LA UNION CON DIOS

EN LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES

DE SAN IGNACIO (*)

ANTONIO S. PARDO MORENO, i pbro.

SUiVlARIO: INTnODUCCION.-I. FUNDA~IENTOS DE LA UNION: A) Cuulidudes cIel ejercitan'te. E) Escuela cIe orucion. C) El plan de los ejercicios prepara la union.-II. LA UNION 'CON Dros, FIN DE LOS EJERCIOIOS.-III. Fu ENTE DE UNION CON Dros: A) Union con Cristo Hom])re., Dl Union con Dios.· C) Propieclades de esta union.-IV. LA UNION,

SU CONSECUENOIA LOGrcA.-V. JUIOIO DE LA IGLESIA.

INTRODUCCION

N UESTRA época es, poco mas 0 menos, como todas las épocas de la Historia: critica,' decisiva, de capital importancia. No

queremos 'acentuar los tonos grises ni caer tampoco en un optimis­mû exag·erado. Lo cierto es que hoy,como ayer, existen aImas clescarriaclas-muchisimas, pOl' clesgracia-y aImas que siepten en su espiritu sed devoradora de escalar la c.ima de la perfecci6n. Ta111poco son escasas, gracias al Senor; tal vez mas que en siglos

(*) B 1 B L l 0 G R AFf A

GUIBERT (.ToSÉ DE), Theologïa spiritual'ls O'scetica et 11listica. Roma, 1937; GUIBERT (JOSÉ DE), Mistique Ignacianc, "Revuc d'Ascetique ct, Mistique", XIX

(1938), 3-22; U9·190. TANQUERRY (AD.), Gompendio de Teologia. Ascética .JI J1I'istica. 1930. P1oXI, Encyc. Mens Nostm, 20 dic .. 1929, AAS, XXI (1929), 703·4.

,BRUNET (LEANDRO), LoI;. Ejercicio8 y la contemplaci6n, "Manresa", XII (193G), 147. CALVERAS (JosÉ), S. J., "Qllé (l'utO ha de socor de los E:iercicios ... ? Barcelona, 1941. CASANOVAS (IGNACIO), S. J., Ejercicins cIe San Ianacio de Loyola. Version castcllana

deI P. Pecll'o N. Isla, S. J. Dos tomos en un vol. Edit. Balmes. Barcelana, 1945. 'CHARMOT, S. J., Doctl'ina espil'itua.l de los homores de a.ccion. San SeJJustüln, 1943. HERNANDEZ, (EUSEBIO), S. J., L~ entl'ega 0 abandono deI alma a Dias y los Ejer ..

cicios, "Manresa", XV (1913), 107. CALVERAS' (JosÉ), S. J., S. Ignacio cle Loyola. Ejel'cicios Espiritllales. Glosa y vr,

cab1l1m·io.' Edit. Balmes. Bal'celona, 1944. 'S. IGNACIO DE LOYOLA, OOI'a8 completas. B. A. C, Vol. 1. Madrid, 1947, IRIARTE (MAURICIO), S. J., La disposici6n deI alma en los E'jC1'C'icios, "ManreSIl",

XVII, (1945), 8 slgs. LARRANAGA (VICTORIANO), S. J., La espil'itualidad de S. Ignacio. Muclrid, \944. LA PALMA (LUIS), S. J., Gamino espi1'itllal ... Barcelona, 1860. FERNfu'lDEZ (.JE;SÛS iVI.), "Glun es. el fin de los Ejel'ciciQ,s?,1 "Manresa", 'XIX (1',41'.),

34 sig's. '

168 ANTONIO S. PARDO MORENO

pretéritos. Una doble soluciôn nos atreveriamos a darles: Ejerci­dos Espirituales a muchos de los primeros y' vida intensa de uniôn oon Dios a los segundos. Mejor dicho; la soLuciôn podrîa ser unica: la un1:6n con Dias por media de los Ejercicios Rspiri­tuales de San Ignacio.

El Espiritu sopla cuando quiere;es cierto. Pero la experien­da nos atestigua gue la mayor parte de las conversiones a la fe y, sobre todo, a vida de fer"vor se deben a los Ejercicios de San Ignacio. ElIos han obrado muohas mas conversiones que 1et1'a5, tiene ellibro.

