Literatura y Política. Fabián Casas

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  • 7/28/2019 Literatura y Poltica. Fabin Casas

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    Mara Amelia Bustos Fernndez

    UNCo

    Literatura y Poltica.

    Experiencia e Intensidad en la Escritura Literaria Actual: El CasoFabin Casas.

    - Planteo preliminar.

    En este trabajo me propongo trazar algunas lneas de reflexin acerca del modo en

    que ciertas escrituras literarias de la Argentina reciente formulan preguntas radicales al

    presente acerca de los modos de emergencia identitaria y de agenciamientos colectivos, enun contexto cultural que organiza una inestabilidad ontolgica a travs de discursos

    capaces de silenciar (borrar) y/o estigmatizar cuerpos y vidas. Esto, como sostiene JudithBultler, compromete a la accin y a las prcticas de nominacin, que dirimen acerca de quvidas valen la pena y cules no, bajo articulaciones excluyentes y violentas.

    1

    Este panorama impone a los escritores no slo la reconfiguracin del espacio social

    y del encuentro con el otro, vale decir, de lo poltico, bajo el motivo de la comunidady delcuerpo, sino tambin el replanteo de una escritura que habr de organizar el sentido, alldonde es abandonado a su propio lmite y exceso.

    Para Jean-Luc Nancy, la escritura no es un modo de apropiarse del sentido sino la

    apertura misma, la exposicin al estar-en-comn,2

    que compromete al propio cuerpocomo lugar de fragilidad y exposicin al otro. Nancy propone un nuevo punto de partida

    para pensar el cuerpo que no implica pensar otro sentido o una nueva interpretacin del

    cuerpo sino pensar el cuerpo como interrupcin del sentido.3 Cuerpo implica ese extremoen que somos impotentes para articular un discurso con sentido. De all que la escritura que

    se propone como resistencia a las escrituras de apropiacin e imposicin del significado, esuna escritura en que el sentido ha de ser abandonado a su exceso, a su fragilidad, en el

    lmite de su posibilidad de tener algn sentido.

    - El relato como experimentacin.Diversas escrituras experimentales (Walter Benjamn), post-autnomas (Josefina

    Ludmer) o menores (Deleuze y Guattari) exploran lugares de indeterminacin e inscriben

    la ambivalencia como factor decisivo para alcanzar el umbral donde el sentido acontececomo una intensidad. Estos experimentos tienen por objeto el carcter potencial de la vida

    1 La cuestin que me preocupa a la luz de los recientes acontecimientos es lo que cuenta como humano, loque hace que una vida valga la pena.(p.46) En este sentido tenemos que interrogarnos sobre las condiciones

    bajo las cuales se mantiene la vida que vale la pena y, a travs de qu lgica de exclusin, de qu prcticas de

    borramiento y nominacin. (p. 65) Judith Butler. Vida Precaria. El poder del duelo y la violencia. Bs.As.,

    Paids, 2006.2

    Jean-Luc Nancy.La comunidad enfrentada. Bs.As., La Cebra, 2007, P.67.3 Daniel Alvaro. Un cuerpo, cuerpos en Jean-Luc Nancy. 58 indicios sobre el cuerpo. Extensin del

    alma. Bs.As., La Cebra, 2007, p.54.

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    en su indeterminacin, contingencia y devenir- y producen configuraciones acerca del

    sentido de estar abismados en una alteridad creativa que impulsa a los lectores a volver ahabitarse.

    - La literatura y el carcter potencial de la vida:el caso Fabin Casas.

    La prosa de Fabin Casas postula una forma de conocimiento que no slo tiene

    como correlato la apertura al mundo y a la verdad sino particularmente a la vida y su

    errancia.4

    Prend la luz y vi, en el espejo roto del botiqun, la cara de un tipo parecido a m.

    En realidad era mi cara despus de una explosin nuclear. Los que quedbamos en elplaneta nos habamos convertido en mutantes. (Ocio, 2006, p.60)

    5

    El narrador se/nos introduce en un pensar como experimentum que significa

    construir una mquina que es siempre lo que interrumpe un flujo y lo deriva a otra parte.

