LO MORAL, LO CRIMINAL Y LO POÉTICO EN SCORPIO CITY.
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LA CIUDAD COMO ESCENARIO PARA LO CRIMINAL, LO POÉTICO Y LO
MORAL EN SCORPIO CITY DE MARIO MENDOZA
MAURICIO RAMÍREZ ZAPATA
MONOGRAFÍA DE GRADO
Director
RODRIGO ARGÜELLO GUZMAN
Evaluador
WILLIAM MARÍN OSORIO
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
ESCUELA DE ESPAÑOL Y COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL
LICENCIATURA EN ESPAÑOL Y LITERATURA
PEREIRA
2009
2
CONTENIDO
Pag.
Contenido 2
Introducción 4
Capítulo I 9
Marco conceptual 9
Ciudad y economía 12
Ciudad y su espacio 16
Ciudad y cultura 20
Lo criminal 24
Lo moral 32
Lo poético 37
Capítulo II 41
Escenario criminal, poético y moral 41
1. El crimen en Scorpio Cit 41
1.1 Novela criminal 42
1.2 Escenario criminal 50
1.3 Individuos criminales 54
2. La moral en Scorpio City 62
2.1E l contexto moral 63
2.2 Individuos morales 64
3. Ciudad poética 71
3.1E l espacio simbólico 72
3.2 Hombre y ciudad 76
Capítulo III 80
Scorpio City bajo la lupa 80
4. La ciudad apocalíptica 80
5. Scorpio City desde una óptica estØtico narrativ 85
5.1 Lo periférico 85
3
5.2 La ciudad escorpión y su producto 87
5.3 El inspector de una causa perdida 94
6. Algunas aproximaciones simbólico estructurales 97
Conclusiones 114
La ciudad como escenario para lo criminal, lo poético y lo moral 121
en Scorpio City de Mendoza
Su aporte pedagógico en los grados décimo y undécimo 121
Su aplicación 124
Bibliografía 126
4
LA CIUDAD COMO ESCENARIO PARA LO CRIMINAL, LO POÉTICO
Y LO MORAL EN SCORPIO CITY DE MARIO MENDOZA
INTRODUCCIÓN
Se busca en estas quizás ingenuas páginas, evidenciar el fenómeno de lo
criminal, lo moral y lo poético desde la perspectiva urbana en Scopio City, develar
el velo de la ciudad como escenario para tales eventos y sustraer de sus calles al
hombre que la circunda y penetra, al transeúnte entregado a una cotidianidad que
envenena, así como sostener que no hay otro ambiente más apto para la vida
moderna, en cuyo centro se haya el cuerpo del ser humano expuesto ante las
vicisitudes de lo impredecible.
El hombre en su devenir histórico, ha creado una infinita red de relaciones sociales
complejas, las cuales se ven reflejadas en su máxima obra de ingeniería social: “la
ciudad”. Por tanto, hay razones para creer que es en las ciudades donde se halla
la atmósfera para un hábitat perfectamente humano. Ha de ser el espejo de sus
victorias, derrotas, miserias y temores. Entonces, se convierte en la sombra que
refleja a ese hombre que alcanza a ser otro ser: “ciudadano” el mismo que se
expresa y se erige a sí mismo como individuo dominador de su entorno dejando
una estela propia. El crimen, lo moral y lo poético como algunos indicios de un ser
complejo y altamente convulsionado por sus mismos movimientos.
Visto lo anterior, cabe preguntarnos de qué manera surge el fenómeno urbano en
Scorpio City de Mendoza desde lo criminal, lo poético y lo moral como aspectos
inherentes al hombre social encerrado en un hábitat llamado ciudad, quizás
porque ésta para los tiempos modernos se ha convertido en escenario de
5
conflicto, verdaderos laboratorios de cultura, espacios autónomos consecuentes
con su historia, heterogéneos lugares que han cobrado vida, autonomía y
protagonismo, así como considerar la posibilidad de que en los tiempos de hoy, ya
no sea sólo el hombre el centro de las convulsiones sociales, ya que las ciudades
gracias al poder que se le ha otorgado, albergan su propia consciencia, influyen y
coaccionan a quienes las construyeron.
A la luz de los anteriores y prematuros conceptos de la ciudad, podría entonces
pensarse que es en ella donde se puede encontrar la más compleja y abundante
trama de relaciones humanas. ¿Será acaso porque el hombre desde el comienzo
de los tiempos necesitó relacionarse con sus semejantes para poder sobrevivir en
un mundo dominado por la fuerza? ¿o porque tuvo que construir una sociedad
fundada en la interacción constante, centrar su interés particular en un interés
colectivo, establecer leyes y acuerdos para coexistir con los seres que harán parte
de su diacrónica existencia y madurar sus acuerdos en sintonía con los tiempos
venideros? no obstante, es importante considerar que las ciudades en su
evolución histórica, se han convertido en focos de propagación humana, donde el
encuentro entre individuos a pasado a ser una lucha de poderes territoriales, una
batalla para medir fuerzas, las cuales, no siempre están mediadas por la violencia;
ya que a ésto se le suman cuestiones de orden moral, acuerdos creados dentro de
una sociedad que a su vez se ven afectados por los intereses particulares de sus
mismos miembros.
Una lectura al margen de los anteriores planteamientos en Scorpio City, sería una
lectura meramente descriptiva de unos hechos acaecidos en un tiempo y espacio
determinado, lo cual permite señalar que para desarrollar un marco que implique
el papel de la ciudad como individuo alienante para el desarrollo de una sociedad,
hay que considerar entre otros elementos: lo moral, lo poético y lo criminal en esta
obra de Mendoza, así como la aparición de ese ente llamado ciudad, de ese
6
cuerpo vivo creado por y para el hombre Como el reflejo de sus mismos años de
evolución, comenzar a verla como un espejo surrealista que a veces enseña una
parte humana que es preferible ignorar.
Para la literatura, es de suma importancia hallar contextualizados sus
planteamientos en pos de la obra, encontrar un eje transversal que implique un
espacio y un tiempo real; por tanto, aseguramos que para efectos de la
modernidad se ven las ciudades como nuevos sistemas de interacción humana,
como focos de convergencia social, donde gracias a la confluencia de intereses
surgen fenómenos arraigados en la misma naturaleza del hombre como en el
caso de Scorpio City, una atmósfera literaria que permite visualizar estos tres
aspectos fundamentales y problémicos consustanciales al ser humano y
pertinentes a este trabajo tales como lo moral, lo poético y lo criminal.
Como un objetivo general que se puede plantear en este momento, diríamos que
es evidenciar en Scorpio City de Mario Mendoza desde una lectura de la ciudad
expresa en la obra los anteriores aspectos como manifestaciones de corte
antropológico dentro del contexto de lo urbano. Del mismo modo, hay que
extender el concepto de lo urbano hasta los linderos de la sociedad, donde
campea toda la estructura moral, así como aceptar que es el terreno para ver
emerger los problemas colectivos, entendiendo a éstos como los conflictos que de
sangre manchan el sistema. También, es prioritario encontrar a esa otra ciudad, la
ciudad de las luces fantasmales, de las noches inquietas, la que en un derroche
de poesía nos dice que estamos en la ciudad de los hombres.
De manera específica, se necesita también evidenciar el reflejo criminal del
hombre en la ciudad, seguir su rastro como lo hace el detective ante un asesinato,
para de esta manera visualizar el rostro del crimen en ese espejo llamado ciudad.
7
De igual forma, reconocer la expresión poética que manifiesta la urbe, la lírica
urbana, el valor existencial del hombre citadino, hallar incluso el peso discursivo
de Mendoza desde lo poético, todo ello necesario para enmarcar a Scorpio City
dentro de lo estético. No se debe olvidar tampoco, cómo de manera puntual se
reconoce al hombre moral, cómo se tejen las relaciones e intereses de una
sociedad en movimiento que se inscribe en la modernidad con nuevos patrones de
vida, obviamente, desde el ámbito de lo cotidiano.
Existe un trabajo de grado1 que tiene como eje transversal la narrativa criminal en
la mencionada obra. Es de suma importancia para la investigación a desarrollar,
contar con los aportes teóricos del proyecto traído a colación, ya que éste toca
desde varias lecturas isotópicas el interés de uno de los capítulos de los cuales se
nutrirá la investigación misma. Se sustenta que la ciudad es un ente poderoso,
capaz de imponerse sobre los personajes, todo contextualizado en el concepto
literario de ciudad, tematizando sobre el devenir de las nuevas narrativas y en
particular las latinoamericanas. De la misma manera, se debe tener en
consideración un texto del profesor Rigoberto Gil Montoya2, el cual está enfocado
a la configuración perversa y sanguinaria de la ciudad, la misma que se inscribe
en Scorpio City como desorden, peligro y degradación, ya que de alguna manera
desarrolla la estructura del perfil de la ciudad que se pretende encontrar en el
presente trabajo.
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1. FONSECA Duque Laura Emilia. Rostros y rastros en la narrativa criminal. Lecturas
isotópicas en Scorpio City de Mario Mendoza. Bogotá: Unal, 2003
2. GIL Montoya Rigoberto. Narrativa Colombiana fin de Siglo. El Caso Mendoza: A La Sombra
de Stevenson
8
Para establecer el camino que se seguirá a lo largo de esta monografía, hay que
aclarar que el tipo de modelo investigativo será el de la investigación descriptiva,
ya que para el objetivo propuesto es necesario abordar diferentes teorías que de
una u otra forma conlleven a evidenciar la presencia de la ciudad en Scorpio City
desde los tres aspectos previamente planteados.
Habrá pues que cotejar nociones de urbe extraídas desde la mecánica
arquitectónica y dilucidar el fenómeno social que atañe a estos lugares,
esclareciendo por medio del análisis teórico el impacto que el hombre sufre como
agente social habitante de la urbe y el impacto de la ciudad a causa de la
presencia humana sobre ella, entendiéndose a ésta como todo aquello que el ser
humano es capaz de hacer; desde lo artístico, hasta lo más oscuro de su mente
criminal.
Es de reconocer que la manera como se llevará a cabo esta investigación, será de
manera subjetiva, puesto que serán las aproximaciones conceptuales sobre la
citada obra de Mendoza y de las demás teorías planteadas como se pretende
hallar el norte del trabajo que está por delante.
Los instrumentos a emplear no serán otros que la lectura crítica de las diferentes
teorías anteriormente expuestas, dialogando y tomando distancia de éstas
siempre y cuando sea necesario para establecer un marco referencial que dé
sustento y estructura al desarrollo teórico venidero.
9
I
MARCO CONCEPTUAL
Antes de centrar nuestro interés en lo que podría entenderse como ciudad, hay
que dejar claro que de ninguna manera al referirnos a ésta, estamos dejando de
lado al mismo concepto de hombre, ya que se entiende que ambos están
imbricados en una relación anatómica y constante. Tal afirmación, viene
sustentada por los trabajos que de corte antropológico y social se han hecho sobre
las ciudades, donde no ha sido posible dejar de lado la manera como el espacio
conformado por los hombres viene a conformar a la ciudad y como ésta adquiere
cierta autonomía, cierta vida en cada uno de sus contornos, la cual irrumpe en lo
desconocido, encontrando al hombre que sin saberlo del todo pretende habitarla.
“Fuera de la ciudad el ser no sería lo que es, sería de otro modo…porque éste
sólo en ella puede conquistar su ser pleno…la ciudad es la gente y la gente es la
ciudad”3.
El hombre y ciudad luego de lo anterior, serían entonces uno solo, para lo cual,
debe entenderse que detrás de todo, se oculta una fuerza no clasificada, una vida
confusa y cambiante, en la cual suceden unos hechos comunes, no entendibles en
otro lado, como por ejemplo en el campo. Dicho en otras palabras, la ciudad tal y
como se ha tratado, es más que un espacio determinado, es más que un lugar
clasificable y definido; tal ves porque en el terreno urbano, las voces van y vienen
como el viento zumba en las montañas, así como las manos se chocan en las
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3. GIRALDO Fabio. VIVIESCAS Fernando (compiladores). Pensar la ciudad: La política del
ser. Bogotá: TM editores, 1996, p. 11.
10
Calles mutuamente formando literalmente el tejido social, algo extraño en las
periferias rurales donde la relación más que hombre a hombre es de hombre a
tierra.
Partiendo de la base de que la ciudad se eleva por encima de todos como la
matriarca moderna de las relaciones sociales, se podría entender que tal
afirmación se sustenta en el hecho de que lo trazado y después edificado a
manera de casas o rascacielos, luego del contacto con quienes allí habitarían, fue
ganando sentido y simbolismo, o tal vez significado y absurdo, en tal caso ya no
será lo planeado, ya que podría medirse su ancho y su largo, pero jamás el
espacio cultural gestado en su centro “Ahora se evidencia que, además de ser
espacio construido y poblado, es cuerpo complejo que va más allá de los límites
geográficos y de la población demográfica”4
En la literatura suele entenderse por escenario al lugar donde acaecen unos
eventos, donde se desarrolla una historia, es un sitio de diferentes formas y
tamaños, los cuales adquieren una atmósfera en completa relación con el material
literario elaborado. No obstante, para establecer la relación necesaria entre lo que
se ha venido planteando como ciudad y el desarrollo mismo del eje temático del
presente trabajo, es indispensable hacer hincapié en el carácter móvil del
escenario citadino, en su capacidad para generar cambios en la vida humana, en
reconocer que también puede ser protagonista de la historia altamente involucrada
en los hechos como sujeto, causa y efecto de las acciones venideras. No es
simplemente el terreno donde se colocan a unos personajes para interactuar,
puesto que más que eso la ciudad se involucra en la trama y adquiere de esta
manera su propio perfil.
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4. GIRALDO Luz Mary. Ciudades escritas. Bogotá: Convenio Andrés Bello, 2004, p. xi
11
Se dice a menudo que para entender el sentido de un texto, ya sea éste histórico,
literario o de cualquier otro corte, es necesario reconocer el contexto en el cual
está inmerso el mismo, esclarecer el piso o momento que de una u otra forma
influyen en la construcción del texto como tal. Teniendo en cuenta lo anterior, es
de anotar que cuando la base de un texto o si lo queremos llamar de otra manera
el escenario, es una ciudad que se ha hecho compleja, ésta permea al escritor que
escribe dentro de ella y sobre ella. “De la urbanidad, del ser ciudadano, de
permanecer en espacios contradictorios y complejos, supeditados a una geometría
díscola y en emergencia, da cuenta la obra del novelista colombiano Mario
Mendoza…”5
Continuando con el planteamiento de la claridad sobre la ciudad como entidad
compleja, se va a analizar a continuación otros aspectos inherentes a la urbe; sin
embargo, para algunos teóricos como por ejemplo Delgado entre ciudad y lo que
debe entenderse como urbano existe una diferencia semántica: “ la ciudad es una
composición espacial definida por la alta densidad poblacional… lo urbano en
cambio es otra cosa: un estilo de vida marcado por la proliferación de urdimbres
relacionales delocalizadas y precarias”6. En este orden de ideas, la ciudad estaría
más enfocada hacia el territorio físico espacializado, y lo urbano, hacia lo creado
entre sus miembros a modo de cotidianidad y cultura. Empero, para efectos de
nuestro trabajo, en el empleo del término ciudad, estará incluido tanto lo referente
al territorio como lo que atañe al constructo social humano.
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5. GIL. Op. Cit., p. 76
6. DELGADO Manuel. El animal público. Barcelona: Anagrama, 1999, p. 23.
12
Ciudad y economía
Uno de los puntos de vista que hay que abordar para empezar a entender la
complejidad de las ciudades, tiene que ver con su economía, con el patrimonio
que la hará miserable o millonaria en términos de desarrollo capitalista. “La ciudad
desde una perspectiva económica, es un bien polivalente, medio de consumo y de
producción donde se articulan complejamente los bienes privados, públicos, club y
meritorios”7.
No es de extrañar que uno de los factores que hacen de las ciudades focos de
desarrollo humano, evidentemente tenga que ver con la capacidad productiva de
ésta, con el soporte técnico que le es fácil producir y con la sumatoria de cada uno
de los entornos que la constituyen. Dicho en otras palabras, la ciudad se hace
compleja porque ha nacido de una integralidad endógena, de un híbrido entre sus
miembros y su espacio físico.
Cada uno de los habitantes de la ciudad, se hace miembro de una inmensa
colmena que no termina de producir desde diferentes aspectos. Unos en mayor y
otros en menor medida diseñan a partir de sus intereses una ciudad común, un
hábitat que no se detiene a cuestionarse por qué es lo que es, sino que sigue
creciendo como una masa de espuma envuelta en una nube de incertidumbre
cotidiana.
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7. GIRALDO, VIVIESCAS. Op. Cit., p. 4.
13
Por ser la ciudad un ente eminentemente cultural, necesita de un tratamiento
especial, de una consideración sensible, ya que en ella radica un poder político,
económico y social; poder nacido en cada uno de los que la habitan pero
desarrollado en un conjunto que la integra y la hace significante de su misma
complejidad: “la ciudad por su importante papel político, económico, social y
cultural es de naturaleza compleja”8. Nace con esta consideración, la idea de que
la ciudad es el lugar perfecto para vivir, para sustentar la imagen creativa del
hombre, para dar cuenta de su inagotable imaginación, del poder para hacer
sociedad como fundamento de su esencia. Así como nicho donde habita la
revolución, donde surgen los crímenes, donde los hombres se ven desde una
óptica moral y donde aparecen los espacios poéticos de una imaginación
arquetípica.
Uno de los hechos más relevantes del papel económico de la ciudad, es que
frente al campo ésta ha ganado terreno literalmente, ha consumido sus bosques y
veredas para edificarse y convertirse en lo que es, una vastedad habitable,
gobernada por ella misma, con unas leyes humanas establecidas en códigos y por
otras más oscuras, más indefinibles en términos categóricos, es como si hubiese
ganado autonomía para autoregularse más allá de lo predecible: “Escobar señaló
vagamente en dirección al niño que escupía en él, pero había podido estar
señalando toda la vastedad urbana hasta los lejanísimos charcos y plásticos de
los invernaderos que centellaban en la luz de occidente”9.
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8. Ibíd., p. 5.
9. CABALLERO Antonio. Sin Remedio. Bogotá: Alfaguara, 2004, p. 414.
14
Se ve claramente, cómo a cerca de las ciudades se pueden tejer varios
significados, unos, venidos desde la historia, otros elaborados desde la
transformación de éstas en espacios más grandes, algunos, puestos en franca
oposición con el campo y otros tantos pensados a raíz de las atmósferas nacidas
dentro de la misma ciudad. Todos y cada uno de los espacios urbanos concebidos
para el descanso y la interacción de sus habitantes. Sin embargo, como el objetivo
de este apartado es centrar el interés en lo que tiene que ver con su economía,
habrá que seguir abogando por esa relación.
No es descabellado pensar que cada vez que se construye un edificio o que se
planea convertir un potrero que habita en la ciudad en casas para la gente, así
como puentes, oficinas y demás obras que la hagan crecer, se está concibiendo
en primera instancia un ideal monetario, se centra el interés de quienes pretenden
llevar a cabo estas obras en algo meramente económico, porque ya es bastante
sabido que la ciudad tal y como se proyecta lleva su destino amarrado al
crecimiento de sus contornos, ya que ello dará cuenta de su nivel de desarrollo y
progreso. “La ciudad, como componente fundamental de la capital social
disponible, contribuye a la acumulación y a la más rápida consecución de las
metas de productividad y competitividad.”10
__________________________________
10. GIRALDO. VIVIESCAS. Op. Cit., p. 4
15
La economía de la ciudad no brota de las piedras, ni llega como don de los
Dioses, por el contrario se construye a diario con la fuerza de los hombres y
mujeres que con la luz tenue del amanecer salen de sus casas para despertarla
del letargo de la urbanidad nocturna. “La ciudad se construye, destruye y
reconstruye y vuelve a construir, afirman la mayoría de los estudiosos que piensan
en ella”11. Tal reedificación de lo edificado, sugiere la idea de un espacio infinito,
colmado de lo complejísimo del hombre inacabado, como suerte de analogía entre
el futuro de quienes son la esencia de la ciudad y de ésta con su panorama
vertebrado bajo parámetros de arbitrarios movimientos.
Una reflexión válida que lleva a afianzar el fenómeno de la ciudad en un terreno de
interacción humana, tiene que ver con la capacidad para integrar cada una de sus
partes en un todo, por tanto, cada ladrillo que se ponga para construir una
estructura estará afectando de una u otra forma su totalidad: “la ciudad es un
sistema integrado en donde las modificaciones puntuales tienen evidentes
repercusiones sobre el conjunto y por consiguiente, requieren una visión global y
precisa sobre la manera como sus componentes específicos contribuyen a
formarla”12. Si se reconoce el principio de una ciudad como totalidad, es porque
desde ya se está reivindicando la relación del hombre como ser integral, que no
puede desligarse de uno de sus miembros como algo inconexo de su sistema
nervioso, como la ciudad que es una sola para sí y varias para todos. En otras
palabras, así como el habitante urbano se afecta con cada latido de su corazón, el
cuerpo de la estructura citadina sufre cada cambio.
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11. GIRALDO. Op. Cit., p. 56
12. GIRALDO, VIVIESCAS. Op. Cit., p. 5.
16
Luego de enfocar nuestros esfuerzos en dilucidar la economía como un factor
inherente al crecimiento de las ciudades, debe abordarse el problema desde lo
físico, desde el espacio que ocupa una ciudad en un espacio superior o del
espacio que se genera en su interior. Teniendo como punto de partida la relación
ontológica entre el hombre y su casa, en este caso la “ciudad”.
La ciudad y su espacio
El espacio de la ciudad, también es el del hombre, es la casa histórica donde éste
ha construido su mundo, el arquetipo perfecto de sus anhelos, sueños y miedos.
En la ciudad el hombre se ha hecho como tal gracias a que el ciudadano es otro
ser: más humano, más sociable: “la ciudad es historia, y la historia es la
complejísima relación de la totalidad de las acciones de los seres humanos a
través del espacio y el tiempo: la ciudad es por excelencia el lugar para vivir en
sociedad”13.
Es la ciudad el elemento que permite entender la tramas y vericuetos únicamente
enlazables al hombre, ya que ésta y dada su construcción más allá de lo
observable, se antepone incluso a la misma existencia del ser humano, traza un
hilo tempore para evidenciar en un plano físico lo que el hombre es a nivel
abstracto. Son las ciudades pues la manifestación real de lo que el hombre es, lo
cual se hace expreso en las relaciones sociales tejidas a nivel de lo cotidiano y
común. “En este caso, es necesario recordar que el ser humano es arquitecto;
“proyectista” y artífice de su espacio y de las posibilidades de su mundo”14.
__________________________________
13. Ibíd., p. 11.
14. GIRALDO. Op. Cit., p. xv
17
El espacio para significar una ciudad es importante porque éstos en sí significan,
dan cuenta mediante un lenguaje no verbal de los estilos de vida de quienes la
habitan, del papel socio-económico dentro de un territorio general, y lo más
importante, nos cuenta de sus años, de todo lo que ha padecido mediante sus
muros abiertos como llagas. Se ven en sus calles líneas escritas que con el
caminar del tiempo se convirtieron en textos colectivos donde cada uno de sus
habitantes puede plasmar su vida particular, su anónima existencia como
ciudadano.
Al igual que la misma ciudad por su complejidad se opone al campo, o a lo rural ,
el espacio tal cual se concibe se opone al concepto de territorio, ya que al hablar
de espacio, se está hablando de algo inmaterial, donde cabe lo poético, la cultura,
lo inacabado: “lo que se opone al espacio es la marca social del suelo, el
dispositivo que expresa la identidad del grupo… si el territorio es un lugar
ocupado, el espacio es ante todo un lugar practicado”15.
Estamos ante la dicotomía entre lugar definido-estable y el espacio fragmentario y
no reconocible a manera de identidad. De este modo, podría pensarse que el
término que más le conviene a la investigación en curso tiene que ver con el
espacio, puesto que aquí está la génesis de lo que se pretende mostrar como
ciudad, como conjunto de espacios entrelazados, no identificables desde una
perspectiva particular, Además de considerar que dentro del seno de cada
sociedad habita una red invisible y organizada que rige los destinos colectivos.
