La Santidad Bíblica Obtenida por la uta de Muerte

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    La Santidad blica Obtenidapor la uta de Muerte

    L.S. Boardman10255 Stagecoach Rd.Flagstaff, AZ 86004 Impreso enOld Paths Tract Society, Inc.Shoals, Indiana 47581 EEUUAA2002 Dedicatoria

    A nuestra Trinidad adorable: el Padre, el Hijo y el Espritu Santo; y a mis esposas tan fieles y devotas, a Sarah

    Ethel, que est ahora en la gloria, y a Mattie, que est todava conmigo en la tierra, a las dos, quienes hancontribuido ms a mi ministerio y a mi gozo que lo que las palabras jams podran expresar; a ellas siemprequedar endeudado, por ahora y por toda la eternidad; y a estas personas se dedica humilde y cariosamente

    este esfuerzo dbil.

    La Conviccin Acerca De La Propiedad LiterariaMientras contemplaba la publicacin de este tomo, el Espritu Santo me aclar que, as como con el libro EL PROGRESO DEL PEREGRINO,Dios no quera que este libro tuviera lmite de derechos de la propiedad literaria. Es el deseo de Dios que cualquier editor del mundo, y encualquier idioma, se sienta libre para reproducir este libro (se espera que se haga sin mutilacin) y distribuirlo a las regiones ms lejanas delmundo hasta el fin de los tiempos. Se produce este libro con el solo motivo de dar este mensaje importante a las multitudes hambrientas yengaadas del mundo. Por lo tanto, cualquier editor que desee hacerlo, puede sentirse libre para reproducir esta obra y tratarla segn le gui elSeor. No hay condiciones.L.S.B.

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    ExplicacinExisten en el mundo de hoy en da muchos diversos grupos de personas que creen en la santidad. Hay slouna clase de gente santa. La verdadera gente santa es la que ha experimentado la erradicacin de lanaturaleza carnal con la purificacin del corazn por el amor santo. Creen esta verdad porque la Biblia laensea claramente, y porque ellas mismas han pasado por ese camino por experiencia propia. No creen que lasupresin sea el plan ideal de Dios para tratar con la naturaleza carnal en el hombre. S, practicaban lasupresin antes de ser santificadas por completo (por lo menos esperamos que la hayan logrado suprimir)pero cuando llegaron a ser santificadas ya no tuvieron ese problema carnal, es decir, mientras caminaban conDios y retenan la bendicin de un corazn puro.Al enfrentar este trabajo, se descubri que existe muy poco material sobre este aspecto importante de laexperiencia cristiana. Pudimos, sin embargo, encontrar declaraciones y alusiones breves, algunas de las cualeshemos incorporado en este tomo. Las Escrituras fueron nuestra fuente mayor de ayuda. Nos preguntamos,

    no es extrao que un tema que la Biblia trata tan clara y enfticamente? se tome tan ligeramente Perdneme,si en mi lectura habr pasado por alto algunas obras detalladas que tal vez existan sobre este temaimportante.

    AgradecimientoSlo Dios sabe cunto deba yo a los queridos amigos que han dado una crtica constructiva con intersprofundo y consejos valiosos en la preparacin de este manuscrito.El Rvdo. Parker Maxey, decano de Teologa en el BIBLE MISSIONARY INSTITUTE, se ha dado tiempo en suhorario tan ocupado una y otra vez, para estudiar el manuscrito y dar sugerencias tiles.El Rvdo. Kenneth Fay, con su esposa, Eleanor, amigos y colaboradores de nosotros durante toda la vida, hanestudiado el manuscrito con sumo cuidado, y han sido muy tiles.El Rvdo. William (Bill) Meek tambin merece las gracias muy especiales por su ayuda.Nuestros hijos preciosos, Charles y Arlene Boardman, han sido de una ayuda inestimable con las horas que hanpasado en escrutinio esmerado, en estudiarlo, en corregirlo y en escribirlo en mquina.Tambin, nuestro querido amigo, M.E. (Wally) Walrath, fundador y director de THE SHEPHERD'S FOLD enSanta Cruz, California, ha sido de mucha ayuda para que este libro est presentable.Numerosas cartas de nimo, que estimamos mucho, vinieron de pastores, evangelistas, y amigos misionerosalrededor del mundo.Nuestra gratitud profunda de corazn tambin abarca a una multitud de amigos, quienes en conferencias, enconvenciones, y en campaas de avivamiento y visitas de amistad, han mostrado un inters profundo en esteproyecto, y cuyas palabras amables han sido de mucho nimo. Dios est llevando las cuentas, y todos los quehayan ayudado de alguna capacidad, especialmente en la oracin, recibirn su recompensa.Por ltimo, mi querida esposa, Mattie Boardman, ha tenido una influencia profunda y mano controladora al

    travs de la composicin del manuscrito

    a ella, por esto y por su influencia en general sobre mi vida yministerio, le quedar siempre endeudado.

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    Palabras Amables De Nuestros RevisadoresEste captulo sobre la ruta de muerte fue excelente y muy necesario. Dios le bendiga a usted y su esfuerzoRvdo. L. P. Roberts.

    Yo digo un Amn con todo mi corazn. He credo en la ruta de muerte durante todos los sesenta y cuatroaos que he vivido para DiosEvangelista C. Helen Mooshian.

    Gloria a Dios por la ruta de muerte que ensea la BibliaRvdo. John Spivey.

    No comprendo cmo un predicador o laico puede leer el captulo seis de Romanos y negar la existencia de laruta de muerteRvdo. Wendell Dozier.

    Gloria al Seor! Funcion para m en el 1939. Completamente! Muerto a A.G. y a sus planes. Slo Cristo!Completamente!Rvdo. A.G. Weiss.

    Me gusta mucho su captulo sobre la ruta de muerte. Fue suficientemente claro. Recuerdo haber pasado porese mismo camino como alumno en B.M.I. Le doy gracias a Dios porque alguien tuvo la presencia de Dios

    suficiente como para predicar la verdad a mi alma indigna. Gloria al Seor!

    Rvdo. Randy Lucas, misionero aJapn.

    Yo fui una de aquellas personas a las cuales se les aconseja que digan tener la santidad o que confensolamente. Yo hice mucho esfuerzo, pero la carnalidad nunca fue quitada y nunca haba pasado por la ruta demuerte al yo. Sin embargo, el Dios fiel que no me dejaba ser engaado me mostr mi corazn carnal y meayud a hacer la oracin de la ruta de muerte y l limpi mi corazn de todo el pecado que quedaba. Benditosea Su Nombre para siempre! l mora hoy en la plenitud de la bendicin del Evangelio de Cristo Rvdo. PaulPumpelly.

    Creo que este captulo acerca de la ruta de muerte es absolutamente la cosa mejor que jams he ledo.Cunto agradezco el tiempo que usted se dio para compilarlo.... Es un mensaje fuerte, lleno de inters y depoderRvdo. Kenneth Fay.

    El Reconocimiento Del AutorEs difcil creer que una persona que trata de servir a Dios pueda sufrir ms bajo el ltigo de la carnalidad que loque sufr yo. A veces esta cosa odiosa era muy dolorosa, pero por aos no comprenda el secreto de lacuracin. No saba morir al yo carnal ni tener un corazn santificado. Muchas veces pens que erasantificado, pero haba otras ocasiones en las cuales saba que no lo era. Haba orado acerca de ello en secretomuchsimas veces durante los diecisis aos en los cuales serv a Dios. Durante la mitad de ese tiempopastoreaba una iglesia de santidad. Crea en la santidad bblica, y la predicaba; pero nunca la habaexperimentado. En el tiempo en que fui alumno en un instituto bblico en el cual se enseaba la santidad

    estudi la doctrina de la entera santificacin, y aprend a recitar sus preceptos; pero todava me haca faltatener la experiencia en mi corazn. Gracias a Dios, dos aos despus del tiempo que pas en el instituto, unevangelista que predicaba la ruta de muerte, H.B. Huffman, fue a la iglesia que pastoreaba yo en SaratogaSprings, Nueva York, y L.S. Boardman, ese pastor carnal por fin muri, or hasta obtener la victoria y fuesantificado. Esa fue la primera vez que esta conviccin por la carnalidad, y el hambre por la santidad decorazn llegaron a estar tan intensas que estuve dispuesto a pasar al frente delante de todos, a confesar miestado carnal, y a buscar a Dios en pblico. Despus de varios das de examinarme y morir para m, por finllegu a terminar con el yo orgulloso, carnal y terco, y Dios santific mi corazn. Por primera vez en mi vida,tuve el verdadero descanso de mi alma y la paz del Consolador que viva dentro de m. Un relato ms detalladode mi experiencia se encuentra en el captulo diecisis.

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    Paloma DivinaMientras viajaba desde Des Moines, Iowa a Conway, Arkansas el da 2 de mayo de 1985, y hablando solo envoz alta, dije:No sera maravilloso si Dios me diera una poesa hoyEl Espritu Santo debi haber escuchado lo que dije porque casi inmediatamente l puso en mi mente elprimer verso de esta poesa. Escrib las primeras cuatro lneas e hice el intento de escribir ms, pero no pude.

    Entonces or:Santo Espritu, s que hay ms de esta poesa que lo que me has dado. Tendras la bondad de darme elresto de ellaApenas me salieron las palabras cuando l comenz a derramar en mi mente los dems versos. Sin que yoparara mi coche, las palabras se me vinieron tan pronto como poda escribirlas en un bloc de papel a mi lado.Al cerrar este testimonio breve, deseo honrar al dulce Espritu Santo al incluir esta poesa que l inspir y pusoen mi mente en aquella ocasin.

    T, preciosa Paloma de la Trinidad,abogado del amor santo,

    Consolador, por la gracia divina,y al pensar que eres mo!

    T, que haces real a nuestro Salvador.Con una Presencia que podemos sentir

    Intercesor muy divinotodo el cielo conmueve este corazn mo!

    Te honramos, nuestro bendito Huspeddulce Espritu de Dios; dulce Espritu Santo.

    Sobre todas las cosas del tiempo y de la tierra,desde que encontramos el nuevo nacimiento.

    Y T, Paloma que descendi

    de la sala del trono de Dios, en lo alto

    a este corazn carnal mo;

    hacindolo puro y enteramente Tuyo.

    Quitas mi tendencia al pecadopones la santidad de Dios por dentro

    prendes un fuego que arder para siempre,por toda la eternidad.

    Mi lealtad T la tendrs,con el vaivn de las edades,

    Santo Espritu, Paloma Divina

    estoy contento porque mo eres.1

    A lo largo de estos casi cuarenta aos maravillosos, en los cuales he gozado de la liberacin del alborotointerno, y aun pas por las sombras y los ataques furiosos de Satans, el dulce Espritu Santo ha sido miIntercesor, mi Consolador, y mi Gua hasta esta hora de mi vida. l hace que Cristo sea real y vibrante dentrode m, dndome el contentamiento en medio de muchas tristezas, me dio poder en medio de la debilidadhumana, y me libr de las vacilaciones persistentes. Sin l no podra yo haber conocido a Jess, ni podrahaber tenido los beneficios de la expiacin, ni ninguna esperanza del cielo. Mas en l, tengo todo esto.

