La iglesia local y la razón de su importancia - Bienvenidos · Amo a la iglesia. Es el centro de...

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Número 52 • Juny 2016 Amo a la iglesia. Es el centro de mi vida y lo ha sido desde la infancia. Mi padre era pastor de una iglesia cuando yo nací; y crecí en la iglesia. Es el lugar donde se me llevó al conocimiento de Dios, donde aprendí sobre la persona y obra de Cristo, y donde adquirí el co- nocimiento de la verdad salvadora y santificadora. Es donde aprendí cómo orar, cómo cantar, cómo adorar, cómo amar y cómo servir. Y fue en la igle- sia donde experimenté la dirección del Espíritu de Dios conduciéndome a una vida de ministerio. Conocí a mi esposa en la iglesia. Criamos a nuestros hijos en la iglesia, y ahora nuestros nietos también. Es el lugar donde he hecho amigos para toda la vida y compa- ñeros en el ministerio. La iglesia toca cada parte de mi vida, de hecho, se podría decir que es mi vida. La gente a veces me pregunta por qué escribo tanto sobre cuestiones de la iglesia, porqué no puedo estar tranquilo y dis- frutar de mi ministerio. La respuesta es, amo la iglesia tanto que no puedo mantenerme al margen y verla tener problemas. Quiero ayudar a ser todo lo que Dios quiere que sea, y eso significa que tengo que ser un pastor. Amo a la iglesia demasiado para hacer cualquier otra cosa. Y, francamente, no puedo entender a la gente que no tiene un amor similar para la iglesia, que no están ansiosos por cada oportunidad para adorar junto con otros creyentes con los que comparten sus ideas. No puedo entender la gente que va a la iglesia los sábados por la noche para no “arruinar” los domingos. ¿Por qué están tan ansiosos por alejarse de la iglesia? ¿En qué otro lugar querrían estar? Hubo un tiempo cuando venir a Cristo significaba venir a Su iglesia. En la época del Nuevo Testamento, la salvación traía a uno a la unión con el Cuerpo de Cristo, visible y reunido (Hechos 2:47). Ser cristiano significaba entrar en comunión con el pueblo de Dios. Eso ha cambiado. El énfasis contemporá- neo en el mundo evangélico es la rela- ción personal del creyente con Cristo. La fe individual es el tema dominante, y rara vez hay alguna discusión sobre cómo los creyentes se supone que de- ben encajar en la iglesia. ¿Cuándo fue la última vez que leyó un tratado o es- cuchó una presentación del evangelio que terminara con una discusión de la relación del creyente con la iglesia? En el mejor de los casos se hará un bre- ve énfasis sobre cómo involucrarse en la iglesia, sobre la membresía, y sobre cómo ser parte de la familia de Dios en la visible reunión familiar de santos en Cristo Jesús. Y en el gran esfuerzo para llevar el mensaje de la salvación perso- nal, la idea de iglesia se ha olvidado y se pasa por alto en detrimento de mu- chas almas. Muchas personas hoy en día tienden a ser consumidores ecle- siales. Sólo están interesados en lo que pueden obtener de su iglesia, y saltan de congregación en congregación tanto como cambian sus caprichos e intereses. No tienen ningún compromiso concreto o leal- tad a una asamblea específica de creyentes, de “los santos”. De hecho, tienen poco o nin- gún apego a la iglesia y no se comprometen en absoluto a asistir de manera regular; y si atienden a lo que ocurre a su alrededor, atienden; y si no, no pasa nada. Para personas así, su fe está completa y ex- clusivamente anclada en su relación personal con Cristo. No hay un compromiso con el cuerpo de Cris- to, ni ninguna clase de responsabilidad hacia el pueblo de Dios. Su cristianis- mo se desarrolla fuera de y aparte de la iglesia. Y sin embargo esta idea de creyentes que viven de una forma in- dependiente de la iglesia es totalmente ajena al Nuevo Testamento. El Espíritu Santo dirigió casi todas las epístolas a una iglesia local, y otros libros como 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemón fueron dirigidos a los líderes principales de la iglesia. Incluso el libro de Santia- go, que fue escrito para los creyentes esparcidos por la persecución, asume que los destinatarios siguen congre- gándose y se ocupan en gran medida con los asuntos de la vida pero en el contexto de la iglesia. En todo el Nuevo Testamento la su- posición es siempre la misma: que el pueblo de Dios fielmente se reúne en una asamblea local donde la Palabra de Dios está siendo sembrada. Ese en- cuentro no es sólo la iglesia universal e invisible en todo el mundo, sino la congregación local, visible, que es el corazón del cristianismo. La Iglesia es la única institución que el Señor esta- bleció y prometió bendecir. ¿Por qué alguien que dice amar al Señor querría distanciarse de Su pueblo? La falta ge- neralizada de compromiso con la igle- sia aparece en muchos otros aspectos, la negación proliferada del bautismo y de la comunión, la explosión de minis- terios para-eclesiales, y el abandono de los requisitos bíblicos para el lide- razgo de la iglesia son sólo unos pocos ejemplos. Centrémonos en nuestra respon- sabilidad con la iglesia y el papel que cada uno de nosotros está llamado a desempeñar en nuestras respectivas congregaciones locales. El importante paso de someternos a nuestra iglesia local, en calidad de miembros integra- les de la misma, es el inicio. John MacArthur (Recopilado por Francisco Fernández) La iglesia local y la razón de su importancia Iglesia evangélica de Zurich Enge Foto FC

