja.

Lo principal de la actividad es cumplircon lo básico de la tradición, a saber, en primerlugar dar cumplimiento a la promesa jurada yluego recitar en su trayecto las Décimas para elauxilio de la peste.

En la procesión también se dicen otras ora-ciones (padrenuestro, ave maría, gloria) y se can-tan algunas canciones religiosas como "Tú reina-rás"; a la vez que, la filarmonía ejecuta marchas,pasodobles y otras piezas musicales bien alegres,entre ellas: Las marchas "Zacateca s", "RicardoJirnénez" o "Barras y Estrellas", pasodoble scomo "Gallito" o "Mi Reina", entre otros.

En el Hospital de Niños, el Capellán reci-be a la imagen y a los fieles, hace una homilíay da la bendición a los presentes. Es tradicionalque la cimarrona ejecute la pieza "El RatoncitoMiguel", como homenaje de cariño a los niñoshospitalizados. De aquí la procesión regresa altemplo del Carmen, en cuya entrada se procede abendecir las medidas y estampitas de la imagen.

Un gesto muy bonito es el que se dacuando el dulce niño regresa, entre nubes de

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incienso y repique de campanas a su casa dondelos fieles devotos le obsequian un nutrido aplau-so al momento de hacer su entrada. Una vezcolocada la imagen en el presbiterio se ofre-ce a la veneración de los fieles durante loque resta del día; luego de la procesión, lacomisión organizadora ofrece como agrade-cimiento a los miembros de la filarmonía y alas personas que colaboran con la celebración,un refrigerio en los salones de la casa cural.Por lo general en la tarde hay misas de roga-ción con bendición y exposición del SantísimoSacramento, concluyendo la actividad con lamisa de las siete de la noche.

EL RITO DE LA VISITAAL DULCE OMBRE

La visita al Dulce Nombre el día de lafestividad constituye un complejo ritual que paramuchas personas da inicio en la propia casa, al"arreglarse para ir al Dulce Nombre", esto es ves-tirse bien o tener listo el traje que llevará algúnniño de la familia si es que va a pagar una pro-mesa, o preparar para la ocasión alguna prendade color morado. De acuerdo con Peso Moreno,en este momento al salir para ir a la iglesia, sepodría decir que da inicio a una "peregrinaciónintraurbana" al centro principal de culto. (Peso,1989, p.552). El hecho de prepararse-valistarse"-para ir hasta el templo del Carmen y recorrerla distancia que separa el hogar del devoto dela iglesia, algunas veces zonas alejadas de lacapital, le dan a esta "peregrinación" un carácterdiferente y es el de la informalidad, ya que cadaquien llega por sus propios medios y por muydiferentes rutas. Una vez iniciada la procesión elsacerdote que la conduce hace ver que la mismaes una peregrinación, y es en este momento queesta se transforma y se constituye como tal.

Es corriente que en las afueras del templolos devotos adquieran, tanto a vendedores ocasio-nales, como a vendedores autorizados debidamenteidentificados, estampas del Dulce Nombre, nove-nas, medidas, oraciones, escapularios, etc.

Al entrar a la iglesia los devotos se ubicanen las bancas para oír la misa, por lo general las

primeras bancas se reservan para los niños. Unavez concluida la misa muchos devotos, algunoscon sus niños en brazos, se acercan para tratar detocar alguna parte de la imagen, ya sea los pies,el traje, la mano, y luego persignarse. La mismasituación se presenta al regresar la procesión yponer la imagen a veneración de los fieles.

EL FIN DE LA VISITA:LAS PETICIONES AL DULCE NOMBRE

Los devotos acuden, sin lugar a dudas, abuscar una ayuda sobrenatural para resolver susproblemas terrenales, a cumplir con la promesajurada, a rendir culto a la imagen o bien a pagarpromesas por favores concedidos. Algunos pue-den acudir a él en situaciones bastante desespe-radas, otros tal vez vienen simplemente para dargracias.

Tanto los hombres como las mujeresque asisten se preocupan, en muchos casos,por la salud de sus niños principalmen-te, a quienes ofrecen o presentan al DulceNombre para que les cuide, proteja y preservetodo mal, o bien para lograr su restableci-miento si es que su salud está quebrantada.Si bien se hacen muchos tipos de peticiones,la más importante es la que se pide para evitarque la peste del cólera vuelva a nuestro país.Con motivo de la presencia de este mal enCentroamérica (a partir de 1991) se nota unamayor afluencia de devotos en la misa de roga-ción y procesión jurada.