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    ContenidoCaptulo Pgina

    I. Testimonios Oportunos de la Liberacin Por Medio de la Ruta de Muerte...................... 13II. La Base Bblica de la Ruta de Muerte.................. 29III. Ejemplos Bblicos de la Ruta de Muerte.............. 36IV. No Es Ni Necesaria Ni Deseable la Uniformidad de la Ruta de Muerte.................. 40V. El Pretexto del Lenguaje Defectuoso....................... 46VI. Se Engaan Solos Los Que Tratan de Evadir la Ruta de Muerte..................................... 49

    VII. La Muerte Hasta lo Profundo de la Depravacin...................................................... 57VIII. Cuando Muere la Ruta de Muerte...................... 65

    IX. La Erradicacin Es Esencial.................................... 72X. El Corazn Tiene Hambre de la Santidad.............. 77XI. La Firmeza o la Inestabilidad de la Fe..................... 82

    XII. Habr Blsamo, o Habr Lamentacin .............. 92XIII. El HumanismoEl SchullerismoUn Camino a la Apostasa........................................................ 98XIV. El Resultado de Rechazar la Ruta de Muerte... 102XV. Una Apelacin Ardiente........................................ 111

    XVI. Es Real!................................................................... 114

    aptulo UnoTestimonios Oportunos de la Liberacion

    Por Medio de la Ruta de MuerteSe debe entender desde el principio lo que significa el trmino ruta de muerte. Las personas nunca estarnde acuerdo sobre ningn tema si definen sus trminos de maneras distintas. Algunas de las oposiciones msfuertes contra el cristianismo de la ruta de muerte vienen de personas que se equivocan acerca de lo quequeremos decir con este trmino.Ciertamente es lamentable que se rebaje una enseanza bblica tan vital como lo es la santidad de la ruta demuerte, y es triste que se cause un dao incalculable a la causa de la verdadera santidad, simplementeporque no se entiende lo que significa el trmino.Al decir ruta de muerte queremos decir el mantenerse firme en contra de la carnalidad y el entregar alEspritu Santo cada caracterstica carnal revelada para que sea crucificada. Las caractersticas carnales, sinembargo, no son crucificadas una por una. Ellas son entregadas(muere uno para ellas) una por una, bajo la luzpenetrante del Espritu Santo, cuando se busca la santificacin. Entonces, cuando el Espritu Santo da el golpe

    mortal a la naturaleza corrupta, todas las caractersticas carnales son destruidas en un solo golpe de poderdivino. As, el corazn es purificado y hecho perfecto por el santo amor de Dios que el Espritu Santo derramaen el corazn (Ro. 5:5). Slo la gente muerta vive completamentemuerta al yo y viva para Dios.Nuestro hijo, Charles R. (Chuck) Boardman dice:Por veinticinco aos he definido la ruta de muerte como el camino divino por el cual Dios gua al alma quebusca la santidad.

    Rompe el yugo del pecado innato,y pon mi espritu en completa libertad;

    no puedo descansar hasta estar puro por dentro,hasta estar completamente perdido en Ti.

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    Tal vez no haya mejor manera de aclarar lo que Squeremos decir con el trmino ruta de muerte que relatarel testimonio del Rvdo. Lyle Potter, pues l describe grficamente el trauma por el cual pas cuando muri asu propio yo carnal y fue santificado por completo.

    Rvdo. Lyle Potter Muri al Yo1A m me gusta predicar acerca de Eliseo. Tengo muchas cosas en comn con l. Cuando Eliseo tom aquelcamino, decidido a obtener todo lo que Dios tena para l, y eso satisfaca el anhelo profundo de su corazn

    sin importar lo que le costara, pude ver a Lyle Potter que hizo exactamente lo mismo.S, yo me prepar en un buen instituto. Pas algn tiempo trabajando en el mundo comercial. Dios puso Sumano sobre m y me llam al ministerio. Y recuerdo que un da, despus de haber predicado en la Iglesia delNazareno como pastor por cuatro aos, estaba orando, pidiendo a Dios que enviara un avivamiento a nuestraiglesia. Ahora, aquel era un lugar en especial en donde pastoreaba. Yo era un pastor joven, con pocaexperiencia, y haca mi mejor esfuerzo (Dios me haba ayudadoera mi segundo pastorado). Estaba orgullosode ver la manera en que aparentemente se movan las cosas. Pero dije para m: Si slo tuviramos unavivamiento del Espritu Santo al estilo antiguo en esta iglesia, esto es lo que necesitamos. Y me puse derodillas y comenc a orar. Estaba bombardeando el cielo y haciendo todo lo posible. El Seor esper que yollegara al momento de cansarme porque l quera hablarme. Pero slo hablaba yo. Se me acab el aire y medetuve brevemente y el Seor dijo:Un momento, hijo.

    Dijo:Hijo, antes de que Yo pueda enviar un avivamiento al estilo antiguo a esta iglesia necesito enviar unavivamiento al estilo antiguo a tu corazn. Hijo, has estado predicando ya por muchos aos, pero tendrs queconfesar que muchsimas veces has tenido dudas acerca de si mi Espritu Santo est en tu vida o no. Hijo, megustara calmar todas esas dudas para que puedas ser un testigo eficaz para m.Ay! pero, Seor, un momento. T sabes, Seor, que estoy dispuesto a hacer todo lo que quieras que haga.Seor, T sabes cuntas veces hice una consagracin, y cuntas veces he orado acerca de este asunto. Y,Seor, sabes que fui con Fulano de Tal, y con cierto evangelista, y con cierto pastor y les dije: Esta es misituacin. Crees que estoy bienDije:Seor, T sabes que dijeron que yo estaba perfectamente bien. Sabes, Seor, que siempre que yo he

    predicado un mensaje acerca de la santidad y que algunas personas han pasado al altar, y cuando he ido paratratar de ayudarles a buscar la santificin, la duda se ha levantado de nuevo en mi alma: Ests seguro de quel ha venido a tu vida Tambin, Seor, T sabes que me he ido a casa y he orado casi la mitad de la noche, y mehe asegurado de que todo estaba sobre el altar y me he sentido bien y me dije a m mismo: Seguramente todoest bien; y T sabes que yo he durado as hasta que se predicara el siguiente mensaje ardiente acerca de lasantidad y he estado de nuevo bajo presin.El Seor dijo:Hijo, te tengo algo mucho mejor que esa duda acerca de tu relacin conmigo, y quiero que lo decidas enesta campaa. Quiero que te pongas a buscar la santidad. [HAY MULTITUDES QUE SE HACEN PARA ATRS ENESTE PUNTO]Ay, Seor, dije, pero soy el pastor aqu, Padre. Qu va a pasar cuando confiese que no tengo laexperiencia que debo tener Seor, no puedo pagar este precio. No puedo hacerlo por el bien de la iglesia; yono puedo hacerlo.Dije:Seor, qu va a pasar si me pongo a confesar que tengo una necesidad espiritual, y que no estoy firme enmi experienciaY as es, amigo. Por diecisis aos haba sido salvo, pero nunca haba orado hasta tener la victoria y laseguridad de que el Espritu Santo haba limpiado mi corazn. Dije:Seor, si confieso ahora que nunca he recibido la victoria sobre la carnalidad, voy a quedar en la ruina.El Seor dijo:Hijo, ya ests arruinado.

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    Dije:Seor, comienza a parecer as. Seor, si confieso que no estoy como debo estar el prximo domingo por lamaana, tal vez me digan en mi iglesia que ya quieren que yo sea su pastor. Y tendran buena razn. [AL VIEJOHOMBRE POR NADA LE GUSTA MORIR.]Dije:Seor, all est el Dr. Sanner. El ha sido mi Superintendente de Distrito por cuatro aos. Seor, sabes lo queo el otro da El le dijo a alguien que yo era uno de los predicadores jvenes ms sobresalientes del distrito.

    Me gustaba pensar en eso. Le dije:Seor, qu pasar si l llega a saber que no estoy establecido ni en mi propia experiencia Seor, jams medar otro lugar en dnde predicar. Seor...permteme hallar otra manera de salir de este problema. No puedo.El Seor dijo:La nica cosa que hacer, hijo, es tomar el camino que Eliseo tom. Deja que se queden en las orillas los quequieran, pero t tienes un hambre en tu corazn que quiero saciar. Has estudiado la Teologa de la santidad,pero nunca la has recibido verdadera, definitiva, y positivamente, sin duda alguna en tu corazn. Hijo, estacosa es realla cosa ms real que te puede acontecer. Quiero quitar las dudas. Quiero arreglar el asunto.Para entonces yo estaba debajo de la banca. Cuando comenc a orar, golpeaba la banca desde arriba, perocuando el Seor termin de hablar conmigo, slo gateaba yo. Estaba muy abajo. Me senta lo ms bajoposible.

    Dije:Seor, aydame; estoy en una condicin terrible. Quera que vinieras para ayudar a mi gente, y me tocaste am. Qu voy a hacerEl Seor dijo:Hijo, hay slo una cosa que hacer. Has estado predicando durante estos aos que si Dios pone luz en tucamino, tendrs que caminar en ella, porque si no lo haces, empezars a caminar en las tinieblas.Enfrent ese asunto aquel da.Dije:Seor, nunca predicar otro sermn. Seor, si nunca me llaman a otra iglesia; si el nombre de Lyle Potter,que es en verdad conocido a travs de nuestro distrito y a travs de varios distritossi ese nombre quedafuera de circulacin y es olvidado desde ahoravoy a arreglar este asunto, aunque me muera al hacerlo.S lo que se siente al saber que mis hermanos en el ministerio me miren mientras salgo de mi asiento y

    confieso una necesidad espiritual. Pens que iba a morir. Y les confieso que dentro de los prximos tres das,yo mor en verdad. Pero el morir era la cosa que no quera hacermorir a m mismo, y morir a mis ambiciones,y morir a mis planes, dejndolo todo. Esas son las cosas que no quera hacer; y luch y batall con ello pordiecisis largos aos. Pero desde aquel momento dije:Seor, no probar bocado hasta no determinar este asunto en mi vida.Y dej de comer. Tomaba un poco de leche cuajada para mantener mi fuerza, y por tres das estuve orando.Qu quieres decir Orabas todo el tiempoOh, no. Dorma de noche; tena que hacerlo para poder seguir orando de da. Continu con mi trabajopastoral, pero oraba en dondequiera que tuviera la oportunidad. Fui a las montaas a orar. Fui a la recmara aorar. Or en el altar de la iglesia. Fui al saln multiuso de la iglesia (haba all un cuarto pequeo para los nios)y en este cuarto me pona a orar. Examinaba mi corazn.

