La Palabra Profética Pastor Marco Vinicio Castillo Escuela para Profetas Guatemala, 11 de mayo del Año De La Revelación

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Dios siempre se ha manifestado por medio del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, por lo que todo lo que El hace, de alguna manera está conformado por estas tres facetas, por ejemplo Dios escribe, el Padre lo hizo en tablas de piedra, el Hijo escribió en tierra y el Espíritu escribe en nuestro corazones; otro ejemplo son los mandamientos, ya que el Padre dejó plasmados los suyos en la ley de Moisés, mientras que el Hijo dijo que había una diferencia entre los mandamientos suyos y los del Padre, y también el Espíritu Santo da Sus mandamientos por medio de los Apóstoles. De lo anterior podemos resumir que cuando analizamos uno de estos temas, debemos considerar las tres facetas en las que Dios se manifiesta. El mover profético de Dios también debe analizarse desde estas tres facetas, que deben ser congruentes entre sí, pues no puede darse un don de profecía o un Profeta que contradiga la palabra profética dada por el Padre en las escrituras. 2 Pedro 1:19-21 (RV 1995) Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día amanezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones. [20] Pero ante todo entended que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, [21] porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Esta cita nos habla de la palabra profética dada por el Padre, que claramente vemos que se refiere a la profecía que quedó plasmada en la Escritura. Efesios 4:8-11 (RV95) Por lo cual dice: «Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres». [9] Y eso de que «subió», ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? [10] El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. [11] Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, Este pasaje indudablemente habla del Hijo, que dio dones (original griego domas) en forma de hombres; es decir que la faceta profética dada por el Hijo es el ministerio primario profético. 1 Corintios 12:4, 7-12 (RV95) [4] Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. [7] Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para el bien de todos. [8] A uno es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; [9] a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. [10] A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas. [11] Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. [12] Así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo, El Espíritu también nos da dones (original griego charisma) que son regalos, de los cuales el mover profético dado por el Espíritu Santo es el don de profecía. Para fluir en el verdadero mover profético de Dios, debemos integrar con congruencia estas tres facetas, de las cuales la palabra profética viene a ser el cimiento.

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Romanos 1:1-2 (LBLA) Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, [2] que El ya había prometido por medio de sus profetas en las santas Escrituras… En esta cita podemos ver que el evangelio que hemos recibido y predicado ya había sido prometido en los escritos de los profetas. Esto es muy importante porque todo en lo cual creemos debe tener su base en la palabra profética escrita, pues todo lo que nos ha sido anunciado también les fue dicho al pueblo de Israel, solo que a ellos en figura (Hebreos 4:2). Por lo mismo, también el mover profético genuino que estamos viviendo en la actualidad está descrito en las escrituras y no debe contradecir aquello que está plasmado en la Biblia. 1 Corintios 15:3-4 (LBLA) Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; [4] que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras… Estos versos nos dejan ver que el pilar de nuestra fe, es decir la muerte y resurrección de Cristo, estaba en la palabra escrita que Pablo tenía a su disposición, que eran los escritos del Antiguo Testamento. Romanos 3:21-22 (LBLA) Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas; [22] es decir, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción; El mover profético de Dios debe estar delimitado por la justicia de Dios, que es por medio de la fe y no de los hombres, por lo que si alguien da una palabra profética diciendo que seremos justificados solo por las obras, esto no puede proceder de Dios. Romanos 16:25-26 (LBLA) Y a aquel que es poderoso para afirmaros conforme a mi evangelio y a la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que ha sido mantenido en secreto durante siglos sin fin, [26] pero que ahora ha sido manifestado, y por las Escrituras de los profetas, conforme al mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las naciones para guiarlas a la obediencia de la fe, En este pasaje la palabra naciones viene del original griego ethnos que también se puede traducir gentiles; esto quiere decir que el mover profético no puede discriminar a los gentiles, pues en el conocimiento pleno de Dios ya no hay judío ni griego (Colosenses 3:10-11). Jonás tuvo este problemas pues no quiso ir a Nínive que era una nación gentil; esto nos deja ver que un profeta no puede hacer acepción de personas por razones étnicas o culturales, dirigiendo su ministerio solo a cierto tipo de personas. Deuteronomio 13:1-3 (LBLA) Si se levanta en medio de ti un profeta o soñador de sueños, y te anuncia una señal o un prodigio, [2] y la señal o el prodigio se cumple, acerca del cual él te había hablado, diciendo: “Vamos en pos de otros dioses (a los cuales no has conocido) y sirvámosles”, [3] no darás oído a las palabras de ese profeta o de ese soñador de sueños;

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porque el SEÑOR tu Dios te está probando para ver si amas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. Si alguien que se dice profeta, predice algo y esto se cumple, podría confundir a muchos y hacerlo pasar por verdadero, sin embargo si la palabra que da nos lleva a desobedecer la palabra profética escrita, es suficiente para saber que no es verdadero. Por todo lo anterior podemos decir que para poder discernir lo profético, es necesario que todo lo que se diga tenga sustento en la palabra profética y que esté avalado por un ministro profeta (1 Corintios 14:29).