    (despus de una explosin nuclear) La discontinuidad irrumpe como un movimientoque, al tiempo que constituye al sujeto lo des-subjetiva, pues abre lneas de fuga como

    discontinuidad ontolgica: nos habamos convertido en mutantes.Ahora nos podemos preguntar, siguiendo a Deleuze y Guattari, por la mquina

    literaria de F. Casas. Ella no pasa por la crtica social. Ms bien, es una escritura

    poltica que recupera la escena de la vida como potencia y devenir, la cual no pasa por lacrtica social sino que se ala al movimiento virtual que ya es real sin ser actual.

    6

    El modo, entonces, de hacer la revolucin en Casas, como en Kafka, se da por

    una desterritorializacin de la lengua habitual hacindola menor, manejndose con elprincipio de entradas mltiples que impide la introduccin del enemigo: el significante y

    las tentativas de interpretar la obra. Esta no se da a la interpretacin sino, ms bien, a laexperimentacin.

    Yo estoy, desde hace meses, hundido en el ocio. Como, cago, duermo: soy una

    biologa que no tiene rumbo (Ocio: 2006, p.9).

    En la novela Ocio, el enunciado: Soy una biologa que no tiene rumbo lejos de ser

    una enunciado de desvo, extico estigmatizado como catico y despreciable, organiza laesttica del relato como una teora de la sensibilidad en que se pone en juego la experiencia

    constitutiva de una forma- de- vida como una intensidad y un punto de inquietud

    respecto de los lugares y concepciones conocidas, lo que convierte esta forma de vida en

    fuerza, potencia, en efectividad sensible.Se trata de iluminar la experiencia singular sobre la vida, vivida como

    perturbacin, como crisis, como extraeza y precariedad. Las formalizaciones ms slidasperdern su rigidez (Bien/Mal, Orden/Caos) para multiplicarse o preparar una rebelin

    siguiendo lneas de fuga de intensidades nuevas, lo menos significantes posibles. Se trata

    4 Cfr. Giorgio Agamben. La inmanencia absoluta en La potencia del pensamiento. Bs.As.,

    Adriana Hidalgo Ed., 2007.5 Fabin Casas. Ocio. Bs.As., Tierra Firme, 2006. (Todas las citas se harn por esta edicin).6 Gilles Deleuze y Felix Guattari.Kafka. Por una literatura menor. Mxico, Ed. Era, 1978, p.87.

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    de saber por dnde y hacia qu fluye el sistema, cmo deviene y cul es el elemento que va

    a desempear el papel de heterogeneidad que quiebra la estructura simblica, lainterpretacin hermenetica y el propio arquetipo imaginario.

    Este papel de heterogeneidad recae sobre el propio cuerpo. Una

    percepcin perpleja de estar en el mundo afecta lo corporal, lo cual se entroniza como

    lugar del padecer y del vivir, as como lugar de exposicin social y poltica que hablade su relacin con los otros. El propio cuerpo organiza un mapa (cuerpo-forma) que disea

    y muestra que lo que rige la condicin humana es la vulnerabilidad y la apertura. Esta

    permite decir la diferencia con los otros y consigo mismo, mantener la alteridad comocondicin misma de la experiencia y decir el dolor y la pasin.

    Esa geometra invisible lo haba puesto a l en la cama de un sanatorio y a m a suspies parado. Yo estaba vivo y l a punto de partir. Esa era la moneda. (Ocio: p. 71).

    Tener la sensibilidad para captar el devenir de esa geometra invisible que nos ubica

    en la vida y no en la muerte: de esto se trata la literatura de Fabin Casas. Tambin de la

    posibilidad de darse cuenta de qu posible diseo de agenciamiento se puede organizar msall de lo instituido: Somos tres islas. Es verdad.(Ocio: p. 73). Estas son las palabras

    finales de Ocio. Tres islas que no se pierden de vista, se atraen y se repelen y formanfiguras inslitas en que el afecto tiene entradas mltiples que impiden la interpretacin

    habitual y la simblica instituida acerca de los modos de lo comunitario.

    En estas historias, lo relatado no da la sensacin de ser inventado sinoexperimentado. Entre el narrador y el lector se abre un espacio particular: el de laintimidad. Este gesto de la narrativa remite a una caracterstica de lo cultural: la intimidad

    se vuelve espacio pblico. (Este gesto narrativo est vinculado con otros soportes comointernet, blogs, todas formas de comunidad post-moderna). Con la cada de la verdad de lo

    pblico, de las instituciones (que an se sostenan en los 70) se otorga visibilidad a laintimidad como verdad posible y como rplica y sealamiento de otro espacio pblico

    posible que se corre hacia lo afectivo. (Cae la distincin privado/pblico moderno). De este

    modo se experimenta y abre lo que an no existe. Lo virtual no actualizado an, que abre lo

    poltico al deseo.

