Llanos Jacinto. Cahuachi. Residencia y Paisaje Sacralizado

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  • Cahuachi: residencia y paisaje sacralizadode un centro poltico nazca

    scar Daniel LLANOS JACINTOCentre de Recherche sur lAmrique Prhispanique

    cole des Hautes tudes en Sciences [email protected]; [email protected]

    Recibido: 1 de septiembre de 2008Aceptado: 26 de septiembre de 2009

    RESUMENBasndonos en datos arqueolgicos y en una lectura del paisaje geogrfico y cultural, este artculo intenta re-pensar el sitio de Cahuachi (200 a.C - 450 d.C.) en trminos de centro poltico ceremonial, concepto quereintegra al sitio su dimensin residencial y su funcin como polo de gestiones polticas y religiosas de losnazca. La comprensin del entorno geogrfico de Cahuachi como complemento vital del paisaje cultural delsitio, permite entender por qu este lugar fue escogido como la sede principal de los nazca. De ese entendimientoemerge la dimensin de su centralidad con respecto a las otras zonas sagradas, visin que desde una perspectivacolectiva de los grupos nazca daba al sitio la categora de eje poltico regional.

    Palabras claves: Nazca, Cahuachi, arqueologa, paisaje sacralizado, organizacin del espacio, arquitecturamonumental.

    Cahuachi: Residence and Sacred Landscape of a Nazca Political CentreABSTRACTBased on archeological field dates and analyses of the geographical and cultural landscape, the present articletries to rethink the site of Cahuachi (200 BC - 450 AD) in terms of a ceremonial political center. This conceptreintegrates to Cahuachi its residential function as well as its character of political and religious pole of theNazca. A better understanding of the geographical surroundings of Cahuachi as a vital complement of the cul-tural landscape allows us to grasp the reasons for which this place was selected by the Nazca as their main site.From this understanding emerges the dimension of its spatial centerness between Cahuachi and the other sacredzones. Taking this perception from the collective perspective of the Nazca groups, it gave to the site the categoryof political regional axis.

    Key words: Nazca, Cahuachi, archaeology, sacred landscape, organization of space, monumental architecture.

    Sumario: 1. Introduccin. 2. Los centros ceremoniales andinos: problemas de definicin. 3. Cahuachi y losespacios ceremoniales nazca. 4. Cahuachi un centro comunicado y habitado. 5. Evolucin arquitectnica deCahuachi. 6. Orientaciones de los templos hacia el paisaje sacralizado. 7. Distribucin interna de Cahuachi. 8.El paisaje residencial de Cahuachi. 9. Conclusin. 10. Referencias bibliogrficas

    1. Introduccin

    Cahuachi se reconoce como uno de los principales sitios arqueolgicos de los Andesperuanos de la poca de los Primeros Desarrollos Regionales. A pesar de haber sidoestudiado por varios investigadores, existe un vaco en lo que respecta a la dinmicainterna que se desarroll en el sitio. Sabemos tambin muy poco sobre la articulacinde este establecimiento con relacin a su entorno geogrfico.

    En los aos 80, Silverman (1985: 92, 93) plante que Cahuachi fue un centro cere-monial aislado y en cierto modo con aspectos de centro vaco (Silverman 1986).Sostuvo tambin que Cahuachi tuvo una naturaleza netamente religiosa y que fue un

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  • centro de peregrinacin a donde acudan los diferentes grupos nazca (Siverman 1985:94), negndole el rol de capital poltica. Estos postulados van por supuesto en contrade las propuestas iniciales que catalogaron a Cahuachi como la capital de los nazca(Strong 1957: 32), o la de un gran centro urbano con caractersticas de ciudad aco-rtica y capital de un pequeo imperio (Rowe 1963: 11). Las investigaciones de Ore-fici (1993: 35, 37, 88) proponen que Cahuachi fue una capital teocrtica y a su vez unrea de paz.

    Este trabajo pretende comprender y explicar cmo el paisaje de Cahuachi tuvo unaapreciacin dual que conjugaba una dimensin residencial de elite y una dinmica ce-remonial: Cahuachi presentaba as todas las cualidades de una capital de Estado y epi-centro de la poltica nazca. Ello se corrobora en la inexistencia, en toda la regin queva de Pisco a Acar, de otros establecimientos nazca con la envergadura de Cahuachi.Este aspecto permite afirmar que las elites de Cahuachi obstaculizaron la emergenciade nuevos centros polticos similares en este espacio geogrfico.

    En lo que respecta al manejo del espacio, la arquitectura de Cahuachi se habraadaptado a la configuracin del ro Nazca, considerado sagrado, y a la montaa tutelarde Cerro Blanco. A ello podemos sumar la ubicacin topogrfica de Cahuachi, ocu-pando un lugar cntrico con relacin a los principales espacios geogrficos sacraliza-dos de los nazca, como la pampa Colorada, la pampa de Atarco, Cerro Blanco y CerroTunga.

    Cahuachi se ubica en la provincia de Nazca del departamento de Ica, a 18 km. dela ciudad de Nazca y a 42 km. del Ocano Pacifico. El sitio ocupa una seccin de lamargen izquierda del valle medio del ro Nazca, asentndose sobre una serie de terra-zas naturales de origen aluvial que bordean el valle a una altitud de 350 m.s.n.m. Lazona de Cahuachi es tambin un rea donde las aguas del ro Nazca afloran y trans-curren permanentemente despus de un recorrido casi subterrneo1. Los edificios deCahuachi se extienden por tres kilmetros bordeando el valle (Figura 1), cubriendoun rea aproximada de 24 km, e incluyendo los sectores totalmente cubiertos por laarena (Orefici 2003a).

    Las edificaciones de Cahuachi se presentan en la actualidad como pequeas colinas,pero en realidad se tratan de plataformas escalonadas cubiertas por la arena elica ypor una capa de sedimentos de origen aluvial. Generalmente las construcciones seorientan hacia el norte mirando al ro Nazca, aunque algunos monumentos tienen a lavez una fachada hacia el este. Entre los monumentos ms imponentes de Cahuachidestacan dos templos contiguos: la Gran Pirmide y el Gran Templo (ver Figura 1).

    La ocupacin ms remota de Cahuachi data del 4200 a.C. (Orefici 2003a), fechaque cae dentro de la poca de la Sedentarizacin Inicial y est representada por unapequea estructura de ndole ceremonial. Posteriormente se han registrado ocupacio-nes espordicas que dataran del Formativo, del Post-formativo y del Horizonte An-tiguo. No obstante, la ocupacin de mayor consistencia se inicia a mediados del200-150 a.C. y se prolonga hasta el 450 d.C., lapso de tiempo que cae dentro de la

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    1 Hoy la poblacin local describe el rea de Cahuachi como una zona donde el agua del ro Nazca aflora ala superficie todo el ao. Los pobladores diferencian el sector de Cahuachi de otros sectores donde el ro es casisubterrneo y slo se puede tener acceso al agua a travs de acueductos subterrneos o de tcnicas de bombeo.