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Número 52 • Juny 2016

Amo a la iglesia. Es el centro de mi vida y lo ha sido desde la infancia. Mi padre era pastor de una iglesia cuando yo nací; y crecí en la iglesia. Es el lugar donde se me llevó al conocimiento de Dios, donde aprendí sobre la persona y obra de Cristo, y donde adquirí el co-nocimiento de la verdad salvadora y santificadora. Es donde aprendí cómo orar, cómo cantar, cómo adorar, cómo amar y cómo servir. Y fue en la igle-sia donde experimenté la dirección del Espíritu de Dios conduciéndome a una vida de ministerio. Conocí a mi esposa en la iglesia. Criamos a nuestros hijos en la iglesia, y ahora nuestros nietos también. Es el lugar donde he hecho amigos para toda la vida y compa-ñeros en el ministerio. La iglesia toca cada parte de mi vida, de hecho, se podría decir que es mi vida. La gente a veces me pregunta por qué escribo tanto sobre cuestiones de la iglesia, porqué no puedo estar tranquilo y dis-frutar de mi ministerio. La respuesta es, amo la iglesia tanto que no puedo mantenerme al margen y verla tener problemas. Quiero ayudar a ser todo lo que Dios quiere que sea, y eso significa que tengo que ser un pastor. Amo a la iglesia demasiado para hacer cualquier otra cosa. Y, francamente, no puedo entender a la gente que no tiene un amor similar para la iglesia, que no están ansiosos por cada oportunidad para adorar junto con otros creyentes con los que comparten sus ideas. No puedo entender la gente que va a la

iglesia los sábados por la noche para no “arruinar” los domingos. ¿Por qué están tan ansiosos por alejarse de la iglesia? ¿En qué otro lugar querrían estar? Hubo un tiempo cuando venir a Cristo significaba venir a Su iglesia. En la época del Nuevo Testamento, la salvación traía a uno a la unión con el Cuerpo de Cristo, visible y reunido (Hechos 2:47).

Ser cristiano significaba entrar en comunión con el pueblo de Dios. Eso ha cambiado. El énfasis contemporá-neo en el mundo evangélico es la rela-ción personal del creyente con Cristo. La fe individual es el tema dominante, y rara vez hay alguna discusión sobre cómo los creyentes se supone que de-ben encajar en la iglesia. ¿Cuándo fue la última vez que leyó un tratado o es-cuchó una presentación del evangelio que terminara con una discusión de la relación del creyente con la iglesia? En el mejor de los casos se hará un bre-ve énfasis sobre cómo involucrarse en la iglesia, sobre la membresía, y sobre cómo ser parte de la familia de Dios en la visible reunión familiar de santos en Cristo Jesús. Y en el gran esfuerzo para llevar el mensaje de la salvación perso-nal, la idea de iglesia se ha olvidado y se pasa por alto en detrimento de mu-chas almas. Muchas personas hoy en día tienden a ser consumidores ecle-siales. Sólo están interesados en lo que pueden obtener de su iglesia, y saltan de congregación en congregación tanto como cambian sus caprichos e

