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Comnplutum Extra, 6(11), 1996: 383-403 LAS ZONAS ARQUEOLÓGICAS COMO PAISAJES CULTURALES: EL PARQUE ARQUEOLÓGICO DE LAS MÉDULAS (LEÓN)’ F -Javier Sánchez-Palencia *, M” Dolores Fernández-Posse, Julio Fernández Manzano, A Imudena Orejas, Yolanda Álvárez González, Luis E. López González, Luis Carlos Pérez García Rpsuwnv.- Se amializa en primer lugar el proceso que ¡man sufrido las iniciativas prácticas y disposiciones legales que condicionan el desarrollo de los Parques Arqueológicos en España. A continuación se ¡mace una re- vmsión crítica del concepto de Patrimonio Arqueológico, tanto emm su perspectiva teórica desde un enfo que de la Arqueología del Paisaje, como en la evolución reciente que ha sufrido su formulación, hasta llegar a definir los Paisajes Culturales como una figura relevante que permnite su planificación. Dentro de ese marco concep- tual se definetz los criterios que se consideran significativos y relevammtes para la identificación de las zonas susceptibles de convenirse en Parques Arqueológicos y se expone, conmo ejemplo práctico, la experiencia hasta ahora desarrollada en la Zona Arqueológica de Las Médulas (León). Assm4cr - Fmrst of alí the process undertaking by tIme practical perforniances and legal dispositions which determine the development ofArchaeological ParAs in Spain is analised. lii tIme followimmgs paragraphs tIme con- cept ofArchaeo¡ogical Heritage is critically reviewedfrom a theoretical perspective basal otm a Landscape Ar- chaeology approach and considering time recemmt developments immcom-porated on itsformulation. The final aim is to define the Cultural Landscapes like an outstandingfeature that deserve to be consider in tIme future plans. Under tisis conceptual framework the more significatmts and relevammts viewpoints are defined in arder to iden- t~/5’ capa He areas of being sransforrned into Arcimaeological ParAs. As a practical example tIme v’ork done in the Archaeological Zone of Las Médulas is described. P.4nj«s Cvi mr Arqueología del paisaje, Paisajes Culturales, Parques Arqueológicos, Zonas mineras anti- guas del Noroeste de la Península Ibérica. Km Wowx: Landscape Archaeology, Cultural I.andscapes. Archacological ParAs, Ancient Mining Settle- ments in tIme Nortim-West of the Iberian Peninsula. 1. LA EXPERIENCIA DE LOS PARQUES ARQUEOLÓGICOS EN ESPAÑA En el año 1986, la Dirección General de Be- lías Artes y Archivos del Ministerio de Cultura, y más concretamente el Departamento de Arqucologia del ICRBC, se planteó la posibilidad de realizar in- tervenciones en el patrimonio arqueológico por me- dio de una figura encaminada a su protección y ren- tabilidad social que denomínó Parque Arqueológico. Tal iniciativa hay que entenderla desde algunas si- tuaciones convergentes que se daban por aquellos años en la arqueología española y que iban desde el entonces reciente cambio producido en la estructura administrativa del patrimonio histórico, es decir, la asunción por parte de las comunidades autónomas de las competencias en arqueología, hasta la necesidad de atender un patrimonio arqueológico que habían dejado al descubierto, muchas veces sin la adecuada protección legal y fisica, la intensificación de las in- versiones en excavaciones 2, a partir de los años se- tenta, y la incorporación de la arqueología urbana a la vida de los núcteos de población3. Esas cuestiones coinciden, además, con la promulgación de la Ley del Patrimonio Histórico Es- Estudios Históricos, CSIC. C/Duque de Medinaceli, 6. 28014 * Departamento de H.’ Antigua y Arqueología. Centro de Madrid.

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Comnplutum Extra, 6(11), 1996: 383-403

LAS ZONAS ARQUEOLÓGICASCOMO PAISAJES CULTURALES:

EL PARQUE ARQUEOLÓGICO DE LAS MÉDULAS (LEÓN)’

F -JavierSánchez-Palencia*, M” DoloresFernández-Posse,Julio FernándezManzano,AImudenaOrejas, YolandaÁlvárezGonzález,

Luis E. LópezGonzález,Luis CarlosPérezGarcía

Rpsuwnv.- Se amializa en primer lugar el proceso que ¡man sufrido las iniciativas prácticas y disposicioneslegales que condicionan el desarrollo de los Parques Arqueológicos en España. A continuación se ¡mace una re-vmsión crítica del concepto de Patrimonio Arqueológico, tanto emm su perspectiva teórica desde un enfoque de laArqueología del Paisaje, como en la evolución reciente que ha sufrido su formulación, hasta llegar a definirlos Paisajes Culturales como unafigura relevante que permnite su planificación. Dentro de ese marco concep-tual se definetz los criterios que se consideran significativos y relevammtes para la identificación de las zonassusceptibles de convenirse en Parques Arqueológicos y se expone, conmo ejemplo práctico, la experiencia hastaahora desarrollada en la Zona Arqueológica de Las Médulas (León).

Assm4cr - Fmrst ofalí the process undertaking by tIme practical perforniances and legal dispositions whichdetermine the development ofArchaeological ParAs in Spain is analised. lii tIme followimmgs paragraphs tIme con-cept ofArchaeo¡ogicalHeritage is critically reviewedfrom a theoretical perspective basal otm a Landscape Ar-chaeology approach and considering time recemmt developments immcom-porated on itsformulation. The final aim isto define the Cultural Landscapes like an outstandingfeature that deserve to be consider in tIme future plans.Under tisis conceptualframework the more significatmts and relevammts viewpoints are defined in arder to iden-t~/5’ capaHe areas of being sransforrned into Arcimaeological ParAs. As a practical example tIme v’orkdone in theArchaeological Zone of Las Médulas is described.

P.4nj«s Cvimr Arqueología del paisaje, Paisajes Culturales, Parques Arqueológicos, Zonas mineras anti-guas del Noroeste de la Península Ibérica.

Km Wowx:Landscape Archaeology, Cultural I.andscapes. Archacological ParAs, Ancient Mining Settle-ments in tIme Nortim-Westof the Iberian Peninsula.

1. LA EXPERIENCIA DE LOSPARQUESARQUEOLÓGICOSENESPAÑA

En elaño1986,laDirecciónGeneralde Be-lías Artes y Archivos del Ministerio de Cultura, ymásconcretamenteel Departamentode Arqucologiadel ICRBC, se planteó la posibilidadde realizar in-tervencionesen el patrimonio arqueológicopor me-dio de una figura encaminadaa su proteccióny ren-tabilidad social quedenomínóParqueArqueológico.Tal iniciativa hay queentenderladesdealgunassi-tuacionesconvergentesque se daban por aquellos

añosen la arqueologíaespañolay que iban desdeelentoncesrecientecambio producidoen la estructuraadministrativadel patrimoniohistórico, es decir, laasunciónpor partede las comunidadesautónomasdelas competenciasen arqueología,hastala necesidadde atenderun patrimonioarqueológicoque habíandejadoal descubierto,muchasvecessin la adecuadaprotecciónlegal y fisica, la intensificaciónde las in-versionesen excavaciones2,a partir de los añosse-tenta,y la incorporaciónde la arqueologíaurbanaala vidade los núcteosde población3.

Esascuestionescoinciden, además,con lapromulgaciónde la Ley del PatrimonioHistórico Es-

EstudiosHistóricos,CSIC. C/Duquede Medinaceli,6. 28014* Departamentode H.’ Antigua y Arqueología.Centro deMadrid.

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pañol. La administracióncentral. que conservaunbuenpresupuesto.ensayaentoncesunadelas figuras,losPlanesNacionales,y uno de loscauces.el Conse-jo de Patrimonio,que arbitra esa Ley de 1985. quedice en su Articulo 35, 1. que talesPlanes tiemíenco-nio finalidad, o han de serpuestosen práctica para

la protección de los Bienes integrantes del Patri-monio Histórico Español y al objeto de facilitar elacceso de los ciudadanos a los ¡m¡istmmos . De he-cho,dicha Ley reconoceen su Preámbuloqime el Pa-trimonioHistórico tieneuna acción social que cum-plir.

Es evidenteque desdelas fechasde aquellainiciativa se ha producido.o se estáproduciendo.uncambioen la experienciacultural,al menosen el ám-bito de la sociedadoccidental, que evidentementeafectatambiénal patrimonioarqueológico.En efecto,los parquesse insertanen una seriede respuestas,institucionaleso no, a unascircunstanciassocialesyeconómicasrecientes.Nos referimos,en general,a laapariciónenlospaísesdesarrolladosdeunademandasocial de “cultura”. Es el momentodel turismocultu-ral, de las exposicionesmultitudinarias,de los gran-des provectosculturales,etc. Simultáneamemíteapa-receunacierta sensibilidadinternacional,ahora muásacusada,entoncestodavíaen ciernes,queconsideraal patrimonioarqueológicocomo bienes no renova-bIes. Es decir, que trasponea lo cultural conccptosycriteriosadmitidosen el PatrimonioNaturaly. por lotanto, que contempla la necesidadde crear reser-vas”, parquesarqueológicoscomo parquesnaturales.

Eseconceptodel patrimoniocomobienesnorenovableslleva implícito, de forma quizásno muyconsciente,que se le considerecomo un recurso y.como tal, explotable. En definitiva, se estáplantean-do la rentabilidadeconómicade la culturay en con-creto del patrimonioarqueológico,al quehastahacemuy poco, acabamosde verlo en la Ley españolade1985, se le atribuíacomo muchounarentabilidades-trictamentesocial.Ahoracomienzaa considerarsesuutilización comercial.

Si a lo anterior añadimosla derivación delconceptode cultura hacia el de emitretenimiemito (par-quees un término cuí el que tiene especialcabidaclocio) y el pesocadavez más fuerte de la ecologíaenla sociedad,el resultadoes la crecientepresenciadelpatrimonioarqueológicoen el turismocultural4. Deestaforma el patrimoniono sólotoma el vocabulariopropio de la materiamedioambiental.sino tamubiémide la turística. Así, le es perfectamenteaplicable elprincipio de desarrollosostenible’,sobretodo en loque podríamosdenominarpatrimonio arqueológico“consagrado”,es decir, destinosturísticosde fuerte y

largatradición6,dondeel problemade equilibrio en-

tre protección y explotación es más acusado. Esaconsejablepor lo tanto que las políticas de explota-ción del patrinionio arqueológico,de acuerdocon elconceptode que los bienesculturalesno sonrenova-bIes, se encaminena la diversificación de puntosdeinterésy eviten así la concentraciónde visitantesenese patrimonio consagrado”y ofrezcan lugaresal-ternativospromnocionadosal efecto. De hecho,des-viar visitasa otros destinoses uno de los principios ocriterios en que los organismosimiternacionalesqueentiendenen patrimonio hacen mayor hincapié. Setrata,por lo tanto.dc descentralizarel turismnode pa-trimonio paracomíservarloy ésaes,en efecto, unaop-

ción en la quecabe perfectamentela creaciónde losparquesarqueológicos.

Las circunstanciasantes expuestashacenque se produzcaumna diversidaddc opcionesentrelaspolíticasarqueológicasquedanprioridada la protec-ción y conservacióndel patrimonio, seguidasen laactualidadpor la mayorpartede las comunidadesau-tónomas, cuyospresupuestoshan ido dandocadavezmáspesoa la consolidacióny puestaen valor de losvacimiemitosIremíte a la investigación(antescasi uni-cainversiónenarqueología).y la explotacióndirectadel patrimonio como recurso ecomíóníico. Creemosque en estosplanteamientosseolvida un aspectofun-damentaldela rentabilidadque generala creacióndeunosespacioscomo losparquesarqueológicos,sobretodoporquíe en muchasocasionespertenecenal me-dio rural: el desarrolloeconómicoy social de la loca-lidad o comarcadondese ubican.es decir, los ingre-sosindirectos.

