LA TEORÍA GEODÉSICA

SÍNTESIS DEL LIBRO “GEODESIA SAGRADA”. AUTOR: LLUÍS CARDONA.

EDITORIAL CÍRCULO ROJO. ISBN. 978–84–9991–064-2

1 - INTRODUCCIÓN.

La tesis intenta demostrar la existencia de una primigenia civilización con conocimientos suficientes para

desarrollar una serie de mediciones y cálculos sobre la superficie curva de la Tierra. A través de datos

tangibles expresados en coordenadas geográficas podemos ubicar el territorio que ocupaba esa civilización

en la Península Ibérica. Las culturas antiguas (sumeria, egipcia, hindú, íbera, mesoamericana,…) han

perpetuado las claves de ese diseño geométrico integrándolo en sus respectivas manifestaciones artísticas

desde el más ancestral arte rupestre.

2 – LOS OBELISCOS Y LA ESPIRAL.

La configuración de este Sistema Geodésico parte de la alineación que existe entre el segmento que une el

obelisco Laterano en Roma en un extremo (41º 53’ 12” N, 12º 30’ 17” E) y el obelisco Dikilitas en

Estambul (41º 00’ 21” N, 28º 58’ 31” E) en el otro extremo. Ambos obeliscos fueron erigidos originalmente

en el templo de Amón en Karnak (Egipto) por el faraón Tutmosis III, siendo removidos de esa ubicación por

expresa voluntad de Constantino I el Grande, el mismo emperador que donó los terrenos del

emplazamiento laterano al obispo de Roma después que venciera en la batalla de puente Milvio (año 312)

gracias a un sueño premonitorio donde se le apareció el anagrama que conocemos como crismón cristiano

que revisaremos más adelante. El obelisco Laterano está situado frente la archibasílica de San Juan; la más

antigua y de mayor categoría entre las cuatro basílicas de Roma,- considerada como “madre y cabeza de

todas las iglesias de esa ciudad y de toda la Tierra”-, donde se instaló la sede del Papado y la de su

gobierno eclesiástico hasta el año 1.305. En resumen, el obelisco Laterano ha marcado durante un milenio

el centro-origen del referente cristiano, hasta que se trasladó a la colina vaticana.

Si prolongamos el segmento comprendido entre

ambos obeliscos comprobamos que esa alineación se

incrementa en latitud hacia el Oeste siguiendo el

factor de corrección que surge entre los dos

emplazamientos (00º 26’ 25”, 08º 14’ 07”). Aplicando

criterios matemáticos comprobamos que esa

alineación transcurre por el planeta dibujando una

espiral de Arquímedes cuyo origen en este hemisferio

es el polo Norte y cuyo radio es de 2.160 Km.

Por otro lado, debido a la Precesión de los equinoccios, el Sol entra en una constelación diferente cada

2.160 años. Es indiscutible que la división en doce sectores de la bóveda celeste o casas zodiacales donde

un punto fijo tarda 2.160 años en pasar al siguiente sector o casa es el resultado de un proceso de

raciocinio, de la misma manera que en su momento se asignó el valor de 2.160 kilómetros,- y no otro-,

como la distancia que separa los sucesivos radios de la Espiral. Hay que pensar que hace 6.000 años los

sacerdotes caldeos eliminaron por algún motivo la treceava constelación del zodiaco (Ofiuco) que ellos

mismos acababan de crear. Podemos pensar que esos mismos sabios/shamanes intentaron diseñar una

espiral, aquí, en la Tierra, a imagen y semejanza del modelo de espiral celeste fruto de la Precesión

observada durante cientos o incluso miles de años.

3 – ESCALAS. ANTIGÜEDAD DEL SISTEMA.

Atendiendo que las espirales junto con los círculos concéntricos tuvieron un “estallido” a nivel mundial a

raíz del fenómeno megalítico, - responsable de la construcción de cromlechs y menhires entre el 4.500 y el

2.200 a.C. -, nos serviremos del radio de la Espiral para separar una serie de círculos concéntricos que

disten entre sí esa misma distancia y cuyo centro sea el mismo polo Norte en este hemisferio,

convirtiéndose en una serie de paralelos geográficos. Así pues, es obvio que la frontera Sur del primer

Círculo aparezca a una distancia de 2.160 km. del polo Norte, el segundo a 4.320 km., el tercero a 6.480

km. el cuarto a 8.640 km. y el quinto y último Círculo en este hemisferio se sitúa a 10.800 km. Si la mitad

del radio de la Espiral equivale a 1.080 km. las medianas respectivas de los anteriores Círculos/paralelos se

situarían en: 1º- 1.080 km., 2º- 3.240 km., 3º- 5.400 km., 4º- 7.560 km. y 5º- 9.720 km. Estas subdivisiones

en la escala Círculos las denominaremos Semicírculos, a sabiendas que cada Círculo contiene dos

Semicírculos y nos permiten ubicar el Semicírculo que nos interesa, el sexto Semicírculo, entre el centro del

tercer Círculo y el inicio del cuarto.

La proporción áurea (Φ = 1.618) , como veremos más adelante, es la que fundamenta en gran medida este

Sistema Geodésico, pero en estos momentos la utilizaremos para encontrar la siguiente escala,

denominada escala Flores. Como en la escala Círculos, esta nueva escala está basada en la confección de

una serie de paralelos geográficos pero en este caso distan entre sí una distancia de 1.332 km. que entran

en proporción áurea con los 2.160 km. de la escala Círculos. Veamos cómo surge la escala Flores.

Debido al factor de corrección la distancia que existe entre los dos obeliscos de Estambul y de Roma se va

incrementando paulatinamente hacia el Este de la misma manera que disminuye hacia el Oeste. Si

trasladamos ese segmento hacia el Oeste obtenemos primeramente una ubicación en la Península Ibérica

(punto C: 42º 46’ 03” N, 03º 57’ 57” W) para seguidamente configurar unas coordenadas atlánticas (punto

B: 43º 38’ 54” N, 20º 26? 11” W). La distancia de 1.336’91 km. existente entre el punto B y el punto C es la

más cercana a la que se requiere para entrar en proporción áurea (2.160 km. : Φ = 1.334’98 km.) a tan solo

0’39 km. (Er = 0’02 %).

La escala Flores despliega sus paralelos geográficos equidistando del polo Norte de la siguiente forma: 1ª

Flor- 1.332 km., 2ª- 2.664 km, 3ª- 3.996 km., 4ª- 5.328 km. 5º- 6.660 km. 6ª- 7.992 km., 7ª- 9.332 km. Es

decir, que se puede establecer que el 6º Semicírculo (escala Círculos) equivale a la 5ª Flor (escala Flores) ya

que esta última tan solo sobrepasa al Semicírculo 72 km. por el Norte y 120 km. al Sur.

Si comparamos la circunferencia terrestre de 40.000 km. con los valores que aportan las anteriores escalas

encontramos que: 37 Semicírculos (1.080 km.) = 30 Flores (1.332 km.) = 39.960 km.

Es muy frecuente,- como veremos al revisar la iconografía -, que se representen las escalas que indican la

semicircunferencia terrestre (20.000 km.) con otras divisiones: 9/10 Círculos, 14/15 Flores,…

El segmento que transcurre entre los puntos B y C acoge en su mediana un punto de especial relevancia: el

valor 666 (1.332 km. : 2 = 666 km.). La relación entre el número considerado lunar 1.080 y el 666

considerado solar es precisamente el número áureo Φ. El signo gnóstico de la fuerza/fortaleza fue

confundido por fiereza y dio lugar al “número de la bestia”, sin embargo, los más prestigiosos estudiosos

de la cábala revisten a este número con los sinónimos de Sabiduría y Principio de Todo, sabiendo que

interviene junto con otros múltiplos del número 37 en las dimensiones de innumerables templos

(arquitectura áurea).

