La Historia Universal en La Mirada De

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La Historia Universal en la mirada de Jacobo Burckhardt. Néstor Baumann Santana 1

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Esta investigación trata acerca de la Teoría de la Historia del gran historiador del Arte Jacobo Burckhardt.

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La Historia Universal en la mirada de Jacobo

Burckhardt.

Néstor Baumann Santana

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Nestor Baumann SantanaMontevideo1999Se autoriza la reproducción total o parcial con la única condición de citar la fuente.

Fotografía de tapa tomada de; German History in Documents and Images (GHDI)http://germanhistorydocs.ghi­dc.org/images/10006151­r.jpg

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La Historia Universal en la mirada de Jacobo Burckhardt.

Resumen.

Burckhardt es un autor lleno de sugerencias. Maestro de Nietzsche, pero a

diferencia de este es un historiador, no un filósofo. Observa la historia desde

una perspectiva distinta tanto, de la de los autores alemanes, como de la de

los franceses. En este sentido es un hombre de transición, pero también lo es

entre la historiografía romántica y la positivista. Vivió en Suiza en plena etapa

de unificación Alemana, e Italiana, rodeado de poderosos y agresivos vecinos.

El tiempo en el que Burckhardt vivió fue prolífico en cambios. Vio como la

Cultura se transformaba en un objeto de lujo, un mero adorno. Se resistió a

verla sucumbir frente al poder. Su obra Reflexiones sobre la historia universal,

esta llena de cuestionamientos, y nuevas inquietudes, es un texto sugerente.

Se trata también de un libro de difícil lectura. En el se condensan sus

enseñanzas sobre la Historia.

Palabras claves: Burckhardt, Historia, Suiza, Historiografía, Cultura.

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INTRODUCCIÓN

Llegamos al conocimiento de Jacobo Burckhardt a través del estudio de la

obra de Federico Nietzsche. Si bien Nietzsche le dio otra interpretación a las

enseñanzas del maestro suizo, como él propio Burckhardt lo señaló, despertó

en nosotros el interés por la obra de este historiador. En la medida que fuimos

descubriendo página a página su obra Reflexiones sobre la historia universal,

más comprendimos el valor y actualidad de sus enseñanzas.

Se trata de un autor muy poco estudiado en nuestro país, de allí la casi

ausencia de bibliografía nacional sobre el tema. Tampoco hemos encontrado

demasiada bibliografía en español. He ahí la principal de nuestras dificultades.

La otra dificultad importante radica en el hecho de que esta obra jamás fue

escrita, ni revisada por Burckhardt. El texto que vamos a analizar es de difícil

lectura, como lo afirman Delio Cantimori en su estudio sobre Burckhardt y

Alfonso Reyes en el prologo de la obra a estudiar. La dificultad radica en la

propia forma del libro, se trata de apuntes, conferencias, etc., reunidos

póstumamente por su sobrino. Burckhardt por otra parte, para explicar sus

ideas, transita por la historia recogiendo ejemplo de los que es necesario

extraer los conceptos no explicitados.

¿A la luz de lo expresado uno debería preguntarse cuál es la pertinencia del

estudio de Reflexiones sobre la historia universal?

Muchas de sus opiniones y propuestas sobre la Historia tienen plena vigencia.

Observa la historia desde una perspectiva distinta tanto, de la de los autores

alemanes, como de la de los franceses. En este sentido es un hombre de

transición, pero también lo es entre la historiografía romántica y la positivista.

Desde el pequeño y muy particular Estado Suizo, observa el mundo, rodeado

por países gigantescos, algunos de los cuales recién culminan su proceso de

unificación. Sus vecinos alemanes e italianos son ejemplo de ello, otros como

Francia y Austria son poderosas potencias. Acaso algo similar nos ocurre a

nosotros frente a vecinos tan poderosos como Argentina y Brasil. Los tiempos

son otros sin duda, y las dimensiones del drama humano también. Nuestros

países sostienen firmes lazos de amistad, no presentan la agresividad que

caracterizó a las potencias europeas en sus relaciones. De todos modos

nuestra pequeñez condiciona de algún modo nuestra mirada y nuestro propio

acontecer histórico.

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El tiempo en el que Burckhardt vivió fue prolífico en cambios. Vio como la

Cultura se transformaba en un objeto de lujo, un mero adorno. Se resistió a

verla sucumbir frente al poder. Nuestro tiempo también nos sorprende con

profundos cambios, económicos, sociales, políticos, científicos, militares, etc.

La cultura nuevamente es atacada, convertida en un objeto más en venta en el

mercado donde todo se subasta. La globalización arrasa con ella. Los viejos

totalitarismos políticos ceden el paso a un totalitarismo económico que

destruye y avasalla la cultura.

El libro de Burckhardt está lleno de imaginación y de cuestionamientos hacia la

ciencia histórica de su tiempo. A diferencia de Nietzsche es antes que nada un

historiador.

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CAPITULO 1

LA SITUACIÓN EUROPEA

La Revolución Francesa provoca temor y entusiasmo en toda Europa. Nada

sería igual después del estallido revolucionario. Los ejércitos franceses

llevaran a todos los rincones del viejo continente las nuevas ideas. La

Revolución había despertado entusiasmo en Alemania.

“La radicalización del movimiento en Francia, los ataques a la propiedad y a

los privilegios, hicieron que el ambiente de simpatía se modificara

esencialmente en Alemania. Todos los que poseían algo y disfrutaban de algún

privilegio se pusieron en guardia. Revolución era un excitante para las clases

inferiores y esto no se veía con buenos ojos. Añádase que las crueldades y las

fechorías del régimen del terror produjeron lamentable efecto en los

sentimientos de dignidad y lealtad de los alemanes. Pero la Revolución no era

ya un asunto exclusivamente francés: se había convertido en una especie de

cruzada que amenazaba con destruir en Europa todo el sistema jurídico y

social vigente. La contrarrevolución se puso en marcha en el acto.”1

A los fuegos revolucionarios seguirá la restauración de 1815, pero la semilla de

estas ideas seguiría germinando a pesar de la represión. Frente a los ejércitos

invasores se alzaran los diversos pueblos, surgirá con fuerza la idea de

nacionalidad. El nacionalismo en algunos casos impulsará a los pueblos a la

unidad política, ejemplo de ello son la unificación alemana, e italiana. En otros

casos actuaran como fuerzas centrípetas, procurando el desmembramientos

de los imperios que reunían en su seno nacionalidades diversas y oprimidas,

es el caso del Imperio Austro - Húngaro, etc.

El siglo XIX es desde sus primeros años una época de profundos cambios,

económicos, sociales, políticos, científicos y culturales.

La Revolución Industrial surgida en Inglaterra se extiende a todo el continente.

La producción se transforma radicalmente, se montan enormes fábricas donde

se concentran cientos de trabajadores. La máquina eleva la productividad a

1 VEIT, Valentín, HISTORIA DE ALEMANIA Para los pueblos de habla española, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1947. Pp. 341.

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alturas insospechadas, se abaratan los costos, el mercado se extiende.

La transformación que comienza por la industria, se traslada luego a las

comunicaciones, al transporte y en menor medida a la agricultura.

Derivada de esta revolución industrial se producen cambios de carácter social.

Se consolida el dominio de la Burguesía tanto en el plano económico como en

el político. Nace una nueva clase social; el proletariado. Este se concentra en

las fábricas y en los barrios periféricos de las ciudades que crecen

aceleradamente. “La fundamental hendidura en la sociedad europea había

dejado de ser, a mediados del siglo XIX, la distinción histórica de una

aristocracia y un clero privilegiados y una gran masa de plebeyos sin

privilegios. Se había convertido en una hendidura que separaba a los que

tenían de los que no tenían, a los que poseían la maquinaria de la producción,

de los que trabajaban para ella, a patronos de empleados, en una palabra a los

burgueses de los proletarios.”2

La violenta explotación a que es sometido el proletariado hará eclosión en

verdaderas gestas revolucionarias, como por ejemplo las de 1830 y 1848.

En julio de 1830, en París se inicia una nueva revuelta contra Carlos X. “…la

revolución de julio provocó una reacción en cadena, que encendió rebeliones

en Bélgica, Suiza, Italia, los diversos Estados alemanes y Polonia. Los

gobiernos austríaco, ruso y prusiano no podían permitirse avanzar por la

Europa Occidental, donde los liberales habían capturado y sostenido un

terreno importante en fermento de 1830-32. […] Pero en Europa central y

oriental el peso del pasado no pudo levantarse fácilmente, y las rebeliones de

1830 terminaron ahogadas en sangre y frustración.”3

Luego de 1830 la división de Europa es más evidente.

“Después de 1830, Europa quedó dividida, más evidentemente que antes, en

un campo progresista y otro reaccionario, en un grupo de gobiernos

parlamentarios occidentales y una liga de monarquías autoritarias orientales.

La fuente principal del poderío liberal fue una poderosa burguesía; allí donde

una clase media agresiva no pudo tomar las riendas del gobierno, el

movimiento liberal se derrumbó.”4

Nuevamente en 1848 la hoguera se enciende en París y luego se extiende. En

2 BRUUN, Geoffrey, La Europa del siglo XIX 1815 - 1914, México, Fondo de Cultura Económica, 1988. Pp. 93.3 Idem, pp. 29.4 Idem, pp. 30.

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febrero de 1848 el pueblo francés se levanta contra Luis Felipe y lo obliga a

abdicar. La noticia hace arder Europa entera. La propia Viena, capital de la

reacción, es sacudida por la violencia popular.

“Maduraba en la Europa central una extensa cosecha liberal, cuando a fines de

febrero de 1848, y siguiendo las fáciles y recientes vías del ferrocarril y el hilo

telegráfico, soplaron veloces los favorables vientos levantados en París con la

derrocación violenta de Luis-Felipe, vientos que en Viena se arremolinaron en

torno a Metternich.”5

El progreso del liberalismo en Europa Central durante la primera mitad de 1848

fue impresionante. También lo fue el retroceso que le siguió. Casi termina en

un completo desastre.

“Como hemos visto, el liberalismo triunfó en Gran Bretaña y en Francia (y en

Bélgica) desde la década de 1830. La adopción del libre cambio británico en

1846 y la implantación de un Gobierno republicano francés en 1848 sirvieron

para confirmar el ascendiente del liberalismo en ambos países. En cambio, en

otros puntos de Europa estaba más atrasado y era menos popular. A través de

toda la Europa central, desde Escandinavia a Italia, y desde Holanda a

Hungría, la vida social seguía siendo, en la década de 1840, bstante (sic)

semejante a lo que había sido en el siglo XVIII:…”6

El liberalismo, y las ideas republicanas ganan cada día más adeptos aunque

en la práctica existen avances y retrocesos.

“Suiza surgió de la revolución de 1848 con una Constitución federal

democrática.”7 Estaba gobernada por un Gobierno federal y una legislatura

bicameral.

“A lo largo de la primera mitad del siglo XIX cuatro grandes potencias, Austria,

Rusia, Prusia y Francia habían dominado el continente, mientras Inglaterra se

había mantenido aparte; pero después de 1867, este cuadrilateral equilibrio de

poder fue una cosa del pasado. La unificación política de Italia (1859-61)

añadió un nuevo Estado que, por su superficie y su población, al menos

constituía una quinta gran potencia y la creación de la Confederación del Norte

5 HAYES, Carlton J. H., Historia política y cultural de la Europa Moderna. Vol. II “Un siglo de Sociedad predominantemente industrial (desde 1830 hasta nuestros días)”, Barcelona, Editorial Juventud, 1968. Pp. 86.6 Idem, pp. 85.7 Idem, pp. 98.

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de Alemania (1867) duplicó la fuerza y la influencia de Prusia.”8

En 1870 las tropas alemanas entrarían en Francia y poco después

proclamarían en París la creación del Imperio Alemán, agrupando a la nación

alemana excepto Austria.

Pero a pesar de todo el liberalismo se consolidó.

“Dondequiera que el liberalismo penetró sirvió de importante fermento en la

sociedad y el Gobierno, fermento que siguió operando después de las

represiones austríacas de 1849, del derrocamiento de la Segunda República

francesa en 1852, y del declarado fin de la “transacción victoriana” en 1865. A

medida que corría el tiempo y la Revolución Industrial, el concepto liberal

básico del individualismo penetraba más y más en todas las clases y ayudaba

a encauzar la política derribando barreras tradicionales de trato social y

comercial, y fomentando una extensión cada vez mayor, de las obras públicas

y la enseñanza popular.”9

El socialismo aparece dando sus primeros pasos y se bautizará en las

barricadas de 1848. Se puede observar como crece poco a poco,

convirtiéndose en una potente ideología que encontrará una dura resistencia.

“…después de 1830, la primitiva democracia filosófica se completara y

orientara de nuevo con un movimiento democrático entre los trabajadores, con

fines sociales no enteramente de acuerdo el liberalismo económico.

Como respuesta a la tendencia ideológica prevalente entre los proletarios

“radicales”, aparecieron en la década de 1840 movimientos socialistas: el

socialismo cooperativo utópico, el de Estado de algunos de los jefes “cartistas”

de Gran Bretaña y el de Louis Blanc con sus “talleres nacionales” de Francia.

La mayor parte de estos movimientos socialistas hicieron, de momento

escasos progresos. El de Louis Blanc, de todos ellos el que mayor apoyo

encontró en el pueblo, fue ahogado en sangre en las “jornadas de junio” de

1848. Sin embargo, y en contradicción con los ideales individualistas de los

liberales, penetró de modo permanente en la conciencia europea otro de

“socialismo”. Y se hizo habitual unir el “socialismo” con la “democracia

política”.10

La Liga de los Comunistas, de carácter internacional, era una metamorfosis de

8 BRUUN, G., Op. Cit., pp. 124.9 HAYES, C. J. H., Op. Cit. Pp. 100.10 Idem, pp. 102, 103.

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las antiguas Ligas surgidas en Alemania, y Francia, encarga a Marx y Engels

la redacción de una proclama.

Se trató del “Manifiesto Comunista”, publicado poco antes de estallar la

revolución de 1848. Con su aparición comenzó el ocaso del socialismo utópico.

Si bien eran muy pocos los que conocían a Marx y al “Manifiesto” en 1865, lo

cierto es que la burguesía vio con terror como se alzaban las barricadas

proletarias, y su recuerdo perduró por largo tiempo.

En lo que respecta a la Filosofía el pensador más importante es Hegel.

“En estos años no apareció una nueva filosofía que justificara el arreglo

político. El pensador más influyente de la época, Georg. Wilhelm Friedrich

Hegel, concibió una síntesis de ideas que sirvió tanto a los radicales como a

los reaccionarios de arsenal de argumentos. Todos los grupos políticos, por

igual, sintieron el apremio de encontrar un principio satisfactorio de autoridad,

pero fue una búsqueda en la que nadie tuvo éxito. En Inglaterra, los

intelectuales liberales dirigieron el helado utilitarismo de Jeremy Bentham. […]

Muy poca atención recibió el libro de Auguste Comte, Plan de las operaciones

científicas necesarias para la reorganización de la sociedad (1822), y este

temprano estudio del problema de la sociología científica tuvo que aguardar a

un clima de opinión más favorable para ser aceptado.”11

En lo que hace a la Literatura y las Artes el romanticismo había vivificado la

cultura europea.

“El espíritu del romanticismo, que ya había vivificado a la literatura y el arte

europeos en último cuarto del siglo XVIII, alcanzó su apogeo en las décadas

inmediatamente posteriores a 1815.”12

“…las aspiraciones de los autores románticos triunfaron a menudo sobre la

lógica y la razón, también es cierto que no triunfaron sobre mucho más.”13

No es un fenómeno sencillo o aislado. Entre sus adepto contamos religiosos y

antirreligiosos, revolucionarios y conservadores, etc.

“Las dos cosas en que convenían todos los románticos eran: 1) ensalzar el

sentimiento y la emoción como norte y guía hacia la “Verdad”; y 2) que lo

“bello” había de buscarse lejos de los modelos clásico.

Dicho de otro modo, reducido el romanticismo a su mínimo común

11 BRUUN, G., Op. Cit, pp. 40.12 Idem, pp. 38.13 Idem, pp. 39.

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denominador, era una reacción contra el “racionalismo” y el “clasicismo” de los

siglos XVII y XVIII.”14

En la Historia, “La era se caracterizó, en verdad, por su interés por la Historia.

Existía una nueva y difundida curiosidad sobre la Edad Media, sobre la

ininterrumpida evolución política, social y cultural desde el hombre “primitivo”, a

través de la Antigüedad y el Medievo, hasta los tiempos recientes. Sentíase

universal entusiasmo por el pasado de la propia nacionalidad, su antigua

organización tribal, su evolución medieval, su lengua y literatura históricas y

sus históricas costumbres y modales. Se hacía especial hincapié en el empleo

de “métodos científicos”, en la reunión y publicación crítica de “fuentes”

históricas y en el relato objetivo de los acontecimientos.”15

Se trata de una historiografía distinta de la del siglo XIX.

“Como consecuencia de esto, la historiografía del siglo XIX fue no sólo más

copiosa y rica que la del XVIII, sino de clase distinta. Era de espíritu más

pragmático y menos “racional”, de alcance más nacional y menos cosmopolita.

De un modo general, era también más “científica”, más inclinada a relatar lo

que en verdad había ocurrido que a predicar una determinada filosofía.

Pero si el método de la nueva historiografía era cada vez más “científico”, el

uso que de él se hacia no se inspiraba tanto en el antiguo racionalismo como

en un nuevo romanticismo. Los mismos estímulos románticos que movieron la

imaginación de los artistas entre 1830 y 1878 hacia lo nacional, lo medieval y

lo popular, impulsaba a la ciencia contemporánea hacia objetivos similares.”16

En las Ciencias se producen avances extraordinarios, particularmente en

Física y Química. En menor medida en Biología. Un acontecimiento de gran

importancia para la época fue la publicación de la obra de Charles Darwin; On

the Origin of Species by Means of Natural Selection, en 1859.

“La teoría de Darwin reforzó las corrientes naturalistas del pensamiento

contemporáneo y estuvo destinada a influir no sólo en las reflexiones

científicas, sino también en el pensamiento social, histórico, filosófico y

religioso de la siguiente generación.”17

14 HAYES, C. H. J., Op. Cit., pp. 106.15 Idem, pp. 121.16 Idem, pp. 121.17 BRUUN, G., Op. Cit, pp. 122.

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BREVE HISTORIA DE SUIZA

Los primeros pobladores de Suiza fueron los Helvesios, de quienes tomó el

nombre el país; Helvecia. Al extenderse el Imperio Romano, la Helvecia paso a

integrarlo. Cuando se produce el derrumbe del Imperio, es ocupada por los

bárbaros. Ellos la dominaron hasta el año 550. En esa fecha son los francos

quienes se apoderan de ella.. Una vez producida la disolución del Imperio de

Carlomagno, la Helvecia paso a depender sucesivamente de Alemania,

Borgoña, Suecia y finalmente paso a integrar el Imperio Alemán. En el 1291, a

la muerte de Rodrigo de Habsburgo se gesta una alianza ente los cantones de

Uri, Schwyz y Unterwalden, para enfrentarse a los abusos del poder.

Es a este núcleo al que se agregarían los demás cantones suizos formando la

Confederación.

En 1308, los tres cantones se opusieron a las pretensiones anexionistas de

Alberto I derrotando al ejército imperial. Así tuvo principio la Confederación

Suiza. En 1332 se agregaría el cantón de Lucerna, en 1351 el de Zurich, en

1352 Glaris y Zug, en 1353 se uniría Berna. En 1501 ingresan Basilea y

Schaffhausen, en 1513 Appenzell.

En 1648, a la Liga le fue reconocida su independencia del Sacro Imperio

Romano Germánico. En 1798 al influjo de Francia se crea la República

Helvética. Frente al descontento de los Suizos, el 1803, Napoleón le otorgó

una nueva constitución por medio del Acta de Mediación. De este modo

aumentaron en 6 el número de cantones. En 1815, Rusia, Austria, Gran

Bretaña, Portugal y Prusia, garantizaron la neutralidad perpetúa y la

inviolabilidad del territorio de Suiza. El Congreso de Viena aprobó el Pacto

Federal por el cual se agregaron tres nuevos cantones. El pacto estuvo en

vigor hasta 1848.

“El acuerdo de 1815 reconoció una confederación de veintidós cantones.

Suiza, en la restauración, contaba con primitivas instituciones en alguno de los

cantones: la tortura, la intolerancia religiosa, la censura de prensa. Pero de

1828 a 1848 período generalmente denominado “era de regeneración”, un

nuevo espíritu se extendió por el país. En muchos cantones se introdujeron

reformas democráticas, incluyendo la libertad de prensa e incluso el sufragio

universal masculino. De 1830 a 1833, diez cantones introdujeron instituciones

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radicales. El movimiento democrático fue estimulado por las clases

profesionales: abogados, médicos, pastores protestantes y escritores.”18

El sufragio universal “…en Suiza quedó incorporado en la Constitución federal

de 1874;…”19

Esto iba contra la corriente reaccionaria que predominaba en Europa Central.

No todos los cantones aceptaron esta situación. A estos cantones liberales o

radicales se oponían los cantones católicos. Los liberales deseaban, además

de estas reformas en cada cantón, un Estado federal con mayor grado de

centralización y más fuerte. Los católicos se oponían porque un dominio

federal fuerte les privaría de su dominio en la educación. La crisis se concreto

en la contienda civil de Basilea de 1831 y en Neuchatel. Durante la década del

1830 el gobierno federal trató de intervenir para impedir la guerra religiosa,

pero se produjeron sucesivos enfrentamientos localizados en determinados

cantones.

En 1845 los siete cantones católicos, (Lucerna, Uri, Shwyz, Unterwald, Zug,

Freiburg y el Valais), constituyeron una liga armada y secreta, el Sonderbund.

Durante los meses siguientes el secreto se hizo público.

“…en julio de 1847 la Dieta Federal aprobó una moción declarando que el

Sonderbund representaba un quebrantamiento de la constitución. La guerra

que siguió, ya no fue una simple contienda domestica dentro de cantones

individuales, sino una guerra entre cantones, una lucha por el poder en toda

Suiza. Aun así, fue una guerra que no implicó grandes destrucciones de vidas

y bienes. Las fuerzas liberales al mando de G.H. Dufour derrotaron fácilmente

a las fuerzas del Sonderbund en julio de 1847, antes de que pudieran

intervenir Metternich y Guizot.”20

Lo restringido del conflicto permitió la concreción de una paz conciliadora que

tomó la forma de la Constitución de 1848. Esta constitución determinó un

gobierno federal más fuerte y una legislatura basada en el sufragio universal.

Entre 1848 y 1880 se vivió una época de paz apenas turbada por el caso

Neuchatel, que se solucionó con la renuncia de Federico Guillermo IV a todos

sus derechos sobre el cantón, conservando solo un título honorífico. Luego

hasta 1918 gobernó el partido radical, la sociedad fue sumamente estable. En

18 HEARDER, H., EUROPA EN EL SIGLO XIX desde 1830 hasta 1880, Valencia, Aguilar s.a. de ediciones, 1973. Pp.268.19 BRUUN, G., Op. Cit., pp. 162.20 HEARDER, H., Op. Cit., pp. 269.

13

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1874 se agrega un aditamento muy original el referéndum.

Entre 1830 y 1860 se pueden observar pequeñas áreas industriales, pero sin

duda eran mucho menores en escala que las que podía verse en Inglaterra,

Francia o Alemania. En la década de 1830 comienza la construcción de las

líneas férreas. Siguiendo el movimiento general de Europa, Suiza liberaliza su

comercio entre 1850 y 1860. En los cantones más ilustrados se legisló en torno

al trabajo obrero. Se busco limitar la jornada de trabajo, prohibir la explotación

de niños y mujeres y superar las condiciones antihigiénicas de las fábricas. El

resultado fue que los industriales se trasladaron a los cantones menos

ilustrado que no tenían esta legislación. La revisión constitucional de 1874 tuvo

entre otros el objetivo de permitir al gobierno federal legislar en este tema para

todo el país. Su sistema democrático y lo reducido de la clase obrera suiza,

permitió que los temas obreros se definieran legalmente con mucha

anticipación que en el resto de Europa.

Es también en ese año que se dispone la creación de escuelas gratuitas.

“Casi todos los gobiernos europeos tomaron algunas disposiciones para crear

escuelas públicas gratuitas de enseñanza primaria durante el último tercio del

siglo XIX: […] Suiza (1874),…”21

El pedagogo Johan Pestalozzi desarrollo en Suiza las ideas del Emilio de

Rousseau, tanto en teoría como en la practica. Comprendió que con amor y no

con temor el niño siente la motivación de aprender. Fue el primero que realizó

un estudio científico de los métodos de enseñanza y aprendizaje. Suiza se

mantuvo en la vanguardia del desarrollo educativo en el mundo, durante todo

el siglo XIX.

NOTICIAS BIOGRÁFICAS SOBRE BURCKHARDT

Jacobo Cristóbal Burckhardt, nació en Basilea el 25 de mayo de 1818. Era el

cuarto hijo del párroco de la catedral, Jacobo Burckhardt. Su madre falleció el

17 de marzo de 1830, cuando Jacobo era aún un niño. Él señala que fue un

niño feliz salvo por este desgraciado hecho. Agradece a la escuela de Basilea

el haber despertado en él el amor por el estudio, particularmente por el cultivo

de las lenguas antiguas.

21 BRUUN, G., Op. Cit., pp. 183.

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Curso estudios secundarios entre 1836 - 37 y luego pasó a Neuenburg, donde

tomó contacto con las ideas francesas. Siguiendo los deseos de su padre,

comenzó los estudios de teología en esa universidad entre 1837 - 39. Ante su

pedido, el padre accedió a que Jacobo se dedicara a los estudios históricos.

Cursó el último semestre de sus nuevos estudios en Basilea. El segundo

semestre de 1839 ingresó en la Universidad de Berlín. Permaneció allí hasta

1843, salvo el verano de 1841 que lo pasó en Bonn. Realizó dos trabajos

extensos para el seminario de historia de Ranke, los que fueron elogiados por

el maestro. Se sintió atraído también por el estudio del arte. Luego de una

estancia en París en 1843, fue habilitado por la Universidad de Basilea para la

cátedra de Historia, obteniendo en 1845 el título de Profesor extraordinario. En

1846 partió hacia Berlín e Italia para realizar estudios y trabajos literarios, gira

que duró 2 años.

En 1848 vuelve a Suiza y ocupa la cátedra de Historia del Instituto Pedagógico.

En 1853 este Instituto se transformó en una escuela industrial, por lo cual

Burckhardt se quedó sin trabajo.

En 1855 se hace cargo de la cátedra de Historia del Arte en el Instituto

Politécnico de la Confederación.

En 1858 es invitado por la Universidad de Basilea para hacerse cargo de la

Cátedra de Historia, como profesor titular. A su pesar debió abandonar sus

clases en el Instituto Pedagógico, para hacerse cargo en la Universidad de

Basilea de una clase completa de Historia del Arte, además de la Cátedra de

Historia que seguía dictando, esto ocurrió entre 1882 a 1886. Sus deberes

académicos abarcaban 10 horas semanales.

Realizó además ciclos de conferencias, tanto en el Paraninfo universitario,

como en el Museo de la ciudad. En virtud de los achaques de la vejez solicitó

la jubilación de la Cátedra de Historia en 1885, y siguió dictando a su pedido la

Cátedra de Historia del Arte. Finalmente el asma le obligó a pedir su jubilación

total en abril de 1893. El 8 de agosto de 1897 Burckhardt murió reclinado en su

sillón víctima del asma a la edad de 79 años.

En cuanto a su producción historiográfica podemos enumerar los siguientes

trabajos:

Epoca de Constantino el Grande, (1852). Estudia la decadencia de la

Antigüedad, cuya cultura fue estrangulada por la potencia del Estado y la

Iglesia. Es su primera obra, y la más propiamente histórica en sentido

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tradicional.

Cicerone, (1855). Tiene la apariencia de una simple guía monumental, pero en

realidad construye una interpretación estética, cuyo itinerario abarca Italia.

La cultura del Renacimiento en Italia, (1860). Es su obra más difundida. Se

trata de una obra original que se introduce en la psicología de la época.

Posteriormente fueron publicadas dos obras póstumas a partir de sus

lecciones. Sólo aprobó su publicación en el lecho de muerte.

Historia de la cultura griega, comenzó a trabajar en ella en 1869 y realizó su

primera lectura académica en 1872. No fue publicada por escrúpulos

profesionales. Sabía que no era especialista en filología, y que el campo del

helenismo día a día avanzaba renovando continuamente la producción.

En cuanto a Reflexiones, proviene de un curso universitario cuyas notas, y

algunas conferencias fueron organizadas por su sobrino Jakob Oeri

“El libro apareció en 1905. Los capítulos I a IV son materia del curso

universitario (1868-1885) e incorporan un curso anterior sobre la “Introducción

al estudio de la historia”. Entiendo que el capítulo IV, “Las crisis históricas”,

quedó cabalmente redactado entre los manuscritos de Burckhardt; el capítulo

V, “Individuo y colectividad o De la grandeza histórica”, reúne sus tres

conferencias de 1870 en el Museo de Basilea; y el capítulo VI, “Sobre la dicha

y el infortunio en la historia”, es una conferencia leída en el propio Museo el

año 1871. Esta compleja elaboración debe tenerse en cuenta al leer la obra y

juzgarla, y crea no pocos problemas al traductor,…”22

Durante su estadía en Alemania en los años 40 sus intereses le acercaron a la

“Joven Alemania”, romántica y liberal. En su adolescencia le estremeció el

romanticismo en boga. En lo que respecta a la Historia fue discípulo de Ranke

como ya se dijo y asistió a la cátedra de Grimm. De la mano de Kluger se

aficionó por el Arte.

En Basilea se respiraba una atmósfera de calvinismo ortodoxo. La Universidad

era de las más antiguas de Suiza, databa del siglo XV, por sus aulas pasaron

papas, emperadores y muchos notables. En su juventud debía completar sus

ingresos escribiendo artículos periodísticos, pero difícilmente podía contentar a

radicales y católicos. Sus querellas le parecían un “espectáculo

sudamericano”.

22 REYES, Alfonso, Prólogo, en BURCKHARDT, Jacobo, “Reflexiones sobre la historia universal”, México, Fondo de Cultura Económica, 1943. Pp. XXVI.

16

Page 17: La Historia Universal en La Mirada De

“Su moderación lo había hecho amar el sufragio limitado y las monarquías

restringidas,…”23

Decide consagrarse a salvaguardar la cultura europea y salvarla del cataclismo

que ve próximo. En su casa modesta, ubicada en los altos de una panadería,

solía recibir amigos, literatos, aficionados a las artes y estudiantes. Las

tertulias se extendían hasta las primeras horas de la madrugada. Eran los

tiempos de Baudelaire, Mallarmé, Goncourt, Rimbaud, Lautréamont. En pintura

destacan Degas, Manet, Monet. Wagner es el gran músico, y el gran tránsfuga.

23 Idem, pp. XVI.

17

Page 18: La Historia Universal en La Mirada De

CAPITULO 2

INTRODUCCIÓN A LAS “REFLEXIONES”

En la Introducción Burckhardt expone claramente cual es su objetivo.

“…examinaremos, en primer lugar, el modo como estas tres potencias influyen

de un modo permanente y gradual unas sobre otras y especialmente la

potencia móvil (la cultura) sobre las dos potencias estables, y enseguida

pasaremos al examen de los movimientos acelerados de todo el proceso

mundial, o sea la teoría de las crisis y las revoluciones y de la absorción

temporal y a saltos de todos los demás movimientos, de las fermentaciones

concomitantes del resto de la vida, de las rupturas y las reacciones, de lo que,

por tanto, podría llamarse la teoría de las tormentas. Después trataremos de la

condensación de lo histórico-universal, de la concentración de los movimientos

en los grandes individuos, en los que lo anterior y lo actual cobran expresión

personal y momentánea a título de autores o como exponente fundamental de

ellos. Finalmente, en un capítulo sobre la dicha y el infortunio en la historia

universal, intentaremos afirmar y defender nuestra objetividad contra la

implantación a la historia del criterio de lo apetecible.”24

En estas páginas Burckhardt traza las grandes líneas de su obra.

Por una parte una teoría que abarca los movimientos graduales y permanentes

de la historia. Por otra parte la llamada por él teoría de las tormentas,

denominación agradable y poética para referirse a los cambios bruscos y

esporádicos que se producen en la historia. Desarrollará luego la teoría del

Gran Hombre. Finalmente establecerá su opinión sobre el relativismo de los

puntos de vista del historiador.

24 BURCKHARDT, Jacob, REFLEXIONES OBRE LA HISTORIA UNIVERSAL, México, Fondo de Cultura Económica, 1943. Pp. 3 y 4.

18

Page 19: La Historia Universal en La Mirada De

No se trata de una guía para el estudio erudito de la historia, no es un texto

dirigido a formar historiadores, sino “…unas sugerencias para el estudio de lo

histórico en los distintos campos del mundo espiritual.”25

“…pero la primera parte, la que versaba sobre el estudio de la historia,

destinada no a los futuros historiadores de oficio, sino a quien quisiera

ocuparse de estudios históricos para profundizar sus propios conocimientos y

ampliar su propia capacidad para comprender el mundo en que vivía y en que

esta inmerso, remite a la introducción a las Reflexiones: no estamos, pues ante

una “histórica” como la de Droysen, no estamos ante una enciclopedia de las

ciencias históricas (preparación técnica e introducción general), sino ante unas

conferencias para personas cultas que saben que el estudio de la historia es

indispensable para su formación, para su educación de ciudadanos, de

hombres que deben ejercer una actividad responsable y no siempre

subordinada en todo, en el seno de un Estado, de una nación: puesto que ya

“el criterio histórico de considerar el mundo y el tiempo comenzaba a empapar

toda nuestra formación intelectual”.* ”26

Mas adelante Cantimori dice: “De todas las obras de Burckhardt, ésta,

repitámoslo, es una de las más directamente compuestas para las aulas,

nacida de la enseñanza y de una enseñanza que no habría querido dirigirse a

los futuros “especialistas”, sino a ciudadanos cultos. Hay que leerla desde este

punto de vista, ya que al autor le interesaba sobre todo comunicar a su

auditorio el interés por la historia “universal” o “general” en tanto que

ampliación y elemento de la conciencia crítica y en tanto que base de la

libertad de juicio. Conciencia crítica y libertad de juicio en el sentido de

independencia y autónoma capacidad de orientación, imparcialidad, no en el

sentido de la Reflexión, de la crítica general y apresurada, tendente a hablar

de cualquier problema, con base en prejuicios progresistas.”27

A sí mismo expresa su renuncia a toda preocupación de carácter sistemático.

25 Idem, Idem, pp. 4.26 CANTIMORI, Delio, LOS HISTORIADORES Y LA HISTORIA, Barcelona, Edicions 62 s/a., 1985. Pp. 99 y 100. * El autor cita “Cf. R STADELMANN, Jakob Burdkhardt’s “Weltgeschichtliche Betrachtungen” en “Historische Zeitschrift”, 169 (1949), I, pp. 31-72.27 Idem, pp. 112, 113.

