LA HACIENDA PRÉCAPITALISTA X M CLASE ... hacienda...reforma agraria, que se asiste a la...
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LA HACIENDA PRÉCAPITALISTA X M CLASE TERRATENIENTE EN ^ ■ R IC A LATIN A Y SU INSERCION ^ H L MODO DE PRODUCCION■ liT A U S T A :
C A S O E C U A T O R I A N Oi ESCUELA DE SOCIOLOGIA.
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LA HACIENDA PRECAPITALISTA Y LA CLASE TERRATENIENTE EN AMERICA LATINA Y SU INSERCION EN EL MODO DE PRODUCCIONc a p it a l is t a :EL CASO ECUATORIANO
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ANDRES GUERRERO
LA HACIENDA PRECAPITALISTA Y LA CLASE TERRATENIENTE EN AMERICA LATINA Y SU INSERCION EN EL MODO DE PRODUCCION CAPITALISTA!EL CASO ECUATORIANO
ESCUELA DE SOCIOLOGIA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA
UNIVERSIDAD CENTRALQUITO 1.975
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I N T R O D U C C I O N
Las características, naturaleza y posición de la clase terrateniente en las sociedades latinoame ricanas ocupa un lugar céntrico, aunque muchas ve ces implícito e insuficiente señalado, en la discu sión no exclusivamente del problema agrario, sino- también del desarrollo del capitalismo dependiente en América Latina. Sin embargo, son relativamente- escasos los estudios dedicados específicamente a - este tema.
En las paginas que siguen se intenta un análjL sis del proceso de producción inmediato (base económica) de las grandes propiedades agrarias (las - "haciendas") del callejón interandino ecuatoriano- y su forma específica de inserción en el modo de - producción capitalista.'
La intensión de este estudio e3 delinear la - configuración de clase de los terratenientes, los hacendados, de la Sierra en el entrelazamiento com piejo de estructuras sociales heterogéneas, y por_ lo tanto también de clases sociales de diversa naturaleza, que constituyen la formación social.
Las estructuras sociales del sector agrario - del altiplano del Ecuador presentaban hasta hace - poco la característica de haber resistido a las — grandes restructuraciones Sociales emprendidas en- casi todos los países latinoamericanos, sobre todo a partir de los años 1950. Es solamente a mediados de la década del 60, bajo los temores políticos — suscitados por los movimientos del campesinado en otros países y los tímidos intentos de una ley de reforma agraria, que se asiste a la transformación progresiva de las haciendas tradicionales.
Esta restructuración-conservación de las reía ciones de producción de la hacienda fue conducida- y ejecutada por la clase terrateniente misma (si— guiendo una típica "vía prusiana" de transición al capitalismo) e implicó fundamentalmente la desaparición del elemento angular de las relaciones de - producción en el medio andino: la renta en trabajo
Este estudio se sitúa en el tiempo en un momen to anterior a dichas transformaciones, no en un a- fán de reconstituir una forma social de producción desaparecida, sino en un intento de esclarecer al gunos rasgos pertinentes del funcionamiento de la hacienda y de la clase terrateniente que, pensamos, son esenciales para la comprensión de las transfor maciones en curso de la estructura social agraria de la Sierra y sus principales tendencias.
Las grandes propiedades territoriales, las ha ciendas serranas, monopolizaban un porcentaje ex— tremadamente alto de la tierra (según el censo a- gropecuario de 1954, las propiedades de más de 100 has poseían el 64% de la superficie total de la re_ gión y representaban el 1,2% de las explotaciones) y una proporción sin duda bastante superior de la- producción agropecuaria comercializada. Su impor— tancia histórica sobrepasa, sin embargo, este as— pecto puramente cuantitativo. El monopolio de la - tierra otorgaba a los hacendados un enorme poder - de clase económico, político e ideológico que se-ejercía en la esfera agraria misma, donde la ha--cienda constituía el "núcleo radiante" (1) que do minaba al conjunto de formas de producción de la - estructura agraria, y también a nivel nacional gra cias al lugar que los hacendados ocupan históricamente en el bloque de clases dominantes.
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Antes de entrar en materia creemos conveniente explicitar un aspecto teórico de nuestro enfoque de la hacienda como una forma social de producción.
Las diversas formas sociales de producción existentes en la formación social y cuya naturaleza es heterogénea, se integran orgánicamente en la estructura del modo de producción dominante -el único- modo de producción presente en la formación social , en sentido estricto- conformando una totalidad.
Este modo de producción "cuyas relaciones asi£ nan a todas las otras el rango e influencia" en la - estructura social, al mismo tiempo "modifica las par ticularidades" de las diversas formas de producción" (3)
Es decir que por el hecho de la dominación del modo de producción sobre el resto de relaciones de - producción diversas y las transformaciones consecuti_ vas que sufren estas ultimas, todo análisis centrado exclusivamente en el proceso de producción inmediato de una de las formas sociales de producción en sí — misma y, por lo tanto, desligado de su supeditación- ai modo de producción dominante, carece de alcance - explicativo puesto que estas formas se encuentran — siempre modificadas en su proceso de reproducción — dentro de la formación social.
Cada forma social de producción se reproduce - ante todo a sí misma, a sus propias relaciones de — producción, por sus propios medios en tanto que "todo proceso de producción es simultáneamente proceso- de reproducción" y que "las condiciones de la produc ción son simultáneamente aquellas de la reproducción" (4) Pero al constituir una parte de la estructura so cial global, no lo hace de manera aislada sino orgánicamente integrada al conjunto de las demás formas- sociales y, en particular, subsumida a las relacio— nes de producción dominantes que le imponen una fo£
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ma específica de funcionamiento. Por consiguiente, - también las contradiciones y antagonismos de clase - de estas formas aparecen supeditados y transformados por el capitalismo.
Todo proceso de producción inmediato (base eco nómica de una forma social de producción) conciérnelas condiciones específicas tanto materiales (proceso de trabajo) como sociales (relaciones de produc— ción) bajo las cuales se desenvuelve la actividad de los agentes sociales de la producción.(5) A nivel de la formación social, los procesos de producción het£ rogéneos que la constituyen se entrelazan orgánica— mente en el proceso de reproducción social de conjun to de la formación social, bajo las leyes del modo - de producción dominante.
Cabe distinguir los dos movimientos que constó^ tuyen el proceso de producción: la producción y la - circulación (de la fuerza de trabajo y de los produ£ tos; circulación que es al mismo tiempo una distribu ción), juntos garantizan la reproducción de la base- económica. En la formación social, el modo de produc: ción capitalista es el único que posee un proceso de circulación propio (al mismo tiempo que un proceso - de producción inmediato)., mientras las demás formas pre o no capitalistas aunque comprenden una esfera - de la producció:. inmediata que les corresponde, car£ cen de una circulación inherente. La disolución completa de las relaciones de circulación y de distribu ción de estas últimas se lleva a cabo, sin embargo , solamente en una etapa avanzada del desarrollo capitalista. Mientras tanto estas formas consiguen mant£ ner muchas veces prolongadamente elementos de su pro pia circulación pero que son insuficientes para obt£ ner las condiciones de una reproducción autónoma de- su base económica. En estas condiciones, su reprodu£ ción pasa por la esfera de la circulación que impone el modo de producción capitalista en todo el ámbito- de la formación social (la circulación mercantil ca pitalista) siendo en esta esfera donde las diversas-
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formas pre o no capitalistas de producción se insertan en diferente medida, según su grado de disolu---ción-transformación y de supeditación al modo de pro ducción capitalista.(6)
Al carecer de un proceso de circulación inhe— rente, hay que advertir, tampoco el proceso de pro— ducción inmediato de estas formas se conserva "inta£ to", sufre también una transformación como efecto de la penetración capitalista.
Como se verá en las páginas que siguen, la for_ ma de producción de la hacienda, a nivel del proceso de producción inmediato, conserva su base (las relaciones de producción y de apropiación de la renta t£ rritorial en trabajo) pero da también lugar a una su peditación formal del trabajo al capital interna al- proceso mismo. Mientras que, a nivel de la esfera de la circulación, se inserta en el capitalismo (exceptuando algunos aspectos parciales de la reproducción de la fuerza de trabajo) dependiendo su reproducción de este último.
El estudio de la hacienda debe, pues, ser sitúa do en la confluencia de su proceso de producción in mediato y del proceso de reproducción de conjunto de la formación social.
I EL PROCESO DE PRODUCCION INMEDIATO DE LA HACIENDA
En esta sección veremos los rasgos dominantes - del proceso de producción inmediato de la hacienda — precapitalista (calificativo que justificaremos más a delante) para luego pasar, en la segunda parte de este trabajo, a la forma como este se inserta en el modo de producción capitalista y en la reproducción deconjunto de la estructura social.
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1.- Las formas de trabajo de la hacienda y las relaciones de apropiación de la renta.-
A primera vista llama la atención la complejjL dad y la ambigüedad de las relaciones de producción de la hacienda tradicional serrana y de las formas de trabajo que brotan de las mismas en contraste - significativo con el carácter homogéneo y relativa mente simple del trabajo asalariado capitalista.
En primer lugar, la introducción del trabajador en el proceso productivo se realizaba por in— termedio de una gran variedad de formas de trabajo cuyas modalidades, definidas en términos de derechos y obligaciones consuetudinarios, diferían notablemente entre sí, al mismo tiempo que en lo relativo a sus modalidades precisas una misma forma podía - variar entre haciendas contiguas. Por otro lado, - casi todas estas formas revelaban la marca de la - penetración capitalista en la hacienda asociando - un cierto tipo de salario en dinero, al conjunto - de derechos y de obligaciones.
Con una finalidad exclusivamente descriptiva podemos clasificar las diversas formas de trabajo - que existían en las haciendas en tres grandes gru— pos, de acuerdo a las principales obligaciones y de rechos que comprendían, (ver Cuadro 1)
Un primer grupo estaba formado por aquellas mo dalidades de trabajo en las cuales la obligación de entregar una cantidad determinada de jornadas de — trabajo en los cultivos directamente organizados — por el terrateniente era el rasgo fundamental. Es— tas formas, recíprocamente, daban acceso a ciertos- derechos de posesión de medios de producción (tie— rras de cultivo, pastizales, agua, etc.). Dentro de este conjunto cabe distinguir dos grandes tipos: el trabajo yanapero y el huasipunguero. Estas dos for_
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mas se diferencian de los partidarios, arrendata— rios, etc. "con obligaciones de trabajo" por el h£ cho de que estas últimas comprendían a más de bligación de jornadas en la hacienda, la entrega\^ de una cierta proporción del producto que el campts sino obtenía en las tierras que detentaba. En cier ta manera este último tipo de formas de trabajo se asemejan formalmente a la aparcería y el arrenda— miento clásicos , a pesar de que incluyen siempre - la cariante de la constricción de trabajo semi-gra tuíto.
Más adelante estudiaremos la forma huasipungo de trabajo que ocupaba un lugar estratégico en el - proceso de producción inmediato de la hacienda por- su peso cuantitativo y las funciones que cumplía.
En cuanto a los yanaperos que eran generalmen te campesinos indios minifundistas de las comunida^ des o parcialidades colindantes con la hacienda,e£ taban sometidos a la obligación de trabajar una cantidad determinada de jornadas impagas para el - hacendado por el derecho a la posesión de pastizales naturales, agua, leña, y aún un derecho de tránsito por las tierras del hacendado. Las modabi dades precisas de las "yanapas" variaban enormemen te en las regiones de la Sierra donde había un as£ dio de las parcialidades de campesinos indios por- las haciendas. (7)
Un segundo gran grupo estaba constituido por las variantes locales de la aparcería clásica (par tidarios) o del arrendamiento, en los cuales el ha cendado ponía la tierra y algunos otros medios deproducción, mientras el campesino aportaba sobre - todo su fuerza de trabajo, dividiéndose posteriormente la producción en proporciones fijadas de antemano. Los "socios" del terratenieiite en estas formas eran por lo general los campesinos externos
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a la gran propiedad, pequeños comerciantes, etc. que pertenecían a la pequeña burguesía de los pueblos cercanos o de las parcialidades.
Los trabajadores asalariados formaban parte - del tercer grupo de trabajadores de la hacienda.Se trataba en primer lugar de los "empleados", que eran pagados ¡sensualmente y en dinero, aunque rec_i bían también en algunos casos una remuneración en especies o en usufructo de tierras y/o pastizales.
El estrato más alto de este grupo, los admi— nistradores, se asimila y muchas veces pertenecía a la clase terrateniente, mientras los funcionarios medios salían por lo general de la pequeña burguesía urbana o rural.Para estos dos estratos el sala_ rio monetario formaba la base de su remuneración , siendo los "beneficios" en especies o medios de producción más bien secundarios. Un último estrato de "empleados", encargado de tareas de ejecución y control del trabajo, y de la represión directas r<e cibía una remuneración monetaria de carácter esencialmente complementario a la posesión de tierras- y pastizales. Estos "ayudantes", "mayorales","ma— yordomos" se diferenciaban poco de los huasipungue^ ros y muchas veces eran escogidos entre ellos.
Estos "funcionarios" (intelectuales orgánicos de la clase terrateniente, en sentido gramsciano)- pertenecían a lo que podemos llamar el aparato de dirección de la hacienda; es decir la estructura - portadora de un conjunto de funciones económicas - (dirección, organización y control del proceso pro ductivo) y de dominación política-ideológica (coac ción) del campesinado indio, (cuadro 2)
Otro grupo asalariado, los llamados "peones - libres o sueltos", estacionales y permanentes ven dían su fuerza de trabajo en las haciendas. Estos trabajadores percibían solamente un jornal en diñe
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ro, exceptuando algunas tareas especxficas -c las cosechas- donde se entregaba por tradic ion \sr¿fco dos los participantes un complemento en especies^ Los peones formaban, pues, un cierto tipo de "pro_u. tariado" residente dentro de la hacienda pero que - presentaba características particulares puesto que estaba ligado por relaciones de parentezco a los huasipungueros.
En el cuadro 3 encontramos los diversos tipos de productores inmediatos de algunas haciendas in— vestigadas por el Comité Interamericano de Desarrollo Agrícola y por A. García (8) , y en el cuadro 4 los trabajadores de 41 propiedades de la Provincia- de Pichincha de acuerdo a una encuesta efectuada por los etnólogos Buitrón y Salisbury en 19461 (9)
Se puede constatar fácilmente en estos cuadros el peso de las formas de trabajo compulsivo en el - conjunto de la mano de obra que movilizaba el procq so productivo de la hacienda. Los trabajadores que- cumplían jornadas obligatorias eran la fuente de cq si toda la fuerza de trabajo estable y permanente. También se puede observar que dentro de este grupo, la forma huasipungo abastecía a la hacienda de la - mayoría de productores inmediatos, los que, además, constituían el núcleo fundamental de trabajadores - permanentes. Su importanciaresalta aún más si notamos que esta forma implicaba la obligación de cum— plir con una cantidad muy superior de jornadas (4 o 5 por semana y en algunos casos hasta 7 días) que - las yanapas, partidarios y arrendatarios con obliga^ ciones de trabajo, (ver notas explicativas del cuadro 3) .
juos trabajadores que vendían su fuerza de trabajo, recibiendo un salario en.dinero cuyo carácter no era el de un complemento para la reproducción de su fuerza de trabajo que se realizaba gracias a o— tras condiciones de subsistencia, eran relativamen-
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te pocos: una ínfima minoría formada por los traba jadores calificados (que cumplían tareas específicas dentro de la división del trabajo de la hacien da, como los tractoristas y algunos obreros de las lecherías o fábricas de queso), mientras que casi- todos los llamados "peones libres o sueltos" eran- productores inmediatos sin calificación alguna que satisfacían la necesidad de mano de obra suplementaria que implica el ciclo productivo agrícola en determinados meses del año y para ciertas tareas.
Un cálculo de la cantidad de jornadas trabaja_ das por cada uno de los grupos de trabajadores de£ taca la importancia de la forma huasipungo. Es lo que constatamos en el cuadro 5. En las haciendas M (2) A, B, C, los peones libres (73 temporales y 8 permanentes) trabajaron en el año 1963 un total e£ timativo de 28.000 jornadas/año; mientras los 175 huasipungüeros devengaron tonas 41.000 jornadas/año. No existen lamentablemente datos para las demás ha ciendas del estudio del CIDA, pero es plausible su poner que esta situación se repetía en muchos luga res ya que la mayoría de peones eran casi siempre- temporales. Utilizando los datos de la cantidad de jornadas/trabajador/año del grupo de haciendas M (2) y de acuerdo a los datos de la cantidad de tra bajadores de la hacienda RP(6) en 1963, se obtiene la aproximación del cuadro 5 que no deja de ser significativa, sobre todo teniendo en cuenta que - esta hacienda poseía una cantidad elevada de peones libres permanentes. Hay que notar por ultimo que en ambas haciendas las jornadas gratuitas obtenidas por el terrateniente gracias a los huasipungueros, etc. es siempre superior al de jornadas pagadas (alrededor del 60%).
Estos datos conducen a dos constataciones:
1) El proceso de producción inmediato de las- haciendas tradicionales se asentaba esencialmente- en un conjunto de formas de trabajo obligatorio
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que eran expresión de determinadas relaciones de - producción y de apropiación de tina renta en trabajo. El hacendado se supeditaba al productor inmediato interno a la gran propiedad (el huasipunguero) o ex terno (los yanaperos, partidarios y "arrendatarios" con obligaciones de trabajo, sitiajeros, minifundio tas, etc.) implantando relaciones de dominación extra económicas que le permitían realizar económicamente su derecho de monopolio sobre la tierra. Obte nía así trabajo extra en la forma de jornadas deven gadas por los campesinos indios en sus cultivos: es decir una renta territorial en trabajo. En este sen tido, la forma huasipungo constituía el elemento an guiar, pero no exclusivo, que sustentaba todo el — proceso de producción inmediato de la hacienda tradicional de la Sierra en tanto era la principal mediación social de la apropiación de trabajo extra y, por lo tanto, de la explotación del productor inmediato.
2) La forma salarió aparece y se combina de dos maneras diversas en el proceso productivo de la hacienda, presentándose en ambos como un complemento de las relaciones de apropiación de la renta: primeramente como un salario complementario de cie.r to tipo de trabajadores sometidos a obligaciones de entregar jornadas de trabajo gratuitas y que poseen sus propias condiciones autónomas de reproducción - de la fuerza de trabajo (huasipungueros, yanaperos, sitiajeros, etc.); en segundo lugar, en la forma de un conjunto de trabajadores que vendían su energía- vital, por una remuneración en dinero (salario), du rante algunos meses del añó. Estos trabajadores cons tituían un complemento estacional al núcleo funda— mental de productores inmediatos que devengaban la renta en trabajo. En ambos casos la forma salario a parece como una expresión de la penetración capitalista en el proceso de producción inmediato de la - cienda y de su transformación.
