La Reforma Liberal

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La Reforma Liberal Los cambios económicos que se dieron en los países del Atlántico Norte, provocaron en América Latina el surgimiento de gobiernos reformadores. Las medidas adoptadas para éstos tenían como objetivos: consolidar una economía de exportación que les permitiera vincularse al mercado mundial y al unificación de los Estados Nacionales. La Reforma Liberal en Centro América se inicia en la década de 1870, su principal promotor fue Justo Rufino Barrios de Guatemala. El liberalismo guatemalteco extendió su influencia a todos los países de la región, teniendo especial éxito en Guatemala y El Salvador. Sus antecedentes se encuentran en el conjunto de medidas implementadas, por vez primera en América Española, por Francisco Morazán, Mariano Gálvez, y aquellos que conformaron la primera generación liberal del istmo centroamericano: libertad de cultos, educación popular, separación Iglesia- Estado, fomento a la inmigración entre otras iniciativas. Marco Aurelio Soto, con la eficaz colaboración de Ramón Rosa (1848-1893), decretó la primera legislación republicana que reemplazó a la española: Códigos de Comercio, Civil, Instrucción Pública, Minería, Penal; reapertura de la Universidad; inauguración del Hospital General, de la Biblioteca y Archivo Nacional, establecimiento del sistema educativo en sus tres niveles primario, secundario y superior; fundación de la Dirección General de Estadística y la Casa de Moneda, construcción de las primeras líneas telegráficas; apertura del Correo Nacional, apertura de una carretera entre la capital y San Lorenzo; fomento de la minería y cultivo del café. Entre 1876-1883. Estos elementos de modernización, entre otros, son los que dan paso en parte en la Conformación del Estado de Honduras. Esta labor de modernización capitalista fue continuada por sus sucesores: Luis Bográn, en su periodo presidencial entre 1863 al 1872, quien inició el otorgamiento de concesiones a nacionales y extranjeros en la Costa Norte, con el propósito de estimular el desarrollo económico de esa región, poseedora, hasta entonces, de un gran potencial; Policarpo Bonilla en su mandato presidencial de 1884 a 1899, Terencio Sierra, entre 1899 al 1903, Manuel Bonilla, entre 1903 a 1907; todos ellos eran de la idea, que la apertura a la inversión foránea, mediante la concesión de tierras nacionales y exenciones fiscales, sería el eje motor que traería consigo capitales y tecnología generando empleos y otras actividades económicas secundarias bajo control de empresarios nacionales. La Reforma Liberal en Honduras se inicia con el ascenso al poder de Marco Aurelio Soto, el 27 de agosto de 1876. El Presidente Soto y Ramón Rosa, el Secretario General del gobierno, fueron los principales ideólogos del reformismo liberal en Honduras. La obra comenzada por ellos fue continuada por los gobiernos de: Luis Bográn, Ponciano Leiva, Domingo Vasquez, Policarpo Bonilla, Terencio Sierra, Juan Ángel Arias y Manuel Bonilla.

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La Reforma Liberal

Los cambios económicos que se dieron en los países del Atlántico Norte, provocaron en América Latina el surgimiento de gobiernos reformadores. Las medidas adoptadas para éstos tenían como objetivos: consolidar una economía de exportación que les permitiera vincularse al mercado mundial y al unificación de los Estados Nacionales.La Reforma Liberal en Centro América se inicia en la década de 1870, su principal promotor fue Justo Rufino Barrios de Guatemala. El liberalismo guatemalteco extendió su influencia a todos los países de la región, teniendo especial éxito en Guatemala y El Salvador.Sus antecedentes se encuentran en el conjunto de medidas implementadas, por vez primera en América Española, por Francisco Morazán, Mariano Gálvez, y aquellos que conformaron la primera generación liberal del istmo centroamericano: libertad de cultos, educación popular, separación Iglesia-Estado, fomento a la inmigración entre otras iniciativas.Marco Aurelio Soto, con la eficaz colaboración de Ramón Rosa (1848-1893), decretó la primera legislación republicana que reemplazó a la española: Códigos de Comercio, Civil, Instrucción Pública, Minería, Penal; reapertura de la Universidad; inauguración del Hospital General, de la Biblioteca y Archivo Nacional, establecimiento del sistema educativo en sus tres niveles primario, secundario y superior; fundación de la Dirección General de Estadística y la Casa de Moneda, construcción de las primeras líneas telegráficas; apertura del Correo Nacional, apertura de una carretera entre la capital y San Lorenzo; fomento de la minería y cultivo del café. Entre 1876-1883. Estos elementos de modernización, entre otros, son los que dan paso en parte en la Conformación del Estado de Honduras.Esta labor de modernización capitalista fue continuada por sus sucesores: Luis Bográn, en su periodo presidencial entre 1863 al 1872, quien inició el otorgamiento de concesiones a nacionales y extranjeros en la Costa Norte, con el propósito de estimular el desarrollo económico de esa región, poseedora, hasta entonces, de un gran potencial; Policarpo Bonilla en su mandato presidencial de 1884 a 1899, Terencio Sierra, entre 1899 al 1903, Manuel Bonilla, entre 1903 a 1907; todos ellos eran de la idea, que la apertura a la inversión foránea, mediante la concesión de tierras nacionales y exenciones fiscales, sería el eje motor que traería consigo capitales y tecnología generando empleos y otras actividades económicas secundarias bajo control de empresarios nacionales.La Reforma Liberal en Honduras se inicia con el ascenso al poder de Marco Aurelio Soto, el 27 de agosto de 1876. El Presidente Soto y Ramón Rosa, el Secretario General del gobierno, fueron los principales ideólogos del reformismo liberal en Honduras. La obra comenzada por ellos fue continuada por los gobiernos de: Luis Bográn, Ponciano Leiva, Domingo Vasquez, Policarpo Bonilla, Terencio Sierra, Juan Ángel Arias y Manuel Bonilla.Los gobiernos de la Reforma Liberal en Honduras emprendieron un amplio programa de medidas con el fin de alcanzar la estabilidad política y vincular al país con el mercado mundial. Entre éstas se pueden destacar las siguientes:EN LO POLÍTICO:-Separación Iglesia y Estado.-Organización y profesionalización del ejército nacional.-Creación de nuevos departamentos.-Garantías a derechos individuales.-Afianzamiento de lazos diplomáticos con países de América y de Europa.EN LO ECONÓMICO:-Fomento de la agricultura, a través de leyes.-Estímulo a la actividad minera.-Reorganización fiscal y estabilización del sistema monetario.-Impulso al negocio bananero.-Construcción de carreteras y caminos.-Apertura a inversión de capitales extranjeros.-Construcción de nuevos puertos y establecimiento de líneas de barcos de vapor.

