Las joyas megalíticas de Álava - Vitoria-Gasteiz · men de Los Llanos, ubicado cerca de la...

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8 ARABA Diario de Noticias de Álava Lunes, 22 de mayo de 2017 Las joyas megalíticas de Álava Un total de ocho dólmenes ilustran la notable presencia de pobladores en Rioja Alavesa desde hace más de 5.000 años 2 Pablo José Pérez f P.J.P. LAGUARDIA – Los dólmenes que se han descubierto en la comarca de Rioja Alavesa constituyen uno de los más espectaculares conjuntos mega- líticos del País Vasco, y al margen de su estado de recuperación y restau- ración, son un importante recurso turístico y cultural que merece una mayor promoción. Se trata de un lar- go pasillo desde Kripán hasta Villa- buena de Álava, aunque los conoce- dores del territorio no descartan que puedan localizarse nuevos yacimien- tos. De hecho, el último lo fue en el año 2009, el dolmen de El Monteci- llo, en Villabuena de Álava. El recorrido comienza en el dol- men de Los Llanos, en Kripán, y le siguen El Encinal, en Elvillar; La Chabola de la Hechicera, también en el término de Elvillar; el Alto de la Huesera, ya en territorio de Laguardia, donde también se loca- lizan San Martín y El Sotillo; el dol- men de El Montecillo, en Villabue- na de Álava, y el de Layaza, en Leza, cerca de la carretera que conduce a Peñacerrada. Quienes mejor cono- cen su historia e interés histórico son los profesores Javier Fernández-Era- so y José Antonio Mujika-Alustiza, del Área de Prehistoria, del departa- mento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Facultad de Letras de la Universidad del País Vasco. La primera arquitectura dolméni- ca localizada en la Rioja Alavesa fue la de la Chabola de la Hechicera en 1935. Al año siguiente José Miguel Barandiarán realizó un pequeño son- deo comprobando que se trataba de un monumento megalítico. Tras el paréntesis cultural que supuso la contienda civil, los trabajos arqueo- lógicos se reanudaron en 1943 con el descubrimiento del dolmen del Encinal por Domingo Fernández Medrano. En 1947, él mismo junto a Álvaro de Gortázar y Carlos Sáez de Tejada reemprendieron las excava- ciones en el dolmen de la Chabola de la Hechicera. Al año siguiente tam- bién Fernández Medrano descubrió y excavó el dolmen del Alto de la Huesera. En los años cincuenta del pasado siglo se descubrieron el res- to de los dólmenes que componen la estación riojano-alavesa (Layaza en 1952, La Cascaja en Peciña el año 1953, El Sotillo en 1955 y San Martín en 1956). José Ignacio Vegas descu- brió y excavó, en 1985, el dolmen de Los Llanos y, por último, Roberto Ibáñez descubrió el del Montecillo que fue excavado por J. Fernández Eraso y J. A. Mujika en 2010. Sin embargo, a pesar de la profu- sión de intervenciones, de momento solo se ha realizado una publicación realmente científica sobre estos monumentos funerarios y sobre los abrigos al pie de la sierra que alber- garon los primeros enterramientos localizados en la zona. Es el trabajo firmado por Fernández-Eraso y por Mujika-Alustiza en la revista Zephyrus, de enero-junio 2013, edita- da por la Universidad de Salamanca. Y es que hace unos años hubo bue- na voluntad para estudiar y tratar de recuperar este conjunto de dólme- nes. Los dos profesores recibieron, en 2009, el encargo de la Diputación Foral, siendo responsable de Cultu- ra la actual juntera Lorena López de la Calle de estudiar el estado de conservación de estos monumentos y de elaborar un Plan Director de recuperación “que tuviera como fin último la puesta en valor y museali- zación del conjunto de los monu- mentos megalíticos sitos en el Terri- torio de Álava. A tal efecto elabora- mos un ambicioso proyecto, con varias actuaciones realizables en pla- zos diferentes que deberían servir como modelo de intervención, si bien quedaba margen para su aco- modación a cada uno de los casos en particular”. Lo cierto es que finalmente, solo pudieron trabajar sobre tres de los ocho dólmenes: La Hechicera, La Huesera y El Montecillo y además no lograron excesivo entusiasmo ni por parte de restauradores, ni de las propias instituciones. El propio Fer- nández Eraso contaba esta misma semana en una comparecencia en Juntas Generales de Álava que en La Huesera se había localizado la úni- ca pieza antropomorfa de esa épo- ca de todo Euskadi y que tras entre- garse en el Museo, en Vitoria, la pie- dra se guardó en los almacenes y ha sido ahora cuando se ha comenza- do a limpiar. A esto se sumó que las empresas contratadas por la Dipu- tación para ayudar en el movimien- to de tierras no estaban especializa- das en Patrimonio, excepto una, y tras romperse la losa de cobertura de La Huesera se llegó a acusar al arqueólogo de haber sido el culpa- ble. Aquello colmó las esperanzas de los dos profesores que prefirie- ron dejar el trabajo encargado. OCHO ENCLAVES DEL PASADO El dol- men de Los Llanos, ubicado cerca de la carretera, poco antes de llegar a Kri- pán, tuvo como descubridor a Zoilo Calleja y fue excavado en el año 1982 por José Ignacio Vegas. Las piedras que lo forman, seis en total, describen una planta rectangular y cuenta con un pasillo de acceso de otras siete losas. Los expertos calculan que se uti- lizó durante al menos 1.000 años, des- de el 3.250 antes de nuestra era. El Encinal, en Elvillar, es el que se encuentra en un estado más delica- do, ya que ha tenido que ser apunta- lado en su interior. Es uno de los más