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2) La forma huasipungo de trabajo.-
La multiplicidad de formas de trabajo de las - haciendas antes que obscurecer más bien revelan la tendencia de la gran propiedad a subornidar el trabajo por intermedio de un conjunto de relaciones de dominación extra económicas que permiten la extor— ción de una renta impuesta al campesino indio.
Por el lugar que ocupa en el proceso de produ£ ción inmediata de la hacienda, además de su impor— tancia cuantitativa, la forma huasipunguo transpa— renta con mayor nitidez esta relación de producción determinante de la hacienda precapitalista.
Indicamos ya que el trabajo huasipunguero se - definía como un conjunto de derechos y obligaciones (10) de carácter consuetudinarios entre el trabajador y el hacendado. La principal obligación del hua sipunguero consitía en poner a disposición del te— rrateniente su fuerza de trabajo individual durante un cierto número de días a la semana (4 o 5) (11), además de un trabajo rotativo entre las familias — huasipungueras destinado al servicio personal del - propietario en la"casa de la hacienda" (la huasica- mía). (12)
A estas obligaciones se sumaban otras esporád_i cas y de corta duración, como acudir junto con los demás miembros de la familia a las "mingas" que e— ran determinadas tareas donde se requería un trabajo colectivo numeroso (construcción o reparación de caminos, acueductos, edificios, o determinadas ta— reas agrícolas como las cosechas, etc.) (13)
En cuanto a los derechos del huasipunguero, e£
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tos le concedían la posesión de un lote de tierra fijo dentro de la hacienda y el usufructo de los - pastizales naturales (los páramos) para una cantidad limitada de ganado. Tanto la producción agrí< la del huasipungo -la parcela- como la pecuaria pertenecían de manera inmediata y en su totalidad- a la familia-huasipungo.
De esta manera las haciendas se dividían en - dos partes claramente diferenciadas: las tierras - cultivadas directamente por el propietario y las - tierras en posesión de las familias huasipungo, siendo estos últimos un conjunto de lotes desparra_ mados en las tierras de segunda calidad y en las - laderas del latifundio. Los pastizales naturales, sin embargo, no estaban divididos, tampoco existíauna asignación especial precisa de lo correspon--diente a cada familia pero se establecía un límite a la cantidad de animales que cada huasipunguero - podía pastorear. Como se puede observar en el cuadro 6, el por ciento global de tierras de la ha--cienda en manos de los huasipungueros varía enorme mente de una propiedad a otra, de la misma manera que la extensión de la parcela individual. ObYia— mente, no es de esperar una uniformidad puesto que la proporción de tierras en las parcelas y sus dimensiones absolutas dependían de toda una serie de factores que modificaban forzosamente su reparti— ción en cada feacienda y entre las diversas propiedades , como son el tipo de cultivos, la importancia de las actividades pecuarias, la calidad y características de las tierras, el grado mecaniza--ción, etc., a mas de los rasgos puramente subjetivos del terrateniente (14)
Sin embargo, menos explicable resulta un he— cho presente en todos los estudios disponibles de las haciendas y es que contrariamente a lo que ca
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bía suponer, la dimensión del huasipungo y los derechos de pastoreo no mantenían correlación positi va alguna, en tierras de calidad similar, con las obligaciones impuestas a la familia-huasipungo(15) Tampoco se constata que el número de miembros de - la familia-huasipungo mantenga una correlación con el tamaño de la parcela y los demás derechos. Algu nos indicios permiten suponer que originalmente tal vez se dejaba, en algunas haciendas, que la d_i mensión de la parcela sea fijada por la capacidad- de trabajo de la familia del huasipunguero, capac_i dad restringida, claro está, por la constricción - de entregar jornadas de trabajo gratuito. (16)
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Para lograr su propia reproducción material - la familia huasipungo realizaba un conjunto de actividades agrícolas, pecuarias y artesanales domé^ ticas . La importancia relativa de cada una de estas actividades económicas dependía sobre todo de las características de la hacienda (en particular- la disponibilidad de páramos para el pastoreo) y - de los derechos concedidos al productor. Casi siem pre la producción agrícola y la pecuaria del huasi^ pungo se asociaban funcionalmente para conservar - la fertilidad de la parcela (combinadas a una rota ción de cultivos y de barbechos) y como base de la actividad artesanal domestica -en particular tex— til. No es necesario insistir en la importancia de esta complementaridad de actividades productivas - pues eran la base de la reproducción autónoma de - la familia huasipunguera ampliada, como resulta pa tente.
Dentro del huasipungo el proceso de trabajo - se realizaba con instrumentos de tipo manual, propiedad de la familia huasipungo. Estos constituían
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por lo general un arado (el viejo arado de madera - de construcción artesanal introducido en América — por la colonización española, en el mejor de los ca sos innovado con una vertedera matálica) una rast también en madera; instrumentos manuales como una - pala o un azadón metálicos, etc. y a veces una yunta de bueyes. (17) Además el huasipunguero poseía u na cierta cantidad de animales de cría y de aves. Esta claro que dada la diversidad de condiciones e conómicas en que se encontraban los huasipungueros, la situación particular de cada familia variaba e— normemente. Es lo que resalta de la encuesta de los huasipungueros de la hacienda de Pesillo en el cuadro 7.
En lo que atañe al proceso agropecuario mismo, la familia disponía de un conjunto de conocimientos técnico-empíricos de rotación de cultivos, combinación de agricultura y cria de ganado, barbechos, a provecnamiento de pisos climáticos, procedimientos- rudimentarios contra la erosión, repartición de siembras para dividir los riesgos, aprovechamiento- de la topografía para la protección de los sembríos contra los elementos naturales (en particular las - heladas), etc.(18)
La fuerza de trabajo utilizada en la producción del huasipungo no se limitaba a la actividad vital del huasipunguero mismo, individualmente, en su tiempo de trabajo "libre", o sea una vez devengadas las jornadas obligatorias para el hacendado. El tiem po de trabajo necesario para la reproducción de la- fuerza de trabajo del huasipunguero estaba consti— tuído en realidad por el tiempo de trabajo disponible del conjunto de miembros de la familia huasipun go ampliada, como estructura social inherente a la forma de trabajo huasipunguera y portadora de la re producción material (económica) de todos sus miem— bros.
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3) La familia huasipungo ampliada.-
Es necesario detenerse en este tipo de estruc^ tura familiar originado por las relaciones de pro ducción de la hacienda ya que por su función en la reproducción de la fuerza de trabajo servía de do ble eje, primeramente, de la supeditación del trabajo a la gran propiedad y, al mismo tiempo, en se gundo lugar, de la supeditación formal del trabajo al capital.
El huasipungo, la parcela de tierra, además - de ser el principal medio de producción del trabajador servía de lugar de residencia a los miembros de esta forma particular de familia, cuyas relacio nes se extendían fuera del círculo de la familia - nuclear del huasipunguero (el "titular", su mujer e hijos solteros) a una serie de otras familias y parientes ligados por relaciones sanguíneas o rituales. Los miembros que no pertenecían directame^ te al núcleo familiar central portador de las obl¿ gaciones y de los derechos de tierra y de trabajo, eran conocidos en la Sierra ecuatoriana por los tór minos expresivos de "arrimados”, "allegados" o " a pegados". (19)
El cuadro 7 da una descripción de los diver— sos miembros de la familia y sus relaciones de pa rentesco, tal como resulta de la muestra de huasi- pungos estudiados de la hacienda Pesillo en 1962. El cuadro 8 corresponde a las familias estudiadas- por el CIDA; por último, el cuadro 9 trae la cantl dad de miembros de la familia nuclear central del- huasipunguero, la cantidad de familias nucleares a_ pegadas y sus miembros en tres haciendas de acuerdo a diferentes estudios. Para estos dos últimos - cuadros es de lamentar la ausencia de una descrip-
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ción precisa del tipo de vínculos que unen a los miembros de la familia.
Estos datos muestran que a pesar de las fuertes variaciones en la composición de la familia aún dentro de una misma hacienda -y cuyas causas - sería interesante conocer, pero no se dispone de - información alguna-, la estructura de la familia - huasipungo estaba formada casi siempre por el grupo nuclear central junto al cual convivían en una o varias habitaciones ("chozas") otros núcleos fa_ miliares y miembros individuales ligados por alguna forma de parentesco.(20)
Este tipo de familia ampliada constituye una estructura social específica que permite la reproducción de la fuerza de trabajo de los productores inmediatos de la hacienda, material, biológica e i_ deológicamente. Esto, no solamente para el huasi— punguero mismo sino también para los llamados peones libres o sueltos que, en su mayoría, eran miem bros de la familia huasipungo que vendían su energía vital en la gran propiedad (los "arrimados", - "apegados", "allegados", etc., etc. , notas explicativas del cuadro 3).
El aparato familiar de reproducción del traba jador directo originado por las relaciones de producción capitalistas se sitúa, por su rol diferenciado, exclusivamente en la superestructura del uro do de producción, en tanto que "organismo de la so ciedad civil"(21), unidad de consumo portadora tan sólo de la reproducción biológica e ideológica del trabajador; ausente de la base económica en tanto- que aparato. Al contrario de esto, la familia huasipungo se presentaba como una estructura indife— renciada que se prolonga al mismo tiempo como base económica (producción material) y superestructura- de la reproducción de la fuerza de trabajo (produce
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ción biológica e ideológica).
La condición de existencia de esta forma de f£ milia es la posesión autónoma de sus propios medios de reproducción materiales, los que permiten la realización de las diversas actividades producti - vas de sus miembros.(22) La familia se apropia sin mediación alguna y por entero del producto de su - actividad. En este sentido, la familia ampliada en cuestión brota directamente de las relaciones de - producción y de apropiación de la renta en trabajo imperantes en la hacienda, al otorgar éstas al tra bajador un conjunto de derechos de posesión de medios de producción y la disposición autónoma de los mismos.
Bajo esta forma de relaciones de producción la reproducción de la fuerza de trabajo requi ere una estructura específica portadora de la producción - material destinada al trabajador directo, además - de las otras funciones (biológica e ideológica)(23)
La realización de un proceso productivo autóno mo implica ion conjunto de agentes de dicho proceso (la familia como "aparato productivo" según Chaya- nov),(24) que en ningún caso puede reducirse al huasipunguero individual ya sea por los ritmos ínsitos de las actividades agrarias y pecuarias en - un proceso productivo poco desarrollado, o porque- la apropiación de la renta (es el aspecto principal ) por el hacendado en el caso específico de la forma huasipungo tiene como condición el que la activi— dad vital del trabajador se desligue, total o pa£ cialmente, de la mera producción de subsistencia. (25)
Es esta probablemente la razón de la multipli
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cidad de miembros de la familia huasipungo. En e- fecto, aunque en principio se presenta aparen ce — mente como un simple resultado del crecimien,.. ae mográfico, res onde en realidad a una necesidad - intrínseca de las relaciones de producción y de a propiación de la renta territorial en trabajo.(26)
La separación entre el trabajo necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo y el trabaje extra para el terrateniente no se realiza en la hacienda solamente como una separación en el - tiempo y en el espacio: el huasipunguero que tra bajaría tantos días para sí, en su parcela (trab¿ jo necesario), y otros tantos para el patrón (tra bajo extra) en los cultivos de la hacienda. Si a sí fuera, el monto de la renta en trabajo que po dría exigir el hacendado encontraría rápidamente- uná barrera -dado el bajo nivel de las fuerzas productivas- fijada por el imperativo de dejar su ficienre tiempo para que el trabajador directo, - el huasipunguero, produzca individualmente lo re^ querido para su propia subsistencia. Mas aún, r£ cordando siempre el carácter estacional del ciclo productivo agropecuario poco desarrollado, los mo mentos de mayor actividad y requerimiento de fuejr za de trabajo coinciden en el tiempo tanto en el huasipungo como en la hacienda; o sea, sin el "ci parato productivo" de la familia se vería imposibilitada la reproducción de la fuerza de trabajo- (27)
La división entre jornadas de trabajo que el- campesino entrega al terrateniente y aquellas que dedica para sí, en su parcela, es ante todo una i lustración (y no un análisis) que traduce en forma inmediatamente perceptible y concreta un conjun to de instrumentos conceptuales (trabajo necesa— rio y extra) que permite aprehender las relacio— nes de explotación. Es un esquema teórico que se apoya en una realidad histórica.(28)
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En el caso que aquí vemos, la separación entre las dos partes constitutivas del trabajo social - se efectúa en realidad por el intermedio de la fa_ milia-huasipungo ampliada como aparato productivo que permite una división de trabajo entre dos for mas de agentes de la producción: por un lado los huasipungueros, en sentido estricto, obligados a trabajar para la hacienda y que representan esencialmente el trabajo extra, la renta; en segundo lugar, los miembros de la familia ampliada, porta^ dores del trabajo necesario, dedicados a la pro— ducción domestica agropecuaria y artesanal. No hay para que insistir, pues va de sí, en que esta división no es ni tajante ni rígida ya que también-' sobre el huasipunguero recaía una parte de su re producción en su tiempo "libre", de la misma man£ ra, los miembros de la familia iban a trabajar en la hacienda como asalariados.
Esta forma de familia, aparece por lo tanto - como la condición de existencia tanto de la repro ducción de la fuerza de trabajo como de la apropia ción del trabajo extra por el hacendado, la expíes tación. Si consideramos, además, que "la fuerza - de trabajo de la unidad de explotación doméstica" -para nosotros el huasipungo- "está totalmente des terminada por la disponibilidad de miembros capacitados en la familia"(29), el volúmen global de trabajo extra que el hacendado puede apropiarse - es mayor en una estructura familiar ampliada que- en una familia de tipo nuclear (o diádica). De ahí, cabe inferir, el hecho de que el terrateniente permita la residencia de varias familias en un más mo huasipungo (30) La apropiación suplementaria - del sobretrabajo de los demás miembros de la fam:L lia se efectuaba, en primer lugar, comprando la - fuerza de trabajo de los "arrimados" como peones- libres o sueltos y, en segundo, por intermedio de aquellos trabajos de tipo colectivo donde debía -
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concurrir toda la familia ampliada (como las mingas) .
Hay que tener presente, por último, que la fa milia huasipungo, como estructura no existía aisladamente. Hemos visto que surge de las relacio— nes de producción de la hacienda, por lo tanto es taba orgánicamente ligada -en situación de dependencia- al resto de la superestructura de coacción política e ideológica que se levantaba sobre la - base de la gran propiedad territorial y que a su- vez se apoyaba en los diversos aparatos de la sil perestructura de la formación social (en particular el aparato eclesiástico y el Estado) a nivel local y nacional. La familia-huasipungo era justa mente el pedestal de la dominación extra económica que ejercía el terrateniente sobre el produc— tor inmediato: es decir, era la mediación esencial de la supeditación del trabajo a la gran propie— dad.
4) El salario complementario en la reproducción de la familia huasipungo.-
Un último aspecto que atañe la reproducción - del trabajador huasipunguero es el peso relativo- de cada una de las actividades principales de la familia (agropecuarias y artesanales) y en particular del ingreso monetario obtenido, primeramente, por el huasipunguero mismo y luego por la ven ta de la fuerza de trabajo de los peones libres o sueltos que, como sabemos, eran en su mayoría miar bros de la familia huasipungo.
¿Cuál es la importancia relativa de cada una - de estas ocupaciones? En el cuadro 10 se calcula - de acuerdo a diferentes estudios la producción bru ta global de algunos huasipungueros en términos mo netarios y el ingreso total por salarios percibi— dos por la familia.(31) Estos datos conducen a las siguientes observaciones:
a) A pesar de las fuertes dire¿encias ae ingre so entre las diversas familias tanto en términos - absolutos como en su composición relativa, resalta claramente que la base de su reproducción material está dada sobre todo por la actividad productiva - misma de la familia-huasipungo (entre un 80 y un - 38 por ciento de su ingreso total bruto calculado- en términos monetarios, según los diferentes autores) .
Sabemos que estos datos son resultado de en--cuestas harto aproximativas, sin embargo nuestra a severación sobre la importancia determinante de la producción agropecuaria y artesanal del huasipungo en la subsistencia de la familia encontraría mayor confirmación aún en un estudio más ajustado a la - realidad. Efectivamente, la producción de autocon- sumo pecuaria, avícola y de cuyes (32) no fue cal_ culada en el estudio de los huasipungos de Pesillo ni tampoco de las haciendas M(2) en el estudio delCIDA. Por otro lado, hay una evidente subestima--ción de la producción comercializada pecuaria de - este último grupo de huasipungos puesto que el mi£ mo estudio señala "la primordial importancia de la explotación pecuaria en su actividad económica" — (de los huasipungueros) (33). De todos estos datos los menos confiables son aquellos de Costales Sama niego puesto que este autor no aporta ninguna ex— plicación de cómo fueron calculados esos por cientos y en que tipo de propiedad. No obstante esto y a
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pesar de la importancia de los ingresos monetarios por cuenta de salarios, también aquí la producción de la familia huasipungo ocupa un lugar fúndame.-- tal en su reproducción.(34)
b) El ingreso monetario salarial de la familia huasipungo adopta el carácter de un salario comple mentario en el sentido de que su reproducción mate rial no depende por entero del mismo, como es el - cas^ del trabajador director capitalista. Sirve de "cor ’.emento" a la reproducción que la familia obtiene gracias a su actividad económica autónoma. - En el rubro salarios cabe subrayar la importancia- del trabajo de los "arrimados". Son estos quienes- traen entre un 50 a 80% del total de salarios a la familia, lo que se explica por el hecho de qué la mayoría, sino la totalidad en algunas haciendas,de los llamados peones libres o sueltos son miembros- de la familia huasipungo, la que obtiene de esta - manera un ingreso monetario complementario para su reproducción.
c) Los dos puntos anteriores conducen a la cori clusión siguiente. El salario que los miembros de la familia-huasipungo perciben (el huasipunguero y los arrimados) no define un trabajo asalariado en pleno sentido del término ni por lo tanto un conjunto de trabajadores verdaderamente proletarios , puesto que la base de su reproducción reposa siempre en el aparato productivo de la familia. «Jo ob£ tante, y es un aspecto contradictorio de la forma- huasipungo de trabajo tal como la vemos aquí, la - familia ampliada del campesino indio no detenta más en su totalidad las condiciones materiales de su reproducción. En este sentido, se encuentra ya- en un proceso de proletarización y de supeditación formal a las relaciones de producción capitalistas El hecho de que algunos de sus miembros se veían o bligados a vender su fuerza de trabajo en las ha— ciendas era una manifestación y un efecto de dicho proceso.
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5) El proceso de trabajo en la hacienda.-
Hemos visto hasta aquí las condicones sociales y en particular las formas de trabajo del proceso de producción inmediato de la hacienda. Conviene- examinar ahora los medios de producción empleados Es un problema que reviste importancia dado que - concierne la existencia o no de una inversión y a cumulación de capital en las grandes propiedades.