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-Establecimiento de instituciones bancarias.EN LO JURÍDICO:-Elaboración y reforma de nuevos códigos: civil, de procedimientos, de comercio, . penal, militar y de aduanas.-Constituciones más armónicas con la época.LO EDUCATIVO:-Nuevas leyes de educación.-Educación primaria laica, gratuita y obligatoria.-Formación de cuadros técnicos.-Impulso de las estadísticas.-Formación de Maestros Profesionales, trayendo profesores de Guatemala y Cuba.La Reforma Liberal (causas, elementos antes y después de la reforma y porque la reforma quedo inconclusa)La reforma liberal impulsada por Benito Juárez en México, tuvo una gran influencia en Centroamérica. En Guatemala, la reforma empezó en 1871, con el gobierno de Miguel García Granados. Fue continuada con Justo Rufino Barrios. Las personas que figuraron en la reforma liberal de Honduras fueron Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa y esta fue iniciada en 1876, en la fecha 20 de mayo de 1877 toma posesión de la presidencia de la república Marco Aurelio Soto. Desde 1876, se determinaron propósitos, se tomaron las siguientes medidas.PROPOSITOSMEDIDAS1. Modernizar la economía. Emisión de nuevos códigos, aperturas a las inversiones extranjeras en la minería y en la agricultura.2. Incorporar el cultivo del café como rubro de exportación. Desde los años 50, este cultivo permitió a otros países centroamericanos vincularse en forma efectiva al mercado mundial y favorecer a las economías nacionales. Eran una necesidad para Honduras establecer también este cultivo.3. Emisión de leyes. El respaldo jurídico de las medida reformistas, vendrían a asegurar la centralización del poder y la neutralización de los caudillos locales.4. Fomento de la educación. Ampliación de los servicios educativos para impulsar el desarrollo nacional, sobre una base filosófica y científica que asegure el progreso y la libertad en Honduras.5. Limitación de los poderes de la Iglesia. Cese de los privilegios eclesiásticos, y de la hegemonía ideológica arbitraria de la Iglesia Católica sobre la conciencia de la población en general.1. Apertura al capital extranjero. Se crearon condiciones para atraer la inversión extranjera la que se hizo efectiva en la minería y el cultivo del banano.2. Estimulación al cultivo del café. Se otorgaron tierras y se apoyó el cultivo del café, ya que junto con el banano constituían productos a colocar en el mercado mundial. Se difundió estos cultivos en los departamentos de: Santa Bárbara, Cortés, Comayagua, Olancho, Francisco Morazán, El Paraíso y Choluteca.3. Emisión de la constitución de 1880. Fue la base jurídica de la Reforma Liberal. En la constitución se plasmaron principios, derechos, prescripciones, leyes y medida progresistas.4. Se declaró la educación primaria gratuita, laica y obligatoria. Para ello se emitió la formación de maestros profesionales. Asignación de recursos financieros para los programas educativos. Reforma Educativa.5. Separación de la Iglesia del Estado. Abolición de los diezmos, secularización de los conventos, etc... y asignación de una partida económica para el sostenimiento de la Iglesia. Libertad de cultos.

La Reforma Liberal emprendió la reorganización política, jurídica y administrativa. La legislación fue renovada totalmente bajo la dirección de grandes juristas como Carlos Alberto Uclés y Adolfo Zuñiga. En 1880 se emitió una nueva constitución y los códigos civil, penal, de aduanas, de procedimientos, de comercio, de minería y militar, así como la ley de notariado y por primera vez en Honduras la ley

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de Inmigración. Eran textos legales de escasa originalidad, basados en la legislación chilena y española como modelos; así, por ejemplo, los códigos civil y de minería se adaptan de manera fiel a los textos chilenos de 1855 y 1874 respectivamente; el código militar al código penal militar italiano de 1869; el código de comercio se inspira en el español de 1829, y el código penal, en el texto español de 1870, que inspiró otros varios códigos iberoamericanos de la época ([1]). Pero, no obstante su falta de originalidad, contribuyeron a modernizar y dar flexibilidad a la arcaica legislación hondureña.Soto también modernizó los correos, haciendo ingresar a Honduras en la Union Postal Universal UPU, instaló los primeros telégrafos en el país, la lotería y la tipografía nacional. Reorganizó administrativamente el norte de Honduras, estableciendo una organización legal especial para las Islas de la Bahía, y suprimiendo el departamento de La Mosquitia, difícil de gobernar desde Juticalpa, ciudad con la que no poseía comunicación directa, estableciendo, en cambio, en 1882, el departamento de Colón, con capital en Trujillo.En el terreno político y de orden público, la obra de la Reforma Liberal constituyó un éxito y por primera vez desde la Independencia pudo Honduras gozar de paz y estabilidad, siendo el gobierno universalmente respetado. Bajo Soto se sentaron las bases del futuro desarrollo material de Honduras. La moneda fue definitivamente estabilizada bajo el signo del patrón plata y se inició una activa política de fomento económico cuyos resultados, aunque más modestos que en política, no dejan de ser significativos por el progreso real representado. Se inició la carretera del sur, habilitando como puerto menor a San Lorenzo, dictó la ley de agricultura con el objeto de fomentar el cultivo del café, frutas tropicales en especia banano y coco. Intentó reiniciar las actividades mineras con éxito, comenzándose a explotar por una compañía norteamericana las minas de San Juancito en las proximidades de Tegucigalpa; las finanzas recibieron un impacto favorable de este renacimiento económico; las rentas nacionales se quintuplicaron en menos de siete años, superando el millón de pesos sin necesidad de aumentar aranceles o crear nuevos impuestos, que el muy modesto sobre la exportación de plata. Sentó las bases del sistema bancario hondureño establecidas por decreto de 2 de febrero de 1882, dejó una hacienda pública saneada y una economía en expansión.También inicio la reforma cultural al organizar el Archivo Nacional y se creó la Biblioteca Nacional inaugurada el 27 de agosto de 1880; se promulgó en 1882 el primer Código de Educación Pública obra de Ramón Rosa y se reorganizó la Universidad, creando, junto a la ya existente Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas otras dos: la de Ciencias y la de Medicina y Farmacia ([2]), lo que conllevó a la creación de la Escuela de Medicina y el Hospital General. La Reforma estableció dos nuevos centros de enseñanza superior que tuvieron vida efímera: la Universidad de Occidente, en Santa Rosa de Copán, creada en 1877 y desaparecida en 1884; y la Escuela de Derecho de Comayagua que funcionó entre 1892 y 1904; igual se creó el primer colegio de enseñanza superior para mujeres.La reforma quedo inconclusa debido a las siguientes causas:q La inexistencia de un sector social política y económicamente consolidado para emprender los cambios, limito en gran medida los alcances de la Reforma.q La consolidación de una clase terrateniente burguesa al impulsar que grandes cantidades de tierra las tuvieran aquellos que tuvieran el capital para invertir en ellas.q Los abusos del capital extranjeroq La complicidad de algunos presidentes que tuvieron una pobre apreciación de su Nación, de su Pueblo; y un escaso patriotismo.q Incapacidad de organizar el trabajo productivo de la población y el aprovechamiento racional de los recursos naturales, estos dirigentes, dejaron una pobre imagen personal.q Se dio intervención extranjera en los momentos de crisis creando una sociedad dependiente no solo económica sino también políticamente: se busca que terceros resuelvan los problemas internos de Honduras.q Generó el esquema de Presidencialismo: el hecho de que el presidente no representa la nación sino que EL es la nación, lo que provoca que si se está en contra del presidente se está en contra de la nación.