Con una orientadôn sana y brios,a, existe en nuestros dias cierto apasionamiento por cuestiones religiosas: deI misterio de la gracia, de la Sagrada Eucaristia y deI Sagrado Corazôn de Jesus, por ejemplo. La intensificacion y desarrollo de la practica de los Ejercicios Espirituales también hi! progresado notablemenT te. Pero no siempre su interpretacion se ajt~,sta a la mente de su autor. En cuanto 'a la palabra Ejercicl:oS~ todos estan de acuerdo en desig1(.arla un recto sentido psicologico y Ulla estrategia ehcaz. Pero el alcance de su espirit'ttalidad) como se remonta con vuelo de aguila hasta 1a.s mas altascumbres de la mistica, hasta fundirse con su Dios, por medio de una union intima en el sentido en que nos hab1an de elIa los autores rriisticos por exce1encia, Santa Te­resa y San Juan de la Cruz, no siempre se la ha comprenc1ido ni suficientemente ac1arado. Trataremos de adararlo en el. presente trabajo.

En nuestros dtas se apllcan con frecuencÏa las calificaciones de lôgica a los E jercicios de San Ignacio. Su método esta sabiamente ordenado, y la razon y la reflexion ejercen un papel importante. Pero el cami no que siguen los E j erdcios es el cami no del amor.

MESCHLER (MAURICIO), S. Jo', Ei 1iIJ1'O .rIe los Eje!'cicios de S. Ignl/cio." Oria, 1913. Îl'IESCHLER (MAURICIO), S. J., La a.scéUca de S. Ignacio de Loyola en su LiMo de

los' Ejel'ctcios. Barcelona, 1923. ftfonurnenta Ignatiana. Serles II. Excl'citiœ s]Jiritualia Sancti Ignatii de Loyola et

e01'urn Directoria. Matriti, 1919. P. NONELL, A1'~ Ignaciana animol'ltrn ad Deurn ]Jer Chl'istum adduccndorum. Bar­

celona, 1888. OUM (ANTONIO), S. J., Ejel'cicios Espirituales de S. Ignacio. Madrid, 1947. PEETERS (LUIS), S.' J., Yers l'union divine ]Jar les Ex.ercices de Saint IgnŒce. Lou-

,ain, 1931. ' BuAuEZ (FUANCISCO), De Religions Societalis lesu, llbro 9, c, nûms. 4-8. . RENÉ DEBAUCHE, S. J., Les exe1'Cices spirituels, livre d'election ou manuel 1)1'a­

tique du ]Jur Qmo1t1'?, "No.uvelle .Revue Theolog'ique", LXXX (948), 898-917. JOSEPH SCHAACK, S. J., Ponr contemple!' et servir t'amour, ibidem. JosÉ MARiA CIRARDA, Un estudiiJ del Libro de los Ejercicios, "SUl'gel", IX (1949),

60 sig·s • . C.-H. MARiN, S. J., Spir/tualia exercitia secundum Rornanorum pontificum l)OCll­

menta. Barcelona, 1941. Etcétcra,. ete. .

LA ONION ·CON DIOS EN LOS EJERCICIOS

Su pedagogia, suave y eficaz, tien de mas bien a elevar el nivel deI alma por la orac~ôn,. y en particu~ar por la oraci6n a:fectiva;' hasta lograr adentrarse, por medio deI Corazôn de Cristo, en el santuario mismo de la contemplaci6n.

1) FUNDAMENTOS DE LA UNI6N

a) Cualida,des delejercitante

San Ignacio presupone el1 el ejercitante un minimo de cu ali­clades que han d~ servir de base a la magnifica construcciôn es­piritual de su alma.Construcci6n que apenas si estadisefiada . mas que en sus trazos fundamentales. Hay en ella algo basico, fundamental, insustituible, pergefiado en el mismo titulo de los Ejercidos: "E%ercicios Espirituales para vencer â si mrÏsmo y or­denm' s'u vida sin, determinarse par affeci6n alguna que desarde­uada sea." gué entienda San Ignacio pol' vencerse ci si mH;mo, . ordenar su vida y no determinarse por afecciôn aIgu na, tratare-· mos de sefialar mas adelante. Par.a dar vida a ese substratô co­mun y dotarle· de la forma adecuada que le convierta en la de­corosa mansi6n deI Rey celestial todo ,ese margen de virtudes na­turales y sobrenaturales que deben animar a todo el que se decida a practicar los Ejercicios.

Descuella en primer término la generosidad. Sôlo los corazo­nesmagnanimos son a propôsito par,a las grandes empresas. Y el ~jercitante, segun lIa mas genuina interpretaciôn ignaclana, . ha de seguir a su Rey, ha de vencerse a si mismo, debe tener pOl' lema de su vida el "agere contra": Es expresion de la que hecha mano con frecuencia San Ignacio en sus Ejercicios. Ante la fuerza de las tentaciones acons'ej a "el oposito per diametrttm'" (1). Sobre todo si lo·ve sel' servic.io deI Senor, 110 debe vacilar, sino "debe hacer per diamé'tncm contra .la tal tentation" (2).

