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LA FORMACIÓN DEL ESPACIO VENEZOLANO
Autora: Beatriz Ceballos GarcíaFondo Editorial De La Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Fedeupel) Caracas 1999
Las Estructuras Espaciales Dominantes En Venezuela. Teoría y praxis.
La estructura del espacio está definida como un producto social; resume la dinámica desencadenada por los
grupos humanos al relacionarse con su medio; dinámica que responde a propósitos bien definidos propios de
condiciones históricas dadas. La conformación de la estructura espacial de Venezuela reproduce los intereses
del sistema capitalista, dentro del cual se han localizado tres manifestaciones históricas esenciales:
mercantilista, de libre comercio y monopolista. En el proceso han jugado papel fundamental los grupos sociales
privilegiados del país y el Estado, con su acción política, por dominar y sacarle provecho al medio, han
coincidido en crear y aceptar nuevas condiciones de producción que aceleran las tendencias intrínsecas
implícitas en la utilización del espacio.
El espacio en Venezuela, en su formación, registra caracteres cónsonos con diferentes modalidades de
organizaciones espaciales, la sistematización de una teoría explicativa de la interdependencia de los elementos
que comprenden el sistema espacial de Venezuela a través del tiempo, nos han impuesto la necesidad de
diferenciar las estructuras espaciales dominantes desde la colonia hasta nuestros días. En este sentido
logramos diferenciar dos grandes estructuras "seccionada" que define al espacio de la Venezuela agraria
(colonia y naciente República, hasta fines del siglo XIX) y la estructura "centralizada" que define al espacio de la
Venezuela petrolera (1950 hasta nuestros días). Entre estas dos manifestaciones se nos presenta el espacio del
petróleo (principios del siglo XX hasta la década del 40).
Primer mapa: El Espacio seccionado
La combinación de los elementos integrantes de la organización espacial de Venezuela para este período
descubre una estructura espacial dominante "seccionada" (o realizada); áreas o secciones con relativa
interdependencia o autonomía entre ellas, organizadas desde sus respectivos puertos para satisfacer las
demandas de un mercado exterior.
Esta capacidad dominante responde a un proceso de penetración colonizadora cuyo propósito fue
incorporar cada espacio al monopolio de ese proceso productivo que arranca desde los inicios del silo XVI,
dirigido desde la metrópoli. Al ubicarnos en ese tiempo encontramos una España orientada por los principios
del mercantilismo, a partir de los cuales la base del movimiento comercial descansa en la obtención y
colonización española en los nuevos dominios territoriales; Venezuela es uno de ellos, donde los españoles
entran en contacto con comunidades indígenas que, por su estructura económica familiar y de parentesco,
corresponden a sociedades primitivas. Se calcula en unos 500.000 los indígenas que habían estructurado el
territorio de Venezuela en tres grandes áreas demográficas.
Brito Figueroa, Federico: La estructura económica de Venezuela Colonial, P. 38. La costa-montañosa (muy poblada, centros de relativa densidad, agricultura, de azada e intercambios); los llanos (escasa población, nomadismo, aldeas con relativa densidad concentradas en los interfluvios, pesca intensiva e intercambios): el área Amazónica-Orinoquence (escasa población recolectores, cazadores y pescadores).
Paralelo al proceso de sometimiento definitivo de la población indígena se introduce una superestructura
político-administrativa, trasplantada de la metrópoli, con la cual evolucionará la sociedad colonial. La rareza de
los ricos yacimientos de metales preciosos obligó al conquistador a buscar otra fuente de riqueza: la tierra; la
tase extractiva da paso a la agrícola con visos de esclavista: primero el aborigen y luego el negro traído de
África; se instituyen en fuerza de trabajo, uno por la vía de la encomienda y otro por la esclavitud, que harán
posible en lo sucesivo la economía Colonial.
En este marco estructural se conformó la organización espacial de Venezuela agraria, propia de un país
inserto en un mercado externo, que le exigía producir cacao y café fundamentalmente para dar satisfacción al
consumo exótico de los europeos y norteamericanos.