Volviendo a la experiencia española,hayque considerarque los parquesarqueológicosnacenen Españacon esesentidode proteccióndel patrimo-nio, de Tentabilidadcientífica y social másque conelmás reciente planteamientode la relación existenteentrepatrimonioy desarrolloeconómicoen general.Aún así, enel enfoqisequeenun primermomentodael Ministerio de Cultura a estafigura hay en nuestraopinión aciertos indudables,como es que el yaci-mientoo ZonaArqueológicano se considereaislado,superandoel conceptorestringidode la arqueologíacomo “monumental” y con tina fuerte consideracióndel entornopasadoy presente;como lo es, también.que el tratamnicuito exigido seaintegral y que se re-quieracierta proyecciónsocial. Así lo exponeÁnge-les Querol (1993)emí uun seminario,organizadopor elMinisterio de Cultura sobreeste temnaen 1989, en elque desarrollóuna definición con cierta ambiciónprogramática.Sin embargo.hemosdedecirqueesosparquesarqueológicosnacen taínbiémí con profundaslimitaciones: la primera de ellas es stm carencia decontenidocomíceptualy formal, la segunda,su absolim-

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ta falta de coberturajurídica o legal. Las veremnos,aunqueseabrevemente,a continuación.

1.1. Un parque arqueológicoes algomásy algo menosqueun museo

Esta carenciade contenidoy otras muchasindefiniciones. pesea que en aquel seminario de1989 (Parques1993) se trataroncuestionestan insos-layablescomo la financiacióny la gestión,dieron alPlan Nacional de Parquesdel Ministerio de Culturaun cierto carácterimprovisadoe. incluso,podríamosdecir que irreflexivo, quepermitieron que a medioplazo las evidenteslagunasIteran llenándoseconconceptosy figuras ya existentesy másfamiliares.como es, por ejemuplo. la de museo. Algo que. porotra parte. habíaya intentado,de maneraun tantooportunista,el ICOM7.

Peropesea todasesasimprecisiones,en losañossiguientes.se celebrannumerosasreunionesso-breparqueso se le dedicanponenciasdentro decon-gresosde temáticageneral.se realizan los primerosproyectos,se comienzaa generarla primera literatu-ra sobre cl tema, etc.; es decir, la idea tiene buenaacogidaenel mundode la arqucologiay en los orga-nismose institucionesencargadasde administrarelpatrimonioarqueológico8.

Sobrelos primerosproyectosencargadosporel ICRBC de acuerdocon las comunidadesautómio-mas (Parques1993) y otras iniciativas del mismocortequesurgenen otrasadministracionese institu-ciones, se va perfilando, y quizáspodriamosdecirqueempobreciendo.el conceptodeparquearqueoló-gico. quepierdesu novedadpara,como decíamos,re-petir figuras ya existentes.De estaforma se asimilana yacimientos mnonumnentales visitables, con umuseomonográfico. es decir, con información e itinerariossobreel terreno, personalde vigilancia, cierta aten-ción al público y tina somerainfraestructurade exca-vación. Es. evidentemente,una magnífica solucióndc proteccióndel patrimonioarqueológicoque cum-ple perfectamentecon todaslas premisas:investiga-ción. conservación,difusión. formación, rentabilidadsocial,etc.,perono esun parquearqueológico.

De hecho,tal asimilaciónno es la únicapo-sible; dela mismaforma quepuedensersimplemen-te mnuseos cuandopesamás tal instalaciónqueel ya-cimiento, también podrianasimilarsey denominarsecomo centros de investigación o centros culturalescuandoel componentearquitectónicodel provectoesdominantey el áreadestinadaa estudioo lassalasdeconferenciaso de exposicionestemporales,...ocupanmás espacioque el yacimientoque visita el público.Indudablementeson todos ellos proyectospositivos,

pero no son parquesy. de todas formas, habría queponer en cuestiónesa pérdidade protagonismodelyacimiento,convertidoen meropretextode la actua-cion.

Inclusoesafigura quedaprontodesvirtuada.Pesea los esfuerzosde algunosde los proyectosporconstruir la nuevaconcepciónde parque(Martín deGuzmán1993: 204; Martín de Guzmánet alii 1993:31 y42; Almagro 1993: 132-135;Mayaet alii 1993),otros sedecantanpor la mnusealización como ideado-minante de todo el provecto (Tarratset ahí 1993:228-29y 243-44~).En estesentidoes muy ilustrativala posiciónde Caballeroque matiza largamenteesaasimilaciónen 1989 (1993: 57 y 59), mientrasque enuna publicaciónposterior (Garcíay Caballero1992:.,75-76)defineparquearqueológicocomo la mnuseali-zación de un yacimniemsto preexistente y también co-mo un instrumentode intervencióny gestióndel pa-trimonio arqueológico,entendidocomo cultura mate-rial, Aclara,además,que no se tratadeun resto, sinode algo másamplio comorestos de estructuras habi-racionales que dan objetos í’ que están en un entor-no. Sin embargo,eseentorno lo entiende,textual-níente,como un objeto más. El parque.segúnGarcíay Caballero(1992: 379),seriapuesalgo quehayquehacerporqueno sepuedellevar todoel x’acimientoeinclusosu paisajeal munseo.Es decir, se convierteayacimientoy paisajeen objeto museológico. El en-torno natural hace,pues.las funcionesde lo que sedenominael “contenedorarquitectónico”de los mu-seosy, tal y como ocurreen los quesonde alto valorpatrimonial,estambiénobjeto deexhibición.

Se llega así a la asimilación parque= mu-seo. De estaformason los parquesarqueológicoslosque se hanadaptadoal conceptode museoy no, co-mo pareceríanormal ya que sc tratade otra cosa, deotro tipo o figura de actuaciónen el patrimonioar-queológico,queencontraránsu propiadefinición, sumétodo, su estructuray desarrollo, transcendiendo,sobretodo, esavisión objetual.

Esta trasposiciónde la ideade museoa la deparqumearqueológicoes doblementeinsensatay sor-prendenteen el momentoactual, no sólo porqueesavisión objetual hayadesaparecidocaside la prácticaarqueológica,sino también porqueestamosasistien-do precisamenteahoraa unacrisis de la función tra-dicional de los museos,de los que se esperaqueex-

‘oponganideasy conceptosmásqueobjetos

1.2. Las ZonasArqueológicasysus limitaciones legales

La segundade las limitacionescon que seponenen marchalos parquesarqueológicoses,como

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dijimos, su absolutafalta de coberturalegal. La Leyde PatrimonioHistórico y susdesarrollosreglamen-tarios y las Leyesde Patrimoniode las comunidadesautónomashablande yacimientos.zonasarqueológi-caso sitios históricos,nuncadeparquesenel sentidoque lo hacela normativavigentede medio ambiente,por ejemplo, para sus espacios,reservaso parquesnaturales.

No haydudadequela Ley españolade 1985amplía el conceptode patrimonioarqueológicores-pectoa la legislaciónanterior. En esesentidoes unaLey moderna enrelacióna las deotrospaísesy se in-cluye entrelas queadmitenun conceptode patrimo-nio amplio: no sólo se ha de protegerlo “artístico”,sino lo “técnico”, lo “científico”, etc. Se superatam-biénel conceptode minaso restosparahablardezo-nas arqueológicas;se incluyen los sitios naturalescon valor histórico o antropológico pero es unaampliaciónde objetivos o de contenido(más cosaspuedenformar partedel PatrimonioHistórico) y node concepto.ámbito de actuacióno espacio,puestoquehan de serzonasdelimitadaspor sí mismas, in-muebles,endefinitiva,monunmentales.

El nuevo ténnino de “zona arqueológica”que arbitra estaLey 16/85 (art.0 15.5) sugiere, enefecto, un mayor ámbito territorial y un contenidomás amplio y ajustadoa la arqueologíaque los de“yacimiento’ o “excavación”de la normativaante-rior. Pero,al fin y a la postre,no es másqueun HICque se declaracon esadenominación.Si nosfijamosen su definiciónveremosque ‘Zona Arqueológica esel lugar o paisaje natural donde existen bienes tnue-bIes o inmuebles susceptibles de ser estudiados conmetodología arqueológica, hayan sido o no extraí-dos y tanto si se encuentramz en la superficie, en elsubsuelo o bajo las aguas territoriales españolasNo es másqueun yacimientosituadoen áreaurbanao rural(esevidentequea esoúltimo se refiere el tér-minopaisaje natural). excavadoo noexcavado.

Por otro lado, la lectura del artículo 20.2,dondese tratael PlanEspecialde Proteccióndel áreade la declaraciónque obligatoriamentese ha de lle-var a caboen estaszonasarqueológicas,deja claroque el legislador no pensabasiquiera en un vaci-miento arqueológico.Es más,pensabaen un cascohistórico,es decir, enun ámbitourbanoy monumen-

tal’.AunqueSitio Histórico,por su parte,nos re-

mita a “un paraje natural vinculado a acontecinmien-tos o recuerdos del pasado... que posean valor histó-rico” (Art.0 15.4) el pensamientodel legislador se-guía muy lejos depensaren un parquearqueológico,a pesarde quealgunoslleguen a entenderloasí (Ca-ballero 1993: 51). Tampocoayudademasiadoel con-

cepto de entorno, que parece llevar implícito ciertosentidode espacioo territorio, que aplicala Ley a losBienesde InterésCultural (art. 11.2),pesea la inter-pretaciónbienintencionadadeQuerol(1993: 19).

En esemarco legislativo la creaciónde unparquearqueológicopareceno encontrardemasiadacobertura.Perotampocola encuentraen las legisla-ciones, más modernas,de las comunidadesautóno-mas,aunquela Ley del PatrimonioHistórico de Cas-tilIa-La Mancha(Ley 4/90 de 30 de Mayo) mencionaexpresamenteparquesarqueológicos2y la del Patri-monio CulturalVasco(7/1990de 3 dc Julio), concre-ta la relacióndel patrimoniocon la ley del suelo,de-tallando los mecanismosjurídicos. Por su parte. laandaluza(Patrimonio Histórico. 1/1991 dc 3 de Ju-ho) incluye,ademásdelas zonasarqueológicas,otrasque denominade servidumbre arqueológica, comoun tratamientoespecialde la planificaciónurbanísti-ca, peroconun espírituexclusivamenteprecautoriotm3.Lo quesucedees evidentementeque el conceptodepatrimonioarqueológicoen las leyesespañolasno hasuperadola escala de vacinmiento y las medidasdeprotección que se arbitran son exclusivamentepre-cautoriasfrente al desarrollo,básicamenteel urbanoo deobrasdeinfraestructura.

Los parques arqueológicos,aunquese lesllame así, sólo pueden[legar a ser, al abrigode losmecanismosde planeamientode las leyesespañolas,Bienesde Interés Cultural (BIC: ZonasArqueológi-cas o Sitios Históricos) con la protecciónlegal queeso les reportay nadamás. Estoesdebido,en primerlugar, a que el conceptode patrimonioarqueológicoestá impregnado,pesea todo, de una concepciónoenfoquetodavía“artístico” y subyaceen él un con-ceptodesingularidad,de“ruina’% de “monumento”aconservary sólo a conservary, en cuantoquetal, re-quiereun planeamientoespecial.

2. CAMBIOS EN EL CONCEPTO DEPATRIMONIO ARQUEOLÓGICOQUE INFLUYEN EN LA FIGURADE PARQUES

Hoy ya tenemosotro conceptode patrimo-nio arqueológicoqueel definidopor las leyesespaño-las, porquelos cambios,conceptualesy de enfoque,que se han sucedidoy se sucedenen la Arqueologíacomo disciplinay aquéllosqueexperimentanlos cri-terios de intervenciónen esepatrimonio, incluso surentabilidadsocial y económica,tardanenllegar a lapolítica cultural de las administraciones.Y todavíamuchomása los legisladoresy a la sociedadcivil.

