Laicismo, ateísmo y tolerancia religiosa
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Urbano Antonio Rojas Gutiérrez
Diseñador Utalca, ciudadano pensante, crítico imberbe,
ser humano ante todo.
Urbano Rural _serurbano quierodeciresto
Talca, Chile
Junio 8 de 2015
Laicismo, ateí smo y tolerancia religiosa
El presente trabajo tiene las características de ensayo, ya que es una recopilación de escritos y conceptos expuestos de manera personal desde una visión vinculada a la existencia de un ser humano y sobre todo de un libre pensador.
Laicismo, Ateísmo y tolerancia religiosa son temas convocantes en todo momento de nuestro transitar por los diferentes caminos hacia el libre pensamiento.
El Laicismo es una corriente de pensamiento, ideología, movimiento político, legislación o
política de gobierno que defiende, favorece o impone la existencia de una sociedad organizada
de forma independiente, o ajena a las confesiones religiosas. Su ejemplo más representativo
es el “Estado Laico” ¿Qué significa esto? Un estado Laico es aquel que no privilegia ninguna
religión o concepción de vida, que confiere derechos y establece la igualdad para todos los
ciudadanos, independiente de sus convicciones filosóficas. Lo que nos lleva irremediablemente
a plantearnos la primera pregunta ¿Es el estado de Chile un estado realmente laico?
Basta con mirar al mundo en que vivimos para dar respuesta a esta pregunta, tenemos una
sociedad injusta y desigual, controlada por los poderosos intereses económicos de una minoría
privilegiada que posee la mayor parte de la riqueza, que además aumenta día a día gracias al
trabajo de la mayoría que pasa escases y necesidades. La discriminación no es sólo un síntoma
de esta repudiable estructura. También es una estrategia para que los explotados nos
sintamos divididos e indefensos frente al sistema.
De esta manera la sociedad se estructura en clases, según las posesiones materiales, donde
prima irremediablemente la ley del más fuerte, ambicionando configurar un mundo en el que
todos, desde nuestro insignificante estrato, tendamos a preocuparnos exclusivamente de
preservar nuestra pequeña caja de privilegios. Se discrimina por razón etaria, ideológica, física,
religiosa, sexual, etc. utilizando para cumplir estos objetivos los llamados poderes fácticos (las
iglesias, los ejércitos y la banca).
Durante siglos de historia las religiones se han entrometido en la organización civil de los
estados, han sido utilizadas como una más de las garras de este sistema y en este escenario, el
laicismo no es sólo el espacio donde se hace posible el respeto a la libertad de conciencia, sino
que es una de las condiciones para que pueda avanzarse hacia la justicia y la igualdad, es por
ello que nuestra lucha por el laicismo no es un tema menor o secundario, es la verdadera
lucha por la libertad, por la Justicia y por la Igualdad.
Como decía el jurista, filósofo y politólogo italiano, Norberto Bobbio, “El espíritu laico no es en
sí mismo una nueva cultura, sino la condición para la convivencia de todas las posibles culturas.
La laicidad expresa más bien un método que un contenido” y desde toda esta perspectiva a mi
parecer el Estado de Chile es definitivamente cualquier cosa, menos un Estado Laico.
El Ateísmo por otra parte en filosofía, significa la negación de la existencia de Dios o de su
cognoscibilidad. La simple negación del conocimiento de Dios puede distinguir al Ateo del
Agnóstico por ejemplo. Aunque el término ateísmo se origina en el siglo XVI, conceptualmente
no se encuentra registro hasta el siglo XVIII, cuando las ideas ateas y su influencia política
empiezan a expandirse. A pesar de esto, la idea de que Dios no existe es tan antigua como el
teísmo mismo. Tanto en Europa como en Asia, el surgimiento del ateísmo puede situarse
incluso a finales del siglo VI a. C. Cuando se produce el nacimiento del “pensamiento racional”
rival a la mitología y la religión.
Desde mi punto de vista el pensamiento racional, desató una gran batalla de ideas y
pensamientos en nuestro interior y si algo de este fenómeno es motivo de alegría es
exactamente eso: hoy en día es mucho más fácil y popular utilizar un teclado o un mouse que
el lóbulo frontal del cerebro y cualquier indicio de que en alguna parte del mundo, en algún
momento de la vida, hay personas exigiendo la mente, sacudiéndola o ejercitándola, es motivo
de una profunda alegría. Uno de los principios básicos de quienes cuestionan la religión
consiste en desprenderse de la autoridad como elemento validador de una creencia, no
porque tengas mayor autoridad debería creer lo que dices, el motor esencial de un pensador
libre es la duda.
El acto de desprenderse de la autoridad por su parte, no implica que un ateo no siga reglas de
ética o moralidad, los ateos no tienen conductas éticas o morales diferentes a ninguna otra
persona, esto porque simplemente no son las creencias religiosas las que determinan la
moralidad, lo que sí parecería ser distinto, es que los ateos suelen tener una visión más liberal
del mundo por su propensión a cuestionar las imposiciones tradicionales de la sociedad.