    - De desterritorializaciones e intensidades.

    Para decir, contar, pintar o filmar la vida como potencia y experimentacin, el

    arte resiste desde neo-formaciones o novedosas constelaciones -como sostiene Walter

    Benjamn-7

    en que la imagen representada est sometida a una tensin que desgarra lafigura homognea, de bordes bien delimitados, y nos conduce a la captacin, en las mismas

    formas estticas, de algo que las des-borda y alcanza al espectador-lector como un shock-

    tctil que lo concierne y lo moviliza. Se trata de un nuevo verosmil que se caracterizapor la figuracin indirecta, extraada, excesiva, que alcanza tanto al escritor como allector como un plus o un exceso que deja or, en los pliegues de un cuerpo fragmentado, de

    una figura estandarizada, de un gesto familiarizado, de una foto de archivo, el enigma y la

    hondura de una experiencia vital.

    7 Walter Benjamin. La obra de arte en la era de la reproductibilidad tcnica, enDiscursos

    Interrumpidos I. Bs. As., Taurus, 1989.

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    Todo esto nos conduce, necesariamente, al problema del alcance de lamirada y de la escucha. No se trata slo de mirar y de or, sino de una visin y de

    una escucha que logren atravesar la imagen y la palabra explcitas y lleguen a la cuestin

    siempre huidiza y misteriosa en su familiaridad extrema- del sentir y el padecer humanos.

    Este nuevo verosmil es el que ensaya F. Casas a travs de la figura delmutanteque seconvierte en condicin de la trama y opera una aversin a la fijeza que organiza unaapertura en la imagen como un plus o exceso que alcanza al lector y al personaje y lo

    moviliza en sus afectos: la fotografa, por ejemplo, es un invento satnico pero tambin

    deja aparecer en la imagen una fuga que toca, concierne al personaje hasta abrir en l esa

    brecha por donde pasa la vida misma bajo la forma de un exceso que no se puede contenery que viene del cuerpo mismo. Es lo que da expresin a lo que no tiene palabras.

    La fotografa es una de las cosas ms crueles que existen. Es un invento satnico.El perro, con el pelo hmedo, miraba a la cmara. Me qued mirando la foto hasta

    que se me humedecieron los ojos. Entonces apagu la luz, me tir en la cama y mepuse a llorar como un hijo de puta. (Ocio: p. 50)

    A la trama le ocurre lo mismo que al personaje: ya no se estructura segn el

    argumento sino como devenir, por yuxtaposicin de fragmentos, por irrupciones e

    interrupciones. El personaje, en este caso, queda atravesado por la memoria involuntariacon implicacin de su cuerpo y se pone a llorar como un hijo de puta. Los sucesos

    ocurren como acontecimientos ricos en intensidad. Desde esa intensidad, nos miran, nos

    conciernen y la vida misma respira.

    As, el ser mutante se vuelve constitutivo del yo. La frmula: Yo soy el Otro de

    Rimbaud, es la que rige y se proyecta sobre el texto como una imposibilidad de decir algofirme sobre s mismo y sobre los otros. En este sentido, se da una desterritorializacin de

    los lugares fijos y sustanciales que lleva, como sostienen Deleuze y Guattari, a un usointensivo de la lengua capaz de llevar hacia el lmite una nocin y rebasarla. Son rasgos de

    pobreza que tienen una funcin creadora al servicio de una nueva expresividad,

    flexibilidad e intensidad.En los Cuatro fantsticos, cuento deLos Lemmings,8 F. Casas ensaya un modo de

    la nominacin por la cual los personajes reciben sobre-nombres que ms que ver con la

    figura del padre de sangre, que ha desaparecido (identidad clandestina por causa poltica)

    remite a otro orden: bsqueda de afecto o afectividad: Carmelo Scotch (primer fantstico,sustituto del padre) hace referencia al color de la piel como el de la cinta Scotch por estar

    al aire libre. El nio establece una relacin con Carmelo porque ste lo lleva a hacerejercicios y le ensea a vivir su cuerpo intensamente. En El Bosque Pulenta, (Los

    Lemmings y otros) la forma de la nominacin, tanto del nombre propio como de la

    adjetivacin, cobra valor por la intensidad que genera. El personaje central es llamado

    Mximo Disfrute. El efecto de constitucin del sujeto no se da por algn saber o historiasino por un corte, en el instante justo. All se juega el sujeto (interrupcin y origen). Este

    8 Fabin Casas.Los Lemmings y otros.Bs.As., Arcos, 2005. (Las citas se harn por esta edicin).

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    corte no responde ni a una tradicin, herencia o pensamiento consolidado. Es una pura

    inmanencia de la vida que se juega. (G.Agamben: La inmanencia absoluta en Potencia

    del pensamiento. (2007), op.cit.). Es una respuesta al estar all que define la vida de

    alguien y la de otros como un disfrute mximo.