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2.1. La estrategiade la investigaciónyel conceptode Patrimonio Arqueológico

En primer Jugar,seha producidoun cambiaen la Arqueología. Desdelosaños60 se handebatidosus fundamentosteóricos. incorporándoseenfoqueseconómicos,ecológicosy socialesal estudiode lassociedadesdel pasado;se handesarrolladométodosytécnicasinstrumentales;se ha integradocon cienciasafines;y se ha discutidosobresu papelsocial.De to-daesatransformaciónhoy nosinteresaespecialmentelo quepodríamosdenominarla incorporacióndel es-pacio. Frente a una arqueologíadominada por eltiempo, en dondeinteresabanla cronologíay los ob-jetos rescatadosen función de su carácterestilístico,tipológicoy secuencial,se pasaal contextoy al estu-dio del territorio. Los yacimientosya no se excavanen pequeñossectorespara establecercon los hallaz-gos faseso períodosculturales. Es decir, se llega alas excavacionesen extensióny a un conceptode laactuaciónarqueológicaen el campono jerarquizado,a unautilización conjuntade las diversastécnicasdedetección,prospección,excavacióno documentaciónen funciónde unadiversidadde objetivosy alcances.Interesael cambio cultural y el comportamientoso-cial en el pasado, la reconstruccióndel medio am-biente.Pero no se trata simplementede reconstruiresemedio ambiente,sino de estudiarla ocupaciónyexplotacióndel territorio de las comunidadesanti-guas.Setiende,en definitiva, haciaunaArqueologíadel Paisaje,entendidaenel sentidoqueluego expon-dremos. Todo ello indudablementedebe implicartambiénun cambioen el patrimonioarqueológicoaproteger,puestoque los finesy los resultadosde esasinvestigacionesarqueológicashanvariado.

Vn segundoaspectode esoscambios en laArqueologíaesla progresivapresenciade reflexionessobrela propia actividad, lo que pudiéramosllamarla utilidad social del objetode la disciplina,esdecir,su rentabilidad social y su responsabilidadsobre elobjetodela investigación.A la par,se hanincremen-tadolas reflexionessobrela propia investigación,im-pregnandode deontologíael ejercicio de estaactivi-dad,que,por otra parte,ha entradorecientementeenel mercadode la mano de los que la ejercencomoprofesionaleslibres,

Dedicaremosunas líneasa esecambio deconceptode patrimonioarqueológicoen los últimosaños,porqueen esecambio residenen buenapartelos criteriosqueinformannuestrotrabajoen LasMé-dulas.Paraaquilatary concretaresecambiopodemosbasarnosenlasdefinicionesde losOrganismosInter-nacionales,como la UNESCOo el Consejode Euro-pa, desdelosaños 60.

Sólo a finales de esadécadase abandonanlos conceptosartísticos para empezara hablar debien cultural, perolos yacimientossontratadossólodesdedospuntosde vista: como inmuebles,o comolugaresdondelos profesionaleshan de realizarunaactividadreglamentada.Además,todaslas definicio-nes tienen un fuerte componentearquitectónico omonumental’4. Otravisión sesgadade la arqueologíala encontramosen una Recomendacióndel Consejode Europade 1989: “Protección y Puestaen Valordel patrimonioarqueológico en el contexto de lasoperacionesurbanisticasde ámbitourbanoy rural”.En ella los arqueólogosy susactividadesquedansu-peditadosa un papelauxiliar en el ordenamientour-banísticoy en las grandesobraspúblicas,algo quetodavíasucedefrecuentemente,como pruebael queseahabitualdecirque los yacimientosse salvan y losmonmnentosseconservan’5.

La Convenciónde PatrimonioArquitectóni-co de Granada,en 1985 y tambiénen el marcodelConsejode Europa,proponeunadefinición de sitioshistóricosy entornosculturalesquepretendeintegrara las ZonasArqueológicas,pero que se consideransólamentepor su interés arqueológico’6.

Hasta1990 no seve la necesidadde realizaruna convención sobre la protección del patrimonioarqueológicocomo tal, necesidadquerazonael pro-pío Consejode Europapor los cambiosde sensibili-dad; por la apariciónde nuevastécnicasinstrumenta-les; por la necesidadde esepatrimonio de moverseen un mareoinstitucional más amplío; por conteni-dosconceptualesmedioambientales;por nuevosenfo-quessocialesde la conservación;por deficienciasju-rídicas en las leyes respectivasde los estadosmiem-bros; etc. Esa Convenciónse celebró en Malta enl992’~. En su definición de patrimonio arqueológicovemosque, pesea transigircon lo meramenteestruc-tural, hay un fuerte peso del factor medioainbiental.el entornoy el desarrollohistórico. Parecesuperadolo objetualy lo artísticoy ha entradoel medio,elpai-saje,y ademáscomoalgo más queun entornoo mar-co, formandoya partede esepatrimonio. Tambiénhay otra serie de novedadescomo son la noción dereservaarqueológicaen susdossentidos,como espa-cío amplio a protegery como conservaciónde poten-cial científicoparafuturasgeneraciones,la necesidadde intervencionesintegralesen las que el entornotengaun mismo nivel de tratamientoo la menciónexplícita a la gestiónde estos espacios.Es evidentequeenestaperspectivasi tienecabidaya lo quedebeserunparquearqueológico.

A la par que atiende a estosaspectosmáspatrimoniales de la arqueología,el documentoabor-da cuestionescomola necesariaconcepcióncientifica

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de la prospección,de forma que supereel mero in-ventariopatrimonialy dejede sersólamenteel mediode encontraryacimientospara su ulterior excavación(dentrodel conceptono jerarquizadoa queantesnosreferíamos)o la función del arqueólogocomo profe-sional capacitadopara entenderel patrimonuo ar-queológicomuchomásallá desumerorescate.

21. PaisajesCulturales yArqueología del Paisaje

Este nuevoconceptode patrimonioarqueo-lógico y, sobretodo, los criterios para intervenirenél, tienenen otro documentodel Consejode Europa(Sitios y PaisajesCulturales:CC-PAT (93) 80, Revi-sé 2) undesarrolloqueconvieneperfectamenteya, ennuestraopinión, a Los planteamientosdelas zonasar-queológicascomo paisajesculturales.El grupode es-pecialistasque redactóestedocumentoproponeparaPaisajeCultural la definición articuladapor UNES-CO/ICOMOSen unareunióncelebradaen Petit Pie-rre (Francia) en 1992 (1993): El término PaisajeCultural abarca la diversidad de manifestaciones delo interacción entre la humanidad y su entorno natu-ral . Dentrode esospaisajesculturalesel patrimonioo, ensu caso, la zonaarqueológica.quedariadefinidocomo las partes del paisaje que han adquirido, parcaracterísticas dejin idas de una sociedad determina-da y en un mnonmento dado.., o PO,- acontecimientoshistóricos que hayan tenido lugar en ellos, una sig-nmficación social a nivel locaL regional, nacional ointernacional. Como todas las definicionestrata deser exhaustiva,perohay algunosconceptosque inte-resana la figura dc parquetal y como la entendemosnosotros: existe un límite topográfico, pero vienemarcadopor el hechocultural (y no por el monumen-to o la “cultura material”) y ha;’ un espacioy untiempodeterminados.Pero,además,hayuna interac-ción, en esetiempoy en eseespacio,de factoresría-turalesy humanos.

En este documento cristalizan enfoques y

criteriosque terminaránpor imponerseen unosaños.Así el carácterimíterdisciplinar e integral que debentenerlas intervencionesen el territorio. Es decir, laszonasarqueológicasdebensertratadasdentrode unaestrategiamásgeneralque transciendalo puramentepatrimonial. De esta forma, ademásde ser lugarescon unadelimitaciónpanicularque implica unapro-tecciónjurídica específica,esepatrimoniodebeser, odebeconvenirse,en un factor de desarrolloculturalparalas regionesdomide se sitúa. El objetivoes,pues,un desarrollo equilibrado entre los imperativos deproteccióny valoración del paisajey cl patrimonio,de un lado, y las exigenciaseconómicasy socialesde

la zona, de otro. En consecuencia,la gestióndel es-pacioy el patrimonioque forma partede él no debenquedardefornía exclusivaen manosde los responsa-bIes de la ordenacióndel territorio o del urbanismo.sinoquedebecontarsecontodoslos implicados’8.

Trataremosde profundizar a continuaciónen algunosconceptosnecesariospara entenderesospaisajesculturales,Aunqueaparentementela expre-sión paisajecultural se oponea la de paisajenatural,en realidaddichaoposiciónes falsay los historiado-reso arqueólogosno estudiamosningúnpaisajenatu-ral, de hechoéste dejade existir con la intervenciónhumanay esta intervenciónpumede ser, simplemente,visualizarlo. percibirlo y formarseuna idea sobreél.El paisajeen si es una creacióncultural, tantopara lasociedadconstructoradel mismo como parala socie-dad actual que se acercaa él, Incluso los paisajesaparentementeno domesticadosde los cazadores-re-colectoressonespacioscodificadose intensa,aunqueestacionalmente.ocupados(Binford 1988).

Al analizarel paisajerealmentelo quehace-mos esaccedera las formas de intervenciónque tu-vieron lugar en él. Comonorníageneral,cuantomásintensashayansido másperceptibleserá su huella ydichaintensidadestávinculadaa la estructuray evo-lución de las sociedades(demografía.jerarquización,formas de propiedad,desarrollo tecnológico,...)y alas formas de poder (centralizaciónde excedentes,planificaciones....).De hecho, tendemosa desplazarel conceptode ‘natural” hacia paisajesdonde la imí-tervenciónhumanaes menoro se apreciaen menorgrado (asi llamamos“natural” a lo “rural” y a vecesllegamos a identificar ambos conceptos,segúndiji-mosantes).

La trayectoriareciente de los estudiosqueabordanla Arqueologíade los paisajesse orientacla-ramente(Orejas1991, 1995) hacia:— Los enfoquessintéticos,que incorporana las lí-neasperfiladasen los añossesentay setentalas visio-nesantropocéntricasy las perspectivasecológicas.Lasingularidadde los paisajesno es fruto de unaadi-ción deelementossinode suintegracióny por lo tan-to lo excepcionalo lo monumentaldeja de tenerunprotagonismoevidente.— La fusión de los estudiosmedioambientalesy pa-trimoniales.qume generaformas nuevasde planifica-ción (MeGlade 1995; Birks et alii 1986; Querol1995). esencial al plantearaspectospatrimonialesyde gestiónen general.

Progresivay paralelamnemítea su definiciónen las investigacionesen Arqueologíadel Paisajevaquedandoclarocon qué no debeidentificarse:no esarqueologíaextensiva(aunque coinciden en la ten-dencia a eliníinar la parcialidady discontinuidadde

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LAS ZONAS ARQUEOLÓGICASCOMO PAISAJESCULTURALES 389

la informaciónarqueológica,segúnya hemosexpues-to), no es una arqueologíasectorial.(puestoqueyahemosdichoqueno se restringeaquí al medio fisicoo a unapartede él), tampocoes arqueologíasin ex-cavación(deacuerdocon la no jerarquizaciónde lastécnicasarqueológicas).

Nos movemoscon frecuenciaen un mundoconfusode teorizaciones:es evidenteque la eomieep-tualización es necesaria,pero solemosser pródigosen retóricay olvidar la exigenciade lograrunacohe-rencia entre la teoria, la metodologíay la práctica;posiblementeen esta discordanciaresideuna de lasclavespara deshacerlas diferenciasestablecidasen-tre el mundode la investigacióny la gestión.Se hacenecesariaunaauténticaconceptualizacióndel paisajecomo objeto de estudiohistórico, siempredentrodeunosobjetivos generalesde investigación:los proce-sossociales,las sociedadesantiguas.Es un conceptosobreel quevolveremosmásadelante.

Peroel creciente interéspor el tema no seentiendesi no hacemosreferenciaa un circulo másamplio que el derivadode la perspectivadel histo-riador-arqucólogo.Por una partees imprescindibletenerpresentequeel paisajees un objeto de estudiocompartido.susceptiblede interesara muchossecto-res con objetivos no siemprecoincidentes.Por otrolado el interésgeneralpor la conservacióny gestióndepaisajescomobienespatrimonialeses iuídisociabledela demandasocial qíueexigemedidaslegales,polí-ticasy de intervención.

El paisajedel pasadoestá en el paisajedelpresente;el paisaje es un continuo hastahoy y esehoy es partetambién de la investigacióny abre lapuertaa las intervenciones.De algunaforma dichasuntervencionesdan lugar a abstraccionesen las quese incorporala diacronía.articulandode nuevoel es-pacio de acuerdocon unos interesesconcretos,queno tienen porquéenfocarsedesdeunaperspectivadepreservacióna todacosta.

