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La Paz, Bollvia, domingo 10 de noviembre de 1985 PRESENCIA 5 Fiestas religiosas y tradiciones populares en Potosí Por Fray GIUSEPPE ROSSI k El tema es bastante amplio y también ambicioso y por ende necesita una aclaración sobre el alcance de mi trabajo. Existen libros y folletos sobre el folclore, tradiciones, fiestas, sea de la ciudad de Potosí o del Depar- tamento en su totalidad, Arzanz, Omiste, Paredes Candía, Chacón Torrez se pueden llamar de introduc- ción. En las cinco provincias donde cumplen su labor educativa las Escuelas de Cristo, tenemos una inves- tigación hecha por los mis- mos maestros de la Ins- titución: "Revista Socio- Cultural", en dos tomos y folletos explicativos de los bailes de los conjuntos que asistieron a los festivales folclóricos organizados desde 1978 hasta 1982 en Potosí por los alumnos de las Escuelas de Cristo. He visto conveniente desarrollar el tema sirvién- dome del testimonio oral de personas sensibles a esta cultura y conocedora de los detalles, muy importante según mi manera de enten- der. Llamé al Dr. Julio Navía Téllez y le pedí que me re- latara todo lo que conocía de las fiestas potosinas que se celebran en el transcurso del año. Con otros testimonios más llegué a elaborar este trabajo. Pasando al análisis del tema de las fiestas que du- rante el año se celebran en Potosí, podemos empezar dia En el barrio de San Benito. Este santo conocido más en Europa de la que es patrono. Vivió en el siglo V. La hermosa Iglesia que tiene en su honor Potosí fue cons- truida como parroquia de indios en el siglo XVI. Aquí se venera un crucifijo lla- mado el Cristo de San Benito y en su honor se celebra el primero de enero de cada año la solemnidad. Empieza el día 31 con entrada y verbena popular. El día en que comienza el año, se realiza la celebración litúrgica con Santa Misa y Procesión durante la cual bailan el Huarackanaku, (especie de honda); hombres y mujeres. Estas llevan en canastos dulces llamados canelones preparados con clara de huevo. Un carac- terístico baile en pandilla que termina en la Iglesia. El dos de enero siguen los bailes y las comidas que prepara el preste o pasante que da la fiesta. En estos últimos años la fiesta de San Benito ha perdido mucho de su brillo. E día 6 de enero, E- pifania y fiesta de Reyes es tradicional para los Vara cuna, o cambio de au- toridades, quienes van a la Iglesia para hacerse ben- decir. El varayoj que da la fiesta regala ramos de flores de papel, antaño Joyas ar- tesanales de Potosí que se vendían a la puerta de la casa de la Moneda, ahora en su mayoría en la zona del IV Centenario, sustituidas con flores de plástico. Estas flores se ven todavía y sería bueno recogerlas como re- liquia para un museo cos- tumbrista. El barrio San Roque celebraba con particular solemnidad la fiesta de Reyes que comenzaba el día 5 de enero y terminaba el día 6 con la tradicional bendición de las Varas en la Iglesia y juegos populares como el del "Rumy tankay" (empujar la piedra -traducción libre) y el rapto de las mujeres por parte de jóvenes que esperan estos dias para conseguir empalmar a la muchacha con el dardo de Cupido. La fiesta de Candelaria tenia su solemnidad en la Iglesia de Jerusalem, pre- parada con una solemne Novena y el día 2 de febrero Santa Misa, bendición de velas y procesión; afuera del templo se servían ponches abundantes. ,E1 carnaval merecería un enfoque detenido. Yo me limitaré a una descripción de lo más saliente. Empieza con el día de Compadres, dos jueves antes del martes de carnaval. Bajan de las minas los Tatackajchas (doble faz: Dios y el diablo-tío). Llegan a la Iglesia para escuchar Misa con el Señor de las Minas. El jueves venidero, día de Comadres, se lleva a cabo el agasajo a las mujeres por parte de los varones. Esta costumbre que era reservada a los mineros se ha generalizado en todas las oficinas públicas y vive actualmente su auge. El sábado de Carnaval se ce- lebraba la solemne entrada, saliendo de la Plaza Kar- cupila, encabezada por el Alcalde montado en un ca- ballo o un mulo con carona de plata; bajaban hasta la plaza 10 de Noviembre. Era la misma autoridad quien recibía a las comparsas y les ofrecía bebidas y refrigerios. Esta costumbre, que se remonta a la época de la Colonia, cayó en desuso y en nuestro siglo quisieron reactualizarla dos Alcaldes: Wálter Dalence por los años cuarenta y Ricardo Bohór- quez en los