En el cuadro 11 hemos extraído la descripción de lo que el estudio del CIDA califica de "capi— tal fijo","variable" y "gastos de operación" de - algunas haciendas. (35)
NOs preocuparemos en esta sección solamente - de dos aspectos del proceso de trabajo. El primero es que como se puede apreciar en el cuadro an tes mencionado, el proceso de producción de la ha_ cienda requiere que una cierta masa de dinero (llamémosla así por el momento) se plasme en un - conjunto de materias primas, auxiliares e instrumentos de trabajo cuya proveniencia es totalmente externa a la hacienda misma; o sea que no son ela borados como parte de su propio proceso de produce ción. Es el caso de toda una serie de instrumen— tos mecánicos de trabajo (tractores, cosechadoras, motores, vehículos, etc. y sus respectivos equi— pos) y también manuales (palas, azadones, zapapicos, barras, etc.); ciertas materias primas y/o - auxiliares (abonos químicos, combustibles,semillas ganado de raza, etc.) impresindibles para la pro ducción agropecuaria de la hacienda. El térrate— niente adquiere todos estos medios de producción- en los mercados urbanos más importantes. Si remon tamos a su origen, encontraremos, además de la in dustria nacional, también la industria de los paí ses capitalistas centrales (imperialistas) ya que
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buena parte de ellos son comprados en el mercado - mundial.
En otras palabras, y como conclusión más gene ral de esta constatación, cabe afirmar que la ha— cienda precapitalista dependía en cuanto a un con junto muy importante de las condiciones materiales de producción de su inserción en el modo de produ£ ción capitalista, tanto a nivel nacional como mundial .
Un segundo aspecto, en apariencia contradictorio con el anterior, es que al mismo tiempo que se introducen en el proceso de trabajo medios de pro ducción "modernos", éste conserva su carácter "arcàico" en su conjunto. El proceso productivo sigue basado en el instrumento manual de trabajo que ma_neja el productor directo, en formas de coopera--ción y de división del trabajo simples (un grupo - de productores que efectúa tareas similares o complementarias y que dependen de la fuerza y habilidad del trabajador en la manipulación de su herramienta) , en procesos de cultivo indicadores de un bajo nivel de desarrollo de las fuerzas producti— vas (barbechos prolongados como principal método - de reconstitución de la fertilidad de la tierra, va na integración asistemática de agricultura y cria- de ganado, rotaciones de cultivos poco frecuentes, pastizales naturales, etc.). Son métodos de produ£ ción que caracterizan una agricultura de tipo ex— tensivo y que han sido suficientemente descritos y denunciados en mucííos estudios. (36)
La transformación del proceso de producción de la hacienda adopta siempre la forma de una innovación incompleta, parcial. Es así como se introdu— cen medios de producción que provienen de un alto desarrollo de las fuerzas productivas alcanzado por el capitalismo a nivel mundial y no nacional -
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De esta manera se renuevan ciertos aspectos de dicho proceso pero conservando sin embargo los métodos de cultivos tradiconales en su conjunto.
Esto revela, según creemos, dos aspectos que conviene mencionar:
a) Uno de los lugares comunes con el cual se tropieza en gran parte de la literatura agraria na cional (y latinoamericana) es la así llamada "mentalidad tradicionalista" de los terratenientes, reacia a toda innovación, que determinaría un com portamiento "poco empresarial". (37) Un segundo lia gar común, íntimamente relacionado con el anterior (y que es presentado no pocas vecep como su causa), es la "falta de integración" de la hacienda en el "sector moderno" (leáse capitalista) de la economía Serían estos dos los orígenes de la conservación - del "arcaismo" del proceso de producción inmediato de la gran propiedad.
Los datos que aquí mencionamos permiten esbozar una hipótesis explicativa diversa de la sobrevivencia de este aparente arcaismo, y que se asieri ta en una constatación empírica: -los terratenientes procedían a una selección de ciertos momentos del proceso de trabajo tradicional que encontraban pro vechoso innovar (por razones sin duda económicas), introduciendo medios de producción muchas veces bastante complejos y costosos. No obstante esto, - conservaban por otro lado los demás aspectos de la producción sin aportar cambio alguno. Los instru— mentos de trabajo (o materias primas y/o auxilia— res) "modernos" se integran de esta manera al conjunto del proceso tradicional, acelerando determinadas tareas o mejorando rendimientos. En este sen tido y contrariamente a lo que se afirma por lo ge_ neral, una racionalidad puramente económica (maxi- mizar las ganancias) preside a esta innovación y - al mismo tiempo conservación del proceso de trabajo. ((38)
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En segundo lugar, la hacienda se encontraba perfectamente "integrada" al capitalismo puesto que, al carecer de autarquía en la reproducción ue su; propias condi ones materiales de funcionamiento (máquinas, herramientas, etc.) dependía de este Ú.L timo para su reposición.(39)
b) Dentro de límites, bastante amplios, es perfectamente compatible un determinado grado de desarre lio de las fuerzas productivas sin una real y ra di' transformación del proceso de producción precapitalista. (40) Es decir, la inserción de la hacien da en el capitalismo para su abastecimiento en me— dios le produccióh y la introducción de trabajo te£ nológicamente avanzados no conduce a una mutación - forzosa del proceso de trabajo globalmente, ni tampoco de las relaciones de producción.(40)
11.- Li. INSERCION DE LA HACIENDA EN EL HOPO DE PRO- DITCION CAPITALISTA.
De acuerdo a las características del proceso - inmediato de la hacienda, tal como vimos ha :a aquí, la renta territorial en trabajo se presenta como la relación de producción determinantes de esta forma de producción y cuya expresión fundamental es la forma huasipungo de trabajo. Esta relación social ¡a parece como determinante en un doble sentido:
1) La renta en trabajo r- como.-relae±ón- -de expío tación es la forma principal de apropiación de tr£ bajo extra por el hacendado (el no productor), pue£ to que como pudimos ver en páginas anteriores el nú cleo fundamental de trabajadores esta formado por -
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los huasipungueros. Esta relación de explotación - (La renta) constituye la base de la forma social de producción de la hacienda e implica un conjunto de estructuras particulares y, sobre todo, la existen cia de la familia del trabajador inmediato como a_ parato productivo.
2) El proceso de producción inmediato de la - hacienda está también basado en la renta en tanto- que sus estructuras inherentes son simultáneamente portadoras de la supeditación formal del trabajo - al capital (apropiación de plusvalía absoluta) por medio de los miembros asalariado de la familia ampliada.
La ambigüedad de este tipo de relaciones de - producción y de apropiación de la renta en trabajo ha generado una polémica entre una lectura exclusi^ vamente capitalista o feudal de este fenómeno.(41) Es por esto necesario detenerse primero, tal vez, en el problema de la especificidad histórica de - las relaciones de producción de la hacienda, antes de pasar a la forma como las mismas se insertan en el modo de producción capitalista (dominate) a ni_ vel del proceso de producción inmediato de la ha— cienda mismo y del proceso de producción de conjun to de la formación social.
1) La naturaleza precapitalista de las relaciones de producción de la hacienda.-
Sabemos que "las diversas formas económicas - que ha adoptado la sociedad, por ejemplo la escla-
_ vitud o el salariad o, se distinguen tan sólo por28
el modo como el trabajo extra es impuesto y extorcado al productor inmediato...."(42) Por consi --guiente, la diferencia específica entre las diversas relaciones de producción debe buscarse en la forma particular que asume la dominación-explota— ción del trabajador directo, relación que es simul táneamente una determinación de clase; o sea que - define un conjunto específico de clases sociales - antagónicas.
Si la renta de la tierra en jornadas de trab^ jo define un tipo de relaciones de dominación-expío tación entre el hacendado y el huasipunguero de - clara naturaleza éxtra económica,y por lo tanto precapitalista, determina también por consiguiente un conjunto de clases sociales antagónico diverso de aquel perteneciente al modo de producción capitalista; un sistema de dominación político e ideológico propio (una superestructura correspondiente)
El capital como "relación de producción deter minante" define e implica un conjunto de relacio— nes de dominación y de supeditación del productor- directo que se inscribe dentro del proceso de pro ducción mismo, revistiendo un carácter económico: "Es solamente porque el capitalista detenta las condiciones de trabajo que el comprador pone al vendedor "(de la fuerza de trabajo)" bajo su depen dencia económica (subrayado en el texto): no es más una relación política y social fija que subordina el trabajo al capital", (subrayado nuestro). (43) El productor inmediato se encuentra en este - caso enteramente separado de todo medio de producción es decir de toda condición de subsistencia y reproducción autónomas.
El proceso de producción inmediato capitalista reviste una forma unitaria: unidad espacial y -
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temporal de la producción en su conjunto, de plusvalía y de trabajo necesario a la reproducción de la fuerza de trabajo, por los mismos agentes de la producción. Materialmente la producción se presenta también de manera indiferenciada en una masa de mercancías que pertenecen por entero, en primer mo mentó, al capital y donde se plasman las dos par— tes constitutivas del trabajo social (necesario y extra). Solamente en un segundo momento, por la me diación de la forma asalariada de trabajo, la clase obrera recibe en la esfera de la circulación de la clase capitalista un equivalente monetario (el capital variable que se convierte en salarios) de los bienes de subsistencia que representan el tiem po de trabajo necesario a su reproducción y se apro pia de esta parte de su propia producción intercam biándola en el mercado. Este proceso revela la do minación económica del trabajador directo en el mo do de producción capitalista, dominación encubierta por la mediación de la circulación mercantil de la fuerza de trabajo y de los productos: "se desva_ nece así hasta la ultima apariencia de que el capi_ talista y el obrero se enfrentan como poseedores - de mercancías, iguales ante el derecho, en la circulación, en el mercado y que como todos los posee^ dores de mercancías se distinguen únicamente por - el contenido material de las mercancías que se ven den los unos a ios otros. En otras palabras esta - forma originaria de la relación no subsiste más que como puro reflejo de la relación capitalista - subyacente . (...) La relación entre simples vende^ dores de mercancías implicaría que intercambien sus propios trabajos, incorporados en valores de u so diversos. La compra-venta de la fuerza de traba jo como resultado constante de la producción capitalista implica, al contrario, que el obrero resca ta permanentemente una parte de su propio producto a cambio de su trabajo viviente." (subrayado nuestro) . (44)
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En el capitalismo el trabajador directo no pro duce ni se apropia, pues, autónomamente y de manera inmediata sus condiciones de subsistencia, en tanto la clase capitalista detenta el monopolio de to_ dos los medios de producción como propiedad (poder de asignar los medios de producción a un uso deter minado) y posesión (capacidad de ponerlos en funció namiento).(45) La reproducción de la fuerza de tra bajo, y del trabajador mismo, tiene por condición- su conversión en mercancía y la venta en el mercado (efectiva): metamorfosis que permite al trabaja dor reaparecer en la esfera de la circulación, es ta vez como comprador de sus condiciones de subsis^ tencia.
*Este mecanismo social permite que la clase ca_ pitalista domine y explote al productor inmediato, reproduciendo perpetualmente las relaciones de pro ducción: el productor esta obligado a presentarse- contínuamente en la esfera de la circulación enteramente desposeído, exclusivamente como vendedor - de su energía vital, para poder subsistir: al otro extremo, el capitalista aparece siempre como el propietario/poseedor de todas las condiciones de - la producción.
Es en este sentido que la relación de dominación del trabajador inmediato, como clase, se sitúa en él modo de producción capitalista a nivel del - proceso de producción inmediato, adoptando por lo tanto la forma de una relación de naturaleza econó mica.
Al contrario de esto, las relaciones de pro ducción de la hacienda definen una forma de domina ción-explotación que no se encuentra inscrita di— rectamente en el proceso de producción mismo, sien
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do por consiguiente su naturaleza de tipo extra e- conómico.
El proceso de producción de la hacienda no pcj see un carácter unitario, como ya vimos al analizar la forma huásipungo de trabajo. Se encuentra escin dido en dos procesos concomitantes pero separados- en el tiempo y en el espacio y cuyos agentes de producción difieren: por un lado encontramos "la - producción de la hacienda", organizada y dirigida- por el aparato de dirección de la gran propiedad , donde se "realiza" materialmente la renta extorcada a los huasipungueros y otros trabajadores. Esta producción pertenece por entero al hacendado y ríe presenta exclusivamente el trabajo extra.
Un segundo proceso productivo tiene lugar en la parcela de tierra otorgada al campesino indio, efectuado por el aparato productivo familiar, siendo sus agentes los miembros de la familia ampliada. Esta producción, representa el trabajo ne cesario.
Esta división del proceso de producción de la hacienda en dos momentos que se distinguen clara— mente proviene del hecho que bajo este tipo de re laciones de producción el trabajador directo no se encuentra expropiado, conserva aun la posesión au tónoma de sus condiciones de reproducción; es de— cir controla enteramente el proceso que se desarr£ lia en su parcela y se presenta como un "selfsus— taining serf", como lo llama Marx. Este tipo de re_ laciones de producción conlleva las siguientes im plicaciones que marcan una diferencia específica - de las relaciones capitalistas:
a) El proceso de producción inmediato de la - hacienda confirma continuamente al huasipunguero - en su condición de poseedor autónomo de medios de
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producción, como económicamente independiente del terrateniente. En esta situación las relaciones de explotación, la imposición de la obligación de de vengar una renta en trabajo, implica la existencia de una coacción extra económica sobre el productor directo que se funda en el monopolio de la tierra- como principal medio de producción.(46) En otras - palabras implica la existencia de una superestructura particular, determinadas relaciones de domina ción político-ideológicas que surgen de las reía— ciones de producción de la renta en trabajo.
Esta superestructura está constituida en primer lugar por el aparato de dirección de la hacien da (cf. cuadro 2) y, además, por los diversos orga_ nismos o elementos superestructurales políticos e ideológicos externos (precapitalistas: los elementos institucionales desagregados, ideológicos y po líticos, de las comunidades o parcialidades de'cam pesinos indios; capitalistas: el Estado y la iglesia) .Los agentes de estos aparatos (los "empleados" de la hacienda, los funcionarios del Estado y de - la Iglesia a nivel local -el "Teniente Político" y el "Cura"-, en cierta medida también los "Alcaldes" de las comunidades). de acuerdo al lugar que ocupan eran los mediadores de la dominación de las masas indígenas por la clase terrateniente, bajo diferen tes aspectos. Cabe acentuar el hecho de que estos aparatos y elementos de la superestructura no se - yuxtaponen ni tampoco coexisten simplemente: se en trelazan orgánicamente conformando un todo, bajo - la dominación del aparato de Estado (en sentido am plio) capitalista nacional. La situación de estos- organismos en la superestructura global queda de— terminada por el rol que cada uno de ellos cumple- en la reproducción de las relaciones de producción de la hacienda. Así, por ejemplo, esto explica la
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importancia histórica fundamental del aparato ecl£ siástico como organismo ideológico preponderante - de la superestructura nacional hasta hoy en día y el hecho de que la definición de sus relaciones con el Estado haya traducido, en lo ideológico, la lucha política entre las diversas clases y sectores de la clase dominante.(47)
b) La forma huasipungo de trabajo es la mediación social necesaria de la apropiación de la renta y de la introducción del trabajador directo en el - proceso de producción de la hacienda. Esta forma de trabajo no comprende solamente un conjunto de derechos y de obligaciones, incluye además una estructu ra social específica portadora de las condiciones - materiales de reproducción (económica, ideológica y biológica de la fuerza de trabajo: la familia como- aparato productivo.
En última instancia es la dominación política- ideológica de este elemento que permite la apropiación de la renta en trabajo y no, como se podría — pensar a primera vista, la coacción individual, a— bierta y directa, del propietario y sus funcionarios sobre el trabajador inmediato. La violencia, aunque siempre presente como esencia de las relaciones entre hacendado y huasipunguero, en términos indivi— duales no explica la explotación del campesino in— dio: la apropiación de la renta se realiza gracias- ai poder de clase que ejercían los terratenientes - sobre los aparatos y elementos de la superestructura nacional ( y en primer lugar el Estado ). De esta manera pueden controlar la familia india encau— zando y organizando los más diversos aspectos de su vida ritual (ideológica-política).(48)
Todas estas características distinguen a las -
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relaciones de producción de la hacienda del modo es pecificamente capitalista de producción y definen u na forma social de producción Precapitalista.(49)
2) La supeditación formal del trabajo al capital en el proceso de producción inmediato de la hacienda
Esta forma de relación social de explotación, la renta, no solamente determina la naturaleza de - la forma de producción de la hacienda, como acaba— mos de ver, sino que sirve también de base a la supeditación formal del trabajo al capital. Recordé— mos que una parte de la mano de obra de las haciendas, los "peones libres o sueltos", vendían su fuer za de trabajo a cambio de un salario al térratenien te, el que de esta manera obtenía los trabajadores- suplementarios, estacionales y temporales, requeridos por el proceso productivo agropecuario. La exi£ tencia de esta forma de salariado denuncia la presencia de relaciones capitalistas en la hacienda.
Frente a estos productores inmediatos el hacen dado no figura como terrateniente; o sea como perso nificación del monopolio de la tierra que impone y reclama el cumplimiento de las obligaciones de trabajo gratuito. Es más bien bajo otra máscara, en tanto que propietario de un capital dinero que, en- la esfera de la circulación enfrenta al trabajador- directo y lo introduce en el proceso productivo por la mediación de la forma social de trabajo capita— lista: plasmando su dinero en salarios. El hacendado paga, pues, la fuerza de trabajo y se apropia de plusvalía absoluta por un mecanismo típicamente ca
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V
pitalista consistente en prolongar la jornada de trabajo más allá del tiempo necesario a su reproduc ción.
Por otro lado, a su vez, estos trabajadores e£ tan obligados a entrar en el proceso productivo de la hacienda no porque están sometidos a relaciones- de dominación de orden extra económico, a determina das obligaciones consuetudinarias, como es el caso del huasipunguero. Están competidos a vender su fuerza de trabajo al terrateniente como peones li— bres justamente porque, comosu nombre indica, están ya parcialmente desposeídos,"libres" o "sueltos" -desligados- de sus condicones de reproducción auto noma.
De esta manera en el proceso de producción inmediato de la hacienda encontramos una doble supedjl tación del trabajo: a la gran propiedad, es decir - relaciones de producción precapitalistas, y relacio nes capitalistas con la supeditación formal del tra bajo al capital. No se trata sin embargo de la simple presencia de dos tipos de relaciones sociales - dentro de la hacienda, de la contigüidad de dos ti_ pos de trabajadores, huasipungueros y peones. Una - de las características marcantes de esta forma de - producción es el entrelazamiento orgánico de las r£ laciones de apropiación de la renta con aquellas ca pitalistas, engarce cuyo soporte son las estructu— ras inherentes de la forma huasipungo de trabajo: - la familia huasipungo ampliada. En efecto, esta es_ tructura es el lugar de la vinculación doble de la dominación extraeconómica y de la supeditación formal del trabajo al capital,(50) esta ultima a tra— vás de la figura social del peón libre que como sa bemos forma parte de la familia ampliada (los allegados", "arrimados", "apegados", etc. ver cuadro 3).
