La Naturaleza Semiótica de La Conciencia. Una Aproximación Sociocultural a La Mente Humana

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    Infancia y Aprendizaje

     Journal for the Study of Education and Development

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    La naturaleza semiótica de la conciencia: unaaproximación sociocultural a la mente humana

    Andrés Santamaría

    To cite this article: Andrés Santamaría (1997) La naturaleza semiótica de la conciencia: una

    aproximación sociocultural a la mente humana, Infancia y Aprendizaje, 20:80, 3-15, DOI:10.1174/021037097761396135

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    La n aturaleza sem iótica de la con cien cia: un a apro xim ación sociocu ltu ral a la m ente

    h u m a n a  

    ANDRÉS SANTAMARÍAUniversidad de Sevilla

     ResumenEl principal objetivo que persigue el presente artículo es el de describir la vida consciente en términos dialogales. Pese a que tra-

    dicionalmente la Psicología ha venido definiéndose como la ciencia de la conciencia, su conocimiento de ésta y el acercamiento a suestudio ha sido prácticamente nulo. Nuestra literatura científica ha eludido insistentemente el problema de la naturaleza psicoló- gica de la conciencia abandonándola al más profundo de los silencios. En el presente artículo se defenderá la importancia de un acercamiento objetivo desde la psicología al análisis de la conciencia humana. Se planteará la necesidad y la dificultad de adoptar una perspectiva dialógica en su estudio, y se planteará una noción de conciencia en la que los aspectos sociales y semióticos serán devital importancia. El diálogo será una propiedad universal de la conciencia y podrá constituirse en unidad de análisis de lamisma. Por último, el signo aparecerá como el instrumento que permitirá este acercamiento objetivo a la conciencia. El análisis semiótico se constituirá pues en uno de los métodos adecuados para estudiar la estructura del sistema y contenido de la conciencia.

     Palabras clave:Conciencia, análisis semiótico, diálogo, signo, aproximación sociocultural.

     T h e sem io tic n a ture o f con scio usn ess: A soc io cu ltu ra l a p p r o ac h to th e h u m a n m in d  

     Abstract The main objective of this paper is to describe conscious life in dialogic terms. Despite psychology’s tradition of defining itself 

     as the science of consciousness very little is understood about consciousness, and approaches to its study are virtually non-existent.Our scientific literature has repeatedly evaded the problem of the psychological nature of consciousness. This paper defends the need  for an objective approach from psychology to the analysis of human consciousness. It looks at the need for and the difficulty of  adopting a dialogic perspective, and it puts forward a notion of consciousness in which social and semiotic aspects are of great importance. Dialogue will be an inherent element of consciousness and will be used as a unit of analysis. Finally, signs will beviewed as instruments allowing this objective approach to consciousness. Thus, semiotic analysis will figure as one of the appropriatemodels for studying the structure of the system and content of consciousness.

     Keywords: Consciousness, semiotic analysis, dialogue, sign, sociocultural approach.

    Correspondencia con el autor: Laboratorio de Actividad Humana. Universidad de Sevilla. Avda. de San Francisco Javier, s/n. 41005Sevilla.

    Original recibido: Abril, 1996. Revisión recibida: Noviembre, 1996.

    © 1997 by Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 0210-3702 Infancia y Aprendizaje, 1997 , 80,3-15

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       D  o  w  n   l  o  a   d  e   d   b  y   [   P  o  n   t   i   f   i  c   i  a   U  n   i  v  e  r  s   i   d  a   d   J  a  v

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    El problema de la conciencia ha jugado tradicionalmente un papel a la vez ambiguo eimportante en el desarrollo de la psicología. Su estudio se ha visto rodeado de grandes dificul-tades y ha provocado una gran confusión en todos aquellos temas asociados a ella, tanto en psi-

    cología como en otras disciplinas pertenecientes al campo de las ciencias sociales. Se trata, sinduda, de una noción de dificil definición que ha terminado convirtiéndose en un concepto muydifuso. Este hecho ha contribuido a que históricamente la conciencia haya estado condenada aser el receptáculo de todos los problemas no resueltos, de todos los hechos irreductibles alcampo de lo objetivo. En muchas ocasiones, en lugar de tratar de hallar una definición objetivade la conciencia, algunos teóricos han comenzado a utilizarla como medio para dar un caráctersubjetivo a todas las dimensiones que eran objetivas y rigurosas.

    En este trabajo se considera que el abandono de la conciencia como objeto de estudio hasupuesto que los sistemas psicológicos desarrollados lleven implícitos desde un primermomento una serie de defectos o insuficiencias teóricas y metodológicas. Insuficiencias que cre-

    emos aún hoy presentes setenta años después de los planteamientos vygotskianos. Tal y comohace el propio Vygotski en su famoso artículo de 1925«La conciencia como problema de la psicolo- gía del comportamiento, podemos señalar aquí únicamente algunas de las más importantes(Vygotski, 1925; 1991):

    1. El hecho de ignorar el problema de la conciencia lleva aparejado que la psicología, de algún modo, deje de unlado la investigación de problemas complejos del comportamiento humano.2. Negar la conciencia y construir el sistema psicológico sin tener en cuenta este concepto —o tal y como seña-laba P. P. Blonski, como una «psicología sin conciencia— conduce inevitablemente a que los métodos de investi-gación de esas reacciones internas no manifiestas, de ese «mundo subjetivo que supone la conciencia, se veanprivados de algunos de los medios fundamentales para su investigación, tales como por ejemplo, el habla inter-

    na. Analizar única y exclusivamente las reacciones directamente observables resulta insuficiente desde el puntode vista de la psicología, y esto porque, como por todos es conocido, el comportamiento del individuo se encuen-tra organizado de tal modo que es precisamente ese mundo interno, ese mundo no directamente accesible, el queorienta y dirige el comportamiento y la actividad humana.3. Abandonando el estudio de la conciencia podemos estar borrando toda diferencia entre el comportamiento delanimal y del hombre. El estudio del comportamiento del hombre se abordaría pues del mismo modo que el decualquier mamífero, ignorando por tanto lo que añade de nuevo la conciencia al comportamiento humano.4. Quizá lo más importante para nuestros intereses es que la exclusión de la conciencia del campo de la psicolo-gía contribuye a dejar intacto el dualismo que nos conduce o bien a la existencia de una psique sin comportamiento,o bien, a la existencia de un comportamiento sin psique (Vygotski, 1925, 1991).