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  • primera mitad de la poca de los Primeros Desarrollos Regionales2. Dentro de las po-cas que hemos propuesto para Nazca3, Cahuachi se sita dentro de las etapas: For-mativa inicial y de la Centralizacin Poltica (Llanos 2007: 239-243).

    2. Los centros ceremoniales andinos: problemas de definiciones

    Segn su ubicacin, los centros ceremoniales apartados o prximos a las zonas deaglomeracin de poblaciones, han sido clasificados como aislados o comunicados(Silverman 1985: 92-93). Tradicionalmente estos tipos de asentamientos han sido ca-

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    2 La periodizacin que utilizamos en este artculo es la siguiente: poca del Poblamiento Arcaico (16000 -6000 a.C.), poca de la Sedentarizacin Inicial (6000 - 3000 a.C.), Formativo (3000 - 1800 a.C.), Post Formativo(1800 - 1000 a.C.), Horizonte Antiguo (1000 - 200 a.C.), primera poca de los Desarrollos Regionales (200a.C. - 650 d.C.), Horizonte Medio (650 - 1000 d.C.), segunda poca de los Desarrollos Regionales (1000 -1470 d.C.), y Horizonte Inca (1470 - 1532 d.C.).

    3 Las pocas propuestas para el desarrollo cultural Nazca son: Proto Nazca (anterior al 200 a.C.), FormativoInicial (200 - 50 a.C.), Centralizacin Poltica (50 a.C. - 400 d.C.), Fragmentacin Poltica (400 - 600/650d.C.), Reorganizacin Poltica (600/650 - 800 d.C.).

    Figura 1: Plano topogrfico de Cahuachi(dibujo del autor basado en Orefici 2003a y Silverman y Pineda 1986)

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  • tegorizados en muchos casos como vacos o despoblados4. Observamos entoncesque este razonamiento toma siempre como eje exclusivo de referencia el componentede la arquitectura monumental, minimizando el estudio de las reas perifricas. Sinembargo, estas zonas, al ser integradas en la esfera global de los sectores donde emer-gen los edificios, daran una imagen de espacio habitado. Podemos entender que esteanlisis concibe los centros ceremoniales andinos bajo la percepcin urbanstica delos templos del Viejo Mundo, generalmente inmersos dentro de una ciudad y por endeen el interior de un claro espacio habitado. As, mientras no se advierta un sistema pa-recido en los Andes, se niega la existencia de una estructura citadina andina.

    En los Andes, es difcil encontrar la ciudad bajo los cnones del Viejo Mundo, yaque las poblaciones de esta regin crearon modelos propios de ocupacin del territorioque en cierto modo fueron anti-urbanos (Makowski 2000; Silverman 1988) o que -anuestro parecer- tuvieron una concepcin urbana diferente a la del Viejo Mundo,mucho ms flexible y ligada a la geografa circundante. No obstante, ello no limit laemergencia de centros polticos de importancia, capaces de cumplir funciones funda-mentales relacionadas con la administracin de un territorio y ser a la vez lugares deinteraccin nuclear de los diferentes estamentos de la sociedad.

    Estos centros polticos no se conformaron necesariamente dentro de un espacio li-mitado y cerrado al estilo de las ciudades del Viejo Mundo. Ellos se estructuraron msbien dentro de un vasto espacio que articula un rea central en donde emergen los edi-ficios pblicos o templos y un territorio perifrico no necesariamente adyacente al an-terior; por tanto, un territorio ocupado de manera no continua. Estamos pues frente aun modelo andino de ocupacin dispersa del espacio, capaz de ensamblar a las diferen-tes categoras sociales establecidas dentro del territorio en cuestin. De este modo, debeser redefinido el concepto utilizado para definir estos establecimientos como lugaressimplemente ceremoniales en razn de sus templos. En efecto, las poblaciones de talescentros no se limitan a una vida estrictamente ceremonial, ya que tal dinmica resultaen el fondo ser slo una faceta de expresin de la gestin poltica establecida por unaelite residente e influyente. En consecuencia creo que el trmino de centro polticoceremonial o de centro poltico religioso, sera ms acorde con la realidad de talesinstalaciones administradas por una elite, y cuya gestin requera vitalmente de un es-pacio residencial. Los templos seran as una expresin de la materializacin del poderde estos grupos y a la vez parte de su simbologa, plasmada en el paisaje geogrfico.

    En los Andes, otros tipos de espacios ceremoniales se complementaban en muchoscasos con centros polticos religiosos y tenan caractersticas aisladas o vacas, ya quese encontraban situados en reas alejadas y despobladas. El culto a estos sitios residageneralmente en sus peculiaridades geomorfolgicas. Dentro de la cosmogona pre-hispnica, estos lugares representaban territorios sacralizados, eran espacios de con-tacto, interaccin y comunicacin de los mortales con las deidades o fuerzassobrenaturales. Por lo general eran grandes montaas, nevados o grandes dunas, al-

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    4 Se ha establecido que los centros ceremoniales con templo en U de la costa central peruana (poca PostFormativa y del Horizonte Antiguo) tuvieron caractersticas vacas, no habindose encontrado reas de vi-viendas dentro de los sectores donde se encuentran los monumentos, como en Garagay (Ravines e Isbell 1975).Lo mismo se ha sostenido para los sitios con arquitectura monumental Paracas de Huacas Soto, San Pablo,Santa Rosa, y Alvarado (Rowe 1963: 2-5; Wallace 1986: 43).

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  • gunos de los cuales subsisten bajo el nombre de apus5, pero tambin lo fueron lagunas,como la de Choclococha en Ayacucho, e igualmente algunas islas del lago Titicaca.Los territorios insertos entre la conjuncin de dos ros, llamados tinkuy eran similar-mente espacios sacros. Estas reas despobladas se convertan en verdaderos empla-zamientos ceremoniales en fechas especficas, hacia donde convergan, desde diversospuntos, peregrinaciones de feligreses.

    3. Cahuachi y los espacios ceremoniales Nazca

    Dentro del rea nuclear Nazca hemos podido identificar por lo menos cuatro zonasnaturales de actividad ceremonial. A partir de Cahuachi, Cerro Blanco y Cerro Tungase encuentran a tiempos de camino casi similares (7 a 8 horas); en tanto que hacia lapampa Colorada y hacia la de Atarco respectivamente, el trayecto es aproximadamentede una hora. Por lo tanto, Cahuachi ocupaba una posicin cntrica con respecto a estaszonas sagradas. En trminos de larga duracin, estos aspectos debieron facilitar con-tactos entre las diversas comunidades nazca dispersas en la cuenca del ro Grande deNazca. La prctica de peregrinaciones ceremoniales a tales zonas habra sido uno delos medios ms idneos para el desarrollo de la interaccin entre las poblaciones nazca

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    5 Apu evoca en quechua al seor grande, rico, poderoso (Annimo 1951: 17). Los quechuas de hoy loutilizan para denominar a las grandes montaas consideradas seores tutelares o moradas de las divinidadesprotectoras. Fue famosa la montaa de Pariacacca de la regin de Huarochir en la sierra de Lima, a la cualacudan no slo los serranos, sino tambin gente de la costa central. Decan los yungas (costeos), que si noveneraban a Pariacacca, como castigo, dejaran de multiplicarse (Rostworowski 1988: 50).