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Siendo una forma de relaciones de dominación de tipo económico, la supeditación es en este ca so ya de forma capitalista pues se inscribe den tro del proceso de producción mismo: la familia huasipungo carece de todas las condiciones materiales necesarias para asegurar una reproducción autónoma de la totalidad de sus miembros y depen de, en parte, del aporte de lo que anteriormente calificamos un "salario complementario". Su re - producción recorre el mismo proceso de reproducción del trabajador inmediato específicamente ca pitalista; es decir tiene que aparecer dos veces en la esfera de la circulación. La primera, en - el mercado de trabajo con la venta de la fuerza- de trabajo de uno o varios de sus miembros a cam bio de un equivalente monetario; este equivalente le permite reaparecer por segunda vez en el - mercado de bienes y de servicios cambiándolo por las condiciones de subsistencia.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la supeditación económica del peón libre es solamen te parcial, incompleta, puesto que su reproduc— ■ción no se asienta por entero en la posibilidad de vender su fuerza de trabajo, sino que reposa en gran medida en la producción familiar; en o - tras palabras este tipo de trabajador depende aún de la estructura precapitalista de reproducción de la fuerza de trabajo inherente a las relaciones de producción y apropiación de la renta. Los peones libres no pueden ser calificados de "proletarios rurales" en sentido estricto (despojados de todo medio de producción), aunque , no obstan te, han entrado ya bajo la supeditación formal - del capital.
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3) La superpoblación relativa interna de la ha - cienda.-
¿Cuáles son los mecanismos de la supeditación capitalista del productor inmediato? El engranaje principal parecería estar constituido por la formación de una superpoblación relativa- interna de la hacienda.
Toda superpoblación es siempre relativa,al definirse por la relación que se establece entre la cantidad de trabajadores existentes y el conjunto de medios de producción disponible, en un cierto momento y en una forma social de produc— ción determinada, y no como erradamente se consi dera por lo general por la relación que se establece entre los trabajadores y los medios de sub sistencia. Esta última relación no es más que u na consecuencia, una forma de expresión de la prú mera. Existe pues superpoblación relativa en una forma o modo de producción dado cuando una parte de los productores directos no pueden entrar en contacto con las condiciones de producción pasan do por la mediación social propia a dicha forma- o modo. En este sentido, las relaciones sociales de producción determinan el carácter y la forma- que adoúa la superpoblación en cada período his tórico de la sociedad.(51)
En la forma de producción de la hacienda de la - superpoblación relativa se presenta como un grupo de miembros de la familia huasipungo(los "arrima dos", "apegados", "allegado",etc.) que no encuen tran más los medios de producción, y por lo tanto de reproducción, dentro de las relaciones de apropiación de la renta.Estos miembros de la familia aparecen como "exceden tes" para las posibilidades de subsistencia de la parcela (y demás derechos), la "carga" humana que esta puede soportar: aparecen también como "exceden
tes " respecto a las relaciones de producción y de apropiación de la renta en trabajo, puesto que el terrateniente no se preocupa de supeditarlos a su dominación imponiéndoles obligaciones de trabajo y dotándolos de derechos de posesión de medios de producción.(52)
La superpoblación interna de la hacienda surge, en apariencia, como un corolario natural de las tasas de crecimiento demográfico de la pobla - ción de trabajadores indios: dada la exigüidad de los medios de producción de que dispone la familia huasipungo, todo incremento del numero de sus miem bros se transformaría automáticamente en población excedente, a partir de un cierto límite de deijsi— dad.
Esta explicación, propuesta en la mayoría de los estudios sobre el tema, no es sin embargo con vincente pues olvida un aspecto esencial del pro blema:la cuestión de la reproducción ampliada de - las relaciones de producción precapitalistas de la hacienda. El origen de la superpoblación relativa- hay que buscarlo justamente en el estacamiento del proceso de la reproducción ampliada. Los "arrimados" se convierten en población excedente desde el instante en que el hacendado no crea nuevos huasipun- gos, en otras palabras, no extiende las relaciones de dominación-explotación hace a nuevos trabajadores. Los nuevos miembros de la familia se transfo.r man entonces en superpoblación y se ven compelióos a aferrarse a la estructura productiva de la familia huasipungo como única posibilidad de subsisten cia.(53)
ua ausencia de un proceso de reproducción ampliada de las relaciones precapitalistas de la ha
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ceinda es un efecto de la dominación capitalista so bre la gran propiedad, en tanto que estas relacio— nes sufren una transformación que conduce a dicho - estancamiento. De esta manera, la formación de una superpoblación relativa interna de la hacienda con£ tituye una forma distorcionada de proletarización, en la cual no se da una disolución real de las reía ciones precapitalistas. Este mecanismo permite, por consiguiente, obtener trabajadores "libres" (proletarizados) y simultáneamente conservar las estructu ras del huasipungo.(54)
Los miembros de la familia ampliada constitu— yen pues una superpoblación respecto a las relaciones de producción de la renta en trabajo. Empero es_ tos trabajadores no lo son desde el punto de vista- de las relaciones capitalistas de la hacienda para las cuales conforman en todo caso una especie de "e jercito de reserva" en el sentido que son una mano- de obra disponible y necesaria en determinados mo— mentos del ciclo productivo agropecuario y deL ciclo económico.
La proletarización de la familia huasipungo crea una población excedente, descampesinizada, un sector de trabajadores obligados a vender su fuerza de trabajo sin desligarse enteramente de sus raíces precapitalistas. De esta manera el hacendado encuen tra las condiciones de abastecerse de fuerza de trabajo temporal por la mediación social de trabajo a salariado sin verse obligado a crear nuevos huasi— pungos.
* * * * * *
Tal como hemos visto hasta aquí, la familia —40
huasipungo (en tanto que estructura) era el lugar de un entrelazamiento contradictorio de un doble conjunto de relaciones de producción y de explotación: las relaciones precapitalistas de producción y de apropiación de la renta en trabajo, base de - la existencia de la forma huasipungo y las relacio nes capitalistas de dominación formal de productor inmediato. £¡n este escenario social el hacendado a parece con una doble máscara: como terrateniente - que extorca la renta y como capitalista que extorca plusvalía absoluta.
Esquemáticamente podemos representarlo de la manera siguiente:
Relaciones capitalistas de producción
FAMILIA-HUASIPUNGO
Relaciones precapitalistas de producción
Supeditación formal del trabajo al capitaliforma asala
riada de tra bajo
forma huasi pungo de tra bajo
fSupeditación del trabajo a la gran propiedad.
huasipungüero
peonsuelto
rentaen
trabajo
plusvalía ab soluta
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Podemos anticipar de inmediato algunas implicaciones que conlleva esta forma de dominación ca p-italista interna del proceso de producción inme— diato de la hacienda:
a) La penetración de las relaciones capitali£ tas no conduce a una disolución total de la forma- de producción de la hacienda. Las relaciones de a propiación de la renta eran transformadas, antes- que disueltas (lo que se expresaba en la proletari zación parcial de la familia huasipungo, la perce£ ción de un salario complementario, la integración- incompleta de la reproducción de la fuerza de tra bajo al proceso capitalista). Estas transformaciones crean un mecanismo gracias al cual la clase te rrateniente podía disponer de una fuerza de trabajo asalariada sin tener que provocar la formación- de un proletariado en sentido estricto del termino mediante un proceso radical de expropiación del campesinado indio precapitalista (expulsión de la familia huasipungo fuera de la gran propiedad).
b) La penetración capitalista de las relaciones de producción de la hacienda permite una sobre explotación del productor directo. El peón libre - percibe un salario que no era representativo del - valor completo de su fuerza de trabajo; o sea del tiempo de trabajo necesario a su reproducción.(55) Si este tipo de productores inmediatos lograban r£ producirse era porque la estructura huasipunguera- les facilitaba una parte relativamente importante- de sus condiciones materiales de subsistencia. Es efectivamente una conclusión que resalta claramente _si comparamos los salarios de los peones suel— tos con aquel de los huasipungueros (cuadros Ns.12 y 13) . A pesar de que los primeros recibían una r&_ numeración monetaria mayor en un 100%, más o menos, que los huasipungueros, resulta patente que este -
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incremento no podía asegurar la entera subsistencia del peón libre y su familia puesto que, recordemos, el salario complementario del huasipunguero no cor taba más que ínfimamente en su reproducción.(Cf.cua dro 11) Téngase en cuenta además que el peón suelto no trabajaba todo el año en las haciendas.
En otras palabras, la clase terrateniente en - su conjunto se apropiaba, además del tiempo de trabajo extra (plusvalía) del peón suelto, de una parte del tiempo de trabajo necesario a su reproduc--ción (pagando salarios inferiores al mínimo vital ) que en principio, bajo relaciones de producción específicamente capitalistas, le sería atribuido.
c) Esta forma de penetración permite a la clase terrateniente escapar parcialmente a la ley del- valor, no solamente en cuanto a la remuneración de los trabajadores asalariados, como acabamos de mencionar, sino también en lo que respecta la produc— ción comercializada: al obtener la fuerza de trabajo preponderantemente por la mediación de la forma- huasipungo y de una mano de obra pagada menos que - su valor el terrateniente puede vender la producción que obtiene en sus cultivos a precios que tampoco - guardan una estrecha vinculación con su valor sin - que, no obstante, la valorización de su capital peligre o se interrumpa. La acumulación de capital que realizaba la clase terrateniente escapaba a algunas de las constricciones (leyes) a las que está sometido dicho proceso en el modo de producción ca_ pitalista.(56)
4) Las dos caras del hacendado: su inserción en el modo de producción capitalista.-
Según hemos visto hasta aquí, a nivel del pro_ ceso de producción inmediato de la hacienda la pen£ tración del capitalismo se apoyaba en las estructuras específicas de las relaciones de apropiación de la renta en trabajo, dando lugar a un doble conjunto de relaciones de explotación capitalistas y precapitalistas. Esta dualidad se expresa en la personificación de dos tipos de trabajadores directos,el huasipunguero y el peón suelto, ambos miembros de - la familia ampliada campesina.
Estas dos facetas se vuelven a encontrar en el del no-trabajador, pero sin plasmarse en dos agentes diversos (el terrateniente y el capitalista) sino - bajo la forma de una doble función en un único pe£ sonaje: el hacendado.
A nivel del proceso social de producción en su conjunto (de la formación social) el doble papel que juega el hacendado le permitía insertarse en el modo de producción capitalista y ocupar en el mismo un lugar particular como clase, a través de la realización de la renta territorial y su acumulación.Esta característica esencial de la clase terrate--niente serrana puede ser estudiada mediante el es— quema conceptual siguiente:
El capital en el modo de producción capitalista recorre un ciclo marcado por tres grandes fases, donde se metamorfosea de capital-dinero, en capital- productivo y, por último, vuelve a surgir en la ci£ culación bajo la forma de capital-mercancía, listo- para comenzar un nuevo ciclo una vez que en el mei: cado se transforma nuevamente de mercancía en dinero. La esencia de este proceso es la valorización - de capital: el ciclo de metamorfosis tiende al fin exclusivo de la apropiación de plusvalía y la acumu lación de capital. Mas precisamente estas tres fa— ses son:
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1.- El capital dinero para convertirse en capi_ tal productivo debe primero transformarse en medios de producción y salarios, es decir:
D-M MpT
( medios de producción) ( salarios ) (esfera de la
circulación)el momento D-T es la "condición esencial" del proce_ so de valorización, mientras D-Mp es necesario "uni camente para la realización del trabajo adquirido"*(58)
2.- El capital pasa de la esfera de la circula^ ción a la de la producción:
Mp....P.... (esfera de la producción)T
donde medios de producción y la fuerza de trabajo - se unen como valores de.uso, bajo el control y la - vigilancia del capitalista y sus funcionarios ( pr£ ducción propiamente dicha.)
3.- El capital aparece nuevamente en la esfera de la circulación como una masa de mercancías pro— ducidas y se cambia en el mercado por dinero:
M'-D' o (M+m-D+d)
realizando el producto extra creado (m) como - plusvalía que acrecenta el capital dinero original (D+d).
El movimiento de conjunto es el siguiente: esfera circ. esfera prod. esfera circ.
^ »Mp'D-M< ___P...... (M+m) - (D+d).....D '-M ___ etc.
T'
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No e s¡necesario extenderse en este esquema, su ficientemente explicado por Marx en el Capital. (57) Veámos más bien cuales son sus condiciones de aplicación para analizar la inserción del proceso de - producción inmediato de la hacienda en la reproducción capitalista de conjunto.
En primer lugar, en páginas anteriores constatamos que el proceso de trabajo de la hacienda supo nía una determinada inversión de capital-dinero que se plasmaba en toda una serie de medios de produc— ción. Específicamente, se invertían en semillas, a nimales seleccionados »maquinaria, combustibles(cf. cuadro 11). Dado el nivel relativamente bajo del d£ sarrollo de las fuerzas productivas de la hacienda- el volumen de la inversión de capital era evidentemente pequeña, la tierra y los animales eran siem— pre el principal objeto medio de producción. Además, como algunos autores han observado, una de las ca— racteristicas del funcionamiento de la hacienda era precisamente la escasa inversión de capital.
Sin embargo, a pesar de su volumen relativamen te reducido, la realización del proceso de trabajo- de la hacienda implicaba necesariamente una cierta- inversión de capital sin la cual no podía efectuarse, no solamente por carencia de medios de produc— ción sino también de fuerza de trabajo si recorda— mos que, en cantidades variables, una parte de Ios- trabajadores eran asalariados o semi asalariados.El hacendado debía disponer de una masa de capital d:L ñero que recorría el ciclo circulatorio del capital productivo, pasando por sus diversas fases.
El único objetivo del capital agrícola, como - todo capital que entra en el proceso de circulación, es la valorización. El hacendado no producía para - su auto consumo. Los productos de la hacienda tradi_
cional se transportaban a los mercados, adoptando por lo tanto una forma mercantil. El auto consumo de las haciendas M(2), por ejemplo, incluyendo en este rubro los pagos en especies a los trabajadores no llega a un 3% de la producción lechera y - un 10% de la agrícola, incluida la reconstitución de semillas en el año 1964.
En otras palabras, el capital del hacendado recorre el ciclo
MpD-M ...P...(M+m)-(D+d), común a todo capital que se valoriza.(58)
Cabe insistir en que se trata de una inver - sión de capital, no porque el dinero se metamor- fosee en el mercado en elementos del proceso de - trabajo (instrumentos y fuerza de trabajo), sino porque es un valor que absorve valor, que entra - en el proceso de circulación con el único objetivo de apropiarse de plus-valor.
Desde el punto de vista de este capital, que entra en movimiento, el hacendado no personifica- pues a la gran propiedad territorial; es ante todo un capitalista como cualquier otro diferencian dose de sus congeneres tan sólo por la esfera eco nómica de su actividad. Es esta la primera "masca ra" o figura social del hacendado, con la cual a sume un papel de neto corte capitalista, como un agente del capital.
Conviene observar detenidamente este proceso de valorización ya que como sabemos, es la apro— piación de la renta territorial en trabajo (precia pitalista) quien determina el carácter intrínseco de la producción inmediata de la hacienda y no la valorización del capital.
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En la parte correspondiente a la operación D-T (dinero por fuerza de trabajo) el capital dinero - del hacendado se limita a contratar un conjunto de trabajadores suplementarios, estacionales y tempora_ les (los peones sueltos). Al mismo tiempo, sin em— bargo, el hacendado sigue obteniendo la mayor parte de la fuerza de trabajo gracias a las relaciones de dominación extra económicas que ejerce sobre la fa milia huasipungo. Sabemos también que son las es — * tructuras inherentes a las relaciones precapitalistas la base del trabajo asalariado dentro de la ha cienda: es la "careta" social precapitalista del ha cendado. En el proceso de producción inmediato el - terrateniente hace frente al núcleo fundamental detrabajadores huasipungueros en tanto que personificación de la gran propiedad e impone, gracias al po der de clase que le confiere el monopolio de la ti£ rra, la obligación de devengar una determinada cantidad de jornadas impagas.
En el esquema conceptual anterior la doble figura del hacendado interviene de la siguiente manera: en una primera fase, como capitalista, invierte en medios de producción y en fuerza de trabajo su— plementaria. En un segundo momento, ahora en tanto- que terrateniente, exige a los huasipungueros los - días de trabajo gratuito estipulados consuetudina— riamente e introduce, de esta manera, la mano de o bra requerida por el proceso productivo obteniendo- finalmente undeterminado volumen de bienes agropecua rios destinados al mercado.
Gráficamente el proceso es:
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mercado de medios de producción ma
(1) Producción de la hacienda.(2) Producción del huasipungo.
La última fase de este proceso de circulación es la comercialización de la producción de la hacien da en los mercados de las grandes ciudades por el - hacendado (en muchos casos personalmente), momento- de la realización monetaria de la renta en trabajo- extorcada a los huasipungueros junto con la plusvalía de los peones sueltos ("d" en el gráfico).
Gracias a su doble función en el proceso de
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producción inmediato de la hacienda y el proceso de reproducción de conjunto de la formación social, la clase terrateniente serrana se insertaba en el modo de producción capitalista nacional, ocupando un lugar determinado (económica, política e ideológica— mentey. Recalquemos, sin embargo, en que no obstante el hecho de que el hacendado compra fuerza de trabajo de una parte de los trabajadores, la valori_ zación y acumulación de capital tienen como condi— ción de existencia las relaciones de apropiación de la renta en trabajo. 0 sea , su rol específico de - terrateniente: en última instancia era la renta ex toreada al campesino indio bajo por el hacendado-t£ rrateniente, bajo relaciones precapitalistas, la — que permite que el hacendado se troque en capitali£ ta y se ubique junto a las clases específicas del - modo de producción capitalista amalgamándose progre sivamente a la burguesía a través de la acumulación de la renta como capital.
5) La acumulación de capital por la clase terrate— niente.-
¿ La clase terrateniente era portadora de un - proceso de acumulación? Parecerá contradictorio, a primera vista, atribuir a los hacendados serranos - como clase una función de acumulación cuando sabe— mos que la baja composición orgánica del capital en el proceso de producción inmediato de la hacienda - revela más bien la ausencia de una reinversión sistemática de la renta en la esfera agropecuaria. Sur gen pues algunos interrogantes: ¿a dónde va a parar la renta que el hacendado se apropia y realiza en - el mercado? puesto que no la reinvierte en el sec—
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tor agrario. ¿Cuál es el origen de esta ausencia de un proceso de acumulación sistemático en la gran propiedad territorial?, y en este caso, ¿existen tros mecanismos de reproducción ampliada de la he cienda?