    No sería correcto, pues, relegar a la conciencia del ámbito de la psicología, sino que másbien habrá que reconceptualizarla a la luz de enfoques, planteamientos y autores que puedandarnos claves para la resolución de este problema. Este será pues el objetivo fundamental queguíe el desarrollo del presente artículo. Para ello, nos centraremos fundamentalmente en lostrabajos e ideas derivadas de la llamada perspectiva sociocultural de la psicología soviética y,especialmente, en los planteamientos de Vygotski acerca de la aparición y desarrollo de laconciencia humana, así como en su defensa de un acercamiento objetivo al estudio de la misma,o como él mismo denominó ...la construcción de una psicología objetiva de lo subjetivo, de la concien-cia... (Vygotski, 1979a, 1981a, 1981b, 1989, 1991; Wertsch, 1988). Sin embargo, este hechono nos hará olvidar a otros autores y disciplinas que pueden darnos luz en esta tarea.

    En este intento surge inmediatamente un interrogante ¿en qué momento se encontraba elestudio de la conciencia cuando Vygotski presenta en 1924 su comunicación «Métodos en lainvestigación reflexológica y psicológica?1

    LA SITUACIÓN DEL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA PREVIA A LAEXPLICACIÓN SOCIO-CULTURAL: UN POCO DE HISTORIA

    Como de todos es sabido, de entre los postulados básicos del enfoque sociocultural, y por

    extensión de la obra vygotskiana, hemos de destacar por su relevancia, así como por el lugar

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       D  o  w  n   l  o  a   d  e   d   b  y   [   P  o  n   t   i   f   i  c   i  a   U  n   i  v  e  r  s   i   d  a   d   J  a  v

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    que ocupó entre los intereses de Vygotski, el análisis y explicación objetiva de la aparición ydesarrollo de la conciencia humana. De este modo, la filosofía marxista y las teorías psicológi-cas contemporáneas a Vygotski influyeron de manera conjunta para que la conciencia llegara a

    convertirse en el concepto clave en su teoría. Así, V. P. Zinchenko (1985) señala:«...la conciencia siempre fue el objeto principal de la investigación de Vygotski. Vygotski evaluaba la producti-vidad de una teoría psicológica determinada en función de su contribución real o potencial al estudio de laconciencia. (Zinchenko, 1985, p. 99).

    Vygotski centra la mayor parte de su trabajo en la búsqueda de una explicación válida yobjetiva de la conciencia. Valora y concede importancia a una teoría u otra en función de lacapacidad que tienen de dar respuestas a los interrogantes relacionados con el problema de losubjetivo. Pero, intentemos aclarar algunos aspectos reseñados en el epígrafe del presente apar-tado. En este sentido, es obligado responder a algunos interrogantes tales como: ¿Cuál es la

    situación en que se encontraba la psicología sociocultural en relación con el tema de la concien-cia? ¿Cuáles eran las tendencias predominantes?

    Las aproximaciones al tema se debatían entre una forma de reduccionismo conductista, cuyorepresentante más destacado era Bekhterev y la reflexología, y las llamadas posiciones idealistas.

    a) La primera aproximación defendía que la conciencia debería estar basada en el análisis delos reflejos o suma de reflejos. Esta corriente abolía la conciencia como concepto ciéntifico, yaque éste no podía ser directamente abordable y analizable. Lo que realmente hacía esta aproxi-mación, por tanto, es no afrontar el problema de la conciencia.

    b) Desde la segunda aproximación —la idealista— la psicología era considerada como elestudio de los fenómenos puramente subjetivos. Los idealistas reconocían la existencia de laconciencia pero la definían de tal modo que únicamente podía ser estudiada a través de méto-dos no objetivos como la introspección. En el fondo todas las formas de idealismo se reducían aun mismo principio básico: el reconocimiento de un predominio del espíritu sobre la materia.Entre los autores que se situaron en esta corriente merece la pena citar a Chelpanov para quienla conciencia sería el instrumento mediante el que se manifiesta el espíritu. Tal y como apun-tan Leóntiev y Luria (1956):

    «la lucha por la conciencia en la psicología soviética entre 1921 1927 se esforzó por un lado en evitar la debili-dad fatal del “conductismo vulgar” y, por otro, la de “la comprensión subjetiva de los fenómenos psicológicoscomo estados internos solamente accesibles mediante la introspección” (citado en Wertsch, 1988, p. 195).

    Como hemos visto, el «conductismo vulgar de Bekhterev reducía la conciencia a un atri-buto de los aspectos físicos de la conducta, mientras que el «subjetivismo idealista de Chel-panov la reificaba como una forma de sustancia mental. La mayor objeción que Vygotski hacíaa la tradición idealista era que ésta confinaba a la conciencia a un círculo vicioso de teorizaciónen la que el estado de la conciencia era explicado a través del propio concepto de conciencia.Vygotski criticaba de este modo la explicación tautológica que está detrás de aproximacionesde este tipo. Ambas posiciones de alguna forma, «cosifican el concepto de conciencia al noconsiderarla como una relación entre sujeto y objeto. El hecho de la negación de que las fun-ciones psíquicas estén abiertas al uso de métodos objetivos, el establecimiento de una equiva-lencia entre métodos objetivos e introspección, etc., llevan a separar la mente o conciencia de lamateria, o lo que es lo mismo, establecer un claro dualismo cartesiano mente-cuerpo.

    LA NATURALEZA DIALÉCTICA Y OBJETIVA DE LA CONCIENCIA EN ELENFOQUE SOCIOCULTURAL: LA SUPERACIÓN DEL REDUCCIONISMO YDEL DUALISMO IMPERANTE

    Las primeras aportaciones de Vygotski al tema de la conciencia se sitúan en la conferencia

    que dió en octubre de 1924 titulada «La conciencia como problema de la psicología de la conducta.