    Si vos sos un maestro impecable en el arte de la preparacin del t tambin podspelear con cualquiera y matarlo a golpes porque sos impecable. Tens impecabilidad.

    Y Mximo?

    ..Mximo es impecable.

    S. (F. Casas:Bosque Pulenta, op.cit., p. 38).

    La impecabilidadremite a ese golpe justo que, sin previsiones, irrumpe y abre a la

    escena de la vida jugndose. All se abre un espacio de fragilidad y transitoriedad,

    gestionado por un devenir que interrumpe un flujo y sanciona la discontinuidad. (El

    instante que corta).

    En cuanto a la temporalidad, estos cortes remiten, no ya al pasado, sino al puropresente con frases a-significantes y ricas en intensidad, en cuanto al lenguaje.

    Le pregunto qu se siente. Me dice: es como un escalofro pulenta. (Se

    refiere a la masturbacin) (Op. Cit., p. 29) Y luego: en una calle de Boedo

    haba un chico, un tal Mximo Disfrute, que la rompa. (op.cit., p. 30 y 31).

    Los trminos pulenta y rompa ponen en crisis la frase clich, que es aseguradora, y

    buscan la intensidad.

    -La escritura menor: una apertura a la experiencia de comunidad ysubjetividad.

    Constantemente se da una problematizacin del significado como estabilizador y

    sublimante.

    En casa, estar vivo es un accidente que se cruza con igual intensidad con la

    muerte. (Ocio: p.13).

    La escritura menor evita lo sublime, pues lo vivo requiere una escritura que se apoye en

    un sentimiento cuya episteme se corresponde con una libido de lo sensible. Esta encuentraotras salidas, que no son las de la libido de la razn y del conocer tradicional que prestigia

    la relacin saber-poder. Son salidas que hacen lugar al accidente y al acontecimiento,

    que trae la alteridad y la precariedad.Hay un sentimiento post-moderno que rescata al individuo comn, en el presente-ahora,

    en pleno corte imprevisto. Es el yo que se afirma en la experiencia del presente comn y se

    acerca al sujeto plural.

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    Boedo queda donde estemos nosotros, dice Mximo. Eso me quebr. Esa

    frase, esa puta frase, dicha en ese momento de la noche, me puso la piel degallina y los ojos hmedos. (Bosque Pulenta: op., cit, p. 36).

    El yo que se afirma es el yo cualquiera. No es el sujeto de la intencin sino el yo que

    comparte con otros una vivencia. El Boedismo Zen no constituye un modo de lacomunidad con un yo prometeico sino inestable, resistente a la identidad fija que queda

    difuminada en la experiencia comn y rescata la singularidad de cada quien.

    Las tramas refuerzan la discordancia, lo azaroso. El argumento pierde centralidad ycobran relevancia los sucesos que irrumpen para desplazar los acontecimientos del efecto

    de causalidad tradicional del relato.

    - Cultura Juvenil y lo poltico.

    El texto relata que si el futuro es Las Malvinas o morir drogado o perseguido

    por la policia, slo queda vivir el presente en su pura intensidad y ajenidad respecto del

    orden dado. Desde all se resiste. Sin figuras sublimadas pues todo se presenta desde elcuerpo y los cruces con los otros y el otro.

    Estas escrituras quedan asociadas con el impulso dionisaco (no el prometeico)por el cual ocurre la destruccin festiva donde la muerte es gozosa y alegre y la vida es

    una intantnea en el puro presente.