Una respuesta precisa a la primera pregunta so lo podría encontrarse en una investigación empírica del problema que siga el recorrido del trabajo ex— tra apropiado por los hacendados y su destinación - final en las diversas esferas económicas. Es de la mentar que este problema sea hasta ahora sobre todo un vacío de información. Se acepta por lo general - que un terreno predilecto de la acumulación para los hacendados fue tradicionalmente la especulación urbana. Una parte cuantiosa de sus ganancias pare— cería que iba a parar en edificios y terrenos urbanos de las principales ciudades del país. Sería, em pero, mucho más interesante disponer de datos con— cernientes a la transferencia de la renta a otros - sectores económicos más' importantes como la indus— tria, el comercio, las finanzas, etc. Al respecto - tenemos que limitarnos por el momento a la simple - constatación, poco satisfactoria y exclusivamente - individual, de algunos casos en que los hacendados- acumularon sus ganancias agrarias en la forma de ca pital industrial (ciertos hacendados notorios son - también accionistas de industrias textiles, molineras, casas comerciales, etc.) (59) Pero esto no r£ suelve un problema que debe ser planteado en términos de clase.
La segunda pregunta a obtenido una respuesta - sacada del arsenal de lugares comunes y que, pensamos , no agota de ninguna manera el problema de la - falta de acumulación sistemática de capital en la - hacienda: las ganancias que la clase terrateniente serrana sacaba de su actividad agraria no afluían - nuevamente al mismo sector al verse atraídas hacia- / í'
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otras esferas económicas que ofrecían mejores pers pectivas de ganancia (60)
Esta respuesta tiene un limitado alcance ex— plicativo y en el mejor de los casos solamente con_ yuntural: en determinados momentos del ciclo econó^ mico la fuerza de atracción de una tasa de ganan— cia superior puede hacer afluir capital a ramas de la producción determinadas. A largo plazo, sin em bargo, la ausencia de inversión en toda una esfera económica particular acarrearía forzosamente un es tancamiento de la producción y conduciría a un incremento de los precios de los bienes agropecua--rios; es decir también a una alza de la tasa de ga nancia del sector que terminaría por atraer nuevos capitales y provocar un proceso de acumulación en las grandes propiedades.
Esta explicación se basa en un mecanismo esp£ cífico de la economía capitalista y tiene una apli cación restringida en la hacienda precapitalista - pues sabemos que la ausencia de inversión sistemática en las haciendas era de carácter estructural. La falta de inversión no conducía en este caso a - un estancamiento total de la producción ni tampoco atraía a largo plazo nuevos capitales.
Nosotros pensamos que las raíces del problema se encuentran en el carácter precapitalista de la forma de producción de la hacienda y en su inser— ción en el modo de producción capitalista.
El proceso de producción de la hacienda al es tar basado en relaciones de producción precapita— listas poseía una forma inherente de reproducción ampliada de la producción, consistente sobre todo- en aumentar la cantidad de trabajadores sometidos- a la obligación de cumplir jomadas de trabajo gra_ tuitas. En otras palabras, la creación de nuevos - huasipungos.(61)
La condición de este proceso residía en la monopolización de grandes extensiones de tierra no so lamente para disponer de una superficie de cultivo- suficiente, además de las entregadas en posesión los huasipungueros, sino igualmente como un mecanis^ mo de supeditación de nuevos trabajadores a la gran propiedad (con la expropiación de las parcialidades de campesinos indios).(62) Dado el bajo nivel de d£ sarrollo de las fuerzas productivas, todo incremento de la producción implicaba inexorablemente un aumento de la fuerza de trabajo puesta en actividad y una extensión de la superficie cultivada y no la inversión en nuevos medios de producción.
Con la supeditación creciente de las relaciones de producción de la hacienda al capital este mecanis_ mo cambia, pero mantiene siempre su base propia: elhacendado invierte un determinado volumen de capital en el proceso productivo de la hacienda y efectúa u na transformación selectiva de ciertos aspectos del- proceso de trabajo, además una parte del capital d£ be convertirse en fondo de trabajo para contratar - los trabajadores suplementarios. Por lo tanto todo- incremento de la producción implicaba una determina, da inversión de capital pero, no obstante, esta transformación de la forma de reproducción ampliada inherente a las relaciones precapitalistas de la ha cienda no elimina por entero su mecanismo original. El terratendiente invertía un capital constante y variable reducidos, pero la principal palanca de la reproducción ampliada seguía siendo la utilización- de un mayor volumen de mano de obra y una superfi— cié de cultivos más extensa.
Es así como el hacendado producía a escala simple y podía además ampliar su producción ajustan dose a las oscilaciones del mercado sin que la acumulación de capital en el proceso inmediato de la - hacienda se imponga con la fuerza de una ley de fun cionamiento.
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III. ALGUNAS IMPLICACIONES RESPECTO A LOS HACENDA DOS SERRANOS COMO CLASE.
El análisis que hemos efectuado hasta aquí de la forma social de producción de la hacienda condu ce a algunas observaciones en lo que concierne a — las características de los hacendados de la Sierra- como clase social y su ubicación en la formación so cial nacional.
Algunos autores han destacado el carácter "ambiguo" de la clase terrateniente de diversos países latinoamericanos y que se aplica también a los hacen dados serranos (64), indeterminación de clase que - ha dado lugar en gran medida a las dos interpreta— ciones más corrientes sobre la naturaleza de esta - clase social y que se enfrentan hoy en día: capitalismo versus feudalismo.
El análisis aquí realizado aporta, pensamos, e lementos que fundamentan una explicación diversa y menos esquemática de los hacendados tradicionales , una interpretación que deja aprehender en toda su - complejidad las dimensiones esenciales de esta clase social y permite escapar a lo que consideramos u na alternativa errada.
En primer lugar, la forma de producción preca- pitalista de la hacienda no existía por sí sola "no integrada", ni tampoco como una estructura social - diversa y separada (un modo de producción específico) , aunque "articulada" a la estructura social ca_ pitalista. Estas interpretaciones parecen erradas - de acuerdo a lo aquí visto. La forma social de pro ducción de la hacienda era indisoluble (e impensa—
ble teóricamente) de su inserción en el modo de pro ducción capitalista dependiente ecuatoriano.
El proceso de constitución de este modo de pi^ ducción como dominante en la formación social, el - proceso y las formas de supeditación e inserción de las formas precapitalistas en él definen históricamente una base y una superestructura particulares ; en otras palabras, un conjunto específico de reía— ciones económicas, políticas e ideológicas.
Las clases sociales presentes en la formación- social son un efecto de estas relaciones históricas y, en tanto que tales, revisten también una especificidad propia. No significa esto, sin embargo, que dichas clases sociales (capitalistas y precapitali£ tas) carezcan de los rasgos generales inherentes de las clases sociales pertenecientes a las formado— nes sociales dominadas por el modo de producción ca pitalista, especialmente aquellos ejemplos históricos emparentados. Empero, las diferencias en los - procesos históricos de constitución del capitalismo, por ejemplo en Europa y en los países latinoamerica_ nos (retornando a la discusión capitalismo-feudalÍ£ mo), hace que sea enteramente estéril todo enfoque- teórico tendiente a descubrir en estos últimos una- configuración de clases y de contradicciones Seme— jantes a los casos "clásicos"
Pensamos que estas observaciones son particu— larmente pertinentes en cuanto a las clases socia— les "agrarias" (al bloque agrario retomando un concepto de Gramsci)(65) de la Sierra. Los hacendados como clase no se confunden ni con una burguesía a— graria típica, ni con una ciase de señores feudales Recíprocamente el campesino indio hausipunguero no puede ser asimilado a un "siervo de la gleba" o,los peones sueltos, a proletarios pura y simplemente.
55
La individualidad histórica de la clase terrateniente en cuestión deriva de la dominación-conser vación no antagónica de la hacienda por el modo de producción capitalista. En efecto, los hacendados - serranos no solamente participaban sino colaboraban directamente en la reproducción ampliada de las re laciones capitalistas -a la extensión de las condiciones de existencia de la clase burguesa- pero siempre sin entrar en un proceso de disolución y de transformación de las relaciones de producción pre capitalistas en el sector agrario. De esta manera, la penetración capitalista en el proceso de producción inmediato de la hacienda no conducía a una implantación de relaciones típicamente capitalistas . Tiene lugar más bien un entretejimiento de estas re laciones con aquellas de la renta territorial en trabajo. Sin embargo, esta forma de dominación cap_i talista que no disuelve verdaderamente las relaciones precapitalistas provoca un proceso de proletari zación del campesino indio que acrecentaba el flujo endémico de trabajadores expulsados del campo por - la hacienda ( constituido en parte por la superpo— blación relativa interna de la hacienda). Estos tr£ bajadores terminan emigrando ya sea a los centros - urbanos o a las plantaciones de la Costa.(66)
En otros términos, esto significa que la dominación capitalista pone en funcionamiento un proceso que aumenta la masa de trabajadores proletarizados disponibles para el capital industrial y el de las plantaciones.
Por otro lado, la realización de la renta y su inversión en otros sectores económicos (capitalis— tas) por la clase terrateniente acrecentaba la acumulación global del capital a escala nacional y, consecuentemente, la reproducción ampliada de las - relaciones capitalistas fuera de la esfera agraria- de la Sierra.
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Los hacendados se situaban de esta manera en el bloque de clases dominantes a nivel nacional en una relación no antagónica con la burguesía. Las cr tradicciones existentes entre estas dos clases de naturaleza social diversa aparecen subsumidas a la participación orgánica de los hacendados en la re— producción ampliada del modo de producción capita— lista del cual, correlativamente, dependen cada vez más para su propia reproducción en términos de cla_ se. Es decir: los terratenientes serranos son parte constitutiva de la reproducción ampliada de la bur guesía ecuatoriana, siendo al mismo tiempo dependien tes de las relaciones (económicas, políticas e ide<3 lógicas) que la ligan a la burguesía. Esta forma de penetración capitalista de la hacienda implicqba, - pues, una estagnación de la reproducción ampliada - de las relaciones de producción capitalistas en la agricultura de la Sierra. Se explica así, en última instancia, la "sobrevivencia" de la forma de produ£ ción precapitalista de la hacienda al encontrar las condiciones de su propia reproducción en el modo de producción capitalista.
La ubicación de la clase de"hacendados" en la formación social nacional determinaba, en primer mo mentó,el antagonismo burgesía/terratenientes serranos como una contradicción secundaria en el conjunto de contradicciones históricas nacionales. En un segundo momento, ésta tendía a desdibujarse (y es - lo que parece suceder en particular luego de la Se_ gunda Guerra Mundial) a medida que se acentúan los rasgos capitalistas de los hacendados con una mayor transferencia de la renta a sectores no agrarios. - (67) El centro de gravedad de sus intereses de clase parecería desplazarse entonces de la gran propÍ£ dad precapitalista hacia la industria, las finanzas, el comercio o la construcción.
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Dejamos para otro trabajo profundizar este an£ iisis y explorar las conclusiones apenas esbozadas aquí. Recalquemos sin embargo un aspecto que cree— mos importante: es en la forma histórica de inser— ción de los hacendados en el modo de producción ca pitalista donde hay que buscar tanto la conservación de la estructura agraria serrana como la neutraliza ción de todo esfuerzo de una transformación real de la estructura agraria por la burguesía en los últimos 70 años... y la vía prusiana de transición al - capitalismo que ha tomado la clase terrateniente hoy en día.
N O T A S
(1) BARAHONA, R.: "Una tipología de hacien - das en la Sierra ecuatoriana"; en "Reformas Agrá rias en America Latina", pub. por 0.DELGADO,F.C. E., México, 1965.
(2) Conviene distinguir claramente el con - cepto de "modo de producción" de aquel muchp más general de "forma social de producción”; la es - tructura social en un momento histórico dado (la formación social) está conformada por un solo mo do de producción (dominante) y todo un conjunto de formas de producción "otras", que se insertan en la estructura del modo de producción en tanto qué relaciones sociales supeditadas. Inserción - que tiene lugar a través del proceso histórico - de constitución del modo de producción como do nú nante en la formación social (proceso cuyo conte nido real es la lucha de clases) . Las formas scj ciales a lo largo de este proceso y de acuerdo a las formas que adopta la lucha de clases, son ya sea enteramente desagregadas y desaparecen (consecuentemente también desaparecen sus clases so ciales inherentes), siendo reemplazadas por las relaciones de producción dominantes, o sino, en tran en un proceso de disolución y de transforma ción solamente parciales que permite su "sobrevi^ vencia" . En este último,caso, se ubican en de— terminados lugares de la estructura del modo de producción que domina la sociedad;y sus clases - sociales se insertan en el bloque de clases exi£ tente.
Las relaciones de producción dominantes no59
solamente imponen sus propias leyes de funcionamiento en toda la extensión de la formación s o cial, sino que además las contradicciones y los antagonismos de clase ínsitos de las diversas formas de producción se anudan en torno de las » contradicciones y antagonismos propios del modo de producción. No se trata de una simple "articu lación" de las formas a este últimos las contradicciones y antagonismos de las relaciones de - producción subordinadas encuentran expresión solamente a través de aquellas contradicciones y antagonismos que pertenecen al modo de producción dominante (capitalista), los que a su vez son - condicionados por esta amalgama, revistiendo una configuración particular (histórica). Esto signi fica que en una formación social se encuentra un solo conjunto de contradiccienes y antagonismos (una totalidad), en el cual, según los momentos históricos, algunos ocuparán un lugar principal, mientras otros se presentan como secundarios.
Estas observaciones suscintas (e insuficien tes) conportan, según creemos, las siguientes im plicaciones metodológicas en lo que nos concierne :A) No es aislando la especificidad de cada forma social de producción y del modo de producción do minante que se alcanzará luego a "reconstituir " el movimiento de conjunto de la formación social, en toda su unidad y diversidad. Un enfoque como- aquel es más bien de filiación "cartesiana" an— tes que dialéctica y conduce forzosamente a fo£ mular la problemática de la "articulación de los modos de producción", consecuencia del descuarti^ zamiento de la estructura social. Es el caso de Rey, J’P.: "L'articulation des mode de produc — tion", Maspero, Paris, 1972.
B) Las clases sociales ce una formación social - conforman un "bloque". Cada clase sólo puede ser aprehendida y analizada en el lugar histórico que en él ocupa; por lo tanto, las características de una clase social cualquiera no son reduc- tibles exclusivamente a la naturaleza de las re_ laciones de producción que la engendra.C) Por ultimo, el funcionamiento de una forma scd cial de producción no puede ser analizado fuera- de la forma histórica de la lucha de clases que se desenvuelve en la formación social, y es lo - que explica, en última instancia, el lugar que o cupara en el modo de producción capitalista y su "sobrevivencia" o disolución.
(3) "En todas las formas de sociedad existe una determinada producción que asigna a todas las otras su correspondiente rango e influencia- y cuyas relaciones por lo tanto asignan a todas las otras el rango e influencia. Es una iluminación general en la que se bañan todos los colo— res y que modifica las particularidades de estos. Es como un éter particular que determina el peso específico de todas las formas de existencia que que allí toman relieve". MARX, C.: "Elementos pa ra la Contribución a la Crítica de la Econ. Poli, tica", Siglo XXI, BsAs.pp.28,1971
(4) MARX,C.; "El Capital", libro I, CaD. XXIII,
(5) Respecto al proceso de producción ver - MARX, C.: "El Capital", libro III, Cap. XLVIII,
(é) Este proceso de inserción de las diversas formas de producción pre o no capitalistas - en la esfera de la circulación capitalista ha si do estudiada en particular por Lenin (ver: "Nou- velles transformations dans la vie paysanne"; y "Le contenu économique du populisme", en Oeuvres
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Completes en francaxs, T.I (1893-1894); "Le Deve loppement du Capitalismo en Russie", idem. T.III,- (1899); por último, "Le contenu economique du Po pulisme", idem. t.I) En este último artículo L<2 nin define lo que llama el "Terreno del capitalis mo", constituido por la relación; D-M-D más una plusvalía. Es en este "terreno" que se insertan las diversas formas de producción precapitalis— tas en las formaciones sociales dominadas por el modo de producción capitalista, dependiendo para su reproducción de su inserción en el mismo. Sin embargo esto no significa, como han pretendido - algunos autores, que la inserción de las formas anteriores en la esfera capitalista de la circulación conduzca obligatoriamente a su disolución. El caso de la hacienda demuestra, al contrario,- que estas formas pueden mantenerse (proceso de - transformación-conservación en lugar de transfo£ mación-disolución) . La disolución de las relaci<3 nes de producción precapitalistas por el modo de producción dominates es una consecuencia, cuando ocurre, de un conjunto de relaciones no solamente económicas (y menos aún mercantiles) sino po líticas e ideológicas, (al respecto ver la discu sión entre SWEEZY,P., DOBB, M., TAKAHASHI, K,T,; HILL, C.; LEFEBRE, G.: "La transición del Feudalismo al Capitalismo"; ed. Ciencia Nueva, Madrid, 1968).
(3) "Los hombres trabajan para las haciendas del Hato, Molino de Chahuarpungo, Ancholac y las Monjas, a cambio de pastizales para los borregos y otros animales; también trabajan por un sala— rio. Este trabajo se conoce como "yanapas" "."CLEW PARSONS, E.:"Peguche, cantón of Otavalo, - province of Imbabura, Ecuador: study of Andean -
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Indeans"; Chicago, Umv. of Chicago Press, 1945, pp.189 Ver también: INSTITUTO ECUATORIANO DE ANTROPOLOGIA Y GEOGRAFIA tlEAG):"Informe N.iÜ-ii , 1953, "Hacienda de Gatazo Grande", pp.34 (citado de aquí en adelante como IEAG).
(8) Una descripción exhaustiva de las for— mas de trabajo de las haciendas serranas se en— contrará en: COMITE INTERAMERICANO DE DESARROLLO AGRICOLA (en adelante citado como CIÜA): "Tenencia de la tierra y desarrollo socio económico del sector agrícola, Ecuador",OEA, Wash.1966, cap.I-IV, 2da.Parte. COSTALES AMANIEGO, A. y P.: "Historia Social del Ecuador, aspectos socio eco nómicos", t.I-IV, IEAG, Quito, 1964 y CCE, Quito, 1971 para el t.IV. Este estudio aporta abundan— tes datos. GARCIA, A.: "Estructura de una hacien da señorial en la Sierra ecuatoriana"; en Cien— cias Políticas y Sociales, Año IX, julio-sept. - 1963, N.33, México, Revista de la Escuela Nac.de C. Políticas y Sociales, UNAM, México, passim. - IEAG: Llacta, e Informes, publicaciones del INSTITUTO ECUATORIANO DE ANTROPOLOGIA Y GEOGRAFIA.De estos estudios el más importante es sin duda el del CIDA que constituye hasta hoy en día la - investigación más profunda realizada sobre la es tructura agraria ecuatoriana (y sobre todo de la Sierra) . La calidad de este estudio se debe atr_i buír seguramente a la dirección de Rafael BARAHO NA. Nuestro trabajo se apoya largamente en este- último, en particular en lo que respecta una par te importante de los datos.
