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MARZO DEL 2013

NDICE

Con su renunCia, el PaPa evidenCia la Crisis de la iglesiaEnconada, la pugna por la sucesión

4ediTorial3 8 demoCraCia y CorruPCión de los gobernanTes en esPaña La política se ha infectado de suciedad

12 la eCuaCión de medio orienTe La política del miedo es la base de la supervivencia de la élite gobernante

marx y la minería de hoy en amériCa laTina El balance ambiental, social y económico de la minería actual ha sido muy negativo

maEl balance ambiental, social y económico

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Cuatro secciones bajo las cuales se agrupa el análisis de los acontecimientos

internacionales:

1. Balances geopolíticos y actores globales, principalmente los Estados que han jugado un papel hegemónico en Europa y América del Norte así como actores emergentes (China, Brasil, Corea del Sur, India, Sudáfrica, México) que en la primera década del siglo XXI están modificando los equilibrios globales. Actores como las redes sociales de opinión e influencia ligadas a las nuevas tecnologías; el crimen organizado; y en general la sociedad civil que reclama crecientemente espacios de influencia y que condicionan el papel predominante de los Estados en las relaciones internacionales.

2. Recursos mundiales y población, binomio cuyo equilibrio es cada vez más precario sobre todo cuando se trata del agua, los alimentos, las fuentes primarias de energía, y el medio ambiente. Y que abre la posibilidad de guerras futuras por el control de esos recursos o para impedir que un país acelere, con sus políticas nacionales de desarrollo, el cambio climático y de sus ecosistemas con consecuencias catastróficas para el planeta.

3. La economía global, operando hoy día bajo supuestos fuertemente cuestionados incluyendo los retos de un nuevo proteccionismo comercial, una guerra de divisas, las secuelas de la reciente crisis financiera y económica mundial que seguirán pesando en la estructura del capitalismo y de las economías emergentes, en particular en los mercados laborales y en el problema del desempleo, así como en las presiones migratorias de unos países y regiones a otras.

Estos tres ejes – actores geopolíticos, la geopolítica de los recursos naturales y del medio ambiente, y la economía global – serán los componentes permanentes del suplemento.

4. La coyuntura y lo nuevo, el cuarto eje propuesto, es un espacio para recoger hechos circunstanciales que permitan destacar las reacciones inmediatas de gobiernos y de fuerzas sociales y políticas involucradas. Esta es la propuesta, expedida junto con la invitación para iniciar con nosotros la experiencia de navegar por el mundo con mejor información y mayor conciencia de los eventos que nos impactan.

Secciones del Suplemento

CARMEN LIRA SAADEDirectora General

LUIS JAVIER SOLANACoordinador General

RUBEN MONTEDÓNICOInformación

ANDRÉS RUIZRedacción

FABRIZIO LEÓN DÍEZEditor de Fotografía

ROMERODirección de Arte

LETICIA MARTÍNEZ MARTÍNEZMARIANA OLLIN YOLIZTLI M.

Diseño

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E D I T O R I A L

A partir del atardecer del pasado 28 de febrero, Joseph Ratzinger, abandonó definitivamente a Benedicto XVI y retomó plenamente su antiguo nombre. El día anterior, el papamóvil hizo un recorrido por la Plaza de San Pedro llena de fieles que asistieron a la ultima aparición pública de este pontífice. Luego, C l Gandolfo lo recibirá mientras dura el cónclave del Colegio Cardenalicio, que designará a su sucesor. Entre el estupor de quien declaró que no siempre navegó en una barca institucional con viento a favor y la expectativa de quién establecerá –esperando que se cumplan– los destinos de alrededor de mil 200 millones de católicos, más o menos obedientes, emergerá el nuevo Papa. Como señalan algunos comentaristas, de los tenidos por “generalmente, bien informados”, es difícil que los cardenales escojan a alguien que produzca cambios dramáticos en la conducción de la Iglesia. Más allá de la impronta personal que pueda establecer sobre ciertas cuestiones, sería por lo menos inesperado que el próximo Papa –heredero de quien formuló en latín la declaración más importante de su vida eclesial– impulse cambios que den continuidad al abandonado aggiornamento. No es probable que el sucesor sea un “Juan el bueno”, ni un “Continuador Pablo”. Como posibilidad se esgrime que persistirá el tiempo de transición con retroceso –para muchos– respecto del Concilio II. Desde España, sumida en la grave crisis económica que azota con intensidad variada la zona euro, se suman ahora hechos de corrupción que eran sospechados pero que ahora tomaron estado público. El desprestigio alcanza tanto a la casa real como al partido en el gobierno: afecta tanto al rey como al conductor de la administración política. Nunca antes en tiempos del posfranquismo la solución política que estableció la monarquía había sido puesta en entredicho de manera tan severa. Se podría decir, como síntesis, que el “destape” de los actos de corrupción son la palanca mayor que cuestiona el andamiaje institucional del reino. A la crisis de las grandes mayorías se sumaron las acciones delincuenciales –comprobadas, sospechadas o atribuidas– a las jerarquías del Estado y del gobierno. No sólo se recortó el presupuesto nacional en salud, vivienda y educación, con el desempleo sostenido y rampante; no únicamente se agregaron intentos independentistas y separatistas seguidos por descontrolados hechos de centralismo; se cuestiona a las instituciones y a quienes las dirigen. En otro orden, los resultados electorales de Estados Unidos e Israel dan la impresión de que se alejó el momento en que Benjamín Netanyahu ampliaba fronteras y pretendía incursionar

militarmente en territorio persa. El primer ministro israelí tuvo una mala elección interna y cuenta con poco apoyo en el aparato político de Washington, más preocupado por la evolución de la situación en Siria y en sostener sin peligro las líneas de su abastecimiento de petróleo y gas procedentes de la cuenca del mar Caspio, que de la expansión e intervención que le propone Jerusalén. A Estados Unidos, que lentamente se recupera del quebranto económico de la primera década del siglo XXI y que no soluciona definitivamente el tema interno de su presupuesto, le resulta inoportuno abrir un nuevo frente bélico –costoso en lo político y lo financiero– a que lo quiere llevar la dirigencia del Estado judío. Parece haber pasado el momento político-militar de Netanyahu, motivado por las creencias que comparte con la comunidad militar y los servicios de inteligencia de su país. Una preocupación recorre América Latina: el extractivismo. Los estados nacionales están siendo tentados, con distintas variables, por empresas multinacionales que ofrecen, en lo inmediato, abultar con el pago de cánones las aportaciones fiscales, a cambio de la concesión de extensas áreas para practicar la minería. La inversión se hace, en general, con grave peligro para las comunidades en torno a los sitios concesionados, y prácticamente sin beneficio para ellos; por otra parte, la política de extracción de los bienes de la tierra, que se obtiene mediante sistemas mayoritariamente conocidos como de “cielo abierto”, es decir, con el mínimo de inversión posible. A esto se agrega el hecho de que la obtención del producto se hace mediante métodos que emplean un alto consumo de agua potable, la cual se contamina con los agregados para la lixiviación (cianuro, entre otros). Esta combinación tiene como resultados inmediatos el desplazamiento y migración poblacionales; la destrucción ambiental y la contaminación inherente al proceso. Además, hay que considerar que este tipo de minería guarda estrecha relación con los precios del mercado internacional del producto a extraer y de los requerimientos sobre el mismo, por lo que una caída en los precios de uno o más minerales tiene efectos inmediatos sobre la actividad, que aun si se abandona definitivamente, ya habrá generado perjuicios en las comunidades y su hábitat, los cuales se extenderán en el tiempo. Para ejemplo, no es igual el controlado efecto que tienen las minas de cobre de Chuquicamata, en la puna de Atacama, en Chile, que el extractivismo de hierro en una zona de vocación ganadera de Uruguay por parte de la empresa india Aratiri. En el segundo caso, el daño ecológico puede generar una afectación por generaciones.