años sesenta. Recientemente se ha querido implantar con fines comer- ciales los corsos infantiles y las máscaras: pepino pa- ceño, Pierrot Francés, Can- tinflas y Chavo del Ocho de tradición mexicana. El carnaval citadino tiene su culminación el martes con la tradicional challa - derramar a la Pa- chamama-. Desde el lunes llegan las mujeres de los alrededores (Miraflores, Don Diego, etc.) y traen flores silvestres: Saliva de la Virgen, raíz de la planta de los choclos. Vienen a vender también ban- deritas, adornos de papel de seda de color vistosos, ahora banderítas plásticas, serpen- tinas que tenían y tienen su mercado en la plazuela de San Agustín ahora, Daniel Campos. Dias antes del martes, último día de carnaval, las familias se aprovisionan de carne, chicha, que hacen elaborar y otros alimentos. Enfloran las casas, piletas y las casas nuevas. Algunas aprovechan para inaugurar sus casas y bendecirlas. Se sirve sucumbé (ponche de leche, alcohol, coco rallado, huevo), en tazas; ponches variados con. vino, canela, cocteles, mistela, singan!, agua y colorantes, mezcla de colores, charola, bandera boliviana y otros. La comida de este día martes, es el clásico timpu (hervido) , también se sirve el plato paceño, llamado olla po- drida, con toda clase de carnes, arroz, chuño, papa, repollo. Se prepara la gustosa parrillada y se queman seguidamente los huesos de la parrilla para la Pachamama. Resultado de esta fiesta de carnaval: se recuerda que el Dr. Julio Tórrez empezaba a contar los nueve meses del martes de carnaval parapnepararse al gran trabajo que le daban las mujeres que iban;, a tener hijos. El miércoles de ceniza, las familias solían salir al campo: Actapi -día de campo-, volviendo en la tarde en pandilla cantando; pasó después esta costumbre al domingo de Tentación. En lo religioso, los fe- ligreses asisten a la Santa Misa y reciben en la cabeza la ceniza. Este día empieza el carnaval campesino, que acabará el domingo de ten- tación. Los juegos de car- naval consisten en echarse harina y agua perfumada. Se recordaba con especial unción religiosa la Semana Santa y la Pascua. El Domin- go de Ramos las puertas de las iglesias se llenaban de vendedoras de plantas del campo para la bendición y la procesión. En la actualidad están de moda las palmas que llegan de Sucre y que se adaptan en adoraos, cruces, anillos, etc. El Jueves Santo se dedica a la visita de los monumentos de las varías iglesias, de San Martin, es- pecialmente, donde el pueblo potosino se volcaba a rendir homenaje al Redentor del hombre. La comida de la Semana Santa se caracterizaba por la abstinencia de carne y este era el menú: Almuerzo, de leche, huevo duro pasado, caldo con leche, locro po- tosino, zapallo, camarones, salmón, sardinas, ají, arroz con leche. Había intercambio de platos con los vecinos parientes y amigos. En el campo, la noche del viernes Santo - ya que Cristo ha muerto-, se dice que están permitidas toda clase de fechorías. Se recuerda que el Capitán de Campo Antonio López de Quiroga, en este día santo, condonaba todas las deudas que los pobres tenían con él. El Sábado Santo estaba dedicado al aseo de la casa para que al tocar las cam- panas de la Resurrección pudieran llenar de incienso la casa limpia, libre del diablo que había sido echado con la suciedad. El plato de Pascua de Resurrección con sus variaciones se carac- teriza por la clásica picana o el puchero. La feria de animales permite proveerse de la carne necesaria, sobre todo de la del cordero. Me refiero al pasado y al presen- te para hacer notar que quedan todavia algunas de estas costumbres; una de las tradiciones que tiene vigen- cia y arraigo es la fogata de San Juan por la noche del 23 de junio en la que se queman las cosas viejas. En esta oportunidad se reúnen amigos y vecinos y, mientras las llamas se levantan, í- luminan y calientan la fría noche del invierno potosino. Se sirven ponches, leche, vino, singan! majuelo, coc- teles; la música de tocadis- cos invita al baile alrededor del "hermano fuego". En el campo, el calor es símbolo de reproducción como rito propiciatorio -miracunay- quipaj. El día 24 por la mañana las mujeres se la- vaban la cabeza para que la cabellera fuera más her- mosa, como la de San Juan el Bautista. Del día 24 de junio al 29, fiesta de San Pedro y Pablo, el cielo queda abierto; se puede conocer en estos dias el futuro. Se echan suertes con plomo velas que se derriten al calor y