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15. DELGADO. Op. Cit.,p. 39.
18
No se puede pensar entonces que la sociedad es una masa homogénea y exacta,
en la cual hay una única dirección, un único camino a seguir; no, dentro de ésta se
involucran una serie de procesos complejos, que viajan de un lado para el otro:
“en el caso de las sociedades urbanas hemos visto cómo esos ámbitos liminales,
intersticios inestables que se abren entre instituciones y territorios estructurados,
pueden identificarse con la calle y con los espacios públicos”16.
Cada elemento de la urbe, concuerda si bien no de manera precisa con las
relaciones humanas, sí establece un precedente para identificar la clase de
sociedad que se tiene en frente, hace converger en un único punto al hombre, el
mismo que se convierte en ciudadano en la medida que aprende a vivir en un
entorno social, el cual se estratifica pero no con valores económicos, sino con el
agravante que evidencia la parte más oscura de ésta. “Sí, esto es lo que yo venía
esperando: una historia donde la ciudad es atravesada en varias de sus capas,
como un viaje al interior de una cebolla”17. Estas capas son fronteras invisibles, no
determinadas por códigos ni leyes, ya que se encuentran sólo en el tránsito
cotidiano de cada quien, es como si cada individuo viviera una ciudad diferente,
aunque ésta sea para todos.
__________________________________
16. Ibíd., p. 178.
17. MENDOZA Mario. Scorpio City. Bogotá: Editorial Planeta, 2004. p. 164.
19
Lo anterior no invalida la existencia de la ciudad tangible, del espacio físico, del
lugar común, más bien reivindica la necesidad de entender que la ciudad se
construye a diario, se hace hábitat por que los mismos hombres así lo han
determinado. Las calles, casas, parques y todo lo trazado en las direcciones de la
ciudad pensada, concuerda con la estructura imaginaria de una colectividad que
ve en ella su esencia, su misma metáfora expuesta a la sazón del devenir urbano:
“esta aproximación es el paso siguiente el análisis semiótico de la ciudad, que
basado en sus elementos físicos la secuencia formas-uso-significaciones, en la
cual los usos resultan determinantes tanto de las formas como de las
significaciones urbanas”18.
No obstante la ciudad que se aproxima en estos tiempos al nuevo mundo, no
reacciona de manera sistemática a sus propios cambios, ya que dentro de su
interior, el gran espacio del cual goza, se ve ramificado en varios lugares de orden
cultural, en cuya médula se halla el hombre creador de sociedad. Dicho así, el
espacio de la ciudad que trasciende sus muros, es el espacio emotivo y fantástico
que surge de la mente humana, es la frontera invisible, cercada por linderos de
una manada pensante. “El espacio es una creación que se hace posible en un
momento en cual una colectividad anónima, es decir un número indefinido de
seres humanos…realiza una creación de ese tipo, la cual, en un proceso complejo
de desarrollo, crea una institución, la ciudad”19.
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18. PERGOLIS Juan Carlos. Arte y Ciudad. Bogotá: fundación universitaria Jorge Tadeo
Lozano, 1998. p. 9.
19. GIRALDO. Op. Cit., p. 11
20
El espacio cuantificable y medible de los urbanistas, cede lugar al infinito e
incontable espacio de la cultura, donde los movimientos aleatorios se propagan
por todas partes, deformando quizás la intención de quienes vieron en una
pequeña vereda, la futura metrópoli de grandes edificios. “Hoy se habla de
telépolis, de ciudad virtual, autopistas de información, de resurgimiento de lo tribal
al interior de las grandes ciudades”20. Es así, el acontecimiento de la ciudad
parcelada, incluso irreconocible para sus miembros, porque se ha hecho de un
ficticio material reciclado por la tecnología mediática, como si los griegos hubieran
podido disfrutar a Troya sin haberla tomado.
Ciudad y Cultura
La cultura en este apartado será tomada como un producto eminentemente
humano, como un reflejo social y colectivo de lo que cada individuo posee, es la
representación estructurada de las relaciones humanas enmarcadas en el plano
de la sociedad. “La relación entre el hombre y la dimensión cultural es tal que tanto
el hombre como su medio ambiente participan en un moldeamiento mutuo”21. La
cultura en términos más semánticos es un valor inmaterial, el cual está asociado a
los modos de vida, a las interacciones entre un grupo determinado, asociadas a
unas leyes implícitas y dominantes que se hallan internalizadas por cada uno;
vinculadas a fenómenos del espacio, íntimamente relacionadas entre sí para crear
un hábitat.
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20. ARTE y Ciudad. Bogotá. Fundación Universitaria Jorge Tadeo Lozano, 1996. p. 4
21. T. HALL Edward. La dimensión oculta. Bogotá. Siglo XXI editores, 1986. p. 10 .
21
Para empezar a configurar lo que se debe entender como cultura enfocada al
plano sistémico del presente trabajo, podemos considerar la manera como la
define Cros atendiendo al ámbito del sujeto: “la cultura puede ser definida entre
otras tantas posibles definiciones, como el espacio ideológico cuya función
objetiva consiste en enraizar una colectividad en la conciencia de su propia
identidad”22. Partiendo de esta base, reconocemos sin alguna otra contingencia
semántica, que el carácter principal de la cultura, es el de enmarcar en un modelo
de pensamiento a un comunidad de diverso tipo y de diverso tamaño. Tal
identificación tiene el papel fundamental de diferenciarse de las demás gracias a
las particularidades de la propia. “Su característica fundamental es ser específica:
la cultura sólo existe en la medida que se diferencia de las otras…”23.
Si se habló de que el núcleo de la cultura es un aspecto identitario, se debe
considerar en este momento de que es el individuo en su característica más
personal, quien le da un piso sólido a la cultura, el cual dentro de su ideología
dimensiona y representa lo que para él es su esencia, su sustancia más remota y
personal; sin embargo, éste sólo puede converger en ella como actante de una red
de significados colectivos, no como revolucionario que pretende dominarla,
cuestionarla y reinventarla. “El sujeto puede haber asimilado e interiorizado en
mayor o menor grado su propia cultura pero no puede ejercer sobre ella, a nivel
individual, ningún tipo de acción”24. Es decir, si uno es la cultura, ella por
antonomasia es más que cualquier unidad.
__________________________________
22. CROS Edmon, El sujeto cultural. Sociocrítica y psicoanálisis. Buenos Aires. Ediciones
Corregidor, 1997. p. 9
23. Ibíd., p. 9
24. Ibíd., p. 10
22
Luego de haber avizorado de una manera a lo mejor muy precaria lo que es la
cultura en su aspecto más individual y colectivo, es importante en este momento
restablecer el camino hacia la ciudad, encontrar el punto de contacto entre esta
elaboración social como lo es el hecho cultural y la gran casa configurada a través
de eventos culturales. “La ciudad no es una retahíla de edificaciones, sino la
creación más espiritual de nuestra civilización…es el lugar de la cultura y no sólo
el motor de la economía o el centro de investigación tecnológica. Es el espacio
público por excelencia”25.
El hecho de que en un lugar determinado como las ciudades se esté sobre
poblando, ocasiona además de las mencionadas relaciones, una serie de
anomalías justamente producidas por ese contacto. Cada individuo lucha por su
espacio, por sus intereses y es en ese enfrentamiento de ideologías, credos,
opiniones, etc. Donde surgen los crímenes, se olvida por completo la moral y lo
poético pasa a ser un invento de los libros. Aquí, prima la ley del más fuerte, cada
individuo cree ser un mundo independiente, supone que nada de lo colectivo
podrá afectarlo, sin tener en cuenta que es justo en el contacto entre sí, cuando
surge la cultura, cuando se pasa a un nivel superior, al nivel de lo público, de lo
social. “La cultura es un bien simbólico colectivo que existe precisamente porque
es compartido colectivamente”26. Cuando ese bien no es reconocido totalmente se
presentan unas variables que a nuestro modo de entender podríamos llamarlas
clases sociales.
__________________________________
25. GIRALDO. Op. Cit., p. xii
26. CROS. Op. Cit., p. 10
23
El cuerpo del hombre a nivel de la cultura, es un cuerpo compartido, un cuerpo
que acaece a todas las vicisitudes del mundo, un cuerpo abierto, compenetrado
culturalmente, identificado con una porción de universo: “la implosión de la
población mundial hacia las ciudades está ocasionando en todas partes una serie
de destructores sumideros comportamentales más mortíferos que la bomba de
hidrógeno”27. Esta cita tiene que ver con una cuestión de intereses, donde cada
cual pugna como animal por lo que le pertenece, surge desde adentro una presión
que está convirtiendo a las ciudades en cloacas del exterior, en verdaderos
laberintos donde el hombre debe y necesita encontrarse para seguir adelante, o
de lo contrario terminaría como Sinisterra en Scorpio City: “Leonardo Sinisterra
estuvo así, tirado en un rincón de las criptas del subsuelo de la ciudad, durante
muchos días con sus noches”28.
En relación con el apartado anterior, cuando se consideraba el espacio de la
ciudad, hay que reconocer también que lo que constituye a la cultura, o sea la
gente, es lo que circula por los lugares de la cuidad, es lo que invoca
constantemente su propio ritmo de vida, es aquello que va y que viene a veces sin
saber para donde: “eso es lo que hace que el usuario del espacio público o
semipúblico sea básicamente eso, transeúnte, es decir persona que está en
tránsito”29. Quizás ésto sirva para explicar el carácter móvil de la cultura, su
esencia inquieta, la incapacidad para significar algo que está en constante
movimiento.
__________________________________
27. HALL. OP. Cit., p.202.
28. MENDOZA. Op. Cit., p. 153.
29. DELGADO. Op. Cit., p. 119-120.
24
Después de haber centrado el interés en la definición desde la óptica de la
economía, el espacio y la cultura de lo que se considera como ciudad, se tomará
en consideración otras concepciones de corte semántico para efectos de este
trabajo. Es necesario que se entienda que cada elemento de los que hasta ahora
se han planteado, vienen a jugar un papel fundamental en la concepción de
ciudad como cuerpo vivo, altamente incidente en lo narrado en Scorpio City.
Desde lo criminal, lo poético y lo moral, se espera establecer un precedente
teórico que abogue por la relación entre cada uno de éstos, ya que de otra manera
no sería posible ni tendría objeto insertar en el presente texto consideraciones
aisladas del mismo sentir de la obra. Estas consideraciones, nos llevan a instalar
una conexión común entre el hombre y su medio, en este caso la ciudad, ya sea
ésta de corte económico, cultural, político o del espacio, por tanto, hay que decir
que al centrar al hombre como eje transversal de lo citadino, aparecen elementos
esenciales que se pretenden incluir en el contexto de lo urbano.
Lo Criminal
El plano de lo criminal, está vinculado a una ruptura de un patrón de convivencia,
está determinado en ocasiones por excesiva violencia o por ocultas y “meditados”
procesos. Siguiendo esta línea, podemos tipificar el hecho criminal como delito; un
término que enfocado en la mecánica jurídica, invoca un quiebre de la ley, algo
reprobable y por tanto objeto de castigo dentro de una estructura social. “Un de
delito es una trasgresión de normas que quien las trasgrede reconoce como
válidas”30.
__________________________________
30. ZULETA Estanislao. Psicoanálisis y criminología. Medellín: Hombre nuevo editores, 2004.
P. 61
25
Teniendo presente lo dicho anteriormente, el crimen entonces sólo sería tal desde
un punto de vista, o sea que para quien lo comete no tendría un connotación
negativa dentro de la ley, no obstante, para la víctima o victimarios, sí existiría una
contravención importante dependiendo del nivel del crimen. “Ahora bien, la
conducta humana es con mucha frecuencia una conducta criminal y en una forma
muchas veces peor que la conducta de las especies animales”31. Esta afirmación,
redunda en la importancia de reconocer que más allá de establecer un precedente
criminal de uno o varios individuos, es indispensable considerar que en ocasiones
no hay móviles explicables para el crimen, no existe ningún motivo que justifique
una agresión o que al menos palie el resultado del evento criminal.
“Los perfiladores criminales han confirmado a lo largo de los años que casi todos
los asesinos en serie son sicópatas”32. Llegamos a este punto, donde ya no es
simplemente un crimen, sino cuando gracias a un desorden a nivel mental, se
sustentan las acciones efectuadas, así como consideramos también la aparición
de la expresión “en serie” la cual, en este apartado significa una cantidad
importante de víctimas. Lo anterior, debe referirse a un hecho central de la obra
objeto de este trabajo, ya que lo criminal dentro de la misma, está permeado por la
tendencia repetitiva de los crimines a nivel de asesinatos
__________________________________
31. ZULETA. Op. Cit., p. 63-64
32. Asesinos por naturaleza. Bogotá. Informe especial. Revista Semana, 2006. p.63
26
El concepto del crimen, como se ha venido esbozando tiene que ver con el hecho
de que el nivel social del hombre obedece a patrones históricos, no a
predeterminaciones naturales: “el hombre es un ser que a diferencia de los
animales por muchas cosas, entre otras muy importantes, porque es un ser que no
es naturalmente social”33. Esta afirmación, tiene sentido en la medida en que se
entienda que para poder vivir en sociedad debe existir la necesidad y unos
códigos internalizados por cada uno para conformarla, o sea que el hombre debe
aprender a vivir con otros y un indicador de que no ha sido del todo así, es el
hecho criminal
La mente humana, tan compleja como lo demuestra la sociedad en sus múltiples
facetas, posee habilidades escandalosamente altas; construye majestuosos
edificios, autopistas inteligentes, aviones que viajan en contra de las leyes
naturales, computadoras que intentan llenar el vacío de otras personas, así
incontables procedimientos médicos capaces de reproducirnos obviando el acto
sexual. Sin embargo, esa misma mente brillante, está en gran medida propensa a
canalizar sus energías en la consecución de objetivos criminales. “La criminóloga
española Pilar Abeijón, dice que los asesinos en serie pueden pasar semanas o
meses planeando cómo atacar a su víctima, pero por lo general, nunca quedan
satisfechos porque la realidad no es tan perfecta como su imaginación”34
__________________________________
33. ZULETA. Op. Cit., p. 22
34. Informe especial. Op. Cit., p. 63
27
Digamos sin temor a equivocarnos que la ciudad en Scorpio City se convierte en el
escenario perfecto para el hecho criminal, es más, podríamos decir que más que
un escenario es un aliado de éste. No obstante, no estamos reconociendo que
sólo en Scorpio City aparece la ciudad escorpión como ella misma lo plantea, ya
que el fenómeno de lo criminal es inherente a cualquier ciudad del mundo, dadas
por su puesto las consideraciones que anteriormente se plantearon. Lo enfatizado
en la obra, es el carácter protagonista de la cuidad en cada uno de los eventos, es
la transgresión de ésta, porque se pasa de un escenario claro y definido a un
turbulento terreno, donde cada uno de sus espacios parecen cobrar vida: “sentí
cómo la ciudad se transformaba en un pozo que devoraba mi alma”35.
Lo criminal entonces hay que tomarlo como un hecho eminentemente humano,
eminentemente urbano, como una degeneración a modo de patología del hombre
que no alcanza a conocerse del todo porque la misma bruma de la ciudad lo
consume, porque en este contexto no hay otra salida. No estamos hablando de un
lugar cualquiera, puesto que en otro espacio como por ejemplo el campo, hay una
ambientación distinta, una superación del horizonte, una supremacía ante el
hombre, el cual no encuentra otro camino que adaptarse y arañar algo con sus
herramientas agrícolas, pero no impondrá tanto su huella como hombre como
sucede en la ciudad.
__________________________________
35. MENDOZA. Op. Cit., p. 34
28
“Una ola de muertes selectivas tiene en vilo a las autoridades colombianas. Esta
vez la comunidad homosexual está poniendo los muertos”36. Así comienza una
información sobre un hecho que involucra un crimen. Una especie de llamado
colectivo sobre algo anormal en medio de la sociedad, una amenaza al orden, un
llamado más que alerta acerca de la existencia de uno o más criminales, todo en
la lógica de lo cotidiano, porque aunque ocupe las primeras páginas de un
periódico o las pantallas televisivas como algo anormal, en la ciudad cada vez es
más común el crimen. Lo violento se ha tomado las calles como una lluvia ligera
que de a poco termina empapándolo todo. “…El crimen, tan antiguo como el
instinto de supervivencia, encontraría mecanismos singulares de apropiación y
expansión, instaurando el paradigma metonímico: “ciudad: de gradación”37.
El crimen que circunda a Scorpio City, es el crimen anónimo, el mismo que
requiere de una investigación dedicada y profunda, es el tipo de crimen que
interesa a este trabajo, crimen que podríamos llamar inteligente, consumado tras
una organización previa, efectuado bajo rigurosos argumentos ético-políticos. Este
delito, enfrascado en un nebuloso sistema social, tiende a convertirse en espuma
que se diluye en las turbulencias de la cotidianidad. “Las teorías de la
delincuencia, del psicoanálisis en particular, y la psiquiatría en general, no tienen
mayor cosa que hacer cuando la delincuencia es de tipo político-económico como
la ocupación de tierras o la oposición a los intereses a otra clase…”38
__________________________________
36. Asesinos por naturaleza. Op. Cit., p. 62.
37. ZULETA. Op., p. 60
38. FONSECA. Op. Cit., 10
29
De todas formas y para tratar de evidenciar el tipo de crimen que nos interesa, así
como consolidar el piso teórico del hecho criminal, se debe tener en cuenta que
quien efectúa la acción, lleva consigo una serie de antecedentes procesales que
de una u otra forma lleguen a justificar para sus intereses particulares el tipo de
crimen que ha conseguido. La estructura que arma la secuencia de los asesinatos
por ejemplo, de antemano plantea un reto para el investigador, no obstante, tales
desafíos están nutridos de ancestros que si bien no son siempre jurídicos sí
pueden ser mentales, construidos a partir de experiencias negativas o de grandes
placeres encerrados en el inconsciente. “El crimen es un ritual en el que
compensan sus frustraciones sexuales con el acto de matar. Tener poder sobre la
víctima, oler su miedo, oír sus gritos, los excita”39.
Partiendo de la base que convierte al crimen en una suerte de patología urbana,
es preciso concordar en este punto que no será otro el escenario para
dimensionar el evento criminal que no sea la ciudad, reconociendo que en ésta se
halla afincada la estructura social, toda la ingeniería humana puesta al servicio de
su cultura. “La problemática criminal y su trasfondo urbano, no eran ajenos al
ámbito latinoamericano porque el contexto social donde nace el relato policíaco
que coincide con el desarrollo de las grandes ciudades latinoamericanas…. A
largo plazo acentuaban la crisis que sustenta la delincuencia urbana”40. Ye hemos
llegado según lo anterior, al campo literario al que más se acercará esta
investigación, estableciendo como precedente el género en cual se vertebra la
historia de Scorpio City.
__________________________________
39. Asesinos por naturaleza. Op. Cit., p. 63
40. FONSECA. Op. Cit., 38
30
El contexto donde se expresa la novela que hoy nos pretendemos trabajar, es el
contexto de una ciudad Colombiana emparentada con sus primas de
Latinoamérica, agitadas por los mismos movimientos, sólo que como lo
planteaban algunos aborígenes de América, por el hecho de estar en diferentes
lugares de la rueda, cada quien se verá afectado de una manera distinta. En tal
contexto, surge la desmesura y el exceso de una sociedad sucia, reconocida como
el laberinto donde el ciudadano se puede perder para siempre; empero aunque la
real dimensión de esta ciudad será tenida en cuenta más adelante, sí es preciso
en este momento vislumbrar el peso de la atmósfera sobre el discurso. Así lo
demuestra Fonseca cuando parafrasea a Mendoza: “…Mendoza declara con
insistencia su adicción a Bogotá, a la ciudad apocalíptica que consecuentemente
se ha convertido en escenario predilecto de sus ficciones…”41.
Scorpio City, parece estar construida desde la urbe, desde el lugar de los
hombres, estar destilada por el daguerrotipo de una cotidianidad inconclusa,
cambiante y heterogénea. No obstante, así como la ciudad se convierte en la
nueva musa para el escritor que no puede escapar de ella, también la historia
tiene su peso, los antecedentes literarios configuran el imaginario del hombre que
decide pensar la ciudad y por tanto sus vicisitudes. “Para entonces, hacía tres
lustros pasados que Hammett había publicado sus primeras obras y podía
hablarse del verdadero boom de novelas donde la crítica social, la violencia, la
puesta al día de la corrupción y el vicio sacudieron al lector habituado a la
serenidad de los relato de misterio42.
__________________________________
41. Ibíd., p. 96
42. COLLINS Ray. Sangre, crimen y balas. Crónicas y relatos de la novela negra. Barcelona:
Círculo latino, 2003. p. 7
31
Se podría seguir hablando de los diferentes crímenes que atacan a una sociedad,
de las diferentes patologías del individuo que se exteriorizan mediante este hecho,
sin embargo, para efectos del trabajo planteado, se aclara que el crimen
considerado en Scorpio City, es aquel crimen sectario, organizado, contemplado
bajo parámetros ideológicos, analizado bajo la lupa del policía detective, nos
referimos aquí al crimen sustentado en creencias dogmáticas o bajo la
certidumbre de la limpieza social.
El crimen, es por antonomasia peligroso, inquietante; algunos casi perfectos,
donde se pone en juego toda la pericia del asesino. Ante ésto, sería para premiar
su inteligencia en la planificación y posterior ejecución: “mierda dijo en voz baja,
otra puta asesinada. El quinto crimen en un mes y el asesino no dejaba rastro”43.
Este episodio que encontramos en la obra, se convierte en eje temático y
problémico para la institución policial, motivo por el cual hablamos de crimen
organizado y meditado dentro de la trama de personajes en la sombra.
Paralelo al fenómeno criminal se cierne otro concepto en cuyo interior se halla su
inmediata oposición, lo que podría llamarse la moral. Aquella vieja y desgastada
palabra de escuela, de la que tanto se ha hablado pero de la cual muy pocos dan
cuenta. Esa misma oposición, hay que nombrarla para comprender que más allá
de los límites catastrales que rodean a una ciudad, existen dimensiones culturales
que circunscriben límites aún más visibles que un cercado. Entendiendo que en la
interacción social habita el ethos de la teoría moral, estableciendo que entre lo
criminal y lo moral hay una línea delgada, por la cual transita el individuo
postmoderno.
__________________________________
43. MENDOZA. Op. Cit., 9-10
32
Lo Moral
“El vocablo ética se deriva de griego ethos; la palabra moral del latín mos
(moris). Ambos vocablos significan lo mismo: “costumbre”, “hábito”44 Los pactos
sociales no tienen otro propósito que mantener el orden de una colectividad,
sostener la interrelación constante para delimitar los deberes y derechos de cada
individuo. Por tanto, el concepto de lo que es moral, habrá que observarlo desde
una óptica de la ley, entendiendo ésta como resultado de un proceso ético
religioso, un dogma circunscrito en la educación; resaltando lo que está prohibido
por y para una sociedad.
Más allá de lo observable como norma, hay que reconocer que lo moral también
tiene que ver con un conocimiento filosófico-político de una sociedad, una
consciencia colectiva de las necesidades de la misma, partiendo desde la familia
como núcleo fundamental, pasando por las instituciones y creencias de corte
religioso e ideológico. Es ante todo un respeto por la convivencia, por el libre
transcurso de la cotidianidad de los individuos. “Una ética para ciudadanos es
parte de una filosofía que “reconstruye un saber práctico e intuitivo” como el de los
habitantes de la ciudad y que por su “afinidad con el sentido común” se relaciona
íntimamente con la totalidad del mundo de la experiencia que no es familiar”45.
__________________________________
44. A.F. Shishkin. Ética Marxista. México D.F: Editorial Grijalbo, 1976. p. 17.
45. HOYOS Vásquez Guillermo. Ética para ciudadanos, la ciudad. Hábitat de diversidad y
complejidad. Bogotá: Facultad de artes, 2002. p. 84.
33
La moral es solamente observable desde la óptica de lo urbano, evidenciada en
las relaciones tejidas a través de la interacción constante entre los miembros de la
colectividad. No estamos hablando de una moral centrada en el individuo, lo que
se está reconociendo es el papel social del comportamiento, del eje central de los
valores puestos en perspectiva, filtrados por el catalizador imparcial de la cultura.
