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Las correcciones en la novela de Antonio Prieto Alicia CASADO VEGAS En el prólogo con el que Prieto abría su edición del Cancionero de Petrarca 1 expresa como el poeta de Arezzo corrigió una y otra vcz sus ri- me desentendiéndose de la cronología con el cuidado amor de ajustar la palabra a la idea para dotarla de más fuertes y bellas alas hacia la posteri- dad. Pero estas correcciones no iban sólo en la dirección de limar la pala- bra poética sino que también suponían un recuperar, revivir o renacer el tiempo que contuvieron y que las hizo nacer Y esto mismo es lo que Prieto hará decir a su personaje de Secretum fundido míticamente con Pe- trarca. Del mismo modo al presentar su segunda edición de Elegía por una esperanza (1972) el autor señala que ha modificado el texto original su- perponiendo su tiempo actual a aquel tiempo herido por una andadura europea y la contemplación de la muerte de una joven desconocida en un hospital de Madrid. Sin embargo, a pesar de las modificaciones efectua- das, el autor confiesa que la obra en esencia es la misma y que si la volvie- ra a escribir a pesar de volver a proyectar su actualidad sobre los ojos de Elena, su brillo albergaría el mismo significado. Nos disponemos pues en este trabajo al análisis del sentido de las modificaciones que el propio Antonio Prieto hace a su obra mediante el cotejo de las dos ediciones de la citada Elegía de 1961 y 1972, de Vuelve atrás, Lázaro de 1958 y 1973 y de Secretum de 1972 corregida en 1986. Irancesco Petrarca: Cancionero (Barcelona: Planeta. 1985). DI(I;NI)4 (,,aden,o~ de Filología Hispánica, nP 15. II 3-138, servicio de Publicaciones, UCM. Madrid, 1997.

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Las correccionesen la noveladeAntonioPrieto

Alicia CASADO VEGAS

En el prólogo con el que Prieto abríasu edición del CancionerodePetrarca1 expresacomo el poetade Arezzocorrigió unay otravcz susri-medesentendiéndosede la cronologíacon el cuidadoamorde ajustar lapalabraa la ideaparadotarlade másfuertesy bellasalashacia la posteri-dad.Peroestascorreccionesno iban sólo en la direcciónde limar la pala-bra poéticasino quetambiénsuponíanun recuperar,revivir o renacereltiempo que contuvieron y que las hizo nacerY esto mismo es lo quePrieto harádecira supersonajede Secretumfundido míticamentecon Pe-trarca.

Del mismo modo al presentarsu segundaedición de Elegíapor unaesperanza(1972) el autor señalaque ha modificado el texto original su-perponiendosu tiempo actuala aquel tiempo herido por una andaduraeuropeay la contemplaciónde la muertede unajoven desconocidaen unhospital de Madrid. Sin embargo,a pesarde las modificacionesefectua-das,el autorconfiesaque la obraen esenciaes la mismay quesi la volvie-ra a escribira pesarde volver aproyectarsuactualidadsobrelos ojos deElena,subrillo albergaríael mismo significado.Nos disponemospuesenestetrabajo al análisis del sentido de las modificacionesque el propioAntonio Prieto hacea suobramedianteel cotejo de las dosedicionesdela citadaElegíade 1961 y 1972,de Vuelveatrás, Lázarode 1958 y 1973 yde Secretumde 1972corregidaen 1986.

IrancescoPetrarca:Cancionero(Barcelona:Planeta.1985).

DI(I;NI)4 (,,aden,o~de Filología Hispánica,nP 15. II 3-138,serviciode Publicaciones,UCM. Madrid, 1997.

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Las correccionesa Elegíapor una esperanza(1972)

La segundaediciónde Elegíamarcaun hito fundamentalen la trayectorianarrativade Antonio Prieto. No olvidemosque estamosen el año 72, fechade la publicaciónde Secretum,novelaquesuponeun saltoen el avanceevo-lutivo del autorqueha descubiertoy elegidovivir lo másintensamenteposi-ble en el tiempo de la palabra.Portanto, tras las correccionesde Elegía lateel espírituque hizo nacera Secretum,novelaquea raízde unasafirmacionesdeÁngel ValbuenaPrat en el estudiode estanuevaedición,aúnno habíapa-sado(o lo estabahaciendo)por lasplanchasde la imprenta.

Sediría, pues,queestamosanteun productohíbrido (bisagra)quedifícil-mentetrata de aunardos vertientesque caminanen distinta dirección,unadirigida por un tono, digamos,másrealista,y otra reciénsurgida,que ascien-de a un plano ideal por el usodel mito como catapultaparazambullirseen laacroniadela palabra.A la alegoríay al símbolose ha impuestoel mito 2 Conestaedición se ha producido puesun salto mítica dentrode una evolucióngradualquehacequeestaobravayaseparándosecadavezmásde susuceso-ra Prólogo a unamuerte(1965) parahermanarsecon Secretum(1972) y pre-sidir la nuevaetapade la noveladeAntonioPrieto.

Si efectuamosun recuentosobrelas modificacionesejecutadasen la se-gundaedición de Elegía respectode la primera, observamosde inmediatounatendenciagenerala la supresióny la modificación,ya quela puraadiciónapenastiene presenciasalvo para suplir el espaciode una supresiónen laversión anterior.Lo primeroqueobservamos,por tanto,al analizarlas modi-ficacioneses la tendenciaa la supresiónde muchos elementosde corte re-alista que hacíana Prieto partícipeen algo (pesea que muchoslo nieguen)del polémico realismosocial. Se trata pues de un procesode dulcificación,suavizacióno limado que eliminaráacusacionesdirectasa nombresconoci-dos y ráfagasde agresividadcomo estabofetadapropinadaa los poetasy po-líticos de la posguerraeuropea:«esla másinfeetapiaraquenuncaasolóla tie-rra». Respectoa las acusacionesdirectas que acabamosde referir, la plumade-Prieto-sehabíadescargado-ferozmentes-&bre--hombres-eomo-Sartre,-kara,o Brecht.Sólo un ejemploque,como todoslos de estaíndole, desaparecerádela segundaedición (peronuncaenesencia):

Viéndolescallados La Juan y Zacarías],rumiandosu bendito cazurrismomedivertía imaginar lo quepensaríansi pudieranleeraquellapoesíaque lla-mabansocial,y que los poetascreíanqueiba dirigida al proletariado.Me di-vertíaporqueellos, y toda unagamade gentesanálogas,que habíaconocidopor Europa.se creíanque los poetaseranunos invertidosy que la poesíaeraúnicamentepara las señoritas.Tratandoa estagente, se comprendíatodo el

2 Y La Júsiónmítica esun capítulodel libro de Prieto Ensayo semiológico de sistemas litera-nospublicadoenestemismoa~t, dc 1972.

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preciosohermetismode JuanRamónJiménez,y habíaque reírsea carcajadasde los cantosnauseabundosde Tzara o Fadeev.Habíaquereírseo indignarsedever detrásde ellos comodetrásde las farsasretóricasdeBertold Brecht, eljuego racialdel poderosocapitalismoquelos manejaba...(p. 30, 1~ ed.).

Desdela primerapáginaseevidenciaestaprecisaideadel bisturí dePrie-to de extirpar esasagriasy emotivascríticassociopolíticasy literariasen fa-vor del reconfortadorimplantemítico. Allí habíaun zarpazocontraunaEu-ropa llena de charlatanesvanidososy falsos,de medradores,de políticosmentirososqueno creenverdaderamenteen nada;habíauna macabravisióndeloseuropeoscomomuertosvivientesdivididos en dosgrupos igual de pu-trefactos,el quevociferay el queaclama;y teníamosya unaprimeraalusión,pocohalagadora,a Sartrey a su existencialismo«cavernoso»,a propósitodesu novelaLescheminsdela liberté.Pocodespuéssesuprimirándosácidaspá-ginas cuyo temafundamentales la crítica de los que,disfrazadosde héroesredentores,pretendenfingirse defensoresde Europahablandosobrereali-dadesquedesconocenen el fondo o delas queefectivay ruinmentehuyen:elhambre,la miseria, la tortura, el martirio, el miedo y el honor de lucharporun noble y bello ideal.Quedansuprimidastambiénpor su excesivagenerali-zación variasdiatribasdirigidas contra las mujereseuropeasen las que secarganlas tintas por la necesidaddel autorde relevarel brillo de Elenaconel contraste~>, o fragmentosde tono demasiadodestructivo,pesimistas,de-rrotistaso nihilistas quecierrancualquierposibilidad dela creenciaenun fu-turo mejor ‘t No esnecesarioinsistir en queseeliminarála mayorpartede lacríticaa la falsedadqueresultabaun estribillo redundantey machacóny queiba acompañadoestilísticamentede un repertoriode vocablossuciosy fáci-les que no volverána asomaren la pluma del escritor5. Si en la primera re-

Parailustrar lo que acabamosde señalartranscribouno de los tres ejemplossuprimidossobreel temade la mujer. <Recordabaa otras mujerescon las quehabíavivido. Recordabaclolor desusaxilassudorosas,sus risasdetriunfo, recordaba...Ningunadeaquellasmujeresteníalos ojos dc Elena.Ninguna deellas comprenderíajamásque podíaresultarhermosotenerunhijo y acunarlo.Sc conduciríancomosi ningunadeellas hubieranacidode vientredemujer.Ytodastenían los mismosojos turbios, la misma tez suciapor cl humo y la misma piel ásperamanchadade despreciopor sí mismasy por todos.Jamáspodrían tenerunosojos comoaque-llos de Elena,jamáspodríanposeerun silenciotan ennoblecidamentevivo comocl que ella te-rna» (p. 35, 1 cd.).

4 1-le aquíun fragmentodeun crudo y largo ejemplodc estenihilismo extrañoa la narrati-va dePrieto: Éramosuna raza podrida,nauseabunda,traidoraa todo, que no teníamosdere-choa nada.Unicamenteal fuego, aunfuego quequernaranuestroscuerpos...»(p. 50, Id- cd).