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       D  o  w  n   l  o  a   d  e   d   b  y   [   P  o  n   t   i   f   i  c   i  a   U  n   i  v  e  r  s   i   d  a   d   J  a  v

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    En ella presenta una actitud crítica hacia el reduccionismo reflexológico imperante, y se vaacercando a una idea que, como iremos viendo, se convierte en central en la psicología vygots-kiana: el principio de la génesis social de la conciencia. En esta conferencia Vygotski intenta

    conjugar la noción de reflejo con la idea del origen social de la conciencia. Para esto se sirve delmecanismo de los llamados «reflejos reversibles, es decir, aquellos reflejos o respuestas que almismo tiempo pueden ser estímulos.

    Las primeras aportaciones a la consideración de la conciencia desde una perspectiva dialécti-ca, que supusieron un enfrentamiento frontal con las aproximaciones al uso en esos momentos,se deben a los trabajos e ideas de Marx. Marx creyó que las distintas formas de conciencia sonatributos de una organización determinada de las fuerzas productivas y las relaciones de unasociedad dada en un momento histórico dado (Lee, 1985). Esto, como vemos, estaría haciendoreferencia a un nivel macro o sociohistórico, pero ¿qué ocurre en el nivel psicológico? La solu-ción que Vygotski da en el nivel psicológico es idéntica a la que Marx da en el nivel social: la

    conciencia no es reductible a la conducta separada del entorno en el que tiene lugar, sino másbien es un atributo de la organización de la actividad práctica del individuo. Ya que el análisisde la conciencia es también un punto crítico en el trabajo de Marx, no resulta sorprendente queVygotski utilice alguna de sus ideas sobre las relaciones entre ésta y la actividad práctica en elnivel social y las aplique a los problemas relativos al análisis psicológico de la conciencia. Anteesta situación que consideraba la conciencia desde una perspectiva a la par reduccionista y dua-lista aparecen con fuerza las ideas de Vygotski que sentarán las bases de la aproximación socio-cultural al estudio objetivo de la conciencia humana.

    Quizá, como hemos venido diciendo, la cuestión que Vygotski estaba suscitando no es otraque la de su posible estudio desde el mundo de lo objetivo. En otros términos, cuando habla-mos del estudio de la conciencia, desde lo objetivo, estamos hablando del problema de la com-patibilidad entre un método de estudio (objetivo) y un objeto de estudio (el mundo interno, laconciencia), que tradicionalmente han sido considerados en el campo de la psicología como dosrealidades de una naturaleza distinta. ¿Cómo hacer ambas compatibles? La solución a esta pro-blemática habitualmente ha venido dada por la adecuación del método al objeto de estudio.Así, únicamente han sido utilizados aquellos procedimientos o métodos adecuados al objeto deestudio específico en cada momento; en algunos casos, como ya hemos tenido ocasión de com-probar, el método científico, lo objetivo, ha sido abandonado en el estudio de lo subjetivo, delo interno. ¿Cuál sería pues la posible solución que se plantea desde las ideas vygotskianas? En

    pocas palabras, Vygotski, en su afán por construir una psicología objetiva de la conciencia,plantea que este problema de compatibilidad entre un método y un objeto de estudio puede sersalvado únicamente mediante el replanteamiento de la noción de conciencia. Aspecto éste queserá desarrollado a partir de aquí.

    CONCIENCIA Y ACTIVIDAD

    Como hemos venido señalando, Vygotski y Marx compartieron muchas ideas básicas acercade las relaciones entre conciencia y actividad:

    En primer lugar, ambos insisten en que su análisis debe comenzar con la actividad práctica.En palabras de Vygotski, «...la conciencia se construye a través de las interacciones del individuo con el mundo y es un atributo de las relaciones entre sujeto y objeto. (Vygotski, 1991, pp. 52-53). Pero, laconciencia no sólo se expresa en la actividad sino que se constituye y se forma en ella, a travésde la actividad del individuo.

    En segundo lugar, tanto Marx como Vygotski afirman que los componentes básicos en unanálisis de la actividad práctica deben ser interpretados desde un punto de vista funcional. Estoes, deben mostrar qué papel desempeña cada elemento en el sistema del que forma parte. Así,Vygotski mantiene que todos los procesos psicológicos se encuentran funcionalmente interre-

    lacionados por la conciencia (Vygotski, 1979b). En sus propias palabras:

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    «La memoria necesariamente presupone la actividad de la atención, percepción y comprensión. La percepciónnecesariamente incluye la función de atención, reconocimiento o memoria, y comprensión. Sin embargo, en aná-lisis previos, esta idea obvia sobre la unidad funcional de la conciencia y su indisoluble conexión con varias for-mas de actividad ha permanecido al margen (Vygotski, 1979b, p. 14).

    La conciencia es pues el proceso que organiza la conducta humana. El investigador puedepor tanto observar cómo se organiza la conducta, cómo cambia de acuerdo con el contexto en elque ocurre, y cómo se conecta con otros tipos de conductas.

    En tercer lugar, tanto Marx como Vygotski mantienen que la conciencia cambia de lamisma manera que cambia la organización de las actividades prácticas del individuo, lo quesupone que un análisis adecuado de la misma debe ser un análisis histórico o genético.

    No cabe duda pues de que al hablar de las relaciones existentes entre conciencia y actividadno estamos haciendo referencia a otra cosa que al método de análisis, al método de estudio en eldesarrollo de la conciencia. En este sentido, entendemos que este desarrollo no tiene una histo-

    ria independiente, sino que más bien se encuentra determinado por la evolución de lo social.Pero ¿cómo se concreta la relación existente entre los aspectos psicológicos de la concienciaindividual y su ser social? o dicho de otro modo ¿cómo podemos pasar del análisis de las con-diciones de vida de la sociedad al análisis de la conciencia individual? La respuesta a estas cues-tiones tiene que ver con algo que ya hemos mencionado. Y es que la estructura de la concienciase encuentra asociada a la estructura de la actividad humana. El método de análisis consistirápues en conocer la estructura de la actividad, en unas condiciones sociales e históricas concretas,sin olvidar las particularidades psicológicas específicas de la conciencia individual. Es aquí donde la noción de actividad juega un papel crucial. Puesto que es ahí, en la actividad del indi-

    viduo concretada en las acciones que realiza, donde podremos analizar y explicar la concienciaindividual, o como preferimos denominar, el acto consciente.Con este replanteamiento de la conciencia, así como con estas primeras ideas vygotskia-

    nas, en cuanto a la relación dialéctica entre conciencia y actividad, estamos en disposición decomenzar a afirmar que investigar el campo de la conciencia va a consistir básicamente enestudiar las interacciones entre los individuos en el marco de las actividades que éstos reali-zan.