A partir de esta cuestión, cabe preguntarnos: ¿cuál es el alcance de la moral
planteada en Scorpio City? ¿Cuál será su papel en el desarrollo de la obra? Pues
bien, antes que nada; hay que dejar claro que la moral aquí tratada no es otra que
la moral vinculada a los procesos del desarrollo humano, aquella luz que va más
allá de las costumbres y hábitos para convertirse en filosofía e ideología social.
“En la sociedad de clases, la moral no se reduce ya a hábitos y costumbres.
Responde a una forma específica de la conciencia social, que corre pareja con las
demás formas”46.
Ya se había hablado del crimen como agente que permea las diferentes
categorías sociales. En este momento, hay que precisar sobre la moral también
como categoría social, sectaria, parcializadora. Es conocida que la copia de
modelos de comportamiento es un fenómeno que se presenta desde los gobiernos
hasta cada uno de los individuos. Pues bien, estamos ante un reflejo donde se
pretende asimilar para sí la manera como se articulan todos los procesos de vida,
toda la cotidianidad: “en la sociedad dividida en clases, ejerce también una gran
influencia sobre la totalidad de la moral práctica la ideología de una clase
determinada”47.
__________________________________
46. SHISHKIN. Op. Cit., p. 18.
47. Ibid., p. 17
34
Anteriormente nos habíamos referido al problema del interés individual, el cual al
terminar primando por encima del general, desemboca en la aparición de
crímenes, de acciones encaminadas a beneficiar a quien ejecuta asesinatos,
desapariciones etc. Con la intención de conseguir su objetivo. Pues bien, aquí
concuerda hasta ahora lo dicho acerca de lo criminal con lo que se ha intentado
dilucidar de lo moral; dicha concordancia, está en que la moral tiene que ver con la
igualdad entre todos los hombres, lo que sería inmoral es justamente aquello
donde sólo un individuo se beneficia a costa de los demás: “la combinación del
interés personal y el social ha sido siempre el problema principal de la moral”48.
Lo moral, en oposición con lo criminal, se abre como concepto de ético de
tolerancia, como proceso histórico que llevará a una sociedad a instancias
mejores, más allá de lo establecido por la ley escrita, ya que campea en lo
inconsciente como necesidad de supervivencia, regida únicamente por las
necesidades de sus miembros y no por la sapiencia de un dogma obsoleto. “Una
ética para nuestro tiempo debe asumir los cambios y estar dispuesta al cambio.
Adoptar, en particular, un punto de vista cognitivo es lo más consecuente con ello,
pues todo lo que no consiguen los hábitos por sí mismos, por no disponer de
tiempo para arraigar, puede ser suplido por el desarrollo cognitivo del individuo”49.
Pasamos entonces de una moral entregada a una moral meditada, concebida y
aceptada después un proceso consciente en el mundo actual. Será entonces
según ésto, hacia dónde debe mirar la presente investigación con respecto a lo
moral.
__________________________________
48. Ibíd., p. 19.
49. BILBENY Robert. La revolución en la ética. Hábitos y creencias en la sociedad actual.
Barcelona: Editorial Anagrama, 1997
35
¿Cuál será entonces la moral entendida en Scorpio City? ¿cuáles serán sus
intereses y sus necesidades si comprendemos que aunque la moral inicialmente
estaba vinculada a la enorme tradición religiosa, a las costumbres y leyes divinas
entregadas a modo de mandamientos sagrados? La pregunta habrá que asumirla
desde la evolución de la misma sociedad, desde de los modelos terrenales
vinculados a las necesidades del hombre y a sus intereses inmediatos.
El problema que ante nuestros ojos aparece, tiene que ver la separación de la
teoría moral de la teoría teológica, ya que el hombre dejó de ser un individuo
abstracto para convertirse en alguien contextualizado, con necesidades reales, las
cuales están emparentadas con el sentir general, con el ideal colectivo de un
pueblo, en el cual se encuentra al mismo hombre pero en su verdadera dimensión
social, en su verdadero papel ético-moral. “No se trata de principios doctrinales ni
intuitivos. Recogen el desarrollo del conocimiento y a la vez lo estimulan, sin
constituir para ello una ética de expertos o genios”50.
Cuando se habla de urbanidad, es claro que se está hablando de un conjunto de
reglas aplicables al contexto de la urbe, modelos sociales circunscritos en la
mente del ciudadano, el mismo que sabe perfectamente que su piso se transforma
y por tanto ha de adecuarse a los nuevos movimientos: “Ser habitante de ciudad,
significa sobre todo, entrar en el orden de lo urbano, estar psíquicamente atrapado
en esas reglas de juego, quedar sujetado a ellas mediante acatamientos,
aceptaciones y resistencias, adaptaciones o rupturas violentas”51.
__________________________________
50. CRUZ Kronfly Fernando. Pensar la ciudad. Las ciudades literarias. Bogotá: T.M. Editores,
1996. p.191.
51. BILBENY. Op. Cit., p.170
36
El proceso ético-moral, es un proceso que va en espiral, es un mirar la historia
desde una perspectiva dialéctica, la cual retoma del pasado los problemas pero
sólo para mejorarlos en el presente y tratar de proyectar hacia el futuro una
sociedad mejor. ¿Cuál será entonces la sociedad propuesta en Scorpio City?
¿Cuál será esa moral que vincula a Leonardo Sinisterra con su función de
detective?, ¿entenderá éste que su responsabilidad social lo obliga ir más allá de
sus propias capacidades? Esta pregunta sólo podrá responderse con el desarrollo
del trabajo, no obstante y con base en lo ya planteado acerca de la moral como
evidencialidad de las relaciones entre los individuos de una sociedad, se puede
inferir que estamos ante una nueva moral, ante una concepción ético-política de
las cosas, puesto que los problemas a nivel de orden público como lo criminal,
está afectando la moral concebida como proceso histórico de la sociedad actual.
“En primer lugar, hay un carácter común a todas las acciones que llamamos
comúnmente morales, y es que todas son conformes a unas reglas
preestablecidas”52. Es quizá el destino de la consulta sobre la ciudad moral en
Scorpio City, convivir con el fantasma del pasado, con ese vestigio religioso, un
dogma disfrazado de norma urbana, la cual predetermina el comportamiento,
juzgando lo aceptable y lo que se condena como conducta inmoral, íntimamente
relacionado con lo criminal como una conducta reprochable desde los cánones
morales. Estamos ante la moral de una parte de la sociedad, sus convicciones e
intereses, los que buscan a través de sus acciones la autoridad para juzgar y
condenar, para separar como lepra a los individuos enfermos, para asesinar.
__________________________________
52. DURKHEIM Émile. La educación moral, clásicos de la cultura. Madrid: Trotta S.A, 2002. p.
84.
37
Dentro del marco de lo moral, cabe de igual forma la manifestación estética. Hay
que reconocer que las expresiones en diferentes planos ya sean escritos,
esculturales o arquitectónicos juegan un papel fundamental en la construcción de
sociedad, por tanto, es necesario para el transcurso del presente trabajo, sentar
un referente semántico de lo que podrá ser considerado como poético
Lo poético
Relacionar pensamiento y cotidianidad, establecer analogía entre hombre y
ciudad, es lo que implica definir lo poético, desarrollar lineamientos que ayuden a
entender este complejo fenómeno, ayudado por la manera como se narra en
Scorpio City cada espacio como forma de reconocer el valor estético de un lugar
determinado. Dotar de sentido a cada uno de los rincones y espacios que la
ciudad ofrece, imaginar su futuro como hogar de millones de personas lleva a
pensar en lo profundo que tiene que ser su planeación, en la concordancia entre
hombre y hombre y entre éstos y su entorno. “si la filosofía es hija de la ciudad” lo
es porque en el espacio de las relaciones específicas que instaura el ámbito
citadino se consolidad los esquemas con los cuales nos pensamos a nosotros
mismos”53.
__________________________________
53. GIRALDO, VIVIESCAS. Op, Cit. p. 72.
38
Es importante dejar claridad sobre cómo se va abordar lo poético en el presente
trabajo. Ya se ha mencionado que el espacio será la unidad fundamental para el
análisis poético, no obstante, es en el campo narrativo donde aparece explícito tal
fenómeno, entendiendo como imagen poética aquella que lleva a considerar una
relación que trasciende su propio sentido, que evoca a otra imagen. Propone
Gaston Bachelard en su “poética del espacio”54 una poética de cada uno de los
rincones de un espacio físico, así como de los elementos que solemos manipular
sin siquiera detenernos a pensar en el valor representativo de éstos dentro de lo
poético. De esta misma manera, la ciudad en su configuración de espacios
abiertos ofrece múltiples rincones y elementos que evocan y deleitan al ciudadano
con sus sentidos comprimidos desde lo simbólico, una compleja red de
representaciones que deben valerse de una narración especial para adquirir el aire
necesario que deleita los oídos.
Si se mencionó al inicio que la ciudad es más que un escenario, aquí nos
ocupamos de la importancia de ese escenario para la imaginación poética, para la
configuración del hábitat de los hombres, de ese espacio social donde habitan
esas normas morales de las cuales ya se hablaron. Quizás, la ciudad sea de una u
otra forma una imagen arquetípica, un estado inconsciente y etéreo que sobrevive
en el tiempo y se convierte en el espacio preferido para el hombre: “Hay que abrir
de nuevo el campo de las imágenes primitivas que han sido tal vez los centros de
fijación de los recuerdos que se quedaron en la memoria”55. Podría pensarse en la
ciudad de Scorpio City como esa urbe donde converge lo sagrado y lo profano, así
como lo criminal y lo poético.
__________________________________
54. BACHELARD Gaston. Poética del espacio. Bogotá: F.C.E, 2002
55. Ibíd., p. 61.
39
Dentro de lo que también se debería considerarse como ciudad, se reconoce el
concepto de “polis” que viene dado por los Griegos, lugar donde se gestan los
contubernios humanos, sus socialidades y demás manifestaciones de carácter
cotidiano. No obstante, el sentido de este trabajo está encaminado a evidenciar
esa manifestación desde la literatura, desde la narración contextualizada en el
ámbito urbano: “Rara vez se habla del espacio como personaje, como organismo,
el espacio como pre-texto, con-texto; la ciudad como texto abierto, sorpresivo,
pero también como anti-texto, es decir, de la ciudad como el espacio que
desborda cualquier límite y presupuesto”56.
Si enmarcamos a la poesía dentro de un paradigma del arte, es porque los
movimientos históricos no han pasado en vano, ya que han dejado una huella en
el pensamiento de la época, de alguna manera han perfilado niveles de expresión
y por tanto de comportamiento. Dicho de este modo, se debe reconocer cómo
esos mismo cambios, también se han involucrado como es ingenuamente obvio
con la ciudades. “Las tendencias estéticas logran identificar y conceptuar a través
del tiempo los espacios urbanos que penetran en nuestra intimidad para luego
aflorar conjugados en dichas, sueños, recuerdos, en instantes de ámbitos
individuales y colectivos”57. Todas estas manifestaciones, deben estar presentes
en cada uno de los matices que presenta la ciudad, o al menos deben ser
medianamente percibidos por el habitante de la urbe.
__________________________________
56. ARGÛELLO Rodrigo. La ciudad: hábitat y complejidad. La ciudad en la literatura. Bogotá:
Unal. Facultad de Artes, 2002. p. 230.
57. AYALA Pedraza Gabriel. Poética de la ciudad. Bogotá: Higuerilla editores, 2006. p. 14
40
Más allá del mismo espacio, es preciso acotar que así como desde adentro hacia
afuera sucede lo criminal, igual sucede con lo poético. En una primera instancia se
reconoce el estado perturbado del individuo. Dicho en otras palabras, ya no
estamos insistiendo en el poder evocador del espacio, sino que estamos
abogando por el valor existencial de algunos momentos dentro de la obra de
Mendoza. Pasamos de espacios físicos a espacios narrativos, evidentes y claros
como lo demuestra la siguiente cita extraída de nuestra obra objeto de estudio:
“sentía el peso de una depresión superior así mismo, una carga inexplicable que lo
lanzaba hacia abajo, hacia su propia sordidez interior”58.
“Bandas de perros rabiosos merodean la ciudad. Los deshechos de grandes
fiestas acumulados a la puerta del día. El desperdicio amontonado entre nubes de
humo y postres de tibia dormidera entre la sarna de los perros…”59. Esta cita del
poema ciudades de Juan Manuel Roca, advierte que así como la ciudad en
ocasiones nos habla de poesía, de igual forma la poesía nos habla de las
ciudades, nos configura mediante la palabra el imaginario de un mundo que puede
ser de una o de otra forma parecido o distante del nuestro. Sin embargo, lo que las
ciudades revelan, ha de ser por exceso de significado el material de su médula
espinal, la piedra filosofal de su pasado. “La plaza fue su parte-detalle que
explicaba el todo-ciudad. Constituía su punto de origen, daba la orientación en
cada asentamiento y focalizaba la zona de mayor jerarquía urbana”60.
__________________________________
58. MENDOZA, Op. Cit., p. 14.
59. AYALA. Op. Cit., p. 33
60. PERGOLIS. Op. Cit., p.12
41
II �
�
�
ESCENARIO CRMINAL, POÉTICO Y MORAL
�
�
�
�
�1. El Crimen en Scorpio City
Ya habíamos considerado al hecho criminal como una manifestación humana, la
cual obedece a diferentes aspectos de corte social en la rara cotidianidad de cada
uno de los actores de una ciudad determinada. Estas manifestaciones son
evidentes y recurrentes cuando existen unos intereses personales y colectivos
capaces de eliminar de una u otra forma a los miembros del cuerpo social que
tales intereses estiman conveniente.
Para identificar el tipo de crimen que habita en Scorpio City, es necesario hallar en
su estructura formal los índices necesarios e indispensables para consolidar el
mosaico criminal que transversaliza la obra misma. Se debe partir del supuesto de
que toda novela que posea un crimen, un detective y por su puesto una
investigación, no debe ser considerada a priopri una novela policíaca, tampoco por
tener una compleja construcción narrativa enfocada posiblemente al fracaso de un
“Tú decías: iré a otro país, a otra orilla, encontraré otra ciudad mejor que ésta. Cualquier cosa que intente hacer está destinada al fracaso y mi corazón, como algo muerto, descansa enterrado. ¿Cuánto tiempo puedo dejar que mi mente se desmorone aquí?” Constantin p. cavafis
42
tipo de sociedad o a la degradación continua de sus individuos sea sin más una
novela negra.
1.1 Novela Criminal
Scorpio City, parece merodear por los terrenos de un género ambiguo y por tanto
complejo, es ante todo una narración que se propone un camino que no va, más
bien deambula por las escondidas y recónditas calles de Bogotá, recrea un
escenario oscuro y degradante, en el cual unos personajes sin nombre no la
habitan sino que la sufren, la soportan, padecen a cuenta gotas los aterradores
días y noches de una ciudad perturbada. Por tanto, tengamos en cuenta la
esencia del tipo de novela que presenta Scorpio City y dilucidemos algunas de las
características del relato del cual parece tomar distancia.
“Ciertamente la novela policial negra, hard boield o relato duro, no es huérfana.
Mucha de su iconografía existe en los tempranos relatos de Poe, Emile Gaboriau,
Gastón Leroux y Maurice Leblanc. El tema en los relatos evolucionó desde la
ajedrecística solución de un crimen hasta presentar la vivisección de la sociedad
donde se comete ese crimen…”61. Quizás, estemos parados ante la realidad
narrativa de Scorpio City, donde la metódica manera como se construye la
investigación, cede el paso a la estruendosa caída de un sistema, asistiendo a un
desvanecerse en las tinieblas de una ciudad que se fundó en el infierno.
“Sobrevivir en el centro de la ciudad no es cosa fácil en este momento. Se
necesita astucia, sagacidad, y a veces no es sufieciente”62.
__________________________________
61. COLLINS. Op. Cit., p.8
62. MENDOZA. Op. Cit., p. 17
43
La novela policíaca tiene entre otras características, una configuración del texto
que en esencia es ficción63. Su extensión no debe ser tanto como paraque el lector
no logre recordar ni recoger las pistas que el texto mismo le presenta64. No
siempre existe el asesinato65. El detective está construido y diseñado para ser la
cabeza visible e idónea de la investigación66. Generalmente, el escenario debe ser
claro paraque esto no se convierta en la piedra en el zapato que evite la inclusión
del lector en el juego investigativo67. El choque con la realidad socio-política y
psicológica68. Generalmente el narrador es el ayudante del detective69. Lo anterior,
según lo establecido en las precedentes obras de Poe, Hammet, Doyle, Agatha
Christie entre otros.
Las anteriores concepciones de la novela policial, si bien hacen parte de la
estructura formal de tal género, no se hallan tan claramente definidos en esta
novela de Mendoza, puesto que la consideración general de la misma debe ser
asumida desde otra óptica. Hay que preservar la idea de detective, de
investigación, de narración y de todo lo que aporte luces importantes hacia la
mirada general de la obra, sin embargo, como se dilucidará a continuación,
Scorpio City es ante todo un híbrido de relaciones inconclusas en la medida en
que no llegan a ser satisfactorios los resultados parciales y finales de la novela.
__________________________________
63. PÖPEL. Op. Cit., p. 8
64. Ibíd., p.11
65. Ibíd., p.12
66. Ibíd., p.14
67. Ibíd., p.15
68. Ibíd., p. 17
69. Ibíd., p.19
44
Un primer principio diferenciador, lo encontramos en el tipo de narrador que
presenta Scorpio City, vemos cómo este elemento adquiere una forma a través de
la obra de alguien distante de la misma, de alguien que aparentemente conoce
muy bien al personaje central (el detective) pero que no se involucra de manera
directa con el mismo, más bien su papel dentro de la obra es meramente estético
en la medida que reflexiona, conversa con Sinisterra y establece un vínculo
afectivo dentro del orden de un guía narrativo no solamente para el lector sino
para el protagonista mismo: “ ahora vienes a dar conmigo, hermano, hecho una
mierda, jodido, y me toca a mí contar esta parte de tu historia. Yo, que no tengo
pretensiones de artista ni de escritor, que no soy más que un hombrecito
desocupado con un destino miserable. Pero me esforzaré, hermano, haré lo mejor
que pueda paraque el lector sienta la presencia de tu desgracia”70.
Continuando con la caracterización del narrador en Scorpio City en lo que
respecta al grado de compromiso de éste con la obra, hay qua hacer hincapié en
el hecho de que en la novela policíaca tradicional el narrador suele ser algún tipo
de agente encargado de desencadenar sucesos que afecten el desarrollo de la
historia misma. Tiene pretensiones o intereses dentro de la trama, no obstante y
debido a su rol, no es quien termina siendo el cerebro de la investigación, pero sí
es quien durante toda la historia se muestra interesado en revelar el misterio
gracias a su cercanía con el detective-protagonista o por su pasmosa objetividad.
“El éxito de esta figura que acompaña la investigación se debe a su función dentro
de la investigación. Este tipo de narrador desempeña el papel de la instancia
mediadora entre el detective y el lector que quiere participar en el juego de
detectar el culpable del crimen”71.
__________________________________
70. MENDOZA. Op. Cit., p. 97.
71. PÖPEL. Op. Cit., p. 20.
45
Otro aspecto que apuntala la idea de que Scorpio City no es una novela policíaca
simplemente desde el concepto del narrador, tiene que ver con la relación antes
planteada entre el mismo narrador y el detective protagonista. Pues si bien ya se
concibió la idea de que en la presente obra el narrador no es un personaje de la
misma, hay que referirnos al narrador de la novela policíaca clásica, donde éste
más que ser un personaje activo, es como también ya se mencionó, el ayudante
del detective, quien posee unos intereses y objetivos claros con respecto al
desarrollo de la investigación. Ya entendida esta cuestión, cabe entonces
preguntarnos: ¿existe este personaje en Scorpio City?, por su puesto que existe,
pero no es el narrador de la novela policíaca clásica, es un personaje que por su
mismo perfil y su nivel de incidencia en la historia, ayuda a argumentar que
estamos ante una novela diferente a la policíaca.
Existe para Sherlock Holmes un Watson, para un Guillermo de Baskerville un
Adso de Melk, o si queremos para un Batman un Robin, en todo caso nos estamos
refiriendo a un compañero, a un escudero fiel que siempre está atento y dispuesto
a colaborar en todo lo que necesite su tutor o superior intelectual, empero, para el
caso particular de Sinisterra existe la figura de González, su inmediato subalterno,
el cual supuestamente lo debe acompañar durante la investigación y ayudar con la
documentación necesaria para esclarecer los hechos. Lo que hace que este
segundo al mando sea diferente a los demás ayudantes típicos de la novela
policíaca, es que termina desempeñando una función miserable, es quien traiciona
el objetivo trazado por Sinisterra, es quien se convierte en un personaje oscuro, en
alguien que sin una razón aparente abandona a su compañero-jefe y
46
Que por el contrario termina siendo su oponente claro y peligroso: “si González
quería una felicitación por parte de sus superiores, un ascenso y un aumento de
sueldo, no sería a costa suya, pegándole un tiro en la nuca para ir después en
busca de un reconocimiento y una gratificación”72.
Continuando con la convicción de que Scorpio City no es una novela policíaca sin
más, hay que acotar sobre la posición inicial de Sinisterra, hablar de que no es el
típico personaje investigador independiente estilo Sherlock o el que por sus
grandes capacidades intelectuales y objetividad deslumbrante es el indicado para
investigar un caso complicado, al cual ya se le han dedicado grandes esfuerzos,
pero que hasta ahora nadie ha podido descubrir el misterio.
Pöpel, al respecto de lo mencionado anteriormente, nos dice que el tipo de
detective que se inscribe en la novela policíaca clásica, obedece a unos patrones
definidos: “un detective que trabaja con métodos racionales, que aparece como
supercabeza y que logra resolver el caso sin ayuda, corresponde probablemente
al tipo de novela detectivesca clásica, mientras que difícilmente encontraremos,
fuera de las parodias, a un superhéroe ambivalente que persigue con armas a sus
enemigos y fracasa”73. Si ésto lo damos por hecho, tenemos que reconocer que
Scorpio City es una parodia o es lo que hemos venido planteando: una novela
criminal alejada del clásico performance de la novela policíaca.
__________________________________
72. MENDOZA. Op. Cit., p. 139.
73. PöPEL. Op. Cit., p. 14-15.
47
Sinisterra, no es un personaje que esté parodiando a otro detective, tampoco es la
historia una sátira de otra ya conocida, es más bien el espejo del desbarajuste de
un sistema político-social, la representación de una realidad impactante que
desborda sus propios límites. Sin embargo, lo ideológico en Scorpio City será
abordado más adelante, porque ahora nos interesa el perfil del detective que en
un principio estuvo vinculado a la policía, no aquel detective independiente que
sirve como soporte intelectual a las investigaciones llevadas a cabo por un cuerpo
oficial, sino el policía activo, aparentemente idóneo para el caso pero que luego se
ve separado de la investigación misma, totalmente marginado y lanzado al abismo
de su misma degradación personal: “ lamento anunciarle que está suspendido de
la institución… las órdenes ya han sido emitidas. Estás fuera del caso”74.
Con respecto a lo anterior, hay que mencionar que tampoco estamos ante el
personaje que al verse marginado de las investigaciones decide por su cuenta y
riesgo continuar, ya que como la historia misma lo comprueba, Sinisterra se
sumerge luego de este suceso en su mismas miserias, la historia se vuelve más
individual: “ahora tu historia me conmueve, me siento golpeado muy adentro, en lo
más íntimo de la escritura”75. El desacato de Scorpio City ante los patrones de la
novela detectivesca, cada vez es más evidente cuando vemos a la historia
introducirse por túneles personales, deteniéndose en resaltar los miedos del
investigador, dejando de lado el proceso criminal que debería nutrir por
concordancia con el género la historia misma.
