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    LAS FRONTERAS DE LA CURADORA

    Luis Camnitzer

    Si observamos la versin contempornea, tanto del arte como de la

    educacin, stos parecen representar el triunfo mximo del sistema capitalista. Hay

    una lenta sustitucin de significados y propsitos en donde se sirve una causa

    ideolgica determinada mientras que la retrica se refiere a la causa opuesta. Se

    predica el humanismo y el desarrollo cultural, pero se utilizan estas ideas para

    aumentar el lucro y la estratificacin social.

    En esta contradiccin se logr que la palabra educacin se convirtiera en

    sinnimo de entrenamiento. Las escuelas funcionan como senderos de hormigas en

    los cuales las hormigas obreras son llevadas a creer que estn buscando su propia

    individualidad. El arte es aceptado como una forma de produccin e incluso la

    izquierda habla de trabajadores de la cultura, confirmando la concepcin

    anticuada de hacer cosas en lugar de especular con ideas. La pretendida

    modestia del trmino, el deseo de aparentar solidaridad con las clases trabajadoras

    mientras que en la realidad se emprenden actividades de las clase medias y

    pudientes, solamente subraya el servicio al mercado. Es como agitar banderas rojas,

    pero no para concientizar, sino para vender ms banderas rojas.

    Por un lado, la indagacin creativa y el cuestionamientoactividades

    naturales durante la infanciason bloqueadas durante los caminos normales de la

    educacin y postergadas hasta el momento del posgrado. All es cuando el

    estudiante est domado por los procesos educativos de la educacin primaria,

    secundaria y universitaria.

    Por otro lado, la produccin creativa tanto en arte como en las humanidades

    tiene que esperar a que se complete la adquisicin de tcnicas. La actividadsubversiva del cuestionamiento para ese entonces est minimizada y reservada

    para aquellos que pueden continuar su educacin gracias a tener acceso al tiempo y

    a los recursos econmicos. Y luego se les castiga con la falta de empleo.

    La eleccin de especializaciones se distorsiona con la falta de ofertas de

    trabajo. La calidad de la educacin y la utilidad del diploma se determinan por la

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    asequibilidad. En consecuencia la educacin se reduce a ser un derecho seriamente

    erosionado incluso en aquellos pases en los cuales la educacin forma parte de los

    derechos humanos. Hoy en da la Organizacin Mundial del Comercio incluye la

    educacin en su lista de los productos que sirven para homogeneizar el

    entrenamiento en todos los pases. El propsito es que la educacin sea til para las

    corporaciones multinacionales. La calidad es cuantificada para facilitar el

    intercambio entre los mercados nacionales. Es con ese propsito que el Plan Bolonia

    por ejemplo, un plan diseado para unificar las universidades europeas, adopta el

    sistema estadounidense de crditos. La cuantificacin y comercializacin de la

    educacin ayuda a la estratificacin social y a la enajenacin mutua de las clases

    sociales.

    Hace un poco ms de un ao el New York Times public en el lapso de 10

    das dos artculos que ejemplifican la aceptacin ingenua de la mentalidad

    estadounidense que se ha estado esparciendo por el mundo durante las ltimas

    dcadas. Uno de los artculos discute la Universidad Americana del Cairo, en donde

    Americana quiere decir estadounidense. Esta universidad aparentemente

    descubri recientemente que la educacin debera concentrarse en el pensamiento

    creativo y por lo tanto comenz a cambiar su plan de estudios de acuerdo a esta

    idea. Extraamente tardo, este descubrimiento es algo que se puede elogiar. Pero

    luego la nota menciona que los gastos para los estudiantes egipcios son alrededor

    de 19.600 dlares por ao, una suma principesca en un pas en el cual la mitad de la

    poblacin vive con dos dlares por da. Lisa Anderson, la presidenta de la

    universidad y anteriormente decana de la Escuela de Asuntos internacionales y

    pblicos de la Universidad de Columbia, pidi disculpas al periodista por este

    absurdo. Agreg: No es mala cosa si le enseamos a la elite a que sean buenos

    ciudadanos.La segunda nota complementa a la anterior y trata de la poblacin

    marginada, esta vez dentro de los Estados Unidos. Nos informa que de la treintena

    de oportunidades de empleo que se espera que van a crecer ms rpidamente

    durante la prxima dcada dentro del pas, solamente siete necesitarn el

    bachillerato, o sea el diploma que en los Estados Unidos generalmente se recibe a

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    los 22 aos. A raz de estos datos el economista de la Universidad de Ohio Profesor

    Richard Vedder se pregunta: por qu, segn un estudio federal de 1999, el 15% de

    los carteros estadounidenses tienen el diploma de bachillerato. Agrega Vedder:

    Algunos de ellos podan haber comprado una casa con el dinero que gastaron en

    sus estudios.