    Así, los términos objetividad y subjetividad deben ser usados con referencia a una interac-ción2 (Moreno, Martínez y Trigo, 1990). El término subjetividad estaría haciendo referencia ala interacción en una dimensión individual mientras que el término objetividad lo estaría

    haciendo al acuerdo entre varias subjetividades (intersubjetividad). Por consiguiente, podemosafirmar que lo objetivo y el mundo de la conciencia no corresponden a dos mundos diferentes,sino más bien a dos vías de percibir las interacciones sujeto-medio, sujeto-sujeto. Dicho de otromodo, quizá desde una perspectiva más vygotskiana, estamos ya en disposición de afirmar queinvestigar la conciencia no es otra cosa que investigar la actividad del individuo; actividad que,ineludiblemente, siempre implica interacción. Nos estamos acercando pues a un estudio obje-tivo de lo subjetivo, de lo interno.

    En consecuencia, podemos afirmar que la meta de Vygotski fue la de crear una psicologíaque fuera teórica y metodológicamente adecuada para el estudio de todos los aspectos de laconciencia humana. Debido a que la clave de su estructura es para Vygotski la relación entre el

    sujeto y el mundo su estudio debe ser, al mismo tiempo, dialéctico y tener una dimensión his-tórica o genética. Desde la psicología comienza a afirmarse que si la conciencia es la forma fun-damental y específica de la psique humana, la psicología del hombre es necesariamente la cien-cia de la conciencia.

    La única definición posible de la conciencia será pues la social. Esto nos lleva a considerarlaen su cambio y desarrollo, en su dependencia de un modo de vida, de una práctica (Wittgens-tein 1988), que se encuentra determinada por las relaciones sociales existentes y por el lugarque ocupa el individuo dentro de estas relaciones. Esto implica que su estudio debe ser el estu-dio de cómo la estructura de la conciencia del hombre se transforma con la estructura de su

    actividad. La actividad humana, tal y como señala Ramírez (1993), no podría pues realizarse

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    sin la participación de esos componentes sociales a los que Vygotski alude. Pero estos compo-nentes no sólo son útiles para establecer acuerdos intersubjetivos, sino que ellos mismos creanmarcos de socialización para los individuos. De este modo, determinar las características de la

    estructura interna de la conciencia a partir de la actividad es caracterizarla psicológicamente(Leontiev, 1978, 1983). Éste será el intento de Vygotski y otros autores que desarrollan el estu-dio de la conciencia desde un punto de vista objetivo.

    De todo lo visto parece quedar claro que, en su discusión del concepto de conciencia,Vygotski está adoptando una postura metodológica. Al considerar la conciencia desde unpunto de vista dialéctico y genético está sentando las bases del método de análisis de lo psico-lógico. Ello le permitió descubrir una serie de actividades generadoras de conciencia. Así Vygotski distinguió los aspectos específicamente humanos de la experiencia individual comosu historicidad (la experiencia de generaciones anteriores), su carácter social (la experienciacompartida con otros),etc. (Vygotski, 1979b). Desde luego, Vygotski no podría haber realiza-

    do todo este trabajo si no hubiera tenido unos determinados puntos de referencia metodológi-cos. No fue sólo un psicólogo teórico o un psicólogo experimental; también fue un especialistaen los métodos de la psicología. Así, escribía:

    «Yo no quiero descubrir qué es la mente (conciencia), entresacando algunas citas... Yo quiero aprender, pormedio del método formal marxista, cómo se construye una ciencia y cómo nos podemos aproximar al estudio dela mente. (Vygotsky, Collected works. Vol.1, p.421).

    Pero, ¿dónde y cómo se origina la conciencia? De otro modo, ¿cuál es el principio definito-rio de la misma?; y, sobre todo ¿cuál es su naturaleza y contenido?

    EL PRINCIPIO DE LA GÉNESIS SOCIAL DE LA CONCIENCIA. VYGOTSKI YBAJTIN

    Las particulares características de la conciencia humana nos llevan a considerar que la rela-ción de éstas con la realidad depende cada vez más de las formas complejas de la prácticasocial, mediadas por un sistema de instrumentos con cuya ayuda el ser humano puede influirsobre el medio. Las formas psíquicas del individuo están determinadas pues por el sistema derelaciones sociales bajo cuya influencia se encuentra el niño desde los primeros momentos desu desarrollo y, sobre todo, por el sistema de lenguaje en el que éste comienza a participar.

    Parece pues claro que todo lo visto presenta una importancia decisiva para lo que algunosautores denominan el desarrollo histórico-social de la conciencia humana (Vygotski, 1973,1979a, 1979b, 1981a, 1981b, 1989; Leóntiev, 1978, 1981, 1983, 1989, 1990; Luria, 1980a,1980b, etc.).

    Según éstos, es precisamente en el curso de las diversas formas de práctica social donde secrean nuevos motivos de actividad humana, nuevas formas de conciencia. Es precisamente en lapráctica, en la actividad —socialmente definida— en la que la conciencia individual hace suaparición. Este hecho puede verse con suma claridad al analizar la formación consciente de laactividad en el niño: el niño vive desde el momento de su nacimiento en un mundo creado porel trabajo social y que es producto de la historia. Va asimilando el lenguaje, un instrumento ela-borado en el desarrollo histórico-social de la humanidad, y con la ayuda de éste, nombra lascosas, las designa, las generaliza. De este modo puede comenzar a referirlas a determinadascategorías y va asimilando el sistema de conocimientos propiamente humano. Por ejemplo, alnombrar el objeto «reloj, lo introduce en el sistema de objetos que tienen relación con eltiempo. El lenguaje, que media la percepción y demás procesos cognitivos, realiza por tanto eldifícil trabajo de análisis y síntesis de la información que le llega, ordenando el mundo del indi-viduo y creando las condiciones para alcanzar formas más complejas del desarrollo de laconciencia. Así pues, la conciencia del hombre deja de ser una cualidad interna del alma paracomenzar a entenderse como la forma más elevada del reflejo de la realidad forjada en el proce-

    so del desarrollo histórico-social (Luria, 1980b).