19

Page 20: La Historia Universal en La Mirada De

“Burckhardt era todavía más diletante que Renán. Se resignaba menos

fácilmente que el francés a las investigaciones científicas que no tuvieran nada

estético. Estudiaba menos sistemáticamente.”28

“Renunciamos asimismo, de antemano, a toda preocupación de orden

sistemático.”29

Finalmente Burckhardt señala lo que no se propone realizar, es decir no

formulará ninguna Filosofía de la Historia. Considera la Filosofía de la Historia

una contradicción.

“Y, sobre todo, no brindamos aquí ninguna filosofía de la historia.

La filosofía de la historia es una especie de centauro, una contradictio in

adjecto, pues la historia, o sea la coordinación, no es filosofía, y la filosofía, o

sea la subordinación, no es historia.

La filosofía, para fijar ante todo nuestra posición respecto a ella, cuando

afronta directamente, en realidad, los misterios de la vida, se halla muy por

encima de la historia, la cual, en el mejor de los casos, sólo cumple esa función

defectuosamente y de un modo indirecto.”30

La Filosofía de la Historia ha marchado siempre detrás de la Historia. Procede

realizando cortes horizontales, siguiendo un orden cronológico.

“Por este camino intenta remontarse a un programa general del desarrollo del

mundo, casi siempre en un sentido altamente optimista.” 31

Tal es el ejemplo de Hegel, quién introduce la teoría de la perfectibilidad o del

progreso.

“Esto de anticipar audazmente un plan universal induce a errores, porque parte

de premisas erróneas.

Todas las filosofías de la historia cronológicamente ordenadas encierran un

peligro: el de que, en el mejor de los casos, degeneran en historias de la

cultura universal (a las que a veces se da el nombre abusivo de filosofía de la

historia) y, además, pretenden ajustarse a un plan universal, en el que, por no

ser capaces de prescindir de toda premisa, aparecen teñidas por las ideas que

los filósofos empezaron a asimilarse a los tres o cuatro años de edad.”32

28 FUETER, Edwind, HISTORIA DE LA HISTORIOGRAFÍA MODERNA, T.II, Buenos Aires, Editorial Nova, 1953. Pp. 278.29 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 4.30 Idem, Idem. 31 Idem, pp. 4 y 5.32 Idem, pp. 5 y 6.

20

Page 21: La Historia Universal en La Mirada De

“Su rechazo de una “filosofía de la historia” es rechazo no sólo de una

interpretación de la historia con fines educativos o edificantes, pedagógico-

moralistas o patrióticos, sino también en cuanto concebida en función de una

concepción particular; es rechazo de una conciencia “crítica” en tanto que

referida necesariamente a interpretaciones y posiciones particulares

unilaterales, es rechazo de toda “filosofía”, incluso no sistemáticamente

expuesta: las contradicciones, las antinomias, las inquietudes de Bukchardt

son las que encuentra en el estudio de la historia misma (política, religiosa,

cultural, social, económica, etc.), la multiplicidad misma de la vida histórica,

según se presenta a un ojo más que lúcido cuando ha renunciado a todo

adorno, embozo u oscurecimiento.”33

Pensar que nuestro tiempo es la coronación de todos los tiempos es un error

que hace estragos, señala Burckhardt. Las síntesis históricas de carácter

religioso, como las de carácter socialista son otras tantas interpretaciones que

ponen su acento en la idea de perfectibilidad.

“Los filósofos de la historia consideran el pasado como antítesis y etapa previa

a nosotros, viendo en nosotros el producto de una evolución. Nosotros no

fijamos en lo que se repite, en lo constante, en lo típico, como algo que

encuentra eco en nosotros y es comprensible para nosotros. […] Nosotros

podemos prescindir de aquellas teorías sobre los comienzos tampoco hay por

qué exigirnos una teoría acerca del final.”34

Burckhardt, entiende que toda consideración sobre los orígenes del hombre

escapa al campo de la historia y corresponde al de la Filosofía de la Historia.

Así también, problemas como “…el de la influencia del suelo y del clima o el

del desplazamiento de la historia universal de oriente a occidente son

problemas para filósofos.

“…el de la influencia del suelo y del clima o el del desplazamiento de la historia

universal de oriente a occidente son problemas iniciales para los filósofos de la

historia, pero no para nosotros, …”35

“Burckhardt niega que pretenda dar una filosofía de la historia, “pues coordinar

es no-filosofía y filosofía, esto es, subordinar, es no-historia”. Intenta reflexionar

sobre los problemas principales de la vida histórica, es decir, en el fondo no

33 CANTIMORI, Delio, Op. Cit., pp. 103, 104.34 BURCKHARDT, J., Op. Cit. Pp. 6.35 Idem, pp. 7.

21

Page 22: La Historia Universal en La Mirada De

desea hacer otra cosa que lo que había acometido en sus grandes obras sobre

Constantino, el Renacimiento y la cultura griega.”36

Existen pueblos que tienen siglos de existencia y algunos autores llegan a

sostener que es posible conocer las líneas directrices de su evolución y la

convergencia hacia un fin. Es decir podría, a grandes rasgos sacar

conclusiones para el porvenir. Burckhardt sostiene que ello no es deseable.

“Sin embargo, la posibilidad de conocer el porvenir no es algo deseable, ni

para la vida del individuo ni par la vida de la humanidad. Y es verdaderamente

necia nuestra impaciencia astrológica por escrutarlo.”37

Topolsky habla de un proceso de postgnosis y uno de prognosis.

“En el procedimiento prognóstico podemos hablar del conocimiento de los

hechos sólo en la medida que conocemos las causas, porque el concepto de

efecto adquiere significado sólo cuando es un elemento del par ordenado:

causa-efecto. Pero solamente buscamos las causas, y raramente podemos

saber con seguridad si el suceso que examinamos y consideramos como

efecto de alguna causa o causas ha sido enlazado correctamente por nosotros

con otro(s) suceso(s), y si, por tanto, podemos decir que el conocimiento de los

efectos es una prerrogativa especial del conocimiento histórico.”38

Sin embargo el conocimiento del porvenir es para Burckhardt, un

contrasentido. Pero incluso suponiendo que fuera deseable ese conocimiento

es de todos modos improbable.

“Se interponen ante ello, en primer lugar, los extravíos del conocimiento por

obra de nuestros deseos, esperanzas y temores, y en segundo lugar, nuestro

desconocimiento de las que llamamos fuerzas latentes, tanto las materiales

como las espirituales, y lo incalculable de los contagios de tipo espiritual que

pueden de pronto transformar el mundo. Además, hay que tener en cuenta

también la gran ilusión acústica dentro de la que vivimos, en el sentido de que

desde hace cuatrocientos años la reflexión y su razonamiento, reforzados, por

la prensa hasta la total ubicuidad, lo ahogan todo con su estrépito, dominando

en apariencia hasta sobre las mismas fuerzas materiales y, sin embargo, éstas

se hallan ya tal vez muy próximas a un gran despliegue victorioso de otra clase

36 VOGT, Joseph, El concepto de la historia de Ranke a Toynbee, Madrid, Ediciones Guadarrama S.A., 1974. Pp. 32.37 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 16.38 TOPOLSKY, Jerzy, Metodología de la Historia, Madrid, Ed. Cátedra S.A., 1992. Pp. 252.

22

Page 23: La Historia Universal en La Mirada De

o se halla a la puerta una corriente espiritual completamente antagónica. Si

ésta triunfa pone a su servicio a la reflexión con todas sus trompetas, hasta

que se opere un cambio posterior.”39

José Luis Romero dice al respecto; “Ahora bien, si la vida histórica siempre ha

sido coherente, alguna posibilidad de previsión hay. En que consiste esa

posibilidad de previsión, aquí está el problema. Yo tengo una respuesta

elaborada hace mucho y la he repetido más de una vez, de tal manera que no

improviso. Yo creo que la ciencia histórica, puede ayudar a prever el futuro

siempre que pensemos en el análisis histórico del largo plazo y la previsión en

el largo plazo. Lo que la historia no puede hacer es predecir el futuro inmediato

en el corto plazo y quizá difícilmente también en el mediano plazo. Establecer

una correlación entre las etapas de un proceso ya operado y las etapas que

han de sobrevenir, no parece una cosa demasiado difícil. Entiendo siempre

que es en el largo plazo, entiendo que esa previsión no se refiere nunca a la

manera como se va a operar, sobre la cual tampoco hay previsión posible, y

descontado todo lo que hay de azar en la vida histórica, que es mucho, y todo

lo que hay de componentes individuales y psicológicos, que es mucho también

y que no está en la esencia de la vida histórica. Pero en el largo plazo sí, y si

bien es cierto que muchos historiadores se han equivocado, hay otros muchos

que no se han equivocado. Así que yo creo que efectivamente esa previsión es

posible. Esas son las razones; lo que es imprescindible recordar es que la

previsión es sólo posible a largo plazo.”40

LA OBJETIVIDAD.

“Ante todo deberemos examinar la relación entre los dos polos que son el

conocimiento y las intenciones. Ya en los esbozos históricos nos encontramos

con que nuestro afán de conocimiento tropieza no pocas veces con una

espesa maraña de intenciones que se presentan a nosotros disfrazadas bajo el

ropaje de tradiciones. Además, nunca podemos desprendernos por entero de 39 BURCKHARDT, J., Op. Cit. Pp. 16 y 17.40 ROMERO, José Luis, LUNA, Félix, Conversaciones con JOSE LUIS ROMERO Fragmentos del texto publicado por Félix Luna, Montevideo, UdelaR. Facultad de Humanidades y Ciencias. Dpto de Historiología, 1987. Pp. 14. (Versión Mimeografiada), extractada de ROMERO, José Luis, LUNA, Félix, “Conversaciones con José Luis Romero”, Buenos Aires, Timerman Ed., 1976.

23

Page 24: La Historia Universal en La Mirada De

las intenciones de nuestro propio tiempo y de nuestra propia personalidad, y

esto es tal vez el peor enemigo con que se enfrenta el conocimiento.”41

Burckhardt piensa que la Historia puede darnos la clave de cual es el sentido

de nuestra acción en la tierra. Comprender esto es posible mediante una

contemplación serena y desapasionada que es posible solo sí existe entre el

observador y la situación estudiada una distancia temporal importante que nos

permita una visión objetiva.

“Si la historia ha de ayudarnos a resolver, aunque sea una mínima parte, el

grande y difícil enigma de la vida, es necesario que nos remontemos de las

regiones de zozobra individual y temporal a una zona en que nuestra mirada

no aparezca empañada inmediatamente por el egoísmo. Tal vez la

contemplación más serena a mayor distancia nos permita empezar a

comprender el verdadero sentido de nuestra actuación en la tierra, y en la

historia de la antigüedad se conservan felizmente algunos ejemplos […] sobre

todo en la historia de Atenas.”42

En páginas anteriores señalaba; “Tiene que pasar algún tiempo para que el

espíritu pueda planear con absoluta libertad tales acontecimientos.”43

Burckhardt denomina “intenciones” a; nuestros deseos, nuestra afectividad,

nuestra ideología, nuestras tendencias, gustos personales, y formas de pensar,

etc. Cuando encaramos el estudio de la Historia Nacional, estas “intenciones”

pueden desvirtuar nuestra objetividad. Afirma que nuestra subjetividad puede

disfrazarse de patriotismo y esto se constituye en un grave escollo para el

estudio de la Historia Nacional.

“No pocas veces el patriotismo de que creemos dar muestras en estos casos

no es más que una actitud de soberbia con respecto a otros pueblos, algo que,

por tanto, se halla fuera de la senda de la verdad y con frecuencia más aún, a

saber, una simple especie de partidismo dentro de nuestra órbita, patriótica e

incluso un afán de causar daño a los demás. Esto no es historia, sino

publicidad.”44

“…el humanismo de Burckhardt se relaciona con las más antiguas reflexiones

cristianas sobre la historia del género humano (también Schlosser consideraba

a Dante ejemplo y modelo insuperado para el historiador); se relaciona con la

41 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 13.42 BURCKHARDT, J. Op. Cit. Pp. 13, 14.43 Idem, pp. 10.44 Idem, pp. 14.

24

Page 25: La Historia Universal en La Mirada De

revisión del juicio histórico negativo tradicional (en el plano alemán: Lutero

héroe nacional de la Alemania en trance de unificación bajo Prusia; en el

europeo, identificación de la Reforma con las tendencias radicalprotestantes, o

liberalprotestantes a lo Quinet o a lo L. Blanc, para Italia a lo F. de Boni) sobre

la Reforma y la Contrarreforma, y reflejamente sobre el “Medioevo”, revisión

llevada a cabo por Burckhardt en el período 1857-1872, luego acelerada y

acentuada alrededor de 1870; es sobre todo la reacción contra las

deformaciones de la realidad histórica con fines publicitario-patrióticos y

revolucionarios. Por mucha simpatía humana que Burckhardt tuviese por

aquellos hombres, los exiliados del golpe de Estado de Luis Napoleón o los

exiliados italianos, no podía tolerar sus deformaciones intelectuales,

particularmente en el terreno histórico: es el mismo instinto histórico que le

vuelve intolerante ante el optimismo hegeliano de De Sanctis.”45

La Historia Nacional debe ser encarada con relación a la H. Universal.

“El mejor y más verdadero estudio de la historia patria será aquél que

considere la patria en parangón y en conexión con la historia universal y con

sus leyes, como parte del gran todo universal, iluminada por los mismos astros

que han irradiado su luz, sobre otros tiempos y otros pueblos y amenazada por

los mismos abismos y el mismo riesgo de caer en la misma noche eterna sino

sigue desarrollándose como otros, con arreglo a la misma gran tradición

general.”46

Para Burckhardt existe un deber hacia el pasado, en tanto continuidad

espiritual que forma parte de nuestro propio patrimonio espiritual. Ese deber

supone reunir todo aquello que pueda servir aunque sea remotamente a

reconstruir “…todo el horizonte espiritual del pasado. La actitud de un siglo

ante esta herencia es ya de suyo un conocimiento, es decir, algo nuevo que la

generación siguiente recogerá a su vez como algo históricamente plasmado, o

sea como algo superado e incorporado a su herencia.”47

Cabría preguntarse entonces, sí Burckhardt considera el conocimiento

histórico una vez formulado, ( como él dice: “…históricamente plasmado, o sea

como algo superado e incorporado a su herencia.”), es inmutable y está dado

una vez y para siempre. Tal era la ilusión positivista. Absolutamente no.

45 CANTIMORI, D. Op. Cit. Pp. 110.46 BURCKHARDT, J., Op. Cit. Pp. 15.47 Idem, pp. 10, 11.

25

Page 26: La Historia Universal en La Mirada De

Burckhardt señala que es el espíritu el que nos permite comprender el acaecer

en el tiempo.

“El espíritu es la fuerza que nos permite asimilarnos idealmente todo lo

temporal.”48

Pero a su vez Burckhardt se refiere a las evoluciones del espíritu en el tiempo.

“Lo espiritual es mudable, como lo material, y los cambios de los tiempos

arrastran consigo incesantemente las formas que sirven de ropaje lo mismo a

la vida exterior que a la vida espiritual;…”49

Luego para alejar todas las dudas dice; “Pues el espíritu es mudable, pero no

perecedero.”50

Marrou sobre este punto opina lo siguiente:

“otra especie del mismo género la representan las ideas sobre el hombre,

sobre las cosas humanas y la humanidad, ideas que el historiador, consciente

o inconscientemente, recibe del medio en que vive: la ideología de su clase

social, la filosofía que le ha enseñado a pensar. […] Salta a la vista que el

historiador es muchas veces prisionero de los particulares puntos de vista que

le impone al menos le sugiere, su mentalidad personal, tomada en gran parte

de la mentalidad común a su época y a su ambiente. A menudo, si no se pone,

en guardia, creerá estar pensando acerca del hombre en términos de universal

validez, mientras que lo único que en realidad estará haciendo será

imaginárselo a través de las formas particulares que toma de la experiencia de

su tiempo. De ahí el anacronismo: estos instrumentos imperfectos no le

permiten aprehender, sin deformarlos, a los hombres del pretérito en cuanto

que son otros: diferentes. Con todo derecho, el historicismo denuncia el peligro

de incurrir en un ingenuo dogmatismo que, queriendo ignorar la historia,

desemboque en un falaz seudouniversalismo.”51

¿Que es lo que Burckhardt pretende conocer? El desarrollo espiritual de las

diversas épocas y poner de manifiesto su continuidad. Lo mudable es conocido

por medio del espíritu, (fuerza capaz de asimilar lo temporal), que es a su vez

mudable. Por tanto no puede haber un conocimiento histórico acabado e

inmodificado. Varios especialistas sostienen “…que la consideración del

48 Idem, pp. 11.49 Idem, pp. 8.50 Idem, Idem.51 MARROU, H. I., el conocimiento histórico, Barcelona, Ed. Labor S.A., 1968. Pp. 112.

26

Page 27: La Historia Universal en La Mirada De

pasado, el estudio de la historia como historia de la “cultura”, lo abordó

Burckhardt como una evasión, como un refugio nostálgico, en tierras alejadas

del presente inaceptable o aterrador o insatisfactorio: “Sólo en el pasado radica

lo bello, sólo en la muerte está lo verdadero”; y de que la afirmada

preeminencia dada por Burckhardt al interés por la cultura (o civilización) y la

historia de la cultura (o de la civilización) fue exclusivamente fruto de su pánico

a la política realista de Bismarck, a la catástrofe francesa de 1870, y de su

horror a la inminencia del previsto advenimiento de las masas y del

proletariado: un volverse a la contemplación estática y estética de la historia, o

tomada en conjunto como vida del género humano o de las características

fundamentales de la especie, o de momentos particularmente interesantes de

la misma, o de aspectos particulares (“cultura”), sin referencia a concepciones

filosóficas manifiestas y expresas, sistemáticamente elaboradas o remitidas a

particulares concepciones, o, si se quiere, sin emplear las convencionales

formulaciones de lo que en sentido corriente se suele llamar conciencia

crítica.”52

El conocimiento del pasado tiene para Burckhardt una importancia

fundamental al punto de constituirse en una línea demarcatoria entre la libertad

y la esclavitud. El hombre es capaz de liberase del imperio de los usos y

costumbres sociales en posesión del conocimiento histórico, su ausencia

significa la aceptación acrítica y esclavizadora de ese imperio.

“Los bárbaros que no rompen jamás su envoltura cultural como algo dado y

concreto, son los únicos que se aprovecha de esta ventaja. Su barbarie es su

ausencia de historia, y viceversa. Tendrán acaso leyendas sobre sus orígenes

y la conciencia de su contraste con los enemigos, es decir, rudimentos

históricos-etnográficos. Pero su actuación se mantiene racialmente

esclavizada. El conocimiento del pasado es lo único que puede hacer al

hombre libre del imperio que, por medio de los símbolos, etc., ejercen sobre él

los usos sociales.”53

Cantimori señala a su vez sobre este mismo tema.

“Para Burckhardt la historicidad del mundo era una realidad, y el conocimiento

de esta historicidad (historicidad incluso de las religiones junto con sus dogmas

constituía una ganancia, un saldo positivo. Ya por entonces observaba

52 CANTIMORI, D., Op. Cit. Pp. 95, 96.53 BURKHARDT, J., Op. Cit. Pp. 11.

27

Page 28: La Historia Universal en La Mirada De

Burckhardt que el progreso de la conciencia histórica, respecto del que se

puede dar cuenta incluso de lo que de otro modo puede parecer decadencia o

barbarie, no deriva de una filosofía particular, sino del espectáculo de los

acontecimientos de importancia histórica general, y especialmente desde la

Revolución Francesa. Hay que recordar aquí que Burckhardt comenzó

precisamente en los años que siguieron a 1850 a trasladar su interés por los

períodos más alejados de la historia europea a los más cercanos, entonces

“contemporáneos”, es decir, a la Revolución Francesa de 1789 y a sus

consecuencias. La inspiración de su juicio sobre la importancia de la

Revolución Francesa para los estudios históricos en general, que es semejante

en planteamiento y muy cercano además en el tiempo, al celebérrimo de K.

Marx y a los de Heine sobre la relación entre escritores revolucionarios

franceses y filósofos alemanes, y que concluye como el del joven renano con

la vuelta al estudio de la Revolución y con la devolución a su sitio de la filosofía

hegeliana de la historia, es evidentemente de tipo romántico.”54

Sobre las notas de Burckhardt en sus apuntes de 1851, Cantimori cita a

Kaegi: “…observa Kaegi con sólida y admirable agudeza: “Esta afirmación

contiene una obvia profesión de fe en el historicismo como dato factual de la

conciencia moderna. Burckhardt no intuye aquel problema en primer lugar, ni

advierte contra peligros. Para él la historicidad del mundo era una realidad, y

llegar a conocerla era un bien…Si el modo histórico de considerar las cosas

cala ahora todo el sistema educativo y de formación intelectual, no debe ni

lamentarse por ello ni alegrarse, sino adquirir conocimientos y colaborar al

respecto “Con todas nuestras fuerzas, por medio de los estudios”: “el estudio

es la ocupación más digna de la persona culta”… Burckhardt no niega ahora el

deber para con cierta visión general del conjunto, antes bien lo acentúa… Se

nota que aquí el romántico no se está apagando, sino que se ha fundido con el

historiador y anticipa con fuerza la obra de sus últimos años.” *

Era un romanticismo que no se sometió a la actividad del historiador ni al

“historicismo”, sino que fue reavivado por éstos y con éstos se fundió incluso

en los aspectos más “realistas”…”55

Además de esta colosal importancia del conocimiento histórico Burckhardt le

adjudica una función mucho más pragmática.

54 CANTIMORI, D., Op. Cit. Pp. 100, 101.55 Idem, pp. 101.

28

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“El espíritu tiene que convertir en posesión suya el recuerdo de su vida a

través de las distintas épocas de la tierra. Lo que antes era júbilo o pena tiene

que convertirse ahora en conocimiento, como ocurre también en rigor en la

vida del individuo.

Esto da también a la frase de Historia vitae magistra un significado superior y

a la par más modesto. Se trata de ser, gracias a la experiencia, más prudente

(para otra vez) y más sabios (para siempre).”56

Lo espiritual es tan cambiante como lo material. El transcurso del tiempo

determina cambios incesantes en las formas. Estas sirven de ropaje tanto a la

vida exterior como a la vida espiritual.

“…por eso el tema de la historia en general es mostrar las dos direcciones

fundamentales idénticas de por sí, partiendo en primer lugar del hecho de que

todo lo espiritual, cualquiera que sea el campo en que se manifieste, tiene su

lado histórico, en el que aparece como algo mudable, condicionado, como

momento transitorio, absorbido dentro de un gran todo imposible de medir para

nosotros, y en segundo lugar, del hecho de que cuanto acaece tiene su lado

espiritual, que le hace participar de la condición de imperecedero.”57

El espíritu se transforma pero no es perecedero. Al mismo momento que

señalamos la mutabilidad debemos indicar que paralelamente discurre la

multiplicidad. Es decir “…la coexistencia de pueblos y de culturas, que

aparecen sustancialmente en un plano antagónico o complementario.”58

Existen momentos en que se produce un movimiento de la humanidad en su

conjunto, movimiento real o aparente.

“Y luego el grande y fundamental fenómeno que lo informa todo: el nacimiento

de un poder histórico de la más alta justificación momentánea; formas

terrenales de vida de todas clases: constituciones, estamentos privilegiados,

una religión profundamente entrelazada con todo lo temporal, una gran clase

acomodada, usos sociales completos, una determinada concepción jurídica se

desarrollan como consecuencia de ello o a su sombra, considerándose con el

tiempo como pilares de aquel poder, más aún, como los únicos exponentes

posibles de las fuerzas morales de la época. Pero el espíritu, que es un topo,

sigue laborando. Y aunque estas formas de vida resisten a toda

56 BURCKHARDT, J. Op. Cit. Pp. 11, 12.57 Idem, pp. 8.58 Idem, Idem.

29

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transformación, el cambio se abre paso, ya sea por medio de una revolución o

por medio de la descomposición gradual y paulatina, arastrando (sic) con él el

hundimiento de morales y religiones y el pretendido ocaso que es incluso el

ocaso del mundo. Sin embargo, entre tanto, el espíritu va construyendo algo

nuevo, cuya morada exterior está condenada a correr con el tiempo la misma

suerte.”59

El hombre contemporáneo se siente impotente ante esos fenomenales

poderes históricos. En general el individuo de nuestro tiempo suele colocarse

al servicio de uno u otro poder. Pocos individuos escapan a esta dinámica. Lo

verdadero y lo bueno, mudan o se matiza según transcurre el tiempo. Sin

embargo lo que es intemporal es la entrega a lo bueno y verdadero.

“…entrega a lo verdadero y lo bueno temporalmente condicionados, sobre todo

cuando lleva aparejados peligros y sacrificios, es algo que impera de un modo

incondicional. Lo que sí puede elevarse sobre los tiempos y sus mudanzas y

constituir un mundo de por sí, es lo hermoso. Homero y Fidias son todavía hoy,

hermosos; en cambio, lo que en su época era verdadero y bueno no lo es ya

enteramente en la nuestra.”60

CONOCIMIENTO DEL PASADO

Según Burckhardt su época tiene mejores posibilidades para

conocer el pasado que cualquier otra anterior. Señala que existen estímulos

internos y externos que favorecen dicho conocimiento.

“Como estímulos externos cuenta para ello con la asequibilidad de todas las

literaturas gracias a los muchos viajes y al conocimiento de las lenguas que

caracterizan al mundo moderno, gracias a la gran difusión de la filología,

gracias a la posibilidad de utilizar los archivos, a la posibilidad de tener acceso

a los documentos en los viajes por medio de las reproducciones y, sobre todo,

por medio de las fotografías, y a las publicaciones en masa de las fuentes por

los gobiernos y otros organismos…”61

Dentro de los estímulos internos, los hay de carácter negativo y de carácter

positivo.59 Idem, pp. 9.60 Idem, pp. 12.61 Idem, pp. 17.

30

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Negativos

1) La indiferencia de los Estados frente al resultado de las investigaciones

históricas de los que no temen nada. Burckhardt ve como más peligroso y

cercanos para las monarquías europeas otros enemigos, (la prensa p. ej.),

y no los resultados de las investigaciones históricas. No obstante observa

que: “(Y, sin embargo, podría afirmarse que Francia mantiene una actitud

demasiado ligera ante este problema. La rama radical de su historiografía

ha ejercido una gran influencia sobre los hechos anteriores)”62

2) “…la impotencia de las religiones y confesiones existentes ante todo lo que

se refiere a su pasado y a su situación actual.”63

Positivos

1) La dimensión gigantesca de los cambios producidos a partir de fines del

siglo XVIII obligan al examen e investigación histórica. Esta investigación

histórica es necesaria para no perder el norte en medio de la sucesión de

83 años de tiempos revolucionarios.

2) La Revolución Francesa “… ha acostumbrado a nuestra mirada a la

investigación, no sólo de las causalidades materiales, sino también, y

preferentemente, de las espirituales y a la plasmación visible de éstas en

consecuencias materiales. Toda la historia universal nos enseñaría

exactamente lo mismo si dispusiésemos de fuentes abundantes de

conocimiento, pero la época moderna nos lo enseña de modo más directo y

claro.”64

3) La diversidad de puntos de vista casi infinitos, producto del cosmopolitismo

del siglo XIX y del intercambio literario. La proximidad de lo lejano habilita a

una mirada de conjunto de la humanidad.

4) “… los fuertes movimientos que se manifiestan en la filosofía moderna,

importantes de por sí y constantemente entrelazados con concepciones

generales de historia universal.”65

62 Idem, pp. 18.63 Idem, Idem.64 Idem, pp. 19.65 Idem, Idem.

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Page 32: La Historia Universal en La Mirada De

Todo conocimiento sobre hechos tiene un valor especial en tanto noticia sobre

un determinado campo y un valor histórico en cuanto noticia de una

determinada época del espíritu humano y es a su vez un testimonio sobre lo

perenne del espíritu.

“En efecto, todo conocimiento concreto de hechos tiene, además de su valor

especial como noticia o idea de un campo especial, un valor universal o

histórico como noticia de una determinada época del espíritu humano mudable

y constituye al mismo tiempo, si se le enfoca dentro de la trabazón adecuada,

un testimonio de la continuidad y perennidad de este espíritu.”66

LAS FUENTES

Para Burckhardt. “Un estudio completo de las fuentes sobre cualquier tema

importante según lo exigen las leyes de la erudición es empresa que requiere

la vida entera del hombre”67

A medida que se profundiza el estudio, el investigador también se va

familiarizándo con el método.

“Es cierto que a medida que se ahonda en el estudio se ve cómo se copian

unos a otros; además, va uno familiarizándose con los métodos y

acostumbrándose a descifrar él todo a base solamente de una pequeña parte,

pero se corre el riesgo de pasar por alto una media página importante perdida

en el desierto, a menos que una intuición feliz guíe de un modo aparentemente

fortuito nuestra mirada hacia ella.”68

Burckhardt tiene un criterio muy amplio de “fuente”, y de criterio romántico; las

obras literarias, monumentos y arquitectura.

“Todo es, en efecto, fuente; no lo son solamente los historiadores, sino que lo

es todo el mundo literario y monumental; más aún, éste es la única fuente en

cuanto a los tiempos más antiguos. Todo lo que nos sea transmitido de un

modo o de otro por la tradición guarda alguna relación con el espíritu y sus

mudanzas y es testimonio y expresión de ellas.”69

Marrou sobre el tema afirma:

66 Idem, pp. 20.67 Idem, pp. 22.68 Idem, pp. 23.69 Idem, Idem.

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Page 33: La Historia Universal en La Mirada De

“Pero la ingeniosidad del historiador no se manifiesta solamente en el arte de

descubrir los documentos: no basta con saber cómo o dónde encontrarlos sino

que es preciso también, y sobre todo, saber que documentos se han de

buscar. Aquí es necesario reflexionar sobre la noción misma de documento, de

fuente histórica, de los que la teoría clásica no da una definición

suficientemente comprensiva. En tanto la búsqueda sé límite a los dominios

elementalísimos de lo que llamamos la documentación pertinente. La noción

se hace mucho más compleja y sobre todo mucho más difusa cuando más allá

de la verificación material de la realidad de un “hecho” concreto (es decir, de

una manifestación externa de la actividad humana) se trata de averiguar todos

sus aledaños y sus finalidades, sus causas, sus efectos, su significación, su

valor (para los actores, los contemporáneos…y nosotros).”70

Más adelante brinda la siguiente definición de documento.

“Documento lo es toda fuente informativa de la que el ingenio del historiador

sabe sacar algo para el mejor conocimiento del pasado humano considerado

en el aspecto de la pregunta que se le ha hecho. Es evidente que no puede

decirse dónde empieza o acaba el documento: poco a poco, su noción se va

ampliando hasta llegar a abarcar textos, monumentos y observaciones de toda

clase.”71

Y en el mismo sentido que Burckhardt señala lo siguiente:

“En resumen: todo aquello que, en la herencia que del pasado nos quede,

pueda interpretarse como un indicio revelador por algún concepto de la

presencia, la actividad, los sentimientos y el modo de pensar del hombre que

nos procedió, (sic) todo entrará a formar parte de nuestra documentación. Así

definida, esta noción aparece como una función de dos variables

independientes: tanto como del pasado (representado por los materiales de

toda especie que de él han llegado a nosotros), depende del historiador, de su

iniciativa, de su habilidad al utilizar sus instrumentos de trabajo y sus

conocimientos y, ante todo, de lo que sea en sí mismo, de su inteligencia, de

su abertura de espíritu, de su cultura.”72

Para Burckhardt también los poetas dan testimonio de su época.

70 MARROU, H.I., Op. Cit. Pp. 59.71 Idem, Idem.72 Idem, pp. 60.

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Page 34: La Historia Universal en La Mirada De

“…los poetas son testimonios de su nación y de su tiempo en un sentido

completamente distinto que antes; ya no revelan el espíritu objetivo de su

época y de su pueblo, sino su propia subjetividad, la cual se presenta no pocas

veces en la oposición; no obstante, constituyen testimonios de la historia de la

cultura tan valiosos como los anteriores, aunque desde otro punto de vista.”73

En tanto Bloch señala que cada problema entraña también la búsqueda de las

fuentes apropiadas.

“Y casi todo problema humano importante necesita el manejo de testimonios

de tipo opuestos, es, al contrario de toda necesidad, que las técnicas eruditas

se distingan según los tipos de testimonio. El aprendizaje de cada una de ellas

es largo, su posesión plena necesita una práctica más larga todavía y, por

decirlo así, constante.”74

“El cuento adquiere una especial importancia para la historia de la cultura en el

Oriente moderno.”75

El drama es también un testimonio de importante valor.

“Y en lo que se refiere sobre todo a su contenido, es uno de los mejores

testimonios para el conocimiento de los pueblos y de los tiempos con que se

relaciona, aunque no sea precisamente por ello un testimonio de valor

incondicional,…”76

Burckhardt se pregunta “…¿cómo habla la historia a través de estas artes?”77

Responde: “La historia habla principalmente a través de lo monumental-

arquitectonico, que es la expresión intencionada del poder, unas veces en

nombre de la religión y otras veces en nombre del estado. Pero si en el pueblo

de que se trate no existiese la necesidad de expresarse por medio de formas,

se contentaría con un montón de piedras.

Es esa necesidad la que hace surgir los estilos; pero el camino que va desde la

intención religioso-monumental hasta la ejecución, hasta el Partenón y la

catedral de Colonia, es un camino largo. La necesidad de lo monumental se

manifiesta mas tarde en los palacios y en las mansiones residenciales, en las

villas, etc., y también en el lujo. Aquí trátase asimismo de la expresión y a la

73 BURCKHARDT, J., Op. Cit., Pp. 86.74 BLOCH, Marc, INTRODUCCIÓN a la Historia, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica SA de CV., 1990. Pp. 56.75 BURCKHARDT, J., Op. Cit. Pp. 87.76 Idem, pp. 88.77 Idem, pp. 93.

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Page 35: La Historia Universal en La Mirada De

par del estímulo de determinadas emociones por parte del que posee las obras

o de quien las contempla.

De este modo, el carácter de naciones, culturas y épocas enteras nos habla a

través de arquitectura, como si ésta fuese la envoltura exterior de su

existencia.”78

A través de una fuente bien elegida se puede aprender, enriquecerse

espiritualmente y es infinitamente mucho más rico que cualquier interpretación,

afirma Burckhardt. El contraste de fuentes arroja conclusiones interesantes.

“…y la consulta de una segunda fuente permitirá al estudioso, apreciando las

afinidades y los contrastes, llegar a conclusiones más interesantes que la

lectura de veinte infolios.”79

Es necesario saber leer, buscar y descubrir.

“Pero hay que esforzarse en buscar y en encontrar bisogna saper leggere (De

Boni). No hay que olvidar que entre cualquier basura pueden esconderse

piedras preciosas de conocimiento que pueden tener un valor general o un

valor personal para nosotros. Una sola línea en un autor carente por lo demás

de todo interés puede darnos una luz decisiva para todo el curso de nuestro

desarrollo.”80

Burckhardt enumera las “ventajas perennes” que a su juicio tiene la lectura

directa de las fuentes sobre cualquier estudio que las tenga como base.