El punto 666 (43º 12’ 29” N, 12º 12’ 04” W) se constituirá en el eje de simetría entre los puntos B y C,

trascendiendo en multitud de representaciones como la perpendicular que media entre las miradas de dos

animales enfrentados que representan los puntos B y C.

Para averiguar la antigüedad de la Espiral y por extensión la del Sistema Geodésico tendremos en cuenta el

ciclo de Oblicuidad que en 41.000 años marca una oscilación (espiral) del eje terrestre de los 22’11º hasta

los 24’5º (cent.). En el año 2000 el eje marcaba un ángulo de 23º 26’ 21” (sexg.) y actualmente está

disminuyendo. Una de las maneras de abordar el tema es considerar que el punto 666 en el origen de esa

trama geodésica debía ocupar un lugar relevante y el más obvio por su cercanía es el Sur de la cuarta Flor a

5.328 km. del polo Norte geográfico, situado en esa época en una posición diferente debido precisamente

al fenómeno de la Oblicuidad, exactamente a 128’5 km. más al Norte de la actualidad.

Latitud actual (43º 12’ 29” N) – Latitud Sur 4ª Flor (42º 03’ 06” N) = 01º 09’ 23”

Este ángulo tan solo difiere un par de minutos del que se obtiene buscando el origen de la Espiral en el

polo Norte. Siguiendo los postulados de la comunidad científica que asegura que cada año el ángulo de

inclinación terrestre varía 0’30 segundos (sexg.) obtenemos:

(01º 09’ 23”) = 4.163 seg. ; 4.163 seg. : 0’30 seg./año = 13.876 años.

El resultado encaja en la hipótesis de Witmann aunque supone una sucesión más larga en el tiempo y por

consiguiente una mayor amplitud. Así pues, en ese periodo el eje terrestre presentaba una inclinación de:

23º 26’ 21’’ + 01º 09’ 23” = 24º 35’ 44”. Es posible que este sea en realidad el ángulo de mayor Oblicuidad

y que esto constituyera motivo suficiente para cimentar y estructurar el Sistema Geodésico en ese

momento en concreto, aunque su desarrollo fuera a priori o a posteriori.

Una prueba irrefutable de lo anteriormente citado lo constituye el siguiente argumento: fuera quién fuese,

la persona que decidió la ubicación de Alejandría en ese y no en otro lugar, estaba al corriente del Sistema

Geodésico. El mismo Alejandro Magno, uno de sus consultores o incluso el mismo arquitecto Dinócrates

sabían que por ese pequeño poblado de pescadores llamado Rakotis donde se establecería la ciudad de

Alejandría,- el centro del saber más importante de la antigüedad -, pasaba la latitud que se correspondía

con el extremo Sur de la quinta Flor, como vamos a demostrar a continuación:

Distancia actual Alejandría – Polo Norte = 6.531’5 km. (31º 13’ 16” N)

Distancia hace 13.900 años y situación: 6.660 km. Sur de la 5ª Flor.

Diferencia = 128’5 km.

Como vemos, de la misma manera que sucede con el punto 666, Alejandría se ubicó en el 11.900 a.C. en

una posición relevante en la red geodésica: el Sur de la 5ª Flor.

4- EL CRISMÓN. ETIMOLOGÍA DE LA LETRA X. LA TRINIDAD.

Ya hemos mencionado la relación de Constantino I el Grande con la re-difusión del crismón, que

originalmente aparecía como el signo X cruzado con una línea vertical terminado en vano (P) y que deriva

directamente de la estrella de seis puntas prehistórica, en este caso evidenciando el sexto Semicírculo con

el vano de la P. Si el tridente que porta Poseidón representa la división PB / P666 / PC, esta estrella de seis

puntas (6º Semicírculo) en ocasiones toma forma de un doble tridente, como el que porta Odin en la

cultura celta para eliminar al gigante de las heladas en el solsticio de invierno o Marduk en el panteón

sumerio dando muerte a la diosa/monstruo Tiamat representada por una serpiente.

Veamos tanto el crismón original como los orígenes de la letra X:

En la imagen aparecen tres líneas paralelas horizontales y equidistantes, cruzadas en su centro por una

vertical. Este signo tiene un significado dual; indicando el centro del Círculo 3º y/o el centro del 6º

Semicírculo, dependiendo si se consideran las tres rayas equidistantes como los tres respectivos paralelos

que delimitan los tres Círculos, o bien, considerando que la línea vertical separa los seis segmentos que

representan los seis Semicírculos. Este signo que evidencia un doble tridente pegado (estrella de seis

puntas) se mantiene casi sin variaciones en el alfabeto fenicio, en el etrusco y en el cretense hasta llegar a

la Xi griega donde desaparece la línea vertical que vuelve a recuperarse en el crismón cristiano con la letra

Ro (P).

Al contrastar ese signo original de la X con los jeroglíficos egipcios se aprecia que guarda una estrecha

semejanza con el Dyed, con una salvedad, este último muestra cuatro rayas paralelas en vez de tres

solamente. Si sabemos que el Dyed es uno de los objetos más representados en la iconografía egipcia y

que se remonta a la prehistoria y si tenemos en cuenta que el faraonato egipcio se originó en el Norte del

actual Sudán del Norte y además, su significado es ser “el soporte del cielo” se entiende perfectamente

que se identifique esa línea extra al cuarto Círculo que transcurre precisamente por ese territorio nubio

donde se originó el faraonato, considerando al polo Norte,- origen de la escala Círculos -, como el lugar

donde descansa y se apoya el cielo.

En la cultura egipcia, los faraones utilizaban una barba postiza para identificarse con Osiris de forma que

cruzaba la X formada en su pecho por el flagelo Nejej y el cayado Heka, es decir, que la prolongación de esa

perilla se convertía en eje perpendicular que partía la X longitudinalmente formando de nuevo la estrella

de seis puntas que derivaría más tarde en el crismón cristiano.

Entre tanto crismón medieval “estandarizado” encontramos algunos especialmente singulares donde las

aspas de la X se doblan hasta convertirse en Semicírculos o intercambian el vano por una Luna que

representa el mismo Semicírculo.

Si las tres rectas paralelas que conforman el signo original de la X se alargan y doblan, guardando la

equidistancia entre los semicírculos resultantes obtenemos el candelabro de siete brazos llamado Menorá

que los judíos utilizan en la fiesta del Januká. La Menorá representa fielmente los Círculos concéntricos,

siendo el mismo Torá que especifica que debe llevar tres patas en su base. Este símbolo ya aparece en los

grabados prehistóricos y más cerca en el tiempo lo podemos encontrar en una inscripción cananea en el

jarro de Lakis (S.XIII a.C.) donde aparece entre dos animales enfrentados cuyas cabezas se sitúan señalando

la base del triángulo invertido de la parte superior de la X, como hemos evidenciado al hablar del punto

666. Se puede observar que el cuerpo del animal,- posiblemente un cérvido -, es la misma estrella de seis

puntas dispuesta horizontalmente de forma que la línea central indica la latitud del centro del 6º

Semicírculo.

En ocasiones, la estrella de seis puntas es partida por la mitad por una línea horizontal. Esta línea

“umbilical” se incorpora más tarde en los crismones y se relaciona con el signo “dios/cielo” en la escritura

sumeria (2.400 a.C.), en su evolución desde su representación pictográfica (Uruk. 3.200 a.C.) hasta la

cuneiforme (Arcadio arrai. 2.200 a.C.), convirtiendo la estrella de seis puntas en otra de ocho radios (suma

de los signos x y +). Esta estrella primitiva de seis puntas, el 6º Semicírculo, especifica la latitud donde

surgieron esos sabios/shamanes que se identifican con el poderoso astro solar. El mismo Lockyer, padre de

la arqueo-astronomía, sostenía la idea de asociar desde el principio de los tiempos el signo de dios con una

estrella, del mismo modo que en los textos jeroglíficos egipcios tres estrellas significan dioses.

