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Llamamiento del Episcopado chileno a los católicos del país a fin de que cooperen a la realización del Pabellón "Civitas Dei" de la Santa Sede y de la vida católica universal en la Exposición Universal e Internacional de Bruselas en 1958 Fecha: Miércoles 29 de Mayo de 1957 Pais: Chile Ciudad: Santiago Autor: Obispos de la CECH A todos los católicos de Chile: Como lo ha dado a conocer la prensa de todos los países, del 15 de Abril al 19 de Octubre de 1958, tendrá lugar en Bruselas, la hermosa capital de Bélgica, la Primera Exposición Universal e Internacional después de la segunda guerra mundial. Esta Exposición será un acontecimiento extraordinario que, más allá del significado e importancia corrientes de una exposición, tendrá por objeto presentar a la vista de la humanidad entera, una síntesis grandiosa de la acción de la mayor parte de las naciones del orbe y de los grandes organismos internacionales de nuestro tiempo, en los sectores de las ciencias, de la educación, de las artes y de la técnica. A través de ella aparecerán de relieve las distintas concepciones filosóficas, sociales y religiosas de todos los continentes, pueblos y razas. A esta Exposición ha sido invitada oficialmente la Santa Sede en su carácter de Estado Soberano y cabeza del mundo católico y la Santa Sede, por primera vez en una exposición de esta índole e importancia universal, ha aceptado el participar en ella. Lo hará mediante la organización de un vasto Pabellón que con el significativo titulo de "Civitas Dei" - Ciudad de Dios- manifestará a los millones de visitantes de la Exposición, la expansión de la Iglesia como potencia supranacional y espiritual y la maravillosa radiación e influencia de la Vida Católica en el mundo entero y en todos los ambientes de la existencia humana como fruto de su doctrina religioso-social y de sus principios de amor, de justicia y de paz. La concepción o plan del Pabellón por los detalles que conocemos de él, y que ya se encuentra en plena construcción, aparece realmente como el más adecuado y brillante para la alta finalidad espiritual, religiosa y social que la Santa Sede ha tenido en vista al concurrir a la Exposición. Su realización si se lleva a cabo en su magnifico conjunto, ha de ser, sin duda, no sólo digno de la Santa Sede y de la Vida Católica Universal, como lo desea Su Santidad Pío XII, sino que constituirá un valiosísimo monumento apologético y misionero a la vez, de la divina misión redentora y salvadora de la Iglesia en todas las edades y en el mundo de hoy principalmente. Ante la feliz inminencia de la Exposición, y sobre todo, ante el significado que ha de tener la presencia de la Santa Sede en ella, es muy justo y muy laudable que los católicos de todos los pueblos comprensivos y penetrados de ese significado de verdadera trascendencia mundial, ofrezcan su generosa cooperación moral y financiera, a la plena realización del Pabellón "Civitas Dei", que como ya lo hemos expresado, en el gran evento universal internacional de Bruselas en el año próximo, será expresión viviente de la Iglesia Católica y de la Vida Católica Universal. En este sentido nos complacemos en hacer nuestro, el llamamiento que el Eminentísimo Cardenal Arzobispo de Malinas en representación de la Jerarquía belga, y el Excelentísimo señor Nuncio Apostólico en Bruselas, han juzgado oportuno dirigir a los Obispos, sacerdotes y fieles de todo el mundo católico exhortándoles a que unan sus esfuerzos para que el Pabellón de la Santa Sede y de la Vida Católica Universal sea una demostración digna de nuestra gloriosa doctrina. E igualmente hacemos nuestro el caluroso llamamiento que con el mismo fin ha dirigido a los católicos de todas las naciones, el Excmo. Comisario Gral. de la Santa Sede, acerca de la Exposición: "Es evidente que la Iglesia Católica y la

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Llamamiento del Episcopado chileno a los católicos del país a fin de que cooperen a la realización del Pabellón "Civitas Dei" de la Santa Sede y de la vida católica universal en la Exposición Universal e Internacional de Bruselas en 1958

Fecha: Miércoles 29 de Mayo de 1957Pais: ChileCiudad: SantiagoAutor: Obispos de la CECH

A todos los católicos de Chile:

Como lo ha dado a conocer la prensa de todos los países, del 15 de Abril al 19 de Octubre de 1958, tendrá lugar en Bruselas, la hermosa capital de Bélgica, la Primera Exposición Universal e Internacional después de la segunda guerra mundial. Esta Exposición será un acontecimiento extraordinario que, más allá del significado e importancia corrientes de una exposición, tendrá por objeto presentar a la vista de la humanidad entera, una síntesis grandiosa de la acción de la mayor parte de las naciones del orbe y de los grandes organismos internacionales de nuestro tiempo, en los sectores de las ciencias, de la educación, de las artes y de la técnica.

A través de ella aparecerán de relieve las distintas concepciones filosóficas, sociales y religiosas de todos los continentes, pueblos y razas.