    Como era de esperar, ninguna de las dos notas menciona el arte. El arte no es

    considerado como una profesin de importancia competitiva y por lo tanto no entra

    en este tipo de estadsticas. El estudiante egipcio tiene la oportunidad de tomar

    cursos de arte en la universidad americana siguiendo el tpico modelo

    estadounidense, pero en circunstancias que no sirven mucho ms que lo que se

    logra en una escuela de refinamiento social. Mientras tanto, y por razones obvias, la

    poblacin que no pertenece a la elite no cuenta al arte entre las oportunidades de

    empleo que crecen ms rpidamente.

    La pregunta entonces es como puede corregir esta situacin por medio de lo

    que llamamos arte? Puede una exposicin arreglar los problemas presentados por

    el consumo pasivo y la estratificacin social? El arte y la educacin artstica, puestos

    en el papel secundario que tienen en el presente tienen alguna utilidad para lograr

    cambios?

    Sera injusto afirmar que este papel secundario se reduce solamente al

    presente. Durante mucho tiempo la cultura occidental ubic la produccin de arte

    como un vstago de la artesana, y a la percepcin del arte como una forma de

    apreciacin. Lo que es algo ms reciente es la exigencia de originalidad por encima

    de la maestra. Ambos factores reflejan ms que afectan a las relaciones sociales por

    ms que se piense que la originalidad tenga un efecto. Es la originalidad lo que se

    elogia ms en una bienal y lo que hoy gua la apreciacin del arte.

    Los cursos de apreciacin de arte y los programas tradicionales de educacinacoplados a los museos y las bienales estn all para expandir la base de

    consumidores pasivos, pero no para afectar al arte o a la museografa. Es un proceso

    relativamente oscurantista que funciona en forma bastante similar a las religiones.

    La presuncin es que, lo mismo que Dios, el arte no puede ser definido y que el

    acceso es por experiencia, es un acto de fe.

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    Por lo tanto el arte se presenta para que el pblico tenga una experiencia. La

    obra se enfrenta al observador y con suerte pasa algo. Y si eso no alcanza, a lo mejor

    jugar con los materiales con los que se hizo la obra ayuda. Un paso ms en la

    experiencia entonces consiste en poner al arte en el nivel de las artesanas. La

    educacin entonces se limita al objeto, a lo que irradia y a su manufactura. Esto

    explica el por qu las instituciones tratan a los programas educativos como algo

    secundario y separado. El departamento de educacin est ms cerca de la oficina

    de relaciones pblicas que de la actividad curatorial. En consecuencia la formacin

    de los curadores artsticos y de los educadores de arte se mantiene cuidadosamente

    separadados disciplinas ajenas entre siy hay una desconfianza mutua entre

    ellas.

    No hace mucho le pregunt a una curadora del Museo de Arte Moderno de

    Nueva York porqu se segregaba al departamento de educacin del departamento

    curatorial. La seora primero neg la existencia de la separacin. Luego reconoci

    que los educadores no influan en las decisiones museogrficas. Agreg luego que la

    curadora era de por s una actividad pedaggica. No le pregunt para que entonces

    servan los educadores, pero s le pregunt si durante su formacin como curadora

    haba tomado cursos de pedagoga. Me dijo que estos no formaban parte del plan de

    estudios y que ella se haba formado en historia del arte. Le pregunt cuanto

    entonces haba ledo por su cuenta de Piaget, Vygotsky o de Paulo Freire para

    compensar la falta que haba sufrido en su formacin, y dijo Ah, entiendo lo que

    quers decir. Pero me temo que ese entendimiento no tuvo consecuencias.

    Lo que es cierto es que de una u otra manera los curadores se preocupan por

    mantener o mejorar el canon. Cuidan y extienden a la historia, y esto se considera un

    asunto muy serio. Luego los educadores se preocupan por diseminar ese canon y su

    historia entre un pblico lo ms amplio posible. Si esa preocupacin se mezclara conla museografa, las exposiciones se convertiran en espectculos didcticos. Y la

    didctica es considera como algo malo porque aparentemente diluye el canon. El

    truco entonces est en que educacin y arte se complementen pero que no se

    mezclen demasiado para as mantener simultneamente a las multitudes por un

    lado ya a la calidad por otro.

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    El acento en las masas es necesario para demostrar el xito institucional, ya

    que ste es medido por la cantidad de entradas vendidas. El cmo fueron generados

    y compartidos los procesos creativos, o cual es el efecto cultural que estos procesos

    pudieron haber tenido, no es medible. El contaje del pblico pone al Centro

    Pompidou a la cabeza con 5 millones de visitantes por ao, seguido por la Tate

    Modern con algo menos de cinco millones y el Museo de Arte Moderno de Nueva

    York en tercer lugar con cerca de cuatro millones. Las cifras sin embargo no dicen

    nada con respecto al impacto cultural y reflejan ms bien el poder de atraccin

    turstico, una cosa que depende de otros factores. Uno no puede afirmar que Paris

    tiene ms cultura que Londres y que sta supera a Nueva York. O quizs s se pueda

    afirmar, pero no sera a causa de estas cifras. En el museo mismo, la circulacin no

    explica nada, dado que el movimiento se informa por la bsqueda de obras

    maestras conocidas y aprobadas, y por el ejercicio del gusto, o sea por

    confirmaciones y no por descubrimientos.