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Lo dijo en latín, como para confirmar una idealidad ultraconservadora. El anuncio a la grey católica y al mundo político internacional generó sobresalto, cuando no desasosiego. Joseph Ratzinger expresó: “Cuando un Papa alcanza la clara conciencia de que ya no es física, mental y espiritualmente capaz de llevar a cabo su encargo, entonces tiene, en algunas circunstancias, el derecho, y hasta el deber, de dimitir”. Con estas palabras –en una suerte de Urbi et orbi– del pasado 11 de febrero, confirmaba su abdicación. Junto con ella anunciaba que dejaba de ser el obispo de Roma, una suerte de título subsidiario y la potestad mayor de ser infalible. Su papado, desde el principio, se supo que sería relativamente breve, dada su avanzada edad: un “Papa de transición”, como dice Bernardo Barranco (La Jornada 12 de febrero de 2013). Llego a convertirse en Papa –dicen sin quererlo– con la idea de limpiar la Iglesia. Para ese momento tenía 24 años de ser cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe, heredera de lo que se conoció como el Santo Oficio o simplemente la aterrorizante Inquisición. Su alejamiento parece confirmar que deja el cargo como un derrotado. Reiteró en su entorno, a su regreso del viaje a Cuba y México, en marzo de 2012, su intención de renunciar. Después sobrevino el escándalo de los Vatileaks y el alejamiento de Ettore Gotti Tedeschi –hombre del Opus Dei– antiguo integrante del Banco

Santander en Italia y nombrado posteriormente presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), llamado comúnmente Banco Vaticano. Puede entenderse la actitud tomada por quien adoptó el nombre de Benedicto XVI como una ruptura dentro de las normas no escritas de la Iglesia. De aquí en más es factible que sus sucesores tengan un valor político y religioso de menor estatura debido a la dimisión anunciada. De igual forma,

se puede suponer que aunque esté enclaustrado en Castel Gandolfo, aún así pudiera o quisiera tener influencia en el nombramiento de su sucesor. Esa continuidad estaría relacionada, entonces, con la persistencia de Joseph Ratzinger de querer “limpiar la Iglesia”. A la villa de descanso papal –ahora su confinamiento–, lo acompañará su secretario, monseñor Georg Gänswein, y las cuatro laicas que lo atienden y forman parte de la denominada Familia Pontificia. Volviendo a la abdicación, habrá que tener en cuenta lo que

le refirió al periodista alemán Peter Seewald hace 35 meses y que citamos antes, por lo que Ratzinger puede estar enfermo y débil, pero no abdicó por ninguna de esas dos razones. Tampoco, porque desde hace unos 10 años tiene instalado un marcapasos, al que hace pocos meses le cambiaron pilas para renovarlo. Se va derrotado por el incumplimiento de la tarea que él mismo se había asignado. Se va, según la expresión de L´Osservatore Romano, por vivir como “apacible pastor rodeado de lobos”, estando a la cabeza de una organización “devastada por jabalíes”. Las renuncias de los altos cargos

RUBÉN MONTEDÓNICO Coordinador de información de Aldea Global

Enconada, la pugna por la sucesión

CON SURENUNCIA,EL PAPA EVIDENCIA

LA CRISIS DE LA IGLESIASe va Joseph Ratzinger, aduciendo su

derecho y hasta deber de dimitir

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vaticanos nunca han sido, en general, aceptadas ni bien vistas, a pesar de que sí están contempladas en el Código de Derecho Canónico de 1983. Se dice que Juan Pablo II jamás se hubiese “bajado de la Cruz”, según comentario del arzobispo de Cracovia, cardenal Stanislav Dziwisz –secretario personal del pontífice polaco durante casi 40 años–, en alusión a la abdicación de Joseph Ratzinger. Se pone como ejemplo el tiempo transcurrido para autorizar la dimisión de Peter Hans Kolvenbach, general de la Compañía de Jesús, cargo que se conoce más comúnmente como el de Papa negro. Karol Wojtila se negó a esa aprobación y Ratzinger lo hizo recién en 2008, argumentando que sólo se trató de una concesión personal “al renunciante”.

Maciel entre bambalinas A pesar de tener conciencia de su incumplimiento, de todas formas una semana antes de su anuncio defenestró al cardenal Roger Mahoney. Este cardenal de la ciudad de Los Ángeles “guardó” hasta 2007 unos 500 expedientes con denuncias de víctimas y abusos de pederastia que le costaron a la Iglesia estadunidense 660 millones de dólares en indemnizaciones a las victimas. Asimismo, el 15 de febrero cubrió la vacante dejada en septiembre de 2012 por Tedeschi en el IOR, sustituyéndolo con el germano –de 58 años– Ernest von Freyvberg, abogado, presidente de una armadora en Hamburgo que recicla cruceros para turistas y construye cuatro barcos de guerra para la República Federal de Alemania.

En otro caso, el del fundador y líder de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, las denuncias se acumularon sobre la mesa de trabajo de su predecesor, Karol Wojtila, sin consecuencias. Se trató de un encubrimiento que obra en contra de la beatificación de Juan Pablo II; mientras Benedicto XVI hasta 2006 adoptó sanciones. En tiempos de Wojtila, durante 1998 recibió siete denuncias de pederastia contra Maciel, sin que se pueda suponer ignorancia del hecho de que de 1956 a 1959 el legionario no pudo ir a Roma.

A la par de la sanción a Mahoney, otro incidente debió ser atendido por el dimitente: Vincenzo Paglia, arzobispo presidente del Pontificio Consejo de la Familia, hizo la defensa de la integración tradicional de ese núcleo, pero agregó que hay parejas de facto que pueden estar compuestas por personas del mismo sexo. No pasaron 24 horas cuando tuvo que rectificar.

El Papa alemán no sólo ha “topado con (parte de) la Iglesia” si no, también, con otras confesiones. A la preocupación vaticana acerca de la evolución de las primaveras árabes se agrega el discurso del 12 de septiembre de 2012 en Ratisbona, donde citó a un emperador bizantino del siglo XIV que sostenía que el islam únicamente había aportado maldad al mundo y que ésta se había esparcido a través de la espada. Esta afirmación generó malestar y protestas de los musulmanes, los consecuentes ataques a templos católicos en Medio Oriente y el asesinato de una monja en Somalia. Ratzinger, en la oportunidad, se excusó, señalando que se malentendieron sus palabras, aunque no corrigió el fondo de las mismas. Así también, entró en conflicto con los judíos en enero de 2009, al levantar la excomunión al obispo inglés Richard Williamson, antes de que éste ratificara, en un documental, sus dudas sobre el impacto general del Holocausto, relativo al número de muertos en Europa. Lo

anterior se suma a las objeciones de sectores del judaísmo ante la intención de canonizar a Pío XII, acusado, al menos, de permisividad y silencio acerca de los crímenes contra judíos en Alemania y Polonia durante la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, existe también cierto enojo por su intervención en asuntos propios de la Iglesia anglicana, al solidarizarse con los sectores más refractarios que objetaron el ministerio de las mujeres. Para el caso del catolicismo, generó un amplio movimiento en contra de la teología de la liberación; rechazó el matrimonio entre homosexuales; negó libertad de elección sobre su propio cuerpo a las mujeres, y tuvo una actitud de limitación al uso del preservativo en las relaciones sexuales, el cual admitió solamente para impedir la propagación del sida. Por estas y otras actitudes, se difundieron ampliamente sus apodos de rotweiler o panzerkardinal del Vaticano. En esa Europa que alguna vez fue mayoritariamente católica, Benedicto XVI se descompuso en cierto momento con la declaración de laicidad dada por el entonces jefe de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. El Vaticano, acusó al político de alentar una “clerofobia radical”. En ruta hacia Santiago de Compostela, Ratzinger calificó al gobierno hispano de practicar un “laicismo agresivo”, sólo equiparable al de la Segunda República (1931-36) y durante los meses iniciales de la guerra civil iniciada con el levantamiento de Francisco Franco, que apoyó la jerarquía católica del país. Como es obvio, se trató de un acto “algo más que inamistoso”, contrario a toda forma diplomática y hostil contra un Estado que sin proclamarse religioso, sigue manteniendo a la Iglesia romana en situación de privilegio.

La Santa Banca Sin embargo, más allá del desgaste sufrido por la Iglesia católica como consecuencia del “destape” de los casos de pederastia –más de 10 mil 600 denuncias contra 4 mil religiosos sólo en Estados Unidos, y unos 500 casos en Bélgica– el detonante final de la dimisión lo constituyeron los casos de corrupción de la banca vaticana. Se pone como ejemplo el caso de Matteo

2 El hElicóptEro que trasladó a Benedicto XVI a la residencia veraniega de Castel Gandolfo, en un viaje de 15 minutos, sobrevuela la cúpula de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano

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En su inesperada como insólita renun-cia, Joseph Ratzinger expresó: “Cuando un Papa alcanza la clara conciencia de que ya no es física, mental y espiritualmente capaz de llevar a cabo su en-cargo, entonces tiene,

en algunas circun-stancias, el derecho, y hasta el deber, de

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globalizado a la mayoría de las instituciones, incluyendo a la eclesiástica. La marginación de los principios del Concilio Vaticano II y el ahogamiento de las expresiones más progresistas en el seno de la Iglesia, fueron parte de las tareas de los dos pasados papas. Es improbable que en estos tiempos se organice –un poco contrarreloj– un nuevo concilio, por lo que la Iglesia dirigida desde Roma estará en directa dependencia de los designios de su conductor, que pareciera debe aunar carisma, manejo de medios y una conducción similar a la de un líder político.