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    APROXIMACIÓN VYGOTSKIANA

    El interés por la semiótica llevó a Vygotski a enfrentarse de modo peculiar al problema de la

    conciencia. Vygotski pensaba que más que criticar el tradicional dualismo materialismo-idea-lismo sin más, la conciencia debería ser incluida como el objeto de estudio de una psicologíaobjetiva. Como semiólogo, propone acercarse a la conciencia desde una concepción semiótica ysocial de su naturaleza y estructura.

    En el intento de trazar un puente entre lo social y la conciencia individual, originada a par-tir de aquélla, se sirvió, como ya mencionamos con anterioridad, del mecanismo de los llama-dos reflejos reflexivos. Somos conscientes de nosotros mismos —decía— porque somos cons-cientes de los otros; y de modo analogo, somos conscientes de los otros porque en nuestra relación connosotros mismos somos iguales que los otros en su relación con nosotros (Vygotski, 1991, p. 57). Portanto, siguiendo la descripción vygotskiana, la propiedad de ciertos reflejos de ser, al mismo

    tiempo, respuestas y estímulos, constituye uno de los principios explicativos básicos de losmecanismos de contacto social y de conciencia: la conciencia es, podríamos decir, contactosocial con uno mismo. Vygotski mantiene: «El mecanismo de la conducta social y el mecanismo de laconciencia son el mismo... (Vygotski, 1991, p. 57). Incluso llega a afirmar que un individuo esconsciente de sí mismo únicamente cuando reconoce en sí mismo a otro, cuando reconoce quees otro para sí mismo. Como Bruner (1987) señala, las ideas de Vygotski guardan una estrecharelación con el pensamiento del psicólogo social americano G. H. Mead. Estas semejanzas pue-den contemplarse al comparar las ideas de Vygotski acerca de la primacia de los procesos socia-les en la constitución de la conciencia con la idea de Mead de que el acto social es una precon-dición de la conciencia. De este modo, Vygotski sugiere una serie de hipótesis acerca de lagénesis de la conciencia «desde el exterior. Algunas de ellas han perdurado (Davydov y Rad-zinovsky, 1985). Una de las más importantes se refiere a la separación que establece entre elobjeto de estudio y el principio explicativo, hecho que va suponer la ruptura de la explicacióncircular —tautológica— de la conciencia como hacía el conductismo reduccionista. Vygotskidefendía que si la conciencia se constituye en el objeto de estudio psicológico, debería existiruna realidad que actuara como principio explicativo. Esta es la actividad del individuo.

    APROXIMACIÓN BAJTINIANA

    La noción bajtiniana de conciencia descansa en tres aspectos cruciales: a) su origen social, b) sucarácter dialógico y, c) su naturaleza esencialmente semiótica. Desde esta perspectiva, la concienciaes diálogo, y el diálogo únicamente tiene sentido en el nivel interindividual. El diálogo es el pro-ducto de la interacción entre dos individuos socialmente organizados (Voloshinov/Bajtin, 1973).

    La aproximación bajtiniana al tema de la conciencia humana defiende que la realidad de lapsique interna es la realidad del signo. Como se podrá deducir con facilidad, es aquí donde lasaproximaciones de Vygotski y de Bajtin coinciden plenamente complementándose la una a laotra. Fuera de la realidad de los signos no hay conciencia. Bajtin desarrolla esta idea de unamanera concisa pero al mismo tiempo exacta y definitiva cuando afirma: el organismo y el

    mundo externo se encuentran aquí en el signo (Voloshinov/Bajtin, 1973, p. 24). Lo dicho hastaahora nos permitirá afirmar que la conciencia y el habla social se encuentran inextricablementerelacionadas tanto en la teoría de Bajtin como en la de Vygotski. Bajtin, al igual que Vygotski,tampoco encontraba respuesta al problema de la conciencia individual en las explicaciones delas distintas teorías del momento. Afirmaba que para el idealismo, la conciencia se había con-vertido en todo y estaba situada por encima de la existencia determinándola. Por otro lado, parael positivismo lógico no era más que un conglomerado de reacciones psicofisiológicas fortuitas,que daban por resultado la aparición de la conciencia. Sin embargo, y en clara oposición a estaspropuestas, Bajtin defendía que la conciencia individual es un hecho social, social e ideológico,

    y que la única definición objetiva posible de la conciencia era la sociológica. En este sentido,

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       D  o  w  n   l  o  a   d  e   d   b  y   [   P  o  n   t   i   f   i  c   i  a   U  n   i  v  e  r  s   i   d  a   d   J  a  v

      e  r   i  a  n  a   C  a   l   i   ]  a   t   1   4  :   0   1   1   6   M  a  y   2   0   1   6

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    afirmaba: «...hasta que esto no se admita con todas sus consecuencias, no será posible construir una psicolo- gía objetiva ni un estudio objetivo de las ideologías (Voloshinov, 1973, p. 23). Por tanto, la concien-cia individual únicamente puede tomar forma, sólo puede tener sentido, en los procesos de

    intercambio social que tienen lugar en los grupos organizados. Desde el punto de vista bajti-niano, el individuo sólo es comprendido en términos de interacción social, en una palabra, entérminos de comunicación. La comunicación no es otra cosa que una forma de existencia del serhumano, el individuo es en esencia comunicación. Dicho de otro modo, ser humano es comu-nicarse con otros en un proceso de interacción.

