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Resumen La milpa en la zona maya de Quintana Roo 1 Diódoro Granados Sánchez 2 Georgina Florencia López Ríos 2 Esteban Trujillo Murcia 3 La milpa en la zona maya está muy ligada al sistema roza-tumba-quema, por lo que se analiza en función de ello, bajo un planteamiento ecológico-social apoyado en el conocimiento tradicional con relación a los tipos de suelos y la dinámica de la selva. El trabajo se realiza con base en una revisión documental y en el trabajo de campo. La milpa es el sistema agrícola tradicional para la zona tropical maya, donde el aprovechamiento de la selva se hace en función del manejo de la sucesión ecológica a partir del desmonte y quema de fragmentos, subsecuentes años de cultivo y periodos de abandono para inducir la recuperación de la vegetación. El rendimiento con relación a cultivos tradicionales como el maíz aparentemente es bajo; sin embargo, esto es subsanado con cultivos intercalados que incrementan su productividad hasta en 1 000%. Además, por ser un sitio de atracción para la fauna, es común en ella la caza de animales silvestres; de donde resulta que este sistema de roza, tumba y quema es el que más aporta a la economía de la familia campesina maya. Palabras clave: sucesión, selva, roza-tumba-quema, agroecosistema, tradicional. 'MILPA' IN THE MAYAN AREA OF QUINTANA ROO Abstract 'Milpa' in the Mayan region is closely linked to the slash-and-burn system. This analysis of milpa was carried out in that context with an ecological and social perspective supported by traditional knowledge of soil types and forest dynamics and based on a review of literature and field work. Milpa is a traditional agricultural system in the tropical Mayan region in which the forest is used in terms of management of its ecological succession, beginning with clearing and burning of fragments and sub- sequent years of cropping and periods of fallow to allow vegetation to recover. Yields oftraditional crops such as maize are apparently low. However, this is compensated by intercropping other species, which can increase productivity by 1000%. In addition, wild animals are attracted to these sites, and hunting is common. Seen in this way, the slash-and-burn system is that which contributes most to the Mayan peasant families' economy. Key words: Succession, tropical forest, slash-and-burn, agroecosystem, traditional agriculture. Recibido: diciembre, 1998. Aprobado: noviembre, 1999. 2 Profesores Investigadores de la Universidad Autónoma Chapingo. División de Ciencias Forestales, Carretera México-Texcoco Km. 38 .5, Chapingo, Edo. de México. Fax (595) 41957 . E-mail: [email protected] 3 Investigador Colegio de la Frontera Sur, Ecosur, Unidad Chetumal. Zona Industrial núm. 2, Carr. Chetumal-Bacalar, C.P. 7700.0. Chetumal, O.Roo. Fax 204-47. 57

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Resumen

La milpa en la zona maya de Quintana Roo1

Diódoro Granados Sánchez2

Georgina Florencia López Ríos2

Esteban Trujillo Murcia3

La milpa en la zona maya está muy ligada al sistema roza-tumba-quema, por lo que se analiza en función de ello, bajo un planteamiento ecológico-social apoyado en el conocimiento tradicional con relación a los

tipos de suelos y la dinámica de la selva. El trabajo se realiza con base en una revisión documental y en

el trabajo de campo.

La milpa es el sistema agrícola tradicional para la zona tropical maya, donde el aprovechamiento de la

selva se hace en función del manejo de la sucesión ecológica a partir del desmonte y quema de fragmentos, subsecuentes años de cultivo y periodos de abandono para inducir la recuperación de la vegetación .

El rendimiento con relación a cultivos tradicionales como el maíz aparentemente es bajo; sin embargo, esto es subsanado con cultivos intercalados que incrementan su productividad hasta en 1 000%. Además,

por ser un sitio de atracción para la fauna, es común en ella la caza de animales silvestres; de donde resulta que este sistema de roza, tumba y quema es el que más aporta a la economía de la familia

campesina maya.

Palabras clave: sucesión, selva, roza-tumba-quema, agroecosistema, agri~ultura tradicional.

'MILPA' IN THE MAYAN AREA OF QUINTANA ROO Abstract

'Milpa' in the Mayan region is closely linked to the slash-and-burn system. This analysis of milpa was carried out in that context with an ecological and social perspective supported by traditional knowledge of soil types and forest dynamics and based on a review of literature and field work.

Milpa is a traditional agricultural system in the tropical Mayan region in which the forest is used in terms of

management of its ecological succession, beginning with clearing and burning of fragments and sub­sequent years of cropping and periods of fallow to allow vegetation to recover.

Yields oftraditional crops such as maize are apparently low. However, this is compensated by intercropping other species, which can increase productivity by 1000%. In addition, wild animals are attracted to these sites, and hunting is common. Seen in this way, the slash-and-burn system is that which contributes most

to the Mayan peasant families' economy.

Key words: Succession, tropical forest, slash-and-burn, agroecosystem, traditional agriculture.

Recibido: diciembre, 1998. Aprobado: noviembre, 1999.

2 Profesores Investigadores de la Universidad Autónoma Chapingo. División de Ciencias Forestales, Carretera México-Texcoco Km. 38.5, Chapingo, Edo. de México. Fax (595) 41957. E-mail : [email protected]

3 Investigador Colegio de la Frontera Sur, Ecosur, Unidad Chetumal. Zona Industrial núm. 2, Carr. Chetumal-Bacalar, C.P. 7700.0. Chetumal, O.Roo. Fax 204-47.

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La cultura maya, cuyas poblaciones se ubicaron en el sureste de México y algunos países de Cen­troamérica, representa una de las cimas de la civi­

lización mesoamericana. Entre los sitios de la región sureste de nuestro país en los que existe influencia maya se encuentra la zona central del estado de Quintana Roo, la cual comprende bási­camente los municipios de "Felipe Carrillo Puerto"

y "José María Morelos".

Las poblaciones mayas de Quintana Roo tu­vieron que adaptar su sistema de producción al medio selvático de la región. Los mayas desarro­llaron prácticas y técnicas eficientes para el manejo de sus recursos, lo que les permitió satisfacer sus necesidades materiales y, al mismo tiempo, con­

servar su entorno; el fundamento de dicho manejo es el criterio de uso múltiple de la diversidad bioló­gica en ese medio (Schmidt, 1980; Turner y Harri­son, 1978; Warman, 1985).