(9) BUITRON, A.y SALISBURY, B.: "El Campes^ nado de la provincia de Pichincha", Instituto Nac. de Previsión Social, Quito, 1947.
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(10) El modo de producción dominante "infun de su carácter a toda la sociedad", y como consecuencia el resto de relaciones de producción de - naturaleza social diversa comprendidas en la fo£ mación social "revisten una expresión correspon-— diente a dicho modo de producción". Es así que el campesino propietario de sus medios de producción se presenta, en apariencia, en el capitalismo, ba jo la triple figura de un pequeño terrateniente , un capitalista y un asalariado. (MARX,C."Historia Crítica de las Teorías de la Plusvalía"; ed. Ven ceremos, 1956, T.I, "La Idea del trabajo producti vo", pp.222). Es también lo que ocurre con la fo£ ma huasipungo de trabajo, tal como se halla des— crita en muchos estudios en términos de una "remu neración" del trabajador en "recursos" de la hacienda (tierras, pastizales, agua, etc.). Se trata de una "ilusión" en el sentido de que se extiende al trabajo huasipunguero el carácter de un intercambio -trabajo por recursos- que es un rasgo es_ pecífico de la forma asalariada de trabajo. El lo te de tierra, los pastizales, etc. que usufructúa ban los huasipungueros constituían derechos de po sesión consuetudinarios y no una "remuneración" o "pago" de la misma manera, el huasipunguero no da "a cambio" una cierta cantidad de jornadas gratui tas sino que tiene la obligación, igualmente consuetudinaria, de laborar gratuitamente para el ha cendado por las relaciones de dominación que pe— san sobre él.
(11) El Código del trabajo de 1958 reglamentó a un máximo de 4 días de trabajo por semana las jomadas exigibles al huasipunguero pero en - la realidad no se cumplió. BUITRON, A. y SALISBU- RY, B. (op. cit. "El campesinado de la Provincia- de Pichincha") encontraron ai su encuesta que se trabajaba de 5 a 6 días (Cuadro XIX). RUBIO ORBE,
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A.: "Legislación Indigenista del Ecuador"; Insta tuto Indigenista Interamericano, México, 1954.
(12) Esta forma de trabajo conducía también a una supeditación de la familia huasipungo porendeudamiento. El campesino indio solicitaba " a vanees" en especies o en dinero, que se conver— tían en una "deuda" que el huasipunguero no al - canzaba nunca a pagar. Los avances acrecentaban- el "libro de cuentas" de la hacienda y a la mue£ te del titular se volvía una herencia para el hi jo que tomaba el lugar del huasipunguero muerto. (Ver al respecto; IEAG: Informes N.10/1 op.cit. passim y pp.49-55 donde se encuentra una lista - de los avances).El origen de este endeudamiento es más complejo de lo que parece a simple vista. No tiene nada - que ver, por ejemplo, con la subordinación por - deudas de los proletarios rurales en las "tien— das de rayas" de las plantaciones puesto que el huasipunguero posee sus medios de reproducción y / no necesita comprar sus condiciones de subsisten cia. Según los libros de cuentas, el endeudamien to parece provenir de un triple origen; primeramente, el endeudamiento por la necesidad de la - familia campesina india de disponer de un cierto excedente monerario o en especies consumido en -los diversos momentos de su vida ritual (naci--miento, matrimonio, muerte, fiestas religiosas , etc.); segundo, por la necesidad de disponer de un fondo de subsistencia para suplir las malas - cosechas dada la exigüidad de medios de produc— cion en posesión de la familia; por último el t£ rrateniente cargaba a la cuenta de los trabajado res los animales que morían accidentalmente. Ca be subrayar que esta forma de sujeción por deudas es de carácter extra económico, a excepción proba blemente del segundo caso, en el cual hay ya una cierta dominación de orden económico; es decir - inscrita en el proceso de producción mismo.
13) La minga, "se acostumbra especialmente55
en las haciendas. Consiste en el llamado que hace el patrono a todos los residentes en la propine dad. Se utiliza en aquellos trabajos en los cuales se necesita el concurso de mayor número de - trabajadores (apertura de caminos, construcción de graneros, cosechas, etc.).En algunos casos,la minga se llama "comida" si el solicitante o ha— cendado la provee; sin "comida" cuando cada uno de los concurrentes lleva su almuerzo o "cucahui" "BUITRON, A. ; "Human; una comunidad indígena a - culturada", IEAG-Inst.Nac.de Previsión Social, - en Informes N.3, 1953, Otavalo; pp.50.
(14) Por ejemplo el patemalismo liberal - del hacendado de M(2) o la disolución de la auto ridad despótica en las haciendas del Estado a— rrendadas. Ver CIDA, pp.202 y GARCIA, A.: "Es — tructura de una hacienda señorial en la Sierra e cuatoriana", op. cit. passim.
(15) Esta constatación confirma aún más el error de asimilar la forma huasipunguera de trabajo a un "intercamio" de "recursos" de la ha--cienda por trabajo, pues, como todo intercambio, implicaría una determinada equivalencia mas o me nos fija entre los objetos del cambio.
(16) "Cada huasipungo comprendía toda la - extensión que en capacidad de cada trabajador po día cultivar, es decir no había límite de extensión". IERAC (Inst. Ecuatoriano de Ref.Agraria): "Plan de evaluación del proyecto San Agustín del Callo"; S.Agustín, Mayo de 1965, (mimeografiado) pp.4
(17) Una enumeración bastante completa de
los instrumentos manuales de los campesino in — dios y de los métodos de cultivo se encuentra en: IEAG:"Informes" N.3.;pp.63-66. También en COSTA - LES SAMANIEGO, A.y P.:op.cit.T.IV,1971,pp.197.
(18) FRANCO FOGLINO: "Encuesta sobre ocho - huasipungos de la hacienda de Pesillo en la Sie - rra del Ecuador"; Firenze, Instituto Agronómico - per l'Oltremare, 1964, pp.51-60.
(19) FAO: "Plan de recolonización de las ha ciendas administradas por la Junta Central de A - sistencia Social del Ecuador"; Roma, 1964, pp.ll: "La existencia de una forma de "familia ampliada" en algunas haciendas, donde los parientes lejanos de los huasipungueros trabajan como "arrimados" - (a cambio de una participación en las cosechas) , ha agravado la presión demográfica sobre la tie - rra.'.'(subrayado nuestro). Utilizamos aquí la cat£ goría de "familia ampliada" a falta de un término más apropiado. Esta categoría, tal como fué utili zada por Engels en "Los Orígenes de la Propiedad- Privada, de la Familia y del Estado", o por la an tropología moderna, corresponde a una estructura- familiar perteneciente sobre todo a las llamadas "sociedades primitivas" , con la cual la familia - huasipungo no se identifica ni histórica ni es — tructuralmente. Sin embargo, la familia-huasipungo tampoco se podía asimilar a la forma de familia - capitalista. Queda, pues, por precisar esta forma de familia, el término efe "extendida" lo adoptamos aquí provisionalmente.
(20) La variación de la composición de la - familia huasipungo revela probablemente, sea cual fuere su origen, una fuerte movilidad de sus miem bros. En efecto, siendo el lote de tierra indivisible entre los hijos del huasipunguero titular -
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que forman nuevas familias, sería de esperarse u na composición relativamente homogénea de las di_ versas familias huasipungo en cada hacienda pue£ to que en este caso la "diferenciación demográfi^ ca" no entra en juego.
(21) GRAMSCI, A.: "los Intelectuales y la Organización de la Cultura";ed. Nueva Visión,Bs. As.,ñ972. En la pp.16 define los diferentes "piel nos superestructurales" y los "organismos" aue - los componen (aparatos).
(22) "El entrelazamiento de labores -den— tro de la economía del huasipungo- y la estrecha solidaridad existente en esta pequeña comunidad- rural explica y sustenta la trama de este tipo - de familia". GARCIA, A.: op. cit. pp.373.
(23) "Para poder explicar el hecho de que en el seno de una sociedad determinada un tipo - de organización familiar funciona como unidad de producción y/o de consumo, (o no funciona como - tal o lo hace de manera solamente parcial) hay - que ir más allá de los aspectos visibles de las relaciones de parentezco y examinar las condicio nes sociales de la producción, el o los modos de producción de los medios materiales de la exis— tencia social. Son estas condiciones las que determinan el rol relativo del grupo doméstico en el proceso social de producción, la presencia o ausencia de formas de la división social del tra. bajo que traspasan los límites de los grupos do másticos y de las comunidades locales".GODELIER, M.: "Modes de Producción, rapports de párente et structures dámographiques"; en La Pensáe, N.172, déc.1973, Paris, pp.La posesión de un conjunto de medios de produc—
ción por el trabajador directo de manera autónoma (con o sin propiedad) es la base de todas las formas de familia campesina como estructura por tadora globalmente de la reproducción del produc tor directo. Cuando decimos que se trata de una estructura especifica de las relaciones de pro - ducción de la hacienda esto no significa de nin guna manera que sea una estructura social exclusiva de dichas relaciones de producción. La fami lia campesina ampliada poseedora autónoma de sus condiciones de reproducción se encuentra en una gran variedad de formas y modos de producción (ver al respecto: SHANIN, T.: "Peasants and Pea- sant Societies"; Penguin, G. Britain, 1971; en - particular el artícuJo de THORNER, D. : "Peasant E_ conomy as a Category in Economrc History", pp.202 -219. Es sobre todo WOLF, E. quien ha tratado el problema: en "Peasants"; N.Jersey, Prentice Hall Inc., pp.65-73).La familia huasipungo es una forma específica de la hacienda en el sentido de que es inherente a sus relaciones de producción.
(24) CHAYANOV, A.V.: "La Organización de - la Unidad Económica Campesina"; Bs.As., ed. Nueva Visión, 1974, pp.44.
(25) En otras formas de gran propiedad ru ral en América Latina semejantes, aunque no simi_ lares, a la hacienda serrana del Ecuador, como - los "fundos" chilenos y las haciendas del Alti— plano peruano anteriores a las reformas agrarias respectivas, el productor inmediato sujeto a la constricción de entregar una renta en trabajo se desligaba de su obligación enviando un remplazan te (el "obligado" chileno, o el "allegado" perua no) que cumplía con las jomadas impuestas.Cf.BA
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RAHONA, R.: "El valle del Putaendo, estudio de - estructura agraria"; Instit. de Geografía, Univ. de Chile, Stgo.,1960. HOBSBAWM, E.: "A case of - Neo-feudalism La Convención"; en Latin American Studies; vol.l, Part 1, may 1969, pp.41.Este último autor llega a las mismas conclusio— nes que aquí enunciamos en su estudio de la zona de La Convención en el Perú.
(26) La dimensión de la familia campesina- depende sobre todo de determinaciones sociales y, en primer iugar, de las relaciones de producción, como observa KULA,W.: "La familia es un fenómeno histórico. Es inútil recordar que su dimensión - esta determinada solamente en una medida muy e:s casa por los factores biológicos". ("La seigneurie et la famille paysanne dans la Pologne du - 18s." en Annales, Economies, Sociétés, Civilisations, N.4-5,juil-oct.1972,Paris, CNRS.
(27) "En las siembras y destronques, o sea en los meses de octubre, noviembre y diciembre,- escasean los jornaleros porque están ocupados en sus propios terrenos". (Se refiere a los peones- sueltos pertenecientes a las comunidades aleda— ñas a la hacienda, pero la misma observación ca bría para los huasipungueros si no hubiera la f¿ milia ampliada). IEAG: Informes, N.10/11,op.cit. pp.115
(28) Es el caso del ejemplo que dé Marx en el capítulo X, II del "El Capital" (libro 1) cuyo objetivo es explicar de manera muy concreta -dichos conceptos.
(29) CHAYANOV, A.V.; op. cit. pp.47.
(30) FEDER,E.:"Mano de Obra agrícola en el lati- fundismo",CIDA-OEA: "Es de permanente interés pa ra los terratenientes el tener un gran número de trabajadores de tumo. La existencia de este gru po de trabajadores tanto sin ocupación como ocupados parte del tiempo, significa que las remune raciones siguen siendo bajas" pp.25.BUITRON,A. y SALISBURY,B.: op.cit. dan un ejemplo concreto muy interesante de cómo el hacendado obliga a trabajar a los "arrimados",pp.69. También GARCIA A. :op.cit.pp.374
(31) La mayoría de los autores que estudian la pequeña producción campesina (y otras formas de producción precapitalistas) incurren en el e rror de aplicar las categorías del cálculo económico capitalista a estas formas sociales de pro ducción.. Se busca así a través de laboriosos cálculos y suposiciones las "ganancias" del pe— queño productor de acuerdo al "capital invertido", descontante los "intereses" y deduciendo el trabajo de los miembros de la familia calculado como un costo en "salarios", etc. Un buen ejemplo es el artículo de García, A. ya citado (que se - basa en los cálculos del Ing.Franco Foglino,op. cit.). Las conclusiones de esta ingenuidad teóte ca (el aplicar el cálculo económico capitalista a relaciones de producción que no lo son, otorgan dolé una validez universal, a-histórica) son evi_ dentemente aberrantes: A. García concluye así que los huasipungueros producirían a "pérdida" y que su actividad económica sería "irracional" por falta de cálculo económico (capitalista claro está)... I Lo que no se comprende entonces es cómo logran estos trabajadores reproducirse mate rialmente....Como advierte Chayanov, (op.cit.pp.90-91) son
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significativos en la pequeña producción solamente el Producto y el Ingreso globales sin deduc— ción de "salarios" (trabajo de la familia) ni de "intereses" o "ganancias" (puesto que no existe una inversión capitalista). Los costos compren— den únicamente los desembolsos monetarios reales que efectúa el campesino cuando adquiere medios- de producción en el mercado, dejando fuera de e£ tos los medios auto-reproducidos.El Producto e Ingreso calculados en el cuadro 10 permiten hacerse una idea del resultado de la a£ tividad económica de la familia huasipungo. Desgraciadamente estos datos son muy incompletos y por lo tanto válidos solamente a grandes rasgos. Sin embargo son significativos para lo que aquí- queremos mostrar: la importancia crucial de la - actividad productiva autónoma del huasipunguero en su reproducción material y el rol de "complemento" que juega el salario.
Sobre el cálculo económicos en las formas precapitalistas ver: KULA,W.: "Teoría Económica del Sistema Feudale", Enaudi, Torino, 1970,pp. - 24-129 y 194-208.
(32) El cuy o conejillo de indias juega un papel importante en la alimentación del huasipun güero, además de su utilización ritual.
(33) La producción pecuaria llegaba a ocupar un lugar fundamental en la economía del huasipungo, como lo muestran los estudios de casos- efectuados por el CIDA. (cita pp.218,CIDA)
(34) Las cifras de Costales Samaniego co— rresponden tal vez al así llamado "ingreso neto "
(producto bruto menos "costos" calculados en dinero, trabajo de la familia en "salarios" e "intereses") . De acuerdo a otros cálculos de ingresos de la familia -huasipungo la parte de los sa_ larios no pasaba de un 30% en su ingreso total. Ver: FA0:op.cit. pp.28 y 76. BUITRON,A. y SALIS- BURY, B.:op.cit.pp.79. Hay que notar, sin embargo, que en las haciendas cercanas a los centros urbanos más importantes, y en particular a Quito, los salarios de los peones sueltos eran muy sup£ riores a los practicados en otras regiones. La - parte relativa de la actividad económica del hua sipungo disminuía de manera correspondiente. En este caso hay ya una disolución real de las reía ciones de producción de la hacienda y desaparj.— ción de la renta en trabajo. Ver:BEALS,R.: "Comu nity in transition: Nayón, Ecuador"; Latina American Studie Monographs, N.2, Latina Am. Center, Univ.of California, Los Angeles.
(35) Conservamos la clasificación de este estudio en cuanto a las formas de capital (fijo, variable y gastos de operación) a pesar de su ca •rácter notoriamente arbitrario al no brotar del rol que juegan en el proceso productivo estos e_ lementos. Este tipo de clasificación se basa en las características intrínsecas de los mismos, - en particular en su movilidad física. Los concejo tos marxistas del capital fijo y circulante im— plican la forma como los diversos elementos del proceso productivo transmiten su valor al produ£ to final, en este sentido el capital "fijo" y "variable” del CIDA son capital fijo, siendo los gastos de operación en su mayor parte capital circulante.
(36) DOMONT, R.: "Terres Vivantes", Pión,
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París, 1961; passim..Ver también CEPAL: "Econo— mic Bulletin for Latin America", vol.8,n.2, oct. 1963,pp.181.
(37) GARCIA,A.: "Dinámica de la Reforma A graria en America Latina", ed. Oveja Negra, Bogotá, 1971, pp.41.
(38) BUITRON, A. y SALISBURY, B.: op. cit. pp.19-20: "Las tareas agrícolas y ganaderas se - realizan en varias haciendas con maquinaria y mé_ todos modernos. El uso del tractor en reemplazo- de la yunta de bueyes está generalizándose cada- vez más y lo mismo podemos decir respecto al em pleo de maquinarias para la elaboración de que— sos y mantequillas. Establos como los de la ha— cienda "El Prado" en el Cantón Cayambe" están a la altura de los mejores de América. Las razas - más finas de ganado vacuno han sido introducidas en varias de estas haciendas. Los huasipungueros y los peones libres han visto desde sus chozas - miserables esta transformación siempre creciente de las haciendas, han colaborado con sus esfuerzos personales y han ayudado de esta manera para que hasta los animales vivan con más comodidades e higiene que ellos". (Buitrón y Salisbury se re fieren a las haciendas del cantón Cayambe y Ma— chachi. Nótese que esto fue escrito en 1947).
(39) CHEVALIER,F.: ponencia en el coloquio "Les problemes agraires des Amériques Latines",- pub. por CNRS, París, 1967. pp.29-30 Este autor observa el mismo fenómeno en las haciendas peruei ñas del altiplano.
(40) Una explicación muy interesante y cla_
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ra de cómo los hacendados aumentan su producción y productividad es la que hace un latifundista - peruano citado por BOURRICAUD, F.: "Changements á Puno, étude de sociologie andine"; Inst. des - Hautes Etudes de l'Amérique Latine, París, 1962. pp.138-139.
(41) La transformación radical de las reía ciones de producción precapitalistas se hace necesaria solamente cuando los instrumentos de tra bajo que se introducen en el proceso de trabajo- constituyen un sistema. La incorporación aislada de ciertos instrumentos no acarrea de por sí obligatoriamente ningún cambio fundamental. Es así - que por ejemplo Marx afirma que: "La máquina de coser se adapta indiferentemente a todos los mo dos sociales de producción". (El Capital, libro1, cap.KV, 8). Se puede decir lo mismo de mu--chos instrumentos de trabajo agrícolas (tracto— res, cosechadoras, sembradoras, etc.)