se- guidamente se pasan por el naranjas, lima, ajipa, y la agua fría que las hace so- gustosa achira que acom- lidificar, adquiriendo di- paña a los rompedientes. ferentes formas para ser p a r a el día de Difuntos interpretadas por expertos, hay ritos especiales. En En 976 "El Siglo", matutino síntesis: el día 31 de octubre, potosino, imprimió tarjetitas S e realiza el armado de las =3= de suertes preparadas por Carlos Mercado Calderón, que tuvieron acogida en el pueblo. En la fiesta de Pentecos- tés, por la mañanita los padres dan a sus hijos y también a sus esposas tres tumbas. Para los angelitos (niños) en blanco y para los adultos en negro. Se reúnen los familiares y empiezan a armar flores, macetas, cruz, crucifijo; debajo de una mesa los objetos que gus- taban al difunto: frutas, María Vargas, ya están por desaparecer. Bailaban el wachitorito con honda o pañuelo, llevando a uno de los presentes a colocarse de rodillas delante del Niño. Se ofrece chocolate y buñuelos y pocas bebidas. Las escenas que se realizan delante del Pesebre son las simbólicas con las costumbres de Bo- llvia, walupa, los tabas, los negros. Al concluir la fiesta se tapa al Niño con tule y el , encargado hará la fiesta al chicotazos (Espíritu pac- m a S a s , comida, bebida, y ya año. Si no hay voluntario se escoge por sorteo entre los que tienen la pajlta más larga y otro juego que muestre a quien el Niño ha escogido. La familia va a la Iglesia para la Santa Misa y al retor- nar, a la casa empieza la fiesta, la jarana con lo que hemos ya dicho. Un capítulo interesante sería relatar la Navidad que se celebra en el Monasterio de Santa Mónica, Manquiri, donde se celebra vitados se sirven el almuer- donde ha quedado lo más la fiesta del Cristo. Estos dos zo. A las tres de la tarde del genuino. Será motivo para últimos años a iniciativa del día de Difuntos se nombra otro artículo. karin, siqui ckaparin), a cambio de esto el papá da una suma de dinero para gastarlo en Alasitas (Cóm- prame). En la víspera de Espíritu el choacku ofrece koa, planta aromática re- sinosa ínfaltable en la mesa de la Pachamama. Se matan las llamas blancas por la aspersión propiciatoria y se hace arder la koa y se riega con bebida, se sale al campo que el difunto no puede mascar se le pone una pajita para sorber, se challa para que todo vaya bien, no se rompa y no se pierda nada. El primero de noviembre a las 2 de la tarde se encienden las velas, la gente visita, reza, toman unas copitas, come fruta. En una bandeja se recolecta plata para hacer celebrar la Santa Misa y se va a las casas donde los in- Director del Instituto Bo- liviano de Turismo, Manuel Aramayo, se cumple una romería a este santuario hermoso y casi desconocido por los potosinos a pesar de encontrarse a pocas leguas de la ciudad. Al volver del campo tenían el cuidado de fijarse en la ceniza de la koa, si se consumía totalmente quedaba blanca y demos- traba el agrado de la Pa- chamama con los beneficios para la tierra y los negocios. Si en su lugar la ceniza quedaba negra, la Diosa no había quedado satisfecha y no iba a conceder sus dones. Las ferias de alasitas tam- bién son ya una tradición arraigada en las costumbres del pueblo, la de la Avenida Camacho, de los barrios de San Juan, del Calvario, donde se celebran también matrimonios, la fiesta Guadalupe, el 8 de septiem- bre, es celebrada en ia Iglesia de San Juan, atendida por los padres Redentoristas. El Corpus Christi en Potosí fue celebrado en si- glos pasados con una solem- nidad de renombre continen- tal. Toda la población asistía a la Santa Misa de Una, como a la Procesión donde al Santísimo se lo llevaba en andas, en un sagrario de oro L eí carruaje de pura plata. >s varios altares, dis- tribuidos en las calles, eran verdaderas obras de arte, venían construidos por los artesanos reunidos en mu- chos gremios (hoy sin- dicatos). Los dulces que se gustan desde las vísperas de la fiesta y en el día son: tawa tawas, cuatro por medio real (medio centavo), se dice los tawa tawas, para guaguas, los chambergos para negros, las sopaipillas son para las imillas, los rompedientes para los valientes. Actual- mente el espacio reservado a los vendedores de estas especialidades se halla en la calle Linares, esquina La Paz. La procesión sale de la Catedral y está presidida desde el año 1925 por el Obispo diocesano. Los al- tares en la actualidad son preparados por las familias devotas. Una tradición piadosa dice que el