El espacio de la Venezuela agraria adoptará así, una estructura "seccionada". Cada sección o área ha sido
seleccionada al ofrecer las condiciones ecológicas necesarias para desarrollar los cultivos mencionados y
atender a las exigencias de ese mercado externo. La importancia de tales "secciones" se complementa por la
cercanía al mar y la conformación de puertos como La Guaira, Puerto cabello, Maracaibo y los de cabotaje,
asociados a los referidos, alrededor de los cuales se organizará la producción, recolección, almacenaje y
transporte de los cultivos señalados, así como otros productos: cuero, añil y tabaco. La red de comunicaciones
(caminos de recuas, ríos, e te), incorporan las haciendas monoproductoras (plantaciones) y hatos, a los
puertos. Cada hacienda, plantación y hato, lejos de mantener una interdependencia frente a un mercado
interno responde a intereses del mercado exterior, primero como colonia y luego como República naciente.4
En el espacio de estructura "seccionada" el papel de las ciudades consiste en recibir y despachar la
producción agrícola exportable y trasegar hacia el campo escasas mercancías manufacturadas en el extranjero.
Es lógico considerar, por las condiciones en que se manifiesta la dinámica del espacio que fuesen burgos de las
zonas cacaoteras y cafeteras y algunos puertos los que monopolizasen el más prudente auge urbano.
El cambio político introducido con el proceso de independencia a principios del siglo XIX no alteró esta
estructura "seccionada" producto histórico de la inserción del país en un mercado colonial externo.
Durante la República, el Estado venezolano abre el territorio al Comercio Internacional capitalista a través
de casas comerciales extranjeras, pero en lo interno se conservan relaciones de producción pre-capitalistas,
semi-feudales y hasta esclavistas. Los cambios, socioeconómicos, generados por el proceso independentista,
parecen reducidos a la intensidad con que es utilizada, en adelante, la mano de obra esclava que tiende a
decaer, en favor de otras relaciones pre-capitalistas de corte "semi-feudal" que parcialmente están presentes
desde la Colonia y dieron origen al medianero, aparcero o peón, etc. La generalización de estas relaciones de
producción aseguró a los grandes propietarios de tierras una mano de obra servil y barata que les facilitó
ampliar los cultivos y extender la superficie de sus fundos con la incorporación de baldíos.
Los grandes terratenientes terminan por compartir el poder político con los comerciantes asociados a las
casas extranjeras monopolistas que funcionan desde mediados del siglo XIX. Dichas casas importan y exportan
libremente, suministran préstamos a crédito a grandes terratenientes y a medianos y pequeños propietarios de
tierra y productores.
La estructura espacia l continúa "seccionada" en áreas pro-ductoras organizadas en función de los puertos
de exportación con los que conforman los denominados hinterland. La estructura agro-exportadora de
Venezuela y las condiciones naturales de sitio no sólo constituyen factores valorizados de dichas áreas, sino
también de fortalecimiento de los núcleos urbanos (centros de distribución) mejor situados en ellos con
relación a esa actividad comercial y en donde se concentran las clases que perciben mayores ingresos de los
generados por dichas exportaciones agrícolas.
Segundo Mapa: El espacio de la Venezuela del Petróleo
La Venezuela del Petróleo se identifica con el proceso de desestructuración (económica, social y espacial).
La introducción de un nuevo elemento (el petróleo) inicia cambios en el conjunto de relaciones generando un
nuevo proceso de estructuración. La no asimilación de toda la estructura por el nuevo elemento impide su
crecimiento orgánico y provoca el proceso de distorsión en el ámbito nacional del presente siglo.
Las inversiones directas de comienzo del presente siglo son claves en la explicación de los cambios en este
período. Se busca el combustible indispensable para el desarrollo industrial de los países de economías
avanzadas: el petróleo. Venezuela gracias a su configuración geológica posee este recurso del subsuelo. No así
la tecnología y la legislación propiamente petrolea.
El interés de esos capitales por nuestro recurso petrolero y la necesidad del Estado venezolano por obtener
mayores ingresos para el fisco y poder realizar obras públicas conducen a negociaciones en las que nuestros
espacios son colocados al servicio de esos intereses foráneos que inscriben los mecanismos antes sugeridos. En
consecuencia, la exploración, explotación y cualquiera otra actividad relacionada con la industria petrolera
depende directa o indirectamente de factores externos.
Se conforma una estructura económica diferente de la agroexportadora del período anterior, como
expresión de la condición del área dependiente de los países industriales. Venezuela responde así a las nuevas
necesidades de los monopolios internacionales. El proceso de deformación de la economía con implicaciones-
sociales, se arraiga en el país. Los beneficios de la actividad productiva, apoyada en una alta tecnología,
ahorradora de mano de obra, no trascienden a la mayoría de la población nacional, localizada
fundamentalmente en el sector agrícola tradicional, en decadencia desde comienzos del siglo, al no haber
podido responder a las variaciones de precios y nivel de la demanda mundial.
