Libro sobre el legado del Conejo Velasco

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Santiago Ortiz Crespo y Soledad Álvarez Velasco, coordinadores Memorias del seminario internacional: El legado intelectual y político de Fernando Velasco Abad www.flacsoandes.edu.ec

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Libro sobre el legado del Conejo Velasco, pensador marxista del Ecuador

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Santiago Ortiz Crespo y Soledad lvarez Velasco,coordinadoresMemorias del seminario internacional:El legado intelectual y polticode Fernando Velasco Abadwww.flacsoandes.edu.ec 2014 Flacso EcuadorCoordinacin de la Coleccin Pensamiento de Fernando Velasco Abad: Santiago Ortiz Crespo y Soledad lvarez Velasco. Coordinacin editorial del volumen: Soledad lvarez VelascoEdicin: lvaro Campuzano ArtetaFotografas: Margarita Velasco, Cristobal Corral, Pocho AlvarezImpreso en Ecuador 2014ISBN: 978-9978-67-428-4Flacso EcuadorLa Pradera E7-174 y Diego de Almagro, Quito-EcuadorTelf.: (593-2) 323 8888 Fax: (593-2) 323 7960www.facso.edu.ec La versin E-book de este volumen cont con el auspicio de la Fundacin Rosa Luxemburg con fondos del Ministerio Alemn para la Cooperacin Econmica y el Desarrollo (BMZ)Presentacin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ixSoledad lvarez Velasco y Santiago Ortiz CrespoApertura: el Conejo que necesitamosFernando Velasco: pensamiento y accin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3Alejandro MoreanoFernando Velasco: intelectual y militante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9Enrique Ayala MoraI. Debates desde la teora de la dependenciaCapitalismo dependiente y relaciones de produccin enEcuador: subdesarrollo y dependencia de Fernando Velasco . . . . . . . . . . . 21Matari Pierre ManigatAtrapar una imagen del pasado en un momento de peligro: recordando y recuperando el marxismo crtico deFernando Velasco Abad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33Agustn Lao MontesFernando Velasco: entre la teora de la dependenciay el anuncio de la teora de la revolucin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43Patricio Rivas HerrerandiceII. Legado en los estudios agrariosLa cuestin agraria en el pensamiento de Fernando Velasco . . . . . . . . . 55Manuel Chiriboga VegaCrtica a la modernizacin capitalista y horizonte de autonoma en el movimiento campesino. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65Francisco Hidalgo FlorEl pensamiento de Fernando Velasco Abad y las nuevascuestiones agrarias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75Francisco Rhon DvilaIII. Legado poltico y organizativoFernando, el Conejo Velasco y su actualidad poltica. . . . . . . . . . . . . . 85Alberto AcostaEl pensamiento poltico de Amrica Latina en los setenta: sus rupturas y perspectivas en el siglo XXI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95Francisco Muoz JaramilloMarxismo, socialismo y teologa de la liberacin en la dcada de los setenta en Ecuador. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109Hernn RodasEl legado poltico del Conejo y la(s) izquierda(s) en el Ecuadory el mundo de los setenta. Un ensayo testimonial . . . . . . . . . . . . . . . . . 119Mximo PonceFernando Velasco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127Fander FalconEl Conejo Velasco y la lucha de los trabajadores en la dcada de 1970. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131Jos ChvezEl Conejo en la memoria de las organizaciones campesinas. . . . . . . . . .137Pedro VsquezIV. Hacia una lectura crtica de los proyectos de izquierda en la dcada de 1970Apuntes para una crtica feminista de la izquierda (de los setenta) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .145Silvia Vega UgaldeEn torno a los fantasmas de la izquierda radical ecuatorianadel setenta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163Hernn IbarraVisin crtica sobre los aportes en torno a la problemtica indgena de Fernando Velasco Abad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177Luis Maldonado RuizV. Los setentas dentro de nuevas agendas de investigacin en el contexto regional y nacional contemporneoLas pendientes de los aos setenta: cuestiones y refexiones para una agenda de investigacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195Massimo ModonesiCrtica y poltica en la sociologa radical de los aos setenta. Un homenaje a Fernando Velasco Abad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207Valeria CoronelSobre los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227ixPresentacinA fnales de noviembre de 2011 junto con Manuel Chiriboga Vega, Po-cholvarezWandembergyMargaritaVelascoAbademprendimosel proyectoderecuperarellegadointelectualypolticodeFernandoVe-lasco Abad. Haban transcurrido ms de tres dcadas desde su temprana muerteen1978y,lamentablemente,supensamientocrticoytrabajo poltico-organizativo no eran lo sufcientemente conocidos, estudiados, comprendidosocuestionadosenelentornonacionalentrelasnuevas generaciones.Esaausenciadememoriaquepermitarecuperarunane-cesaria tradicin de pensamiento crtico ecuatoriano junto con la persis-tenciadealgunasdelasprincipalesproblemticassociales,econmicas y polticas que Fernando analiz y cuestion sostenidamente, fueron los detonantes para este proyecto. Fernando, o el Conejo Velasco, como era conocido por sus compae-ros de militancia y por sus ms ntimos amigos, formado en el seno de una familia laica y liberal, fue un prominente intelectual marxista ecua-toriano que muri a los 29 aos de edad luego de una vida sumamente intensa y creativa. El Conejo fue un pensador de vanguardia que analiz la situacin histrica y poltica del pas desde el lente crtico de la teora deladependencia.Hizoimportantesaportesdesdeelmarxismoenla comprensin del problema agrario ecuatoriano, de la lucha de clases, de la confictividad y de la posible disputa por transformar las condiciones estructurales de la sociedad ecuatoriana. Sus refexiones, que resultaron xSoledad lvarez Velasco y Santiago Ortiz Cresponodalesparaeldesarrollofuturodelascienciassocialesecuatorianas, se plasmaron en las siguientes obras: Ecuador: subdesarrollo y dependen-cia (1981), Reforma agraria y movimiento campesino indgena de la Sierra (1979),yLadependencia,elimperialismoylasempresastransnacionales (1982). El Conejo Velasco tambin tuvo un rol determinante en la or-ganizacinpolticadelaizquierdadurantelosaossetenta:fundel Movimiento Revolucionario de los Trabajadores (MRT), fue uno de los impulsores de la Central nica de Trabajadores del Ecuador y del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), entre otras organizaciones polticas cla-ves para el desarrollo de la izquierda ecuatoriana. Como afrma Agustn Cueva(1998):Laobrade Velascoes[]inseparabledesuaccinde militante, mas no se reduce a sta. Tiene una densidad y un peso propios, determinados tanto por la penetrante inteligencia del autor y su amplia cultura e inquieto espritu, como por la capacidad de ser una especie de antena abierta a todo lo nuevo que por aquel entonces surga no solo en nuestro pas sino en el mbito, ms vasto y ciertamente ms agitado, de todo el continente latinoamericano. ComprenderelpensamientoylaaccindeFernando VelascoAbad supone traer al presente simultneamente el legado de toda una genera-cin que pens, cre y milit desde la izquierda durante los aos setenta del siglo pasado con la frme conviccin de transformar radicalmente las condicionesdedesigualdadeinjusticiadelpas.Reactivarlamemoria crtica arroja luces para discernir el momento histrico actual en el que persisten los mismos confictos estructurales que el Conejo y su genera-cin cuestionaron sostenidamente: la dependencia histrica de la econo-ma ecuatoriana frente a las economas centrales y a un modelo extractivo altamentedestructivoentrminossocialesyambientales;lacompleja situacin del agro ecuatoriano junto con la desigualdad en la que viven campesinoseindgenas;ylaausenciadeunaunidaddelasizquierdas que pueda generar alternativas crticas ante la actual coyuntura poltica. Convencidos de la vital importancia que para las nuevas generaciones tienelareactivacincrticadelamemoria,desarrollamosunproyecto articulado por cuatro ejes entrelazados: artstico, audiovisual, editorial y de refexin pblica. Cada eje cont con el apoyo econmico de diversas xiPresentacininstituciones pblicas y privadas. El primero, de corte artstico, implic la creacin de una escultura de Fernando Velasco Abad hoy ubicada en el parque que lleva su nombre en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). La obra fue elaborada por el escultor estadouniden-se Howard Tekief y fnanciada por FLACSO. En torno a la invencin de la escultura, se desarroll el segundo eje de este proyecto: el documental ElConejo VelascoacargodelcineastaecuatorianoPocholvarezWan-dermberg. Esta obra cinematogrfca dispara una refexin en torno a la fgura del Conejo Velasco, a la confictividad social y poltica de la dcada de 1970, y al tal como se subtitula el documental legado y memoria de una generacin que creci con el sueo de la revolucin. Este trabajo audiovisual tuvo el apoyo econmico del Municipio del Distrito Metro-politano de Quito, el Ministerio de Cultura y Patrimonio, la Universidad Andina Simn Bolvar, la Organizacin de Naciones Unidas para la Ali-mentacin y la Agricultura (FAO por sus siglas en ingls), y VEINCO (Photo Video Lighting Store). Eltercereje,decorteeditorialyactualmenteencurso,tienecomo propsito republicar dos de las obras del Conejo Velasco (Ecuador: sub-desarrollo y dependencia (1981) y Reforma agraria y movimiento campesino indgena de la Sierra), junto con tres estudios crticos de su pensamiento. La Secretara Nacional de Planifcacin y Desarrollo (SENPLADES) ha sidolainstitucinpblicaquehaviabilizadolosfondosparallevara cabo los siguientes tres estudios crticos: un primero sobre los aportes en la discusin de la teora de la dependencia a cargo de Matari Pierre; un segundo en torno a los aportes a los estudios agrarios a cargo de Manuel ChiribogaVega;yuntercero,sobreeltrabajopoltico-organizativode Velasco Abad y la dinmica poltica durante la dcada de 1970 a cargo de Santiago Ortiz Crespo. La republicacin de las dos obras y de los tres estudios crticos ser posible gracias al apoyo econmico de FLACSO y de la Secretara Nacional de Educacin Superior, Ciencia, Tecnologa e Innovacin (SENESCYT). El cuarto eje, por ltimo, consisti en la organizacin del Seminario Internacional sobre el legado poltico y organizativo de Fernando Velasco Abad que, bajo el auspicio de FLACSO y de la Fundacin Rosa Luxem-xiiSoledad lvarez Velasco y Santiago Ortiz Crespoburgo, fue coordinado por Santiago Ortiz Crespo y Soledad lvarez Ve-lasco. El evento tuvo lugar entre el 27 y 28 de noviembre de 2013 en los auditorios de FLACSO. Veinte y dos intelectuales de Ecuador, Mxico, Hait, Argentina e Italia, adems de militantes de izquierda y amigos cer-canos de Fernando Velasco Abad, discutieron en seis mesas temticas en torno a la vigencia de su legado, a la dinmica poltica-organizativa de la dcada de 1970 en Ecuador y en Amrica Latina, y sobre los lmites del pensamiento y de la militancia de la izquierda de esa poca. En el evento participaron intelectuales indgenas, feministas, escritores, un sacerdote