Señor sale a escogerse a los que van a morir ese año y serán los que la sombra los dejarán sin ver la cabeza. En las familias se come junto a los mencionados dulces, maní, una persona para destacar la tumba y, ayudado por otros, desarma todo con respeto y devoción, quedando a su disposición las ofrendas que normalmente distribuye entre los asistentes. Tiene a su cargo al día siguiente, día del alma cacharpaya - des- pedida del alma-. Este día la gente se reúne para beber y jugar con quinua cocida, ahora con angelitos, arroz, tostado que se echa por el cuello y bajo los vestidos, sobre todo a las mujeres. Los platos de estos días: ají de achacana (especie de papa), misqui plato, ma- zamorra de almidón, chan- . caca con azúcar, mochochin- gusto de cada persona o chi y la quínua, alimentos de familia. Al potosino no le El día .28 de diciembre, fiesta de los Inocentes, todos saben cómo se celebra y queda a cada uno la ini- ciativa para los chistes más originales. Una de las formas más comunes de pasar el fin de año en Potosí es la si- guiente: Las familias se reunían a esperar el toque de la hora apagando las luces que se vuelven a encender exactamente al empiezar el nuevo año con el canto del Himno Nacional. En la mayoría de las casas se sirve picana con choclo. Otras maneras de recordar el advenimiento de un nuevo año pienso que queda al las almas que se prparan a todo gusto. Chancho, lechón, ají. Hay la creencia de que si Jos rhnnrtipt P| rtia de Todos Santos porque las almas les chu - pan la grasa. Las bebidas son las tradicionales: sln- gani, chicha morada, chicha de quínua, etc. Se sirve tam- bién panal. Se recolecta dinero -thipacu (prender). El 30 de noviembre se hacen rezar responsos, se visitan los cementerios, es el día de San Andrés, hermano de San Pedro, quien deja la puerta del cielo abierta. Llevan al cementerio comida y bebida que comparten espirítual- mente con los difuntos. El día 4 de diciembre, fiesta de Santa Bárbara. Esta fiesta se celebra más que todo eri el campo, ya que esta santa mártir protege contra los daños provocados por los rayos. Y se llega a la Navidad, la fiesta de las familias. Todos procuran hacer nacer al Niño; pe- sebres, juguetes, árbol. El día 24 de diciembre las calles y plazas de Potosí se llenan de personas que compran flores. Se espera en la casa o se asiste en las Iglesias a la Misa de gallo. A la me- dianoche se echa incienso al Niño, se prenden las velltas, se bailan villancicos, se sir- ven bebidas, dulces, y ahora se ha europeizado con el champan, pero también singani, licores de anis y la picana de Navidad. Empieza el período de la misa al Niño y las calles se ven llenas de niños y adultos que llevan a las Iglesias los Nacimientos, niños con disfraces como en un carnaval en miniatura. Las veladas en las casas con conjuntos de bailarínes, tal como me lo relató la señora falta gusto y fantasía. Todo lo que he tratado en este articulo manifiesta de ~ . Bn- solamen me permito sugerir un in- terés más marcado de las instituciones cívicas turís- ticas y religiosas, para que mancomunadamente ase- soren con anticipación a los encargados de preparar las fiestas. En las oficinas del Instituto Boliviano de Turis- mo debe existir un mapa de la ciudad y de todos sus barrios, material que tam- bién debe hallarse en la Alcaldía y en la Corporación de Desarrollo. Material gráfico, bibliografía para permitir conocer cabalmente los orígenes de cada fiesta. Su desarrollo y su vigencia. Publicar folletos, tal hizo MACA y turismo en 1982 sobre el Chulillo, una mo- nografía de cada fiesta con su historia, leyendas y tra- diciones y recetas de platos. BIBLIOGRAFIA MINIMA: Arzáns de Orala y Vela. Hlstórla de la Villa Imperial de Potosi U.S. A. tomo I pgs 40y 208 Antonio Egaña. Monumenta peruana. Roma 1974. Tomo VI, pos. 685 y slg. Brocha Gorda (Julio Lucas Jaimes). "La Villa Imperial de Potosi". Buenos Aires, 1905, pag. 63 y slg. Mario Chacón Torres. "En torno a las fiestas religiosas" "La Voz". Potosi 10-XM97Í. "Los orígenes de la festividad de) Chulillo". En "Presencia Li- teraria", La Paz, 16 de septiem- bre de 1979. Antonio Paredes Candía. "Folclore de Potosi". La Paz, 1980 pag 96 y slg Alberto VUlapuma.- "Fiestas religloso-folclóricai de Potosi". "El Siglo", 10 de noviembre de 1979, pag. 10. Crónicas de las Agustinas ermltañas de Potosí. 1652-1985. "Las Costumbres Litúrgicas y Culinarias", recopiladas por Fray GiuseppeRossi. Potosí 1985.