    La expectativa de obras maestras en una bienal de arte contemporneo

    obviamente se reduce por ser prematura dentro de una perspectiva histrica. En

    cambio predomina el juicio en base al gusto. Sin embargo es justamente el gusto lo

    que hay que trascender para acceder a las condiciones que generaron una obra de

    arte. El gusto, despus de todo, es la interiorizacin de una experiencia colectiva y

    por lo tanto un obstculo para llegar a un conocimiento verdadero.

    Es en este punto en donde podemos utilizar una buena educacin artstica en

    lugar de quedarnos en la zona de la apreciacin tradicional. El desafo es lograr que

    el observador entienda una obra en particular por como fue solucionado el

    problema al cual la obra se refiere.

    Me voy a referir entonces a tres proyectos que lidiaron o lidian con estos

    problemas: La 6ta Bienal de MERCOSUR, el programa Piensa en Artede laFundacin Cisneros, y la muestra Qu es el arte moderno para ti?En el Centro Len

    de Santiago, Repblica Dominicana.

    De acuerdo a todo lo anterior, la misin fundamental de una exposicin

    entonces es lograr que el espectador comprenda la importancia del problema,

    entienda su solucin, y que se embarque en la continuacin de la investigacin a la

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    que apunta la obra. Precisamente esto: como evitar la interferencia del gusto, fue

    una de las metas ms importantes de la 6ta Bienal de MERCOSUR que tuvo lugar en

    Porto Alegre en 2007.

    La bienal es un evento regional inventado para darle cara cultural a una

    organizacin econmica artificial que comprende a Argentina, Brasil, Bolivia,

    Paraguay y Uruguay. Chile y Venezuela tambin andan por all como interesados

    que no se integran totalmente. MERCOSUR es un invento latinoamericano sin ser

    latino Amrica y en esa ambigedad no se puede decir que tenga un perfil cultural

    ntido. Con la cercana del mastodonte internacionalista de la Bienal de San Pablo l

    Bienal tampoco tiene posibilidades de competir, todo lo cual le da un aura de

    misterio o de surrealismo.

    La bienal comenz brillantemente en su primer versin de 1997 con una

    revisin antolgica de todo el arte de Amrica latina organizada por Frederico

    Morais. Luego fue seguida con bienales de altibajos segn quien fuera el curador en

    jefe. Un aspecto notorio de la institucin siempre fue que hubo un inters en los

    aspectos educacionales, y aunque las aproximaciones tendan a ser tradicionales,

    con los aos se estableci un equipo educativo slido.

    Para la sexta bienal se contrat a Gabriel Prez Barreiro como curador en

    jefe. Gabriel, a quien conoca haca varios aos, me llam ofrecindome el puesto de

    curador pedaggico, un ttulo que cuando lo busqu en Google en su momento

    pareca no existir. Mi primer reaccin fue decirle que no me interesaba porque

    estaba muy ocupado. La segunda, despus de su insistencia y un poco para

    desligarme del problema, fue de aceptar con la condicin que en lugar de ser una

    bienal de arte con un apndice educativo, la institucin se convirtiera en unaentidad pedaggica que hiciera una exposicin cada dos aos. Gabriel dijo que lo

    propondra al directorio, y para mi sorpresa dijeron que s. Ca en mi propia trampa

    y de all para delante viv, por primera vez en mi vida, una experiencia en donde no

    tuve que hacer concesiones.

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    Un poco basado en la utopa modernista, se intent salir del espectculo para

    el consumo para en cambio tratar de activar al pblico. Para ello planeamos la

    bienal en equipo y desde cero. La primer decisin sobre considerar la bienal como

    una institucin pedaggica no solamente la hicimos para solidificar esta estructura

    pero tambin para darle continuidad a la idea. Quisimos evitar que cada curador

    artstico posterior cayera en la tentacin de reinventar el paraguas.

    El proyecto tambale un poco en la bienal siguiente debido a cortes de

    presupuesto, pero promete retomar para la 8tava bienal que se hace este ao.

    Entretanto, el comit pedaggico logr tener su permanencia independiente y

    funciona tambin durante los intervalos entre las bienales expositivas.

    Pero hubieron ms cosas importantes. La segunda decisin fue que la bienal

    deba tratar a los visitantes como colegas del artista y no como consumidores de lo

    que el artista hace. La tercera fue crear una situacin en la cual el pblico ayuda a

    educar al pblico siguiente, como tambin dar retroalimentacin a los artistas. La

    cuarta fue hacer que el cuerpo estudiantil de Ro Grande do Sul comience a pensar

    en problemas artsticos antes de visitar a la Bienal. Y finalmente, quisimos borrar la

    segregacin que existe entre artistas y maestros y hacer entender a ambos que

    estaban embarcados en una misma tarea.