__________________________________
74. MENDOZA. Op. Cit., p. 87.
75. Ibíd., p. 93
48
Otro elemento inherente a la novela policial clásica, obedece dentro de una
concepción estética a la narración ficcional, como lo plantea Pöpel (2001:8) a la
realidad fugaz que reconoce el lector, el cual sabe que se enfrenta a una lectura
que le ayudará a olvidarse de su misma realidad, sabe que lo presentado son
elementos bañados con un plot verosímil y que de ninguna manera son
circunstancias pertenecientes a la realidad circundante. Teniendo en cuenta ésto,
reconocemos el alto nivel de realidad presente en Scorpio City, su gran
compromiso con la problemática actual de un lugar determinado: “En Bogotá
cualquier ladronzuelo, cualquier vendedor de droga cargaba un cuchillo o una
navaja”76.
Teniendo en cuenta el desenlace de los hechos, llegamos a otra razón adicional
para pensar en el carácter criminal más que policial de la obra, ya que los cabos
lejos de atarse, se convertirán en una madeja de acontecimientos degradantes,
en pesadillas que atormentarán al detective que ya dejó de serlo, que pasó de ser
un individuo con nombre y reconocimiento a una alimaña que se arrastra por la
ciudad sin ningún rumbo. “Así cruzó la Plaza de Bolívar y bajó por la calle once
hasta la zona comercial de la carrera décima. El olor a comida lo hizo acercarse a
una lonchería y comenzó a salivar frente a una mujer que asaba hamburguesas y
chorizos… como un perro hambriento Sinisterra se abalanzó sobre las carnes y
los panes colocados en el mostrador”77.
__________________________________
76. Ibíd., p. 16.
77. Ibíd., p.113
49
No se podría hablar en este caso de una conjura del mal, de un restablecimiento
del orden, ya que al final sólo quedan dudas y el camino abierto a una nueva
investigación, sólo que si existirá ésta, ya no sería por parte de Sinisterra, ya que
éste se ha venido a menos, está en una situación de desamparo y debilidad, está
enfermo y agonizante: “el hambre y la sed lo debilitaron hasta convertirlo en un
cuerpo inmóvil con la mirada fija en el vacío”78. Así pues, el anhelado final donde
el lector espera que los individuos involucrados en el crimen o los crímenes
reciban su merecido y el héroe investigador el premio por su valentía e
inteligencia, se ve reemplazado por una melancólica y existencial fatalidad
humana.
Vistas las razones por las cuales Scorpio City es más que una novela de corte
policial, entendiendo que el narrador, los personajes, los hechos y el desenlace
son evidencias claras del carácter endógeno de la obra, pasamos a analizar el
escenario donde fluctúan y acaecen los acontecimientos, reconociendo la
importancia ineludible de éste para la transverzalidad de la obra, no sin antes citar
a Salvador Vásquez de Praga en Fonseca Laura Emilia(2003:10) “la novela que se
vertebra en el relato de algún tipo de crimen debe ser reconocida como novela
criminal sin más dilaciones semánticas, porque si bien facilita la orientación inicial,
a la larga no logra conjurar el poder desintegrador de las ficciones narrativas”
__________________________________
78. Ibíd., p. 153.
50
1.2 Escenario Criminal
El crimen, tan humano y despiadado, encuentra su asidero en un territorio
construido para él, en un espacio vivo que no se inmoviliza nunca, que no permite
la presencia de otro espacio que supere su mismo valor, es un lugar perdido y
encontrado por los desencantos de la cotidianidad. Hombres y mujeres salen
todos los días a enfrentarse a un monstruo invisible, a una entidad implacable que
sabe perfectamente como cobrar sus víctimas. Es un escenario para el tristeza y
la alegría, donde un cuadro es una vista perfecta de un paraíso hecho de
cemento o bien puede ser un oleo envejecido por los años, por las manos del
hombre que lo habita. “La tarde soleada y transparente contrastaba con la escena
de la mujer en ropa interior asesinada al fondo, frente al sauce marchito”79.
El momento para el crimen debe ser propicio, pero el lugar es especial, es aquel
que representa el rastro, el mismo que se desarrolla en un derroche de claves, el
que da cuenta del asesino, del móvil y hasta del momento, es a donde apunta el
investigador para observar los indicios, los cuales atados forman el camino que
lleva al criminal. Es el espacio observado como escenario donde se corre el telón
para que acontezca la tragedia humana. En nuestro caso particular, la ciudad
surge como la puesta en escena de una obra escalofriante. A este concepto, se
acerca Gil cuando afirma: “ciudad como lugar de encuentro y reconocimiento, pero
también como espacio para el drama y la búsqueda interior”80.
__________________________________
79. Ibíd., p. 9.
80. GIL. Op. Cit., p. 77
51
Todos los mecanismos que involucran un crimen, encuentran sus puntos de
contacto en la ciudad, lugar donde el hombre de por sí complejo, se hace aún más
complejo, pues allí sus miedos y anhelos crecen como la espuma, se hacen
visibles para una sociedad que reprocha y que a veces asesina. “Llegaron una
noche a la ciudadela del cartón en cinco camionetas blindadas y masacraron
familias desarmadas de recicladores. Dispararon a quemarropa sobre niños y
mujeres… amputaron dedos y orejas de las víctimas en medio de chistes y
carcajadas”81.
La violencia que se trasladó del campo a las ciudades trajo consigo un infinito
problema, se destapó una problemática social, la misma que se vivió en el sector
rural pero con mayor intensidad. El énfasis en el desarrollo de las grandes
ciudades, ayudó a deformar ciertos sectores, a crear conflictos que van más allá
de los territoriales como sucedía en el campo, puesto que en el nuevo terreno de
batalla la lucha ahora es de carácter ideológico, ya que hay de por medio grandes
intereses personales que hacen naufragar a los colectivos, lo cual desencadena
protestas y enfrentamientos claros. “La segunda fase fue la violencia de los años
cincuenta, que despobló los campos e hizo crecer dramáticamente las ciudades
con millones de desplazados arrojados a la miseria”82. Esta segunda fase
pertenece a tantas fases de miedo que el país ha vivido y donde lastimosamente
las ciudades han sido el termómetro de ello.
__________________________________
81. Ibíd., p. 144.
82. OSPINA William. ¿Dónde está la franja amarilla? Bogotá: Grupo editorial Norma, 2003. p.
28.
52
La ciudad en Scorpio City, no es ajena a este fenómeno, es también el epicentro
ineludible del perfil criminal, es el caldo de cultivo donde campea el hombre, es de
hecho el lugar escogido para plasmar los crímenes, es la ciudad escorpión, la
que trae una ponzoña cargada de veneno: sustancia invisible pero letal: “en
Bogotá ya no se puede salir a la calle. El nivel de inseguridad es tan grande que a
uno ya no le roban el dinero o el reloj, sino lo operan en cualquier potrero para
robarle un ojo o un riñón”83.
No es la ciudad solitaria la que hace daño, es la perfecta conjunción entre el
hombre y su entorno, es una simbiosis extraña que perdura en el tiempo y que
cada vez se hace más inseparable. El hombre aporta lo que ha aprendido tras sus
largos años de evolución como ser sociable y la ciudad se involucra por ser la
creación del hombre, su rara manifestación, algo así como si su presencia fuera
tácita, algo anómala pero presente en cada una de sus calles, de sus parques, de
sus aceras llenas de vida y muerte, de mendigos y ladrones, de señores que son
el modelo del hombre perfecto, pero que llevan en su cabeza la cizaña de un
estratega militar, el mismo que en la menor oportunidad atacará a su vecino, a su
hermano: “ Le abrieron la garganta de lado a lado. Debió de ahogarse en su propia
sangre. Seguramente sintió que se le iba la vida entre una nube roja que la
inundaba por todas partes. Como los corderos cuando son degollados”84.
__________________________________
83. MENDOZA. Op. Cit., p. 91.
84. Ibíd., p. 14.
53
Ya se había mencionado la importancia del espacio donde se llevan acabo los
hechos, se había considerado que para seguir el camino criminal hay que leer los
indicios que muestra la ciudad, sus evidencialidades, su rastro. “La ciudad que
propone la novela criminal, es quizás la única que posibilita un código de
ligibilidad”85. Este código aparece amarrado a la investigación del caso mismo,
incorporando la noción del texto a la ciudad, el cual posee una estructura que
acepta posiciones y perspectivas, críticas y errores. “Sinisterra bajó a la carrera
séptima y deambuló hacia el sur con la mirada extraviada en las vitrinas. Palpó la
pistola debajo del saco y apresuró el paso para no llegar a las cruces avanzada la
noche. Sabía de memoria que era uno de los barrios más peligrosos del centro de
la ciudad”86. Es así como es posible leer un espacio definido en la ciudad,
identificarlo y rotularlo como se puede resaltar puntualmente en un texto.
Si es el crimen un fenómeno eminentemente humano y además suponemos que
es en las ciudades donde aumenta este fenómeno, cabe entonces la pregunta:
¿quiénes son específicamente los individuos que llevan a cabo el hecho criminal?,
¿cuáles serán los móviles que suscitan tal evento y cómo se desarrolla en el
contexto definido como ciudad la investigación que deberá sin más dar con el
paradero de los criminales, los causales del desorden social? “la ciudad es por
excelencia la organización social del poder, de las relaciones entre grupos, de la
forma como se constituye la espacialidad…la disputa por la ciudad, por su
carácter, siempre será una disputa entorno al poder o los poderes…”87.
__________________________________
85. FONSECA. Op. Cit., p. 78.
86. MENDOZA. Op. Cit., p. 20.
87. SÁNCHEZ Ricardo. El Poder y Lo Social. Bogotá: TM editores, 1996. p. 302.
54
1.3 Individuos criminales
La semántica pura nos lleva a pensar que si hablamos de individuos criminales, es
porque estamos aceptando el hecho de que hay unos personajes que lo son y
otros no, pues bien, la cuestión aquí no es tan fácil de dilucidar, puesto que no se
trata de hacer señalamientos, más bien, nos proponemos establecer las
conexiones entre aquellos que intervienen de una u otra forma en un crimen,
dejando claro también que no estamos hablando de un único crimen claro y
establecido, ya que éste se presenta de diferentes formas y con diferentes
actantes.
La oscuridad que de entrada presenta la novela, no solamente habla del crimen
que gestará una investigación y por tanto todo el proceso que antes se mencionó
sobre la novela criminal, es ante todo el abrebocas de lo que será Scorpio City,
una historia desconcertante, de la cual difícilmente se podrá estar seguro dónde
se está parado. Es el crimen la sazón para el plato fuerte, para al menos percibir la
fuerza escondida que incita y perturba al detective, la misma que terminará
derrotándolo, es la mezcla perfecta entre la oscuridad inicial y los sucesos que
sucederán a lo largo de la trama .
Lo que mejor evidencia la complejidad de una investigación, es la manera cómo se
presentan los hechos inicialmente. Esta presentación que no siempre es clara,
dará cuenta de la dura tarea que hay por delante, pondrá en evidencia la pericia
con que el detective la afrontará, afectará sus recursos, sus capacidades físicas y
mentales, sus nociones de contexto: “con el pie izquierdo aplastó la colilla contra
el piso y revisó alrededor del cadáver en busca de alguna pista. Nada.
55
El quinto Crimen en un mes y el asesino no dejaba rastro”88. Cuando se habla de
un mismo crimen con una regularidad constante, se puede empezar a considerar
que quizás se está ante una mente criminal que actúa en serie, o que se trata de
una organización dedicada a atacar con un fin predeterminado.
El primer criminal claro e identificado dentro de la obra, obedece a los patrones
que quizás en un principio se pensaron durante la investigación, partiendo de la
base de que se trataba de un sujeto escurridizo, que tenía una idea o un objetivo
claro para cometer los asesinatos perpetuados con anterioridad: “¿Éste es el
criminal? Le dicen el Astrólogo. Un cuchillero que duerme donde le coja la
noche”89. Nos enfrentamos ante lo más crudo de la personificación del crimen, un
místico sustentado en sus creencias para cometer los crímenes, como si
justificándose ya no hubiera cabida para la expiación, para el castigo.
La ciudad cobija y da albergue al tipo de individuos criminales que la recorren, en
ella se sienten en su panacea, en ella encontraron su casa, su guarida. Son un
mosaico antrópico de lo más variado, conforman verdaderas comunidades del
vicio y del peligro. No obstante, sin el ánimo de marginar un sector en especial de
la ciudad, se hace evidente la presencia de algunos seres distintos, enmarcados
por su condición social, obligados a ser criminales de turno: “Vagos, pordioseros
recicladores con sus carretas de madera y sus perros, locos, proxenetas,
maricones en cacería, putas, solitarios, insomnes, alcohólicos, drogadictos: la
fauna nocturna del centro en plena acción”90.
__________________________________
88. MENDOZA. Op. Cit., p. 9-10.
89. Ibíd., p. 29.
90. Ibíd., p. 15.
56
Pasando del criminal solitario que efectúa su crimen en la sombra de la
impunidad, también se encuentra a quien con su mano justiciera asesina. Sin
embargo, no nos vamos a detener en este personaje, aunque su ideología es tan
bárbara como la del sujeto anterior: “Dios me ha elegido para impedir que el mal
se propague por la tierra”91. Por ahora digamos que existe una confusión entre el
castigo que recibe el Astrólogo y lo que es realmente un crimen, ya que al estar
castigándolo, se está cometiendo a su vez un crimen: “¿es un castigo o es un
crimen? Este concepto de castigo no se opone tanto al crimen como se suele
creer. Son dos conceptos muy hermanos. Hay muchos castigos que son crímenes
colectivos y hay muchos crímenes que son castigos privados…”92.
Crimen organizado como se suele llamar, es lo que hace que el investigador en un
principio llegue a sacar conclusiones sobre la complejidad de su tarea investigativa
que está por delante. Para nombrarlo de una manera no tan común, podríamos
denominar este nuevo tipo de crimen como colectivo, no queriendo decir ésto que
lo colectivo haga referencia a la cantidad de víctimas. Más bien se está hablando
de la cantidad de individuos que acuerdan el hecho, de la manera premeditada
como razonan para desaparecer a alguien, para clavar sus garras criminales sobre
la víctima de turno: “…hay que controlarlo. No podemos dejarlo así. Estoy de
acuerdo. Yo también…yo no opino lo mismo. Matarlo ahora es un lio…no estoy
diciendo eso. Lo sacamos del camino, eso es todo. Pero no lo asesinamos”93.
__________________________________
91. Ibíd., p. 29.
92. ZULETA. Op. Cit., p. 73.
93. MENDOZA. Op. Cit., p. 85.
57
Pasando de un lado a otro en la ciudad, nos damos cuenta que lo que antes era,
hoy ya no es y muy posiblemente luego tampoco lo sea. Dicho en otras palabras,
estamos reconociendo que estamos en el terreno de lo probable, de lo efímero y
circunstancial, de las sensaciones y mutaciones. Estamos en la ciudad sin más, en
el íntimo y remoto espacio para el hombre, el mejor comediante de su tragedia, el
más refinado comensal de su mismo banquete donde su cuerpo diseccionado es
el plato fuerte: “hasta luego viejo, que los Dioses se apiaden de ti y se acuerden
de tu miseria, porque sólo ellos podrán rescatarte de los infiernos de esta ciudad
que se complace en llevarnos por el camino del desperdicio, la penuria y la
desdicha”94.
El crimen, no solamente es un parásito de un grupo determinado de personas, es
un eficaz y mortífero demonio que campea invisible por la ciudad, ataca en todos
los momentos y en todos los contextos. Dicho ésto, no resulta descabellado
asegurar que en el seno policial también se halle el crimen y aunque resulta
utópico, en la ciudad todo es perfectamente posible, los que persiguen de igual
forma se pueden convertir en perseguidos. Pasamos de unos personajes
protagonistas, elementales e inherentes de la novela criminal a criminales en
franca oposición al detective: “antes de regresar, para asegurase, Sinisterra les
disparó en la nuca uno por uno, con una frialdad, sin sentir odio ni compasión. No
pensaba dejar testigos, eso era todo”95. Sin saberlo Sinisterra (nuestro detective
protagonista) se estaba convirtiendo en otro criminal, en otro eslabón de la ya
ponzoñosa ciudad escorpión.
__________________________________
94. Ibíd., p. 109.
95. Ibíd., p. 142.
58
Existe para Scorpio City, un personaje criminal que se destaca sobre los demás,
es un ánima con proporciones gigantescas imposible de detener. Este personaje
no sólo tiene vida propia sino bastante autonomía y peso sobre la obra, tanta que
coacciona al detective, se convierte en su claro opositor, lo obliga a caminar por
senderos peligrosos. Este personaje no podría ser otro que la ciudad, la misma
que atraviesa la obra, que se transforma y se apodera de los espacios de Scorpio
City; como si a cada instante quisiera recordar su peso dentro de la historia, como
reclamando un derecho que por antonomasia le pertenece.
Lo primero que hay que destacar, es la fisonomía de esta ciudad personaje hecha
criminal, identificar cómo se hace protagonista de una historia que en un principio
no le pertenecía, cómo se hizo dueña de la obra para construir su identidad, su
perfil de maldad criminal: “sentí como la ciudad se transformaba en un pozo que
devoraba mi alma”96. Entender que la ciudad escorpión se transforma, propicia el
encuentro de dos mundos. El primero es el mundo del hombre, su permanencia
social en un lugar determinado, donde ha establecido conexiones y el otro es el
mundo de la ciudad, el espacio definido echado a rodar y construido a medida del
hombre; el problema aquí es que a éste se le fue de las manos y ahora la ciudad
anda suelta devorándolo todo, hasta al hombre mismo.
En Fonseca Laura Emilia (2003:8) se halla la perfecta personificación de la ciudad
antrópica, de la ciudad animal, asesina: “el resultado es la modelización de una
gran urbe-personaje, capaz de asignar destinos, transformándose
simultáneamente en el monstruo minotauro y en el ponzoñoso laberinto espacial y
psicológico que desafía al Teseo detective a sumergirse en sus entrañas de
bestia-mundo”.
__________________________________
96. Ibíd., p. 34.
59
En un enfrentamiento cuerpo a cuerpo entre detective-ciudad, no es difícil adivinar
que la ventaja la lleva la ciudad, el terreno que se apropia de la energía de quien
lo pisa, la metamorfosis ineludible que acompaña la cotidianidad humana, la cual
es percibida por el escritor que piensa la ciudad, que se preocupa por identificar
cuál es su poder, su nivel de seducción, desea plasmar en el orden de lo estético
la sensación que le produce la ciudad, su concepción pluridimensional: “escribir
desde Bogotá es una experiencia inquietante. Es difícil llevar a la escritura aquello
que se percibe, esas múltiples formas como en Bogotá nos llegan el caos, la
violencia, el humor, la desmesura”97.
Lo que hace que una ciudad sea algo más que una gran construcción y que
adquiera la autonomía que antes se mencionaba, es quizás lo antropomorfo de su
estructura, lo parecido por no decir idéntico de sus formas con las humanas. Basta
con observar sus avenidas que en comparación con nuestro cuerpo son las que
transportan el flujo, la vida, cada espacio es reconocido como espacio humano,
claro y definido como nuestro lugar, tal vez se deba ésto a que ahí nos vemos a
nosotros mismos y aquí coincidimos de nuevo con Mendoza: “sí, eso era, el
mercado le recordaba las distintas tonalidades de su cuerpo, sus matices, sus
zonas más recónditas y escondidas”98. Esta simbiosis también está planteada en
Estanislao (2004:23) cuando se refiere al hecho de que los seres humanos
estamos constituidos desde una doble construcción “la orgánica y la social”, pues
bien, ya estamos en capacidad de asegurar que esa parte social es la ciudad en
sí, toda su envergadura allí reflejada y la parte orgánica son los tejidos naturales
del hombre, los cuales se destruirán por influencia de esa primera parte.
__________________________________
97. Ibíd., p. 160.
98. Ibíd., p. 25.
60
No se puede considerar que porque la ciudad sea una entidad, no puede causar el
impacto que genera algo material, ya que su vida se percibe y se sufre como algo
físico, el mal que a veces encierra está latente. Es preciso comparar a la ciudad
con otra entidad, con otro ser del cual se han llenado hojas y hojas abordado
desde diferentes maneras, la gran mayoría con un énfasis poético, hablando de su
presencia como algo existencialmente tierno, maravilloso, desde una perspectiva
muy positivista tal vez, pero de todas formas, ha sido incluso para algunas culturas
antiguas incluyendo nuestros aborígenes un Dios. Esta entidad a la cual se hace
referencia es la luna, la cual para nuestro interés en este apartado es
perfectamente comparable con la ciudad en su perfil criminal: “podía ver algo del
resplandor de la luna a través de las ventanas y el miedo volvió como el grito de
desafío de un matón afuera, en la calle”99.
Se sabe lo que la ciudad alcanza en Scorpio City, por tanto, podría inferirse a
partir de aquí, que lo hecho por Sinisterra y sus destinos están profundamente
amarrados a la influencia que la ciudad ejerce sobre él: “y será la ciudad la que lo
obligará a romper los límites de lo que hasta entonces él consideraba la
realidad”100. Es la ciudad la que se superpone al detective mismo, lo margina, se
convierte en su peor enemigo: “por primera vez tenía la impresión de que la ciudad
se encargaba de marginarlo de un caso”101. Establecido lo anterior, destacamos la
sustancia urbana que se superpone al escenario criminal, sufre una metamorfosis
y adquiere la fisonomía de individuo, de actor que desempeña un papel
fundamental dentro del caos que propone la obra.
__________________________________
99. MAILER Norman. Un sueño americano. Barcelona: editorial Planeta, 1986. p. 19.
100. MENDOZA. Op. Cit., p. 44.
101. Ibíd., p. 27.
61
Ya está establecido que la ciudad es el hábitat de los hombres, el lugar perfecto
para sus desdichas, un rincón donde cuidarse de sí mismo. Ahora, este espacio
debe considerarse desde una óptica más antropófaga que criminal, como si fuese
un Frankenstein dispuesto a enfrentarse a su creador, una mole disfrazada de
quietud pero que en verdad tiene el alma viva, su esencia es inquieta y mortal.
Con respecto a lo anterior es necesario de nuevo citar a Fonseca (2003:132)
cuando reconoce: “la topología de la ciudad no sólo es propicia al crimen, en
realidad se nos sugiere como agente del hecho criminal”. Para mejor entender
esta situación, hay que aceptar de una vez por todas que la ciudad exige su rol
protagónico dentro de la obra, y más que eso, que su participación en la misma
está mediada por la tragedia del detective donde ella es la gran responsable.
Cuando en un principio se planteaba el hecho de que una de las características de
la novela policíaca era que ésta debía tener un crimen o en términos más
profundos un desorden de lo real, se estaba hablando de que para esclarecer tal
hecho y por tanto devolver el orden perdido, debía triunfar el detective, exponer
con claridad los métodos que lo llevaron a dar con el paradero del criminal o los
criminales, entender los motivos y sentar un precedente de que ante la inteligencia
policial o simplemente investigativa no había crimen impune. Pues bien, ante el
poder reclamado por la ciudad en Scorpio City, ni el mismo Sinisterra pudo hacer
nada, ya que el orden nunca pudo restablecerse así se hubiesen capturado todos
los presuntos criminales, puesto que la ciudad lo engulló, lo llevó hasta el infinito
de sus entrañas, lo atrapó con sus fauces, le borró su identidad: “la muerte le llegó
como una bendición, como un soplo de alivio que lo liberaba de una existencia que
se había convertido en una pesada carga cuyo desenlace era en realidad una
humillación y una tortura”102.
__________________________________
102. Ibíd., p. 153.
62
Entendiendo todo lo que tiene que ver con los hechos criminales como una
problemática social, es necesario entender hasta qué punto ese hecho criminal
llevado a cabo dentro de una sociedad, afecta la moral, en qué medida no sólo se
están perdiendo las vidas orgánicas sino las vidas éticas, la imagen moral del
hombre.
2. La moral en Scorpio City
Las normas morales podrían definirse para nuestro interés particular, como un
conjunto de ideales que puestos en contexto causan el conflicto. De hecho, el
considerar a la moral como ideal, ya es de por sí un problema, teniendo en cuenta
que en el plano de lo social lo que prima es el hoy, la cotidianidad en cuyo seno
habita lo impredecible. “se acostumbra a entender por moral al conjunto de
principios o de normas de comportamiento de las personas que regulan las
relaciones de éstas entre sí y también respecto a la sociedad”103. Lo que vamos a
considerar entonces con respecto a la moral en Scorpio City, tiene que ver con el
contacto interpersonal, a las acciones desarrolladas en la obra, las cuales
involucran dentro de las relaciones sociales al concepto mismo. Dicho concepto,
está fundado en el reconocimiento de las fronteras sociales en el plano cultural, o
sea que el contexto llamado ciudad determinará cuáles son y cómo se desarrollan
tales eventos.