    Dije:Oh, Dios, quiero que Lyle Potter deje de existir. Quiero que vengas, Seor, y que me examines por completohasta lo profundo, hasta saber que mi corazn est limpio y que Thas venido a morar en m.Dije:Seor, he comenzado ya y no voy a detenerme hasta no estar seguro de ello.Muchas veces haba hecho consagraciones. Muchas veces haba orado largamente, y haba dicho: Creo quetodo est bien. He hecho todo lo que puedo. Pero el Seor me preguntaba:Recibiste el Espritu Santo cuando creste

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    Y, s, recib algode alguna manera hubo una fe que se extendi y recibi una confirmacin que yo nuncahaba tenido. Y mientras no la tena, iba flotando con la corriente. No saba exactamente en qu condicin meencontraba. En cuanto a una seguridad positiva y definitivauna seguridad de que era maCno la tena.Cierto da pasaba yo por el plantel del instituto y o cantar a los jvenes en la capilla. Cantaban de corazn:Oh, jams olvidar la experiencia del poder pentecostal. Me dije a m mismo:Es un canto maravilloso. Tiene mucha emocin, el nico problema es que es demasiado positiva.Pens en mis experiencias anteriores y dije:

    No ha habido ninguna ocasin en la cual el fuego haya cado, pero todava s que estoy consagrado. S que

    pertenezco a Dios. Y no creo que exista tal cosa como para insistir en que la gente tenga una seguridadpositiva y definitiva de que el Espritu Santo ha venido a morar en el corazn.Tal vez usted pregunte:Cmo obtuviste una teologa como esaLe dir en dnde la recib. Fue mi experiencia. Y era la experiencia de muchas otras personas que yo conoca.Dije:Mientras muchas otras personas estn en la misma situacin, todo debe estar bien.Hay un canto que dice: Es real, es real. Oh, yo s que es real. Ese canto era demasiado definitivo en miopinin. Dije para m: S que uno puede saber que est consagrado. Puede saber que se ha entregado a Dios.Pero tocante al saber definitiva y positivamente que l ha aceptado la consagracin y que el Espritu Santo ha

    entrado a vivir en el corazn, me pregunto si realmente esa es la cosa en la que debemos insistir.Yo haba ledo libros. Siempre buscaba el ltimo captulo en donde hablaba acerca del testimonio del Espritu,y vea que muchas personas estaban confusas, y dije para m: No estoy solo en el movimiento de santidad, ycreo que tendr que seguir con esta posicin. [QU TRAUMA CUANDO UNO EST FRENTE A SU EJECUCION.]Pero Dios comenz a hablarme y empec a examinar mi corazn. Insistentemente dije:Seor, seguramente no tengo que pasar la vida con una incertidumbre acerca de esta experiencia en mipropio corazn. Y segu as los prximos tres das, y ustedes dirn: Hermano Potter, por qu te dej Dios orartres das Porque yo era muy terco. Uno no tiene que orar ni un minuto si est dispuesto, literalmente y sinreserva, a dejar que el Seor haga Su voluntad. Pero yo tena una teologa que necesitaba ser reconstruida.Bud Robinson dijo:Cuando estamos buscando la santificacin, el Seor prende el fuego y lo deja que hierva. Y mientras hiervetodas las impurezas salen a flote y el Seor las quita. Bud Robinson dijo que cuando l buscaba ser santificado,

    el Seor prendi el fuego. l quit todas las impurezas. Y a su manera inimitable, dijo:Yo pensaba que me iba a convertir en escoria.Les digo, amigos, que yo pens durante esos tres das que me iba a convertir en escoria. Estaba asombrado decunto del yo haba en mi corazn. Estaba asombrado tambin al ver las ambiciones que yo tena las cualesestaban fuera de la voluntad perfecta de Dios. Estaba maravillado de cunto exista de Lyle Potter, y de lopoco que haba del Espritu Santo. Dije:Oh, Dios, quiero que esto sea el fin de mis esfuerzos hasta que Tpuedas literalmente tomar el control.Sucedi al tercer da por la tarde. Estaba yo en la capilla pequea, en el altar para los nios, en una de lasbancas chicas, orando. Era una banca pequea. Estaba arrodillado al lado de ella. Una banca para nios es caside mi tamao de todos modos. A espaldas mas, en el altar de los nios, oraba de rodillas Reuben Bridgwater,el evangelista que estaba con nosotros en la campaa. Mientras oraba yo le deca a Dios que quera que l

    limpiara mi corazn. Estaba confesndole a l, pero haba esa incertidumbre y esa duda.Deca:Quiero llegar al punto de no poder hacer nada ms.Mientras oraba, Reuben Bridgwater, detrs de mi, comenz a cantar, y en su rica voz de tenor la puedo orahoraOh, lmpiame, oh, lmpiame. Mis ojos han visto Tu santidad. Oh, manda esa ardiente llamapurificadora; y lmpiame en el nombre de Jess.Mientras l cantaba dije:Dios, eso es lo que yo quiero. Eso es lo que estoy esforzndome por alcanzar. Ese es el deseo de mi alma. Voya morir si no lo obtengo.

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    Y mientras l cantaba, de alguna manera vi una promesa. Hay muchas promesas en el Libro [de Dios]. El Seordijo:Si andamos en luz, como l est en luz, tenemos comunin unos con otros, y la sangre de Jesucristo Su Hijonos limpia de todo pecado.Dije:Seor, he estado caminando en la luz por tres das. Seor, hice exactamente lo que hizo Eliseo. No s qums hacer.

    El Seor respondi:Hijo, hay una promesa para ti. Has hecho todo lo que puedes hacer y has llegado al fin de tus propias fuerzas.Por qu no te afianzas de una promesa y te lanzas y confas en M para que te santifique por completoDije:Oh, Dios, tengo miedo hacerlo. Qu pasar si no sucede nada Qu pasar si sigo con estas dudasl respondi:Hijo, slo hay un paso que tienes que dar ahora que llegaste al fin de tus propias fuerzas. Quita tus ojos de tuconsagracin, y mrame a M con fe, creyendo; toma Mi Palabra por la fe, creyendo, y te santificar, y te harsaber que la obra est hecha.Oh, Seor, dije, tengo miedo hacerlo.l dijo:

    Ms vale que lo hagas, hijo; es la nica manera.Entonces Reuben Bridgwater lleg al coro. Comenz a cantar:Me limpia a m. Me limpia a m. Mis ojos han visto Su santidad.Dije:Seor, voy a afianzarme de Tu promesa y a lanzarme.Y sabe usted lo que hice Confi en una promesa de Dios. Me solt de todas las cosas del mundo, y dije:Seor, creo en Ti ahora para que limpies mi corazn.Gloria a Dios! Algo me aconteci. Les dir lo que pas: Llegu al final de los esfuerzos de Lyle Potter.Tal vez usted pregunte: Sentiste algn toque elctrico No sent nada. Dir Ud.: Yo pens que haba muchaemocin en esto. Escuche, mi amigo, no sent nada, pero, le dir una cosa: Yo saba que haba llegado al fin demi orar. Si hubiera habido otra oracin que hacer, no habra sabido formar las palabras...llegu al final de lasfuerzas de Lyle Potter al punto hasta donde Dios haba estado tratando de hacerme llegar desde haca

    diecisis aos. Me agarraba de mi reputacin, y me agarraba de mi posicin, y simplemente no me atreva asoltarlas.Dios quera que yo llegara al final de mis esfuerzos. Y all en aquella pequea capilla de nios, en la terceratarde, llegu al final. Me levant. Extend mi mano y dije:Reuben, creo que l ha venido. No hubo ninguna manifestacin, no hubo ninguna emocin exterior. Yo sabaen mi corazn que haba orado hasta llegar al final.Tal vez usted pregunte: Gritaste en alabanza a Dios No, mi esposa todava es quien alaba a Dios en voz alta.Tal vez pregunte: Brincaste una de esas bancas No quiero jactarme, pero podra haber brincado tres de ellasfcilmente, pero no brinqu ninguna cosa. Estaba muy quieto ese da. Tena la seguridad en mi corazn de quelo que yo no haba querido hacer por diecisis aos, por fin lo haba hechoor hasta obtener la victoria, ytoqu el borde de Su manto. Vino un Espritu a mi vida aquel da que nunca haba tenido anteriormente. Es una

    seguridad que nunca me ha dejado. Desde aquel da hasta la fecha he atravesado los valles profundos. Hepasado por la oscuridad sin poder ver a dnde iba. He estado por los suelos cuando pareca que no tena lasalvacin, pero yo saba que haba hecho una consagracin. Saba que haba entregado algo en Sus manos y lme lo guardaba fielmente. Nunca he dudado desde aquel momento hasta el presente que Dios acept miconsagracin y que mi corazn fue limpio.Nada de lo que el diablo me dijo sucedi. Y todo lo que l me dijo que no iba a suceder, s, sucedi. Desdeaquel da hasta la fecha he tenido ms oportunidades de testificar para l. He tenido ms invitaciones apredicar. Han estado ms personas en el altar buscando a Dios. Desde aquel da hasta la fecha relaciono todocon lo que me sucedi hace quince aos y medio, cuando por fin or hasta alcanzar la victoria.

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    Qu Dios nos d ms personas como Eliseo. No est usted cansado de las dudas No est cansado deescuchar mensajes de santidad y de anhelar en su corazn que as fuera Escuche, amigo, podemos orar hastaobtener la respuesta acerca de todo lo dems del mundo. Por qu no oramos hasta obtener la respuesta eneso tambin No nos llevar tres das, no nos llevar tres horas y no nos llevar tres minutos si estamosdispuestos a que Dios haga Su voluntad, y si le mostramos pruebas de que estamos decididos desde loprofundo de nuestra alma. Dios quiere que estemos decididos.

    As termina el testimonio de Lyle Potter que explica muy claramente lo que queremos decir con tomar la

    ruta de muerte hasta la crucifixin del yo y ser santificado enteramente.Este pequeo verso majestuoso acerca de la ruta de muerte, de la pluma del santo Bedome tocar unacampana en su alma si usted tiene la realidad de esta experiencia de la santificacin o si tiene la santidad en suvida.

    Y deber yo separarme de m mismo,mi amado Seor, por Ti

    Es lo justo, pues T has hechomucho ms que eso por m.

    E.E. Shelhamer Tom la Ruta de Muerte2Ahora, este testimonio adicional de la experiencia del Rvdo. E.E. Shelhamer revela muy clara y enrgicamenteel hecho de que los esfuerzos humanos de la consagracin y la crucifixin divina del yo carnal noson la misma

    cosa. Uno puede consagrar todo lo que quiera sin experimentar la erradicacin de la naturaleza carnal, deotro modo uno podra santificarse meramente por hacer una consagracin. La consagracin har posible lacrucifixin porque recibe el consentimiento de uno mismo y causa que uno est dispuesto a recibir el golpemortal para la corrupcin carnal del corazn.Aqu est el testimonio del Rvdo. Shelhamer acerca de su santificacin.Recuerdo muy bien mi propia experiencia cuando era un predicador joven. Me di cuenta del hecho de queaunque haba tenido yo cierto xito en ganar almas, en ocasiones dudaba si todo el mal genio habadesaparecido o no. Cuando se lo dije a mis hermanos, ellos trataron de calmar mis temores diciendo quefue una tentacino la debilidad. Dijeron que yo tena demasiado alta la norma. Durante seis aos dije haberrecibido la bendicin (de santidad] varias veces. Pero veo ahora que mis consejeros me desviaron. Tenanbuenas intenciones, pero en lugar de ensearme que la santidad del corazn era una experiencia, una

    crucifixin interior, ellos crean, como muchos hoy en da, que era una gran bendicin. Fui enseado a haceruna consagracin completa, poner todo sobre el altar y creer que el altar santificaba la ofrenda. Pero este noera mi problemala falta de consagracin y del abandono a Dios. No! Yo estaba totalmente entregado a Diosy me gozaba en hacer Su voluntad. No buscaba una bendicin. Quera la pureza. Mis buenos hermanos medesviaron de mi problema interiorhacia una bendicin y ms actividad por fuera.Por fin, o a un poderoso hombre de Dios contar su experiencial haba predicado y testificado de la santidadpor veinticinco aos sin tenerla. Pero cuando el Espritu Santo le revel su depravacinCla profundidad delorgullo, la voluntad propia y el infierno (as como lo enseaba Wesley), l clam:QUIERO MORIR! QUIERO MORIR!Dijo que por tres das l confes y aborreci la carnalidad, y de repente el fuego refinador de Dios le purificde todo a todo. Cuando supe esto, dije inmediatamente:Esta es la ruta bblicala ruta de muerte.El Espritu Santo me llev paso a paso hasta que llegu al final de ms propios esfuerzos, y fue dado el golpemortal y el testimonio claro fue recibido de que la Sangre preciosa, s, limpiabaAHORA MISMO de todopecado. Gloria a Su Nombre!