intereses. No tienen ningún compromiso concreto o leal-tad a una asamblea específica de creyentes, de “los santos”. De hecho, tienen poco o nin-gún apego a la iglesia y no se comprometen en absoluto a asistir de manera regular; y si atienden a lo que ocurre a su alrededor, atienden; y si no, no pasa nada. Para personas así, su fe está completa y ex-clusivamente anclada en su

relación personal con Cristo. No hay un compromiso con el cuerpo de Cris-to, ni ninguna clase de responsabilidad hacia el pueblo de Dios. Su cristianis-mo se desarrolla fuera de y aparte de la iglesia. Y sin embargo esta idea de creyentes que viven de una forma in-dependiente de la iglesia es totalmente ajena al Nuevo Testamento. El Espíritu Santo dirigió casi todas las epístolas a una iglesia local, y otros libros como 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemón fueron dirigidos a los líderes principales de la iglesia. Incluso el libro de Santia-go, que fue escrito para los creyentes esparcidos por la persecución, asume que los destinatarios siguen congre-gándose y se ocupan en gran medida con los asuntos de la vida pero en el contexto de la iglesia.

En todo el Nuevo Testamento la su-posición es siempre la misma: que el pueblo de Dios fielmente se reúne en una asamblea local donde la Palabra de Dios está siendo sembrada. Ese en-cuentro no es sólo la iglesia universal e invisible en todo el mundo, sino la congregación local, visible, que es el corazón del cristianismo. La Iglesia es la única institución que el Señor esta-bleció y prometió bendecir. ¿Por qué alguien que dice amar al Señor querría distanciarse de Su pueblo? La falta ge-neralizada de compromiso con la igle-sia aparece en muchos otros aspectos, la negación proliferada del bautismo y de la comunión, la explosión de minis-terios para-eclesiales, y el abandono de los requisitos bíblicos para el lide-razgo de la iglesia son sólo unos pocos ejemplos.

Centrémonos en nuestra respon-sabilidad con la iglesia y el papel que cada uno de nosotros está llamado a desempeñar en nuestras respectivas congregaciones locales. El importante paso de someternos a nuestra iglesia local, en calidad de miembros integra-les de la misma, es el inicio.

John MacArthur(Recopilado por Francisco Fernández)

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Any 5, número 52, juny 2016

Butlletí mensual publicat per:Església EvangèlicaJoan Prim, 13108330 Premià de Mar

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Las “C” de la Iglesia

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“Jesús nunca enseñó a sus discípu-los a predicar, sólo a orar... saber cómo hablar con Dios es más que saber ha-blar con el hombre.” Andrew Murray.

“Echa una mirada a la iglesia en Pentecostés. Ellos oraron diez días y predicaron diez minutos. Hoy oramos diez minutos y predicamos diez días y estamos encantados si alguien se sal-va.” Ronald Dunn.

“El ministerio de predicación está abierto a unos pocos, pero el ministe-rio de la oración está abierto para to-das las personas.” Leonard Ravenhill.

“El significado de la oración es contactar con Dios, no con la respues-ta.” Oswald Chambers.

“Unir las manos en oración es el comienzo de una sublevación contra el desorden del mundo.” Karl Barth.

“La oración es la acción de ver la realidad desde el punto de vista de Dios.” Philip Yancey.

“Por medio de la oración de inter-cesión, Dios nos extiende a cada uno

ORACIÓN: ¡La batalla es real!de nosotros una invitación persona-lizada y grabada a mano para estar íntimamente involucrados para tra-bajar por el bienestar de los demás.” Richard J. Foster.

“La oración bíblica es impertinen-te, persistente, descarada, indecorosa. Se parece más a un bazar al aire libre que a los monólogos amables de la Iglesia actual.” Walter Wink.

“Orad unos por otros para que seáis sanados.” Santiago (Stg.5:16).

“Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento.”Apóstol Pablo (1ª Co.14:15).