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La Paz, Bollvia, domingo 10 de noviembre de 1985 PRESENCIA 5

Fiestas religiosas y tradiciones populares en Potosí Por Fray GIUSEPPE ROSSI k

El tema es bastante amplio y también ambicioso y por ende necesita una aclaración sobre el alcance de mi trabajo. Existen libros y folletos sobre el folclore, tradiciones, fiestas, sea de la ciudad de Potosí o del Depar-tamento en su totalidad, Arzanz, Omiste, Paredes Candía, Chacón Torrez se pueden llamar de introduc-ción. En las cinco provincias donde cumplen su labor educativa las Escuelas de Cristo, tenemos una inves-tigación hecha por los mis-mos maestros de la Ins-titución: "Revista Socio-Cultural", en dos tomos y folletos explicativos de los bailes de los conjuntos que asistieron a los festivales folc lór icos organizados desde 1978 hasta 1982 en Potosí por los alumnos de las Escuelas de Cristo. He visto conveniente desarrollar el tema sirvién-dome del testimonio oral de personas sensibles a esta cultura y conocedora de los detalles, muy importante según mi manera de enten-der. Llamé al Dr. Julio Navía Téllez y le pedí que me re-latara todo lo que conocía de las fiestas potosinas que se celebran en el transcurso del año. Con otros testimonios más llegué a elaborar este trabajo. Pasando al análisis del tema de las fiestas que du-rante el año se celebran en Potosí, podemos empezar

d i a P Í E n el barrio de San Benito. Este santo conocido más en Europa de la que es patrono. Vivió en el siglo V. La hermosa Iglesia que tiene en su honor Potosí fue cons-

truida como parroquia de indios en el siglo XVI. Aquí se venera un crucifijo lla-mado el Cristo de San Benito y en su honor se celebra el primero de enero de cada año la solemnidad. Empieza el día 31 con entrada y verbena popular. El día en que comienza el año, se realiza la celebración litúrgica con Santa Misa y Procesión durante la cual bailan el Huarackanaku, (especie de honda); hombres y mujeres. Estas llevan en canastos dulces llamados canelones preparados con clara de huevo. Un carac-terístico baile en pandilla que termina en la Iglesia. El dos de enero siguen los bailes y las comidas que prepara el preste o pasante que da la fiesta. En estos últimos años la fiesta de San Benito ha perdido mucho de su brillo. E día 6 de enero, E-pifania y fiesta de Reyes es tradicional para los Vara cuna, o cambio de au-toridades, quienes van a la Iglesia para hacerse ben-decir. El varayoj que da la fiesta regala ramos de flores de papel, antaño Joyas ar-tesanales de Potosí que se vendían a la puerta de la casa de la Moneda, ahora en su mayoría en la zona del IV Centenario, sustituidas con flores de plástico. Estas flores se ven todavía y sería bueno recogerlas como re-liquia para un museo cos-tumbrista. El barrio San Roque celebraba con particular solemnidad la fiesta de Reyes que comenzaba el día 5 de enero y terminaba el día 6 con la tradicional bendición de las Varas en la Iglesia y juegos populares como el del "Rumy tankay" (empujar la

piedra -traducción libre) y el rapto de las mujeres por parte de jóvenes que esperan estos dias para conseguir empalmar a la muchacha con el dardo de Cupido. La fiesta de Candelaria tenia su solemnidad en la Iglesia de Jerusalem, pre-parada con una solemne Novena y el día 2 de febrero Santa Misa, bendición de velas y procesión; afuera del templo se servían ponches abundantes.