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Por lo general los presidentes producto de la Reforma se caracterizan por poner primero sus intereses personales por encima de todo y a costa del bien común presentándolos como la solución a los problemas del país, en esta medida justificaron el tiempo que debieran permanecer en el poder, por el carácter mesiánico con que se presentaban ante sus gobernados, aunque en realidad, eran incapaces de dominar los acontecimientos que se producían en su entorno por lo que se volvían un mero observador en espera de que se solucionaran por sí mismos. El carácter terrateniente de estos gobernantes se nota en el hecho de que se comportaban como mandamases en la gran hacienda Honduras.Por si fuera apoco, la Reforma se presentó ante Honduras como un régimen de orden y todo lo que hubiera existido antes era la anarquía y en consecuencia enemiga de la reforma, los esquemas educativos interiorizaron esta condición provocando entonces que el ciudadano en formación viera las cosas desde el punto de vista antagónico para resolver problemas; de allí la facilidad de que el hondureño posteriormente solo identificará a quienes están a favor y si no está a favor está en contra, creando aparte de un antagonista intelectual un enemigo en aquellos que no ven las cosas de la misma manera. El sistema educativo era básico para tener derecho al voto (lo que se llama voto selectivo) nadie que no hubiera cursado la educación primaria podía votar, pero lamentablemente fue el vehículo por el cuál el ciudadano producto de la Reforma Liberal también quedó inconcluso: ese ciudadano que Honduras necesitaba quedo limitado a un universo de amigos y enemigos por conveniencia, podían pelear juntos en una montonera pero a la siguiente podían pelear uno contra el otro y así sucesivamente.Lo más grave es que no se produjo un ciudadano con sentimiento nacional y dignidad propia sino un ciudadano con doble moral y personalidad pragmática; que desestima los valores religiosos en política ya que, lo que es moralmente incorrecto en religión no necesariamente debe serlo en política; la moral a nivel familiar poco o nada tiene que ver con las relaciones sociales, ambas se plantean con sus propias normas morales por lo que no le interesa ser honesto, solidario o justo. No reflexiona pero si hace uso de una antiquísima paciencia para tolerar las cosas, lo que en consecuencia, provoca una ausencia de un mismo espacio referencial de proyectos y metas comunes, por ello su incapacidad de identificarse colectivamente lo que le promueve el no integrarse en ningún momento a la nación.Toda la dirigencia política de finales de siglo XIX imbuidos en el proceso reformador, carecieron de la voluntad e interés necesario para crear una comunidad nacional debido a la anarquía política reinante, a la debilidad gubernamental (altamente centralista) imposibilitada de imponer autoridad para el cobro de tasas impositivas o de un ejército nacional por sobre los distintos caudillos terratenientes y sus ejércitos privados. Esto provocó inclusive movimientos separatistas de algunos departamentos de Honduras como el caso de Texiguat en 1843 y 1844, o de Olancho en 1860. No logró entonces, erigirse una autoridad central fuerte y estable como para construir un Estado-Nación.Para intentar reparar esta deficiencia, los liberales reformadores (que estaban más preocupados en el liberalismo teórico y no práctico) intentaron eliminar los localismos a través de una agresiva campaña que promoviera un discurso nacional que rondó entre el unionismo y la necesidad de nación. A juicio del antropólogo Oscar Rápalo “se inicia así una agresiva reconstrucción del pasado, una historia oficial por medio de varios personajes destacados y su conversión en héroes y próceres” ([3]). De esta manera una serie de personajes emparentados se maquillan en una idea confusa de creadores de una nación creando con ello un contexto erróneo de la realidad histórica. Los seleccionados: José Cecilio Díaz del Valle, Dionisio de la Trinidad de Herrera Díaz del Valle, Francisco Morazán, José Trinidad Cabañas y José Sahagún de la Trinidad Reyes ([4]). Estatuas de ellos se develizaron en los principales parques de Tegucigalpa en 1882. Se institucionalizó un culto secular a estos próceres, lo que los convierte en referentes simbólicos de la nacionalidad y el ciudadano hondureño; esto por medio de los libros de texto escolares y los llamados rituales educativos como desfiles, actos cívicos y otros. Hay que recordar que según Aguado y Portal “estos rituales escolares son elementos importantes en el proceso de socialización del niño, ya que recrean valores sociales y norman la conducta individual y colectiva y sobre todo son un medio creador de identidades sociales” ([5]).