(42) Sería imposible mencionar todos los - estudios que han aparecido en los últimos años - sobre esta discusión. Los textos de base siguen- siendo; FRANK,G.: "Capitalismo y Subdesarrollo - en America Latina", edl Signos,Bs.As.1970, para la interpretación capitalista. Para la feudal del problema agrario: "La Cuestión Agraria y el movi_ miento de liberación nacional", ed. Paz y Socialismo, Praga, 1964.
(43) MARX,C . libro III, I,
"El Capital", Capítulo IX, -
(44) MARX,C.: "Un Chapitre Inédit", coll. 10/18, Paris,1971, II; G;c).pp.202.
(45) MARX,C .: "Un chapitre Inédit", op.cit.
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Ill, "Le résultat du procès de production initié - diat", pp.262.
(46) BETTELHEIM, Ch. : "Calcul Economique et Formes de Propriété"; Maspéro, Paris, 1970; -define la diferencia entre "propiedad" y "pose—
• ■'* »1sion .
(47) MARX,C.: "El Capital", ed. Venceremos, La Havana, 1965, libro III, T.3,cap.XLVII, 2. ; "Asimismo es evidente que bajo todas las formas en que el trabajador directo es "poseedor" de los medios de producción y de trabajo necesarios para la producción de sus propios medios de subsisten cia, la relación de propiedad tiene que manifestarse a la par como relación directa de dominio- y de servidumbre y el productor directo, por con siguiente, como un hombre privado de libertad; - carencia de libertad que puede ir desde la serv_i dumbre de la gleba hasta el deber de abonar sim plemente un tributo al señor. El productor dire£ to se llalla aquí, según el supuesto de que parte, en posesión de sus propios medios de producción, de las condiciones objetivas de trabajo necesa— rías para la realización de su trabajo y para la creación de sus medios de subsistencia efectúa - su trabajo agrícola como la industria doméstico- rural con él relacionada, por su propia cuenta . (subrayados nuestros) (...) En estas condiciones, sólo la coacción extraeconómica, cualquiera que sea la forma que revista, puede arranc¿<r a estos productores el trabajo sobrante para el terrateniente nominal. (...) La forma específica económica en que se arranca al productor directo el - trabajo sobrante no retribuido determina la rela_ ción de señorío y de servidumbre tal como brota- directamente de la producción y repercute, a su
vez, de un modo determinante sobre ella. Y esto sirve luego de base a toda la estructura de la - comunidad económica, derivada a su vez de las re_ laciones de producción y con ello, al mismo tiem po, su forma política específica".
(48) Es lo que en el lenguaje corriente se conoce por "gamonalismo" y que MARIATEGUI, J. C. ("Siete ensayos sobre la realidad peruana", ed.A mauta, Lima, 1969,pp. 37) de manera muy aguda de_ fine: "El termino "gamonalismo" no designa sólo una categoría social y económica: la de los lati_ fundistas o grandes propietarios agrarios. Desi¿ na todo un fenómeno. El gamonalismo no está re - presentado sólo por los gamonales propiamente d_i chos. Comprende una larga jerarquía de funcionarios, intermediarios, agentes, parásitos, etc.El indio alfabeto se transforma en un explotador de su propia raza porque se pone al servicio del ga monalismo. El factor central del fenómeno es la hegemonía de la gran propiedad semi-feudal en la política y en el mecanismo del Estado." Ver tam bien nuestro artículo, GUERRERO B.,A.: "El Gamonalismo", en Diccionario de Ciencias Sociales; - Instituto de Estudios Políticos de Madrid UNESCO, Madrid, 1975. pp.933-935. El problema de la su. perestructura precapitalista de la hacienda y su imbricación en el modo de producción capitalista ha sido poco estudiada. Algunos datos importantes se encontrará en CIDA (op.cit.) y SALZ, B.: "The human element in industrialization, a hypotheti- cal case study of ecuadorean indians", in American Anthoropologist, vol.57,N.6,Memoir 85,1955 , cap.XII,pp.159-188. Un esbozo rápido de las transformaciones de la superestructura en los úl_ timos años se encuentra en el artículo interesan te de CASGRANDE, J.: "La transformación estructu
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ral de una parroquia rural en las tierras altas del Ecuador"; en América Indígena, vol. XXIX, N. 4, oct. 1969. Sin embargo es en BURGOS,H.("Relaciones interétnicas en Riobamba, Ecuador"; Inst. Indigenista Interamericano, México, 1970) donde se puede encontrar el mejor estudio de la superestructura precapitalista agraria, sus agentes y prácticas.Cabe señalar, por ultimo, que el lugar ocupado - por el aparato eclesiástico en la superestructura nacional no proviene únicamente de su impor— tancia en la reproducción de las relaciones de - producción de la hacienda; la Iglesia era parte- integrante de la clase terrateniente serrana en tanto que propietaria de una enorme cantidad delatifundios inmensos y explotadora de los campesinos indios. (Al respecto ver: CIDA: op.cit. 118 -132).
(49) Los funcionarios de la gran propiedad contrariamente a los "funcionarios" del capital- en la base económica poseen atribuciones que no tienen solamente un alcance técnico-organizativo y de control del proceso productivo, puesto que- cumplen además funciones políticas, jurídicas e ideológicas. (Respecto a los "funcionarios" del capital y su rol: GRAMSCI,A.: op.cit. pp.18). Estas funciones se ejemplifican en la descripción hecha por P. RIVET ("Etude sur les Indiens de la Región de Riobamba", in Journal de la Société des Américanistes de París, T.I, N.3, 1904,pp.70): "Todas las mañanas a las 4 de la mañana padres e hijos son despertados por el grito del mayoral: "Puri nata" (despierten). Los conciertos se reúnen en la hacienda, hombres, mujeres y niños, a_ hí todos reunidos, en presencia del Mayordomo re citan la plegaria matutina y el rosario. Luego - el Mayordomo convoca a aquellos que deben traba
jar y una vez terminada esta tarea, comienza a - distribuir los castigos en presencia de todos.Ar mado de un látigo de cabestro, el mayordomo da - 5, 10, 20 latigazos, según el caso a quienes fa_l taron al trabajo o cometieron alguna falta". Ca be notar que esta descripción data de principios del siglo, sin embargo en 1930 M. SAENZ ("Sobre el Indio Ecuatoriano y su incorporación al medio nacional"; Publicaciones de la Secretaría de Edu cación Pública, México, 1933, pp.112) hace referencia al rol ideológico de los mayordomos. Más cerca de nosotros el estudio del IEAG de la ha— cienda Gusutuz (Informes, N.ll,op.cit.pp.97) encontró en 1955 qué el mayordomo "hacía rezar" a los huasipungueros a la mañana. Por último la - función de mediación y de control de la familia- huasipungo por los "funcionarios" del aparato de dirección de la hacienda puede ejemplificarse con el caso siguiente: "Cabe anotar, la presencia en este grupo (huasipungueros) de un indígena que hacía de mayoral» que era prácticamente el - consejero del grupo. Este indígena que además servía de enlace entre la gente y la hacienda en dos diferentes trabajos que había que realizar , servía de representante de estas familias en trá mites que había que seguirse por motivo de fiestas, quejas, consultas, consejos, etc. que las - familias le hicieran en cada uno de los casos".- IERAC: "Plan de Evaluación del Proyecto "San A— gustín de Callo", op.cit.,pp.l0).
(50) La utilización de la categoría "preca pitalista" de manera no definida que hacemos a - quí (pues en efecto, cabe preguntai.se de que tipo de relaciones precapitalistas se habla) es de liberada. Por un lado, nuestro interes mayor es estudiar el funcionamiento de la hacienda serra
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na y para ello creemos que es suficiente marcar - su diferencia específica con el modo de producción capitalista, antes que con los modos de producción (o las formas) anteriores. En segundo lugar, el problema de la especificidad de esta forma social de producción ademas de estar fuera de la dimen - sión de este estudio, rebasa el marco del problema agrario: implica una elaboración teórica e hi¿ tórica mucho más generales y que se encuentra hoy en día aun en gestación en América Latina. La de terminación de las relaciones de producción de la hacienda se inscribe en esta discusión. La utilización parcialmente indefinida del concepto de "precapitalismo" va en el mismo sentido de S.ASSA DURIAN cuando afirma: "La negación de una forma— ción feudal tiene aquí, por lo tanto, un sentido: partir del orden más simple (el vacío terminología co) para arribar al orden más complejo (definir - la formación específica de América Latina de a — cuerdo a su jerarquía y su conexión orgánica en - el interior del sistema mundial en la fase de la economía mercantil y del régimen capitalista de - producción)".("Modos de producción capitalismo y subdesarrollo en América Latina" en "Modos de Pr£ ducción en América Latina", Cuadernos Pasado y Presente, N.40, Córdova, 1973). Ver al respecto : CARDOSO, F.H.: "As classes sociais na América Latina" (mimeo) Trabalho a ser apresentado na Reu— niáo patrocinada pelo Institito de Investigacio— nes Sociales, UNAM sobre "Las clases sociales en América Latina", 1971.
(51) La "supeditación formal del trabajo al capital" es una primera forma capitalista de domi nación del productor directo, pero sin que éste - último se presente forzosamente como un proleta— rio en sentido estricto del término. Es una forma
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de supeditación que corresponde a un período de - transición. Las modalidades específicas pueden - cubrir una gama muy extensa. MARX,C.: "Un Chapitre Inédit", op.cit. pp.195-219, II,G,a,b,c,d,; también: "El Capital", libro I,cap.XVI; y DOBB,M.: "Etudes sur le développement du capitalisme", Maspéro, París, 1969,pp.141-148 y 150-158).
(52) MARX,C .: "Elementos para la Contribución de la Crítica de la Economía Política", op. cit. "Población y Superpoblación", T.I, pp. Res pecto al concepto de superpoblación relativa en los países dependientes: NUN,J.: "Superpoblación relativa, ejército industrial de reserva y masa- marginal", en Revista Latinoamericana de Sociolio gía, Inst. Torcuato di Telia, Bs.As.,vol.V,Julio 1969, N.2;CARD0S0, F.H. discute esta interpretación en:"Comentarios sobre el concepto de sobrepoblación relativa y marginalidad", en Revista - Latinoamericana de Ciencias Sociales, junio-dic. 1971, FLCSO, Stgo. de Chile.
(53) GARCIA, A.: "Estructura de una hacien da..." op.cit.,pp.377: "La reducida magnitud del huasipungo y la acumulación de familiares "arrimados" dentro de su estrecho marco, ha agudizado el problema de la desocupación de la fuerza campesina de trabajo.(...) La única posibilidad de ocupación es la generada en los ciclos de siem - bra y cosecha (particularmente el cave de papas en algunas haciendas)."
(54) Un caso paradigmático, aunque ex tremo, es la hacienda GB(9) donde no se creaban- nuevos huasipungos desde casi 16 años. Además, - el propietario intentaba apropiarse de los huasi
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pungos. CIDA: op. cit. pp.294 y ss.
(55) La superpoblación de la hacienda no - puede ser atribuida a las leyes de crecimiento - demográfico inherentes a esta forma de producción Son un efecto de la penetración capitalista. Apa rece una superpoblación como consecuencia de la penetración capitalista que provoca una disolu— ción-transformación, a pesar de que muy limitada, de las relaciones de producción de la renta. En estas condiciones, como anota MARX, "La disolu - ción de estas relaciones despoja a tal individuo o parte de la población de las condiciones de r<e producción inherentes a aquella determinada base económica. Es así como se forma una superpobla— ción córente no solamente de todo recurso, sino- tambien despojada dé los medios de procurarse de que subsistir por su propio trabajo". MARX,C.: "Elementos para la Crítica de la Economía..." op. cit. T.I. "Población y Superpoblación", pp.
(56) El concepto de sobre-explotación se - define justamente por la apropiación por parte del no-trabajador, no solamente del producto extra - sino también de una parte del trabajo necesario-a la reproducción de la energía vital del produ£ tor directo. Su consecuencia es la exterminación del trabajador, como era el caso en las minas de Potosí durante la época colonial, o en las plantaciones del sur de los Estados Unidos con los - esclavos negros.
(57) Uno de los efectos de la .inserción de determinadas estructuras pre o no capitalistas - en el modo de producción capitalista parecería - ser la organización de formas de explotación y a
82
cumulación "sui generis", donde las leyes de dicho modo no se cumplen por entero. Un ejemplo muy interesante es el que analiza ENGELS,F. ("La Question du Logement, Préface á la 2éme édition, 1887" ed. Sociales, Paris.) con la inserción del pequeño campesino parcelario en el capitalismo - en Alemania a fines del siglo pasado, cuya indus tria domestica transformada (neo-artesanado) constituyo una de las bases de la revolución industrial alemana y de la penetración de su indu£ tria en el mercado mundial al permitir comercializar la producción a precios muy inferiores a - los demás concurrentes mundiales (a pesar de la baja productividad) manteniendo sin embargo al— tas tasas de ganancia. (Ver también: CLAPHAM,J. H.: "The Economic development of France and Ger- many, 1815-1914", Cambridge Univ. Press, 1921, - pp.299-301)
(58) MARX,C.: "El Capital", libro III, capítulo 1.
(58) . idem.
(59) La valorización del capital como obj<2 tivo del proceso de producción inmediato de la - hacienda se vuelve directamente perceptible en - las haciendas estatales (que eran de la Asistencia Pública) y que se entregaba en arriendo. En este caso se daba la forma clásica de supedita - ción de la gran propiedad al capital que pone en presencia por un lado al terrateniente (propieta_ rio), es decir aquí el Estado, y por otro al ca pitalista (arrendatario) que paga una renta en - dinero e invierte su capital con el fin de acunvu lar. Es así que el último arrendatario de la hacienda de Pesillo (estudiada por GARCIA,A.:op. -
83
cit. fue una gran industria cervecera nacional.
(60) El hacendado de M(2) es accionista de una importante industria de leche en polvo y de queso de la región; el propietario de la hacienda S. Agustín del Callo posee acciones de varias industrias; la familia Jijón propietaria de va— rios latifundios y fundadora de una de las prime_ ras industrias textiles construidas en el país; etc.
(61) CEPAL: "Economic Bulletin for Latín A merica", vol.VI,N.2,oct.l961: "El hacendado prefiere mantener los actuales métodos de trabajo - en su propiedad y, por lo tanto, invertir sus ga nancias en negocios, la industria y otras activi^ dades que son de más fácil control, presentan me ñores riesgos y dan rendimientos más elevados". (pp.6)
(62) La reproducción ampliada no es un pro ceso exclusivo al modo de producción capitalista: "En las más diversas sociedades del punto de vi£ ta económico se puede encontrar no solamente la reproducción simple, sino también, y por cierto- en medida diferente, la reproducción a escala - progresiva. A medida que se produce y se consume más, se está obligado a reconvertir una cantidad mayor de productos en nuevos medios de producción" Sin embargo, como el mismo autor anota en la con tinuación del párrafo, solamente en el modo de - producción capitalista la reproducción ampliada toma la forma de una acumulación de capital (y es una ley de funcionamiento): "Sin embargo este proceso no se presenta ni como acumulación de ca pital ni como función del capitalista, en tantoque las condiciones de la producción del trabaja
84
dor y por consiguiente su producción y sus sub— sistencias no muestran aun la marca social que - las transforma en capital". MARX,C.: "El Capital' libro I, capítulo XXIV, III.BOSERUP.E.: "Evolution agraire et pression demo- graphique",ed. Fammarion, Paris 1970 capítulo XI, estudia la reproducción ampliada en algunas formas precapitalistas.
(63) WOLF,E. y MINTZ,S.W.: "Haciendas and Plantatios in Middle America and the Antilles"; in Social and Economic Studies, (G: 380-412,1957) " La hacienda necesita controlar suficientes ti£ rras tanto para cultivar su producción comercializada y proveer a los trabajadores de parcelas- de subsistencia y demás requisitos previos, como son leña o recursos forestales.(...) La hacienda debe intentar, además, monopolizar la provisión de tierras aldeañas.Estas tierras las necesita no con el fin de la - producción agrícola sino para despojar a sus tra bajadores de toda otra alternativa económica fue ra de la de participar en las actividades de la hacienda. Acapara los recursos agrícolas impi — diendo así que su fuerza de trabajo potencial pueda realizar actividades agrícolas independien tes... ".Por lo demás se trata de ion aspecto suf_i cientemente tratado por muchos autores.
(64) DELGADO,0: "El poder político como instrumento de reforma" en "Reformas Agrarias en América Latina", FCE, México, 1965, pp.208; ZEIT LIN, M."Determination of Political Democracy in Chile", in PETRAS and ZEITLING (eds): "Reform or Revolution". MALPICA, C.: "Guerra a muerte al la tifundio", ed. Voz Rebelde, Lima, pp.157-188.
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I N D I C E
Página
Introducción.......................... 1
I. EL PROCESO DE PRODUCCION INMEDIATO DELA HACIENDA.......................... 51) Las formas de trabajo de la hacienda
y las relaciones de producción y deapropiación de la renta............ 6
2) La forma huasipungo de trabajo..... 123) La familia huasipungo ampliada..... 164) El salario complementario en la re—
producción de la familia huasipungo. 215) El proceso de trabajo en la hacienda 24
II. LA INSERCION DE LA HACIENDA EN EL MODODE PRODUCCION CAPITALISTA............. 27
1) La naturaleza precapitalista de lasrelaciones de producción de la ha— cienda............................ 28
2) La supeditación formaldel trabajo - al capital en el proceso de producción inmediato de la hacienda..... 35
3) La superpoblación relativa internade la hacienda.................... 38
4) Las dos caras del hacendado: su Inserción en el modo capitalista de - producción........................ 43
5) La acumulación del capital por la cla_se terrateniente ................... 50
III. ALGUNAS IMPLICACIONES RESPECTO A LOSHACENDADOS SERRANOS COMO CLASE..... 54
Notas ............................. 59
Bibliografía ...................... 86
i
C U A D R O N° 1
FORMAS DE TRABAJO DE LA HACIENDA PRECAPITALISTA
Forma de trabajo Obligaciones Derechos
HuasipungueroYanapero
(1) (4)(2)
Jornada de trabajo en la hacienda
Posesión de un lote de tierra y/o de pas tizales, riego, más un cierto salario.
Arrendatarios y (4) partidarios con obligaciones de trabajo (4) Sitiajeros (5)
Jomadas más parte de la producción en especies o dinero
Partidarios Ar renda ta rios Entrega de und par
te de la producción en natura o especies
Posesión de tierras y/o pastizales.
Peones libres Empleados
(1)(3)
Venta de la fuerza de traba j o/s alario (3)
Fuente: CIDA: "Tenencia de la tierra y desarrollo socio económico del sector agrícola en Ecuador", OEA, Wash. 1966.PEÑAHERRERA DE COSTALES,P. y COSTALES SAMANIEGO,A.: "Historia So - cial del Ecuador, Aspectos socio-económicos de la estructura agraria ecuatoriana", T.II.I.E.A.G., Quito, 1964
(1) Trabajadores que residen dentro de la hacienda.(2) En algunos casos tienen el derecho exclusivamente de transitar por
la hacienda(3) En algunos casos puede incluir una remuneración en productos y la
posesión de tierras o pastizales, en particular para los funcionarios del terratendiente (empleados)
(4) Estas formas incluyen por lo general una reducida remuneración mone tana por jomada de trabajo.