Paraapoyarestaidea reproducimosun fragmentodc Secretunien quecl protagonistaenfusión conPetrarcareflexionasobreestetemaestilístico. Se lo escribíaestamañanaaun viejoamigoquejamásveré: es másdifícil escribirde los ojos deAriadnadespidiéndose(y Ovidio loprobó) que del asesinatodeCésar.PorqueesosQjOs deAriadna exigenamor mientrasque elasesinalosólo pide suponerunasvísceras,unadaga,unasangreque brotay unos dedosquesecrispan.Asesinares fácil porquetodasesaspalabras(vísceras,dagas.sangre,dedos)atraen,tic-

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dacción,en la visión europea,ademásde consideracionespolíticas,había su-perpuestaunalectura quela relacionabacon el hechoindividual e inexorabledela muerteconcretadel serhumano,apartir deestemomentoAntonio Prietosc alejará6 deesteaspectoqueroza el realismosocial parabuscarsu remedioaeseproblemaexistencial.El símboloEuropaquedarápor tantocompletamentedesplazadopor el símboloRealidady por suhermanoActualidad.

Se tratacomodecimosde unadulcificación y de unasuavízacionde la agre-sividad queno sólo va a apoyarseen la insercióndel mito, aunqueésteseasumayorsoporte,sino queel escritorutilizará en algún punto la correcciónparajustificar un pocoa la juventudde aquelmomentoporqueel tiempole ha dadounavisión tal vezmásobjetivay le haanestesiadola acidezdc la indignación.Siel tonodominantedesdeunaperspectivasocial en la primeraediciónera el pe-simismoahorahay resquiciosde esperanza;sesuprimeasíun largo párrafoenel que se atacabaa la juventud nacidade la guerraeuropeade la que Gabrielformaparte,en favor de un brevecomentarioen el que sevalorala juventudengeneralcomo etapade la vida perdonandosuserroresmenosimportantesa laluz de la virtud desugenerosidad~.

Y por eseresquiciopara la esperanzase cuelanlos ojos paraestablecerundiálogo, provocandounamodificaciónque anulaabsolutamenteel sentidone-gativo deincomunicaciónquealbergabael texto primitivo en favor de la exalta-ción deunacomunicaciónmásprofunda,trasla que late la energíaque la poe-sía renacentista,graciasa Fiemoy a su amigo Cavalcanti,acumulóen los ojos.Estamosen el momentoen queJuanlleva a Elenaa verpor primeravez a Ga-briel porqtrenecEsitaun inédicó,déjtnúolessoioWuñ ins4añte.GáhdEi~óñfit=áen el texto originario:

No acudíaa mi cerebroningunafrase. Se me habíaolvidado cómo era la ju-ventudy me sentíaun pobrehombre,asustadodel mundo, quedeseabaangustio-samenteque Juanregresara.Y seguímirándolaestúpidamentecon los ojos exta-siadosdequien contemplaun inesperadomilagro. (pp.46-47.1” cd.).

Quesetransformapositivamenteenla del 72:

No acudíaami cerebroningunafrase.Quizá no hiciera falta. (Porquehay ve-ces,pocasveces,queunos ojos seexpresanen otros enmiraday no importaqueesténrodeadosdepalabrasy movimientos.Estánsolos(p. 90.22 cd.).

neo movimiento, y un poco de cinismo puedemanejarlascon horror y originalidad»(p. 142, Sa-cre/un!).

Veiemoscómolas supresionesde Secre/u,nvan encaminadasa borraresalecturapoliticosocialqueerigiríaal protagonistaen un líderrevolucionariodeunmovimientocontrala Ley.

Nos referimosa estaspalabrasde la segundaedición: <No. creo queno. La juventudpue-dc equivocarse:frecuentementese equivoca,peroal menospiensaen generosidad.Lo difícil,qjiz~,seae(>ntinuaren generosidadcuandoya no seesjoven.Nosé. (p. 123,1’ cd.).

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Comovemosalgunasmodificacionesnosinstalanya en esemundorena-centista(que heredóa los trovadores)plenamenteasimiladopor el autor,queregiráestanuevaetapade sucreaciónmanifestándoseno sólo en el em-pleo dela fusióncon el mito (comohicieronPetrarcacon Apolo o Garcilasoen su Egloga11~ sino enel hallazgode la amada(y susojos) por la quenacela palabrapoéticaparainmortalizaral poeta.Comomuestradel nuevoestiloqueahoraasomaparasupróxima consolidaciónen Secretumy C’arta sin tiem-paveamosla expresiónde unamisma ideavertidaenun molde diferenteencadaunadelas ediciones.En la primera:

Hay hombrescomoyo. millones de hombrescomoyo quepuedencaerso-bre vosotrasy ¿nolo comprendes?Os educanpara otroshombresmás lim-pios, perotambiénexistimosnosotros,y debieranenseñarosa diferenciarlos,adistinguirlos,en vez,denegarnosestúpidamente(p. lUí, 1< ed.).

quequedaestilizadoenla nuevaversion:

Cuandose caminacomo yo, también se aprendea fingir en la palabraelverdede los árboleso el azul del mar. Se aprendea descargarde autenticidadpalabrascomo viento, distancia,ojos. Es lo que debieranenseñarosa distin-guir. (p 134, 2>ed.)

Como puedeapreciarseaparecenvocablosdel léxico más querido dePrieto(mar, verde,árbol, azul,gaviota..,palabra)que dominaránlos escritosde estaépocainclusolos prólogos a susobrasteóricas,y que nosrecuerdan,por citar un ejemplo,a aquellasfrasesde Secretumque pedíanpronunciarár-bol, azul, marbuscandola novedady soñandola inexistenciade un sínoní-mo t Estántambiénaquí lasprimerasmuestrasdel giro prietistapor excelen-cia «en + sustantivo»que especificao individualiza la acción generalizadorade un verbo(conel aguamojándomeen tentación,piensaen generosidad...),

construcciónqueserátan profusamenteempleadaen Secremmqueel propioautorconsideraráoportunoel recorteen las correccionesque veremossufreen 1986.

Peroson las adicionesmíticaslas quecon más propiedaddefinenla na-turalezadelos añadidosincluidasen estasegundaediciónportadoraademásde otra novedad:la introduccióndel argumentohoméricolatenteya en laprimera de Vuelveatrás, Lázaro (1958), según demuestraÁngel ValbuenaPrat,y también,a nuestrojuicio, en la primera ediciónde Elegía. A pesardeestosconatos,estáclaro quees aquídondepor primeravezse hacepatente

Anoto el fragmentoparademostrarestaalinidadcon el estilo deSecretun; de 1972: ‘Es-cribir vientoo gaviolao mary comprobarquetienensinónimosporqueno acertaronaconte-ocrla intensidadquefue vida> (p.74. 1>) p. 49,2’).

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la apropiación de la materiahoméricade la Odiseaque ya Prieto jamásabandonará(Antonio Prieto: El ciego de Quíos (Barcelona:Seix Barral,1996)). Graciasal tema común del regresocomo sucedeen Vuelveatrás,Lázarono es en absolutodifícil la asociacióndel protagonistacon el héroehomériconi relacionarel nombrede Elenacon la antigUedadclásica,suge-rida por el propio autoren unade suscorreccionesquese introducetraslarespuestade la joven preguntadapor sunombre:

Elena~repuso(Veníade muy lejos.De aquelmar dondeEneashabíacorrido su agitada

aventuracon lasHarpíasy en el queUlises habíasentidoel hechizadocantode las Sirenas.Un mar cuyaluz perdióHomerode susojos cuandolosojosde Nausícaase alejaron.Y aquel acercarseel mar a mi se llamabaElenayestabaensusojos)Le dije:

—Me alegraque te llamesElena(p.92, 211 ed.) ~.

que significativamenteviene a sustituir el tópico de ese «me ha alegradomuchoconocerte»quese lee enla versiónprimitiva.

Y tambiénaquícontemplaremospor primeravezun ejemplo del recur-so de mezclara personajesde distintasprocedenciasy naturalezasfundi-dosen un mismo tiempoy espaciohaciendogalade esalibertadde la pala-braburladoradel tiempo:

El mar como una distancia(la distanciaque habíanprobadoAmadísyOriana,Filis y Demoofonte)...(p. 80, 2’> cd.).

Éste es al anunciode esoslargos párrafosde Carta sin tiempo(1975)en los que se hermananGarcilaso con don Quijote, Nebrija. Cervantes,Iseo, Nlartade Nevares,Hero .... y quetienenmuchoquevercon eseintro-ducir personasde la actualidaddePrieto ensusnovelas,como la insercióndel profesorGuido Mancini en El embajadoro la deMartí de Riqueren Ladesatadahistoria del cabal/eroFalrnaverde,queveníanacoronarun trayectotempranamenteiniciado en Buenasnoches,Argí¿elles(1956)con la presen-cia de Medardo Fraile, Entrambasaguaso un tal Prieto paseandoa su pe-rro Timur.

Es evidentequea partir de las correccionesefectuadaspor primeraveza Elegía por una esperanzaen 1972 Antonio Prieto ha encontradounavíapara progresarpor esadifícil búsquedade un estilo personalque lo con-tengaen palabra,sin olvidar la herenciade unatradición en el difícil cami-no dequererestallarlos límitesde suconcretabiografía.

Trasesteejemplopuedeverseotranovedadpuestoqueesaquícuandoel marcomienzaa nutrirsede un valor simbólico que lo arrancadeunacronologíaconcretay lo instalaen laatemporalidaddel mito.

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Vuelveotra vezLázaro en 1973.

Ateneaeraunadiosade claraspupilasy sumamentehermosaqueacompa-ñó a personajescomoUlises,ayudándolesa trazarsucamino.Yo terminodán-dole las graciasa Ateneapor llevarmeunanoche,sobreel mar, al encuentrodeestemanuscritoqueahora se publicapor completopor primera vez. Fue enuna nocheespléndidadel verano Mediterráneode 1973. Aunquemi méritoseamínimo siemprees hermosopodercontribuira extenderel latido dela pa-labracontrael tiempo. (Carta sin tiempo,Pról., p. 20).

El lirismo de estefragmentono esunícamenteun simpleatuendoretóri-co sino que bajo él subyacetodaunahondavisión de la vida que se resumeen la última frase,endefinitiva en Palabra.Es la palabrael descubrimientodeAntonio Prieto,suantídotocontrala muerte:«Siemprequeunapalabrase le-vantaba,no importa en queamanecer,la vida intentabacobijarseen ella másallá de un tiempo y un espacio.Cuandono erahoy, queya no serápasado»(Secreturn,p. 5, 1986,2’>).