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8 ARABA Diario de Noticias de Álava – Lunes, 22 de mayo de 2017

Las joyas megalíticas de ÁlavaUn total de ocho dólmenes ilustran la notable presencia de pobladores en Rioja Alavesa desde hace más de 5.000 años

2 Pablo José Pérez

f P.J.P.

LAGUARDIA – Los dólmenes que se han descubierto en la comarca de Rioja Alavesa constituyen uno de los más espectaculares conjuntos mega-líticos del País Vasco, y al margen de su estado de recuperación y restau-ración, son un importante recurso turístico y cultural que merece una mayor promoción. Se trata de un lar-go pasillo desde Kripán hasta Villa-buena de Álava, aunque los conoce-dores del territorio no descartan que puedan localizarse nuevos yacimien-tos. De hecho, el último lo fue en el año 2009, el dolmen de El Monteci-llo, en Villabuena de Álava.

El recorrido comienza en el dol-men de Los Llanos, en Kripán, y le siguen El Encinal, en Elvillar; La Chabola de la Hechicera, también en el término de Elvillar; el Alto de la Huesera, ya en territorio de Laguardia, donde también se loca-lizan San Martín y El Sotillo; el dol-men de El Montecillo, en Villabue-na de Álava, y el de Layaza, en Leza, cerca de la carretera que conduce a Peñacerrada. Quienes mejor cono-cen su historia e interés histórico son los profesores Javier Fernández-Era-so y José Antonio Mujika-Alustiza, del Área de Prehistoria, del departa-mento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Facultad de Letras de la Universidad del País Vasco.

La primera arquitectura dolméni-ca localizada en la Rioja Alavesa fue la de la Chabola de la Hechicera en 1935. Al año siguiente José Miguel Barandiarán realizó un pequeño son-deo comprobando que se trataba de un monumento megalítico. Tras el paréntesis cultural que supuso la contienda civil, los trabajos arqueo-lógicos se reanudaron en 1943 con el descubrimiento del dolmen del Encinal por Domingo Fernández Medrano. En 1947, él mismo junto a

Álvaro de Gortázar y Carlos Sáez de Tejada reemprendieron las excava-ciones en el dolmen de la Chabola de la Hechicera. Al año siguiente tam-bién Fernández Medrano descubrió y excavó el dolmen del Alto de la Huesera. En los años cincuenta del pasado siglo se descubrieron el res-to de los dólmenes que componen la estación riojano-alavesa (Layaza en 1952, La Cascaja en Peciña el año 1953, El Sotillo en 1955 y San Martín en 1956). José Ignacio Vegas descu-brió y excavó, en 1985, el dolmen de Los Llanos y, por último, Roberto Ibáñez descubrió el del Montecillo que fue excavado por J. Fernández Eraso y J. A. Mujika en 2010.

Sin embargo, a pesar de la profu-sión de intervenciones, de momento solo se ha realizado una publicación realmente científica sobre estos monumentos funerarios y sobre los abrigos al pie de la sierra que alber-

garon los primeros enterramientos localizados en la zona. Es el trabajo firmado por Fernández-Eraso y por Mujika-Alustiza en la revista Zephyrus, de enero-junio 2013, edita-da por la Universidad de Salamanca.

