libro del mundial 1990

12
V

description

un libro sobre el mundial del 90 ITALIA

Transcript of libro del mundial 1990

Page 1: libro del mundial 1990

V

Page 2: libro del mundial 1990

Entonces luz.

Entonces decidimos transcribir desde las líneas de nuestras manos un

metalgoritmo evolutivo que escape a las predicciones de Apolo. Tal sea

nuestra Voluntad de Transgénesis.

Querría ofrendar mis yugos a la primavera

un cielo de miel

y silicona

del cual se desprenden los sueños de mis iguales

lámparas de poco beneficio

para el pollo ahorcado que simula en este universo

Del medioevo al renacimiento ida y vuelta sin parar, pero en bigbang

infinitamente expansivo. Una nube con ciertos gritos de insomnio se

presenta en la alfombra regia. Se sienta esta nube tardes más en la mesa

del león crepitando. Hubieses venido con el átomo entre las gargantas. A

cada minuto nace un cristo, dos, está el amigo de la escoba en callos

desviados. Andando sienes con una canilla sin cuerito y buena, reirías.

Claro que está presente en la conciencia el hermético ron, pedaleando

crisis de agudos. El clon de la decoración interior se desploma sobre la

mesa y muere al llegar con el mensaje, éste, solo nombra a los afortunados

y deja imaginar quiénes sucumbirán a manos de la libertad.

Una satisfacción mayor trae la inmunidad de los eremitas frente a la pasión

de un té sediento de la nostalgia que generan las desdichas. Esta tumba

tiene todos mis bienes y mis males, está incendiada por mi pulsión de vida

insatisfecha y gritona, que dibuja emociones inadmisibles en los ojos del

violador maldito de la mañana, una sensiblería que podemos evitar

prendiendo fuego los cimientos del histrionismo sacerdotal.

Page 3: libro del mundial 1990

Esa vez nací y era un centauro pude ver que habían muchos más

depositos velados donde caer, ya que en ese mantenía memoria de

quién fui hoy. Vivía sobre una nube en la que se esuchaba

perpetuamente música de un instrumento que resumía todo. Ese

lugar, ese nacimiento, y esa vida, son perpetuos, es un lugar eterno el

que describo, así que de haberlo visto una vez, ya estamos ahí para

siempre, aunque estemos aquí o en varios lugares más. También existe

una eternidad titilante, que es el rostro de todos como visión, cada

uno visita ese lugar algnas veces y siempre vuelve. El universo confesó

que estaba conformado por capas todas falsas. Quise detener todo en

elgo que fuera personal pero empecé a disolverme y solo repetía la

primera persona como pudo haber hecho otro. Los siglos fueron

carteles en una carretera, pero esa velocidad no tuvo mayor carga

emotiva o de sorpresa.

Los que sufrieron por su propia desaparición, quienes no vieron caer

su árbol al nacer, lloran al costado de la carretera obras que perduran.

Y la vida les hace el chiste de la inmortalidad sobre el mndo, los

convence muy inernamente de que perdurar es vivir más.

Page 4: libro del mundial 1990

iso_nómen serán los primeros arcanos sellados al orinar auténticamente líbidos. Aerear, dirigíame la noverá. Alas se debían ver abriendo, anticipa una sucesiíon la hilaridad que perdura hasta coalinearse en feudales fetos caudales de lo mudo; enuncia abyecto ciruelo espectralidad, la partida vertical de sus lábiles ohm.egos, serafinia-nos todo terreno reposan en levantar sus lenguas. sin envolverse A la buena fe.

el aeromodelismo fulmina lo inmediato burbujeando la suciedad del papel. las curvas de donde el ojo se posa alejan la fuerzacuando esta habia ideado acelerar el tacto hacia justo al lado de los huesos, donde la córnea hunde más sus ramas discontinuas. Silencio ante algo que titila en nunca ser, ser, ser.