«Mar» es la granpalabraparaPrieto,significaplenitud,eternidad,ausen-cia de la muerte,aglutinadordel tiempoy la memoria;significa quemultipli-cándoseen olas, cabalgandosobreellasavanzay retornala vida, se entregapararenacerrenovada:«el mar me llamabavivo y sin temor del tiempo.An-dando,sintiendosullamada,descubríenrolladosun gruesonúmerodepape-les quecircundabaun cordeldenavegación.Pensé(porquees difícil abando-nar del todo el barro) quese trataríade un conjuntoburocráticode papelesolvidadospor algún pesquero.Pero el mar, queno es el morir, estabacerca,allí mismo tocandola palabra escrita» it>~ En efecto, sólo en el mar podríaPrieto haberhallado una carta sin tiempoy sólo el mar puedeburlarsedelbarro que Lázarohabíaperdido y andababuscando,inútilmente, para denuevoser.

Curiosamenteel fenómenode la fusiónmítica esen suma la representa-cion en palabradel infinito movimientodel mar; setratade la ola que pasayquerenaceen otra uniendo su esencialidada la deestaposterior,de un do-ble movimiento temporalquecreaun entornoatemporal.Es,pues,el tiempola granobsesióndePrieto,y por ello, no es la muertesu mayorenemigo,sinoel olvido; y estees el tema central de Vuelveatrás, Lázaro. Es el propio serhumanoel queotorgao niega la existenciacon surecuerdo;peroel hombreestáguiado por surazónde siglosdesprestigiadoradel mito.Así no esgratui-to queunadelas adicionesqueel novelistarealizaconsisteen dotara super-sonajede un tercerrecuerdo(queseañadeal de su nombrey procedencia)“La muerteparaaquélseráterrible / con cuyavida acabasu memoria» (p.

Antonio PrietoMartín: Carta sin tiempo(Madrid:EMESA, 1975),p. 15.II SonunosversosdeLopedeVegaperocuyoorigenLázarono nosdice.

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31, 2’>) versosajenos(ya propios)quedemuestranqueno es la muertesino lavida la obsesiónde Prieto.

Ulises,bañadode mar y del amorde Nausicaa,esde nuevoel héroeele-gido por el novelistaparaintentarla fusión.Ulises es el viajero quevuelveyque desdeñóla inmortalidadde labiosde Calipso;y estosson los rasgosquepenetranla sensibilidaddePrietoparaidentificarsecon el mito.Estaadmira-ción por el héroe late en novelascomo Elegía por una esperanza,Carta sintiempo,Secretum,La enfermedaddel amor; La plazade la memoriay culminacon El ciegode Quíos(1996)dondesiempreel protagonistaprefierela muer-te a la inmortalidad.

Ya a partir de la primeraediciónde la obra, 1958,ValbuenaPrat señalael paralelismoentreLázaro y Ulises, la necesidadde ambosde volver pararecobrarsu identidad y en estemismosentidoAntonio Valencia destacaelepisodio de raíz homéricadel reconocimientode Lázaropor un perro enaquelentoncesllamadoDux, peroal quenosotrosya veremoscon el nombrede-Argosen la edición -deI-73;Por-tarito,--iaswindificaciúnes;-sobretodoadi:ciones,quesufrela edición del 73 respectoa la primeraconsistenen la expli-citación de estarelaciónque,si bien no suponenuna mutaciónsustancialenla obraen opinión de su editor BaqueroGoyanes,si la dotande unapolise-mia quela tornamáshonda,esencialy dramática,y tambiénmásbella.

Podemosseñalartres momentosprincipalesen los que se reúnen losnuevosañadidosa la novela; el primero, que se correspondecon el primercapítulo, relatael surgimientodel protagonistarelacionadoen el planomítí-co-simbólico conel regresode Ulises;el segundo,queabarcael capítulosie-te ocupandocasi unaposicióncentral,tienepor temael amory por contextoabsolutoel mar; y el tercero,al final de la obra,tratasobrela aceptaciónde larealidadpor partedel héroey su fracaso.

Al iniciar la novelaya nos encontramoscon unasnuevaspalabrasque,pórtico y colofón, alberganla tesisque la sostiene,técnicapor podemosveren novelascomo Carta sin tiempoo Secretum.El lectoryavaprevenido:

Volver a Itacaes siempreun regresoenvueltoen distanciay lejanía. Porquetal vez Itacaya no existay no puedarecorrersesucamino(p. 15).

El mito, hechosímbolo,ofrecela conclusióndela obraquefinalizarácir-cularmenteasí:

E Itaca,la hermosaposibilidadde regresar,se habíahundidoen un desier-to estéril que ya jamásrecordaríaque fue abrazode mar y queunosojos demuchachasetendieronen su azul(p. 208).

Aún estamosen la actualidad,en la realidadcercadapor unascoordena-das espacio-temporalesquePrieto no ha podido vencerpara salvara suhé-roe y elevarloplenamenteal ámbitodel mito, ha vencidoesatraidoraactuaL-

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dadqueValbuenaPrat desdela primeraedición señalabacomo pactadoracon los pretendientes.Ha vencido el olvido, es un tiempo actual(real) enel queBios estáseco(deLa enfermedaddel amor) y por esoLázaroseráeluníco personajeque Prietotampoco podrárescataren su Plaza de la me-mona.

El nuevo comienzode la novelaenlazacon el primitivo a travésde unamínima modificación queintroduceun enlacecausalen el segundopárrafo:«Porello, de pronto»,frenteal «Así depronto» queiniciabaabsolutamenteladel 58.

E inmediatamentese vuelve a introducir un fragmentode coordenadasmíticas(p. 17) en quese reiterala ideadela inutilidad del esfuerzode Láza-ro por regresarporque<‘Itaca habíasido barrida» y ya se explicita directa-mentela identificacióndeLázarocon Ulises,destacándosesignificativamen-te el hechode su rechazo de la inmortalidad y explicándosela causadelfracasode la vueltaa la vida del héroe:el olvido. Porquela verdaderamuerteno es otra cosa que el olvido. Seguimosentoncesavanzandopor estaclavesimbólicaque proyectael hechomítico sobreel presente,e insertaal héroeen unaactualidaddesoladora.De ahí que sin apenasseguirleyendotropece-moscon un nuevofragmentoañadidoqueamplifica el contenidode la pala-bra«olvido»:

Era un paisajedesértico,fosilizado,quemilesde añosanteshabíasido po-seidopor el mar.Tierra, rocas,y marque se habíanamadointensamentehastageneraraquellaarenaen testimoniodeamor >2 y por la que el hombrepasabaahoramaldiciendosu sequedad,suesterilidadde no darfruto y no quererseracariciadapor el llanto de las nubes.El hombrehabíaolvidado ya completa-mentequeaquella arenahabíasentidointensamenteel amor del mar y ni élmismo podía recordar,eraimposible,que unavez las olas del mar le habíanarrojado sobreaquella arenay despertóal cansancioporqueunasvoces demuchachareíanjugandoa la pelota. Era imposiblequerecordaraya queunade aquellasmuchachastenía susojos maravillosamenteencendidosen juven-tud y le habíaofrecidoen ellos la vida. Era imposibleque la buscara,porquetambiénella se habríadesprendidode sus ojos parasernuevay muy distintamirada(p. 1 8).

Ahorase nosintroduceal paisajeen el ámbitomítico >3; estoconsiguere-forzar el valor simbólico que poseeque un hombrevacío, sin pasado,surja

[2 Obsérveseel paralelismoqueestaimagenguardacon la ideadela palabrapoéticaquesurgede la imposibilidaddelautor derealizareternao plenamenteel amorcon su amaday/ola Vida. Estees el sentidodramáticoy creadorqueposeelo quellamaríamosel amor imposibledeAntonio Prieto.

Veremosestemismo recursoen La plazade la memoria,doceaños posterior,paracuyaconfirmaciónpuedenserde utilidad estaspalabrasconsignadaspor el periodistaJoséMaríaIgeño querecoger>otrasdel autor:«Sobrela obrapremiada, editadaya porGuadalquivir,An-

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precisamentede unatierrabaldía;el paralelismoentrela tierra y Lázaroesineludible:ambosfueron poseídospor el mar, ambosfueron habitadosporla vida. Tanto la primeraversión como éstase hallanplagadasde referen-cias a la tierra sórdiday al viento secode Levanteratificando este valorsimbólico(vid. Pp. 15, 16, 17,18,35,48,52,207...).

El narradortraeademásel episodio del naufragiode Ulises en la islade los feacios(hoy Almería para él) y el frenético recuerdode Nausicaa,personajeobsesivoen la creaciónde Prietoy sobreel quemodelaun mun-do lírico-simbólico.Ahora el procesode transformacióndel retornoafec-tarátambiéna la bella princesa;asíNausicaaseproyectaráen Alicia, noviaen vida de Lázaro.Se insisteen las oposicionesUlises-Lázaroy Feacia-AI-mería igualablespor el mito, frente al corrosivo pasodel tiempo con susgarrasde olvido; estatensiónentreatemporalidady caducidad,mito y rea-lidad es la queva a sostenerlaestructurade la obray buenapartedel mun-do narrativodel autor.

Estopodría relacionarsecon las palabrasconlas queel autorsejustifi-caen suedicióndel 58 afirmandoquesi bien la obrapartede un hechoab-surdo (irreal), estedefectose va a compensarrodeándolode un espacioyun tiempo concretos(Almería, 1957)en ocasionesmuydelimitados(en elcapítulo 11 podemosdetectareste recorrido: pensión-parque-puerto-barPuentede Hierro-CaféColón-PuertaPurchena-restauranteEl Imperial):

He tenido quepartirde un absurdoquejamáshe pretendidoescamotear,peroal quehe intentadodarletodala realidad queconvieneala novelaparaseraceptadacomotal.