LAS OFRENDAS

Entendemos por ofrenda la donación quese hace de un objeto a un ser superior o sobrena-tural por parte de una determinada persona. Esteobjeto se había prometido con anterioridad comouna forma de agradecimiento por algún favorconcedido y debía exponerse en algún lugar visi-ble en el sitio del culto. Estas ofrendas se deno-minan exvotos y el motivo por el cual se ofrecenes muy diverso, por una curación milagrosa, porhaber brindado protección en un accidente, o

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simplemente por una acción de gracias. Por logeneral son confeccionados por personas ajenasal donante.

Hay una gran cantidad de exvotos (cua-dros, objetos personales, partes del cuerpo comocabe\lo o dientes, ofrendas de cera, fotografías,imágenes, etc.) los cuales se confeccionan conmateriales muy diversos (papel, cera, yeso, meta-les como oro, plata, entre otros), con los cualesel devoto cumple su promesa (Luque y Cobos,1989, p.369-390).

En nuestro caso no ha sido la costumbreofrecer exvotos al Dulce Nombre, al menos enla actualidad no se cumple con esto, sin embargocuenta la tradición que hace ya bastantes añossí se le hacían este tipo de ofrendas, al res-pecto doña Mercedes de Aguilar nos comenta"... Tenían una urnita con exvotos, pero la quita-ron; porque como hay gente que le gusta coger loajeno, entonces prohibieron que \levaran exvotos,no se volvió a ver. .." (Entrevista con MercedesRojas de Aguilar, en Desamparados el 21 demayo de 1992).

La ofrenda principal que se le hace alDulce Nombre es una acción de gracias, la cuales por lo siguiente:

Cumplir con la Promesa Jurada

Dar gracias por librar al país de la peste(en especial por el cólera morbus). Dar graciaspor favores particulares concedidos (curacionesmilagrosas, salir bien de alguna operación qui-rúrgica, devolver la salud a un enfermo, entreotras.), por lo general en relación con los niños.Al DulceNombrese leofrecen losniñosrecién naci-dos, para que les proteja de todo mal y enfermedad.Pagar una promesa (que se manifiesta vistiendoa los niños y en ocasiones adultos a la usanza delDulce Nombre y asistiendo a la misa de rogacióny Promesa Jurada).

La Iglesia Católica ante el cultoal Dulce Nombre

Gracias al apoyo de la Iglesia Católica quese ha preocupado por preservar y fomentar estetipo de manifestación de la religiosidad popular

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urbana, es que la hermosa tradición heredadade nuestros antepasados se ha fortalecido segúnpasan los años.

Este apoyo se dio más visiblementeen 1940 cuando el arzobispo Víctor SanabriaMartínez emite un decreto episcopal con el fin dedarle "todo el carácter que según el canon 1295deben tener las Procesiones Sagradas", el cualse mantiene en la actualidad. De esta manera laprocesión del Dulce Nombre es una de las pocasque cuenta con su propia normativa.

A partir de 1984 los sacerdotes titularesde la parroquia del Carmen apoyan y prornocio-nan la devoción y culto al Dulce Nombre juntocon una comisión que se encarga de cumplir conlo siguiente:

Celebraciones: Novena, misas de rogación,colectas, publicaciones en diarios. Preparación:Liturgia de las misas. Arreglo del templo.Propaganda. Procesión: Liturgia de la procesión.MonaguilJos. Carroza o andas. Sistema de soni-do, arreglos florales. Venta de estampas, novenay medidas. Actividad en el Hospital Nacional deNiños. Autoridades de Tránsito: Colaboración paracuido del orden y permisos de circulación vial.Refrigerio.

Año con año la colaboración entre sacer-dotes y seglares se hace más efectiva, por lo quepodemos decir que gracias al apoyo brindadopor la Iglesia Católica, la promesa jurada se hasalvado del olvido y la devoción se mantendrápor muchos años más, mientras existan personasque no dejen de creer que la intervención divinagracias al Dulce Nombre de Jesús, fue decisivaen los terribles momentos de la peste del cóleraen 1856.

V AUGE Y EXTENSIÓN DEL CULTO ALDULCE NOMBRE (1856-2006)

La devoción al Dulce Nombre se convirtiódesde su inicio hasta la fecha en un comple-jo fenómeno cultural que trascendió el propioámbito religioso. En un comienzo se generalizótanto la devoción- tal fue el temor al cólera- que

, lJegó a cubrir en 1871 diversas localidades del

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Valle Central, posteriormente se extendió a otrossitios del país, para abarcar, más o menos en lasprimeras décadas del siglo XX a la casi totalidaddel territorio nacional.