“Cuando oréis decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros per-donamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbra-nos del mal.” Jesús (Lc.11:2-4).

Es cierto que Dios a través de la oración cambia las cosas, pero es más cierto que a través de la oración Dios me puede cambiar a mí y entonces con su ayuda yo puedo cambiar las cosas. Pide a Dios que te haga un hombre/una mujer de oración. Apar-te del tiempo personal de oración que tengas, Dios nos anima a orar con nuestros hermanos en la fe.

Es parte importante en la vida de la iglesia. La oración comunitaria nos edifica y unifica.

¿Quieres cooperar con Dios para que se cumpla Su plan? Ven a orar cada miércoles a las 20 horas con nosotros.

La palmera en la BibliaLas palmeras son árboles que sólo

crecen bien en regiones cálidas, secas y suelo arenoso. Sus raíces penetran hasta lograr aguas subterráneas pues requieren de mucho calor y humedad constante en el terreno. Tienen el tron-co recto y alto y la copa formada por hojas dispuestas a modo de parasol, sombrilla o penacho. Sus frutos pueden ser los dátiles o el coco. Crece siempre derecha, sin ramas laterales. Hay más de 1000 especies de palmeras y proli-feran en la zona Mediterránea, norte de Africa, Corea, Carolina del Sur, regiones tropicales y selvas ecuatoriales.

La palmera que se nombra en la Biblia generalmente es la *“palma da-tilera” (en hebreo “tamar” y en griego “foenix”) y crece especialmente en los oasis del desierto del Sinaí, en la zona costera al sur de Gaza y alrededor del Mar Muerto. Los dátiles crecen en raci-mos que pueden llegar a pesar hasta 25 kilos y son un elemento importante en la dieta. Las hojas se usan para techos, cercados, esteras, cuerdas y decoración. Con la médula se prepara harina y los brotes se comen como verdura. Con el jugo de los dátiles se obtiene vino de palma. Los árabes llaman a la palmera “el padre alimentador de los hijos del desierto”, “el árbol de la vida” o “el pan del desierto”. Los dátiles aportan nu-trientes, vitaminas, minerales y protei-nas; siendo nutritivos y energéticos, se consumen todo el año.

Muchas ciudades reciben el nom-bre de “ciudad de las palmeras” por la abundancia de éstas y por el culto que se les daba. Ocupó un lugar importan-te en la economía y la vida diaria de la gente en Palestina. Tanto los frutos como las ramas se utilizaban en las fies-tas religiosas, sobretodo en la fiesta de

los Tabernáculos. Se usó en la decora-ción arquitectónica del templo y apare-ció en algunas monedas.

Es símbolo de victoria y regocijo, de abundancia y longevidad debido a que mide de 18 a 24 metros de altura y vive hasta 200 años. Empieza a dar fruto al sexto año y llega a la madurez a los 30 años. La palmera se emplea también en la poesía hebrea para realzar la belleza de la esposa y para adornar los relatos bíblicos.

ALGUNAS CITAS BÍBLICAS

1» Jueces 4:4,5. Gobernaba en aquel tiempo a Israel, una mujer, Débora, profetisa... y acostumbraba a sentarse bajo la palmera... y los hijos de Israel subían a ella a juicio.

2» Cantares 7:7,8a. Tu estatura es semejante a la palmera, y tus pechos a los racimos. Yo dije: Subiré a la palme-ra, asiré sus ramas...

3» Cantares 5:11. (LBLA), Su cabeza es como oro fino y sus cabellos como racimos de dátiles. (RVR1977), ...sus ri-zos son racimos de palmera.

4» Salmo 92:12-14. El justo flore-cerá como la palmera... plantados en la casa de Jehová... aún en la vejez fruc-tificarán, estarán vigorosos y fuertes...

5» Ezequiel 40:22,31,34. Y sus arcos caían fuera al atrio, con palmeras en sus postes...

6» Apocalipsis 7:9. Después de esto miré, y he aquí una gran multitud ves-tidos de ropas blancas y con palmas en las manos.

7» Levítico 23:40. Y tomaréis ramas de palmeras... y os regocijaréis delante de Jehová por 7 días.