Se planteapues,unatensiónentrelo irreal y lo concretoy no escasua-lidad que estetexto desaparezcaen la reediciónporquela novela quiereabstraersusignificación enun intentodc penetrarsede la universalidaddelmito; ya no se tratatanto de que el texto seala respuestaa la antigua pre-guntade «¿Quéharíael mundoactualcon un resucitado?»como de intro-ducir la obra en un marco de unamayor esencialidad,de un sentidomásabstractoy existencial.Tampocoescasualidadquese hayamodificadotanreveladoramenteel siguientetexto queenla versiónprimigeniarezabaasí:

¡Sí, nosfalta fe, no tenemosfe, hemossustituido la fe con el miedo,es...,es como si creyésemosúnicamentelo quenos conviene,lo queva a produ-

fonio Prietodijo quemezclala ficción y la realidad,inclusoenla situacióntopográficade lodescritoo lo narrrado:“La novelatranscurreenparteenunaAlmeríatransfigurada,unaciudadqueesreconocible,porejemplo,enel célebrePaseo,peroquetambiénesinventadaporqueenellasitúounaislagriegao cl palaciodeHarunal-Rashid(le Las ,nily una noche?»(ABCde Se-villa, 19-4-95\

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cirnosalgo y ya fue creídotantasvecesquemásquefe es unarepetición,unarutina! (p.228, 1’>, 1958).

y enel 73: «es como si creyésemosúnicamentelo quenosconvieneo lo queadmitenuestracortaracionalidady hemos perdido un mundo en el que existie-ron el mito y la leyenda».La tensiónaquíseplanteaentrelo irracional y lo ra-cional, lo poético (ideal) del espírituhumanoy el prosaismode la realidadydela lógica.Seva configurandoasíla tesisquevenimossosteniendosobrelainversióndevaloresqueel autorpretenderealizarmediantela literaturaparaelevaral plano de la verdaderarealidadlo que normalmenteseentiendeporirreal o ficticio y a la inversa.Recordemosque en 1961 el protagonistadeEncuentrocon llitia se quejabade que la vida que imaginaba(proyectaba)frente al mar era,sin embargo,másreal y propiaque«éstacuyo cupóncortocadamañanaal levantarme»,sentimientoquellega hastael culmende La Pla-zade/a memoria(1995) en que precisamenteel personajeinventadoo pro-yectado por el protagonistaes el que poseemás coincidenciasbiográficasconel Antonio Prietodel registrocivil 14~

Aún dentrodel capituloprimero (p. 30) hallamosunanuevaadícionmí-ticaquesuponeotro avanceen el intentodefusión Lázaro-Ulisesa travésdelpresentimiento,con lo que no salimosde la esferade lo irracional,y es porello queel contactocon la realidad,unarealidadregidapor el tiempoy porla muerte, impide recordaral personaje.Peroel mar,exponentedeesaesferairracional,apareceaquícomo cordónumbilical queabrazaaLázaroconUli-sesy con Prieto.Lázaroquedapor el leve hilo mítico unido a la experienciadel encuentrocon las Sirenas,Escilay Caribdis, y Calipsomoradorade Ogi-gia.

Lázaroha llegadoa la pensióny el recepcionistalógicamentele preguntapor su equipaje,interrogantequepuedeextendersesimbólicamentea suba-gajehistórico,a supasado.Lázaro se mira las manosy las encuentravacíasporquelas manosvan a convertirseen el espejodel existir, inclusohay algúnejemplo en donde se califican a las manos de mudas al ser precisamenteopuestasa la palabraqueesolatidodevida» ~.

<4 Y paraqueno quedeningunadudaasílo confirma el propio autor preguntadoenunaentrevistasobrela consideracióndc noveladeLa plaza: «Esjustamenteunanovelaperosucedeque, con todaslas distanciasquesequieran,es tambiénun intento de la búsquedadel tiempoperdido de Marcel Proust.Es unanarraciónde carácterretrospectivoen el queel personajequecreael narradorparaquele acompañeesel quecuriosamentetiene másrasgosbiográficosmíos»(EntrevistadeMaria PuraRamosenEl nuevoluneg 29-5 al 4-6 de1995).

‘~ Anotaremosun ejemplo:«Semiró lasmanos.Seguíanmudas,no sabíanhablarlede...» (p.34). Estetema es recurrenteen nuestroautor quienseñalaen el prólogo a su segundaediciónde Elegíaa travésdela imagendelasmanosvaciassu impotencia(faltadeacción)antela jovenquemuereen un hospital reflejadaen su personajeGabriel;del mismomodoen Carla sh’> tiem-po el héroecon una cicatrizen la mano,como Cervantes,se aprestaa negarque éstale puedahacerperderun ápicedelcontactoconla amada,etc...

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Al comenzarla lecturadel segundocapitulo aúntopamoscon un textoquenosexplicalassemejanzasy diferenciasentreUlisesy ahoraLázaro:

Una vez de hacesiglos, cuandoel desiertoalmerienseeraabrazadoporel mary suarenaconservabael calordel amor, los feaciosacompañaronenunanavea Ulises pararegresara Itaca.En la playa, mientrasla naveavanza-ba, los ojos de unamuchachaasegurabanen sucristalinaluz quesiemprere-cordarían.Lo asegurabantanto y tanhermosamenteque la voz deun pueblohaciéndoseleyenda,sepultóa Itaca e hizo que Ulises regresaraa la luz deaquellosojos de muchacha.Eraunamaravillosahistoriacontrael olvido.

Pero ahora16 él regresabasólo y ningún feacio le había prestadounanave,ni habíaencontradounos ojosque le recordaran(p. 32).

Por un lado,en primer término, se destacala omnipotenciacreadorade la palabramanipuladoray contenedoradel mito dondetodo es realiza-ble porqueUlises vuelvea los ojos de Nausicaa.No obstante,en seguidallega el contrastequevertebratrágicamentela obracon esesignode impo-tenciaquemarcael «Peroahora».

Seráentoncesen C’arta sin tiempo(1975)dondeseculmine esteproce-sode experimentaciónsobrela fusión mítica del novelistacon uno o variospersonajes~,facilitada por el uso de la primerapersonadentro del géneroepistolarporque«esapalabraque late hastafijarseen la cartano completasu tiempo hastaser recibida por el destinatario»(como pide Prieto paratoda obraliteraria) ~. No queremostraeraquíel análisisde estaobraperoes importanteprestaratencióna estepárrafoquevamosa transcribir y quetienemuchoquevercon el fenómenodelas autocitas:

Recordéqueuna vez de hacesiglos,cuandoel desiertoalmerienseeraabrazadopor el mar y su arenaconservabael calor del amor, los feaciosacompañaronen unanavea Ulises para regresara Itaca.En la playa,mien-tras la naveavanzaba,los ojos de unamuchacha,aparentementequietos,se-renamentefijos, se movían cristalinamenteen luz, por una lágrima interiorque los iluminaban,y asegurabanen su movimiento que siemprerecorda-rían. Lo asegurabantanto y tan hermosamenteque la voz de un aedo, ha-ciéndoseleyenda,sepultóa Itacae hizo queUlises regresarapor la palabraala luz de aquellosojos de muchacha.Peroaquello contrael olvido (y que teescribo)no podíadecírseloa Coya.Dije: (p. 15 1, Carta.).

Este«ahora»comotiempodeactualidad,deunarealidadquenecesitadel olvido paraseguiravanzando,apenassediferenciadel«ahora queencontramosen unanoveladiezañosposterioren la que «Ahoraes un tiempo muy triste» —se dice—en queBios estáseco.(Laenfrrrned¿td del amor(Barcelona:Seiz Barral. 1993). p. 7.

1 La cií.a perteneceala facetacríticadelautorensu Ensayo semiológico dc sistemas litera-riosde 1972,fechamuy cercanaala versiónde la novelaqueinvestigamos.

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Las correccionesen la novelade Anlonio Prieto 125

Este texto, con algunamodificaciónquenos ayudajustamenteparasu in-terpretación,acabamosde leerlo arriba salvo unafrases intercaladasen elcentro que,no obstante,localizaremosen la página94 de la reedición deVuelve atrás... Es el último peldañode la escaladel mito, en donde,ademásde la significativaadición quehemossubrayado,es importantela sustituciónde «la voz de un pueblo»por «la voz deun aedo»parareafirmarseplenamen-te en el alivio de la capacidadengendradorade la palabra,del arteparacrearpor encimadel tiempo. Navegarámás el fragmentoy arribaráa otrastierraslejanas, ya quevolveremosa localizarlo con pequeñasvariantesen La plazadela memoria‘«,unanovelade1995.

Hemosde haceruna puntualizacióna raízdela modificaciónde «segun-do día de vivo» (1958) por el de «segundajornadade vivo» (1973) más car-gado de sugerenciasmíticasmarineras.Tambiénhay que señalarque en laversión dcl 73 se añadeel sintagma«continuasregresando»paraevidenciaren el intento de vuelta dc Lázaro la acción en su progreso,inacabadaporirrealizable.

Todopermaneceacariciadopor estehalo mitificador; ahoracl rayodesol quepenetrala habitaciónde Lázarotambiénquedaintegradoen el es-pacio mitico ya quesedirá quese tratadel rayoquefecundala vid de Ca-lipso, una luz positiva y eternizadoraque acabarátransformándoseen elanimo del autoren 1995 en La plazade la memoriaen unasombrade malaguero.en el símbolode la caducaactualidadrepresentadopor unadecré-pita encina 9

Siempre la nota lírico-amorosaviene ofrecida por la mirada; los ojosparael novelista sonel vehículo por cl que aflora el alma.El episodiode lamíradaquecompartenUlises y Nausicaava a convertirseen el embriónquegeneratodauna seriede adicionesde corte mítico y no pocosmomentosdela narrativade Prieto. El autorsienteunaabsolutafascinaciónpor esosojos

Observaremosque en Laplazadelame,noriase proyectaya la claradistinciónque supu-so la creacióndel mito deBios en I,a enjórmedaddelamorentreel tiempomarcadopor el «en-tonces” (que esel tiempo acrónicode la palabra)y el tiempo caduco,actual, señaladopor elmísero ahora»(que es el brevetiempo de unavida humana):«Unavez de hacesiglos,cuandoestedesiertoeraabrazadoporel mar y so arenaconservabael calordel amor,unos feaciosvie-ron cómo partía haciaItaca una nave ligera, y allá en la playa, mientras la nave avanzaba,losojos deunamuchachaasegurabanensu luz quesiemprerecordarían.I~o asegurabantantoy tanhermosamenteque la voz deun pueblo,haciéndoseleyenda,redactócontrala historia que lanave regresaray fuera vida en la luz dc aquellosojos de muchacha.Entonces.el olvido careciadeexistenciao era tan mínimoquesu pasopodíaserderrotadofácilmenteporla palabra.Aho-ra, en el desierto,aún quedabanvestigiosde leyendaen la arenapetrificadaqueconservabase-dienta,la huella dc unos pasos,deunasarmas,quizásdeunamiradaque la palabrano sabiare-sucítar(p. 56).