El Dulce Nombre llegó a influir muchoen la vida costarricense de fines del siglo XIXy principios del XX, sus funciones (enero yjunio) eran concurridísimas, asimismo las misasde rogación de cada mes. La famosa procesióno promesa jurada revestía características muyparticulares en donde los vecinos competían paraver quién honraba mejor a la imagen, gastandomás pólvora o pagando más salves. Este eventoque duraba a veces hasta 15 horas, aglutinabacientos de personas que venían de diversos luga-res del país y que no reparaban en ser generososcon sus limosnas.

La Función del Dulce Nombre fue elevento religioso más importante de la cuidad deSan José, superior tal vez a las procesiones de laSemana Santa, del Corpus Cristi o del patronoSan José. Su influencia fue tal que tuvo mani-festaciones muy importantes en la cultura cos-tarricense, por ejemplo en la literatura (Cuentosde Manuel González Zeledón-Magón-), en lapintura (obra de Ezequiel Jiménez), en la música(composición de Virginia Mata y otros autores),o en la imagineria (esculturas de Manuel MaríaZúñiga o Manuel (Lico) Rodríguez).

De acuerdo con lo anotado en los librosde Cargo y Data de la Cofradía, los fondos de lamisma fueron muy importantes tanto en efectivo(limosnas, legados), como en objetos para elculto (alfombras, manteles, palio, telones, flo-reros, capa y paraguas para la imagen), y segúnalgunos informantes en joyas (cruz de brillantes,esclavas de oro, anillos, cadenas con pendientes).En relación a lo anterior;, nos comenta doñaMercedes de Aguilar " .. .Tenía anillos en susdeditos, casi dos o tres en cada dedito; tenía cua-tro esclavas grandes, y de cada esclava pendíanmonedas o alguna cosa. En los piecitos tenía dosesclavas grandes, una esclava del piecito derechose la había dado mi papá y mi mamá; y tenía sucadena grande con una cruz de brillantes; perono sé que paso que en cierto tiempo se metieron(a la iglesia) e hicieron un robo; por dicha no lerobaron todo, pero algo le llevaron y lo demás se

lo quitaron y lo guardaron ... " (Entrevista a doñaMercedes Rojas de Aguilar, en Desamparados el21 de mayo de 1992).

Con tal haber no fue extraño que envarias oportun idades la autoridad eclesiásticatomara parte de esos fondos para cumplir conotros objetivos, como por ejemplo para obras derestauración de la Catedral Metropolitana, parala reconstrucción de la iglesia y casa cural delCarmen o para cubrir el déficit de la cuenta deFábrica.

Sin lugar a dudas el Dulce Nombre fuemuy importante para los habitantes del San Joséde finales del siglo XIX e influyó tanto en susvidas que difícilmente pudieron abstraerse dela influencia que éste ejercía. Vemos así la grancantidad de personas que son miembros de lahermandad y Cofradía, que utilizan escapula-rios o que visten el hábito del Dulce Nombre.También es importante la costumbre de bautizara los niños con el nombre "de Jesús", situaciónque se mantiene aún bien entrado el siglo XX.

La devoción también se hace presente enla nomenclatura de villas, poblados y barrios queconforman el territorio nacional, de esta manerapodemos observar que existen tres villas, oncepoblados y tres barrios denominados DulceNombre y aparece hasta en el nombre de unautobús de la línea a Desamparados, el cual muyorgullosamente se denomina "Dulce Nombre".Como hemos visto esta devoción se desarrollaprincipalmente en la Iglesia del Carmen en SanJosé, sin embargo en vista del gran aumento depoblación de las parroquias de la Merced y de laSantísima Trinidad, hizo que el arzobispo RubénOdio Herrera decidiera, el 22 de enero de 1959,crear una nueva parroquia, desmembrándola delterritorio de esas parroquias, denominándola delDulce Nombre de Jesús y ubicándola en el barrioLa Pitahaya, en San José. Monseñor Odio mani-festó que "... 10 movía un sentimiento de justiciay de santo temor a Dios para dar cumplimientoal voto de erigirle al Dulce Nombre el santuarioprometido ... " (Eco Católico, 31/7/1977, p.10).

Una vez consagrado el nuevo santuario(14 de agosto de 1977), se hicieron ingentesesfuerzos para trasladar la devoción del dulceNombre de la Iglesia del Carmen, sin embargo

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estas acciones no fructificaron y la misma quedóasentada donde había estado desde 1859.

En la actualidad no se puede conce-bir la devoción al Dulce Nombre sin la igle-sia de Nuestra Señora del Carmen, ambas sepertenecen y así se mantendrán en el futuro

La orientación que la iglesia católica le ha dado ala devoción ha hecho que ésta, sin dejar de ladosus postulados básicos, se robusteciera y asegu-rara su permanencia; gracias a la acción multi-plicadora de los devotos que han logrado atraernuevos simpatizantes, es que la misma se perfilacomo algo duradero, ya que en última instanciason éstos los que se encargarán de mantener ypromocionar esta hermosa tradición.