8» 2 Crónicas 28:15b. ... y los lleva-ron hasta Jericó, ciudad de las palmeras.

9» Nehemías 8:15. ... salid al mon-

te y traed ramas de olivo, de arrayán, de palmeras... para hacer tabernáculos, como está escrito.

10» Éxodo 15:27. Y llegaron a Elim, donde había 12 fuentes de agua y 70 palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.

11» 1 Reyes 6:32. Las dos puertas eran de madera de olivo, y talló en ellas figuras de querubines, de palmeras y las cubrió de oro.

12» 2 Crónicas 3:5. Y techó el cuer-po mayor del edificio con madera de ciprés, la cual cubrió de oro fino, e hizo realzar en ella palmeras y cadenas.

13» Deuteronomio 34:3. ... el Ne-guev, y la llanura, la vega de jericó, ciu-dad de las palmeras, hasta Zoar.

14» Juan 12:13. ... tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y cla-maban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!

Abigail Rodés

Receta “bíblica”: Dátiles con arrozINGREDIENTES (PARA 4 PERSONAS):300 gr. arroz, 25 dátiles deshuesados, 2/3 zanahorias (según tamaño), aceite de oliva y sal.ELABORACIÓN:1. Cocer el arroz en cazuela con una pizca de sal y aceite de oliva.2. Una vez cocido, lavar con agua fría y reservar.3. Hacer tiras de zanahoria y freir en sartén con un poco de aceite de oliva y los dátiles cortados en trozos no muy grandes. Añadir al arroz.4. Opcional: se pueden añadir tiras de pollo asado, bacon o jamón york. ¡Buen provecho!

Sant Jordi - Dia del llibreGracias a los pocos que habéis invertido en los niños de la Escuela

Dominical. Sólo hemos podido aumentar nuestra biblioteca en un libro: “El poder de la oración para niños”, un buen libro que des-pierta a los niños a una vida de oración, a saber interceder por otros, a saber bendecir a Dios, etc. ¡Pero con este, ya tenemos 90 libros!

Les dones informen...

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En este último trimestre hemos podido seguir con el estudio de Hageo, tres días dedicados a la Reforma, dos visitas: de Iván Carra de Puertas Abiertas y Silvia López de Sociedad Bíblica, orando y profundizando en las Escrituras.

En este último trimestre hemos ofrendado para la So-ciedad Bíblica, Puertas Abiertas, Ecuador, para el baño del vestíbulo, RIE (Residencia Infantil Emmanuel) y LTB (Liga Testamento Bolsillo). Hemos comprado pañales para Mai-lin y también un lote de Biblias “de la Reforma” .

Este mes finalizan las reuniones hasta Septiembre. Nos vemos a la vuelta para alabar juntas a Dios, estimularnos a predicar, a enseñar, a servir a Dios...

Os animamos a todas las mujeres a venir al 23 Encuen-tro de mujeres cristianas de AFEC (Assemblea femenina evangélica de Catalunya) El tema general ”El reto de la fe” será expuesto por Marcos Zapata. Es pastor en la Iglesia evangélica “Buenas Noticias“ de Lugo; presidente de la Co-misión de Familia de la Alianza Evangélica Española (AEE),

autor de “La Guía de acción pastoral contra la violencia de género”, profesor en la Universidad de Santiago de Com-postela, experto en intervención familiar de la Universidad de la Coruña, educador social y asesor familiar.

Ha participado junto a Pablo Martínez en “La guía Pastoral para la prevención del abuso espiritual” que ha preparado AEE. (Más información sobre esta guía en Pro-testantedigital.com)

Pero el mayor título es que es hijo de Dios y está com-prometido con el Dios de la obra.

En el retiro podrás escuchar nuevas canciones de Fran-cesca Patiño, conocer el trabajo de “Sofia en Tailandia”, y escuchar al Coro Gospel “Vocal Groove” dirigido por David Suárez (puedes escuchar en Youtube algunas de sus actuaciones en la calle y en iglesias) y otras muchas cosas que tu misma podrás descubrir.

¡Te esperamos!

Abigail Rodés

Iván

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Silvia López. 5 de mayo.

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“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras... y guar-dan las cosas en ella escritas”