“En primer lugar, reproducen los hechos en su pureza, dejando que nosotros

mismos establezcamos lo que puede deducirse de ellos, operación ésta que se

adelantan a hacer ya por nosotros los estudios de elaboración de las fuentes,

reproduciendo los hechos ya utilizados, es decir, articulados dentro de una

trabazón ajena y no pocas veces falsa.”81

En segundo lugar; “…las fuentes exponen los hechos bajo una forma cercana

todavía a su origen o a sus autores, cuando no proceden de los autores

mismos. En su versión original residen sus dificultades, pero también su

encanto y gran parte de su valor, superior a todos los estudios realizados sobre

ellas. En relación con esto debemos señalar una vez más la importancia de las

lenguas originales y de su conocimiento con respecto a las traducciones.”82

78 Idem, Idem.79 Idem, pp. 24.80 Idem, Idem.81 Idem, Idem.82 Idem, pp. 24, 25.

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Page 36: La Historia Universal en La Mirada De

Aquí Burckhardt parece intuir las dificultades que entrañan estas primeras

acogidas de los hechos, cuando señala que “…en su versión original residen

sus dificultades, pero también su encanto…” No por su cercanía temporal a los

hechos significa que tengan más veracidad que acogidas posteriores.

En la expresión “fuentes originales”, la palabra “original” tiene un valor relativo,

“…pues cuando las fuentes originales se pierden se las puede sustituir con

otras de orden secundario o terciario.”83

Las fuentes emanadas de Grandes Hombres son inagotables. Cada lectura de

una fuentes es diferente para cada individuo, para cada siglo y para cada

época. Es decir cada época interpreta las fuentes a luz de su presente, las

interroga desde el hoy.

“Y las fuentes, sobre todo aquellas que emana de los grandes hombres, son

inagotables; libros ya mil veces utilizados pueden y deben volver a ser leídos,

pues presentan una nueva faz a cada lector y a cada siglo e incluso a cada

edad de cada individuo.”84

Según Burckhardt “La imagen que proyecta el arte y la poesía del pasado varía

incesantemente. Sófocles, por ejemplo, podrá influir sobre las gentes que

ahora nacen de un modo sustancialmente distinto que sobre nosotros. Esto no

debe considerarse como una desgracia, sino simplemente como una

consecuencia del trato humano constantemente vivo.”85

Nosotros agregaríamos al arte y la poesía; la Historia.

LA ESPECIALIZACIÓN

En las ciencias, la especialización puede llegar a producir un maestro en un

área especifica de estudio. Pero sí se desea abarcar un panorama general es

necesario conocer otros muchos sectores.

“…en la ciencia sólo se puede llegar a ser maestro dentro de un campo

limitado, como especialista, debiendo llegar a serlo, en uno u otro sector. Y si

no se quiere perder la capacidad de abarcar el panorama general en una

ojeada de conjunto y de poder establecer una valoración general, es bueno ser

un diletante en muchos otros sectores, en tantos como se pueda, al menos por 83 Idem, pp. 25.84 Idem, Idem.85 Idem. Idem.

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cuenta propia, para aumentar los conocimientos propios y enriquecer los

puntos de vista. De otro modo será uno un ignorante en todo lo que se salga

del campo de la propia especialidad y, además, en ciertos casos, un hombre

tosco e inculto en general.”86

Febvre realiza un vehemente alegato contra ese “espíritu de especialidad”

como él lo llama.

“Aquí reside también el quid de nuestra discusión. Estoy de acuerdo con todos

aquellos que no dejan de repetirme en todo el día: “¡Sea usted duro! Ni una

sola concesión al espíritu de especialidad, que es el espíritu de la muerte en el

actual estado del trabajo humano”. Estoy de acuerdo -me atrevo a decirle-

conmigo mismo, cuya vida toda, cuya acción toda ha estado hasta el presente

dirigida contra el espíritu de especialidad (vea, en último término, mis Annales

d’Histoire économique et sociale). Y por ello he dicho: no, ciencias no, nada de

esas combinaciones circunstanciales y locales de elementos a menudo

asociados arbitrariamente. Romper los cuadros abstractos, ir recto a los

problemas que el hombre no especializado lleva en sí mismo, se plantea para

sí mismo y para los otros al margen de cualquier preocupación escolar, al

margen de todo “espíritu de botón”, como se dice en la marina: tal es mi

objetivo desde el principio,…”87

La ciencia solo alcanzará “valor humano” cuando se abandone ese espíritu de

especialidad y se adopte el espíritu de unidad científica.

“Es así como se hará sensible a todos la unidad del espíritu humano: esa

unidad que oculta la abundante reproducción de las pequeñas disciplinas

contentas de su autonomía aferradas desesperadamente -también ellas- a una

autarquía tan vana en el dominio intelectual como funesta en el campo

económico. Hagamos unos y otros, cuando haya ocasión, tratados y manuales

de nuestras respectivas ciencias: es una necesidad práctica. Pero sólo tendrán

valor humano cuando estén animados por el amplio espíritu de unidad

científica que, precisamente, la Encyclopédie quiere proporcionar y

proporcionará.”88

Para Burckhardt la relación de la Historia con las Matemáticas y las Ciencias

Naturales, es una relación desinteresada. En tanto la Filosofía se sirve de la

86 Idem, pp. 26 y 27.87 FEBVRE , Lucien, Combates por la historia, Barcelona, Ed. Planeta-De Agostini S.A., 1993. Pp. 160, 161.88 Idem, pp. 161.

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Page 38: La Historia Universal en La Mirada De

Historia como de un arsenal, la Jurisprudencia y la Teología procuran

dominarla.

No debe excluirse el estudio de estas materias en la “historia del espíritu”,

como él dice.

“Entre las ciencias naturales y la historia no sólo existe un lazo de amistad

porque aquéllas, como queda dicho, no exigen nada de ésta, sino, además,

porque estas dos disciplinas son las únicas que pueden convivir de un modo

objetivo y desinteresado con las cosas.”89

“Pero la historia es algo distinto de la naturaleza; su obra, su nacimiento y el

modo cómo en ella nacen y perecen las cosas, algo diverso.”90

En la naturaleza se desata una feroz competencia entre organismo de

especies diferentes.

“La naturaleza nos brinda la suma perfección del organismo de las especies y

la mayor indiferencia ante el individuo; más aún, estatuye organismos

enemigos y en lucha que, presentando una perfección orgánica

aproximadamente igual, se exterminan unos a otros y luchan entre sí por la

existencia.”91

En la historia, la conciencia diferencia al hombre de esa naturaleza, sin

embargo no logra borrarla totalmente.

“La historia, por el contrario, es el rompimiento con esa naturaleza gracias al

despertar de la conciencia; pero al mismo tiempo queda en pie siempre lo

bastante de aquel origen para poder dibujar al hombre como una bestia feroz.

El alto refinamiento de la sociedad y del estado coexiste con la plena falta de

garantías del individuo y con la tendencia constante a esclavizar a otros para

no ser esclavizados por ellos.”92

“En la naturaleza existen reinos, géneros y especies; en la historia, pueblos,

familias y grupos.”93

En tanto en la naturaleza hay una casi infinita variedad de géneros y una gran

igualdad de individuos dentro del género. En cambio en la especie homo es

prácticamente despreciable esa variedad, sin embargo hay una enorme

desigualdad entre los individuos. En la naturaleza existen ciertos tipos básicos

89 BURCKHARDT, J., Op. Cit. Pp. 28.90 Idem, pp. 29.91 Idem, Idem.92 Idem, Idem.93 Idem, Idem.

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Page 39: La Historia Universal en La Mirada De

(vertebrados, invertebrados, etc.) en tanto en la historia el organismo no es un

tipo sino un producto, los pueblos son el producto de largas evoluciones. En la

naturaleza las especies poseen todo lo que necesitan para vivir en tanto los

pueblos son incompletos de por sí, tienden a completarse. En la naturaleza el

proceso de formación de las especies es oscuro y se basa en lo innato y lo

adquirido a través de las experiencias. En los pueblos se basa también en las

dotes innatas y la asimilación de la experiencia vivida, pero esto gracias a la

acción consciente. En tanto en la naturaleza los individuos no tienen ninguna

significación para los otros, salvo en cuanto enemigos. En la especie humana

la influencia de los grandes individuos es decisiva y constante. En la naturaleza

las especies permanecen relativamente inalteradas. En la historia la esencia es

el cambio. En la naturaleza la desaparición de una especie se debe a factores

externos a ella. En la historia la desaparición de los pueblos es precedida por

procesos de decadencia interna, luego un empuje externo puede poner fin a

todo. Estas son las diferencias que Burckhardt señala entre naturaleza e

historia.

39

Page 40: La Historia Universal en La Mirada De

CAPITULO 3

LOS AGENTES DEL SUCEDER HISTÓRICO

La separación de las tres potencias históricas; el Estado, la Religión, y la

Cultura, tiene algo de arbitrario. Esta situación no escapa a Burckhardt quien la

establece con claridad.

“También para él está en lo “mudable” la esencia de la Historia

El propósito de sus “Reflexiones” es estudiar los tres grandes factores de la

“civilización”, es decir el Estado, la religión y la cultura y sus influencias

recíprocas, constantes y progresivas.”94

Estas potencias son heterogéneas entre sí y sin ninguna coordinación.

“Aunque las dos potencias estables estado y religión se englobasen en una

serie, la cultura sería siempre algo sustancialmente distinto.”95

“El estado y la religión, expresión de la necesidad política y de la necesidad

metafísica respectivamente, reclaman una vigencia universal, por lo menos

para el pueblo a que se refieren, más aún, para el mundo.

En cambio, la cultura, que corresponde a la necesidad material y espiritual en

sentido estricto, es, para nosotros, el compendio de todo lo que se ha ido

creando espontáneamente para el fomento de la vida material y como

expresión de la vida espiritual y moral, es toda la sociabilidad, toda la técnica,

el arte, la poesía y la ciencia. Es el mundo de lo móvil, de lo libre, de lo no

necesariamente universal, de lo que no reclama para sí una vigencia

coactiva.”96

Como podemos observar; “La división que Burckhardt hace de los factores de

la “civilización”, es decir, de la Historia -y con esto pasamos a los adentros de

sus Consideraciones-, es, como él mismo reconoce, arbitraria y constituida por

elementos heterogéneos. El Estado y la religión afirma, son la expresión de

94 USCATESCU, George, ESCATOLOGIA E HISTORIA, Madrid, Ediciones Guadarrama SL, 1959. Pp. 15.95 BURCKHARDT, J. Op. Cit., pp. 33.96 Idem, Idem.

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Page 41: La Historia Universal en La Mirada De

una necesidad política y metafísica, y tienen, a los ojos del pueblo, a quien

corresponde, un valor universal. En cuanto al concepto de “cultura”, Burckhardt

lo confunde, en parte, con lo que Spengler denomina “civilización”, incluyendo

en él a las creaciones espontáneas que han mejorado la condición material de

los hombres (situación social y progreso técnico) o que han expresado la vida

intelectual y moral (artes, literaturas, ciencias). La cultura, que no es

necesariamente universal, representa el movimiento y la libertad.”97

Las tres potencias organizadoras de la historia; Estado, Religión y Cultura, a

veces suelen turnarse En su función: “A veces estas tres potencias parecen

turnarse incluso en cuanto a la función; hay épocas predominantemente

políticas y épocas predominantemente religiosas, y también, por lo menos,

momentos y, por último, épocas que parecen vivir preferentemente para los

grandes fines culturales.”98

Es frecuente la dificultad de poder determinar cual es la potencia activa.

“También cambia no pocas veces, en rápida rotación, el modo como se

condicionan y son condicionadas entre sí. Con frecuencia tenemos que fijarnos

mucho para descubrir cuál es la potencia activa y cuál la pasiva.”99

EL ESTADO

Contestando a los filósofos del Siglo XVIII Burckhardt señala que toda

especulación sobre el origen y principio del Estado es ociosa. La hipótesis

contractual de Rousseau es tan solo un recurso no para explicar como surgió

el Estado sino como debiera surgir.

“El estado humano es el único que constituye una sociedad, es decir, una

asociación en cierto modo libre y basada en una consciente reciprocidad.

Sólo caben pues, dos hipótesis como probables:

a) La prioridad de la violencia. Los orígenes de ésta no plantean grandes

dudas, pues la violencia nace espontáneamente ante la desigualdad de las

dotes humanas. Seguramente que el estado no sería, en muchas

ocasiones, más que la sistematización de la violencia.

97 USCATESCU, G., Op. Cit. Pp. 17.98 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 34.99 Idem, Idem.

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Page 42: La Historia Universal en La Mirada De

b) Cabe concebir también la existencia de un proceso extremadamente

violento y de mezcla. Un rayo funde varias cosas distintas, por ejemplo, dos

cosas fuertes y una débil, o viceversa, para formar un metal nuevo. Tal vez

fuese así como se fundieran también para fines de conquista, o con ocasión

de ella, las tres phyles dóricas y las tres tribus de los godos. Una fuerza

terrorífica, a la que se acopló lo existente, y que luego se convirtió en

potencia, fueron también los normandos de la baja Italia.”100

El Estado tiene su origen en “crisis espantosas”. La esencia del Estado es para

Burckhardt la dominación de todo aquello que se pueda someter a su imperio.

“Cuando la crisis que da nacimiento al estado es una conquista, el contenido

primitivo del estado, su actitud, su misión más aún, su pathos, es

sustancialmente el sojuzgamiento de los sometidos a su imperio.”101

Dujovne sostiene sobre este aspecto: “Hay en el pensamiento de Burckhardt

un rasgo que de manera particular hemos de subrayar por también lo

encontramos en el de Nietzsche. Si perdona lo monstruoso en las

individualidades, no lo perdona en los poderes colectivos. Para él, la tiranía

organizada es necesariamente contraria al espíritu y a la moral, mientras la

tiranía individual no le es inherente esta necesidad. Para Burckhardt el Estado

es la sistematización de la violencia en fuerza y puede reclamar “la total

abdicación del individuo.”102

Más adelante dice: “El Estado siempre ha tratado de reprimir lo individual, que

es lo creador de cultura, y lo mismo ocurre con la religión cuando llega a

formas cristalizadas. Burckhardt, que funda sus afirmaciones en ejemplos

antiguos y modernos, no quiere aceptar ninguna ilusión, aunque pueda ser un

momentáneo consuelo, frente al mal moral y la violencia. Pues, para él, toda

violencia triunfante es un escándalo, un mal ejemplo:…”103

Uscatescu afirma que; “En el examen de los orígenes del Estado considera

como ilusorias la teoría del contrato social y de la preexistencia de la sociedad

a la cual el Estado habría venido a proteger, corregir y defender. El principio

inicial del Estado es, para su modo de ver, la violencia, la sistematización de la

fuerza y el cruzamiento de razas. La creación de todo Estado es acompañada

100 Idem, pp. 37.101 Idem, Idem.102 DUJOVNE, León, La filosofía de la historia de Nietzsche a Toynbee, Buenos Aires, Ed. Galatea-Nueva Visión SRL., 1957. Pp. 20.103 Idem, pp. 21.

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por un proceso de crisis. Las tres formas aristotélicas de la constitución

política, constituyen una distinción incompleta,…”104

Burckhardt establece con asombrosa lucidez las diversas formas de

dominación política; colonial e imperial.

“También habría que hablar aquí de las monarquías universales, de los

“estados unidos”, de las diversas formas de conquista, o sea de las formas

reales, que llevan consigo la asimilación o el desplazamiento de los habitantes

del territorio conquistado, y de las falsas, que envuelven una dominación

puramente superficial, de las posesiones coloniales y de la diferencia que

existe entre una dominación puramente financiera y un auténtico régimen

colonial, así como también de la ley de emancipación de las colonias.”105

Esta cita parece desmentir a Cantimori, si bien se debe reconocer que

Burckhardt no teorizó sobre el imperialismo tal cual se entiende actualmente, ni

utilizó el término, sí intuyó la diferencia entre dominación colonial e

imperialismo. Debemos recordar que estos escritos fueron realizados a la vista

de la próxima unificación alemana en torno al Prusia, y del proceso de

unificación italiano.

Cantimori dice al respecto;

“No hay en Burckhardt ninguna consideración sobre el imperialismo, tal y como

se entiende éste modernamente, como tampoco figura el término, que, como

se sabe es de origen más reciente en este sentido y que se remonta como

mínimo a la obra de J. A. Hobson, Imperialism. A Study, que se publicó por vez

primera en 1902.”106

¿Cuales son los fines que el Estado cumple en la historia?

“Los grandes estados existen en la historia para la consecución de grandes

fines externos, para el mantenimiento y aseguramiento de ciertas culturas de

otro modo desaparecerían, para impulsar a las partes pasivas de la población

que, confiadas a sí misma como estados pequeños, caerían en la decadencia,

y para el desarrollo pacífico de grandes fuerzas colectivas.

Los pequeños estados existen para que haya en el mundo una faja de tierra en

que la mayor proporción posible de miembros de un estado puedan sentirse

ciudadanos en el pleno sentido de la palabra, meta ésta en que la poleis de los

104 USCATESCU, G., Op. Cit. Pp. 18.105 BURCKHARDT, J. Op. Cit. Pp. 39.106 CANTIMORI, D., Op. Cit. Pp. 121

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griegos de sus mejores tiempos, pese a su régimen esclavista, llevaba una

gran ventaja a todas las repúblicas actuales.”107

En tanto las pequeñas monarquías, según Burckhardt tienen que acercarse a

este modelo.

“Las pequeñas tiranías, como las de la antigüedad y las del renacimiento

italiano, representan la forma más precaria de gobierno y tienden

constantemente a ser absorbidas por una unidad mayor, pues lo único que en

los pequeños estados puede contrarrestar plenamente de un modo ideal las

enormes ventajas de los estados grandes, e incluso su potencia, es la

verdadera y efectiva libertad; cada paso que dan hacia la tiranía, sea de arriba

o de abajo, por mucho estrépito que armen al hacerlo, va minando la base

sobre que descansan.”108

Burckhardt establece una clara distinción entre el “gran Estado” y el “pequeño

Estado”.

“Interesante y sugestiva es, a este propósito, la distinción establecida por

Burckhardt entre el Estado grande, cuya misión consiste “en realizar acciones

históricas notables, conservar ciertas culturas que correrían el riesgo de

desaparecer…, asegurar a las fuerzas colectivas un desarrollo armonioso”, el

Estado pequeño (los Estados griegos y los del Renacimiento italiano. “Estados,

como obra de arte” los llama él en Cultura del renacimiento en Italia), que es la

verdadera morada de la “libertad”. El criterio que el autor adopta frente al

fenómeno del “Estado” es un criterio valorativo, y su actitud hacia él es,

esencialmente escéptica.”109

“Por el hecho de que Burckhardt fuese, después de 1870, el único gran

historiador de lengua alemana que no exaltó el elevado destino futuro de la

gran Alemania, no puede hablarse de negación del Estado, de la política.

Burckhardt conservaba quizás el tradicional ideal suizo, tan profundamente

urbano del “pequeño Estado”, según una concepción entonces aún viva, más

tarde obliterada, aunque luego restaurada, especialmente en Suiza, relativa a

la función histórica y también contemporánea del “pequeño Estado”. Es ésta

una concepción política diferente de la concepción política del gran estado

nacional o imperialista, no un desconocimiento de la importancia de la historia

107 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 39, 40.108 Idem, pp. 40.109 USCATESCU, G., Op. Cit. Pp. 18.

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Page 45: La Historia Universal en La Mirada De

política; y ni siquiera de la función que puede tener, y que tuvo, el gran Estado.

El que Burckhardt no se hiciese ilusiones sobre las pretensiones “culturales” de

los grandes Estados y de la “civilización de las masas”, que, en común con

gran parte de los medios públicos suizos, pero también franceses, veía

perfilarse amenazadoramente para la “cultura”, podía considerarse ciertamente

como un refugio en la contemplación estetizante, pero en boca sobre todo, en

resumidas cuentas, de los que no sabían ver cultura, arte, poesía, ciencia,

fuera de la gran Alemania bismarckiana y guillermina; más tarde se consideró

agudeza de vista histórico-política, y hasta espíritu profético.”110

La transformación de la violencia en fuerza es lo que indica la vitalidad del

Estado.

“Cualquiera que sea el origen de un estado (de “la agrupación política de un

pueblo”) sólo acreditará su vitalidad siempre y cuando que se transformase de

violencia en fuerza.*

Es indudable que mientras dura el proceso de crecimiento externo todo poder

aspira a redondearse y perfeccionarse plenamente en lo interior y en lo exterior

sin reconocer validez a ninguno de los derechos del más débil.

En esto proceden absolutamente igual los pueblos y las dinastías, con la única

diferencia de que en aquéllos deciden más los apetitos de las masas y en

éstos la razón de estado.”111

Más allá de lo que ocurra al interior del estado, en el exterior este se comporta

de modo desembozado, como el conquistador más bárbaro.

“Prescindiendo de lo que el estado haga en lo interior y de cómo luche por la

derogación de todos lo privilegios tradicionales y por extender a todo y a todos

el concepto del poder alegando el supuesto interés colectivo hasta llegar a la

última consecuencia de l’état c’est moi, su acción exterior se presenta bajo su

forma mas simplista en las antiguas monarquías universales, que

conquistaban y esclavizaban, saqueaban e incendiaban a diestro y siniestro,

…”112

El poder es en sí mismo maligno, sostiene Burckhardt.

“La historia nos enseña -basta pensar en Luis XIV, en Napoleón y en los

gobiernos revolucionarios del pueblo- que el poder de por sí es maligno

110 CANTIMORI, D., Op. Cit. Pp. 110, 111.111 BURCKHARDT, J., Op. Cit. Pp. 40.112 Idem, pp. 41.

45

Page 46: La Historia Universal en La Mirada De

(Schlosser), que al estado se le reconoce independientemente de toda religión

el derecho del egoísmo que al individuo se le niega. Las naciones débiles son

sojuzgadas y anexionadas o se las somete de otro modo cualquiera, no para

que no puedan seguir hostilizando al estado que las domina, pues esta

preocupación no pesa gran cosa, sino sencillamente para que otro no se

apodere de ellas o las ponga políticamente a su servicio. Se sojuzga a los

posibles aliados políticos de un enemigo. Una vez puestos en esta pendiente,

ya nada contiene la carrera; todo es excusable, pues “por la mera

contemplación lo único que se conseguiría sería que otros malvados le

devorasen en seguida a uno” y “los demás hacen lo mismo”.113

“Para Burckhardt no hay derecho a pensar que el poder, malo “de por sí”, por

sí evolucione hacia una meta moral.”114

Burckhardt trata el tema del Estado desde un punto de vista pragmático.

“A las concepciones teleológicas y variadamente providencialista opone

Burckhardt, al tratar del Estado, una apelación pragmática a la realidad

mediante una cita, que no puede menos de parecer paradójica, precisamente

de Schlosser, ilustrado y rousseauniano: “El poder es malo en sí mismo”,

donde la aversión rousseauniana a la autoridad, al poder establecido, alcanza

tono y significado muy diferente. La celebre frase no parece, pues, significar en

el contexto de las Reflexiones lamentación pietista o moralista por la presencia

del fenómeno “poder político”, sino identificación maquiavélica del carácter de

la política, sirviéndose, sí, del término moralista de procedencia cristiana y

racionalista-ilustrada, pero no haciéndolo suyo; como diciendo: no queráis

disfrazar el carácter propio de la fuerza y de la política, que no es moral, con

motivaciones moralistas, ya se trate de un moralismo filosófico, ya de un

moralismo religioso (cristiano).”115

Mas adelante Cantimori señala: “La expresión “El poder es malo en sí mismo”

tiene, como ya se ha señalado, sobre todo el significado siguiente: recordar

que las leyes intrínsecas de la política, representada por el Estado, no son ni

las de la moral corriente o de la cultura, ni las de la religión; la ironía no se

vierte sólo sobre el progresismo democrático, sino también, probablemente,

sobre la oratoria y el plano público del kulturkampf.”116

113 Idem, pp. 43.114 DUJOVNE, L., Op. Cit. Pp. 19.115 CANTIMORI, D., Op. Cit. Pp. 103.116 Idem, pp. 107.

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Page 47: La Historia Universal en La Mirada De

La excusa para el desarrollo de tales felonías esgrimida por sus autores es que

estos y sus actos sirven a los fines de la historia universal. Burckhardt duda de

que tales fines existan.

“Pero surgen las siguientes objeciones: ¿qué sabemos nosotros de aquellos

fines? Y, suponiendo que existan ¿por qué no podrían alcanzarse por otros

caminos? ¿Acaso el quebrantamiento de la moral general por un crimen con

éxito no representa nada?”117

Con cierta dosis de racismo y profunda visión eurocentrista Burckhardt

reconoce el derecho de Europa, es decir de “la civilización” a dominar la

“barbarie”, o sea las demás culturas.

“Hay algo, sin embargo, que la mayoría reconoce: el derecho regio de la

civilización a conquistar y someter a la barbarie, la cual se ve de este modo

obligada a renunciar a sus sangrientas luchas intestinas y a sus usos

abominables para someterse a las normas generales de moral de los estados

civilizados. Y, sobre todo, la necesidad de despojar a la barbarie de su

peligrosidad y de su posible fuerza ofensiva. Lo dudoso y discutible es si se la

civiliza interiormente, si la descendencia de los dominadores y los bárbaros

dominados, sobre todo cuando se trata de razas distintas, presenta ventajas, si

no sería más aconsejable el camino de desplazar la barbarie para que vaya

agonizando (como en Norteamérica) y si realmente puede decirse que el

hombre civilizado florezca en suelo extranjero. En todo caso, conviene no

aventajar a la anterior por los medios de sumisión y sojuzgamiento que se

empleen para combatirla.”118

No obstante, a pesar de todo el respeto ante la magnitud de esta figura, se nos

imponen los límites de esta historiografía cultural. Burckhardt no ha visto el

ámbito de la historia universal con más amplitud que Ranke; ha excluido de su

consideración de lo humano a los pueblos primitivos y de los pueblos cultos a

aquellos “ “cuya cultura no ha desembocado en la europea, como Japón y

China”, según se lee en sus Fragmentos históricos. Decisiva para él es la

exigencia de continuidad, la cual sólo logra descubrir en la historia

mediterránea: “La humanidad en torno al Mediterráneo y hasta el golfo Pérsico

es realmente un ser vital. Este ser penetra también una vez en el Imperio

romano hasta constituir una especie de unidad. Sólo aquí se realizan los

117 BURCKHARDT, J., Op. Cit. Pp. 43.118 Idem, Idem.

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Page 48: La Historia Universal en La Mirada De

postulados del espíritu; sólo aquí actúa el desarrollo; no hay decadencia

absoluta, sino sólo transición”.”119

Burckhardt es un observador que no logra quitarse sus anteojeras

europeísantes.

“No es extraño que el observador, prisionero de su partidismo europeísta, no

se comporte con entera justicia al tratar el mundo cultural de vecindad

inmediata, cuando en Mahoma sólo ve a un radical simplificador y en el Islam

el triunfo de la trivialidad. Este detenerse en los límites históricos de la

antigüedad y del Occidente es tanto más sorprendente cuanto que Burckhardt

poseía un olfato singular para las reglas generales de lo histórico. Lo típico

tenía para él más importancia que lo singular; sentía escasa estimación por los

“meros escombros de los hechos” y todo lo cifraba en la visión general de una

cultura. En sus últimos años, según vemos por su referencia a Ernst von

Lasaulx, se abrió un poco a la concepción de las culturas como unidades

orgánicas. Pero tampoco a él le planteó ningún problema la coexistencia de

grandes culturas de alcance mundial. Fue y permaneció un humanista

europeo.”120

Existe un entretejido entre los intereses individuales y del Estado.

“Por lo que al estado en lo interior se refiere, no puede decirse que haya

nacido por la abdicación, es la compensación de muchos egoísmos e intereses

que se acomodan permanente al estado y acaban entretejiendo plenamente su

existencia con la de éste.

Lo más alto a que el estado llega es el sentimiento del deber de los mejores, el

patriotismo,…” 121

El Estado no es el lugar o el “asilo”, (como lo llama Burckhardt), de la moral.

“El hecho de que el estado pretenda realizar directamente lo moral, cosa que

sólo puede y debe hacer la sociedad, constituye una degeneración y una

presunción burocrático-filosófica.”122

La realización de lo moral por el Estado fracasará siempre por la imperfección

de la naturaleza humana, afirma Burckhardt.

“Lo moral tiene un foro esencialmente distinto del estado; éste hace ya

bastante, muchísimo, con imponer el respeto al derecho convencional. Como

119 VOGT, J., Op. Cit. Pp. 34.120 Idem, Idem .121 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 44.122 Idem, Idem.

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Page 49: La Historia Universal en La Mirada De

más sano puede mantenerse el estado es teniendo conciencia de su carácter (

y tal vez incluso de su origen esencial) de institución forzosa.”123

Para Burckhardt, el Estado es beneficioso en sí mismo “por ser el asilo del

derecho”.

Impide que las diversas “concepciones de la “vida civil” se enfrenten.

LA RELIGIÓN

“Las religiones son la expresión de la eterna e indestructible necesidad

metafísica de la naturaleza humana.

Su grandeza consiste en que representan todo el complemento suprasensible

del hombre, todo aquello que él mismo no puede darse. Son, al mismo tiempo,

el reflejo de pueblos y épocas culturales enteros en un gran mundo distinto o la

proyección y el perfil que aquéllos extienden sobre lo infinito.

Pero esta proyección, por muy estable y eterna que se considere, es siempre

mudable y puede ser parcial o total, gradual o repentina.

Es imposible decir cuál de los dos procesos, el del nacimiento del estado o el

del nacimiento de la religión ha sido el más considerable.”124

Existe toda una gradación en lo referente al contenido de las religiones que va

desde la adoración más grotesca hasta las más sublimes. En cuanto al origen

de la religión es casi imposible el poder determinar en que consistió “el

desencadenamiento primitivo de lo espiritual.”

“Entre los pueblos primitivos nos encontramos con el culto en parte reverente y

en parte empavorecido de objetos, fuerzas y fenómenos naturales y también

con el culto de los antepasados y el culto de los fetiches, en que el hombre

deposita el sentimiento de su dependencia en un objeto concreto de su

pertenencia individual. Estas religiones corresponden en parte a esos terribles

sueños infantiles cuyas imágenes terríficas son aplacadas, y en parte al

asombro del hombre ante las estrellas celestes y ante los elementos; son, a

veces, en las naciones incapaces todavía de producir una literatura, el único

documento del espíritu.”125

Es muy interesante lo que señala Burckhardt, sobre la posibilidad de que la 123 Idem, pp. 44, 45.124 Idem, pp. 46.125 Idem, pp. 48.

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Page 50: La Historia Universal en La Mirada De

religión se transforme en una fuente, capaz de informarnos sobre la vida de un

pueblo. Su forma de ver el mundo, su manera de sentir, su mundo cultural y

sus modos de obrar, etc..

“Más exacto que partir del supuesto de una conciencia religiosa primitiva es en

todo caso partir del supuesto de una grande e inconsciente necesidad

metafísica en el hombre. Un momento importante o terrible, o un hombre con

dotes de fundador de religión, le hace adquirir la conciencia de ella;…”126

“Expresión de nuestra eterna e inalterable necesidad de “certidumbre

metafísica”, la religión representa el complemento sobrenatural del hombre, la

imagen de pueblos y civilizaciones su proyección en el espacio infinito, aunque

sometida “a cambios, parciales o completos, de una manera progresiva o

súbita.

Antes de tener una conciencia original de Dios, el hombre ha tenido una

necesidad metafísica vaga e inconsciente. Un gran acontecimiento, una

catástrofe o la venida de un creador de religión, ha hecho que aquella

conciencia tomara cuerpo. La causa determinante del nacimiento de una

religión consiste en el sentimiento que el hombre experimenta de su

dependencia de una voluntad superior y el terror que ésta le inspira.”127

Para Burckhardt las religiones son obra de grandes individuos y aparecen en

ciertos momentos.

“¿Hasta qué punto puede decirse que las religiones hayan sido fundadas? En

todo caso puede afirmarse que sustancialmente las religiones surgen por obra

de ciertos individuos o de ciertos momentos, aquellos momentos que

llamábamos de plasmación y, además, a saltos y como irradiadas. Una parte

de la gente se une a ellas porque el fundador o el acontecimiento de que se

trata da precisamente en el blanco de la necesidad metafísica sentida por los

hombres más sensibles; la gran masa se incorpora porque no es capaz de

hacer resistencia y porque todo lo preciso y claro goza de un derecho regio

frente a lo vago, lo inseguro y lo anarquista.[…] …hasta que un poder más

fuerte, lo suficientemente sólido para apoyarse en él, viene a empujarlas desde

fuera haciéndolas abrazar este nuevo partido.”128

Las religiones no son, -para Burckhardt-, creaciones paulatinas y progresivas.

126 Idem, pp. 48, 49.127 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 19.128 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 49, 50.

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Page 51: La Historia Universal en La Mirada De

“A nosotros nos parece indudable que las religiones no pueden haber surgido

gradualmente, pues, de ser así, no se presentarían a nosotros con la aureola

triunfante de su época heroica, que es siempre el reflejo de un gran momento

único.”129

Uscatescu afirma que: “Todas las religiones primitivas han sido politeístas,

porque las fuerzas temibles eran múltiples. Siendo las religiones fenómenos

que surgen siempre por un proceso de ruptura, de crisis, o, a lo más, por

“fusión”, es inadmisible la teoría del progreso en el nacimiento de ellas.

En sus consideraciones sobre la creación de las religiones, la construcción

burckhardtiana peca no poco, y de una manera que recuerda en cierto modo a

Renán, de positivismo. La admisión misma de un “apetito metafísico” como

fundamento de cualquier religión, está impregnada de una fuerte “sensibilidad”

positivista.”130

Todos los pueblos tiene en cualquier tiempo necesidades metafísicas, dice

Burckhardt.

“¿Cuáles son los pueblos y las etapas culturales adecuados para que surja

una religión? Todos los pueblos y todos los tiempos sienten la necesidad

metafísica y todos mantienen en pie la religión una vez abrazada.”131

Sin embargo aquellos pueblos entregados a la contemplación poseedores de

fina sensibilidad son terreno fértil para que arraigue una religión fuera de lo

común.

“Las “instituciones” posteriores de una religión son siempre residuos o ecos de

la situación de conjunto que acompañó a su nacimiento; los conventos, por

ejemplo, son un residuo de la vida en común de las comunidades primitivas.

A veces los fundadores y los testigos del nacimiento de una religión dan origen,

complementados por otros, a colectividades permanentes, y esto puede muy

bien hallarse relacionados con la necesidad de crear corporaciones especiales

para las ceremonias religiosas, con graduales privilegios en lo tocante a los

sacrificios, a las excomuniones, etc.”132

Burckhardt vincula de un modo general, la concepción del más allá y del fin del

mundo con el poder sacerdotal.

“Este predominio más o menos acusado de la doctrina del más allá y del fin del

129 Idem, pp. 50.130 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 19.131 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 50.132 Idem, pp. 52.

51

Page 52: La Historia Universal en La Mirada De

mundo se halla a veces, aunque no siempre, relacionado con el desarrollo más

o menos amplio de un poder sacerdotal como el llamado a decidir en mayor o

menor grado sobre todo lo referente a la otra vida. Claro está que este poder

responde a veces, además, a otras causas y razones relacionadas con la vida

terrena,… […] Y existe, por último, el poder sacerdotal en las religiones de

estado o de pueblos, poder que de suyo se comprende y no es necesario

detenerse a explicar.”133

Burckhardt distingue entre religiones nacionales y universales.