comprometidoconsucomunidad,varioshistoriadores,economistasy socilogos,dirigentessindicalesycampesinos,demaneraquesecont conunadiversidaddemiradasquecontribuyeronaldebatesobreuna dcada crucial en la historia del siglo XX. El Seminario puso en evidencia la necesidad de continuar abonando a un proceso de recuperacin de una tradicindepensamientocrticoecuatorianoapartirdelacreacinde una agenda crtica de investigacin-accin que involucre a las nuevas ge-neraciones. Uno de los hechos que permitieron constatar esta necesidad fue que el Seminario cont con un auditorio lleno con ms de 200 per-sonas, entre estudiantes universitarios quiteos y de provincia, investiga-dores,docentesypblicoengeneral,quienesparticiparonactivamente de las dos jornadas de refexin. Con el propsito de dar continuidad al proceso necesario de reactiva-cin de una tradicin de pensamiento crtico, como la de Fernando Ve-lasco Abad y su generacin, la Fundacin Rosa Luxemburgo y FLACSO han aunado nuevamente esfuerzos para publicar este libro donde se reco-gen las memorias del Seminario Internacional. Si bien todos los ponentes que participaron del mismo fueron invitados a presentar sus artculos, 19 fueron efectivamente los que enviaron sus colaboraciones.1 Al estructurar el libro hemos mantenido prcticamente la misma estructura bajo la que se organiz el Seminario, salvo por ciertas modifcaciones propuestas por 1Si bien Santiago Ortiz Crespo particip como ponente en la Mesa No.3 del Seminario Legado polti-co: el pensamiento poltico de la izquierda en la dcada de 1970, su ponencia forma parte de un estu-dio crtico ms amplio sobre el legado poltico-organizativo de Fernando Velasco Abad y de la dinmica del Movimiento Revolucionario de los Trabajadores. Dicho estudio ser publicado prximamente. xiiiPresentacinel editor de esta obra. En la apertura, Alejandro Moreano y Enrique Aya-la Mora, desde una remembranza personal de su amistad con Fernando Velasco Abad refexionan sobre la vigencia de su legado y la importancia del mismo en la coyuntura actual. En la primera seccin, Matari Pierre Manig,AgustnLaoMontesyPatricioRivas,porsuparte,hacenuna lecturadelaimportanciadelateoradeladependenciaenelcontexto latinoamericano de la dcada de 1970 y sitan ah las contribuciones de Velasco Abad. En la segunda seccin, Manuel Chiriboga Vega, Francisco Hidalgo y Francisco Rhon Dvila discuten en torno al legado del Conejo en los estudios agrarios, sealando cmo la realidad agraria ecuatoriana mantieneciertasestructurassimilaresalasqueFernandoanalizyala vezhasufridoimportantestransformacionesquepresentannuevosde-safos.Acontinuacin,enlaterceraseccin,AlbertoAcosta,Francisco MuozJaramillo,HernnRodas,MximoPonce,FanderFalcon,Jos Chvez y Pedro Vzquez discuten sobre el legado poltico y organizativo insistiendo, cada uno desde una arista diferente, en la necesidad de recu-perarunamilitanciadeizquierdasiemprevinculadaaunpensamiento profundamente crtico y consecuente. Por su parte, dentro de la cuarta seccin centrada en lecturas crticas de los proyectos de izquierda de la dcada de 1970, Silvia Vega Ugalde contribuye con una necesaria crtica feminista a la izquierda de los setenta, Hernn Ibarra repasa la dinmica organizativadelaizquierdaresaltandolosconfictos,tensionesycon-tradicciones al interior de la misma, y Luis Maldonado Ruz analiza las limitacionesdelaizquierdadeesapocaparaacogerlaproblemtica indgena.LaseccindecierreestcargodeMassimoModonesiyde ValeriaCoronel,quienesproponenunalecturadelcontextoregionaly nacional en la dcada de 1970 para dar las primeras pinceladas de lo que puede constituir una agenda de investigacin fundada en la recuperacin del pensamiento crtico ecuatoriano. En un momento poltico en que se requiere cada vez ms de diversidad de voces para comprender la complejidad del presente y donde se intensi-fca el debate en torno a qu signifca la militancia y el pensamiento desde la izquierda, el legado de las generaciones pasadas nos llama especialmente a ser recuperado crticamente. Esperamos que este libro aporte en la nece-xivSoledad lvarez Velasco y Santiago Ortiz Cresposariaconstruccindeesaagendacolectivadeaccin-investigacindesde elpensamientocrticodeizquierda,yas,simultneamenterevaluary cuestionar el pasado y sobre todo el presente. A la vez, concebimos este esfuerzocolectivocomounhomenajenosoloparaFernandoVelasco Abad,sinotambinparaManuelChiribogaVega,intelectualcrtico, amigo muy cercano de Fernando, e impulsor de este proyecto. Mientras conclua la edicin y el diseo de este libro, el entraable y tan querido Manuel parti al encuentro con el infnito dejndonos un vaco incon-mensurable.Ahoramsquenuncanecesitamosrecuperarlalucidez,la tenacidad, la valenta, la coherencia y el sentido crtico del Conejo y de Manuel. Soledad lvarez VelascoSantiago Ortiz Crespo Apertura:el Conejo que necesitamos 3Fernando Velasco: pensamiento y accin*Alejandro Moreano Ciertasvidassecorrespondentanprofundamenteconsupocaque ciclosvitalesehistricossonidnticos.LavidaintelectualdeAgustn Cueva, por ejemplo, fue una sola con la poca que naci con la Revolu-cin Cubana y culmin con el desmoronamiento de la URSS y del Este europeo.LacortavidadeFernandoVelasco(1950-1978)tambinse correspondi muy profundamente con su poca. En el argot intelectual actual diramos que Fernando fue un setentero: su actividad poltica e intelectual se despleg en la dcada de 1970, ciclo de enorme gravitacin en la vida social y poltica y en el desarrollo terico de Amrica Latina y del Ecuador que, hasta hace poco, era blanco de cidas crticas desde el imaginario neoliberal.ApartirdelaRevolucinCubanayenmenosde20aos,Amrica Latinaatravesysupervertiginosamentepocasenterasdeldesarrollo poltico de la humanidad. De las mil y una noches a las corrientes de van-guardia, de la edad de piedra a la era atmica, Amrica cant al unsono los sones precolombinos, los cantos gregorianos, la Marsellesa y la Internacio-nal. Durante esta poca en la que vivi Fernando Velasco, Amrica Latina unifc la revolucin francesa y la bolchevique, la formacin autntica de lanacinyelinternacionalismomilitantedelaclaseobrera.Desarrollo *Este artculo es una actualizacin del prlogo escrito hace ms de tres dcadas (el 15 de febrero de 1981) para Ecuador: subdesarrollo y dependencia, libro de Fernando Velasco Abad con el que se estren la editorial El Conejo.4Alejandro Moreanodesigual y combinado, amalgama de pocas distintas, sucesivas y simult-neas a la vez. Mosaico, jeroglfco y rompecabezas: el movimiento real de la sociedad latinoamericana fue un motor extremadamente rico y mltiple para el desarrollo de un pensamiento poltico lleno de mutaciones y virajes, pero vivo y germinal.Ms an, diramos que en los setentas Amrica fue el eje de la dinmica intelectual mundial. Una somera revisin de los grandes temas lo demuestra.Elsurgimientodelateologadelaliberacin,germinadaennuestro continenteapartirdelConciliodeMedelln,fuesindudaelaconteci-miento central que permiti a la teologa universal superar el impasse pro-vocado por la crtica a la teologa de la nueva cristiandad a partir de la cual la Iglesia Catlica pretenda ponerse a tono con el capitalismo moderno. Mltiplescorrientescuestionaronlateoradeladistincindeplanos ypostularonunateologadelahistoriaeinclusodelamuertedeDios. Cmo vivir la trascendencia divina en la inmanencia de la historia? Esa era la gran inquietud que la teologa de la liberacin vino a resolver con la revolucin como dimensin trascendente.El llamado boom de la literatura fue el otro gran momento cultural de los setenta. En otras ocasiones he sealado que en la historia de la narra-tiva moderna abierta con Balzac, tuvimos tres grandes momentos cenitales: la literatura francesa de la primera mitad del siglo XIX (Balzac, Flaubert, Maupassant, los Goncourt); la literatura rusa de la segunda mitad de ese siglo(Dostoievski, Tolstoi,Gogol, Turgueniev,Gorki);ylanorteame-ricana de la primera mitad del siglo XX (Dos Passos, Faulkner, Steinbeck, Fitzgerald, Hemingway). La literatura del boom fue sin duda la gran literatura de la segunda mitad del siglo XX.Por otra parte, la teora de la dependencia, junto a trabajos como los de Samir Amin, constituy el centro del pensamiento econmico mundial durante el perodo y tuvo una notable infuencia en mltiples regiones del mundo.Adems de esas tres grandes creaciones, tenemos: el guevarismo, el hu-manismodelCh;lapedagogadeloprimido;lacomunicacinpopular;el cinema verdad del Brasil; el cine pobre boliviano de Sanjins; la cancin protes-ta; la revalorizacin de la msica popular junto a la radicalizacin del rock y 5Fernando Velasco: pensamiento y accinotros ritmos modernos; una poesa agitacional y movimientos de vanguardia inmersos en un imaginario artstico que combinaba guerrilla con ayahuasca, Maiakowsky con Allen Ginsberg, Brecht con Henry MillerEl humanismo setentero de Fernando Velasco Procedente de las flas del humanismo cristiano, una de las vertientes de pensamiento revolucionario de Amrica Latina en la poca, Fernando Ve-lasco atraves diferentes fases y distintas concepciones: del humanismo al materialismo, de las ideas democristianas al socialismo revolucionario, de las tesis de la CEPAL al anlisis marxista del capitalismo dependiente, de las capas medias progresistas a la praxis de los trabajadores.La produccin intelectual de Fernando Velasco cubre una variedad de gamas:elcarcterdelaformacinsocialecuatorianaydesuhistoria,el problema del imperialismo y la lucha nacional, las transformaciones agra-rias y el movimiento campesino, la formacin de un sindicalismo clasista y revolucionario, la relacin entre la vanguardia poltica y los sindicatos, la educacin ideolgica y poltica de las masas, problemas de tctica y estra-tegia. Es decir, los principales problemas tericos y polticos, cuya correcta comprensinerayesfundamentalparalaorganizacinydireccindel proceso revolucionario.El anlisis del problema agrario, formulado en su libroReforma agraria y movimiento campesino indgena de la Sierraes, sin duda, el mejor aporte deFernandoVelascoalpensamientomarxistaecuatorianoyelmejor estudio poltico sobre el tema. Otrosestudiossobrelastransformacionesagrariasdelasdosltimas dcadas, especialmente los de Andrs Guerrero, Manuel Chiriboga, entre otros, han demostrado con rigor cientfco el carcter general del proceso y las principales determinaciones econmicas del mismo. Pero el libro de Fernando Velasco eleva esos anlisis al plano poltico, los desarrolla en la comprensin de la lucha social gestada en el curso de la llamada reforma agrariaydescubreloqueesconsubstancialalpensamientoleninista:la estrategia y la tctica de las diversas clases y sus representantes polticos.6Alejandro MoreanoEn el libroEcuador: subdesarrollo y dependencia, y en el captulo La es-tructura econmica de la Real Audiencia de Quito del libroEcuador, pasado y presente,Fernando Velasco enfrenta el problema del carcter de la formacin social ecuatoriana y de su historia. Difcil y complejo problema que suscit un amplio movimiento terico e investigativo en las dcadas 1970 y 1960 en el cual participaron mltiples intelectuales. En el momento en que dichos textos fueron escritos, predominaba en el pensamiento social latinoamerica-no y ecuatoriano la corriente denominada teora de la dependencia.En diferentes artculos y textos, en sus libros sobre la economa ecua-toriana, en una conferencia suya publicada con el ttulo La dependencia, elimperialismoylasempresastransnacionales,FernandoVelascoplan-tea con toda seriedad y en toda su profundidad el problema nacional del Ecuador como pas dependiente dominado por el imperialismo. Le inte-resa particularmente analizar las nuevas caractersticas de esa dominacin. Hacia los sesenta y setenta el control directo de los procesos productivos fundamentalesporelgrancapitalfnancierointernacionalyeldesplaza-miento de las inversiones del sector primario-exportador a la produccin industrialeranlalnea.Esareorientacintuvounaimportanciapoltica fundamental, pues implicaba que el imperialismo haba dejado de estruc-turar una alianza con las fuerzas pre capitalistas, para entrabar el desarrollo del capitalismo en las formaciones sociales dependientes deviniendo, por el contrario, uno de los motores del peculiar desarrollo del mismo.Bajoesascondiciones,laluchaporlasoberananacionaladquiraun sentidoyperspectivadistintosalosclsicosformuladosporlaizquierda tradicional. En la perspectiva de Fernando, el imperialismo no constitua una estructura de opresin externa, sino un proceso permanentemente in-ternalizado en todos los rdenes de la vida de nuestros pases. La llamada burguesa nacional careca, pues, de una base material de existencia, me-nos an de desarrollo. La lucha antiimperialista no tena otros protagonis-tas que los trabajadores, el campesinado, los sectores semiproletarios y las capas medias progresistas, y se encontraba objetivamente ligada a la lucha contra la opresin del capital. Por otra parte, Fernando Velasco analiza las nuevas formas orgnicas y jurdicas asumidas por el capitalismo mundial: la empresa transnacional. 