Y es que hace unos años hubo bue-na voluntad para estudiar y tratar de recuperar este conjunto de dólme-nes. Los dos profesores recibieron, en 2009, el encargo de la Diputación Foral, siendo responsable de Cultu-ra la actual juntera Lorena López de la Calle de estudiar el estado de conservación de estos monumentos y de elaborar un Plan Director de recuperación “que tuviera como fin último la puesta en valor y museali-zación del conjunto de los monu-mentos megalíticos sitos en el Terri-torio de Álava. A tal efecto elabora-mos un ambicioso proyecto, con varias actuaciones realizables en pla-zos diferentes que deberían servir

como modelo de intervención, si bien quedaba margen para su aco-modación a cada uno de los casos en particular”.

Lo cierto es que finalmente, solo pudieron trabajar sobre tres de los ocho dólmenes: La Hechicera, La Huesera y El Montecillo y además no lograron excesivo entusiasmo ni por parte de restauradores, ni de las propias instituciones. El propio Fer-nández Eraso contaba esta misma semana en una comparecencia en Juntas Generales de Álava que en La Huesera se había localizado la úni-ca pieza antropomorfa de esa épo-ca de todo Euskadi y que tras entre-garse en el Museo, en Vitoria, la pie-dra se guardó en los almacenes y ha sido ahora cuando se ha comenza-do a limpiar. A esto se sumó que las empresas contratadas por la Dipu-tación para ayudar en el movimien-to de tierras no estaban especializa-

das en Patrimonio, excepto una, y tras romperse la losa de cobertura de La Huesera se llegó a acusar al arqueólogo de haber sido el culpa-ble. Aquello colmó las esperanzas de los dos profesores que prefirie-ron dejar el trabajo encargado.

OCHO ENCLAVES DEL PASADO El dol-men de Los Llanos, ubicado cerca de la carretera, poco antes de llegar a Kri-pán, tuvo como descubridor a Zoilo Calleja y fue excavado en el año 1982 por José Ignacio Vegas. Las piedras que lo forman, seis en total, describen una planta rectangular y cuenta con un pasillo de acceso de otras siete losas. Los expertos calculan que se uti-lizó durante al menos 1.000 años, des-de el 3.250 antes de nuestra era.

El Encinal, en Elvillar, es el que se encuentra en un estado más delica-do, ya que ha tenido que ser apunta-lado en su interior. Es uno de los más

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sorprendentes, ya que las encinas han ido saliendo por entre sus pie-dras y posiblemente sean las que están desestabilizando las grandes losas que lo conforman. Este es el único en el que no se han localizado restos humanos en su interior.

Por su parte, la Chabola de la Hechicera es el más emblemático del conjunto, con 32 metros de diá-metro. Según cuentan Fernández Eraso y Mujika Alustiza, fue descu-bierto en 1935, practicando J. M. de Barandiarán, al año siguiente, una pequeña intervención. En 1947 se realizó la primera excavación arqueológica por parte de C. Sáez de Tejada, Á. de Gortázar y D. Fernán-dez Medrano. Posteriormente, en agosto de 1974 J. M.ª Apellániz

Efectuó otra excavación su excava-ción y lo acondicionó para ser visi-tado. Finalmente, durante 2010 y 2011 se realizó una intervención arqueológica con el fin de limpiar la estructura y delimitar la extensión y forma del túmulo original y poste-riormente se dejó como hoy se pue-de apreciar. En 2013, libre de morte-ros, con las piedras del túmulo recu-peradas y una zona de protección para impedir el paso de vehículos,

quedó listo para las visitas. Allí se celebraba una fiesta de akelarre organizada en las patronales de Elvi-llar, que desde entonces se llevan a cabo en la plaza de la localidad.

El Alto de la Huesera, ya en el tér-mino de Laguardia, fue descubierto en 1947 por Fernández Medrano, dando inicio a la primera interven-ción arqueológica al año siguiente. Sin embargo, el estudio más minu-cioso fue el que realizaron Fernán-dez Eraso y Mujica. Allí localizaron la única piedra antropomorfa que se ha localizado en el País Vasco corres-pondiente a esa época y además numerosos restos de sílex, un tubo de oro, cerámica y restos humanos hasta completar alrededor de 130 individuos. Su túmulo es uno de los más espectaculares y sus calizas blancas se debían ver desde muchos kilómetros de distancia.

