La viruela

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ADMINISTRACIÓN FEDERAL DE SERVICIOS EDUCATIVOS EN EL D.F. ESCUELA SECUNDARIA TÉCNICA N° 71 SUBDIRECCIÓN ACADÉMICA TURNO MATUTINO LAS VACUNAS, UNA MEJORA SOCIAL Las vacunas, son unas herramientas de prevención de enfermedades muy habituales hoy en día. Prácticamente todo el mundo está familiarizado con el término “vacuna”. Pero ¿de dónde viene esa palabra? ¿Qué hecho científico hay tras él? Edward Jenner era un médico inglés. A los trece años comenzó su vida profesional al servicio de un cirujano local, con el que permaneció hasta los veintiuno. Fue entonces cuando se trasladó a Londres para continuar con su formación como médico. En 1773 regresó a Berkeley , su ciudad natal para abrir una consulta local, en la que adquirió un cierto prestigio. A finales del siglo XVIII la viruela era una plaga muy temida en Europa y América, puesto que causaba una gran mortalidad y no existía tratamiento contra ella. La única manera de prevenirla consistía en inyectar a un sujeto sano materia infectada procedente de un paciente con un ataque leve de viruela, con la esperanza de que ese sujeto sano desarrollase también la forma leve de la enfermedad y después ya quedase protegido frente a ella. Sin embargo, frecuentemente las cosas no eran así y el individuo sano fallecía de viruela. Jenner observó que era frecuente que las lecheras sufrieran en las manos unas pústulas de carácter benigno cuando estaban en contacto continuado con vacas que padecían una enfermedad llamada viruela de las vacas o variola vaccina en latín. Esta enfermedad provocaba erupciones en las ubres semejantes a las que produce la viruela humana. En 1796 Jenner se dio cuenta de que las vaqueras que sufrían este contagio luego quedaban a salvo de enfermar de viruela común. Es decir, se hacían inmunes. Jenner decidió probar esa observación y tuvo la idea de inocular a una persona sana con la viruela de las vacas para conferirle inmunidad frente a la peligrosa epidemia. El 14 de mayo de 1796 llevó a cabo su experimento que él mismo describe así en su escrito “Investigación sobre las causas y los efectos de la viruela vacuna”: “Para observar mejor cómo evolucionaba la infección, inoculé la viruela vacuna a un niño sano de ocho años. La vacuna procedía de una pústula del brazo de una ordeñadora, a quien había contagiado la vaca de su señor. El 14 de mayo de 1796 se la inyecté al niño a través de dos cortes superficiales en el brazo, cada uno de los cuales tenía la anchura de un pulgar.

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ADMINISTRACIÓN FEDERAL DE SERVICIOS EDUCATIVOS EN EL D.F.ESCUELA SECUNDARIA TÉCNICA N° 71

SUBDIRECCIÓN ACADÉMICATURNO MATUTINO

LAS VACUNAS, UNA MEJORA SOCIAL

Las vacunas, son unas herramientas de prevención de enfermedades muy habituales hoy en día. Prácticamente todo el mundo está familiarizado con el término “vacuna”. Pero ¿de dónde viene esa palabra? ¿Qué hecho científico hay tras él?

Edward Jenner era un médico inglés. A los trece años comenzó su vida profesional al servicio de un cirujano local, con el que permaneció hasta los veintiuno. Fue entonces cuando se trasladó a Londres para continuar con su formación como médico. En 1773 regresó a Berkeley , su ciudad natal para abrir una consulta local, en la que adquirió un cierto prestigio.

A finales del siglo XVIII la viruela era una plaga muy temida en Europa y América, puesto que causaba una gran mortalidad y no existía tratamiento contra ella. La única manera de prevenirla consistía en inyectar a un sujeto sano materia infectada procedente de un paciente con un ataque leve de viruela, con la esperanza de que ese sujeto sano desarrollase también la forma leve de la enfermedad y después ya quedase protegido frente a ella. Sin embargo, frecuentemente las cosas no eran así y el individuo sano fallecía de viruela. Jenner observó que era frecuente que las lecheras sufrieran en las manos unas pústulas de carácter benigno cuando estaban en contacto continuado con vacas que padecían una enfermedad llamada viruela de las vacas o variola vaccina en latín. Esta enfermedad provocaba erupciones en las ubres semejantes a las que produce la viruela humana. En 1796 Jenner se dio cuenta de que las vaqueras que sufrían este contagio luego quedaban a salvo de enfermar de viruela común. Es decir, se hacían inmunes. Jenner decidió probar esa observación y tuvo la idea de inocular a una persona sana con la viruela de las vacas para conferirle inmunidad frente a la peligrosa epidemia. El 14 de mayo de 1796 llevó a cabo su experimento que él mismo describe así en su escrito “Investigación sobre las causas y los efectos de la viruela vacuna”:

“Para observar mejor cómo evolucionaba la infección, inoculé la viruela vacuna a un niño sano de ocho años. La vacuna procedía de una pústula del brazo de una ordeñadora, a quien había contagiado la vaca de su señor. El 14 de mayo de 1796 se la inyecté al niño a través de dos cortes superficiales en el brazo, cada uno de los cuales tenía la anchura de un pulgar.El séptimo día se quejó de pesadez en el hombro; el noveno, perdió el apetito, tuvo algo de frío y un ligero dolor de cabeza; durante todo el día se encontró enfermo y pasó la noche inquieto, pero al día siguiente volvió a encontrarse bien. La zona de los cortes evolucionaba hacia la fase de supuración, ofreciendo exactamente el mismo aspecto que adquiere la materia virulosa…Para cerciorarme de que el niño, levemente infectado por la viruela vacuna, había quedado realmente inmunizado contra la viruela humana, el 1 de julio le inyecté materia virulosa que había extraído con anterioridad de una pústula humana. Se la apliqué profusamente mediante varios cortes y punturas, pero no dio lugar a ningún ataque de viruela.En los brazos aparecieron los mismos síntomas que provocan las sustancias virulosas en los niños que han sufrido variola o viruela vacuna. Al cabo de unos meses, le volví a inocular materia virulosa, que en esta ocasión no produjo ningún efecto visible en el cuerpo“.

Jenner envió un informe a la Royal Society de Londres, pero ésta lo rechazó. En 1798 publicó el libro “Investigación acerca de las causas y efectos de la viruela vacuna”, cuyos costes fueron pagados por él mismo. Comenzó además una campaña para dar a conocer su “vacuna”, que generó gran polémica y fue muy discutida. Los científicos de la época, e incluso la Asociación Médica de Londres, se opusieron al tratamiento de Jenner y, en muchas ocasiones realizaron críticas violentas e injuriosas. Incluso desde los púlpitos se predicaba que la vacuna

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era una acción anticristiana. Finalmente, su vacunación acabó imponiéndose por sus espectaculares resultados y Jenner, que se convirtió en una celebridad nacional e internacional, disfrutó desde 1802 de una importante suma anual concedida por el Parlamento. En 1815 se retiró de la actividad científica. Es importante indicar que hoy en día sus métodos de experimentación no serían aceptados por ningún comité científico.

Los esfuerzos de Jenner y el desarrollo de la vacuna de la viruela evitaron numerosas muertes. Sin embargo, esta enfermedad era aún frecuente en África y Asia en la década de los sesenta. En 1966 comenzó el Programa de Erradicación de la Viruela de la OMS. En 1980, 24 años después del inicio del Programa, la viruela se declaró oficialmente erradicada, convirtiéndose así en la primera enfermedad oficialmente erradicada de nuestro planeta.

En la fotografía vemos a Ali Maow Maalin, somalí, última persona que enfermó de viruela en el mundo. Ali murió en julio de 2013, a los 59 años, después de haber dedicado toda su vida a intentar lograr la erradicación de otra enfermedad de la faz de la Tierra, la poliomielitis. En otro post os contaremos su historia y la de la poliomielitis.

EDWARD JENNER Y LA VACUNA DE LA VIRUELA

El médico y biólogo británico Edward Jenner nació en Berkeley, condado de Gloucestershire el 17 de mayo de 1749. Era el cuarto hijo del reverendo Jenner, vicario de Berkeley.Cuando contaba tan sólo 5 años su padre falleció y quedó bajo la protección de su hermano mayor, también clérigo. Sus primeros estudios los realizó en la escuela local y desde muy temprana edad mostró gran interés por la naturaleza, especialmente por la zoología.Con 21 años inició sus estudios en el Hospital San Jorge de Londres con el famoso cirujano y anatomista John Hunter.Entre ellos nacería una amistad que perduraría hasta la muerte del maestro. El joven Edward estudió además geología, el plumaje de las aves, la historia natural de las anguilas y la temperatura de los erizos.En 1773 y tras rechazar el puesto de naturalista en la segunda expedición del capitán Cook por el océano Pacífico, Jenner volvió a su pueblo natal para ejercer la medicina.Prestaba una especial atención a sus pacientes, lo que le granjeó el aprecio y el respeto de sus vecinos. Cinco años más tarde se casaría con Catalina Kingscoke, eficaz colaboradora de su marido, y con quien tuvo tres hijos.