7Fernando Velasco: pensamiento y accinEn la actualidad, el carcter primario exportador de nuestra economa ha cobrado relevancia otra vez en el marco de la crisis de la hegemona impe-rialnorteamericanaclsica.Lavisindelimperialismocomoestructural einteriorquepostulFernandoesmuysugestivayvlidaparalapoca actual. En esa perspectiva, tal como sostiene Samir Amin, el imperialismo seralaformadeexistenciasubstancialdelcapitalismoynounaforma coyuntural.Fernando Velasco muri a los 29 aos, cuando se encontraba en plena actividad terica y prctica. Pero a pesar de su prematura partida dej se-alados los siguientes lineamientos polticos bsicos: lucha independiente, progresiva hegemona de los trabajadores urbanos y rurales, amplio frente que articule la lucha por la democracia, la tierra, el poder y el socialismo.Desde1973hastasutrgicamuerte,ocurridael9deseptiembrede 1978, la vida de Fernando Velasco estuvo ligada a tres procesos fundamen-tales,cuyaunidadfueelmotordelaizquierdaecuatoriana:elfortaleci-miento de la unidad y la lucha de las tres grandes centrales sindicales nacio-nales (especialmente la CEDOC), el desarrollo del pensamiento marxista y, como expresin an dbil e incompleta de un proceso de fusin tambin dbil e incompleto de los dos procesos anteriores, la unidad del conjunto de la izquierda.Para Fernando Velasco, la organizacin revolucionaria es un complejo ymltipleprocesohistrico,reivindicativo,poltico,ideolgico,terico, cuyo eje vertebrador es la existencia y la praxis material de los trabajadores. Sin duda, el problema es mucho ms complejo de lo que hemos sealado y de lo que Fernando Velasco alcanz a escribir y refexionar. Sin embargo, lo que se debe subrayar en estas lneas es que sus tesis mantienen gran validez en los momentos actuales. Las dos problemticas fundamentales de su pensamiento la cuestin agraria y la teora de la dependencia, que hacia fnes del siglo XX se con-siderabansuperadas,hantenidoundesarrollosingular.MaraFernanda BeigelescribinohacemuchountextotituladoVida,muerteyresu-rreccin de la teora de la dependencia en el que analiza la crisis de esta teora en la era neoliberal. Empero, habla de resurreccin. Teothonio dos Santos, uno de los grandes tericos de los setenta que ha vuelto a la carga, 8Alejandro Moreanonos habla y presenta tal renacimiento. En nombre de dicho proceso, Beigel ha desarrollado un estudio de los principales tericos de la dependencia, entre los que incluye a Fernando Velasco.Porotraparte,laproblemticadelacuestinagrariaharetornadoal primer plano en referencia a la categora de soberana alimentaria. En este terreno Fernando Velasco, quien populariz la tesis por una tierra sin pa-trones, tiene mucho que decirnos, sobre todo si consideramos que hoy la categora de patrones incluye a las agroindustrias y a trasnacionales como Monsanto.A la par, su condicin de intelectual comprometido con las luchas so-ciales es quiz su mejor leccin.En medio de las luchas ms limitadas y estrechas, de las fases de refujo delmovimientoobreroypopular,FernandoVelascosupoinsistirenla necesidad de la concentracin terica y poltica, del fortalecimiento de la unidad ideolgica, de la independencia poltica histrica, de la tenaz con-servacin de los objetivos estratgicos, del sueo revolucionario.Fernando Velasco fue un ejemplo de intelectual revolucionario.9Fernando Velasco: intelectual y militanteEnrique Ayala Mora Cuando se trata de Fernando Velasco Abad, del Conejo como le llamba-mos, me resulta imposible dividir el estudio de su pensamiento y su lucha, delamemoriasobrelaexperienciapersonaldeunaentraablevivencia comn. Por ello, esta semblanza que me permito ofrecer ahora tiene sobre todo el tono de un testimonio. Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo y participar con l de los agitados aos sesenta y setenta, ante todo lo re-cordamos como el gran ser humano que fue, aunque tambin destacamos su legado acadmico. Los trabajadores de las ciencias sociales de las genera-ciones que nos han seguido, por su parte, tienen la posibilidad de estudiar crticamente sus aportes intelectuales y valorar su accin como dirigente y militante.Un hombre mltipleFernandoVelascofue,enrealidad,unhombremltiple.Dotadodeun talento absolutamente excepcional, entenda por igual tanto las complejas frmulas de la econometra como los difciles enredos de la poltica nacio-nal. Poda debatir de igual a igual con Teotonio dos Santos y al mismo tiempo explicarle el funcionamiento de una cooperativa a Almagro Mera, entonces y ahora destacado dirigente campesino. En 1988, a los diez aos de su muerte, recordaba a mi auditorio de entonces: 10Enrique Ayala MoraFue tan rico y tan multifactico el Conejo que resulta difcil defnirlo. Sus adversariosenladerechaledecancomunista.Loscomunistasloacusan de social-demcrata. Los idelogos liberales no le perdonan sus presuntos devaneos catlicos. Pero claro, ni era comunista, ni social-demcrata, ni catlico. Fue un hombre cuya fuerza fue la bsqueda hasta los bordes detodaslasortodoxias,peroconuncompromisocadavezmsclaro. Era,msalldetodo,unrevolucionario,uncombatienteimaginativo, defnido y honesto por el futuro revolucionario que construyen los tra-bajadores.Comohasucedidoenmuchoscasos,peroconmayornitidezqueenla inmensa mayora, su experiencia vital fue de avance y aclaramiento, tan-todesusposturasintelectuales,comodesusdefnicionespolticasysus actividades junto al movimiento social. Fernando naci justamente en la mitad del pasado siglo XX. Vivi en medio de grandes transformaciones tantoenelpascomoenelmundoyfueencontrandoformascadavez ms defnidas y comprometidas de pensamiento y accin. Durante las tres dcadas que le toc vivir, no solo atestigu sino que protagoniz grandes cambios en nuestro pas. En un marco internacional de guerra fra y reno-vacin, las viejas estructuras latifundistas del Ecuador fueron cuartendose en medio de un proceso de rpida modernizacin. En la intervencin a la que he hecho referencia, me refer al mundo en que iniciamos nuestra vida universitaria y de opcin poltica en estos trminos:Una vida internacional caracterizada por el dominio de fguras como Chur-chill, Po XII, Eisenhower y Stalin se vio de pronto turbada por remezones como la Revolucin Cubana y el Concilio Vaticano II. Y el Comandante Fidel Castro y Juan XXIII fueron, entre otros, referentes de una ola contes-tataria que inund Amrica Latina con los ritmos de los Beatles y de Inti Illimani; que pint paredes y cercas con las tintas de los muros de Pars del 68 y con la brocha gorda de nuestras protestas universitarias; que vivi con igual intensidad la campaa por detener los bombardeos de Vietnam y la lucha por el triunfo de Salvador Allende, fgura mxima de la capacidad de victoria y resistencia de todo nuestro pueblo latinoamericano.11Fernando Velasco: intelectual y militanteUn pas propiedad de grandes seores de la tierra, de la banca y el comer-cio,quesedisputabanparcelasdepodersinabandonarlojamsnipor malsueo,alternandoenfrentamientosconfesionalesyactosdeirrup-cin caudillista bien controlados, se hall en cortos aos envuelto en un proceso rpido de modernizacin y reacomodo. Este pas ya no poda ser explicado por el discurso de los intelectuales tradicionales entendidos en la abogaca, los poemas provincianos y las biografas de los hroes. Un pas en cambio brusco tena que ser explicado con nuevas formas de ideologa para que, pese al remezn, todo quedara igual al fn, o tena que ser entendido desde perspectivas cientfcas y revolucionarias que coadyuvaran al avance de los protagonistas de su propia liberacin.Se han hecho unos pocos estudios sobre el pensamiento y prctica po-ltica de Fernando Velasco, pero no se ha enfatizado en forma adecuada, a mi juicio, que naci y se form en un hogar de maestros laicos y que estu-di en establecimientos educativos laicos tambin. Entender esto, que era mucho ms determinante hace cincuenta aos que lo que podra ser hoy, permite entender mejor su trayectoria. l, como a veces equivocadamente se afrma, no vino de la formacin catlica al pensamiento crtico, como fue el caso de varios de nosotros. Tuvo una formacin laica. Las doctrinas sociales catlicas fueron para el Conejo un descubrimiento en las aulas de la Universidad Catlica y del Ecuador en las flas de la CEDOC, organiza-cin popular de origen confesional. En la vida y transformacin de ambas instituciones tuvo un papel destacado. Por ello fue que pudo dialogar desde el humanismo secular con el cris-tianismo social, que ha sido uno de los rasgos ms profundos de la cultura nacional.Ensuformacinysuprcticaalternconvariasfgurasdela accin social catlica, con Hernn Malo, con Monseor Leonidas Proao y con muchos jvenes de su edad que venan de la educacin catlica tra-dicional, marcada por las ideas del Concilio Vaticano II y la teologa de la liberacin.En la Universidad Catlica del Ecuador tuvo sus primeras experien-ciaspolticasestudiantilesyallseformcomoeconomista,llegando aseralosveinteaoselprofesormsjovendeesacasadeestudiosy muyposiblementedelpas.Porotraparte,antesdecumplirlos18 12Enrique Ayala Moraaos, estaba ya participando en varios estudios sociales de instituciones de orientacin cristiana y en la organizacin de la Confederacin Ecua-torianadeObrerosCatlicos(CEDOC)ylaFederacinNacionalde OrganizacionesCampesinas(FENOC),endondefuefguracentralde su renovacin y compromiso con el socialismo. A esa experiencia se sum su temprano contacto con la Universidad Central, especialmente por su presencia como docente de la Escuela de Sociologa y Ciencias Polticas, dondesurgannuevoscuestionamientosynuevaspropuestasdecons-truccin de las ciencias sociales en el Ecuador, alentados principalmente