    Para nuestra sorpresa se hizo evidente que el aspecto regionalista y local de

    la Bienal se poda utilizar como una gran ventaja. Las grandes bienales

    internacionalistas se dirigen a un pblico intelectualmente preparado de antemano

    para apreciar el arte, econmicamente relativamente bien situado, y proveniente de

    una heterogeneidad de comunidades alrededor del mundo. Mal que bien, estas

    bienales presumen que el arte es un idioma universal: una especie de esperanto

    visual comprensible en cualquier lugar y producido de acuerdo a una escala de

    valores nica. Dadas las condiciones de esta Bienal, podamos darnos el lujo dedirigirnos al pblico del entorno geogrfico y a trabajar con l sin preocuparnos por

    competir con otras bienales.

    De acuerdo a todo esto, Prez-Barreiro rompi con una de las tradiciones de

    la institucin. Hasta ese entonces se mostraba exclusivamente el arte de los pases

    del Mercosur. El arte consista en una serie ms de productores de objetos, algo que

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    podemos llamar produccin perifrica. En su lugar utiliz el concepto de visin

    perifrica. Por lo tanto la muestra se abri a la participacin de artistas

    internacionales, pero los artistas fueron elegidos de acuerdo a los criterios de

    inters regional de la zona de Mercosur. Esto obviamente es un criterio bastante

    vago, pero la intencin estuvo.

    Entretanto, la curadora pedaggica actu como los ojos representantes del

    pblico. Ajena a la seleccin de obras, se preocup por el acceso a ellas y su

    repercusin en el pblico estudiantil y el visitante. Aqu el criterio no fue el

    tradicional de los museos con su misin de lograr la apreciacin de las obras, sino

    el lograr un desencadenamiento de procesos creativos en el espectador.

    La mayora de las obras de la Bienal fueron instaladas en 7 hangares a lo

    largo del ro Guaiba en Porto Alegre. Los hangares tienen alrededor de 100 metros

    de largo, 20 de ancho y 10 de alto. La mitad del primer hangar se reserv

    exclusivamente para la zona pedaggica. Inclua salones de clase para los maestros

    que traan sus alumnos, talleres para sesiones organizadas por el personal de la

    Bienal, una biblioteca y un centro con computadores. El resto de los hangares se

    organiz con cubculos diseminados informalmente y que contenan las obras de los

    artistas. El espacio, organizado como un paseo por un parque, estaba salpicado con

    banquetas y mesas que invitaban a reunirse para discutir.

    Les pedimos a 20 artistas de los 60 invitados a participar en un proyecto

    pedaggico piloto. Se les exigi que sintetizaran su investigacin esttica en uno o

    dos prrafos formulados como un problema. Esos prrafos, con un lenguaje simple y

    directo, se escribieron sobre pequeos muros de las estaciones pedaggicas

    diseadas al efecto y puestas en la cercana de las obras correspondientes pero sin

    interferir con la museografa. El pblico lea las propuestas, vea las obras, y decidasi la solucin del artista era correcta o no. Las estaciones incluan una pequea mesa

    con formularios para completar y bolsillos plsticos transparentes en el mismo

    muro del texto del artista. Los bolsillo mostraban los comentarios del pblico y se

    ponan al da a medida que pasaba el tiempo. Dado que la mayora del pblico de

    una gran exposicin recorre de acuerdo a lo que le gusta o no, esta forma de

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    presentacin estaba armada para lograr que la conexin se hiciera directamente con

    el proceso y no con el objeto.

    La otra actividad de la Bienal fue orientada hacia las escuelas. Se organizaron

    talleres de preparacin de maestros en 52 ciudades del estado de Ro Grande do Sul,

    con asistencia de alrededor de 100 maestros por taller provenientes de las distintas

    escuelas del circuito. Tratamos que cada escuela designara un embajador que

    actuara como conexin entre su institucin y la Bienal. En base a las obras presentes

    en la Bienal diseamos ejercicios para los estudiantes. Los ejercicios se relacionaban

    a los problemas indicados por la obra y no a las obras mismas. La idea era que los

    estudiantes resolvieran los problemas sin sufrir influencias formales de los artistas.

    Una vez que visitaban la Bienal podran comparar sus soluciones con las obras de

    los artistas y decidir quien lo haca mejor desde un plano de igualdad.

    La Bienal tena una flota de autobuses para traer y devolver a los estudiantes

    en un radio de dos horas. Como un gua turstico, los viajes tenan un mediador que

    utilizaba el tiempo del viaje para discutir los temas que se vean en la Bienal. Los

    mediadores eran elegidos entre estudiantes universitarios interesados, y no

    necesariamente eran estudiantes de arte. Se aceptaron alrededor de dos tercios de

    los que aplicaron llegando a un total de 300, los cuales fueron entrenados durante

    tres meses en todos los aspectos relacionados a la muestra. El nfasis especial fue

    sobre la comunicacin con el pblico, cuidando el lenguaje corporal, el papel de las

    declaraciones y la atencin puesta a las preguntas. Menos importancia fue dada a la

    parte de historia del arte. Consideramos que el mediador no estaba all para dar

    charlas sobre arte o para salvar un examen propuesto por el pblico. El mediador

    estaba para compartir constructivamente su ignorancia sin pasar vergenza. El

    concepto de ignorancia en este caso significa tener conciencia de aquello que no se

    sabe y por qu no se sabe. En lugar de ocultar la falta de conocimientos se estimulque especularan junto con el pblico para trascender las fronteras de lo que saban.