El paisajeencierrax’arios nivelescuyoscon-tenidossondificilmente separables.Un paisajetienedosestnmcturasfundamentales,la espacialy la visual(Higímiehi 1988); la consideraciónde ambassupone,a su ~‘ez,la incorporaciónde los estudiosde síntesisde los enfoquesprocesuales(explicar)y de la aproxi-maciónperceptualpropia de los enfoquespostproce-suales(comprender.captar).El análisisde la estruc-tura espacial,muy vinculadaa la Paleogeografia.secentra sobretodo en las relacioneseconómicas,depoder, de jerarquizaciónsocial. La estructuravisualpretendeaprehenderprocesoscognitivos. simbólicosy de comportamientoy. evidentemente,es muchomásdeudoradel estructuralismoy dc investigacionessobre percepcióny comportamiento(Viccnt 1991;

Criado 1992).Ambosanálisisno son enabsolutoincompa-

tibIes, recogendiferentesregistrosde la comunidadytienen en comúnla ideaorgánicadel paisaje:todo es-tá relacionadoy las partessólo seexplicanenel todo.En ellas se mezclanaspectosvoluntarios,involunta-ríos, individualesy colectivosy con frecuenciaes elmismo elementocl que puedetenerlecturasen dis-tintosniveles: de un elementodestacadoen unazonapodemoshaceruna lectura simplementetopográfica.analizarlos recursosqueofrece,ver las áreaspobla-das.... pero también analizarlocomo un hito en elpaisajeque contribuyea la articulación mental delmismoadquiriendoun valorsimbólico o sagrado.

Al abordarel estudiode la estructuravisualhay unaseriede índicessignificativos: visibilidades,intervisibilidades,perspectivas.profundidad.distan-cias realesy líneasvisuales,composición,...;del mis-mo modola estructuraespacialdel paisajese puedeanalizarmedianteuna serie de claves:articulaciónojerarquizaciónde formas, limites, puntos focales,...Es fácil comuprobarqueambasson complementariasy en ocasionesincluso se confimndeny algunosindi-cesson bivalentes.Todo ello ha de estarpresenteenla concepciónde los paisajesculturales.

3. CRITERIOS PARA LA DEFINI-CIÓN DE PAISAJES CULTURALESY PARQUES ARQUEOLÓGICOS

Uno de los problemasa los quenosenfren-tamoses la determinaciónde los criteriosque permi-tan la definiciónde zonasarqueológicascomopatsa-jes culturales.Nunca loscriteriosde clasificaciónsonfáciles de fijar y cualquierclasificaciónes necesana-menterestrictiva, peroes precisoal menosdetenni-nar los umbrales.Lo importantees que esoscriteriosseanacordesconlos planteamientosteóricosy meto-dológicosy coherentescomí las posibilidadesde plani-fmcacióny gestión: no es lo mismo pretenderrealizaruna cartaarqueológicaqueun mapade riesgos,me-dir el impactopatrimonial o proyectarun parquear-qucológico.

Se hanrealizadoya algunosintentosde es-tablecerqué requisitoshade tenerun paisajeparaserconsiderado“cultural’ (Mascarenhas1994; Darvilíet alii 1993) e incluso la UNESCO ha establecidouna serie de criterios y clasificacionespara facilitarla incorporaciónde los paisajesculturalesdentrodelpatrimoniomundial (Prada 1994: UNESCO, WHC/2/Revisé 1996: prf. 6 y 39). Lógicamentela diversi-dadhace imposible la realizaciónde una lista única

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390 E-JAVIER SÁNCIIEZ-PALENCIA ETALII

de criterios; las diferenteslegislacionesde patrimo-nio (con las figuras definidasen ellasy los mecanis-unosdeproteccióna los que ya noshemosreferido)y

las tradicionesde distintospaíseshacenque las pro-puestastenganfondose intencionalidadesclaramentedistintas.En cualquiercasoy como orientacióngene-ral se debenteneren cuentaalgunascuestionesgene-rales:— Evitar aislar“lo antrópico” de “lo natural”.Es ne-cesarioeliminar la rupturaentreel hombre(o el yaci-mientocomo simpleobjetoy único objetivo en nues-tro caso)y el territorio (descartandolos reduccionis-mosmedioanibientalesque lo consideranun marcof’msico sin más), incorporandolo que el análisis entérminosde relacionesecológicaslía aportado.— Los criteriospatrimonialeshande ser coherentescon la metodologíadc investigación:debenderivarsede una misma racionalidady forma de trabajo si sepretendeacometeruna intervencióncorrectay justi-ficada.— Es necesarioprecisarel papelque juegalo monu-mental, lo excepcionalo lo singular dentro de lospaisajesy no convertir a estosúltimos en unacolec-ción de hitossin coherenciacultural,— Es igualmente importante no dejarse “atrapar”por las actividadesqueal haber sidoprioritariashandejadounanotablehuella enel paisaje;habráquere-conocersu peso. pero no por ello dejar de evaluarotrosaspectos.— La determinaciónde valores(cuantitativoso cua-litiativos) puederesultarde utilidad indicativa. smem-pre y cuandoseanflexibles y no resulten reduccio-

>2

nmstasQuedaclaropor lo tanto que. antela diver-

sidad de enfoquesdesdelos quese contemplaactual-mentela ideay el conceptode ParqueArqueológico,no nos parececonvenienteadoptarunaposturauní-voca.perosí nosparecenecesarioreforzarcomo va-br preeminentedentrode suconcepciónel comutenidohistórico.No creemosque sealo másaconsejablepa-ra su desarrollofuturo proseguirel enredode la sim-biosishumano-naturalpara justificar la composiciónintegralde los parquesarqueológicoso, si seprefiere,cumituralesen un sentidomásextemíso.puestoqueestavía ha condumeidofrecuentementea integracionesuntanto artificiales en las que seha buscadoa todo tran-ce la incorporaciónde unoselementosnaturales,pai-sajísticosen un sentidomedioaníbientalrestrictivo,como si la cuestiónfuese adorharcon unasplantasun escenarioal que le faltasecolorido.Ni tan siquie-ra nos pareceoportuno que la necesariaconsidera-ción de los reeuursosnaturalesdentro del PatrimonioHistórico(como debeocuirrir tambiéna la viceversa)

neramboscriterios, por unás qume tal actitud resultebeneficiosay seaacorde con las actualestendenciasecologistas,sino que deberespondera la posible ydemostrablevaloraciónde aquélloscomo parteimite-grantedel procesohistórico en el que se insertaelconjuntopatrimonialen cueslión.En las másrecien-tes definiciones(Darvilí 1993: 564; Prada1994: 15:UNESCO. WHC/2/Revisé 1996: prf. 39) de paisajescultuiralesse da siempreuna especialimportanciaala cargahistóricaqueposeenlos restosque permitenidentificar un paisajecomo tal, a la par que se esta-blece que el alcancedel modelo socio-culturalquetestimoniaha de superarel obteniblea partir simple-mentede monumentosindividumaleso por adición devariosde ellos. Al asumir tal posiciónestamosdandopor sentadoque los recursosnaturales,el medio fisi-co ensu conjunto, hasido contempladodesdelas pri-merasfasesde investigaciónen la formulaciónde losParquesArqueológicos.

Esta postura respondetanto a criterios deconcepto.segúnva hemosexpuesto.como a conside-racionesprácticasbasadasen la experiemíciaquehas-ta ahora poseemossobre las propuestasde parquesarqueológicos.No podemospostponerla rendicióndenuestroscriterios teóricospara abordarde forma mu-tegral el patrimonioa las últimíías fasesde suejecu-ción. a aquéllasen las que afloran ya sólamentelosplanteamientosde gestióny explotación,como se hainsinuadorecientemente20,va queningtwa propuestapuedealcanzarel más mínimo logro si la contrasta-ción a quedebesometersecon los interesessocialesse retrasahastaeseúltimo momento,Por lo tanto, siasumiésemosque unapropuestade Patrimonio Inte-gral carecede eficaciay efectividadpor razones(le-gales. conceptuales.educacionales,...)poco menosque inheremitesa nuestrapropia sociedady que sólola cooperación de los organismos institucionalescompetemitesen los patrimonioshistórico y natutralbastaríanparastmpcrartales liníiiaciones. estariamosarrojándonos.poco más o muenos,en los brazosde lafuerzadel sino.

4. EL PARQUE ARQUEOLOGICO DELAS MÉDULAS

En cl marcode los mencionadosconceptosde Patrimonio Arqueológicoy Paisaje Cultural he-mosde entenderel provectoconcretode ParqueAr-queológicode Las Médulas, cuyosantecedentesva-mosa exponerbreveumíentea continuacmomí.

La Consejeríade Cuiltura Tumrismo de laJuntadc Castilla y Leónconscientede la importanciapatrimonialdela ZonaArqueológicade Las Médulashayade nacerde la simpleeonveííieneiade vuxtapo-

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LAS ZONAS ARQUEOLÓGICASCOMO PAISAJESCULTURALES 391

(7AM) y antela afluenciacrecientede visitassepusoen contactocon el Ministerio para proyectarun par-que(1989). dentrode aqumel PlanNacionaldel Minis-terio de Cultura. Las Médulas,la mina de oro roma-na. estabadeclaradaBIC —o MonumentoHistórico-Artístico como entoncesse denominaba—desdeelfamoso Decreto de 193 1 (Gaceta de Madrid de04.06.1931, u.0 349),perosólo en los desmontesmáspatentesy espectacularesdel trabajo minero y, aunasí, sin quehubierasido delimitado.

Paralelamente.y en íntima relacióncon di-cha iniciativa, el equipo al quepertenecemoslos fir-mantesde este trabajo estaballevandoa cabodesde1988 un proyectode investigaciónen la zona, sub-vencionadopor la misma Consejeríade la Juntaycoordinadodesdeel Departamentode Historia Anti-gua y Arqueologíadel CEH del CSIC. Esteproyectotenía desdesus primerosplanteamientosuna finali-dadquesuperabael interésarqueológicopatrimonialy poseíaun claroobjetivo de alcancehistórico: trata-ba de comprenderen último término el procesodetransformaciónde un territorio y de las comunidadesque lo ocupabanen el tránsitode la épocaprerroma-na a la romamia. segúnya hemosexpuestoen otrasocasiones(Sánchez-Palenciaet alii 1990. 1994a).Por lo tanto,el parquearqueológicodebíatenercomofinalidadesencialla explicaciónde eseprocesohistó-rico de transformación.de ahí quedesdesu inicio lainvestigaciónincluyeseentresusobjetivoslos asenta-mientos castreñosprerromanosy no se conformasesólo conel estudiode la minería romana.suis asenta-mientos e infraestructurasasociadas.Sentadaestapremisageneral,vamos a ir exponiendoa continua-ción tanto las característicasqueconsideramosqueconcurrenen la Zona Arqumeológica de Las Médulasparaconsiderarlaun paisajecultural, como las medi-das comícretasque se estánllevando a cabopara suconversiónen parquearqueológico.

Vamos a seguirpara ello, como referenciasindicativasde contrastación,tanto los criteriosesta-blecidospor la UNESCO (UNESCO. WHC/2/Revisé1996: prf. 23. 24 y 36; Prada1994: apartadosA y B)parala consideraciónde un lugarcomo paisajecultu-ral, como las aportacionesrealizadaspor Darvilí etalii (1993)para identificar los paisajeshistóricos’.

Reiteramimos,en primertérmino, quela 7AMcorrespondedentro de la clasificaciónde los bienesculturalesde la UNESCO a la amplia categoríadelugares”, dentro de la que sólo se incluyen en la

prácticalos paisajesculturales22.Se tratapor lo tantode un bien qtue superaen su valoracióncomo tal elcarácterindividual de un unonumentoo de un con-junto a agrupaciónde monumentos.Su entidadcomopaisajecultural no deri~’a por lo tanto de la simple

sumade unosvaloresañadidosentresí. Porotra par-te, tal categoríano debeconfundirse, lo indicamosantesy qumeremosdejarlomumy claro, con lo queen laLey 16/1985 se identifica como Sitio Histórico. Escierto qume a vecesse ha traducidoel francéso el in-glés site cornositio, pero, por másque estatraduc-ción seaacadémicaníentecorrecta,el término sitio esexcesivamnenterestringido respectoa su homónimoen las mencionadaslenguas. ya que carecede suacepciónhistórico-arqueológica,lo cual es especial-menteimportanteen los casosa queahora nosesta-mos refiriendo: jamásun yaciníiento,menosaún unconjunto de ellos, se ha identificadocomo sitios. Endefinitiva, es evidentequelo qume nuestralev denomi-na Sitio Histórico23 poseeun contenidomucho másambiguo y generalque lo que la UNESCO clasificacomoPaisajeCultural.