desde la izquierda marxista.Su produccin A partir de esos ejes de pensamiento y de ese dilogo, vino su asimilacin delasposturasavanzadasdelainterpretacinsociallatinoamericana.El Conejo lleg a las teoras del desarrollo, de la marginalidad y la dependen-cia, al replanteamiento del imperialismo y el marxismo, desde la necesidad deexplicarselarealidadnacional.Pero,ensucaso,estonofuesoloun ejerciciointelectual,niexclusivamenteuntrabajoparadotarsedetextos para la ctedra. Fue tambin un esfuerzo por producir nuevos materiales para la educacin sindical y popular. Su produccin publicada hasta ahora se reduce a tres textos, verdaderos clsicos del pensamiento nacional.Ecuador: subdesarrollo y dependencia lo produjo a los veinte aos. Fue su tesis para la obtencin del ttulo de economista en la Universidad Catlica del Ecuador. All confuyeron su formacin profesional y sus lecturas de la literatura de punta sobre las teoras de la dependencia y la marginalidad. Peroenesetrabajotambinestuvopresentesupreocupacinporcontar conuntextoqueofrecieraunainterpretacinglobaldenuestrahistoria econmica, destinado a la formacin sindical y a la ctedra universitaria. La produccin de este libro fue una oportunidad para afnar el uso de nuevos conceptos, pero le permiti tambin un acercamiento histrico a la realidad y la consolidacin de una postura marxista en que confuan la teora y la prctica. El resultado fue un trabajo que fue ledo en copias 13Fernando Velasco: intelectual y militanteofciosaspormuchosysetransformenunejedelacorrienteahora conocida como Nueva Historia del Ecuador, no solo por sus enfoques interpretativosymetodolgicos,sinotambinporquesirvidebasea variasobrasquetenaninterpretaciones opuestas. La tesis la escribi el Conejo en 1970. Y desde entonces fue ampliamente citada y reproduci-daatravsdelasprimitivasformasdefotocopiaentoncesdisponibles. Peroelautornoquiso,conunaactitudperfeccionista,darestaobraa laimprentasinrevisarlayampliarlapreviamente.Elresultadofueque permaneci indita casi una dcada y se public solo luego de su muerte. Perovariosdeloslibrosdelprimerboomdelascienciassocialesen Ecuador se escribieron tomando en cuenta su lectura. Para mencionar el ms conocido, en El poder poltico en el Ecuador, publicado en 1977, Os-valdo Hurtado recoge algunas de sus interpretaciones y cuestiona otras, precisamente porque entre los dos autores se haba dado una relacin de colaboraciones y discrepancias. Es mucho lo que podemos aprender an hoy de este libro, pero quiz sus ms destacados aportes, adems de su imaginativo e indito esfuerzo de periodizacin, sean los lcidos anlisis del carcter capitalista de la socie-dad ecuatoriana, de la naturaleza y evolucin de sus sectores dominantes y de la accin, a veces confusa y a veces precipitada pero siempre determi-nante de las masas.Reforma agraria y movimiento campesino de la Sierra es obra de su ma-durez, si podemos llamarla as, como analista y como dirigente. A travs de este libro realiza un estudio de la tenencia de la tierra y la lucha social dentro del proceso de reforma agraria del Ecuador. Parte de un anlisis de laestructuraagrariaantesde1964,paraluegoestudiartantoelproceso delareformaagrariacomolaaccindelmovimientocampesinoenlos aos subsiguientes. La obra, producida como un aporte desde la prctica organizativa,esclareceunviejodebate,peroproponetambinunalnea autnoma de desarrollo del movimiento campesino indgena, surgida de la accin de sus organizaciones ms avanzadas y del esfuerzo por constituir una espacio poltico revolucionario socialista de nuevo tipo.La dependencia, el imperialismo y las empresas transnacionales es una con-ferencia de Fernando Velasco que, desde su ttulo, contiene palabras mal-14Enrique Ayala Moraditas o al menos anticuadas en estos tiempos de globalizacin y posmo-dernidad. Pero este pequeo trabajo, que en muchos aspectos se adelant a su tiempo, es una clave fundamental para entender el proceso que ahora se vive en nuestro pas y Amrica Latina. A travs de esa intervencin se estudia el funcionamiento de las grandes corporaciones transnacionales y la naturaleza del imperialismo, no como una fuerza externa a las socieda-deslatinoamericanas,sinocomounarealidadpresenteyactuanteensu interior. Releer este trabajo ahora es todava ms necesario que cuando fue escrito. Actualmente nos topamos de manos a boca con los representantes delosinteresesdelimperialismoentrenosotros,aquieneselConejono consideraba posibles aliados, ni siquiera en nombre de la democracia y la gobernabilidad. El militante La contribucin de Velasco a las ciencias sociales del Ecuador fue signif-cativa, pero sta no puede entenderse sino como la de un pensador que al mismo tiempo fue actor de un proceso crucial de la vida de nuestra patria, especialmente de sus organizaciones sociales, como se ha destacado tantas veces. Ya a inicios de los aos setenta estaba vinculado a la rica experiencia de la Central Ecuatoriana de Servicios Agrarios (CESA), con lo cual se de-dic a los estudios y la promocin agraria. De ese modo, colabor cada vez ms estrechamente con la FENOC y el movimiento campesino, as como con su matriz sindical de entonces, la CEDOC.Trasunperododemaduracinyconficto,amediadosdelosaos setenta,laCEDOC,institucinquehabanacidoalcalordelainfuen-cia clerical y conservadora, lleg a una direccin de los trabajadores. Fue ascmooptporunadefnicinsocialista.Esefueunpasohistricoy un coadyuvante fundamental para la unidad de las fuerzas populares del Ecuador en el Frente Unitario de los Trabajadores (FUT). En ese proceso, Fernando Velascotuvounpapelcrucialcomoorientador.Enmediodel confictoladerechaleacusdeserelpromotordeesaradicalizacin, pero esa apreciacin solo refejaba una falta de entendimiento de la reali-15Fernando Velasco: intelectual y militantedad. Los trabajadores consolidaban su proceso unitario por ellos mismos y Velasco los acompa en ese trnsito con entrega y lucidez.Es imprescindible reconocer que la opcin poltica de la organizacin socialllevabaaladefnicinmilitante.Velascojuntoconmuchosotros, hizo un gran esfuerzo por hallar una alternativa y de all surgi una pro-puesta que recoga las races y al mismo tiempo planteaba nuevas lneas de construccin del socialismo en el Ecuador y Amrica Latina: el Movimien-to Revolucionario de Trabajadores (MRT). Con la activa participacin de Velasco el movimiento fue creciendo. No asumi una postura comunista, que se consideraba muy dependiente del estalinismo y el reformismo. Se defni como socialista, siguiendo la tradicin de nacionalismo, originali-dad y radicalidad revolucionaria de la corriente que se inici en 1926 con la fundacin del Partido Socialista Ecuatoriano (PSE), estableciendo como tarea central la unidad de las fuerzas de izquierda y sectores populares or-ganizados en su lucha por la revolucin.Buena parte de los documentos polticos del MRT, de los materiales de educacin y de la produccin periodstica del movimiento fueron escritos por Fernando Velasco. Otros resultaron producto del debate colectivo en el que particip activamente. A casi cuarenta aos de distancia, me complace comprobar que su contenido, no solo tiene aportes que luego confuyeron enlareconstitucindelsocialismoquesedioenlosaosochenta,sino que nos dice mucho ahora, para el presente del pas, cuando se ha pasa-do del enunciado de campaa del socialismo del siglo XXI, a poner las condiciones de modernizacin y represin necesarias para el desarrollo del capitalismo del siglo XXI. Pero muchos de esos materiales, como los contenidos en la publicacin peridica Tarea Urgente, no han vuelto a publicarse. Adems de los tres tex-tos ya mencionados, hay una gran cantidad de escritos del Conejo Velasco quedebenserrecogidos,publicadosysobretodoestudiados.Estaser una parte importante de la tarea de rescate del pensamiento crtico y de la produccindelosmovimientossocialesdelEcuadorqueahoratenemos como un objetivo crucial.16Enrique Ayala MoraEl Conejo que necesitamos Desde nuestro aqu y ahora, hemos resuelto rememorar la fgura del Co-nejo Velasco. Pero en realidad, l no necesita homenajes. Somos nosotros lo que lo necesitamos a l con su fgura fresca y su pensamiento profundo y radical. Quiz el nico legado positivo que nos dej la desgracia que vino a ser laprematuramuertedelConejo,esquehastaahoralovemoscomoun joven, con actitud y sonrisa de joven. Se salv, por ello, de llegar a nuestros das como nosotros, a quienes hoy nos ven ya viejos, cargados de canas y experiencias,quesonlosnombresquesolemosdaranuestroserroresy faquezas. Pero esa imagen perenne de frescura y juventud no es solo una evocacin. En su momento fue una realidad muy concreta. ElConejoVelasco,enmuchossentidosfueunjovencomoelresto: alegre y lleno de humor. Le gustaban las festas. Yo mismo lo conoc en una de quince aos. Le encantaba el baile y era incansable para eso. An enlasreunionespolticasydelaorganizacin,enciertosmomentosse desenchufabadelasdeliberacionespesadas,dejabaalosintelectuales flosofando en una esquina y se lanzaba al ruedo, donde las compaeras lo disputaban cumbia tras cumbia. Le encantaban los Beatles y los Inti Ili-mani, pero tambin cantaba pasillos, cuyas letras se acordaba de memoria con bastante precisin. Por eso no me extraa, aunque me llena el alma, queJuanFernandoVelascooseaElOrejoparalosmayoreshaya logrado hacer que los jvenes de hoy vuelvan a cantar pasillos como cosa propia y sentida. Fernando tena un inagotable sentido del humor, pero no ofenda con sus bromas. Se pegaba los tragos, pero muy excepcional-mente se propasaba. Y entonces, no era bronquista ni conquistador. Se iba noms tranquilito a la cama, para amanecer al da siguiente con su dosis de ceviche y su biela.Perosugrancalidadhumananoseexpresabasoloenlosociable,en lo festero: se la poda apreciar sobre todo en el ejercicio del dilogo y el consenso. Tenaideasyposturasfrmes,peroalmismotiempobuscaba siempre puntos de acercamiento. No le gustaban los puestos directivos de fguracin, pero reclamaba estar en las reuniones donde se tomaba decisio-17Fernando Velasco: intelectual y militantenes. Le encantaba el cabildeo y las juntas conspirativas, aunque no siempre fueranparaloimportante.Eraunoptimistaysiempreveaelladoms positivo de las cosas. Era solidario y se jugaba por sus compaeros aunque a veces eso le diera malos ratos. Si haba que hacer tareas prcticas, no las eluda. Ms bien las buscaba. En la madrugada del 9 de septiembre de 1978 un grupo directivo de laFENOC,queviajabaaunareuninenunvehculodetrabajo,tuvo unaccidenteenlacarretera.Elcompaeroqueloconduca,Fernando Velasco, haba trabajado hasta hace pocas horas antes sin ningn descanso en la produccin de varios documentos y fue vencido por el agotamiento. Conelimpactosufriseverostraumasenelcerebroymurienpocas horas. Fue quiz el golpe ms duro que sufri la gente de la juventud de esa poca.Muchos cremos entonces que esa haba sido una manera muy prosaica de morir para el Conejo Velasco, a quien desde entonces consideramos el ms brillante de nuestra generacin. Pero ahora, tras los aos, quiz em-pezamos a comprender que fue una forma coherente de irse para siempre. Alfnyalcabotodorevolucionariosueaconmorirluchando. Ynues-tro querido Conejo se fue en plena lucha. Porque esa muerte prosaica de quien haba llegado a ser uno de los ms altos referentes de la organizacin popular del Ecuador, fue parte de la opcin poltica de un intelectual que supoquesedebeconocerloquesepretendecambiar,yporellodedic buena parte de su trabajo a investigar y explicar la realidad de este pas y de Amrica Latina.Al releer la obra del Conejo y al rememorar su vida, encontraremos cada vez ms aspectos para estudiar. No podra aqu, desde luego, mencionar si-quiera todos. Pero, al fnalizar, me parece que debo destacar uno de los ele-mentos ms originales del pensamiento y la postura de Fernando Velasco que no ha recibido la necesaria atencin. En toda su obra, cruzada fundamen-talmente de un sentido educativo, est la bsqueda de un proyecto nacional ecuatoriano renovado, en un marco latinoamericano de insurgencia y solida-ridad. En el centro de su propuesta y de su accin estaba el Ecuador, como nacin y proyecto, cuya bandera e identidad debe recobrar aqu y ahora la izquierda y el movimiento social de manos del caudillismo. 