POl' eso, apenas ha emprendido la marcha sefialada, mas aun, en el comienzo mismo de su obra, que le indica el camino a se­guir, se le muestra con toda c1aridad la consigna: "sin deter111Ï­narse por afeccion a1gurta que desordenada sea". Tiene concien­cÎa San Ignacio de que habla a corazones que .solo laten al im­pulso de una generosidad sin limites, puesta al servicio deI Senor. POl' eso les diCe:

(1) Regla 12 para conocer los. espiritus [325]. (2) Reglas acerca de esplritus, nota sexta [351].

4

i)

170 ANTONIO S. PARDO MORENO

, "Al que resciba los Exercicia~ mucha aprovecha entrar en ellOl~ con mucho animo y Nberalidad con su Criador y Senor, ofrecién~ dole Ioda su querer y liberlad para que su divinCl! Majestad, as; de su persona coma de todo 10 que tiene, se sirva conform'fj III

su sancl[s!sima volun!ad" (3). ' , ,1

Es un' clarinazo a la lucha, que debe emprender con toda ge· nerosidad, con brio, con valor. Pero no solamente se deja otr en una sola ocasion. Todas sus paginas son un despertador magni­fico de las fibras, tal vez adormecidas, de una rara generosidad.

"... La persona que se exerdta: por /rocer co{nfra la Jcsolaciôn y vencer las let:"laciones, debe eStar siempre alguna casa mas de la hora cumpllida; porque no &610 se avece a re~istlr al aaversarÏo, mas aûn a derrocalle" (4).

A este respecta es muy de notar la disposicion con que debe emprender las contemplaciones de la vida de Cristo,. segùn apa­reee en el principio y fundamento de la segunda s,emana: mec1ita­don del Rey temporal. En ella senala con toda c1aridad: "harân oblaci6n de mayor estima y momento" (5), que es la entrega total a Cristo, y después de haber prüpuesto en el tercer punta: "ha­ciendo contra, su propia,sensualidad" (6), recalca con énfasis en la oblacion: "q'lûero y deseo y es mi determinœâ6n. deliberada" (7),

En la rIOta que c.o'oca San Ignacio después de la meditacion de los tres binarios desarrolla mas est.e pensamien~o, que ho deja deser es,encial en el Santo Fundador: '

"Es de nofar que crianJo n050ir08 se1l11lÎmos affecta ô repugncm-­cia contra la pobreza aotuclf, cuaÎ7Jo no somas indiferenles a po­breza 6 riqueza, nwcho aproveclw para extinguir el tal a/eelo d~­ordenado, pedir e;] los coloquios (aunque 5ell! corltr~ la carne) que el Senor te elija en pobreza aciuaJ, y que él pide y supHca, s6[" qU'e sea servicio y alabanza de la su divin'a; bdrodad" (8).

'T,al es el espiritu de generosidad que debe animar al ejerci­tante. No hay virtud sin cora je ni santidad sin heroîsmo. Y para ello, se requiere, ante todo, generosidad. Desde el principio y fun­damento hasta la oblacion final- deI primer punto de la contempla­ci6n para ,alcallzar amor afJora espontaneo este mismo pensamien­to. De dio es simbolo y compendio la magnifica entrega: "Tomad Seno'r, y recibid", etc. (9).

(3) Anotaci6n quinta. (4) Anotaci6n tl'ece. (5) Meditaci6n ciel Rey Temporal [9iJ. (6) Ibicl. (7) Ibicl. [98], (8) Meditaci6n cie los tres binarios. nota [157J. (9) Contemplaci6n para nlcanzar amor [234).

LA UNION CON DlOS EN LOS EjERCICIOS 171

Pero esta generosidad no sera idéhtica .en dos ejercitantes,El ideal es. que lleguen al grado sumo, pero hasta conseguirlo hay que domenar laspasiones y l1~tarà en proporcion directa a la co­rrespondencia personal â la g1<acia.

Una segunda cualidad deI ejercitante ha de ser. su franqueza caballerosa, que provenga de su generosidad. Sin fr:anqueza no se concibe generosidad. Ante los mas graves problemas deI espiritu, que ,se iran proponiendo en el tl'anscurso de los ejercici-os, la l'e­acdon ha de sel' francaen primer ,lugal'. Franqueza consigo mis· mo, franqueza con el director, que mal podra venir en su ayuda si no se le abren de par en par las puertas deI corazon. Fran.queza, sinceridad ante todo.

CaballerosG, dijimos, yenesto rinden en parte tribufo a la época y psicologia de su autor. No, cierta111ente, pOl' un mecanis­mo rigido 0 uua espiritua'idad militarista, si no pOl' el vocabulario que usa e imagenes que emplea ya desde el principio, pues el mis­mo titul-o indica que se trata de una guen'a sin cu artel contra el enemigo de hs aImas. Y todo 10 demâs esta a tono con esta ex­preslon, hablândonos de banderas, estrategias ofensivas, etc.' El acierto innegable de San Ignacio esta en unir un optimismo sano que se apoya ,en los resortes naturaJes y una vision cel'tera de la cruda Iucha en que nos descnvolvemos.