En La plaza,la encinay Calipsoseránevocadascomo unaunidadparaaludir a lacaduci-dad del tiempode vida terrenalde un hombre.Y esteseráel mareosimbólicode dondeemer-gerádenuevoel irredimible Lázaro.(Estamosanteun procesoantitéticoal de«cufemización»deun mitemaseñaladopot (iilbert Durand).

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de muchacha,que en un instantefueron capacesde entregarlotodo hacién-dosemujer,enriqueciendolírica y simbólicamenteestepasaje.

Dentrodel sistemade las adicionesseguimosavanzandoun largoespacionarrativosin hallarlashastael capítulo VII queocupaunasignificativaposi-ción central;en mi opinión se trata del epicentrodel fenómenodel intentodela fusiónmítica deLázaroconUlises.El capítuloha sufrido unacompletaremodelaciónrespectoa la versiónprimitiva dondelas tres muchachaseranun elementolateral de contrastepasandoahoraa serel núcleo del episodio.Insistimosen la recurrenciadel temadela miradadeNausicaa.

El contextode estecapítulono podíaserotro queel Mar tantoen su as-pectoreferencialcomo simbólico (sobretodosimbólico).Así, el capítuloco-mienzacon un párrafoagregadodedicadoal mar del quequeremosdestacarel significativo sintagmade «olasdeeternoretorno»20, En estefragmentoes-tá explicitado de manerasimbólicael procesode fusión queva a serel focodel capítulo.El ensamblajeentredos tiemposllega aquí a su perfección;elnarradorsumergea Lázaro,cansado,en el sentimientode habersufrido unalocanavegación(nóteseademásla polisemiaqueañadeel lexema«navegar»)lo quenosremite al mito; de súbito,aparecenrealmentetresmuchachasquevana repetir de unamaneradistinta,como la ola, el sucesomítico. Estees elnúcleode la fusión sabiamenteengendrada,que continúadesarrollándosea1<) largo del capítulo.De nuevo la miradaaparececomo la únicaposibilidadde penetraren el ámbitodel mar, del mito. Podemoscomplementarel iniciodeestecapítulocon otro añadidoposteriorperoquetambiénhabladel mar:

Pero,sobretodo, el mar; más queninguna otra cosael mar era palabra,aunqueahorahubieranacidoallí, enunatierra seca,sin fruto, queera desiertoy cuyoviento le habíagritado sed-sed-sed...No importabaporqueesedesierto

2» Transcribocl párrafo inicial que vamosa confrontarcon otro de (‘arta sin tiempo,estavezdedicadoa la música,paracomprobarcómola ideamolde siempresetratadeunatotalidadinfinita de la que se actualiza,haciéndosetemporal,unapequeñaparteque quieretornaresatristezade su brevedaden vida-Estabafrenteal mar, percibiendoen el contactocon la arenasu expresiónen olasdeeternoretornoy cómoaquel blancoqueseerguíasobreel azul eralantay tan intensamelancolíadepasarque la ola se filtraba en la arena,dejándoleun poco de sal,pararetornarasu senoy allí forjarseenesperanzade nuevaola que algúndia seacercaríaotravez y distinta a la playa». Es el procesode la vida y la concepcióndel tiempocíclico. Ahoraelmarserála músicay la ola serála vozdeun hombrequevertirálamelancolíade la espuma(in-tensidad)en su palabracontrael tiempo. Veamosel segmentomusical:«Si, escuchatú tambiénestaversiónde My way.Comienzaconun ritmo rápido.dc vida, dondeunaorquestaacompañaa la voz y la fuerzaa proclamarenritmo la sucesiónvelozdc unavida (...) Una vida (la voz) serecogeen la vida (el ritmo dela música) (...) Ya la vozse calla,enmudeciómi manera,y essóloel frenesíde la vida, su ritmo. su vértigo,quien aceleraday extraordinariamenteseescuchay essonido pero la vozenel fondo no seapagatotalmenteporquePrieto tienesu palabray por esoañade«Mv’ ¡ray no se apagay la voz vencela nieblaparahablarlea Pizarro del tiempo deunacarta y mi brazoselevanta(.> Es casi imposibleacallar la palabraque fue vida« (pp. 254-255,(arta).

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fueen un tiempodel pasadomar comoél habíasidovivo. Y mirandoesemar,escuchándoloen palabra,habíapodido imaginar(no recordar) queen unavezde un tiempo muy lejano y muy próximo habíaamadointensamentesobrelaesteladeunos ojosfundidosenmar (p. 112).

Es claraya la escisiónde dos mundosirreconciliables:el de la imagina-ción y el del recuerdo;el primeroeslibre, eternoperotieneel inexorablede-fectode queno existeaquí.Insistimosenrecordarlas antítesisdel ahora y elentoncesqueseoponenen el mito del río Bios de La enfermedady la tiempode la ficción y el de la realidad (actualidad)que imposiblementeintentanconfundirseen La plazadela memoria.

En la nueva remodelacióndel capítulo se mantienela presenciadelacompañantecon la mismafunción deservir de contrapuntopararealzar lasoledaddel protagonistay sudiferenciaesencialcon él, del mismomodoquelos tres mironesconstituyenel contrastecon las tres muchachas.Ganapues,por la simetría,el capítuloen perfecciónestructuralfrentea suexpresíonan-terior endondeesteúltimo contrasteno podíadarsetan violentamentecomoahoraqueseoponela brutalidadinstintiva deunosmironesa la bellezaespi-ritual. (Y otravezes el mundodelossentidosfrentea un ámbitoideal.)

CuandoLázarocontemplasu entornono puedever como en el 58 «unaplayacercanaa la pescaderíallenade piedrasque llaman los Cuescos»sino eleternomar escenariode acontecimientoslegendariosde los que se extraeprecisamenteel de la transfiguraciónde Ateneapara instar a Nausicaaaacudiral lugardondese hallabaUlises, continuandocon el relatohomérico;esaspalabrassugierenun nuevo encuentroentrelas miradasde Lázaro yAlicia.

Los fragmentosdecaráctermitico van intercalándoseen el texto paraga-naren expresividad,contribuyendoa la técnicadel contrasteya mencionada.

El texto agregadoque se sucedea continuaciónes de sumaimportanciaya que nosofreceunanovedaddentrode la obrahastaahora;nos referimosal valor evocadorde la músicacapazademásde la autofusióndel hombrecon su propio recuerdo21• No en vano sehermananlos elementosmúsicay

2< En conexiónconta notaqueacabamosdeapuntarreproduzcoun fragmentoañadidoencl 73 en el que conviven la músicay el mar.Tanto la músicacomoel mar son el puenteparacruzarel umbral haciaese otro ámbito del No-tiempo;estoya sucedíaen Tres pisadasdehom-¿ve(1955) en dondeuna cancion strve a Luigi pararecuperarcon el recuerdoa M’> Elena yprogresarsobre él imaginando(soñando)la conversaciónque tendrácon ella a su regreso.Vayamoscon el fragmento:«No lo escuchaba,no podíanimportarle aquellaspalabrascuandose estababuscandoa sí mismo.Entonces,eí otro accionéun transistorque le habíantraídodeMelilla y comenzóa escucharmúsica. Percibíaenesamúsicacómo las olasse acercabana laplaya buscándoseen retorno.Penetrantemente,el sonido del mar, de la músicay desí mismoiban aislándolede todo hastahacerlenavegarpor un mar infinito de siglos y denochespor elquebuscabauna luzquele llevaseal recuerdo....

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mar, ambosfuriosamenteemparentadoscon el mito por el rasgocomún dedistorsionarel tiempo.La palabraretorno va haciéndosecadavez más fre-cuentey la músicaqueseconcretaahoraenunacanción,III beseeingyou(Teestarémirando),tambiénse integraen un pasadomítico, en un tiempo«muylejano y muy próximo». La músicatrae a Lázarola sensacióndel amor,algoquetambiénsobreviveal tiempo,y un amorque seconcretaen unamucha-cha aludida en un lenguajehoméricocomo «la de mayor belleza,la de másintensamirada».

Volvemosa traeraquí a colaciónla citadaobra (‘arta sin tiempopara re-ferirnos a la importancianucleardel elementomusical.Permitasenosanotarestapersonalísimainterpretacióndela Sinfonían0 2 deMahíer:

impresionantesensaciónde unagiganteoda en la que el mundoesgrandepor-que tendráresurrección.Erasentirla oracióndel humanismodondeel tiempoestabadetenido(...) Y Mahíerno eraun dios de muertey de vejez eximido (...)

Su primer tiempo era un grito dramáticoante la muertequeriendoexplicarsesu existencia(...) los tressiguientestiemposerancomo intermezziquerecorrianunavida desdela juventudpararecordarsu existencia.Y llegabael espléndidoquinto movimiento...

un espléndidoquinto movimientoen dondesehalla el poemade Klopstock«lo quenació debepartir/ lo queha partido surgiráotravez...» concuyace-lebración de inmortalidad se recoge nuevamenteen La enfermedaddelamor.

JustamenteAlicia, a travésdela músicarecuperaensurecuerdoa suno-vio no sin habersepuestoen contactocon los ojos de él (el resucitado);y lacanción sugiereen su título «Volver a amar» (To love again) aunqueseaunimposible. Avanzandounos capítulosen la novelavolveremosa encontrarqueAlicia (aquíNausicaa)recuerda,mediantela mismamúsica To loveagainque Lázaroy ella habíanquebradola celda de cristal de Cronos,con lo quela mósicahacede calorquefunde ambosepisodiosen el tiempo.Peroregre-saremossobreestetexto. Observamosqueel párrafoqueanalizamossobreelencuentrode Lázaro y Alicia, que emula al homérico,concluyecon el re-cuerdo,recreadopor el autor,de la recurrenteseparaciónde Ulises y Nausi-caa enfocándose,como siempre,a los ojos de la muchacha.Episodioya cm-blemático en la narrativade Prieto que todavía insiste en estaobra cuando,poco después,Lázaro, al mirar a Alicia piensasi no habíavisto ya aquellosojos a su regresoa Itaca; despedidahoméricaquevolvemosa registrarhaciael final dc la obracon la frasede «los ojos de ellase movíancristalinamente»,que no dejaremosde localizaren obrascomo Carta sin tiempo,La enferme-daddelamor,o La plazadela memoria.