    Hemos señalado la inextricable unión, desde esta perspectiva bajtiniana, del habla social conla noción de conciencia que Bajtin al igual que Vygotski defiende. Sin embargo, este contactose produce igual con la llamada habla interna. Hemos afirmado que la experiencia conscientees la expresión semiótica del contacto entre el organismo y el mundo externo. Cada signo esuna construcción entre personas socialmente organizadas en el proceso de su interacción. Por

    consiguiente, «las formas de los signos están condicionadas por la organización social de losparticipantes implicados y también por las condiciones inmediatas de su interacción (Volos-hinov, 1973, p. 34). Por tanto, todo signo en cuanto signo es social. Pero esto no es menos ver-dad para el llamado signo interno. Para Bajtin, la palabra es el material semiótico de la vidainterna de la conciencia (habla interna). De acuerdo con esto podemos afirmar sin temor a errorque la palabra, como signo que es, será útil no sólo para la comunicación abierta sino tambiénpara la expresión interna. Por esta razón, el problema de la conciencia individual como mundointerno, comienza a ser uno de los más importantes problemas no sólo para la psicología sinotambién para la filosofía del lenguaje (Wittgenstein, 1988). Bajtin como Vygotski y paralela-mente con Wittgenstein consideran que la palabra y su significado se encuentran inseparable-

    mente relacionados con el intercurso social de donde emergieron. Por todo esto, habla internay habla social se encuentran íntimamente unidas en la noción de conciencia.

    CONCIENCIA Y SIGNO. LA ESTRUCTURA SEMIÓTICA DE LA CONCIENCIA

    Hasta aquí hemos visto que en la caracterización de la noción de conciencia una de las claveses el hecho de que ésta se encuentra constituida por material semiótico, por signos. Los siste-mas de signos juegan un papel muy importante en el desarrollo de la conciencia: son lo carac-terístico de la cultura humana, los procedimientos por medio de los que la actividad y la

    conciencia individual se encuentran socialmente determinadas. Y esto es así ya que la incorpo-ración de los signos dentro de la estructura de una función mental une la función con la cultu-ra. Por un lado, un signo es siempre supraindividual, está por encima del individuo, y objetivopuesto que pertenece al mundo cultural; pero, por otro lado, es individual al pertenecer a lamente de una persona particular. Como Vygotski pensaba, un signo es primero, y lo másimportante un instrumento social, una clase de «instrumento psicológico para el ser humano(Davydov y Zinchenko, 1986). Vygotski escribió: «Un signo existe fuera del organismo como un ins-trumento separado del individuo; es esencialmente un órgano social o mecanismo social . Añadido a estoun signo es un procedimiento de comunicación entre personas. En este sentido, Vygotskiobservó: «Todo signo, en término de sus orígenes, es un procedimiento de comunicación; incluso podemos

    decir que es un procedimiento de comunicación de específicas funciones mentales de naturaleza social(Vygotski, 1973). El signo por tanto es una construcción social que va filtrando todos los cam-bios que se producen en la sociedad y que se muestra permeable a estas modificaciones delorden social, es decir, se ve influido por ellas.

    LA RELACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LOS SIGNOS CON LA ESTRUCTURADE LA CONCIENCIA

    La conciencia puede surgir y llegar a constituir un hecho posible sólo en la concreción mate-

    rial de los signos. Ya hemos analizado el papel de éstos como instrumentos de mediación de la

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       D  o  w  n   l  o  a   d  e   d   b  y   [   P  o  n   t   i   f   i  c   i  a   U  n   i  v  e  r  s   i   d  a   d   J  a  v

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    actividad humana, pero los signos son también objetos materiales adquiriendo en este procesoun significado que va más allá de su particularidad específica. En palabras de Bajtin, «... un

     signo no existe simplemente como una parte de la realidad, sino que refleja y refracta otra realidad

    (Voloshinov/Bajtin, 1973, p. 19). La lectura de este autor nos lleva a considerar la otra cara delsigno, en palabras de Bajtin la otra cara del «signo ideológico. El signo no es únicamente unreflejo de la realidad, sino que al mismo tiempo se constituye en una parte material de esamisma realidad, «... todo fenómeno que funciona como signo ideológico tiene algún tipo de corporizaciónmaterial, ya sea en sonido, color, etc. (Voloshinov/Bajtin, 1973, p. 20). Es esto lo que hace que larealidad del signo sea una realidad totalmente objetiva, y lo que al mismo tiempo permite unacercamiento metodológico, un método de estudio objetivo del signo lingüístico y, por ende,de la conciencia. Un signo, desde esta concepción, no es otra cosa que un fenómeno del mundoexterior, ya que tanto éste como sus posibles efectos (acciones, reacciones, nuevos signos que seproducen en el medio social), ocurren, se desarrollan en el medio y en la experiencia exterior.

    Hemos estado hablando de que la conciencia presenta un origen social, que no tiene sentidofuera de la interacción social, es decir, que surge en el contacto entre individuos. Pero, ¿quépapel juegan los signos en este contacto social generador de conciencia? De otra forma, ¿quérelación podemos establecer entre conciencia y signo? ¿Qué relación tiene la estructura de lossímbolos y signos con la estructura de la conciencia? Como se recordará, con anterioridadhablamos del papel que el signo, así como la noción de mediación, juegan en la actividadhumana y en la formación de la conciencia individual. Es éste el momento en el que podemosentender la afirmación que se defiende desde la perspectiva sociocultural de que la clave deldesarrollo humano es la interiorización de los instrumentos y los signos, y su paso de medios deregulación externa a medios de regulación interna —autorregulación— (Vygotski, 1973). En

    este proceso la estructura de la conciencia se ve modificada de modo dialéctico. Sin duda, laconcepción instrumental de Vygotski se encuentra estrechamente unida a la idea de la génesishistórico-cultural de las funciones mentales superiores. Si la conducta instrumental se consti-tuye en fundamento de la actividad voluntaria y de la conciencia individual, es porque prime-ro esta conducta instrumental se ha hecho simbólica por mediación de los otros y ha servidopara regular la conducta de éstos. Visto esto, y siguiendo a Vygotski, podríamos decir que ladeterminación de la conciencia individual seguiría el siguiente esquema (Ramírez, Cubero ySantamaría, 1990).