,E1 carnaval merecería un enfoque detenido. Yo me limitaré a una descripción de lo más saliente. Empieza con el día de Compadres, dos jueves antes del martes de carnaval. Bajan de las minas los Tatackajchas (doble faz: Dios y el diablo-tío). Llegan a la Iglesia para escuchar Misa con el Señor de las Minas. El jueves venidero, día de Comadres, se lleva a cabo el agasajo a las mujeres por parte de los varones. Esta costumbre que era reservada a los mineros se ha generalizado en todas las oficinas públicas y vive actualmente su auge. El sábado de Carnaval se ce-lebraba la solemne entrada, saliendo de la Plaza Kar-cupila, encabezada por el Alcalde montado en un ca-ballo o un mulo con carona de plata; bajaban hasta la plaza 10 de Noviembre. Era la misma autoridad quien recibía a las comparsas y les ofrecía bebidas y refrigerios. Esta costumbre, que se remonta a la época de la Colonia, cayó en desuso y en nuestro siglo quisieron reactualizarla dos Alcaldes: Wálter Dalence por los años cuarenta y Ricardo Bohór-quez en los años sesenta. Recientemente se ha querido

implantar con fines comer-ciales los corsos infantiles y las máscaras: pepino pa-ceño, Pierrot Francés, Can-tinflas y Chavo del Ocho de tradición mexicana. El carnaval citadino tiene su culminación el martes con la tradicional challa - derramar a la Pa-chamama-. Desde el lunes llegan las mujeres de los alrededores (Miraflores, Don Diego, etc.) y traen flores silvestres: Saliva de la Virgen, raíz de la planta de los choclos. Vienen a vender también ban-deritas, adornos de papel de seda de color vistosos, ahora banderítas plásticas, serpen-tinas que tenían y tienen su mercado en la plazuela de San Agustín ahora, Daniel Campos. Dias antes del martes, último día de carnaval, las familias se aprovisionan de carne, chicha, que hacen elaborar y otros alimentos. Enfloran las casas, piletas y las casas nuevas. Algunas aprovechan para inaugurar sus casas y bendecirlas. Se sirve sucumbé (ponche de leche, alcohol, coco rallado, huevo), en tazas; ponches variados con. vino, canela, cocteles, mistela, singan!, agua y colorantes, mezcla de colores, charola, bandera boliviana y otros. La comida de este día martes, es el clásico timpu (hervido) , también se sirve el plato paceño, llamado olla po-drida, con toda clase de carnes, arroz, chuño, papa, repollo. Se prepara la gustosa parrillada y se queman seguidamente los huesos de la parrilla para la Pachamama. Resultado de esta fiesta de carnaval: se recuerda que el Dr. Julio

Tórrez empezaba a contar los nueve meses del martes de carnaval parapnepararse al gran trabajo que le daban las mujeres que iban;, a tener hijos. El miércoles de ceniza, las familias solían salir al campo: Actapi -día de campo-, volviendo en la tarde en pandilla cantando; pasó después esta costumbre al domingo de Tentación. En lo religioso, los fe-ligreses asisten a la Santa Misa y reciben en la cabeza la ceniza. Este día empieza el carnaval campesino, que acabará el domingo de ten-tación. Los juegos de car-naval consisten en echarse harina y agua perfumada. Se recordaba con especial unción religiosa la Semana Santa y la Pascua. El Domin-go de Ramos las puertas de las iglesias se llenaban de vendedoras de plantas del campo para la bendición y la procesión. En la actualidad están de moda las palmas que llegan de Sucre y que se adaptan en adoraos, cruces, anillos, etc. El Jueves Santo se dedica a la visita de los monumentos de las varías iglesias, de San Martin, es-pecialmente, donde el pueblo potosino se volcaba a rendir homenaje al Redentor del hombre. La comida de la Semana Santa se caracterizaba por la abstinencia de carne y este era el menú: Almuerzo, de leche, huevo duro pasado, caldo con leche, locro po-tosino, zapallo, camarones, salmón, sardinas, ají, arroz con leche. Había intercambio de platos con los vecinos parientes y amigos. En el campo, la noche del viernes Santo - ya que Cristo ha muerto-, se dice que están permitidas toda clase de

fechorías. Se recuerda que el Capitán de Campo Antonio López de Quiroga, en este día santo, condonaba todas las deudas que los pobres tenían con él. El Sábado Santo estaba dedicado al aseo de la casa para que al tocar las cam-panas de la Resurrección pudieran llenar de incienso la casa limpia, libre del diablo que había sido echado con la suciedad. El plato de Pascua de Resurrección con sus variaciones se carac-teriza por la clásica picana o el puchero. La feria de animales permite proveerse de la carne necesaria, sobre todo de la del cordero. Me refiero al pasado y al presen-te para hacer notar que quedan todavia algunas de estas costumbres; una de las tradiciones que tiene vigen-cia y arraigo es la fogata de San Juan por la noche del 23 de junio en la que se queman las cosas viejas. En esta opor tunidad se reúnen amigos y vecinos y, mientras las llamas se levantan, í-luminan y calientan la fría noche del invierno potosino. Se sirven ponches, leche, vino, singan! majuelo, coc-teles; la música de tocadis-cos invita al baile alrededor del "hermano fuego". En el campo, el calor es símbolo de reproducción como rito propiciatorio -miracunay-quipaj. El día 24 por la mañana las mujeres se la-vaban la cabeza para que la cabellera fuera más her-mosa, como la de San Juan el Bautista. Del día 24 de junio al 29, fiesta de San Pedro y Pablo, el cielo queda abierto; se puede conocer en estos dias el futuro. Se echan suertes con plomo velas que se derriten al calor y se-