El hechode relacionarla pérdidadel favor deAteneay la de la juventudtambiénes recurrentehastaLa plaza ... y puedeobservarsetrasestaspalabrasde Carta sin tiempo:

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Eraun extensotiempoperdidode ti y quizás(comoanunciaraCalipso)yaAteneano me protegieray esetiempo me hubieracubiertode vejezante tusojos(p.184).

Junto a la músicay el mar aparecetambién ahora la poesía,la palabracontrael tiempo,y unapalabraqueademáshablarádel pasardel tiempoy deunosojos en unosversosde Garcilaso,otro poetarecurrenteen la obrapos-terior dePrietoy cuyosversosseesparcenpor ejemplopor la (‘arta. Es natu-ralmenteAteneaquien le habíatraído a Lázaro-Ulisesel fogonazode aque-líos versos.

Y en estepuntoesdondeencontramosunatímidaperodirectaincursiónde la primerapersonanarrativaen un paréntesis«(Yo, Lázaro)»quecreemossugierela identificaciónanimicade la personadel narradorcon la de supro-tagonista.Sin embargo,continuamosen la ideade queel pobreUlises torna-do en Lázaro,caídodel mito a la actualidad,por definición, no puederegre-sara la vida entendidacomo segmentoentredos puntosen el tiempo,es unserqueal tratarde regresara la vida ya no puedeconquistarlapor serolvidodesi mismo,por no poderserhistoria.La historiaperteneceal tiempo,el mi-to a la eternidad.

Hablaremosahoraun poco de cómo afectael procesomitificador a Ali-cia fijándonosen especialen un párrafotrufadoen el capituloXIII:

Perosilo advertíay no habíanexistidoesasmil diversioneso preocupacio-nesqtíe le hubieranhechoolvidar aLázaro.Habíasentidocercala voz y el de-seo deAntinoo, de Eurímaco,de Anfinomo, de Liodes(el másnoble) y otrospretendientesy ninguna voz nl atenciónal deseohabíaretirado de supiel demuchachael olor de Lázaro.Aquellavoz de Lázaro,que seencendíaenel mar,y le traía el sabordeislas y de mitos y quepodíabeberuna y otravez en sus la-bios. Y esavoz y esoslabios,absurdae incomprensiblementelos habíasentidoresucitadosunasmananasatrásen la playay en unos ojos dealguien absoluta-mentedesconocido.Y luego,en la tarde(porque aquellosojos le pidieronre-cuerdo)habíaescuchadola músicade ib loveagain,basadaenChopin.porqueera una músicacon la queLázaroy ella habíannavegadopor islasy marestancargadosde tiempo y de mitos que ya no poseíanni cronologíani espacio.Eran la palabrade Lázaro,que se hacía silencio parabuscarsus labios. Peronadade esto, que era profunda y herida intimidad ovillado en amor, podíacontarseloa doñaGádor.No podíacomunicárseloa nadieni proclamaren sumiradaquehabíaposeídoaquellapalabra de Lázaro que luego se cerrabaensilencio sobresuslabiosparaseguirmásviva (p. 179).

El narrador,a travésde Lázaro fundido con Ulises, ha ido progresiva-menteasociandoa Alicia con Nausicaaa la que ahoraya vemos atribuirseledirectamentenotasde la materiahoméricapor esamiradacruzadacon Láza-ro queespoleasu recuerdo.Aún no seha trasladadoa la atemporalidaddel

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mito, no se ha conseguidoen estaobra la fusión mítica plenaque llegarápronto con Carta sin tiempo,y por ello la razónde la joven (el enemigode laracionalidad)tratade explicaresassensacionesextrañaspor el sopordel so-focantecalorveraniego.

El cambio de sujetoparala proyecciónmítica quesuponela atribucióndelos pretendientesde Penélopeestáen la línea de relevarla acciónpor en-cima del actante.Estamostratandocon un símbolo por lo que no importansinolas asociacionesque éstelleva consigohaciendoquelos límites quese-parana Penélopede Nausicaase borren aquí ampliándosela abstracción.Porqueel símboloeseminentementecontextual.

Pocodespués,en estemismo capitulo, cuandoLázaroestápor segundavezen su casa,se encuentracon Alicia y descubrequién eraella realmente.Salenjuntos de la casay el diálogo queahorasostienenes mucho más pro-fundo y cálido como lo demuestradesdeel puntode vista formal el pasodel«usted»al «tú» masafectuosoen estaversión.Estecapítulo,el XIII, es el máslargo de la obra y ha sufrido numerososretoques;adiciones,supresionesymodificacionesdeterminadaspor la nuevasignificaciónque seha pretendidootorgara Alicia.

En estesegundoencuentrosedestacanla peticiónde Lázarodepalabraa los ojos de la tnuchacha,y de nuevo,la evocaciónde Alicia de sunovio Lá-zaro relacionadacon la músicay con la palabra,ya queella le cuentaaaqueldesconocidoque Lázaro le hablabade islasy tierraslejanasantesposeidaspor el mar y ahoradesiertosestériles.El diálogo que sostienenle sirvea Lá-zaro paraasumir definitivamenteque no puederegresara Itaca,que no pue-de romperel cristal de la peceradc la realidady es conscientede sudestino.Ya sin reparoLázarova a hablarde islas,delejanosmares,de los feacios,delos peligrosde Escilay Caribdis,del torturantecantode la sirenas,de Calip-soy deunamuchachaquele salvóla vida y sela entregópor losojos; de todaunaseriede sucesosqueAlicia, en su racionalidad,no reconocecomo cier-tos peroquepor sercosasextrañasseasemejabanmucho a las quedecíasunovio. En estediálogo hemosde realzarunaspalabrasque nosparecenfun-damentalesparasuinterpretación:

Siempreexistió un hombrenavegando,luchandoen las tormentasy des-pertandodel naufragioanteunosojoscomolos deesamuchacha(p. 194)

que es por un lado exaltarla eternidadde la palabra(homéricaaquí), y porotro convidaral conceptode vida como lucha, como aventuraen la que elamorjuegacl papelesencial,y tambiénporqueestoya es amor.

Nóteseademásla contradiccióntemporalque se suscitade la unión delas palabras«siempre»y «existió» en pretérito indefinido (oximoron, comoLetizia), remitiéndonosunavezmása la noción de unaexistenciaatemporalqueno existeaquísino«enun mundonombradopor el mito» que hoy hemos

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perdidopor el olvido, obligadopor el pasodel tiempo,y por la incapacidadde elevarnosquenosachacabaIlitia. Lázaroha fracasado«sehabíaperdidodefinitivamenteen el mar y esemar nutrido de siglos lo habíaperdido paralos demás».

Podemosañadirque enel estudiorealizadopor el propio Prieto22 sobreel episodiodel encuentroentreBloom y Gerty(único puntoparaél defusiónmítica con Nausicaa)en el UlyssesdeJoycese nos ponede manifiestoel he-cho del pudor de la joven Gerty de ser sorprendida,fascinadapor Bloom,hechoque la relacionacon las palabrasde Nausicaaa Ulises sobrelas habla-duríasde los feaciossi los viesenjuntos.Así no nospareceinútil señalarquesemantienea propósitoenambasversionesla referencia,en dosocasiones,alas murmuracionesde la genteque ve a «aqueljoven» y a Alicia paseandojuntos.

Por último concluiremosdiciendo queItacase habíahundidoen un de-sierto estéril«queya jamásrecordaríaquefue abrazode mar»en dondecla-ramenteseasocianvida con recuerdoy muertecon olvido, y por ello Lázarosienteque la torperealidad le clava estaspalabras: No te conozco,vuélve-te». Porquevivir es ir olvidando la propiavida, si se resucitarano seposeeríaningún recuerdoen absoluto.Es imposible regresarde nuevoa estavida trasla muerte;puesella seha tragadoa Itacaporquemorir es ir deshilachándo-nos la vida; no obstante,hay algo que puedesalvarnos,quepuedeasumirnosa una vida que permanecey es el recuerdo,la comunicaciónen lectura.Lapalabra recibida por otro que otorga la vida es el único antídotocontra lamuerte(igual a olvido). El mito, no sólo sehacreadopor unanecesidadesté-tica sino también,y sobretodo,por unanecesidadexistencial,por unaavidezinsaciabledevida.

LascorreccionesdeSecretumen1986

En lineasgenerales,hemosde reiterarquelas modificacionesdeestano-vela no alteransustancialmenteel conjuntosino queconstituyenun mecanis-mo intensificadoro reafirmadorde los aspectosquemáspreocupanal autor.Comoanécdotacuriosarespectoa estamínimaalteracióndel conjuntoseña-laremosqueen la primeraedición habíauna autocitainternaque,confirmá-bamos, aludía a la propia obra porque el protagonistaasegurabaque le

22 Nos referimosal Ensayo semiológico desistemasliterarios. Aquí podemoscomprobarlafascinaciónque ejerciósobrePrieto la lecturade Homero,y sobretodo Nausicaa,de la que se-ñala:<Nausicaaesla íntima bellezaque seacarícíaen imposible y que seacunaenel sueñonoexpresadode la palabra.p. 163). Y Prieto, en su existir a Homero, se la imaginaasí: «Decíaque Nausicaaes una muchachaextraordinaria,lira una muchacharubia,que acariciabael marcon su cuerpoy con una limpia vida navegandopor el silencioen verdedesus ojos (oc.. p.162).