Si hay algo que me ha llamado la atención de la religión y que mientras más lo pienso menos
me parece una coincidencia, es lo siguiente ¿Recuerdan ustedes cuál era el nombre del árbol
que dio el fruto que condenó a Adán y Eva? No se llamaba Árbol del Pecado, ni Árbol del sexo,
ni Árbol de la traición, ni siquiera se llamaba Árbol de la Mentira, este árbol se llamaba, el
Árbol del Conocimiento. A las religiones les aterra el conocimiento y el motivo es claro, el que
aprende a pensar por sí mismo, no podrá hacer otra cosa más que alejarse de quienes insisten
en decirle cómo se debe pensar.
Finalmente me quedo con que creer o no creer en un ser superior no te hace mejor o peor
persona y lo digo porque yo creo que en el universo debe existir una fuerza que dio el
puntapié inicial a todo y que ha de ser la mente maestra detrás de la serie de eventos que
desencadenaron el hecho de que un diminuto planeta, ubicado en un diminuto sistema Solar,
de una diminuta galaxia, se gestaran formas de vida que fueron capaces de evolucionar, de
desarrollar consciencia de sí mismos y una voluntad propia.
Lo que de aquí destaco, es lo que decía el Premio Nobel de Física Steven Weinberg: “Con
religión o sin ella hay gente buena haciendo el bien y gente mala haciendo el mal. Pero para
que la gente buena haga el mal, se necesita la religión”.
En el del siglo XXI el laicismo y el ateísmo se han asentado profundamente en las sociedades
occidentales. Han aparecido movimientos como el “Brights”, movimiento social que tiene
como objetivo promover la “comprensión pública y el reconocimiento de la visión naturalista
del mundo”, incluyendo la igualdad de derechos civiles y aceptación de las personas que
comparten dicha visión del mundo. Fue iniciado por Paul Geisert profesor de Biología,
emprendedor y escritor, y Mynga Futrell activista Sacramental y profesora jubilada con una
licenciatura en Química y Ciencias de la Tierra, Master en Ciencias Naturales y doctora en
Currículo e Instrucción en la especialidad de Educación Científica. ambos acuñaron el término
“Brights” en el 2003 para promover una nueva denominación genérica con connotación
positiva para todos aquellos que tienen una filosofía naturalista libre de elementos
sobrenaturales o místicos, evitando las definiciones basadas en negaciones y cargadas con un
largo historial cultural como lo son: ateo, materialista, humanista, infiel o no creyente. Ser
“bright” significa simplemente defender un mundo libre de elementos sobrenaturales o
místicos y postular una filosofía naturalista. Esta es ante todo una postura individual de
concebir la existencia del ser humano.
Actualmente entre los jóvenes, el ateísmo ha alcanzado los niveles más altos registrados en
toda la historia.
Finalmente tenemos la “tolerancia religiosa” que significa respetar y aceptar la existencia de
otras formas de vida, creencias e ideas, así como la no creencia en ninguna religión. El
concepto opuesto a este, la “intolerancia religiosa”, consiste en considerar ciertas creencias
como anómalas, fuera de lugar o heréticas por el simple hecho de ser diferentes. Para que se
dé la tolerancia religiosa es necesario que los individuos y las instituciones reconozcan la
pluralidad y diversidad del mundo en que vivimos, así como la existencia de conceptos que
para otros son importantes aunque pertenezcan a una minoría. Dentro de esto, la tolerancia
religiosa tiene como premisa que los dogmas de un culto en particular se deben interpretar
para uso dentro de la comunidad que los profesa y sin involucrar a terceros en el mundo
exterior que no deseen participar de ellos. Fuera del entorno religioso debe primar lo que se
establece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos; artículo 18:
“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este
derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de
manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en
privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.
Luego de analizar todo lo anteriormente expuesto es necesario llevar estos conceptos a
nuestra propia realidad, a las condiciones dadas por el estado actual de nuestra sociedad, ya
que más allá de la teoría, vivimos en un mundo de constante hostilidad, en la que los dogmas
religiosos se toman como banderas de lucha e imposición de pensamientos, que desembocan
incluso en actos irracionales que atentan contra los derechos de nuestros pares, en distintos
niveles que van desde el enfrentamiento ideológico a través de palabras, hasta llegar a
enjuiciar, condenar e incluso matar en nombre de la ideología a quienes no la comparten o
viven bajo sus diferentes reglas morales y sociales.
Las preguntas claves ahora son:
¿Crees que la tolerancia religiosa es el camino a una sociedad más fraternal y menos
individualista?
¿Soy una persona tolerante religiosamente hablando?
Si la respuesta es sí, ¿Qué hago como individuo para contribuir a una sociedad con mayor
tolerancia religiosa?
Si la respuesta es no, ¿Cuál crees que es el camino para llegar a ser una sociedad más fraternal
y menos individualista?
¿Qué tan cerca de ser una sociedad de tolerancia religiosa estamos?
Constantemente, ¿nos acercamos o alejamos de este estado de tolerancia?