El sistema productivo para la cultura maya no está concebido como un proceso de producción de bienes para el mercado, sino como un satisfactor de las necesidades primarias para la familia y el grupo. La producción agrícola maya gira en torno al trabajo de la unidad familiar, lo que permite la unificación de las familias emparentadas entre sí bajo el sistema de ayuda mutua, con la caracterís­tica de colaboración comunal en las milpas (Flan­

nery, 1982).

La milpa es el sistema de producción carac­terístico de la economía maya. Sus actividades dependen fundamentalmente del temporal, los co­nocimientos que tienen los campesinos son trans­mitidos de padres a hijos, por lo que las prácticas están sustentadas en una larga experiencia histó­rica. Durante siglos, ésta se ha llevado a cabo bajo

el sistema de roza-tumba-quema, logrando una adecuación entre el medio y la producción de ali­mentos para la subsistencia de los grupos campe­sinos mayas. La experiencia milenaria de ellos en dicha técnica de cultivo plantea una problemática muy particular.

En la actualidad , con el continuo desmonte de selvas para fines agrícolas, se pone en riesgo la recuperación de la vegetación provocando además afloramiento del suelo pedregoso y la consecuente erosión, lo que ocasiona una baja productividad en

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las cosechas que no permite el mantenimiento de la familia campesina (Varguez, 1981).

En respuesta a lo anterior, este trabajo pre­senta una revisión y observaciones de la situación actual de la milpa maya en la parte central del estado de Quintana Roo, las implicaciones del sis­tema de roza, tumba y quema, así como su proble­mática en el futuro. Considerando que la lengua

maya es viva, se respetaron muchos de los térmi­nos que este grupo étnico utiliza para definir aspec­tos ecológicos de aprovechamiento y en general de la percepción que tienen del medio ambiente.

Metodología

La investigación se realizó en la zona maya en los ejidos Señores, Tres Reyes y Hazil del municipio "Carrillo Puerto" en Quintana Roo. Se ubicaron sitios donde se estudiaron las unidades ambientales de vegetación y se eligieron informan­

tes para definir los procesos de producción y etapas de la roza, tumba y quema, cotejando todo ello con revisión bibliográfica que contiene información acerca de la zona y con observaciones de campo. Además, se hicieron registros de los productos que se obtienen en tiempo y espacio, además se integró

dicha información en perfiles fisonómicos semirrea­listas de las diferentes etapas de la roza, tumba y quema.

La zona maya de Quintana Roo

Las comunidades campesinas de origen maya se localizan en la parte central del estado de Quintana Roo, principalmente en los municipios de "Felipe Carrillo Puerto" y "José María Morelos" (figura 1). Esta región está formada por una exten­

sa planicie constituida por rocas calizas, emergidas en Su mayor parte durante el Cuaternario (Pleisto­ceno y Reciente). El clima que se presenta es un Aw (x') i, o sea un cálido subhúmedo con lluvias en verano y una precipitación pluvial de 1 200 mm. No existen escurrimientos superficiales en la región a causa del alto grado de infiltración que presenta el sustrato geológico (Secretaría de Gobernación, 1987).

El tipo de vegetación representativo de esta región es la selva mediana subperennifolia, que se

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La milpa en la zona maya de Quintana Roo

• Chumyaxché, Okop y Punta Pájaros. Los españoles encon­traron al territorio del actual mu­nicipio de "Felipe Carrillo Puerto" dividido en dos caci­cazgos, el de Cochuah y el de Uaymil, que se habían formado al romperse la Liga de Maya­pán. Centros de población de importancia eran Tihosuco, Uaymax, Okop, Tabi, Chunhu­hub, Tepich e Ichmul, entre otros. En 1554 los españoles conquistaron la región después de una gran oposición del caci-cazgo de Cochuah. Durante la Colonia se estableció el siste-

Figura 1. Se ubican los municipios de "Felipe Carrillo Puerto" y "José María Morelos" ma de encomiendas. La dura (área sombreada) considerados como la zona maya de Quintana Roo. explotación de los indígenas

caracteriza porque alrededor de 25 a 50% de sus especies pierde las hojas en la época seca; alcanza una altura entre 25 y 35 m y se desarrolla sobre suelos de tipo tzek'el, ya'axhom-ak'alché, k'akab y k'ankab (de acuerdo con la clasificación maya). Las princi­pales especies arbóreas son (figura 2) caoba (Swietenia ma­crophylla) , cedro rojo (Cedrela odorata) , granadillo (Platymis- 30m

cium yucatanum) , zapote (Ma­nilkara zapota) , ramón (Brosi-mum alicastrum) , chacá (Bur-sera simaruba) , pucté (Bucida buceras) , chechem n e gro (Metopium browne/) , katalox (Swartzia cubensis) , amapola (Bombax ellipticum) , yaxnic (Vitex gaumen) , chacte-viga (Caesalpinia platyloba) y ki­tamche (Caesalpinia gaumen) (Subsecretaría Forestal y de la Fauna, 1969).

Origen e historia

la vegetaciOn

prosiguió durante la época in­dependiente, la consecuencia fue la Guerra de Castas, que estalló el30 de julio de 1847 en Tepich, cuando Cecilio Chi asesinó a las familias yucatecas del lugar. En 1850 la Guerra de Castas parecía

Los primeros pobladores de esta región fueron los ma­yas, de cuya estancia aún que­dan vestigios como son las zonas arqueológicas de Cobá,

Figura 2. Clasificación tradicional de la selva de acuerdo a la altura que alcanza la vegetación.

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haber terminado con la derrota de los mayas, pero éstos se unieron nuevamente gracias a la aparición de la Cruz Parlante. Alrededor de este símbolo los

mayas se asentaron y fundaron Chan Santa Cruz (hoy "Felipe Carrillo Puerto"). Esta ciudad no pudo ser tomada por las tropas gubernamentales, gra­cias a que desarrollaron una economía que les permitió resistir intercambiando palo tinte y made­ras preciosas por armas con los ingleses residentes en Belice. Sin embargo, los mayas perdieron este apoyo cuando el conflicto limítrofe con Belice se resolvió (Bartolomé y Barabas, 1977).