Juan Masiá Clavel, jesuita y profesor de bioética en la Universidad Sophia, de Tokio, escribe acerca de Ratzinguer: “Como Papa, se esfuerza Benedicto por centrar la barca de Pedro. Lo atacan los extremos, mientras revolotean los cuervos del carrerismo eclesiástico de la Curia Vaticana (¿Fue traición o fidelidad lo del mayordomo?, ¿lo destapará Giorgio algún día?) Su discurso a los cardenales sobre la interpretación del Concilio fue programático: ni ruptura de la tradición, ni renuncia a la renovación. ¿Qué pensar del cónclave? ¿Es posible un milagro como en 1958 con Juan, el Papa bueno?, ¿o involución endogámica por votantes nombrados por Benedicto y su predecesor? Es la cara humana de la institución: luchas de poder y carrerismo eclesiástico, denunciado por el mismo Benedicto”. El también jesuita Pedro Miguel Lamet, escritor y periodista, opinó: “Su decisión abre un futuro incierto, porque el actual colegio cardenalicio no se distingue por su apertura, pero ciertamente distinto, con posibilidades para la Iglesia latinoamericana e italiana, que reclama volver a la Santa Sede hace muchos años. Por tanto, en mi opinión, se trata de una buena noticia de fuerte sabor evangélico y que honra al actual pontífice”. Tras el anuncio y la conmoción que éste generó, Benedicto cumplió con recibir algunas visitas –actos no exentos de cierto morbo, por concurrir, inesperada e insólitamente, a saludar a un Papa de tiempo cumplido– y remató con los saludos al todavía primer ministro Mario Monti y al presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano. Después, se asomó al balcón de la plaza de San Pedro, presidió el Ángelus, para finalmente despedirse luego de la postrera audiencia general. Horas después dejó de ser el obispo de

Roma para internarse en Castel Gandolfo. Con esto último dio inicio formal a aquello que muchos venían practicando desde tiempo atrás: hábiles lectores de los entrelineados, sabían que el Papa tenía los días contados y comenzaron sus frenéticos cabildeos. Algunos más se sumaron a esa práctica después de que el pontífice regresó de Cuba. Finalmente, los más rezagados iniciaron contactos y mediaciones este mismo año.

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Messina Denaro, sustituto de Salvatore Totó Riina al frente de la conocida Onorata Società. Este jefe de la Cosa Nostra tiene parte de su fortuna en el IOR mediante testaferros. El tema de la corrupción de la banca vaticana no es nuevo. Con independencia de la ficción que –en particular– nos mostraba Mario Puzo en su libro y que reprodujo el cineasta Martin Scorsese en el Padrino III, señalando la connivencia de la mafia siciliana con la alta jerarquía católica, ya se sabía del caso muy real del cardenal estadunidense Paul Marcinkus, en 1970-80, que tuvo como episodio más dramático el asesinato de Roberto Calvi –colgado en el puente de Londres–, quien había quebrado el Banco Ambrosiano y el del banquero Michele Sindona, ambos integrantes de la logia masónica P2, que dirigía Licio Gelli. También se sabía de las conexiones de éstos con las dictaduras latinoamericanas del Cono Sur y del involucramiento particular de la banca rioplatense de la familia Ortolani con ellos. Sin la pretensión de hacer balance sobre el papado de Benedicto XVI, menos aún sobre sus intenciones e intelecto, debe entenderse su pontificado como un periodo de transición fracasado. Habría que decir, a modo de suscinto resumen, que el entorno de lobos ganó la partida.

Algunos tratadistas recuerdan que la vocación que adoptó Ratzinger al ordenarse sacerdote en 1951, no fue la de un cura de iglesia, sino alguien que se inclinó por la docencia, la teología y la historia del dogma religioso en las escuelas germanas. Estudioso de los temas de la fe, participó en el ala progresista alemana del Concilio Vaticano II, convocado por Juan XXIII y continuado por Paulo VI. En el recuerdo acerca de precedentes renuncias, hace poco más de 40 años cambió su cátedra de teología en la prestigiosa Universidad de Tubinga por la de la modesta de Ratisbona. En ese momento alegó algo que hoy nos suena familiar: “falta de fuerzas”. Desde el cargo en Ratisbona, fue llamado por Juan Pablo II en 1981 para ocuparse de la prefectura de la Congregación para la Doctrina de la Fe y ser nombrado, tiempo después, decano del colegio cardenalicio. La renuncia –como hecho inusual en siglos– abre para algunos la posibilidad de realizar reformas fundamentales en el cuerpo eclesial y abandonar lo que se entiende como prácticas medievales de los dos papados anteriores. El desafío, en todo caso, es convivir con una sociedad occidental en donde habitan mayoritariamente los mil 200 millones de feligreses católicos, con creciente preminencia laica, secularizada, y que cuestiona en el mundo

2 Benedicto XVi saluda desde una ventana de la residencia veraniega de Castel Gandolfo. A unos 35 kilómetros de Roma, a una multitud que se congregó para verlo en el último día de su pontificado

Se va, según la expresión de

L´Osservatore Romano, por vivir

como “apacible pastor rodeado de

lobos”, estando a la cabeza de una orga-nización “devastada por jabalíes”. Las

renuncias de los altos cargos vaticanos

nunca han sido, en general, aceptadas

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El jesuita Juan Masiá Clavel se pregunta

sobre la dimisión: Lo atacan los extremos, mientras revolotean los cuervos del car-rerismo eclesiástico de la Curia Vaticana. ¿Qué pensar del cón-clave? ¿Es posible un milagro como en 1958

con Juan, El Papa bueno?, ¿o involu-

ción endogámica por votantes nombrados por Benedicto y su

predecesor?

Los papables ante el cónclave De los 117 integrantes con voto que ungirán al próximo Papa –como voluntad del Espíritu Santo– hay 10 por ciento que espera ser elegido. Pareciera ser, por ejemplo, que uno de ellos, el muy mencionado ghanés de 64 años, de raza negra, Peter Turkson, el africano con máximas posibilidades, tiene en contra su condición racial, dado que el presidente estadunidense es afrodescendiente y se entendería su nombramiento como una “coincidencia seguidista”. Por otra parte, hay que recordar que los antecedentes sucesorios para un Papa dimitente tienen pocos y remotos precedentes, si pensamos que fue con Celestino V, en 1294, la anterior vez que ocurrió un caso como el actual, de renuncia sin presión, y que en el caso de los otros tres sucedieron en los siglos II, III y XV. En la composición de los electores actuales, Europa cuenta con 62, siendo Italia el país con mayor cantidad, 27, pero observándolo desde otro ángulo, hay que consignar que 42 por ciento de los católicos habita al sur del río Bravo. Pareciera, de esta forma, que la elección se circunscribiría a decidir entre cardenales de países desarrollados, preferentemente europeos y en particular italianos, o algún latinoamericano. En esos terrenos, en los que unos piensan en términos muy religiosos y los demás en simples apuestas, cabe mencionar algunas candidaturas por las cuales parece inclinarse, por ejemplo, el diario italiano La Repubblica, que hace su elección preferente por Ángelo Scola, arzobispo de Milán, experto en bioética, conocedor del islam y promotor del entendimiento entre cristianos y musulmanes. Tampoco descarta al austriaco Christoph Schoenborn, de 67 años, estudiante del papa Benedicto XVI y arzobispo de Viena. Entre los eventuales papables latinoamericanos, se menciona al argentino Jorge Bergoglio, recordado por sus múltiples bendiciones a la pasada dictadura de su país. Para no ser menos, de la misma nacionalidad se habla del cardenal Leonardo Sandri, quien fue portavoz de Juan Pablo II. Tiene 69 años y es hijo de migrantes italianos, habiendo sido nuncio apostólico en Madagascar, Venezuela y México. De Brasil, el mayor país católico del mundo, se habla de Odilo Pedro Scherer –63 años–, arzobispo de Sao Paulo. En su país lo tienen como un eventual Papa de consenso, capaz de unir a