“Las religiones nacionales son anteriores a las otras. Se hallan íntimamente

vinculadas a los recuerdos, a la cultura y a la historia de los pueblos

respectivos; sus dioses son dioses cuya misión, consiste en proteger o

intimidar a su pueblo o a su estado; se sienten heroicas y orgullosas mientras

el pueblo prospera y florece, y aunque abren en general el horizonte a la

esperanza de que un día todos los pueblos reunidos en Moriah adorarán juntos

a Jehová, son, por el momento, religiones nacionalmente circunscritas,

fortalecidas en lo interior y aislada hacia el exterior,…”134

Las religiones universales son el Budismo, el Cristianismo y el Islam.

“Estas surgen más tarde; su vehículo más fuerte es casi siempre un vehículo

social, pues traen consigo la abolición de las castas y se presentan como

religiones de pobres y religiones de esclavos, siendo, por tanto, religiones

antinacionales, a diferencia del islam, que es una religión de vencedores.

Prescinden de una lengua sagrada y sus textos son textos traducidos, salvo la

religión islamítica, que predica su Corán arábigo y obliga a los pueblos a un

conocimiento más o menos limitado de esta lengua.”135

“Las religiones universales son las que provocan las crisis históricas más

considerables. Conocen desde el primer momento su carácter de religiones

universales, saben que lo son y quieren serlo.”136

Uscatescu nos aclara; “Todo nacimiento de una religión está acompañado por

un fenómeno de exaltación, de falta total de espíritu crítico en los primero

adeptos.

Entre las religiones que poseen una escatología, Burckhardt destaca el

cristianismo y los sistemas de creencias escandinavas. Las religiones misiones

133 Idem, pp. 55.134 Idem, pp. 57.135 Idem, pp. 57, 58.136 Idem, pp. 58.

52

Page 53: La Historia Universal en La Mirada De

y de supervivencia cuya función histórica es relevante, están fuertemente

apoyadas sobre dogmas, y son las únicas capaces de dar nacimiento a esas

personalidades ardientes que deben convertir o destruir todo lo que se opone a

ellas.

Distingue luego las religiones nacionales, limitadas, tolerantes, con función

histórica reducida, de las religiones universales, que aparecen más tarde y se

caracterizan por su lucha contra las castas, por su antinacionalismo y su

contribución al advenimiento de las grandes crisis históricas.”137

Una vez instituida una religión puede permanecer en pie largo tiempo hasta

que surgen otras nuevas generalmente a partir de las herejías.

“Hablemos ahora de la disolución de las religiones y de la defensa contra ellas.

Una religión estatuye en seguida, por ejemplo, un derecho sagrado, es decir,

se vincula estrechamente a una situación pública de conjunto garantizada por

ella o instaura su jerarquía junto a la del estado, pero en relación política con

ésta. Estas instituciones externas, entretejidas estrechamente con todo lo

material y apoyadas en las masas y en sus costumbres, pueden mantener en

pie durante mucho tiempo una religión en lo exterior,…”138 En tanto en lo

interior están huecas.

“…el espíritu hace ya largo tiempo que ha huido de ellas, en parte al menos,

para transferirse a un nuevo elemento metafísico, claramente consciente de sí

mismo, sobre el cual puede erigirse una nueva contrarreligión capaz de luchar

y de vencer.

Mientras lo consigue, su actuación es considerada como una herejía y

perseguida y execrada como tal.”139

La herejía es un síntoma de que “…la religión imperante ha dejado de

corresponder en parte a la necesidad metafísica que la creó.”140

“Burckhardt examina el proceso de disolución de las religiones. Las causas de

este proceso no las encuentra ni en el fenómeno de disgregación interna ni en

la aparición de nuevas doctrinas, sino en una labor “sistemática” del Estado.

Sí, por el contrario, no son víctimas de ningún acto violento, ni de persecución

continuada por parte del Estado, continúan viviendo y cobrando nuevas

fuerzas en el espíritu popular. Este criterio positivista, un tanto cerrado y

137 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 20.138 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 60.139 Idem, Idem.140 Idem, pp. 61.

53

Page 54: La Historia Universal en La Mirada De

mecánico, lleva, naturalmente, a afirmaciones como la siguiente: “Sin la

legislación imperial de Constantino y Teodosio, la religión grecorromana

existiría aún hoy”, afirmación que peca no sólo por la negación, que implica, de

lo inexorable histórico, sino también por un desconocimiento, sorprendente en

un erudito como Burckhardt, de las causas de decadencia del Imperio

romano.”141

Los pequeños estados son menos permeables a las herejías y a las nuevas

religiones que los grandes imperios.

“La fuerza de resistencia de las religiones varía mucho según la capa social o

el poder que las defiende. Los pequeños estados en que los sacra se hallan

estrechamente vinculados con los ciudadanos o con el estado se hallan, tal

vez, en mejores condiciones para rechazar una herejía o una nueva religión

que

los grandes imperios mundiales en los que existen una cultura nivelada y un

comercio general y que han conseguido someter a los pequeños estado

gracias al cansancio de éstos. Y acaso también porque les respetaron sus

religiones. Al cristianismo le habría sido difícil forzar las puertas de las poleis

de los griegos de los siglos V y IV a.c.; el Imperio romano, en cambio, le abrió

de par en par las puertas y sólo le hizo frente en el terreno político.”142

No existe nada más terrible que las luchas religiosas. Los medios utilizados no

tienen límites en cuanto a su atrocidad. No hay negociación ni transacción

posible. Según Burckhardt el origen de las persecuciones se encontraría en la

blasfemia y el temor a sufrir las consecuencias por las ofensas causadas a la

divinidad. Por lo cual se castiga al culpable para no sufrir las consecuencias

con él.

Las religiones universales y de ultratumba “…no castigan solamente con

medios más rigurosos los ataques consumados, sino también la mera

existencia, aunque sea secreta, de una metafísica discrepante de ellas.”143

Burckhardt señala que los “movimientos espirituales” del S. XVIII pusieron un

dique a esas persecuciones religiosas.

A esto contribuyó no solo el surgimiento de un nuevo concepto del estado con

lo cual el abrazo secular ya no se prestó a esos fines. Sino también el hecho

141 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 21.142 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 61.143 Idem, pp. 62.

54

Page 55: La Historia Universal en La Mirada De

de que la preocupación por el más allá pasó a un segundo plano. Una nueva

religión puede instaurarse al lado de la antigua pero nunca podrá desplazarla

del todo a menos que intervenga el poder estatal.

“De otro modo, si no se interpone el poder o éste no se maneja

consecuentemente, las religiones siguen viviendo y renuevan constantemente

su fuerza a base del espíritu de las masas, para acabar no pocas veces

teniendo con ellas de nuevo el brazo secular del estado.”144

LA CULTURA

Así define Burckhardt la cultura:

“Llamamos cultura a toda la suma de evoluciones del espíritu que se producen

espontáneamente y sin la pretensión de tener una validez universal o

colectiva.”145

“La cultura es asimismo el proceso que a través de millones de formas hace

que los actos simplistas y raciales se conviertan en un poder reflexivo hasta

llegar a su fase última y suprema, la ciencia y, especialmente, a la filosofía, a

la pura reflexión.”146

“En realidad esta idea de que de la esfera de la “cultura” forma parte toda

actividad productora espontánea, desde la de bienes económicos hasta la

comercial y financiera, el metalúrgico y la tejedora junto al poeta, al artista, al

filósofo, aunque no precisamente original de Burckhardt ya presente en

Droysen, es uno de elementos que mejor caracteriza la amplitud de sus

intereses de historiador: no hay que condenarla o exaltarla en nombre de un

concepto superior o porque nos libere de un concepto inferior de cultura: hay

que identificarla históricamente, como testimonio de la posibilidad de aquel

romanticismo radicalizante de enriquecerse con las nuevas experiencias y las

nuevas exigencias, con una apertura más cercana a la del poeta y el pintor que

a la del ensayista, el polemista o el especialista, en aquel sentido suyo por el

valor del desinterés objetivo (real) y por el “gusto” o “amor a las cosas” tal

como son, pequeñas o grandes; y hay que analizarla en aquella insistencia

suya sobre el valor de la espontaneidad y la independencia individual, frente a 144 Idem, pp. 66.145 Idem, pp. 67.146 Idem, Idem.

55

Page 56: La Historia Universal en La Mirada De

las grandes organizaciones estatales o eclesiásticas. Este análisis no se ha

hecho todavía:…”147

La cultura ejerce una acción modificadora y disgregadora de las dos

instituciones estables; el Estado y la Religión.

“Burckhardt se interesó en la religión y apuntó acerca de ella algunas ideas

“que Nietzsche convirtió en pasiones”. Veía en la religión y el Estado potencias

“esencialmente estables”, que debían aspirar a sostenerse por medio de la

coacción”. La cultura, a su vez, evolutiva por su misma esencia, se opone a

estos poderes:…” 148

Burckhardt afirma lo siguiente:

“La cultura ejerce una incesante acción modificativa y disgregadora sobre las

dos instituciones estables a que acabamos de referirnos, salvo en los casos en

que consiguen ponerla por entero a su servicio y circunscribirla dentro de sus

propios fines.

Fuera de estos casos, la cultura es la crítica de ambas instituciones, el reloj

que delata la hora, puesto que en aquéllas la forma no coincide ya con el

contenido.”149

“En el capítulo de las Reflexiones dedicado a la influencia de la religión en la

cultura, llega a esta conclusión: “El poder conjugado del Estado y de la religión

enfrena en ellos la cultura”*. Brota de allí un conflicto, siempre renovado, para

el cual Burckhardt no cree posible una solución pacífica, no trágica.”150

Para Burckhardt la forma en que se exterioriza la cultura en su conjunto es la

sociedad, frente al Estado y la religión.

“La forma externa de conjunto de la cultura frente al estado y a la religión es la

sociedad en el más amplio de los sentidos.”151

“El tercer factor histórico de importancia, cuya función es, en cierto modo,

integradora y crítica (“es el reloj que indica la hora en que la forma y

substancia del Estado y la religión no se cubren exactamente entre sí”) es la

cultura.

“Burckhardt la define como la “floración espontánea de creaciones del espíritu

147 CANTIMORI, D., Op. Cit., pp. 102.148 DUJOVNE, L., Op. Cit. Pp. 20.149 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 67. 150 DUJOVNE, L., Op. Cit., pp. 21. Donde cita * BURCKHARDT, J., Reflexiones sobre la historia del mundo, Versión castellana de Liuba Dalmore, El Ateneo, Buenos Aires, 1945, pág. 111.151 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 68.

56

Page 57: La Historia Universal en La Mirada De

que no tratan de imponerse al mundo, y en las cuales la sujeción no existe”, un

proceso de mil fases por el cual la actividad elemental e ingenua de una raza

se transforma en un poder reflexivo y acaba en un estadio más elevado, en la

ciencia y la filosofía, en el pensamiento puro.

En la cumbre de toda cultura se encuentran las lenguas, milagro del espíritu,

imagen ideal de los pueblos, mientras “las artes” adquieren (dentro del

fenómeno de la “cultura”) la significación de un símbolo profundo e

imperecedero.

La cultura consiste, esencialmente, en una íntima fusión de necesidades

espirituales y materiales. En cambio, las artes, parte integrante de ella,

descansan sobre “misteriosas vibraciones del alma”. Ellas crean nueva

realidades, y sus impulsos y vibraciones nos dan, innegablemente, el

sentimiento del infinito. Su primera y más noble función es ponerse al servicio

de las religiones.”152

Cada uno de los elementos que integran la cultura tiene un proceso de

génesis, apogeo, caducidad y supervivencia. En la tradición general muchos

de estos elementos siguen vivos inconscientemente, son la sustancia que

procede de pueblos lejanos e incluso olvidados.

“Esta absorción inconsciente de resultados culturales no debe perderse nunca

de vista, así en los pueblos como en los individuos.

El crecimiento y la declinación de tales elementos culturales tiene lugar según

leyes vitales superiores e inexcrutables.”153

Según Burckhardt a la cabeza de la cultura se encuentran las lenguas.

“Las lenguas son la revelación más directa y más específica del espíritu de los

pueblos, la imagen ideal de este espíritu, el material más permanente en que

los pueblos plasman la sustancia de su vida espiritual, sobre todo cuando se

trata de las palabras de los grandes poetas y pensadores.”154

Burckhardt, cita a Lasaulx refiriéndose a la gradación de la cultura.

“La gradación de la cultura, según Lasaulx (p.28) arranca de la minería (es

decir, de un grado cualquiera de preparación de los metales) y recorre las

fases de la ganadería, la agricultura, la navegación, el comercio, la industria y

la prosperidad burguesa; más tarde, los oficios dieron nacimiento a las artes y

152 USCATESCU, G., Op. Cit. Pp. 21, 22.153 BURCKHARDT., J., Op. Cit. Pp. 68154 Idem, pp. 68, 69.

57

Page 58: La Historia Universal en La Mirada De

de éstas surgieron a su vez las ciencias.”155

Burckhardt señala que se trata de una mezcla aparente en virtud de que

algunos de esas cosas son respuestas a necesidades materiales, y otras a

necesidades espirituales. En realidad existe una innegable conexión entre

unas y otras.

“Toda acción material, siempre que el hombre ponga en ella entusiasmo e

iniciativa, deja siempre un residuo espiritual, por pequeño que él sea.”156

No es imprescindible una base material para que el espíritu se exprese.

“Finalmente, no es indispensable que haya una base material como punto de

partida para que lo espiritual encuentre una salida, aunque en último término

siempre se encontrará aquélla. Una vez que el espíritu tiene conciencia de sí

mismo sigue desarrollándose por sí mismo dentro de su mundo.”157

Burckhardt señala que las ciencias son “el lado espiritual de lo prácticamente

indispensable y el lado sistemático de lo infinitamente vario, es decir, las

grandes coleccionistas y ordenadoras de lo que existe independientemente de

ellas;…”158

La Filosofía por su parte busca penetrar las leyes supremas de todo lo que

existe. Ambas, Ciencia y Filosofía, buscan desentrañar lo que existe sin ellas,

antes de ellas. Las artes por su parte, (y en esto no hay diferencia entre las

artes plásticas, la poesía y la música), no se ocupan de lo que existe sin

necesidad de ellos, ni de descubrir leyes.

“…sino de representar una vida superior que sin ellas no existiría.”159

El arte no es repetición de lo meramente existente. Crea imágenes y un

lenguaje universal. El Arte es para Burckhardt junto a la Filosofía el mayor

exponente de la época.

“Dentro del mundo de la cultura se desplazan, se suplen y se condicionan los

distintos campos. Y se advierte un constante movimiento de flujo y reflujo.

Determinados pueblos y determinadas épocas muestran un talento especial y

una especial predilección por determinados campos de la cultura. De vez en

cuando aparecen poderosos individuos y trazan orientaciones a las que luego

se suman hasta un extremo de completa unilateralidad pueblos y épocas

155 Idem, pp. 69.156 Idem, pp. 70.157 Idem, pp. 70, 71.158 Idem, pp. 71.159 Idem, Idem.

58

Page 59: La Historia Universal en La Mirada De

enteros.”160

Es difícil de establecer cual de los elementos culturales que a nosotros parece

informarnos sobre toda una época, en realidad predominó en la vida de los

contemporáneos. El intercambio cultural se realiza en los comienzos por medio

del comercio. Burckhardt realiza una fuerte crítica a la cultura moderna. “No

ocurría como en las grandes ciudades (e incluso en las ciudades medianas)

modernas, que “brindan tantas posibilidades de cultura”, pues estas

posibilidades no crean sino mediocridades encumbradas que logran

encaramarse en las posiciones existentes a fuerza de esperar y de explotar las

ventajas sociales, y además una crítica general;…”161

La sociabilidad es una condición fundamental para toda cultura altamente

desarrollada.

“La sociabilidad se encarga de mantener en contacto más o menos estrecho,

aunque persistan los estamentos y sus divisiones, todos los elementos de la

cultura, desde los más altos elementos espirituales hasta los más

insignificantes elementos técnicos,…”162

Dice Uscatescu; “Esencial para toda cultura superior es la sociabilidad, una

especie de “contrapeso de las castas”, cuyo espíritu especializado y unilateral

puede ser útil a la “técnica”, pero conduce, en el dominio espiritual, al

estancamiento, a la limitación y al orgullo desmesurado.”163

Burckhardt distingue entre renacimiento cultural y restauración política,

aunque ambas puedan coincidir a veces.

“Una de las características de las culturas superiores es su capacidad para los

renacimientos. Unas veces es el mismo pueblo, otras veces otros que aparece

posteriormente,…[…] Estos renacimientos deben distinguirse de las

restauraciones políticas y religiosas, con las que a veces, no obstante

coinciden.”164

160 Idem, pp. 74.161 Idem, pp. 75, 76.162 Idem, pp. 76.163 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 22.164 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 79, 80.

59

Page 60: La Historia Universal en La Mirada De

EL ENJUICIAMIENTO DEL PASADO Y LA IDEA DE PROGRESO.

Se pretende juzgar el pasado desde nuestra concepción de vida actual.

“Lo que ocurre es que se quiere juzgar todo partiendo de ese grado de

seguridad exterior sin que nosotros ya no podríamos existir y se condena al

pasado por el hecho de que este modo de concebir la vida fuese ajeno a él, sin

tener en cuenta que también en nuestros días, en cuanto la seguridad queda

en suspenso, por ejemplo en la guerra, se desencadenan todos lo horrores.”165

Se debe buscar comprender el pasado y no juzgar.

“Por eso es altamente ridícula nuestra presunción de vivir en la era del

progreso histórico, comparada con aquellos tiempos de peligro cuya fuerza

libre de voluntad ideal se recorta sobre el cielo en cientos de catedrales con

sus altas torres.

A esto hay que añadir nuestro odio lamentable contra lo diverso y lo múltiple,

contra los acaecimientos simbólicos y los derechos dormidos, nuestra

tendencia a identificar lo moral con lo preciso y nuestra incapacidad para

comprender lo abigarrado y lo fortuito. No se trata, naturalmente, de añorar la

vuelta a la Edad Media, sino de comprender. La vida de hoy es un negocio,

entonces era una existencia; apenas si existía el pueblo en conjunto; pero, en

cambio, florecía lo popular.”166

Tres elementos vamos a destacar del pensamiento de Burckhardt que están

claramente indicados en las citas precedentes. En primer lugar su critica a la

idea de progreso y su consecuencia. Es decir la visión historiográfica a partir

de la cual la época que nos toca vivir se considera a sí misma la cumbre de

este progreso y de todo el desarrollo histórico. Constituyéndose en el canon a

partir del cual medimos todas las épocas. En segundo lugar la toma de partido

de Burckhardt en favor del respeto de lo diverso y lo múltiple. En tercer lugar,

la consecuencia que se desprende de lo anterior y que es formulada de modo

explícito por Burckhardt. Nos referimos a la necesidad de comprender el

acontecer histórico y el rechazo de toda pretensión de juzgar época e

individuos del pretérito. No es la nuestra una función judicial.

Uscatescu afirma; “Adversario del actualismo y de la teoría de la plenitud de

nuestros tiempos, Burckhardt afirma, anticipando con mucho a la actual

165 Idem, pp. 77166 Idem, pp. 77, 78.

60

Page 61: La Historia Universal en La Mirada De

filosofía de la cultura (Spengler, Huizinga, Berdiaeff, Belloc), que no es posible

probar que el alma y el espíritu del hombre se hayan perfeccionado en el

transcurso del tiempo.”167

“Durante mucho tiempo el historiador pasó por ser una especie de juez de los

Infiernos, encargado de distribuir elogios o censuras a los héroes muertos. Hay

que creer que esta actitud responde a un instinto poderosamente arraigado.

[…] Es, más que nunca la frase de Pascal: “Juzgando, todo el mundo hace de

dios: esto es bueno o malo.” Se olvida que un juicio de valor no tiene razón de

ser sino como preparación de un acto, y sólo posee sentido en relación con un

sistema de relaciones morales deliberadamente aceptadas.”168

Para Bloch comprender es la divisa.

“Una palabra, domina e ilumina nuestros estudios: “comprender”. No digamos

que el buen historiador está por encima de las pasiones; cuando menos tiene

ésa. No ocultemos que es una palabra cargada de dificultades, pero también

de esperanzas. Palabra, sobre todo, llena de amistad. Hasta en la acción

juzgamos demasiado. ¡Es tan fácil gritar: “Al paredón!” No comprendemos

nunca bastante. Quién difiere de nosotros, sea extranjero o adversario político,

pasa, casi necesariamente, por un ser de malos antecedentes. Aún para

conducir las luchas inevitables, sería necesario un poco más de inteligencia en

las almas; con más razón para evitarlas, si se está a tiempo. A condición de

renunciar a sus falsos aires de arcángel, la historia debe ayudarnos a salir de

este mal paso. Es una vasta experiencia de las variedades humanas, un largo

encuentro entre los hombres. Tanto la vida como la ciencia tienen el mayor

interés en que este encuentro sea fraternal.”169

Podemos entender el término “comprender” de dos formas, según nos parece.

Marrou, las define de este modo: “Observada empíricamente, la comprensión

histórica aparece como la interpretación de signos (voluntarios: así la

inscripción citada)* o de indicios (las cenizas de un hogar, las huellas digitales)

por medio cuya inmediata realidad conseguimos alcanzar algo del hombre de

otros tiempos, su acción, su conducta, su pensamiento, su interioridad o, por el

contrario, a veces simplemente su presencia (un hombre ha pasado por

allí).”170

167 USCATESCU, G., Op. Cit. Pp. 22.168 BLOCH, M., Op. Cit. Pp. 109.169 Idem, pp. 112.170 MARROU, H.I., Op. Cit., pp. 64. * La inscripción a que se refiere es la

61

Page 62: La Historia Universal en La Mirada De

Es decir se trata de un documento en la medida que el historiador puede y

sabe comprenderlo.

“Desde el punto de vista de la teoría del conocimiento, la historia, este

encuentro de lo otro, está íntimamente emparentado con la comprensión del

Otro en la experiencia del presente y entra con ella en la categoría más amplia

(donde ambas se unen por el conocimiento del Yo) del conocimiento del

hombre por el hombre. El problema de la comprensión histórica viene a

desembocar así en una problemática más general que supone ya resuelta.”171

“…toda teoría del conocimiento que sea consciente de sus deberes ha de

incorporarse el hecho de la “intersubjetividad” (por fuerza, tomará el “nosotros”

como dato fundamental y, por lo tanto, indemostrable), ha de dar cuenta de

esta hecho aceptado por la mentalidad común, y dejar bien establecido que no

es ilusorio.”172

Luego afirma Marrou; “Lógicamente hablando, nada hay de específico en la

comprensión relativa al pasado; es exactamente el mismo proceso que

acontece al comprender a otro en el presente y, en particular (ya que las más

de las veces y en el mejor de los casos el documento en cuestión es un

“texto”) en la comprensión del lenguaje articulado.”173

“El comprender el sentido de las palabras (o de los signos) y, después, por

este medio, entrar en comunicación con el pensamiento o los sentimientos que

lo inspiraron, representa dos períodos sucesivos del movimiento circular, o,

mejor dicho, espiriforme, de nuestra hélice.”174

Para terminar Marrou señala: “…el deber que al historiador se le impone no

consiste en limitarse a lo que esté seguro de que cualquiera vería como él,

sino más bien en comprender todo lo que él mismo sea capaz de llegar a

comprender.”175

“Por lo tanto, lo que suele considerarse como progreso moral se obtiene: a) por

la multiplicidad y la plenitud de la cultura, b) por el sofrenamiento del individuo

a consecuencia del incremento enorme del poder del estado y que puede

llegar, incluso, hasta la abdicación formal de aquél, sobre todo allí donde

denominada Laudatio Thuriae, Cf. pp. 63.171 Idem, pp. 65.172 Idem, Idem.173 Idem, pp. 66.174 Idem, pp. 68.175 Idem, pp. 167.

62

Page 63: La Historia Universal en La Mirada De

predomine unilateralmente el lucro monetario, ya que éste absorbe en último

resultado toda iniciativa.”176

Para Burckhardt esta pretensión de formarse una idea moral del pasado surge

en la época posterior a Rousseau.

“La época posterior a Rousseau es la primera que ha pretendido formarse una

idea moral del pasado en bloque, partiendo del supuesto de que los hombres

en general eran esencialmente buenos, de que su bondad no había podido

resplandecer hasta ahora y de que se manifestaría esplendorosamente tan

pronto como se viese en el poder. Este punto de vista le llevaba a arrogarse

(en la Revolución francesa) el derecho a enjuiciar a todo el pasado. Pero lo

que caen ya en una oscuridad completa al creer en esta superioridad moral del

tiempo presente son, en realidad las últimas décadas, que ya no excluyen

siquiera a la antigüedad. La reserva secreta que al pensar así se abriga es la

de que el ganar dinero es hoy más fácil y más seguro que nunca, y de que con

la amenaza de esto se viene también a tierra el sentimiento elevado

correspondiente.”177

En cuanto a la cultura del Siglo XIX afirma Burckhardt: “…la cultura del siglo

XIX considerada como cultura universal, la vemos en posesión de las

tradiciones de todos los tiempos, de todos lo pueblos y de todas las culturas.

La literatura de nuestro tiempo es una literatura universal.”178

El Estado y la Iglesia procuran “…poner a su servicio la cultura”. Prefieren

apoyarse en la cultura antes que en la represión.”179

Burckhardt sostiene que Schopenhauer resolvió definitivamente la oposición

enunciada por Aristóteles entre Poesía en Historia.

“La poesía aporta más que la historia al conocimiento de lo que es la

humanidad.”180 Aristóteles había enunciado que la poesía es algo más filosófico

y más profundo que la historia.

“Cuando Aristóteles afirmaba ya que la poesía es algo más profundo y más

filosófico que la historia, expresa una verdad incontestable.

La misión de la poesía consiste en mostrar la significación del acontecer, de las

personas y cosas, que reside en las relaciones vitales ( el Lebenserfassung, de

176 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 78.177 Idem, pp. 79.178 Idem, pp. 80.179 Idem, pp. 81.180 Idem, pp. 82.

63

Page 64: La Historia Universal en La Mirada De

Dilthey). Los tipos de visión poética del mundo preparan los de la metafísica o

facilitan su influencia sobre la sociedad entera.

También para Burckhardt, el poder de la poesía es más elevado y influencia es

superior a la “historia”.”181

“La razón de esto está en que la capacidad a que responde la poesía es de por

sí mucho más alta que la del mejor historiador, del mismo modo que la

influencia que aquélla está llamada a tener supera también con mucho a la que

está llamada a tener la historia.

Además, la historia tiene en la poseía una de sus fuentes más importantes y

una de las más puras y más hermosas.”182

La poesía ofrece una invalorable ayuda para el conocimiento de la humanidad.

“La historia tiene que agradecerle a la poesía, en primer lugar, el conocimiento

de lo que es la humanidad en general y, en segundo lugar, los ricos elementos

que le da para poder comprender las épocas y las naciones. La poesía es,

para el historiador, la imagen de lo que en cada momento hay de eterno en los

pueblos, visto en todos sus aspectos; imagen que es no pocas veces lo único

que se conserva y lo que en mejor estado llega a nosotros.”183

“La poesía fué, durante largo tiempo -sea en forma de lirismo colectivo al

servicio de las religiones, sea en forma de arte de sociedad o de heraldo de las

victorias agonísticas (como en Píndaro), o bien, en fin, como expresión de la

gran nobleza cosmopolita en la Edad Media-, uno de los principales motores

de la dinámica histórica. Ella nos revela el espíritu de los pueblos, y su alma

objetiva se identifica con lo que Herder definía como “Stimmen der Völker in

Liedern” (La voz de los pueblos a través de los cantos). Así como la tragedia

antigua derrama oleadas de luz sobre la existencia helénica, el ciclo medieval

de Arturo y Carlomagno impulsa, a su vez, la formación y el desarrollo del

espíritu occidental.”184

La epopeya suple a toda la historia, según Burckhardt.

“Luego viene la epopeya y sus cantores. La epopeya suple a toda la historia y

a una buena parte de la revelación como manifestación de vida nacional y

testimonio de primer rango de la necesidad y capacidad de un pueblo para

contemplarse y expresarse a sí mismo, típicamente. Los cantores en quienes

181 USCATESCU, G., Op. Cit. Pp. 23.182 BRCKHARDT, J., Op. Cit. Pp. 82.183 Idem, Idem184 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 24.

64

Page 65: La Historia Universal en La Mirada De

vive en el más alto grado esta capacidad, son grandes hombres.

El valor de la epopeya cambia radicalmente a partir del momento en que la

época empieza a ser literaria, en que la poesía se convierte en un género

literario y en que lo que antes era recitación popular se torna lección de

cátedra.”185

El arte termino convirtiéndose en un lujo “…surge un arte profano, en parte

secular-monumental, puesto al servicio del poder y parte también al servicio de

la riqueza. Se forman géneros especiales y secundarios, como el retrato, la

pintura costumbrista y el paisaje, para dar gusto a las fortunas y los clientes; y

el arte se convierte también aquí en expresión de emociones y estímulo para

ellas.”186

“Burckhardt, discípulo de Schopenhauer en la teoría del arte, considera que,

en la actitud estética, el hombre se libera de la servidumbre de la voluntad.

Pero mientras la intuición objetiva es metafísica en Schopenhauer, en

Burckhardt es histórica. Para Burckhardt -observa Cassirer-, “los puros

mundos de formas en que se sume, se alzan con plena claridad plástica, con

una presencia directa y como sustraída al tiempo, pero, a la vez, percibe en

ellos un movimiento interior, una cierta metamorfosis.” Para él, la suprema

misión de la historia de la cultura es captar e indagar este “devenir en el ser”,

este cambio plástico del mundo de formas del arte, de la poesía, del lenguaje,

de la mitología, de la religión. Esta misión, según lo declara al comienzo en sus

Reflexiones sobre la Historia del Mundo, no la puede cumplir la filosofía, pero

sí la historia:…”187

185 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 83, 84.186 Idem, pp. 94.187 DUJOVNE, L., Op. Cit. Pp. 22.

65

Page 66: La Historia Universal en La Mirada De

CAPITULO 4

LAS SEIS CONDICIONALIDADES.

El estudio de estas seis condicionalidades no solo carece de valor sistemático,

sino que a su vez es dudoso desde el punto de vista lógico, afirma Burckhardt.

Pero se trata de una formulación teórica que puede brindar réditos importantes

a la hora de realizar observaciones históricas.

“…este planteamiento brinda una envoltura muy adecuada para una serie de

observaciones histórica del más distinto rango y de todos los tiempos,

observaciones sobre la cuales tiene cierto interés pararse a reflexionar y que

no tendrían cabida con otro planteamiento.”188

“Jamás ha existido nada que no se hallase condicionado o fuese puramente

condicionante; lo condicionante o lo condicionado predomina simultáneamente

según el aspecto que se destaque; trátase siempre de un simple a potiori, de lo

que predomine en cada caso.”189

Uscatescu opina sobre este punto, lo siguiente:

“Reduciendo la historia universal a una mecánica que él mismo califica de

“arbitraria” y un tanto “ilusoria, Burckhardt examina, a través de una serie de

observaciones de sumo interés, el juego de las influencias recíprocas de los

tres factores de la “civilización”. También es esta ocasión rechaza todo

sistema, ya que el carácter dominante de los conceptos históricos es “la fluidez

y la falta de sistema”, y discrimina, en el proceso de las interferencias

históricas, seis “condiciones” de los fenómenos, es decir: influencia del Estado

sobre la cultura, de la cultura sobre el Estado, de la religión sobre la cultura, de

la cultura sobre la religión, de la religión sobre el Estado y del Estado sobre la

religión.”190

188 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 95.189 Idem, pp. 96.190 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 24, 25.

66

Page 67: La Historia Universal en La Mirada De

CULTURA Y ESTADO

“Allí donde nos encontramos con una cultura completa hasta manifestarse en

una vida urbana refinada el estado es siempre, en estos períodos primitivos, la

parte, con mucho, más fuerte, sin que entremos a prejuzgar si es también la

más antigua.

A favor del estado habla tal vez el indicio claro de que surgió como producto de

esfuerzos formidables, a través de miles de años de forcejeos y de luchas

terribles, y no como una cristalización evidente por sí misma, y espontánea. La

religión viene a vigorizarlo con el nimbo de un derecho sagrado y le confiere un

imperio verdaderamente incondicional. Todo el saber y todo el pensamiento,

toda la fuerza física y todo el esplendor se ponen al servicio de este doble

poder. Las mayores inteligencias

-sacerdotes, caldeos, magos- rodean el trono.”191

El predominio del Estado se expresa en el modo de paralizar y enjuiciar a la

Cultura.

“La clara característica del predominio del estado sobre la cultura la tenemos

en el modo unilateral de enjuiciar y paralizar ésta.”192

Nos encontramos frente al problema del comercio cerrado, este tiene su origen

en lo siguiente:

“La cultura de por sí tiende siempre a comunicarse y a compensarse, pero el

estado civilizado costó tantos esfuerzos y sacrificios hasta conseguir que las

cosas se encauzasen un poco, que de fuera sólo se temían perturbaciones y

no se esperaba nada bueno.”193

Burckhardt realiza un recorrido histórico estudiando el surgimiento de la

individualidad. Analiza el nacimiento del régimen de castas donde observa una

fuerte negación de lo individual.

“De esta fuerte negación de lo individual brota luego, tal vez, una cultura

parcial relativamente alta, que si bien puede tener su razón de ser en el

aspecto técnico, en la perfección heredada de las habilidades externas

(aunque también las artes textiles, la carpintería, la fabricación del vidrio, etc.,

permanecen completamente estacionarias), en el aspecto espiritual trae

191 BURCKHARDT, J., Op. Cit. Pp. 97, 98.192 Idem, pp. 98.193 Idem, Idem.

67

Page 68: La Historia Universal en La Mirada De

consigo al menos el estancamiento, la limitación, la oscuridad hacia fuera. Este

sistema rompe con la libertad del individuo, la cual no consiste precisamente

en el capricho de hacer lo que a cada cual se le antoja, sino en inexistencia de

barreras para el conocimiento y la comunicación y en el libre impulso para la

creación, que es precisamente lo que aquí se entorpece.

Paralelamente con esto tenemos el hecho de que las dos castas superiores,

en un principio, tendían a estancar violentamente el arte y la ciencia superiores

en Egipto declarándolas sagradas del modo más dudoso.”194 “El estado, con su

derecho sagrado, encuadraba de este modo el saber y el arte permitidos

dentro de un sistema y ponía lo más esencial al servicio de una determinada

casta, aunque el arte seguía ciertamente sirviendo a los que mandaban por

todos los medios y con el mayor entusiasmo.”195

En contraste con este despotismo, cuyos ejemplos son; Egipto, Asiria,

Babilonia, Persia, etc., se alza la polis.

“En ella se impone lo vario y lo múltiple, lo cambiante, lo que se conoce, se

compara y se describe a sí mismo, sin que existan libros sagrados en que se

estatuye la doctrina del estado y la cultura. Las ocupaciones, por lo menos,

son aquí independientes del nacimiento de los hombres, las ocupaciones

puramente técnicas se desdeñan como algo banal, pero en cambio, se honra

la agricultura y casi siempre también el comercio.”196

“Sin embargo, la cultura veíase determinada y dominada en alto grado por el

estado, en lo positivo y en lo negativo, desde el momento en que aquél exigía

ante todo de todo individuo que fuese un ciudadano. Todo el mundo tenía la

sensación de que la polis vivía en él. Sin embargo, esta omnipotencia de la

polis difiere sustancialmente de omnipotencia del estado moderno. Esta sólo

exige que nadie escape materialmente de ella; aquélla en cambio pretendía

que todos la sirviese positivamente, razón por la cual se mezclaba en muchas

cosas que hoy quedan encomendadas al individuo.”197

Esparta aparece como un caso al margen.