El ejército federal, al mando del generallgna­cio A. Bravo, comienza la ofensiva final contra Chan Santa Cruz fortificando las poblaciones aledañas

hasta rodear al poblado, con lo que consigue su aislamiento y obliga a los mayas a abandonarlo. Bravo inicia la colonización de la zona a través de la explotación de sus recursos maderables (made­ras preciosas, palo de tinte y durmientes para fe­

rrocarril) , los cuales eran exportados por el puerto de Vigía Chico. En 1915 Salvador Alvarado regresó a los mayas la ciudad de Santa Cruz y trasladó la capital del territorio a Payo Obispo (hoy Chetumal).

Esta decisión hizo que Santa Cruz quedara prácti­camente deshabitada, más tarde se repobló con personas de origen maya a instancias de Francisco

May, quien gracias a acuerdos con el gobierno federal se convirtió en el personaje más importante de la región al monopolizar la producción del chicle, principal artículo de exportación de esa época. En 1932 el nombre de Santa Cruz fue cambiado por el de "Felipe Carrillo Puerto". En las últimas décadas, el municipio ha seguido siendo un centro de recep­ción de inmigrantes de origen maya (Bartolomé y Barabas, 1977; Secretaría de Gobernación, 1987).

El sistema roza-tumba-quema

El sistema de roza-tumba-quema, también conocido con los nombres de agricultura migratoria y agricultura trashumante en los trópicos húmedos y "milpa" por los mayas, es uno de los más impor­tantes sistemas agrícolas del mundo; quizá pueda ser mejor definido como un sistema que se distin­gue por la rotación de las tierras por periodos cortos de cultivo (uno a tres años) alternados con periodos generalmente más prolongados de recuperación (hasta de más de 20 años); actualmente los perio-

Figura 3. Se muestran etapas del proceso de roza-tumba-quema.

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dos de recuperación son más cortos (a menudo de cuatro a ocho años solamente) (ver figura 3). Entre las actividades principales de dicho sistema están el desmonte, la roza y la quema, utilizan para ello casi exclusivamente la fuerza humana empleando machete, escardillo o azada y rara vez el arado. Es un sistema de producción de subsistencia, racional y razonablemente eficaz, dirigido a satisfacer las necesidades de los grupos familiares (Flannery, 1982; Waters, 1971).

La base de la alimentación maya es el maíz, seguido de la calabaza, el frijol y algunas otras hortalizas, la carne de su dieta proviene de la fauna silvestre y de animales del solar (cerdos, gallinas y guajolotes). Las variedades de maíz cultivadas son las criollas, las cuales presentan una gama de colores entre el amarillo y el blanco. De acuerdo con la experiencia de los campesinos, las amarillas son las más precoces; de entre ellas el productor puede elegir las variedades que más le convengan o combinar las precoces con las tardías para así asegurar la cosecha de alimento por un periodo más prolongado (Ucán et al., 1982).

Los pasos secuenciales considerados para el cultivo del maíz son los siguientes (Bojórquez, 1984; Ucán et al., 1982; Hernández, 1982; Hernán­dez et al. , 1987). El primer paso en el cultivo del maíz es la selección del terreno o x-im-balk'aax. Para delimitar el terreno, generalmente, hacen una brecha en forma de ángulo recto, cuyo vértice apunta hacia el sureste. En esta etapa el campesi­no escoge el terreno en que ha de sembrar, para ello requiere reconocer si la tierra se encuentra en condiciones de ser cultivada o si , por el contrario, es conveniente que continúe en barbecho o des­canso. Esta actividad se realiza durante el otoño y para ello se toma en cuenta la facilidad del desmon­te, la recurrencia de plagas y enfermedades, la humedad y la disponibilidad de agua de pozo o cenote (cuadro 1).

En la decisión sobre el tamaño de la parcela intervienen diversos factores, tales como la dispo­nibilidad de la tierra y de la mano de obra, así como las necesidades de la familia del campesino. La tarea de medir la parcela se conoce como p'isi'b­che y se realiza con la ayuda de una cuerda; la medida se conoce con el nombre de "mecate". La equivalencia es de 25 mecates por hectárea (Gu-

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La milpa en la zona maya de Quintana Roo

tiérrez, 1993). En Quintana Roo las parcelas va­rían entre dos y tres hectáreas (50 a 75 mecates).

Cuadro 1. Prácticas agricolas y faenas.

N/P Labores agrícolas 25 Faenas Época mecates (1 ha) (días) (mes)

1 Medición 1 I

2 Tumba 18 1-11-111

3 Quema 2 IV

4 Siembra 2 V-VI

5 Deshierbe 5 VII

6 Cosecha 2 VIII-X

7 Trilla o desgrane 2 VIII-X

8 Transporte 2 VIII-X

Posteriormente se realiza el desmonte o roza, localmente denominado han-ch'ak, operación que consiste en cortar con un machete los arbustos y los bejucos que han crecido durante el tiempo de barbecho.

Una vez realizada la roza, se procede a tum­bar los árboles más grandes y los arbustos gruesos con un hacha, proceso denominado en lengua maya como ch'ak-ché. Si los árboles son demasia­do gruesos sólo se cortan en su parte posterior con la finalidad de asegurar la insolación de la milpa al cortar el follaje alto de los árboles y así garantizar la regeneración del bosque cuando llegue nueva­mente el momento del barbecho. La "tumba" para los campesinos es una práctica que les proporciona mayor libertad de acción en el cultivo, ya que los árboles son muy estorbosos, además algunos uti­lizan la madera que tumban para leña, carbón y material de construcción ; siempre dejan los "toco­nes" de los árboles derribados. Entre los árboles que no se tumban se encuentran el árbol del ch icle (Manilkara zapata) y el ramón (Brosimum alicas­trum).

Antes de iniciar la quema, es necesario abrir la guardarraya o balabk' aax para evitar una posi­ble fuga del fuego; para ello se limpia una franja de uno a tres metros alrededor de la milpa.

La quema o took se realiza después de haber tumbado todos los árboles del terreno que servirá para la milpa. En general se selecciona de prefe­rencia una rama de box-catzin (Acacia gaumen) ,

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se enciende y con ella se prende fuego en distintas partes de terreno. Para la quema, el campesino elige un día o una noche sin viento y una vez que se inicia el incendio no para hasta que se queme todo el material vegetal.

Enseguida se procede a cercar el terreno o nok-ch'ak con ramas espinosas y horcones para evitar la entrada de predadores que puedan des­truir las siembras.