VI CONCLUSIÓN

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La devoción y culto al Dulce Nombre deJesús en la ciudad de San José es un fenómenocultural que va más allá de los límites de lopuramente religioso. Es la respuesta a una situ-ación específica (Guerra contra los filibusterosy lucha contra la peste del cólera morbus) quese dio en Costa Rica en 1856, implica un com-promiso formal o Promesa Jurada, por partede toda la población de la ciudad, que si bienno consta en documento alguno si existe en latradición oral formada al través de los años.Consiste también en una peregrinación un tantoinformal (peregrinación intraurbana), para trans-formarse después en algo más concreto y formal(Procesión Jurada). Este tipo de actividad viene areafirmar el compromiso o promesa hecho en undeterminado momento histórico.

Se puede afirmar que es un fenómeno queemana fundamentalmente del sentimiento religio-so de las clases más populares. En este sentido soninteresantes las apreciaciones de la Sra. CristinaAguilar quien nos dice: ".. .la procesión nunca hasido algo programado, no, eso siempre ha sidodel pueblo, el pueblo la lleva ... Lo bonito de laprocesión es que es una procesión de pueblo nomuy organizada ... a la gente le gusta ir ahí, todoel pueblo junto con él". (Entrevista a doña CristinaAguilar Rojas, en Tibás el 7 de octubre de 1991).

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En el transcurso de 150 años, el culto yprocesión del Dulce Nombre fue privilegio, almenos en algunos momentos, de una clase altay acomodada que se ubica principalmente enel barrio del Carmen, sin embargo estas gentescomienzan a dejar la zona y al irse despoblandoel barrio, la devoción es retomada otra vez por elpueblo y así permanece hasta la fecha.

La ingerencia de esta clase alta la podem-os notar muy claramente en la petición hecha en1885, por un grupo de señoras encabezada porla señora Cristina Guardia de Fernández, esposadel presidente Próspero Fernández, para queel Congreso de la República autorizara la cele-bración de la Promesa Jurada, ya que el gobiernohabía prohibido algunas procesiones con motivode la promulgación de las leyes liberales.

Se podría decir, que este es un culto popu-lar, producto de una religiosidad popular urbana,porque de acuerdo con la tradición, al cesar lapeste del cólera por la intercesión del DulceNombre de Jesús, este lo hizo en forma general,para todos los habitantes del país y no a favor deuna determinada clase social. La fiesta principalse celebra ahora únicamente una vez al año, elúltimo domingo de agosto, sin embargo algunosdevotos no dejan de visitarle durante el año en sutemplo y de ofrecerle acciones de gracias medi-ante el pago de misas o algunas limosnas.

Consideramos que la importancia del pre-sente trabajo radica en el rescate que se hizo deinformación muy valiosa sobre esta devoción tanparticular, lo cual permitió comprobar cronológi-camente que la Promesa Jurada se ha efectuadoy cumplido ininterrumpidamente de 1856 hastanuestros días. Al respecto debemos anotar queúnicamente para los años 1869,1872,1914, 1915,1917 Y 1938 no se pudo obtener información enarchivos, revistas o periódicos. Tal vez la crisisque produjo la Primera Guerra Mundial influyópara que no se publicara la invitación al acto o"convite". Suponemos que la promesa se cumpliófielmente ya que sí obtuvimos datos para 1913,1916 y 1918. un caso similar es el de los años1869,1872 Y 1938.

La publicación del "convite" se suspendeen la década de los setenta y se retama en la delos noventa a raíz de la aparición del cólera en

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Centroamérica. Se obtuvo también informacióninteresantísima sobre la imagen estrenada congran pompa el 14 de setiembre de 1858, sobrecual fue su costo y las restauraciones a que hasido sometida; asimismo conocimos un poco lapresencia del Dulce Nombre en la literatura, lamúsica, la pintura y la imaginería costarricense.Esto nos vino a demostrar y a reafirmar laimportancia de su permanencia en la vida nacio-nal y en particular en la de los habitantes de lacapital San José.

Han transcurrido 150 años y el DulceNombre y la Ciudad de San José crecieron comohermanos; en situaciones críticas el pueblo havisto siempre en el dulce niño un apoyo y unconsuelo para mitigar sus angustias y malestaresy este nunca le falló; mientras viva en el corazónde sus devotos, es a él quien debemos dar graciaspor todas sus bondades y por proteger siempre aCosta Rica de los estragos de la peste- sea estacual fuere-, invocando como lo hicieron antañonuestros abuelos "Por tu Santísimo NombreMisericordia Señor".

BIBLIOGRAFÍA

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