    Figura 2: Ubicacin de Cahuachi en la Cuenca del Rio Grande de Nazca (dibujo del autor)

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  • y su reafirmacin cclica como grupos emparentados. La reparticin geogrfica deestos espacios ceremoniales puede tambin definirse como una expresin de la gestindel territorio nazca a partir de Cahuachi. Es decir, que estuvo adecuada a los interesesde las elites residentes en este centro poltico ceremonial. Para tener una mejor com-prensin de esta geografa sacralizada detallaremos los espacios naturales de cultoque circundan al epicentro de Cahuachi (Figura 2).

    3.1. La Pampa Colorada6

    Es un extenso territorio plano y seco pero con presencia de promontorios naturales.Cubre un rea aproximada de 11 km por 18 km, que va ascendiendo suavemente delos 400 m a los 600 m hacia el oriente. Se encuentra flanqueada por el valle de Nazcaal sur y el valle de Ingenio al norte. Su actividad ceremonial se vio reflejada en la ma-siva construccin de los famosos geoglifos que representaban por un lado animalesligados al culto del agua (Reinhard 1997), por plazoletas, o por mltiples lneas kilo-mtricas, muchas de las cuales convergan o nacan en los promontorios situados alinterior de la pampa. Por su trazado, se ha deducido que estos geoglifos fueron tiposde caminos rituales, y por ende rutas de peregrinacin ceremoniales (Reiche 1982:53). La simbologa zoomorfa de algunos de estos geoglifos ligada al agua, podra evo-car que la Pampa Colorada fue concebida por los Nazca dentro del concepto cosmo-gnico del tinkuy, es decir, el de los territorios sagrados ligados a la fertilidad por estarinsertos en medio del encuentro de dos ros. La Pampa Colorada, situada dentro delngulo de encuentro del ro Nazca con el ro Ingenio, puede ser entonces consideradatambin un tinkuy: el encuentro de dos ros era concebido como un acto reproductivoacutico y por ende como un acto de fertilidad (Figura 2). El nombre de Pampa deJumana o Humana, tal como se conoce un sector de la Pampa Colorada, es de origenaru (uma=agua y na=sufijo de situacin geogrfica). Este vocablo es sin duda una su-pervivencia de la lengua aru probablemente hablada por los Nazca (Llanos 2007: cap.VI), e indica la antigua relacin de la pampa con esta mtica energa acutica.

    La Pampa Colorada, con sus geoglifos, sus ceremonias y sus peregrinaciones co-ordinadas cclicamente, debi cumplir roles de integracin poltica y social, favore-ciendo la unidad entre las poblaciones que habitaban en toda la periferia de la pampa.Relaciones que si bien marcadas por la religiosidad, guardaban en el fondo interesesde contactos comerciales. Tales ceremonias quiz estuvieron asociadas a calendariosagrcolas cuya produccin, unida a otros tipos de materiales, fue destinada al inter-cambio, llevado posiblemente a cabo en los diversos promontorios de la pampa de losllamados centros radiales (Figura 3).

    Precisamente, una gran mayora de los caminos rituales que convergen o nacen enestos montculos naturales se proyectan hacia las riberas de los valles de Nazca o In-genio. Estas rutas podan as facilitar la circulacin y la comunicacin de las pobla-

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    6 El nombre de Pampa Colorada esta en relacin con las pequeas piedras de color rojizo que cubren la su-perficie de este territorio. Por sectores lleva otros nombres: Pampa de San Jos, Pampa de Chiquerillo, Pampade Los Chinos, Pampa de Jumana, Pampa de Majuelos frente a Cahuachi, Pampa Cinco Cruces y Pampa deLas Carretas(ver carta IGN, hoja Palpa 30-m).

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  • ciones nazca de norte a sur y viceversa. Estas obras facilitaban el funcionamiento delos vnculos de influencia de las elites cahuachi con respecto a las zonas de aglome-racin aldeana dispersa a lo largo de los valles. El hecho de que una gran parte deestos centros radiales se encuentren frente a Cahuachi evocara esta idea.

    3.2. La Pampa de Atarco

    Se sita directamente al sur de Cahuachi. Es de menor tamao que la Pampa Colo-rada, aunque tambin abarca un extenso terreno plano, seco y pedregoso que asciendesuavemente de oeste a este de 350 a 500 m de altitud. Puede ser considerada tambincomo otro tinkuy formado por el encuentro del ro Nazca con el ro Taruga. A un ki-lmetro de distancia al sur de Cahuachi, se erigi sobre esta pampa un conjunto decaminos rituales de aproximadamente un kilmetro de longitud. Entre ellos destacancuatro que apuntan directamente hacia el sitio de Cahuachi: dos de ellos se proyectanhacia el Gran Templo y otros hacia la Gran Pirmide (Figura 4).

    Al igual que la pampa Colorada, la pampa de Atarco debi acoger durante los ciclosceremoniales grupos de peregrinos provenientes de las localidades de los valles delsur de Nazca, especialmente de las Trancas, regiones donde existieron numerososasentamientos de esta cultura (Daz 2000: 132-162).

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    Figura 3: Distribucin de los geoglifos centros radiales(dibujo del autor basando en Aveni 2000 y Reiche 1982)

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    Figura 4: Geoglifos de la pampa de Atarco (dibujo del autor basado en Silverman y Pineda 1986)

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  • 3.3. Cerro Blanco

    Situado a 30 km al este de Cahuachi, es una gran duna de arena con una altitud de2076m. A fines del siglo XVI se sabe que los naturales de Nazca rendan culto a estamontaa a la cual llamaban Saoc Ancauilca7. En 1623 un interrogatorio de extirpa-cin de idolatras informa de que en la regin del pueblo de Nazca no hubo un adora-torio que derribar, porque se adoraba a un gran cerro de arena al que llamaban Moich(Garcia Cabrera 1994: 135). El culto nazca a esta montaa queda demostrado por al-gunos caminos rituales de importancia como las lneas de Cantalloc, que conducenhacia este apu (Reinhard 1997: 15).

    Las leyendas en torno a Cerro Blanco vinculan esta colina con el origen del aguade los acueductos de Nazca (Urton 1982: 10), y por tanto de los afluentes de Nazca,Taruga y Las Trancas. Otra leyenda asocia Cerro Blanco con otro apu llamado Illakata(4.327 m.s.n.m.), ubicado en la sierra vecina de Ayacucho. La leyenda plantea queCerro Blanco fue la esposa de Illakata que, engaada por Tunga, descendi a la costa.Tunga, viendo que Illakata se encontraba cerca y para castigarlos, cubri con harinade maz a Cerro Blanco a fin de que el dios serrano no pudiera verla, y all quedotransformada en duna; no obstante, Illakata transform a Tunga en una montaa justocuando ste estaba a punto de llegar al mar (Reinhard 1997: 14-16). La leyenda parecetener su origen durante la poca del Horizonte Medio, y seguramente refleja el des-prestigio poltico de las elites nazca frente a la religin serrana de los huari de Ayacu-cho (el principal polo poltico religioso de este periodo), que es adoptado por los Nazca(Llanos 2007: 411-428). El relato puede estar evocando tambin las rivalidades queexistieron entre las poblaciones nazca y las serranas, o igualmente el avance y las in-tromisiones de los nazca hacia la sierra. Por ltimo, puede estar informando de lasinteracciones nazca con la sierra desde pocas que se remontan al Horizonte Antiguo,en tiempos del proceso de la formacin cultural nazca. Precisamente el antiguo temploen U de Cahuachi (citado ms adelante) mira directamente hacia Cerro Blanco y desdeste se pueden divisar los territorios serranos. Esta duna sagrada debi haber sido unsmbolo de unidad entre los nazca, asentados cerca de la sierra al este de la montaa,con aquellos del valle medio de Nazca.