La siembra o paakal-col empieza después de un deshierbe o loh-ché-paak cuando se presentan las lluvias de mayo o junio. Ésta se lleva a cabo con un bastón plantador o xul, cuya punta está endu­recida al fuego o tiene punta de fierro. La distancia entre matas es de aproximadamente un metro y de poco más de un metro entre hileras.

Entre los meses de octubre y noviembre las mazorcas se encuentran ya maduras, pero todavía no son cortadas sino hasta haber doblado la cañue­la, de manera que la mazorca quede colgando, lo cual evita que los frutos puedan ser depredados por los pájaros o afectados por la entrada de agua de lluvia que favorece el desarrollo de hongos. A esta práctica se le denomina uats.

Finalmente, se realiza la cosecha o hoch, para lo cual el agricultor utiliza un cesto de bejuco (xux-ak) que carga en su espalda y sostiene con la ayuda de un mecapal (tanta' ab) en el que va echando las mazorcas envueltas en sus hojas (ho­lo'och); posteriormente vacía el cesto en costales para facilitar su transporte.

Los últimos pasos son el desgrane, almace­namiento y, en caso de una buena cosecha, trans­porte para la comercialización; aunque cabe mencionar que entre los mayas de Quintana Roo la agricultura de maíz es básicamente de subsis­tencia.

Todas la labores del ciclo agrícola se repiten durante varios años, después dejan la tierra en "barbecho" por un tiempo variable, generalmente de cuatro a ocho años, dependiendo de la calidad del suelo y de la presión de la población sobre las tierras disponibles (figura 4).

En un ciclo de temporal los trabajos a realizar por hectárea, el tiempo en hacerlo y su costo está

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en relación al tipo de monte (monte alto, monte bajo o cañada).

Por tradición, el indígena elige el terreno en el cual realizará sú cultivo, prefiere el box-Iuum (tierra negra) que es más fértil al chac-Iuum (tierra roja) , aunque también debe trabajar las tierras an­teriormente cultivadas (tres o cuatro años), motivo por el cual éstas se clasifican según el tiempo de haberse trabajado y considerando su descanso.

Al llegar al cuarto año (pokché), el indígena piensa en desmontar nueva superficie puesto que los rendimientos han disminuido considerable­mente en la milpa .. El sistema de rotación en la explotación de la tierra comprende entre 8 y 12 años (cuadros 2 y 3).

Cuadro 2. Clasificación de tierras cultivadas.

Tipo Nominación Ciclo maya

1.- Tierra nueva (virgen) chakben 1er. año

2.- Tierra posterior a chakben sáka 2°. año

3.- Tierra posterior a sáka hubché 3er. año

4.- Tierra posterior a Hubché lpokché 4°. año

Cuadro 3. Periodos, cultivos y descanso en parcelas mayas de 5 hectáreas.

Parcela Años de siembra Años de recuperación

A 1 - 3

B 4-6 A- 3

C 7-9 A - 6, B - 3

D 10 - 12 A - 9, B - 6, C - 3

Nuevo ciclo AA 1 - 3 B - 9. C - 6, 0-3

Por otra parte, aunque el maíz es el cultivo principal dentro de la milpa, existen también otros de gran importancia en la dieta de los campesinos mayas, como por ejemplo: calabaza o klum (Cu­curbita sp.), tomate o p'aak (Lycopersicon Iycoper­sicum) , chile verde o ya' ax ik (Capsicum annuum), yuca o ts'in (Manihot esculenta), frijol o kolibu'ul (Phaseolus vulgaris) , kukutmakal (Xanthosoma yucatanense), jícama o chi'kam (Phachyrhizus erosus) y camote o is (Ipomea batatas).

El pet pa'ach es un subsistema dentro de la milpa que consiste en cercos o albarradas de pie-

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La milpa en la zona maya de Quintana Roo

Figura 4. Se ilustra el ciclo de la milpa y regeneración de la selva en Quintana Roo.

dra de diferentes dimensiones, comúnmente de 25 x 5 m; su forma es semicircular; en él se siem­bran cultivos complementarios que incluyen más

de 20 especies (frutos, semillas, flores, hortalizas, rizomas, tubérculos y condimentos) que contribu­yen a la producción de la milpa, superando a veces la cosecha de maíz (cuadro 4 y figura 5).

La milpa y los suelos

Los mayas tienen un profundo conocimiento sobre los suelos, la clasificación que han desarro­llado es la más útil en la península, aun sobre las más modernas. El suelo es uno de los factores más

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importantes para el manejo del cultivo, por lo que los campesinos mayas lo distinguen de acuerdo a su ubicación topográfica, el nivel de pedregosidad, el color, la profundidad y la textura. En la región, los suelos dominantes son los de rendzina, que se encuentran en las elevaciones suaves y laderas de poca pendiente, mismos que se caracterizan por su buena estructura y fácil drenaje.

Los principales suelos que distinguen los campesinos mayas y en los cuales hay un manejo real y diferencial, de acuerdo a Aguilera (1959) y Wright (1970) son el tzek'el que es un suelo pedre­goso que corresponde al litosol; el pus-Iu'um y el

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chac-Iu'um, que son diferentes tipos de rendzina, aptos para el cultivo de maíz criollo. la· mayor limitante de este suelo es su profundidad; sin em­bargo, mantiene la humedad debido a la gran can­tidad de piedras que presenta. C.Jando las capas sólidas de roca carbonatada afloran a la superficie reciben el nombre de chaltum. Asimismo, la capa

sobre la cual se encuentra éste y que se compone de marga blanda y cretosa recibe el nombre de kankab.

El kakab se compone fundamentalmente de rendzinas y presenta un color café oscuro con bajo contenido de humus y generalmente de pH neutro.

Cuadro 4. Cultivos frecuentes en un "petmpa'ach".