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De esta manera, los reformadores excluyeron de la elaboración de la identidad nacional de manera casi completa las raíces indígenas y negras de nacionalidad, consolidándola por medio de una historia que jerarquizó y valorizó lo mestizo sobre los dos anteriores. Parte de una enmienda al error puede verse más adelante en la historia en tres hechos tangibles: uno, la mayanización de Honduras, muy comentada por Darío Euraque, quien afirma que “esta visión se reforzó a partir de los años 50 ya que los intelectuales hondureños se afiliaron a la teoría formulada por el nuncio apostólico Federico Lunardi según la cuál toda Honduras era de origen Maya borrando de esta manera de la historia oficial a los demás grupos indígenas y negando la presencia negra-garífuna existente en el país…” ([6]). Dos, la inclusión en el panteón de héroes nacionales de la figura de Lempira, con un pésimo planteamiento histórico corregido muchos años después mediante una investigación seria del Dr. Mario Felipe Martínez; y tres, la designación de la moneda nacional con la denominación del indígena, lo que se oficializó mediante Decreto No. 102 del 3 de Abril de 1926, aunque los billetes con su imagen comenzarán a circular hasta 1931.Las reformas de Soto, fueron continuadas por: Luis Bográn, Ponciano Leiva, Domingo Vásquez, Policarpo Bonilla, Terencio Sierra, Juan Arias, Manuel Bonilla y Celeo Arias. La Reforma tuvo grandes logros materiales pero falló en su proyecto de construcción del ciudadano hondureño y por ende en la construcción de la Nación, esto explica porque a partir de 1903, el país se sumió en montoneras (mal llamadas guerras civiles) propiciadas por caudillos que fueron el legado inmediato de la Reforma LiberalEn esta exposición sobre Ramón Rosa no voy a detenerme en datos biográficos, sólo presento unos cuantos detalles: Rosa nació un 14 de julio de 1848 y murió en 1893. De 26 años era ministro en el gobierno de Justo Rufino Barrios en Guatemala y a los 28 Ministro General en el gobierno de Marco Aurelio Soto, que apenas tenía 30 años. Los cargos políticos en Honduras los desempeñaron desde 1876 a 1883. Es decir, su actividad pública la realizaron siendo muy jóvenes. Esto es importante para entender algunas de las razones del dinamismo que mostró el proceso social y político de ese momento.

En adelante voy a tratar de exponer algunos temas relacionados con la vigencia de sus ideas y la importancia que tiene en la historia nacional el proceso conocido como la Reforma Liberal iniciada por Rosa y su primo Marco Aurelio Soto.

LA INFLUENCIA DEL POSITIVISMO

Desde 1876 a la fecha han pasado 135 años y ese proceso ha sido parcialmente estudiado y dependiendo del interés del investigador el suceso ha sido manipulado y muchas veces puesto como una expresión bastante completa del desarrollo democrático nacional. Si bien es cierto que significó un adelanto económico y político, hay que tomar en cuenta que la Reforma en parte fue producto de la imposición del gobernante de Guatemala Justo Rufino Barrios que pretendió expandir por toda Centroamérica una serie de cambios que hicieran posible la vinculación de nuestros países con el sistema capitalista mundial. Pero también influyeron ciertas necesidades internas de una naciente clase adinerada que explotaba el café, las minas, los colorantes, la ganadería y el bosque, y que aspiraban a mayores ganancias que no eran posibles en el ambiente de atraso material existente en aquel momento. Buscaban, entonces, expandir sus negocios más allá de la geografía local. Tal aspiración fue asumida por Soto y Rosa como un problema de interés social y para satisfacerla diseñaron una serie de reformas económicas y políticas que se fundamentaron en las ideas liberales y positivistas.

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Ramón Rosa sostuvo que la historia nacional estaba lleno de pésimos gobiernos y de los resabios coloniales, de atraso y fanatismo religioso. Se requería salir de esa brutal situación por medio de la acción de un nuevo gobierno que se fundamente en la ley y que asegure la libertad y el futuro de Honduras; se trataba también de encontrar personalidades que supieran manifestar el pensamiento organizador y que significase rectitud, imparcialidad y que neutralizaran las facciones políticas que luchaban por el poder. Tales aspiraciones empezaron a materializarse con la llegada de una generación política educada en los ideales positivistas y que pudo experimentar el ideario positivista en Guatemala durante el gobierno de Justo Rufino Barrios. Ese período inició el 27 de agosto de 1876, mediante el Decreto de Inauguración del Gobierno Provisional, firmado en Amapala por Soto y Rosa, para tratar de modernizar el país y fortalecer el Estado con leyes modernas y con la promoción de la inversión extranjera.

El positivismo se manifestó como una filosofía agresiva, modernizante, que debía traducirse en un gobierno fuerte, con un poder centralizado y ejercido en nombre de la ciencia y el progreso. Todo un pensamiento político al servicio de los nuevos grupos oligárquicos que alcanzaron el poder hasta consolidarse contra los herederos de la colonia. Con esa mezcla de liberalismo y positivismo se buscó acabar con la escolástica, enaltecer la ciencia, la técnica y su capacidad para resolver los problemas del desarrollo como la construcción de carreteras, ferrocarriles, comunicaciones eficaces, la estadística nacional, la industria minera y la química. Este positivismo tendrá mucha influencia en la historia hondureña y su impacto político se nota en la adopción de un sistema presidencialista de gobierno, en la aparente independencia de poderes y el aumento de la clientela política como instrumentos que garantizan la existencia de un Estado apoyado en el poder de ciertas familias y de algunos grupos de poder.

EL TRIUNFO DEL SISTEMA PRESIDENCIALISTA

Es probable que uno de los eventos más notables de la Reforma Liberal sea la consolidación del Estado nacional. Diseñado como el aparato político encargado de racionalizar y ordenar la caótica sociedad que existía en aquél momento. Tal intento se expresó en la subordinación de toda la sociedad a los intereses económicos y políticos de una clase social determinada. Se trataba también de imponer orden y progreso con la ayuda de unas instituciones que funcionaran de forma eficiente, para ir edificando condiciones mínimas de estabilidad en donde hacer posible el desarrollo. Sin embargo, los reformadores se dieron cuenta que el proceso del avance nacional podía frenarse debido a la incultura política de los caudillos, a la casi nula tradición democrática y el desprecio de todos los políticos hacia la capacidad del pueblo para escoger libremente a sus dirigentes por medio del voto.

¿Cómo enfrentar entonces el caudillismo y a los caciques políticos que simulaban ser conservadores o liberales? Pues, con un gobierno fuerte con predominio del poder ejecutivo. En tal sentido Ramón Rosa creyó que el medio para expresar y realizar las ideas políticas en normas de gobierno era el partido político. Esa organización tendría que ordenar la sociedad, luchar contra el atraso y la injusticia; pero tendría que alejarse de las ideas confusas de los bandos tradicionales. En palabras de Rosa, habría que construir “un verdadero partido, y crear un sistema político, partido y sistema que realicen el orden… y que preparen el advenimiento de todas las instituciones libres”.