    3.4. Cerro Tunga

    Fue otra montaa sagrada situada a 25 km al sur de Cahuachi y a unos cuantos ki-lmetros del litoral, con una altura de 1.791 m. Los extirpadores de idolatras lo re-gistraron bajo el apelativo de Uracancana, uno de los otros apus de importancia en laregin de Nazca (Garcia Cabrera 1994:135). En las cartas geogrficas del InstitutoGeogrfico Nacional (IGN), se puede ver los nombres de cerro Tunga y cerro Huari-cangana, uno al lado del otro.

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    7 Registrado por Cristbal de Albornoz y publicado por Duviols en 1984. Saoc en quechua significa laarcilla, anca significa guila y vilca el lugar u objeto sagrado (Reinhard 1997: 17). En aru cauqui/jaqaru,anqa significa afuera, encima de algo (Belleza 1995: 35), y lo mismo sucede en aymara. En aymara vilcaderiva de Willka y significa Sol, el que tiene grandes poderes (Lucca 1983). En aru expresara a la divinidadque habita fuera y encima del mudo terrenal, expresada en la iconografa nazca por aves como el guila y elcndor o por divinidades volantes de rasgos antropomorfo-felinos.

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  • Es difcil saber si ambos nombres corresponden al mismo apu, o si son dos monta-as emparentadas, porque las leyendas hablan de Tunga mas no de Huaricangana,siendo el primero una deidad costea en conflicto con la serrana de Illakata. Se puedeproponer entonces que el apu de Huaricangana habra emergido durante el HorizonteMedio como una manera de contrarrestar el prestigio de la antigua deidad costea.Precisamente, en la terminologa Huaricangana, se advierte la influencia religiosa delculto serrano Huari, el cual influy en la regin de Nazca durante el Horizonte Medio.

    Por su ubicacin topogrfica, dominando las zonas ms australes de la cuenca delRo Grande, Tunga debi presentarse como una proyeccin de la influencia polticade Cahuachi hacia el valle de Acar.

    El clebre geoglifo Camino de Legua, que une casi directamente Cahuachi con elsitio de la Ventilla en la margen derecha del ro Ingenio-, tiene precisamente una pro-longacin hacia el sur, llegando hasta el valle bajo de las Trancas, en cuyas inmedia-ciones estuvo un importante centro administrativo nazca, denominado Tunga por sucercana a la montaa; este camino se proyecta hacia el litoral de la baha de San Ni-cols, y de all se puede acceder a los valles de Acar. Tunga debi estar vinculadopotencialmente con las fuerzas marinas, como puede deducirse del intento de Tungapor escapar hacia el mar cuando era perseguido por Illakata. Podemos deducir as queTunga tuvo como morada el mar, una perspectiva que permite sealar que este apurepresent a las localidades ligadas a actividades marinas, mientras que Cerro Blanco,ligado al origen de las aguas de los valles de Nazca, fue representante de las comuni-dades agrcolas.

    4. Cahuachi un centro comunicado y habitado

    Cahuachi se encuentra geogrficamente flanqueado al norte por la Pampa Colorada,que en ese tramo lleva el nombre de pampa de Majuelos. Por el sur colinda directa-mente con la Pampa de Atarco. Cerro Blanco al este y Cerro Tunga hacia el sur deCahuachi son visibles lejanamente desde las cumbres de las pirmides del asenta-miento (Figuras 5 y 6). Estas caractersticas debieron otorgar a Cahuachi una posicinde epicentro en el mundo Nazca. Cahuachi se comunica directamente con los vallesde Ingenio y de Palpa por el norte, y con los de Las Trancas y de Acar por el sur, atravs del denominado geoglifo Camino de Legua (ver Figura 2).

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    Figura 5: Vista panormica de la Gran Pirmide de Cahuachi y de Cerro Blanco(fotografa del autor, 2007)

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  • La circulacin que entablaron las localidades nazca, siguiendo el curso de los rosGrande, Nazca, Aja y Tierras Blancas, determinaron que Cahuachi fuera un lugar tran-sitado regularmente por las poblaciones del litoral, las de los valles bajos, as comopor aquellas de los valles altos colindantes con la sierra. Las prospecciones arqueol-gicas (Daz 2000) dan cuenta de la existencia de toda una cadena de sitios nazca que,a partir del valle bajo del Ro Grande, cerca del mar, se concatenan sincrnicamentecon los establecimientos ubicados en torno al valle del ro Nazca, y stos a su vez conlos que existieron en los valles de Aja y Tierras Blancas que nacen en la sierra. Ca-huachi, situado en el rea central de este transcurso natural, debi ser desde pocamuy temprana una zona de inevitable y constante circulacin humana, ganando pro-gresivamente una importancia como polo de contacto e interaccin regional.

    De esta manera, Cahuachi fue un sitio profundamente comunicado, hacia dondedebieron converger por distintas razones (religiosas, polticas, comerciales) los dife-rentes grupos nazca. El argumento que seala a Cahuachi como centro aislado (Sil-verman 1985, 1986, 1993) queda de este modo fuera de contexto.

    El afloramiento de las aguas del ro Nazca frente a Cahuachi, y la existencia delconjunto de las colinas que emergen en el rea, all donde se elevaran los principalestemplos del sitio, pudieron haber sido concebidos desde tiempos remotos como unode los varios puntos geogrficos donde se manifestaban las energas csmicas sobre-naturales. Por ende, Cahuachi debi haber tenido originalmente una connotacin decentro ceremonial no habitado, siendo sus colinas consideradas como divinidades tu-

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    Figura 6: Vista area de Cahuachi y de Cerro Tunga (fotografa cortesa de John Reinhard)

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  • telares o apus. Este aspecto, unido a su posicin central entre la costa y la sierra, debifavorecer la eleccin del lugar como sede de un polo poltico a mediados del 200-150a.C. Las mismas condiciones, unidas al factor poltico, iran condicionando su fuerzade atraccin religiosa, pudiendo as captar y aglomerar en su entorno a las diversaspoblaciones dispersas en la cuenca del ro Grande de Nazca8. Progresivamente dichopoder lograra influir, a inicios de nuestra Era, las localidades de Ica, Pisco y Acar.De esta forma Cahuachi emerge como el primer centro poltico ceremonial que logrpor primera vez en la historia de la Costa Sur peruana integrarla polticamente.