__________________________________
103. A.F. SHISHKIN. Op. Cit., p. 17.
63
2.1 El contexto moral
En apartados anteriores se había expresado que en la ciudad habita la moral, así
como recién dijimos que habita el crimen. Ésto nos lleva a pensar, que el contexto
urbano más que un espacio definido es de naturaleza compleja, donde el hombre
ha desarrollado su pensamiento, ha establecido su estructura social. Esta trama,
arropada con el traje de lo cotidiano, encierra toda la filosofía de vida que se ha
podido desarrollar, todas las reglas que más que un precepto ético-religioso se
convierten para fortuna de los nuevos hombres en contextualizadas teorías, las
cuales prometen un cambio en el paradigma social. “Con una educación moral
comienza nuestro presente y resulta extraño que hoy lo pretendamos fundar en
otros sitios que no sean esa educación de los modos de hacernos yo en un mundo
moderno”104.
El ambiente recreado con contrastes, con pequeños mundos establecidos dentro
de uno solo, hace de la ciudad un espectáculo viviente, un maremágnum
impredecible, repleto de vivencias humanas. En Scorpio City, la ciudad no escapa
a esta regla. Esta categorización fundamental, colinda con las normas de
urbanidad, propias de la urbe; claras y establecidas a través de los pactos sociales
tácitos e inscritos en manuales, los que irán a verse trasgredidos por la
incontenible fuerza del hombre de ciudad: “ya entrada la noche Leonardo
Sinisterra ingresó a Casa Show Internacional, una non sancta que colindaba con
la plaza de las nieves, con el centro de Bogotá, entre tiendas de ropa de calzado,
pescaderías, restaurantes y vendedores ambulantes”105.
__________________________________
104. SEAONE Pinilla Julio. Del sentido moral a la moral sentimental: el origen sentimental de
la identidad y ciudadanía democrática: siglo XXI de España editores s.a. 2004, p. 199.
105. MENDOZA. Op. Cit., p. 12.
64
Basta con fijar un poco la mirada en lo que es la ciudad, para darse cuenta que se
está ante el campo de lo posible, ante edificios salidos de la nada, ante el teatro
de los acontecimientos puros y sin censura: “las luces que brotaban de los postes
fantasmales, los edificios como enormes gigantes de leyendas medievales, el
pavimento con su eterno color del día nublado y los carros que cruzabas veloces
como insectos salidos de una zoopsia deslumbrante”106. En este contexto habita el
hombre moral, el ser que debe convivir para siempre con su otro yo que a la vez
se convierte en el otro tu.
La importancia del contexto, radica en que éste modifica el pensamiento del
individuo, lo hace marginarse de sí mismo o bien puede sumergirlo en las dudas
profundas de la existencialidad urbana: “salió a la plaza central de las cruces y
vagabundeó por las calles, entre lisiados, atracadores y mendigos de oficio,
dejando que las ideas y las intuiciones fluyeran dentro de sí, como lo hacía él
mismo a través de la ciudad”107. Es entonces el hombre que se hace pensamiento
pero en el orden de lo urbano, de la nueva forma de vivir, porque para la
modernidad los cambios fueron en todos los campos y el hombre no fue la
excepción, vio como su entorno se transformó para darle cabida al desorden; el
campo claro y parcelado, se convirtió en confusas líneas divisorias: “¿cómo era
posible que en los años de trabajo no hubiera imaginado que la ciudad era un
laberinto de múltiples dimensiones superpuestas? hasta el momento su realidad
había sido diversa, sí, pero plana, en una sola dimensión. Y ahora tenía que
lanzarse a bucear en las aguas profundas que desconocía”108.
__________________________________
106. Ibíd., p. 34.
107. Ibíd., p. 27.
108. Ibíd., p. 27.
65
El nuevo contexto, es el que exige del habitante urbano un reacomodamiento a la
nueva forma de vida, debe ser consciente de los giros de la sociedad y lograr
acomodarse a ellos como pieza única y necesaria del engranaje cultural, o como
lo describe Balbeny: “en otras palabras un sustrato ético común para una sociedad
pluralista sólo es viable a través de principios ponderables que permitan, a
diferencia de los principios cerrados la compatibilidad de lo que para todos debe
ser entendido y aceptado…”109. En la modernidad si existe algo en lo cual la
mayoría concuerda, es en el avance significativo de la población mundial, cuestión
que no deja de preocupar a la teoría moral actual, la cual demanda una cognición
social, un conocimiento de los nuevos sistemas de vida en los cuales deben
insertarse con éxito los individuos.
Pasamos ahora de un contexto moral donde se representa el día a día por medio
de las costumbres, al campo individual, al concepto particular del ser que necesita
vincularse a una sociedad, que debe asumir para sí y para los demás una cantidad
de actitudes que determinarán su compromiso moral en Scorpio City. No es
descabellado pensar y suponer que ante la inminencia del crimen, el hombre
necesita mantenerse dentro de una esfera que marque sus límites, que de
protección a su autonomía como ser libre, pero que a su vez lo comprometa en la
protección de los demás, ya que todos son susceptibles de caer en la conciencia
criminal.
__________________________________
109. BILBENY. Op. Cit., 169
66
2.2 Individuos morales
No es redundante ni obvio hablar de individuos morales si es que se tiene muy
presente que sólo se puede hablar de moral enfocada hacia los hombres, porque
el énfasis que aquí se hace, es el énfasis de la moral en el sentido social,
totalmente alejada del concepto abstracto, ya que en la medida en que
reconozcamos al hombre habitante de un contexto, en igual medida estamos
legitimando el contexto mismo, en el cual existen unas conductas que se deben
reprochar y evaluar para soportar todo el peso problemático de los intereses
humanos: “dejé los campos y fui a la gran ciudad, donde estaban los hombres”110.
Más allá de reconocer a la moral como un vestigio de un arcaico dogma religioso,
se debe poner en perspectiva al individuo capaz de olvidarse de esa norma
preestablecida para ofender a su Dios. Pensemos en este momento en qué será
más importante, si el hecho criminal o el hecho moral, puesto que llegamos a un
punto donde es preciso tomar partido, decidir que tan justificado es tal acción o si
por el contrario es digno de un merecido castigo por parte la divinidad o por parte
de los hombres. “en efecto la iglesia de los pobres era una cueva de ladronzuelos,
drogadictos o prostitutas necesitados de una mano amiga, de un consejo en un
momento de dificultad”111.
__________________________________
110. MENDOZA. Op. Cit., p. 33.
111. Ibíd., p. 10.
67
Cierto es que en el curso que ha venido tomando dentro del presente trabajo, es
debido reconocer que nos encontramos con dos líneas que se cruzan, con dos
conceptos que aparentemente se encontraban aislados, con caminos distintos,
pero ahora, se encuentran para darle un sentido plurisignificativo al hecho criminal,
enfocado a la violación de una norma moral. Digamos pues, que existe un
personaje que fundamentado en sus convicciones religiosas, que más allá de
cometer un delito, avasalla a la moral en lo que tiene que ver con el respeto a la
vida, deslegitima la conciencia social, la misma que construye para sí la teoría
moral, su referente epistemológico: “con el cuchillo de Dios en la mano amputó
aquellos miembros gangrenados que le impiden al cuerpo social un feliz
desenvolvimiento”112.
El cuerpo social antes expuesto, es donde está el germen de la teoría moral: “los
fines morales son pues los que tienen por objeto una sociedad”113. Dicha
sociedad, no debe ni puede ser opacada en sus normas, por alguna institución; ya
sea ésta de carácter teológico o político: “ahora sí el ángel puede descansar,
buscar reposo mientras Dios le encomienda una nueve limpieza, una nueva
misón”114. Hay entonces dos fuerzas de choque importantes aquí. La primera, es
Dios como el motor ideológico del ángel y la otra es la concepción social de esa
conciencia colectiva que reprocha el asesinato. Si entendemos entonces que la
moral simplemente lo es dentro del seno de una sociedad, estamos sin remedio
inclinados a favor de la segunda. Convencidos de que el ángel como individuo
moral, es inmoral según su posición ante la sociedad representada en el colectivo
que potencialmente son sus víctimas.
__________________________________
112. Ibíd., p. 41.
113. DURKHEIM. Op. Cit., p. 113.
114. MENDOZA. Op. Cit., p. 41.
68
Para no perder el hilo en lo perteneciente a la ciudad como entidad viva, llegamos
a la conclusión parcial de que así como ésta influye en el individuo desde la
perspectiva criminal, también lo hace desde el punto de vista moral, se convierte
en otro individuo: “tal vez fuera la sensación de perderse en la multitud, el placer
del anonimato en el centro de la muchedumbre. Tal vez”115. Es la ciudad capaz de
borrar la identidad del ser humano, aniquilar su esencia, esconderla dentro de ella
como un monstruo que devora la estela social del hombre que se atreve a vivirla,
a retar sus esquinas so pena de perder sus credenciales morales.
Los individuos del común, de igual forma se estructuran como elementos morales
toda vez que éstos al pertenecer al núcleo social derivan reglas y demandan
normas, conviven en constante altibajo con el comportamiento. Por esto es que en
la calle, la moral anda sin traje, es la hija de la cotidianidad, del rebusque, de la
necesidad del hombre citadino para acaudalar capital para poder exigir su derecho
a pertenecer a la gran familia social cuyo núcleo familiar no es estable ni obedece
a cánones rígidos, sus abolengos no pasan de ser plebeyos, callejeros: “los
vendedores repetían precios, materiales y ventajas de los productos, como si
fueran letanías interminables en homenaje a un Dios omnipotente”116. Es el culto a
viva voz al Dios plata, quien misericordioso da a quine bien le sirve y castiga a
aquel que lo niega.
__________________________________
115. Ibíd., p. 10.
116. Ibíd., p. 24.
69
Para concluir con lo que atañe a los individuos Morales, es indispensable
contemplar lo planteado por Hoyos (2002:87) cuando dice que: “la ciudad en este
sentido es el escenario, el prototipo, el organismo de esa comunicación que
genera y que construye el poder ciudadano: para bien y para mal”. Dicho poder, es
manifiesto y materializado día a día por distintos actores, aquellos que por
defender un fin que para ellos es moral, terminan deslegitimando la moral de otros.
Lo peligroso aquí, es que de por medio está la misma vida humana: “te parece
increíble que haya un grupo de fanáticos religiosos encargados de exterminarlos.
Y otros, como el apóstol, pensando en exterminar a los exterminadores”117. La
moral, hija de la tradición religiosa, disfrazada de dogma, ahora no es más que un
pretexto para asesinar.
Lo que tenemos ante nuestros ojos, no es otra cosa que la ciudad como escenario
predilecto y fundamental para suceder lo criminal y ver la aparición de los
elementos morales; algunas veces distorsionados y fundidos en un sol de
incertidumbre y falsedad. A la luz de estos acontecimientos, no es posible hallar
una explicación lógica y acertada con respecto a la moral en Scorpio City, ya que
lo que se vislumbra es la viva representación de la complejidad humana, su
materialización, toda su estructura reflejada en un contexto permisivo y
degradante. No obstante, lo que interesa ahora para delimitar la búsqueda de la
moral en esta obra de Mendoza es reconocer los dos lados de la ciudad, los
cuales están fundidos en uno sólo: “a la vuelta de la esquina nos espera una
cuchillada o una bendición. Aquí, como siempre, nos debatimos entre el
salvajismo y la bacanería”118.
__________________________________
117. Ibíd., p. 63.
118. Ibíd., p. 161.
70
El individuo y su entorno, se convierten a la luz de lo planteado en una sola cosa:
“la ciudad”, imagen del hombre, sitio donde brilla el esplendor de su engaño;
porque si bien la ciudad no es transparente, es el individuo de ciudad o sea el
ciudadano quien se camufla, se aprovecha de su condición de elemento
intemporal: “la chica, casi una niña, salió a la pista con un vestido blanco y una
cinta de colores en el cabello, como si acabara de concluir su primera
comunión…en esa ingenuidad fingida, Sinisterra descubrió una muchacha
inteligente, que conocía a fondo el tipo de hombre que asistía al lugar…en el
momento de desnudarse se comportó como una gatita dulce y pudorosa, como
una pequeña de un cuento infantil que se ha extraviado en bosque donde la
acecha una jauría de lobos”119.
Los dos polos que recién se mencionaron, tienen que ver con el hecho de que en
las ciudades las cosas no pudieron limitarse mutuamente, más bien se negaron a
separase del todo y terminaron confundiéndose como lo sagrado y lo profano, lo
privado y lo público: “le gustaba la manera como el negro Urrutia descubría la otra
Bogotá, la mágica e insólita ciudad de la mentalidad popular, no la urbe de los
cetros comerciales del norte que imitaba a las costumbres estadounidenses”120.
No es entonces la ciudad definida, donde cada parte se halla claramente
separada, como los cementerios, los bares, las iglesias, los edificios públicos y las
zonas residenciales. Aquí, toda combinación es posible, o quizás necesaria en
esta ciudad de los hombres.
__________________________________
119. Ibíd., p. 13.
120. Ibíd., p. 137.
71
Ya vista la manera como aparece en las ciudades el fenómeno criminal desde la
fluctuación entre el hombre y la ciudad, y además de haber considerado a la
moral como una construcción netamente social que más allá de representar un
dogma religioso, se convierte en un recurso para convivir, para ser humanamente
posible habitar la ciudad, es posible contemplar a la misma ciudad pero desde una
óptica estética, desde una visión donde sus espacios sean arquetipos y por tanto
espacios evocadores, poéticos.
3. La Ciudad poética
Cuando la ciudad deja de ser un territorio y se convierte en un espacio que
encierra sentidos, cuando cada rincón de su jurisdicción es sin más un chip que
dispara la evocación y cuando el individuo de ciudad vagabundea con aire
nostálgico y bohemio, encontrando a esa ciudad nocturna, existencial, fantasmal,
tenemos que reconocer que estamos ante una nueva concepción, ante una
ciudad capaz de transmitir sensaciones, emociones, ante una ciudad poética.
La ciudad poética, se presenta ahora como la gran casa expuesta, como una gran
habitación de compartimentos abiertos para todos, totalmente desligada de la
intimidad, donde cada quien converge en un mismo punto, ante el panoptismo del
nuevo mundo, ante las vicisitudes del ser moderno que se ve agitado por los
mismos movimientos de la historia, pero con el agravante de una atmósfera
vigilada: “hay que buscar primeramente en la casa múltiple centros de simplicidad.
Como lo dice Budelaire: en un palacio ya no hay centros para la intimidad”121.
__________________________________
121. BACHELARD. Op. Cit., p. 60
72
3.1 Espacio Simbólico
Explicar cada espacio, es entender para qué fue construido, cuál es su necesidad
de existir y cómo se relaciona con quienes lo habitan. La ciudad en este orden, es
una ciudad simbólica, cuyo norte se encuentra relacionado con los sistemas que la
constituyen, insertada gracias a una estructura imperfecta en una realidad que no
le pertenece pero que trata de entender y consolidar como su fisonomía: “la
urbanística moderna cortó y organizó a esa ciudad continua, en partes
pretendidamente coherentes con el todo. La zonificación funcional ignoró que la
ciudad se asemeja más a una red tensional entre fragmentos arbitrarios que aun
sistema que a un sistema de partes especializadas que tratan de explicar una
totalidad”122.
En el orden de ideas de una ciudad que habla porque sus partes se expresan
mediante sus calles, muros y centros, se debe entender que la voz proviene desde
lo más remoto de la cultura que la habita en la medida que se reconozca el sentido
de esa comunicabilidad constante, que cambia con el tiempo y que se hace más
significativa cuanto más compleja sea. Teniendo en cuenta lo anterior, se podría
entrever que la sensación poética que se percibe en la ciudad, está ligada a las
múltiples tonalidades que el hombre que la habita consolida a diario, a su
experiencia, a su devenir histórico representado por cada espacio, los cuales, si
bien no son concordantes, si tienen el aire de familia necesario para entonar la
melodía del canto urbano, la ensoñación cotidiana que hace falta para soportarla.
__________________________________
122. PERGOLIS. Op. Cit., p. 7
73
La ciudad simbólica es la ciudad intranquila, la cual no descansa ni duerme, ya
que es la que constantemente evoluciona para convertirse en algo explicable
desde sus partes. “es evidente que hoy se plantea un encuentro más tenso,
complejo y dinámico entre arte y ciudad”123. Por su puesto que al hablar de
poesía, estamos hablando de arte, de evocaciones que parten de lo físico para
adentrarse en la mente, de conceptos que nacen en lo ínfimo de la ciudad. “en lo
fragmentado, la irregularidad de los pedazos torna hipotética la reconstitución de
la totalidad. Un fragmento puede ser equivalente a otros, un detalle es único y en
ello radica su peso discursivo en el sistema que integra…”124
La imagen que proyecta la ciudad, es y debe ser la imagen que acompañe al
hombre a través de su camino. Se convertirá entonces en un modelo mental, en el
paradigma de sus futuras representaciones, algo así como la predeterminación
inconsciente de los espacios donde el hombre hará su villa, donde campeará con
su pasado: “en el siglo XIX la ciudad arquetipo era Paris. En el siglo XX ha sido
Nueva York. Ahora a las puertas del tercer milenio, la ciudad tercermundista es el
arquetipo…”125. Sería un acierto suponer a la luz de lo planteado, que la ciudad del
caos, ciudad donde se erige Scorpio City, es la ciudad arquetipo de hoy, la
estructura física y abstracta del miedo, del dolor, de lo que simboliza la oscuridad,
porque en la oscuridad también habita la poesía.
__________________________________
123. Ibíd., p. 4.
124. Ibíd., p. 8.
125. MENDOZA. Op. Cit., p. 165.
74
Más allá de lo poético de la ciudad, o sea la consideración de ésta desde la óptica
de lo estético, también hay que contemplar que no sólo lo espacios evocan lo
bello, pues lo simbólico de igual forma se halla en lo grotesco, en lo raro, en las
extrañas fisonomías de la ciudad, en la extravagancia de los escenarios del
hombre, en los lugares que causan una contrapoesía, en otras palabras, son
frases en franca oposición con la retórica engalanada: “muy cerca, tal vez a un
metro de distancia, había una corriente de aguas negras. Lo supo por el sonido del
empuje de las aguas y por el olor fétido y nauseabundo que enrarecía la atmósfera
del lugar”126.
Puede ser grande o pequeño, pero la atmósfera de nuestra casa es especial,
encierra el calor que sólo se encuentra en la palabra hogar, y por eso, la ciudad
como nuestra casa, es también evocador, así sea un lugar no lugar, gris, gótico.
Un ejemplo de ésto, justamente lo presenta el Medioevo, una época oscura pero
donde se produjo literatura y poesía, no un espacio vacío según algunos, más
bien un espacio diferente, elemento necesario para dar un viraje a las corrientes
antiguas, fundamento de la literatura posterior, nido de duendes y hadas, pequeño
bosque de brujas y princesas. Así, la ciudad gótica y fantasmal, de igual forma es
la ciudad poética y sensible: “era el callejón de las hierbas, los granos y verduras.
El olor vegetal podía casi palparse en el aire. Cerró los ojos y se dejó invadir por
esa atmósfera de plantación en día de verano, de cosecha de granja en la plenitud
del mediodía”127.
__________________________________
126. Ibíd., p. 152.
127. Ibíd., p. 25.
75
De algún modo, las ciudades que existieron hace mucho, de las cuales hoy sólo
quedan ruinas, se quedaron en la memoria de los hombres, sobrevivieron en el
tiempo, se transformaron en recuerdos amurallados. Esos recuerdos, son las
marcas visibles de las ciudades actuales, sólo que han adquirido otro nombre, hoy
se denominan sociedad, vemos este concepto en Delgado cuando afirma: “lo que
se opone al espacio es la marca social del suelo, el dispositivo que expresa la
identidad del grupo, lo que una comunidad dada cree defender contra las
amenazas internas y externas, en otras palabras un territorio”128. Dicho territorio,
es la casa, lo que el hombre considera como suyo, el lugar de sus evocaciones, de
sus transformaciones en algo más espiritual, más etéreo. En ésto Bachelard
aporta: “por ejemplo, en la casa misma, en la sala familiar, un soñador de refugios
sueña en la choza, en el nido, en rincones donde quisiera agazaparse como un
animal en su guarida”129.
Una imagen puede ser el elemento que dispare o desencadene la ensoñación, la
vivencia sobrenatural en el mundo de las cosas, donde cada una de éstas más
allá de un nombre tiene un sentido: “¡cuántas viviendas encajadas unas en otras,
si realizáramos, en sus detalles y sus jerarquías, todas las imágenes por las
cuales vivimos nuestros sueños de intimidad! ¡Cuántos valores difusos sabríamos
concentrar si viviéramos, con toda sinceridad, las imágenes de nuestras
ensoñaciones¡”130. Es la ciudad el espectáculo visual más completo, allí habitan
los reflejos del hombre, guarda el mosaico florido de sus recuerdos: “las luces
amarillas de las viejas casonas se reflejaban en los charcos de agua de las
estrechas calles, produciendo una atmósfera extraña y fantasmal”131.
__________________________________
128. DELGADO. Op. Cit., p. 39.
129. BACHELARD. Op. Cit., p. 61.
130. Ibíd., p. 62.
131. MENDOZA. Op. Cit., p. 113.
76
La ciudad como ya se dijo es ante todo un espacio, un lugar habitado y cambiante,
por tanto, es de importancia entender que cuando hablamos de espacio simbólico,
estamos hablando del espacio creado por el hombre, de los sentidos al que éste
dotó, de su pasado reflejado en los muros y calles, de la nocturnidad amiga de la
poesía, del sentido metafísico de las cosas. Siguiendo esta línea, planteamos
ahora la relación entre el hombre y el espacio ya reconocido, de lo imbricado que
se haya dicha relación en la ciudad poética.
3.2 Hombre y Ciudad
Ir por una calle, a veces parece que es ir por el cuerpo del hombre. Esta hipótesis
tiene sentido incluso desde las mismas políticas viales en la medida que éstas
llaman arterias a las carreras más importantes de la ciudad, las cuales llevan el
oxígeno al corazón de la misma, o sea a su centro. Por las avenidas y autopistas
viajan los hombres. Circulan como la sangre, aumentando la temperatura del
cuerpo según su tránsito, según su regularidad; como si el hombre se hubiese
transformado en la ciudad, en cuya fisonomía se reconoce al hombre mismo:
“salió a la plaza central de las cruces y vagabundeó por las calles, entre lisiados,
atracadores y mendigos de oficio, dejando que las ideas y las intuiciones fluyeran
dentro de sí, como lo hacía él mismo a través de la ciudad”132.
__________________________________
132. Ibíd., p. 27.
77
La poesía, relacionada con el existencialismo, con el pensamiento profundo de la
vida misma, es la que anda por ahí contando historias, reflejada en el rostro de los
que habitan la ciudad como si fueran marcas visibles de una vida que les tocó
vivir: “gamines desarrapados, vagos con mirada de lunáticos, vendedores
ambulantes y artesanos… allí, detrás de esos ojos pequeños y duros, una historia
de golpes y ultrajes, de violencias consecutivas, de noches de lágrimas y dolor”133.
Esa misma historia es la que puede luego convertirse en poesía, en la lejana
letanía del alma, en cuyo centro se haya el dolor, la miseria; aunque a veces es la
riqueza espiritual del que ha sufrido y ha podido expresar y plasmar con palabras
lo que siente.
El hombre vive la ciudad y la ciudad vive porque el hombre la vive, es una
simbiosis que terminará cuando el hombre ya no esté y por supuesto tampoco la
ciudad. Desde lo narrativo en Mendoza, vemos cómo esta relación permea las
páginas de la obra trabajada, puesto que lo que se posa ante los ojos del narrador
no es otra cosa que la ciudad antropomorfa, la cual huele por todos lados a
hombre, aquel que la construye, destruye y reconstruye: “me acerco a la ventana
de mi habitación y veo a unos obreros trabajando en construcción. Edificios,
edificios: abejización arquitectónica. La abeja humana que trabaja en la
conformación de la cuidad-panal”134.