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La intención era organizar la República y el Estado que pareciera ser la fuerza unificadora de toda la nación, pero de hecho no era más que la forma de dominio de un grupo social bien determinado, encaminado a consolidar su poder, tratando de mostrarse como el dominio de toda la sociedad y de la vida civilizada, elementos necesarios para respaldar los nuevos procesos económicos y las nuevas relaciones sociales en donde se desarrollarían condiciones básicas del nuevo poder moderno: el orden, el progreso y la propiedad. El aspecto más importante de esta nueva forma de pensar el Estado se refería al fortalecimiento del poder ejecutivo, indispensable para cumplir las exigencias del capitalismo en el país.

La hegemonía del presidencialismo, concebido como privilegios exclusivos del ejecutivo, como arbitrariedad y menosprecio de los derechos individuales, no ha servido para alcanzar ningún fin doctrinario, ni siquiera ha servido para garantizar la coexistencia pacífica de las ideas. Lo que no es extraño ya que la convivencia y armonía de opiniones opuestas no se fundamenta en las políticas duras y coercitivas. Esto demuestra que la supremacía de un poder, sin la vigencia de la justicia y sin el acatamiento a la legalidad, no sirve para mantener ningún orden, ni siquiera para desplegar políticas de transformación como las intentadas por Ramón Rosa y Marco Aurelio Soto.

LOS IDEALES PRINCIPALES

La combinación de tesis positivistas con liberales hizo posible que Ramón Rosa propusiera algunas metas que podrían obtenerse gracias a la acción política, la educación y la tecnología. Sobre esto creyó que la Reforma de 1876 tendría que ser la continuadora del proceso iniciado por Francisco Morazán, por tal motivo uno de los objetivos era “La unidad de la patria, pueblo formado por la virtud de la educación, instituciones libres, y práctica respetuosa de estas instituciones”. Esos eran los grandes propósitos que la Reforma debía alcanzar. Y a ello se le agregaba su noción del individuo pensado como respetuoso de la ley, tolerante, igual que los demás y dispuesto a no atropellar a nadie. La educación, entonces, sería la base fundamental del avance individual y de la conciencia social que harían posible el nacimiento de ciudadanos capaces de desenvolverse en la técnica y en la ciencia.

Esas aspiraciones tendrían que ponerse en práctica con la intervención del gobierno, legislando para promover el desarrollo agrario que permitiera la vinculación del país al capitalismo mundial, a través de la exportación de café, azúcar, cacao, colorantes naturales, el bosque y la explotación minera. Esos productos serían la vanguardia económica para engrandecer al país y garantizar el progreso. Pero el objetivo principal y no expresado por los reformadores fue el fortalecimiento de los grupos sociales formados por terratenientes, comerciantes y empresarios mineros. Tanto Ramón Rosa como Marco Aurelio Soto se dieron cuenta que los obstáculos para edificar la paz y el progreso no sólo se debían a la rudimentaria economía, al caudillismo o a las malas comunicaciones de aquel momento. Supieron que existían también barreras culturales originadas en la colonia que habían producido conformismo, servilismo, autoritarismo y el sectarismo político que fraccionaba la sociedad en dos grupos. Eran de los obstáculos a vencer ya que los viejos caudillos consideraban al poder como un botín exclusivo de una facción, en donde se trataba de anular cualquier oposición, desconocían la existencia de ideas diferentes y no aceptaban que el poder público fuera el representante de la voluntad de todos.

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LA EDUCACIÓN Y LA INDUSTRIA

El 26 de febrero de 1882 Ramón Rosa pronunció el discurso de inauguración de clases en la Universidad Central en donde expuso las tesis centrales de la reforma educativa. Afirmó que la educación era uno de los factores esenciales del progreso social y que tendría que encargarse de formar “hombres aptos para ocupar dignamente su puesto en el taller industrial” y a la ciencia como el medio para destruir la superstición, el fanatismo y la injusticia. Según Rosa, el nuevo “Código de Instrucción Pública” daría a la juventud la “capacidad no sólo de tener una base sólida para estudios profesionales, sino también de aprovechar su aprendizaje en el sentido de obtener prácticas utilidades… Todo conocimiento debe ser útil, debe ser encaminado a satisfacer una necesidad”. Este era el fundamento de la reforma educativa: poner las bases para que la enseñanza produzca resultados prácticos para los individuos y la sociedad.

A la par de la educación para la industria, se emprendió un programa que ayudara a forjar lo que Ramón Rosa llamó “el Sentimiento Nacional”, similar a lo que ahora se llama identidad nacional. La idea era sacar a la luz el papel jugado por los próceres y los pioneros de la vida nacional organizada y de la unidad centroamericana como Morazán y Cabañas, ponerlos como modelo de integridad y entrega desinteresada para oponerlos a los caudillos y a los caciques políticos que habían provocado matanzas, guerras civiles y atraso general en toda la región.

Se buscaba, entonces, conocimiento de la historia para una vida ordenada y preparación técnica para la industria que estaba surgiendo y que exigía obreros calificados y formar al ciudadano capaz de desenvolverse en relación con otros. Educación técnica para la industria, mejora gradual de las condiciones de vida y un poco de formación política eran los medios para ser más libres. Tal esfuerzo para el desarrollo tenía que tomar en cuenta el atraso y la inexistencia de cuadros capaces de impulsar la reforma, cuestión que, según los positivistas locales, debía superarse con la ayuda de inmigrantes extranjeros y con el ejemplo de los países más avanzados. Esto ayudaría también a desarrollar una especie de capitalismo dependiente y en poner al norte industrializado como modelo de desarrollo.

El intento de ordenar la sociedad y de nivelar los ciudadanos con la educación pública, tenía la finalidad de lograr la igualdad formal entre todos y era el paso previo para alcanzar la unidad nacional. Pero ello tenía como condición poseer las mismas ideas políticas acerca del orden y el progreso, la misma militancia, sentirse miembro de la comunidad, no creer en las diferencias sociales y suponer que los gobernantes son los representantes del pueblo. Estos eran los elementos necesarios para lograr la vinculación de Honduras con el capitalismo mundial, para modernizar al Estado, obtener la unidad de Centro América y la libertad del individuo. Algo que sólo se obtendría con la educación, la estabilidad social, el desarrollo agroindustrial y minero y el respeto a los derechos individuales.

