El Primate Darwiniano Revista del Pensamiento Sin Aliento Divino

Editor: Humberto Gómez Sequeira-HuGóS Número 6 — 26 de septiembre de 2014 — Los Ángeles, CA, USA

La teoría de la creación y el universo

Ciertos hombres dijeron que “dios” les había escogido para ser sus voceros y que como tales “dios” les reveló que él era el creador del mundo y nada más. Desde entonces, estos hombres convirtieron la palabra “dios” en ley, han hecho la “guerra santa”, se han enriquecido con el botín, se han organizado en cárteles que se benefician del usufructo del Estado y han dividido a la humanidad entre fieles e infieles con el propósito de implantar en su mente la fe y la ira de “dios” como la única premisa de su proposición.

Los generales del terror de la creación mantienen a millones de personas en el oscurantismo, esclavizadas al “pecado”, al temor de “el castigo eterno” y pagando el tributo de “la salvación eterna”. Su propuesta es: “dios” es el creador del ser humano; por lo tanto, las personas no son las poseedoras de sus vidas y vivir es un acto con sentido sólo si someten a esta condición. Para hacer de esta sinrazón un dogma, “los hombres de dios” continúan reprimiendo la evolución del instinto humano con las armas del oscurantismo, la religión, “la guerra santa” y el Estado. Sin el poder del estado y la alteración del instinto humano por medio del terror a través de las generaciones de esclavos de la fe, la creación sería sólo lo que puede ser de acuerdo a su letra: un cuento antiguo de terror.

Otras personas, en el proceso de su marcha evolutiva como primates, vieron el fuego y pensaron: ¿qué es esto? Estimulados por la impresión de la llama en sus neuronas, lograron crear el fuego y convertirlo en un instrumento de su evolución. Esta es la raíz de la ciencia: el ser humano reconociéndose e integrándose a su elemento y su funcionamiento para deducir el curso de su marcha evolutiva. Entonces, “dios” no existía y los incipientes seres humanos eran libres.

El universo ha cambiado desde que los “hombres de dios” hicieron el primer sacrificio humano para demostrar la existencia de “dios”. El entendimiento y explicación de dicho cambio es la ciencia que es un instrumento del funcionamiento de la sociedad y su progreso. La teoría de la creación no incluye una explicación de dicho cambio porque

sus autores no la escribieron como un punto de vista cuya base está sujeta a los cambios que el hecho visto puede experimentar en el contexto del movimiento de la naturaleza.

La creación es el precepto diseñado por una casta de parásitos sociales —que no trabajan ni producen bienes necesarios para el mantenimiento y progreso de la vida de la sociedad— como el instrumento de dominio y explotación de otros seres humanos para vivir como patricios en la opulencia e infertilidad. La teoría de la creación no tiene fundamento en una mente libre ni en el universo como un hecho que es producto de la energía: dinámico, cambiante y generador de sus leyes, su belleza y sentido.

La teoría de la creación y la ciencia son tan incompatibles como la esclavitud y la libertad.