Al compas de estas virtudes, quiere San Ignacio que marche et esPiritu de recogimiento. Es notable a este respecto la cIoctrina que va dejando caer en sus adic.iones,

Si hailo lo que qulero de rodillas, no pasaré adelanle y sÎ postrado. asimismo" etc., en el pun~o. en el cual hallare :~o que quiero ah! me reposaré s·inJ lmer ansia de pasUT aclelœ4e hus/a que me satisfaga (10). -

Privarme de ioda claridacl para el mismCl effectoi, 'cerrando Ven-­(anas y puerlas el tÎempo que estuviere en la câmara, si no lUBre para rezar, Zeer Y' corner (II).

Refrenar la vista excepfa a~' rescibFï· 6 al clespeclircle la peWf,ona con quien hablare" (12).

Por encima de todas las inquietudes y preocupacione,; prefie­xe el recogimiento sereno y la paz inalterable del espiritu. El mis­mû pens,amiento desarro,llaria magistralmente el mistico' vate de Fontiveros, San Juan de -la Cruz, en la candon 35 de su cantico espiritual. .

(10) CuarLa adic!6n [76]. (11) Séptlma adici6n [70],' (12) Novena adlc16n' [81].

172 ANTONIO S. PARDO MORENO

Que la generosidad, la franqueza, la 'fuerza de voluntad y so­bre todo eJ amor y.el recogimiento, y otr'Üs que pudieran sena­larse, sean los car,acteres de la union divina, basta con repasar, aunque sea superficialmente, cualquier tratado de ascética y. mis­tica.

"Vioc el alma, casi de con'trouo en la presencia Je Dios: gusla de coniemplarle oioiendo denlro' de su corazoh, y para eso 13011$

iodo Sil cuiJado en desasirse de las' criatuTas [sin deoterminarse poT

affeoo6n a1guna. ... ] POT esta razon ama la s0l5edad y el silen~ do" (13).

El amor es 10 que compendia toda la labor de los ejercicios. Es el motor que da su impulso decisivo al comp'icado engranaje de su contextura.

b) Escuela de oracion

La oraClOn es otro de 16s caracteres de lél via unitiva. Ora­cion sencilla, piadosa, vivi da en cada momento. Eialma "cons­truye. paul!1ltinamente dentra de su corazoni·una celdilla en la que siempre encuentra a Dios; y con El habla de corazon a, coraz6n. Enfonces reina entre Dios y el.alma una dulce intimidad'; (14).

San Ignacio pretende ante todo formar hombres de oraci6n. y los Ejercicios no son, por deJ1nicion, otra' cosa que oraciofr. "Por este nombre, exercici'Üs spirituales, se entiende fodo mod9 de e%M11-inœr la consciencia, de rmeditar, de Dontemplar, de orar mental y vocal ... " (IS). ,

A que podamos ador,ar a Dios y nos unamos con El por la oracion se endereza su ingenio para proc.urar el silencio y el reco­gimiento. A eso tienden las adiciones a que mas an-iba' hemos aludido. A eso se refiere 'èspecialmente éste cuando dice:

"Quanto !mas nues/ra anima, se halla' sola y apartada se, hace . mas apta para se acercar. y llegar a su Criador y Senor,' y quanto mas aiSsi se allega, mas se dispone para rescibir gracias y dones de la su divina y summa, bondad" (16).

Cinco horas de meditaci6n, distribuidas con maestria insupe­l'able dentro deI plan de los Ejercicios, son otros tantos puntos de mira y la levadur,a que ha de llevar" su espiritu a todo 10 restante. El desarraigo de los vici'Üs, la practica de las virtudes, rodo ha

(13) TANQUERllY, Cdmpend'lo de Teologia A$cética y MisUca, 1. 3.·, miro. 1.292. (14) Ibid. Id. (15) Anotac16n primera. (16) Anotllci6n veinte.

LA UNION CON DIOS EN LOS EJERCICIOS 173

de ser vivific,ado por la oraci6n. En todo el libro no habla San Ignacio de otra cosa que de oraci6n, proporcionando medios para que la hagan mas eficaz.