    El propsito era de generar la necesidad de investigacin tanto para ellos mismos

    como para aquellos que proponan preguntas.

    Con estas instrucciones la atmsfera de la Bienal cambi radicalmente. La

    relacin con el pblico normalmente haba sido un asunto forzado donde se

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    simulaba un dominio de conocimientos que inevitablemente era incompleto. Esta

    vez se logr una conversacin en donde se compartan las preguntas y se buscaban

    las respuestas en equipo. Se haba logrado la indagacin amistosa.

    Fue interesante que los mediadores tambin fueron creando una subcultura

    propia sobre la cual las autoridades de la Bienal no tuvieron ingerencia alguna.

    Solamente un porcentaje reducido provena de las escuelas de arte y la mayora

    tena estudios en otras disciplinas. Sin embargo los mediadores organizaron su

    propio boletn con discusiones sobre temas de educacin, inventaron ejercicios para

    el pblico y algunos incluso comenzaron a intervenir la ciudad con happenings.

    La Bienal trat de expandir al mximo sus actividades fuera de los mbitos

    de las salas de exposicin. Se abri un chat room con participacin viva de

    curadores y artistas contestando preguntas del pblico virtual en tiempo real. Se

    organizaron dos simposios, uno nacional y uno internacional, bajo el ttulo de Arte

    como educacin/ Educacin como arte. Su propsito fue de fusionar educadores

    con curadores y artistas para llevarlos a la conclusin que la educacin no creativa

    es mala educacin y que el arete que no toma en cuenta su misin educativa es

    inefectivo. En otras palabras, hacer consciente que la frontera que separa a la

    educacin del arte es artificial y nociva. Tenamos la esperanza que estas reuniones

    se repetiran regularmente para producir una literatura que sirviera de referencia y

    fuera creciendo continuamente. Desgraciadamente la recesin econmica

    interrumpi el proceso y no s si se retomar.

    El pasaje efectuado por la 6ta Bienal de ser una muestra de productos

    artsticos en un grupo de pases perifricos a la cultura hegemnica a dar una visin

    de esa cultura desde la periferia agreg un marco de referencia pedaggico ms a la

    totalidad de la Bienal. En lugar de un espacio dedicado al comercio e intercambio deproductos relacionados al canon internacionalista. Se subray una visin que utiliza

    los productos conectados al canon de acuerdo a su potencial importancia en la

    regin a la cual la Bienal sirve.

    El acceso a la Bienal es gratis los siete das de la semana durante doce horas

    por da. Alrededor de trescientas mil personas visitaron la exposicin, cosa que no

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    est demasiado mal para un evento menor dentro de la configuracin de bienales

    internacionales y en particular a la sombra de San Pablo, la cual cuenta con un

    pblico de 500.000. Pero ms sintomtico y gratificante fue que a pesar que la

    Bienal se identific con la nomenclatura tradicional, popularmente fue bautizada

    como la bienal pedaggica. La idea trascendi los edificios de la exposicin y

    algunas corporaciones solicitaron a la Bienal que organizara eventos para los

    obreros en sus espacios, armando pequeas muestras y asignando ejercicios para

    los participantes.

    Dado que la buena pedagoga incluye transparencia y rendicin de cuentas, la

    Bienal organiz una segunda muestra como colofn. Se utiliz el Banco Santander,

    lugar en donde se haban expuesto las muestras monogrficas, para presentar todos

    los recibos de gastos y fotografas de eventos que normalmente no estn a

    disposicin del pblico.

    Haciendo un balance, se puede decir que la 6ta Bienal de Mercosur tom un

    pequeo paso hacia delante en una larga marcha que todava est por hacerse. El

    departamento de educacin tpico de las instituciones artsticas fue sacado de su

    pequeo gueto. La tradicin retrgrada que obliga al educador a ser un vendedor de

    las muestras producidas por los curadores de arte fue quebrada, por lo menos por

    un pequeo rato. La Bienal demostr que existe la necesidad de una educacin ms

    apropiada para los curadores de arte , como tambin una preparacin ms completa

    de los educadores de arte. Los curadores tienden a concentrarse en la historia del

    arte, como interpretar la historia pasada y como preparar la historia por venir. En el

    presente, adems, tambin tienen que considerar la necesidad de crear espectculos

    que logren el aplauso pblico. Los educadores se limitan en su rea de actividades a

    la utilizacin de crayones, tijeras y copla de pegar, y a transmitir el respeto por lascosas que ya fueron hechas. La museografa es parte inevitable de esas cosas ya

    hechas.