18Enrique Ayala MoraBuscar un sentido renovador para el proyecto nacional ecuatoriano. A eso nos lleva la memoria del Conejo Velasco. Porque la bsqueda iniciada por l desde las races de su propia infancia fue la caracterstica fundamen-tal de su espritu inquieto, crnicamente insatisfecho, al tiempo que bri-llantemente creador, sobre todo desde cuando en esa bsqueda encontr a nuestro pueblo, fuente y sentido de todas las luchas.I. Debates desde la teora de la dependencia 21Capitalismo dependiente y relaciones de produccin en Ecuador: subdesarrollo y dependencia de Fernando VelascoMatari Pierre Manigat La produccin intelectual de Fernando Velasco durante los aos 1970 se situenelmomentomslgidodelapolmicasobrelanaturalezadel subdesarrollo y sobre las vas y medios para su superacin. La controversia, protagonizadaporlateoradelamodernizacin,eldesarrollismodela CEPAL, la teora de la dependencia y el marxismo, se estructur en tor-nodedosgrandesproblemticas:1)laprimera,prctica,consistienla bsqueda de una estrategia econmica para el desarrollo de los pases del subcontinente;2)lasegunda,tericaehistoriogrfca,consistienuna refexin sobre el carcter de los modos de produccin predominantes en estos pases. Velasco abord las dos problemticas especfcamente a partir delahistoriadelEcuador. Tantosucomprensinsobrelosgrandespro-blemas econmicos y sociales de su pas como su posicionamiento terico deben ser considerados dentro del debate que sostuvieron las principales escuelasdepensamientosobreeldesarrollo.Velascoreprochalasteo-ras dominantes su carcter ahistrico y sus fundamentos antropolgicos esencialistas (rasgos muy marcados en la teora del crecimiento de Walter W. Rostow as como en las tesis que se inspiraban en el dualismo estruc-tural de Arthur Lewis1). Doblemente infuenciado por el estructuralismo 1Velascorastrelanocindehomoeconomicusasociadaalateoraneoclsicahastalaflosofa moral de Adam Smith. El artculo Desarrollo econmico con oferta ilimitada de mano de obra de Lewis (1954) y Las etapas del crecimiento econmico de Rostow (1960) eran, entonces, los dos trabajos ms infuyentes en materia de economa del desarrollo.22Matari Pierre Manigatcepalino y por el marxismo, Velasco consider el subdesarrollo como un fenmeno global, caracterizacin que funda la necesidad de integrar en un slo anlisis los aspectos econmicos, polticos, sociales y culturales (Velasco, 1972: 8). Este enfoque determin su adopcin del estructuralis-mo-histrico, principio metodolgico que preside toda su obra.A continuacin trataremos tres problemticas que atraviesan la prime-ra obra de Velasco, Ecuador: subdesarrollo y dependencia. En una primera parte, analizaremos su defnicin tanto del capitalismo como de la nocin de dependencia estructural. En una segunda parte, consideraremos su an-lisis de la dinmica del capitalismo dependiente durante los grandes ciclos exportadores de la historia del Ecuador a partir del concepto de demanda efectiva. Finalmente, en una tercera parte examinaremos sus anlisis sobre la transformacin de las relaciones de produccin.La caracterizacin de los modos de produccin y la dependenciaEl debate sobre la formacin del capitalismo en Amrica Latina alcanz su apogeoentrelosaoscincuentaysetentayfuedominadopordosgran-desenfoques.Elprimerohizohincapienlascondicionesgeneralesde produccinyenlosmarcosinstitucionalesparacaracterizarlossistemas econmicos. Desde este enfoque se enfatiz en los confictos dentro de di-chos sistemas, considerndolos como parte de los factores de la formacin del capitalismo. Estas tesis anlogas en su perspectiva fundamental, pero diferentesencuantoasusresultadostropezaronalahoradeconsiderar lasdeterminacionesdelmercadomundial.Ellocontribuyalxitodela escuela de la dependencia cuyo mrito fue, precisamente, tornar imposible el estudio de cualquier problema de la historia econmica de la regin inde-pendientemente de las infuencias del mercado mundial. Desde el punto de vista terico, la controversia reprodujo los argumentos esenciales del debate entre Maurice Dobb y Paul Sweezy. El segundo disociaba el feudalismo de la servidumbre, en cuanto vnculo especfco entre productores directos y propietariosdelosmediosdeproduccin,ydefnaalfeudalismocomo 23Capitalismo dependiente y relaciones de produccin en Ecuadorsistemadeproduccinparaelusoopuestoaunsistemadeproduccin paraelmercado.Perohabaotroelemento,quizsmsprofundo,enla argumentacin de Sweezy: su explicacin de la dinmica del modo de pro-duccin feudal. En su opinin el feudalismo no tena per se una dinmica interna. La explicacin comn segn la cual los seores feudales incremen-taban tendencialmente sus ingresos no poda ser considerada como una ley interna del feudalismo, como contrariamente ocurre en el proceso de acu-mulacin dentro del modo capitalista de produccin (Sweezy, 1950: 51-54). Encuantosistemainerte,eraprecisobuscarladinmicadelfeudalismo fuera del feudalismo mismo. Precisamente, los intercambios comerciales y en particular el comercio mundial desempeaban, para Sweezy, ese papel de factores exgenos que imprimieron la dinmica que llev al feudalismo al ocaso. Esta oposicin entre sistema de produccin para el uso y produc-cin para el mercado condicion, directa o indirectamente, las refexiones de los autores de la teora marxista de la dependencia.Perolateoradeladependencia,alacualseadscriba Velasco,nose limit a considerar que la produccin para el mercado defna a una econo-ma capitalista. La especifcidad de esta corriente radic en incorporar a la discusin la hiptesis de una relacin interdependiente y desigual entre el desarrollo y el subdesarrollo. Dicha hiptesis se generaliz paulatinamente a partir de fnales de los aos 1950 a travs de los trabajos de Paul Baran, ArghiriEmmanuel,CelsoFurtado,SamirAmin,FernandoH.Cardoso, EnriqueFalettoyAndrGunderFrank,entreotros.Deacuerdoaestos autores, la peculiaridad de la historia econmica de Amrica Latina radi-caba en que, desde la insercin subordinada del subcontinente al mercado mundial en el siglo XVI, ste ltimo ha desempeado un papel fundamen-tal en ladeterminacin de las metas y mtodos de produccin. Situados en la estela de Sergio Bag (1949) con toda probabilidad el primero en deducirelcarctercapitalistadelaseconomascolonialesapartirdesu subordinacinalmercadomundiallosdependentistasintentaronsacar las consecuencias ltimas de dicha constatacin histrica.Para Velasco era evidente que a travs de toda la historia existi un modo de produccin capitalista dominante, y que ha conferido especifcidad a la formacin social vigente. El hecho fundamental que, a nuestro juicio, con-24Matari Pierre Manigatfere un carcter capitalista a la sociedad, es el de que la produccin se realiza para el mercado y no para el consumo interno de las unidades productivas, dndose esta situacin en la Sierra y en la Costa (1972: 146). El problema ms bien radicaba entonces en conocer las formas que haba adquirido este capitalismo.Velascoidentifccuatrograndesciclosdeexportacinenla historia ecuatoriana: el ciclo del textil que abarc toda la primera fase de la colonia (siglos XVI y XVII); el ciclo del cacao que arranc a fnales del siglo XVIII y que conoci su auge entre mediados del siglo XIX y la Gran De-presin del siglo XX; el ciclo del banano entre el fnal de la Segunda Guerra Mundial y fnales de los aos 1950; y fnalmente el ciclo del petrleo que arranca desde la dcada de 1970. El auge y ocaso de cada ciclo de exporta-cin fueron triplemente determinados, de acuerdo a Velasco, por: el proceso de consumo en los pases industrializados; las necesidades de materias primas de estos centros; y la competencia extranjera entre pases productores de ma-terias primas. Si bien cada uno de estos ciclos conllev efectos diferenciados sobrelaeconoma,sudenominadorcomnradicenquereproducany ensanchaban la dependencia estructural de la economa. Para Velasco, las relaciones econmicas entre los pases latinoamerica-nos y metropolitanos se caracterizan por la preeminencia de un polo sobre elotroyesprecisamenteesterasgoloquecaracterizaaladependencia (1972: 116). La dependencia se afrma en el drenaje de parte de los exce-denteshacialoscentros.Losmecanismosfundamentalesdeestedrenaje son tres: el intercambio desigual, las remesas de las utilidades y el pago de las deudas externas pblicas. Estos tres mecanismos se combinan en fun-cin de la evolucin de la estructura del capitalismo mundial. Elintercambiodesigualempiezaconlapolticamercantilistadelas metrpolis hasta llegar al periodo contemporneo como efecto de la evo-lucin desfavorable de los trminos de intercambio fenmeno que se exa-cerba en la fase monopolista por el poder de determinacin de los precios quetienenlascorporacionesindustriales.Lasremesasdeutilidades,en cuantomecanismodedrenaje,acompaanlaexpansindelasinversio-nes extranjeras y se refuerzan a medida que crecen estas inversiones en el proceso de produccin. Finalmente la deuda pblica externa se convierte en mecanismo de drenaje a partir del momento en que se materializan las 25Capitalismo dependiente y relaciones de produccin en Ecuadorindependencias polticas, es decir, a partir de la reparticin de la deuda de la Gran Colombia, de la cual el Ecuador hered la quinta parte. Los tres mecanismosdeterminanelgradodeapropiacindelexcedenteentrelas clases dominantes locales, por un lado, y los extranjeros, por el otro.La demanda efectiva: motor de la produccin en el capitalismo dependientePerolejosdelimitarseaunproblemadeabsorcindelosexcedentes,la caracterstica de la dependencia estructural radica tambin en la dinmica que ejerce sobre el resto de la economa. Para Velasco, la demanda efectiva, en el sentido keynesiano, constituye el motor de la dinmica del sistema econmico. Velascoanalizelimpactodeestademandaefectivaapartir de la distincin establecida por Baran entre excedente potencial y excedente real. Consider desde dicha perspectiva la dinmica del capitalismo depen-diente en el Ecuador durante cada uno de los grandes ciclos exportadores.La dinmica del ciclo del textil estuvo determinada por la demanda de loscentrosminerosdelPerysedesenvolvienelmarcodeladivisin intra-colonial del trabajo entre los siglos XVI y XVII. La crisis de estos cen-tros y la consecutiva merma de la demanda determinaron la crisis de las ex-portaciones de textiles as como la integracin de este sector al latifundio. Estafusindelosinteresesagrarioseincipientesinteresesindustriales, manifesta a partir del siglo XVIII, ser