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periodismo bajo la violencia del
narcotrfico 2008
CEPETCEPET
Libertad de Expresin
2008
Libertad de Expresin
Centro de Periodismo y tica Pblica
CEPETCEPET
periodismo bajo la violencia del
narcotrfico
Centro de Periodismo y tica Pblica - CEPET
Proyecto patrocinado por Open Society Institute
Derechos reservados 2009
Centro de Periodismo y tica Pblica, A.C.
www.libex.cepet.org [email protected]
El texto de este reporte puede ser reproducido dando
crdito al CEPET.
Foto de portada cortesa de El Diario de Jurez.
Enero, 2009
Agradecimiento
Este reporte fue producido gracias al financiamiento
otorgado por Open Society Institute.
Introduccin
E ste es el segundo reporte que sobre libertad de expresin produce el Centro de Periodismo y tica Pblica (CEPET) de forma consecutiva. El primero, titulado Libertad de Expresin y Poderes Paralelos, fue
producido con el apoyo de International Freedom of Expression Exchange
(IFEX) y se enfoc a medir las agresiones cometidas por la delincuencia organizada.
Poderes Paralelos es una iniciativa de un importante grupo de organi-
zaciones latinoamericanas e internacionales que comparten similares ame-nazas y preocupaciones.
En este segundo informe del CEPET, realizado con el patrocinio de
Open Society Institute, destacan de nuevo por su violencia, las agresiones en las que existen indicios de participacin del narcotrfico.
Este hecho representa una enorme amenaza para el ejercicio de la liber-
tad de expresin en Mxico y constituye un reto para los propios periodis-
tas y las organizaciones que trabajan en la defensa de la libertad de expre-sin.
Ello no slo porque la lgica del narcotrfico no encaja en los tradicio-
nales patrones de agresiones contra periodistas y medios de comunicacin, sino tambin porque cuando ocurren casos graves como asesinatos y ata-
ques a las instalaciones de medios, se desencadenan mltiples aconteci-
mientos y fuerzas que tienden a oscurecen los hechos en ocasiones deli-beradamente, y por lo cual la violencia contra el ejercicio periodstico
podran quedar en la impunidad.
En un ambiente enrarecido como se, la investigacin y el esclareci-
miento de los crmenes y atentados es fundamental pero ello corresponde a las instituciones del Estado encargadas de procurar e impartir justicia, no a
las organizaciones de defensa de la libertad de expresin.
Lo que s compete a las organizaciones es no guardar silencio y trabajar incansablemente para promover la seguridad y fortalecer el desarrollo del
periodismo en una atmsfera de libertades.
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CEPET
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Periodismo entre dos fuegos peridico La Noticia de Lzaro Crdenas, Michoacn y Alejandro Zenn Fonseca, conductor de la radiodifusora
Exa FM en Villahermosa, Tabasco fueron asesinados por
narcotraficantes o pistoleros a su servicio. En total, el CEPET encontr que en 17 casos de agre-
sin existen pistas que podran indicar la participacin de
la delincuencia organizada (13%).
Los nmeros, sin embargo, no se aproximan siquiera a la escalofriante realidad de los crmenes cometidos por los
narcotraficantes y la tensin con la que trabajan los perio-
distas en zonas donde se confrontan calle por calle y las han cubierto de sangre.
Por tercer ao consecutivo, la delincuencia organizada
atac las instalaciones de un medio de comunicacin. Este fue el caso de El Debate, en Culiacn, Sinaloa, a cuyo edi-
ficio fueron lanzadas granadas que daaron la caseta de
vigilancia y la entrada principal del peridico.
Una forma macabra de intimidar a los medios de comu-nicacin se volvi a presentar en 2008.
E n el ao 2008 el nivel de violencia en contra de pe-riodistas y medios de comunicacin escal de nuevo en Mxico: asesinatos y el ataque a un peridico con ex-
plosivos son apenas el resultado que acompaa a una lar-ga lista de abusos e intimidaciones que se incrementaron
tanto en nmero como en brutalidad.
Ello dentro de un contexto de creciente violencia co-
metida por la delincuencia organizada a lo largo del terri-torio nacional.
Chihuahua se convirti en el estado ms violento para
los periodistas, seguido de Oaxaca, Veracruz y el Distri-to Federal.
Dentro de los ataques ms graves, dos periodistas y
tres comunicadores fueron asesinados y en tres de estos crmenes existen las huellas del narcotrfico.
Armando Rodrguez Carren, reportero de El Diario
de Ciudad Jurez; Miguel ngel Villagmez, editor del
Panorama general 2008
Abandonar miembros de las vctimas las cabezas usualmente- en las inmediaciones de los medios de comu-
nicacin, fue un hecho que apareci por primera vez en
2007.