la palabra se estructura en gametos de vidrio. Frente al matema respiro olvidando los tramos causales y ticks crónicos. En 17681 se columna a los sentidos; los detenidos resultan exactos la perpendicularidad, de ese caudal de recto anudando. Mantienen los detenidos, retienen e intensifican; para sí; sus fuegos en carne de ser glandulinos.-

Page 5: libro del mundial 1990

Estabas hecha trizas en la puerta de la enemistad respirando la digestión de

los dioses que se cagan de la risa sabiendo que nada vale la pena. Un ángel

guerrero viene hasta tu puerta y te inunda la inteligencia con preguntas a las

que no tengo respuesta. Eres la era digital. Eres mi corazón digital de morbo

eres la comida rápida de los transbordadores.

Está hecha trizas en la puerta de la eternidad respirando la transpiración de

los dioses que se mofan de que nada es cierto. El ángel dogmático de Satán

explica el origen de Dios y esto la sorprende y lo que cuenta la sorprende. Y

todos queremos entender de qué se trata toda la parodia.

Una tribu de protogitanos recorre la inmensidad a bordo de una piedra y

deben admitir ante un dios pequeño y pueril que no, que no cocinan sus

alimentos. Este dios de un centímetro altura da comienzo al tiempo físico.

Algunas otras veces suicidios manufacturados a la hora de decir lo siguiente:

no muero ni marchito al saber de tu situación actual ya que puedes recordar

por qué fui elegido para darte muerte inmundo pájaro de luz mientras

coagulas todas mis esperanzas en tu rincón de sinceridades y cosas por el

estilo porque te crees pillo rufián y pagarás con esta maldición casi que

eternamente soy una libélula de pocas palabras que te persigue por este

mundo de videojuego en un barrio inventado por un adolescente enfermo

como tú y toda tu parentela los veo esconderse de noche para robarme los

envases o crees que soy ciego todos pagarán triplemente mi dolor...?

nacidos en el cinc de la placa del muro vegetal. Lo que va pesando el balanceo de su pregunta la que acaso fuera, moriremos en el tornasol de los ojos; entre cuyas flores se suceden las flores del guión que rodó desde el entreceño aural número séptimo, del ano de luz y cristal de su dios

el cielo de seoul, ahora es un caldo sondeado por el litio boliviano. Que con un gesto de clausura delimita la ortodromia dentada de un horizonte, fangoso y neurado. Urdir el grifo de tu V central; hasta los hocicos; desde y hacia los hocicos tallados en humo y elefancia, aguda.

Page 6: libro del mundial 1990

Así los parásitos del reptil no

fulminan ya al mediodía con

preguntas hirientes sobre el

destino y el infinito. Gracias a los

astros, que festejan tu vida, se

puede aún pisar el pasto desnudo

y gritar de nuevo que no hemos

nacido ni existimos, entre la

tormenta de pasiones crudas que

va a matar una vida más lisa y

rubia, a la que no llegaremos,

porque nuestros libros están

escupidos de aquella vida

subterránea, donde no nos

atrevemos a penetrar de lleno. Y tu

revólver, para tu conciencia fatua,

semeja una puerta de entrada al

paraíso, paraíso de destellos de

inocencia, entre orgías mudas con

montañas y peces muertos y

desesperados.

La ginebra te destroza el pecho, en

un cielo que es todo horizonte,

desprovisto de la dimensión a

donde crecen las almas marchitas.

Un libro alto como una muralla de

miedo erige la tumba de nuestro

dios, un hongo negro, salpicado de

la suspicacia que solo los niños

parecen tener.

las asíntotas separan, o funden; no importa saberlo sino más bien ladrar el silbo de bicarbonato; nos hará saber; las asíntotas marcan las pras seoulinas, crecen desde la triple pixelada. el silencio de la materia. se vuelve noventa cinturas de caldos de cesár, cesár, escer.

Page 7: libro del mundial 1990

De espaldas al miedo sueña con matar a nuestro sol, mientras niños

hambrientos venden sus alas por un dólar imaginario en la oscuridad.