Nombre científico Nombre maya Nombre común

Cucurbita moschata (Duch) Duch. Poir. K'uum osikil calabaza o pepita menuda

Cucurbita argyrospenna Xka'oxtoop' pepita gruesa

Cajanus cajan (L.) Millps Xrenteja lenteja

Lagenaria siceraria (Mol.) Standl. Chuj o lek calabazo

Celosia orgentea L. Ztess tess

Ipomoea batatas (L.) Lam. 15 camote

Xanthosoma yucatanensis Engelm. Kukutmakal makal

Dioscorea alata L. Ak'il makal makal de bejuco

Manihot esculenta Crantz Is'iim yuca

Pachyrrizhus erosus (L.) Urb. Chiikam jícama

Maranta arundinacea L. Chaak sagu

Dioscorea bulbifera L. Xvolador papa voladora

Cucurbita. pepo L. Ts'lo tsol

Lycopersicon Iycopersicum (L.) Karsten p'ak tomate

Citrulus lunatus (Thumb) sandía

Cucumis mela L. melón

Cucumis sativus L. pepino

Capsicum annuum L. Ik chile

Sesamum indicum L. Sikilp'uus ajonjolí

Musa paradisiaca L. Haas plátano

Cnidoscolus chayamansa Mc Vaugh Chay chaya

Carica papaya L. Puut I papaya

Figura 5. Se muestra el susbsistema "pet pa'ach" en un esquema fisonómico semirrealista de la milpa.

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Cuando hay presencia de roca calcárea en todo el perfil se le denomina chochol-kakab.

El ya'ax-hom corresponde a un cambisol o un feozem, es un suelo café oscuro, poco pedrego­so, algo profundo (40-60 cm) y con textura media. Los campesinos lo consideran como un suelo fértil y apto para los cultivos.

Un listado de los suelos mayas y su realidad se presenta en el cuadro 5, el cual en la práctica

resulta muy útil.

Cuadro 5. Clasificación maya de los suelos.

Nomenclatura Tipo Calidad

Ek lu'um suelo negro excelente

Boxlu'um suelo negro excelente

K'an lu'um suelo amarillo bueno

K'an kab lu'um suelo amarillo, color miel bueno

Sah kab lu'um suelo calizo malo

Tsek'ellu'um suelo lajoso regular

Chaltum lu'um suelo lajoso malo

Ch'ich lu'um suelo pedregoso o gravoso bueno

Chak ch'ich lu'um suelo rojo gravoso o pedre- regular gasa

Box ch'ich lu'um suelo negro gravoso o pe- excelente dregoso

Ek' ch'lch lu'um suelo negro gravoso o pe- excelente dregoso

Apaltún lu'um suelo entre rocas grandes o grietas

Sak lu'um suelo blanco malo

La milpa y la vegetación

El campesino maya conoce bien la naturaleza de la vegetación y diferencia las diversas formas de vida y sus usos. Al árbol le denomina che, a la hierba xiw, al bejuco o liana le lIama.ak, al pasto su'uk, xa'an, ch'it y tuuk a distintos tipos de palmas y pak'am a las plantas crasas.

La apropiación conceptual del medio por par­te de los mayas y su distinción en unidades tanto discretas como continuas de aprovechamiento puede aún constatarse con la división que los po­bladores actuales hacen tanto de distintos ecosis­temas y asociaciones vegetales como de las

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La milpa en la zona maya de Quintana Roo

distintas etapas serales en el proceso de sucesión forestal.

El conocimiento que se tiene sobre la dinámi­ca de la vegetación en el área maya de Quintana Roo es muy similar al resto de la península, éste se basa en la regeneración de la vegetación después de la roza-tumba-quema, esto es, la edad del bar­becho.

Las etapas sera les asociadas al sistema agrí­cola de acuerdo a Flores y Ucán-Ek, (1982) y Palma (1984) son las siguientes:

Sak'aab koo milpa recién cortada

Hubche' vegetación secundaria

K'ambal hubche' sucesión entre cinco y diez años

Ka'anal hubche' sucesión entre diez y Quince años

Kelemche' sucesión entre Quince y treinta años

Ka'anal k'aax bosque tropical viejo de treinta o más años

En algunas poblaciones mayas cercanas al estado de Yucatán, también se distinguen los si­guientes estadios sucesionales:

Hubche' de uno a nueve años de descanso

Yax k'aax de nueve a Quince años; aparición del estrato arbóreo

Yax nucuch k'aax de Quince a veinticinco años de descanso

Nucuch k'aax más de veinticinco años después del abandono

Nahmad, et al. (1988) indican que los campe­sinos mayas llaman a los terrenos en descanso hubches, y consideran un mínimo de diez años para volver a sembrarlos. Los ejidos que no fueron dotados con extensiones suficientes no pueden llevar a cabo el sistema de descanso de la tierra, por ejemplo, una familia de cinco miembros requie­re un mínimo de 5 hectáreas de milpa anual para obtener una cosecha de 4 toneladas de maíz; ésta producción les cubre el consumo diario, más lo que dedican a los animales domésticos. Si el campesi­no trabaja un terreno A durante tres años, después del tercer año requiere desmontar un nuevo espa­cio, el B; trabajará éste por otros tres años; luego pasará a un nuevo terreno, el C, en el cual seguiría

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el mismo proceso que en los anteriores; y a un cuarto terreno, el D, con la misma dinámica. Reini­

ciará el ciclo de roza, tumba y quema en el terreno

A, después de dejarlo descansar nueve años (ver cuadro 3). Así un terreno no erosionado y bajo las

mínimas condiciones de nueve a diez años de descanso permitiría la subsistencia de una familia.

Requeriría entonces de 20 hectáreas, para que

mientras una parcela esté en producción, las otras

se encuentren en descanso. Pero si los terrenos

requieren más años de descanso por las condicio­nes del suelo, la situación es más crítica. Por

ejemplo, si cada parcela requiere más años de

descanso, el campesino requiere más hectáreas.

Los campesinos prefieren el bosque maduro

para aplicar el sistema de roza-tumba-quema, pero la superficie disponible para ello es cada vez menor

debido al aumento en la población que depende de esta práctica. En la actualidad la milpa se realiza,

en muchas ocasiones, en sitios en los que según

el propio modelo de roza-tumba-quema no es ade­

cuado hacerlo, lo que ha provocado no sólo la desaparición de inmensas masas forestales sino además la inviabilidad económica de los sistemas de producción tradicionales para los propios cam­

pesinos.

Entre los árboles más protegidos dentro de la

milpa encontramos al zapote (Manilkara zapata), el cual produce la resina del chicle y frutos de agra­

dable sabor; al ox o ramón (Brosimum alicastrum), que se utiliza como forraje y cuyo fruto también es

comestible; el chaká (Bursera simaruba); el kapoo (Ficus cotinifolia) y al ya'axnik (Vitex gaumen) , estos últimos sirven para forraje.