En los jeroglíficos hititas (pictografías realizadas antes del primer milenio a. C) la sucesión de tres círculos,

uno encima de otro y cruzados diametralmente por una línea vertical, equivalen al Sol. Una composición

análoga se observa con tres flores cuadripétalas en un crismón de Sedze (Francia) o en tres panes con

cruces insertas en la iglesia de san Vitale de Rávena (Italia) expresando la trinidad católica, similares a

varias pinturas rupestres en la amazonia colombiana. En la mayoría de estas representaciones observamos

como el perímetro es doble en alusión a los Semicírculos y en el caso de la pictografía hitita de la Luna se

observa una protuberancia en el centro que bien parece indicar el centro del Semicírculo.

Si consideramos que una sola de esas pictografías hititas o flores cuadripétalas equivale a “dios” estamos

hablando de tres dioses o de uno solamente pero que se manifiesta de tres formas diferentes dando lugar

a diversas concepciones trinitarias: padre, madre e hijo, soles del amanecer, del cenit y del ocaso,…

provenientes de diferentes corrientes místicas (Egipto, India, Caldea,…) que acabaron por incorporarse al

cristianismo en la forma padre, hijo y espíritu santo, no sin derivar en imágenes de trifontes y tricéfalos.

Como se observa fácilmente, tanto en la estructura de las flores cuadripétalas como en las tres cruces que

existen en los panes de Rávena o en las pictografías hititas y amazónicas, nos encontraremos con el

desglose primigenio de la X: una vertical cruzada por tres perpendiculares equidistantes. Es decir, que la

solución implícita en el “misterio” de la trinidad cristiana es la misma que encierra la X,- la incógnita más

antigua del mundo -, y participa de recrear el triangulo invertido superior de la misma X, posicionando en

al punto B como padre, al punto C como hijo y al vértice común inferior (latitud umbilical) que constituye el

centro del 6º Semicírculo (aprox. igual al centro 5ª Flor) como el espíritu santo.

5- EL JADE Y LA ESPIRAL COMO RUTA ANCESTRAL.

El signo chino moderno del Sol también presenta tres líneas paralelas y equidistantes (tres

paralelos/Círculos), pero en esta ocasión forman una H cerrada por arriba y por debajo. Aunque hablemos

de modernidad, en realidad este signo fue descubierto en las ruinas neolíticas de Jiahu (de 7.000 a 8.000

años) y es idéntico al signo cretense y fenicio de la H. Es muy probable que esta escalera de tres peldaños

originara el mito de la escalera ascendente hacia al cielo que aún se conserva en lugares como Scala – Dei

(Monasterio del S.XII. Sierra del Montsant. Tarragona).

En el mismo alfabeto chino encontramos una sorprendente correspondencia entre el signo original de la X

y el símbolo del jade que servirá para contextualizar definitivamente esta teoría. El símbolo del jade,

análogo al signo etrusco de la X, data de los tiempos en que la primera escritura china pictográfica se

realizaba con incisiones en un caparazón de tortuga (3.000 a.C).

En China, la Espiral indica con una de sus balizas un punto próximo a Yarkanda, situada en la confluencia

Occidental de los dos ramales de la Ruta de la Seda que atraviesan por el Norte y por el Sur el desierto de

Taklamakán, a medio camino entre Hotan y Kashgar. Hotan, en concreto, se sitúa en el Sur de la Ruta de la

Seda, la más antigua, y ha dependido desde siempre de dos ríos: el rio Karakash llamado rio del jade blanco

y el rio Yurungkash o rio del jade negro, no tan solo directamente de sus aguas para sobrevivir sino de la

explotación de sus depósitos aluviales que constituían la principal fuente de jade en la antigua china. Este

mineral era el más valorado de todas las piedras preciosas y en la cultura china representaba la perfección

y la inmortalidad, fuente de leyendas como la del “Emperador del Jade” se extraía y trabajaba ya desde el

Neolítico.

Lo realmente sorprendente no es tan solo que el símbolo del Jade sea análogo al signo original de la X, sino

que Hotan, fuente del jade chino, se ubique en la misma latitud que el centro de la quinta Flor (37º 12’N).

pero veamos un artículo muy interesante que se encuentra en la página web del Museo Mesoamericano

del Jade (eljade.com):

“Durante mucho tiempo los arqueólogos que han estudiado las evidencias culturales de los pueblos

Mesoamericanos, se han preguntado sobre las fuentes de piedra que fueron la base para los excelentes

trabajos de Jade. A diferencia de otros materiales que también fueron usados para hacer objetos de arte

como la turquesa, el ámbar, el oro o la obsidiana, no se ha podido comprobar la existencia de una cantera o

mina que proveyera la materia prima a los artesanos Olmecas, Mayas o Aztecas.

Tal situación llevó a la conclusión de que las fuentes de Jade Mesoamericano, estaban totalmente agotadas

o que el Jade, encontrado en trabajos de arte en Mesoamérica provenían de otras latitudes. Algunas teorías

que se han escuchado nos refieren a la relación cultural tan grande, de algunos pueblos Asiáticos con los

pueblos de Mesoamérica. En ambas latitudes se llegó a enterrar a los personajes de la realeza con

atuendos de Jade, incluyendo máscaras de ese material”.

En definitiva, esta Espiral que estamos re-descubriendo transcurre por las antiguas fuentes del jade chino y

se erige como una ruta de intercambios comerciales (utensilios, herramientas, ornamentos, técnicas

constructivas, agrícolas,…) y culturales (conocimientos, rituales, arte, filosofía, religión,…). Para avalar el

estudio de la Espiral como ruta intercontinental mencionaremos la teoría que mantiene que los primeros

paleo-americanos Clovis usaban el mismo tipo de flecha que las utilizadas en el Norte peninsular ibérico,

de forma que esos pobladores no tuvieron más remedio que ir sorteando esos glaciares que cubrían gran

parte del Atlántico Norte,- alimentándose de focas y realizando una rudimentaria navegación con balsas de

madera recubiertas de pieles -, hasta llegar a las costas de Virginia (EEUU) siguiendo la Espiral en el límite

de la capa de hielo laurentiana.

Pero antes de sumergirse en el océano la Espiral transcurre por el Norte peninsular ibérico hermanada al

camino de Santiago, eliminando rutas turísticas posteriores sujetas a intereses de ciertos municipios,

llegando al Atlántico sin recabar en el sepulcro del apóstol, recreado allí mucho tiempo después de la

apertura del camino como aseguran numerosos eruditos versados en el tema (Charpentier, Atienza,…) que

también relacionan el nombre de “Compostela” con el de la “estrella”. El mismo camino atraviesa

poblaciones con ese nombre (Estela. Navarra) que relacionamos directamente con nuestra estrella de seis

puntas (6º Semicírculo) y/o con el pentagrama (5ª Flor).

La Espiral enclava en la cordillera cantábrica el punto C en el cruce de dos alineaciones megalíticas: la

primera forma un conjunto de más de cincuenta megalitos descubiertos en 1.993 que se encuentran entre

los páramos de Burgos y las montañas de Cantabria teniendo su origen en el dolmen de Valdeola y la

segunda alineación con la que se intercepta discurre siguiendo la misma Espiral (menhires de Canto Hito,

Peña Corbea, el Moroco, la Cotorrita,…) que atraviesa desde las costas mediterráneas de Girona territorios

con elevada densidad no solo de megalitos, sino de todo tipo de monumentos románicos (iglesias, ermitas,

monasterios,…).

El punto C se sitúa sobre un mirador en el valle del Ebro, concretamente, el valle de Valderredible.