    El Testimonio Oportuno de Bradford Henshaw3Apreciable lector, permtame otro testimonio vivo que ilustre claramente la crisis santificadora al final delproceso de la ruta de muerte. Nuestro amigo *Brad+ estuvo *muriendo+ por algn tiempo. Haba llegado alpunto de estar decidido. Dejaremos que l lo cuente en sus propias palabras:

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    Al fin llegu al punto en que el nico problema que yo tena para ser santificado era el de tener la fe. Elevangelista E.E. Michael estaba predicando en una campaa de avivamiento en la iglesia de Davenport, laiglesia local a la cual asista yo, y yo haba pasado al altar todas las noches; toda la oracin ya se haba hecho yla ruta de muerte haba quedado atrs. Estaba consagrado, me haba puesto sobre el altar, y haba muertohasta el grado en que un hombre podra morir. Pero la ruta no santifica. La crucifixin de la naturalezacarnal es un acto de Dios. Tena yo que confiar en Dios para que me santificara por Su verdad; yo tena queconfiar en Su palabra.

    Adems, de predicar cada noche en la Iglesia de Davenport, el hermano Michael tambin predicaba todos losdas en el culto de capilla del instituto. Una maana, entr a la capilla y algo extrao estaba sucediendo; todola gente estaba parada en silencio y temor reverente. Ni los maestros, ni el hermano Michael haba entradotodava, pero Dios estaba presente tan fuertemente que nadie poda sentarse. En el pasillo fuera de la capillahaba un alboroto y caos con el cambio de clases; pero en cuanto los estudiantes entraban a la capilla, cadauno se impresionaba inmediatamente con una reverencia santa. Todo era quieto y glorioso, el piano y elrgano comenzaron a tocar suavemente. Alguien en la congregacin comenz a cantar y todos nos unimos enel canto de alabanza y adoracin. Pronto lleg todo el personal del instituto y el presidente (director), B.M.Loftin, pas al plpito. Todo call.No necesitamos hacer ninguna otra cosa en esta maana. Dios est aqu, sonri l. Si usted tiene unanecesidad en su corazn, este es un buen momento para que ore hasta obtener la victoria.

    Los asientos de la capilla comenzaron a vaciarse cuando los estudiantes se encaminaron a los pasillos y haciaadelante. Un treinta por ciento del cuerpo estudiantil trataba de buscar lugar alrededor del rea del altar paraorar. Para cuando llegu al frente, la plataforma y el altar estaban llenos con gente que buscaba a Dios. Lasprimeras dos filas estaban llenas y cada espacio disponible estaba ocupado con un alumno arrodillado. Decidque tendra que acostarme debajo del piano siendo que era el nico espacio vaco que yo pude encontrar.Seor, dije, estoy aqu porque quiero que me santifique. Y eso fue todo. Cualquier otra oracin hubierasido demasiado. Yo me haba puesto completamente sobre el altar y ahora lo dems le corresponda a Dios.Yo esperaba.Dios estaba presente poderosamente, pero despus de unos pocos momentos, me di cuenta de que l estabadebajo del piano de una manera especial. l haba descendido a donde yo estaba y acampaba sobre mi mismaalma.Es el Espritu Santo, me dije a m mismo. Cuando Le reconoc, l pos sobre m. Es el Espritu Santo. Est

    aqu mismo sobre m.No! grit el diablo, No es el Espritu Santo!S, es el Espritu Santo, y l ha venido para santificarme.NO! NO! grit Satans. NO ES L! L NO TE VA A SANTIFICAR!Por supuesto que es l, contest. El decir otra cosa hubiera sido mentira.l no te va a santificar, grit el adversario.Pues, s, lo va a hacer, respond positivamente. Es por eso que l est aqu. En aquel momento el Espritude Dios entr quietamente a mi corazn.Satans murmur algo que no se entenda y se fue.Segu acostado all por un largo minuto y por fin Dios pregunt: Te santifiquS, Seor.

    Ests seguro ahora

    pregunt dulcemente.

    S, Seor. Estoy seguro.Pues, pareci decir, por qu no te sales de debajo del pianoComenc a levantarme, pero antes de que yo pudiera sacar mis pies, la gloria de Dios toc mi alma, y tuve queagarrarme de las esquinas del piano por miedo de saltar por el rea llena del altar. Nunca podra describir loque sent, pero lo que sent no era tan importante como la obra que se hizo. Mi corazn fue limpio del pecadoinnato. En un instante, debajo del piano, fue cambiada mi naturaleza por medio de la venida del Espritu Santode Dios. El cuerpo de pecado fue erradicado y el Espritu Santo vino a morar en mi corazn. En el vaso que unavez clamaba por la plenitud de Dios, ahora estaba una armona resonante mientras la criatura y el Creador sehicieron uno solo.

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    * * * * *El Rvdo. Walter Smith tena la comprensin correcta de la ruta de muerte, de la crucifixin del yo,

    cuando nos dio esta pequea joya siguiente. Debe ser el lloro del corazn de cada alma humana del mundoque tiene hambre y sed de la experiencia de tener un corazn puro.

    Lvame, T, por fuera y por dentro,o limpia con fuego si as debe ser;

    no importa cmo, si slo el pecado

    se muere en m, se muere en m.

    La Sorprendente Necesidad Espiritual de los LderesA la luz de estos testimonios uno se pregunta a cuntos de los lderes de la iglesia, con sus seguidores, no leshabr hecho falta morir para s mismos desde lo profundo de su corazn, y llegar a ser santificados porcompleto. El reto de San Pablo en 1 Ts. 5:23 y 24 debe encender un fuego en cada corazn humano de undeseo irresistible de ser lo mejor que pueda ser para Dios. Escuche el desafo de Pablo: Y el mismo Dios de pazos santifique por completo; y todo vuestro ser, espritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venidade nuestro Seor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual tambin lo har.En ocasiones en las cuales los lderes de la iglesia no poseen una experiencia pura y blanca, no importa losinceros que sean, su influencia carnal y no santificada seguramente apagar el tono espiritual de su iglesia.

    Dios quiera que mientras preparemos a nuestros jvenes para el futuro liderazgo de la Iglesia, seamosdiligentes al orar y trabajar en el altar y les enseemos a enfrentar su naturaleza carnal hasta que obtengan lavictoria definitiva, y hasta que sean santificados enteramente. Pero cmo puede suceder esto cuando los queinstruyen a los que buscan a Dios (a veces el pastor o el evangelista) no tienen un corazn puro y santificadoSi ellos mismos nunca han tomado la ruta de muerte, cmo pueden entenderla, o instruir inteligentementea los que la buscan No hay otra cosa que sea ms daina a la vida espiritual y al poder de una iglesia que eltener lderes que no conocen actualmente la crucifixin del yo, y el bautismo igualmente radical del EsprituSanto y fuego.Si usted es lder, u oficial, de cualquier nivel en la iglesia, sea local u otra cosa, hay quienes le siguen a usted, yestn bajo su influencia. Mi amigo, no le asusta este pensamiento o por lo menos no se levanta en usted lasolemnidad del da del juicio

    Si Cristo va a vivir y reinar en m,debo morir;

    con l debo ser crucificado;debo morir;

    Seor, encjame los clavos, no hagas caso a mi gemir,mi carne puede retorcerse y clamar,

    pero de esta manera y slo asdebo morir.

    Cuando est muerto, querido Seor, para Tivivir;

    Mi tiempo, mi fuerza, mi todo a Ti

    lo dar.Qu el Hijo de Dios me libre ahora.

    Aqu, Seor, Te entrego todo;por el tiempo y para la eternidad.

    Vivir.

    El Secreto del Trabajo Santo de Mller

    Cuando alguien le pregunt a George Mller el secreto de su trabajo, ste contest:

    Hubo un da en que mor a George Mller;y mientras hablaba, se dobl ms y ms hasta casi tocar el sueloa sus opiniones, a sus preferencias, a sus gustos y a su voluntad; mor al mundo, a su

    aprobacin y a su censura; mor a la aprobacin y a la culpa de an los hermanos y amigos. Desde entonces he procurado presentarme aprobado solamente a Dios.4

    Las demandas de Dios son razonables;

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    el precio del pecado es peor.

    Dame la santidad de Dios de la *ruta de muerte+

    en lugar de la maldicin carnal.

    Captulo Dos

    La Base Bblica de la Ruta De Muerte

    Necesitamos examinar la Palabra de Dios para ver si nuestros trminos e interpretaciones estn de acuerdo con ella. Los siguientes versculo contienen muchas referencias directas al cristianismo de

    la ruta de muerte; y as identifican a todos los verdaderos cristianos con Cristo mismo. Cristo afirm:

    Y el que no lleva su cruz y viene en pos de m, no puede ser mi discpulo (Lc. 14:27).

    El autor de la epstola a los Hebreos insisti:

    Salgamos, pues, a l, fuera del campamento, llevando su vituperio (He. 13:13). (Fuera del campamento quera decir a la crucifixin.)

    Los que NO se identifican as con Cristo tampoco pueden identificarse con l en ninguna otra manera. Recuerde, estimado lector, el cristianismo de la ruta de muerte, con el destronamiento total de

    la voluntad propia y la entronizacin total de Cristo, es el nico cristianismo verdadero. Este es el cristianismo que Cristo fund, y es el nico que los apstoles predicaban y practicaban. Ninguna cosa que sea

    menos que la muerte al viejo yo carnal es genuina. Note los pasajes siguientes escritos por el apstol Pablo:

    Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en m; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am y se entreg a s mismo por m (G. 2:20).

    Porque si vivs conforme a la carne, moriris; mas si por el Espritu hacis morir las obras de la carne, viviris (Ro. 8:13).

    O no sabis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jess, hemos sido bautizados en su muerte (Ro. 6:3).

    Porque somos sepultados juntamente con l para muerte por el bautismo... (Ro. 6:4).

    Porque si fuimos plantados juntamente con l en la semejanza de su muerte, as tambin lo seremos en la de su resurreccin (Ro. 6.5).

    Sabiendo esto, que NUESTRO VIEJO HOMBRE FUE CRUCIFICADO JUNTAMENTE CON EL, 7para que el cuerpo del pecado [la carnalidad] sea destruido, a fin de que no sirvamos ms al pecado (Ro.

    6:6).

    As tambin vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jess, Seor nuestro (Ro. 6:11).

    Porque habis muerto, y vuestra vida est escondida con Cristo en Dios (Col. 3:3).

    Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros... (Col. 3:5).

    A fin de conocerle...y la participacin de sus padecimientos, llegando a ser semejante a l en su muerte (Fil. 3:10).

    Pero lejos est de m gloriarme, sino en la cruz de nuestro Seor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a m, y yo al mundo (G. 6:14).

    En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que est viciado conforme a los deseos engaosos (Ef. 4:22).

    Palabra fiel es esta: Si somos muertos con l, tambin viviremos con l (2 Ti. 2:11).