Paraaquilatarmejor el contenidoque le co-rresponderíaa un PaisajeCultural relicto o fósil, ca-tegoríade la UNESCO en la quemejorse encuadranlas caracteristicasde la ZAM (sin que le seanajenosotros tipos). parapoderserdefinido como tal, pode-mos examinartres factoresque se han propuestoalefecto(Darvilí etalii 1993:565).

4.1. Integración y articulación

La 7AM poseeuna unidadgeomorfológicaindudableen cuantoquees umía delas trescubetasenque se estructurala rosadel Bierzo (Herail 1984: 134ss.). Elevadasobre los terrenosinmediatamentecir-cumidantes.quedadefinidapor fuertespendientestan-to hacia el río Sil. por el nortey oeste.conio haciasuafluentecl Cabrerapor el sur,de formaquesólo ha-cia el estepermaneceunida a las últimas estribacio-nes de los Montes Aquilianos a travésde estrechasnervadurasmontañosasahogadaspor profundosba-rrancos(fig. 1). En su centro,los depósitosaluvialesrojos del Mioceno cmi los que se sitima el ~‘acimientoaurífero le proporcionan su principal peculiaridad.Sobre ellos recayócl protagonismoen las transfor-macionesdel paisaje duramíte época antigua: unosenormesvaciadoso desmontesmineros, entre loscualesel mayor alcanzacasi tres kilómnetros de ex-tensióny ¡násdecienmetrosde profundidadmáximay que en conjuntoocupanalgo másde 600 ha. Perotales laboressupusierona su vez la transformaciónde otros espacioscontiguos.ya que los estérilesquegeneraronrellenaroncasi otras600 ha de los primiti-vos x’alles y vaguadas.Es más, el principal cono dedeyeccióno coladelavado formadopor dichosestéri-les, el que se sitúa inmediatamenteal muortede la mi-na y se conocecomo Chaosde Maseiros. taponóconun espesorde treinta metros el paleovallede salida

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E-JAVIER SÁNCHEZ-PALENCIA ETALII

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Fig. 1.- Mapageneral dela ZonaArqueológicadeLas Médulas(León>.

haciael Sil, reforzandoaúnmás la delimitaciónan-tes mencionaday acentuandola figura central de la

34

mmna.En torno a estasevidenciasde origen mine-

ro romanose articularon todos los demáselementosqueconfigurabanya entoncesel paisajeque nos hallegado casi fosilizado. Dichos elementosse refierentantoa la propiautilización del restode los recursosnaturalesy del propio suelo,conioa suocupaciónporasentamientosde mayoro menorenvergadura,segúnvamos a veren el siguientepunto.Todosellos estáncmi función de eseuso minero de los conglomeradosaluvialesy respondenclaramentea un esquemadeapropiacióny ordenaciónde todo el espacioy susre-cursos,de fonnaqueen ellos podemosleer, a travésdedistintosinstrumentosdeinterpretación,los diver-sosmecanismosde imítervenciónromanospara reali-zarel planeamientodel espacioy delas comnunidadesquelo ocuparon.

En último término, de la superficie queenprincipio consideramos(unas 12.000 ha: fig. 1).

1,200 ha (una décimaparte) son de origen romano.A ellas hay queañadirotras 100 ha de superficieal-teradaa la paro algoposteriormentede fonnano mn-tencional,como resultadode las primerastransfor-macionesmineras.Nos referimos en esenciaal lagode Carucedoy a la pequeñavega que lo prolongaaguasarriba, cuya extensióntambién debió de estaroriginariamenteanegadapor el aguao. por lo menos,empantanada,aunque,con el pasodel tiempoy porla continuadeposiciónde los aportesde la cuencadondese halla, fue transformándoselentamenteenterrenosfértilesy muy aptosparala prácticaagrícoladequeahorasonobjeto.

Hay queañadira todas estasconsideracio-nes, la posibilidad de compararestoselementosdelpaisajede origenromanocon los queconocemosso-bre la ocupaciónprerromanay postromana.La com-paracióncon las formas de ocupaciónprerromanas,vertebradasen torno a doscastrossituadosen puntosespecialmentepropicios para la economíaautosufí-cientequepracticabansusocupantes,revela la enor-

392

n mt

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LAS ZONAS ARQUEOLÓGICASCOMO PAISAJESCULTURALES 393

metransformaciónproducidaenépocaromana.Respectoa la ocupaciónmedievalo poste-

rior, quehastaahora no ha sido objetode un estudiotan detenidocomo el realizadosobreépocasanterio-res, sí podemosdecirquemanifiestaa primeravistauna clara dependenciarespectoa esepaisajecreadoen la Antiguedad.A modode ejemplo,bastemencio-narqueen la ZAM se creauna tenenciamenor, la deUlver (el nombreno haperduradoen la toponimiaysóloestáatestiguadopor documentosescritos),quesevertebraentorno al castillo de El Cornately com-prendeel interfiuvio antesdefinido entrelos ríos Sily Cabrera.Digamostambién que cuandose crea elCamino Real, su pasohacia las tierrascercanasdeGalicia se trazaa lo largo (de norestea suroeste)detoda la 7AM y por el centrode la mina. De hecho,las víasdecomunicaciónparalelasal Sil o al Cabrerason bastanterecientes,pmebade la pervivencia delos límitesqueantesdefinimosy dela unidadconser-vada en la articulación de toda la zona. Incluso lapropiadivisión administrativaactual,si exceptuamosel sectormeridionaldel municipio de Puentede Do-mingo Flórez, ha fosilizadoen cierto modoeseespa-cío queanteshemosdelimitado(fig. j)25.

De acuerdoconeseprotagonismocentraldelos aluvionesauriferosbeneficiadosen épocaroma-na, el diseñodel parqueproponeun primeritinerarioa travésde la mina (fig. 2). Se reconocede estafor-ma no sólo esecaráctercentral,sinotambiénel valorde atracciónvisualqueposeeparael visitante, su ca-pacidadde impactara primeravista. Ahorabien,unavez provocadasuatención,se pretendequemedianteel centrode informacióno interpretaciónque se va ainstalar en el interior de la mina (a la entradadelpueblo de Las Médulas), su curiosidadtrasciendaloespectaculary, a travésdela correspondienteindica-ción de otros posiblesitinerarios,se interesepor am-pliar sus conocimientos,tanto en aspectospoco ex-puestoshastaahoray menoscomprensiblesa simplevista de la tecnologíaminera, como,sobre todo, enaquellosotros que se refiere a la articulaciónglobalde la zona y a su transformaciónentreépocaprerro-manay romana.

4.2. Diversidad y estructura

Cuandose analizaun paisajecultural fósilsiempreexiste unagraduaciónentrelos diversosele-mentosquelo componenpor su relaciónentreconte-nido y forma. La evidenciacon que se manifiestandichos elementos resulta lógicamente más claracuantomás estrechasea tal relación (un desmontemineroesfácilmenteidentificablecomouna laborar-tificial, por ponerun ejemplo de rápida compren-

sión). Eso no es óbice para que se ignorenaquelloselementossituadosen el grado másalejadode la es-caía, en aquél en el que las formassondifícilmentereconocibles.En realidad,tal obstáculosurgeen bue-na medidapor una defectuosao incompletaestrate-gia de investigación,quea la postre sueleposeerunaraíz de carácterteórico. En nuestroproyecto hemosprestadoespecial atencióna documentarno sólo elevidentepotencial minero que tuvo la zona en la An-tiguiedad, sino también el aprovechamientode otrotipo de recursosque la actividadminera potenció.Setratabade una posición coherentecon el propio al-caneehistórico que se percibía en dicha actividad,que implicaba necesariamentela existenciade unainfraestructurade ordenaciónglobal del territorio: valo habíamoscomprobadode forma más o menos ex-tensa en otras zonas (Fernández-Possey Sánchez-Palencia1988).Tanto el análisisdel registroarqueo-lógico procedentede los asentamientosexcavados(incluyendono sólolos datosde culturamaterial, si-no también los paleoainbientales),como la propiadistribución de los asentamientoso el estudiodel po-tencial de recursos,nospermite definir unasáreasopuntos concretosdonde la explotacióndel suelo seconcentróenotrasactividadeseconómicasdistintasala minería aurífera: los cultivos de carácteragrope-cuario, la extraccióny metalurgiadel hierroparahe-rramientasy útiles y el mantenimientode la infraes-tructura hidráulicason seguramentelas más impor-taníes.Hay queañadir, además,la actividadde con-trol técnico-administrativode las minasparacomple-tar, en lineasgenerales,esadiversidadde funciones,con sus correspondientesrasgossocialesy susdife-rentestipos de estructurasy establecimientos,queconcurrenen la zona.

Regulary sistemáticamente,los asentamien-tosse instalanallí dondesu diversafunción y condi-ción lo exigen. Así vemoscómo las áreassedimenta-rías de la pequeñadepresiónque surca los terrenosentreLa Campañanay Borrenesestánrodeadasporunagrancantidadde asentamientosde diversotipo yextensión,sin dudadestinadosa explotaragropecua-riamentelos terrenosmáspropiciosparatal fin. Algosimilar ocurre allí dondelas estrechasvegasde losrios quediseecionanla zonase abreny ensanchanli-geramente,como ocurreen los alrededoresde Salasde la Riberay PuentedeDomingoFlórez. En las in-mediacioneso en el interior dela propiamina deoroaparecenasentamientoscuyo destinofundamentalesel dealbergara la manode obraminera no cualifica-da, algo justificable por el propio entornoen el quese sitúan, desprovistoa causade los desmonteso dela acumulaciónde estérilesde otro tipo de recurso.Los establecimientoscon una tendenciafundamental

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394 E-JAVIER SÁNCHEZ-PALENCIA ETAUI

La Coruña < ti—VI > Madrid

Itinerarios 1 —4

Puntos delitinerario

Q Centro deinforma ejó mí

0 Costrosprerromanos

___ Pobladosromanos

ITINERARIOS DEL FARQUEARQUEOLOCICO DE LAS MEDULAS

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CICA—CEH —OSlO

PIg. 2.- muitíerarios por cm Parquc Arqueológico de Las Médulas (1” Anteproyecto de ejecución: 1996).

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decaráctermetalúrgico(u.02, 12 y 23 en la fig. 1) sesitúan a pie de mimia; como es habitualen épocaro-mana,se,instalanjunto a los principalesafloramien-tosdc la brechaferrugimiosade dondeextraíanla ma-tenaprima paralas herramientasquefabricaban:allimismo realizabanel procesode fundición y elabora-ción de las diferentesmanufacturas,quedespujésdis-tribuían por toda la zona, segúnhenios podidocom-probara travésde los hallazgossimilaresen diferen-tesasentamientos.Otro tipo de asentamientodiferen-tejalonadesdela mina el recorridode loscanalesdeabastecimientode agua hastalas fuentesde capta-ción; en este casosuelenserasentamientoscon unaconfiguración aún de tipo castreflo. perfectamenteadaptablea lo abruptodel terreno;tambiénesbastan-te frecuenteque se trate de pobladosde reducidaex-temísión.puestoqueya no cumplenla tareade autoa-bastecimientototal que poseíanen época prerroma-na. Por último, en uno de los puntosmásprivilegia-dos de la zona,en un pequeñoafloramientode calizapróximo al camino que debíaenlazarmás directa-menteconla vía romanaque trascurríapor el suir delBierzo, al abrigo de los vientosdominantesdel no-roestey próximo a un pequeñovalle con suficientespuntosdecaptacióndeaguas.se establecióel asenta-mientode Las Pedreiras(u.0 30 en la fug. 1), idemítifi-cadoa travésde todo su registro arqueológicocomoel punto dondese estableciómás tempranamenteenla zona una población altamenteromanizada,conformasde vida ajenasa las de las comunidadesindí-genas,por lo quese hainterpretadocomola manodeobra cualificadaque debía darsoportetécnicoy ad-ministrativo a las laboresmuineras.