Además de proteger a los árboles ya mencio­

nados, se dejan los tocones de otras especies con el fin de favorecer la rápida regeneración de la

selva, éstos reciben el nombre de chuncheob. Asimismo, se acostumbra dejar una franja de árbo­les denominada t'oolche, la cual sirve para som­brear las veredas, a la vez que funciona como

reserva forestal y de refugio para muchas especies

de animales silvestres.

La milpa y la fauna silvestre

El manejo de la fauna silvestre ca ,nes de

autoconsumo juega un papel muy importante en la

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dieta del campesino (mamíferos y aves, principal­mente) ya que representa la fuente primaria de

proteína animal con la que cuenta.

Sin duda alguna, una de las áreas principales

de cacería es la milpa, ya que ésta funciona de forma indirecta como comedero para muchas es­

pecies animales que forrajean en ella -tanto las semillas sembradas, pasando por la plántula, hasta

la planta adulta o el fruto de la misma- lo cual

aprovecha el campesino para hacerse de carne o

de algún otro producto aprovechado del animal astas, piel y plumas (cuadro 6 y 7).

Cuadro 6. Animales que se cazan en la milpa maya de Quintana Roo.

Nombre científico Nombre Nombre en español maya

a) Aves

Ortalis vetula baach chachalaca

Crax rubra kambul faisán

Crypturellus cinnamo- noom perdiz meus

Columba speciosa xukib paloma escamosa

Leptotila verreauxi tzu tzui paloma suelera

Aratinga sp kilib perico

b) Mamíferos

Odocoileus virginianus keh venado cola blanca

Mazama americana yuc cabrito-temazate

Nasua narica chiik tejón

Tayassu pecari ka'a xi keken jabalí - jahuilla

Tayassu tajacu kitam pecarí de collar, puerco de monte:

Agouti paca haleb tepescuintle

Dasiprocta punctata tzub sereque

Orthogeomys hispidus ba tuza

Dasypus novemcinctus wech armadillo

Sin embargo, la cacería en la milpa no sólo se realiza con fines alimenticios sino también con el propósito de controlar especies dañinas que mer­

man los bienes del agricultor y en muchos casos

ambos fines van unidos. Entre las especies de mamíferos que son aprovechadas dentro de la milpa encontramos al venado cola blanca (Odocoi­leus virginianus), al temazate o cabrito (Mazama americana), al puerco de monte (Tayassu tajacu) ,

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tejón (Nassua narica) y el tepescuintle (Agouti paca) , los cuales son los organismos que más carne aportan a la dieta familiar. En lo que respecta

a las aves encontramos al faisán (Crax rubra) y la

chachalaca (Ortalis vetula) , principalmente (ver

cuadro 6).

Cuadro 7. Cantidad de individuos cazados por especie y por tipo de usq de suelo en el ejido Caobas, Quintana Roo (Avila, 1995).

Especie Área Área Área Área to-total agrícola ganadera restal

permanente

Venado cola blanca 7 7 1 25

Temazate 15 3 10 28

I Jabalí de collar 24 4 13 41

Jahuilla 8 2 9 19

Tepezcuintle 13 7 3 23

Armadillo 18 14 3 35

Tejón 23 7 2 32

Sereque 1 1 O 2

Mapache 6 O O 6

Ardilla O O 2 2

Tapir 2 O O 2

Faisán 11 2 15 28

Chachalaca 9 2 1 12

Otras aves 3 O 1 4

Cabe señalar que muchos de los animales

que aportan carne, por ejemplo, puerco de monte, venado, tepescuintle y tejón entre otros, son caza­

dos con fines de control y protección de la milpa. Así , por ejemplo, los jabalís de collar entran a la milpa, a comer la caña, cuando las plantas están ya desarrolladas. La cantidad de forraje que consu­men es considerable y cuando el fruto está maduro incrementan la frecuencia de visitas y se mantienen

hasta que el productor ha levantado la cosecha. El daño puede ser enorme en el caso de manadas

grandes (Ehnis, 1989).

El tejón es uno de los animales silvestres más

temidos por el campesino. Anda en manadas bien organizadas hasta de cientos de animales; igual

que trepa a un árbol también lo hace por las cañas de maíz o dobla la mata para alcanzar la mazorca; por su costumbre de rascar el suelo en busca de insectos y tubérculos encuentra fácilmente los gra-

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La milpa en la zona maya de Quintana Roo

nos recién sembrados o bien daña las raíces de las matas ya grandes (Ehnis, 1989).

Por su parte, entre las especies cazadas de

fel inos podemos mencionar al tigre o jaguar (Felis onca), leoncillo o puma (Felis con color) y al tigrillo (Felis weidiJ) , que atacan a los animales de corral y

domésticos.

En lo que respecta a las aves, los cotorros

(Amazona sp.) son de los que ocasionan mayores

destrozos a los cultivos agrícolas, si bien no consu­men grandes cantidades de maíz sí abren numero­sas mazorcas, provocando con esto que penetre la humedad y los insectos, como el gorgojo.

La carne obtenida por medio de la caza es

consumida principalmente por la familia , aunque en

algunos casos parte de la misma es regalada a algún amigo o vendida dentro de la comun idad. La carne cuando no es mucha es consumida de forma

directa e inmediata; sin embargo, cuando es mucha

o el fin es la venta, se utiliza como forma tradicional

de conservación la preparación en pib, ésta con­siste en la cocción de la misma dentro de un hoyo

en el suelo al que se le añade madera dura o con corazón (mangle rojo, zapote, etc.), la cual es en­cendida con la finalidad de formar brasas. Una vez

obtenidas, se colocan sobre ellas rocas de entre 15

y 30 cm de diámetro, con el fin de calentarlas. Una

vez que las rocas se encuentran calientes, se de­posita sobre ellas la carne y se cubre el hueco con una capa de hojas de las palmas de huano (Sabal sp.) o de chit (Thrinax radiata) .

Finalmente, se tapa con tierra todo el agujero

para que no salga humo de éste. Después de aproximadamente dos horas se saca la carne del horno, la cual se mantiene en buen estado por un lapso aproximado de dos semanas (Macias y Mar­

tinez, 1994).

Por otra parte, los campesinos mayas consi­deran a ciertos animales benéficos o que cuidan la milpa, algunas aves tales como el halcón o koos (Butogallus sp.) y el gavilán pinto o ek'piip ch'uy

(Accipiter cooperiJ), o algunos reptiles como la ví­bora de cascabel o tzab kan (Crotalus sp.)