__________________________________
133. Ibíd., p. 50.
134. Ibíd., p. 168.
78
El calor y el frio, más que oposiciones son adjetivos que pertenecen al campo
climático. No obstante, desde los sentidos, también se habla de calor interno al
referirnos a un estado agradable y de frío a la soledad, como el bolero; “tengo
mucho frió en el alma sin el calor de tus besos” pues así se traslada al espacio
físico lo emocional, posando en la ciudad el germen de lo inmaterial, lo efímero, lo
poético: “es un hecho poético que un soñador pueda escribir que una curva es
caliente…la gracia de una curva es una invitación a permanecer…Sólo el soñador
que se colma de gozo contemplando unos bucles, sabe de esas alegrías sencillas
del reposo dibujado”135.
Con respecto a los sentidos de las formas de la ciudad, hay que decir que todo
ello parte desde su misma confección, porque es cuando el arquitecto se sienta a
pensar cómo deben ser las formas de esa ciudad que en principio es nada. Desde
esta óptica, el arquitecto es un nuevo Dios, el cual tiene en sus manos la
posibilidad de crear el mundo, una nueva génesis, una nueva vida para los
hombres que de manera indirecta también hará gracias a las formas que le dé a la
ciudad: “el planificador, el gestor urbano, continúa viendo a la ciudad como un
plano, como un mapa en el cual se interviene fríamente sin tener en cuenta la
realidad social y la historia cargada de sentimientos, destrozando la memoria y,
por tanto, cortando el camino de la poesía”136.
__________________________________
135. BACHELARD. Op. Cit., p. 182.
136. SALMONA Rogelio. Pensar la cuidad. La poética del espacio (I). Bogotá: TM editores,
1996. p. 121.
79
El camino de la poesía es entonces, el camino que en la ciudad recorre el hombre,
son las calles que más que eso son pasado y presente de toda una vida, son
historias impregnadas de sentido, de dolor y de esperanza. La poética de la casa,
de la gran casa humana construida por el hombre y para el hombre, es la poética
del espacio que pregona Bachelard, son las líneas trazadas con un aire de arte, es
el pasado que habita en las calles según Salmona y es la ciudad poética en
Scorpio City de Mendoza, esa ciudad que es ficción, otra cosa: “llegó a su
departamento a las siete de la mañana y buscó el sueño como única posibilidad
de recuperar la realidad”137.
__________________________________
137. MENDOZA. Op. Cit., p. 22.
80
III
SCORPIO CITY BAJO LA LUPA
4. La ciudad apocalíptica
Hablar de una ciudad no es sólo mencionar su nombre, no es simplemente
delinear su aspecto periférico en un mapa. La ciudad como entidad es muy
poderosa, es de la que nunca realmente se escapa, ya que podremos irnos lejos
de la que nos aterra, pero jamás lo suficiente de la ciudad mundo, de la que habita
dentro de ella misma como una alimaña, como un parásito.
La ciudad en Scorpio City es la que hace alarde a su nombre, es la ciudad
enferma, la venenosa y heteróclita tierra de los hombres, la misma extraña que no
reconoce los buenos de los malos; quizás porque para ella todo es apocalíptico,
degradante y efímero. En cada esquina habita lo impredecible, lo que ningún
hombre espera cada mañana, puesto que con la luz del amanecer se siembra la
incertidumbre de lo cotidiano, de ese día a día sin nombre, sin rumbo, pero
siempre con la amenaza de la ciudad que engulle.
“Bogotá, esa g que se queda en el gaznate, exigiendo una tos, un carraspeo. Esa o que limpia la garganta como para soltar después algo importante, cuando es sólo una ota lo que viene, casi como un “perdón: qué más quieren ustedes…”
“Antonio Caballero”
81
El narrador en Scorpio City nos presenta a una ciudad que no mejora, una
omnipresente musa que sólo inspira a la perdición porque sus espacios están
perdidos, envejecidos por el tiempo urbano. “Sinisterra entró a la destartalada
edificación, cruzó el viejo salón que hacía de capilla y golpeó en la puerta donde
sabía que atendía la sacerdotisa”138. Atendiendo a los adjetivos con los cuales el
narrador describe ciertas cosas y lugares en la obra, podremos oler a la ciudad
longeva, la eterna matriarca que aún no ha muerto. “Entró al viejo edificio…y se
tumbó tal y como estaba, vestido y con los zapatos puestos en un sofá viejo que
aumentaba la impresión de negligencia y dejadez del lugar: un salón atiborrado de
mugre…un cuarto maloliente al fondo de un patio…”139.
Cuando el cadáver permanece insepulto huele a rancio, su fetidez da cuenta del
estado de su descomposición. Ha de suponerse entonces que ante la luz de la
realidad, los indicios macabros de lo perdido son la antesala perfecta de la muerte,
del cataclismo que lleva a la ciudad a lo más remoto de los infiernos; llevando en
este camino al hombre mismo, gracias a su permanencia en el lugar que quizás no
eligió pero que ahora como a un ahogado lo tira hacia abajo, muy abajo. “esa
imagen de pollos, patos y gallinas agitando las alas para arrastrarse por el piso te
deprime y te obliga a recapacitar sobre tu propia degradación”140.
__________________________________
138. Ibíd., p. 11.
139. Ibíd., p. 12-20.
140. Ibíd., p. 88.
82
El crimen de la ciudad escorpión no es claro ni mucho menos definible, traspasa
las fronteras de lo moral, revienta de dolor al habitante que se atreve a vivir en sus
calles, lo convierte en su aliado y después en su víctima. En cada esquina acecha
un puñal en distinta mano, así como la siniestra imagen del espíritu urbano que
obliga y coacciona a ser otra persona; permanecer de pie junto al muro donde se
es ciudadano o ser un roedor de las cloacas donde se es el hombre derrotado, el
mismo que no pudo soportar el peso de tanto veneno, de tanta indiferencia y
grotesca perversión. “Desde el fondo de las casetas hombres gruesos y
rechonchos con los delantales manchados de rojo intenso y los cuchillos en el aire
te sonríen y te invitan a detenerte paraque contemples a tu gusto los fragmentos
de los cuerpos de animales expuestos”141.
¿Por qué no se habla de abundancia en Scorpio City?, ¿por qué todo es de mala
calidad, oscuro, degradado y peligroso? Aunque la respuesta no es simple, ayuda
demasiado el entender que en ocasiones el escorpión se auto envenena con su
propio aguijón, se convierte en portador de su fin, algo irónico pero posible en la
Scorpio City que hoy nos compete; la que parece haber nacido marcada para el
mal, la misma que alguna vez quizás floreció como tierra prometida, pero que
ahora se extermina ante el futuro que parece inevitable. “Escorpión. El signo del
descenso, de los mundos subterráneos, de los viajeros que atraviesan caminos
prohibidos. El signo de los elegidos”142.
__________________________________
141. Ibíd., p. 88.
142. Ibíd., p. 30.
83
El ambiente recreado en la obra es propicio o concordante con los sucesos
venideros, a lo mejor sea por ésto que nuestro narrador se esfuerza tanto en
oscurecer y hacer parecer tétrico el escenario de la ciudad escorpión, por crear
una atmósfera que al lector le parezca nociva y contaminante. “Qué mierda, se
dijo Sinisterra. En esta ciudad, a diferencia de las películas gringas no había
buenos ni malos. Sólo animales que intentaban defender su madriguera, el hueco
donde gastaban sus noches y sus días”143.
“¡oh Dios, oh Dios! ¡Qué fatigosas, rancias e inútiles me parecen todas las
costumbres de este mundo! ¡Qué asco me da! ¡Ah qué asco! Es un jardín sin
escardar, que crece para dar semilla: sólo lo poseen cosas podridas y de
naturaleza torpe…”144 es la ambientación perfecta para ver la aparición del crimen,
ya que ver el desgaste de un sistema no lleva más que a su fin, es la premonición
del extermino, la letanía del mal, el silencio impertérrito de los espíritus que
asesinan. Aquí la tragedia asoma sus narices, aquí el príncipe Hamlet nos
acondiciona el ambiente para su reflexivo crimen, así como en Scorpio City para
su urbano destino.
En lo que se sostiene la expiación de la ciudad, a modo de argumento se halla la
intención de culpar a la misma urbe, de hacerla parecer responsable ante los
hechos, ajustando las cuentas, sonando la palabra exterminio como un himno,
como La sagrada conjura que salvará a la ciudad de su misma pesadilla. “Ha
llegado el momento del nuevo exterminio. No se trata ya de sanar el miembro
enfermo, sino de amputarlo para sanar el resto del cuerpo. Ésa es la verdadera
misión”145.
__________________________________
143. Ibíd., p. 17.
144. SHAKESPEARE William. Hamlet/Macbet. Bogotá: biblioteca el tiempo, 2001. p. 15.
145. MENDOZA. Op. Cit., p. 34.
84
El mundo establecido por Scorpio City, aunque sea el mundo del hombre
moderno, parece haber existido desde tiempos inmemoriales, invita a creer que la
degradación a la cual está sometida la ciudad, es la justa reivindicación natural
paraque los procesos de vida continúen. Esta manifestación urbana es lo más
cercano a las inmensas hecatombes de animales en las sabanas Africanas, o las
terroríficas matanzas de insectos por las hormigas en el suelo amazónico. La
ciudad escorpión necesita desaparecer para darle cabida a seres nuevos, a
individuos con otro comportamiento, es indispensable que todo esto termine para
comenzar otro ciclo, otro nivel de vida. “Y después vientos enérgicos e imponentes
soplaron de los cuatro puntos cardinales: y cuatro jinetes montaban cuatro
caballos que galopaban a través del viento… y en eso se escuchó una voz que
profetizaba catástrofes y cataclismos”146.
Si se tiene en cuenta lo que en anteriores páginas se contemplaba como crimen,
a lo mejor puede inferirse que la violencia de las sectas, de la policía y del mismo
Sinisterra como miembro activo de un cuerpo armado, no sea más que el reflejo
de lo que estaba por encima de ellos. La ciudad como personaje involucrada
desde lo criminal, media por la fuerza de la sanguinaria destrucción a la cual ésta
también sometida; es entonces Pasar de lo macro como destrucción total a lo
micro como enfrentamientos entre pequeños grupos de habitantes urbanos,
siendo estos últimos el síntoma más inmediato y preciso de la atmósfera criminal
general de la ciudad escorpión.
__________________________________
146. Ibíd., p. 123.
85
5. Scorpio City desde una óptica estético narrativa
En este apartado, existe una necesidad primordial que es la de presentar a la
ciudad en Scorpio City desde su misma construcción narrativa, desde la
perspectiva ético social de los acontecimientos. No obstante, aunque nunca se ha
dejado de lado la concepción estética de la obra, sí es necesario en este momento
recapitular que existen unos presupuestos políticos y económicos en Scorpio City,
así como la intención de mostrar a una sociedad enferma, envenenada por la
ponzoña de la misma ciudad.
5.1 Lo periférico
Sabemos que en algún lugar de la ciudad habita lo sagrado y lo profano, lo cual en
un principio se pensó para darle un orden a todas las cosas que irían a compartir
el mismo espacio urbano; pues bien, las costumbres morales y las normas que
alguna vez fueron ley para los hombres, tomaron siempre el camino del centro,
ubicando sobre un terreno social sólido a toda la estructura que debería controlar
la vida urbana, puesto que desde allí saldrían los modos y maneras de vivir, los
modelos o paradigmas del hombre moderno.
En las periferias deben quedar los sitios de lenocinio, es allí donde debe habitar
esa parte que la sociedad necesita pero que pretende esconder, es la contracara
del supuesto orden, totalmente alejado del centro, donde está el poder, lo moral, lo
establecido e institucionalizado. “El pueblo, de modo lejano, pertenece a la
nación; la gleba no, está siempre a las afueras, es la horda anónima, desbordante
86
de voces y rostros pintorescos y amenazadores y, por tanto, hondamente
alegóricos”147.
Allá en el extremo donde termina la ciudad se confecciona otra cosa, se teje con
hilos prohibidos el gran mantel donde tendrá lugar el banquete del pueblo. La
narración en Scorpio City no es ajena a este fenómeno, ya que se construye con
los retazos de una sociedad en crisis, habla desde la afectación de un sistema que
se viene abajo. “Estoy convencido de que es preciso pensar o producir desde el
borde, desde los resquicios, desde los rincones, nunca desde el centro. En el
centro, en la oficialidad, nada sucede”148. Esta queja por la falta de movilidad
expresa la importancia para el narrador en la obra de mostrar una ciudad viva, que
deambula, que se arrastra dentro de sí hasta lo más remoto y peligroso de su
esencia. Dicho de esta manera como es natural, lo que se gesta alrededor de la
ciudad, es otra ciudad que no se atreve a entrar porque su voz no es oficial. Vive y
se anida para atacar, es lo criminal, lo que la sociedad descartó y quiere ocultar
por carecer de abolengos morales y que en la periferia halla su asidero, incluso la
poesía habla desde afuera, desde el inmenso cielo del espacio urbano, desde sus
ríos, valles y montañas, un marco hecho con palabras, dedicado a una ciudad que
no lo escucha porque está sumida en su más profunda miseria.
__________________________________
147. MONSAVAIS Carlos. Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina. Barcelona:
Anagrama, 2000., p. 14.
148. MENDOZA. Op. Cit., p. 157.
87
Atendiendo a lo que se ha querido sustentar desde lo narrativo en Scorpio City, es
preciso abogar por la circulación de vida en la obra; ésto no quiere decir que nos
estemos refiriendo a un bosque tropical barnizado con los colores de la vida, no,
más bien se intenta hablar de la vida caótica y sin rumbo, lo cual no le quita el
carácter de vida, de movilidad. Desde lo periférico se condensa la experiencia que
atacará a la ciudad, como algo subversivo y peligroso que se esconde allá afuera;
empero, dado que aquí nos referimos a la guía narrativa en la obra de Mendoza,
es preciso señalar que para poder crear la ilusión de la ciudad escorpión, nociva y
criminal, hace falta echar mano del flash back de palabras. “Sin duda, el caos un
imán narrativo para quienes conciben la urbe como un ente vivo, algo distinto a la
conflagración de calles y estilos forzados de vida”149.
Concebida de esta manera, la ciudad escorpión es narrada con toda la fuerza de
la vida que se apura, posee el ciclónico ritmo que lleva al exterminio colectivo para
informar del movimiento que tiene lugar en la ciudad, de todas las sensaciones del
ser urbano que no puede controlar su vida, ni posee autonomía para resistir el
embate de la entidad que desconoce. “Leonardo Sinisterra, antiguo inspector de la
policía para casos especiales del Distrito Capital, caminó por la ciudad durante
semanas sin reconocer nada a su alrededor…soportó golpizas en enfrentamientos
con gamines y bandas de otros vagabundos, no se cambió la ropa, no se afeitó,
no se bañó…”150.
__________________________________
149. MONSAVAIS Op. Cit., p. 28-29.
150. MENDOZA. Op. Cit., p. 129.
88
5.2 La ciudad escorpión y su producto
Si antes se habló del sentido de la periferia en Scorpio City, ahora nos
ocuparemos del resultado de esa modelización de la ciudad viva, de su influencia
sobre los seres que la habitan, del producto conseguido tras el tiempo que
transcurre entre su nacimiento y su presente, de las secuelas que ha dejado en
sus habitantes su misma sustancia.
Que la ciudad ha marginado a Sinisterra de la misma investigación, no es algo
nuevo en este trabajo, así como mencionar que la urbe cargada de veneno se
convierte en una entidad asesina, sin embargo, dar cuenta de las huellas
imborrables en los rostros del hombre de ciudad y de sus modos de vida gracias a
la perniciosa complicidad de ésta sí aporta algo nuevo en este devenir teórico. Por
tanto, lo propuesto aquí es evidenciar cuáles son y de qué manera se han visto
venidas a menos las víctimas de esta ciudad infernal.
Como una piel bronceada por el sol o un miembro amputado por una fiera,
Sinisterra presenta los síntomas del abandono y la degradación en la que se
encuentra su persona, encarna sin palabras su humanidad desgastada, sintetiza la
perfecta marca de la ciudad que no perdona. Anda por ahí como un animal sin
ningún rumbo, encuentra desaparecido todo lo que fue en su anterior vida de
inspector; todas sus credenciales como miembro de una oficialidad armada se han
venido al piso; ahora, sólo le queda su alma que no encuentra y un par de piernas
para correr después de robar comida. Nada es igual, pareciera repetirse en
silencio nuestro antiguo inspector, su lastimosa presencia y precaria situación, no
encaja de ninguna manera en la concepción clásica del detective, no se logra
dimensionar del todo hasta dónde llegará, cuál será su verdadero fin, ya que
presenta una vertiginosa caída que aún no toca fondo. También, podría pensarse
89
Que así como decidió lanzarse a los profundos pozos de la investigación, la
ciudad decidió lazarlo a él a lo más remoto de sus cavernas de concreto. “Tenaz
hermano, la figura que comienzas a coger da miedo, el pelo largo y despeinado, la
barba sin afeitar, la mirada alucinada y los gestos animales y los gestos que te
acompañan indican el largo viaje en el que encuetras”151.
Continuando con la narrativa que dimensiona a la ciudad escorpión, y con el
drástico cambio de Sinisterra, hay que resaltar el hecho de que más allá de haber
sido un investigador, era de una u otra forma el paradigma moral de la obra, ya
que siempre estuvo dispuesto a cooperar en pos del buen vivir. No era quien
abusaba de su poder, tampoco presentaba vicios o aberraciones propias del oficio,
más bien era como si le desgastara ver tanta miseria y perversión, era un hombre
solitario, entregado a su labor pero con una convicción de que a su alrededor no
había salvación. “Esos lugares no lo alegraban, no lo excitaban. Lo contrario,
sentía el peso de una depresión superior a sí mismo. Una carga inexplicable que
lo lanzaba hacia abajo, hacia su propia sordidez interior”152. Ésto, demuestra una
gran conciencia, una sensibilidad para con lo que le rodea. Sin embargo, todo ello
cambiará gracias al poder de la cuidad, gracias a su aniquiladora sugestión.
“Antes de regresar, para asegurarse, Sinisterra les disparó en la nuca uno por uno,
con frialdad, sin sentir odio ni compasión”153. Ahora, se ha convertido en un
criminal más, en un producto desagradable y peligroso de la ya peligrosa Scorpio
City.
__________________________________
151. Ibíd., pág. 97
152. Ibíd., pág. 14
153. Ibíd., pág. 142
90
Tenemos ante nuestros ojos a un detective que se ha convertido en criminal, el
orden propuesto por la novela tradicional clásica se ha roto, o mejor, nunca se ha
conseguido, por el contrario, cada vez está más lejos de alcanzarse el objetivo de
establecer la autoridad como máxima comportamental dentro de la sociedad. “El
orden perturbado por el acontecimiento inaudito del asesinato se restablece con el
actuar exitoso del héroe-detective sobre su antagonista, el asesino”154. Si nos
atenemos al asesino como objeto de captura y por tanto de castigo, también
entonces Sinisterra tendría que recibir su parte, ya que como recién se comentó,
la ciudad lo ha convertido en eso, en lo que nunca había sido y justamente contra
lo que luchaba.
Gamines, ladrones, prostitutas, asesinos místicos, brujas y policías que se
convierten en criminales, hacen parte del mosaico que la ciudad no duda en
mostrar, pareciera que hay cierto orgullo al presentar a tanta humanidad
dispuesta y peligrosa, ya que no encontramos en Scorpio City a parte de aquel
hombre que ayudó a Sinisterra cuando estaba tirado en el piso, a Pepillo o si se
quiere a Zelia, personajes centrados en un mundo tranquilo. Será por ésto que
nuestro detective sólo podía escapar de su alucinado mundo cuando dormía o
cuando por no poderlo hacer se entregaba al arrullo de la voz del Negro Urrutia.
“Colocó la radio cerca de su oído, dejó el revólver cerca a la mochila, cargado a la
mano se recogió en posición fetal buscando un poco de calor e intentó
concentrase en las voces que llegaban a él a través del aparato”155
_______________________________
154. PÖPEL. Op. Cit., p. 8.
155. MENDOZA. Op. Cit., p. 145.
91
La narración que nos muestra la vida pululante en Scorpio City, es la misma que
no tiene reparos en clarificar la clase de personas que deambulan por ahí.
Espectros citadinos o simplemente transeúntes que van de un lado para el otro sin
otro rumbo que el indicado por las calles a modo de arterias, llevando la vida y la
muerte a cada articulación, a cada miembro. “mujeres gordas y delgadas, viejas y
jóvenes pardas en las entradas o paradas en las escalinatas que conducían a
habitaciones miserables…conversaban o fumaban tristemente con la mirada
depositada en la nada”156.
Es preciso quizás calificar de pesimista al tipo de historia que evoca Scorpio City,
tal vez se tenga que pensar que el mundo allí presentado no da ningún tipo de
alternativa, mas bien es como si se encargara de taponar todas las posibles
salidas del caos. Dicho de esta manera, podría imaginarse otro mundo mejor fuera
de la obra, un descanso para respirar aire fresco o simplemente para hallar
personas que no estén contaminadas por el veneno de la ciudad escorpión.
Empero, dadas las características y circunstancias del hombre en general, o sea,
hablando de sus miedos, intereses, sueños y distintas tonalidades de su
fisonomía, las cuales en la interacción producirán algún tipo de choque, estaremos
en capacidad de reconocer que la ciudad de la ya citada obra, es de una u otra
manera el espejo del desencanto del hombre insertado en un sistema
descompuesto.
__________________________________
156. Ibíd., p. 121.
92
El sistema anteriormente mencionado, no es otro que la vida humana tomada
desde su génesis, o por lo menos desde cuando el hombre necesitó de agruparse
para cazar o para protegerse de las fieras que hubieran podido matarlo. “Con el
paso del tiempo Sinisterra fue percibiendo en su interior una necesidad de grupo,
de colectividad. Bien fuera por el mero placer de tener con quien hablar y
compartir, o por la sensación, cada vez mayor, de buscar refugio y
protección…”157. Así como en la obra al final nos queda en la boca ese sabor de
apocalipsis, de exterminio total, podemos de igual forma establecer que en el
desarrollo de la misma el mundo se está haciendo; es como tratar de encontrar la
historia de un mundo reciente para un solo individuo (Leonardo Sinisterra).
El desafío para el ciudadano, es convertir su vida que un principio fue privada en
una vida pública, donde están los adeptos y opositores de su causa. Pensemos
por ejemplo en que de repente el mundo que hoy conocemos se viene al piso, se
termina para siempre; pues bien, habrá entonces que volver a hacerlo, intentar
construir los espacios culturales, nominar cada cosa, encontrar el punto donde el
mundo anterior quedó y tratar de hacerlo mejor esta vez. La pregunta es ¿será
posible tener un mundo mejor si los hombres que lo habitasen son los mismos de
hoy?, la respuesta a lo mejor nos la puede dar William Golding (1911) en El Señor
De Las Moscas: “Tengo miedo. De nosotros. Quiero irme a casa. ¡Dios mío, quiero
irme a casa!”158. Temor de los mismos hombres, esto es lo que expresa Ralph, un
chico de los tantos que intentaron hacer su mundo en aquella isla para ellos, pero
se encontraron con su mismo demonio.
__________________________________
157. Ibíd., p. 131.
158. GOLDING William. El Señor De Las Moscas. Madrid: Mundo unidad editorial, 1999.
p.155.
93
Cuesta un poco entender el fenómeno de la creación del mundo y sus cosas. Al
respecto existen diversas teorías de diferente corte, las cuales pretenden de una
manera más o menos exacta demostrar cómo es que hoy existe lo que vemos; sin
embargo, en la narración de Scorpio City si bien no persiste la invocación a los
espíritus para crear el cosmos, sí aparece la clara advertencia de que éste podría
desaparecer de un momento para otro, ya que el hombre que lo habita, el
producto de una ciudad nociva, está dispuesto a terminar con todo lo que palpite a
su alrededor. “Y si puedo daré con la secta a la cual pertenece y los exterminaré
uno a uno. Infieles, apóstatas, adoradores de falsas verdades. Detrás de un árbol
se esconde un bosque”159.