    La Revelacin del Diario MorirLlevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jess...Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jess... (2 Co. 4:10-11).

    Cada da muero (1 Co. 15:31).

    El diario morir del cual hablaba Pablo quiere decir llevar la vida cristiana en una entrega total a Jesucristo, con el yo destronado, y Cristo entronado; con el yo fuera del trono, y Cristo exaltado.

    Morir juntamente con Cristo;

    es ste el fin de la contienda.

    Sepultarme juntamente con Cristo;es sta la puerta de la vida.

    Los que estn inclinados a menospreciar la santidad de la ruta de muerte insistirn en que el diario morir solamente quiere decir que cuando los cristianos de la iglesia primitiva decan delante de

    la gente que era cristiana, enfrentaban cada da la muerte fsica.

    Es muy cierto que esos primeros discpulos, despus del Pentecosts, s enfrentaban la posibilidad de la muerte fsica cada vez que se reunan con los creyentes. Pero ellos tenan que mantener su

    entrega de muerte al yo cada da para poder enfrentar a diario las persecuciones mortales a las cuales estaban expuestos. Los que no permanecieron muertos al yo en forma diaria, se hicieron para atrs as

    como lo hizo Demas, y abandonaron las filas de los discpulos fieles (2 Ti. 4:10).

    En la cita mencionada anteriormente de 1 Corintios 15:31, Pablo remach el clavo del diario morir en el versculo 31 al decir Cada da muero, y afirma la misma verdad en el versculo 34 al decir

    que los que no creen lo que l dice acerca del diario morir, ...no conocen a Dios. Y es muy cierto. En el tiempo de Pablo era un asunto de o ser MRTIR o ser TRAIDOR. Sinceramente, ser muy diferente

    hoy No es todava una decisin entre el reino de Cristo y la trampa sorprendente del diablo

    La Crucifixin Constante de Carvosso2

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    Muy pocas personas, con la tremenda influencia sobre los dems que mantuvo William Carvosso a travs de mucho tiempo como un lder de clase en la iglesia Metodista, han preservado un mejor

    espritu humilde. l experiment con mucho xito una rara pobreza del espritu hasta el fin de su vida. Dej este testimonio: Tal vislumbre tan humillante de m mismo, mucha pobreza de espritu que jams

    haba sentido antes. Estas son temporadas provechosas cuando mi alma queda vacia del yo, y llena con la plenitud divina.

    Este laico precioso, una joya rara en verdad, uno de los lderes de clase ms importantes de todos los tiempos en la Iglesia Metodista, convencera al liderazgo atontado de nuestros tiempos de su

    culpa cuando dijo: Cmo humillan mi alma estas cosas hasta el polvo. Con un corazn profundamente afectado con mi propia insignificancia, caigo dulcemente a los pies d e Jess.

    Dios Necesita de Mrtires que Hayan Muerto al YoDios necesita de mrtirespocos estn dispuestos;

    uno entre millones cumple los requisitos,

    falsamente acusadosnunca exonerados;otros viven, pero estos tienen que morir.

    Mueren, pero no por el proceso de la naturaleza,

    pisoteadospisoteados en la tierra;

    sobre una cruz o sobre la lea ardiente.

    Pero, quejarseNi una palabra.

    Moiss ayud a su pueblo para que recobrara el nimo,

    les gui con la visin que tena,

    pero l no gan los laureles.

    Dios quiso que mejor muriera.

    Esteban, el mrtir ms fiel de Dios

    se arrodill en medio de las pedradas,

    vio abiertos la tumba y el cielo,

    y l pas por el camino solo.

    Las manos tiernas sepultaron su cuerpo,

    pero su espritu se elev hacia el cielo,

    mientras el Salvador se par a saludarle,

    y recibirlo en su hogar para siempre.

    Juan el Bautista, el que prepar el camino,

    predic la verdad y el precio pag;

    prefiri menguarDios lo haba deseado,

    pero l la vida eterna gan.

    Cristo trabaja mejor con los mrtires fieles,

    el necesita de tales personas para marcar el alto;

    pocos corrern el riesgomucho menos quedarse con ello,

    pero con ellos l, s, mora.

    En el Reino eterno all,

    cuando se entreguen los premios,

    habr algunas grandes sorpresas,

    y sin duda asombro tambin.

    Porque los fieles que fueron pisoteados

    bajo la desaprobacin del tirano,

    temblarn allsin esperar nada,

    recibirn la corona de mrtir.

    L. S. B.

    Muerto al MundoEl verdadero cristiano mantiene una actitud diaria de muerte al MUNDO y a todo lo del mundo que es contrario al Espritu del Trino Dios y a las Santas Escrituras. Desde el inicio de la vida cristiana de

    Pablo en el Camino a Damasco, hasta su conclusin por el edicto de Csar en Roma, el insisti: ...el mundo me es crucificado a m, y yo al mundo(G. 6:14). El amor hacia el mundo en el corazn DEBE

    morir, porque si no, Cristo se ver obligado a salirse de ese corazn. El espritu mundano y el Espritu Santo nunca pueden reconciliarse el uno con el otro.

    Muerto al PecadoEl verdadero cristiano mantiene un rechazo al PECADO en su vida. As tambin vosotros consideraos muertos al pecado... (Ro. 6:11). Tambin: Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue

    crucificado juntamente con l, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos ms al pecado (Ro. 6:6). ...los que hemos muerto al pecado, cmo viviremos an en l (Ro. 6:2).

    Muerto al YoAdems, el verdadero cristiano mantendr una actitud de muerte hacia el YO. El captulo once de Hebreos contiene una gran lista de personas dignas, quienes murieron totalmente al YO. El relato llegaa su punto culminante con este elogio majestuoso: Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de ac para all cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres,

    angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra (He. 11:37 y 38).

    La gran mayora de los que dicen ser cristianos, aun en las filas de la santidad, cuando se enfrentan cara a cara con su propio estado carnal y su propia ejecucin, se han hecho atrs y han buscado un

    camino ms fcil. Hicieron una pequea consagracin superficial, derramaron unas pocas lgrimas fingidas, lo tomaron por la fe y siguieron profesando una experiencia de gracia que nunca fue real en sus

    propios corazones. No experimentaron realmente la muerte total de su yo carnal, ni el bautismo con el Espritu Santo y fuego. Es un camino amargo y una muerte dolorosa del yo, pero no hay ninguna dulzura

    ms grande que la que por fin se culmina en la experiencia gloriosa del amor perfecto, el amor de Dios que fue derramado en n uestros corazones por el Espritu Santo (Ro. 5:5).

    La Cita Con la MuerteTuve una cita con la muerte

    En una campaa mucho ha;

    El yo carnal fue crucificado.

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    Y recibi por fin el golpe mortal

    Mi amigo, has pasado por esta muerte

    O faltaste a tu cita

    Tuve una cita con Dios;

    Padre, Hijo y Espritu Santo;

    Este Trino Ser ahora tiene el control,

    l era mi Invitado, pero ahora me invita l a m.

    Mi amigo, gobierna l totalmente en tu vida

    O faltaste a tu cita

    Tuve una cita con la muerte

    Al mundo, al yo y al pecado me atrev a morir;

    Abr de par en par la puerta de mi corazn vaco;

    Y le permit entrar, para crucificar al yo.

    Mi amigo, es real esta muerte en ti

    O faltaste a tu cita

    Pronto habr otra alegre cita con Cristo,

    Pues, el rapto de la iglesia se acerca ya;

    En las nubes, cuando se d la hora cero,

    As como el relmpago parte el cielo, l aparecer.

    Mi amigo, tu lmpara entonces debe estar llena y ardiendo

    Porque si no, a tu cita para siempre faltars.

    L.S.B.

    Captulo Tres

    Ejemplos Bblicos de la Ruta de MuerteLos hombres muertos valen lo indecible. Las Escrituras abundan en ejemplos de grandes almas del pasado que tomaron la ruta de muerte hacia su subyugacin completa, y la entronizacin total de

    Dios en su vida.

    Job, de antao, tuvo la experiencia de morir al yo con Dios. l declar: Aunque l [Dios] me matare, en l esperar (Job 13:15). Job acababa de perder su salud y toda su gran riqueza. Tambin

    perdi a sus diez hijos. Terminaba de cavar diez sepulturas nuevas y llevar a cabo un funeral mltiple. Si l no hubiera muerto a su familia, a sus posesiones, a su salud y an a la vida misma, y tambin a la

    direccin de Dios que es difcil de entenderse, nunca habra manifestado con tanto triunfo un espritu valiente en medio de l a pena que parta su alma. Multitudes de almas ms dbiles siguieron el consejo de

    su esposa o de su esposo y maldijeron a Dios y murieron (Job 2:9).

    Cuando Dios le dijo a Abraham que ofreciera a Isaac en holocausto, le hablaba a un hombre muerto. Si el Abram carnal de antao hubiera estado vivo todava, se habra resistido. Tal vez hubiera

    preguntado a Sara acerca de ello, y ella tal vez le habra convencido de no hacerlo. Dur Abraham tres das y tres noches en aquel viaje al Monte de Moriah para ofrecer a Isaac. Hubo suficiente tiempo como

    para pensarlo y volverse atrs, pero estaba resuelto. Abraham no siempre haba estado completamente muerto al yo. Haba fallado y ech a perder las cosas bastantes veces, pero para esta hora se haba

    establecido y Dios poda confiar en l.

    Difcilmente se encuentran fuera de las Escrituras palabras ms profundas que stas de la pluma de un poeta annimo:

    As en Tus brazos de amor, Oh, Dios, reposo,

    Perdido, para siempre perdido para todo menos para Ti.

    Mi alma contenta, desde que aprendi a morir,

    Ha encontrado vida nueva en Tu infinidad.

    San Pablo era un hombre muertocompletamente muerto. Estaba muerto cuando sus ms ntimos amigos lloraron y se prendieron de l, rogndole que no subiera a Jerusaln. Ellos saban que l iba

    a ser encarcelado y tal vez asesinado, y que jams volveran a ver su cara en este mundo. l respondi con palabras que han resonado a travs de los siglos: Qu hacis llorando y quebrantndome el

    corazn Porque yo estoy dispuesto no slo a ser atado, mas aun a morir en Jerusaln por el nombre del Seor Jess (Hch. 21:13).

    Esteban era un hombre muerto cuando predic aquel sermn memorable registrado en Los Hechos, captulo siete, y pag por ello con su vida. Estaba muerto mucho antes de que lo mataran. Haba

    experimentado su propia crucifixin personal, y estaba lleno del Espritu Santo y de fe (Hch. 6:5).

    Volvemos de nuevo al tiempo del Antiguo Testamento: Daniel era un hombre muerto. Tambin lo eran los tres jvenes hebreos que no adoraron a la imagen del rey (Dn. 3:16 a 18).

    Jons noera un hombre muerto. Obedeci por fin a Dios, pero le llev tres das en el estmago del pez, con la certeza que deba someterse a Dios, porque si no, nunca saldra de aquella prisin. Aun

    despus de que obedeci de mala gana, las cosas no sucedieron como l deseaba, as que tuvo un ataque carnal, y puso mala cara, y dijo que ya no quera vivir (4:1 a 3). La naturaleza carnal es odiosa. Con

    razn Martn Lutero dijo: Temo ms al papa del yoque al Papa de Roma.Tampoco Balaam era un hombre muerto; ni Demas, ni el Rey Sal, ni millones de otros parecidos a ellos. Dijo G.D. Watson: Recuerde, la conversin es un nacimiento y la santificacin es una

    muerte.1El yo carnal debe morir. La nica manera en que uno puede llegar a vivir por completo para Dios es por medio de la muerte al yo. Predqumoslo, hermanos. Ninguno de nosotros vale nada para

    Dios hasta no estar muertocompletamente muerto. Las nicas personas con quienes Dios puede contar son las personas muertas.