Mientras sube el P.B.T., por efectos del sector petrolero, desciende la población empleada en el mismo en
contraste con el peso de la empleada en la agricultura: "la principal fuente de trabajo no es la principal fuente
de riqueza".
En la expansión de las inversiones directas extranjeras (especialmente norteamericanas) juega un papel
importante la acción del Estado Venezolano, el cual gracias a nuestro legado histórico, representa a la Nación
como dueña de los recursos del subsuelo y puede explotar directamente, a través del Estado, tales riquezas (o
mediante institutos autónomos oficiales), o conceder a un sujeto privado nacional o extranjero la autorización
de exploración, explotación y comercialización. A principios de este período, el de la Venezuela del petróleo, la
acción del Estado está representada primero por Cipriano Castro y luego por el General Juan Vicente Gómez,
quien bajo un régimen dictatorial hace del Estado un aparato represivo garante de la reproducción de las
grandes inversiones realizadas en la explotación de la "industria petrolera".
Esta acción del capital extranjero con el apoyo y actitud complaciente del gobierno venezolano, contribuye
a configurar áreas o centros dinámicos reducidos; unos, que funcionan como fuentes de materia prima para la
exportación (centros petroleros y sus áreas de influencia), al occidente y oriente, y otros, que funcionan como
mercado de productos manufactureros importados (ciudades más importantes y sus áreas de influencia), al
centro del país. Estos centros constituyen la nota espacial en el desigual crecimiento que genera la
distorsionante penetración de los capitales extranjeros en una explotación que en ese momento no respondía
a la evolución económica social del país. Aquellas áreas que no participan ni de las actividades petroleras, ni de
los programas estatales, siguen congeladas en las estructuras pre-capitalistas de relaciones de producción,
basadas en la explotación de la fuerza de trabajo en forma servil.
En consecuencia en la "Venezuela del petróleo" asistimos a la coexistencia de dos expresiones económico-
sociales: la agrícola o agraria y petrolera en el proceso de la nueva estructuración del espacio nacional.
Tercer mapa: El espacio centralizado
El espacio de la Venezuela petrolera es respuesta de la transferencia del ingreso petrolero por arte de la
política del Estado "empresario", con intereses de las empresas multinacionales y de los grupos de empresarios
nacionales. La estructura espacial, en consecuencia, es producto de la acción combinada de estos intereses
frente al aumento del sector petrolero en los ingresos fiscales a mediados de siglo.
Freyssinet, Jacques, El Concepto de subdesarrollo. p.110, Este fenómeno de coexistencia no lo entendemos como un simple dualismo, es decir, como una yuxtaposición de dos sectores heterogéneos. Entre ambos sectores existe una relación dialéctica:...La economía capitalista ha destruido al sistema pre-capitalista; su espíritu, su forma se han visto grandemente alterados, han perdido su unidad y su 'libertad “de comportamiento. En cuanto a la economía capitalista local, ésta no constituye un sistema, sino sólo la excrecencia de un sistema capitalista extranjero...lo que existe es la desintegración del sector tradicional y la no integración al sector moderno”.
Después de 1943 cambia la estructura del ingreso fiscal; la participación estatal en los beneficios petroleros
aumenta, primero, gracias a la Ley de Hidrocarburos (1943) y, luego, con las modificaciones de la Ley de
Impuesto Directo sobre la Renta. Es así como entre 1943 y 1950 el Estado millonario inicia y promueve la
construcción de la infraestructura física (especialmente la red vial) y la creación de servicios. Estas inversiones
se orientan especialmente en las áreas más pobladas, donde converge la red de vías que se construyen en el
período propuesto. Esta infraestructura sirve a la consolidación del proceso migratorio de Venezuela. El éxodo
rural es masivo como respuesta a las condiciones precarias del campo frente a la concentración de los
beneficios petroleros en dichas áreas pobladas y, en donde, la respuesta a este juego de fuerzas genera la
macrocefalia urbana.
En estas áreas se dan las condiciones propicias para la inversión de capitales extranjeros y nacionales en
especial en el sector industrial bajo el modelo de "sustitución de importaciones" inducido por el capitalismo
financiero.