Avila (1995), en su estudio realizado sobre la fauna en el ejido de Caobas, comparando tres áreas de caza, encontró que es en la milpa en

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Revista de Geografía Agrícola

donde se obtiene el mayor número de organismos cazados.

Los milperos y la cultura

La base de la alimentación del pueblo maya es el maíz, al cual se considera de origen divino. De acuerdo a la tradición religiosa, convocan perió­dicamente a sus dioses para que les envíen lluvias oportunas y abundantes o al menos para lograr la cosecha, ya que la cosecha depende del temporal (lluvias veraniegas).

La relación de las lluvias y las milpas contiene tradicionalmente un sistema clasificatorio que atri­buye tanto dones positivos como negativos. Entre las lluvias positivas se tiene las de la mañana procedentes de oriente denominadas "santas llu­vias" (Iakin-ha) y las lluvias negativas o malignas denominadas "lluvias calientes" (choko-ha) que proceden del oriente y otras del poniente (sabak­ha), ambas se presentan por las tardes o las no­ches del mes de julio o agosto; otra lluvia procedente del sur es también negativa (kan-kubu­ha) ya que deja las plantas amarillas.

Para efectuar la siembra del maíz, el indígena inicia sus trabajos con orientación de norte a sur y de oeste a este, reiterando así su cosmogonía en cuanto a la concepción de un cuadro celeste que por inspiración religiosa ha sido trazado por los dioses proporcionando de esa manera el modelo sagrado y eterno. Asimismo, el campesino indíge­na concede gran importancia a las fases lunares, como una guía para sus operaciones agrícolas (cuadro 8).

Cuadro 8. Calendario lunar de procesos de trabajo en la milpa maya de Quintana Roo.

Fase lunar

Luna llena

Mes Operación agrícola

marzo, abril o mayo quemas

Luna llena mayo o junio siembras del maíz, horta­lizas y calabazas

Menguante junio o julio deshierbes

Menguante

Menguante

octubre

¡enero, ¡marzo

dobla de las cañas de I maíz menudo

febrero y cosechas del grueso y frijol I de milpa · 1

El campesino maya adapta to.do su ciclo de cultivo con relación al sistema de Xockin o caba-

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ñuelas, el cual consiste en predecir el clima de todo el año de acuerdo al tiempo atmosférico que se presenta durante los primeros 25 días de enero.

Las principales ceremonias que se realizan durante el ciclo agrícola son las siguientes:

Para pedir por la cosecha

Ho'olche'ti. Ofrenda para dar inicio a la roza­tumba y pedir buenos rendimientos a la tierra. Además de protección para prevenir los accidentes personales durante la tumba.

Ho'olche'ti yum k'ak yetel ti' yum moson ik. Ofrenda del pozole sagrado para el dios del fuego y el dios del viento para que resulte bien la quema.

Ho'olche'utial pak'al. Ofrenda del pozole sa­grado para la mejor germinación de la semilla y buenas lluvias para el mismo fin .

Ch'a'chaak. Ruegos y ofrendas en honor al dios Chaak. Esto es con el fin de pedir las lluvias para regar los campos de maíz (Ucán et al. , 1982).

Para agradecer los logros de la cosecha

Ho'olche'ti' pibil nal. Ofrenda con elotes pibiles. Ésta se realiza en honor a todos los dioses que tomaron parte en la buena cosecha.

Ho'olche'ti ch'uuy ah-kanam kool. Ofrenda para el gavilán, "el guardián de la milpa". Esto es con el fin de agradecerle el cuidado que ha tenido para la producción y que seguirá teniendo mientras se cosecha la milpa.

Las creencias y prácticas culturales emplea­das en la milpa se ven fortalecidas con la entrada de nuevos campesinos mayas provenientes de otras comunidades de la península de Yucatán cuyo arraigo a las tradiciones es muy fuerte.

Integración sociedad-ambiente

De la entrevista realizada en el año de 1996 a Arsenio Tomás Chan, campesino maya del Ejido Tres Reyes, se desprende información donde se hace patente la integración social al contexto eco­lógico de la selva y la milpa.

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La milpa es la actividad "madre" por excelen­cia y se realiza mediante el conocido método de roza, tumba y quema.

La medida en las parcelas de las comunida­des mayas es el mecate, un mecate equivalente a 20 x 20 m, que es igual a 400 m2; de tal modo, 25 mecates equivalen a una hectárea. Sembrando maíz, Arsenio dice hacer hasta quince mecates por día, o sea, más de media hectárea.

El año pasado se pagó al jornalero $1.50 por mecate, para este año se pagará a $2.00 o más. A decir de este campesino, va a sembrar 8 hectá­reas de maíz, y paga el mecate de chapeo a $12.00, porque tiene dinero que le manda su hijo para sembrar esa superficie, pero en general se paga menos de $10.00 por mecate. Un hombre hace en chapeo cinco mecates en 4 horas (más o menos de 6 a 10 metros).

En condiciones normales el rendimiento de maíz es de dos cargas por mecate. Una carga es igual a 45 kg de maíz desgranado. Si se obtienen dos cargas por mecate serían 50 cargas en 25 mecates; como 25 mecates equivalen a una hec­tárea, las 50 cargas por hectárea equivalen a 2250 kg de rendimiento. En otra entrevista, Arsenio y su hermano Margarita afirmaron obtener 50 kg de maíz desgranado por mecate, que da una estima­ción de 1 125 kg por hectárea.

Normalmente Arsenio siembra 3 hectáreas de maíz, pero este año piensa en una hectárea más por la familia de su hijo. Según él, con 3 hectáreas de milpa que siembre es suficiente para su familia , compuesta por diez personas.

En la milpa se siembran al mismo tiempo maíz, frijol, ibes, yuca, calabaza, pipián y lenteja. Sobre el mismo terreno de la milpa, antes de sem­brar maíz, se cosecha camote, yuca y macal. Con 50 mecates cultivados se sustenta a una familía durante el año.

Dentro de las milpas es frecuente encontrar una albarrada de piedra, llamada pet pa'ach que puede estar hecha en forma semicircular; ahí se siembra sandía, melón y calabaza; la albarrada sirve para proteger estos cultivos de los animales.

A los productos cultivados en las milpas con semillas criollas no les ponen ningún agroquímico.