    5. Evolucin arquitectnica de Cahuachi

    Se han establecido para este sitio cuatro fases constructivas: la fase 1 (anterior al 200-150 a.C.), la fase 2 (200/150 - 50 a.C.), la fase 3 (50 a.C.- 300 d.C.) y la fase 4 (300 -450 d.C.). La arquitectura ms temprana de Cahuachi se bas en tcnicas que perfilabany cortaban los relieves naturales, a fin de lograr paredes en el estrato geolgico. La es-tructura ceremonial descubierta en el sector Y10 (Isla 1990; Orefic 2003a: 22), de lapoca de la sedentarizacin inicial, y el templo en U de la fase 1, situado en la laderaoriental y la cumbre de la colina principal, son ejemplos de esta arquitectura (Figura 7).

    Durante la fase 2, Cahuachi alcanza su primer aspecto monumental. Paralelamentea la fabricacin de paredes de quincha (tapial), el material utilizado principalmentefue el adobe cnico9. Con este componente se construyeron grandes muros de fachadaperimtricos de ms de 2,50 m de altura, que a su vez tenan funcin de contencinde rellenos a fin de erigir plataformas ceremoniales. En la fase 3 Cahuachi adquiereuna fisonoma arquitectnica mucho ms compleja, utilizndose un tipo de adobe lla-mado paniforme (forma de pan) o tambin denticular (forma de diente). Es la etapaen la que se perciben diversos ambientes de orden residencial, largos pasadizos y gran-des plazas, aunque hasta la fase 4 los edificios no adquieren un mayor volumen. Noobstante, los espacios residenciales pierden complejidad. En efecto, gran parte de losambientes de fases anteriores son sepultados por sistemas de rellenos a fin de obtenermayores alturas.

    6. Orientaciones de los templos hacia el paisaje sacralizado

    Cahuachi puede dividirse en tres grandes sectores: oriental, central y occidental.Tanto el sector central como el oriental guardan un eje de orientacin nor-este, mien-

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    8 A partir de la asociacin perceptible entre santuarios y templos de las primeras ciudades, Carter (1983)concibe el proceso de la aglomeracin de la poblacin como el producto de la atraccin magntica de la religin.De esta manera las reas nucleares de desarrollo urbano se dieron como un proceso de aglomeracin de las po-blaciones rurales dispersas, en la que el factor religioso result primordial, ya que la ciudad fue organizadadentro de un espacio terrenal para reproducir y simbolizar un orden csmico.

    9 El adobe cnico en las sociedades del Post-formativo y el Horizonte Temprano tuvo una connotacin deprestigio, ya que sirvi casi exclusivamente para construir los muros de los templos en U (Bischof 1997; Fush1997).

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  • tras que el sector occidental tiene un eje casi perfecto hacia el norte. Podemos apreciarque los edificios ceremoniales de Cahuachi, desde la poca del uso del adobe cnico,se encuentran en estricta orientacin a los cambios de la ribera del ro Nazca, y porende se encuentran subordinados a la fisonoma ondulada del afluente. Ello sugiereque estos templos debieron estar relacionados con un culto asociado al afloramientode las aguas del ro Nazca.

    Sin embargo, algunos edificios tuvieron otras orientaciones. Tal es el caso del tem-plo en U de la fase 1, cuya abertura se orienta hacia el sur-este, directamente al apude Cerro Blanco (Figura 7).

    La Gran Pirmide de Cahuachi, cuyos materiales sepultaron el antiguo templo enU, tuvo una doble orientacin ceremonial. Si bien el edificio se proyecta hacia elnorte10, su frontis oriental conserva exactamente la orientacin del templo en U, haciaCerro Blanco (Figura 8). Por tanto las funciones religiosas del antiguo templo en U,ligado al apu de Cerro Blanco, se mantuvieron durante la poca de la Gran Pirmide

    La orientacin simultnea de los templos de Cahuachi hacia el ro Nazca y haciaCerro Blanco, evocara su relacin con estas dos manifestaciones geogrficas sacra-lizadas. Segn las leyendas, la huaca de Cerro Blanco y el ro Nazca se encontrabanmticamente emparentadas, creyndose que del interior de la duna nacan las aguas

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    10 Se trata de las plataformas o terrazas que se van elevando progresivamente hasta la cumbre, sobre lascuales se erigen salas hipstilas, recintos y pasadizos.

    Figura 7: Vista area del antiguo templo en U de Cahuachi (fotografa del autor, 2004)

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  • del ro Nazca11. Este argumento, sumado a la idea prehispnica de que las huacas po-dan tener padres, esposa e hijos (Rostworowski 1989: 74), puede tomarse en cuentapara establecer que la colina de Cahuachi donde se construy el templo en U y des-pus la Gran Pirmide representaba un pariente de Cerro Blanco. El hecho de queen el rea de Cahuachi afloren las aguas del ro Nazca despus de un recorrido casisubterrneo apoya esta hiptesis. Tal fenmeno hidrolgico debi haber sido apreciadopor los nazca como un signo religioso, concibiendo la zona de Cahuachi en los trmi-nos cosmognicos de pacarina o lugar de origen mtico de un pueblo12.

    Desde el este de Cahuachi, la Gran Pirmide coincide con el lejano perfil de CerroBlanco (Figura 5). Esta visin debi ser tenida en cuenta tambin por los nazca antesde la construccin de los edificios de Cahuachi, y concebida posiblemente como partede este parentesco mtico. La Gran Pirmide emerge as como una reinterpretacin dela forma y la proporcin de Cerro Blanco, instituyendo la idea de la vinculacin mticadel poder de Cahuachi con el apu.

    Podemos agregar a estos datos que buena parte de los llamados centros radialesen Pampa Colorada se encuentran frente a Cahuachi, pero as mismo existe otra con-centracin al oriente del emplazamiento, en una zona media de camino entre CerroBlanco y Cahuachi (Figura 3); igualmente algunas lneas de los centros radiales se

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    11 Aun hoy la gente de Nazca cree que las aguas de los acueductos subterrneos de Nazca y el propio roNazca son alimentados por una laguna subterrnea situada en el interior de Cerro Blanco.

    12 Como sealan los mitos de creacin en los Andes registrados por Sarmiento de Gamboa (1960: cap. VI)y Betanzos (1968: caps. I y II), se pensaba que la humanidad engendrada por Viracocha tuvo que recorrer vasacuticas subterrneas antes de salir a la superficie por grutas o por colinas ligadas a corrientes de agua subte-rrnea. Se sabe que estos lugares de aparicin mtica se llamaban sacarinas, a donde tambin retornaban losmuertos segn los registros de extirpacin de idolatras (Taylor 1987: 411).

    Figura 8: Reconstitucin isomtrica de la Gran Pirmide de Cahuachi (dibujo del autor)

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  • proyectan hacia Cahuachi. As, la disposicin de los montculos de tales centros ra-diales, puede sugerir sus vinculaciones con los templos de Cahuachi. En el pensa-miento nazca, tales pequeas elevaciones pudieron haber sido concebidas comorepresentaciones de parientes mticos de Cerro Blanco o de la colina principal de Ca-huachi. Se ha comprobado tambin que en aquellos montculos se brindaban ofrendasgeneralmente cermica polcroma rota intencionalmente, quizs con la finalidad deobtener fertilidad o agua13.