La viruelaEn aquella época, la viruela era una plaga infecciosa muy temida que azotaba fundamentalmente a Europa y América, y para la que no había tratamiento ni forma de prevenirla. Estaba causada por el Variola virus, aunque en aquella época no se sabía.El nombre de viruela proviene del latín "varius" (de variado o variopinto), y se refiere a los abultamientos que aparecen en la cara y en el cuerpo de una persona infectada. La infección provocaba gran mortandad y los supervivientes quedaban marcados de por vida. Jenner observó que las vacas padecían una enfermedad llamada Vaccina o viruela de las vacas, que produce erupciones en las ubres semejantes a las que produce la viruela humana. Probó su vacuna con un niño de 8 años“En ocasiones, contagiaban la enfermedad a las lecheras, en las que aparecían pústulas en las manos. Por fortuna, era una dolencia de carácter benigno y los afectados no tardaban en recuperarse con muy pocas secuelas.Pero lo que verdaderamente llamó la atención de Jenner fue que estas personas se volvían inmunes contra la viruela humana.

Experimentos con la vacunaJenner decidió probar ese conocimiento empírico y tuvo la idea de inocular a una persona sana con la viruela de las vacas para conferirle inmunidad frente a la terrible enfermedad.El 14 de mayo de 1796 extrajo pus de una pústula de la mano de Sarah Nelmes, una ordeñadora que había contraído la viruela de su vaca lechera, y lo inoculó a un saludable niño de 8 años llamado James Phipps. El pequeño desarrolló una leve enfermedad entre el 7º y el 9º día. Se formó una vesícula en los puntos de inoculación, que desapareció sin la menor complicación. El 1 de julio, inoculó al niño con la temida viruela, pero no enfermó.

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Jenner envió un informe a la Royal Society de Londres, que lo rechazó. En 1798 publicó a sus expensas el libro “Investigación acerca de las causas y efectos de la viruela vacuna” y comenzó una campaña en pro de su “vacuna”, que fue muy discutida.Los científicos de la época, e incluso la Asociación Médica de Londres, se opusieron al tratamiento de Jenner y, en muchas ocasiones realizaron críticas violentas e injuriosas. Incluso desde los púlpitos se predicaba que la vacuna era una acción anticristiana.

Finalmente, su vacunación acabó imponiéndose, aunque hoy en día sus métodos de experimentación serían inaceptables por contravenir los principios de la ética médica.

BIOGRAFÍA EDWARD JENNER

Edward Jenner fue un afamado investigador, médico rural y poeta, cuyo descubrimiento de la vacuna antivariólica tuvo trascendencia definitoria para combatir la viruela, enfermedad que se había convertido en una terrible epidemia.

Era también llamado como el sabio-poeta debido a la pasión que sentía por escribir y manifestar sus sentimientos a través de esta faceta de la literatura. También amaba la música y la naturaleza.

La gente de su pueblo lo creía loco, porque había empezado a probar la vacuna contra la viruela con un niño sano de ocho años llamado James Phipps, después de que el tratamiento con James Phipps dio un resultado favorable lo empezó a utilizar con otras personas, ante la cerrada oposición de otros médicos. Las personas creían que si se vacunaban le crecerían apéndices vacunos en el cuerpo y sobre eso se hizo una sátira llamada "The cow pock" (1802). (la viruela de la vaca)

Para la historia de Francia, llega el merecido reconocimiento cuando Napoleón da la orden de vacunar a toda su tropa, en el año 1805. Posteriormente la Condesa de Berkeley y Lady Duce hacen vacunar a sus hijos, haciendo que la nobleza inglesa las imite. El reconocimiento había llegado dos años antes con la organización en España de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna que patrocinó una primera expedición de vacunación a nivel mundial, al abarcar su imperio de ultramar (Hispanoamérica y Filipinas).

Así se quiebra definitivamente el círculo de opositores al científico y es entonces cuando lo invitan a establecerse en Londres y ganar mucho dinero, pero Jenner declina la propuesta manifestando que "si en la aurora de mis días busqué los senderos apartados y llanos de la vida, el valle y no la montaña, ahora que camino hacia el ocaso, no es un regalo para mí prestarme como objeto de fortuna y de fama". No obstante lo expuesto, recibe dinero y distinciones que le permiten pasar una vejez económicamente holgada.