Sin embargo, uno de los obstáculos que encontraron los reformadores en su proyecto político era la debilidad de la burguesía local, siempre en formación y nunca portadores de iniciativas de desarrollo originario y autónomo; más bien concibió su existencia en íntima relación con el Estado y con las empresas norteamericanas que llegaron al país con toda clase de garantías. El desarrollo de esa burguesía fue posible gracias a su estrecha ligazón con el capital norteamericano. Esta es una de las características más importantes de la economía que va desarrollando con la Reforma Liberal.

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La educación, el desarrollo económico y la unión de Centroamérica se convirtieron en la solución al atraso y la miseria imperante; esos momentos serían el punto de partida de la verdadera historia. En tal sentido es que fueron redactándose los códigos modernos en la educación, la justicia, la minería y los servicios públicos. Se trataba de poner a disposición de la sociedad los instrumentos del progreso que ayudarán a todos los hondureños a realizarse humanamente. Por tal razón Ramón Rosa afirmó de que “La Reforma no es una promesa, es la realización progresiva de los bienes sociales”.

Esa visión optimista ocultaba el hecho de que si algunas condiciones mejoraban, otras podían disminuirse por la presencia de elementos novedosos. Por ejemplo, la formación del enclave minero y la explotación de colorantes naturales a escala capitalista, fomentarían una gradual proletarización de algunos sectores ligados a esas formas de trabajo, además de otros efectos derivados de las nuevas relaciones económicas como la creciente urbanización, la disolución de las familias rurales y el surgimiento de la marginalidad social. Ese progreso imaginado por los reformadores se limitó a unos grupos económicos fuertes, en detrimento de los ubicados al margen del poder económico y político.

ALGUNAS CONCLUSIONESTanto Ramón Rosa como Marco Aurelio Soto pudieron darse cuenta que se necesitaba mejorar las condiciones materiales de la vida de los individuos, algo muy importante en las relaciones humanas, pero no podía lograrse en su totalidad y se dejo de lado el interés en transformar a los individuos por medio de la educación. Se suponían que esto último era la finalidad principal de la Reforma pero se quedó en el discurso y en la formalidad de la ley, ya que su verdadero objetivo era formar obreros y técnicos para la agroindustria y la minería; formar, entonces, al hombre económico que existiría al servicio de la economía.La reforma educativa que propusieron le otorgó mayor importancia a la formación técnica y ello influyó en el desarrollo posterior del sistema educativo nacional, ya que limitó la formación teórica cancelando los estudios filosóficos y en otras áreas de las humanidades, cuestión que pudo paliarse hasta casi un siglo después con la organización de carreras universitarias como filosofía e historia. El interés no estaba en la formación humanística sino en la capacitación para la fábrica, la minería y la agroindustria.El proceso reformista le dio gran importancia al orden y a la seguridad, y en los gobiernos siguientes eso significó ausencia gradual de la libertad y una mayor carga de obligaciones ciudadanas respecto al Estado.Sea por la situación en que les tocó vivir, o por compromisos personales y limitaciones teóricas, los reformadores no pudieron anticipar que las restricciones a la libertad individual, las amenazas a la justicia, la miseria, el atraso social y su profundización, no se originaban solamente en la influencia de la colonia o en el caudillismo de conservadores y liberales de la época, sino, sobre todo, en esa forma particular de capitalismo que se fue generando en la misma Reforma Liberal.Marco Aurelio Soto Martínez, (Tegucigalpa, Honduras, 13 de noviembre de 1846 - París, Francia, 25 de febrero de 1908). Fue un político y abogado graduado en la Pontifica Universidad de San Carlos BorromeoNota 3 en Guatemala. Fue ministro de Relaciones Exteriores y de Educación en Guatemala junto con su primo hermano Ramón Rosa de 1873 a 1876, durante el gobierno del general Justo Rufino Barrios y ambos fueron los responsables de las reformas positivistas realizadas en la educación de ese país centroamericano. Posteriormente, con la ayuda de Barrios, fue nombrado como el Vigésimo Presidente de Honduras en el periodo de 1876 a 1880, seguidamente electo como el Vigésimo primero Presidente constitucional de Honduras en el periodo del 1881 a

