lección de celula LA VIDA EN LA IGLESIA PRIMITIVA

3

Click here to load reader

Transcript of lección de celula LA VIDA EN LA IGLESIA PRIMITIVA

Page 1: lección de celula LA VIDA EN LA IGLESIA PRIMITIVA

LA VIDA EN LA IGLESIA PRIMITIVA(Sábado 29 de septiembre)

LECTURA: Hechos 2:44-4744. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;45. y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.46. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,47. alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la Iglesia los que habían de ser salvos.

VERDAD CENTRAL: La vida en la Iglesia primitiva estaba caracterizada por el amor.

INTRODUCCIONDesde la fundación de la Iglesia han transcurrido ya más de mil novecientos años; con el paso del tiempo muchas variantes han sido introducidas. El tipo de vida que llevan muchas congregaciones en el presente es muy diferente a la vida que llevo la Iglesia primitiva. Pero, a Dios sean dadas gracias que nos ha provisto las Sagradas Escrituras a través de las cuales podemos conocer con exactitud como fue la Iglesia en sus primeros años. Esto es de suma importancia pues Dios no solamente desea que su obra sea hecha, sino que también desea que sea hecha como él quiere. No basta, entonces, con tener buena intención y sinceridad; es necesario hacer las cosas como Dios desea. Solo podemos tener la seguridad de estar haciendo las cosas como Dios quiere cuando nos ajustamos al modelo que él nos presenta en las Escrituras. Estudiemos, entonces, esta importante porción que nos describe la vida de la Iglesia en sus primeros días para tomar de ella un ejemplo que podamos imitar.

CUERPO1- La iglesia primitiva era una comunidad de amor. La primera imagen que se nos presenta de la Iglesia es que se trataba de un grupo de personas muy unidas. Se  nos dice que ellos “estaban juntos, y tenían en común todas las cosas” (v. 44). El tener todas las cosas en común es algo que a veces no se logra ni entre familiares. No obstante, la Iglesia del Señor convivía en unidad y compartiendo todos sus bienes. El egoísmo era un elemento ajeno a su relación; el amor había sustituido la mezquindad. Además, la Iglesia era un grupo de personas que velaban los unos por los otros. Se nos dice que “Vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según  la necesidad de cada uno” (v. 45). La expresión más grafica del amor cristiano era el hecho de que no había entre ellos una persona necesitada. Los bienes de ellos llenaban las necesidades de otros. Adaptando esta verdad a nuestra situación presente el amor solamente tendrá significado cuando se convierta en acción en favor del prójimo.

Page 2: lección de celula LA VIDA EN LA IGLESIA PRIMITIVA

2- La Iglesia primitiva se reunía en el templo y en las casas. En el versículo 46 se nos enseña que los primeros cristianos tenían dos tipos de reuniones: las que se realizaban en el templo y las que se realizaban en las casas. La reunión en la explanada del templo era una a la que asistían multitudes. Uno de los apóstoles dirigía el mensaje de salvación y muchos eran añadidos a la congregación. Sin embargo, por ser una reunión pública era muy difícil que se pudiera lograr una atención adecuada de cada persona asistente. Sin embargo, esta dificultad era suplida con le otro tipo de reunión, en los hogares. En las casas se reunía un número mucho menor de personas y la convivencia de ellas era más intensa. La reunión en los hogares tenía dos partes: una espiritual, cuando alababan a Dios y celebraban la Cena del Señor (partir el pan); y una parte de confraternidad, cuan platicaban y “comían juntos con alegría y sencillez de corazón”. Al compartir este refrigerio tenían la oportunidad de conocerse e intercambiar experiencias.

3- La Iglesia primitiva era una comunidad en crecimiento. El tipo de vida que llevaba la Iglesia daba como resultado que cada día hubiera más personas que se sumaban a su membresía. “Y el Señor añadía cada día a la Iglesia los que habían de ser salvos” (v. 47). El atractivo de la Iglesia estaba en sus cualidades espirituales. La vida de adoración y de confraternidad eran tan manifiestas que la Iglesia se ganaba fácilmente el favor de todo el pueblo. No era difícil que cada día se añadieran nuevas personas en busca de esas cualidades que son tan escasas en el mundo. Pero, lo más importante es que todos aquellos que se añadían a la Iglesia no solo encontraban un ambiente incomparable sino que también encontraban su salvación. Eran solo los que habían de ser salvos los que se sumaban a la Iglesia. Ser parte de la Iglesia, pues, significa encontrar la salvación que Dios ha preparado para todas las naciones. Cuando asistamos, ya sea en el templo o en las casas, a una reunión cristiana, estamos entrando en contacto con el pueblo del Señor, ese cuerpo del Señor que está formado por todos aquellos que han sido lavados en la sangre del  Cordero y que, por tanto, encontraron su salvación.

APLICACIÓN¿Somos parte de esa comunidad de amor que es la Iglesia? ¿Nuestras reuniones son como las de la Iglesia primitiva? Que Dios nos ayude para que por medio de la conversión lleguemos a ser de los que se añaden a su Iglesia para alcanzar salvación.