decisiva para el desarrollo econmi-co y poltico del pas hasta despus de la segunda mitad del siglo XX (1972: 109). A lo largo del ciclo textil, el monopolio comercial metropolitano y el pago del tributo indgena fueron los principales mecanismos de drenaje del excedente en la Real Audiencia de Quito.SibienseremontaafnesdelsigloXVIII,elaugedelciclocacaotero ocurrientremediadosdelsigloXIXyladcadade1920.Apesardel poderosocrecimientodelademandaefectiva,quehizodelEcuadoruno delosprimerosproductoresdecacao,elciclonopropicilacreacinde un mercado interno capaz de estimular una diversifcacin de la economa. En primer lugar, porque el intercambio desigual y la dominacin de las ca-26Matari Pierre Manigatsas comerciales extranjeras fueron mecanismos centrales de drenaje de una partedelexcedente.Ensegundolugar,porquelasutilidadesnetasdelos exportadores se utilizaron fundamentalmente para la importacin de bienes de consumo de lujo (1972: 176-177) y/o para ampliar el sector exportador caracterizadoportcnicasintensivasenmanodeobrayportecnologas rudimentarias que no requeran grandes inversiones. Si la fase descendiente delciclocacaoteroempezconlacrisismundialdesatadadesde1921,la merma se debi, fundamentalmente, a la exacerbacin de la competencia entre los productores de cacao para el mercado estadounidense, territorio que ya absorba ms de la mitad de las exportaciones del Ecuador. La sin-gularidad del agotamiento del ciclo del cacao en esas condiciones radic en la ausencia de elementos objetivos capaces de fungir como fundamentos de un desarrollo industrial. El carcter raqutico de las pocas ramas industriales (en Guayaquil) y la supeditacin de los intereses textiles al latifundio expli-can por qu el periodo histrico que se inaugur con la revolucin de julio de 1925 y la Gran Depresin fue marcado por la ausencia de fuerzas socia-les capaces de construir una alianza de clases con el objetivo de apuntalar una poltica de industrializacin por sustitucin de importaciones (ISI), tal como sucedi en otros pases de la regin (1972: 183-4).Fueconesteantecedentehistricoqueempezelciclodelbananoa partir de la segunda mitad de los aos 1940 y fnales de los aos 1950. A diferencia del ciclo cacaotero, las exportaciones bananeras s provocaron un aumento y una diferenciacin de la demanda interna. Ello fue determinan-te en la modifcacin de la estructura de las clases sociales. Fue nicamente apartirdelciclodelbananoquequedaronreunidasciertascondiciones sinequanonparaunapolticaindustrializadora.Lamsimportantefue, para Velasco, que los industriales solo surgieron como fraccin de clase re-lativamente independiente tras el ciclo bananero. Sin embargo, estas con-diciones se dieron precisamente en el momento en que ya quedaba cerrada toda posibilidad para un desarrollo auto centrado, tal como lo preconizaba la CEPAL. En este sentido, la poltica econmica emprendida a partir de los aos 1963-1965 fue la expresin de una ISI tarda.2 Si bien el resultado 2Esta poltica econmica incluy: aumento del poder adquisitivo de los estratos sociales medios, ley de proteccin industrial, aranceles aduaneros y canalizacin de crditos hacia la industria.27Capitalismo dependiente y relaciones de produccin en Ecuadorfue un fuerte crecimiento del sector industrial entre 1966 y 1970, esta ISI enfrent los lmites clsicos diagnosticados por la CEPAL a partir de los aos 1960: estrangulamiento de la demanda por la estructura regresiva de la distribucin del ingreso nacional (1972: 211-212; 222). Pero ms profundamente, para Velasco esta ISI se dio en condiciones de adversidad que no permitan equipararla a sus similares en otros pases de la regin. En stos el proceso de industrializacin empez bajo condiciones de debilitamiento de las relaciones de dependencia durante la Gran Depresin, mientras que el intento ecuatoriano ocurri en una coyuntura de reforza-miento de la dependencia a fnales de la dcada de 1950. En este sentido, la joven burguesa industrial ecuatoriana estaba destinada a ser congnitamente dependiente:haballegadodemasiadotardeaunmundodemasiadoviejo para veleidades independentistas. Ello se observa claramente en la evolucin del control del aparato productivo. Hasta el ciclo bananero, la dominacin y el control extranjero se afrm esencialmente en la esfera de la circulacin. Esta situacin cambi con la penetracin de las inversiones extranjeras direc-tas (IED) en los incipientes sectores industriales, a medida que se transform el tipo de especializacin en el mercado mundial. El principal vector de la desnacionalizacin del capital fue la dependencia tecnolgica que se afrm en el Ecuador a partir del momento en que los capitales extranjeros pene-traban los sectores caracterizados por una mayor composicin orgnica del capital. De ahora en adelante, ya no era solamente la demanda del mercado mundial, sino directamente las frmas multinacionales (FMN) las que impo-nan el modelo de desarrollo. Velasco predice entonces que el ciclo petrolero iniciado en los aos 1970 consagrara esta tendencia y reproducira los rasgos de la dependencia estructural en una escala ampliada. Enresumen,ladinmicadelademandaefectivasobrelaeconoma mostr la reproduccin y la transformacin de los principales rasgos de la dependencia estructural. Asimismo, es dentro de este nivel de anlisis que se transparenta la doble infuencia que presidi a Ecuador: subdesarrollo y dependencia: el estructuralismo cepalino y la teora de la dependencia (Mo-reano,1981).Quedaporintegraraestemarcointerpretativogeneral,el anlisis de las relaciones de produccin, es decir de las formas de existencia de la mano de obra. 28Matari Pierre ManigatLas formas de existencia de la mano de obra y el capitalismo dependiente Defnir el capitalismo a partir de la supeditacin de la regin al mercado mundial condujo a Velasco a enfrentar una difcultad analtica mayor: la caracterizacindelasrelacionesdeproduccinalolargodelahistoria delEcuador.Suestudiotratdeponerenrelieveelcarctercapitalista oculto detrs de las relaciones laborales marcadas por la compulsin extra-econmica. Precisamente el carcter predominante de estas relaciones de servidumbre serva de base para los anlisis dualistas. Asimismo esta reali-dad fundamentaba las tesis del carcter semi-feudal de la formacin social. De hecho, tal era la tesis defendida por Pedro Saad, el secretario general del Partido Comunista Ecuatoriano (PCE). Adiferenciadeotrosautoresdependentistasqueesquivaronestadi-fcultadretocandolarealidadcontaldequecalzaraconsusesquemas generales, Velascotomeltoroporloscuernosy,asumiendoelcarcter precapitalista de estas relaciones, mostr cmo la presin de la produccin para el mercado determin su transformacin hasta alcanzar la formacin de relaciones asalariadas. La corrosin de las relaciones precapitalistas bajo la presin del mer-cado mundial inici desde la mismsima economa colonial. Velasco su-braycmoelpagodeltributoindgenatransitrpidamentedeun pago en trabajo a un pago en dinero a partir de fnales del siglo XVI. Por otra parte, si bien la mita correspondi a una forma de trabajo forzado, Velasco not que los mitayos reciban un determinado salario, segn la actividadquecumplan,delcualpagabansutributopersonal(1972: 98).Peromsprofundamente,considerquelapresindelaproduc-cin para el mercado determin la crisis de la mita y la necesidad de su complementacinyposteriorsubstitucinporelsistemadeconcertaje. Velascoconsideralconcertajecomounaformamsevolucionadade relacin laboral que presupona la capacidad del hacendado y del traba-jadorparaconcertarciertascondicionesdetrabajo.Emperotenaun carcter similar a la servidumbre feudal, dado su sistema de endeuda-miento progresivo y casi forzoso (1972: 111). Con todo, el concertaje 29Capitalismo dependiente y relaciones de produccin en Ecuadorestaba tambin condenado a medida que se reforzaban los vnculos con el mercado mundial. En este sentido, ya en la poca republicana, el auge cacaotero de fnales del siglo XIX y de inicios del siglo XX fungi como unpoderosoestmulonoslo[de]lossalariosmonetariossinotam-bin[],hastaciertopunto[de]laabolicindelconcertajeen1918 (1972: 178). Lo mismo vale para el llamado sistema de redencin.3 En suma, si la dinmica cacaotera aceler una evolucin de las relaciones de produccinhaciaunarelativaproletarizacindelostrabajadores,estas relaciones siguieron marcadas por el sello del trabajo no libre.El surgimiento de un campesinado compuesto de granjeros libres de vn-culos semi-serviles slo ocurri verdaderamente dentro de la estela del ciclo bananero. A diferencia de los anteriores, el ciclo bananero se desenvolvi a partir de pequeas y medianas propiedades fncas inferiores a 100 hect-reas cuya formacin se debi en gran parte a la ampliacin de la frontera agrcolaenlacordilleraoccidental.Enestalnea,elanlisisde Velascoen torno a los efectos de la reforma agraria de los aos 1960 sobre las relaciones de produccin muestra su cautela. Ya que si bien esta reforma no transform la estructura de la tenencia de la tierra, Velasco admiti que su alcance radic en acelerar e impulsar el desarrollo de las relaciones salariales en el campo y en la eliminacin de ciertas supervivencias feudales (1972: 207). Conclusin Ecuador: subdesarrollo y dependencia fue mucho ms que un libro pionero cuyos planteamientos an no han recibido una repuesta terica ni prc-ticadefnitivas(Cueva,1989).FernandoVelascoelaborunambicioso marcointerpretativoparaelestudiodelasgrandesproblemticasdela historia econmica y del carcter de la formacin social ecuatoriana. Ciro F. S. Cardoso y Hctor Prez Brignoli se apoyaron en publicaciones poste-riores de Velasco extradas directamente de Ecuador: subdesarrollo y depen-dencia para la elaboracin de su Historia econmica de Amrica Latina, una 3Relacin mediante la cual el terrateniente obtiene el cacao a bajo costo gracias a la cesin de par-celas a los campesinos para la siembra de medios de subsistencia conjuntamente con el cacao.30Matari Pierre Manigatde las mejores referencias hasta la fecha. Pero ms all de su vigencia para futuros estudios sobre la historia y las caractersticas actuales de la econo-ma ecuatoriana, la obra de Velasco esclarece ciertos problemas propios de la elaboracin de algunos conceptos clave de la teora de la dependencia. En primer lugar, a diferencia de autores como Frank, quienes conside-ran la cadena de la dependencia de manera unilateral, es decir solo desde el punto de vista del drenaje de los excedentes, el anlisis de Velasco sobre el papel de la demanda efectiva en el capitalismo dependiente muestra los efectos internos sobre la modifcacin de las relaciones de distribucin, el mercado interno y las estructuras de las clases sociales. En este sentido, la relectura de Velasco abre la va para una reinterpretacin del debate en tor-no a la dependencia a la luz de la infuencia keynesiana y post-keynesiana en el papel de los mercados en la dinmica de las economas latinoamerica-nas. Finalmente, la articulacin del anlisis de las relaciones de produccin precapitalistas con la tesis del capitalismo dependiente no dej satisfecho a Velasco. Consciente de la incongruencia metodolgica de fundar su te-sis en la esfera de la circulacin, el autor prestar una mayor atencin al problemadelaarticulacindedistintosmodosdeproduccin.Seren Reforma agraria y movimiento campesino indgena de la Sierra, libro elabora-do a partir de una profundizacin del anlisis de las formas de la renta del suelo, que Velasco conseguir demostrar el carcter combinado capitalista y precapitalista de las relaciones de produccin en la hacienda serrana. Es cierto que Velasco no procedi nuevamente a una exposicin histrica del problema y que, ms bien, se concentr en el periodo previo a la reforma agrariadelos1960.Noobstante,ciertasobservacionespresenteseneste ltimo libro permiten establecer un lazo de continuidad con la preocupa-cin que presidi a Ecuador: subdesarrollo y dependencia. Tal continuidad se expresa, en particular, en la conviccin del autor de que el error de aquellos que sostuvieron la tesis del feudalismo en Ecuador radic en que hicieron de las unidades polticas del Imperio espaol el punto de arranque de su anlisis, prescindiendo de esta manera del carcter capitalista de la acumu-lacin que slo se afrma a nivel global. 