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quedabanveinteo treintapáginasparaconcluir su libro comoefectivamen-te nos quedabaa los lectorespara finalizar la novela, pista que ahora,in-tencionadamenteo no, se disipaen la segundaediciónen la queel datonopuedecoincidir

El valorqueposeenlas correccionesqueel autorefectúaen Secretumsir-ven,pues,parademostrarla consolidacióntanto de un estilo como de mu-chos de suspresupuestosteóricossobrela literatura(aplicablesa la suya)que ya se deducíande susescritosanteriores,como esteinteresanteañadi-do en la segundaversión (queponemosen negrita)cuandoel protagonistaexpresaque necesitahallar al ultimo hombrequeescogiómorir paraescri-bir sobreél porque:

eseúltimo hombreexiste,y porque poesía y verdaddehende estaren íntimarelación.Tú locomprendes¿verdad?

—Si lo comprendo,lo explicabasen clasecon Petrarca y su «Collatio Lan-reationis», con la verdad de Garcilaso frente a losmadrigales cortesanos. (p.172,2’>cd.).

En este sentido las correccionessiempre respondena la obsesión dePrieto por el tiempoy por la necesidadde un receptoral que a vecesayudapara que puedacaptarmejor el sentido de su palabray de su tensiónjamásresuelta.Así, se transformaestilisticamenteun párrafodc la primera a la se-gundaversiónen el que queremosdestacarestaconcienciade empresaim-posiblequeda másvalor a la palabrade Prieto,y sobreesemínimo añadidoléxico opolisémicamente»trascendentalen el propio estilodenuestroautor:

Decíade ella en candor>,aunquesabiaqueno le guslabay quemis pala-bras,aúnbañándoseen dificultad jamáspodríanalcanzarlo queyo apetecía.Tambiénquizá, porquemi palabranacía como unadeudade presenciaqueluchabaen sufrimiento por elevaren idealo que la vida no permitía.Porqueera algo que,mojadaenla soledad...(Pp. 141-142, lcd.)

queparecequedarmásclaroasí:

Amoldabaa su encuentro mi canción aunquesabíaque no le gustabayque mis palabras, luchando con la dificultad jamáspodríanalcanzarlo queyo apetecía.También,quizá,porquemi palabranacíacomoexigenciaque lu-chaba polisémicamente por expresar idealmentelo que la vida no permitía...(p. 103.2>cd.) 23

Desdeestaperspectivasólo queremosañadirdos apreciaciones,unarelativaa la citada obsesióndel autorpor el tiempo que protagonizaesta

23 [a leira ne”rita esmía para resaltar los cambios.

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Las correccionesen la noveladeAntonio Prieto ~33

adición (en negrita) sobreel distinto tiempo de la emisión y de la recep-ción:

—Ya lo sabes—sonrío. Es una interpretacióndel pasado.Todo libro esun intento de recuperary salvarel pasadoporqueincluso el presenteen elque se escr¡be es ya pasado cuando llega al lector (p. 152, 1’ cd.)

y otra quedirige nuestraatenciónsobreesanecesidadimperiosadel autorde darse(crearse)en su personajeque le lleva a modificar su númerosím-bolo, antesES-A-2. 391.939y ahoraES-A-2.391.930para hacerlocoinci-dir totalmentecon los datospersonalesdel escritorAntonio Prietode ES-paña—Aguilas (Almería, Arezzo)nacidocl 23 dc septiembre(9) de 1930.

Antonio Prietoquiereabandonarcualquier roce con aquel denostadorealismosocial reafirmándoseen suposturaidealistanutrida cadavezmáspor el renacimiento;y buenapruebadeello esqueahoraen estanuevaedi-ción seañadiránmásalusionesal mundopetrarquistaen suconceptodc lapalabra como única responsablede la construccióndel tiempo y comoaportacióna esacadenainterminabledela culturaentendidacomo un pro-cesoque se alimentadel pasadofundiéndosecon el presentede un lector(escritor) quela haráprogresarcontinuándose24• Como contrapartidaco-herentedesapareceránpor completodosescenasde «El rebelde,farsaconcastigo»que podíancomprometer«realistamente»a la obra desprestigian-do a la parejade protagonistasy conduciendoal lector por un derroterodecríticasociopolíticapor el queal autorno le interesabadesviarsuatención.

A vecessonpequeñosmaticesquevan en la dirección del limado o deesecuidadopor la palabraque profesabaPetrarca;para no caeren la re-dundancia25, para enfatizarlo expresadoen la versión primitiva 26, paramejorar el ritmo poético 22 o paraajustarlo máximola palabraa la ideaenrelación a un contextocomo sucedeen esteejemplocuya sutil sustitución

24 A la luz de estasafirmacionespierdennovedadposturascriticasde la teoríaliterariacum<., la de la nonve/le critique francesaque entiendeel objeto literario como un estímuloparaía creaciónde unanuevaobraporpartedel critico.

25 Así se explicansupresionescomola historia del perroque el protagonista(fundidocon Petarca)dejómorir por estardemasiadoocupadoen la actualidadde la vida, que ya vi-mos en el episodio de la perra Simba de Elegíao partede las alusit,nesqueidentifican alProfesorconel Gabrielde Elegía.

2<’ Anoto un parde ejemplossobreel conocidotemade la tristezacreadoraque seaña-de en la segundaedición «y no esgestoni rostro paraganar aplar~sos»(p. 114, 1<). idea queserepite en la p. 143. Y obsérveseaquí el cambiodel verbo: «Pero aun esestanoche,esteinstante (lcd.) por«Peroaún vive estanoche,esteinstante (p. 141, 2»).

27 Es obvio que en el siguienteejemploel salto de línea sedebea cuestionesde índolerítin ica:

«1-lueleamar.Timida,cariñosamentc,pregunta:’<(p. 191, 1”).Hueleamar.

Tinilda.cariñosamente,pregunta: (p. 144,2W).

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del vocablo«diálogo»por «fábula»vamosa analizar.Copiamospartedel con-texto:

paraqueun público ajenoy lejanotuvierasu representacióny aplaudieraunavida creyendoqueunaauténticavida tiene formaexternay seproclamaendiá-logo.

Es indiscutibleque el contexto(gentescuriosasque acudiránal espectá-culo de fuego del Acusado)exige como mas adecuadoel término «fábula»queinmediatamentenosremiteal «favolafui grantempo»del soneto-prólogode Petrarca(o dcl Secretum)herederodel significadode «habladurías»reco-gidoen Horacio(EpodXl, 7-8)y Ovidio (Amor, III, 1, 21).

Otras vecesse trata de poner de relieve una ecuaciónde igualdaden laqueel nuevotérmino parecemás plásticocomo la sustitucióndenombreporhombre(individuo):

S.—(...) queun hombreseautilizado por personasajenasa él y a su inten-cion, no nosdaráderechoajuzgaraesehombrepor un carácterrepresentativoqueensinotieneo estotalmenteajenoa suvoluntad(p.131,2>cd.).

Y en ocasionesasomaalgún aspectoque pronto veremosenriquecerelacervoestilísticode nuestroescritoren la novelaposterior(El embajador):elhumor.Estamosaludiendoa unafaceciaque,al escuchara suscompañeros,recuerdael Profesorsobreuna diseusionen la cortedel PapaAlejandro VIen la queseconcluyela necesidadde los médicosa la repúblicapara quenoaumenteenexcesolapoblación(vid. pág.22, 2>’).

Desdeestepunto de vistaestilísticose recortadcuna maneraconsidera-ble el usodel citadogiro «en+ sustantivo>’no tanto comoreaccionanteella-tigazodeGonzaloSobejanoenlas páginasdedicadasaPrieto en su libro No-vela españolaactualsino por considerarqueel empleo abusivopodíaanularsu pretendidosentido.Aparecenasí en la nuevaversión «El cielo abrumadopor el calor» frente al anterior «en calor», «lo proclamael sonido» por «seproclamaen sonido»,o seespecificasobreunavoz «en verano»que setratade unavoz «encendidaenaquelverano»o de unos«ojosen tristeza»queson,en el ambientede la poesíade cancionero,u nosojos «queinspiraronla pala-bra». Peroestono significa que la utilidad del giro hayasido desechadasinoque inteligentementese hansuprimidolos casosen los queno añadíael valorpretendido o que incluso lo deturpaba;por tanto permaneceránmuchosejemplos en dondeel recurso muestrala cumbrede su más plenasignifica-ción dc reflejarunaconstanteo acciónabstractaquetomavida individual, seconcreta,interpretándolaasumanera:

Erasu propiavida (enacciónamorosa)(p. 41, 2>)No salvar la distancia,y que la palabracaiga cuandola acunéen tristeza

hastasentirlaamory descansaren ella (p. 49,2>).Perosiempre(en desprecioo en halago)amaba(p. 67, 2”).

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La primera inserción comienzareproduciendoel fragmento latino queinicia la Posteritatide Petrarcay queapuntalaaquel«tú» destinatariopluridi-mensionaldescubiertopor el autorcon Carta sin tiempoen 1975,de la quevamosa destacarsólouna afirmaciónvital en la narrativadePrietoque inci-de sobresu repetidanecesidadde existirseen la palabraapropósitode lasepístolasde Petrarcadivididas en dos cuerposque «narrabanmi vida o loque yo deseabaque te llegarade mi» (p. 8, 2»> en defensade elevaral planode lo realo verdaderoel personajeenqueseconstruyeel autor.

Pospáginasadelantese recogey complementaaquellaafirmación deun hombresencillo, Juan (de Elegía), de que el tiempo va y viene comounarueda.Nos referimosal «execrableperiodista»quedefendiendoel casodel Acusadoevocael conceptode hombrecomo mimus vitae,quees Insis-tir en la visión reiteradade Prietodel hombrecomo intérpretedeunavidaque le ha ofrecido la Vida y quetienemucho quevercon aquellavieja afir-mación de Luigi de que el hombre es unadeudade otro hombre,o conesasafirmacionesde queHomeroamóen Nausicaao Cervantesen Dulci-nea,y con la proclamacióndel conceptode libertadquecontracorseseru-ditos y moralistaspermitegozarintensamentede unavida irrepetible cuyaintensidaddebesertal queatraviesela mismavida hastadepositarseen elcorazóndela palabra.