    Por lo tanto es inevitable que una bienal o una muestra de museo sea un

    espectculo y que se conecte integralmente con las relaciones pblicas. Corresponde

    entonces el pensar un poco mejor cuales son esas relaciones. Es bastante claro que

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    si el sistema publicitario est diseado para el enganche del pblico y la ampliacin

    de la circulacin, que la misin expresa del espectculo se refiere al consumo pasivo.

    El ltimo prrafo de la declaracin de intenciones del Museo de Arte Moderno de

    Nueva York de 2010 todava subraya esta relacin pasiva: Si bien la calidad

    permanece como un criterio primario, el Museo reconoce y persigue su propsito

    educacional ms amplio: crear una coleccin que ms all de un montaje de obras

    maestras ofrezca una visin comprehensiva del desarrollo del movimiento moderno

    en todos los medios visuales. En la pgina web se agrega: Nuestra misin es

    ayudarle a Ud. a entender y gozar del arte de nuestro tiempo. La idea que una

    muestra pueda servir como un instrumento de relaciones pblicas, pero para

    promover la creacin en el pblico y equiparlo para ella sigue siendo algo

    inconcebible.

    El paso siguiente necesario, entonces, no es tratar de los objetos artsticos

    sino con las cosas que estn detrs de ellos. Son las razones por las cuales esos

    objetos fueron hechos lo que interesa, no los objetos mismos.

    La observacin de las obras de arte inevitablemente es afectada por la

    mirada arqueolgica, aquella mirada que al ver la apariencia superficial de las cosas

    les proyecta los conocimientos e intereses que ya se tienen. La mirada arqueolgica

    nunca puede captar el contexto completo, la verdadera historia y las necesidades

    culturales que generaron la obra de arte. Tampoco permite una comprensin de los

    problemas que condujeron a la existencia de la obra. Sin embargo, es precisamente

    la consideracin de esos problemas, sin ataduras disciplinarias o consideraciones

    formales contaminadas por el gusto, lo que puede llevar al pblico a ser

    consumidores muy crticos y a aventurarse en el proceso creativo. Es lo que puede

    llevarlos a entender que el arte es el campo en donde se pueden hacer conexiones

    ilegales que iluminan y cuestionan todo lo dems. De hecho es lo que les permitellegar a ser creativos sin depender de la existencia del artista.

    Despus de la Bienal, Prez Barreiro fue designado directo de la Coleccin

    Patricia Phelps de Cisneros. Eventualmente yo fui contratado como asesor

    pedaggico de la coleccin. La coleccin Cisneros probablemente sea la ms grande

    existente de arte latinoamericano. Es una coleccin que no tiene ambiciones de

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    asentarse en su propio museo, sino que sirve como referencia y como fuente de

    prstamos para muestras de arte latinoamericano alrededor del mundo. Adjunto a

    la coleccin se ha organizado un programa llamado Piensa en Arte que estaba

    diseado para llevar arte a las escuelas e integrar la discusin de las obras a la

    estructura curricular. El programa se utiliza en Venezuela, Repblica Dominicana,

    Argentina, Costa Rica y Los Estados Unidos. Inicialmente el programa utilizaba parte

    de las estrategias usadas por el departamento de educacin del Museo de Arte

    Moderno de Nueva York y por el Project Zero de la Universidad de Harvard. Si bien

    estas estrategias tratan de abordar formas de pensamiento ms integrales que la

    mera apreciacin tradicional de las obras de arte, el nfasis sigue puesto en las

    obras mismas. Manteniendo ese nfasis se conserva el adoctrinamiento que

    corresponde al canon que determina que obra es importante y cual no lo es. Aunque

    ese canon pretende ser objetivo, de hecho no lo es. Sin necesariamente tener que

    estar en desacuerdo con la calidad de ciertas obras confirmadas por la historia del

    arte, es claro que la aceptacin implcita del canon no permite su cuestionamiento,

    no propone dudas sobre quienes escribieron la historia , y confirma que para el

    pblico en general el arte es un objeto de consumo.

    El problema con que se enfrenta el pblico fue definido con mucha claridad

    por una maestra en una escuela de Petare, una zona tipo favela en los mrgenes

    de Caracas. Refirindose al programa tradicional coment que no entenda bien por

    qu tenenemos que lidiar con obras de arte que no fueron hechas para nosotros.

    Hace dos aos pasamos a lo que internamente llamamos Piensa en arte 2.0.

    El equipo pedaggico decidi que si queremos verdaderamente educar, tenemos

    que compartir con el estudiante no las obras de arte sino las condiciones que

    generaron esas obras. Consideramos adems, basados en la experiencia de la Bienal

    de Mercosur, que en trminos intelectuales la mejor aproximacin a esascondiciones es la formulacin de problemas. Para nuestros propsitos, esa

    formulacin consiste en tomar una situacin y redefinirla de acuerdo a una

    intencin y sin interferencias y que requiere una solucin. Es una especie de

    destilacin en cierto modo similar a una pregunta concisamente planteada que

    necesita una respuesta.

