Leccion-1-4Q_Un orden nuevo_Sef
Transcript of Leccion-1-4Q_Un orden nuevo_Sef
Lección 1 para el 3 de octubre de 2009
El libro del Éxodo relata la historia del pueblo de
Israel desde su esclavitud en Egipto hasta su
nacimiento como una Nación teocrática.
El libro de Éxodo
termina el primer día
del mes primero del
segundo año, cuando
se erigió el
tabernáculo.
El libro de Levítico registra,
además de las leyes
relativas al Santuario, los
hechos ocurridos durante
el siguiente mes, mientras
todavía estaban acampados
delante del monte Sinaí.
El libro de Números comienza en
Sinaí, el primer día del segundo
mes del segundo año de su salida
de Egipto, con la orden divina de
censar al pueblo.
---R
ub
én
--- • Rubén
• 46.500
• Simeón
• 59.300
• Gad
• 45.650
---J
ud
á--
- • Judá
• 74.600
• Isacar
• 54.400
• Zabulón
• 57.400 ---E
fraím
--- • Efraím
• 40.500
• Manasés
• 32.200
• Benjamín
• 35.400
---D
an
--- • Dan
• 62.700
• Aser
• 41.500
• Neftalí
• 53.400
Dios le indicó a Moisés y Aarón los nombres de los
representantes de cada tribu que debían ayudarles a
realizar el censo.
Éste fue hecho por tribus patriarcales, clanes, familias e
individuos.
Fueron contados solamente los varones de 20 años arriba
que pudiesen ir a la guerra. La tribu de Leví fue excluida.
Fue un censo militar para preparar a Israel para la guerra.
• “No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las arroja de delante de ti” (Deuteronomio 9:5a).
Por la maldad de los habitantes de Canaán
(Génesis 15:14-16)
• “Y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob” (Deuteronomio 9:5b)
Para cumplir las promesas divinas
• “Solamente para que el linaje de los hijos de Israel conociese la guerra, para que la enseñasen a los que antes no la habían conocido” (Jueces 3:2)
Para que enseñasen la guerra a las
generaciones futuras
• “Y fueron para probar con ellos a Israel, para saber si obedecían a los mandamientos de Jehová, que Él había dado a sus padres por mano de Moisés” (Jueces 3:4)
La destrucción paulatina de sus enemigos serviría
para probar si seguían confiando en Dios
“Dios es un Dios de orden. Todo lo que se relaciona con el cielo está en orden perfecto; la sumisión y una disciplina cabal distinguen los movimientos de la hueste angélica. El éxito sólo puede acompañar al orden y a la acción armónica. Dios exige orden y sistema en su obra en nuestros días tanto como los exigía en los días de Israel. Todos los que trabajan para él han de actuar con inteligencia, no en forma negligente o al azar. El quiere que su obra se haga con fe y exactitud, para que pueda poner sobre ella el sello de su aprobación”
Elena G. de White, Patriarcas y profetas, p. 393)
El campamento
era santo
porque la
presencia de
Dios lo hacía
santo.
“Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos” (Éxodo 25:8)
Al perdonar la vida de los primogénitos
de Israel durante la última plaga, Dios
los tomó para que le sirvieran (Éxodo
13:2)
Dios escogió después a la tribu de Leví
para que le sirviera en lugar de los
primogénitos, porque ellos se
consagraron a Dios al ponerse de su
parte en la rebelión del becerro de oro
(Éxodo 32:29)
Los israelitas podían llegar a Dios a
través de los levitas, pues ellos eran los
encargados del tabernáculo,
participaban en la adoración,
enseñaban, juzgaban e instruían al
pueblo.
Como linaje escogido (los
actuales levitas) tenemos hoy una
solemne tarea ante nuestro Dios.
Podemos ser conscientes de ello,
o actuar irresponsablemente
como lo hicieron Nadab y Abiú.
Por un lado, debemos tener gran
respeto por todo aquello que se
relaciona con Dios y su servicio;
por otro, tenemos el deber de
transmitir a otros el conocimiento
de nuestro Dios santo.
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquél que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9)