Visto el resultado o la huella que la ciudad deja sobre sí misma, se puede
contemplar su estela oscura y marginal; estamos ahora en capacidad de
visualizar desde dónde nos llega la imagen del mismo Sinisterra, cómo se hace
protagonista de la historia que ni le pertenece ni llega a dominar, ya que como
anteriormente se había esbozado, es la ciudad la que adquiere el rol protagónico y
es la que gracias a su misma fuerza, desplaza al inspector y lo derrama por los
sótanos de sus entrañas convertidas en cloacas.
__________________________________
159. Ibíd., p. 39.
94
5.3 El inspector de una causa perdida
Sabemos por lo sucedido a través de la historia, que Sinisterra dentro de la
concepción tradicional del detective claramente identificado en las novelas de
corte policial, no es tan fiel a la construcción narrativa que generalmente se le
otorga. “A la mayoría de ellos los envían las agencias particulares de
investigación. Se trata de personas que se encuentran en alguna dificultad y que
necesitan un pequeño consejo. Yo escucho lo que ellos me cuentan, ellos
escuchan los comentarios que yo les hago y, acto continuo, les cobro mis
honorarios”160. Vemos en Sherlock Holmes, la imagen perfecta del detective
eficaz. Aquel hombre que sin mucho esfuerzo clarifica las situaciones y se apropia
de las mismas como si él hubiese estado presente en ellas.
De la manera plantada el detective durante la historia da cuenta de su capacidad e
idoneidad para el caso, haciendo pensar que él y sólo él cuenta con las
herramientas físicas e intelectuales para desenmascarar a los criminales o revelar
el misterio. No obstante, ésto no sucede con Sinisterra. “Tuvo que asistir también
a dos reuniones especiales sobre el caso y soportar las amenazas acostumbradas
del jefe. En el fondo tenía razón, pensó Sinsterra. Cinco mujeres acuchilladas y no
había ni una sola pista”161.
__________________________________
160. CONAN DOYLE Sir Arthur. Estudio En Escarlata. Barcelona: Editorial Óptima, 2001. p.
29-30.
161. MENDOZA., Op. Cit., p. 16.
95
A pesar de las adversas circunstancias por las cuales atraviesa nuestro personaje
detective, no es posible responsabilizarlo de todo el fracaso de la investigación,
ya que ante una entidad poderosa como la misma ciudad, nada o poco podrá
hacer. De todas formas, es preciso evidenciar que Sinisterra poseía el ímpetu
necesario para andar por las calles de la ciudad escorpión, sólo que el veneno que
esta última inyecta es tan potente que tarde o temprano cobraría factura en la
humanidad del inspector. “Y está pasando por un mal momento. Su arrogancia y
su aparente seguridad se están viniendo abajo, están siendo minadas por la
diversidad y la complejidad de la ciudad”162.
Sinisterra es ante todo un personaje reflexivo, hombre construido a partir de los
átomos de su familia, la misma que si bien no aparece en el presente de la
historia, él si la evoca y la necesita. Dicho en otras palabras, la profesión del
policía que se sumerge en las aguas turbulentas del crimen, hace de éste un
personaje solitario austero, sin embargo, dadas las circunstancias de desamparo
ante la ciudad monstruo, no puede evitar Sinisterra recordar su vida cuando era
más humano, más apto para vivir. “Eso desde afuera, hermano, porque desde
adentro la cosa es más jodida. Al principio veías escenas de tu infancia: la calle
donde te la pasabas jugando con los vecinos, tu pupitre en el colegio, las galletas
que preparaba tu abuela los domingos”163.Son evocaciones de un tiempo pasado,
de un remoto hueco que no llenará el presente turbulento y tenaz, venenoso y
criminal.
__________________________________
162. Ibíd., p. 44.
163. Ibíd., p. 98.
96
La relación entre el narrador y Sinisterra, no deja de sorprender en la medida en
que existe una necesidad de contar lo que le pasa al detective pero con un aire de
escepticismo, como si asistiéramos con la narración a un desvanecerse de
alguien, así como no queda claro cuál es la intención de vincular a un personaje o
si se quiere de acercarlo a su propio desastre. El narrador no es anónimo, tiene
una profesión o mejor dicho un oficio, posee una carga de sentimientos que logra
trasladar a Sinisterra. A partir de ésto queda claro por qué la rancia atmósfera de
Scorpio City, ciudad que está cercada desde la narración, desde su misma
costura. “no deseo figurar ni triunfar, no anhelo dinero, no quiero hacer familia: me
he convertido en un caminante sin ambiciones, sin pretensiones, sin codicia,
sospecho que me quedé sin destino”164. De esta manera, se involucra el narrador
en la obra, pone su cuota de pesimismo y agita los hilos de la tragedia,
permitiendo que el lector se adentre desde antes de los hechos en un ambiente
enrarecido por un desgaste anticipado. “Pero bueno, aquí no importa lo que piense
un anónimo desempleado callejero como yo, sino lo que te pasa a ti. Te quedas
callado, mirando el mostrador de la cafetería”165.
Pareciera como si el narrador no lograra contenerse del todo y tratara de contar su
propia historia, protagonizar de manera compartida la caída de Sinisterra. Desde
la recepción de la obra, se percibe el vínculo omnipresente del narrador, pero
jamás se llega a sospechar que éste podría convertirse en agente activo de la
historia, pues aunque queda claro que no es un personaje más, sí trata de
coaccionar y de jugar a ser un todo conocedor de los fueros internos del inspector.
“Estás amnésico, hermano, eres cualquiera, la nada te está ganando la batalla”166.
__________________________________
164. Ibíd., p. 157.
165. Ibíd., p. 105.
166. Ibíd., p. 107-108.
97
A pesar de haber considerado a Sinisterra como aquél detective diferente al
tradicional, no es justo negarle el conocimiento de su causa, tampoco restarle
capacidad ni idoneidad para tal caso, lo que sucede es que él viene siendo para la
historia una especie de chivo expiatorio que la ciudad emplea para su criminal
desenlace. Así como hoy nos referimos a éste, mañana podría ser a otro, siempre
y cuando sea la ciudad la que tome la postura de agente incidente en el devenir de
los acontecimientos. Digamos pues, que Sinisterra hace lo que puede dentro de
sus capacidades, lucha con sus armas humanas tales como la experiencia y el
conocimiento particular al que su mente de policía le permite acceder. “Sinisterra
sabía que González dudaría, se arrepentiría, tendría remordimientos de
conciencia, pero al fin pactaría y les informaría a los de la secta, que él Leonardo
Sinsterra estaba con vida…”167.
Se debate entre extraño y común, entre magnífico y simple y entre víctima o
victimario; Sinisterra no encaja del todo con ningún adjetivo, puesto que intenta
acomodarse lo mejor que puede al contexto que se le presenta. Visto de esta
manera, el confuso universo del detective, lograría ser mucho más complejo que el
caso mismo, es como si un jugador de fútbol no rindiera lo suficiente en el terreno
de juego por estar jugando otro partido, uno consigo mismo. Es el peso que lleva
adentro Sinisterra, lo que no lo deja ser libre, son los fantasmas que lo
atormentan, la inextinguible llama de los recuerdos, lo que lo hace tan existencial y
por tanto no logra la objetividad necesaria para recobrar el orden de una situación
en conflicto. “En Bogotá, el que no sabía ausentarse de sí, el que no tenía
estrategia de fuga se hundía en su propia conmiseración”168.
__________________________________
167. Ibíd., p. 139.
168. Ibíd., p. 19.
98
Después de haber dilucidado a grosso modo, lo que guarda la narración de
Scorpio City y de quedar sin duda en deuda con lo que se hubiese podido
encontrar con un análisis más profundo, tal vez sea pertinente considerar la
estructura general de la obra, partiendo de la base que ya hemos enfatizado en el
carácter criminal más que policial de la misma y de haber puesto sobre el tapete el
carácter moral de la sociedad venida a menos en la ciudad escorpión. Tengamos
en cuenta ahora que lo poético está por encima de los mismos hechos, ya que no
pueden ni deben ser contaminados por los acontecimientos ordinarios y cotidianos
de la historia.
6. Algunas aproximaciones simbólico estructurales
En un sentido general, Scorpio City está construida sobre la base de la novela
policial, posee los elementos inherentes a tal género. Como eje central existe un
crimen, o mejor dicho varios, los cuales deben ser investigados por el héroe
inspector. Este personaje se convierte en el protagonista de la historia en la
medida que se involucra durante la investigación en una serie de eventos
peligrosos, donde su vida se verá en riesgo y su capacidad física e intelectual será
puesta a prueba. A la luz de esta inicial aproximación, no podría pensarse que la
novela objeto de este trabajo merezca otro nombre diferente al ya propuesto, no
obstante, debido al rumbo que tomará después el hilo narrativo, vemos como la
obra se convierte en otra cosa, algo parecido al género negro o policial, pero que
dados los aspectos inquietantes que ha adquirido merece sin duda otro rótulo.
99
Tengamos en cuenta la manera como inicia Scorpio City. “El inspector Leonardo
Sinisterra descendió de la patrulla con movimientos lentos, cautelosos, y su
mirada felina recorrió con agilidad la calle y las casas vecinas”169. El ambiente
recreado en esta entrada del inspector a escena, parece inclinarse a convertirlo en
un superhombre, en alguien con instintos animales, alerta, ágil, por tanto
preparado para enfrentar cualquier situación que aunque sea demasiado adversa,
él con las grandes virtudes que bañan al oficial entregado a su servicio logrará
sortearlas y salir avante y listo para enfrentarse al siguiente reto. Más adelante,
vemos cómo va cambiando el matiz que en principio parecía tranquilo y metódico
de Sinisterra, vemos aparecer ya no al superhéroe sino al hombre, al inspector
preocupado y con el piso movido por la escena. “Mierda-dijo en voz baja-, otra
puta asesinada”170.
El narrador en un comienzo nos propone una narración en tercera persona.
Scorpio City se presenta de esta manera como una historia localizada en el
terreno urbano pero delimitada por los hechos criminales que el inspector debe
descubrir. Se nos muestra el panorama clásico del policía que juega con todo en
su contra, ya que los asesinatos no han dejado hasta el momento una pista sólida
que permita hallar a los responsables. Se percibe la historia ordenada y
consecuente; puesto que el primer capítulo llamado “Pielroja Blues” enmarca todo
lo que tiene que ver con las prostitutas asesinadas y los diversos tanteos del
inspector para dar con el paradero de los victimarios. En este primer capítulo,
aparece subtitulado en primer lugar: “los crímenes”, que como es lógico habla de
los Individuos que han perdido la vida. Se enumera y se pone sobre el tapete
__________________________________
169. Ibíd., p. 9.
170. 126. Ibíd., p. 9.
100
Algunos de los indicios con los que cuenta el inspector para resolver el caso. Sin
embargo, se da cuenta que son muchos los esfuerzos y pocos los resultados
conseguidos hasta el momento, comenzando de esta manera a venirse abajo
toda la seguridad que un principio se tenía. “Los periódicos no nos quitan los ojos
de encima, los noticieros de televisión no cesan de hablar de la ineficacia de la
policía”171.
El aire poético de Scorpio City, está en íntima relación con la fineza con que el
narrador a veces describe situaciones. “El inspector tuvo la sensación de estar
contemplando una muñeca rota, una bailarina quebrada en una vitrina de
juguetes”172. La sensible manera como se describe la escena, invita a considerar
que más allá de la visible realidad, existe una más oculta, una realidad más
compleja e individual, la misma que aparecerá con gran influencia en la obra
porque en la ciudad escorpión la estructura tiene dos caras. Una es la de todos, la
que se puede contemplar a la luz de los hechos más inmediatos, y la otra es la
cara oculta de Sinisterra, su peso moral, su existencia venida a menos. “Siempre
había sido así. Bastaba que entrara allí y se perdiera en el laberinto de pasillos y
largas galerías paraque cualquier sentimiento depresivo desapareciera”173.
__________________________________
171. Ibíd., p. 11.
172. Ibíd., p. 9.
173. Ibíd., p. 10.
101
En este primer capítulo, también surge la figura del apóstol, aquel místico
religioso tan influyente en la obra y tan capaz de confundir al mismo inspector.
Este personaje, posee quizás lo que le falta a Sinisterra: una gran capacidad para
olfatear los indicios y los vericuetos que la cadena de sucesos ha presentado.
“Sinisterra no salía del asombro. El Apóstol no sólo era capaz de razonar de
manera implacable bajo el efecto de tantos cigarrillos de marihuana, sino que
además hacía alarde de una memoria milimétrica con respecto al caso. Conocía
las carpetas mejor que él”174. El Apóstol simboliza de esta manera la entrada al
significado de los signos zodiacales, es el elemento que comprende el valor de
cada asesinato, por consiguiente, es quien logra encausar la investigación hacia la
pista correcta, su misticismo y tranquilidad representa esa otra realidad que la
obra esconde y que Sinisterra sufre.
Justamente en el segundo numeral del primer capítulo, se dimensiona en toda su
totalidad lo que verdaderamente es el Apóstol. Se inicia en este apartado la
cronología de sucesos que este personaje tuvo que vivir, sustentando su trasegar
en vidas anteriores y remotas, viajando por el tiempo y el espacio. “Mi nombre es
J. Drake Brockman y soy el capitán del navío conocido The New England”175. Este
tipo de anexos dentro de Scorpio City no juegan otro papel diferente que construir
la base del apocalipsis citadino que se avecina, al argumento ético moral de un
sujeto que con una mano predica la palabra de Dios y con la otra asesina en
nombre del cuchillo divino. “Bien, el momento se acerca. Debo afilar el cuchillo y
preparar la navaja para degollar el cordero”176.
__________________________________
174. Ibíd., p. 21.
175. Ibíd., p. 39.
176. Ibíd., p. 44.
102
La poesía, no necesita estar precedida de artilugios y adornos como en un
poemario, tampoco surge cuando la rima con su sonoro canto la llama. La poesía
nace también de lo cotidiano, de lo simple pero no siempre de lo natural, a veces
surge de un día nublado o de un charco donde se refleja la ciudad. “La ebriedad,
pensó, esa forma de lucidez que permite en Bogotá aceptar la pesadumbre sin
destruirse”177. El borracho, aquel individuo que traspasa la frontera de la primera
dimensión, se eleva sobre las calles en medio de su inescrutable soledad, viviendo
lo más cercano a Sinisterra en su inmensa lucha que como un héroe Griego
pretende conquistar a Troya, pero termina abandonado por sus Dioses, tirado en
el suelo urbano.
En cada esquina, en cada muro, yace muda una historia, sólo hace falta que un
transeúnte se pregunte por su lugar en la ciudad de los hombres paraque broten
como gotas de agua las palabras en inmensas letanías que adoran a su Dios
cotidiano. “El caminante que se internaba en el mercado de San Victorino atento y
despierto al entorno se veía de un momento a otro en medio de un viaje sensorial:
claroscuros fugaces que aparecían y desaparecían, rugosidades y sensaciones
térmicas, sonidos fugitivos y acariciadores, olores insospechados que prometían
lejanos pasajes paradisíacos”178. El susurro que se esconde en cada calle, es el
regalo prometido para el ser que deambula por ahí, Como el inspector envuelto en
el embrujo peligroso de la ciudad escorpión, como una rosa que detrás esconde
sus temibles y letales espinas.
__________________________________
177. Ibíd., p. 19.
178. Ibíd., p. 25.
103
En este primer capítulo la voz del narrador aparece en tercera persona,
refiriéndose al inspector que trata de poner un poco orden a todos los sucesos
acontecidos. Más adelante, ya es el Astrólogo el que nos cuenta de sus
experiencias cósmicas y metafísicas, convirtiendo a la estructura narrativa hasta
aquí presentada en un préstamo de voces que pasa del avistamiento de un
acontecer criminal, pasando por la apropiación de un personaje que justifica su
actuación, hasta llegar en el segundo capítulo, a la intimista forma en que el
narrador le habla a Sinisterra. “Pasas la página y lees con cuidado fijándote en los
adjetivos…te das cuenta de inmediato de que el periodista pretende insinuarle al
lector que la acción de la policía fue tangencial…cierras el periódico y miras por la
ventana”179. Esta manera de narrar, es un poco extraña en la medida en que el
inspector además de ser un personaje de la historia, se convierte con esa voz que
la habla directo en un lector de sí mismo. Aunque esa voz suene a reproche, a un
repicar de palabras que intentan someter a Sinisterra, sólo da cuenta del profundo
conocimiento que demuestra el narrador del detective. “Quisieras cambiar de
oficio, dedicarte a otra cosa, porque tú, Leonardo Sinisterra, sueñas, te ves al final
viejo y sabio, rodeado de libros y de buenos amigos”180.
En “la secta” como llama Mendoza al segundo capítulo, emerge el detonador que
hará desbaratar la vida de este inspector. Dan Sinisterra y González con la secta:
una colectividad dedicada al exterminio de lo que para ellos serían los parásitos de
la ciudad y del mundo. Sin embargo, al ser descubiertos los movimientos
efectuados por el inspector y su ayudante, deciden desparecerlos, cosa que logran
con la ayuda de la ciudad, la entidad criminal que está muy por encima de
cualquier organización.
__________________________________
179. Ibíd., p. 49.
180. Ibíd., p. 49.
104
En este mismo capítulo, aparecen unos textos insertados en medio de la
narración, surgen a modo de programas radiales, los cuales sirven para darle
confort al inspector que no halla otra manera de soportar el peso de sus días. “La
música de tambores y la voz del negro Urrutia te producen una sensación de
placidez y bienestar en medio del frío y las ganas de dormir”181. Podría
interpretarse que la aparición de este tipo de historias dentro de la obra, tiene por
objeto mostrar la otra vida que permea a Bogotá, lo esotérico, lo criminal, lo
extraterrestre, todo lo que hace múltiple a la ciudad que derrama a su moral
porque se hace imposible establecer paradigmas de comportamiento urbano en
una atmósfera cambiante y contradictoria. “El nivel de inseguridad es tan grande
que a uno ya no le roban el dinero o el reloj, sino lo que lo operan en cualquier
potrero para robarle un ojo o un riñón. Vamos con un poco de alegría en medio de
este infierno. Esto es de los hermanos Zuleta, y dice así…”182. Así es, después de
relatar algo tan horrendo como el tráfico de órganos humanos, en la ciudad se
sigue con la música de fiesta al son de un vallenato.
Aunque en este capítulo aparezca la degradación criminal de Scorpio City, no se
debe dejar de lado con respecto a la narración la manera poética como se muestra
a esta misma ciudad, la que contiene en su entrañas lo amoral desde el herrada
manera como se estructura la sociedad en conflicto, lo criminal a manera de
bacteria que no se puede erradicar porque hace parte constitutiva del tejido de la
ciudad y todo lo que a través de la narración se construyó como el
envenenamiento de las cosas, como la tormenta asesina del ser que habita la
ciudad y con ello lo demás, su alma, su etéreo vagar como entidad poderosa.
__________________________________
181. Ibíd., p. 72.
182. Ibíd., p. 91.
105
A pesar de ello, Scorpio City se pone su mejor traje e intenta embaucar al lector
delineando la silueta de la poesía que subyace emparedada en los muros
citadinos. “La lluvia golpea los cristales con persistencia y distorsiona la imagen de
la ciudad allá atrás, al fondo, como si las edificaciones, las calles, el cielo y los
árboles se deshicieran lentamente en la paleta un pintor”183. Lo narrado intenta
paliar un poco el desconfigurado mundo de la ciudad, pretende establecer
encuentros sensibles con el lector que intenta descubrirla, el cual no llega a
percibir del todo la verdadera grandeza del universo siniestro que esta urbe
camufla, más bien quien se acerca desprovisto de experiencia ante Scorpio City,
seguramente no llegará a pensar que se enfrenta ante una bella asesina.
Cuando se habla de una traslación de significado, se está hablando sin lugar a
dudas de la metáfora; figura literaria capaz de representar un estado de cosas por
medio otra. Esta pequeña digresión no tiene por objeto otro que resaltar el hecho
de que en Scorpio City el narrador nos trate de mostrar la evidencia de la
compenetración del hombre con su entorno, en este caso la ciudad. “La plaza
adquiere una tonalidad impresionante, matices de diversos colores van y vienen
por entre las formas arquitectónicas y adquieren figuras fantasmagóricas. La
música de la grabadora entra en tu cuerpo y viaja por tus venas iluminándolas
como si fueran tubos de neón”184.
__________________________________
183. bíd., p. 49.
184. Ibíd., p. 108-109.
106
Entre imágenes y texturas, se debate el vaivén del discurso en Scorpio City; pues
si bien ya se hizo referencia al difuso mundo táctil del crimen y al abierto sistema
moral que nos plantea la obra, ahora nos acontece resaltar la sombra citadina que
se erige sobre su base a modo de recurso poético, pues como lo plantea
Bachelard (2000:63) la valorización de la soledad ubicada como epicentro poético,
está sustentada en lo más primitivo de la evocación humana, lo cual permite la
referencia de imágenes claramente deslocalizadas. En otras palabras, podría
decirse que algunos sonidos traen consigo lo absoluto de un pensamiento, o sea,
que si pensamos en un refugio, no tengamos otra alternativa que pensar en el
calor del centro de nuestro hogar. Esta construcción metaficcional la encontramos
en Scorpio City a manera de sustento para la ambientación de la ciudad oscura,
gótica, acechante. “Las luces amarillas de las viejas casonas se reflejaban en los
charcos de agua de las estrechas calles, produciendo una atmósfera extraña y
fantasmal”185.
Encontramos en el capítulo siguiente (el manicomio) la mayor de las
interiorizaciones que el narrador hace de Sinisterra. En este apartado de la obra,
el inspector se ve alejado totalmente de lo que fue en su fisonomía de policía, así
que este perfil que adquirió al inicio de la novela, ahora es reemplazado por su
vida más íntima, conociendo demasiado el narrador al personaje, ya que no sólo
relata lo pertinente a la trama como historia de corte criminal, sino que se adentra
en su infancia, adolescencia, hablando de su mejor amigo, su primera relación
sexual, su primer amor y también su primer fracaso: “llegas a un manicomio a
las afueras de la ciudad y te encierran en una celda con una pequeña ventana que
te permite a lo lejos divisar el cielo y las montañas”186
__________________________________
185. Ibíd., p. 113.
186. Ibíd., p. 97
107
Se podría considerar que en este capítulo, surge la ruptura estética de la
estructura del policía-detective, aquí encontramos el ser humano detrás del arma,
los riesgos que ahora debe enfrentar, ya no son los riesgos inherentes al
acontecer bélico, son escollos mentales, lagunas voluntarias creadas por los que
han decido atacar el cuerpo y la mente del inspector, degradar su humanidad y
esencia. En este espacio Sinisterra queda convertido en nada, intentan borrar su
anterior vida, disminuirlo, reducirlo a un ínfimo tamaño social donde ni él mismo se
reconozca. “Una vez al día te bajan a un salón subterráneo y te someten a
sesiones de electrochoques. Te inyectan también, cada mañana, un líquido
amarillo que desconoces. Comienzas a perder memoria…te pasas las horas por
ahí, de un lado para el otro…”187.
El manicomio es una parte muy intimista de la obra, demasiado personal y
psicológica para que un narrador común se detenga en ello; por tanto, es
necesario reconocer que a nivel de la mente Sinisterra está venido a menos, es
nada. “Después de los recuerdos entremezclados de Isabel te quedas en un limbo
que se va prolongando indefinidamente”188. A la luz de lo anterior, estamos ante
una historia contada desde adentro y desde afuera, desde lo privado y lo público.
Es una historia que en general es completa, ya qua atiende a todas las facetas del
inspector, lo dimensiona dentro de unos parámetros definidos, dentro de una
sociedad que reclama instituciones, y también, lo recorre por dentro como una
autopsia en vida, descubre para todos la parte más absoluta de su pasado, la más
profunda de sus miserias.