“El estado griego revela una especial violencia en lo tocante al

desencadenamiento de lo individual, así en cuanto al amor como cuanto al

odio. Esto imprime un impulso formidable a la cultura. Todo rompimiento es

194 Idem, pp. 99, 100195 Idem, pp. 100.196 Idem, pp. 100, 101.197 Idem, pp. 101.

68

Page 69: La Historia Universal en La Mirada De

espantoso y conduce no pocas veces a crueles luchas de facción encaminadas

al exterminio del adversario y a la eliminación de capas enteras de población,

sobre todo las de más alta cultura. Sin embargo, el esplendor de la fama y de

la cultura acaba eclipsándolo todo.”198

El estado griego coloca en tensión todas las fuerzas del individuo

desencadenado, y esto genera en todas partes que la producción más

elevada.

“En general puede afirmarse que la cultura condicionada por los deberes del

ciudadano era en todo caso más propicia a la capacidad (a una capacidad

infinita y muy intensiva) que al saber basado en un acopio sereno de

elementos. Para el desarrollo de éste vinieron luego los tiempos despóticos

bajo los diadocos, con su estancamiento de la vida política y su ocio, en los

que Polibio (refiriéndose principalmente a la geografía) podía decir: “Ahora que

los hombres de acción se ven libres de las ambiciosas tareas de la política y la

guerra, tienen un acicate para dedicarse a los trabajos científicos.”*”199

Según Burckhardt, Roma salvó las culturas del mundo antiguo.

“…llega a dominar con el tiempo el mundo entero, y no por medio de la forma

de estado (bastante lamentable, por cierto, en los cien años anteriores a

César), sino por medio del espíritu del estado, por aquel prejuicio avasallador

que llevaba al individuo a sentirse parte de un imperio universal.”200

Luego agrega Burckhardt que: “Sin la monarquía universal romana no hubiera

sido posible asegurar la continuidad de la cultura.”201

Existe una tendencia que se extiende desde Nerón a Carlomagno de aspirar

constantemente a la unidad, cada vez con el reintegro de las partes a un

nuevo todo.

“Entre tanto ha ido creciendo la iglesia y Roma es proclamada desde las

catacumbas, en un sentido nuevo, como señora del mundo.”202

La actitud del Imperio Romano ante la cultura fue “simplemente, un dejar

hacer.”

“De este modo, bajo un régimen de tolerancia casi general, fué posible

compensar las culturas y las religiones en los vastos territorios del Imperio. El

198 Idem, Idem.199 Idem, pp. 102. - Donde cita * Polybio III, 59 y XII, 28.200 Idem, pp. 102, 103.201 Idem, pp. 103.202 Idem, pp. 103, 104.

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Page 70: La Historia Universal en La Mirada De

Imperio romano no empezó a desarrollar una acción destructora sobre la

cultura hasta el siglo IV, con su pernicioso sistema financiero de hacer

responsables a los possessores de los impuestos de su localidad.”203

Los nuevos estados bárbaros retardan nuevamente la cultura.

“Pero el nuevo estado retardó no obstante la cultura

-principalmente con la creación de nuevas castas-, lo que no siempre

representa una desgracia. Una de estas castas, el clero, era una casta

heredada; la otra, la nobleza que surgía de las mesnadas, era una casta

nueva.”204

Ambas castas tienen su cultura aparte. “…y junto a ellas, va abriéndose paso

con el mayor esfuerzo el que ha ser el factor fundamental de la nueva cultura:

el régimen de las ciudades, que desde la ruina del Imperio romano vuelve a

representar todas las ramas de cultura y que desde el siglo XII arrebata a los

jerarcas incluso el arte, pues las grandes obras de la baja Edad Media fueron

creadas ya por artistas burgueses. En Italia la ciencia no tarda tampoco en

emanciparse de la iglesia. Ya así surge la época en que toda una serie de

pequeños estados sueltos, las comunas, representan, la cultura en todos sus

aspectos, mientras el mundo cultural específico de la nobleza y el clero va en

descenso y las cortes se reducen a ser el centro de reunión de la nobleza.”205

Este desmembramiento de pequeños reinos, trajo consigo el feudalismo, en

opinión de Burckhardt.

“Era el modo más inseguro y torpe que cabía concebir para obtener rentas de

cualquier clase de capital, tributos de cualquier concesión, una desmembración

y derivación del poder que a nuestro siglo embriagado de autoridad se le tiene

que antojar una necesidad y un infortunio, un sistema incompatible con las

funciones de gobernar tal y como se entienden hoy. Sin embargo, cuando un

régimen no tiene significación alguna respecto a la cultura de su tiempo no

suele durar mucho y el régimen feudal tuvo una larga duración. Los hombres

de la época desarrollan sobre el régimen de la época sus virtudes y sus vicios;

la personalidad podía manifestarse libremente, dar pruebas de su buena

voluntad, y en esto residía su pathos. Claro está que, en las ciudades, la

degeneración del feudalismo oponía trabas terribles a la cultura; sin embargo,

203 Idem, pp. 104, 105.204 Idem, pp. 105.205 Idem, pp. 105, 106.

70

Page 71: La Historia Universal en La Mirada De

era la propia cultura y no el estado, esencialmente, quien se imponía trabas

bajo la forma de corporaciones.”206

Para Burckhardt el estado moderno surge con Federico II Hohenstaufen y su

Imperio del Sur de Italia.

“Hasta que con el emperador Federico II y su Imperio del sur de Italia surge el

estado moderno, centralizado, basado en las prácticas tiránicas de los

normandos y en los precedentes mahometanos, con una hegemonía tremenda

también sobre la cultura, principalmente por medio de los monopolios

comerciales que se reserva -baste recordar el comercio privilegiado del propio

Federico con todos los países del Mediterráneo-. Este tipo de estado se

inmiscuye en todos los asuntos privados,…”207

Burckhardt es lapidario con el Hohenstaufen.

“Pero el gran crimen es el bloque anticultural del sur de Italia para aislarlo del

occidente. No, no es posible abrigar ninguna simpatía liberal por aquel gran

Hohenstaufe.”208

Sin embargo, “El tipo más temprano y más acabado de estado moderno con

un poder coactivo más alto y fuertemente ejercido, que se extiende a casi

todas las ramas de la cultura, es el estado de Luis XIV y de sus imitadores.”209

“Pasan muchos siglos hasta que, con Luis XIV, surge el primer modelo

acabado de Estado moderno, cuya característica predominante consiste en el

ejercicio del máximun de poder coercitivo sobre la cultura. Esta situación

perdurará hasta el siglo XIX, cuando la cultura intenta tomar a su servicio al

Estado, y entonces se producirá el fenómeno denominado “la crisis del

Estado”. El Estado moderno tipo Luis XIV merece, en sus relaciones con la

cultura todos los ataques del liberal profesor de Basilea, y el hecho de que bajo

él surgió la que el espíritu francés considera como su Siglo de Oro, no parece

conmoverle en lo mas mínimo.”210

Este tipo de Estado nace de la alianza de la monarquía francesa con el

derecho romano, y las ideas del renacimiento El tipo de Estado de Luis XIV se

extiende, entre otras causas por la propia seguridad de sus imitadores.

“…el Siglo de las Luces y la revolución vinieron a infundirle un contenido

206 Idem, pp. 106.207 Idem, pp. 106, 107.208 Idem, pp. 107.209 Idem, pp. 108.210 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 25, 26.

71

Page 72: La Historia Universal en La Mirada De

totalmente nuevo, dejando de llamarse Luis para pasar a llamarse república.”211

En lo que hace al comercio y la producción Luis XIV abusa del sistema Colbert

para explotar mejor.

“Residuos de aquellos manejos son todavía hoy las industrias amparadas por

aranceles protectores; en apariencia, el estado procede así para favorecer la

industria, pero en realidad trata de favorecerse a sí mismo.

Por estos derroteros, el estado fué habituándose a una política exterior

basada en la violencia, a la existencia de grandes ejércitos permanentes y de

otros costosos medios coactivos de diversas clases, en una palabra, a una

vida aparte completamente desligada de su verdadera misión superior. El

estado se convirtió en puro apetito y disfrute de poder, en un pseudoorganismo

“con existencia propia”.”212

Frente a las cosas del espíritu la actitud del Estado de Luis XIV fue la

siguiente: “En primer lugar, el estado instaura así (con aquello de l’etat c’est

moi) una doctrina acerca de sí mismo que contrasta con la verdad general y

que contradice tanto a la cultura como a la misma religión.

En segundo lugar, las exclusiones y los estímulos manejan sistemáticamente;

las primeras se llevan hasta la persecución de ciertas clases de elementos

cultos o, si no se les persigue, se entorpece su libertad de movimientos.

Por su parte, el espíritu se pliega complacientemente al poder político. Lo que

éste no ordena se hace voluntariamente para complacerle y congraciarle con

él. En este punto, no sería inoportuno decir algunas palabras sobre el valor y la

futilidad de todas las academias.”213

Las artes y la filosofía son puestas al servicio del Estado.

“La literatura e incluso la filosofía, dedicadas a glorificar el estado, se hacen

lucrativas, y lo mismo el arte monumental; sólo crean lo que puede ser grato a

la corte. El espíritu, en todas sus manifestaciones, busca una remuneración y

se adapta a lo “existente”.* Junto a esta producción espiritual remunerada, sólo

entre los exiliados o entre los que se dedican a divertir al pueblo vulgar se

mantiene una producción libre.

Al mismo tiempo, las cortes se convierten en modelo de toda la sociedad; el

gusto cortesano es el que decide en todo.”214

211 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 109.212 Idem, Idem.213 Idem., pp. 110.214 Idem, Idem, * el autor en nota al pie refiere lo siguiente: “En los tiempos

72

Page 73: La Historia Universal en La Mirada De

Se extiende la enseñanza de todo tipo, en establecimientos propios, no

tolerando el Estado competencia, salvo la de la Iglesia cuando se ve obligado a

ello.

“En términos generales, puede afirmarse que el estado, en épocas de

decadencia, puede ser el heredero forzoso protector obligado de

manifestaciones relacionadas con la cultura y que sin él morirían;…”215

Este régimen acaba matando toda iniciativa. Finalmente Burckhardt realiza

afirmaciones que asombran por su actualidad. “Pero fundamentalmente todas

las naciones aspiran (aparentemente o en realidad) al poder. La existencia de

los pequeños estados se aborrece hoy como una vergüenza heredada de

tiempos anteriores; los individuos activos no gustan de trabajar para este tipo

de estado; todo el mundo quiere formar parte de algo grande y con ello da a

entender claramente que el poder es lo primordial y la cultura, a lo sumo, un fin

completamente secundario. Se pretende, sobre todo, que la voluntad colectiva

se imponga hacia el exterior, en contra de otros pueblos.

Esto explica, principalmente, lo vano que es todo esfuerzo de

descentralización, todo lo que sea limitación voluntaria del poder en beneficio

de la vida local y de la cultura. A todo el mundo le parece poco cuando tienda a

fortalecer la voluntad central.”216

El poder hace infeliz a quién lo ejerce y a quién lo sufre.

“Ahora bien, el poder de por sí es malo, cualquiera que lo ejerza. No es

obstinación, sino avidez; es, por tanto, eo ipso, irrealizable e infortunado de por

sí y destinado a hacer infelices a otros.

Por este camino se cae infaliblemente en manos de dinastías o de “grandes

hombres”, etc., ambicioso y ávidos de sostenerse; es decir, en manos de

aquellas fuerzas más despreocupadas del desarrollo y florecimiento de la

cultura. Pero tal vez la voluntad de poder y la voluntad de cultura no sean más

que instrumentos ciegos de un tercer factor, todavía ignorado.”217

“Esta aversión esencial que Burckhardt demuestra hacia los períodos de

intromisión del Estado en el desarrollo de la cultura, aversión en perfecta

consonancia con el espíritu del liberalismo individualista, tropieza mucho con

los datos de la realidad histórica. Efectivamente, los períodos de mayor

modernos el lugar de los reyes lo ocupan también los editores y el público.”215 Idem, pp. 111.216 Idem, pp. 112.217 Idem, pp. 112, 113.

73

Page 74: La Historia Universal en La Mirada De

“intervención” del Estado organizado en los asuntos de la cultura no coinciden,

ni mucho menos con una disminución en el florecimiento de los valores del

espíritu. Nadie puede negar que durante la “tiranía” ejercitada sobre los

productos de la cultura por parte de la Iglesia y la nobleza en el período de la

Edad Media, las creaciones espirituales alcanzaron las más puras esferas de

su autenticidad y organicidad.

Las relaciones que interceden entre el estado y la cultura, en su función de

factores históricos, no son relaciones mecánicas como pretende Burkchardt,

aunque, a veces, esta realidad no parece escaparle del todo,…”218

CULTURA Y RELIGIÓN

Para Burckhardt la religión es una premisa de toda cultura.

“Las religiones pueden exhibir grandes títulos de maternidad sobre las

culturas; más aún, la religión es una premisa de toda cultura merecedora de

este nombre y puede incluso coincidir en absoluto con la única cultura

existente.

Es cierto que ambas manifestaciones, la religión y la cultura responden a dos

necesidades esencialmente distintas, la una a la necesidad metafísica, la otra

a la del espíritu material. Pero en realidad la una arrastra a la otra y la pone a

su servicio.

Una religión poderosa penetra en todas las manifestaciones de la vida y matiza

todas las reacciones del espíritu y todos los elementos de la cultura.”219

Aunque con el tiempo la verdadera esencia de la religión puede verse ahogada

por las ideas y las imágenes surgidas desde la cultura.

“Toda religión, si se la mantuviese en su pureza absoluta, pondría totalmente a

su servicio el estado y la cultura; es decir, los convertiría en avanzadas de sí

misma y transformaría radicalmente toda la sociedad a imagen de ella.”220

De este modo la fe se convierte en tradición y se esclerosa, ya no facilitaría la

cultura.

“Pero puede además ocurrir que sea el contenido de la religión, su doctrina, lo

que ponga duras y severas trabas a la cultura, incluso a una cultura muy 218 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 26.219 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 113.220 Idem, Idem.

74

Page 75: La Historia Universal en La Mirada De

elevada.

Ante todo, la preocupación por el más allá puede eclipsar completamente la

vida terrenal. En los umbrales de la historia nos encontramos ya con la religión

sepulcral de los egipcios, que imponía a éstos tan grandes sacrificios para sus

sepulcros. Ya al final de la antigüedad vemos cómo la turbia vida contemplativa

y el ascetismo puede llevar al hombre a aborrecer el mundo en que vive.

Fué así como el cristianismo comenzó no sólo a penetrar en la cultura romana,

sino a desplazarla y sustituirla.”221

La Iglesia desplaza toda literatura que le sea ajena, los círculos de ideas

profanos son aplastados, la discusión del dogma es tarea importante incluso

para el pueblo.

“La fusión de iglesia y de estado se realiza en el islam, el cual domina,

condiciona y tiñe sustancialmente toda la cultura. Su sistema de estado tiene

un carácter uniforme e inevitablemente despótico: la plenitud de poder

eclesiástico-secular teocrática, que el gran califato transfiere como algo

evidente a todas las dinastías. […] El islam, religión tan tremendamente breve,

más bien perjudicó que favoreció a la cultura, en lo fundamental, con su

sequedad y su sencillez ajena a todo consuelo, y aún sigue siendo perjudicial

hoy en este sentido, porque incapacita totalmente a los pueblos respectivos a

abrazar otra cultura.”222

Tanto la literatura como las artes plásticas sufren la influencia perjudicial de la

religión, solo la arquitectura logra desarrollarse.

“Las menos entorpecedoras para la cultura fueron las dos religiones clásicas,

como religiones que eran sin jerarquía, sin textos sagrados y sin la

preocupación exagerada por el más allá.”223

El mundo griego de la religión era en realidad una divinización de la cultura y

no su petrificación. Los romanos divinizaron todo lo terrenal.

“Entre los antiguos la religión oponía muy poca resistencia al desarrollo ulterior

del mundo de las ideas; allí donde la poesía soltaba al hombre como

educadora podía hacerse cargo de él la filosofía y conducirlo al monoteísmo, al

ateísmo o al panteísmo.”224

En cuanto a las artes cualquiera sea su origen, en su juventud estuvieron

221 Idem, pp. 114.222 Idem, pp. 115.223 Idem, pp. 118.224 Idem, pp. 119.

75

Page 76: La Historia Universal en La Mirada De

ligadas a la religión. Fueron la religión y el culto los que potenciaron sus

máximas capacidades, e imbuyeron a las artes de la conciencia de la

existencia de leyes superiores, obligando al artista a tener y preocuparse por el

estilo.

“Los déspotas procuraron luego utilizar también para sus fines el arte nacido al

servicio de los sacerdotes. Sin embargo, el arte con el tiempo no sólo se

sostiene a una determinada altura, sino que se mantiene fijo por arriba; es

decir, su desarrollo ulterior se paraliza momentáneamente mediante un

estancamiento hierático y lo ya conseguido con un esfuerzo enorme se

considera como sagrado, como nos lo enseñan, al comienzo y al final del

mundo de la cultura antigua, Egipto y Bizancio.”225

Los griegos rompieron esas barreras incluso al servicio del culto. La primera

de las artes que logra desprenderse del culto fue la poesía.

“La necesidad de una poesía profana se acentúa tanto más cuanto que todas

las noticias que aspiran a conservarse y transmitirse tienden a revestir una

forma poética.

Luego va separándose de la religión, allí donde ésta no se mantiene como

dueña y señora por medio de un derecho sagrado, un campo tras otro del

conocimiento, hasta que por último surge una ciencia completamente

profana.”226

Luego tocaría el turno a las artes plásticas.

“La religión brinda a la arquitectura su misión, más alta y a la escultura y la

pintura un círculo de ideas reconocido y comprensible en todas partes, una

ocupación difundida homogéneamente a través de grandes países."227

“Finalmente, la religión brinda a ala música un círculo incomparable de

sentimientos; es cierto que las obras creadas por la música sobre esta base

pueden luego sobrevivir por mucho tiempo a la misma religión que ha

contribuido a determinarlas.”228

225 Idem, pp. 120.226 Idem, pp. 122.227 Idem, Idem.228 Idem, pp. 123.

76

Page 77: La Historia Universal en La Mirada De

ESTADO Y RELIGIÓN

“… es indudable que la religión tuvo que contribuir poderosamente a las

fundaciones de los estados -tras terribles crisis, probablemente-, influyendo

desde entonces constantemente en toda la marcha de la vida de los estados.

Este entrelazamiento explica el origen de un derecho sagrado, estatuido por

los sacerdotes, con el cual se tendía a dar al estado la mayor estabilidad

posible; por este camino defendía simultáneamente, en un principio, los

intereses de gobernantes y sacerdotes.

El lado negativo de esto, aun suponiendo que este poder duplicado no incitase

de por sí a un doble abuso, era el entorpecimiento de todo lo individual.”229

“Fecunda es la contribución de las religiones para el desarrollo de la cultura y

el Estado. A veces nos enfrentamos con el caso de que ellas coinciden con la

única cultura existente, mientras a la base de los primeros Estados está

siempre un derecho sagrado, consolidado por los sacerdotes. Una religión

fuerte penetra en todas las formas de la vida, se comunica a todos los

movimientos del alma y a todos los elementos de la cultura.”230

Todo lo que procura romper con lo existente es considerado sacrílego y era

castigado con terribles penas y torturas. Como se puede ver todo desarrollo es

impedido.

“El lado positivo del asunto está en que en épocas en que se refrena lo

individual el poder del estado y el poder sacerdotal pueden llegar a crear

realmente cosas grandes, pueden alcanzarse grandes fines y acumularse

mucho saber, bien que toda la nación puede encontrar en esto su expresión,

su pathos y su orgullo frente a otros pueblos. Los pueblos con su derecho

sagrado han existido realmente para algo y han dejado tras sí una huella

poderosa;…”231

En los Estado templarios y oraculares de Asia Menor la religión es lo básico y

lo imperante.

“Raras veces existen en ellos ciudadanos; en la mayoría de los casos

funcionan a base de esclavos de los templos, procedentes unas veces de

donaciones y otras veces de tribus puestas al servicio del dios como resultado

229 Idem, pp. 123.230 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 26, 27.231 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 124.

77

Page 78: La Historia Universal en La Mirada De

de guerras sagradas o de otro modo.”232

Las teocracias más importantes desde el punto de vista histórico son las que

responden a las religiones monoteístas, fundadas, reveladas y creadas por

una reacción. Tal es el caso por ejemplo de la religión judía, zenda,

brahamánica.

El Islam “…que mataba el sentimiento patriótico y plasmaba sobre la religión

una mísera forma de estado y de derecho sobre la que sus pueblos no eran

capaces de remontarse. El estado carece aquí de todo interés como imagen

política; el despotismo carente de toda garantía hacia arriba y hacia abajo se

comprende casi por sí mismo en el califato y también, por una operación falta

de toda lógica, en las formas derivadas de él.”233

Burckhardt, sugiere la pregunta de hasta que punto el Islam representa esta

forma de Estado.

“Su orgullo consiste en ser precisamente el islam, y contra esta religión, la más

simple de todas, nada puede ni siquiera su propia gente: al malo se le pueden

negar los sacramentos; su fatalismo le permite salvar muchos obstáculos; todo

el mundo se halla habituado a la violencia y a la corrupción.”234

“…únicamente el Islam llega a fundir los tres factores en una unidad

aplastante, hecho harto pernicioso para el desarrollo de la cultura, que no

puede lograr, en estas circunstancias, una totalidad espiritual.”235

El mundo griego y romano representa la antítesis del sistema Religión y de

Estado del Oriente.

“Aquí la religión se halla esencialmente condicionada por el estado y por la

cultura; las religiones griegas y romanas son religiones estatales y culturales, y

sus dioses, dioses de estado y de cultura, y no se convierte al estado en un

dios, razón por la cual ni en Grecia ni en Roma existen jerarquías.”236

“En el mundo griego y romano, contrariamente a lo que ocurre en los Estados

teocráticos del Cercano Oriente y en el mundo islámico (donde hay una

compenetración absoluta entre la religión y el Estado), son el Estado y la

cultural los que condicionan las religiones, que son religiones de Estado y

religiones de cultura. En el Imperio cristiano, la religión toma, en cambio, un

232 Idem, pp. 125.233 Idem, pp. 128.234 Idem, pp. 129.235 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 27.236 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 130.

78

Page 79: La Historia Universal en La Mirada De

fuerte ascendiente sobre el Estado. Por esto, desde la aparición el Imperio

cristiano hasta la Edad Moderna, en toda política y toda guerra o manifestación

estatal domina una fuerte influencia de las ideas metafísicas.”237

Esta situación cambió radicalmente con el Imperio Cristiano.

“…en la época siguiente de los emperadores cristianos y en la época bizantina

la cultura se hallaba condicionada por la religión; pronto lo estuvo también, casi

en la misma medida, el estado, y desde entonces, hasta llegar a los tiempos

modernos, nos encontramos con injerencia de lo metafísico en el campo de la

política, en las guerras, etc., injerencia que se destaca de algún modo y en

algún punto; donde no actúa como causa fundamental contribuye, por lo

menos, a la decisión o se desliza a posteriori (como ocurre, por ejemplo, en la

gran guerra actual).238

El bizantinismo se desarrolla de modo análogo y en permanente contacto con

el Islam. La base de todo el poder y del modo de actuar de las jerarquías se

encuentran en la doctrina del más allá.

“…los términos de la condicionalidad cambian: hasta el conflicto de los

iconoclastas impera en lo sustancial la iglesia, la cual sólo reconoce y enjuicia

al imperio según su sumisión a sus fines; los autores, por su parte, enjuician a

los emperadores ateniéndose exclusivamente a la medida en que estimulan a

la iglesia ortodoxa. […] A base de esto, la iglesia garantiza al imperio la

obediencia de los pueblos y la dicha sobre la tierra. Desde Constantino, todos

los emperadores se ven obligados a cooperar en la teología.

Este estado de cosas se mantiene hasta que, por fin, León Isáurico se encarga

de teologizar por su cuenta. Tal vez ya en él y, desde luego en Kroprónimos y

sus sucesores, se abre paso la idea política oculta de empuñar de nuevo el

timón y ganar terreno frente al clero y los monjes. En conjunto, el imperio

vuelve a ser la parte determinante, y lo es claramente en la época de los

Macedonios y los Comnenos.”239

En los estados germánicos asistimos a un intento de control por parte de la

religión a través del arrianismo.

“Pero este intento fracasa a lo largo del tiempo en todas partes; la iglesia

ortodoxa se impone y logra para sí una posición política de mando, razón por

237 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 27.238 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 130. 239 Idem, pp. 131.

79

Page 80: La Historia Universal en La Mirada De

la cual en lo sucesivo ya no necesitaremos distinguir entre la iglesia y su

estructura jerárquica; trátase únicamente de saber cuál es esta iglesia en cada

momento.

Es cierto que en el occidente se evita felizmente la identificación de la religión

con el estado; se crea una gran corporación poseedora y extraordinariamente

peculiar, que participa del poder supremo del estado y de la vida jurídica y se

halla dotada de soberanía en algunos aspectos.”240

A veces la Iglesia decae fuertemente, en esas circunstancia viene en su

auxilio, (y particularmente en auxilio del papado, -la institución rectora-), los

poderes seculares. Tal es el caso de Otón el Grande, Enrique III y Carlomagno.

“El estado feudal sólo tiene una existencia fragmentaria. En cambio, ella, la

iglesia, además de representar un fragmento de ese estado en lo que se

refiere a los bienes y los derechos, representa una fuerza superior a las

monarquías, pues es al mismo tiempo la parte y el todo.

La iglesia se levanta con su unidad y su espíritu frente a la multiplicidad y a la

endeble organización de los estados.”241

En el siglo XII comienza a sufrir las consecuencias de haberse convertido en

un reino de este mundo. Frente a ella surgen diversas doctrinas. El Estado

obligado por la Iglesia facilita su brazo secular. Sale vencedora con Inocencia

III. Actúa como una potencia triunfante y despiadada. Por otro lado la Iglesia

mantiene estrechos vínculos con la nobleza a la que debe ceder sus puestos

altamente dotados.

“En rigor, todo esto no lo poseía la iglesia para sí y sus fines eclesiásticos más

que en una pequeña parte; las más de sus riquezas iban a parar a manos de

los poderosos que se habían ido infiltrando en ella.

La contradicción entre la iglesia y la religión a la que debía corresponder venía

existiendo, pues, de largo tiempo atrás. Por fin, la iglesia aparece también en

evidente contradicción con los conceptos del estado y las fuerzas de la cultura,

entre los cuales se mueve. De aquí los acuerdos a que llega de vez en cuando

con el estado y que representan de hecho otras tantas cesiones parciales,

como, por ejemplo, el concordato de Francisco I. Hasta que la Reforma cierra

el camino a estos acuerdos con diversos estados.”242

240 Idem, pp. 132.241 Idem, pp. 133.242 Idem, pp. 135.

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Page 81: La Historia Universal en La Mirada De

Desde la Reforma, la Iglesia vuelve a ser fuertemente dogmática, “…pero la

iglesia de la Contrarreforma conservará el carácter reaccionario más

claramente todavía que la iglesia del Inocencio III.”243

Burckhardt dice: “Aunque la iglesia aborrece en general todo estado, siente

preferencia por aquellos que son los más propicios y los más capaces para sus

fines de persecución. Y debe acomodarse al estado moderno lo mismo que en

otro tiempo se acomodaba al estado feudal.”244

Las Iglesias protestantes de Alemania y de Suiza, al igual que las de Suecia y

Dinamarca, fueron desde sus orígenes Iglesias de Estado.

“Después de una vinculación tan estrecha y de un régimen tan múltiple de

interdependencia entre la religión y el estado, el problema de nuestro tiempo

es la separación del estado y la iglesia. Es una consecuencia lógica de

tolerancia, es decir, de la inevitable indiferencia de hecho del estado, unida a la

doctrina cada vez más fuerte de la igualdad de derechos de todos.”245

El Estado sufrió cambios, que no le permiten seguir uniendo su destino a la

Iglesia. En primer lugar; el Estado engloba a ciudadanos de diversas

confesiones debiendo garantizar a todos los mismos derechos.

“En segundo lugar, por lo que se refiere a la población, la religión va cediendo

el puesto a la cultura (en el más amplio sentido de la palabra) cuando se trata

de saber quién ha de condicionar el estado. Es la cultura la que hoy traza al

estado, en general, su programa.

Con el tiempo, las iglesias abandonan sus relaciones con el estado tan de

buen grado como éste sus relaciones con ella.”246

ESTADO Y CULTURA

“En el nacimiento del estado cooperaron factores momentáneos muy distintos,

algunos de ellos muy violentos; nada más falso, por tanto, que presentar el

estado como obra o producto de la cultura del pueblo respectivo en aquellos

tiempos.”247

243 Idem, Idem.244 Idem, pp. 135, 136.245 Idem, pp. 137.246 Idem, pp. 138.247 Idem, pp. 139.

81

Page 82: La Historia Universal en La Mirada De

Los primeros estados que examinamos son las ciudades fenicias. Se trata de

estados que nacen presididos por una intención cultural. Ya hemos visto como

en las Polis griegas el Estado impera sobre la Cultura.

“…en las colonias la cultura (el comercio, la industria, la libre filosofía, etc.) fué,

desde el primer momento, el factor dominante; más aún, que estas colonias se

crearon en parte para esto, sustrayéndose al severo derecho constitucional

vigente en la metrópoli.”248

Atenas sobrevive como potencia espiritual.

“Es inmenso el conocimiento histórico que irradia de esta ciudad.” Toda la

cultura pasa por este centro. “Finalmente, el arte griego, más independiente tal

vez de Atenas que cualquier otra manifestación de esencia griega, debe, sin

embargo, lo más grande a Fidias y a otros y encontró en Atenas su centro más

importante de intercambio.

Hay que destacar aquí la importancia que tiene siempre un centro de

intercambio espiritual reconocido, siempre y cuando que se trate de un centro

libre.”249

Uscatescu comenta; “Páginas emocionantes dedica Burckhardt al período en

que en Atenas la vida del Estado fué dominada, de una manera decisiva, por el

factor “cultura”.”250

Los intentos de crear centros de naturaleza análoga en la Edad Media

adolecían de falta de libertad. Sí bien no iban dirigidos a la totalidad del

espíritu, fueron poderosos y notables. En cuanto a lo moderno va a refugiarse,

a las cortes y a las residencias reales.

“La Florencia del Renacimiento es la única ciudad que puede parangonarse

con Atenas.”251

“Cerrado el ciclo de Atenas, pasará mucho tiempo hasta que la “civilización”

viva un fenómeno parecido. Sólo Florencia podrá competir con Atenas. El

Estado romano fué superior a la cultura romana en todas sus fases. Por eso se

identificó con el “imperialismo”, es decir, con la “civilización” pura, en el sentido

spengleriano (“símbolo de las postrimerías”).”252

“La verdadera acción que ejerce un centro libre de intercambio espiritual es la

248 Idem, pp. 141.249 Idem, pp. 142, 143.250 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 28.251 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 145.252 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 28.

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Page 83: La Historia Universal en La Mirada De

claridad de toda expresión y la seguridad de lo que se persigue, la eliminación

de lo arbitrario y lo milagroso, la obtención de una pauta y de un estilo, la

acción mutua de las artes y de las ciencias entre sí. Cuando se examinan las

producciones espirituales de todos los tiempos, se percibe con toda claridad si

surgieron o no bajo esta clase de influencias. La huella superficial de ellas es lo

convencional, la huella más noble lo clásico. Y el lado positivo y el negativo

aparecen entrecruzándose constantemente.”253

En los individuos hay una enorme ambición por destacarse.

“Las crisis producidas al final de la guerra del Peloponeso traen un fuerte

descenso de esta ambición dentro del campo político y el viraje hacia las

especialidades, sobre todo aquellas que ya no guardan relación alguna con el

estado. Ahora Atenas podría surtir a medio mundo de gente en todas las ramas

especiales del saber, la ciencia y el arte siguen viviendo dentro de sus muros,

pero su democracia se convierte en palenque de una serie de mediocridades

oficiales.”254

En Roma en cambio el Estado fue siempre superior a la cultura.

Luego vendrán los Estados bárbaros, siempre provisionales y de rápida

decadencia.

“En conjunto, es la iglesia la que hereda el poder que va perdiendo el estado;

sin embargo, en realidad el poder salta hecho añicos, se deshace en toscos y

confusos fragmentos de poder.”255

Será Carlomagno quién erige una monarquía universal. La monarquía

carolingia representa para Burckhardt, un breve verano en medio de la

barbarie más terrible. Luego de la decadencia del Imperio de Carlomagno se

produce un nuevo período de barbarie. El régimen feudal parece representar

un obstáculo para la cultura.

“Todo el poder aparecía desintegrado en fragmentos y cada uno de los

fragmentos de lo que hasta allí había sido el poder del estado se hallaba bajo

la fuerte influencia de su cultura parcial, por donde ésta puede ser considerada

casi como la parte determinante; cada casta: los caballeros, los sacerdotes y

los burgueses, se halla fuertemente condicionada por esta cultura propia; y

esto puede aplicarse en el más alto grado a la sociedad caballeresca, que vive

253 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 145.254 Idem, pp. 147.255 Idem, pp. 150.

83

Page 84: La Historia Universal en La Mirada De

puramente como una cultura sociable.

Aunque lo individual se halla todavía vinculado, no lo está dentro de la órbita

espiritual de la casta a que pertenece donde la personalidad puede

manifestarse libremente y desarrollar su buena voluntad, razón por la cual

existía realmente mucha libertad y una auténtica libertad. Existía una riqueza

infinita, si no todavía de individualidades, sí de las formas matizadas de

vida.”256

Solo la Iglesia conserva su carácter de irracionalidad.

“Por otra parte, el estado, manteniéndose con la mayor independencia posible

al margen de todas estas corrientes, afirma su poder como un poder heredado

y que tiende a acrecentarse en la medida de lo posible. Siempre que puede,

convierte en algo puramente aparente la legitimidad de las fuerzas de abajo.

Ha habido y hay todavía dinastías, burocracias y militarismos firmemente

decididos a darse ellos mismos un programa y a no permitir que se lo dicten

otros.

Todo esto conduce a la gran crisis del concepto del estado en que hoy

vivimos.”257

La reflexión pone todo en cuestión, quiere que el Estado cambie

constantemente de forma siguiendo sus deseos. Exige para el Estado un

poder coactivo cada vez más extenso y mayor, busca dominar al individuo,

para colocarle al servicio del interés general.

“Se trata, pues, como se ve, de que el estado sea por una parte la realización y

la expresión de las ideas culturales de cada partido y de que, por otra parte, no

sea sino el ropaje visible de la vida civil de un organismo omnipotente sólo ad

hoc.”258

“…el sentido del lucro, que es la fuerza motriz de la cultura actual, postula,

atendiendo en rigor a las necesidades del tráfico, el estado universal, aunque

frente a esta tendencia se alza, ciertamente, el fuerte contrapeso que

representan las peculiaridades de los distintos pueblos y su sentido del

poder.”259

Parece querer borrarse las fronteras entre las funciones del Estado y las de la

Sociedad.