Curiosamente Gregory Kaplan, profesor de la Universidad de Tennessee, experto en filología y literatura

extranjera, escribió hace unos años el libro titulado “El culto a San Millán en Valderredible, Cantabria: Las

iglesias rupestres y la formación del Camino de Santiago”. En el libro se narra que a mediados del S.VI un

ermitaño llamado Emiliano vivía en una de esas ermitas rupestres y que tras su muerte, se le continuó

rindiendo culto, iniciando una serie de peregrinaciones (S.VII) hacia ese valle donde existían esas iglesias

rupestres (Arroyuelos, Cadalso, Campo de Ebro, Santa María de Valverde, Villaescusa de Ebro y San Miguel

de las Presillas). Estas peregrinaciones fueron asimiladas dos siglos después (S.IX) por el Camino de

Santiago. En definitiva, el Punto C enclavado en la Espiral indica el origen mismo del Camino; el kilómetro

cero de todas las rutas de peregrinación cristianas que se integraron con posterioridad en la ruta más

antigua diseñada por los hombres: la Espiral terrestre.

Para completar esta visión de la Espiral como el auténtico Camino mencionaremos que la ruta

Transahariana sigue la Espiral en el continente africano de Oeste a Este, cruzando la ruta comercial de Fez

a Tombustú hasta llegar al Norte del actual Sudán del Norte; en el mismo territorio donde surgieron las

raíces de la civilización egipcia. En concreto, el punto se emplaza a unos 40 km. del wadi Alfa que significa

“Principio” y a unos 80 km. de Abu Simbel, en el cruce de la Espiral con la ruta del Darb – Arbaín que

facilitaba el comercio desde Nubia en el Sur hasta el Mediterráneo Oriental pasando por el desierto

Occidental ya desde la prehistoria (periodo de Nagada I. 4.400 a.C – 3.500 a.C), aunque podría ser más

antigua.

6 - LA SERPIENTE.

Son muchas las leyendas que narran como la humanidad ha sido engendrada por la serpiente ancestral,

desde la amazonia colombiana hasta el desierto del Kalahari. El carácter dual de la serpiente

(beneficiosa/negativa, renacimiento/primavera, veneno/muerte) ha propiciado que se le asocie a lo oscuro

y secreto y ha sido objeto de innumerables estudios literarios. Mientras que en la astronomía védica el dios

Vitra se identifica a una serpiente, en Irlanda San Patricio se encarga de echarlas del territorio. Es necesario

recuperar la ancestral interpretación del mito ya que en el transcurso de los siglos hemos perdido la

capacidad de ver lo que nuestros antepasados nos han dejado como legado: la serpiente es la misma

Espiral planetaria. Pasemos a las evidencias.

Mucho antes de encontrar a la serpiente enroscada en el crismón cristiano la observamos representando a

Ningizzida, una deidad de la antigua mesopotamia acompañando a otra deidad llamada Dumuzi

custodiando ambos la “puerta del cielo” (Obsérvense los 6 Semicírculos y el medio vano). Descritas en

ocasiones como dos serpientes con cabezas humanas, constituyen la imagen más antigua del símbolo de

dos serpientes gemelas que se reconvertirán más tarde en el símbolo del caduceo.

Un diseño muy similar lo encontramos en los mismos orígenes del Vudú africano/haitiano con el Daballa

Wedo, el “loa” (espíritu/santo/ángel) creador, el más importante de todo el panteón vudú que significa el

principio masculino y que es representado por una serpiente enroscada en espiral al lado de su mujer, el

principio femenino que se encarna en otra serpiente (arco iris). Obsérvese como en el interior de las

serpientes se localiza el 6º Semicírculo desde el Norte trasladándolo fuera de estas circunvalaciones a las

XX exteriores que marcan el centro del Círculo 3º, pero además forman junto con las cuatro estrellas una

quinta estrella: la Flor 5ª y por si fuera poco estas mismas estrellas de seis puntas evidencian el 6º

Semicírculo.

En el arte aborigen australiano observamos perfectamente como una serpiente alberga en el interior de su

cuerpo dos filas de seis huevos cada una disponiendo en un lateral exactamente el centro de esas dos filas

indicando el centro del 6º Semicírculo, representación que se repite en el arte sumerio.

En la cultura mesoamericana es evidente la relación con las escalas planetarias, sobre todo, en la cesta

donde se realizaban los juegos de pelota, la puerta del cielo, que indica sin lugar a dudas el centro del 6º

Semicírculo.

7- ETAPAS. LA PROPORCIÓN ÁUREA. MEDICIONES Y CÁLCULOS.

El signo de la X se encuentra en todas las civilizaciones antiguas, constituyendo las primeras

manifestaciones artísticas conocidas del acerbo humano prehistórico, junto con las pinturas en negativo de

las manos silueteadas que expresan la quinta Flor (5 dedos = 5ª Flor). Vamos a ver como el cuerpo humano

sufre esa “triangularización” en unas pinturas rupestres en Colombia y otras en Bulgaria donde ya se

percibe la “latitud umbilical” que se representa a nivel mundial desde Sudamérica hasta China.

Ya hemos identificado el diseño geométrico básico que encontramos en la gran mayoría de

representaciones iconográficas como el triángulo invertido de base la distancia Punto B – Punto C ,-

equivalente en la latitud del Punto 666 a la misma flor (1.332 Km.) -, que interviene en el mismo signo de la

X en su parte superior, ahora bien, el triángulo inferior conformaría la mitad inferior de ese cuerpo

humano “triangularizado”(la cola del ave sumeria) siendo el vértice que comparten la latitud central de la

5º Flor/6º Semicírculo donde se sitúa “el ombligo del mundo”. Este esquema constituiría la primera etapa.

La observación de muchas de esas representaciones establecen la existencia de una pauta que trasciende

en una repetición del esquema. Desde la orfebrería egipcia hasta las tablillas sumerias, pasando por

relieves hindús o tocados mayas, presentan ese desdoblamiento que interpretamos como una traslación

del sistema, es decir, en primer lugar se clarifica la ubicación del punto 666 y en segundo lugar, se induce a

segregar esos 666 km. considerando la distancia de ese punto 666 hasta el punto B, o bien, hasta el punto

C. Como veremos a continuación, es esta última opción (Este) la que se evidencia en esta segunda etapa,

constituyéndose un nuevo punto central que dista 333 km. de los puntos P666 y PC (NP666; 2 x 333 km.) y

un sector central de 222 km. que contiene Galicia y Portugal. Podemos preguntarnos: ¿por qué Portugal

tiene una bandera en forma de X y en su centro figura una esfera armilar capaz de proporcionar datos

geodésicos?. Pero, veamos algunos ejemplos de esta traslación en varias culturas.

Este nuevo planteamiento añade una circunstancia particular; estamos hablando de tierra firme que

además, sustenta los megalitos más antiguos, el foco original de esa cultura. Pero hay algo más, un hecho

sumamente importante y asombroso que alumbra aún más la Teoría Geodésica. Se trata de la relación que

existe entre los dos mayores enclaves megalíticos de toda Europa: Carnac en Francia (47º 35’ 17’’ N, 03º

05’ 35’’ W) y Dos Almendres en Portugal (38º 33’ 28 N, 08º 03’ 41’’ W). La distancia entre los dos enclaves

más importantes de la cultura megalítica es de 1.080’86 Km.; la mitad del radio de la Espiral, el número de

la Tierra: el 1.080.

Dos Almendres se sitúa en el vértice del triángulo a 622’68 Km. del Punto 666 y a 620’62 Km. del Punto C,

es decir, que se transforma en el vértice de un triángulo equilátero invertido, que además se sitúa a una

distancia de 359’68 Km. de la longitud del punto 666. Y si nos referimos a la escala Círculos atendiendo a la

latitud del centro del Círculo 3º (42º 33’ 37’’ N), nos encontramos que Dos Almendres se sitúa de esa

latitud a 444’75 Km.; precisamente la tercera parte de una Flor, y si como hemos dicho, le separan 360 Km.

de la longitud del P666; Dos Almendres revela dos proporciones: la tercera parte de la Flor (444 Km.) y la

tercera parte de un Semicírculo (360 km.). Pero Dos Almendres proporciona otro planteamiento

sumamente interesante que detallamos a continuación.