conservadores y progresistas dentro de la Iglesia. En favor y en contra de su nominación, está el hecho de que procede de una familia alemana, al igual que Ratzinger. Del área centroamericana, en esa consideración se tiene al arzobispo de Tegucigalpa, Óscar Andrés Rodríguez, de 70 años, a quien se recuerda como uno de los promotores del golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya, en julio de 2009. En el papado de Benedicto XVI se ha visto de todo, según lo descubrieron los octogenarios cardenales Julián Herrans, Jozef Tomko y Salvatore de Giorgi: corrupción, finanzas oscuras, guerras por el poder, robo y posterior filtración de documentos secretos, pugna entre sectas, lavado de dinero, etcétera. Es decir, como resumen, “resistencia en la curia al cambio y muchos obstáculos a las acciones pedidas por el Papa para promover la transparencia”. El mérito mayor de Ratzinger, según los entendidos, fue el de “exponer“ el agujero negro de los pedófilos, sin con ello acabar con esa práctica nefanda; no logró modernizar la institución ni barrer la suciedad dejada por Juan Pablo II. Su ideología y concepciones de derecha se identifican, por ejemplo, en la supresión de las sanciones contra fascistas y ultrarreaccionarios seguidores del obispo cismático Lefebvre, legitimando desde la Iglesia esta corriente de apoyo a las dictaduras de extrema derecha. Otro sonado fracaso lo constituyó el denominado Banco Vaticano –fundado por Pío XII en 1942– que por recomendación de Moneyval, el Banco de Italia bloqueó el uso de tarjetas de crédito dentro del Vaticano entre el primero de enero y el 15 de febrero de 2013, debido a la falta de transparencia en su empleo. El IOR maneja 33 mil cuentas por las cuales circulan unos 7 mil 800 millones de dólares al año, con toda la opacidad imaginable. Ratzinger no será recordado por aquello que se dice que fue en sus años de juventud nazi –entendida como errores de la edad e impotencia– ni tampoco por su presencia entre los progresistas alemanes del Concilio Vaticano II, sino por lo que hizo y no hizo como Papa, controlado por la derecha, incluido su acto final. Como corolario hoy estamos ante una situación inusual, porque Ratzinger hizo algo impensado para un Papa: renunció. Con lo cual también se le terminó la cuota de infalibilidad. 2

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La afirmación manida de que de lo malo lo menos malo, no es alternativa. Conformarse no es solución. Los hechos muestran el error de asumir la fatalidad como resultado. Gobiernan mediocres.

Las consecuencias son devastadoras. La clase política se convierte en la avanzadilla de la corrupción y la negligencia. La prueba, en España, El debate de la nación. Una representación teatral donde se trata de saber quién ganó a quien. En este caso ¡¡¡Y tú más!!! No hay altura de miras. Mientras el presidente de gobierno habla de mejorar la imagen de España, señalando que todos los países sufren corrupción, el representante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) propone su dimisión. Ambos enrocados en sus discursos han perdido el respeto a la ciudadanía. Ningún problema que preocupe a la población fue abordado. Una representación que transforma el Congreso en un ring por el cual circulan pesos pesados, medios y mosca, acorde con cada grupo parlamentario. Resultado final: la corrupción sigue en pie y nadie hace nada.

Nos dicen que la democracia son reglas del juego mediadas por una relación de cantidad. Mayorías versus minorías. Su corolario: respetar a la minoría. Cubiertos los postulados del teorema democrático, la ecuación se resuelve bajo el paraguas de la gobernabilidad, gobernanza, transparencia y calidad democrática. Hoy en España esto tampoco se cumple. Décadas viviendo en este credo lo convierte en un acto de fe. Bajo el teorema de mayoría-minoría, 20 es mayor cinco. Pero la praxis de la democracia representativa va en sentido contrario. Veamos: si una comunidad electoral de 20 millones de ciudadanos es convocada a las urnas, la realidad es más o menos la que sigue: unos 8 millones de personas se abstienen, votan en blanco o anulan su voto; otros 2 millones no están censados, aunque cumplen los requisitos. Antes de saber quién ganará, 50 por ciento está fuera de juego. De los 10 millones restantes que concurren al mercado electoral, digo bien, mercado electoral, el primer partido más votado alcanza unos 3 millones 700 mil de votos, el segundo 3 millones 300 mil y el resto

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Y CORRUPCION DE LOS GOBERNANTES EN ESPAÑAY CORRUPCION DE LOS GOBERNANTES EN ESPAÑADemocracia

Los intereses están en pugna para ver quién da más comisión

DemocraciaLa poLítica se ha infectado de suciedad

Marcos roitMan

rosenMann Colaborador de

La Jornada, residente en España,

es catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología

de la Universidad Complutense de

Madrid

se desagrega en un sin fin de organizaciones. El problema de la cantidad se transforma en calidad. De qué otra forma se justifica que 23 por ciento es superior a 77 por ciento. El acervo cuantitativo de la democracia no se cumple. Salvo si una operación aritmética convierte 50 por ciento en ciento por ciento. Por arte de magia, 23 por ciento se transforma en 42 por ciento. El demos salva su honor. Con este imaginario, el Partido Popular (PP) dice tener mayoría absoluta y legitimidad para hacer y deshacer a voluntad. ¡¡¡Pero si no llega a 25 por ciento real!!! La democracia representativa y sus principios se tambalean. La legitimidad del orden político está al albur de una oligarquía que controla los mecanismos institucionales de participación, negociación y mediación. El capitalismo puede prescindir de la democracia, pero no de la corrupción, mientras sea un sistema fundado en la acumulación de capital. Parafraseando a los sofistas, para el capitalismo, el dinero es la medida de todas las cosas, de lo que existe para lo que es y de lo que no existe para lo que no es. Las

consecuencias de aplicarlo son nefastas. El grado de putrefacción de las instituciones, horadado por el ansia de acumular riqueza, corrompe el arte de la política. No hay país capitalista en el cual la corrupción institucional no prospere. España no es excepción. En los tiempos que corren, la política se ve infectada de corruptos. Ya no buscan sólo el enriquecimiento del partido, sino el suyo. El partido político aparece como una plataforma idónea para tal fin. Al menos como los conocemos hoy. Los partidos cobran porcentajes a empresarios, donantes forzosos o reciben dinero público en forma de subvenciones. Las cuentas presentadas por el PP en estos días, sin contar el dinero negro, da beneficios. ¿Cómo un partido político puede reportar beneficios si su objetivo no consiste en tener ganancias? En España, desde el establecimiento de la monarquía parlamentaria, la política salió del cuarto oscuro donde fue relegada por la dictadura. En medio del fascismo franquista fue vilipendiada, condenada y considerada una meretriz. La necesidad de cambiar esta visión supuso un enorme esfuerzo. Todos los partidos políticos, derecha, socialdemocracia e izquierda, reivindicaron la vocación de Estado presente en la actividad política. La derecha liberal y conservadora le agregó el amor a la patria. La izquierda, sumó el ser expresión de la lucha social de las clases trabajadoras, explotadas y oprimidas. Y la socialdemocracia se decantó por el adjetivo de “responsable”. Unos y otros, compartían un imaginario. Quienes accedían a la política lo hacían con sus diferencias ideológicas, pero de manera vocacional y militante. El ejemplo por antonomasia de político conservador fue su adalid, Manuel Fraga Iribarne, ex ministro de Franco. Su perfil político: un hombre que no amasa fortuna, vive del sueldo y le guía su entrega a España (sic). Mientras tanto, la derecha progresista presentó un personaje renovado, Adolfo Suarez, ex secretario general del movimiento, sin gran patrimonio, provinciano y reconvertido a la democracia. La izquierda también incluyó iconos, Marcelino Camacho, militante comunista, ex preso político, fundador de Comisiones Obreras, de costumbres austeras, honrado y trabajador, vivía en un pequeño departamento de una barriada obrera. Lo acompañaron, en esta caracterización intelectuales y viejos militantes, entre ellos Rafael Alberti o Dolores Ibárruri, La Pasionaria. Tenían las manos limpias y procedían del exilio. Por último, el PSOE crea un caudillo a seguir, Felipe González, abogado laboralista, representante de la nueva clase media, residente en un barrio moderno, sin familia adinerada ni fortuna personal. Un hombre ligado a la España que nace, libre de coquetear con la dictadura. La actividad política se entronizó en la ciudadanía, era una actividad cercana. Muchos militantes aportaron su grano de arena. Poco duró este imaginario. Los años 80 dejaron un reguero de corrupción y descrédito. Fue el fin de un ciclo corto. Felipe González, presidente de gobierno con el PSOE (1982-1996), despilfarra la tradición socialdemócrata. Los escándalos de corrupción salpican todas las esferas de su gobierno. Desde crímenes de Estado hasta enriquecimiento personal. Su periodo se conoció como “el pelotazo”. Le sucede José María Aznar, del PP (1996-2004), su lema: regenerar la política. Al cabo de ocho años, la corrupción era mayor. Ambos personajes se han enriquecido hasta el tuétano. Sus fortunas se hacen obscenas a la luz de la opinión pública. Viven rodeados de lujos. Son consejeros de empresas privadas y no han dejado de cobrar la pensión como ex presidentes de gobierno. En ambos partidos, sus dirigentes, concluido su periplo por la política, engrosan la lista de empleados de empresas privadas. Pago indirecto por servicios prestados. Son miembros de consejos de administración y gozan de una salud económica envidiable. Las fortunas nacidas al amparo de la política proliferan. El malestar crece. La crítica social no establece diferencias y los políticos se convierten en carne de cañón. Con el gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero, PSOE (2004-2011) y el estrenado poir Mariano Rajoy, la corrupción político-económica se destapa como