    FIGURA 1 La doble proyección del signo en el entramado de las acciones (Tomado de Ramírez, Cubero y Santamaría, 1990)

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    FUNCIONAMIENTO INTRAPSICOLÓGICO

    FUNCIONAMIENTO INTERPSICOLÓGICO

    Acción individual

    Acción social

    Monólogo(habla privada)

    Diálogo(habla social)

    SIGNOS

       D  o  w  n   l  o  a   d  e   d   b  y   [   P  o  n   t   i   f   i  c   i  a   U  n   i  v  e  r  s   i   d  a   d   J  a  v

      e  r   i  a  n  a   C  a   l   i   ]  a   t   1   4  :   0   1   1   6   M  a  y   2   0   1   6

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    El estudio del desarrollo de la conciencia individual requeriría examinar la transformaciónde todos los aspectos de este esquema. En consecuencia, la dirección del movimiento en lagénesis de la conciencia no va desde ésta hacia la aparición del habla y de ahí a la actividad prác-

    tica externa, sino al contrario, desde los procesos de actividad práctica externa hacia la concien-cia individual y pasando por la aparición del habla que facilita la interiorización de esa activi-dad externa. Por tanto la conciencia es generada y desarrollada en la acción, en la práctica. Labase de la existencia humana es la actividad del individuo que tiene lugar dentro del conglo-merado de relaciones sociales (Davydov, 1990).

    Pero todavía tenemos pendiente la respuesta a una cuestión planteada más arriba y que hacíareferencia a la relación entre el signo y la estructura de la conciencia. Para ello necesitaremos«mirar dentro de la naturaleza del signo. Del mismo modo que la conciencia únicamentepuede surgir en el proceso de contacto, en el proceso de interacción entre individuos, (Vygots-ki, 1989; Bajtin, 1987), «el signo, como instrumento cultural que es, sólo surge en el proceso de interac-

    ción entre una conciencia individual y otra (Voloshinov/Bajtin, 1973, p. 22). El signo será elmedio que permite ese contacto entre conciencias, esa interacción entre individuos socialmen-te organizados. Por tanto, podríamos decir que el contenido de la conciencia individual es con-tenido semiótico, signos. La conciencia individual está llena de signos, y se constituye enconciencia sólo cuando se ha llenado de contenido semiótico, y por lo tanto, como ya hemosseñalado, en el proceso de interacción social. Voloshinov va aún más allá y en su obra El signoideológico y la filosofía del lenguaje (1973) llega a afirmar que la conciencia individual es un hechoideológico-social que no sólo no puede usarse para explicar nada, sino que, por el contrario, ellamisma necesita ser explicada desde el medio ideológico y social. Desde un punto de vista baj-tiniano, la conciencia no existe como una entidad aparte, como algo diferenciado del contacto

    social entre individuos por medio de los signos que lo posibilitan. Por tanto no puede sernosútil para explicar cómo se produce y qué produce esa interacción social, puesto que ella surgeen ese instante, en el momento en el que dos individuos entran en contacto. En palabras de Baj-tin: «la lógica de la conciencia es la lógica de la interacción semiótica de un grupo social(Volosinov/Bajtin, 1973, p. 24). Siguiendo a Bajtin podríamos afirmar que si priváramos a laconciencia de su contenido semiótico, no quedaría absolutamente nada. La conciencia comoproceso es un hecho semiótico, es decir, soy consciente porque algo evoca en mí un tipo designo. En palabras de Bajtin:

    «...la conciencia sólo puede hospedarse en la palabra, en el gesto significativo. Fuera de este material, queda elpuro acto fisiológico no iluminado por la conciencia, sin que los signos le hayan dado luz, sin que le hayan dadosignificado (Voloshinov/Bajtin, 1973, p. 24).

    De algún modo estamos refiriéndonos al habla interna en términos vygotskianos. El hablainterna —tal y como es concebida por Vygotski—, los signos que conforman ese habla, o quela han conformado en estados genéticamente anteriores, no serán otra cosa que los componen-tes de la conciencia en la concepción bajtiniana. Ambos autores afirman que la conciencia estáconstituida por signos, por material semiótico. Los signos por tanto son los verdaderos límitesde la cultura humana. Bajtin afirma, en plena coincidencia con las ideas de Vygotski, que larealidad del funcionamiento interno es la misma realidad que la del signo. En esta vía añadeque fuera del material de los signos no hay conciencia, «...el organismo y el mundo externo se encuen-tran aquí, en el signo (Voloshinov/Bajtin, 1973, p. 21). De este modo, la experiencia conscien-te es la expresión del contacto entre el organismo y el mundo externo. Cada signo no es otracosa que una construcción entre personas socialmente organizadas en el proceso de su interac-ción. Wertsch, siguiendo a Vygotski, considera a los signos (gestos, palabras, números, etc.)como procedimientos de mediación semiótica. Los signos son cosas que no valen por sí mismas,sino en cuanto que pueden «transportar información de diverso tipo e influir sobre los otrosen el proceso de comunicación. Por medio de las palabras podemos orientar, dar órdenes, etc.,a través de los números informamos sobre cantidades, operaciones, etc. Pero, para que los sig-

    nos surjan es condición sine qua non que existan relaciones entre los individuos y que éstos com-

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    partan una misma cultura. Como Bajtin mantenía al respecto: es necesario que estén organiza-dos socialmente (Voloshinov/Bajtin, 1973).