Esta regularidadsistemáticacon que se dis-tribuyen los asentamienlosen relación con los usosdel suelo o los recursosen general.su adecuaciónen-tre la función que desarrollany las característicasconstructivas,funcionalesy espacialesde los asenta-mientosque ocupan,así como la condición y jerar-quitación social que revelannos permite hablardeunaauténticaestructurade la zonaqueno sólo debeínterpretarseen su carácterterritorial, sino que poseeun claroalcancesocial, comoes lógico.

También en época prerromanase produceuna cierta diversidad.El Castrelin de San Juamí dePaluezas(u.0 3 en la fíg. 1) es un castroocupadodu-ranteun cierto períodode tiempo (al menosen losdossiglos inníediatamenteanterioresa la llegadaro-¡nana:11 y 1 a.C.),en el quepodemosapreciarclara-mente las formas de vida de sus ocupanteshastasuabandonovoluntario. Aquí podemosapreciarel cam-bio de escalaen la estructumrade ocupacióndel terri-torio: va no se tratade una imuplantaciónglobal sobrela zona; el castroes la únicaunidad territorial reco-

nocible, interpretaciónavaladapor la diversificaciónfuncional y complementariaentresí de las utnidadesde ocupación o conjuntosfamiliaresque forman elpoblado.así como por su distribuciónespacial ínter-na: su ámbito de explotaciónde recursosnaturalesabarca un radio de acción mumy próximo al puntodondese encuentrael poblado. Notablemnentedife-rentees el casodel Castro de Borrenes(n.0 9 en lañg. 1), un asentamientoque refleja el momnemítode laconfrontaciónentrelas comunidadesimídigenasy losnuevosocumpantesromanos,va quesu potentemura-lía (seccióml inedia de 4 m deamíchurapor 3 de alza-do) fue desmanteladade forma intencional y repen-tina seguramentea raízde esapresenciaromana,deforma que el poblado.surgidocon muchaprobabili-dad comno respuestaa la crisis del momemíto,apenasse llegó a ocupar,como demumestranlas dos únicasmdimentariasconstruccionesque se handocumenta-do. No obstantela relaciónde sum emplazamientoconel territorio circundantevuelve a repetir los esque-mas típicos,aislamientotopográficojunto a un fácilaccesoa los recursosnaturales,de un castroprerro-mííano.

Así pues,contamoscon la suficientediversm-dad de ascmítamnicnlosdentro de la zona para poder~‘ertebrary comparara travésde tresitinerarioscómose manifiestala estnmcturade ocuipacióndel territorioen ambasépocas,la romanay la prerromana.Hemospreferidodefinir aisladamentelos dositinerariosqueconducena los castrosprerromanos(son los itinera-ríos 2 y 3 dentrodel diseñodel parque:fig. 2), puestoqueen realidadtambién estamosejemplarizandodosmííomentos diferentes de una misma época. segúnacabamosde señalar.Porel comítrario, los dosasenta-umientosromanosque en un principio se hami selec-cionadopara formarpartedel cumarto itinerariopor elparque pretendenofrecer al visitante un marcadocomítrasteentrelas formasde vida de la manode obrano cualificada, en estecasola comunidadasturquese encargabadelas laboresmetalúrgicasen el pobla-do de Orellán(n.0 12 de la fig. 1 y Umg. 3). y tos técnm-cos especializadosque habitabanen Las Pedreiras(n.0 30 en la fig. 1 y fig. 4). El primerode éstosse haelegido por poseerentre susconstrucciones,funcio-nalidad y distribución espacial un perfectonexo deumnión con las carácterísticasdel mundo castreñoin-dígenay facilitar así tmn enlaceinmediato con lo queel visitantepuedever directamenteen El CastrelínyEl Castrode Borrenes.No obstante,ya hemosindica-do que las investigacionesarqueológicasnoshanper-mitido reconocerotros asentamientosde épocaroma-na condiferemítefuncionalidade inclusode diferentescronologías(no vamnos a entrarahora en estascues-tiones).Si no se han imicluido de momentodentrodel

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Siglos 1 y II d.c.

Este poblado es de época romana, pero susconstructores y ocupantes eran astures. Porello sus primeros viv¡endas, como la número 3,conservan aún el sistema de habitacionesadosadas propias de los castras prerromanos.La mayoría, sin embargo. siguen ya el sistemaromano de levantar edificios más amplios queluego se dividen internamente en distintashabitaciones,Además, todas las construcciones se ajustantambién a una planificación común y se ordenana ambos lados de una calle. (A) dotada derudimentarias aceras.Lo que se ve son los zócalos de piedra de lasconstrucciones de una parte del poblado. Elresto del alzado de tas Casas era de tapial ylas techos de madera, paja y lajas.En el almacén 6, que era común para loshabitantes del poblado, apareció un depósito quecontenía gran cantidad de mijo, trigo y cebadoy algunas habas. Esto se debe o que loshabitantes del poblado se dedicaban a lafabricación de útiles y herramientas de hierroy debían ser abastecidos de buena parte desus alimentos por la nueva organización yexplotación de todo el territorio creadapor los romanos en et entorno de la mino deLas Médulas.

Fig. 3.-Diseñoparauno de los paneles simuados en el punto de jofor-m,íacson correspondiente al asentamiento metalúrgico de Orellára (13o-

Parquees simplementeporqueéstese hallaahoraensus inicios y podría resultar peligroso proponerseunosobjetivostan ambiciososque inclusollegasenaplantear un problemapara su propia puestaen mar-cha. Se comprenderápor lo tanto las enormesposibi-lidadesdeactuacionesifituras.

-4.3. Modelo y repetición

No vamosa descubrirahoraque la ZAM noes el único ejemplo de zonaminera dentro del no-rosstepeninsular,puestoqueexiste abundantebiblio-gráfía al respecto,fundamentalmentedebida a dosequipos,el que ha encabezadoC. Domergue y elnuestropropio (ver la selecciónde bibliografíaal fi-nal). Pero sípodemosafirmar que,másallá de la es-pectacularidadque puedatenerpor las grandesdi-mensionesde suslaboresmineras,la 7AM constitu-ve un modelo,si no único.síal menosmuy significa-tivo, como ejemplodel tipo de paisajecultural a quedieron lugar.

Durante los dosprimerossiglos de la era laactividad minera aurífera romana transformó am-pliaszonasen el noroestepeninsulary son numero-sospor lo tanto los conjuntosde explotacionesexms-tentes.Muchos de ellos conservaninclusoevidenciasen un estadode conservaciónequiparableal de LasMédulas. Por poner sólo algunosejemplos,puedenreseñarseLas Omaltas,La Valduerna.La Valderia o\‘arías zonasdel propio Bierzo dentro de la mismaprovinciade León; en el entornodel Puertodel Palo,la Sienade Begegao el valle de Las MontañasenAsturias; El Caurel, diversaszonasde Las Valdeo-rrasy del valle de Quiroga o las inmediacionesdelSantuariode Los Milagros del Monte Medo en Gali-cia; Tres Minas o la zona de Valongo en Portugal(ver catálogogeneralen Sánchez-Palenciay Orejas1994: 188-202 y figs. 12-17). En todosellos la es-tructurade la ocupacióny explotacióndel territorio yel procesodetransiciónentreel mundoprerromanoyel romanoes muy similar. Obviamenteexistenmati-ces segúnel sustratoindígena sobreel que actuólaminería romanaquesólo puedenponersede eviden-cia en cadazona;puedeocurrir tambiénqueesesus-trato no llegue a reflejarsesuficientemente.En estesentido,LasMédulasno sólopermitedocumentaresafase, sino quebrinda dosmomentosconsecutivosdeella.

En lo que se refiere a las técnicasde explo-tación, si dejamosa un lado los análisisde caráctermásformal y tipológicoy noscentramosen suconte-nido y significacióntecnológica(Sánchez-PalenciayOrejas 1994: 159-162), existe una primera diferen-

Poblado romano de Oreflán

rretles>. ciación por la naturalezageológicadel yacimiento

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Fig. 4.-Planta del sector excavado en Las Pedreiras de Lago (Canicedo).

afectado,quepuedeser primario, sobrematerial deroca, o secundario, sobre aluviones sedimentadosprocedentesde la erosióndeaquéllos.Estadistinciónes poco significativaparala cuestiónqueahoratrata-mos. puestoque la explotaciónha dejado en amboscasosunoselementos(desmontes,estériles,red hi-dráulica.asentamientos,...)muy parecidos.Otra dife-renciaciónse debeal empleode sistemasde explo-taciónselectivoso extensivos,paratrataryacimientosespecialmentericos por su ley de oro los primerosyparabeneficiarlos queposeíanun contenidomáspo-bre y en los que debía removerseuna mayor masamineralizadaa la vez los segundos.Tambiénen estecaso la diferenciaciónes másde orden cuantitativoquecualitativo, si bien hemosde señalarqueambos

sistemasse hallan suficientementerepresentadosenLas Médulas,aunquesólo seadentrode un yacimien-to secundarioo aluvial.

Dentrode esteapanado,la cuestiónesenciales considerarla representatividadde los elementosqueconcurrenen la ZAM como paisajecultural. Sualcancees doble,puestoquehayque teneren cuentasi todosloselementosposiblesestánpresentesy si sehallan documentadosa lo largo de todo el procesohistórico de referencia. Precisamentelas excelentescondicionesquese danen la 7AM en ambasexigen-cias fueron argumentosde pesopara su elecciónco-mo mareo de nuestro proyecto. Cronológicamentepodemoscubrir de momentoun periodo que com-prende,como mínimo, desdeel siglo II a.C. hastafi-

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míes del II o principios del III d.C. y existen sumftcien-les evidenciasparapoderpensaren unaprolongacióncasidc forma continuahastala actualidad.Respectoa los eleníentospresentes.va hemosseñaladoen elanteriorapartadola amplia diversidadexistente.Lasunmcascarenciasquecabríaapuntar sonmásbien dccarácterobjetual: no existetuna epigrafiaromana(só-lo existen algunasinscripcionesen los canales)tanrica como en La Valduerna.por ejemplo: peroesteti-po dedocumentaciónes perfectamenteextrapolableaotraszonas, la nuestraincluida. si se respetael con-texto líistómicoal quese refiere.

En definitiva. puiede afmrmarseque la ZAMes níl modelo de paisajecultural plenamenterepre-sentativode las numerosaszonasmuinerasdel noroes-te peninsular.Pero aún concurreen ella otra condi-ción, la escaía,que resaltatal adecuacion.

4.4. Escala

Como va hemos indicado, no seria dificilencontraren otras zomías del noroestey dentro delníisnío contexto histórico las característicasqueha-cende la ZAM uín paisajecultural relevante.Sin em-bargo, silo seríaencontrartodas esascaracterísticasdemitro de un mareotan idóneopor su extensión,Enpoco más de lO km es posible reunir y. sobre todo.exponeral visitanteunaseriede evidenciasque. vol-viemído al casoanterior de la Valditernaleonesaporejemplo. implicarían duplicar o triplicar tal exten-siómí. Es. por lo tanto mu; importantevaloraresegra-do de concentración,que se expresa.no sólo en tér-minoscuantitativosespaciales.sino tamubiéna travésde una excelemíterelación visual entretodos los ele-inemitos del paisajeconsiderados,naturalesy cumítura-les; esdecir,quecuentacondiversospuntosdondelavisión panorámicapermite uína fácil y rápida comn-prensiónde las realidadesque se explicanal visitan-te. Forma y contenidoalcanzanasí una extraordina-ría relación.de la misma forma quepaisajeespacialy paisajevistmal se complementanentresí.