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1883, y junto con su primo hermano Ramón Rosa Soto, revolucionó a la república de Honduras mediante una gran cantidad de cambios socio-políticos y la apertura a los capitales extranjeros, especialmente de los Estados Unidos.2BiografíaEl doctor Marco Aurelio Soto nació el 13 de noviembre de 1846 en la ciudad de Tegucigalpa, república de Honduras. Sus padres fueron: el doctor Máximo Soto y la señora Francisca Martínez. A los nueve años se trasladó con su padre Máximo Soto a Guatemala, donde estudió en la Pontifica Universidad de San Carlos Borromeo de ese país. En dicha institución recibió clases con el historiador y diplomático José Milla y Vidaurre y el expresidente de Colombia doctor Mariano Espina, quien había llegado desterrado a Guatemala. Entre sus compañeros estuvieron su inseparable primo, Ramón Rosa Soto y Ricardo Casanova y Estrada -futuro arzobispo de Guatemala.3Luego de obtener su doctorado en derecho, se estableció en Guatemala, en donde contrajo matrimonio. Muy joven empezó a llamar la atención por sus artículos literarios y políticos, inspirados estos últimos en los principios proclamados por la revolución de 1871, la cual apoyó. Tras la elección del general Miguel García Granados en un plebiscito que se convocó para el efecto, fue llamado a servir como subsecretario de Gobernación, Justicia y Negocios Eclesiásticos.[cita requerida]Cargos ministerialesGeneral Justo Rufino Barrios, presidente de Guatemala de 1873 a 1885.Poco tiempo después de asumir como subsecretario, por ausencia del Ministro respectivo quedó encargado de la Secretaria de Gobernación, Justicia y Negocios eclesiásticos. Cuando Justo Rufino Barrios asumió la presidencia de Guatemala en 1874, lo nombró junto a Ramón Rosa secretario a cargo de los Ministerios de Relaciones Exteriores e Instrucción Pública. En este último puesto, organizó la instrucción pública primaria, secundaria y profesional, fundada en los principios modernos, 4 y en los siguientes postulados liberales del gobierno de Barrios:5Separación definitiva de la Iglesia y del EstadoSupresión de diezmos y primicias obligatoriosNota 4Extinción de las cofradíasInstauración del matrimonio civilsecularización de cementeriosCreación del registro civilInstauración de la enseñanza laica en todos los colegios de la repúblicaInstauración de la escuela primaria gratuita y obligatoriaReorganización de la universidad, para eliminar los cursos de teología.5Ramón RosaSoto y su primo Ramón Rosa Soto alternaban sus funciones entre el despacho de Educación y el de Relaciones Exteriores.4 El pensamiento de ambos intelectuales liberales, fuertemente anticlerical, quedó reflejado en las reformas liberales en educación y religión en Guatemala, y se resume en estas líneas escritas por Rosa en 1882: «En América, en donde la instrucción popular se difunde con la celeridad de la luz, y en donde no existen, como en Europa, muy arraigados y tradicionales intereses religiosos, que dan poder y privilegios a numerosas clases sociales; en nuestra América, en donde la libertad de conciencia es ya una conquista definitiva: todas, todas las religiones positivas tienen que desaparecer, en no remoto día, con sus artificiosos y contradictorios dogmas, con sus litúrgicos aparatos teatrales, con sus sangrientas historias, con sus egoístas y mal disfrazados intereses mundanos, con sus hipócritas santidades, con sus privilegiadas y ensoberbecidas castas, y con sus execrables tiranías [...]».6Como encargado de Relaciones Exteriores abrió las puertas a los cubanos para llegar a Guatemala; desde el 9 de diciembre de 1868, el presidente de la República de Cuba en Armas, Carlos Manuel de Céspedes, había apelado a la solidaridad hemisférica desde su Cuartel General de Guáimaro. El gobierno de Perú reconoció la independencia cubana, el 13 de agosto de 1869, mientras que el régimen de Barrios decretó, el 6 de abril de 1875, su reconocimiento de la República cubana como «libre, soberana e independiente».El texto del instrumento que estableció relaciones oficiales con Cuba es el siguiente:

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DECRETO NÚMERO 138J. Rufino Barrios, JeneralNota 5 de División y Presidente de la República de Guatemala;Considerando:Que desde el 10 de octubre de 1868, el pueblo de Cuba declaró su independencia de la Metrópoli española y se constituyó en República soberanaQue desde esa fecha hasta la presente, ha demostrado tener sobrados elementos para luchar contra el poder español que en vano se empeña en sojuzgarloQue la causa de la independencia de Cuba es evidentemente justa, porque todo pueblo tiene el derecho de constituirse en una nacionalidad, siempre que posea los medios de mantener su autonomíaQue en esta virtud, el pueblo Cubano ejercita hoy los mismos derechos que las colonias de América cuando se declararon independientes, lo que hace que la noble causa de aquel pueblo sea vista por las Repúblicas del Nuevo-Mundo como propia y de un carácter evidentemente americanoY que por lo tanto, el Gobierno de Guatemala, desea dar una prueba de simpatía que abriga por Cuba y de que reconoce la justicia y el derecho que asisten á ese pueblo heróico que tiene su mismo orígen, y cuyo Gobierno, legítimamente constituido, le ha abierto sus amistosas relaciones,DECRETAArt. 1º. La República de Guatemala, reconoce á la República Cubana, como nación libre,soberana e independiente.Art. 2º. En consecuencia, el Gobierno de Guatemala abrirá y cultivará con el de Cuba relaciones oficiales.Dado en el Palacio Nacional de Guatemala, á seis de abril de mil ochocientos setenta y cinco.J. Rufino BarriosEl secretario de Relaciones Exteriores e instrucción pública,Marco A. SotoY por disposición del Jeneral Presidente, se imprime y publica.Tomado de: El Guatemalteco, Periódico Oficial de la República de Guatemala Serie V, número 48. Guatemala, 9 de abril de 1875.7Esta declaración permitió la llegada de cubanos eminentes a Guatemala, como José María Izaguirre, Juan García Purón, Hildebrando Martí, José Joaquín Palma y José Martí.8En 1876, Soto fue nombrado Ministro Plenipotenciario de Guatemala, desde allí su trabajo fue cercano hacía el gobierno de El Salvador, para tratar de afianzar la paz entre ambas repúblicas, donde su misión fue satisfactoriamente desempeñada. El 8 de mayo de aquel año fue firmado en la ciudad de Santa Ana, el tratado «Soto-Ulloa».Presidente de Honduras[editar]Máximo Soto Hall, renombrado escritor guatemalteco, era hermano de Marco Aurelio Soto por parte de padre.2En 1876 el gobierno conservador de José María Medina en Honduras se estaba desmoronando, principalmente con el escándalo de los empréstitos para la construcción del Ferrocarril Nacional de Honduras y el desaparecimiento de la política y representantes de Honduras en el extranjero. Los liberales hondureños solicitaban cambios en la administración pública del Estado. El presidente guatemalteco, viendo aquí la oportunidad de establecer un régimen liberal y afín a sus intereses de Unión Centroamericana en Honduras, propició la llegada de Marco Aurelio Soto como presidente, junto con su primo, el licenciado Ramón Rosa.A principios de 1876, tras las elecciones en El Salvador en que resultó electo Andrés del Valle, Barrios se reunió con éste en El Chingo, donde acordaron apoyar la invasión de Honduras para instalar al licenciado Marco Aurelio Soto, quien hasta entonces había fungido como Ministro de Relaciones Exteriores y de Educación en Guatemala. Barrios y del Valle se comprometieron a poner mil hombres para dicha causa, pero los hechos políticos se precipitaron en contra de Valle, debido a la desconfianza de Barrios Guatemala por la permanencia en el Gobierno del mariscal González, que fungía como vicepresidente luego de haber sido presidente antes que Valle.9