    LA DOBLE NATURALEZA DEL SIGNO Y EL ACTO CONSCIENTE: A MODODE CONCLUSIÓN

    Hemos venido hablando en el apartado anterior de que un signo es en primer lugar ysobre todo un instrumento social. Sólo después del proceso de interiorización, este instru-mento social y cultural se hace individual pasando a gobernar la vida interna del ser huma-no. Podríamos afirmar pues la existencia de una doble naturaleza del signo; de una carasocial e individual del mismo. Aunque su realidad, como ya hemos apuntado, se da entreindividuos, al mismo tiempo el signo es producido por los medios propios del organismoindividual. Por tanto, siguiendo a Vygotski y muy en la línea de los planteamientos bajti-

    nianos, podemos realizar una propuesta desde un punto de vista metodológico que se cen-traría en la necesidad de realizar un profundo análisis del signo como hecho social antes deque podamos comprender su función como medio de conciencia. ¿Se podría hablar entoncesde una autonomía del signo frente al individuo? La respuesta a esta cuestión se torna untanto difícil. Por un lado, resulta evidente que como instrumento cultural, como construc-ción social que es, el signo existe previamente al hecho de que un sujeto particular lo use, yva filtrando todos los cambios que se están produciendo en una sociedad determinada; esdecir resulta permeable a esos cambios. El signo está ahí como un elemento cultural más delque el individuo dispone en el background de la sociedad a la que pertenece y, como tal, va

    transmitiéndose de una generación a otra. Sin embargo, podría pensarse que esta caracteriza-ción dejaría al individuo como una especie de autómata que únicamente ha de tomar lo yaexistente, lo que ya le viene de suyo como miembro de una determinada cultura para hacerun uso cuasi mecánico del mismo. Un uso que dejaría a un lado la posible individualidad delsujeto a la hora de su actuación.

    No se trata estrictamente de elegir entre un extremo u otro. Ciertamente el signo, comoproducto cultural que es, existe antes de que un sujeto individual haga uso de él, pero única-mente adquiere su sentido como instrumento en ese uso. No existe si no es usado por alguien.Sin embargo tampoco deja de ser cierto que no todos los sujetos hacen un mismo uso de lossignos. Es decir, cada individuo puede introducir sus propias peculiaridades en este uso, sus

    propias características que vendrán definidas por cómo utilice estos instrumentos que la cul-tura le otorga. Y hay que decir que para que éstos existan y se constituyan en elementos delbagaje cultural del sujeto es necesario el uso individual de los mismos. Hecho que va a ir faci-litando y modificando la naturaleza de estos signos e incluso dando lugar a otros nuevos,como hemos podido observar en el desarrollo del ser humano a lo largo de generaciones pre-cedentes.

    Esto nos lleva a pensar que, por un lado, podemos hablar de una cierta autonomía delsigno frente al individuo en la medida en que se trata de un instrumento cultural presenteantes de que el propio individuo haga uso de él y, por otro, de la posibilidad de modificacióny evolución del signo a través del uso que los miembros de una cultura hagan del mismo;

    puesto que éste, el signo, únicamente adquiere su sentido en el uso. Fuera de este uso, fuerade la práctica, no hay nada. Por tanto, y como posible solución a la cuestión planteada másarriba, defendemos aquí la idea de la existencia de usos individuales del signo pero no de sig-nos individuales.

    Si el signo se constituye en el contenido de la conciencia y ésta, la conciencia, está llena designos, desde la perspectiva en la que nos situamos, ¿qué será «ser consciente? ¿qúe es el «actoconsciente? En pocas palabras podríamos afirmar que si la conciencia es signo, el acto cons-ciente no será otra cosa que el acto de expresión de ese signo. Desde esta perspectiva no hayconciencia de un hecho, de un fenómeno, etc. hasta el justo acto de la expresión. Este acto cons-

    ciente se realizará por tanto en el plano de la comunicación, en el momento en el que un indi-

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    viduo «exprese algo a otro, se «comunique con un otro. Pero, y quizá sea lo que resulte másinteresante, este acto de expresión, esta aparición de la conciencia puede darse igualmente enuna situación en la que el individuo se encuentre solo y sin un interlocutor claro y definido, es

    decir, sin un interlocutor necesariamente presente de manera física. En situaciones de este tipoel individuo es a la vez hablante y oyente en términos bajtinianos. Y es en este momento, cuan-do el sujeto emite los signos, cuando hace su aparición la conciencia.

     Notas1 La versión escrita de esta comunicación se publicó como « La conciencia como problema de la psicología del comportamiento (1925).2 Debe entenderse aquí el término interacción en sentido amplio referido tanto a la interacción sujeto-sujeto como a la interacción

    sujeto-objeto y sujeto-medio.

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    Extended Summary

    The article undertakes a theoretical reflection on the nature of human consciousness. It is

    based on a sociocultural consideration of the origin, development and structure of conscious-ness. Its main objective is to characterize the human mind as a social and semiotic fact. In otherwords, characterize conscious life in dialogical terms. It therefore attempts to deal with a sub-ject that has long been ignored in psychological literature: the ojective nature of the internalworld, the human mind. It should be made clear that this attempt to objectively characterizeconsciousness is carried out from certain methodological and theoretical standpoints whichwill inevitably condition the conclusions reached. The lines of thought considered in the arti-cle should be seen from a Vygotskyan perspective, in other words, as approaches developedwithin sociocultural psychology. However, other authors who have in recent years become partof the literature surrounding Vygotskyan approaches have also been included.

    The paper develops and defends consciousness from a dialectical perspective that aims tomake an objective method of analysis compatible with a subjective or internal object of study.From a Vygotskyan standpoint this can only be done by reappraising the notion of conscious-ness. This reappraisal takes place via a series of notions amongst which the most important isthe notion of activity developed by Leontiev. Thus, consciousness and activity are linked tosuch an extent that the paper proposes that the study of consciousness should focus on thestudy of how its structure is transformed with the activity structure. This then leads us to con-sider the change and development of consciousness; in other words, its relation with the prac-tical activity of the individual and with others. To do this, the article suggests that the onlypossible definition of human consciousness will be a social one.

    While emphasizing the close link between consciousness and activity, we also wish to pointout the importance of signs —as an instrument for mediating human actions— in the appea-rance and development of consciousness. The paper suggests that consciousness presents asemiotic structure and content, in other words, it is “full” of signs and can only emerge andestablish itself in the material concretion of signs. And lastly, the paper argues that if cons-ciousness is a sign, then the conscious act will be nothing other than the expression of thatsign.

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       D  o  w  n   l  o  a   d  e   d   b  y   [   P  o  n   t   i   f   i  c   i  a   U  n   i  v  e  r  s   i   d  a   d   J  a  v

      e  r   i  a  n  a   C  a   l   i   ]  a   t   1   4  :   0   1   1   6   M  a  y   2   0   1   6