Un continuo buscar a Dios,es el suspiro constante que se deja escapat de ca da una de sus frases. En multiples ocasiones tiende sus ùjos ~ Cristo, cuyos misterios si gue de cerca desde la euna de Belén hasta su Ascensi6n a los cielos. Desde los primeros pream­bulos de sus meditaciones, "ver cori la vista imaginativa sina­gogas, villas y castillos por donde Cristo, nuestro Senor predica­ba:' (17), hasta desahogar toda la emotividad de su alma, delicada en los ternisimos coloquios con que corona sus horas de oraci6n.

y ciertamente que no es la oraci6n de San Ignacio fria inte­lectua:ista. No negamos que en algqnas de las meditaciones use de un m.étodo inductivo y deductivo, a la vez que da la sensaci6n de carecer de espontaneidadpor ser estudiado y compuesto. Lo que pasa es que la fuerza de su 16gica es :aplastante y que ante la fuerza de sus argumentos no cabe réplica. Pero bajo las aparien-, cias deI i'ndiferentismo de la 16gica no puededisimularse una riada de afectos, arterias vivificadoras de un espiritu ~ubidisimo. V éase , 10 que decia el P.Nadal a este respecto (18):

"No quiso jamas S. l;gnacio ni dar ni permitir otro métoc1o de oroci6n;, y ma:-,J6 que a los candidatos de la Compaiila se }es en-< ~elïara esto mismo, persuadi.,'o de que en él se f}tlcon~raba la fuerza motriz, el verdad'ero punto de partida de la& ascensiones a la ma3 perfecta y ,l<a mâs sublime oraci6n,.. Después de hechos los Eje,.~ ciciQs, posee cl alma los pnncipios necesarÎos para hacer oraci6T1i en las tres vIas de que habld,:1 los coniemplativos ... Hay que tener UIU!

grande y especial devoçi6n a los Eiercicios, porque gracias a ellos el P. Maestro Igndcio ha llegado a tan liMa ccmtemplaci6n y ha: hecho Dios por él cosas lan grandes."

El ideal de los Santos Ejercicios es el llegar ~ la intimidad con el SenoI', llegarse hasta El, contemplaI' a J esucrÏsto y vibrar a los impulsos de su amor. La experiencia personal nos 10 ates­tigua, ademas de los testimonios mas autorizados que pudiéramos citar. Sirvan de ejemplo el de San Pedro Canisio, que preguntado qué era 10 que habia aprendido en los Ejerciéios, se limit6 a res­ponder: l'A oraI'''.

La oraci6n ha d~ constituirun habito, ha de ser un eontacto intimo con el Senor, no un episodio que haya de repetirse con mayor 0 menor frecuencia.

,(17) Meditacl6n deI Rey Temporal, primer preâmbuIo [91]. (18) Mon. Hist. So.cietatili Jesu, Eplsl" P. Nadal, pâgs. 666 y 8lgs ..

11-' ANTONIO S •. l'ARDO 1dOllENO

H~prender~ de todaO/feccidn creaJa, dirigir hacia 11010 Dio, fodas ,las potencias del alma, oerle en iodas sus obras, apreciar éstas tan ~olo con relaccio11i a su origen y a su fin: la bondad inti .. nUa; eJercitarse en Teconocer en! sus hemranos' yi en sus Superiore.s ~ imagen Je nue.stro SenoT Je.sucris·to, è1110 e;/ esto crecer en' Jeoo~ cion, owir ana oida de oracian y erl, cierto motk Je continua C01T~ lemplacion~" (19). '

c) Biplan di! los Ejercicios prepara la union

Los Ejercicios, en la mente de su autor, no estan. hechos para toda c1ase de personas. San Ignacio incuIca repetidas vece,> en sus Constituciones una mooeracion en la admisi6n a practicar los San­tos Ejercicios, que tenia sin dudamuy en el corazon. "Quando omnia (exerdtia) tradentur, raris hominibus vel qui de vitae suae statu deliberare velint, tradi oportebit" (20). "Exercitia Spi­ritualia plene normisi paucis iisque hujusmodi ut ex. corum pro­fectu, non vulgaris ad Dei gloriam fructus operetur, tradenda sunt" (21). ~ ,

Dirigiéndose, sobre todo, a hombres intelectuales y escogidos, de ahi que no prescinda de la razon, iluminada por la fe, con ob jet'o de fundamentar sus resoluciones no sobre vagos sentimien­tos, sino en maduras reflexiones, dentro de un pIano enteramente sobrenatural.

En el Principio y Fundamento coloca la base primordial, el titulo exigitivo que esta pidiendo deI alma su entrega toiala Dios (22). Nuestra nada, nuestra dependencia esencial y total de Dios nuestro Padre. "El hombre es cria.do para alabar, hacer re­verencia y servir a Dios nuestro Senor, y mediante esta salvar su anima" (23)' ,

La oracion preparatoria viene a sel' una Ham:ada deI auxilio divino y una ofrenda total de la actividad humana. Algo asi como el espaldal'azo que nos actua en la dulce presencia deI Senor, que tan importante pa pel desempefiaen los que caminan por los dub~s sendel'os de la via unitiva (24).