(5) Pagan un canon de arriendo en dinero por cada cabeza de ganado en - pastoreo en la hacienda, canon "desquitado" por lo general en días- de trabajo.
C U A D R O N ° 2
F U N C I O N A R I O S D E L A P A R A T O D E D I R E C C I O N D E A L G U N A S H A C I E N D A S D E I A S I E R R A
Rol en el proce so de producción
Organización, dire£ ción y control glo bal del proceso pro ductivo.
Control de aspectos parciales del proc£ so, registro contable y algunas fun— ciones técnicas
Control de la ejecu ción inmediata del
trabajo
Rol político e £ deológico_______ Hacda.CV(3) Hacda.M(2)A,B;C; Hacda.GB(9) Hacda. CR(5)
Organización de la dominación politico-ideológica
1 Administrador 1 Mayordomo administrador
Administrador Gene- 1 Administradorral 1 Mayordomo
1. Administrador 1 Sub-administra
dor
Atribuciones jurídicas consue tudinarias.(participan en - general a las an teriores
Ejecución de la regresiónRol de mediación entre el "aparato" de la hacienda y los huasip.
11
EscribientePracticante Vete rinaria.
1 Escribiente 1 Mayordomo
1 Mayordomo ganade1 Ayudante Mayordomo
1 Mayordomo Labran 2 Mayordomos Ganadería za. 2 Mayordomos Labranza
2 Ayudantes Ganadería 2 Ayudantes Labranza 2 Mayorales
11
2
Ayudante GanaderíaAyudante LabranzaMayorales
1 Escribiente 1 Enfermero
2 Mayordomos
Fuente : CIDA: “Tenencia de la tierra y desarrollo socio económico del sector agrícola en Ecuador", OEA,Wash. 1966
IEAG: "Informes", N. 10/11, Quito, 1953.
ç__U A D R 0 N* 3
F O R M A S D E T R A B A J O Y C A N T I D A D D E T R A B A J A D O R E S E N A L G U N A S H A C I E N D A S D E L A S I E R R A . - ( 1 . 9 6 4 )
Haciendas; 1 Formas de trabajo:
GB(9) RP (6) CR(5) M(2)A,B,C; CV (3) FORMA DE REMUNERACION Y/O OBLIGACIONES-DERECHOS
HUASIPUNGUEROS 40 45 133 175 12 Lote de tierra-jornal complementario-4/5 días detrabajo obligatorio.■ ■ ■
YANAPEROS 40 (í) _ — — 45 (h) Reciben una remuneración en especies y/o dinero y -PARTIDARIOS — — 16<c) — — derechos de posesión - obligaciones de trabajo (va-SUBARRENDATARIOS — l3(bl — -- rias jomadas a la semana) .ARRENDATARIOS — — 20(d) — —
TRACTORISTAS 1 — 9 3 1 Reciben un salario en dinero y complementariamenteOBREROS — — 8<f) — en especies (en algunos casos las ordeñadoras sonORDEÑADORAS -- 12 (k) — 12 agadas en especie únicamente)
PEONES LIBRES: . .(a) 44 2i(k) 266(e) 268(g) Salario en dineroa) permanente? 29 8 8b) temporales 73 12
FUENTES:
Notas:a)b)c)d)e)
f)g)h)
i)j)k)
CIDA:"Tenencia de la tierra y desarrollo socio económico del sector agrícola en Ecuador”; Wash. 0EA,1966. GARCIA, A.: "Estructura de una hacienda señorial en la Sierra ecuatoriana"; en Ciencias Políticas y Sociales, México, año IX sept. 1963, N°33, UNAM.(para CR(5), hacienda de Pesillo).Solamente 15 trabajan en la hacienda, los 44 son "arrimados" y pertenecen a la flia.huasipungo.Pagan en trabajo el canon de arriendo (10 días al mes), son parientes de los huasipungueros, CIDA pág. 259 Pagan en trabajo el arriendo (2 días por mes), GARCIA, A.; Pág.366.Pagan en dinero el canon de arriendo.Un tercio más o menos trabaja en la hacienda como peones libres, la cifra corresponde al total de arrimados a - los huasipungueros.Obreros de una fábrica de queso (2); herreros (3); carpinteros (3); CIDA, pág. 205.La cifra corresponde a los "arrimados", solamente 81 trabajan efectivamente en la hacienda.Están obligados a trabajar dos días a la semana por el derecho de transitar por la hacienda, utilizar agua y el molino.Conservamos la apelación de las haciendas que trae el CIDA.Trabajan ocasionalmente, CIDA, pág. 289.Son parientes de los huasipungueros, CIDA pág. 259.
C U A D R O Na 4
TRABAJADORES DIRECTOS DE 41 PROPIEDADES DE LA PROVINCIA DE PICHINCHA (1946). (a)
Tipo de trabajadores Cantidad %
HUASIPUNGUEROS 402 48,5PEONES SUELTOS 0 LIBRES 216 26,2
ORDEÑADORAS 34 4,0
AYUDADORAS 175 21,3
" OBREROS " 1 -
TOTAL 828 100,0
FUENTE: BUITRON, A. y SALISBURY, B.: "El campes_inado de la Provincia de Pichincha", Ins tituto Nacional de Previsión Social, Quito, 1946'
a) Es una encuesta no exhaustiva de los trabajadores de algunas propiedades - de diverso tamaño.
C U X D R O Nfl 5
CANTIDAD DE HORAS TRABAJADAS POR AÑO POR LOS DIFERENTES TIPOS DE TRABAJADORES DE DOS HACIENDAS SERRANAS.- (1964)
Tipos de trabajadores
HACIENDAS N. de trabajadores
M (2)A;B;C. jornadasaño%
/HACIENDA RP(6)++N. de tra jornadas / bajadores año %
Huas ipungue ros 175 41.000 59% 45 8.640 52%Peones Libres 81 28.Q00 41% 21 5.976 36%Ordeñadoras — — — 12 312 3%"Arrend atarios"+ — — — 20 1.728 10%Total: 156 69.000 100% 98 16.656 100%FUENTE: CIDA: "Tenencia de la tierra y desarrollo socio económico del sector
agrícola en Ecuador"; OEA, Wash. 1966, pág.205(++) Cálculo aproximativo nuestro en base a las jomadas trabajadas
en la hacienda M(2) y los datos existentes de RP(6). (cuadro e laborado por nosotros).
( + ) Son "arrendatarios" con obligaciones de trabajo.
C U A D R Q N * 6
T I E R R A S E N P O S E S I O N D E L O S H U A S I P U N G U E R O S D E A L G U N A S H A C I E N D A S .
+Haciendas CV ( 3) M(2)ABC CR(5) GB (9) RP (6)N. huasipungos 12 175 133 40 45% tierras en pose^ siôn del total de la hacienda 4,2 21,7 21,6 1,5++ . 15,8Has. totale^ en huasipungos 29+++ 641 369,7 180 206Dimension prome dio huasipungos (en hâs). 2,4 3,7 2,7 4,5 _____h l ____FUENTE: CIDA: "Tenencia de la tierra y desarrollo socio económico del
sector agrícola"; OEA, Wash. 1966 (cuadro elaborado por nosotros) ( + ) Se excluyen los derechos de pastoreo en los páramos.( ++) 46% de las tierras de labor de la hacienda están en pose-
cion de los huasipungueros.En ladera seca.(+++)
O C D R 0 N* 7
ENCUESTA DE OCHO HUASIPUNGOS DE LA HACIENDA PESILLO (1962)Huasip. INSTRUMENTOS DE PRODUC SUPERFICIE „ g a n a d, oOvino Caba Vacu Porci-
llar no noAVES "FAMILIA AMPLIADA"
Manuales Yuntas TIERRA (Has.) N°mbros. Composición y relacionesHuasipunguero*
N°19 1 arado hierro ' 2,6 4 1 4 --- — 6 adultos Esposa; un yerno con su esposacon vertedera (79% cultí- 3 menores y dos hijos pequeños; un hijo1 arado nacional V O S ) * * ’ 9 total con su esposa y un hijo peque-1 rastra madera ño
N° 2 1 arado hierro con vertedera 1 arado nacional 1 rastra madera
2 bueyes3,6(80% cultivos)
- - 3 2 2 si * * * 6 adultos _3 menores 9 total
Huasipunguero +Esposa; tres hijos pequeños; - un hijo mayor y su esposa; dos abuelos.
N* 4* 1 arado hierro con vertedera alquila 6,6 — 1
(70% cultivos)
2si 1
3
adultosmenortotal
Huasipunguero + Esposa y un hijo menor
N° 5 1 arado hierro con vertedera1 rastra madera
bueyes 3,2 30 1 2 1 (76% culti- (vacas)vos)
8614
adultosmenorestotal
Huasipunguero +"Esposa y dos hijos pequeños; cuñado(peón suelto) con su es posa, lina mujer socorrida con su hijo; otro cuñado (peón suelto, su mujer y tres hijos menores)"
N°72 alquila alquila 3,6(76% cultivos)
30 — —Huasipuhguero +
4 adultos Su madre; dos hermanas(una pe 5 menores quena y una mayor); cinco f ' 9 total manos (un mayor y 4 menores,
V>:,
Continuación CUADRO N° 7
N°73 1 arado nacional 1 rastra madera
2 bueyes 3,08(72% cultivos)
30 3 1 3 (vaca)
si 2 7 9
adultosmenorestotal
Huasipunguero +Esposa y siete hijos pequeños
N°82 1 arado hierro con vertedera 1 arado nacional 1 rastra madera
2 bueyes 3,6(63% cultivos)
15 1(cab.)
1(asno)
3(vaca)
2( terneros)
si 2 2 4
adultosmenorestotal
Huasipunguero +Esposa y dos hijos pequeños
N°83 1 arado nacional1 rastra madera 2 bueyes 4,8 30
(67% culti- (cabras) -vos)
Huasiounquero +
4 adultos Esposa y algunos hijos peque- varios irre queños; un hermano con su es ñores** posa y algún hijo pequeño
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Notas: * Franco considera que es una excepción, pág.29.** No hay información en cuanto a los hijos.*** El resto son pastizales, superficie de habitación, caminos, cercos, etc. *** Por lo general gallinas.
C U A D R O N° 8
COMPOSICION DE LA FAMILIA HUASIPUNGUERA AMPLIADA DE ALGUNAS HACIENDAS
HACIENDASM (2) A M (2) B M (2) C CV (3)
N° descripción U° descripción N° descripción N° descripción
1 huasipunguero 1 huasipunguero 1 huasipunguero 1 huasipunguero
3 Mujeres adultas (esposa-familiares)
3 mujeres adultas 5 mujeres adultas 1 mujer adulta
1 allegado 3 allegados e h_i jos
2 allegados e hi jos
2 hijos(menores)
3 niños 1 o 2 niños 2 niños 4 apegados no es pecificados
iFUENTE: CIDA: "Tenencia de la tierra y desarrollo^socio económico del sector grícola en Ecuador"; Wash. OEA, 1966, passim. (el cuadro es elaborac nuestra).
Ov|P
C U A D R O N°9
COMPOSICION, NUMERO DE FAMILIAS NUCLEARES Y MIEMBROS DE LA FAMILIA HUASIPUNGO EN TRES HACIENDAS DE LA SIERRA (1964)
HCDAS. Nfi huasi pungos
Na miembros flia nuclear huasipun güero
Na flias. arrimadas nucleares
Nfi miembros flias.arrimadas (a)
N* total —miembrosfamilia
"X"del Estado(1) 33 97 46 119 8,9"X" pr¿ vada (2) 29(b) 114 36<C) 109 7,6S.Agustín del Callo 86 382 ? 128(d) 5,9EDENTE:(1) y (2) COSTALES SAMANIEGO, A y P.:"Historia Social del Ecuador"; -
Quito, CCE, 1971, pp.241-45.(el cuadro es elaboración nuestra).IERAC: "Plan de evaluación del proyecto San Agustín del Callo", 1965, (mimeo), pp.3 (Ídem.)
(Continuación CUADRO Ng 9)
(a) Comprende también personas solas.(b) Los 29 huasipungueros comprenden: 26 familias
nucleares, 2 matrimonios, 1 persona sola.(c) Las 36 familias arrimadas comprenden:
23 familias nucleares arrimadas a los padres.5 familias nucleares arrimadas a los suegros2 familias nucleares arrimadas a los herma—
nos políticos.4 familias nucleares arrimadas a la madre
con aceptación del padrastro.1 familias nucleares arrimadas a los abuelos1 familias nucleares arrimadas a lqs hijas—
tros. (d)
(d) Son: 1) hijos que rorman un núcleo familiar secnndario (84 arrimados).
2) otros núcleos familiares y personas so las (44 miembros).
C U A D R___0 N * 1 0
INGRESO BRUTO DE LAS FAMILIAS HUASIPUNGUERAS AMPLIADAS DE ALGUNAS HACIENDAS CALCULADO EN TERMINOS MONETARIOS (autoconsumo+excedente comercializado+sala ríos monetarios).- (en sucres)
Haciendas : Hcda.Pesillo M (2) A M(2)B M (2) C (3)PRODUCCION AGRICOLA-TOTAL: 1.853 32,9% 3.403 70,8% 5.663 60,8% 5.808 60,7% 18,5
a) autoconsumob) venta 1.853
2.494909
4.1031.560
4.0111.795
(a)PRODUCCIONARTESANADO-TOTAL: ? ? ? 7 ?a)auto-consumo 7 7 ? ?b)venta ? 7 7 7 ?PRODUCCIONPECUARIA-TOTAL: 2.581 45,9% 63 1,1% 227 2,7% 353 3,6% 19,7a)autoconsumo ? 7 7b)venta 2.58. 63 227 3C 3
SUBTOTAL 4.435 79,9% 3.467 71,9% 5.890 63,5% 6.159 64,2% 38,2
SALARIOS: 1.182 21,2% 1.350 28,1% 3.400 36,5'. 3.400 35,8% 61,8a)huasipunguero 600 600 600 600b)allegados ' 582 750 2.800 2.800INGRESO B.TOTAL 5.617 100% 4.817 100% 9.290 100% 9.559 100% 100%N°miembros flia. 11 8 10 10N°has. huasip. 2,78 4,2<b) 7,34>(b) 7,34 (b)
Ingreso per capita 510 602 929 955 •7»FUENTE: (1) GARCIA»A.: "Estructura de una hacienda señorial en la Sierra ecuato -
riana" en Ciencias Políticas y Sociales» México, año IX sept; 1963, N°33, UNAM.
(2) CIPA: "Tenencia de la tierra y desarrollo socio económico del sector agrícola en Ecuador", Wash. OEA, 1966.
(3) COSTALES SAMANIEGO,A.: "Historia Social del Ecuador, Reforma Agraria", Quito, CCE, 1971, pág.185.
a- No existen datos sobre la producción artesanal doméstica, b- Los huasipungos de la muestra tienen una superficie bastante superior
al promedio del universo total (CIDA,pág.215) que era de 3,2 has. c- Para la hcda. de Pesillo y M(2)A,B,C son huasipungos "tipo" de una
muestra.d- Los datos del autoconsumo pecuario son inexistentes o muy parciales, e- En 1962 un dólar valía 20 sucres.
C U A D R O NÄ 11
CAPITAL FIJO, CAPITAL VARIABLE Y GASTOS DE EXPLOTACION DE ALGUNAS HACIENDASSERRANAS (1964)
CAPITAL FIJOHacda. CV(3),690 Has Hacda. M(2) A;B;C;2955
HasHacda. GB(91; 12.000 Has
1.700.000 sucres. DESCRIPCION:
2.655.000 S. DESCRIPCION :
56.400 S. DESCRIPCION:
Habitaciones2 Establos3 Bodegas1 Equipo insiminación artificial incompleto.
Bodegas varias 1 Fábrica de queso y mantequilla Plantaciones forestales 8 has
Casa-haciendaBodegasGalpones
700.000 Sucres DESCRIPCION:
____________________CAPITAL VARIABLE4.632.000 S. 956.000 S.DESCRIPCION: DESCRIPCION:
2 Tractores (1 con e quipos)1 Motor eléctrico 1 Desgranadora maíz eléctrd '•i
1 JeepCercos eüíjtricos Ganado:863 bovinos (mestizo- y Hollstein Frissien)
Tractores varios Segadoras varias Cosechadoras varias Ganado:863 vacunos mestiz.77 Hollstein Fi ■ 92 Caballares
1.700 ovejas400 " pura za500 gallinas
2 Tractores (1 oruga otro de rueda).2 Cosechadoras-hiladoras1 Clasificadora papas2 Seleccionadoras semillas Ganado:174 bovinos 834 ovinos criollos 40 caballos 10 asnos51 vacas lecheras 20 vacas secas 31 vaconas14 vaquillas15 crias
GASTOS EXPLOTACION196.000 sucres. DESCRIPCION:
69%Jornales:Sueldos:Gastos Operación: combustibles,electrici dad, medicinas:
6%
Reparaciones: 3%Otros: 22%(incluye el pago un em prestito banco)
r. tal: 100%
5.727.000 S. DESCRIPCION:Jornales: Sueldos: Gastos Oper.:
30%
Reparaciones: 7%Otros: 63%(incluye la construr ción de una bodega)
Total: 100%
336.935 S DESCRIPCION:Jornales: 15%Sueldos: 9%*Gastos Qper.:alimentación, ganado, 33% abonos, otros.Gastos Manutención: reparaciones, reposición 31% maquinariaOtros: 9%impuestos.Total: 100%
nosotros.
C U A D R O N* 12
Jornales de los peones libres y de los huasipungueros de diversas haciendas serranas en 1.964 (en sucres)
H A C I E N D A S
CV (3) M(2) A,B,C. GB (9) RP (6)1
Peones libres|
2,0-3,5 5,0 3,0 7,0
Huasipungueros 1,6 3,0 3,0 2,5 (
;FUENTE: CIDA: "Tenencia de la tierra y desarrollo socio-económico del sectoragrícola en Ecuador", OEA, Wash., 1.966.
°En 1.962 un dólar equivalía a 20 sucres.
C U A D R 0 N2 13
Jornales, horas de trabajo y días por semana de trabajo de los huasipungueros y peones libres en la Provincia de Pichincha (promedio).- (1.960)____________
PEONES LIBRES HUASIPUNGUEROS
Jornal®: 5,80 sucres 2,31
Horas trabajo / diarias
8,3 00
días a la sema na 5,8 5,5
FUENTE ; COSTALES SAMANIEGO, A': "Karapungo", Inst. Panam, de Geografía, Mexico, 1960, pag. 307
°en sucres
universidad central del ecuador . __ , 150 años de dignidad y trabajo 1 7 /O