Los egipcios utilizaban una cuerda con doce nudos para trazar ángulos rectos formando triángulos con 3, 4

y 5 nudos en sus respectivas caras y los babilónicos ya aplicaban el teorema de Pitágoras mil años antes

que supuestamente este lo descubriera. Apliquemos los 444 Km. que separan el centro del Círculo 3º de

Dos Almendres y la distancia que dista este centro de la longitud del P666; a tan solo 30 Km. de los 333 Km.

que necesitaríamos para completar las secuencias de distancias en las aristas de un triángulo rectángulo

con catetos de 444 y 333 Km. e hipotenusa de 555 Km. Ahora tengan en cuenta que las divisiones en la

escala Flor,- además de evidenciar el teorema de Pitágoras en Dos Almendres-, se presentan como tres de

444 Km., cuatro de 333 Km., o seis de 111 Km. y que estas divisiones guardan relación con las fracciones

de cuatro entre números impares que lograron que un matemático en Querala (Sur de la India), encontrara

el número π (pí . π = 3’1416…) en el S.XV y que facilitó en el S.XVI la estimación de la circunferencia de la

Tierra en 39.376 Km. presentando en la actualidad unos meridianos que completan una circunferencia

terrestre de 40.007 Km.

Pero, lo realmente importante de estos meridianos modernos es que un grado equivale a 111’11 Km.; la

misma distancia que surge de la 1/6 parte de la Flor. De este modo, desde el inicio del 6ª Semicírculo en la

latitud 42º 33’, hasta la latitud 41º 33’ (un grado menos) nos encontramos que existe una distancia de

111,11 Km., que se dobla si se considera la distancia hasta la latitud 40º 33’y se triplica en 39º 33’ para

llegar a los 444’44 Km. en la latitud de Dos Almendres y así sucesivamente (555’55 Km. en 37º 33’, 666’66

Km. en 36º 37’, …).

Si el número π es imprescindible para realizar cálculos en superficies curvas, debemos entender que estos

sabios/sacerdotes/magos ya conocían este valor, como prueba la ubicación de Dos Almendres que

acabamos de comentar. ¿Cómo fue posible realizar esos cálculos tan exactos?. Pues, se entiende que estos

cálculos estaban basados en el mismo número áureo. Este número es construible con regla y compás

(quipu primitivo) y posee varias propiedades algebraicas únicas, pero sobre todo, hay que tener en cuenta

que forma parte de dos ecuaciones muy interesantes y objeto de consideración por parte de un geógrafo:

la primera establece la relación entre Φ y π: la raíz cuadrada de Φ es igual al cociente entre 4 y π (4/π =

1’27) y la segunda se descubrió recientemente, en el año 1.994 y establece una relación entre el número

áureo y el ángulo con el valor que ya conocemos:

Φ/2 = - sen. 666º = - cos, (6.6.6º); o bien, Φ = - sen 666º = - cos (6.6.6º).

Vamos a realizar una práctica que parte de unos grabados con una serie de “segmentaciones” que nos

conducirá a un red de triangulación que hace posible ubicar Dos Almendres. Visualizaremos esas

“segmentaciones” en un cérvido (Galicia), en un yogui de Harapa (India), en una pintura rupestre de

Algeria (obsérvese la disposición 3+1 central+3 de los semicírculos en el cráneo), en una tablilla sumeria

(anagrama = P666) hasta llegar a una estela de Valcamónica (Italia).

Se observa como esas divisiones se trasladan del animal a la hilera de brazos que pertenecen a una serie

de humanoides “triangularizados” (Valcamónica) cuyo personaje central porta un aura estrellada (P666).

De esta forma, esa fila de brazos equivale a la latitud Norte de la Flor 5ª, o bien, al inicio del 6º Semicírculo

(72 Km. más al Sur), y la línea inferior que pasa por los ombligos indica el centro de la Flor 5ª o del mismo

6º Semicírculo; conservando con las piernas abiertas la forma del triángulo inferior de la X. Completamos el

estudio con otras esquelas de Valcamónica.

En definitiva, Dos Almendres constituía el centro místico - espiritual de esa civilización, al albergar los dos

secretos más valiosos considerados en la antigüedad: el teorema de Pitágoras y la proporción áurea. No

somos los únicos en llegar a esta conclusión:

“La geometría tiene dos grandes tesoros: uno es el teorema de Pitágoras; el otro, la división de una línea

entre su extremo y su proporcional. El primero lo podemos comparar a una medida de oro; el segundo lo

debemos denominar una joya preciosa”. Johannes Kepler en Mysterium Cosmographicum (El misterio

Cósmico).

Como vemos, el estudio podría finalizar en este momento, una vez descubierto el “secreto” mejor

guardado y a la vez más accesible, pero les ruego que estén atentos a este último planteamiento. Si en la

anterior etapa escogíamos uno de los dos segmentos de 666 Km. de la Flor, lo dividíamos en tres sectores

y realizábamos su mediana (P333. Dos Almendres), todo ello en la escala Flores, en esta tercera etapa

vamos a considerar la escala Círculos relegando al P666 a su función como indicador del meridiano 0, es

decir, que al Este de la longitud proporcionada por el P666 se inicia a contabilizar las longitudes/divisiones

del 6º Semicírculo en la latitud de referencia: Dos Almendres.

Se obtienen seis divisiones de 180 km. hasta completar el Semicírculo al Este (180 x 6 = 1.080) de los cuáles

podemos prescindir de los que ocupan las posiciones extremas (Este y Oeste),- sin que en realidad afecte a

su punto central situado a 540 km. de la longitud del P666 (meridiano 0) -, para formar un rectángulo

áureo con esos cuatro sectores centrales (720 km. : Φ (1’618) = 444 km.). Vamos a ver como esta relación

entre cuatro y seis sectores no es un capricho y la encontramos explícitamente en algunas

representaciones como en el bolso sumerio (bolso/candado que estudiaremos más adelante), en un

petroglifo de Valcamónica, en el ritual de la cohoba (Rep. Dom. Obsérvese como la traslación del P666,

como hemos visto en una tablilla sumeria, comporta la pérdida de las cabezas al pasar al nuevo punto

NP666) y en la cerámica ibérica donde se observan los sectores de cuatro y de seis granadas al lado de

espirales de tres y cuatro radios, recordemos que tanto la Espiral de cuatro radios como el 4º Círculo

marcan la frontera Sur de la X (Sur del Círculo 3º).

Estas dos últimas imágenes son una formidable muestra de la geodesia que estamos dando a conocer.

Pertenecen a la llamada “tira de la peregrinación” (Códice Boturini) que representa la salida de Atlán por

los mexicas y la fundación de la nueva ciudad al cabo de varios años. Veamos la primera: cada una de los

personajes representa un Semicírculo y arrastra un carrito con la simbología del Sistema Geométrico (3

Flores, 3 Círculos con la X, 4 tulipas, un arco, una almohada con la espiral…), y en el quinto desde el Norte

(Centro Círculo 3º) surgen unas pisadas que indican el camino que hay que tomar. Entre la 3ª y 4ª tulipa del

carrito se extiende una línea de huellas que pasa bajo los pies de las figuras en procesión (similar a la

paleta de Narmer egipcia) y que indica el centro del tercer Circulo, pero para más abundamiento, entre la

tercera y cuarta figura (Círculos) hay un niño pequeño (Semicírculo), es decir, el Nacimiento/Génesis de esa

civilización tuvo lugar en el 6º Semicírculo (el bebé/dios está más próximo a la 4ª figura que a la 3ª donde

representaría el 5º Semicírculo). En las siguientes tiras de este códice se muestra el avance de ese pueblo

correspondiéndose con las respectivas tulipas que se visualizan hasta alcanzar la latitud del actual México.