guidamente se pasan por el naranjas, lima, ajipa, y la agua fría que las hace so- gustosa achira que acom-lidificar, adquiriendo di- paña a los rompedientes. ferentes formas para ser p a r a el día de Difuntos interpretadas por expertos, hay ritos especiales. En En 976 "El Siglo", matutino síntesis: el día 31 de octubre, potosino, imprimió tarjetitas S e realiza el armado de las

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de suertes preparadas por Carlos Mercado Calderón, que tuvieron acogida en el pueblo. En la fiesta de Pentecos-tés, por la mañanita los padres dan a sus hijos y también a sus esposas tres

tumbas. Para los angelitos (niños) en blanco y para los adultos en negro. Se reúnen los familiares y empiezan a armar flores, macetas, cruz, crucifijo; debajo de una mesa los objetos que gus-taban al difunto: frutas,

María Vargas, ya están por desaparecer. Bailaban el wachitorito con honda o pañuelo, llevando a uno de los presentes a colocarse de rodillas delante del Niño. Se ofrece chocolate y buñuelos y pocas bebidas. Las escenas que se realizan delante del Pesebre son las simbólicas con las costumbres de Bo-llvia, walupa, los tabas, los negros. Al concluir la fiesta se tapa al Niño con tule y el , encargado hará la fiesta al chicotazos (Espíritu pac- m a S a s , comida, bebida, y ya año. Si no hay voluntario se escoge por sorteo entre los que tienen la pajlta más larga y otro juego que muestre a quien el Niño ha escogido.

La familia va a la Iglesia para la Santa Misa y al retor-nar, a la casa empieza la fiesta, la jarana con lo que hemos ya dicho. Un capítulo interesante sería relatar la Navidad que se celebra en el Monasterio de Santa Mónica, Manquiri, donde se celebra vitados se sirven el almuer- donde ha quedado lo más la fiesta del Cristo. Estos dos zo. A las tres de la tarde del genuino. Será motivo para últimos años a iniciativa del día de Difuntos se nombra otro artículo.

karin, siqui ckaparin), a cambio de esto el papá da una suma de dinero para gastarlo en Alasitas (Cóm-prame). En la víspera de Espíritu el choacku ofrece koa, planta aromática re-sinosa ínfaltable en la mesa de la Pachamama. Se matan las llamas blancas por la aspersión propiciatoria y se hace arder la koa y se riega con bebida, se sale al campo

que el difunto no puede mascar se le pone una pajita para sorber, se challa para que todo vaya bien, no se rompa y no se pierda nada. El primero de noviembre a las 2 de la tarde se encienden las velas, la gente visita, reza, toman unas copitas, come fruta. En una bandeja se recolecta plata para hacer celebrar la Santa Misa y se va a las casas donde los in-

Director del Instituto Bo-liviano de Turismo, Manuel Aramayo, se cumple una romería a este santuario hermoso y casi desconocido por los potosinos a pesar de encontrarse a pocas leguas de la ciudad. Al volver del campo tenían el cuidado de fijarse en la ceniza de la koa, si se consumía totalmente quedaba blanca y demos-traba el agrado de la Pa-chamama con los beneficios para la tierra y los negocios. Si en su lugar la ceniza quedaba negra, la Diosa no había quedado satisfecha y no iba a conceder sus dones. Las ferias de alasitas tam-bién son ya una tradición arraigada en las costumbres del pueblo, la de la Avenida Camacho, de los barrios de San Juan, del Calvario, donde se celebran también matrimonios, la fiesta Guadalupe, el 8 de septiem-bre, es celebrada en ia Iglesia de San Juan, atendida por los padres Redentoristas. El Corpus Christi en Potosí fue celebrado en si-glos pasados con una solem-nidad de renombre continen-tal. Toda la población asistía a la Santa Misa de Una, como a la Procesión donde al Santísimo se lo llevaba en andas, en un sagrario de oro