31Capitalismo dependiente y relaciones de produccin en EcuadorBibliografaBag,Sergio(1949).Economadelasociedadcolonial.Ensayodehistoria comparada de Amrica Latina. Mxico, Grijalbo, 1992.Baran Paul (1957). La economa poltica del crecimiento. Mxico, FCE, 1964.Cardoso, Fernando H. y Faletto, Enzo (1969). Dependencia y desarrollo en Amrica Latina. Mxico, Siglo XXI.Cardoso, Ciro F. S. y Prez Brignoli, Hctor (1979). Historia econmica de Amrica Latina. Barcelona, Crtica.Cueva, Agustn (1989): Ecuador: subdesarrollo y dependencia de Fernando Velasco (mimeo).Emmanuel, Arghiri(1959). Lchange ingal. Paris, Franois Maspero, 1969.Frank, Andr Gunder (1967). Capitalismo y subdesarrollo en Amrica Lati-na. Mxico, Siglo XXI.Furtado, Celso (1969). La economa latinoamericana de la Conquista ibrica hasta la Revolucin Cubana. Santiago de Chile, Editorial Universitaria.Lewis,Arthur(1954).Desarrolloeconmicoconofertailimitadade manodeobraenEltrimestreeconmico,Vol.XXVIII(4),octubre-diciembre 1960, Mxico.Moreano, Alejandro (1981): Introduccin a Fernando Velasco Ecuador: subdesarrollo y dependencia. Quito, Editorial El Conejo.Rostow, Walter W.(1960).Lasetapasdelcrecimientoeconmico.Mxico, FCE, 1967.Saad Pedro (1960). Problemas de la revolucin ecuatoriana: la reforma agra-ria democrtica. Guayaquil, Comit Central del Partido Comunista del Ecuador, 1976. Sweezy Paul (1950). Crtica en Hilton Rodney (editor). La transicin del feudalismo al capitalismo. Barcelona, Crtica, 1976.VelascoFernando(1972).Ecuador,subdesarrolloydependencia.Quito, Editorial El Conejo, 1981.________ (1975). La Real Audiencia de Quito en Varios Autores, Ecua-dor: pasado y presente. Quito, Editorial El Conejo, 1995.________(1979).Reformaagrariaymovimientocampesinoindgenadela Sierra: hiptesis para una investigacin. Quito, Editorial El Conejo.33Atrapar una imagen del pasado en un momento de peligro: recordando y recuperando el marxismo crtico de Fernando Velasco AbadAgustn Lao MontesEl pensamiento crtico solo puede serlo en libertad, si sirve a algn amo deja de serlo. Bolvar Echeverra En sus Tesis sobre la flosofa de la historia, Walter Benjamin afrma: Arti-cular histricamente el pasado no signifca conocerlo tal como verdade-ramente fue. Signifca apoderarse de un recuerdo tal como ste relumbra enuninstantedepeligro.Recordaryrecuperarelpensamientoyla accin poltica de Fernando Velasco Abad, uno de los intelectuales-acti-vistas ecuatorianos ms lcidos de los aos 1960 y 1970, es hoy una tarea signifcativa,digamosurgente,porquelamemoriadelpasadoprximo esconstitutivadenuestrosmodosdeasumirelpresenteydeconstruir futuros posibles. Como argument el intelectual haitiano Michel Rolph-Trouillot: La historia es un relato sobre [y desde] el poder [donde] el pasado no existe in-dependientemente del presente; de hecho, el pasado slo es pasado porque hay un presente. Tocando ese tambor, la memoria radical de las dcadas 1960-1970, es tanto una accin de recuerdo como un accionar poltico en el presente. En otra de sus tesis Benjamin escribi que la imagen verdade-ra del pasado es una imagen que amenaza con desaparecer con todo pre-sente que no se reconozca aludido en ella. En esa vena, este trabajo busca entablar un dilogo poltico e intelectual desde los dilemas y perspectivas 34Agustn Lao Montesde hoy con la generacin del Conejo Velasco, una suerte de memoria cr-tica que orienta una continua revaluacin recproca de pasado y presente. MsalldelrecuerdosingulardelConejoVelasco,aquientuvela oportunidad de conocer brevemente en mi juventud temprana (en una conferencia en la cual indiscutiblemente fue el portavoz principal de la izquierdaestudiantillatinoamericanaydondemeimpresiondepor vidaporsupeculiarbrillantezintelectualycarismapoltico)aqunos ocupasusignifcadohistricocomopersonajeclavedentrodeloque Pocho lvarez W. ha defnido en el subttulo de su ltima pelcula como la memoria y legado de una generacin que quiso hacer la revolucin. Ciertamente, el corto ciclo de vida de Velasco se despleg en un periodo donde se desataron la creatividad y la esperanza con increble vigor, una eradeluchascuyacspideen1968Wallersteindenominrevolucin enelsistema-mundo.LavidadeVelascocasicoincidiconlapoca denominada como los sesenta, que no fue una dcada cronolgica sino un momento histrico cuyo comienzo se puede trazar desde fenmenos como la conferencia anti-colonial de Bandung en 1955 y la chispa inicial del movimiento de liberacin negra en los Estados Unidos con la protes-ta de Rosa Parks en 1956, pasando por la Revolucin Cubana de 1959 hasta llegar a la explosin de la crisis mundial de acumulacin capitalista ylaincepcindelacontrarevolucinneoliberaldesdemediadosdelos aos 1970. Dentro de la riqueza de esta era, frente a la cual necesitamos priorizarelestudiodesucomplejidadyhurgarenlamemoriaradical como rea de investigacin, cabe destacar el experimento socialista chi-leno. Al respecto, como bien ha planteado Patricio Rivas la va chilena alsocialismoconstituyelprimertriunfomundialdeuncandidato claramente marxista (Rivas, 2007). Entonando la misma clave, Alejan-dro Moreano plantea que a propsito del marco ideolgico confictivo queexplicalasmutacionesydesarrollodelpensamientodeFernando Velasco [] [e]l periodo comprendido entre el Cordobazo argentino y la formacin de los Cordones Industriales de la revolucin chilena, viene a construir el 1848 latinoamericano. Es decir el hito histrico que abri lanuevapocaanunciadaporlarevolucincubana(Moreano,1981). Hago hincapi en la experiencia de gobierno socialista en Chile por la ca-35Atrapar una imagen del pasado en un momento de peligrorencia de memoria y discusin sobre ella y su signifcado actual. Al igual que la vida del Conejo, fue breve, intensa y transcendental.Pero historiar este momento de victorias y derrotas de movimientos an-tisistmicos y de experimentos de gobierno revolucionario es una tarea que trasciende las posibilidades de estas lneas. Lo que buscamos aqu es interve-nir limitadamente en el debate a partir de una interpretacin de los aciertos y problemas de las teoras de la dependencia y de los proyectos revolucionarios vinculados a dicha perspectiva, a partir de una lectura del libro de Fernando Velasco Abad titulado Ecuador: subdesarrollo y dependencia.Eltextofueoriginalmentesutesisdelicenciaturaeneconomapre-sentada en la Universidad Catlica del Ecuador en 1972 y fue publicado pstumamente por la Editorial El Conejo en 1981. Esta obra puede leerse como una historia econmica del Ecuador hasta su tiempo de produccin y como un texto importante de lo que se ha llamado la vertiente de izquier-da de la teora de la dependencia. Mi lectura ser parcial y enfocar tres te-mas: 1) la crtica de Velasco de la razn econmica (tanto neoclsica como keynesiana)queseenlazaconsuanlisismarxista,relievandocuestiones de mtodo; 2) su argumento sobre la dependencia y el subdesarrollo que comprende una crtica del desarrollismo en dilogo creativo con las teoras deladependenciayqueanticiplasteorasdesistema-mundo;y3)sus planteamientos sobre el carcter de las ciencias sociales y los intelectuales.Velasco postula tres acontecimientos clave en la historia econmica del Ecuadordesutiempo:lacrisisdelasexportacionesbananeras,elsurgi-miento del polo industrial y el descubrimiento del petrleo. Dicho sea de paso,paraseguirlasecuenciahastanuestrosdaspodramosaadirdos giros a partir de los aos 1980, primero el neoliberal y luego el posneoli-beral o neodesarrollista. Velasco argumenta que para analizar el desarrollo histrico de la unidad geogrfca-poltica que hoy llamamos Ecuador hay que estudiar estructuras histricamente (Velasco, [1972] 1981). Para esto esgrime el mtodo histrico-estructural que desde Jos Carlos Maritegui hasidounacontribucinpropiadelmarxismolatinoamericano,siendo elaboradodeformaoriginalporfgurascomoRenZavaletaMercadoy Anbal Quijano. A propsito de esto, escribe Velasco, [e]l mtodo de an-lisisdebeserdinmico,totalizante,conunaperspectivasociolgicaque 36Agustn Lao Montesconciba a la sociedad integrada por grupos cualitativamente diferenciados e interactuantes y con una visin histrica que permita captar la especif-cidaddelproceso[]traselenfoquehistrico-estructural,subyaceuna percepcindialcticadelarealidad.Dichapropuestademtodoque tambinvemosenJeanPaulSartre,HenriLefebvreyKarelKosikesa nuestro entender una contribucin todava vigente de Marx y los marxis-mos crticos a la produccin de conocimiento socio-histrico que el mar-xismo latinoamericano ha desarrollado desde Maritegui con el anlisis de laheterogeneidadestructuraldelasformacionessociales.Velascoutiliza estemtodoparainvestigarlospatronesycontradiccionesenlahistoria del Ecuador enfocando tanto los procesos de acumulacin de capital y de luchas de clases como los procesos de formacin del Estado. Ya que el libro fue originalmente su tesis de grado en Economa, en l se resalta el Velasco economista, profesin de gran importancia poltica en el Ecuador como se evidencia en el hecho de que tanto el actual presidente como su opositor de izquierda en las pasadas elecciones son economistas. Loslineamientoscrticosdelpositivismoenlascienciassocialesquetra-za Velascotienencomoblancoprincipalloquedenominamoscrticade larazneconmica.Enestalnea,Velascoargumentaquelosmodelos matemticosnotienensentidosinoesenelmarcodeunateorizacin histrica y estructural. A contrapunto, plantea que el enfoque dinmico y estructural de Marx va evidentemente a trascender los imprecisos lmites de la ciencia econmica. En clara clave tanto Althusseriana como Braude-liana aade que Marx fund una ciencia nueva: la ciencia de la historia. Cabe acotar aqu que el debate actual sobre el legado poltico epistmico de los aos 1960-1970 debe asumir con ms rigor no solo los problemas de la tradicin Althusseriana sino tambin sus contribuciones que perma-necendeformainvisibleentrabajosdefgurascomoMichelFoucault, Stuart Hall y Ernesto Laclau. Volviendo a Velasco, uno sus rasgos origina-les fue combinar dos dimensiones frecuentemente segregadas del marxis-mo: su crtica de la economa poltica en aras del anlisis socio-histrico y su utilizacin como una exposicin analtica de la particularidad de los procesos econmicos. Aqu cabe destacar cmo en Ecuador: subdesarrollo ydependenciaVelascorealizaunanlisisdeloscircuitosdecapitalavan-37Atrapar una imagen del pasado en un momento de peligrozando ms all de los debates de la poca sobre qu era ms importante, laproduccinolacirculacin,paraasanalizareldesarrollodesiguala