Si avanzamossólo un poco máspor la obra localizaremosun largo frag-mentoque no aparecíaen la versión primigeniay que refuerzala fusión delprotagonistaconPetrarcainsistiendootra vezen la necesidaddebeberlatra-dición paraconseguirla novedad,enla exaltaciónde la culturaparaevitar elsertragadopor el olvido de la hueraactualidad,en la celebracióndela pala-bracomo dominadoradel espacioy del tiempo (quele concedela libertadaPetrarcade dirigirse a Cicerony a la Posteridad(y a Prietoa Cintia 28) o deescribirversos in víta de Lauracuandola cronologíade la realidadmientequeha muerto), o como portadoradela polisemiaquele permitaserrecibi-da tanto por la amadacomo por unaamplitudde receptores.Proclamatam-bién la necesidadde existirse(salirsefueraen palabra)del escritor,su pre-senciaen todo lo queescribeporqueen su traducciónde Tito Livio 29 aunóimaginacióny filologia sabiendorenacerlo;identifica Laura y Laurel (cl ár-bol que amóApolo encuerpohumano3<)) porquesinLaura no naceríala voza ella debida;el narradorfundido míticamentecon Petrarca,porfiará en elvalor dela acidia,afflnis tristitiae, como vital acicateparala creacióny justifi-carála vueltadel poetaasustextospararecuperarla vida quefueron (quees-

2> Sabemosque Antonio Prieto comenzóa publicarencl diario Ya unaserie titulada (‘nr-tasa (ja/ja.

2> Y en estesentidoel Acusadoinsisteen la defensadesu labor de crítico de la literatura:«Quedijera deHomerono quieresignificar queno dijera tambiéndc mi mismo (p. 54. 2»).

3<’ lIsta adiciónque expresael doblevalordafneodel arbolde la gloria poéticay de la bellaovenconeretaseefectúatambiéncalaspáginasIt) y 57.

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136 =1/ida(tirado Vegas

tá haciendoPrieto) y por ellosprogresar.Todo estoestabasin duda dicho yno dejaráderepetirlobajo distintossignoso argumentos.

Hemoshechomención a unagransupresiónde dosescenasqueorigina-ríamenteformabanpartede Lafarsa de un rebeldecon castigo, un injerto tea-tral en la novelaque puedeversecomo un vestigiode los primeros intentosliterariosde Prieto quese dieron precisamenteen el terrenodel génerotea-tral 31 y a su vez relacionarse,respectoa la meditadaarquitecturadela obra,con esapolimetríadel Canzonierede Petrarcaquese hizo normade variedadrenacentista.

Es evidentequeel recortepretendereforzarel idealismoseñaladoy bo-rrar las huellasdecualquier lecturasocial queveíamosconvivir con dificul-tad en Elegía por una esperanza.Perola tijera del autorha sido astutay no seha precipitado directamentesobreestasdos escenas,sino que ha trazadobien su caminodesdeel comienzode la novelaen queel Acusadohablabasobresuvida profesionalenla Universidady susmétodosde enseñanzaa lolargodc másdedospáginas(págs.56-58)queahorase encogenhastaquedarresumidasen un pequeñopárrafoen la nuevaedición recogiendoigualmentela ideadcl Acusadode quererenseñara susalumnosa dialogarcon si mis-mos (reflexionar)y con el pasadosobreel que progresare insistiendotam-bién en la antiguedadde algunosmétodosde enseñanza.La sustanciaes lamismapero ¿enquéconsisteentoncesla eliminación?El autorha suprimidoun largo diálogo en queel Acusadoaparecíacomo involuntarioprotagonistasuscitadorde unarevueltaentrelos alumnosquellega a las autoridadesaca-démicas;estáclaroquenuestroescritorde ningunamaneraquiereconducirasuprotagonistacomo un rebeldeni queel lector seforje deél unaimagendelíder revolucionario.Y en esto precisamentese basapara desgajaresosdospedazosde farsaquea pesardel carácterbajo del géneroy de la promesadela joven de constanteamoral Acusado(«aunquete per.siguierany nosfalsea-ran no importaríanada>(p. 194, la/p. 147, 2”), podríandesvirtuarel sentidode la obraya que muestrana un Acusadocobarde,mentiroso,queno quieremorir y daun pasoatrásparasuplicarlea la amadaquemientaparasalvarle,y a unajoven dura,fría, vengativa,decepcionaday despechadaqueha delata-do a su amantey no hacemásque reprocharlesu miedo a vivir ~ Prieto de-

Como muestradel pasode Prieto por el teatr> sabemosque llegó a estrenaralgunasobrascon poco éxito (La vicio tienealgo) y qtle fue directordel 1 caIro Universitario.(Partedelambientedel tutindo teatralpuedeversereflejado y criticado en el episodiode Mercedesde7#e.s pisadas de I,ornbre).

32 Tal vez l>rielo queríaplasmaresosdurosmomentosdedudao decepciónpor haberen-tregadosu vida a la palabra,que tambiénscapoderandel protagonistadc la Carta sin tiempoenla oscuridaddc la ergástulade Argel (pp. 92-93). Peroel autorno quiereclaudicarni empañarel idealismo dejándonosestemal sabordc boca porquesus personalessiemprehan superadoesemomentode caídareafirmándoseaún másen su fe: «Peroaúnentoncesdecíaamor,encon-trabasuso}os comoguíay mealegrabadeque mi palabrafalsa sáb>hubierasido un pensamien-to de la oscuridadintensa»( Secretun,,p. 1 ~7. 2”).

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cididamenteha optadopor matizarel idealismoqueconviertea la pieza,sindiscusión,en unaingeniosaficción de segundogradoqueaquilatael sentidopoéticoy la tensióndela historiaprincipal.

La segundaescenaarrancadapresentaa cinco rebeldesrevolucionariosde la raleadegentesqueyavimos pulularpor Elegíay Prólogoque pretendenutilizar el casodel Acusadoparaconseguirderrotaral Estado;son unoscíni-cos que no quierenen absolutomorir y a quien sólo les interesael poderyque hipócritamenteacabancelebrandoun brindis «por nuestrohéroe»;tam-bién van en contrade esalínealírica idealizanteal calificar la bella historiade amorde los personajesde tonta y sentimental.En estaescenade críticapolítica se ve la manipulacióninjustaa la que sepuedesometera cualquierhombreo sucesoen favor de unosinteresesbajos y egoístascon el engañolapropaganday la demagogiapero es un tema quenuestroautorya ha tocadoen su primeraetapanovelísticaanalizadotambiéndesdeel puntode vistadela masaqueen su incapacidaddcvivir por si mismase dejaengatusarpor fal-sasleyendasy baratosideales,y queahoraestádispuestoaabandonar33 paraprofundizarenotros maresmásíntimos.

Porúltimo, dentrode la farsa,sesuprimeunafábulaqueilustra otro tema

33 A pesarde todo, estemundoemergeesporádicamentepor ejemploen la novela (artasta tiempo bajo el símbolode la Corteopuestoal del Unicornio. La corteesla plasmacióndeeseaspectode la sociedadestranguladorde la vida con sus preceptosmorales,pero tambiénconsus preceptoscri)nológieos.queharánqueestesímboloevolucionehastallamarseen la Laenfermedaddel antorActualidad.Pero leamoscómosedesfogae] narradorde la cartahablandodela cortey sushabitantci.:Apenasunos díasdc cortey ya estabahastiadodesu orden, de surutina,de stíscuadriculasy flechasseñalandocaminosy conductas.Me parecíanlos seresde lacortepobrestíteresqueteníanensusespaldasunoshilos de los que pendíany con los queeraninevitablementeconducidospor unasrutasprefijadas.Mañanados gradosal nortey luego ungrado al sur. Fatalmentedirigidos, comunicados,moralizados,adocenadosy consumidoresdepalabrasque no teníanel valor de formar. Penséque seria extraordinarioerigirse engiganteque pudieracortar de un tajo todos aquellosinumerableshilos y ver entoncescómo aquellosseresdeambulabano corríandesconcertados,sin cuadriculasque los dirigieran y sin vocesquelos comunicaran(...) pero no quisepensarque Anguiguerránexistíay recogíaquel hilo de lanochequeaún latía y lo llevé a mis labios y encontrétu palabray conella fuimos tan lejos deuna cortey un orden que pudimosperderlos limites del mundo»(pp. 229-230).Frentea estarealidadtorpe el autor necesitacrearun potentesímboloquerepresentela fuerzadel ideal, dela palabra nacidadcl amor. de la imaginacióncreadora:«Y el unicornio era sólo un animalblancoquegustabadela libertadde la selva,que soñabaconsu damay no soportabala cautivi-dad. Siempreel unicornioluebódefrente y fue sólo ensu camino,encontrandoenel silencioyla armoniael renacerde lo queamaba.Y sabesquepudogritar libertad,aunenla derrota,por-quejamáslo ataronlas vocesde la calumniani la debilidadqueadulaparasostenerseen pie»(p. 223). Estoscinco hombresde Secretumqueutilizan los idealesy construyenleyendasparamanipular la credulidaddc lasgentesen beneficiodel propio poderestánnaturalmenteempa-rentadoscon la corteenvirtud desu mezquindazy sondiscípulosdestacadosdeAnguiguerrán:«El unicornio—señalóGandalin—es un animal mítico en el quelasgentesdeaquícreenparapoderdestruirlo.No les importaproclamarsu belleza,su ansiade libertad,su valor, su entregaa la dama;gentescomo Anguiguerránhacencrecerestemito, ayudana construirlo,y piensanquedándolecazay muerteal unicorniosonsuperioresa él y heredansusvalores,(p. 229).

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1 38 Alicia (‘asado Vegas

(realista) tratadopor Prieto: el de la capacidadde la maledicenciahumanapara destruirunavida nutrido en la venade inspiraciónhoméricaen Vuelveatrás, Lázaro y Elegíapor una esperanza(alusióna los comentariosquepudie-ran hacerlas gentesal ver a la pareja); localizableen Prólogo a una muertecuando el protagonistahabla de las mujeres de su barrio entre las queestabansu madrey su abuela,en la propia Secretumque sufrenAcusadoyPetrarca,criticado por las comadresde Avignon, o en Carta sin tiempoendondeel héroeadviertea Coya sobrelo que pensaránlas mujeresde su po-blado al verlesjuntos.Se tratadeunafábulaqueilustra la capacidadcreadorade Prietoy quepodemosseñalarcomo antecedenteen su novelade la cons-truccióndesupropio mito sobreel río Bios en La enfermedaddelamor

Universidadde Grenoble