    Si todo el reino de la naturaleza fuera mo.

    Sera un regalo demasiado pequeo;

    Amor tan maravilloso, tan divino.

    Demanda mi alma, mi vida, mi todo.

    Cristo Nuestro Modelo Por ExcelenciaEn el compromiso de la ruta de muerte, Cristo es nuestro campen escogido. San Lucas dice de l: Cuando se cumpli el tiempo en que l haba de ser recibido arriba, afirm su rostro para ir a

    Jerusaln (Lc. 9:51).

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    San Juan alcanz a or a Cristo orando, y transmiti Sus palabras de resignacin de la ruta de muerte as: Ahora est turbada mi alma; y qu dir Padre, slvame de esta hora Mas para esto he

    llegado a esta hora (Jn. 12:27).

    De nuevo, Cristo dijo a Pedro: ,..la copa que el Padre me ha dado, no la he de beber (Jn. 18:11). Aos despus, Pedro confes a Cristo como nuestro modelo por excelencia, animndonos para que

    le siguiramos a l fielmente, quien ...padeci por nosotros, dejndonos ejemplo, para que sigis sus pisadas (1 P. 2:21).

    El Padre Celestial, en el principio del ministerio terrenal de Cristo, nos asegur que l tena complacencia en Su Hijo (Mr. 1:11).2Sin embargo despus de mirar el desarrollo humano de Cristo, y de

    ayudar con Sus milagros, y de escuchar Su predicacin poderosa, y de sentir que Su corazn se quebrantaba de tristeza por los pecados del mundo, el Padre no poda estar satisfecho por completo hasta que

    vio la ...afliccin de su alma... y hasta que l [Cristo] haba ...derramado su vida hasta la muerte... (Is. 53:11 y12).

    El Padre Celestial siente lo mismo acerca de nosotros. l vio las obras de todas las siete iglesias del Asia, y, sin embargo, hall defectos en ellas, con la excepcin de la iglesia de Filadelfia, y

    mostrando as que l no estaba satisfecho slo con las obras.

    En el tiempo en que vivimos, las iglesias ponen gran nfasis en las obras, y dan gran importancia a la fe, pero ni el Padre, ni el Hijo, ni el Espritu Santo estarn satisfechos por completo con

    nosotros hasta que no hayamos derramado nuestra alma hasta la muerte. No como mrtires, porque eso no es suficiente. No como un sacrificio para los pecados. No hay eficacia en nuestra sangre. Pero, enlugar de eso LA MUERTE AL YO CARNAL SIMPLEMENTE QUIERE DECIR QUE SE QUITA DE NUESTRO CORAZN TODA RESISTENCIA A TODAS LAS DEMANDAS DE JESUCRISTO SOBRE

    NUESTRAS VIDAS. Nuestra muerte no es expiatoria, ni es un sacrificio meritorio, pero, s, es una sumisin voluntaria a la crucifixin total del yo carnal y voluntarioso, y la entronizacin de Jesucristo en todas

    las reas de nuestra existencia terrenal.

    Mustrame segn soporte mi alma,

    la profundidad del pecado innato;

    declrame toda la incredulidad,

    y el orgullo que obra por dentro.

    Captulo Cuatro

    No Es Ni Necesaria Ni Deseable la Uniformidad de la Ruta de Muerte

    Al hablar de la ruta de muerte no estamos diciendo de un modo estereotipado por el cual toda persona que busca la santidad tiene que hacerlo. Sera imposible que toda la gente siguiera el mismo

    modelo a causa de las extensas diferencias en las personalidades, en lsucrianza, en su temperamento, en sus debilidades y en las variaciones heredades de la carnalidad. Las principales caractersticas de la

    carnalidad no son las mismas en toda la gente. Unas personas batallan sobre un punto y otras personas batallan sobre otro. Lo importante es que todas las almas recorran el mismo terreno empezando con la

    condicin en que estaba su corazn cuando Dios le convenci por primera vez de su carnalidad, hasta llegar al momento de la ejecucin del yo, en el cual qued muerta su naturaleza rebelde contra Dios y

    contra Su voluntad, y su corazn fue purificadoy lleno con el perfecto amor santo. Nadie jams llegar a ser santificado por completo si trata de obtener la santidad de la misma manera por la cual la alcanz

    otra persona. El Espritu Santo no sigue modelos fijos en estos asuntos.

    Por ejemplo, Tom Bly, un laico que estaba en nuestro tercer pastorado y lleno del Espritu Santo, fue santificado cuando iba en camino a su casa en su carretn sin muelles despus de un culto de la

    noche, despus de buscar la santidad en el altar de la iglesia todas las noches durante tres semanas y de no alcanzar la victoria.

    l dijo:

    Cay el Espritu Santo sobre m; pens que me iba a quemar por completo.

    Fairy Chism, que fue misionera en frica, fue santificada cuando iba a pie a su casa despus de un culto de la noche. Ella busc fiel y desesperadamente durante dos aos. Se levant del altar en esa

    noche sin alcanzar la victoriacasi en el punto de la desesperacin. Dur dos aos para morir a s misma, a Fairy Chism. El Espritu Santo cay poderosamente sobre ella en esa noche con un poder que

    repos sobre ella durante los muchos aos de su ministerio distinguido, como misionera en frica y como evangelista cuando lleg otra vez a los Estados Unidos.

    Reuben A. (Bud) Robinson fue santificado en una milpa en donde trabajaba con el azadn. El to Bud, as como se le deca con cario, fue considerado el evangelista ms amado de su generacin. 1

    Nuestro querido amigo y hermano pastor, Hubert Terry, fue santificado cuando estaba acostado boca abajo en el piso debajo una mesa en un aula de la escuela dominical. l tena tres das de estar

    buscando la santidad y de morir a s mismo.El Dr. Finees Bresee predicaba una campaa en su propia iglesia donde pastoreaba, y al darse cuenta de que su experiencia de la salvacin no satisfaca sus necesidades, pas al altar para buscar a

    Dios y l le santific. El doctor Bresee lleg a fundar la Iglesia del Nazareno, y sin duda fue uno de los predicadores de la santidad ms grandes que jams haya vivido.2

    C.B. Jernigan, que despus surgi entre los grandes de los predicadores de la santidad, cargaba con un arado sobre los hombros, oraba y lloraba cuando descendi el fuego del cielo y Dios lo santific.

    Perdi el arado y la naturaleza carnal al mismo tiempo, pero r ecibi la bendicin de un corazn santificado.3

    El Dr. H.C. Morrison, otro grande entre los predicadores de la santidad, al leer la carta que le escribi un amigo, sinti mucha conviccin acerca de su carnalidad. Inmediatamente se puso a orar h asta

    que Dios le santific. Sin embargo, al hacer caso a un consejo equivocado, Morrison perdi la experiencia, pero despus de un a lucha tremenda, la alcanz nuevamente. El Dr. Morrison perdi su experiencia

    de la santidad de corazn porque se le persuadi que no deba testificar de que la tena, aun cuando el hacerlo honoraba al Espritu Santo. La segunda bendicin de la santidad no fue popular en esos tiempos

    y le era fcil a uno guardar silencio sobre el asunto para evitar la persecucin. Pero la persecucin es exactamente lo que necesitan los cristianos, y su testimonio ungido es lo que Dios requiere y tambin lo

    honra y lo recompensa (Ap. 12:11).4

    Para hablar de las variaciones, el Dr. A.M. Hills, despus de morir al yo carnal, sigui con hambre y sed de la bendicin de la santidad. Tena 25 aos de caminar en el desierto de la condicin de no

    ser santificado. Antes de levantarse por la maana en un da de invierno, sinti que deba confiar en que ya era santificado. l escribi lo siguiente: Empec a hacerlo, y en eso, rpidamente vino el Espritu

    Santo a dar testimonio de que ya se haba hecho. Un inundacin de gozo llen mi alma y clam:

    Bendito sea el Seor! Gloria al Seor! l, s, ha venido y llena mi alma.

    Recibi el testimonio del Espritu Santo y nunca lo perdi durante toda su carrera poderosa en el ministerio. 5

    En contraste, el Dr. J.B. Chapman, que por muchos aos fue superintendente general de la Iglesia del Nazareno, fue salvo bajo una enramada en Septiembre del 1899, y fue santificado a la noche

    siguiente. Despus de cuarenta y siete aos l testific claramente que todava tena la experiencia.

    6

    La santidad es la gracia establecedora. Ayuda mucho para prevenir el retroceso (1 Ts. 3:13); Ro. 1:11; He.13:9; 2 P. 1:12).

    El Dr. S.A. Keen relata su experiencia de buscar y obtener la santidad de corazn. l dice:

    Luch contra la duda, vislumbr la santidad, y despus solt la confianza y volv al desierto del legalismo el de haz lo mejor que puedasy ocpate de tu salvacin con temor y temblor, en donde anduve por

    casi once aos.

    Despus de graduarse de la Universidad Wesleyana de Ohio (Ohio Wesleyan University) en el 1868, l empez su pastorado en Chilicothe, Ohio. Aqu dice l:

    Nuevamente llegu a estar en vistas de la tierra de Canan. Tena hambre de probar sus frutas generosas. El primer trimestre de mi cargo pastoral sent un gran anhelo de librarme del pecado en mi alma.

    A principios de enero inici una campaa extendida en su iglesia, en la cual, aunque aument la asistencia, no hubo convertidos. Cuando sali del plpito el domingo por la noche, el da 3 de enero de 1869, el

    Espritu Santo le habl y le dijo: Cmo puedes esperar que los pecadores acten de acuerdo a sus convicciones cuando t no actas de acuerdo a las tuyas

    Ese flechazo me mat, dice el Dr. Keen. Yo vi en un instante lo que estorbaba para que no hubiera un avivamiento. El problema era el mismo predicador. Se quebrant mi corazn. En ese mismo

    momento empec a buscar a Dios lo mejor que pude. Clam:

    Seor, soy completamente Tuyopalabras que yo haba dicho cien veces,pero esta vez llevaban este pensamiento: Seor, soy Tuyo para que hagas esta obra en m.

    Apenas me acabaron de salir las palabras cuando lleg una paz inexplicable a mi corazn. Me levant de rodillas, pues se haba terminado la oracin.

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    El Que Rechaza La RutaAlgunas personas dicen que de la ruta de muerte slo se oponen a la palabra ruta. Qu tiene de malo la palabra ruta La vida cristiana es un viaje, no Juan Bunyan entenda que iba a ser un

    viaje desde la puerta de entrada en el camino hasta la entrada final en la Ciudad Celestial.

    El profeta Isaas dijo que el camino de la santidad era una calzada y un camino (Is. 35:8). Los cristianos de la iglesia primitiva decan que eran peregrinos (He. 11:13). Pedro les llam extranjeros y

    peregrinos (1 Pedro 2:11). Por qu oponerse al trmino ruta referente al buscar y acercarse al punto de recibir un corazn santificado Est en completa armona con todas estas susodichas referencias.