nivel mundial, utilizando los esquemas de reproduccin del volumen II de El Capital (que con la excepcin de Rosa de Luxemburgo casi no se han usado como marco interpretativo). En el mismo rengln Velasco plantea que el concepto dinmico de desarrollo est presente permanentemente en la obra de Marx a la vez que argumenta que el mismo concepto de desarrollo demanda, para su desentraamiento, el anlisis de la evolucin del sistema. Es aqu precisamente que saldrn las ltimas causalidades que permitan detectar las leyes que rigen tal proceso la nocin de desarrollo implica un proceso global que se da a travs del tiempo, lo que condu-ce a la necesidad de utilizar un mtodo dinmico para su comprensin (Velasco, [1972] 1981). Esta crtica de la nocin hegemnica de desarro-llo aparejada a un intento de elaborar un concepto marxista de desarrollo capitalista como fenmeno global anticipa argumentos acuados despus por Arrighi y Wallerstein a la vez que muestra semejanzas con la nocin de desarrollo desigual y combinado que acu Trotsky. Los anlisis de Velasco del sistema mundial como una secuencia de ciclos de hegemona imperial tambin anticipan trabajos posteriores de fguras como Arrighi y Stephen Gill que releen a Gramsci en perspectiva global. Esto nos conduce a discu-tir su concepto de dependencia. Describiendo el proyecto del libro, Velasco afrma que el trabajo ana-liza principalmente la evolucin de las relaciones de dependencia que li-gan la sociedad nacional con otras naciones dentro del sistema capitalista mundial (Velasco, [1972] 1981). Ms tarde, al analizar la Colonia, aseve-ra que la particular combinacin de diversos modos de produccin que constituy la formacin social vigente durante la poca colonial estaba so-bredeterminada por la estructura capitalista vigente a nivel internacional, de la cual formaba parte (Velasco, [1972] 1981). Aqu se revela un tipo de anlisis que transciende tanto la reduccin eurocntica de Amrica Latina alfeudalismocomolareduccintotalizantedeGunderFrankdondela ecuacin de subdesarrollo y capitalismo dependiente reduca la posibilidad devercambiosinternos.En Velasco,elimperativoanalticoconsistaen investigarhistricamentelosescenarioslocalesynacionalesjuntoconel 38Agustn Lao Montesimperativo poltico de la revolucin socialista. Bajo esta luz, lo colocamos junto a Ruy Mauro Marini, Teotonio dos Santos, Vania Vambirra y An-bal Quijano, dentro de la vertiente de izquierda de las teoras de la depen-dencia. Por qu de izquierda? La respuesta simple es por su combinacin deunconceptodedependenciacomocondicinestructuraldesubordi-nacinenelsistemamundialcapitalistajuntoconsuvocacinpoltica anti-capitalistaysocialista.AtravsdesulibroVelascodialogconcasi todos los intelectuales que componen la generacin dependentista y con las corrientes internacionales del marxismo de la poca, lo que se constata en una bibliografa que recoge las corrientes intelectuales ms importantes del momento. Su afnidad con Marini, adems, se podra demostrar a par-tir del concepto de sobrexplotacin como fundamento de la dialctica de la dependencia. Aunque todava no se haba publicado el texto de Marini Dialcticadeladependenciayaunque Velasconoelaboraelconceptode sobrexplotacinensulibro,hayafnidadesquesepuedeninferirenlos argumentos de ambos autores. Sehanescritomuchasletrassobrelaimportanciadelasteorasdela dependencia en el periodo fundacional de las ciencias sociales en Amrica Latina.Msquedeunateorasingular,setratadelagestinanalticae investigativa de una generacin de intelectuales-activistas que emergi en el contexto dela erosin delexperimento modernizador desarrollista del periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial junto a la insurgencia de movimientos de liberacin nacional en Asia, frica y el Caribe (la tercera era de descolonizaciones), de una nueva izquierda socialista en Latinoam-ricaydelaefervescenciadeluchasestudiantiles,feministas,anti-guerra, anti-racistasyanti-imperialistasenEstadosUnidosyEuropa,queensu conjunto constituyeron una poderosa ola de movimientos antisistmicos. Enestecontexto,sepolitizdeformasignifcativaelconocimiento,sus modos de produccin, sus propsitos y sus actores. Las universidades fue-ron espacios clave por el radicalismo tanto de los movimientos estudianti-les como de la emergencia de una academia de izquierda donde las ciencias sociales jugaron un papel central. Esta es la tradicin de la Facultad Lati-noamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) que comenz en Chile, del Departamento de Sociologa de la Universidad de Chile que fund Hugo 39Atrapar una imagen del pasado en un momento de peligroZemelmanen1966conlaizquierdadependentistayenelEcuadorde fgurascomoAgustnCueva,GonzaloAbad,AlejandroMoreanoyFer-nandoVelascoquiendefendalapreocupacinfundamentalmentepo-ltica de la investigacin [] con el objetivo de formular cientfcamente una estrategia revolucionaria (Velasco, [1972] 1981). Con esta ptica, al presentar el segundo nmero de la Revista de Ciencias Sociales de la Escuela de Sociologa de la Universidad Central del Ecuador, Velasco argumenta que la crtica de la historiografa ofcial constituye un mbito ms de la lucha de clases que va develando verdades actuales y pretritas aadiendo que el problema fundamental de las Ciencias Sociales es el de la compren-sin cabal de los procesos histricos [] en una forja de armas tericas y enuncombatecontralasverdadesestablecidas(Velasco,[1972]1981). Este maridaje de teora, investigacin histrica y compromiso poltico, que muchos hoy da califcan como falta de rigor, es constitutivo de las ciencias socialeslatinoamericanasenunmomentodehegemonaintelectualdel dependentismo. En un libro publicado en 2002 con el ttulo Teora de la dependencia:balanceyperspectivas,TeotoniodosSantosescribe:[e]ste libroesunacontribucinmsaestabatallaque,comomostramos,pasa profundamente por la lucha ideolgica, por la historia de las ideas y por la evolucin de las ciencias sociales, convertidas en discursos acadmicos similares al pensamiento escolstico medieval (Dos Santos, 2002). El de-bate sobre la relacin entre ciencia y poltica y sobre el rol histrico de los intelectuales, como vemos, sigue abierto. Parayaacercarsealcierredeestetrabajo,esnecesarioreferirsealas contribucionesylimitacionesdelpensamientoylapolticadeFernando Velasco, que en gran medida fueron tambin las del horizonte de sentidos y perspectivas de futuro de la poca en que vivi. Esto a su vez apunta ha-cia sus implicaciones actuales. Las contribuciones intelectuales de Velasco estn ntimamente ligadas a las persistentes aportaciones de las corrientes de izquierda a las teoras de la dependencia que se pueden resumir en los siguientes puntos: 1) un anlisis crtico del desarrollo desigual y combina-do en el sistema-mundo capitalista y por ende de los lmites del desarrollo capitalista; 2) una comprensin del carcter capitalista del Estado contra el sentido comn liberal que lo vea como institucionalidad neutral (en aquel 40Agustn Lao Montesmomento todava primaba en la izquierda el anlisis del Estado como ins-trumento de poder de clase); 3) un compromiso de cambio radical a partir de la organizacin popular y la construccin de conocimiento crtico; 4) una conviccin y visin de construir futuros pos-capitalistas. Todo esto no niega los lmites que tuvo incluso lo mejor del pensamiento y la poltica de izquierda en los aos 1960-1970, que incluyen un reduccionismo de clase asociado a la ceguera a opresiones tnico-raciales y de gnero y sexualidad; un sesgo economicista que no dio sufciente cabida a entender la especif-cidad de lo poltico y por ende a valorar sufcientemente la cuestin de la democracia con una poltica de partidos y sindicatos que no dio cabida a las polticas posteriores de movimientos sociales; y, asimismo, una falta de comprensin sobre el carcter constitutivo de lo cultural en las relaciones de poder (a esta ausencia respondi el llamado giro cultural en la dcada de 1980 que lleg junto con la crisis del socialismo actualmente existente). En gran medida, la contrarevolucin neoliberal, que unos catalogaron como el retorno del Capital y otros como el fn de la historia, constituy una derrota para el proyecto revolucionario de los aos 1960-1970. Pero fueunaderrotarelativa.En1979laRevolucinSandinistadioinicioa una ola de actividad revolucionaria en Centroamrica que, aunque ahora est fuera de la mayora de las memorias tanto gubernamentales como de losmovimientosylasizquierdas,ademsderenovarlaesperanza,como dicePatricioRivas,reactualizlaopcindeizquierdarevolucionariay precipit debates sobre formas de lucha, alianzas y modelos de transicin al socialismo (Rivas, 1996). Cuando lamentbamos las derrotas en Cen-troamrica, nos sorprendi la revuelta zapatista en 1994 y luego la victoria de Chvez en 1998 que abri otro horizonte histrico a futuros ms all del capitalismo. Ante este repertorio surge la interrogante sobre qu signi-fcados atribuir a las izquierdas de los aos 1960-1970. Fueron sus anlisis y proyectos derrotados o algunos tienen vigencia? Qu lecciones positivas y negativas aprender de aquella ola de movimientos antisistmicos y qu relacin podran tener con la crisis actual de la civilizacin capitalista y la nuevaoladeluchas?Estassonpreguntasfundamentalesparaeldilogo poltico epistmico entre pasado y presente que postulamos al principio. En torno a la dcada de 1960 es importante hablar de derrotas temporales 41Atrapar una imagen del pasado en un momento de peligroyparcialesentendiendolapersistenciadelascontradiccionesdelcapita-lismoylasconstantesre-emergenciasdeciclosrevolucionariosyolasde movimientos antisistmicos que abren espacios de liberacin y acumulan repertorios de accin. Trouillot dice que la historia en tanto relato de poder es un relato de quienes ganaron. Pero se puede ganar perdiendo, abriendo espacios democrticos (sociales, sexuales, tnicos) y creando repertorios de accin (como la ocupacin de espacios pblicos e institucionales) que pue-den revivirse despus. La produccin del archivo radical de las izquierdas y movimientos constituye un contradiscurso a historias ofciales que tienden a negar agencia a las mayoras subalternas, una suerte de visibilizacin de las caras ocultas de la historia. Por eso la importancia de cultivar una me-moria crtica de los aos 1960-1970, pues como escribi Benjamin tam-poco los muertos estarn a salvo del enemigo, si ste vence. Y este enemigo no ha cesado de vencer. La escultura del Conejo Velasco recientemente develada en la sede de FLACSO en Quito constituye, precisamente, un artefacto de arte pblico para rescatar esa memoria y construir un archivo de luchas y aspiraciones. Velascovivientiemposdetransicinycomovisionariodedichomo-mento fue un intelectual radical fronterizo de larga visin y muchas de sus perspectivas tericas y polticas estn vigentes. Trouillot dice que los seres humanos participan en la historia como actores y narradores (Trouillot, 1997). El Conejo fue tanto un actor protagnico como un narrador de la historia del Ecuador en perspectiva mundial. Hoy que el Ecuador emerge como actor visible a nivel regional y hasta cierto punto a escala mundial, cabepreguntarselavigenciadelascrticasdelConejoaloslmitesdel desarrollonacionalsinrealizartransformacionesdecortesocialistaenel pas y en el mundo. Se podr cambiar la matriz productiva sin alterar l