La organización como ser vivo

7
Escrito por Ignacio Fernández La organización como ser vivo: cuerpo, emoción, mente y espíritu organizacional Escuela de Psicología Revista RH Management - Junio 2009 Una forma nueva y eficaz de humanizar el trabajo es humanizar la concepción de la organización, concibiéndola como un ser organizacional. Sistémicamente tiene estructura, dinámicas emergentes, morfología y fisiología propia (o estilo de gestión si se prefiere) y todas las características de un ser vivo. Concebirlo así facilita la gestión organizacional. Como todo ser vivo, la organización tiene un cuerpo organizacional. El tejido organizacional está compuesto por las dinámicas de relación entre las personas y las múltiples conexiones y vinculaciones dentro y fuera del sistema. Se generan así circuitos de funcionamiento y conectividad que construyen una red distribuida de relaciones, donde lo que fluye es la energía. La organización vive estados afectivos y está marcada por una emocionalidad organizacional predominante derivada de las condiciones que ofrecen los líderes a sus equipos. Si se opera en miedo y negatividad, la organización se

Transcript of La organización como ser vivo

Page 1: La organización como ser vivo

Escrito por Ignacio Fernández

La organización como ser vivo: cuerpo, emoción, mente y espíritu

organizacional

Escuela de Psicología

Revista RH Management - Junio 2009

Una forma nueva y eficaz de humanizar el trabajo es humanizar la concepción

de la organización, concibiéndola como un ser organizacional. Sistémicamente

tiene estructura, dinámicas emergentes, morfología y fisiología propia (o estilo

de gestión si se prefiere) y todas las características de un ser vivo. Concebirlo

así facilita la gestión organizacional.

Como todo ser vivo, la organización tiene un cuerpo organizacional. El tejido

organizacional está compuesto por las dinámicas de relación entre las

personas y las múltiples conexiones y vinculaciones dentro y fuera del sistema.

Se generan así circuitos de funcionamiento y conectividad que construyen una

red distribuida de relaciones, donde lo que fluye es la energía.

La organización vive estados afectivos y está marcada por una emocionalidad

organizacional predominante derivada de las condiciones que ofrecen los

líderes a sus equipos. Si se opera en miedo y negatividad, la organización se

contrae, las posibilidades se cierran y los resultados son sólo los

presupuestados o menos que ello. Si la organización vive en la positividad, la

confianza y en emociones expansivas, las posibilidades se abren, las personas

se atreven a desplegar su iniciativa y creatividad, y la probabilidad de

resultados sobre lo esperado aumentan sustancialmente.

La mente organizacional es el sistema de valores y creencias de los dueños y

el equipo ejecutivo, desde donde salen los juicios e interpretaciones de lo que

sucede en la organización. Este sistema de creencias puede ser amplio o

Page 2: La organización como ser vivo

estrecho, rígido o flexible, convencional o post-convencional, tradicional o

innovador. Respecto de las personas es esencial exhumar las creencias

básicas que los directivos tienen sobre el ser humano, pues ello determina la

emoción organizacional, la cultura, la estructura organizacional, el sistema de

gestión y la amplitud de posibilidades. ¿Creo que las personas son sólo mano

de obra o portan capital intelectual?, ¿son esencialmente flojos y buscan

oportunidades para dejar de trabajar o son movidos por motivación intrínseca y

la búsqueda de espacios de autonomía responsable?, ¿creo en ellas o

desconfío?, ¿debo tener muchos supervisores para controlar el

comportamiento de la gente o apelo al autocontrol adulto y ejerzo el control

sobre indicadores de gestión más que sobre personas?

Una visión tradicional y depreciativa de las personas conduce a una

organización defensiva, timorata, que invita a la mediocridad y al mínimo

esfuerzo, perfilando un futuro organizacional complejo. Una visión emergente y

apreciativa de la contribución de las personas conduce a condiciones

organizacionales positivas que fomentan el despliegue de las competencias

personales para el alto desempeño y de dinámicas de relación creativas y

generadoras de alto valor económico, cultural, grupal e individual, en la cuerda

de la humanización del trabajo.

Cuerpo, emoción y mente organizacional se integran y sintetizan en la

percepción del espíritu organizacional, que puede estar signado por el fundado

orgullo de lo que se ha construido con otros o por una cierta vergüenza y

desesperanza organizacional. Es la sensación sentida de las personas

respecto de su empresa y da cuenta de la mística, la pasión y el sentirse parte

una fuerza colectiva que hace cosas importantes como organización.

Si su empresa fuera al médico, ¿cuál sería el estado de salud del cuerpo

organizacional?, ¿la emocionalidad organizacional favorecería las condiciones

para un alto desempeño o presentaría trastornos de ánimo?, ¿la mente

organizacional y su sistema de creencias estarían alineados con los planes

estratégicos o se estaría pidiendo que la gente invente imposibles?.

Finalmente, ¿cómo estaría el espíritu y la mística de su organización?, ¿estaría

Page 3: La organización como ser vivo

orgulloso de si y viviría en expansión permanente? ¿o languidecería en la

inercia de la visión tradicional y los resultados que no repuntan?

Ver la empresa como un ser vivo permite identificar síntomas de lo que no se

hace bien, evidenciar lo que sí funciona adecuadamente y determinar los

motores de cambio en los 4 dominios organizacionales, mirando

integradamente las oportunidades de expansión. Concebir la organización

como un ser vivo es uno de los pasos para humanizar la gestión

organizacional. 