La segunda representación no es menos sorprendente. En el extremo superior hay un árbol cortado con

una sucesión doble de 2+1+2 que al ser dobles (evidenciados por su circularidad) significan Semicírculos: el

centro del 6º Semicírculo. La composición de las cinco figuras redondeadas que se corresponden al 5º

Semicírculo se traslada hacia el 6ª Semicírculo, donde de nuevo se encuentra esa figura de bebe/dios en el

centro rodeado de seis Semicírculos: el centro del 6º Semicírculo. ¡Evidente! ¿No creen?. Pero esta vez

estas figuras no están espaciadas tan regularmente como en el 5º Semicírculo, sino que solamente dos de

ellas se sitúan en la mitad Norte del Semicírculo. ¿Creen que ese desorden no tiene ninguna finalidad?.

Este pequeño desajuste (2 partes/4 partes) , también evidenciado en las raíces del árbol, obedece a la

misma premisa que sostiene esta tercera etapa y que también se evidencia en la composición de

Valcamónica al situar las distintas cabezas cada cuatro marcas de las seis que presentan los brazos.

¿Qué conlleva todo ello? Si en la escala Flores hemos encontrado Dos Almendres buscando la mediana

entre el P666 y el PC, en la escala Círculos también podemos ubicar ese centro si consideramos dos de los

seis sectores que forman parte de un Semicírculo (1.080 km.) contabilizando 360 km. a partir del meridiano

que se corresponde a la longitud del P666.

Pero aún queda una opción que investigar; la que resulta de considerar el centro del Semicírculo a 540 km.

al Este de la longitud del P666 (meridiano 0) en la latitud de Dos Almendres. De esta forma, en la longitud

05º 59’, situaremos el ombligo del mundo entre el centro del 6º Semicírculo y el centro de la 5ª Flor re-

descubriendo la ciudad de Sevilla en los 37º 22’ N, a tan solo 37 Km. del centro del 6º Semicírculo,

precisamente el número que representa a los números triples (444, 555, 666,…); el mismo que establecía la

relación entre las dos escalas de Semicírculos y Flores.

Vamos a aportar dos argumentos reforzando la hipótesis anterior que plantea que el lugar donde se

asienta la actual ciudad de Sevilla albergó, en su momento, el centro poblacional de esa civilización que

diseñó el Sistema Geodésico, a sabiendas que Dos Almendres se constituía a su vez como el centro místico-

religioso de la época.

El primer argumento lo constituye el hecho que la ruta protohistórica denominada la Vía de la Plata sigue

el trayecto de nuestro meridiano áureo (05º 59’ W.). La Vía de la Plata es un camino que conectaba el Sur

con el Norte peninsular, ya conocido en la civilización tartésica, aunque podemos adjudicarle una

antigüedad mayor. Esa ruta de la plata o del estaño como algunos investigadores prefieren denominar,

transcurría desde Mérida hasta Astorga. Mérida se sitúa a escasos 30 Km. del meridiano áureo (05º 59’ W)

y Astorga a tan solo 5 Km. y a 12 Km. de la baliza indicadora del centro del Círculo 3º (42º 33’ N). Siguiendo

ese meridiano (próximo al de San Fernando 6º 17’ W. válido hasta el año 1.884), se encuentran enclaves

como Cáceres, Plasencia, Salamanca, Zamora, Benavente y León, entre otros. Por si fuera poco, el propio

número áureo fue llamado también: el número plateado y la misma Aztlán (Atlántida) era una isla situada

en una laguna que sugiere la isla de la Cartuja sevillana. Pero, no se trata solamente de establecer en

Sevilla el centro más relevante de la antigüedad, sino que podemos identificar el valle del Guadalquivir con

la latitud umbilical que daría sentido a la enorme densidad de yacimientos arqueológicos que alberga.

El segundo argumento tiene su fundamento en el reino de Tartessos, heredero de la cultura megalítica del

suroeste ibérico, ocupaba el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz,

desarrollando una lengua y escritura distinta de los pueblos vecinos y adoptando un símbolo en particular:

la estrella tartésica.

La estrella tartésica es una estrella de ocho puntas, conocida también como la estrella de Abderamán I,

primer califa del al-Ándalus quién la popularizó por todo el Mediterráneo, África y Europa. Desde el

neolítico simbolizaba el Sol representado por ocho rayos. El Rub el hizb es una estrella de ocho puntas que

se usa en el Corán para indicar el fin de un capítulo. En árabe “rub” significa “cuarta” e “hizh” significa

“parte o partido”, por lo que vendría a significar “cuarta parte”, la cuarta parte de la escala Círculos (2.160

km. : 4 = 540 km.// Sevilla) y parece ser la representación del paraíso según la creencia islámica. Es decir,

en la cultura de Tartessos la condición de centro del 6º Semicírculo esta expresada de forma inequívoca

con la incorporación de la línea central en la estrella de seis puntas, formando la estrella de ocho puntas

que significa dios/sol como ya hemos mencionado anteriormente. Por último, no podemos obviar que los

templarios adoptaron como símbolo el octógono regular (estrella de ocho puntas) y también la letra Tau

que se evidencia como una forma redondeada de la ave sumeria y cuyo otro significado es ni más ni menos

que el número áureo.

8- LA ANK Y EL BOLSO SUMERIO. APUNTES DE MITOLOGÍA Y VARIOS.

Durante años Alexander Thom realizó estudios sobre Carnac (Francia), donde descubrió un singular

alineamiento de menhires en “Le Ménec” llamado “Huevo de Druida”. Como su nombre indica, la figura

reproducida por decenas de megalitos se corresponde a un huevo invertido que se integra perfectamente

en el Sistema Geométrico de la forma siguiente: la base de forma semicircular representa el asa del bolso

sumerio/ank y la única línea horizontal que lo traspasa se sitúa en la cordillera Cantábrica; la línea vertical

se convierte en el meridiano áureo y junto con las dos aristas que confluyen en un vértice común sobre un

punto en ese meridiano señalizan el triángulo invertido superior (X) que se consolidaría como el cuerpo de

bolso sumerio (rectángulo áureo). La parte inferior de la X de ese símbolo del Ank,- llamada la cruz ansada

(ankylos = ancla ) muy similar a la cruz de los cristianos gnósticos -,representa la cola del ave sumeria; el

área sureña de influencia, de expansión y/o colonización de esa cultura (Islas Canarias - Norte de Africa).

Esta misma estructura compositiva ya la observamos en un grabado iberoamericano donde el P666 se sitúa

en la parte superior con forma de tridente/vulva (anagrama del Sistema Geométrico

Lo más relevante en estos momentos es que el “Huevo de Druida” revela la analogía entre la morfología

costera atlántica del la Bretaña francesa con la asa del bolso/candado, encajando perfectamente en ese

semicírculo. Podemos sugerir lo siguiente: para los creadores del Sistema Geodésico lo realmente

importante era ubicar en el planeta el territorio donde tenía cabida su civilización. Una vez consiguieron

diseñar la red geométrica, eligieron un “logotipo” que la representara y que no fuera meramente abstracto

como el tridente/vulva, sino que fuera reconocido por todos en un futuro. ¿Cómo podían cumplir esos

objetivos?: pues incorporando algo tangible a su diseño que lo identificara con un entorno concreto.

Actualmente asociamos símbolos parecidos, no tan solo artificiales como la tour Eiffiel para definir Paris-

Francia, sino también naturales como los fiordos noruegos, la gran cadena de arrecifes en Australia, el

Everest en el Tibet,… Esos sabios/shamanes centraron su atención en dos rasgos acentuados de la

geomorfología de su territorio: el primero basado en el estrecho de Gibraltar,- incluido en la

representación del “Huevo de Druida” -, que representa la unión de ambos triángulos opuestos (X) en un

vértice común (Península Ibérica – África). Y la otra gran peculiaridad que existe más allá del Norte

peninsular, ¿cuál es?. Pues el arco formado por las costas atlánticas francesas donde está situado Carnac

que cubre casi la mitad de esa asa del bolso/candado sumerio, en clara analogía con la Ank egipcia y otros

bolsos/candados elaborados en Mesoamérica por los olmecas donde se representan las dos serpientes que

custodian la puerta del cielo, el ave sumeria,… y que constituyen una prueba fehaciente de la dispersión

cultural a raíz de un único foco original ubicado en la Península Ibérica.