    7. Distribucin interna de Cahuachi

    Durante la fase 1, Cahuachi tuvo la peculiaridad de conjugar una arquitectura quese mezclaba con las colinas del sitio. La fase 2 marca, por el contrario, el inicio deuna trama arquitectnica que trasforma progresivamente la geografa del lugar. Laemergencia de plataformas dispersas en las partes bajas adyacentes a las colinas ca-racteriza el manejo del espacio de Cahuachi de este momento. La trama interna deCahuachi es difcil de comprender para esta etapa, por el hecho de que gran parte deestos edificios colapsaron por efectos climticos (aluviones, terremotos)14 y otros comoproducto de las remodelaciones y las destrucciones sistemticas durante las fases 3 y4 15. No obstante se ha podido comprender que estas plataformas, a pesar de estar ais-ladas, guardaban una orientacin hacia el valle.

    El apogeo de Cahuachi corresponde a las fases 3 y 4. Actualmente se observan enel yacimiento aproximadamente 40 plataformas principales construidas con adobespaniformes. En las terrazas de estos edificios se elevaron recintos y pasadizos forma-dos por delgados muros de adobes paniformes o de quincha, con techos soportadospor postes de madera. En muchos casos, los accesos sellados, los recintos totalmenterellenados, las filas de postes de madera quemados y cortados, dan cuenta de las di-ferentes y sucesivas remodelaciones que se dieron en el lugar.

    Generalmente los edificios se encuentran circundados por plazas o por anchos pa-sadizos a manera de callejuelas, los cuales se conectan con el interior de los edificiosa travs de accesos en forma de L. Estas entradas tienen un tramo inicial vertical se-guido de otro que dobla en 90 hacia la derecha o hacia la izquierda, en el cual se em-plaza una escalera que no es visible desde el exterior. En el interior de los edificios seva conformando otro circuito que relaciona estrechos pasadizos con escaleras de ac-ceso, rampas y patios. Los sectores de la Gran Pirmide, el Gran Templo y el Monti-

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    13 Basndose en datos etnohistricos y etnogrficos, Reinhard (1997) seala que en los Andes peruanos,bolivianos y chilenos diversas comunidades an consideran a las colinas como lugares idneos para brindarofrendas con la finalidad de obtener agua. Algunas localidades de Nazca aun practican ofrendas sobre la cimade Cerro Blanco a fin de que este les otorgue agua y fertilidad.

    14 Segn Grodzicki (1994: 96), las perturbaciones climticas ocasionadas por un fenmeno del Nio en elI siglo a.C. duraron probablemente una dcada. Ello concuerda con la opinin de Morner (1992) acerca de queun super ENSO (El Nio Southern Oscilation) se dio en la misma poca en Per. Tales alteraciones climticasexplicaran el colapso de la primera fase monumental en Cahuachi.

    15 Las excavaciones del Centro Italiano Studi e Ricerchi Archeologiche Precolombiane (CISRAP) dirigidaspor Orefici dan cuenta de la existencia de restos de muros cnicos situados debajo de los rellenos que sirvende base a las plataformas construidas con adobes paniformes.

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  • culo 1 son las zonas donde se han descrito con mayor detalle estos componentes ar-quitectnicos.

    La manera en la que estos diferentes componentes se concatenan y articulan pro-gresivamente desde el exterior hacia el interior, indica que la planificacin del sitiofue concebida con el objeto de facilitar un circuito ininterrumpido de personas, lo-grando as una distribucin interna del espacio que permita la prctica de procesionesrituales en el interior de estos establecimientos. Entonces, de forma similar a los ca-minos rituales, la distribucin arquitectnica de Cahuachi se presentaba como un cir-cuito que facilitaba la prctica de procesiones ceremoniales que cobraban vida durantelos principales eventos polticos coordinados por la elite residente en este sitio.

    Los desfiles religiosos en el interior de Cahuachi debieron tener dos facetas, unaligada a lo pblico, circunscrita a los espacios recreados por las grandes plazas, y otraa la de la elite, en los largos pasadizos interiores de los templos. Las dimensiones es-trechas de pasadizos, rampas y escaleras interiores en estos monumentos sugieren queestos sectores estuvieron restringidos. Por ejemplo, las muestras del desgaste de lasescaleras de barro16 no son tan profundas, evidenciando que las reas internas no re-cibieron una cuantiosa circulacin; consecuentemente estuvieron restringidas a ciertascategoras sociales: los sacerdotes, su gente de servicio y la elite de curacas o guerrerosque arribaban a Cahuachi a fin de reciclar las subordinaciones o afianzar sus lazos dealianza poltica. La iconografa representa en muchos casos a personajes en grupomuy bien ataviados con la imagen de la principal divinidad nazca, que caminan enfila india portando cabezas trofeo/ofrenda, armas y abanicos (Kubler 1987: 453; Saw-yer 1997: 146). No seran estas imgenes representaciones de las procesiones reali-zadas por la elite en el interior de los pasadizos de Cahuachi?

    8. El paisaje residencial de Cahuachi

    Las reas de hbitat de las elites de Cahuachi estuvieron situadas generalmente enel interior de los edificios, sobre las plataformas en sectores restringidos a las reasde circulacin ceremonial. Estos ambientes se construyeron con delgados muros deadobe o con muros de quincha, con techos de paja prensada sostenidos por postes demadera u horcones. Basndome en el registro arqueolgico17, los espacios de hbitatde la elite se construyeron principalmente con muros de quincha, un componente fle-xible capaz de resistir los movimientos tectnicos que afectan aun a la regin (Ininve1989). En zonas desrticas y calurosas la quincha es tambin material que asla delcalor. Estas razones debieron haber favorecido la predileccin por la quincha en laconstruccin de espacios domsticos de elite finamente acabados18.

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    16 Generalmente estas escaleras suelen estar construidas con adobes y protegidas en los ngulos externoscon palos de huarango.

    17 Mis interpretaciones se apoyan en las excavaciones del CISRAP dirigidas por Orefici, en las que he par-ticipado como jefe de excavacin de 1997 a 2004.

    18 Entre los moche tambin se da un caso parecido. Esta sociedad represent en su iconografa viviendas deelite en las cimas de sus pirmides. En ellas son fcilmente perceptibles los muros de quincha y los techos depaja prensada. Entre los nazca los diseos de viviendas son escasos, sin embargo los restos de muros de quinchason abundantes en los rellenos de las plataformas de Cahuachi.

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  • Las evidencias ms tempranas de ambientes residenciales en Cahuachi fueron re-gistradas por Strong (1957: 13-154) y Orefici (1998) tratndose de ambientes de quin-cha complementados con muros de adobes cnicos. Es posible que estos sectoreshayan sido espacios domsticos de la gente de servicio de la elite, como sugiere suubicacin perifrica al norte, cerca de los campos de cultivo y alejados de la zona delos templos.