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Y CORRUPCION DE LOS GOBERNANTES EN ESPAÑA2 EstE rEstaurantEro espera clientela afuera de su local en Madrid. La crisis en España ha alejado a los comensales de los antes muy concurridos comederos. Mariano Rajoy ha reconocido que el producto interno bruto cayó de nueve puntos en 2011 a 6.7 actualmente

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corrupción se cuece a fuego lento. Compromete a toda la sociedad política. Primer escalón, Coslada, un pueblo madrileño de 100 mil habitantes. En 2008, su comisario jefe, Ginés Jiménez Buendía, conocido como El sheriff de Coslada, extorsiona, con la complicidad de otros 30 agentes de policía, a empresarios, prostitutas, dueños de restaurantes y comercios. El escándalo es mayúsculo. Pasado el tiempo, Ginés Jiménez y sus secuaces son rehabilitados. No fueron expulsados del cuerpo de policía. ¿Qué confianza tendrán los ciudadanos si ven pasear por sus calles a quienes los extorsionan? Siguiente escalón. Si un arma reglamentaria y una placa confieren poder, no digamos ser alcalde. Se controlan fondos públicos, otorgan concesiones, contratan y nombran consejeros con sueldos desorbitados. Los cargos electos municipales, en ocasiones, están ocupados por pequeños sultanes cuyo interés es llenarse los bolsillos y favorecer a los amigos, empresarios ávidos de dinero público. La aparición de testaferros es recurrente en los casos de corrupción política-económica. En Candeleda, un pueblo de Castilla-Leon, cuya riqueza acuífera es reconocida en la provincia de Ávila, su alcalde, José Maria Monforte, decide privatizar el servicio municipal de aguas al mejor postor por un período de explotación de 30 años. ¿Qué hay? Campos de golf, urbanizaciones privadas y un enriquecimiento para los empresarios de su partido. Como Candeleda, cientos de pueblos en toda España están siendo esquilmados para fines especulativos, con la complicidad de sus autoridades municipales. Subamos otro peldaño. Los presidentes de comunidades autónomas, consejeros de Hacienda y Economía, Sanidad o Educación, manejan cientos de millones de euros. La decisión de otorgar la construcción de viviendas, hospitales y autopistas a una empresa privada, conlleva enormes beneficios. En Cataluña, sin ir más lejos, la coalición de derechas gobernante, Convergència i Unió (CiU Convergencia y Unión en castellano) cobró 3 por ciento a las empresas que deseaban participar en las licitaciones públicas. En esta trama están implicados

2 Esta mujEr porta una máscara que hace mofa de la banca, durante una protesta en las calles de Barcelona para demandar una nueva ley hipotecaria, la cual ha sido apoyada con la firma de cerca de millón y medio de personas

2 ProtEsta multitudinaria frente al Congreso de los Diputados en Madrid por los recortes al gasto social y los servicios públicos implementado por el gobierno derechista de Mariano Rajoy, que han afectado a la mayoría de los españoles. En las movilizaciones la monarquía ha sido severamente cuestionada

el problema número dos, después del desempleo que afecta a 6 millones de trabajadores. Los partidos políticos en la España actual son el asidero de sujetos oscuros, mediocres, cuasi delincuentes, cuya militancia esta mediada por las ansias de obtener réditos económicos al precio que sea. Las organizaciones políticas se transforman en instituciones aptas para el beneficio personal. La idea romántica del militante abnegado llega a su fin. Un sector importante de la “clase política” es de baja estofa, acepta regalos en pago de sus servicios. Viajes, fiestas de cumpleaños, trajes, coches de lujo, relojes, sobres y maletas de dinero negro para sobresueldos. La derecha, justifica el pago extra, aunque niega que proceda de una caja “b”. Señala que sus cuadros pierden dinero ejerciendo la actividad política y deben ser recompensados. No de otra manera se entiende practicar el nudismo patrimonial, exhibiendo sus declaraciones de hacienda y subienndo a Internet las cuentas del partido. Ello no comporta una actitud democrática ni de transparencia. Es un parche para evitar la pérdida completa de credibilidad ante la corrupción político-económica de quienes se supone deben mantener un comportamiento ejemplar. En España se ha instalado una moral corrupta. Unos y otros obtienen beneficios de su institucionalización. Curiosamente, coincide con las políticas privatizadoras y la desregulación financiera. La ciudadanía descree de vivir en democracia. Lemas como: “lo llaman democracia y no lo es”, “no nos representan” o “democracia real ya”, se popularizan a partir del 15 de mayo de 2011 (15-M, o movimiento de Los indignados). La democracia representativa se ningunea. Los partidos políticos traicionan sus programas y, lo que es peor, viven de espaldas a los problemas de la sociedad. No escuchan las voces del pueblo, hacen odios sordos ante los problemas de la gente. Representantes del PSOE son abucheados en manifestaciones, llamados oportunistas, tienen que huir bajo protección policial. Y las sedes del PP son objeto de concentraciones pidiendo dimisiones, llamándolos ladrones o chorizos. Impermeables a la crítica, la

La democracia representativa y sus principios se tamba-lean. La legitimidad del orden político

está al albur de una oligarquía que con-

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todos sus dirigentes. Pero nadie fue cesado ni pidió la dimisión. Pocos dudan. Hoy se sigue pagando el derecho de pernada. ¿Qué nivel de credibilidad y confianza democrática tendrá el ciudadano cuando sus gobernantes están hasta el cuello de estiércol? Reniega, pero de la democracia, tirando el niño con el agua sucia. Ninguna comunidad autónoma se salva. En Valencia, el trapicheo con dinero público es escandaloso. Un circuito de Fórmula Uno, un aeropuerto sin aviones, un parque temático en ruinas. En Madrid se han construido ocho hospitales con plusvalías superiores a los 2 mil millones de euros para las empresas adjudicatarias. En Castilla la Mancha, su presidenta, al mismo tiempo secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, cobra tres sueldos mensuales. Su reciente acción corrupta fue vender los montes públicos, bosques y zonas de protección ecológica a empresas de amigos para su explotación comercial. Diputados y senadores, cuerpos de élite, hacen leyes, aprueban los presupuestos generales del Estado. Muchos millones de millones de euros en juego. Sin demasiados remilgos, sus señorías aportan pingües beneficios a las empresas privadas, nacionales y extranjeras. Sirva como ejemplo la minería del carbón, cuyos trabajadores realizaron una marcha hacia Madrid protestando por el cierre de las minas. Hoy se sabe que la negativa para subvencionar la minería del carbón no es de tipo medio ambiental. Mandar al desempleo a los mineros, condenar al hambre a miles de familias, tiene un origen especulativo. El carbón entró en la ruleta de capital a futuro. Así, se paga a 61.37 dólares la tonelada. En Europa, una vez aprobado el cierre de la minería del carbón, pasará a tener un precio aproximado de 96.3 dólares por tonelada. Goldman Sachs compró carbón colombiano, a bajo precio, almacenándolo en El Musel, puerto de Gijón, Asturias, en España. El gobierno del PP y sus diputados se pliegan al banco de inversión y votan eliminar las subvenciones. Los beneficios económicos son incalculables. ¿Es difícil abstraer la comisión cobrada a Goldman Sachs? Tal vez la soberanía nacional sea una quimera. La corrupción emponzoña. En el orden doméstico, el ex presidente de la Comunidad Autónoma de Castilla la Mancha, ex ministro y ex presidente del Congreso, el socialista José Bono, alejado de la práctica jurídica durante 33 años, es fichado por un importante bufete de abogados. Su familia está ligada a escándalos de corrupción económico-política hace décadas. Ahí sigue. ¿Qué piensa el militante socialista de sus dirigentes que acaban con una fortuna difícil de justificar tras pasar por la arena política? Bien, subamos otro escalón, el gobierno de la nación. Su presidente y ministros. Ellos toman las decisiones más importantes. Firman acuerdos para la compra y venta de armamento, obras de infraestructura, concesiones, etcétera. Veamos un caso. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha sido presidente ejecutivo de MBDA España, una de las mayores empresas dedicadas a la fabricación