5. CONCLUSIONES

Nuestraexposición se ha centradointencio-nalmenteen el contenidode los parquesarqucológicos y en lo que pretendemosllegue a ser el de laZAM como ejemplo, desdela coíísideraciónde queesoes lo quemásclaramentenoscompeteen cuantoquearqueólogose historiadores.Éstono quieredecir Ng. 5.- Diseño para uno de los paíieles situados en el punmo de imítor-que los temas que no hemos abordadono merezcan mación n.’ 4 del itinerario por la mina de oro romana de las Médu-

nuestro interés. Hemos basado nuestro discurso y las. correspondiente a la explicación del lavad, del aluvión auritérovde la evacuación de los estériles generados (la imagen central es tina

nuestros primerosesfuerzospara la creacióndc uin fbuoinmerpreuacióíí de la panorámica que el ~‘isi¡anteestá ~‘iCTidO).

El oro se lavaba en canales de madera oogogae (3), en cuyo tondo se depositabapor su propio peso, mientras que el restodel aluvión era eliminado por los canalesde evacuación de estériles (4). Antes depasar por los canales de lavado, al finalde las corlas (1), unos mineros retirabany amontonaban los cantos mós qruesos(2), que hoy forman los “murtos

canal de agua (5) fué cortadolabores més modernas.

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parqueen suscomponenteshistóricosporqueconsi-deramosqueésahade serla líneadominantey verte-bradorapara explicarun paisajecultural.

Recordamos,de cualquierforma, queno es-tamoshablandode un provectocerrado;muy al con-trario, por su concepcióny su desarrolloactualestáabierto hacia múltiples aportaciones.Hay que dife-renciarentreéstaslas que sufrnndrían una amplia-ción de su propio contenidoy las que responderianmásbien a actuacionesparalelasy tendentesa explo-tar aspectoscolateraleso derivadosde los elementos,aspectoso interesesqueen el parqueconcurran.

Resumiremosen primerlugar cuálessonlasactuacionesconcretasquecontemplala primera fasede ejecucióndel parquepor partedela Juntade Cas-tilIa y León, en la actualidadenmarcha:1. Creaciónde unositinerariosseñalizados(fig. 2) ydotadosde unospuntosde informacióncon paneles(figs. 3 y 5) queexplican los contenidosdel parque(Sánchez-Palenciaet allí 1995) a los que antesnosreferimos.Estositinerariossonlos siguientes:

- Itinerario 10. la mina de oro de LasMédu-las: 6 puntosdeinformacióncon 13 paneles.

- Itinerario 20. El Castrelín de 5. JuandePaluezas:3 puntosde informacióncon 4 pane-les.

- Itinerario 30, El Castro de Borrenes: 2puntosde informacióncon 3 paneles.

- Itinerario 40, asentamientometalúrgicodeOrellán: 1 puntode informacióncon 2 paneles(debe completarseen breve con los puntosdeinformacióncorrespondientesa Las Pedreiras).

2. Edicióndeun folleto-resumen,ya publicado,sobreel parquey de unaguíaarqueológicadealta divulga-ción (enpruebasde imprentacuandoéstoseescribey

previstasuapariciónparael veranodc 1996).3. Construccióndeun centrode informacióne inter-pretacióndel parquc.Actualmentese halla pendientedeadjudicaciónenoferta pública.

Frentea los 12 puntosde información quesevan a ponerenfuncionamientoestealio, el estudio

de viabilidad (Sánchez-Palenciaet allí 1992: 135-140) contemplabadentro de la misma zona 25 (nopodemosahoradetenernosen su contenido),lo queda una ideaal menosde las posibilidadesdeamplia-ción queexisten.Porotra parte,el mismo estudiodeviabilidad contemplabauna segundazona de actua-ción parael parque,que seextenderíaa lo largode lared hidráulicade LasMédulaspor las vertientessep-tentrional y meridionalde los Montes Aquilianosycomprenderíatambiénlosasentamientosexcavadosyactualmentecubiertosen Corporales(Truchas), asícomo un sectorde la Sierradel Teleno. Se incluíanaquí otros 6 puntosde información. En todos ellos,apartede completarseel tema ya expuestosobreelprocesohistórico antiguo, se abordabanya aspectosde épocapostromanay se dabaentradamonográficao complementariamentea otros temasmás vincula-dos con los recursosnaturalesy con el desarrollohastala actualidaddel paisajecultural dela ZAM (ellago de Carueedo,la arquitecturavernáeul&...). Evi-dentementeconsideramosque el desarrollo a quepuededar lugar todo este potencialha de incardinar-se dentrode los mismos principiosteóricosy prácti-cosquehemosexpuesto.

Las otrasactuacionesa queantesnosrefe-riamos entran más de lleno en planteamientosdegestióny explotacióndel parque,queexcedenla fi-nalidadde este trabajo, peroque no sonajenosa él,simplementese hallanenun estadiomenosavanzadoen cuantoa su planificaciónconcretay deberánserespecificadosenbreve,ciertamenteno sólo por noso-tros, sino por un colectivo mucho más amplio en elque los responsablesde la administraciónlocal y co-marealdeberíandesempeñaruna funciónprimordial,máxime si prospera la propuestade convertir laZAM en Patrimoniode la Humanidad.

Madrid,junio, cuandoManoloya empezabaa pasarcalor.de 1996

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NOTAS

Este articulo es el resultado de la experiencia adquirida por el equi-po interdisciplinar que lleva a cabo el proyecto ZonaArqueológicadeLasMédulas(León>, fmanciadopor la DirecciónGeneral de Pa-trimonio y cultural de la Junta de Castilla y León ~se integra dentrode los resultados del proyecto l’1394-0125 de la DGJCYT Po,sajesAntiguosen/aPeninsulaIbética, Arqueo/ogiayTextos.

2 En electo, entre 1979 y 1983 el Ministerio de cultura no sólo cua-driplica el presupuesto dedicado a excavaciones, tino que utiliza lar-gamente el generado por sus convenios con el INEM. De esta forma,se trabaja en numerosos yacimientos. Tomando como ejemplo taMemoria deactuacionesprogramadasen 1982: Arqueología82

por el Ministerio de Cultura, se registran 435 excavaciones de las de-nominadas siste,náticas.

Es el momento en que ta arqucologia se incorpora al planeamientourbanistico y empieza a ejercerse con cobertura legal. Y aunque nosiempre coinciden los intereses de los profesionales implicados, lodosestán de acuerdo que muchos espacias urbanos resultado de esa recu-peración arqueológica suelen llegar a ser ininteligibles para el ciuda-dano y. en general, se deterioran rápidamente.

El fenómeno del turisitio cultural hace que el patrimonio sea un re-cursoen aLa. Según Neil Cossens (citado en Macflonald 1987:210) ese tipo de turismo, en sus ya múttiples niodalidades, será en nomuehus años su fuente de ingresos más importaííte. Muchos países deEuropa comienzan a tomar en serio estos pronósticos y a invertir fuer-memenme en ese sector, Basta recordar la incidencia del turismo en elPIE de algunas CCAA. Recordemos también como un matiz culturaly un poco de naturaleza dotan de prestigio y conducen al éxito a cier-tas empresas turísticas.

El turismo sosteniblees uno de los postulados de la ConferenciaMundial de Turismo Sostenible (celebrada en Lanzarote dcl 24 al 29de Abril de 1995). Dice: el desarrollo turístico deberáfunda-menzarsesobrecriterios de sostenibilidad.es decir, ha desersoportableecológicamentea largo plazo. viable econópuicanientey aceptablesocial,nente, afirmandola necesidadde sí’ integra-ción enel entornonatural, cultura! y humano,debiendorespetarlos frágiles equilibriosquecaracterizana lo mayoríade los desti-nos tun zOcos

6 Un ejemplo llamativo de este patrimonio consagrado ea la Cueva deAltamira. cerrada desde 1982 por los problenías de conservación ge-nerados por un número excesivo de visitas. Pese a los años tnoíscuni-dos desde esa fecha y al restriiígido régimen de visitas actual, el mo-desto musco a la entrada de la Cueva sigue recibiendo en la actuali-dad un número cercano a las 100,000 personas.

Cuando, en 1983, añade a stí conocida detiniciómí de museode1974, losparquesnaturales,arqmteo/ógicosehistóricos.

Mi vemos que España, que presidió la Sesióíí de apensira de la Con-ferencia de Malta de Enero de 1992 sobre la protección del patrimo-nio arqueológico bajo auspicios del Consejo de Europa, escoge parala conferencia inaugural precisamente los Parques Arqueológicos. Eltexto de esa sesión de apertura, que leyó el Ministro de Cultura, esaproximadamente el mismo qtíe presentó Mas Guindal (1 992), quetite Jefe del Departamento de Monumentos y Arqsieologia delmCRBC, en las Jornadas de Intervención Arqueológica celet,radas enSan Sebastián en Octubre de 1991. Es sintomático, por otra parte,que en ese texto sc exprese que los Parques son actuaciones en yací-mientas o zonas arqueológicas de interés, a fin de convertirlos enoreasmuseablesí’isitob/es. pese a que se toquen asimisnio aspeclosmás apropiados e interesantes cotila el incentivo económico de la zo-na donde se sitúan, la generación a que pueden dar lugar de 01ro tipode proyectos —no estrictamente patrimoniales—. el tomento de re-

cursos propios. la intervención de varias Adtííinistraciones~.. lo queno impide que se cite la defiuíicióa de museo del ICOM (Mas Guin-dalí 1992:100).

En este proyecto de la Villa romana de Els Mumíta, se utilizaíí expre-siotíes tan reveladoras como: vitrina desde lo queel visitantepuedaaccederal objeto níusetstico y ‘la lecturaene/Museoquesecmi-quece —y el subrayado es nuestro— con el contactodirecto con la14/loy todossuscomponentes(Tarata 1993:243).

los Museos tradicionales donde la vitrina separaba al espectador de

utí objeto descontextualizado han perdido sentido en la ííueva sacie-dad aparecen museos espacializados con grandes dosis de interne-cióiíymuy apoyados enlas nuevasteenologías (Sola 1997: 45-49).

establecerápara todos los usospúblicasel ordenprioritariode si’ insta/aciónen los edificios y espaciosqueseanaptosparaello. Igualmentecontemplarálas posiblesáreasde rehabilitaciónintegradaquepermitanla recuperacióndel árearesidencia/ydelos actividadeseconámicasadecuadas,Tambiéndeberá contenerlas criterios relativos a la conservacióndefachadasy cubiertaseinstalacionessobrelas mismas etc.

Pero ni los llena de contenido ni establece el camino jtíridico que

lían de seguir. Dice ambigua y textualmei,te (Art.’ 1 8): Cuando lascaracterísticasde las yacimientosarquealágicosasí lo aconsejense tenderáa la creacióndeparquesarqueológicosque asegurenla consolidación,recuperacióny canaci,nlento de losyaciniientasde Castilla-La Alancha . Se tratacomovenías, de una forma de pro-teger más unos yacimientos que otros, sin entrar en la valoración deial preeííaiieiicia.

“ Esa finalidad precautoria de la destnícción arqueológica está pre-sente también en otras nonnativas o actuaciones de las Con,unidadesAutónomas, liar ejemplo, en la de la Comunidad de Madrid, que seapoya ea una lectura menos literal dcl ténííino Zona Arqueológicapara hacer declaraciones amplias o conjumítas (Resoluciones de 14 denoviembre de 1989 de la Dirección General de Patrimonio Culturalde la Consejeria de cultura).

Encontraiííos lía expresivo ejemplo de ello en oua de las Resolucio-

nes del Consejo de Europa (n.o 28) de 1976, cuí la que junto a la acti-tuid progresista de integrar el Patriníanio en las operaciones de pía-neaníiento o las abras públicas. n,antiene que por Alonumentahayque entender/05 abrasde arquitectura.setrate de creacionesisa-portanteso deobrasmodestas quepresenteninterésarqueoló-gico. artístico. cientifico etc,Es decir, los vacintientos tío son masque monumentos de inierés arqueológico. Sigue existiendo confusióncutre lo arqueológico y lo moiitiiiiental.