256 Idem, pp. 152.257 Idem, pp. 155.258 Idem, pp. 156.259 Idem, pp. 156, 157.

84

Page 85: La Historia Universal en La Mirada De

“Ya no se quiere confiar a la sociedad ni las cosas fundamentales y más

importantes, porque se quiere lo imposible y se cree que sólo la coacción del

estado puede garantizar su consecución.”260

Surgirá luego el Estado Moderno, Centralizado, que reina sobre la cultura y la

condiciona.

“…un estado que es adorado como un dios y que gobierne como un sultán.”261

“Y cuando la revolución vino a cambiar el nombre de este estado omnipotente,

que dejó de llamarse Luis, para pasar a llamarse república, lo único que no

cambió en medio de tanta mudanza fué este concepto tradicional del

estado.”262

“El Estado moderno, a su vez condiciona soberanamente a la cultura, mientras

después de la Revolución francesa se produce lo que se llama la “crisis de la

noción de Estado”.”263

Desde el comienzo del S. XVIII y especialmente desde 1815 avanza de modo

acelerado la crisis de la cultura moderna.

“El estado se halla bajo el formidable imperio de la reflexión, de la abstracción

filosófica: aparece la idea de la soberanía del pueblo, seguida muy pronto por

la era de la industria y del comercio, y estos intereses van adquiriendo poco a

poco el rango de factores determinantes de alcance universal.

Al principio, el estado coactivo intentó salir adelante con su sistema

mercantilista. Luego vino una economía política divida (sic) en diferentes

escuelas y sectas, llegando incluso a preconizar como ideal el librecambio; a

partir de 1815 fueron viniendo a tierra poco a poco las barreras que se oponían

a todas las actividades, el régimen gremial, las industrias obligatorias, etc.; la

propiedad territorial se movilizó en todos los aspectos y quedó disponible para

la industria; Inglaterra, con su comercio mundial y su industria, se convirtió en

el modelo general.”264

Se produce la difusión de la Revolución Industrial, la extensión del régimen

colonial y la facilidad del crédito. Analizando estos hechos podría pensarse que

el Estado queda reducido a un papel de policía, y esa es la intención.

260 Idem, pp. 157.261 Idem, pp. 153.262 Idem, Idem.263 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 28, 29.264 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 154.

85

Page 86: La Historia Universal en La Mirada De

RELIGIÓN Y ESTADO

“Entre las religiones condicionas por el estado se cuentan, ante todo, las dos

religiones clásicas.”265

El mundo de griegos y romanos era un mundo laico, no sabían que era un

sacerdote.

“…tenían ceremonias permanentes, pero no tenían ninguna ley ni una

revelación escrita que colocase la religión por encima del estado y de las otras

manifestaciones de la vida.”266

Burckhardt afirma que: “Si los griegos y los romanos hubiesen tenido

sacerdotes y una teología, no habrían llegado a crear, indudablemente, un

estado como el suyo, tan perfecto y basado en las necesidades y en las

relaciones humanas.”267

“Respecto a la influencia del Estado sobre la religión, ésa es típica en la

antigüedad griega y romana. Con el advenimiento del cristianismo se produce

una contaminación del sistema de la Iglesia por el Estado, cuya consecuencia

fué una “superestimación” de la idea de unidad.”268

En el Oriente los Estados de derecho sagrado se hallan fuertemente

condicionados por la religión. El cristianismo superó su prueba de fuego frente

al Estado.

“El cristianismo es, en realidad, martirio, y su doctrina una doctrina para

mártires; es tal vez, después del budismo, la menos adecuada de todas las

religiones para hallarse vinculada al estado. A ello se opone su misma

universalidad.”269

Los cristianos del S. II y III eran hombres antiguos que vivían sus épocas. Ellos

en tanto Iglesia se vieron fascinados por el Estado, lo que les motivo a

estructurarse a imagen y semejanza de ese Estado. Organizaron su

comunidad sobre bases jerárquicas igual que el Estado Romano.

“El cristianismo era, pues, ya en la época de las persecuciones , una especie

de religión unitaria del imperio, y al cambiar las tornas con Constantino la

comunidad se sintió de pronto tan poderosa que casi habría podido asimilar al

265 Idem, pp. 158.266 Idem, Idem.267 Idem, pp. 159.268 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 29.269 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 160.

86

Page 87: La Historia Universal en La Mirada De

estado. Ahora el cristianismo se convierte por menos en una iglesia de estado

poderosísima, y a través de toda la emigración de los pueblos y hasta muy

dentro del período bizantino y en el Occidente a lo largo de toda la Edad Media

la religión es, como hemos visto…[…] …,lo determinante.”270

Ese contacto con lo terrenal y particularmente con el Estado repercute

fuertemente en la Iglesia.

“Con la reforma, que coincide con la época en que avanza ya a pasos

agigantados el moderno estado-poder, se produce una gran cambio general

por ambas partes.

En los grandes estados del Occidente, con excepción de Inglaterra, la

Contrarreforma sella la “alianza entre el trono y el altar”; es decir, la iglesia,

para afirmarse, vuelve a necesitar, en el más amplio de los sentidos, del

brachium saeculare. A partir de entonces existe una estrecha complejidad

entre ambas potencias;…”271

En tiempos modernos, el vínculo entre Iglesia y Estado es cada vez más

desigual y peligroso para ambos.

“Mientras que los principios pueden ser eternos, los intereses son siempre

mudables, y el vínculo entre el estado y la iglesia va dejando de ser cada vez

más un vínculo basado en principios para convertirse de hecho en un vínculo

cimentado sobre intereses, intereses de los que nunca se sabe por cuánto

tiempo van a coincidir. Y, por muy conservadora que pueda aparecer la iglesia,

el estado, a la larga, no ve en ella una apoyo, sino un estorbo.”272

“La iglesia protestante de estado, nacida de por sí bajo el empuje del siglo XVI,

padeció amargamente desde el primer momento y con harta frecuencia

después de su dependencia del estado.”273

“Frente al principio de la autoridad y de la legitimidad representadas por la

Iglesia de Roma, Burckhardt coloca el espíritu protestante, propicio a la

constitución de las iglesias de Estado y fundado en la “tolerancia” y en la

doctrina de la “igualdad jurídica” del hombre. Le falta en este sentido a

Burckhardt la perspectiva suficiente para ver en aquel espíritu de “tolerancia” y

de “igualdad jurídica” el origen de todo proceso disgregador surgido en el

270 Idem, pp. 160, 161.271 Idem, pp. 162, 163.272 Idem, pp. 163.273 Idem, pp. 166.

87

Page 88: La Historia Universal en La Mirada De

mundo occidental.”274

RELIGIÓN Y CULTURA

La “condicionalidad” de la religión por parte de la cultura apareja dos

fenómenos distintos.

“En primer lugar, la religión puede nacer, en parte, de la glorificación de la

cultura. En segundo lugar, puede ocurrir que una religión ya existente cambie

esencialmente o tome un matiz distinto bajo la acción de las culturas de

distintos pueblos y tiempos; más aún, con el tiempo vemos cómo surge del

seno de la cultura una crítica de la religión.”275

La divinización de la naturaleza va seguida por la divinización de la cultura.

“En las religiones clásicas y en mayor o menor medida en casi todos lo

politeísmos -pues en casi todas partes existen divinidades de la guerra y de la

agricultura- encontramos al lado de la divinización de la naturaleza y de las

fuerzas astrales, de un modo muy ingenuo, la divinización de ciertas ramas de

la cultura.”276

Lo mismo ocurre con el politeísmo germánico.

“En realidad, ninguna religión ha sido nunca en absoluto independiente de la

cultura de su pueblo y de su tiempo. Sobre todo, cuando la religión impera de

un modo soberano con ayuda de documentos sagrados concebidos al pie de la

letra y cuando todo en apariencia se rige por ella, cuando la religión se

“entreteje con todas las manifestaciones de la vida”, ésta tiene que repercutir

del modo más infalible sobre ella y entretejerse con ella. Con el tiempo, la

religión no se beneficia nada, sino que, por el contrario, corre grandes peligros

con esta estrecha vinculación con la cultura, no obstante, toda religión

procederá así mientras sea una religión realmente vital.”277

“En el mundo clásico cada nuevo pensamiento encuentra en seguida su

divinización poética, hasta que la filosofía, flor suprema de la cultura, llega, con

su espíritu crítico, a minar los fundamentos de la religión.”278

La Historia de la religión católica nos muestra como va sufriendo una serie de

274 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 27, 28.275 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 167, 168.276 Idem, pp. 168.277 Idem, pp. 170.278 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 29.

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Page 89: La Historia Universal en La Mirada De

cambios en la medida en que ingresan a ella sucesivos pueblos, celtas,

germanos, griegos, romanos, etc.

“El hombre no es, ni mucho menos, tan libre que puede abstraerse de la

cultura de su tiempo y de su clase en beneficio de una “revelación”. Y la

coacción engendra la hipocresía y la intranquilidad de la conciencia..

El cristianismo de la época apostólica es el que menos contacto tiene con la

cultura; esta religión se halla dominada, en efecto, por la fe en el retorno del

Señor, fe que mantiene esencialmente unida a la comunidad. El fin del mundo

y la eternidad llaman a la puerta, la renunciación al mundo y a sus placeres es

cosa fácil, el régimen comunista algo casi evidente e incontrovertible, dadas la

sobriedad y la penuria reinantes, situación muy distinta a la que se produce

cuando tiene que luchar contra el espíritu de lucro.”279

Posteriormente la idea de resurrección es sustituida por la idea del más allá.

“Bajo el imperio pagano, la idea ya pálida de la resurrección es sustituida por la

idea del más allá y la del Juicio final, pero la cultura griega penetra por todas

partes en la religión, y con ella un abigarrado orientalismo. Las herejías y las

religiones gnósticas accesorias habrían llegado a dar al traste con todo aquello

si les hubiese dejado entendérselas con ello en paz; lo más probable es que

fuesen las persecuciones la que hicieron posible la supervivencia de una

concepción fundamental dominante.”280

Con la identificación entre Estado e Iglesia se produce un cambio total.

“La iglesia se convierte en una institución análoga al imperio y a su unidad y

superior a él, y los jerarcas de la iglesia pasan a ser los personajes más

poderosos, en cuyas manos se hallan enormes dotaciones y la beneficencia de

todo el imperio. Ahora triunfan la dialéctica griega en el juego de los conceptos

de la trinidad y el dogmatismo oriental en la destrucción de quienes piensan de

otro modo, cosas ambas que no habrían podido tener cabida en el mundo

clásico, pues las persecuciones de cristianos del imperio pagano no iban

dirigidas tampoco contra la mentalidad de los fieles del cristianismo.”281

El ingreso de grandes masas a la iglesia hace que el culto suplante a la

religión. Con la derrota de la herejía arriana, el episcopado ortodoxo se va

embruteciendo y secularizando. La escritura se restringe a una corporación

279 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 170.280 Idem, pp. 170, 171.281 Idem, pp. 171.

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Page 90: La Historia Universal en La Mirada De

que tiñe la tradición con su visión.

“Aquí se revela en realidad la influencia de la incultura; los benedictinos son los

únicos que saben manejar y manejan la pluma y mantienen en pie (aunque

amenazados también constantemente por el peligro de la secularización a

causa de sus grandes riquezas), hasta cierto punto, la cultura latina. El punto

de vista dominante, que antes había sido eclesiástico en general, pasa a ser

ahora el conventual; la cultura se encierra en los conventos, mezclada con

algo del mundo solamente como añadidura; todo lo que llega a nosotros de la

época es lo que linda con los muros de los conventos y se halla e contacto con

los frailes,…”282

La fantasía popular y la vida monacal tiene muy poco en común, y lo

intercambian en la puerta de los conventos.

“…las historias pasan a segundo plano, al lado de las cosas locales, las

leyendas y los anales; amenaza con llegar una época en que desaparezca la

visión de conjunto del mundo y de la historia universal.”283

La más absoluta sumisión de la cultura a la religión que haya existido ocurrió

en el S. XI.

“Las tendencias muy respetables de los conventos de benedictinos, tendencias

habían ido surgiendo poco a poco, son desplazadas por el fanatismo

cluniacense. Este sube al solio pontificio con Gregorio VII y dirige desde allí

sus postulados al mundo.”284

“…la idea de las Cruzadas representaba ya un ideal mixto eclesiástico-secular.

El siglo XI realiza este ideal…”285

En el siglo XII se produce una rápida reacción.

“Luego viene el cristianismo de los siglos XIII a XV, en que la iglesia aparece

como la reacción triunfante, más aún como una policía. La Edad Media vuelve

a consolidarse artificiosamente; la jerarquía, acostumbrada a los medios más

extremos, se ve invadida en su mayor parte por terratenientes nobles y

canonistas; la ciencia está representada por la escolástica, puesta por entero

al servicio de la iglesia en manos de las órdenes mendicantes.

Pero la religión popular atraviesa en esta época por un período de transición

extraordinariamente interesante; se entreteje del modo más apretado con la

282 Idem, pp. 172.283 Idem, Idem.284 Idem, pp. 173.285 Idem, Idem.

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Page 91: La Historia Universal en La Mirada De

cultura popular de la época, sin que pueda decirse cuál de las dos condiciona

a la otra. Sella una alianza con toda la vida exterior e interior del hombre, con

todas sus capacidades espirituales y anímicas, en vez de declararse en

discordia con ellas.”286

Pese a tantos abusos, exacciones, bulas, etc., la religión de ese tiempo tenía

una gran ventaja; daba ocupación a las más elevadas capacidades del

hombre, en especial a su fantasía.

“Por eso, mientras la jerarquía atraía sobre sí, a temporadas, un odio

tremendo, la religión era verdaderamente popular y asequible a las masas, que

vivían dentro de ella y tenían en ella su cultura.”287

En resumen “En la historia del cristianismo, la “cultura” tiene un verdadero

ascendiente sobre la religión, y la dialéctica griega triunfa al crear el concepto

de trinidad, y el dogmatismo oriental prevalece al suprimir las interpretaciones

individuales. Después durante largo tiempo, la religión es la única cultura de

las masas.”288

El cristianismo de la Reforma torna la salvación un proceso interior.

“La religión ahora se “purifica”, es decir, se limpia de todas aquellas prácticas

externas y aquellos deberes en que se veían restos del culto antiguo; se

pretende que no tenga ya nada que ver con la poderosa capacidad del

hombre, con la fantasía, considerara como una potencia pecaminosa y secular,

fuente de errores y extravíos; que se “refugie en el interior” del hombre. Esto

requería tiempo y cultura, es decir, impopularidad, a menos que se impusiera

con carácter general por medio de la violencia.”289

La Contrarreforma impuso la restauración violenta de las relaciones con la

fantasía popular. La imposición al estilo antiguo de una religión eternamente

valedera, se realizó en una situación muy distinta. En pueblos que buscan

desarrollarse y en medio de una época de gran fermentación cultural. Esa

cultura se vio obligada a acatar dos ortodoxias; una católica y una protestante.

“La cultura, avasallada y repudiada e un doble modo (como fantasía = arte y

ordenación de vida y como cultura), se refugió en un estado de rebelión latente

hasta que en la literatura del siglo XVIII estalla abiertamente la aversión de los

espíritus contra la iglesia católica como una pura negación y contra la iglesia

286 Idem, pp. 174.287 Idem, pp. 175.288 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 29.289 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 176.

91

Page 92: La Historia Universal en La Mirada De

protestante como la disolución de la religión en la razón general, como su

viraje hacia el racionalismo y la humanidad y también como un sentimiento de

religiosidad individual, según el estado de ánimo y la fantasía de cada cual.”290

El protestantismo también debió realizar concesiones. La cultura y el

cristianismo establecen una relación basada en lo siguiente:

“En primer lugar, la cultura en forma de filosofía e investigación demuestra al

cristianismo sus orígenes humanos y su condicionalidad; adopta ante los

textos sagrados la misma actitud que ante los demás.”291

En segundo lugar, se produce el intento de la moral de separarse de la religión,

y avanzar por su cuenta.

“Las religiones, en estos tiempos, gustan de apoyarse en las morales como

hijas supuestas suyas; pero contra esto se alza teóricamente la doctrina de

una moral independientemente del cristianismo y basada exclusivamente en la

voz interior de la conciencia, y, prácticamente, el hecho de que, en general, el

cumplimiento de los deberes del hombre depende hoy muchísimo más del

sentimiento del honor y del sentimiento específico del deber en sentido estrito

(sic) que de la religión.”292

Finalmente; y en tercer lugar, “… la vida secular y sus intereses, sin hablar de

esa especie de optimismo que creen en la posibilidad de implantar sobre la

tierra un estado de cosas ideal, son hoy más fuertes que todo. El poderoso

movimiento secular y terrenal y el poderoso trabajo de todos los grados,

incluyendo la libre actividad espiritual, que no deja ya margen material de

tiempo para dedicarse a la contemplación, guarda una desproporción grande

con el dogma de la Reforma,…[…] …por grande que sea la religiosidad del

hombre de hoy, éste no quiere renunciar a las ventajas ni a los beneficios de la

cultura moderna, y con ello aporta al mismo tiempo una prueba de los cambios

por los que están pasando las concepciones del más allá.”293

“Con la Reforma, la “cultura” intenta un proceso de evasión continuado por la

Revolución francesa. Las consecuencias de este proceso coinciden con la

suplantación de la religión por una moral filantrópica, justamente combatida por

auténticos representantes del espíritu occidental.”294

290 Idem, pp. 176, 177.291 Idem, pp. 177.292 Idem, pp. 177, 178.293 Idem, pp. 178, 179.294 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 29.

92

Page 93: La Historia Universal en La Mirada De

Arte y poesía “…contribuyeron desde muy antiguo en alto grado a la expresión

de lo religioso. Sin embargo, la expresión artística y poética exterioriza y

profana en cierto modo lo expresado.”295

“El arte, sobre todo, es un traidor: primero, porque delata el contenido de la

religión, es decir, arrebata al hombre la capacidad para la devoción profunda y

presta a ésta ojos y oídos, sustituye los sentimientos por figuras y episodios y

sólo exalta aquéllos momentáneamente; segundo, porque el arte lleva implícita

una alta e independiente peculiaridad por medio de la cual sólo sella pactos

temporales y rescindibles con lo que existe en la tierra.”296

La religión advierte esta libertad, e intenta entonces, llevar adelante la

restauración de un estilo caduco y ya superado.

“El reverso de esto son las épocas en que el arte contribuye a determinar el

contenido de la religión. Homero y Fidias crean los dioses de los griegos, en la

Edad Media son las imágenes, sobre todo las de la Pasión, las que suscitan la

devoción y las que, en parte, prescriben las oraciones; el drama griego,

religioso y solemne, expone coram populu los problemas más importantes; los

dramas católicos de la edad Media y los autos sacramentales entregan

crudamente a la fantasía popular los sucesos y acontecimientos más sagrado,

sin miedo alguno a la profanación.”297

Esta apelación a la importancia de la Iglesia en la Historia “…no impide

manifestar a Burckhardt una desconfianza muy grande por todas las iglesias,

tanto la católica como la protestante, por todo el clero, por todo sacerdocio, por

toda forma de religión organizada.”298

295 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 180.296 Idem, Idem.297 idem, pp. 181.298 CANTIMORI, D., Op. Cit., pp. 107.

93

Page 94: La Historia Universal en La Mirada De

CAPITULO 5

LA TEORÍA DE LAS TORMENTAS.

Burckhardt describió las influencias y entrecruzamientos de las grandes

potencias mundiales, (el Estado, la Cultura y la Religión), entre sí y unos sobre

otros. Estos son procesos graduales y duraderos. Existen otros procesos

acelerados.

“Estos procesos muestran una enorme diferencia y al mismo tiempo una

sorprendente semejanza en muchos de sus rasgos, basada en lo general

humano.”299

Para Burckhardt, “Las crisis hacer brotar indudablemente lo grande, pero

puede ocurrir que sea lo último.”300

“La crisis histórica consiste, por tanto en que a un mundo o sistema de

convicciones sucede “un estado vital en que el hombre se queda sin aquellas

convicciones, por tanto, sin mundo”. Se llega a un estado de “alteración”, de

falsificación y de suplantación de la vida. Se está en convicciones negativa.”301

Un antecedente a esta teoría lo encontramos en Hegel cuando se refiere al

desarrollo necesario del espíritu universal, tal como señala Uscatescu.302

Burckhardt demuestra en estas páginas su profundo prejuicio racial y su visión

europeísta. Sobre los mongoles señala que “…eran (cuando no englobaron a

los turcos) una raza distinta y espiritualmente inferior, como lo demuestra su

supremo producto cultural propio: la China.

También los pueblos de raza superior como los caucásicos pueden, por sus

dotes nómadas y guerreras asociadas a una religión especial, verse

condenados a un estado permanente de barbarie,…”303

Señala también la brutal barbarie que representa el Islam. La salvación cuando

299 Idem, pp. 183.300 Idem, pp. 184.301 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 30.302 Idem, pp. 30.303 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 184.

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Page 95: La Historia Universal en La Mirada De

se produce este choque de razas “…sólo puede estar en el connubio entre

ambos pueblos, y para que exista un connubio salvador ha de tratarse, por lo

menos, de pueblos de la misma raza, si no se quiere que la raza más inferior

de ambas vuelva a imponerse con el tiempo. Y aun así presentarán las cosas,

al principio, todo el aspecto de un estado de decadencia.”304

“Resumen: hay una barbarie sana en la que las cualidades superiores

dormitan latentes, pero hay también barbaries puramente negativas y

destructoras.”305

“El pensamiento actual ha hecho, sin duda alguna, un descubrimiento de

capital importancia, a saber, que el hombre es, ante todo, un ser histórico o,

para estar de acuerdo con el leguaje tradicional, un “animal” histórico. Todas

las anteriores consideraciones sobre su carácter “social”, sobre el valor del

“homo oeconomicus”, del “homo ludens”, del “homo faber”, etcétera, palidecen

bajo la luz deslumbradora de esta singular realidad. Se ha llegado a la

conclusión de que el hombre, en vez de naturaleza, tiene historia; de que las

leyes de la naturaleza no son sus leyes; de que sus rasgos fundamentales son

la variación, la “insubstancialidad”. Que lo propio de la Historia es el

dinamismo, la mudanza, el cambio, la peregrinación.”306

“La historia comienza cuando los hombres empiezan a pensar en el transcurso

del tiempo, no en función de procesos naturales –ciclo de las estaciones, lapso

de la vida humana-, sino en función de una serie de acontecimientos

específicos en que los hombres se hallan comprometidos conscientemente y

en los que conscientemente pueden influir.”307

Burckhardt aborda el problema de las crisis históricas.

“No llega a formular una verdadera y propia teoría de las crisis, pero las

presenta como fenómeno típico del devenir histórico, y sus observaciones

tiene mucho de común con las teorías actuales fundadas en criterios

filosóficos.

Dentro del fenómeno de las crisis históricas, Burckhardt estudia, ante todo, las

primeras migraciones de los pueblos, las invasiones -con consecuencias

304 Idem, pp. 185.305 Idem, Idem.306 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 29, 30.307 CAR, Edward H., ¿Qué es la historia?, Barcelona, Ed. Planeta-De Agostini s.a., 1985.pp. 182.

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Page 96: La Historia Universal en La Mirada De

positivas o destructoras- y la guerra.”308

LAS GUERRAS

Las guerras son una crisis de los pueblos, y son un factor necesario hacia un

desarrollo superior. Si bien en el plano del individuo la agresión es castigada

por ilícita. En cambio entre pueblos la agresión es considerada lícita e

inevitable.

“Realmente, un pueblo sólo adquiere la conciencia de su plena fuerza nacional

contrastándola en la lucha con otros pueblos,…”309

Burckhardt concluye que la guerra es necesaria.

“La conclusión a que nosotros llegamos es: el hombre es hombre en la paz

como en la guerra; la miseria de lo terrenal es inseparable de él en ambas

situaciones. En general, reinan muchas ilusiones ópticas en favor de los

partidos y los individuos con cuyo interés coincide de algún modo el nuestro.

Una larga paz no sólo produce un estado de abatimiento nervioso, sino que

permite que surjan toda una multitud de deplorables y angustiosas existencias

forzadas que sin ella no habrían surgido y que ahora se aferran como pueden

a la vida clamando a grandes gritos por el “derecho”, quitando el sitio a las

fuerzas verdaderas, enrareciendo el aire envileciendo además, en conjunto, la

sangre de la nación. Hasta que la guerra pone a las verdaderas fuerzas en el

lugar que les corresponde y reduce, por lo menos, al silencio a esas

existencias miserables.”310

Una guerra justa, honrosa y por la existencia de la nación lleva aparejada la

paz del futuro.

“Además, la guerra, que no es sino la supeditación de toda la vida y la riqueza

a una sola finalidad momentánea, presenta una superioridad moral enorme

sobre el egoísmo descarnado y violento del individuo: desarrolla las fuerzas al

servicio de lo colectivo, de la más elevada colectividad, y dentro de una

disciplina que al mismo tiempo fomenta la virtud heroica más alta; más aún,

sólo ella brinda al hombre el grandiosos espectáculo de la supeditación a lo

colectivo.”311

308 Idem, pp. 30, 31.309 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 186.310 Idem, pp. 187.311 Idem, pp. 188.

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Page 97: La Historia Universal en La Mirada De

“Declara que la guerra puede constituir un momento de plenitud (la guerra es

“madre de todas las cosas”, […] según la expresión de Heráclito); que es la

única que permite a los hombres el espectáculo grandioso de la subordinación

de todos a la comunidad. Desarrolla una verdadera teoría de la ecumenicidad

a través de un proceso de violencia.”312

En las guerras de su tiempo solo ve la preparación de la gran crisis futura.

“Pero a las guerras modernas y a la insurrección en estado permanente.

Burckhardt las despoja del valor de fenómenos de crisis. Por tanto, para él,

como en general para la filosofía actual (el existencialismo y el vitalismo), la

“crisis” no significa exclusivamente, ruptura irremediable y dispersión espiritual,

sino también catarsis, renovación, rejuvenecimiento.”313

“Finalmente, no es necesario ni mucho menos -como decíamos atrás en lo

referente a las invasiones- pronosticar en toda destrucción, cualquiera que ella

sea, un proceso futuro de rejuvenecimiento.”314

También es cierto que las defensas más justas resultan a veces estériles.

“El hablar de un plan universal, superior, etc., es un pobre consuelo. Todo acto

de violencia que prospera es, por lo menos, un escándalo, es decir, un mal

ejemplo; la única enseñanza que puede sacarse de los desafueros de los más

fuertes, cuando logran éxito, es la de que no se dé a la vida de la tierra mayor

estimación de la que merece.”315

Seguramente en la antigüedad surgieron levantamientos de clases y castas

pero su conocimiento es insuficiente. Luego tenemos las crisis de los estados

griegos, estas sí más conocidas. Las crisis recorren el ciclo monarquía,

aristocracia, tiranía, democracia y despotismo. “Sin embargo, estas crisis,

aunque auténticas, son puramente locales y sólo pueden ser accidentalmente

comparadas entre sí, pues en la Hélade el proceso se desarticula en toda una

serie de procesos locales sueltos, y ni siquiera la guerra del Peloponeso ocupa

el puesto de una gran crisis nacional, que allí sólo habría podido consistir en la

transición a un gran estado.”316

Pero este fenómeno no se dio.

“En Roma pese a todas las llamadas revoluciones, se evitó siempre la

312 EUSCATESCU, G., Op. Cit., pp. 31.313 Idem, pp. 31.314 Idem, pp. 189.315 Idem, Idem.316 Idem, pp. 190.

97

Page 98: La Historia Universal en La Mirada De

verdadera, la grande y fundamental crisis, es decir, la entrada en la historia de

la dominación de las masas. Antes de que empezasen las revoluciones, Roma

era ya un imperio universal. Pero aquí el estado pasaba siempre de manos de

unos poderosos a manso de otros poderosos,…317

Las Guerras Civiles desde los Gracos, ponen en acción los ciudadanos

empobrecidos, movilizados por figuras nobles en el papel de tribunos. Las

revoluciones en las distintas provincias tienen raíces especiales y

generalmente locales. En algunos casos tiene que ver con las condiciones

sociales, en otros son explosiones de carácter religioso. Las crisis que siguen a

la muerte de Nerón y de Pertinax no son en realidad verdaderas crisis.

Burckhardt al señalar porque no se tratan de verdaderas crisis, nos está

brindando a la inversa las características de las verdaderas crisis.

“Nadie pretende cambiar la forma del Imperio, los grandes emperadores

emplean al ejército en grandes guerras; la usurpación del siglo III es

esencialmente una usurpación salvadora; se hace todo lo imaginable para que

Roma siga siendo lo que es.”318

Las verdaderas crisis son raras.”319

“Ni Grecia ni Roma conocieron a pesar de todas sus pseudasrevoluciones, la

gran crisis, profunda y radical, esto es, la subida de la masa al Poder. Estamos

muy lejos de las teorías de Toynbee sobre el poder disolvente del “proletariado

interior” y los fenómenos de “ruptura en el cuerpo social”. Respecto a Roma, la

verdadera crisis única en su género, llega con las invasiones bárbaras.”320

La verdadera crisis que sufrió Roma fue la sucesión de invasiones bárbaras.

“Este fenómeno presenta en el más alto grado el carácter de una crisis

verdadera: fusión de una fuerza material nueva con otra antigua, la cual

sobrevive, sin embargo, en una metamorfosis espiritual, transformada de

estado en iglesia.

Esta crisis no tiene paralelo en ninguna otra que haya llegado a nuestro

conocimiento y es única en su tipo.”321

Acerca de la crisis de los grandes pueblos cultos como los llama Burckhardt, él

señala lo siguiente:

317 Idem, Idem.318 Idem, pp. 192.319 Idem, pp. 192.320 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 31.321 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 193.

98

Page 99: La Historia Universal en La Mirada De

“Dado el estado enormemente complejo de la vida, en que el estado, y la

religión y la cultura aparecen alineados y yuxtapuestos en las formas más

derivadas, en que la mayoría de las cosas, tal como se presentan hoy, han

perdido la conexión justificativa con sus orígenes, unos elementos habrán

alcanzado ya desde antiguo una extensión o un poder excesivo, con tendencia

a abusar de él según la ley de todo lo terrenal, mientras que otros elementos

sufrirán una exagerada limitación.

Puede ocurrir que las fuerzas comprimidas pierdan así su elasticidad o que,

por el contrario, la aumenten, según su contextura, y que el espíritu del pueblo

en el mayor sentido de la palabra tenga la conciencia de haber estado

oprimido.”322

Entonces puede ocurrir que estalle algo que perturbe el orden existente. El

estallido puede ser sofocado, “…o que el estallido vaya seguido sin que nadie

lo espere de una crisis de todo el estado general de cosas, hasta llegar a

extenderse por toda la época y por todos o muchos de los pueblos de la misma

órbita cultural; las invasiones de fuera y hacia fuera se empalman por sí

mismas a estos fenómenos. El proceso universal adquiere súbitamente una

espantosa celeridad; desarrollos que, por lo general, requieren siglos parecen

cruzar ante nosotros como raudos fantasmas en meses y en semanas,

desapareciendo en seguida.”323

Burckhardt se pregunta sí es posible atajar las crisis. La crisis del Imperio

Romano no era posible atajarla, porque respondía a la necesidad y al empuje

de un pueblo joven y fecundo, que procuraba la posesión de territorios

situados al sur y en los que los hombres sufrían penurias. Algo similar ocurrió

con el Islam. En cambio, sí podía haberse atajado la Reforma, y mitigado

grandemente la Revolución Francesa.

“La interpretación burckhardtiana de la Historia no sabe nada de

providencialismo e inexorabilidad. Por eso distingue las crisis en evitables (la

Reforma y la Revolución francesa) e inevitables ( la caída del Imperio romano).

El clima natural de las crisis consiste en una nivelación comercial y en la

homogeneidad del pensamiento, de modo que, por lo menos en virtud de la

presión que podría realizar el primero de estos dos factores, la época actual

sería muy favorable a las crisis; tesis esta última compartida hoy, entre otros,

322 Idem, Idem.323 Idem, pp. 194.

99

Page 100: La Historia Universal en La Mirada De

por Ortega y Gasset en su famosa Rebelión de las masas.”324

Para Burckhardt las crisis se extienden del mismo modo que las semejantes

maneras de pensar.

“Una premisa aparentemente esencial de las crisis es la existencia de un

tráfico muy extenso y la difusión en grandes zonas de un modo ya semejante

de pensar acerca de distintas materias.

Pero cuando ha llegado la hora existe la verdadera materia, el contagio se

extiende con la rapidez del rayo a cientos y cientos de millas a través de las

poblaciones más diversas, que por lo demás apenas si se conocen. La nueva

recorre los aires y hay por lo menos una cosa, la que interesa, en que todos se

entienden, aunque sólo sea a base de un vago “las cosas tienen que

cambiar”.”325

Burckhardt piensa que a pesar del gran desarrollo del transporte en su época,

ésta es poco propicia para la crisis.

“Sin embargo, a pesar de la inaudita intensidad de tráfico de nuestra época

podemos afirmar que ésta es menos adecuada para las crisis, pues el mucho

leer, el mucho razonar y el mucho viajar sirve, en tiempos normales, para

embotar a la gente. Cierto es que si la crisis llegase a estallar desempeñaría

su papel en ella el ferrocarril, arma de dos filos de la que hemos de hablar más

adelante.

Las poblaciones urbanas son más asequibles a las crisis por el lado del

razonamiento y más accesibles a los demagogos; en cambio, en las

poblaciones rurales pueden las crisis ser más fecundas, según el carácter de

éstas.”326

De las crisis destaca Burckhardt, en primer lugar el lado negativo.

“La crisis, que se inicia por una cosa, se ve luego impulsada por el viento

poderoso de muchas otras cosas, sin que ninguno de los que participan en la

lucha sepa absolutamente nada de cuál será la fuerza que habrá de triunfar

definitivamente. Los individuos y las masas tienden siempre a atribuir las

causas de cuanto los oprime al último estado de cosas vigente, cuando en

realidad se trata en la mayoría de los casos de cosas inherentes como tales a

la imperfección humana.”327

324 USCATESCU, G., Op. Cit. Pp. 32.325 BURCKHARDT, J. Op. Cit., pp. 195, 196.326 Idem, pp. 196.327 Idem, pp. 197.

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Es difícil poder calibrar de antemano y con certeza, el grado, y el valor de una

crisis, “…y sobre todo su capacidad de difusión, pues lo decisivo y en estos

casos no es tanto el programa como la masa de materia inflamable

acumulada, es decir, el número y la disposición de ánimo de los que además

de sufrir se inclinan desde tiempo atrás a luchar por un cambio general. Lo

único que puede afirmarse como seguro es que la resistencia material sólo

sirve para avivar las llamas cuando se trata de verdaderas crisis, mientras que

las falsas crisis, o las crisis superficiales se paralizan al tropezar con ella, tal

vez después de un grande y estrepitoso griterío.

Cuando, al comienzo, en un momento aparentemente decisivo, la cosa se

aplaza y queda en el aire, es corriente que el partido innovador tiende a

creerse en una posición ventajosa, puesto que si el adversario hubiera querido

lo habría aplastado.”328

En estos casos depende mucho del sentido en el cual sigue trabajando la

fantasía.