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En los tiempos que corren, la política se ve infectada de corruptos. Ya no buscan sólo el enriquecimiento del partido, sino el suyo. El partido políti-co aparece como una plataforma idónea para tal fin. Al menos como los conocemos hoy. Los partidos cobran porcentajes a empresarios, donantes forzosos o reciben dinero público en forma de subvenciones“

de misiles y tecnología de guerra sofisticada. Dejó el cargo para ocupar el Ministerio de Defensa. ¿A quién compra España sus misiles? De paso, privatiza la fábrica de armamento estatal, Santa Bárbara. Más a repartir. Dineros públicos para beneficios privados. Sin olvidarnos del Poder Judicial, cuyo ex presidente, pagaba las facturas de viajes personales, hoteles de lujo, cenas y fiestas privadas con dinero procedente de fondos públicos. Último escalón, la Corona. Piense en el caso Urdangarin. Es la punta de iceberg, toda la familia real está salpicada por el enriquecimiento indebido a cargo del erario. Desde la infanta Cristina, esposa del Duque de Palma; su secretario, Carlos García Revenga, hasta el Conde de Fontao, José Manuel Romero, asesor jurídico de la Casa Real. Más allá de las estrategias judiciales del socio de Urdangarin, Diego Torres, lo declarado ante el juez tiene visos de verosimilitud. Pero no es el único escándalo de corrupción. Otra cosa son las cacerías reales. Varios amigos, Manuel Prado y Colón de Carvajal o Javier de la Rosa, testaferros de su majestad, acabaron imputados por delitos financieros. Allí se paró el escándalo, pero todo apuntaba al rey. Hoy Juan Carlos I es centro de críticas, por excesos, encubrimientos y vida lisonjera. La fortaleza construida a su alrededor se desmorona. Nada queda en pie. Todo está salpicado por la corrupción político-económica. Los empresarios no se quedan atrás. El ex presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, Gerardo Díaz Ferrán, hoy está en la cárcel por evasión de capitales, lavado de dinero y sustracción de bienes. Pero fue protegido por sus correligionarios. El actual vicepresidente de la misma organización, y presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández, es imputado por pagar a sus empleados con dinero negro y defraudando a la seguridad social. Pero no dimite ni es censurado. Amigo de Esperanza Aguirre, disfruta en restaurantes y cafeterías del Congreso, el Senado o la Comunidad de Madrid. Sirve al poder. ¿Y la Iglesia? La conferencia episcopal goza de buena salud. Gracias al ministro de Educación del PP, recibe jugosas subvenciones para construir colegios e impartir educación católica. No pagan impuestos de patrimonio, se apropian de suelo comunitario y bienes colectivos. Hoy atacan al Estado no confesional, piden la derogación de la ley del aborto, pero callan ante los casos de pederastia. Eluden el tema y claman contra el matrimonio homosexual. La topografía de la corrupción en España presenta montañas de corrupción política. Por ella trascurren ríos contaminados de acciones punibles de moral corrupta. Mariano Rajoy acusa a quienes destapan los escándalos de ser instigadores de una nueva leyenda negra. Olvida Rajoy que millones de indígenas fueron asesinados y exterminados bajo el yugo de la cruz y la espada. El genocidio fue real, no una leyenda negra. Igual ocurre con la corrupción. No asumirlo es de baja estatura ética, moral y política. Adjetivos que definen a Rajoy y a su gobierno.

2 El yErno dEl rEy Juan Carlos I dE España, Iñaki Urdangarin, abandona una corte en Palma de Mallorca, donde está indiciado por un fraude aún indeterminado de millones de euros, por conducto de una fundación que encabezaba. Su socio lo ha implicado en las irregularidades financieras, así como a la infanta Cristina

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EnriquE Mandujano Sandoval Editor de La Jornada y catedrático de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García

Los comicios de enero pasado en Israel dieron como resultado una integración insólita en la Knesset, el parlamento israelí, integrado por 120 diputados de 12 partidos políticos de las más variadas ideologías, desde socialistas hasta formaciones de ultra derecha religiosa

Las maras pactan una tregua en El Salvador

MARZO DEL 201312

En la novela 1984, George Orwell explica una de las estrategias políticas más usadas y también más eficaces, de la cual las recientes elecciones en Israel son una muestra tangible: el Estado necesita enemigos, amenazas para sobrevivir, y si éstas no existen hay que inventarlas. La política del miedo es la base de la supervivencia de la élite gobernante. Los resultados de los comicios de enero pasado arrojaron una composición sorpresiva de la Knesset, el parlamento israelí, integrado por 120 diputados de 12 partidos políticos de las más variadas ideologías, desde socialistas hasta formaciones de ultra derecha religiosa. Destaca la incorporación de 48 legisladores que por primera vez estarán en el parlamento y el retroceso de los partidos tradicionales –Likud y Laborista–, así como el avance de formaciones religiosas y civiles en una curiosa paradoja compuesta por la repulsión a los políticos tradicionales para buscar una respuesta en las propuestas ortodoxas de lo que significa ser judío, concepto que engloba la religión y el origen étnico. Al componente interno se agrega el ingrediente externo. Si se creó un rival dentro del país había que crear una amenaza de fuera, y ésta encontró eco en la visión de un mandatario con problemas en su propio país y que no rehúye la confrontación y la abierta hostilidad para lograr avances políticos: Mahmud Ajmadineyad, presidente de Irán. Para esta elección, Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí que busca continuar en el poder mediante alianzas con el partido Yesh Atid –la gran sorpresa de las elecciones, ya que apenas tiene un año de existencia–, creó un enemigo al que le confirió poderes formidables: la amenaza musulmana integrada por los palestinos y el gobierno de Irán. Netanyahu fue uno de los creadores de los ataques preventivos, eliminar al enemigo, principalmente palestino, sin importar que no hubiera atacado antes y en cualquier lugar que estuviera, así fuera en países vecinos. En su primera etapa como titular del gobierno israelí, entre 1996 y 1999, Netanyahu se destacó por su cerrada posición en el proceso de paz con los palestinos, la desconfianza hacia Yasser Arafat y por escándalos de corrupción en su política doméstica. En su etapa como ministro de Relaciones Exteriores –durante la administración de Ariel Sharon–, Netanyahu endureció su posición y se opuso totalmente a la creación de un Estado palestino. Esta radicalización la llevó a su punto máximo en su segunda etapa como primer ministro, al centrar sus ataques contra Irán e incluso considerar que podría lanzar un ataque militar contra el país cuna

ecuaciónecuaciónecuaciónLa

de Medio orientede la revolución islámica. Netanyahu se dedicó a crear un enemigo formidable para vender la idea de que sólo su gobierno podría enfrentarlo.

Crisis de identidad El discurso político de Tel Aviv se ha basado en la persecución. Desde que la Organización de las Naciones Unidas creó el Estado judío, en los años inmediatos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, todos los dirigentes de Israel se han dedicado a fomentar entre sus ciudadanos la idea de que necesitan un gobierno fuerte, con amplios poderes, para que los proteja de ese enemigo formidable. Como el Gran Hermano que tiene que defender a Oceanía de la amenaza externa. Esta idea fue siempre el estandarte de la derecha. El partido Likud basó su discurso en la necesidad de la defensa de Israel, una que no conocía límites y que incluso autorizaba al gobierno a atacar países vecinos si en éstos se refugiaba algún elemento que amenazara –desde el concepto del aparato de gobierno– la integridad de la nación.

De esta manera, en el proceso electoral pasado no sólo la derecha del Likud manejó esta idea, sino que la izquierda del Partido Laborista compró la premisa de la amenaza musulmana, ya fuera palestina o iraní. Esta mimetización ideológica cayó en terreno infértil. El principal aliado de Israel, Estados Unidos, no ha apoyado la escalada de violencia emprendida por Tel Aviv. Y el nuevo gobierno de Barack Obama se ve menos dispuesto a lanzarse a una nueva aventura bélica en Medio Oriente

cuando aún no puede recuperar los saldos de la guerra contra Irak. Ninguna de las dos principales formaciones políticas de Israel fue capaz de ver que la inquietud de la gente de a pie, el elector, tenía otras preocupaciones, que los enemigos que los acechan no tienen cara integrista ni reivindicaciones religiosas o territoriales. El enemigo que afecta a la mayor parte de Israel se encuentra dentro de su territorio, esta vez la principal amenaza se ubicaba en la política interna, principalmente la economía, que afecta a la clase media. De esta forma surge un personaje que no entraba en ningún análisis pre-electoral y que podría cambiar el mapa político de la región: el ex presentador televisivo de noticias Yair Lapid. Este hombre de 49 años y con nula experiencia política, centró las propuestas de su partido, Yesh Atid –en hebreo Hay esperanza–, en la situación de la clase media israelí.