A esta Exposición ha sido invitada oficialmente la Santa Sede en su carácter de Estado Soberano y cabeza del mundo católico y la Santa Sede, por primera vez en una exposición de esta índole e importancia universal, ha aceptado el participar en ella. Lo hará mediante la organización de un vasto Pabellón que con el significativo titulo de "Civitas Dei" -Ciudad de Dios- manifestará a los millones de visitantes de la Exposición, la expansión de la Iglesia como potencia supranacional y espiritual y la maravillosa radiación e influencia de la Vida Católica en el mundo entero y en todos los ambientes de la existencia humana como fruto de su doctrina religioso-social y de sus principios de amor, de justicia y de paz. La concepción o plan del Pabellón por los detalles que conocemos de él, y que ya se encuentra en plena construcción, aparece realmente como el más adecuado y brillante para la alta finalidad espiritual, religiosa y social que la Santa Sede ha tenido en vista al concurrir a la Exposición. Su realización si se lleva a cabo en su magnifico conjunto, ha de ser, sin duda, no sólo digno de la Santa Sede y de la Vida Católica Universal, como lo desea Su Santidad Pío XII, sino que constituirá un valiosísimo monumento apologético y misionero a la vez, de la divina misión redentora y salvadora de la Iglesia en todas las edades y en el mundo de hoy principalmente.

Ante la feliz inminencia de la Exposición, y sobre todo, ante el significado que ha de tener la presencia de la Santa Sede en ella, es muy justo y muy laudable que los católicos de todos los pueblos comprensivos y penetrados de ese significado de verdadera trascendencia mundial, ofrezcan su generosa cooperación moral y financiera, a la plena realización del Pabellón "Civitas Dei", que como ya lo hemos expresado, en el gran evento universal internacional de Bruselas en el año próximo, será expresión viviente de la Iglesia Católica y de la Vida Católica Universal.

En este sentido nos complacemos en hacer nuestro, el llamamiento que el Eminentísimo Cardenal Arzobispo de Malinas en representación de la Jerarquía belga, y el Excelentísimo señor Nuncio Apostólico en Bruselas, han juzgado oportuno dirigir a los Obispos, sacerdotes y fieles de todo el mundo católico exhortándoles a que unan sus esfuerzos para que el Pabellón de la Santa Sede y de la Vida Católica Universal sea una demostración digna de nuestra gloriosa doctrina. E igualmente hacemos nuestro el caluroso llamamiento que con el mismo fin ha dirigido a los católicos de todas las naciones, el Excmo. Comisario Gral. de la Santa Sede, acerca de la Exposición: "Es evidente que la Iglesia Católica y la

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Vida Católica Universal deberán estar representados digna y excelentemente en una Exposición de tal importancia; es preciso mostrar a los millones de visitantes católicos y creencias diferentes que viniendo de todos los rincones del mundo van a reunirse en Bruselas, lo que es la ideología católica, lo que el reino de Cristo la "Civitas Dei", ha realizado en pro de la civilización, y lo que significan para el mundo de hoy y también para el futuro".

Es precisamente lo que ha querido subrayar Su Excelencia Reverendísima Monseñor Dell Acqua, Substituto de la Secretaría de Estado de S. S. Pío XII en su mensaje de 2 de Septiembre de 1955, comunicado a todos los representantes diplomáticos de la Santa Sede. Y termina con estas palabras: "Pedimos, pues, urgentemente a todos los países que colaboren en la realización del deseo de Su Santidad Pío XII y que actúen de manera tal que la "Civitas Dei" sea una réplica digna del ideal cristiano".

De consiguiente, y como práctico resumen de lo que hemos expuesto en este llamamiento, pedimos a nuestros sacerdotes y fieles que secunden con laudable celo y encendido amor a la Santa Sede, las iniciativas y actividades que está llevando a cabo el Comité Ejecutivo de la Iglesia en Chile en favor de la coordinación de la acción del mundo católico, a fin de apoyar eficazmente en todo sentido al Comisario General de la Santa Sede y de la Vida Católica Universal para la Exposición de Bruselas de 1958.

No dudamos que ello ha de ser de la mayor gloria de Dios, honra de la Iglesia y eficaz contribución de nuestra lejana patria "Hacia un mundo mejor" que es el vivo anhelo de su Santidad Pío XII felizmente reinante.

Dado en Santiago a 29 de mayo de 1957

José María Cardenal Primado, Caro Rodríguez, Arzobispo de Santiago; Alfredo Silva Santiago, Arzobispo de Concepción y Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile; Alfredo Cifuentes Gómez, Arzobispo de La Serena; Rafael Lira Infante, Obispo de Valparaíso; Ramón Munita Eyzaguirre, Obispo de Puerto Montt; Bernardino Berríos Gainza, Obispo de San Felipe; Manuel Larraín Errázuriz, Obispo de Talca; Eduardo Larraín Cordovez, Obispo de Rancagua; Augusto Salinas Fuenzalida, Obispo de Ancud; Hernán Frías Hurtado, Obispo de Antofagasta; Roberto Moreira M., Obispo de Linares; Alejandro Menchaca Lira, Obispo de Temuco; Pedro Aguilera Narbona, Obispo de Iquique; Vladimiro Boris Crnosija; Obispo de Punta Arenas; Eladio Vicuña Aranguiz, Obispo de Chillán; Manuel Santos Ascarza, Obispo de Valdivia; Francisco Valdés Subercaseaux, Obispo de Osorno; Guido Beck de Ramberga, Vicario Apostólico de Araucanía; Antonio M. Michelatto Danese, Vicario Apostólico de Aysén; Teodoro Eugenín Barrientos, Obispo y Vicario Castrense; Francisco de Borja Valenzuela, Prelado Nullius de Copiapó.