Ahora el espacio nacional adopta una estructura Centralizada? definida a partir de los espacios de inversión
que han sido seleccionados en atención a ventajas corporativas. El Estado no sólo proporciona la
infraestructura de relación y crea los servicios necesarios en apoyo a una economía de aglomeración, sino
también es "empresario" y se reserva la administración de las industrias básicas (siderúrgica, administración
de industrias básicas (siderúrgica, administración, petroquímica, etc). "El capitalista tiende a concentrar sus
inversiones en aquellos puntos que garanticen la mayor rentabilidad originando un proceso en una sola
dirección que hace que los puntos que ofrecían las mejores condiciones de rentabilidad inicial se mantengan
como espacios de la riqueza, donde se concentra el grueso de las inversiones, manteniendo una situación de
estancamiento generalizado sobre el resto del terri-torio".
Auglade, Georgés: "Le Risque en la chance" (mimeo), p,16. La centralidad es entendida como "la estructura espacial de la dependencia del capitalismo industrial y financiero. Economía de
aglomeración, centro de consumo, reserva de mano de obra, son los atributos indispensables en la realización de las rentas de las tierras urbanas y los beneficios comerciales en manos de grupos inversionistas nacionales y extranjeros*.
Los beneficios de la actividad petrolera se centralizaron en Caracas y resto del centro-norte del país, y en
Maracaibo; en la primera por ser tradicional centro hegemónico nacional, cuya área de difusión comprende el
resto de las ciudades ubicadas en el eje Caracas-La Guaira-Valencia-Puerto Cabello, y en Maracaibo por ser el
único centro de importancia, heredado del período agrario, incluido, en el área petrolera nacional de mayor
importancia productiva. Sin embargo, es "El Centro" que abarca territorialmente el eje Caracas-La Guaira-
Valencia-Puerto Cabello, el espacio dominante de inversión, engendro del proceso de Petrolización.
Cuarto mapa: El Centro
EL CENTRO es el espacio dominante de inversión, donde se concentra el excedente de todo el país. Es el
espacio privilegiado que sustrae una parte importante de la capacidad de intervención del Estado una vez
conformada la estructura espacial "centralizada". Coincide territorialmente con la porción centro-norte del
país, específicamente el eje que abarca Caracas -Maracay-Valencia-Puerto Cabello, y los Valles del Tuy hasta
Barlovento.
Caracas ejerce el control político, económico e ideológico tanto a nivel regional como nacional. De allí que
consideremos EL CENTRO como una unidad espacial definida a partir de la dinámica que genera el sistema
Caracas y su área metropolitana bajo el proceso de Petrolización y que provoca el auge de una economía de
aglomeración, de mercado y de renta urbana.
La década de 1950 marca el inicio de la configuración de la estructura "centralizada" con un nuevo proceso
de "urbanización". Ahora se apoya en mecanismos internos de acumulación de capital, como es el desarrollo
industrial inducido por el aumento de los gastos públicos en infraestructura y servicios, los que son financiados
por el sector clave del aparato productivo: el sector petrolero (fundamentalmente bajo los efectos de la Ley de
Hidrocarburos de 1943 y las modificaciones de la Ley de Impuesto sobre la Renta).
Todo este proceso provoca cambios cuanti-cualitativos en la parte centro norte, determinando una
tendencia de integración urbano-industrial, primero hacia la cuenca del Lago de Valencia y recientemente hacia
los Valles del Tuy. La autonomía de las "secciones" organizadas en función de Puerto Cabello y de La Guaira se
rompe bajo la hegemonía de la metrópoli de Caracas. La porción norte de ambos hinterland (áreas inmediatas
de los centros más importantes: Valencia, Maracay y Caracas), quedan incluidos en el espacio de EL CENTRO
bajo una tendencia hacia la especialización, pero que se efectúa en el sentido de una integración progresiva del
conjunto, alrededor y bajo la dirección de Caracas.
Se trata de un proceso irreversible: la unicidad de un espacio que hemos denominado EL CENTRO, definido
por oposición al resto llamado "EL INTERIOR". La causa de esta oposición parte del proceso de Petrolización
dirigido fundamentalmente por la acción del Estado al orientar el gasto público en infraestructura y en especial
en la industria de la construcción, como mecanismo principal de la difusión de la renta petrolera del Estado. Su
efecto multiplicador de empleo tanto directo como en servicio, es el principal atractivo de las migraciones. De
tal forma el Estado fortalece las bases físicas y los mercados urbanos que promueven el proceso de
urbanización y localización industrial en EL CENTRO bajo el modelo de la sustitución de importaciones.
Este proceso está inserto en la evolución del capitalismo en su fase monopolista-financiera. La promoción
de esta dinámica estará representada por las acciones de las llamadas Empresas Multinacionales. Estas son
responsables de una nueva organización del espacio mundial que responde a las exigencias del sistema
capitalista en su proceso de reajuste.