    Entonces algo me sucedi. Me par de golpe. Por algn motivo

    inexplicable, en un abrir y cerrar los ojos ya no senta ningn miedo fsico. Fuera lo

    que fuera, estaba claro que ya era un miembro de la tribu. Un verdadero veteranodel pnicoNos empezamos a pegar de lo lindo. No me dolan los golpes, no senta

    el cuerpo. Yo era Asterix, era nadie. Y comprend que en esa noche extraa bajo lasestrellas de una barriada remota se me fue otorgado el don de la invisibilidad. Y

    tuve satori. (Asterix, el encargado enLos Lemmings y otros.. Op.cit., p. 65

    Por qu la invisibilidad resulta ser un don? Si consideramos que el modohegemnico de comunicacin de la cultura actual es el de un discurso que paradjicamente,

    en su extrema visibilidad, vuelve invisible no slo la condicin humana en su padecer, en

    su sentir, en su precariedad y fragilidad, sino que inhibe lo imprevisto, el asombro, el lmitedel sentido instituido, o sea expropia la experiencia que es siempre una relacin

    insoslayable con lo otro y con lo desconocido9, entonces la invisibilidad se convierte en

    un don.10

    9La experiencia es el lugar donde tocamos el lmite de nuestro lenguaje. Giorgio Agamben.

    10 Las condiciones culturales actuales, bajo las que se estudia, se lee y se produce el arte en general y

    la literatura en particular, se caracterizan por articular un dispositivo de captura de las fuerzas de

    creacin por el cual el otro y lo otro resultan desvinculados- justamente por la sobre-exposicin

    massmeditica- de su potencialidad y singularidad y se vuelven una nada de sentido, esa nada con laque el discurso de lo MISMO impone sus condiciones de visibilidad excesiva.

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    Cuenta Fabin Casas, en uno de sus textos de Ensayos bonsai11, que, en ocasin de

    tener que buscar un zapatero para arreglar un par de zapatos rotos, algo de su propia actitudcultural se le hizo evidente:

    Me llam la atencin que nunca hubiera notado el negocio- pese a pasar

    seguido por ah- hasta que lo necesit. Me di cuenta de que el que hace bien su trabajoes invisible. Que no tiene que salir a buscar a nadie porque el que lo necesita llega. En

    la cultura de la exposicin, la invisibilidades un don. ( Pg. 161).

    Hasta que lo necesit. Me di cuenta de que el que hace bien su trabajo es

    invisible. En este ensayo F. Casas est hablando del trabajo de creacin literario en la

    argentina actual y se da cuenta de que para que ocurra la literatura (la produccin y lalectura) la creacin debe surgir no de una extrema exposicin y visibilidad sino la una

    necesidad de ponernos en contacto, a travs de la palabra literaria, con algo de nuestra

    propia experiencia humana que espera, en el espacio de lo invisible, como una inquietud en

    el cuerpo, serrescatada para compartirla y comprenderla. El cuerpo vibrtil, como llama

    Suely Rolnik,

    12

    a esa capacidad diferente de nuestra subjetividad, que nos pone en relacincon nuestros afectos y pasiones y, desde all, gestiona bsquedas y modos vivos de

    expresin de lo humano.

    Pero la literatura, arrastrada por este modo cultural hegemnico, sostiene Casas, se

    ha convertido en un clich dentro del mundo de los clich y, como tal, slo sirve paradetener, estancar, enfermar. Y sigue: lo cierto es que uno escribe con alguien, en el

    medio de todos, cruzndose con estticas y propuestas diferentes, ampliando su paleta de

    colores, se escribe inspirado por los que no escriben y slo narran de manera oral, como enel sermn de la montaa. En cada bar, oficina, dormitorio o plaza, hay alguien relatando el

    sermn de la montaa, slo hay que tener el odo atento y el estado de atencin parahacerse escribir. Somos narraciones de la vida. Cuando el relato se estanca, nos

    enfermamos y morimos. (p.160).

    Cuando los modos de representacin se vuelven pura exhibicin y espectculo y se

    escamotea el relato de la vida, nada nos dicen y nada nos pasa con ellos, no nosconmueven, son letra muerta

    El desafo para la literatura y el arte en general contemporneos, entonces, consiste,en recuperar, por un lado, la escena de la vida (con su fragilidad y potencia) en nuestrasnarraciones y, de este modo, tener una experiencia con ellas y, por otro lado, en abrir un

    espacio en que la creacin como experimentacin de s y del mundo sean posibles.(Dimensin poltica y tica).

    11Fabin Casas.Ensayos Bonsai. Bs.As., Emec, 2007.

    12 Entrevista realizada a Suely Rolnik por una integrante del Colectivo Situaciones en Buenos

    Aires, enero de 2006.