    Otras personas dicen que se oponen al trmino ruta de muerte porque no viene en la Biblia. Pero la palabra no tiene que venir en la Biblia si es que all est la ideay as es. La palabra trinidad

    tampoco viene en la Biblia, pero, s, se encuentra la i dea, de modo que la aceptamos sin ningn escrpulo. La palabra sacramento tampoco viene en la Biblia, pero quin sugerira que debemos

    deshacernos del bautismo con agua y de la Cena del Seor simplemente porque no viene la palabra sacramento en la Bib lia No, mi amigo, esa oposicin es simplemente un pretexto. No debemos

    deshacernos del trmino ruta de muerte ni por esa razn ni por ninguna otra.Con algunas personas tal vez no sea el trmino que les molesta, sino todo el asunto de llegar al punto de la muerte al yo carnal. El oponerse a un trmino puede ser una cortina de humo destrs de la

    cual se esconde la persona que rechaza a la muerte.

    La crucifixin del yo es el precio que millones de personas no quieren pagar para obtener la experiencia ms profunda de un corazn enteramente santificado. Por lo tanto, nunca reciben la bendicin

    de la santidadla pureza, sin la cual nadie ver al Seor(He. 12:14).

    Desciende, oh pecador, a la tristeza.

    Tu da de la esperanza ya acab;

    La luz jams te volver a visitar,

    La vida con sus sueos optimistas ya termin,

    La vida no lleg hasta aquella playa terrible;

    Se ha puesto para siempre tu sol.

    Captulo Seis

    Se Engaan Solos los que Tratan de Evadir la Ruta de Muerte

    No tiene nada de nuevo el que los lderes carnales (ya sean oficiales o no oficialeselegidos o autonombrados) en las iglesias de santidad, traten de correr a los pastores y tambin al Espritu Santo, a

    causa de su odio terrible de la verdadera santidad de la ruta de muerte. Cuando la predicacin empieza a molestar a las personalidades controladoras, y tienen miedo sentir la conviccin y que se les

    descubra. Se sabe inmediatamente que nunca han arreglado el asunto de la crucifixin y la santificacin de sus propios corazones.

    Los Temores del AsalariadoSin embargo, cambia todo el cuadro cuando los miembros oficiales retroceden hasta el punto de que sus predicadores traten de evitar la persecucin y tienen cuidado de nunca descubrir a nadie y de

    nunca abrumarlos con la conviccin as como lo hacan anteriormente. La oposicin ms fuerte que ha venido a un verdadero predicador de la santidad, viene de aquellos que nunca pagaron el precio para

    obtener un corazn verdaderamente santificado y no tienen ninguna intencin de hacerlo. San Pablo enfrent este problema al tratar con la iglesia en Galacia, porque les pregunt: Me he hecho, pues, vuestro

    enemigo, por deciros la verdad (G. 4:16). Todo predicador que se expresa clara y fuertemente contra los pecados y contra las caractersticas de la carnalidad de los cuales es culpable la gente de su

    congregacin, sufrir persecucin de manos de las personas que rechazan la luz. Los predicadores que han aprendido a aplacar y a calmar la carnalidad estn en la lista de pago del diablo y no de Cristo.

    T.E. Verner deca la verdad cuando escribi:

    Mientras que un pastor sea fiel a Dios, l es el hombre ms bueno en la tierra. Pero cuando l falla y no mantiene en alto la bandera de la justicia, l es un enemigo de Dios y del pueblo.... Yo s que un

    predicador que no tiene al Espritu Santo es un fracaso.1

    Los Engaadores MortferosEl predicador en la tierra que predica una santidad falsa, que niega la muerte del yo, es un enemigo de la verdadera santidad bblica, as como lo es el que niega rotundamente y por completo la

    doctrina de la santidad. Y, adems, si no cree en la crucifixin del yo, es una prueba clara de que no tiene la experiencia de la verdadera santidad bblica en su propio corazn. Nunca fue crucificado, que es la

    nica manera bblica por la cual uno puede ser santificado por completo. Si tuviera la bendicin de la santidad, no se opondra a la manera bblica de obtenerla.

    Todos los ministros que se oponen a la crucifixin del yo estn predicando un evangelio perverso, bajo la bandera de Cristo, pero bajo la supervisin de Satans. Definitivamente son ministros de

    Satans. Qu dice la Palabra de Dios Porque stos son falsos apstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satans se disfraza como ngel

    de luz. As que, no es extrao si tambin sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin ser conforme a sus obras(2 Co. 11:13 a 15).

    Los Devotos del DiabloSan Pablo y los corintios tenan problemas con los ministros de Satans que trastornaban al pueblo con un evangelio pervertido. Pablo le dijo al pueblo de la iglesia que no se sorprendiera cuando los

    ministros de Satans hacen lo que hizo Satanstransformarse a s mismos en apstoles de Cristo y de esta manera engaar a la gente.

    Pablo tuvo los mismos problemas con los cristianos en Galacia. Parece sorprenderse de que ellos se alejen tan pronto del verdadero evangelio para abrazar un evangelio pervertido (G. 1:6 y 7). En el

    versculo ocho queda claro que alguien est predicando un evangeliopervertidoy desvan a la gente. Pablo les dijo en el versculo diez que l no poda predicar para agradar a los hombres y a la vez ser

    siervo de Cristo. En otras palabras, si l fuera tan malo como para predicar con el fin de agradar a la gente carnal y pecadora, l no podra ser siervo de Cristo, y por lo tanto, llegara a ser siervo de Satans

    uno de los predicadores de Satans.

    Esto quiere decir que todos los predicadores en el mundo que a sabiendas y a propsito evitan la ruta de muerte bblica estn predicando un evangelio pervertido, para agradar a la gente carnal, y

    ellos mismos son ministros de Satans.

    Como esto es la verdad, Satans siempre ha tenido muchos ms ministros que predican su interpretacin pervertida del evangelio, que los que tiene Cristo q ue predican la verdad. Sin lugar a duda

    habr muchos ms predicadores en el infierno que en el cielo (Mt. 7:13 y 14).

    El Temor a la MuerteLas personas que evitan la muerte se encuentran en todos las posiciones de la vida. Alguien, al referirse a la muerte fsica dijo rindose:

    Si yo supiera en dnde me iba a morir, nunca me acercara a ese lugar.

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    Uno puede rerse de eso, pero hablando en serio, eso es exactamente lo que han hecho la mayora de los laicos, predicadores, oficiales, ejecutivos, de alta posicin y de baja posicin, que dicen ser

    cristianos, con respecto a su propia muerte al yo. Se han alejado de su propia ejecucin. Se parecen a Pedro antes de que fuera santificado en el Da del Pentecosts. Estaba muy contento en el monte de la

    Transfiguracin (Mt. 17:4), pero simplemente al pensar en la crucifixin se hizo a un lado (Mt. 16:21 a 23).

    Los Miembros MalignosHace casi cuarenta aos visitamos una iglesia para ver si nos quedbamos de pastores. Despus de que prediqu en los cultos de la maana y de la tarde, se reunieron los miembros de la iglesia, y

    alguien impidi yo fuera pastor all. Unos cuantos das despus el superintendente del distrito les convenci y cambiaron de opinin, y me llamaron unnimemente. Pasaron casi tres aos cuando en una tarde

    se puso en pie para testificar el miembro controlador, y nos record de aquella noche en que no me llamaron de momento. l dijo:

    Dios me dijo que yo deba confesar que yo fui la persona que impidi su venida.

    Continu:Dios tambin me dijo que deba divulgar la razn por la cual lo hice.

    Entonces reconoci:

    Cuando Ud. predic ese domingo por la maana, su mensaje fue muy claro sobre la santidad y tuve miedo no soportar su predicacin.

    Despus l lleg a sentir conviccin por la manera en la cual haba maltratado a su pastor anterior. Me dijo que necesitaba ir a pedirle disculpas a ese pastor por haber tratado de organizar la oposicin

    y correrlo de ese lugar. Unos pocos das despus le pregunt cmo le haba ido. Me respondi:

    No muy bien. Nos pusimos a discutir quin tena ms culpa en el asunto.

    El joven mencionado arriba fue un evitador tpico de la ruta de muerte. Al fin, busc a Dios un poco, pero nunca lo hizo con ganas y nunca or hasta obtener la victor ia. Pobrecito. Fall su corazn

    cuando tena ms de cuarenta aos y l sali al encuentro con Dios as como estabarechazando la santidad, indispuesto a enfrentar el asunto de la muerte al yo, y a pagar el precio por obtener la verdadera

    santidad de corazn.

    Nos preguntamos cuntas veces ciertos evangelistas son rechazados por los pastores y por la gente por la misma razn. No ser muy posible que ms son rechazados porque alguien tiene temor de

    que se le descubra o de sentir la conviccin que por cualquier otra razn Si tuvieran la experiencia del amor perfecto de un corazn santificado, no tendran temor, porque En el amor no hay temor, sino

    que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en s castigo. De donde el que teme, no ha sido per feccionado en el amor(1 Jn. 4:18). No le suena conocido eso

    No ser que muchas personas que dicen ser santificadas sienten ms inclinacin a orar para que los pecadores se salven que a arreglar ellas mismas las cosas malas que han hecho No dijo Pedro

    que el juicio debe comenzar por la casa de Dios (1 Pedro 4:17).

    Multitudes de personas que dicen ser santificadas estn ms dispuestas a ir al juicio, y de all al infierno en lugar de ir con las personas a las cuales han perjudicado para arreglar con ellas. Se les

    olvidar que la Palabra de Dios dice: Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren despus(1 Ti. 5:24) Qu tendr la gente que

    prefiere esperar hasta llegar al juicio en donde no hay perdnslo castigo, con el destierroen lugar de enviar los pecados por delante, pedir perdn de ellos, y que se pongan bajo la sangre preciosa de

    Cristo Ser que la enseanza bblica, que nosotros, por la gracia de Dios, podemos vivir sin pecar, cause que algunos no estn dispuestos a confesar que en ciertas ocasiones fallaron y no alcanzaron la

    norma bblica Ser que simplemente esperan que Dios lo pase por alto y que olvide que ellos han pecado No! l, s, lo est anotando (Ap. 20:12). Sin embargo, Dios, s, borra un error de nuestra cuenta a

    causa de Cristo, nuestro abogado (1 Jn. 2:1). Pero aun los errores llegan a ser pecado si los repetimos a sabiendas. Y Dios quitar esos pecados de nuestra cuenta slo cuando nos arrepentimos (Col. 2:13 y

    14) y de all en adelante ya no los volvemos a cometer (Jn. 5:14).

    Los Ojos Fueron Vendados por un CiegoEn cierta ocasin un seor se fue a vivir a otro lugar despus de haber estado implicado en una insurreccin motivada por el pecado y en contra de su pastor. Despus de unos cuantos meses, Dios le

    convenci de su maldad, y l sinti condenacin y culpa. Rpidamente le llam al pastor por larga distancia y dijo:

    Estoy tratando de arreglar cuentas en mi vida, y le estoy llamando para decirle que me siento mal por mi manera de lastimarlo a Ud. y a la iglesia cuando estaba all, y quiero que me perdonen.

    Por supuesto se le perdon al seor rpidamente, e inmediatamente llen el corazn de aquel pastor un cario hacia aquel hermano.