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Alegando que El Salvador había invadido Guatemala, se rompieron las relaciones diplomáticas;9 las acciones dieron inicio el 1°. de abril de 1876, por medio de un bloqueo naval por parte del vapor «El General Barrios». Posteriormente, la invasión terrestre ingresó por el oriente donde el general guatemalteco Gregorio Solares derrotó en Pasaquina al ejército salvadoreño, tomando control de San Miguel y La Unión;9 en el frente occidental, tras varios enfrentamientos durante la Semana Santa, el Ejército guatemalteco debilitó a las fuerzas salvadoreñas al mando del mariscal González. Al verse en esta la situación el mariscal Santiago González envió al presidente Valle, a Jacinto Castellanos y a E. Mejía para negociar con Barrios, con quien llegaron a un Acuerdo de Paz en Chalchuapa el 25 de abril, bajo condición de que Valle dejara la presidencia y de que el mariscal González la dirección del ejército, dejando las plazas de Santa Ana y San Salvador a las fuerzas guatemaltecas.10 y Como uno de los compromisos adquiridos en Chalchuapa, Valle antes de abandonar la presidencia convocó a una Junta de Notables en Santa Ana para que ratificaran el acuerdo del 25 de abril y eligieran, de acuerdo con Barrios, quien asumiría la presidencia, debiendo el nuevo gobierno convocar a elecciones;10 en dicha Junta de Santa Ana se reunieron alrededor de doscientos salvadoreños incipientes cafetaleros, terratenientes, comerciantes, políticos, militares y juristas, quienes de acuerdo con Barrios eligieron como presidente al doctor Rafael Zaldívar.10Véase también: Elecciones generales de Honduras de 1877Soto ingresó a Honduras con la ayuda de Barrios y se proclamó Presidente e inauguró su administración en la Isla de Amapala; a continuación, Soto ordenó que se practicarán elecciones generales en fecha 22 y 25 de abril de 1877; él iba como indiscutible candidato oficial y no hubo contendientes de los conservadores ni independientes, es así que la Asamblea Nacional reunida en Comayagua dio a Soto la legitimidad del proceso y lo invistió como el Vigésimo Presidente de Honduras para el periodo de 1878 a 1881. Su ideólogo y Ministro General fue Ramón Rosa, con quien emprenderían una ardua labor de transformar a la nación hondureña siguiendo los preceptos liberales que ya habían utilizado en Guatemala.11 2 La transformación se basó en los mismos principios que utilizó Barrios en Guatemala; la reorganización administrativa y jurídica de Honduras estuvo de la mano de una creciente apertura al capital extranjero, especialmente el de los Estados Unidos; el presidente Soto -dueño ya de una considerable fortuna- propietario de la mina El Rosario, fundó junto con el empresario neoyorquino Washington S. Valentine, la «Rosario Mining Company» en diciembre de 1879.2Aún con el laicismo constitucional imperante en Honduras, Soto, comisionó en 1878 al padre Antonio R. Vallejo para que realizará un trabajo educativo para la nación, Vallejo escribió el Compendio de la historia social y política de Honduras.12En 1879 fundó en la ciudad de Santa Rosa de Copán la Universidad Nacional de Occidente; debido al interés mostrado por lo ciudadanos de aquella localidad capitalista del occidente del país.Segundo periodo presidencial[editar]Véase también: Elecciones generales de Honduras de 1881Soto fue reelecto en 1881 para el término presidencial que terminaría en 1885, pero no pudo concluirlo; su presidencia finalizó en 1883. Durante su administración y con la asistencia de su primo Ramón Rosa, Soto puso en marcha las reformas liberales. Estas reformas de tipo administrativo, político, económico y social, intentaron darle un giro a la situación que vivía Honduras. El presidente Soto logró mejorar las vías de comunicación y el servicio de correo. Construyó algunos tramos del ferrocarril, el sistema telegráfico y puso en marcha un programa educativo similar al que él y Rosa instituyeron en Guatemala entre 1873 y 1876. Entre los cambios educativos, reorganizó a la Universidad Central de Tegucigalpa y emitió los estatutos que la convirtieron en la Universidad Nacional de Honduras.El doctor Soto traslado la capital de la república definitivamente a la ciudad de Tegucigalpa (antes era compartida entre Tegucigalpa y Comayagua) y escogió una Casa Presidencial para sus gestiones administrativas.A pesar de los avances logrados durante la administración Soto, Honduras volvió a caer de nuevo en la inestabilidad social, al no contar con productos -como el café en Guatemala- en qué forzar una economía estable.[cita requerida]

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El enfrentamiento con su antiguo aliado, el general Justo Rufino Barrios puso fin a su gobierno: en mayo de 1883, presionado por tropas guatemaltecas en la frontera con Honduras, solicitó permiso al Congreso para salir de Honduras aduciendo razones de salud.2 Antes de irse vendió la mayoría de sus bienes,2 5 y dejó el poder en manos de un consejo de Ministros. Soto ya establecido en Estados Unidos envió su renuncía de la presidencia el 27 de agosto de 1883, en Honduras inexplicablemente el 11 de septiembre del mismo año, fallece el general Enrique Gutiérrez Lozano (a quien Soto, era del parecer porque se quedára en la presidencia).13 La renuncía de Soto, fue aceptada hasta el 19 de octubre de 1883, ante este ineludible evento, el pueblo hondureño fue convocado a Elecciones generales para los días 9, 10 y 11 de noviembre de 1883, cuyo triunfo se lo llevaría el general Luis Bográn14 .ExilioEl expresidente salió al exilio primero en San Francisco, California, Estados Unidos y luego hacia Europa, ubicándose en la ciudad de París, Francia.2 .Candidato presidencialSoto llegó a Honduras, proveniente de París, ciudad donde residía y presentó su candidatura para las Elecciones generales de Honduras de 1902, Soto formó su movimiento político el «Club Unión Patriótica» asimismo su director de campaña fue su amigo Rómulo Ernesto Durón quien también fue director del órgano publicitario "Sotista" La Paz;15 en su formula iba como vicepresidente Rafael Alvarado Manzano, ambos se batirían contra el general Manuel Bonilla candidato oficial del «Partido La Democracia»,Nota 6 que obtuvo 28,550 votos (48.7%) proclamándose ganador. Los otros resultados fueron: el doctor Juan Ángel Arias Boquín del «Partido Liberal de Honduras» obtuvo 25,118 votos (42,9%); y Marco Aurelio Soto del Partido «Club Unión Patriótica» que obtuvo 4,857 votos (8.3%)16

FallecimientoMarco Aurelio Soto Martínez falleció en París, Francia el 25 de febrero de 1908. En contraste, su antiguo socio en la «Rosario Mining Company», Valentine, se convirtió en el concesionario del ferrocarril interoceánico de 1890 y sería conocido como el «Rey de Honduras» a principios del siglo xx.2