(19) LUIS PEETERS, Vers l'union divine par les Exercices de Saint Ignace. Lou­vain, 1931.. Segulmas la traducclon en casteIlana de la edita rial El Mensajero dol Corazon de Jesus, 1944, bajo el tltulo Hacla la union con Dias, III, 81.

(20) Canstltuclanes, p. 4, C. 8, IIt. E. (21) Ibl1d., p. 7, c. 5, III. F. 1

(22) Cfr. EUSEBIO HJ>RNhNDEZ, La entrega a abandollodel alma (V Dias, "Manre­ss", XV (1943), pâg. 107. . (2) Prlnclpla y Fundamenta [23J.

(24) TANQUEREY, Compendlo. de Teologla. Âscética y Mtstica, 1. III, Prelimlnares, ltùms. 1.291, 1.292, L296,

LA UNION CON DIOS EN, LOS EJERCICIOS f75

Los colciquios son el broche de oro que enderran todo un mar de piadosos afectos. S011 el desahogo deI alma con sU divino Es­poso. Sobresale entre _ todos ,el ternisimo coloquio de la meditaci6n de los tres pecados. Inmediatamente antes de senalar que "el 00-

loquio se ha ce propiamente hablando, asi como un amigo hablà a otro 0 un siervo a su Senor" (25), pone ante el alma a Cristo crucificado, ideal supremo de amor y desinterés, para dar rienda 8ueltà al corazon, que a duras penas puede contenerse:

"lmaginando a Cristo nuestro Sl!iiot delante y puesto en Cruz, hacer un coloquio como de Criador es venido a hacerse hombre y de vida. eterna a mul!rte temporal~ y asf. a mm'ir par mis pe­allIos" (26).

Ante este espectaculo admirable no pretende otra cosa que la union con Cristo, laentre~a total al qt1~ tanto padece por nosotros:

"Otro tanto mircirrclome a mi mismo la que he :heeho par Cristo. la que hago p.or Cristo y la que debo haeer por Cristo, y asi, oién­dole, tal y aili colgaclo en la Cruz. diseurrir par la que se aires.­cicre" (27).

y bien sabia San Ignacio que este "discurrir por 10 qui se , ofreciere" en buena 16gica debia concluir en entregarse totalmente -a Cristo.

Reviste de un caraèter eminentemente afectivo las yepeticiones , Q simple repaso de las meditaciones precedentes. La qUe se pre­t~de es sacudir las entretelas deI espiritu a, base de una seleccion de impresiones recibidas. La labor intelectual se supone hecha en, los Ejercicios precedentes; ahora, cediendo, en ,cierto modp, parte d'e la actividad humana, se pone mas directamente bajo la accion especial de la gracia operante, 10 que es caracteristico de lasalmas contemplativas (28). '

En la meditacion del Rey t-emporal va caldeando los animos para que ante la vista del Rey eternal no pueda menos de que ~, . " los que mas se querran affectar y senalar en todo seroicio deI Rey eterno y Seiior universal... haran oblacion,es de mayor est-ima y t1wmento" (29).

Toda el ambiente de la vida de Cristo le habla al alma de rehuncia, entrega, union amorosa. El Verbo hum:anado no tra­baja, n6 ora, 110 padeœ sino por amor. Y por am or (San Ignacio

" . \

(26) Coloqulo de 'la meditac16n deI primer pecado [53). (27) IbId. (28) TANQUEREY, op. clt., mim. 1.301. (29) Med1tac16n deI Heino de Cristo, II. Tercer punto [97). (25) Medltac16n de las ,tres potencias sobre -el primer pecado [54].

.J76 ANTONIO s. l'ARDO MORi:NO

1>

concreta mas: por mi amor) Jesus tiene sed, sufre, padece tra" bajos, hambre, cansatlcio Y muere en una cruz. El ",reflectir sobre mi mismo para sacar algun provecho" (30) no puede dirigirse a otra cosa.

'Acentua la Pasion este mismo deseo de entregarse y unirse a Cristo. Toda ella es un anhelo continuado:," C onsiderar como todoesto padesc(! por mis pecados) etc., y qué debo yo hacer y pa­descer por El" (31): y cuando en la cuarta semana contempla el triunfo de la n'ivinidad, hace resaltar el amor desbordado de Cristo, que c;lebe traducirse en fiel correspondencia por parte del ejercitante, ensenandome con ello' \

"Lo qUe! a su ejemplo sera también en mÎ el3 lriunfo Je e.se Dios y de eSe Cristo que asf me aman: darme, es de jar le tome, entera posesion de mi sà y 10. endiose, penetre y refulja enl la definitie" c~nsumacion dei amor" (n).