“La crisis, si no quiere perder terreno, tiene que seguir dirigiéndola. E intenta

hacerlo por medio de manifestaciones exteriores, pues las simples

manifestaciones pueden ser ya de por sí pruebas de poder y deben serlo

además, por regla general; de lo que se trata es de comprobar hasta donde

puede llegarse con el poder existente.”329

Burckhardt observa que las grandes asambleas nacionales son “los palenques

oficiales de la crisis.” Pero registran dos problemas; envejecen rápido, y son

incompatibles con el verdadero poder.

“El verdadero barómetro del poder está más bien en los clubs y en las

hetairías, que pueden formarse y transformarse en cada momento con arreglo

al estado de cosas vigente y cuya característica es la falta de escrúpulos.

En la primera fase de la crisis, cuando se elimina lo que venía oprimiendo y se

persigue a sus representantes, comienza ya ese fenómeno que produce un

asombro tan necio: el de que los dirigentes iniciales del movimiento sean

desplazados y sustituídos por otros.

Unas veces, aquellos dirigentes eran órganos de fuerza distintas y pasan a

segundo plano al revelarse una fuerza única como la verdadera fuerza motriz,

328 Idem, pp. 201.329 Idem, Idem.

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aplastando o arrastrando tras de ella a las demás,…”330

En otras oportunidades esos dirigentes fueron colocados a la cabeza del

movimiento, en virtud de la fantasía propia o ajena, en medio de la confusión

en mérito a un talento particular, como por ejemplo el oratorio. Otras veces se

trata de gente “vanidosa y soberbia” que se creen los impulsores y el centro

del movimiento, cuando en realidad son simples síntomas, arrastrados por el

movimiento.

“Quién denote el más leve cansancio o no se halle ya a la altura del

movimiento cada vez más veloz es desplazado con asombrosa rapidez; el

plazo más breve puede madurar una segunda generación de gentes formadas

en el movimiento, que sólo representan como tales la crisis y su fuerza motriz

específica y esencial y que se sienten ya mucho menos vinculados al estado

de cosas anterior que las gentes de la primera tanda. En épocas como éstas

es precisamente cuando el poder admite menos interrupciones; allí donde un

hombre o un partido se desploma por el cansancio o perece surge

inmediatamente otro, que a su vez puede hallarse muy poco a la altura de su

momento y que sin embargo ve cómo en este momento todo cristaliza en torno

a él.”331

Todo poder acaba reordenándose y consolidándose.

“El hombre da por supuesto tácitamente que todo poder acabará procediendo

siempre de un modo racional, es decir, reconociendo a la larga y honrando las

condiciones generales de la existencia. Hasta la llamada anarquía va

cristalizando lo más rápidamente posible en fragmentos sueltos de poder, es

decir, representaciones por toscas que ellas sean, de lo colectivo; los

normandos, primero en el norte de Francia y luego en el sur de Italia,

empiezan actuando como bandidos, para acabar fundando rápidamente

estados sólidos.”332

A la indisciplina del primer momento sigue la obediencia que alivia la propia

responsabilidad.

“En todas las crisis nos encontramos con el fenómeno de que la indisciplina se

trueca rápidamente en obediencia, y viceversa. Y todo lo que sea plegarse y

obedecer, implica el estancamiento de la responsabilidad y del sentimiento de

330 Idem, pp. 202.331 Idem, pp. 203.332 Idem, Idem.

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mareo que ésta lleva consigo.”333

Cuando la crisis continúa su desarrollo arrastra consigo aspectos sociales, se

desencadena la miseria y la codicia. En estos casos la religión en su conjunto

toma partido, otras veces se fragmenta. De este modo las luchas adquieren su

carácter religioso.

“Y no solo esto, sino que entra también en fermentación todo el resto de la

vida, mezclándose con la crisis, en pro o en contra de ella, a través de mil

fisuras. Llega incluso a parecer como si la crisis absorbiese con ella y en ella la

capacidad de movimiento de toda una época,…”334

Otro aspecto involucrado son las llamadas fuerzas de resistencia.

“Son éstas todos las instituciones establecidas, consolidadas ya desde hace

mucho tiempo, como derecho existente, más aún como el derecho y a cuya

existencia están vinculadas de diversos modos la moral y la cultura, así como

también los individuos titulares de esas instituciones y encadenados a ellas por

derecho y por deber.

“Son, ante todo, las instituciones precedentes, convertida en derechos o

encarnando el derecho; las costumbres y la cultura; los individuos que

representan aquellas instituciones. Para Burckhardt, la “crisis”, que es

sinónimo de “revolución” (habla de “empresa verdadera, fecunda, creadora”,

como resultado de toda crisis), no tiene aquel carácter de ley cósmica, de

estadio universal, inexorable, por el que pasa todo cuerpo nacional,…”335

De aquí el carácter tan espantoso de estas luchas y el que hagan que se

desencadene el pathos por ambas partes. Cada uno de los partidos en pugna

defiende “lo más sagrado” para él, uno un deber abstracto de fidelidad y una

religión, el otro un nuevo “principio universal”.

A esto hay que añadir la indiferencia en cuanto a los medios y hasta el cambio

de armas: el reaccionario solapado se hace pasar por demócratas y el “liberal”

se entrega a todas las violencias imaginables.”336

La necesidad de triunfar a cualquier precio conduce al desprecio de los medios

a utilizar y “…conduce muy pronto a un olvido total de los principios en un

comienzo proclamados, y por este camino se llega a un terrorismo que hace

imposible toda acción legítima, fecunda y creadora, que compromete la crisis

333 idem, pp. 203.334 Idem, pp. 204.335 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 33.336 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 205.

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en su conjunto y que en sus comienzos suele valerse de esta excusa tan

conocida del peligro del exterior cuando en realidad nace de la furia

incontenible contra los enemigos en parte inaprehensibles de dentro, de la

conciencia cada vez, más clara de que se es una minoría. La marcha

ascensional de este terrorismo, se comprende sin gran dificultad, pues si

cediese se abriría inmediata la brecha para que se colase por ella la venganza

por las tropelías ya cometidas.”337

Muchas veces el terrorismo repercute sobre la misma crisis.

“La révolution dévore ses enfants; cada etapa de la crisis devora como

moderados a los representantes de la etapa inmediatamente anterior.”338

Puede ocurrir que la crisis absorba en su desarrollo a varios pueblos de la

misma órbita cultural mezclándose con pasiones comprimidas de estos

pueblos. Puede provocar en esos países reflejos particulares, cuando la crisis

en su lugar de origen este ya en una fase de estancamiento, declive a aún su

fase de reacción.

Las causas de esta situación son las siguientes:

1) “Al proceso anterior de exageración desmedida tiene necesariamente

que seguir, con arreglo a las normas corrientes de la lógica humana, un

estado de cansancio.”339

2) Las masas al comienzo muestran una gran irritabilidad luego se apartan

o se muestran indiferentes. Puede que ya hayan obtenido lo que esperaban,

o que solo hayan hecho causa común con el movimiento en forma limitada,

“…y que se haya supuesto sin fundamento alguno que se hacia causa

común con él de un modo incondicional, aparte de que a la gran masa de

los campesinos nunca se les consulta ni se les tiene en cuenta apenas.”340

3) El estallido de la crisis despierta fuerzas que permanecían latentes y

que reclaman su parte. Devoran el movimiento sin la menor preocupación

por los principios originales y por su contenido ideal.

4) “El cadalso se apodera preferentemente de quienes personifican del

modo más claro cada período de culminación de la crisis y esto hace que

sucumban los más fuertes; la llamada segunda generación presenta ya un

337 Idem, pp. 206338 Idem, pp. 207.339 Idem, pp. 208.340 Idem, pp. 208.

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Page 105: La Historia Universal en La Mirada De

carácter débil y epigónico.

5) “Los portaestandartes supervivientes del movimiento han cambiado ya

interiormente y aspiran en parte a gozar de los frutos de la lucha y en parte,

al menos a salvarse. Y aunque la causa siga en pie, cae en otras manos; y

deja de ser ya algo irresistible.”341

Luego sobreviene la desilusión. Se tolera pacientemente los gobiernos más

lamentables, y la gente acepta resignada lo que antes habría provocado

enormes convulsiones.

“Ahora se impone de un modo permanente algo muy distinto del movimiento

originario.”342

Los resultados obtenidos suelen ser verdaderamente pequeños comparados

con las grandes pasiones y esfuerzos desplegados durante la crisis. La

mayoría de las veces las crisis caen en manos de la intervención extranjera.

“La nueva riqueza tiende a considerarse a sí misma y a su conservación como

lo esencial, ante lo cual pasa a segundo plano la crisis de la que surgió. Esta

no debe avanzar ni retroceder, sino estancarse exactamente en sitio en que la

riqueza se puso a buen recaudo.”343

“En cuanto a las consecuencias de cada crisis -y esta vez el autor no puede

escapar al criterio de la inexorabilidad-, distingue la reacción (o

contrarrevolución”, según los historiadores actuales), el agotamiento, es decir,

el fracaso, la demostración implícita de que cada revolución encierra en sí una

utopía.”344

Las guerras y el militarismo desempeñan un papel importante en las crisis.

“El movimiento necesita ya de por sí de un poder exterior que encause de

algún modo las fuerzas desencadenadas de todas clases. Sin embargo, suele

temer la repercusión de esto sobre sus principios y lo da a entender, al

comienzo, mediante el terrorismo ejercido contra sus generales.”345

Cuando la crisis se precipita y desemboca en la época de depresión, “…los

antiguos medios de poder, sujetos a la vieja rutina, la policía y el ejército se

reorganizan de un modo casi espontáneo dentro de las formas antiguas. El

brazo más próximo cae infaliblemente sobre las fuerzas fatigadas, y este brazo

341 Idem, Idem.342 Idem, pp. 209.343 Idem, pp. 212.344 USCATESCU, G., Op. Cit., Pp. 34.345 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 213.

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Page 106: La Historia Universal en La Mirada De

no son precisamente las asambleas recién elegidas de actitud moderada, sino

los soldados.

Surgen así los golpes de estado; es decir, el desplazamiento de la

representación del estado considerada como constitucional y que había

quedado en pie en medio de la crisis por un poder militar, ante la actitud

entusiasta o indiferente de la nación.”346

El despotismo puede lograr una mejora material acrecentada por el recuerdo

que dejo la crisis, pero tiene consecuencias internas importantes. Se trata de

un régimen esencialmente carente de garantías, tiene un carácter personal y

propenso a los golpes de fuerza en el exterior, aunque solo sea para retardar

la disolución interna o simplemente para detener la inquietud interna. Luego

llega la hora de las restauraciones. Se trata de la restauración del partido

derrotado dentro del mismo pueblo.

“…es decir, de aquellas restauraciones políticas parciales que después de una

crisis llevan a cabo los emigrados que se reintegran a su país.

Puede ocurrir que representen de por sí una restauración de la justicia y hasta

una restauración de la totalidad de la nación hasta entonces interrumpida, pero

en la práctica son exactamente tanto más peligrosas cuanto mayor amplitud

haya tenido la crisis cuyo ciclo viene a cerrar.”347

En el momento en que se trata de restaurar los resto y principios del pasado,

hay que enfrentar una nueva generación que se formó en la crisis. Esas

nuevas existencias se basan en destrucción de lo viejo, de lo cual ya no son

culpables. Por lo que consideran la restauración de lo viejo como una

transgresión al derecho adquirido. De tanto en tanto aparece un filósofo “…con

una utopía diciéndonos cómo y de qué modo debía estar o haber estado

organizado un pueblo desde el principio para no tener que pasar por ningún

enredo democrático, por ninguna guerra del Peloponeso, por ninguna

ingerencia (sic) de Persia.”348

El ejemplo es sin duda Platón y su utopía reaccionaria. Pero la viabilidad de

tales formulas implica un sacrificio de la libertad. Más aún tampoco en esta

utopía es posible garantizar la ausencia de la revolución. En cuanto sea

posible se agitarán los estamentos comprimidos.

346 Idem, Idem.347 Idem, pp. 216.348 Idem, pp. 217.

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Page 107: La Historia Universal en La Mirada De

“Otras veces el utopista es precisamente el que viene a echar leña al fuego,

como Rousseau con su Contrato social.”349

Burckhardt manifiesta en apoyo a la crisis que la pasión es la madre de todas

las grandes cosas. Se trate de la verdadera pasión, la que busca la

construcción de algo nuevo y no la simple destrucción. Las crisis e incluso el

fanatismo pueden considerarse como un signo de vida de un pueblo, un

recurso de la naturaleza equiparable a la fiebre, dependiendo por cierto de la

edad de ese pueblo. El fanatismo es una señal de que el hombre coloca algo

por encima de su patrimonio y de su vida. Pero no se debe ser fanático con los

demás y egoísta para sí mismo. Todos los desarrollos espirituales tanto

individuales, como colectivos se producen a saltos y golpes.

“Las crisis sirven para barrer, en primer lugar, toda una serie de formas de vida

de las que la vida ha huído hace ya mucho tiempo y que de otro modo,

consagradas como están por un derecho histórico, jamás habrían podido

borrarse del mundo. Y barren también, en segundo lugar, verdaderos pseudo-

organismos que jamás han tenido derecho a la existencia y que sin embargo

con el transcurso del tiempo han conseguido arraigar en medio de las

manifestaciones generales de la vida, engendrando además, en gran parte, la

predilección por todo lo mediocre y el odio a lo extraordinario. Finalmente, las

crisis acaban con ese miedo desproporcionado a las “perturbaciones” y hacen

surgir individuos optimistas y fuertes.”350

En cuanto a la literatura y al arte las crisis guardan una relación especial,

siempre que estas no tengan un carácter puramente destructivo y opresor.

Pensadores, poetas y artistas suelen ser hombres fuertes que aman el peligro

y se sienten bien en la búsqueda e invención de cosas nuevas.

“No faltan tampoco los criterios valorativos. Burckhardt considera, por tanto,

funestas las restauraciones parciales por el restablecimiento de los partidos

vencidos, y aconseja, como dos generaciones antes de Maistre, que los

emigrados no regresen jamás a su patria después de una crisis. Tributa elogios

a la pasión creadora, como elemento fundamental de la crisis. Ve en las crisis y

sus exaltaciones fanáticas “un signo autentico de vida”, “un expediente de la

naturaleza parecido a la fiebre”, “una encrucijada de nuestro desarrollo”.351

349 Idem, pp. 218.350 Idem, pp. 218, 219.351 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 34.

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Page 108: La Historia Universal en La Mirada De

LA CRISIS DE SU TIEMPO

“Frente a las crisis antiguas se alzaba el derecho divino que en caso de triunfar

podría recurrir a los medios penales más extremos. Hoy en cambio impera el

derecho de sufragio universal, que desde el terreno de las elecciones puede

extenderse a todo, reina la igualdad civil absoluta, etc. Y de aquí será de

donde irradie en su día la gran crisis contra el genio de lucro de nuestro

tiempo.”352

Para Burckhardt la paz que surgió a partir de 1815 creó la ilusión de un

equilibrio de potencias que duraría eternamente. Muchos de los resultados de

la revolución francesa no se pudieron eliminar.

El Estado no estaba dispuesto a renunciar a uno de los resultados de la

Revolución, del terror y de Napoleón, es decir a la extensión de su poder. Ese

Estado proclama la igualdad frente a la nobleza como forma de arrancarle los

últimos puestos de poder que continuaban en sus manos, en la corte y en el

ejercito. En la Europa de 1830 se desarrolla un movimiento general de

radicalismo político, “…basado en aquella mentalidad que achacaba todos los

males al régimen político existente y a sus representantes y pretendía

encontarles remedio derivando (sic) lo que existía y construyendo de nuevo

desde los cimientos a base de ideales abstractos, ahora apoyados ya muy

fuertemente en el ejemplo de los Estados Unidos.”353

A partir de 1840 surgió en las ciudades industriales de Inglaterra y Francia,

producto de la situación existente, una serie de “…teorías socialistas y

comunistas hasta convertirse en manifestaciones sociales completas, como

reflejo y reacción inevitables del tráfico que se había desencadenado. El

régimen de libertad que de hecho existía bastaba y aun sobraba para la

difusión desembarazada de semejantes idea, de tal modo que según Renan ya

desde 1840 podía advertirse claramente el achabacanamiento.”354

Junto a la persistencia del militarismo, las dinastías y la burocracia, a la crisis

interior de los espíritus se la dejó a su suerte.

“La opinión pública, la prensa, el tráfico, que iba creciendo en proporciones

enormes, eran dondequiera la parte más fuerte y se hallaban ya de tal modo

352 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 221, 222.353 Idem, pp. 226.354 Idem, Idem.

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entretejidos con el espíritu de lucro que era ya imposible ponerles trabas sin

atentar al mismo tiempo contra éste. La industria pugnaba en todas partes por

tomar parte en el desarrollo de la industria mundial.

Al mismo tiempo, los acontecimientos de 1848 habían permitido a los

gobernantes dirigir su mirada a lo que pasaba en el interior de los pueblos.”355

La democracia, una ideología surgida a partir de variadas fuentes muy distintas

y muy diversas, pero sin duda es consecuente en un aspecto. El poder del

Estado sobre el individuo no puede ser excesivo. De esta forma borra la

diferencia entre el Estado y la Sociedad, encomendando al primero lo que la

sociedad no hará.

Burckhardt reseña luego la historia de los acontecimientos más importantes

ocurridos entre 1848 y 1873 en Europa. Afirma que la audacia política de los

pueblos es hoy un fenómeno cotidiano. Las agitaciones chocan con el espíritu

de lucro que es el que domina nuestro tiempo. Las masas van en el mismo

sentido y apoyaran cualquier régimen que les asegure tranquilidad e ingresos.

355 Idem, pp. 228.

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CAPITULO 6

EL GRAN PERSONAJE EN LA HISTORIA

“Cuando se enfrenta con el fenómeno, problemático, de la grandeza histórica

(die historische Grösse), Burckhardt abandona todo sistema científico de

interpretación. Esa vez se da cuenta de que la Historia no se puede medir con

el compás del racionalismo. Que el principio irracional, fundamento de la

Historia, llega a tener un significado ontológico. Que la Historia es, en gran

parte, un problema de destino.”356

Esta afirmación de Uscatescu, es aventurada y muy discutible, sin embargo es

cierto en lo que refiere a Burckhardt.

Señala luego Burckhardt la relatividad de los conceptos como grande o

pequeño.

“…tenemos el presentimiento de que el concepto de grandeza es un concepto

imprescindible que no podemos permitir que nos sea arrebatado; lo que ocurre

es que tendrá que seguir siendo necesariamente un concepto relativo, pues no

podemos confiar en llegar a establece un concepto absoluto.”357

Nuestro juicio y sentimientos pueden variar según la edad y nuestros

conocimientos. Pueden diferir naturalmente con respecto a los juicios de los

demás. Existe en nosotros la necesidad de sumisión y de asambleas, la

tendencia a entusiasmarnos con una impresión que consideramos grandiosa y

fantaseamos en torno a ella.

“Hay pueblos enteros que pueden tratar de justificar así su humillación, aun a

riesgo de que otros pueblos y culturas les demuestren más tarde que se

entregaron al culto de falsos dioses.”358

Tenemos la irresistible tendencia a considerar grande tanto en el pasado, como

en el presente, aquellas personas que dominan nuestra existencia específica,

sin la cual no podemos representarnos como existente. Natural es la

356 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 35.357 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 241.358 Idem, pp. 242.

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Page 111: La Historia Universal en La Mirada De

fascinación que nos provocan las imágenes de quienes han actuado en

nuestro beneficio.

“Y, a la inversa, consideramos también grandes a quienes nos infieren grandes

daños. En una palabra, tendemos a confundir la grandeza con el poder y

exagerar la importancia de nuestra propia persona.”359

Hay que agregar a esta confusión la acción de los falsarios.

“A esto hay que añadir las falsedades tantas veces comprobables e incluso las

deshonestidades de la tradición escrita por obra de escribas fascinados o

directamente corrompidos, etc., cuya misión no es otra que adular al simple

poder, haciéndolo pasar por grandeza.”360

La grandeza verdadera es un misterio.

“Burckhardt podría advertir, por tanto, como Gustave le Bon, que los grandes

acontecimientos históricos son siempre efectos visibles de cambios invisibles

en el pensamiento de los hombres excepcionales. Pero se guarda muy bien de

caer en el engaño de este último, frente al fenómeno, nada nuevo en la

Historia, de la explosión de las muchedumbres. Vive Burckhardt en pleno

positivismo, pero su positivismo no ha llegado aún a la conclusión crepuscular

de considerar la filosofía del número como la filosofía de la Historia.”361

Atribuimos el predicado “grande” guiados más por un presentimiento que por

juicios fundados en bases documentales. Esta atribución no la confieren

exclusivamente los especialistas, sino que resulta de un amplio consenso.

Tampoco la fama es decisiva en este sentido. El criterio en que se basa la

adjudicación de este predicado es, variable, desigual e inseguro. A veces se

otorga ese predicado en mérito a; cualidades morales, intelectuales. Otras

veces mediante un convencimiento documental, en virtud de un sentimiento, o

de un prejuicio. La grandeza puede describirse, pero no definirse con los

adjetivos única e insustituible.

“El grande hombre es aquel sin el que el mundo nos parecería incompleto,

pues sólo a través de él son posibles dentro de su tiempo y de su medio

determinadas realizaciones grandes, de otro modo inconcebibles; los grandes

hombres se hallan esencialmente entretejidos con la gran corriente

fundamental de las causas y los efectos. “No hay nadie insustituible”, reza el

359 Idem, Idem.360 Idem, Idem.361 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 36.

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Page 112: La Historia Universal en La Mirada De

dicho. Los pocos hombres que lo son, son precisamente los grandes

hombres.”362

Estos caracteres, únicos e insustituibles no siempre se pueden establecer

rigurosamente. Pero esta reserva no es demasiado grande. Burckhardt

describe las características de estos hombres insustituibles.

“Sólo son únicos e insustituibles aquellos hombres dotados de una energía

intelectual o moral enorme y cuya actuación se dirige a la colectividad, es decir,

a pueblos enteros o a culturas enteras y hasta la humanidad en su conjunto.

Añadiremos, sin embargo, de pasada, que también entre pueblos enteros se

da algo parecido a la grandeza y asimismo que hay grandezas parciales o

momentáneas, que se producen cuando un individuo se olvida de sí mismo y

de su existencia en gracia a la colectividad en estos momentos el individuo

parece remontarse sobre lo terrenal y sobreponerse a ello.”363

El siglo XIX posee una capacitación especial para valorar las grandezas del

pasado producto de la “…concatenación de todas nuestras literaturas, la

intensificación del tráfico, la difusión de la humanidad europea a través de

todos los mares, la extensión y la profundización de todos nuestros estudios,

han hecho que nuestra cultura se caracterice sustancialmente por poseer un

alto grado de receptibilidad universal.”364

En el siglo XIX “…los juicios históricos se hallan entregados a una gran

revisión general de todos los individuos y de todas las cosas famosas del

pasado; nosotros somos los primeros que juzgamos a los hombres partiendo

de sus antecedentes, partiendo de su época; de este modo caen por tierra las

grandezas falsas y se erigen y proclaman otras nuevas. Y nuestro derecho de

decisión, en estos juicios, no se inspira precisamente en el indiferentismo, sino

en el entusiasmo por toda las grandezas el pasado,…”365

Buckhardt sabe de la historicidad de los propios juicios históricos. “Nuestros

juicios podrán ser revisados a su vez, naturalmente, por los tiempos

venideros.”366

Ocurre que los pueblos, las culturas, las religiones, todas cosas en las que sólo

la vida colectiva representa algo y que a su vez son el productor de esta

362 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 244.363 Idem, pp. 244.364 Idem, pp. 245.365 Idem, Idem.366 idem, pp. 246.

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última. Sin embargo encuentra “su expresión imperativa” en la figura de los

grandes hombres. “El tiempo y el hombre se compensan aquí de un modo

grande y misterioso.”367

“La diversidad de las manifestaciones colectivas que culminan en los grandes

hombres o son transformadas por ellos, es grande.

Hay que considerar aparte, en primer lugar, los investigadores, los

descubridores, los artistas, los poetas, en una palabra, los representantes del

espíritu. Estos tiene a su favor la confesión general en lo que a ellos se refiere

de que sin los grandes hombres no sería posible avanzar en este terreno, de

que el arte, la poesía, la filosofía y todas las cosas grandes del espíritu viven

innegablemente de sus grandes representantes y sólo deben a éstos la

elevación general y temporal de su nivel, mientras que en los demás terrenos

la historiografía trata a los grandes hombres mejor o peor, según la mano que

escribe la historia, y los considera como perjudiciales o innecesarios, si cree

que los pueblos habrían podido salir adelante sin ellos mejor que con ellos.”368

Artistas, Poetas, y Filósofos tienen la doble función:

♦ Exponer de modo “ideal” el contenido interior del tiempo y del mundo

♦ Transmitirlo como un testimonio a la posteridad.

Los simples inventores y descubridores de carácter industrial no son

verdaderamente grandes hombres. Porque su acción no se extiende a la

totalidad del mundo. Además no se trata de hombres insustituibles, más tarde

o más temprano otros hombres habrían llegado al mismo resultado. De los

descubridores de países remotos sólo Colón es grande. Entregó su vida y una

enorme cantidad de energía a un postulado, esto lo coloca junto a los grandes

filósofos. Además al proclamar y asegurar la redondez de la tierra, liberó a todo

el pensamiento posterior, sentando la premisa de todo ulterior razonamiento.

Sin embargo no se trata de una personalidad insustituible, si Colón no hubiese

descubierto América otro lo habría hecho. No puede decirse lo mismo de

Platón, Esquilo, o Rafael. En cuanto a la investigación científica cada disciplina

posee una serie de grandes hombres relativos, movidos por el interés de su

disciplina y no por los del mundo en su totalidad.

“Este criterio no corona ni la absoluta capacidad ni el mérito moral o la entrega

a la causa -pues esto confiere dignidad, pero no basta para conferir grandeza-, 367 Idem, Idem.368 Idem, pp. 247.

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Page 114: La Historia Universal en La Mirada De

sino a los grandes descubridores en direcciones determinadas, a saber, a los

que descubren las leyes vitales de primer orden.

Aquí aparecen excluídos de momento los representantes de todas las ciencias

históricas. Estos caen dentro de una valoración puramente histórico-literaria,

pues por muy grandiosos que sean su saber y su modo de exponerlo, se

limitan a conocer ciertas partes del mundo y no tiene por misión el establecer

las leyes por las que éste se rige; las “leyes históricas” son siempre, en efecto,

imprecisas y discutibles. Tampoco puede afirmarse que la economía política,

con sus leyes vitales, haya producido grandes hombres verdaderamente

indiscutibles.

En cambio, existen grandes hombres reconocidos con carácter general en las

ciencias matemáticas y las ciencias naturales.”369

En esta larga cita se hace referencia a la historia caracterizándola fuera de la

categoría científica.

“Las artes significan capacidad, poder y creación. Su fuerza propulsora central

y más importante, la fantasía, ha sido considerada en todos los tiempos como

algo divino.

La capacidad de exteriorizar, de representar lo interior de tal modo que actué

como algo interior representado, como una revelación, escasea bastante. El

reproducir exteriormente lo puramente exterior se halla al alcance de muchos;

en cambio la convicción de que sólo sería capaz de hacerlo uno, el autor,

razón por la cual se le considera insustituible.”370

“Considerando a los hombres en el campo el espíritu, él afirma, primeramente,

la nota de la extratemporalidad en la función de aquéllos. Los artistas, los

poetas y los filósofos, los sabios y los inventores no concuerdan -dice- con las

“tendencias” de su época, de las cuales se nutre la multitud; no influyen

directamente sobre la “vida”, esto es, sobre los intereses de la masa. Con todo

eso, su función consiste en tomar conciencia de lo que atormenta a los

pueblos y expresarlo en símbolos eternos, para la posteridad. Ellos son seres

superiores porque se comunican con el universo entero.”371

Entre artistas y poetas se consideran verdaderamente grandes aquellos que

ejercen durante su vida un dominio de su arte. Estos maestros serían

369 Idem, pp. 250.370 Idem, pp. 252, 253.371 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 36.

114

Page 115: La Historia Universal en La Mirada De

insustituibles, parece como si el mundo fuera incompleto sin ellos. La grandeza

de cada poeta debe distinguirse de su difusión o utilización. Las obras de

grandeza indiscutible, grandes y espléndidas, tuvieron su origen en grandes

hombres. Nuestro desconocimiento de estos primeros artistas cuyo nombre no

conocemos y cuyo lugar lo ocupa un pueblo, nos permite imaginar que está

sustitución se basa en lo defectuoso de la tradición. En cuanto a los grandes

pintores, escultores, en principio estos artistas trabajan de manera anónima al

servicio de la religión. En los santuarios se dan los primeros pasos. Se elimina

lo fortuito de las formas surgen tipos y, “…por último, comienzo de ideales.”

A partir de aquí comienzan los nombres individuales, superando ese arte

sagrado que influye todavía, se conquista la libertad de medios. “Ahora se

descubre lo ideal en todas las direcciones y lo real se revista ya con una magia

imperativa.”372

Ya en la época plenamente histórica el nombre de los artistas va unido a

ciertas obras. El predicado grande se adjudica a un grupo de maestros en los

cuales la mirada experta de cualquiera reconoce el carácter inmediato del

genio.

Entre los arquitectos la grandeza no está claramente reconocida. En parte

porque debe compartir su fama con los maestros de obras, las autoridades

eclesiásticas, políticas, etc. Lo gigantesco y magnificente empaña el juicio.

Generalmente los creadores de estilo a los que desearían no atribuirles la

grandeza son desconocidos, salvo a partir del Renacimiento hasta la

actualidad. En la música los grandes compositores figuran entre los más

grandes hombres. Burckhardt establece otras categorías, las figuras

legendarias. Se refiere a los hombres que, o bien no han existido nunca, o

existieron de un modo distinto a como se describe. Se trata de hombres

ideales o idealizados, creadores o fundadores de naciones.

“Entran en la categoría a que nos estamos refiriendo aquellos héroes míticos

que son, en parte, dioses ya borrosos, hijos de dioses, entes geográfica y

políticamente abstractos, etc., y en primer lugar los héroes epónimos y los

arquegetas de un pueblo, como representantes míticos de su unidad.”373

La biografía de estos personajes “…encierra ya simbólicamente un fragmento

de la historia de su pueblo y, sobre todo, de sus instituciones más importantes,

372 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 259.373 Idem, pp. 263.

115

Page 116: La Historia Universal en La Mirada De

…”374

“En las figuras mitológicas, que no quiere omitir en su teoría en torno a la

grandeza histórica, Burckhardt ve la necesidad íntima que tienen los pueblos

de poseer grandes encarnaciones. En esta transfiguración de la grandeza, los

pueblos encuentran el medio de concebir sus arquetipos.”375

Hay pueblos que exaltan y transforman ciertas figuras históricas y las

convierten en ideales populares. Los fundadores de religiones ocupan un lugar

peculiar. Estas figuras se encuentran entre “los grandes hombres en el sentido

más elevado de la palabra”. En ellos vive un elemento metafísico, capaz de

regir y dominar a través del tiempo no solo la vida de un pueblo, sino la de

muchos pueblos. Puede mantener unidos estos pueblos en torno a un ideal

religioso-moral. Con respecto a los grandes hombres de la historia universal,

“La historia gusta a veces de condensarse de pronto en un hombre a quien

todo el mundo parece obedecer.

Estos grandes individuos representan la coincidencia de lo general y lo

especial, de la permanencia y del movimiento en una sola personalidad. En

ellos se resumen estados, religiones, culturas y crisis.”376

Para Burckhardt los hombres verdaderamente grandes son aquellos capaces

de crear algo nuevo.

“Pero los que parecen plenamente grandes son aquellos hombres que lleva a

los pueblos civilizados de un estado antiguo a otro nuevo. En cambio, no

consideramos grandes, ni mucho menos, a quienes despliegan una gran

energía para una obra de mera destrucción;...”377

Los tiempos terribles son los únicos que dan la pauta suprema de la grandeza.

En las crisis los grandes hombres condensan al mismo tiempo lo nuevo y lo

existente. Son todo un misterio de la historia, guardan una relación de maridaje

con su época, la que se consuma en los tiempos terribles. Burckhardt emplea

la expresión “matrimonio sagrado” para referirse a esta relación. Cuando una

crisis se inicia hay siempre abundancia de supuestos grandes hombres. El

movimiento va pasando por etapas diversas y cambios, suele ocurrir que

quienes inician el movimiento no son nunca los que lo lleva a término. El gran

hombre representa el anhelo general y no el programa o la furia de un partido.

374 Idem, pp. 264.375 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 36.376 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 265, 266.377 Idem, pp. 266.

116

Page 117: La Historia Universal en La Mirada De

Este hombre nace en medio de peligros formidables

¿Pero en definitiva en que consiste esa grandeza? Los grandes hombres no

aparecen en la historia como modelos morales sino como excepciones. Para

Burckhardt las características de grandeza son las siguientes:

“Las capacidades se desarrollan y se concentran de un modo evidente y

completo con la propia conciencia y con las tareas que hay que resolver. El

grande hombre no sólo aparece completo en cada situación, sino que ésta

resulta incluso demasiado pequeña para él; no sólo la llena, sino que puede

hacerla saltar. […] Su fuerza y su facilidad son enormes en todas las funciones

espirituales ( e incluso corporales), lo mismo en el conocer que el en crear, en

el análisis y en la síntesis.

Un don inherente siempre, y natural en los grandes hombres, es el de

concentrarse a medida de su deseo en una cosa y el de pasar a otra con la

misma facilidad.”378

Para ellos todas las cosas les parecen fáciles, en tanto para al resto les

resultan complicadísimas.

“Hay dos cosas fundamentales que los grandes hombres ven siempre con

absoluta claridad; en primer lugar descubren en todo momento la situación real

de las cosas y de los posibles recursos de poder, y en segundo lugar no se

dejan cegar por las simples apariencias ni aturdir por el estrépito del momento.

Saben desde el primer momento cuáles pueden ser las bases de su poder

futuro.[…] Además, los grandes hombres saben descubrir de antemano el

momento en que deben intervenir, mientras que nosotros no nos enteramos de

las cosas hasta que las leemos en el periódico.”379

La mera contemplación no es una dote de los grandes hombres, ellos buscan

adueñarse efectivamente de la situación. “…al mismo tiempo, una enorme

fuerza de voluntad que irradia en torno suyo un influjo mágico y se atrae y

somete a su imperio todos los elementos del poder y la dominación. En esta

función no les engañan su mirada ni su memoria, sino que ponen a su alcance

los elementos del poder en sus justos términos de coordinación y

subordinación, como si le perteneciesen por derecho propio.” La resistencia en

el medio cercano al gran hombre es imposible, quién no se somete a él debe

pasar al campo enemigo saliendo de su órbita de acción.”

378 Idem, pp. 269.379 Idem, pp. 270.

117

Page 118: La Historia Universal en La Mirada De

El gran hombre es poseedor de lo que Burckhardt llama “fortaleza de alma”.

Esta la brinda la capacidad para resistir ciertos momentos de tensión. Una de

las cualidades más raras en los grandes hombres es su grandeza de alma.