La poLítica dEL miEdo ES La baSE dE La SupErvivEncia dE La éLitE gobErnantE

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Su punto de vista sobre la situación palestina no es muy diferente de la de los dos partidos tradicionales de Israel, Likud y Laborista: la defensa de un Jerusalén unido como capital del Estado judío y denunciar la falta de un interlocutor confiable del lado palestino. Esta visión es compartida prácticamente por todo ciudadano israelí. Fue su defensa de la situación de la clase media de Israel la que produjo que Lapid colocara a su partido como la segunda fuerza política del país, convirtiéndolo en un aliado necesario para que Benjamín Netanyahu pueda formar otro gobierno. La irrupción de Yair Lapid en el panorama político de Israel fue explicada así por The New York Times: “aprovechó la frustración de cientos de miles de israelíes que salieron a las calles durante las protestas por justicia social, en el verano de 2011. Cuando en la siguiente primavera fundó Yesh Atid, adoptó y refinó las demandas populares para que la carga sea más equilibrada (http://indignados.jornada.com.mx/recientes/yair-lapid-la-sorpresa-de-las-elecciones-en-israel-representa-las-demandas-de-la-clase-media-que-salio-a-las-calles)”. De esta sensibilidad para escuchar a las masas, Lapid estructuró las propuestas de su partido: poner fin a las exenciones militares de las que gozan miles de estudiantes ultraortodoxos que eligen estudiar tiempo completo la Torá, mejor educación pública y “frenar el incremento de los impuestos que asfixian a la clase media”. Temas netamente locales, pero que inclinaron la balanza en los comicios. Así, sin ninguna experiencia previa en política, con un partido político que en enero cumplió un año, Yair Lapid logró que Yesh Atid se alzara con 19 curules en la Knesset. Con este total, cuatro asientos más que el Partido Laborista, se convirtió en la segunda fuerza

política de Israel y en elemento clave para que Benjamín Netanyahu pueda formar otro gobierno, ya que el partido del primer ministro, Likud, sólo logró 31 lugares de los 120 que integran el parlamento. Con esta clave en la ecuación política de Israel, es de prever que deberá haber cambios en la política de Tel Aviv. Con la concesión de carteras que seguro serán clave en la ideología del gobierno, tendrá sin embargo que dar un giro hacia las cuestiones internas, mirar con mayor atención la cuestión económica y las preferencias que tienen los estudiantes de la Torá, quienes forman parte de una especie de élite con privilegios, ya que están exentos de varias obligaciones que sí cumplen los ciudadanos comunes, la más sentida por los israelíes es que se les dispensa del servicio militar, que deben cumplir de manera obligatoria los hombres durante tres años y las mujeres dos. El Partido Laborista es sin duda uno de los más afectados. Sin identidad, que ha ido perdiendo con el paso del tiempo, ya que varias de sus figuras históricas han salido de la organización para formar sus propios institutos políticos, como es el caso del presidente, Shimon Peres, y del ministro de la Defensa y ex premier, Ehud Barak. De manera que los laboristas quedaron en un lejano tercer lugar, con 15 legisladores, lo que los obliga a buscar una urgente redefinición ideológica. Sin embargo, analistas como Meir Margalit y Uri Avnery consideran que estas elecciones representan el triunfo de la derecha más conservadora, ya que si bien el partido de Yair Lapid podría dar un giro a las políticas del Likud hacia los temas sociales, también es cierto que en cuestiones como las negociaciones con los palestinos no hay avances y se consolidó la posición de los colonos favorables a mantener y extender la ocupación de territorios, así como minar el

2 Un jUdío Ultraortodoxo baila durante la celebración del Purim, cuando según el Libro de Esther, los judíos se salvaron gracias a un milagro de una masacre en Persia. La festividad de la imagen se llevó a cabo en una sinagoga en la ciudad de Bnei Brak, cerca de Tel Aviv

AP Photo/Ariel SchAlit

El ingrediente Kerry Para Israel es vital el apoyo de su aliado Estados Unidos. Sin embargo, en este momento, la situación podría cambiar. El nuevo secretario de Estado, el ex candidato presidencial demócrata John Kerry, ha anunciado que Washington prepara una nueva iniciativa de paz para Israel que se alejará de las propuestas tradicionales manejadas hasta el momento, aunque la posibilidad de que se reanude el proceso de negociaciones en el corto plazo no parece cercana, toda vez que, a pesar de que la primera gira de Kerry al extranjero como encargado de la diplomacia estadunidense abarcará Asia, no están programadas escalas en Israel ni Palestina. Kerry, quien tuvo de compañero de fórmula a un judío –Joseph Liebermann–, señaló que trabajará por la liberación de 700 millones de dólares en ayudas a la autoridad palestina. “El secretario está convencido de que ahora es tiempo de obtener este apoyo para la Autoridad Nacional Palestina”, dijo la portavoz del Departamento de

Estado, Victoria Nuland. También ha hablado sobre la situación de Irán y asegura que está dispuesto a reunirse con los líderes de la nación musulmana, pero que el gobierno de Teherán deberá mostrar sus intenciones, sin lugar a dudas, de que su proyecto nuclear es pacífico. “Irán tiene una posibilidad: Debe demostrar al mundo que es pacífico y nosotros estamos preparados para sentarnos de manera responsable y negociar sobre cómo pueden operar y cómo todos podemos estar satisfechos”, señaló Kerry en una reunión reciente con el canciller canadiense. La situación para Israel parece no favorecer la posición beligerante de Netanyahu. Además, medios de Irán destacan un hecho que podría obrar en favor de la república islámica: el yerno de Kerry es de origen iraní. Según la agencia Mehr, Behrouz Nahed, hijo de emigrantes iraníes y médico residente en el departamento de neurología en la Universidad de Harvard, sería un factor de peso por el cual el secretario de Estado estadunidense se ha mostrado dispuesto a dialogar con el gobierno de Teherán. El Medio Oriente siempre ha sido inflamable y en la zona hay varios pirómanos. No se necesita mucho para comenzar un incendio en la región. A la conjunción de problemas internos y presiones externas sólo habría que agregar cinco minutos de odio para que estallara un siniestro que arrasara

con esa parte del mundo e, incluso, que el fuego se extendiera sin control. En 1984 , la novela de Orwell, O’Brien dice: “si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano... incesantemente”, ese es el riesgo de los gobiernos que apuestan por crear enemigos para perpetuarse, y en Medio Oriente hay varios dispuestos a hacerlo.

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2 Manifestantes palestinos en la ciudad de Hebrón se enfrentan a soldados israelíes, durante las protestas que se realizaron por la visita del presidente estadunidense Barack Obama a la región

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cado a fomentar entre sus ciudadanos la

idea de que necesitan un gobierno fuerte,

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teja de ese enemigo formidable. Como el Gran Hermano que

tiene que defender de la amenaza externa.

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“diálogo, ya que el propio Yesh Atid fomentó la visión de que no hay un interlocutor válido entre los palestinos.

El factor Irán Durante 2011 y 2012 Israel e Irán protagonizaron una escalada de declaraciones violentas que llegó a rozar la amenaza mutua de lanzar un ataque militar a gran escala. En septiembre del año pasado el general Amir Ali Hajizadeh, alto mando de las guardias revolucionarias, advirtió que la república islámica estaba lista para “comenzar la tercera guerra mundial” si Teherán descubría que el gobierno de Tel Aviv preparaba un ataque preventivo en su contra. La situación política iraní es muy parecida a la del Estado hebreo. En junio próximo habrá elecciones presidenciales y Mahmud Ajmadineyad ha sido acusado de provocar enfrentamientos y desatar ataques contra sus rivales políticos. Actualmente hay una andanada de acusaciones entre el parlamento del país islámico y el mandatario provocada por irregularidades en la venta de bienes del Estado. Ajmadineyad y sus allegados han amenazado con revelar grabaciones en las que supuestamente aparecen legisladores pidiendo favores especiales o sobornando a autoridades. Esto a cambio de que el Congreso no procese a ministros y funcionarios cercanos al mandatario, quienes están acusados de corrupción. Esta situación ha enrarecido el ambiente político, ya que el líder máximo de la república islámica, el ayatolá Alí Jamenei, no se ha pronunciado sobre el caso, e incluso se asegura que no sabe qué hacer, ya que en el entramado de corrupción que podría ser revelado por el presidente Ajmadineyad estarían implicados hijos de Jamenei y el mismo ayatolá, quien en años anteriores había dado su respaldo total al mandatario. La situación de inestabilidad podría ser aprovechada por Ajmadineyad para atizar el enfrentamiento con Israel y manejar el aspecto patriótico que suele aflorar en situaciones de este tipo, con el propósito de sembrar la idea de que sólo hay una forma de enfrentar al enemigo.