II) LA UNION CON Dros, FIN DE' LOS E]ERCICIOS

o

, Para la inteligencia y emp'eo de cualquier obra (!s de capital importanèia determinar el fin preciso a que se encamin~. En nues­tro caso no debe haber Jugar a dudas. Y, sin embargo, algunas interpretaciones no nos parecen del todo, acertadas (33).

San Ignacio 10 determina en el frontispicio mismo de su ob ra : ',' Exercicîos espirit1wles parai vencer a si mis11w y ordenar su vida sin determinarse por afeccion algtma que desordenada, sea." (34).

Espreciso desentrafiar qué significacion deba dârsele a las pa­labras ordenar Stt vida) Ilenas de profundo contenido. Què sea 10 mâs importante se deduce de que "para réstablecer el orden per­dido oturbado por el pecado es por 10 que debe el hombre ejer­citarse, venc(!rse, desarraigar de S1t corazon las afecciones desarre­gladas" (35). , La e:eccion no es sino un mediopara "ordenar la vida" . No, debe reponerse en ella, por 10 tanto, el fin de los Ejercic.ios. Por descontado el papel primerisimo que desempefia la elecci6n dentro de la finalidad de la ordenq..ci6n de la vida; pero basta repasar el titulo de los Ejercicios para ver que San Ignacio no se para en

(30) Tercera semana, Medita~i6n primera, punto prlmero [194]. (31) T(lrcera semana, Meditacl6n primera, punto' sexto [197]. (32) E'. HEHNANDEZ, loc. clt., "Manresa", XV (1943), lU7.· (33) Cfr. LEONCIO' GHANDMAISON, Interpretation des Exerctces, "Recherches de

Science Religieuse", 1930, pag. 397. (34) 21. (35) J,. PEETEHS, op. cil., c. II, pâg. 48.

LA UNION CON DlOS, EN LOS EJERCICIOS 171

la elecci6n. Seria empequefiecer la amplitud de miras de quien pretendia ante todo llegar a la mayor perfeccion posib:e déntro de la orbita particular de cada género 0 estado de vida djferente.

La elecci6n de estado es, al fin y al cabo, u'n comienzo que H nO

alcanza, la plenitud de su eficacia sino, en el grado i que ilumina la, ,in:el;'gentia, fortalece la voluntad y, sobre todo, une a Dios por un GJmor puro, ardiente y sacrificado" (3.6). El solo hecho de estar situada la eleccion en la segunda semana indica que no puede Sel' ella el verdadero y definitivo punto de vista.

Toda la gama de meditaciones, adic.iones, notas y contempla­dones, con la pureza .de corazon obtenida en el transcurso de los Ejercicios, son una preparacion a la union, de am or enire el alma y Dios. En el Principio y Fundamento solo se trata de ordenar la v:da en todos sus detalles y cdnfonne a los imperativos de la gloria divina segun ~a reg1a deI "tanto, cuanto".'

De la segunda' semana son un compendio las breves palabras del Rey eternal: "Porque sigui~ndome, en la pima, también me siga en la gloria" (37). Lo sustancial es ordenar como medio de ir a Dios y a: ultimo y supremo fin, cumplir los preceptos y lle­narse deenergias

f para llegara conseguir la un' on con Dios.

"El hombre mador es como una sada que, por la CreacÏ6n ha sido di5parada por Dios a un blanco fijo; la ordenacion de esa sada y de todo su movimiento esta en querer tender, en Ioda su marcha, acor&e con 'M voluntad divina, y los Ejercicios f/lO son olra cosa que tornar a dar a ese proyeclil el rumbo quç Dios le seiial6 e imprimio" (38).

D~spués de la comunicacion progresiva de los sentimientos mas intimos' deI Cor~zon Divino, en ·'la meditacion de las dos banderas, de tres binarios, en el Reino de Cristo; siguiendo paso a paso las huellas deI Sa'vador, puede ser admitido el ejercitante a esa intimidad mas interiory santificante que lleva el nombre de union (39). La participac:on afectiva y efectiva de los sentimien­tos de Cristo conduee de suyo derechamente" al Santuario de la Contemplacion y deI amor divino, logrado, mas que pOl' el esfuerzo persona, por la gracia de cOllfianza suplicada insistenlemente: "De­mandar lo que quiero ... , dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, lâgrimas, pena interna de tanta pena, que C1'isto pasô por mi" (40). -'_._--

(36) Ibid., p. 54. ': ' (37) Medltaci6n deI Reino de Cristo, p. II, 2,0 [95]" (38) JE,SÜS M. FERNANDEZ, GCual es el fin de 108 Ejercicios?, "Manresa", XIX

(t948), 34., . (39) L. PEETERS, op. cit., pâg. 58. (40) Tercera semana, segunda contemplaci6n, ~ercer preâmbulo [203].