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    Usando las obras de la coleccin como referencia y estudiando los textos de

    los artistas en los que hablan de su obra, el equipo identifica los problemas para los

    cuales las obras pueden ser soluciones. De acuerdo a estos problemas se disean

    ejercicios abiertos que permiten soluciones mltiples y que preferentemente no

    necesitan exclusivamente soluciones artsticas. Los estudiantes pueden emplear

    cualquier disciplina que se les ocurra para el trabajo. Recin despus de hecho el

    ejercicio se le presenta la obra de arte, la cual entonces discuten desde la

    perspectiva de lo que hicieron. Las obras por lo tanto no son vistas como conos,

    sino como una de las varias soluciones posibles para un problema.

    Para ayudar en esta tarea, cuando se hacen nuevas adquisiciones de obras de

    artistas contemporneos se les est pidiendo, como parte del contrato de compra,

    que expliquen dentro que tipo de investigacin se inserta la obra.

    Paralelamente a esta experiencia, el equipo de Piensa en arte tambin

    experiment con la museografa. En conjuncin con el Centro Len en Santiago,

    Repblica Dominicana, se organiz la muestraQue es el arte moderno para ti?.

    Todas estas consideraciones nos llevaron a darle una gran importancia a la

    problematizacin del arte, y en Qu es el arte moderno para ti? nos propusimos entrar

    en esto en una forma ms intensa que lo que se hace tradicionalmente. Definitivamente

    no pretendimos agotar las obras dentro de la categora del problema en el cual la

    exhibimos. Hay obras, dira que la mayora, que podran aparecer simultneamente como

    soluciones a problemas diversos. Ese es el atractivo de las obras ms interesantes y es

    algo que podemos llamar complejidad.

    Muchas veces no diferenciamos entre lo complicado y lo complejo. Lo

    complicado puede referirse a una obra en la cual muchos problemas se presentan

    simultneamente, pero lo hacen en conflicto. La lectura, entonces, se hace confusa. En

    cambio, en lo complejo se establecen niveles como las pieles de una cebolla o, tambin,

    el mismo objeto encaja elegantemente como una solucin perfecta aun cuando se cambia

    el problema. Un martillo es bueno para clavar clavos, para sacar clavos y para rascarse la

    espalda. Simple en apariencia, es un objeto complejo. Las buenas obras sobreviven

    gracias a su complejidad, gracias a que cuando uno de los problemas pierde vigencia, hay

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    otros problemas que las siguen manteniendo. Cuando sobreviven con simpleza en lugar

    de complicacin, es porque el problema no pierde vigencia.

    Otras obras pueden perder vigencia pero pueden mantener un inters histrico,

    algo que en realidad podemos llamar valor arqueolgico. Un fragmento cermico que

    parece ser nada ms que un escombro de ladrillo puede adquirir importancia cuando se

    descubre que es el resto de una cermica precolombina. En ese caso el inters es

    arqueolgico y no artstico. Lo mismo se puede decir de cantidad de pinturas hechas en el

    pasado o en el da de hoy. Desgraciadamente, por ms que como artistas ambicionemos a

    alimentar la historia del arte del futuro, generalmente solo terminamos contribuyendo al

    campo de la arqueologa.

    Esto nos lleva entonces al tema de las atribuciones. Hace cincuenta aos tuve una

    alumna que era esposa de un coronel del ejrcito de los Estados Unidos. Una de las obras

    de esta mujer consisti en lo siguiente: Mand a hacer tachuelas de plata. Cuando la

    invitaban a cenar a casas de jerarcas militares colegas de su marido, entraba e iba

    directamente a hacia una pared de la sala para clavar una de sus tachuelas en el

    empapelado. Primero se armaba el escndalo del desconcierto con una tendencia a

    expulsarla de la fiesta. Ella entonces explicaba que la tachuela era de plata y que era un

    regalo para la duea de casa. El tono de la reunin inmediatamente cambiaba y se pasaba

    a la admiracin y el agradecimiento. Aunque la tachuela efectivamente era de plata, nadiese molestaba en verificarlo en una joyera

    La mujer haba planeado la maniobra con claridad, una situacin en donde el

    proceso de valoracin y el cambio de percepcin fueron obra de la seora de la casa y sus

    amigos. Si apareca otra persona, y por qu no, que afirmara autoritativamente que no,

    que la tachuela es de aluminio, todo se desmorona porque la solucin deja de adaptarse al

    problema an cuando el objeto no cambi.

    Esto ejemplifica cmo el pblico tiene un poder muy grande en la justificacin o

    destruccin de la validez de una obra. Por lo tanto, al problematizar la presentacin de

    las obras de arte no estamos tratando de agotarlas o de explicarlas, sino que estamos

    activando el poder de comprensin y de atribucin del espectador. El visitante que mira

    un cuadro cubista de Picasso puede decidir que a pesar de lo que sugerimos o sugiere la

    tradicin de historiadores de arte, no interesa la captura del movimiento y de las miradas

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    mltiples. El que mira la obra podra atribuir otros problemas, decir por ejemplo que se

    trata de construir un mosaico de la realidad. Luego puede decidir que sera mejor usar

    colores de la realidad en lugar de la paleta lgubre de marrones y grises. Puede despus

    decidir que los colores distraeran del hecho armar un mosaico y anotar que la relativa

    falta de color acenta el armado de las formas. En fin, hay campo para divagar. Lo que

    importa es que la divagacin tenga rigor, y que los problemas correspondan a la obra. El

    artista tambin, muchas veces hace una obra primero y luego decide qu problema

    soluciona. No importa el orden. Importa que el encaje sea perfecto. El espectador tiene

    que encontrar un encaje.