Carne de muerte, que codicia mi alimento y mi silencio, dos dioses calvos

y borrachos que discuten por un trozo de pan de centeno viejo. Alma de

la vida, espejo nublado en la atmósfera de la crisis más dura, grito de

guerra perdida de antemano, el hilo más pobre sobre el que se lamenta

un rey herido del pasado, del que comeremos los restos y los títulos

nobiliarios, excusas para merodear por cualquier ciudad del mundo,

rozando apenas con el meñique a los monos de cristal que comen oro.

Los ojos son un muro entre el mundo y nosotros, que estamos del otro

lado para todos, que nos desconocemos hasta el punto en que es absurdo

pensar en decir nosotros. No me arrancaría los ojos, pero sé de gente que

ha dicho que sí, que lo haría con tal de terminar con la soledad. La

sensación de que todo siempre va a estar bien es la adecuada

indispensable para la vida, pero requiere que todo esté bien, cosa que

muy pocos logran. Así que ya lo sabe, déspota lector: apenas sienta que

todo va bien, diga que todo siempre va a estar bien. Y lo estará, porque

los colores de las cosas son tanto obstáculos como nexos, hoy que no

distingo entre concordancia y discordancia entre las especies de estos

pececitos de hierro que colocaron en mis pies no se sabe para qué.

Las dos estrellas del donante y el donado organizan frutas que no se delimitan bien.

La estructura de un cristal de pan es el cromatismo del sismo de los peces.

La sintaxis de mi sombrero es el conjunto simple del alma de los lunares.

La sintaxis de los peces reacciona histriónicamente sobre la cláusula del pan.

Page 8: libro del mundial 1990

A veces cesa de tener misión este microtexto, sucede que cada

consecuencia elige a posteriori causas o sensaciones casi humanas,

para desparramarlas por toda la razón del movimiento del recuerdo.

A veces el tango último de las cosas es una esfera de la alegría

previamente programada por antiguos microdígitos que deambulan.

Deambulan por la razón y la experiencia, deambulan por lo

asimilable para el espíritu (el nuestro), deambulan desnudos, plenos

de apariencia a nuestras a veces minusválidas conciencias, pero más

que nada huérfanas, huérfanas de paz, como las partes de la

herrumbre total.

Querríamos inyectar sentido a nuestro disenso, pero es como querer

chocar entre sí las verdades de un mundo y otro.

Page 9: libro del mundial 1990

Arre factos para Rox

Libros de ciencia, artefactos de humanidad mitigada, luces, policías.

Este cielo tan igualitario permitió que dos constelaciones de medicinas y

expresiones corporales surcaran el espacio con dos notas, fueron re y mi

bemol. Las tablas respiraron y transpiraron los cantares de un cierto gallo

homero hecho del panfleto único y semejante. No llovió. La platea se portó

mal y hubo una hoguera con papelitos que cada uno quemaba y decían lo

que cada uno sintió que era la conciencia que regula el mundo esa noche. En

el after-hour se sirvió pan.

Se dijo y no vuelve a decirse que hoy es un día de andar sacudiendo cajas

donde fermentan los venenos únicos de la raza humana. Entre todo el

alboroto, se me planta el mango izquierdo del volante y me pasó a doler la

cara ¿te imaginás? No hubo feria que aguantara. Ya no da lo mismo y es

inútil responder con el pelo manchado, un poco enojado por el eco que dejó

hace un rato para vos una guitarra hueca. Aquí vive el cómplice de suicidios

tragicómicos de actores del cine mudo, está cambiándose de ropa y nada le

parece cierto. Salta el reloj final de una función que se juega en el cuarto de

al lado.

Page 10: libro del mundial 1990

Por las redes, pasen y sostengan. No puede fundamentar con una

claustrofobia este no-hecho. Se disiparon y está, solo, en la plaza

de pirámides de cartón rojo. Se muda para la otra vereda, lo están

esperando gestos impersonales, pero extrañamente dirigidos a él.