APUNTES SOBRE MITOLOGÍA.

1.- En los Oráculos Caldeos se narra una tradición particularmente interesante: se trata de una rueda a la

que se ataba un ave en cruz haciéndola girar como un remolino con el objetivo de someter la voluntad de

una persona en particular (lo que constituyó más tarde la imagen de las ruedas aladas de Ezequiel). Los

remolinos (espirales) están generados por una energía divina y constituyen esa criba, esa puerta entre los

dos Mundos que deben atravesar los Iniciados para poder renacer y que se asocian al Triskel celta,

constituido por tres espirales (centro espiral radio 3) ocupando los vértices de un triángulo equilátero (la V

de la X). Estas ruedas aladas justifican las imágenes tan distantes como las que se encuentran en la Cueva

de la Sábila (Rep. Dom.), recordando de nuevo el doble vano del crismón o en unas pinturas “Wandinga”

en Kinberley (Australia). En ambas se simplifica linealmente el cuerpo del ave (eje P666. Doble vano) entre

las alas que semejan ojos (Círculo : 2 = 2 Semicírculos).

2.- El caduceo es uno de los símbolos más antiguos (2.600 a.C.). Según la leyenda Hermes instruyó a los

egipcios en varias ciencias: astrología, escritura, medicina, metalurgia,… Su representación más conocida

es el palo con dos serpientes enroscadas en sentidos contrarios, formando tres Círculos en el que el mayor

sostiene el ave, es decir, el eje Norte/Sur esta invertido en el caduceo. El Círculo 1º más cercano al Norte

presenta un perímetro/circunferencia terrestre inferior al 2º Círculo y este a su vez es menor que el del

Círculo 3º; donde se enclava el P666 entre las alas/Flor de esa ave. Pero a la vez, estos tres Círculos están

partidos por el eje de la X/Jade, representando el 6º Semicírculo. Observamos que el caduceo presenta en

ocasiones una terminación en una cruz o en una bola, pudiendo asociar esta última a la representación de

la Luna que en los crismones se interpretaría como el doble vano (Semicírculo) y vincularlo al “yamur” que

remata los alminares de las mezquitas con tres bolas de tamaño decreciente culminadas en ocasiones por

medias lunas e incluso en la catedral de Córdoba por una flor de lis (flor de lis = luna = Semicírculo).

3.- . Existe un dios maya muy particular, se trata de Bolon Yokte Ku, llamado el dios formador del árbol de

los “nueve pies”, aunque se le conoce comúnmente como “pata de palo”. Este dios fue el responsable de

medir la Tierra con sus pasos al inicio de los tiempos. ¡Qué casualidad!, el Sistema Geométrico dispone de

nueve de esos Círculos o pies y además, como hemos visto al hablar de la disparidad en la escala Círculos

con respecto a la semicircunferencia terrestre, esta última abarca 9 ¼ de estos Círculos, es decir, que esta

cuarta parte del Círculo restante se puede equiparar fácilmente con el bastón en que se sustenta ese dios

en las representaciones donde aparece. Siendo que a cada pisada de ese dios se genera un Círculo,

podemos imaginarnos que los paralelos que surgen de la escala Círculos se constituyen como los “pies” de

ese dios y que estos guardan relación con los “soles” o “eras” que los mayas describen en su calendario..

4.- Vamos a relatar un suceso donde la información ha sufrido una alteración importante, no cuantitativa,

sino contextual: la trasmisión que recogió Platón del relato que hizo un sacerdote llamado Solón sobre las

dimensiones de la isla-continente de la Atlántida y en el que se basa mayormente el mito de su existencia.

Platón anotó las distancias de esa isla de forma muy certera, como un rectángulo irregular de tres mil

estadios de longitud por dos mil estadios de anchura. Si traducimos la unidad del estadio de la época en

180 metros, lo que es aceptado por la mayoría de investigadores, las anteriores cifras se convierten en 540

Km. de longitud y 360 Km. de anchura. Ese rectángulo se aproxima a la consideración de áureo (540 : Φ=

333’74) y en su composición intervienen las dos cifras (540 Km. y 360 Km.) que encierran los resultados

finales en la 3ª Etapa de este estudio, sin obviar, que el templo central estaba rodeado de anillos

concéntricos de tierra y agua, precisamente en el centro del Circulo 3º.

5.- Ninhursag (Nintu/Ki), diosa creadora de la montaña mágica en la mitología sumeria, partió en 14

pedazos la tabla de arcilla primigenia y dispuso 7 de ellos en el lado izquierdo y 7 en el derecho, situando

un ladrillo en la mitad (el 15 de la escala Flores) y originando los primeros 7 embriones humanos. En otra

leyenda sumeria, la diosa Ishtar (Inanna) que representa el amor y también la guerra, no tuvo más remedio

que descender al submundo cruzando los 7 vestíbulos/puertas, despojándose de una prenda de ropa en

cada uno de ellos para salvar a su enamorado; relacionándose con la danza famosa de los 7 velos.

Según ciertos estudiosos la trinidad católica proviene de la trinidad babilónica Nemrod (Padre)– Semiramis

(Madre) –Tammuz (Hijo). Nemrod, hijo de Enki,- el “dios serpiente”-, construyó la Torre de Babel con un

diseño geométrico de 7 terrazas a las que se accedía por un camino exterior en espiral; los 7 escalones que

surgen de la reducción en el sistema Flores de 15 a 14 (semicircunferencia terrestre), comunicados por el

Camino transhemisférico que traza nuestra Espiral hasta el Polo Norte donde conecta con la Espiral celeste

(Oblicuidad).

La cosmogonía caldea instalaba el Ecuador en la frontera entre los dos mundos: el iluminado y el oscuro.

Los paralelos situados más al Sur del Ecuador representaban a la serpiente ciega que mora en el

“Sedimento del gran Abismo” (La Espiral en el Hemisferio Sur). En esa parte del mundo se situaba el

“infierno”, donde se escuchaban rugidos en la oscuridad (terremotos) y donde todo se caía hacia abajo (el

“Precipicio desviado de la Tierra”), al pensar que la “fuerza unificadora” (gravedad) no existía en esa parte

del planeta. De ahí, que para llegar hasta el cielo,- desde el Ecuador al polo Norte -, haya que subir los siete

escalones (7 Flores); el séptimo cielo que todavía perdura hoy en día.

CURIOSIDADES.-

- El punto C situado en la cornisa cantábrica se encuentra de Carnac (Francia) exactamente a 540

km., o sea, a un cuarto del radio de la Espiral y de la escala Círculos, la mitad de la distancia entre

Carnac y Dos Almendres de 1.080 km. que entra en proporción áurea con los 1.620 km. que dista

Carnac de las ruinas de Cartago (N de África) formando un triángulo áureo.

- El triángulo formado por Karnak, origen de los obeliscos, Estambul y Roma permite desarrollar un

pentágono áureo cuyo centro coincide con la latitud 37º 12’ N, la misma que surge como latitud

central de la 5ª Flor y pasa por Hotan en China, donde se encuentran las antiguas fuentes del jade

chino.

- Siguiendo la relación pirámide/volcán vislumbramos la palabra “Mamoa” (en la lengua gallega

significa mama, dando nombre también a una serie de megalitos ubicados en ese territorio) y

establecemos un paralelismo entre un seno y un volcán, atendiendo a la forma de cono geométrico

que ambos presentan y del cual manan los principios constituyentes de la vida asociándolos al

concepto de Principio, implícito en el Punto 666. Veamos las proporciones áureas que surgen del

radio de la Espiral y también las que ofrece el segmento existente entre el Punto B y el Punto C:

ESPIRAL. Radio = 2.160 Km. Proporción áurea Φ: 1.334’98 / 825’01 Km.