Page 4: La organización como ser vivo

La organización como ser vivo: cuerpo, emoción, mente y espíritu organizacional

Una forma nueva y eficaz de humanizar el trabajo es humanizar la concepción de la organización, concibiéndola como un ser organizacional. Sistémicamente tiene estructura, dinámicas emergentes, morfología y fisiología propia (o estilo de gestión si se prefiere) y todas las características de un ser vivo. Concebirlo así facilita la gestión organizacional.

Como todo ser vivo, la organización tiene un cuerpo organizacional. El tejido organizacional está compuesto por las dinámicas de relación entre las personas y las múltiples conexiones y vinculaciones dentro y fuera del sistema. Se generan así circuitos de funcionamiento y conectividad que construyen una red distribuida de relaciones, donde lo que fluye es la energía.

La organización vive estados afectivos y está marcada por una emocionalidad organizacional predominante derivada de las condiciones que ofrecen los líderes a sus equipos. Si se opera en miedo y negatividad, la organización se contrae, las posibilidades se cierran y los resultados son sólo los presupuestados o menos que ello. Si la organización vive en la positividad, la confianza y en emociones expansivas, las posibilidades se abren, las personas se atreven a desplegar su iniciativa y creatividad, y la probabilidad de resultados sobre lo esperado aumentan sustancialmente. 

La mente organizacional es el sistema de valores y creencias de los dueños y el equipo ejecutivo, desde donde salen los juicios e interpretaciones de lo que sucede en la organización. Este sistema de creencias puede ser amplio o estrecho, rígido o flexible, convencional o post-convencional, tradicional o innovador. Respecto de las personas es esencial exhumar las creencias básicas que los directivos tienen sobre el ser humano, pues ello determina la emoción organizacional, la cultura, la estructura organizacional, el sistema de gestión y la amplitud de posibilidades. ¿Creo que las personas son sólo mano de obra o portan capital intelectual?, ¿son esencialmente flojos y buscan oportunidades para dejar de trabajar o son movidos por motivación intrínseca y la búsqueda de espacios de autonomía responsable?, ¿creo en ellas o desconfío?, ¿debo tener muchos supervisores para controlar el comportamiento de la gente o apelo al autocontrol adulto y ejerzo el control sobre indicadores de gestión más que sobre personas?

Una visión tradicional y depreciativa de las personas conduce a una organización defensiva, timorata, que invita a la mediocridad y al mínimo esfuerzo, perfilando un futuro organizacional complejo. Una visión emergente y apreciativa de la contribución de las personas conduce a condiciones organizacionales positivas que fomentan el despliegue de las competencias personales para el alto desempeño y de dinámicas de relación creativas y generadoras de alto valor económico, cultural, grupal e individual, en la cuerda de la humanización del trabajo.Cuerpo, emoción y mente organizacional se integran y sintetizan en la percepción del espíritu organizacional, que puede estar signado por el fundado orgullo de lo que se ha construido con otros o por una cierta vergüenza y desesperanza organizacional. Es la sensación sentida de las personas respecto de su empresa y da cuenta de la mística, la pasión y el sentirse parte una fuerza colectiva que hace cosas importantes como organización.

Si su empresa fuera al médico, ¿cuál sería el estado de salud del cuerpo organizacional?, ¿la emocionalidad organizacional favorecería las condiciones para un alto desempeño o presentaría trastornos de ánimo?, ¿la mente organizacional y su sistema de creencias estarían alineados con los planes estratégicos o se estaría pidiendo que la gente invente imposibles?. Finalmente, ¿cómo estaría el espíritu y la mística de su organización?, ¿estaría orgulloso de si y viviría en expansión permanente? ¿o languidecería en la inercia de la visión tradicional y los resultados que no repuntan?

Ver la empresa como un ser vivo permite identificar síntomas de lo que no se hace bien, evidenciar lo que sí funciona adecuadamente y determinar los motores de cambio en los 4 dominios organizacionales, mirando integradamente las oportunidades de expansión. Concebir la organización como un ser vivo es uno de los pasos para humanizar la gestión organizacional.Publicadas por Ignacio Fernández a la/s 12:13 PM Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook Compartir con Google Buzz

3 comentarios:

Felipe Landaeta dijo...

Page 5: La organización como ser vivo

Notable, me encantó tu columna.

De esta forma entiendo que: si "le duele aquí" no basta con atacar el síntoma, sino que debemos ir a la raíz para dar una solución efectiva y no efectista. 

Que me crucifiquen mis 1231212 primos estudiantes de medicina, pero no basta con atacar síntomas!

Es necesaria una mirada integral de los sistemas vivos para dar soluciones y facilitar la subsistencia y la adaptación.

5:18 PM

Rodrigo Silva Ortúzar dijo...En la línea de Felipe, atacar síntomas, es como querer solucionar un dolor de cabeza con aspirina, cuando el real problema es un tumor cerebral...

Ignacio, si bien entendí, así como se dice que hay que alimentar el alma y el espíritu humano, habría que alimentar el espíritu organizacional.

12:18 PM

Pía Cordero dijo...Que simple y a la vez compleja esta mirada Ignacio.Simplifica la manera de concebir a la organización, pero a la vez le da la complejidad de un ser vivo.

Estoy de acuerdo con Felipe, no basta con atacar el síntoma, lo más probable es que en esa dimensión no esté el problema.Y también con Rodrigo: sí hay que alimentar el espíritu organizacional. Sí se puede trabajar en esa dimensión, o trabajar en otras para tener resultados ahí.

Entender así a una organización, nos permitiría crear nuevas formas de intervención, probablemente mucho más potentes.

Me gustó eso de "si su empresa va al doctor, ¿cuál sería el diagnóstico"..power.

8:07 PM

Publicar un comentario