Cree mudarse para la otra vereda, porque la avenida es fuerte y él

un alambre sin rostro. Los gestos se volvieron personales con la

fuerza que un estallido vuelve personal a una carta obvia. Pero

son gestos bastante orientales y se descontracturan pronto del

apego a aquel compañero de encuentro en la plaza de pirámides

de cartón rojo.

Es un jamón. Hacemos grappa. Sos una grupi. Todo lo que nos

lleve a nuestro cosmos. Andate. Es una fe, juega al póquer, es la

tormenta. Hace que se nos caiga la botella. Creeme. Llamame juez,

siempre llegamos, es una fija. Juegan con manos grises y

marchitas, son nenes. No creas, son alimento firme de la nena, es

la más fea, nunca nos llama. Usá la paz. Hagan maletas, a veces

vienen. Acá es el mundo, nos hizo con peleas entre monos y

teclados, es sano. No bailen, ustedes son jugadas apagadas de

algún bosque, el más verde, las hadas los marearon. No maten al

juez. Compren boletos, hoy ya no hubo. Es en la feria, los trajo con

la flauta de los malos y juglares, los viejos. Descansen. Aquellos

eran bailes amarillos del perfume, el del agua, los juegos se

terminan. Hagan al pastor. Lo que un amigo trae, lo hizo después

que los años. Creo que eso se extingue. ¡Sonia es una concheta!

Verdad es lo que nadie quiere decir, hoy por lo menos. Todos

desviamos la atención de los demás lejos de nuestras flaquezas o

de nosotros mismos. Los juegos que nos van a enseñar, todos los

días, siempre se desvanece la canción de todos entre las bolsas de

plástico o en lo hondo de la mar.

Page 11: libro del mundial 1990

Es un jamón, los juegos se terminan. Hagan al pastor. Porque el

mundo no tiene revés. Lo que el amigo trae, lo hizo después que

los años. Un mundo es solo un mundo, aquí y en el bosque más

verde. Creo que eso se extingue. Y es claro que el pastor no es un

jamón, es un amigo sin revés. ¡Sonia es una concheta! Los juegos

se terminan. Después de los años, un amigo trae jamón. El revés

de un mundo verde no se extingue. Verdad es lo quenadie quiere

decir, hoy por lo menos. Más que nada ayer, la colección la

colección de insultos proferida por el rebaño que juega babeante

en la cima del bosque. Todos desviamos la atención de los demás.

Los juegos se terminan. Un hermano de este mundo vive

escalando espaldas de perro. Los juegos que nos iban a enseñar,

años atrás, todos los días. En un planeta con dientes por doquier

siempre se desvanece la canción entre bolsas de plástico o en lo

hondo de la mar.Los juegos se terminan, mientras se desvanece la canción. Una

canción sobre árboles absurdos. Porque el mundo no tiene revés.

Es solo el chillido de una máquina que miente juegos. Un mundo

es solo un mundo, aquí y en el bosque más verde. Todos los días

nos enseñan a jugar a morder el cielo. El revés de un mundo verde

no se extingue, es una canción, el chillido de un árbol absurdo.

Más que nada ayer, que llega una colección de insultos desde la

cima del bosque. Un hermano de este mundo que vive escalando

espaldas de perro. Tatuajes perrunos que olvidan su origen, en el

más allá, entre bolsas de plástico o en lo hondo de la mar. El color

de nuestro sol incoloro, el dolor de aquel verde sol en estado

inconciente. Con bailes amarillos de agua, entre manos grises y

marchitas. Este planeta tiene dientes por doquier, se deja llevar en

taxi.

*[as

C_h

érm

en]

Page 12: libro del mundial 1990

Frutos de mi vientre eran,

Los tejí con esmero

Pero al llegar no estando

cansado…

Sabio trote

Mesura

Hasta hoy