    Cuando nos propusimos hacer una muestra pedaggica como Qu es el arte

    moderno para ti?, el logro de la divagacin rigurosa fue una de las misiones ms

    importantes. Muchas veces se identifica la educacin con la explicacin y en realidad son

    dos trminos que muchas veces se anulan mutuamente. Si explico algo corro el peligro de

    encerrar el caso en mis palabras y de anular la posibilidad de inquirir ms por parte del

    que me escucha. Si educo sobre algo, trato de que el que me escucha comience a

    explicarse las cosas por su cuenta. Si yo doy una explicacin tiene que ser en el contexto

    de las posibilidades y para abrir otras, no para afirmar un dogma. La relacin problema-

    solucin que planteamos entonces no es una verdad absoluta. Es un principio para que el

    pblico empiece a crear en lugar de apreciar.Con el arte moderno tenemos algunas ventajas y desventajas. Tenemos por

    ejemplo que tanto los artistas del siglo XX como los de hoy son parlanchines. A veces,

    como es mi caso hablan o escriben ms de lo que hacen como obras. La primer mitad del

    siglo XX fue la era de los manifiestos; textos que aclaran pero que muchas veces tambin

    obscurecen las obras. Como curadores entonces tenemos la bendicin y maldicin de

    poder recurrir a una multitud de citas de los artistas. Es un material que muchas veces

    nos puede ayudar en la identificacin de los problemas. Pero como no todos los artistas

    saben verbalizar bien lo que hacen, tambin es un material que puede desviar del nudo

    de la obra. Es por eso que no alcanza limitarse a la lectura. En la muestra propusimos

    relaciones entre obras y dimos materiales para generar otras.

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    Para lograr todo esto hemos tratado de cambiar la relacin entre el equipo

    curatorial y el educativo. Trabajaron juntos desde un principio. Si es que hubo alguna

    relacin jerrquica, fue ms bien que predomin el intento educativo por encima de la

    presentacin histrico y hedonista. Si bien es cierto que exhibimos una serie de as

    llamadas obras maestras, las hemos mostrado con humildad y no como conos de

    adoracin.

    Dada la fama de las firmas que presentamos fue muy fcil quedar encandilado y

    anonadado en presencia de las obras. Podemos ver que esto y aquello es de Picasso, pero

    no realmente ver que es lo que hay atrs. Aqu hemos tratado de poner la apreciacin en

    un segundo plano y permitir ver las condiciones que posiblemente hicieron que la obra

    fuera inevitable. Los ejercicios que propusimos al pblico en el espacio expositivo

    trataron de compartir la necesidad que origin la obra, o una necesidad que oblig a la

    existencia de la obra. Aunque no se pretendi eliminar el goce que pueda producir el

    objeto expuesto, lo que importa aqu es otra cosa. Desde nuestra perspectiva educativa

    queremos lograr que el espectador se salga de la posicin subalterna de consumo del arte

    y pase a posicionarse como un colega del artista. No necesariamente como un artista ms,

    pero s como alguien que asume su potencial creativo y activo.

    La exposicin nos enfrent aun problema inesperado. La museografa fue tan

    elegante que intimid al pblico. Por razones de seguridad, la zona de ejercicios qued enun espacio central un poco aislada de la muestra. Se pasaba de ver a hacer para luego

    seguir viendo. Los resultados de los ejercicios tambin fueron expuestos, pero no fueron

    integrados en la museografa de las obras. Personalmente tengo que decir que lo que v,

    inesperadamente, fue un enfrentamiento de clases sociales. La clase poseedora decidi

    exponer sus tesoros de la mejor manera posible y de acuerdo a un cdigo muy particular

    creado con ese propsito. A pesar de nuestras intenciones, las clases consumidoras fueron

    a mirar y a admirar los tesoros. Luego se les permiti que jugaran en un recinto dedicado

    a esos efectos. Ya s que estoy haciendo una caricatura extrema de lo que normalmente

    es una exposicin. Pero puesto en estos trminos, como un conflicto de clases en el

    campo cultural, el desafo es como lograr que las clases consumidoras inviertan los

    papeles. Como se puede lograr que esas clases ensucien (por as decir) la museografa

    para apoderarse del espacio y asuman y afirmen su propio poder creativo frente a

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    problemas que son de inters comn y no propiedad de un pequeo segmento pudiente de

    la poblacin. Creo que esta imagen nos aclara la situacin y nos permite ver que nos

    queda mucho trabajo por hacer. Los socialismos del consumo no han funcionado

    demasiado bien. Es hora que tratemos de lograr un socialismo de la creacin.