Esta consiste en “…saber renunciar a lo ventajoso en aras de lo moral, en

saber imponerse limitaciones voluntarias no sólo por razones de inteligencia,

sino por bondad interior, pues la grandeza política lleva siempre aparejado

necesariamente el egoísmo y tiende a explotar todas las ventajas.”380

A veces resulta difícil distinguir la grandeza del mero poder.

“Mas para que exista verdadera grandeza es necesario que aquellas nuevas

condiciones permanentes no impliquen un mero desplazamiento del poder,

sino que envuelvan un gran cambio de la vida nacional. En este caso, la

posteridad atribuirá infaliblemente al autor, y con razón, una intención más o

menos consciente en los hechos realizados y, por tanto, le discernirá el atributo

de la grandeza.”381

Grandeza muy dudosa es la de los jerarcas de la Iglesia. Si bien se enfrentan

al mundo profano les falta la coyuntura para desarrollar la verdadera

dominación. No gobiernan directamente sino por medio de poderes.

“Y en el conflicto con los poderes seculares se hallan también a cubierto y en

una situación de privilegio mediante el empleo de los recursos espirituales de

fuerza.

Sin embargo, la posteridad y la historia descuentan estas ventajas poco

equitativas cuando se trata de enjuiciar a tales personalidades.”382

El destino de los grandes hombres parece ser el ejecutar una voluntad que

trasciende la individual y que puede recibir el nombre de; voluntad de dios,

voluntad de la nación o voluntad colectiva, según de la época que se trate. En

el gran hombre se concentra la energía y la capacidad de un número infinito de

individuos. Puede suceder que la voluntad colectiva a la que el gran hombre

sirve sea una voluntad consciente y él concrete esa voluntad que desea su

época o su nación. Puede ocurrir también que se trate de una voluntad

inconsciente, el gran hombre sabe lo que la nación desea y lo realiza, la nación

comprende ese hecho, y luego reconoce con justeza la grandeza de ese

hombre.

380 Idem, pp. 272.381 Idem, pp. 275382 Idem, pp. 279.

118

Page 119: La Historia Universal en La Mirada De

“Existe una solidaridad misteriosa entre las ambiciones del hombre excepcional

y lo que llama el interés de la comunidad. En la medida en que el individuo de

“élite” sirve a la comunidad, el criterio de la moralidad es irrelevante para ésta y

para el juicio de la posteridad.”383

Los grandes hombres parecen eximidos de obedecer leyes morales corrientes.

A quién una colectividad confiere grandeza y poder, se le perdona el crimen,

en especial la violación de tratados políticos existentes. Esto se realiza en

virtud de que el bien de la colectividad, del Estado, o del pueblo, son

inalienables y no pueden ser lesionados por nada. Lo estimulante y decisivo

para los grandes hombres no es el deseo de fama, sin embargo tanto la fama

como la idea de posteridad actúan en un segundo o tercer plano. En realidad,

“Lo decisivo, lo estimulante y el acicate formativo de los grandes hombres en

todos sus aspectos es el sentido del poder, que mueve a los grandes hombres

como un impulso irresistible y que, por lo general, va unido a una manera de

juzgar a los hombres que no se preocupa de la opinión de éstos sumada a su

fama, sino simplemente de su subordinación y utilidad.”384

Burckhardt marca su absoluto desacuerdo con aquellos que se declaran libres

de los grandes hombres.

“Hoy día hay que eliminar a una capa de gentes que se declaran emancipados

a sí mismos y a su época de la necesidad de los grandes hombres. Se dice

que la época actual quiere arreglar sus asuntos por sí sola y se cree que

procederá muy virtuosamente si se desprende de los crímenes de los grandes

hombres. Como si los hombres pequeños, tan pronto como tropiezan con una

resistencia, y aun prescindiendo de la codicia y la envidia de unos para con

otros, no tuviesen también capacidad para el mal.

Otros preconizan prácticamente la emancipación (sólo esencialmente, bien

entendido, en el terreno intelectual) por medio de la garantía general de la

mediocridad, por el aseguramiento de ciertos talentos mediocres y de ciertos

falsos prestigios, que se conocen por su rápida ascensión y que no tardan,

naturalmente, en derrumbarse.”385

En el seno del Estado el genio tiene limitada cabida, salvo que efectué un

fuerte acomodamiento, ya que en el Estado todo se realiza con arreglo a la

383 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 37.384 BURKHARDT, J., Op. Cit., pp. 285.385 Idem, pp. 287.

119

Page 120: La Historia Universal en La Mirada De

“utilidad”. Burckhardt afirma la necesidad del gran hombre.

“Los grandes hombres son necesarios en nuestra vida para que el proceso de

la historia universal se libere periódicamente, y a saltos, de las formas de vida

ya caducas y de las meras charlatanerías.”386

386 Idem, pp. 289.

12

Page 121: La Historia Universal en La Mirada De

CAPITULO 7

DICHA E INFORTUNIO EN LA HISTORIA UNIVERSAL

Burckhardt, “Atribuye a los juicios que va a formular en este sentido -siguiendo

los moldes de la historiografía clásica- el mérito de la espontaneidad, y declara

que nada tienen que ver con la filosofía de la Historia. Sus consideraciones

sobre la felicidad y la desgracia en la Historia abarcan, por turno, momentos,

figuras y etapas históricas. Considera felicidad la victoria griega contra los

persas, la derrota de Cartago, el rejuvenecimiento de Europa por los bárbaros,

la defensa contra el Islam, etc. Reconoce, desde el principio, la relatividad de

estos criterios, desde el punto de vista de una Historia objetiva, pero declara

que el verter semejantes juicios de valor es un rasgo de la Edad Moderna.”387

“En nuestra vida estamos acostumbrados a considerar lo que nos sucede,

unas veces como una suerte y otras como un infortunio y, naturalmente,

tendemos a proyectar también estos criterios sobre los tiempos pasados.

Sin embargo, ya desde el primer momento debía de ofrecernos dudas este

modo de proceder, viendo cómo nuestros juicios acerca de las cosas propias

pueden variar y varían considerablemente según nuestra edad y nuestra

experiencia;…”388

A pesar de esto emitimos juicios de este tipo. Hay una ilusión óptica por la cual

vemos la dicha reflejada en ciertos tiempos y en determinados pueblos.

Llegamos a considerar como infortunados o dichosos épocas enteras.

Coincidiendo los períodos de dicha con los llamados períodos de florecimiento

de la humanidad. Los tiempos de infortunio son obviamente aquellos de gran

destrucción.

“La emisión de esta clase de juicios es una característica de los tiempos

modernos, que sólo puede comprenderse sabiendo cómo se maneja

modernamente la historia. Los antiguos creían en la existencia de un siglo de

oro primitivo a partir del cual todo había ido empeorando; Hesíodo pintaba con

387 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 38.388 BURCKHARDT, Op. Cit., pp. 291.

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Page 122: La Historia Universal en La Mirada De

sombríos colores el siglo de hierro “actual”. En cambio, en los tiempos

modernos se ha abierto paso la teoría del perfeccionamiento gradual (el

llamado progreso) a favor del presente y del porvenir.”389

Estos juicios son para Burckhardt enemigos del verdadero conocimiento

histórico.

“Mas el querer conformarse a este universal criterio de valoración no le impide

ver en él un enemigo declarado del conocimiento histórico. Combate, por tanto,

el juicio histórico basado en el grado de civilización, el criterio de la

perfectibilidad y la teoría del progreso.”390

“Parten de una especie de consenso literario, formado poco a poco y hecho de

deseos y razonamientos del racionalismo y de los resultados verdaderos o

supuestos de una serie de historiadores muy versados en la materia. Además

estos juicios no se difunden al azar, sino que se emplean no pocas veces para

fines publicísticos, como pruebas en pro o en contra de determinadas

tendencias de nuestros tiempos. Forman parte del amplio y circunstanciado

bagaje de la opinión pública y presentan a veces muy claramente (ya por la

misma violencia y en algunos casos por la tosquedad con que se emplean) el

sello de la época en que surgen. Estos juicios son enemigos mortales del

verdadero conocimiento histórico.”391

Estos juicios emanan de la impaciencia, de la cultura, de los gustos, de la

simpatía política, de la seguridad, de la grandeza.

Los juicios nacidos de la impaciencia: son los juicios realizados por el

historiador o el lector de obras de historia, cuando estos se han dedicado

mucho tiempo a un período y no cuentan con elementos suficientes para el

juicio o cuando no se ha realizado mucho esfuerzo. Tomamos partido por lo

que desde nuestra ignorancia nos parece interesante, dichoso, y contra lo

aburrido, cómo sí esto fuese lo infortunado. Confundimos en el pasado lo

apetecible, con lo que distrae y entretiene la imaginación.

“Compadecemos como desgraciados a tiempos, pueblos, partidos y

confesiones, etc., del pasado que lucharon largamente por bienes superiores.

Proyectamos sobre el pasado el mismo deseo que abrigamos hoy de ver

triunfantes sin lucha y sin esfuerzo aquellas tendencias por las que sentimos

389 Idem, pp. 294.390 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 38, 39.391 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 294, 295.

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Page 123: La Historia Universal en La Mirada De

cierta predilección.”392

Estas luchas fueron las que hicieron posible la victoria, las que aseguraron la

vitalidad y el valor de la causa defendida.

“Esta tendencia a querer ahorrar al pasado sus luchas se observa, sobre todo,

en lo tocante a las guerras religiosas. Le subleva a uno pensar que cualquier

verdad (o lo que nosotros reputamos tal) sólo pueda abrirse paso a fuerza de

violencia y que, si ésta no triunfa, la verdad (o nuestro concepto de ella) se vea

reprimida. Además en el transcurso de las largas luchas la verdad pierde

siempre infaliblemente mucho de su pureza y de su unción interior por las

intenciones temporales de sus defensores y partidarios.”393

La vida según Burckhardt sólo se desarrolla en plenitud en la lucha.

“Y, sin embargo, es una verdad absoluta que la vida encerrada en los litigios

religiosos y que tiene que salir de ellos sólo llega a desarrollarse por entero y

en toda su plenitud en la lucha y no sólo en las polémicas impresas; sólo la

lucha hace que ambas partes adquieran la conciencia plena de su causa; sólo

en ella y a través de ella, en todas las épocas y todos los terrenos de la historia

universal, llega a saber el hombre lo que realmente quiere y de lo que es

capaz.”394

Tenemos también los juicios inspirados en la cultura. Estos juicios consisten en

juzgar un pueblo, o una estado de cosas del pasado, en los aspectos referidos

a su moralidad o su dicha, atendiendo a la difusión de la educación escolar, el

confort y la cultura universal, tal como nosotros la entendemos hoy. Sin duda

ningún pueblo o ninguna época del pasado resiste tal prueba. Por tanto todos

ellos son tratados con diverso grado de conmiseración.

“Durante cierto tiempo se consideró el “presente” como sinónimo de progreso y

a ello iba asociada la ridícula quimera de que nuestro tiempo marchaba hacia

la perfección del espíritu e incluso de la moral.”395

Para Burckhardt una vida “simple y vigorosa”, combinada con la plenitud física

de la raza, en guerra contra sus enemigos y opresores es también una cultura,

unida probablemente a una educación elevada del corazón humano.

Sobre los juicios basados en los gustos, Burckhardt dice: “Estos juicios

consideran dichosos los tiempos y los pueblos en los que prevalece

392 Idem, pp. 296.393 Idem, Idem.394 Idem, pp. 296, 297.395 Idem, pp. 297.

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Page 124: La Historia Universal en La Mirada De

especialmente aquel elemento que quien emite el juicio considera más

importante. Según que en éste predomine el corazón, la fantasía o la razón,

…”396

Los juicios nacidos de la simpatía política; se refiere aquí Burckhardt a los

juicios basados en predominio en una época determinada de un régimen

político, que coincide con las simpatías de quién emite el juicio. Para algunos

por ejemplo el tiempo más feliz es aquel que coincide con el gobierno

monárquico.

“Estos juicios se destruyen de por sí los unos a los otros. Sobre todo aquellos

que miden la dicha de los tiempos pasados atendiendo a las ideas religiosas

de quienes lo enjuician.”397

Los juicios basados en la seguridad suponen como condición previa de toda

dicha, la sumisión de la arbitrariedad a un régimen de protección policial, la

dilucidación y supeditación de todos los problemas referidos a la propiedad de

acuerdo a una ley objetiva y fija. La existencia de garantías tanto para el

transporte como para el lucro. Toda la moral de nuestro tiempo se halla

orientada en este sentido, es decir, exime al individuo de tomar por su cuenta

resoluciones que atañen a la defensa de su casa y de su hacienda.

Nuestro tiempo gusta juzgar el pasado basándose en la grandeza. El

desarrollo rápido y potente del poder político sobre pueblos e individuos

entraña para estos un sinnúmero de sufrimientos. Sin embargo hay todo un

movimiento destinado a ennoblecer la naturaleza del poderoso y de quienes le

rodean. Se le atribuyen intenciones acordes a esa grandeza y a su bondad.

“Finalmente, se da por supuesto que la presencia del genio ilumina y hace

felices a los pueblos dirigidos por él.

En cambio, se adopta una actitud extraordinariamente fría ante los sufrimientos

de aquella masa innumerable de personas, considerándolo como una

“desgracia pasajera”;…”398

¿Cuál es la fuente común de tales juicios? El egoísmo, contesta Burckhardt.

“Lo importante en toda valoración histórica no es la cuestión de la dicha y de la

desdicha, sino la continuidad del espíritu humano, que nos parece semejante

al desarrollo de una vida. El problema de la “razón histórica”, que será

396 Idem, pp. 298.397 Idem, pp. 299.398 Idem, pp. 301.

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Page 125: La Historia Universal en La Mirada De

ampliamente desarrollada por Dilthey en su “dialéctica de la realidad” y en la

actualidad por Ortega en la teoría de la “razón vital”, parece encontrar en estas

últimas páginas una visión anticipadora. También para Burckhardt, el hombre

no sólo está en la Historia, sino es, en cierto modo, Historia.”399

“Nuestro profundo y altamente ridículo egoísmo considera dichoso ante todo

aquellos tiempos que presentan alguna semejanza con nuestro propio ser y

reputa además plausible aquellas fuerzas y aquellos hombres del pasado en

que parecen basarse nuestra existencia actual y nuestro relativo bienestar.

Exactamente como si el mundo y la historia universal sólo existiesen en gracia

a nosotros mismos. Todo el mundo considera su tiempo como la consumación

de todos los tiempos y no sólo como una de las muchas oleadas transitorias

del mundo.”400

“Sin embargo, todo lo que existe, y nosotros con ello, no existe solamente en

gracia a sí mismo, sino en virtud de todo el pasado y en función de todo el

porvenir.”401

Considerado todo lo que existen en relación a la totalidad, las pretensiones de

los pueblos, de los tiempos, y de los individuos en cuanto a la dicha, son de

importancia secundaria. Enfocada la vida de la humanidad como un todo, las

oscilaciones temporales y locales, dicha o infortunios particulares, en realidad

forman parte de una necesidad de orden superior. El término “dicha” debería

ser eliminado de la vida de los pueblos o sustituido por otro. La idea de que la

dicha consiste en la persistencia de un estado de cosas es falsa. Tal

persistencia equivaldría a la petrificación y la muerte, “…pues sólo hay vida en

el movimiento, por doloroso que él sea. Y, sobre todo, la idea de la dicha como

una sensación positiva es una idea falsa, toda vez que la dicha sólo consiste

en la ausencia de dolor, mezclada a lo sumo con un vago sentimiento de

desarrollo.”402

Hay pueblos que parecen estancados durante siglos y brindan la imagen de

estar contentos con su suerte. En realidad esto es obra del despotismo. Las

generaciones nacidas en este sistema terminan por glorificar y considerar su

situación, como la dicha suprema. Existen otros pueblos y otros individuos que

gastan sus fuerzas, incluso toda ella en un rápido dinamismo. Buscan destruir

399 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 39.400 BURCKHARDT,J., Op. Cit., pp. 302.401 Idem, Idem.402 Idem, pp. 303, 304.

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Page 126: La Historia Universal en La Mirada De

lo viejo y fundar lo nuevo. Sin embargo ellos tampoco están destinados a gozar

de una dicha propia. Para Burckhardt, “el mal sobre la tierra constituye,

indudablemente, una parte de la economía de la historia universal.”

“El derecho del fuerte sobre el débil forjado en aquella lucha por la existencia

que llena toda la naturaleza, el reino animal y el vegetal, y desarrollado luego

en la humanidad, mediante el robo y el asesinato, en los tiempos primitivos,

por el desplazamiento o el aniquilamiento o la esclavización de las razas más

débiles o de los pueblos más débiles o de las capas sociales más débiles

dentro del mismo estado o del mismo pueblo.”403

Pero la derrota de lo noble en la historia es peligrosa, particularmente en

épocas donde impera una cultura muy general que se arroga los derechos de

la mayoría.

“Puede ocurrir, sin embargo, que saliendo derrotadas las fuerzas mejores y

más nobles, los vencedores, aunque empujados solamente por la ambición de

mando, abran un porvenir de que ellos mismos no tienen la menor noción.”404

El hecho de que el mal se convirtiese en bien y el infortunio en suerte relativa

no supone que el mal y el infortunio en su origen fueran algo distinto de lo que

realmente fueron. Todo acto de violencia por más que haya sido exitoso

representa un mal y un infortunio, o por lo menos un mal ejemplo.

“Pero al servir de base al poder permitía que la humanidad siguiese

desarrollándose, con tendencia incansable a transformar el poder en orden y

en legalidad; para ello, ponía en acción sus fuerzas sanas y sometía a cura

aquel estado de cosa basado en la violencia. El mal reina a veces durante

largo tiempo por la tierra como mal, no sólo ente los Fatimidas y los asesinos.

El príncipe de este mundo es, según la doctrina cristiana, Satanás.”405

Nada hay de cristiano, según Burckhardt, en pronosticar el imperio permanente

de la virtud sobre la tierra.

“El reino del mal encierra una alta significación, pues solamente a su lado

puede existir una bondad desinteresada. El mundo ofrecería un espectáculo

insoportable si los malos, atraídos por la recompensa consecuente del bien y

el castigo implacable del mal, se sintiesen de pronto inclinados a obrar bien

siempre por razones de conveniencia, pues, a pesar de ello, seguirían siendo

403 Idem, pp. 305.404 Idem, pp. 306.405 Idem, pp. 306, 307.

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Page 127: La Historia Universal en La Mirada De

interior e inevitablemente malos. Casi se siente uno tentado a desear que el

cielo vuelva a reinar sobre la tierra solamente para que exista la impunidad del

mal, único modo de que los malos se revelen en su verdadero ser. Bastantes

engaños y disfraces hay ya en el mundo.406

No toda obra de destrucción trae consigo rejuvenecimiento. Hay poderes

absolutamente destructivos. Podemos decir, afirma Burckhardt, que no

conociendo en su conjunto, (como en realidad no conocemos), la economía de

la historia universal, jamás podremos saber que habría ocurrido de no

producirse los hechos que realmente acontecieron, por más terrible que estos

hayan sido. Esto no significa sin embargo, entregar un argumento a los

poderosos con el cual disculparse sosteniendo que “si nosotros no lo

hacemos, otros lo harán”.

Para Burckhardt existe lo que él llama “…misteriosa ley de la compensación,

…”

Comprobable en un aspecto; el aumento que experimenta la población luego

de grandes guerras o pestes. Como sí de alguna forma la humanidad intentara

reponer las perdidas sufridas.

Incierta pero verosímil, por ejemplo en el caso del reflujo de la cultura universal

que se observa en el Mediterráneo Oriental en el siglo XV, “…se ve

compensado exterior e interiormente por la difusión oceánica de los pueblos de

la Europa occidental; el acento universal se desplaza para recaer sobre otra

zona.

Del mismo modo que en el terreno de la destrucción una muerte habría sido

sustituía por otra, la vitalidad general del mundo se encarga de sustituir aquí

una vida por otra vida.”407

Pero debemos tener cuidado con esta doctrina de las compensaciones.

“La doctrina de la compensación es casi siempre la misma doctrina de la

apetecibilidad disfrazada, y es aconsejable proceder cautelosamente con los

consuelos que de ella pueden derivarse, puesto que no es posible formarse un

juicio definitivo acerca de estas ganancias y estas pérdidas. El nacimiento y la

muerte son, indudablemente, el destino general de la tierra; pero cada

verdadera vida individual barrida por la violencia y ( a nuestro modo de ver)

prematuramente, debe ser considerada sencillamente como irreparable, más

406 Idem, pp. 307.407 Idem, pp. 310.

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Page 128: La Historia Universal en La Mirada De

aún, como insustituible por otra vida tan excelente como ella.”408

Un matiz de esta ley es el aplazamiento de lo que consideramos deseable. A

veces deja de producirse algo que deseamos, algo importante, para realizarse

luego, en el futuro, con mayor perfección.

Otro matiz lo constituye; la sustitución de una rama cultural por otra. “Lo único

que puede asegurarse es que una época, un pueblo, no pueden poseerlo todo

al mismo tiempo y que muchas fuerzas indecisas de suyo se sienten atraídas

por aquellas que se hallan ya en su auge.”409

De los reclamos que podemos realizar al destino, el más justo es el que se

refiere a la destrucción de las grandes obras de arte y la poesía. Una pérdida

irreparable es la desaparición de los grandes historiadores, pues se rompe de

este modo la continuidad de los recuerdos espirituales.

Partiendo del problema de la dicha y el infortunio, Burckhardt llega al problema

de “la pervivencia del espíritu humano”. Finalmente este se nos aparece “…

como la vida de un ser humano. Este, tal como adquirimos conciencia de él en

la historia y a través de ella, tiene que atraer y retener gradualmente la mirada

del hombre pensante de tal modo y reclama hasta tal punto ser investigado y

escrutado en todos sus aspectos, que al lado de esto las ideas de dicha e

infortunio van perdiendo cada vez más en importancia. “La madurez del

hombre es el todo”. La dicha cede el puesto nolentium volentium al

conocimiento como meta de los hombres capaces.”410

No se trata de indiferencia frente al dolor que también puede alcanzarnos. Nos

convencemos, dice Burckhardt, de la ceguera de nuestros deseos al ver como

los deseos del pueblo y de los individuos se contradicen, cambian, se anulan.

“Si pudiésemos renunciar plenamente a nuestra individualidad y pudiésemos

contemplar la historia de los tiempos futuros con la misma tranquilidad y

serenidad con que contemplamos el espectáculo de la naturaleza, con que

vemos, por ejemplo, una tempestad en el mar desde tierra firme, tal vez

podríamos vivir conscientemente uno de los capítulos más grandiosos de la

historia del espíritu.”411

A pesar de la guerra, los cambios y crisis políticas, la extensión de la cultura y

el transporte, la impaciencia, las profundas crisis sociales, “…para no hablar de

408 Idem, pp. 311.409 Idem, pp. 312.410 Idem, pp. 314.411 Idem, Idem.

12

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tantas otras crisis acumuladas y no resueltas, sería un espectáculo

maravilloso, aunque no para los hombres de esta época, para seres terrenales,

poder seguir por la vía del conocimiento el espíritu de la humanidad que flota

sobre todos estos fenómenos y que, entretejido con todos ellos, se construye

una nueva morada. Quien pudiese tener siquiera una intuición de esto se

olvidaría por completo de la dicha y el infortunio y viviría sostenido tan sólo por

la nostalgia de este conocimiento.”412

“En su incansable afán para las perspectivas integrales, Burckhardt se

propone, como actitud ideal frente al fenómeno histórico, la renuncia completa,

si esto fuera posible, a nuestra individualidad, para poder contemplar la

Historia con indiferencia con que se contempla desde tierra firme el

espectáculo del mar desencadenado por una tempestad. Entonces podríamos

participar en uno de los momentos más importantes de la Historia del espíritu,

olvidaríamos totalmente el problema de la dicha y de la desdicha para no vivir

más que en la alegría del conocimiento puro.

Resuena en este afán de Jacobo Burckhardt de concentrar la realidad histórica

en un espacio ontológico, la eterna melodía de la incitación platónica de

retirarnos a las moradas tranquilas del pensar que ha penetrado en sí mismo y

allí permanece, donde han callado los intereses que mueven la vida de los

pueblos y de los individuos.”413

412 Idem, pp. 315.413 USCATESCU, G., Op. Cit., pp. 39.

12

Page 130: La Historia Universal en La Mirada De

CONCLUSIÓN

En primer lugar debemos reiterar que “Reflexiones sobre la historia universal”

no fue concebida con la intención de convertirse en libro y de publicarse. En

esto radica su dificultad. Esta circunstancia debe tenerse en cuenta a la hora

de juzgar la obra.

Burckhardt autorizó la publicación “…en artículo de muerte. En 1866 escribía a

un correspondiente: ninguna de mis conferencias se imprimirá, porque como

conferencias nacieron a la vida y la impresión las perjudicaría, mostrándolas

como tapices vueltos de revés”. Y así quedaron estas obras, en parte a medio

redactar, aunque los editores póstumos le han dado la articulación

indispensable, con sumo respeto y discreción según todas las apariencias.”414

“El lenguaje de Burckhardt, alusivo, unas veces sarcástico, irónico, otras

poético, concentrado casi siempre en fórmulas que implican el comentario y la

explicación de palabra, que se sirve de una terminología en parte todavía

romántica, schilleriana e incluso un poco hegeliana, en parte ya “positivista”,

entre lo francés y lo alemán, no facilita la lectura, ni siquiera una comprensión

profunda de esta obra mediante una lectura literal de la misma”.*”415

Esto explica las diversas dificultades con la que se han encontrado los

investigadores y los traductores de la obra.

No se trata que buscar contradicciones, que las hay.

Burckhardt es un hombre de transición, por un lado entre el absolutismo y el

liberalismo, por otro y entre el romanticismo y el positivismo.

Es un romántico tanto en la elección de los temas a los que se aboca a

investigar, como en la amplitud con la que concibe las fuentes a utilizar.

Es un positivista en su modo racional y mecánico de analizar y explicar la

historia. Y en su intento de observar la historia desde fuera, como un

observador desapasionado, postulando anular su propia individualidad para

mejor observar el acontecer.

“Si pudiésemos renunciar plenamente a nuestra individualidad y pudiésemos

contemplar la historia de los tiempos futuros con la misma tranquilidad y

serenidad con que contemplamos el espectáculo de la naturaleza, con que

vemos, por ejemplo, una tempestad en el mar desde tierra firme, tal vez

414 REYES, Alfonso, Prologo, en BURKHARDT, J., Op. Cit., pp. XXV.415 CANTIMORI, D., Op. Cit., pp. 115.

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Page 131: La Historia Universal en La Mirada De

podríamos vivir conscientemente uno de los capítulos más grandiosos de la

historia del espíritu.” 416

Burckhardt se interesa por investigar lo que los marxistas llaman la

superestructura. El Estado, la Cultura, la Iglesia, y su interacción son sus

temas. Están ajenos a ese enfoque la Historia económica, y la Historia política

y diplomática al uso en la época.

En la historia no ve evolución, sino repetición. Esto va unido por un lado a su

pesimismo, no olvidemos que hablaba de Schopenhauer como “nuestro

filósofo”. Y por otro lado pensamos que también le influye en este aspecto su

tradición protestante. El hombre no evoluciona espiritualmente, no camina

hacia la perfección. Burckhardt siente un profundo desprecio por el hombre

espiritual de su época, por el optimismo que le anima y por la idea de

progreso. Siente aversión por la filosofía de Hegel y Rousseau.

El factor, siempre igual a sí mismo que determina su imagen de la Historia es

el Hombre.

“Este factor determinante de la imagen de la historia (que es, en realidad su

premisa personal) no es ya, según Burckhardt, el plan divino como en Bossuet,

ni la ilustración como en Voltaire, no son ya las ideas como en Hegel, y todavía

(saturadas de realidad) en Ranke, […] sino que es el hombre.”

Ese hombre “… se concibe como algo que en el fondo permanece igual a sí

mismo:…”417

El “cambio” es la esencia de la historia, pero la tendencia que impulsa esos

cambios radica en el hombre. Esos cambios se estructuran plásticamente en

torno a las tres potencias.

Desde este punto de vista los Grandes Hombres son tema de investigación

científica, ellos son extratemporales. En ellos encarnan las fuerzas del pasado

y del presente, la energía de generaciones.

Su posición es profundamente aristocrática y él lo sabe.

Sobre este tema suscribimos lo que afirma Car: “La opinión que yo quisiera

demoler es la que coloca a los grandes personajes al margen de la historia y

los imagina imponiéndose a la historia en virtud de su grandeza.”418

La historia se organiza en torno a tres potencias; Estado, Iglesia y Cultura. Dos

416 BURCKHARDT, J., Op. Cit., pp. 314.417 Idem, pp. 328.418 CAR, E., Op. Cit, pp. 72

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Page 132: La Historia Universal en La Mirada De

de ellas Estado e Iglesia son potencias conservadoras que buscan la

abdicación de la individualidad, son potencias estáticas, sostenidas por la

coacción. En tanto la Cultura, la tercera de ellas es la potencia movible,

plástica, esencialmente evolutiva.. Exaltadora de lo individual. Burckhardt

establece una relación algo mecánica entre las tres potencias y que no

siempre se ajusta al devenir histórico.

Derivado de la idea de la Progreso nace la concepción de que la época actual

es la culminación de la historia. Esta idea por sí misma implica un juicio. La

manía de enjuiciar el pasado, los pueblos e individuos del pretérito es muy del

gusto de nuestra época. De lo que se trata no es de enjuiciar la historia sino de

comprender los pueblos del pasado.

Se trata como dice Car; “ … de la necesidad, por parte del historiador, de una

comprensión imaginativa de las mentes de las personas que le ocupan, del

pensamiento subyacente a sus actos: digo “comprensión imaginativa y no

“simpatía”, por temor a que se crea que ello implica acuerdo.”419

Todo lo que existe sostiene Burckhardt está en función del pasado y del

porvenir.

El “cambio” se manifiesta en procesos lentos y estables, y en procesos

acelerados. Sobre los proceso acelerados Burckhardt formula lo que él llama la

“teoría de las las tormentas”. Se trata de una verdadera teoría de las crisis.

Burckhardt concibe la verdadera crisis, aquella en la que las masas populares

toman el poder.420

Ubica en el centro de la civilización a Europa, es también el centro de la

Historia, en la periferia podrían ubicarse la extensión de la civilización europea,

o sea América. El resto del mundo estaría excluido de la Historia. Es una visión

por momentos racista y profundamente eurocentrista.

Con respecto a las Ciencias Burckhardt excluye de este campo a la Historia,

colocándola en el terreno histórico-literario. El criterio utilizado para establecer

la diferencia es un criterio de legalidad, existen ciencias que pueden formular o

investigar leyes sobre la vida, en tanto la historia realiza afirmaciones siempre

discutibles.

Señala la necesidad de estudiar la Historia Nacional con relación a la Historia

Universal, evitando la utilización del conocimiento histórico para la agitación

419 CAR, E., Op. Cit., pp. 32.420 Cf. Pág. 154.

13

Page 133: La Historia Universal en La Mirada De

propagandística.

Su concepción además de mecánica en los aspectos señalados, tiene varias

limitaciones. La primera es excluir pueblos y regiones no europeas de la

Historia. Es excluyente también en otro sentido, su concepción no abarca el

estudio de los aspectos económicos, sociales y políticos.

Se trata de una huida del historiador hacia la antigüedad frente a la

inseguridad del presente, frente a los avances revolucionarios de las masas

rebeldes, y frente a los avances en la construcción de los grandes estados.

Verdaderas potencias amenazadoras de la individualidad.

La obra de Burckhardt conoció una gran difusión a partir de 1928 y

particularmente coincidió con la guerra de 1939-1945. Fue utilizada como

forma de defender la cultura ante el avance de la barbarie del

nacionalsocialismo.

13

Page 134: La Historia Universal en La Mirada De

FUENTES

BURCKHARDT, Jacob, REFLEXIONES SOBRE LA HISTORIA UNIVERSAL,

México, Fondo de Cultura Económica, 1943.

BIBLIOGRAFÍA

BLOCH, Marc, Introducción a la Historia, Buenos Aires, Fondo de Cultura

Económica, 1990.

BRUUN, Geoffrey, La Europa del siglo XIX 1815 - 1914, México, Fondo de

Cultura Económica, 1988.

CANTIMORI, Delio, Los historiadores y la Historia, Barcelona, Ed. Península.,

1985.

CAR, Edward, H., ¿Qué es la historia?, Barcelona, Ed. Planeta – De Agostini

s.a., 1985.

DUJOVNE, León, La filosofía de la historia de Nietzsche a Toynbee, Buenos

Aires, Ed. Galatea Nueva Visión, 1957.

FUETER, Edwin, Historia de la Historiografía moderna, T. II, Buenos Aires,

Editorial Nova, 1953.

HAYES, Carlton, J., H., Historia política y cultural de la Europa moderna Vol. II

“un siglo de sociedad predominantemente industrial (desde 1830 hasta

nuestros días)”, Barcelona, Ed. Juventud, 1953.

HEARDER, H., Europa en el siglo XIX desde 1830 hasta 1880, Madrid, Aguilar

S. A. de edic., 1973.

MARROU, H. I., el conocimiento histórico, Barcelona, Ed. Labor S.A., 1968.

13

Page 135: La Historia Universal en La Mirada De

ROMERO, José Luis, Conversaciones con José Luis Romero Fragmentos del

texto publicado por Félix Luna, Montevideo, UDELAR, Facultad de

Humanidades y Ciencias, Depto. De Historiología, 1987. (ej. mimeografíado.)

USCATESCU, George, ESCATOLOGÍA E HISTORIA, Madrid, Ed.

Guadarrama, 1959.

VEIT, Valentín, Historia del Alemania para los pueblos de habla española,

Buenos Aires, Ed. Sudamericana, 1947.

VOGT, Joseph, El concepto del historia de Ranke a Toynbee, Madrid, Ed.

Guadarrama, 1974.

13

Page 136: La Historia Universal en La Mirada De

I N D I C E

INTRODUCCIÓN………………………………............................................0

CAPITULO 1

La Situación Europea……………………………..........................................2

Breve historia de Suiza…………………………...........................................12

Breve biografía sobre Burckhardt……………..........…................................17

CAPITULO 2

Introducción a las “Reflexiones”………………........................................…22

La objetividad………………………………….................…..........................31

Conocimiento del pasado…………………….............……..........................42

Fuentes………………………………………….........................................…45

La especialización………………………………...........................................53

CAPITULO 3

Los agentes del suceder histórico………………….....................................58

El Estado…………………………………………...........................................60

La Religión………………………………………............................................73

La Cultura……………………………………….................….........................83

El enjuiciamiento del pasado y la idea de progreso....................................91

CAPITULO 4

Las seis condicionalidades……………………….........................................102

Cultura y Estado……….…………………….................................................103

Cultura y Religión……………………………….............................................116

Estado y Religión…………………………………......................................... 120

Estado y Cultura…………………………………...........................................128

Religión y Estado……………………………….....….....................................135

Religión y Cultura…………………………….......…......................................139

13

Page 137: La Historia Universal en La Mirada De

CAPITULO 5

La teoría de las tormentas…………………………......................................149

Las guerras……………….....………………………......................................152

La crisis de su tiempo…….…………………..….…......................................171

CAPITULO 6

El gran personaje en la historia……………………......................................174

CAPITULO 7

Dicha e infortunio en la Historia Universal……...........................................191

CONCLUSIÓN………………………………........……..................................206

BIBLIOGRAFÍA…………………………………............................................211

13