    Sin embargo, la irona de la historia es la siguiente: Los ojos de este joven arrepentido fueron vendados y l fue implicado por la fuerza por un miembro tramposo de la iglesia que ayud a planear la

    insurreccin. Ese miembro vend los ojos del hermano inocente y lo meti en el papel impo que haca (G. 5:10). Aunque la persona tramposa fue culpable de una maldad mucho ms grande, l se encogi

    de hombros y respondi:

    No he hecho nada malo.

    Parece haber una sola manera de explicar la razn por la cual sinti la culpa, la condenacin y la conviccin del Espritu Santo de la persona cuyos ojos fueron vendados y que fue metido por la fuerza

    al pecado. Sin embargo, la persona responsable de haberle vendado los ojos y de haberlo metido al pecado terrible, parece no sentir nada de culpa, ninguna condenacin y nad a de conviccin. Tampoco sinti

    la necesidad de pedir disculpa por su papel en el asunto. Qu ser la respuesta

    Podra ser doble: primero, la persona ms culpable puede tener la conciencia cauterizada (1 Ti. 4:2) por la racionalizacin repetida, hasta que Dios no poda alcanzarlo con la conviccin. Segundo,

    puede ser que l se haya decidido que era mejor esperar y dejar que su pecado lo siguiera al juicio, sin ser perdonado, en lugar de confesarlo ahora y pedir perdn para que sea borrado (Hch. 3:19), y que sea

    enviado por delante al juicio. Es difcil entender porqu las personas inteligentes pueden tomar una decisin muy tonta y ocultar sus pecados hasta el da del juicio, pero la carnalidad en su corazn causa que

    lo hagan. Prefieren perder el cielo y no enfrentar la humillacin de confesar su pecado y morir a su propia voluntad terca.

    Ser ms tolerable en el da del juicio para los paganos del mundo que no tienen luz, que para los lderes corruptos y retrocedidos de la iglesia. Los que pierden su alma despus de haber ocupado

    posicin en la iglesia, recibirn mayor condenacin, por su estado retrocedido y sus costumbres corruptas, porque Cristo dijo: ...en el juicio ser ms tolerable el castigo para Tiro y Sidn, que para

    vosotras(Lucas 10:14). Tambin Santiago amonest: Hermanos mos, no os hagis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenacin(Stg. 3:1).

    Jess seal a aquellos de Su tiempo que eran muy RELIGIOSOS ARTIFICIALMENTE y que buscaban los asientos ms importantes en la sinagoga, y los asientos principales en las fiestas (sagradas),

    y para mostrar lo justos que eran en su propia opinin, hacan oraciones largas en pblicorecibiran mayor condenacin (Lc. 20:46 y 47).

    La eternidad! La eternidad! Dnde pasaremos la eternidad!

    Cmo puede haber un despertar ms sorprendente que el del alma que est delante de Dios en el da del juicio y reciba su pena de muerte eterna (Mt. 22:13 y 14) simplemente porque rechaz el

    requisito de la ruta de muerte de Dios Voluntariamente se hizo para atrs, negndose a pagar el precio para tener un corazn limpio. Todas las almas responsables y alumbradastendrn que enfrentar la

    muerte al yo aqu en este mundo, o la pena de la muerte eterna en el juicio, y no hay otra opcin. Para nosotros se necesita ya sea la muerte al yo carnal aqu ahora, o, bien, la muerte de nuestra alma

    para siempre. Puesto que Dios ha provisto la limpieza y la pureza para nuestra naturaleza sucia y depravada, no tenemos excusa.

    Las Consecuencias de Evadir la CrucifixinY alguien le dijo: Seor, son pocos los que se salvan Y l les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarn entrar, y no podrn. Despus que el padre de

    familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecis a llamar a la puerta, diciendo: Seor, Seor, brenos, l respondiendo os dira: No s de dnde sois. Entonces comenzaris a decir:

    Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseaste. Pero os dir: Os digo que no s de dnde sois; apartaos de m todos vosotros, hacedores de maldad. All ser el llanto y el crujir de

    dientes,...(Lucas 13:23 a 28).

    En este caso la palabra evadir significa el escaparse de una responsabilidad indeseable. Jons, por ejemplo, trat de evadir la obediencia a Dios cuando l le dijo que fuera a predicar a la ciudad de

    Nnive. (Jons 1:2).

    Cuando yo estaba buscando sinceramente la santidad, un lder de la iglesia trat de convencerme que no deba hacerlo. El homb re reconoci que su propia esposa tuvo conviccin de buscar la

    santificacin en una campaa de avivamiento anterior, y que estaba buscando la santidad, y que l la convenci que no la busc ara. Por lo que veo, l tambin se haba convencido solo a no buscarla. Despus

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    l se implic inmoralmente con la esposa de otro ministro y se le oblig que entregara sus licensia. Si l hubiera hecho todo lo necesario para caminar en la ruta de muerte y si hubiera recibido y retenido

    una experiencia de la santificacin, y si hubiera animado a su esposa a hacer lo mismo, nunca habra sucedido la tragedia en su propia vida, en su matrimonio y en su ministerio.

    El Dios de Elas todava vive

    y espera con gran deseo;

    y a los que cumplen los requisitos

    l responde todava con fuego.

    Una Desilusin DeplorableHace muchos aos que el Dr. Purkiser relat lo siguiente en un campamento en Virgina del Oeste. Fue relatado despus por otro evangelista. Aqu lo tiene Ud.:

    l se levant y ley su texto lema: No contender mi Espritu con el hombre para siempre.Y despus con un texto maravillosoun sermn maravilloso. Hubo tres divisiones: el apagar al Espritu,el entristecer al Espritu y el rebelarse en contra del Espritu. (Ests escuchando hoy) Lleg al clmax de su mensaje la conclusin, y dijo: Mi padre fue un ministro presbiteriano y era un buen predicador y un

    buen hombre [hasta donde yo lo saba], pero no era santificado enteramente. Yo pastoreaba una iglesia pequea y de alguna manera la hice para que mi padres asistiera a varios cultos de esta campaa de

    avivamiento. Mi padre se sent all noche tras noche con la boca abierta y al fin pas al altar. Or muy bien la primera noche, y la segunda noche y varias veces. Una noche vi que repentinamente se qued

    inmvil. Dijo: Mi padrelo v que se hizo para atrs. Vi que cambi de expresin, lo v cuando sacudi su cabezay se levant y se sent sobre una banca. Se sali esa noche, se fue a su casa al da

    siguiente, y lleg a ser el hombre ms malo que yo he conocido. Muri y se fue al infierno, borracho, con una condicin cardaca y se est quemando en el infierno en esta noche, porque [stas son sus

    palabras] l no quiso tomar el camino de la ruta de muerte y morir al yo para obtener un corazn santificado.

    Hoy est la misericordia dulce,

    maana tal vez venga la muerte

    a tocar con los dedos helados

    Tu corazn. No perdona a nadie.

    Arrepintete, mientras ruegue el amor,

    y la misericordia est en la puerta;

    mientras Cristo est intercediendo

    maana tarde ser.2

    Captulo Siete

    Morir hasta lo Profundo de la DepravacinMuchas de las personas de la santidad de antao crean en la ruta de muerte. Hace como cincuenta aos recordamos haber odo a un hombre testificar. l dijo:

    Nac dos veces; mor una vez, y espero vivir para siempre.

    De los ltimos tres himnarios que la Iglesia del Nazareno ha publicado, el primero de los tres se llamaba GLORIOUS GOSPEL HYMNS (Himnos Gloriosos y Evanglicos) y tiene como fecha el ao

    1931, y contiene el himno siguiente que se titula: Quiero Morir.

    Dios, mi corazn Te anhela a Ti,

    quiero morir, quiero morir;

    ahora pon mi alma en libertad,

    quiero morir, quiero morir;

    Todas las cosas triviales de la tierra,

    ahora me valen muy poco;

    Mi Salvador me llama a m, tengo que ir,

    quiero morir, quiero morir.

    Tu poder de matar demustralo en m,

    quiero morir, quiero morir;

    tengo que estar muerto da tras da,

    quiero morir, quiero morir;

    al mundo y a su aprobacin,

    a todas las costumbres, la moda y las reglas,

    de aquellos que aborrecen la cruz humilde,

    quiero morir, quiero morir.

    debo morir al escarnio y a la burla,

    quiero morir, quiero morir;

    necesito ser libre de la esclavitud del temor,

    quiero morir, quiero morir;

    quiero estar tan muerto que no surgir ningn deseo

    de parecer ser bueno, o grande, o sabio,

    a los ojos de nadie ms que a los del Salvador.

    quiero morir, quiero morir.

    Jeanette Palmiter

    A.W. Tozer dijo esto acerca de la crucifixin del yo: Tenemos que hacer algo acerca de la cruz, y podemos hacer una de dos cosashuirla o morir sobre ella.

    La Ruta de Cabeza vs. la Ruta de CoraznEs posible que uno pase por la ruta de cabeza en lugar de pasar por la ruta de corazn y nunca llegar a la realidad de la experiencia del amor perfecto. Millones de personas han cado en esta

    trampa de Satans y se han conformado con un conocimiento mental de la doctrina de la santidad sin obtener la experiencia en su corazn.

    Un joven que conocimos hace muchos aos contrajo leucemia. Tan pronto se dio cuenta del diagnstico, l fue a una biblioteca de la localidad y aprendi todo lo que pudo acerca de su enfermedad.

    Estudi sus sntomas en las diferentes etapas del desarrollo de la enfermedad. Sin embargo, su conocimiento adquirido de la enfermedad no le salv la vida. Tampoco resuelve el prob lema de la carnalidad del

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    corazn el conocimiento mental de la santidad de la ruta de muerte ni hace que uno est preparado para ir al cielo. A travs de un acta de la voluntad, se tiene que confesar el yo, se le tiene que despreciar

    y se le tiene que renunciar por completo antes de que el Espritu Santo pueda crucificar al viejo hombre (Ro. 6:6) del yo carnal, purificar el corazn de uno y asumir el gobierno de su vida.

    La Entrega de los DerechosEl Dr. A.M. Hills explica el significado ms profundo del yo crucificado, de esta manera:

    Cuando nos hemos entregado a Dios de esta forma, ya no nos pertenecemos a nosotros mismos. Cuando el israelita traa una ofrenda, l entregaba todos sus derechos a aquello. As es con el

    cristiano que se consagra a Dios para obtener la bendicin de la santidad. l entrega todos sus derechos de s mismo. El intelecto, su voluntad, sus afectos, sus deseos, sus posesiones, su influenciatodos

    stos le pertenecen a Dios y ya no los debemos retirar del altar.1

    La Fe que no FallaEn buscar la santidad de corazn, se tiene que implicar la fe en todo. Por la fe nos afianzamos de la promesa de poder obtener un corazn santo; por la fe buscamos la santidad; por la fe pagamos el

    precio; por la fe la obtenemos. ...Es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (He. 11:6).

    Sin embargo, debemos entender que la verdadera fe no puede operar para traer la victoria final, a menos que primero estemos dispuestos a llevar el yo carnal hasta el lugar de su ejecucin. El amado

    hno. H.B. Huffman, ya fallecido, lo expres de esta forma:

    Se les dice que reciban la santidad por la fe, y, s, es por fe. No puede uno llegar a ninguna parte si no tiene la fe. No pu ede uno siquiera empezar sin tener la fe. Puede uno golpearse la cabeza contra aquel

    poste de fierro hasta que est ciego, y no puede llegar a ninguna parte sin tener la fe. Pero quiero decirle, que cuando paga uno el precio completo, su fe, as como el termostato en la pared, se en