Leí carruaje de pura plata. >s varios altares, dis-tribuidos en las calles, eran verdaderas obras de arte, venían construidos por los artesanos reunidos en mu-chos gremios (hoy sin-dicatos). Los dulces que se gustan desde las vísperas de la fiesta y en el día son: tawa tawas, cuatro por medio real (medio centavo), se dice los tawa tawas, para guaguas, los chambergos para negros, las sopaipillas son para las imillas, los rompedientes para los valientes. Actual-mente el espacio reservado a los vendedores de estas especialidades se halla en la calle Linares, esquina La Paz. La procesión sale de la Catedral y está presidida desde el año 1925 por el Obispo diocesano. Los al-tares en la actualidad son preparados por las familias devotas . Una tradición piadosa dice que el Señor sale a escogerse a los que van a morir ese año y serán los que la sombra los dejarán sin ver la cabeza. En las familias se come junto a los mencionados dulces, maní,

una persona para destacar la tumba y, ayudado por otros, desarma todo con respeto y devoción, quedando a su disposición las ofrendas que normalmente distribuye entre los asistentes. Tiene a su cargo al día siguiente, día del alma cacharpaya - des-pedida del alma-. Este día la gente se reúne para beber y jugar con quinua cocida, ahora con angelitos, arroz, tostado que se echa por el cuello y bajo los vestidos, sobre todo a las mujeres. Los platos de estos días: ají de achacana (especie de papa), misqui plato, ma-zamorra de almidón, chan- .

caca con azúcar, mochochin- gusto de cada persona o chi y la quínua, alimentos de familia. Al potosino no le

El día .28 de diciembre, fiesta de los Inocentes, todos saben cómo se celebra y queda a cada uno la ini-ciativa para los chistes más originales. Una de las formas más comunes de pasar el fin de año en Potosí es la si-guiente: Las familias se reunían a esperar el toque de la hora apagando las luces que se vuelven a encender exactamente al empiezar el nuevo año con el canto del Himno Nacional. En la mayoría de las casas se sirve picana con choclo. Otras maneras de recordar el advenimiento de un nuevo año pienso que queda al

las almas que se prparan a todo gusto. Chancho, lechón, ají. Hay la creencia de que si Jos rhnnr t ip t P| rtia de Todos Santos porque las almas les chu -pan la grasa. Las bebidas son las tradicionales: sln-gani, chicha morada, chicha de quínua, etc. Se sirve tam-bién panal. Se recolecta dinero -thipacu (prender). El 30 de noviembre se hacen rezar responsos, se visitan los cementerios, es el día de San Andrés, hermano de San Pedro, quien deja la puerta del cielo abierta. Llevan al cementerio comida y bebida que comparten espirítual-mente con los difuntos.

El día 4 de diciembre, fiesta de Santa Bárbara. Esta fiesta se celebra más que todo eri el campo, ya que esta santa mártir protege contra los daños provocados por los rayos. Y se llega a la Navidad, la fiesta de las familias. Todos procuran hacer nacer al Niño; pe-sebres, juguetes, árbol. El día 24 de diciembre las calles y plazas de Potosí se llenan de personas que compran flores. Se espera en la casa o se asiste en las Iglesias a la Misa de gallo. A la me-dianoche se echa incienso al Niño, se prenden las velltas, se bailan villancicos, se sir-ven bebidas, dulces, y ahora se ha europeizado con el champan, pero también singani, licores de anis y la picana de Navidad. Empieza el período de la misa al Niño y las calles se ven llenas de niños y adultos que llevan a las Iglesias los Nacimientos, niños con disfraces como en un carnaval en miniatura. Las veladas en las casas con conjuntos de bailarínes, tal como me lo relató la señora

falta gusto y fantasía. Todo lo que he tratado en este articulo manifiesta de ~ . Bn-solamen me permito sugerir un in-terés más marcado de las instituciones cívicas turís-ticas y religiosas, para que mancomunadamente ase-soren con anticipación a los encargados de preparar las fiestas. En las oficinas del Instituto Boliviano de Turis-mo debe existir un mapa de la ciudad y de todos sus barrios, material que tam-bién debe hallarse en la Alcaldía y en la Corporación de Desarrollo. Material gráfico, bibliografía para permitir conocer cabalmente los orígenes de cada fiesta. Su desarrollo y su vigencia. Publicar folletos, tal hizo MACA y turismo en 1982 sobre el Chulillo, una mo-nografía de cada fiesta con su historia, leyendas y tra-diciones y recetas de platos.

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