Esta subsidiaridad del Patrimonio Arqueológico se potie de mani-fiesta también en otro punto de la misma Recomendación (1989)donde dice qtíe ... los bancos de datos arqueológicas...han de serpuestosa disposiciónde los urbanistaspor los serí’icios de ar-queo/agio...: aunque incluye, por lo nienos, una vísíoíí mas cientifícade la arqueología y un trataníienta interdiseiplinar con el aconsejadocruce de esa información cali otras del suelo y del subsuelo. Evita.por la menos, la coiitimsióii de la arqueológico con lo inouitimental.

‘‘ La defmniciómí es concretamemíte: Obras cogíbinadasdel hombre>la natura/esa,parcialmenteedificadasy queconstituyanespaciossuftctentesnentecaracterizadosy homogéneoscomopara serobje-to de deliníitación topográfica,releiantespar su interéshistórico.arqueológico,artístico, cientíjica,socia/atecnrco

La Convención de Malta, de la que España es sigualaria. entró envigor en Mayo de 1995 y defiuie el Patrimonio Arqueológico como:

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LAS ZONASARQUEOLÓGICAS COMO PAISAJESCULTURALES 401

‘Son Patrimonio arqueológicotodos los vestigios, bienesy otrosrestosde/aexistenciade la humanidadene/pasadoquepermiten:

reconstruireldesarrollode la historia de la humanidadenrela-ción conel medioambiente;

su principal mediode informaciónes la excavaciónyel descubri-miento, así comootros mediosde investigaciónconcernientesa lahumanidadysu entornonatural,- estánincluidos en el patrimonio arqueológicolas estructuras.construcciones,conjuntos arquiteclónicos,yacimientosvisibles,objeros muebles,monumentosde otra naturaleza,así comosu con-texto,yaesténsituadosenel sueloo bajo las aguas

~Dentro de ese enfoque global se considera necesaria, desde la iden-

tificación del Sitio Cultural hasta su gestión, el concurso de los usua-ríos directos de los recursos naturales de la zona (Municipios, agn-cultores, industriales, turísticos, etc.) con medidas que van desde lapolítica agraria o industrial a la infraestructura, turismo, ocio, bienes-tar social, impacto ambiental, etc.

~‘ En el caso, por ejemplo, de Mascarenhas (1995> hay que tener encuenta, en primer lugar, que su planteaníiento holístico le lleva a unenfoque catalogador y de finalidad diagnóstica para los organismosque tengan que manejar sus valoraciones, pero sin perseguir en simismo una definición del entorno paisajístico. No obstante, aunquelas variables cuantificables elegidas se astimiesen, surgen serios pro-blemas en su aplicación práctica. Cabe destacar que sólo dos de lasonce variables elegidas suponen la mitad del valor obtenido para loscasos ejemplares propuestos. Se trata del “interés científico’, que screfiere tanta a la diversidad cultural del lugar catalogado, como a supotencialidad para modificar las teorías actuales, extremo este últianosumamente escurridizo, y de “la integración en conjuntos coherentesylo fisncionales”, o sea, de la inteurelación can otro tipo de estnsctu-ras,

Por otra parte, el otorgar un mayor pesa específico (ma-yor coeficiente de ponderación) a la ‘rareza” a ‘singularidad’ de unadeterminada estructura que a su “carácter típico arquitectónico o cul-tural” o el que se pondere más el “valar estético” y la ‘dimensióntmo-numentalidad’ que la “significación bistórico-cultural”, revela clara-mente la concepción objetual de la escala establecida.

En fin, sc trata de un ejemplo claro de cómo la cuantifica-ción no siempre es el mejor camino para resolver una valoración pro-puesta, por más que ésta pueda ser correcta.

~ La posibilidadde rehacerleyes. modificarconceptosyalterareducacionesquedademasiadolejos comopara seroperativa.Enrealidad, paro trabajar enlo lineo propuestadePatrimonio late-

gral, bastaríaconuna cooperaciónsistemáticaentrelas Institucio-nesencargadasen nuestrosGobiernosde la gestióndelPatrimo-nio Históricoy/asresponsablesdela gestióndelPatrimonioNatu-ral” (Querol 1995: 305).

~ Somos conscientes de que no todo paisaje cultural hade considerar-

se bien de la humanidad, finalidad para la que se elaboraron los ente-nos de la UNESCO. No obstante, salvada la escala del alcance oimportancia del lugar en cuestión, consideramos que esas criterios seadecúan bastante bien al concepto general que debe servir para definirun paisaje cultural, independientemente de las medidas de protecciónque reciba o de su repercusión institucional, Más genéricas, en el aun-plio y buen sentido de la palabra, nos parecen las aportaciones delequipo dirigido por Darvilí, que sólo persignen la definición cualitati-va de los paisajes históricos y, nuis en concreto, de los paisajes cultí,-rales relictos, es decir, de aquellos paisajes históricos que son suscep-tibIes de una investigación y valoración de carácter arqueológico, co-mo es el caso de las Zonas Arqueológicas.

25 Las otras dos son: monumentos individuales y conjuntos (esencial-

mente arquitectónicos o urbanos)25lebrícan,enlepodría ccsmpreoder desde un Real Sitio, entendido co-

mo un edilicio o edificas monumentales y su entorno más o menosacondicionado, como el de La Granja (Segovia), pasando por uncampo de batalla, en la medida en que está ligado a un aconteciníien-to histórico relevante, hasta un paraje natural ligado a tradiciones po-pulares, como podría ser el caso de la Ciudad Encantada de Cuenca,por ejemplo.

~ En el viaje que Ambrosio de Morales (1765: 170) hizo a Galicia

por orden del rey Felipe II describe así la visión de Las Médulas:Pasael Sil por cercadel Monesterio(de Carracedo).y sobreel

Rio en una sierra estanlas Torres. ó peiias de tierra quellamanMedulas ‘. Muy similar es la apreciación que más tarde haría Jovella-nos (en Escudero y García-Prieto 1984: 119): se ven las Médulasen la altura tras de la montaba que baba el Sil. Sonunastierrasrojas derrumbadas,que representanruinas como las que dijimosde las orillas (se refiere a otras labores mineras romanas del Bier-za)

25 Para el conocimiento más detallada de lo que hasta ahora se sabesobre la ocupación postromana de la ZAM, remitimos a la introdu-ción al tema realizada por C. Jular en la guía del Parque (Sánchez-Palencia et alii, en prensa), donde se facilita bibliografía complemen-tana,

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NORMAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ORIGINALES

Temas

Con¡plutum y Compluturn Extra publicaránestudiossobrecualquierade los aspectosqueactual-mente tratan la Prehistoria,la Arqueología,Etnolo-gía y otras disciplinasafines. Los númerosanualesde Complutumincluirán artículosde diversos anto-res, de tipo misceláneoo monograftco.La publica-ción Coínplutu¡nExtra será monográficay de perio-dicidadvariable.

Aceptación dc originales

Los trabajosdeberáncumplir las normasge-neralesde publicaciónque seexponenenel apartadosiguiente.ademásde aquellasorientacionesparticu-laresquequeen su casopuedanindicar los editoresdel volumen. La calidaddc losartículosseráevalua-dapor los editoresy el consejode redacciónde la re-vista, reservándoseambos el derecho de someteraquellostrabajosque considerenoportunosa la opi-nión de evaluadoresindependientes.La direccióndela revista no se comprometea mantenercorrespon-denciasobrelos originalesno solicitados.

Presentación de los textos

¡únicamentese aceptarántrabajosorigina-les, escritos en idioma castellano,admitiéndoselaposibilidaddc otros idiomasde conocimientoexten-dido en su campo.Los manuscritosqueno se consi-derenadecuadosparapublicaciónserándevueltosalautor. En cl casode los trabajosaprobados,seentien-de quesu autorrenunciaa los derechosde publica-ción y reproduccióndel total o partede los mismosen favor de la Editorial Complutense.El contenidodelos artículospublicadosen Complutumrepresentaexclusivamentela opinióndesusautores.

Los textos se enviarán a la SecretaríadeComplutun¡ (Departamentodc Prehistoria,Facultadde Geografíae Historia, Unií’ersidad Complutense,F-28040 Madrid, Tel: 1-3946006/08. Fax:1-3946008).en dos copiasmecanografiadasa dobleespacioenpáginasde 30 N ‘70 matrices.adjuntándoscidénticaversiónen soportemagnético,parael que serecomiendautilizar disquetesde 3.5 pulgadasprote-gidosparael envio postal. formatosdetipo compati-ble y procesadoresde texto de aceptabledifusión, de-

bidamenteindicados.Como normageneral,la exten-siónde un original no debeexcederde treintapági-nas.incluidoslos gráficosy labibliografía.

El trabajo irá encabezadopor su titulo(dividido en titulo principal y subtítulo si excededelas diez palabras),nombre completo del autoro losautores,centro al que pertenecen,direcciónpostalcompleta. y teléfono de contacto de la personaaquien se enviaránlas pruebasde imprenta. En hojaapartese adjuntaránun resumendel trabajoen idio-masinglésy español,de extensióncomprendidaen-tre 50 y 200 palabras,y la listade las palabrasclave.

Las referenciasbibliográficas seguirán lasnormasactuales,evitandoen lo posiblelas notas apie de página,salvo los agradecimientosque irán alcomienzodel trabajo. Las referenciasirán incluidasentreparéntesisa continuacióndel texto relacionado,citándoseel primer apellido del autor, o ambosape-llidos si se consideraconveniente,el año de la publi-aíción y las páginassi es necesario,por ejemplo:(Clarke 1978: 158-62). (Renfrewy Bahn 1991: 82-3), (Isaacel al? 1971). Cuandoel apellido del autorhayasido citadoinmediatamenteantesde la referen-cia. se indicaráúnicamenteel añotIc la publicaciónylaspáginas,por ejemplo: (1978: 158-62).Al final deltrabajose adjuntarála lista compíctapor ordenalfa-bético de los títulos citados, según los ejemplossi-guicutes:

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Las figuras con dibujos o mapas, láminasconfotogmftasy tablasse adjuntaránen hojasaparte

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al final del trabajo” tendránuna numeraciónarábi-ga, independientey consecutivasegúnel orden enque se citanen el texto. Los dibujos irán sobrefondoblancodelineadosclaramenteen tinta oscura,conlosdebidostextosexplicativos y escalas,siendo en casocontrario devueltosal autor parasu corrección.Lostextos incluidos estaránrealizadoscon letra de im-prentay seránde un tamailo quepermitauna reduc-ción máximadel 50%.La documentaciónfotográficaserá en diapositivao fotos blanco/negroen papelbri-lío, montadasencartulina. Todaslas figurasse ajus-taránproporcionalmenteal tamañode caja dela pu-blicación (23<) y 165) o de las columnas(230 x 80mm). o biena tamañosde 2/3. 1/2 ó 1/3 de las mis-mas. Se adjuntaránen hojasapartelos titulos y piesexplicativosde cadafigura. lámina o tabla, las cualesirán numeradasa lápiz enel reverso.

Los autoresde cada articulo recibirán tía

juego de pruebasdc imprentaparasu correcciónenun tiempomáximode 15 días.De no recibirsedentrodel plazo,el editor podrácorregir las pruebasen sus-titución del autor. Cuandolas correccionessuperen

lo que se considererazonabley ocasionengastosdeimprenta, el autoreserá responsablede los mismos.Al autoro autoresde cadaartículo sele cilviaránsingastosun ejemplarde la revistay veinticincosepara-tas.

Las datacionesde earbono-14y similares(TL. KJA. U/Th. etc.) se expresaránsiempreindican-do la fechamedia,errortípico, sigla del laboratorioynúmero dc análisis, y el material analizado, porejemplo: 17,050 + 140 B.P. (GrN-5817. hueso). LasfechasH.P. del laboratoriose podrántransformaraotros sistemas(a.C./d.C..B.C./A,O.. cal.), perocuan-do se empleeno comparenvariasdatacionesse utili-zará siempreel mismo sistema.Las fechasradiocar-bónicascalibradasse indicarán mediantela abrevia-Gira cal.” delantede la datacióncorregida.así comola referenciade la tabla o programainformáticoutili-zados (publicadosen la revista l?adiocarhon). porejemplo: 2.590 + lOO H.P. (UGRA-197, carbón) =

640 + 100 a.C. = cal. 550-840a.C. (Pearsony Stui-ver 1986:843).

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