La productividad creciente es el objetivo fundamental en la reconstrucción del sistema. Los mecanismos
están orientados a la necesidad de bajar los costos de producción a través de cambios en los procedimientos
técnicos: reducción del tiempo de trabajo y de mano de obra mediante la acentuación de la división social del
trabajo internacional y con la introducción de nuevos equipos. Estos cambios llevan a la internacionalización de
la producción (especialización y a la integración productiva).
En el proceso de internacionalización los países no industriales son seleccionados por las empresas
transnacionales para cubrir las últimas etapas del proceso productivo de bienes de consumo (envasar,
ensamblar), de esta manera sus insumes son bienes semi-elaborados producidos en el exterior por sus casas
matrices, y lógicamente acorde con los intereses de acumulación de capitales de las grandes empresas
metropolitanas.
La selección de los espacios a nivel mundial se ajusta a las ventajas comparativas ligadas al desarrollo
de las actividades industriales y espacios con una infraestructura de producción y movilización de recursos,
posición geográfica favorable y cercanía de los mercados de consumo y fuentes de materias primas. La porción
centro-norte del país reúne todas estas ventajas: un poblamiento históricamente importante es reforzado por
las migraciones masivas en respuesta a las construcciones de infraestructura vial y de servicio concentrado en
la misma. Las ciudades o mercados de consumo más importantes se comunican fácilmente con los puertos de
exportación e importación, cuya función pasa a ser fundamentalmente de importación de bienes de insumes y
de capital indispensables para desarrollar una industria de acabado en las ciudades más próximas a ellos
(Puerto Cabello-La Guaira).
El espacio de EL CENTRO comienza a estructurarse bajo la lógica del capitalismo: la maximización de los
beneficios. Los impactos espaciales se explican a partir de la contradicción campo-ciudad. La actividad agrícola
se contrae en superficie y en mano de obra. Se verá así limitada, bien a una agricultura dirigida a la industria
(caña de azúcar, cítricos, etc,) o a la intensidad propia de las necesidades del consumo inmediato de las
grandes ciudades (hortalizas y flores).
La fuerte tendencia a la expansión del área urbano-industrial en detrimento de las áreas rurales no
encuentra grave "resistencia"; descansa fundamentalmente en la estructura agraria (tenencia y sistema de
explotación agrícola) frente a la inyección de capitales dirigidos a la actividad más rentable en este espacio: la
industria.
Las masas de la población rural son atraídas por los asentamientos industriales, pero se trata de industrias
cuyas tecnologías avanzadas permiten definir desigualdad en el crecimiento socio-económico en cualesquiera
de las áreas donde se establecen, por el hecho de atraer una mano de obra poco calificada y mal
remunerada.23 Es la proyección de una tecnología que no se corresponde con las necesidades de estos
espacios, pero van a influir con sentido muy particular en el proceso y contenido de la urbanización: se refuerza
la disparidad de ingreso entre la ciudad y el campo y se da lugar a la llamada "urbanización de la economía",
entendida como la tendencia al predominio urbano en las relaciones económicas urbano-rurales dentro del
conjunto de la economía de cada país de América Latina.
La contradicción ciudad-campo la hemos identificado con la industrialización sustantiva asociada al proceso
de Petrolización. La economía urbano-industrial se opone a la economía rural y tradicional; esta oposición se
traduce en una situación singular en la contradicción ciudad-campo, que no puede ser entendida como una
simple diferenciación de formas espaciales, no es ni "una dicotomía ni una evolución continua como dan por
supuesto el evolucionismo natural, incapaz de comprender estas formas espaciales como producto de una
estructura y procesos sociales.”
Aceptamos la ciudad y el campo como una consecuencia de la división geográfica del trabajo en íntima
relación con la distribución espacial de la población y en función de sus actividades económicas, ajustadas
tanto a sus "géneros de vida" como a sus "modos de vida" específicos. Esta relación ha variado a través de la
historia. En la actualidad el campo cede frente a la ciudad; "...El campo pierde autonomía y la ciudad lo
organiza en función de sus particulares intereses. Se produce así una desestructuración del paisaje rural
tradicional dentro de un proceso de urbanización acentuada".
La descomposición de la estructura agraria (originada por la persistencia del sistema tradicional de tenencia
de la tierra en las nuevas condiciones económicas) y la industrialización "dependiente" provocan la contracción
acelerada de la población de los centros más importantes, y fundamentalmente la capital.