    Para las fases 3 y 4, se han registrado en la cuarta, quinta y sexta plataforma delGran Templo, varios recintos cuadrangulares dispuestos de manera contigua. Se ac-ceda a ellos a travs de largos pasadizos de orientacin este-oeste, que se conectabanen ciertos tramos a estrechas escaleras o rampas que permitan el acceso a los nivelesde los ambientes19. Los vestigios de hoyos de postes de madera situados linealmentey a distancias simtricas en los pisos de las plataformas, sugieren que estos nivelesestuvieron completamente techados20. El anlisis de los restos de las estructuras deestos postes seala que adquirieron una mayor complejidad a medida que se ascendaa las plataformas superiores; de esta manera, en la cuarta plataforma se evidenciansimples hoyos, mientras que en la quinta stos presentaban bases circulares bien en-lucidas de barro, y en la sexta tuvieron bases cuadrangulares finamente acabadas yenlucidas21. La quinta plataforma constaba de seis recintos (7 m por 10 m) formadospor delgados muros de adobe de la fase 4, adosados perpendicularmente al gran murode fachada y de contencin de la sexta plataforma (Figura 8). Hemos calculado 16columnas por cada recinto, dispuestas en hileras de cuatro cada una. En algunos casoshan quedado los restos de las bases circulares de barro bien enlucidas. Se ha podidocomprobar que los restos de postes fueron ms antiguos que los muros de adobe delos recintos. En efecto, tales hoyos de postes estn asociados a varios pisos ms anti-guos (Llanos 2005), y posiblemente durante la fase 3 los recintos situados sobre lasplataformas de la Gran Pirmide eran de quincha enlucida, para ser luego suplantadosdurante la fase 4 por muros de adobe.

    En la seccin occidental de la sexta plataforma de la Gran Pirmide, se registraronlos restos de un recinto de paredes de quincha de muy buen acabado, del cual sloquedaban sus bases. El recinto tuvo varios pisos sucesivos que funcionaron con unahilera de tres postes que sostenan un techo. De ellos slo han quedado los hoyos, ascomo el adorno de base cuadrangular hecho en barro bien elucido. Este ambiente searticulaba por el sur con una rampa la cual permite acceder a la sptima plataforma yde all a la cspide del templo (Figura 8). La manufactura compleja de los ambientesdescritos en la cuarta, quinta y sexta plataforma de la Gran Pirmide, sealan espaciosdomsticos reservados a grupos con privilegios sociales y econmicos22.

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    19 Por ejemplo, dos pasadizos paralelos y colindantes, pero a niveles diferentes, comunican los ambientesexistentes de la cuarta y quinta plataforma. La pared de quincha que separaba ambos pasadizos presentabafrisos de colores en su cara norte.

    20 Durante el proceso de abandono de Cahuachi (420-450 d.C.) los postes de tales recintos fueron retirados,ya que stos no han sido encontrados. Su retiro habra respondido al deseo de ser reutilizados en otros sitioshacia donde migr la gente de Cahuachi, quizs hacia Estaqueria, a 2 kilmetros. El edificio principal de Es-taqueria se compone de un gran espacio hipstilo del cual slo quedan 38 postes de madera (Pezzia 1969: 119).

    21 Al respecto, ver los informes de excavacin del sector Y8 de los aos 2002, 2003 y 2004, excavadas porJ. Olano, H. Amado, M. Sormani y O. Llanos, bajo la direccin de G. Orefici.

    22 En el ambiente de quincha de la sexta plataforma ya nombrado se encontraron entre los escombros un

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  • En las plataformas del montculo 1, un sector que sufri sucesivas remodelaciones,se han registrado diversos materiales asociados a los pisos, como pulidores, esptulaspara la fabricacin de cermica, conchas de mejilln con pigmentos, pinceles, valvasde Spondylus no trabajadas y textiles con trazado para ser bordados (Orefici 2003a:70). Estos datos indican que este sector cumpli funciones de taller ocupado por gru-pos de artesanos bajo la supervisin de las elites de Cahuachi.

    En la cumbre del Gran Templo de la fase 3 (Figura 9), se registraron restos de es-tructuras en adobe, evidenciados por pasadizos conectados a estrechos accesos quecomunican con un gran recinto (Llanos 2001). Este rea fue sin duda una zona res-tringida a unas cuantas personas. Estos ambientes fueron cubiertos por rellenos quesirvieron para la construccin de una plataforma de la fase 4, sobre la cual se regis-traron los restos de una estructura de la cual solo quedaron doce postes que servanpara sostener un techo (Pezzia 1969: 120). En la primera y segunda plataforma delGran Templo, en la periferia norte, la fotografa area muestra una serie de recintosortogonales. La intervencin en la primera plataforma seala que se trataba de peque-os recintos adyacentes uno del otro pertenecientes a la fase 4 (Llanos 2002). Estosambientes fueron construidos sobre un estrato de relleno que sepult un ancho pasa-dizo de la fase 3 (Figura 9), no sin antes realizarse dentro del ambiente importantes

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    peine, una aguja, un bastn en parte quemado y una ofrenda de cermica domestica que contena un picaflordisecado muy bien conservado (Orefici 2004).

    Figura 9: Reconstituciones isomtricas del Gran Templo de Cahuachi (dibujo del autor)

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  • ofrendas humanas23. Las caractersticas de estos recintos asociados a un depsito su-giere un rea de hbitat domstico. Las sucesivas remodelaciones efectuadas en Ca-huachi durante la fase 4 deterioraron las estructuras de estos ambientes domsticosen quincha de la fase 3. No obstante, los numerosos pedazos de estas paredes, restosde utensilios, desechos de materiales para la confeccin de objetos (lana de camlido,algodn) y desechos de comida (huesos de camlido y vegetales diversos), entremez-clados en los rellenos de la fase 4, dan cuenta de una dinmica residencial y productivatanto en la periferia de Cahuachi como en el interior de los templos.

    Los restos de conjuntos de depsitos en Cahuachi son otra prueba de la dinmicaresidencial del lugar. Las evidencias de este componente de almacenaje son pozostronco-cnicos hechos en adobe, con un dimetro oscilante de 0,70-1 m y una pro-fundidad de 0,70-0,85 m. Estos pozos se encuentran casi siempre a ras de la superficiede las plataformas o adosados a los muros, dispersos en varios sectores de Cahuachiy en algunos casos dispuestos separadamente por algunos metros y alineados en filas(Llanos 2007: 653). Son importantes los situados en la parte central de la ltima pla-taforma en la cima del montculo 1 (Figura 10) o los encontrados en la sexta plata-forma de la Gran Pirmide24 (Figura 9). En el sector central de la cuarta plataforma

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    23 Se trata de una ofrenda asociada a dardos, una cabeza trofeo y dos individuos sentados en posicin fetal,en el rea de un antiguo pasadizo, uno de ellos decapitado (Bachir y Llanos 2006: 67-71).

    24 Se trata de cuatro de estos pozos tambin alineados de este a oeste. Es muy posible que en la sexta plata-

    Figura 10: Reconstitucin isomtrica de la plataforma ceremonial situada en la cima del Montculo 1de Cahuachi, zona de depsitos (dibujos y fotografa del autor, a partir de Llanos 2000)

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  • existe un gran pozo troncocnico (Orefici 2003b) de 2 m de dimetro y 0,8-0,9 m deprofundidad, que tiene todas las caractersticas de un gran depsito.

