La Nueva Figuración
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República Bolivariana de Venezuela.
Ministerio del Poder Popular para la Educación.
Escuela de Artes Visuales Rafael Monasterios.
Maracay, 18 de Mayo de 2016.
Autora: Vanessa Boggio
La nueva figuración en Venezuela.
Durante la década de los 50, en Venezuela surgió una acalorada discusión por parte de dos
facciones de artistas, estaban los que defendían ciegamente el arte abstracto y estaban los
que por el contrario preferían por sobre todas las cosas el arte realista. Por aquella época
esta diferenciación entre realismo y abstraccionismo, tomo tintes políticos. Logrando que
existiese un divorcio total entre ambos movimientos, es decir, los que defendían el realismo
solo se dedicaron a expresarse por medio de la figuración geométrica y los artistas
abstractos, basaron toda su expresión a trazos alejados de las formas tradicionales.
Sin embargo, por el año 1956 surgió una tendencia figurativa que, igualmente informada en
el arte moderno, se presentaba como una solución intermedia y conciliadora entre realismo
y abstracción. Esta nueva tendencia recibió el nombre de nueva figuración y sus mayores
representantes fueron Luis Guevara Moreno, Régulo Pérez y Jacobo Borges, quienes
habían regresado de Europa recientemente y estaban captando la atención en los salones
oficiales. Para estos pintores la figura humana no necesitaba nacer de las limitaciones de las
formas geométricas, también podían surgir del color o de las formas abstracta, para ellos no
existía ese divorcio entre realismo-abstracción.
Luis Guevara Moreno, el de mayor experiencia, venía de militar en el abstraccionismo
geométrico para retomar la figuración, proponiendo una síntesis dramática de trazo y color
en cuadros de gran formato donde abordaba temas de la realidad nacional a través de una
representación pastosa y de colores muy vivos.
Luis Guevara Moreno. La prosperidad. 1959
Por su parte, Régulo se caracterizaba por el planismo de su pintura y por servirse de ésta
como una manera desenfadada de exponer situaciones conflictivas de la vida nacional,
escenas, escenarios y personajes plasmados mediante la interacción de un dibujo
expresionista, que a veces llegaba a parecer caricaturesco y de un color sin atmosfera.
Régulo Pérez. La paz renace de las cenizas. 1990
En cambio, Jacobo Borges se sintió atraído a esta nueva tendencia por su gusto de la
policromía del arte abstracto que se asemeja a la de un vitral, lo que termino generando un
acabado más dibujístico en sus obras.
Jacobo Borges / Galeria Freites
Los efectos de esta nueva propuesta figurativa, caló tan profundo en el país, que durante los
años 60 todas las escuelas de artes plásticas del país la tomaron como el eje central de sus
prácticas habituales. Pues, durante esta época los artistas de vanguardia se sumaron al
cuerpo docente de las grandes instituciones. De esta influencia surgió el grupo el Círculo
del Pez Dorado. Esta juvenil agrupación representó los esfuerzos tendientes a continuar y
robustecer el frente de la nueva figuración, añadiendo a esto la capacidad de respuesta de la
generación que se afilió a ella al constituirse el Círculo en 1963. En un sentido restringido,
fue una asociación contestataria donde militaban, además, en rol de tutores, figuras
consagradas, como Régulo Pérez, Jacobo Borges, Luis Luksic, Víctor Valera, Manuel
Espinoza, Tecla Tofano y Alirio Palacios.
La nueva figuración buscó dar mayor libertad a los trazos de la figura humana, a vislumbrar
el verdadero poder de las composiciones cromáticas dentro de la pintura y a crear un punto
intermedio donde el realismo y la abstracción pudiesen convergir para generar piezas
impresionantes que revelaban tanto los acontecimientos, como el mundo interno del artista.