118 ANTONIO ~ ~ARDO MORENO

Las mas perfecta ordenacion de la vida consiste en haberse unido siempre y en todo a la voluntad divina, aun después de haber re\mcitado en Cristo a nueva vida, union que tanto mas se deja sentir "par que asi después tenga parte conmigo en la victo­ria camo 10 hatenido en los trabajos" (41).

La vista deI Rey de la Gloria, consolador de sus amigos, ma­nifestando su belleza divina, arrebata el alma y provoca en ella un amor purîsimo tan desinteresado y generoso que se despoje de toda personalidad para recoge'r los sentimientos deI Sefior "que­riéndome affectar y alegrar detanto gozo y altgrîa de Cristo nuestro S enor" (42). Que no sea una idea brotada al azar 10 de­muestra la coincidencia no solo en el elemento formaI, si no hasta en la materialidad de las palabras. Habia dicho poco antes: "P e­di, gracia para me ategrar y gozar intensamente de tanta gloria y gozo .. de Cristonuestro- Senor" (43). " ,

La .contemplacion para alcanzar amor, de la que 110S ocupa­r,emos mas adelante, es la diadema donde aparecen engastadas la rica pedrerîa de un amor puro deificado que no puede menos de e!evarse hasta un centro de gravedad: la union con Dios. Union intima, total; ni puede ser otra la meta sefia!ada a las aImas es­forzadas, a quienes se supone que van dirigidos los Ejercicios, segimeJ contexto de la :anotacion 20. •

Hay que tener en cuènta que la mayor parte de las reglas y observaciones contenidas en el libro aureo de los Ej:ercicios no solamente estan presc.ritas para los, dias de retiro; el fin que San Ignacio en el1as prefija es la vida entera deI ejercitante, para quien los Ejercicios no son sino una época de aprendizaje, un alto en el trabajoso caminar por las via~ deI espiritu para emprencler con mas vigor y coraje la empresa de la santificacion. Y para todo esto sefiala San Ignacio varias etapas logicamente enlazadas y subordinadas entre si, como sus fines: mantener y àfianzar luna delicacleza de conciencia nad a vulgar, progresar en el amor y co­tlocimiento de nuestro Sefior J esucritso, unirse a El con oracion mas intima, imitacion amorosa, union estrecha . con su Corazon adorable, abierto fisicamete para ser refugio donde las aImas pri­vilegiadas aniclen para siempre y se unan con El en un lazo es­trecho e indisoluble. Después indicara mas cIaramente que el fin de los Ejercicios' es la union con Dios, la contemplacion para al, canzar amor.

r41) Meditaci6n deI Reino de Cristo, p. l, punto seg'undo [93J. (42) Cuartll semana, cuartll nota, segunda adlcl6n (229). (43) Cuarta semana, primera cQntemplacl6n, tercer prel1mbulO [221J.

LA UNION CON PIOS EN LOS E]ERCICIOS 179

Facilmente se puede comprender por qué San Ignacio pu­siese coma fin y meta deseada de sus Ejercicios la union intima con Dios. El fué un contemplativo privilegiado, y su espiritu se elev6 hasta las regiones de la uni6n deHorme. Por 10 tanto,cono­da perfectamente el caracter santificador de las gracias de oraci6n. Por otra parte, queriéndonos .dejaren su librode los Ejercicioo un compendio met6dico para' la santificaci6n-Ios Papas han di­cho de él que es el C6digo mas sabio y universal deI gobierno espiritual de las 'aImas en la via de la salvad6n y de la perfec­ci6n (44)-, no es creible que su celo pOl' las aImas, y mas atm la parte que el elemento sobrenatur'al' interviniera en su redacci6n, excluyerande sus paginasj de la superabundancia de sus dones celestiales, la forma mas escogida y mas efic:az de la uni6n con Dios, pues en opini6n comun entre .los Maestros de la vida e$pi T

ritual, aventaja sobremanera la vida contemplativa a la vida activa. Por otra parte, los Ejercicios destinados en la mente de su

autor a aImas generosas y magnanimas, que sientan sed de per­fecci6n y santidad, para cumplircon 10 que en ellos se promete desde el mismo titulo, encaminarles fielmente al sublime fin a que aspiran, que no es otro que la uni6n con Dios, cima de, la perfee­d6n, debe encaminarse a ella.

Atendiendo a este 'fin de la uni6n deifica, que tan grabado de­bia tener San Ignacio, habla 1 tan frecuentemente del trato intim9· deI Criador con la criatura, de nuestra entrega total y sumisa en manos de Dios, de la imitaci6n de Cristo, deI deseo que tiene Dios. de comunicarse a sus criaturas, etc.

(H) Pio XI, Encyc. Mens Nostra, AAS, XXI (1929), 703-4.