    Gran parte de estas estructuras fueron destruidas por los nazca durante la ultimaremodelacin de Cahuachi, otras en cambio han colapsado o desaparecido por losefectos de la erosin. Funcionalmente, estos pozos troncocnicos eran la base paracontener grandes recipientes de cermica que sirvieron para almacenar agua o granos.Es por esta razn que tales depsitos se encuentran cerca de los ambientes de hbitat.Aparentemente las grandes vasijas depositadas en estos pozos fueron retiradas al finalde la fase 4, y en este momento habran sido fragmentadas ritualmente como acto deabandono del sitio25.

    La actividad residencial en los edificios de Cahuachi no debe ser confundida o com-parada con la vida domstica que se daba en las aldeas, pues la actividad en estos es-pacios debi tratar aspectos relacionados con la administracin poltica y religiosa.Por tanto, los edificios de Cahuachi pueden ser considerados tambin como templos-palacios, con reas destinadas a reuniones polticas restringidas o recepcin de emba-jadas y espacios para la realizacin de rituales cerrados. Otros ambientes servan parael reposo o para el almacenaje de alimentos. Finalmente, algunos sectores conforma-ban talleres de produccin de objetos suntuarios (cermica policroma y vestimentasde elite). La actividad domstica ligada a la cocina, produccin de alimentos, comidasy otros depsitos, debieron establecerse en zonas perifricas externas al rea de lostemplos de Cahuachi. Muy posiblemente rodeando los campos de cultivo, debi es-tablecerse la gente de servicio, los campesinos y los grupos de artesanos subordinadosa la elite de Cahuachi. Es difcil imaginar que, en esa poca, las tierras agrcolas yfrtiles de Cahuachi, alimentadas con el agua del ro Nazca todo el ao, no hayan sidoaprovechadas y explotadas26 por la poblacin asentada en este territorio seco y casidesrtico27. Tomando en cuenta la dinmica religiosa de la economa de los templos(Wheatley 1967), es posible que tales tierras hayan sido propiedades de lostemplos/palacios de Cahuachi, por ende controladas por las elites residentes en elsitio28. Se podr entender entonces que esta clase captaba la mano de obra de la po-blacin, abastecindose de alimentos29 y de materias primas destinadas a la vesti-

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    forma existan ms de estas estructuras (Llanos 2007: 645).25 Entre los materiales recolectados en superficie sobresalen restos de cermica domestica de gran tamao,

    probablemente de estos recipientes usados como depsitos.26 Hoy en da la zona de Cahuachi est todava ocupada por grupos de campesinos que practican una agri-

    cultura de regado destinada a la produccin comercial.27 Durante el apogeo de Cahuachi los acueductos subterrneos nazca an no haban sido construidos. Esta

    arquitectura hidrulica emerge solo despus del abandono de Cahuachi. Es gracias a estas obras que los nazcaganaron zonas agrcolas al desierto (territorios orientales del valle de Nazca), reas hacia donde se desplaz elpolo cultural nazca a partir del 400 d.C.

    28 Sabemos que a la llegada de los espaoles las tierras de Cahuachi pertenecan a la elite prehispnica delos curacas de Nanasca. Al morir el curaca en 1589, ste dej en herencia a la iglesia catlica las tierras de Ca-huachi (Quijandra 1961). Este testimonio permite suponer que en la regin hubo una continuidad en lo querespecta a la herencia de las propiedades de las elites (curacas), la cual puede remontarse hasta la poca nazca.

    29 Una gran variedad de productos alimenticios (frijoles, pallares, maz, man, camote, yuca, zapallo, aj,palillo, etc.), desechos de comida o abundantes restos de huesos de camlido (quemados y cocinados) formanparte de los principales materiales encontrados en Cahuachi.

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  • menta30 o a la elaboracin de objetos de culto.En consecuencia, el espacio ocupado por Cahuachi, no estuvo conformado sola-

    mente por el rea donde emergen los templos, sino que estuvo complementado porlos poblados de agricultores, servidores y artesanos en la periferia circundante. La-mentablemente, estas reas han desaparecido con el tiempo. Los desbordamientos delro Nazca registrados peridicamente, los eventos aluviales que han afectado la regin,y la expansin agrcola contempornea, son posibles causas de su destruccin. Elhecho de la exposicin directa de las viviendas de quincha sobre el terreno agrcola ylos efectos de la acidez del suelo, debieron ser otros de los detonantes de la corrosiny de la destruccin de estos conjuntos residenciales.

    9. Conclusin

    La eleccin del emplazamiento de Cahuachi no fue un fenmeno al azar, sino quems bien estuvo condicionada por la geografa del paisaje sacralizado que circundabael lugar. Su emergencia como centro poltico debi responder entonces al inters decrear en la regin un polo de poder sustentado y legitimado por el propio entorno ge-ogrfico sagrado. De esta forma Cahuachi integr a su espacio cultural el paisaje delas huacas naturales de la regin. Sin la integracin de estas ltimas, el sitio no puedeser comprendido en su totalidad.

    Tales huacas jugaron un rol vital en la planificacin arquitectnica de este centropoltico nazca. Ello nos permite plantear que la interaccin entre Cahuachi y el paisajenatural de las huacas debi crear otro tipo de percepcin mucho ms compleja y globaldel territorio nazca. Este aspecto, que es parte del dualismo andino, explicara lasorientaciones y las proyecciones de los templos de Cahuachi, permitiendo establecer-siguiendo el pensamiento mtico andino- que todos estos lugares sacros se encontra-ban ntimamente conectados y relacionados. Propongo entonces que Cahuachi logrun vinculo primordial con su entorno geogrfico que fue simbolizado en su arquitec-tura, en la cual se reconocan las principales montaas tutelares y las peculiaridadeshidrolgicas de este territorio casi desrtico.

    Siendo Cahuachi el mayor establecimiento y la principal expresin de la materia-lizacin del poder poltico en la cuenca, el sitio se legitimaba como tal gracias a surol de epicentro ceremonial pan-nazca y al hecho de ser el espacio residencial de laelite hegemnica en la regin. De esta manera el espacio pblico de Cahuachi adquiriun aspecto divino, ya que formaba parte de una dimensin religiosa a la cual los ha-bitantes de la cuenca slo podan tener acceso durante el ciclo ceremonial gestionadopor las elites del lugar.

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    30 Los materiales vegetales que se recolectan en abundancia en Cahuachi son semillas y madejas de algodnsin trabajar. Se encuentran tambin en gran cantidad restos de lana de camlido sin procesar, as como madejasde hilos y atados de ambos materiales. Estos datos revelan que la agricultura practicada frente a Cahuachi sededic en buena parte al cultivo del algodn destinado a la produccin textil, la cual utilizaba tambin lana decamlido. Si tomamos en cuenta la nocin de las propiedades de los templos (tierras, ganado) gran parte de laproduccin textil se orient a confeccin de prendas de elite, un smbolo de jerarqua y del estatus social.

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