En 2008 ocurrieron dos casos, uno en Mrida, Yu-catn, frente a Televisin Azteca y el otro en Villahermo-
sa, Tabasco, cuando una cabeza fue colocada a las puertas
del peridico El Correo de Tabasco. Hechos como los anteriores causan desconcierto y
representan un hecho intimidatorio puesto que los delin-
cuentes depositan las cabezas cerca de las instalaciones de los medios de comunicacin en un acto deliberado y
con el evidente deseo de que sus crmenes reciban la ma-
yor difusin posible, es decir, buscan un impacto mediti-
co para sus crmenes. Este anlisis lo refuerza el hecho de que los cuerpos
son abandonados en lugares a veces muy lejanos a los
medios. Existe, adems, evidencia en distintos estados del pas,
que seala que los delincuentes han presionado a los me-
dios de comunicacin para que las ejecuciones que come-ten reciban la mayor difusin posible y, al publicitar lo
que consideran sus hazaas, logran un impacto mltiple e
intimidatorio tanto para el pblico como para los medios
de comunicacin, amn de que es una forma de desafiar a sus enemigos.
Dentro de las agresiones de gravedad tambin se debe
mencionar la desaparicin de Mauricio Estrada Zamora, reportero de polica del diario La Opinin de Apatzingn,
en el estado de Michoacn.
Se produjeron tambin cuatro ataques contra la vida
de seis periodistas y abusos flagrantes como el sufrido por el reportero Emilio Gutirrez Soto, de El Diario de
Ciudad Jurez.
Su domicilio fue allanado por militares con pasamon-taas en un operativo contra las drogas. El reportero y su
hijo de 15 aos fueron encaonados y los militares se re-
tiraron sin que encontraran irregularidad alguna en el lu-gar. El reportero abandon el pas.
Por frecuencia, las agresiones ms numerosas fueron
las fsicas que no requirieron atencin mdica o represen-
taron gravedad alta, pero lograron su propsito intimida-torio.
Por ejemplo, disputas para arrebatar el equipo fotogr-
fico y de video, reporteros encaonados con armas de fuego para evitar coberturas y otros acosos.
Por sexo, en las agresiones en las que se pudo determi-
nar de forma unvoca, se encontr que de cada diez agre-siones ocho fueron en contra de hombres (95 casos, 84%)
y una del sexo femenino (9 casos, 8%).
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Periodismo entre dos fuegos
Grfico de las agresiones ms frecuentes y graves.
FyM7 (6%)
Femenino9 (8%)
Masculino 95 (84%)
Sexo de los periodistas afectados
CEPET
Sin duda fueron los reporteros y fotgrafos del peridi-co El Diario quienes ms ataques sufrieron (5).
Oaxaca y Veracruz ocuparon el segundo y tercer lugar
como ms peligrosos para el periodismo, y el cuarto lugar
lo ocup el Distrito Federal.
L os reporteros son las vctimas ms frecuentes de todo tipo de agresiones dado que son las caras visibles de los medios de comunicacin y quienes estn en donde los
hechos ocurren. La mayora de los agredidos trabajaba para medios impresos.
En segundo lugar los agredidos han sido directivos de
medios de comunicacin.
Un ejemplo fue el caso de El Mundo de Orizaba, cuya directora Auricela Castro Garca fue amenazada de muer-
te para que impedir la publicacin de una noticia sobre el
homicidio de un polica, cometido por otro polica. El tercer lugar como vctimas de agresiones lo tienen
los fotgrafos y entre los menos agredidos se encuentran
los camargrafos, editores y columnistas.
Geografa de la violencia
Chihuahua, el estado ms peligroso
Chihuahua se convirti en la entidad ms peligrosa para el
periodismo en Mxico. Testigos de la guerra entre carteles y los operativos de
las fuerzas del orden, los periodistas y los medios de co-
municacin fueron agredidos desde las oscuras fuerzas
del narcotrfico. Pero los agravios tambin partieron desde las filas de
las policas federales, municipales y militares, de formas
por dems inusitadas. Ciudad Jurez ha sido por muchos aos sede natural
del cartel de Jurez, un territorio codiciado por ser paso
estratgico de la droga hacia Estados Unidos. La ciudad es escenario hoy de una disputa encarnizada entre cinco
grupos, en la conflagracin ms sangrienta que se haya
visto entre carteles hasta ahora.
La gravedad de la situacin es tal que algunos reporte-ros y fotgrafos utilizan chalecos antibalas y los medios
han optado por no cubrir a profundidad o con la amplitud
debida, las ejecuciones y los delitos relacionados con la delincuencia organizada. An as, la peligrosidad del tra-
bajo periodstico es alta.