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2 Manifestante se enfrenta con piedras a soldados israelíes el 25 de febrero, en la ciudad de Belén, Cisjordania

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En América Latina siguen avanzando las estrategias enfocadas en la minería, los hidrocarburos y los monocultivos, a pesar de que esto significa repetir el papel de proveedores de materias primas de la región y de que esto genera resistencias ciudadanas. Este modo de ser extractivista se expresa tanto en gobiernos conservadores como progresistas. Pero como entre estos últimos era de esperarse otro tipo de desarrollo, esa insistencia se ha convertido en un nudo político de enorme complejidad.Para sostener el empuje de esta modalidad de la minería se está apelando a nuevas justificaciones políticas. Una de las más llamativas es invocar a los viejos pensadores del socialismo para sostener que no se opondrían al extractivismo del siglo XXI, por el contrario, afirman, lo promoverían. Seguramente el ejemplo más destacado ha sido el del recientemente relecto presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien para defender al extractivismo lanzó dos preguntas desafiantes: “¿Dónde está en el Manifiesto Comunista el no a la minería? ¿Qué teoría socialista dijo no a la minería?”, esto lo expresó en una entrevista realizada en mayo de 2012.Correa redobla su apuesta, ya que además de citar a Carlos Marx y Federico Engels, le suma un agregado propio que no puede pasar desapercibido: “tradicionalmente los países socialistas fueron mineros”. El mensaje que se despliega es que la base teórica del socialismo es funcional al extractivismo y que, en la práctica, los países del socialismo real lo aplicaron con éxito. Si su postura fuese correcta, hoy día, en América Latina, Marx y Engels deberían estar alentando las explotaciones mineras, petroleras o los monocultivos de exportación.

Soñando con un Marx extractivista Comencemos por sopesar hasta dónde puede llegar la validez de la pregunta de Correa. Es que no puede esperarse que el Manifiesto Comunista, escrito a mediados del siglo XIX, contenga las respuestas para todos los problemas del siglo XXI. Como señalan dos de los más reconocidos marxistas del siglo XX, Leo Huberman y Paul Sweezy (1), tanto Marx como Engels, aun en vida, consideraban que los principios del Manifiesto Comunista seguían siendo correctos, pero que el texto había envejecido. “En particular, reconocieron implícitamente que a medida que el capitalismo se extendiera e introdujera nuevos países y regiones en la corriente de la historia moderna, surgirían necesariamente problemas y

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2 La minería a tajo abierto, conocida como extractivismo, ha depredado ambientalmente vastas regiones de América Latina

Eduardo gudynas

es investigador del Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES).

deberían ser analizadas mirando a Marx. El mensaje de Correa, si bien es desafiante, muestra que más allá de las citas, en realidad, no toma aquellos principios de Marx que todavía siguen vigentes para el siglo XXI.

Escuchando la advertencia de Marx Marx no rechazó la minería. La mayor parte de los movimientos sociales tampoco lo hacen, y si se escuchara con atención sus reclamos se encontraría que están enfocados en un tipo particular de empresa: a gran escala, con remoción de enormes volúmenes, a cielo abierto e intensiva. En otras palabras, no debe confundirse minería con extractivismo. El pensador comunista no rechazó la minería, pero tenía muy claro dónde debían operar los cambios. Desde esa perspectiva surgen las respuestas para la pregunta de Correa: Marx distinguía al “socialismo vulgar” de un socialismo sustantivo, y esa diferenciación debe ser considerada con toda atención en la actualidad. En su Crítica al programa de Gotha (2), recuerda que la distribución de los medios de consumo es, en realidad, una

consecuencia de los modos de producción. Intervenir en el consumo no implica transformar los modos de producción, pero es a este último nivel donde deberán ocurrir las verdaderas transformaciones. Marx añade: “el socialismo vulgar (…) ha aprendido de los economistas burgueses a considerar y tratar la distribución como algo independiente del modo de producción y, por tanto, a exponer el socialismo como una doctrina que gira principalmente en torno a la distribución”. Aquí está la respuesta a la pregunta de Correa: Marx, en la América Latina de hoy, no sería extractivista, porque con ello abandonaría la meta de transformar los modos de producción, volviéndose un economista burgués. Al contrario, estaría promoviendo alternativas a la producción, y eso significa, en nuestro contexto presente, transitar hacia el posextractivismo. Seguramente la mirada del filósofo alemán no es suficiente para organizar esa salida del extractivismo, ya que era un hombre inmerso en las ideas del progreso propio de la modernidad, pero permite identificar el sentido que deberán tener las

alternativas. En efecto, queda claro que los ajustes instrumentales o mejoras redistributivas pueden representar avances, pero sigue siendo imperioso trascender la dependencia del extractivismo como elemento clave de los actuales modos de producción. Esta cuestión es tan clara que el propio Marx concluye “Una vez que está dilucidada, desde hace ya mucho tiempo, la verdadera relación de las cosas, ¿por qué volver a marchar hacia atrás?” Entonces, ¿por qué se sigue insistiendo con el extractivismo?

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La pretensión de salir de esa dependencia por medio de más extractivismo no

tiene posibilidades de concretarse. Se

genera una situación donde la transición prometida se vuelve imposible, por las consecuencias del extractivismo en

varios planos, desde las económicas hasta

las políticas

2 La minería bajo tierra cada vez más va quedando en desuso, ante la voracidad de las compañías mineras que invirtiendo un reducido capital extraen, en poco tiempo, ganacias extraordinarias, a costa de depredar el medio ambiente

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formas de desarrollo no consideradas por el Manifiesto”, agregan Huberman y Sweezy. Sin duda, esa es la situación de las naciones latinoamericanas, en donde sería indispensable contextualizar tanto las preguntas como las respuestas. Asimismo, es necesario verificar si realmente todos los países socialistas fueron mineros. Eso no es del todo cierto, y en aquellos sitios donde la minería escaló en importancia, ahora sabemos que el balance ambiental, social y económico fue muy negativo. Uno de los ejemplos más impactantes ocurrió en zonas mineras y siderúrgicas de Polonia bajo la sombra soviética. Hoy se viven situaciones igualmente terribles con la minería en China. No puede olvidarse que muchas de esas empresas, dado su altísimo costo social y ambiental, sólo se vuelven viables cuando no existen controles ambientales adecuados o se silencian autoritariamente las demandas ciudadanas. Tampoco puede pasar desapercibido que aquel extractivismo, al estilo soviético, fue incapaz de generar el salto económico y productivo que sus planes predecían.Actualmente, desde el progresismo se defiende el extractivismo aspirando aprovechar al máximo sus réditos económicos para así financiar, por un lado, distintos planes sociales y, por el otro, cambios en la base productiva para crear otra economía. El problema es que, de esta manera, se genera una dependencia entre el extractivismo y los planes sociales. Sin los impuestos a las exportaciones de materias primas se reducirían las posibilidades para financiar, por ejemplo, las ayudas monetarias mensuales a los sectores más pobres. Esto hace que el propio Estado se vuelva extractivista, convirtiéndose en socio de los más variados proyectos, cortejando inversores de todo tipo y brindando diversas facilidades. Sin duda, existen cambios con el progresismo, pero el problema es que se repiten los impactos negativos sociales y ambientales, y se refuerza el papel de las economías nacionales como proveedoras subordinadas de materias primas. La pretensión de salir de esa dependencia por medio de ese tipo de minería no tiene posibilidades de concretarse. Se genera una situación donde la transición prometida se vuelve imposible, por las consecuencias del extractivismo en varios planos, desde las económicas hasta las políticas (como el desplazamiento de la industria local o la sobrevaloración de las monedas nacionales, así como la tendencia a reprimir la resistencia ciudadana). El uso de instrumentos de redistribución económica tiene alcances limitados, como demuestra la repetición de las movilizaciones sociales. Pero, además, es costoso y vuelve a los gobiernos todavía más necesitados de nuevos proyectos extractivistas Son justamente todas esas relaciones perversas las que

1,- Huberman, L. y P. Sweezy. 1964. “El Manifiesto Comunista: 116 años después”. MonthlyReview 14 (2): 42-63.2,- Marx, K. 1977. Crítica del Programa de Gotha. Editorial Progreso, Moscú.

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