Pasado Laguardia, en dirección a Samaniego, se encuentra el dolmen San Martín. Fue localizado por Barandiarán y Medrano en 1956 y excavado por ellos mismos en 1964. La cámara está formada por 10 losas que forman un polígono asimétrico. Sólo conserva una losa de la cubier-ta. En este monumento no se pudie-

ron realizar dataciones con Carbono 14 “pues para combatir una infección de hongos que afectó a los restos fue-ron tratados con productos que alte-ran los resultados de los análisis”.

Cerca de Páganos, el dolmen de El Sotillo es el que ha producido mayor malestar a los arqueólogos por una actuación que desvirtúa sus carac-terísticas. Al parecer, para tratar de contener el cascajo de piedra de su interior se colocó un tapón a la entrada del corredor, una losa cru-zada, lo que “supone el mayor aten-tado que se ha hecho contra el patri-monio histórico de Álava”, como lo ha calificado Fernández Eraso.

Por su parte el dolmen de El Mon-tecillo, en Villabuena de Álava fue el fruto de una casualidad la causa por la que se encontró. Fue un agricultor al ir a desfondar un terreno. Este dol-men se encuentra muy cerca de un espacio compuesto por piedras que rinden homenaje a las personas ase-sinadas durante la guerra civil. Y esa misma limpieza que existe en ese lugar se ha pretendido trasladar al dolmen con tan mala fortuna que el túmulo, en vez de ser circular es ova-lado. Pero eso no quita para que el dolmen tenga una gran belleza y que

ambos lugares merezcan un pausa-do paseo para disfrutar de ellos.

Por último, el dolmen de Layaza, situado en un terreno entreverado entre Leza y Laguardia, es un corre-dor situado sobre un montículo ya en la carretera por la que se accede a Peñacerrada. Apenas se han encon-trado restos humanos, por lo que resulta difícil su datación. Lo localizó Domingo Fernández Medrano en 1952 y fue excavado en 1957. La cáma-ra está integrada por 7 losas que for-man un recinto muy desigual. Se con-serva parte del corredor de acceso, aunque se aprecia cómo era en reali-dad. Un pequeño desliz ha dejado unos hierros asomando en el terreno, correspondientes a algún cartel, que podrían ocasionar algún accidente. ●

ENTRE DÓLMENESg

Arriba, de izquierda a derecha,

fotografías de los dólmenes de El

Alto de la Huesera, El Encinal, El

Montecillo, El Sotillo y la Chabola

de la Hechicera, el más emblemá-

tico. Abajo, imágenes de los dól-

menes de Layaza, Los Llanos y

San Martín.

DETALLES

● El recorrido. Comienza en el

dolmen de Los Llanos, en Kri-

pán, y le siguen El Encinal, en

Elvillar; La Chabola de la Hechi-

cera, también en Elvillar; el Alto

de la Huesera, en Laguardia,

donde también se localizan San

Martín y El Sotillo; el dolmen de

El Montecillo, en Villabuena, y el

de Layaza, en Leza, cerca de la

carretera que conduce a Peña-

cerrada.

● Los Llanos. Ubicado cerca de la

carretera, poco antes de llegar a

Kripán. Las piedras que lo forman,

seis en total, describen una planta

rectangular y cuenta con un pasi-

llo de acceso de siete losas.

● El Encinal. En Elvillar. Es el que

se encuentra en un estado más

delicado, ya que ha tenido que

ser apuntalado. El único en el que

no se han localizado restos

humanos en su interior.

● La Chabola de la Hechicera. Es el más emblemático del con-

junto, con 32 metros de diámetro.

Descubierto en 1935 en Elvillar. ● El Alto de la Huesera. En

Laguardia. Fue descubierto en

1947. Allí está la única piedra

antropomorfa que se ha localiza-

do en el País Vasco correspon-

diente a esa época y restos de

sílex, un tubo de oro, cerámica y

restos humanos hasta completar

130 individuos.

● San Martín. En dirección a Samaniego. Localizado en 1956. La cámara está formada por diez losas que forman un polígono asimétrico. ● El Sotillo. Cerca de Páganos.

Es el que ha producido mayor

malestar a los arqueólogos por

una actuación que desvirtúa sus

características.

● El Montecillo. En Villabuena.

Lo descubrió por casualidad un

agricultor al ir a desfondar un

terreno.

● Layaza. Entre Leza y Laguar-

dia. Es un corredor situado sobre

un montículo. Apenas se han

encontrado restos humanos.