PUNTOS B – C. Distancia = 1.335’37 Km. Proporción áurea Φ: 825’32 / 510’04 Km.

Enseguida observamos que la misma distancia de 825 Km. se encuentra en proporción áurea tanto

en la distancia que posee el radio de la Espiral como en el que existe en el segmento que separa los

Puntos B y C. Las distancias del único pico sumergido en km. (Zig-1) a esos puntos de la Espiral son:

ZIGURAT 1 – PUNTO B = 511’32 Km. ZIGURAT 1 – PUNTO C = 824’90 Km.

Resumiendo, la distancia entre el Zigurat 1 y el Punto C de 825 Km. es la misma que entra en

proporción áurea con el radio de la Espiral y también en el segmento B – C. Ese volcán extinto

(Zigurat-1, cerca del P666) dista de la pirámide de Keops un tercio exacto de la longitud del Eje

Polar y a su vez, en esa alineación se encuentra en proporción áurea con el propio número áureo Φ

(Φ x 1000) en el emplazamiento del volcán Etna. Recordemos que Tifón en la mitología griega se

presenta como un huracán o monstruo destructor que fue vencido por Zeus y encarcelado en el

Tártaro (Infierno) debajo del Etna. Esa criatura telúrica del inframundo sacude y raspa la corteza

terrestre provocando erupciones en ese volcán y en otras partes del planeta.

- Con respecto a los símbolos en las banderas nacionales veamos algunos países atravesados por la

Espiral: la bandera de Turquía,- donde se encuentra uno de los obeliscos -, incluye un creciente

lunar que representa un Semicírculo y este se halla al lado de la estrella de cinco puntas que

significa la 5ª Flor, al igual que las banderas de Argelia y Mauritania. En la bandera de Turkmenistán

aparecen las cinco Flores más la Luna (6º Semicírculo); en la de China tan solo las cinco estrellas, es

decir, las cinco Flores y en Marruecos la misma estrella con cinco puntas (5ª Flor). Otras banderas

representan tres sectores horizontales o verticales al igual que los escudos que portan los guerreros

mesoamericanos y que simbolizan el tercer círculo desde el Norte, independientemente de los

colores empleados: Italia, Armenia, Níger, Chad, Sudán, India y Laos. La bandera Birmana luce en el

centro de estos tres sectores horizontales la misma estrella de cinco puntas. En otros diseños se

presenta una X, escondida tras una cruz formando un crismón de ocho radios (centro 6º

Semicírculo): Huesca, Navarra, País Vasco, Macedonia…

APUNTES SOBRE ICONOGRAFIA.-

- Las balizas pueden ser representadas de múltiples formas, siendo frecuente la utilización de

distintos animales (serpientes, elefantes, aves,…), o bien, motivos geométricos. Es muy común el

empleo de tres círculos en forma de pendientes y collares, sustituidos por tres escalones en

Mesoamérica donde también la parte superior de la X (la V de la X),- que comprende el rectángulo

áureo que forma el cuerpo del bolso sumerio -, se representa en forma de pectoral y sustituye a la

tercera “mamoa” (sector P666) que encontramos en esculturas de Harapa e Ibéricas, entre otras.

- El P666 representa el punto medio entre las balizas de la Flor pero la secuencia en torno al seis

también puede constituirse como indicador de Semicírculos y debido a ello, para clarificar la

composición hay que tener en cuenta el número que se establece en la sucesión (5 ó 7) y su

posición en el Norte o Sur. Así pues, es muy común observar cinco serpientes (cobras =

Semicirculos) en la parte superior de las composiciones en la India o siete hojas de nenufar/loto en

la base. En otras ocasiones (arte sumerio) esos antiguos artistas no se regían simplemente por el

izquierda/derecha y el arriba/abajo; en sus creaciones podían conformar tramas laberínticas que

servían de instrucción (“iniciación”) a los aprendices. Por ello, no es de extrañar que la mayoría de

estos artistas o eran los mismos sabios/shamanes o eran personas muy próximas a ellos.

- Una de las singularidades de la cultura hindú antigua con respecto a las demás es la metamorfosis

que experimentan las alas/plumas sumerias hasta convertirse en brazos. En Mesopotamia los

“dioses” portaban alas independientes y en Egipto las extremidades que sujetan las alas en posición

horizontal surgen de los brazos extendidos de las figuras. La iconografía hindú proporciona un

nuevo diseño creativo que consiste en sustituir todo o parte del plumaje por múltiples brazos que a

su vez pueden estar o no extendidos y cuya finalidad reside en establecer las relaciones entre las

escalas Círculos/Flores con la circunferencia terrestre. Los mismos “trifontes” que emplearon

ciertos artistas para representar la Trinidad católica y que ya se empleaban en el arte sumerio, se

encuentran con toda naturalidad en la cultura hindú, tanto horizontalmente expresando las tres

divisiones en la base del triángulo áureo o verticalmente, indicando el tercer círculo desde el Norte.

- Atendiendo a las coronas circulares/radiales que rodean a muchas figuras, bien sea individualmente

o expresando las equivalencias en un doble perímetro de las escalas Flores/Círculos hay que tener

en cuenta que constituye un error de apreciación el hecho de considerar esos nimbos radiales que

rodean la cabeza como los rayos del astro/dios Sol, cuando en realidad, son divisiones en la

circunferencia terrestre, o bien, sectores primerizos del P666.

- Mencionaremos la convivencia de símbolos geométricos con escenas naturalistas, aunque no se

pueda asegurar su sincronía en el tiempo, como en la cueva de Tito Bustillo (Ribadesella). Los

motivos tectónicos que se encuentran en la Cueva del Castillo (Cantabria); una serie de signos

abstractos realizados en el Paleolítico (Magdaleniense Medio) muestran las divisiones en las escalas

que conocemos del Sistema Geométrico (Alas-Flor/3), confirmando de nuevo su origen que a más

tardar, se situaría en el Magdaleniense Superior (Periodo I), por la gran profusión de motivos

geométricos, en particular, de espirales. Siguiendo las pautas del Sistema Geométrico se pueden

comprender muchas de las composiciones que se encuentran desde Gobustan (Azerbaiyán) hasta

Galicia (pasando por Newgrange (Irlanda): escenas de espirales de radio 3 sobre otras de radio 4,…

- El rastro de esas claves geométricas se puede seguir hasta el arte románico: capiteles donde las

cornamentas del carnero forman espirales de radio 3, los mismos arcos en las portaladas de las

iglesias románicas que separan de igual forma que las “gopuram”(India) o los arcos islámicos, el

mundo profano del sagrado (“la puerta al cielo”) y que están constituidas en su gran mayoría por

tres o seis semicírculos, en relación al centro del Círculo 3º y/o al del 6º Semicírculo,

- Si las distintas concepciones espirituales/religiosas de la Humanidad desde el Neolítico se basan en

figuras geométricas (triángulo, línea, círculo, espiral, esfera,…) podemos pensar que el crisol donde

se generaron todas esas manifestaciones surgieron del Sistema Geodésico fundamentado en la

Proporción Áurea, observada hace milenios en la Naturaleza; desde la disposición de las escamas

en una piña hasta las nebulosas. Cabe plantearse que algo bueno debieron aportar estos

Maestros/Sabios: ¿ por qué sino serían recordados durante milenios en todo el planeta?. La

respuesta es que sembraron tanto el germen de la ciencia y de la tecnología como un sistema de

creencias que dieron sentido a sus interrogantes existenciales y que dio frutos tan dispares como el

cristianismo, el budismo, el hinduismo, el vudú o el yoga.

9 – ICONOGRAFIA.

MESOPOTAMIA.

EGIPTO.

INDIA.

IBÉRICA.

MESOAMÉRICA.

ARTE ABORIGEN AMERICANO.

ARTE PREHISTÓRICO MUNDIAL.