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La milpa en la zona maya de Quintana Roo

Este tipo de insumas sólo se usa para las hortalizas y el maíz mejorado, que siembran en una pequeña unidad que cuenta con riego por bombeo.

Al inicio de la siembra, chaa-chac, se le reza al dios que beneficiará y cuidará los cultivos. En el centro de la milpa se construye un altar (mesaché) y se le ofrendan pozole, gallina y tortillas; dichas ceremonias son dirigidas por un sacerdote maya de la religión católica.

El campesino maya no acostumbra vender sus excedentes de maíz, sino que los conserva y los usa como alimento para los animales que cría como son puercos, gallinas y pavos; estos últimos los comercializa.

La cacería de animales silvestres no es lo abundante que se pudiera pensar; se compone de jabalí, venado, pavo de monte, faisán , tejón , cha­chalacas, mapache y ardilla y en esencia es para el consumo familiar. Cuando ocasionalmente se caza un venado, éste será parte del consumo fami­liar y parte para venta.

El campesino realiza cacería en el monte y también aprovecha los animales que llegan a la milpa, de este modo obtiene proteína animal para su alimentación o algún ingreso por la venta de la carne. A la milpa llega el jabalí, mapache, tejón y ardilla buscando alimentarse de la misma. El vena­do también llega a la milpa, pero sólo se come las yerbas.

La mujer y la nuera de Arsenio llevan aretes y cadenas de oro. Según Arsenio es mejor hacerse de estas prendas a conservar el dinero; si en un momento dado se necesita dinero las prendas se empeñan o se venden; de lo contrario, guardado el dinero, éste se gasta.

Su casa es de una pieza con cocina inde­pendiente, las paredes están hechas con varas de madera (bajareque) y techo de guano, se duerme en hamacas y el mobiliario doméstico es el indis­pensable. Él no aspira a mayores satisfactores que los mínimos.

Mientras su milpa le dé lo suficiente para alimentar a su familia, y obtenga algunos ingresos por la explotación forestal , por la venta de fuerza de trabajo y la venta en el mercado de algunos excedentes de lo que produce, se sentirán satisfe-

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Revista de Geografía Agrícola

chos él Y su familia . Para este campesino, la activi­dad productiva que tenga como fin la acumulación no tiene sentido.

Discusión y conclusiones

Las actividades agrícolas del pueblo maya han estado dirigidas a satisfacer las necesidades del grupo familiar, por ello sus prácticas agrícolas no impactan de manera drástica al medio en el cual se desarrollan. Sin embargo, no obstante que el productor intenta preservar los elementos bióticos originales de la selva, su sola remoción provoca al menos las siguientes modificaciones:

• Aumento aparente del promedio anual de la

temperatura del aire y del suelo.

• Cambios en algunas características físico­

químicas del suelo, como el pH y la cantidad de

materia orgánica.

• Pérdida de nutrimentos.

Como es sabido, la única forma de preservar eficientemente la productividad de los suelos tropi­cales es la de permitir la regeneración ecológica del área que ha sido utilizada para la agricultura de temporal en tierras consideradas no agrícolas. Cuando el ejidatario utiliza una hectárea de suelo para su cultivo, no solamente está destruyendo una cierta organización representada por más de 500 árboles correspondientes a alrededor de 90 espe­cies sino además está acabando con una parte de la información potencial del ecosistema (Gómez­Pompa, 1987).

Al no tomarse en cuenta los sistemas regio­nales de producción agrícola y el crecimiento de­mográfico de las últimas décadas, se ha propiciado el rompimiento de los limites óptimos para recupe­rar la vegetación; se tiene entonces una degrada­ción progresiva de los suelos por su uso intensivo.

La tecnología agrícola maya permitió la repro­ducción de la etnia por más de 5 mil años, sin provocar alteraciones drásticas al ecosistema re­gional. Sin embargo, algunos autores consideran que el colapso de los centros geopolíticos y cere-

70

moniales mayas se explica por crisis en la produc­ción agrícola.

Actualmente! la milpa maya enfrenta una cri­sis muy aguda. La utilización del sistema roza­tumba-quema es visto por mucha gente como un sistema que altera de forma drástica o destruye el ecosistema selvático, lo cual en muchos sentidos es cierto. Sin embargo, el problema principal no radica en el sistema de cultivo sino en las condicio­nes políticas, económicas y sociales actuales en las cuales éste se da. Si pensamos que la milpa bajo roza-tumba-quema está dirigida a satisfacer las necesidades de los grupos familiares, podre­mos comprender porqué su utilización en forma intensiva y discriminada está fracasando.

La permanencia del sistema de producción de roza-tumba-quema bajo el impacto producido por un aumento constante de población hace evj­dente la necesidad de reconceptualizar la forma de manejo que hasta ahora se ha desarrollado. Es indispensable una alternativa coherente para esta­blecer el equilibrio que el modelo presupone para el sistema, si lo que se busca es la funcionalidad permanente del mismo. Dicha alternativa debe comprender que el manejo de las superficies cu­biertas por los diferentes estadios sucesionales aporta una enorme cantidad de satisfactores a la comunidad, y que estabiliza al sistema, por lo que debe ser considerado al diversificar las actividades productivas de un ejido, lo que conllevaría a dismi­nuir las demandas que actualmente se concentran en la roza-tumba-quema.

Dado que en la actualidad más de 240 millo­nes de campesinos en las zonas tropicales del mundo practican la roza-tumba-quema, es clara la necesidad de realizar más investigaciones en este campo. El aumento de la población y la acelerada deforestación de las zonas tropicales amenazan con romper el equilibrio ecológico en vastas regio­nes del planeta. Desgraciadamente el origen del problema dista mucho de ser ecológico, agronómi­co o demográfico, de ser así, las pautas marcadas por las investigaciones arqueológico-vegetaciona­les, las cuales señalan la diversificación de opcio­nes agrosilvícolas, pudieran ser un buen inicio en el camino de la solución. Sin embargo, el problema requiere, además, una reconceptualización de las relaciones que las comunidades campesinas sos-

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tienen con todos los niveles de organización políti­ca y socioeconómica de las estructuras estatales en las que se ven inmersas, lo que implica admitir el valor de los conocimientos y de la experiencia

La milpa en la zona maya de Quintana Roo

tradicional, todo lo cual tiene que ser considerado como parte fundamental de las alternativas de ma­nejo que deben impulsarse.

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