__________________________________
187. Ibíd., p. 97
188. Ibíd., p. 107.
108
El reconocimiento del tipo de narración que plantea Scorpio City, también lo
encontramos en Gil cuando nos dice: “Mendoza utiliza diversos materiales para
narrar las peripecias de unos personajes urbanos, cartas, diarios como signos de
intimidad…confesiones a terceros y la narración de un tú que mira desde adentro,
que hace más íntimo su tránsito por un espacio mediado por el caos”189. Ya
habíamos concordado en que el espacio al cual se refiere aquí Mendoza, no es
otro que el erigido por la ciudad, pero lo endógeno de la mirada de los personajes,
prima en este capítulo del manicomio. Es aquí donde el narrador juega con el
pasado de Sinisterra, le recuerda lo que tuvo, sus experiencias, sus sueños color
de adolescencia, para luego dejarlo a la deriva en medio de la ciudad que se
hunde. “…más tarde te dejan tirado en el parque de los periodistas, en la parte alta
de la ciudad”190.
Avanzando al siguiente capítulo, hallamos lo más cercano a una sociedad moral,
la cual está insertada dentro del sistema de otra que no lo es tanto. La
camaradería, la contextualizada manera de encontrar el punto donde los hombres
se reconocen como tal, es lo que no podría llamarse de otra manera sino moral.
“La conciencia moral de los miembros de la sociedad de clases la componen los
puntos de vista y convicciones morales, así como los sentimientos morales que
vienen determinados por las causas históricas y son distintos en las diversas
clases”191. Esta concepción moral planteada por Marx, es la que aboga por la
nueva conciencia de la sociedad, ya no por los inamovibles dogmas
especialmente los de carácter religioso que hablaban de una manera de vivir en
un mundo actual con necesidades actuales como si éste fuera el mismo de la
comunidad de hace mil años.
__________________________________
189. GIL. Op. Cit., p. 78
190. MENDOZA. Op. Cit., p. 108
191. SHISHKIN., Op. Cit., p. 18
109
En el caso de Scorpio City, aparece la (Zona), un espacio donde Sinisterra es
insertado luego de haber permanecido cierto tiempo en el manicomio. En este
lugar, el cual se halla dentro de la misma ciudad escorpión, surge una micro-
sociedad que tal vez sea la soñada por el inspector y que nunca llegará verse en
la gran Scorpio City. El motivo por el cual se plantea esta digresión, obedece a
razones de tipo cooperativo, donde aparecen unos personajes que saben y
entienden perfectamente que para vivir en sociedad, hay que ayudar a quienes por
una u otra razón se han venido a menos. “Déjeme ayudarlo-lo cogió del brazo y lo
condujo despacio hasta una pequeña tienda que quedaba volteando la
esquina…vamos hombre coma algo.”192. Se tiene que esperar en la obra más de
cien páginas para encontrar algo amable, algo solidario y algo moral.
Se tiene que dejar claridad no obstante, que aunque la zona está físicamente
dentro de la ciudad, también debe entenderse a ésta como un espacio mental,
como un estado interior donde acaecen unos hechos marginales y nocivos para el
individuo. “La zona es poderosa e intensa. Irresistible e impredecible. La primera
vez que entré demoré una semana en salir…fue horrible amigo…lo peor es que
uno entra sin darse cuenta…la zona está en cualquier parte, ronda la ciudad sin
que lo sepamos…muchos no pueden salir y permanecen allí el resto de sus
vidas…”193. Tal vez sea un pretexto para el narrador denominar como la zona a la
antigua calle del cartucho para mostrarnos una parte oscura de la ciudad, pero es
un acierto interiorizar la vida o la permanencia en ese lugar como si se padeciera
de una patología urbana.
__________________________________
192. MENDOZA. Op. Cit., p. 114.
193. Ibíd., p. 116-117.
110
De todas formas lo que se busca en la narración de la zona es dimensionar que
quizás estamos ante una clase de burla social, ya que este mundo resulta ser más
lógico y moral que el mundo oficial, que el mundo de clases. Esto nos recuerda
una película del Director de cine Tim Burton llamada “the corpse” bride o “la novia
cadáver”, donde el mundo de los muertos parece más entretenido y unido que el
mismo mundo de los vivos. Aquí en Scorpio City, la otra ciudad, la Bogotá de
notables y eminencias, se reduce a una calle marginada, pero es una calle de
valores concretos, de ayudas inmediatas y de amigos vestidos con el traje de la
indigencia. “El hombre fue hasta el carro de madera, tomó una cantimplora y
regresó donde Sinisterra. Le colocó una mano debajo de la nuca para levantarle la
cabeza y le dio de beber como si se tratase de un herido en un campo de
batalla”194.
En inmediata relación con el capítulo precedente, llegamos al denominado (la
tribu), capítulo en el cual ya usa el narrador el pretérito para referirse a Sinisterra,
hablando de lo que era el inspector en su vida de oficialidad a modo de
comparación con la marginalidad que presenta en el presente. “Leonardo
Sinisterra, antiguo inspector de la policía para casos especiales del Distrito
Capital, caminó por la ciudad durante semanas sin reconocer nada a su alrededor,
durmió en la entrada de almacenes, iglesias y en bodegas y casas abandonadas,
comió lo que le regalaron en cafeterías y restaurantes populares…”195. Nada de lo
que había en la ciudad ahora permanece, pues el prototipo del policía
especializado, se encuentra desgastado y enfermo, anónimo y frágil.
__________________________________
194. Ibíd., p. 125.
195. Ibíd., p. 129.
111
También se halla en este capítulo, el encuentro de Sinisterra consigo mismo, ya
que viene de un largo viaje donde sólo veía retazos de su pasada vida. La tribu
como ya se mencionó, se convierte para el antiguo inspector en su nueva familia,
personas que harán parte de un contubernio que lucharán por sus vidas, aunque
sea lo único que les queda, ya que la dignidad y el rótulo de ciudadanos la otra
parte de la ciudad se los ha quitado. “Sinisterra se encargó del entrenamiento de
lo que se llamó el “escuadrón por la vida”, constituido por recicladores jóvenes y
arriesgados cuya misión era proteger las vidas de sus compañeros en caso de un
nuevo intento de matanza”196. Hombres que intentan guarecerse de otros
hombres, la moral de un grupo que intenta defenderse de lo criminal de otro.
“Sinisterra se contactó con dirigentes guerrilleros de las FARC (Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia) y ELN (Ejército de Liberación Nacional), y les
expuso la situación de los recicladores del cartucho. Estaban inermes e
indefensos ante la voluntad del exterminio por parte del estado”197. Ante esta
contextualización de un problema nacional, en cuyo centro se multiplica la miseria
y la violencia, lo ficcional de la obra le cede el paso al ex-inspector que habla
desde lo subversivo, desde la periferia, dotando de un realismo trágico al
acontecer taciturno de la ciudad convertida en mundo.
__________________________________
196. Ibíd., p. 139.
197. Ibíd., p. 138.
112
Ya en las postrimerías de la novela, Sinisterra trata de dar su último golpe,
agrupando a los miembros de su nuevo clan para conformar desde lo clandestino
y no desde la oficialidad que lo acompañó en un principio, la estrategia para un
restablecimiento del orden, la última batalla. Sin embargo, también fracasa,
termina abandonado porque sus planes bélicos resultaron ser demasiado
peligrosos para las personas que sólo habían peleado con el día a día, con el
rebusque, nunca enfrentados con la policía. Siempre amparados por el velo de la
clandestinidad del grupo, no como ahora, expuestos por las luces
relampagueantes de las armas. “En el entierro de las víctimas en fosas comunes
en el cementerio del sur, los jefes del cartucho le pidieron a Sinisterra que se
retirara de la colectividad de recicladores…Sinisterra entendió lo que le estaban
solicitando y no se ofendió por ello”198. Ahora que su última familia también le
decía adiós, Sinisterra sólo le quedaba un camino: entregarse como tributo de
sacrificio a la ciudad monstruo. “Lo tenían vigilado y habían esperado hasta tenerlo
así, desprotegido y sin la ayuda de sus compañeros”199.
La novela se despide con el epílogo, en el cual no está nada más ni nada menos
que el diario de Simón Tebcheranny, el narrador que a modo de cronología recoge
los sucesos pertenecientes a Scorpio City, los cuales van desde Junio 9 de un año
no descrito hasta el Junio 9 del próximo. En este epílogo, se relatan los detalles
de lo que en la novela como tal no se contó como por ejemplo el final de Zelia, (la
voz silenciosa de la historia) y los hilos que hacen de Scorpio City una historia
realista y veraz.
__________________________________
198. Ibíd., p. 144.
199. Ibíd., p. 150.
113
Simón parece por fin lograr vincularse a la novela de manera directa, se establece
como aquel elemento faltante en la trama y que sólo ahora a la luz de lo contado
por Zelia adquiere protagonismo y concreción. “¿Cómo supieron que tu amigo
había muerto en los conductos de las aguas negras?, Su novia regresó del
exterior y emprendió una campaña para encontrarlo”200. Aquí sustenta lo que él
sabe sobre el final de Sinisterra. “Con ayuda de los bomberos revisaron las
alcantarillas de las calles cercanas, y en efecto encontraron un cuerpo semi-
devorado por las ratas… ¿sí era él?- Lo reconocieron por la dentadura. Después
te persiguieron a ti-aún me persiguen. Gladys me hace un gesto para que nos
vayamos. Pido la cuenta y le agradezco a Zelia su confianza”201. Termina
revelando que tanto su vida como la vida del inspector cuando la tenía corren
peligro, logrando quizás convertirse en la voz oficial de la novela y por qué no en
el verdadero detective de la misma. “Trabajo en la novela cuatro horas en la
mañana y cuatro horas en la madrugada, durante mis largos insomnios, es una
empresa agotadora…Después me recobro y vuelvo a coger fuerzas para
continuar. Siguen vigilándome día y noche. Espero que no me asesinen antes de
concluir una versión completa de la novela”202.
__________________________________
200. Ibíd., p. 164.
201. Ibíd., p. 164.
202. Ibíd., p. 170.
114
CONCLUSIONES
Recapitulando un poco sobre lo que en este trabajo se ha intentado hacer, es
preciso considerar que nos hemos encontrado con una obra de unas
características bien definidas y peculiares, las mismas que la rotulan sin lugar a
duda como una novela de la nueva vanguardia literaria. Lo anterior, está en íntima
relación con la clase de historia que se gesta alrededor del detective (Leonardo
Sinisterra), su relación con la investigación, el nivel de compromiso que en un
principio tenía pero que mas tarde termina abandonando gracias a la presión de
un ente mayor, así como de los por menores del deterioro de su persona, de su
alma consciente.
Reconocer que la estructura de Scorpio City apunta hacia un nuevo paradigma
literario, debe ser sustentado desde el cambio de perspectiva de la trama,
atendiendo a la manera como se pasa de un terreno público donde coexisten
diversos personajes involucrados con la investigación, hasta llegar al campo
íntimo y personal del detective venido a menos. Así pues, podríamos acotar sin
temor a equivocarnos que el tránsito de lo práctico y rutinario del proceso
investigativo por parte de la inteligencia policial de uno o varios crímenes (lo cual
tipificaría a la obra de una manera puntual) a la existencial fisura de un personaje
que no encaja en un sistema al cual pertenecía con algún tipo de prestigio, da
cuenta del deseo del narrador por mostrar una realidad sin máscaras y sin
pretensiones de conservar al protagonista como héroe clásico de la novela
policíaca.
115
De la misma manera como se ha construido el tejido de hechos y sucesos dentro
de la obra como piezas únicas y necesarias del acontecer criminal, el narrador
merodea por los terrenos omnisapientes de cada episodio de la obra, sabe,
conoce y predice el por qué de cada cosa, está en relación con la mente de
Sinisterra, le habla desde allí, desde sus recuerdos anhelos y miedos y sin
involucrarse en principio de manera directa sí deja claro su compromiso con la
historia que parece afectarlo también a él.
Existe algo a lo que le apuesta el hilo narrativo de Scopio City y tiene que ver con
la configuración de la ciudad como una entidad viva e incidente en el desarrollo de
la historia, como poseedora de autonomía y fuerza para estar por encima incluso
del mismo hecho criminal o mejor para ser ella misma una entidad criminal. Esta
personificación de la ciudad, es la que viene a dimensionar lo que se planteó
desde un comienzo como un objetivo fundamental del presente trabajo bajo la
óptica criminal dentro del escenario urbano, puesto que más allá de los personajes
y colectividades que son representaciones criminales en la novela, la ciudad
traspasando los límites de lo que es simplemente un escenario, se convirtió a la
luz de los hechos en estructura criminal de una realidad cotidiana.
Aprendimos obviamente que antes de ser la ciudad un personaje de la obra, se
debía de haber considerado como algo inmaterial, como espacio más que
territorio, como casa de los hombres, como el lugar para ver emerger la cultura y
tradición de una comunidad en particular. Claro está que las anteriores
concepciones de la ciudad están en íntima relación con la lectura de la misma
dentro de la obra. Todo fue el resultado de la real dimensión que arrojó la
narración, ya que ante la presencia del hombre con toda su fuerza de expansión y
capacidad de destruir de manera criminal lo que él mismo había construido, se
debía cotejar su presencia con la incalculable majestuosidad de la ciudad
escorpión.
116
Para determinar cuánto hay de criminal en Scorpio City, se debe entender que la
obra en sí es criminal en la medida en que no encaja del todo dentro de ninguna
concepción clásica. Se dice ésto, gracias a que ni siquiera lo narrativo, la
configuración del protagonista detective, ni el desenlace de la historia, obedecen a
la estructura fundamental de la novela policíaca; tampoco a la famosa novela
negra, puesto que vemos en Scorpio City todo un híbrido de los anteriores
géneros. Nada es definido dentro de la obra de Mendoza.
Dentro de lo moral que de igual forma era un objetivo claro para alcanzar en estas
páginas, se debe aclarar que en perfecta sintonía con la ciudad antrópica
encontrada en Scorpio City, existe una clara oposición entre el hecho criminal
como una agresión directa a la moral, en la medida que aquel individuo(s) que
comete un crimen está violando las normas preestablecidas en el seno de una
sociedad, está desestabilizando el orden y la convivencia, así como entender que
no se puede hablar de moral en un contexto diferente al contexto urbano, lugar
donde habitan los hombres, donde las cosas cambian y por tanto debe repensarse
la teoría moral, alejarla del dogma religioso que no concibe dentro de su
acartonado pensamiento el cambio social gestado en las ciudades.
Ahora nos enfrentamos ante la moral clásica castrense que no concibe un sólo
punto de quiebre porque ya se estaría hablando de una violación de la misma y la
moral social que evoluciona y se aplica a un contexto determinado. Estos dos
conceptos hallados en Scorpio City resumen en gran medida la moral de la obra
en el escenario citadino, una mentalidad religiosa capaz de matar por sus
convicciones y una moral social atacada por la intolerancia del dogma disfrazado
de doctrina para la salvación universal.
117
Existe algo de lo que se puede tener total seguridad en cuanto a la aparición de la
moral en la obra. Tiene que ver ésto con la camaradería del grupo denominado
por Mendoza como “la tribu”, ya que cuando Sinisterra vagabundea de aquí para
allá y de allá para acá sin ningún rumbo, encuentra lo más parecido a una
verdadera familia. Lo atienden, le dan dignidad al considerarlo como un personaje
que de alguna manera perdió sus abolengos y que ahora como todos ellos está en
desgracia. Esta congregación, se forma gracias a la necesidad grupal de cuidarse,
de darse la mano en verdadera comunión, como proclama la teoría moral
enfocada al cambio social, adecuada a las necesidades inmediatas.
Para retomar a la ciudad como escenario donde campea la moral, hay que
reflexionar desde dónde se considera a la moralidad como un régimen de servicio
estático, encerrado en viejas y desgastadas costumbres. El mundo que se erigió
bajo sistemas de comportamiento rígidos, está ahora en franco cambio, está
sometido al vertiginoso crecimiento de sus calles, de sus parcelas llamadas
barrios, de su alma llamada parques. El problema que aquí resulta, tiene que ver
con el hecho de que el hombre de ciudad, sometido a los movimientos del nuevo
mundo, termina insertado en un sistema que borra su identidad, lo mezcla con los
demás seres habitantes de la urbe, convirtiéndolo en otro más, en otra abeja de la
colmena, lo transforma en transeúnte, en ser que está en constante trance.
No es nuevo decir que las ciudades se mueven, evolucionan y proyectan su futuro
más allá de los documentos que las crearon. Por tanto, el hombre que la habita
debe y tiene que modificar sus hábitos, transformar su día a día para acomodarse
en el nuevo entorno, en su nuevo hábitat. Si ésto es cierto, entonces la moral de
Scorpio City, es aquella que debe considerarse como la recién creada perspectiva
de vida, donde los hombres deben enfrentar sus creencias, atreverse a transgredir
sus convicciones si es que quieren estar en la tierra prometida.
118
Dentro de las ciudades se crean espacios únicos y verdaderos, los mismos que
vienen a determinar la cantidad de rincones donde habita el hombre urbano. Se
dice a menudo según los decoradores y aquellas personas especializadas en
crear hábitats dentro de la cuidad, que lo que cada individuo necesita para una
vida plena en medio de sus afanes y rigores de una rutina implacable, es convertir
las paredes, ventanas, pisos y demás componentes de la casa en un lugar cálido,
familiarizado con la tradición humana, afectivo, rodeado de buenas energías y
ante todo lograr que parezca lo más natural posible, ya que los acartonados y
estáticos muebles deben quedarse en la oficina. Este breve comentario sobre el
enfoque mobiliario, no es de ninguna manera un acercamiento acertado a la
mencionada especialidad, más bien es reflejo del interés por evidenciar la
presencia de lo que antes se mencionó como energía, pero que para nuestro
interés particular llamaremos poesía
En la relación entre hombre y ciudad aparece el espacio cargado de historia, la
misma que éste construye a diario, dotando de sentido cada silla, cada ventana.
No obstante, es de reconocer que no solamente cuando el sol brilla o cuando el
jardín florece surge la poesía, ya que con Scorpio City aprendimos a valorar la
contrapoesía, lo raro y a veces grotesco de un lugar, lo lúgubre y hasta peligroso
de una situación. En últimas, cuando se habla de escenario poético, se hace
referencia al lugar donde habita la historia de los hombres, las voces encerradas
en los muros, colgadas de los zarzos.
Porque la ciudad es nuestra casa y porque en ella nos encontramos con nosotros
mismos, se pudo reconocer a la ciudad escorpión como la choza de concreto
donde los hombres veían su reflejo de desdicha, su misma fisonomía de miedo y
confusión. Es entonces el ser que se siente ciudad, ya que tanto sus huellas como
119
su silueta enmarcada en las paredes lo hacen reconocible para sí mismo como
habitante de la urbe, como ciudadano.
Mendoza en la voz de su narrador nos describe lugares y escenas como si fueran
detalles delicados de una galería poética, nos abre la mente a nuevos conceptos
de forma y contenido. Dicho en otras palabras, lo poético en Scorpio City no
siempre se presentó como evocaciones manifiestas en una lírica urbana a partir
de lugares definidos, también fue el recurso empleado por el narrador para
presentarnos su fuero interno a través de una situación particular.
Continuando con el aspecto poético que fluctúa en el escenario citadino de
Scorpio City, pudimos contemplar la magnitud tanto de ancho como de largo de la
inserción del hombre en su entorno. Por tanto, si en un comienzo avizoramos tal
relación, ahora estamos en capacidad de establecer el grado de compenetración
entre ambos; ya que el hombre al vivir con plenitud el espacio sensible, está
viviéndose a sí mismo, está obteniendo para sí, una radiografía de la envergadura
de su sustancia urbana, está demostrando cuánto puede llegar a afectarse por
cada movimiento de la ciudad y quizás como todo cuerpo vivo, logre envejecer a la
par para luego ser solamente él quien muere. Aquí, se rompe dicha unión, puesto
que uno es un mortal que adquirió la fisonomía de la ciudad que lo coacciona y la
otra es un elemento inmortal que en siglos no sacia su apetito voraz.
120
Es la ciudad según lo hasta ahora planteado un producto de la sociedad, pues
aunque se puedan levantar construcciones y planificar desde lo geométrico una
ciudad común, será la sociedad la que creará la cultura, la cual le sirve como
identificación y punto diferencial con respecto a otros lugares. Será esta
manifestación la que trace el lindero de cada lugar y no una ley que se pronuncie
informando hasta dónde llega un lugar determinado; sin embargo, ya esta
consideración la había contemplado delgado cuando al citarlo en este trabajo
conceptuaba que el territorio nace de una ocupación física y lo urbano de una
práctica reflejada en cada miembro. En esta práctica, resaltamos el escenario de
la ciudad de la obra trabajada desde lo criminal a manera de conducta inmoral y
altamente peligrosa, lo moral como cognición social de un nuevo mundo y lo
poético como aquellos encuentros cotidianos con espacios evocadores.
En síntesis, después de haber recorrido las ciento setenta páginas de Scorpio City
buscando algo que evidencie el fenómeno urbano desde la óptica criminal, moral y
poética, queda el sabor de que el crimen sustentado en creencias y juicios de
valor, la moral enfocada a una nueva sociedad permeada por las convicciones
coyunturales de una cultura en crisis y lo poético como recurso para darle prestigio
al vertiginoso régimen de la obra, no son más que paliativos de fuerza de nuestra
desgastada ciudad escorpión.
121
LA CIUDAD COMO ESCENARIO PARA LO CRIMINAL, LO POÉTICO
Y LO MORAL EN SCORPIO CITY DE MARIO MENDOZA
Su aporte pedagógico en los grados décimo y undécimo
Considerando lo estipulado por la ley general de educación, según la resolución
2343 de 1996, en lo que respecta a los indicadores de logro y lo consignado en la
sección quinta como indicadores de logros curriculares comunes para los grados
Décimo y Undécimo de la educación media y en lo que puntualmente se refiere a
Lengua Castellana, podríamos suponer un alto grado de pertinencia del enfoque
de la ciudad desde lo criminal lo poético y lo moral en Scorpio City para el
desarrollo de ciertos procesos académicos puntuales y necesarios en los grados
mencionados.
Citando algunos de los indicadores propuestos por la ley: “identifica y da cuenta de
las características de diferentes momentos, corrientes, obras y autores de la
literatura y del sentido que tienen dentro del contexto cultural universal”203.
Reconocemos que en cierta medida, la consolidación de la estructura de la novela
en cuestión, como algo más complejo de lo que se ha conocido por la teoría
literaria en lo concerniente a los géneros, estimularía al estudiante a plantearse
incógnitas sobre lo que ha leído sobre lo policíaco y ha tratar de reconocer los
destinos de la literatura dentro del contexto latinoamericano.
__________________________________
203. Ley General de Educación. Ley 115 de 1994. Edición actualizada año 2009.
Bogotá: Momo ediciones, 2009. P. 275-276
122
Siguiendo la línea planteada por la ley, llegamos al indicador que nos habla del
reconocimiento por parte del estudiante de las diferentes voces y frentes de
información en los textos, así como la identificación de los contextos socio-
históricos de las distintas obras gracias al contenido de los mismos textos. Con
respecto a ésto, acotamos que la intimista y personal manera como se diluye la
voz que nos narra a Scorpio City y los discursos a modo de programa radial,
diarios y posiciones de los personajes, ponen al estudiante ante traslación de
perspectivas en cada situación, así como la enfrascada problemática social
evidente en la obra, converge en la identificación del contexto particular y actual
de una ciudad que nos circunda.
Si tenemos en cuenta que el estudiante en este momento, debe identificar a la
obra literaria como un producto estético en relación con las demás producciones
culturales, debemos aceptar que lo poético de la ciudad en relación con la
arquitectura de la misma también entendiendo a ésta como expresión estético-
cultural, lleva al educando a comprender la real dimensión del lugar donde vive (en
esta caso la ciudad) y aceptar que el mundo quizás ficcional de la novela es el
mundo de los desencantos de hoy, contrastado con los fragmentos evocadores y
nirvánicos de una sociedad reflejada en las calles.
Desde lo moral, el estudiante estaría en capacidad de poner en marcha los
mecanismos de la ética comunicativa, respetando la posición del otro así como la
suya como miembro de un colectivo. Si se recuerda que el pilar sobre el cual se
erige la moral en Scorpio City, es la moral deslegitimada por el hecho criminal en
la medida que el individuo(s) quien comete el crimen, evidencia una falta de
cognición social, un retraso histórico por no entender las inclinaciones sexuales de
un grupo habitante de la urbe.
123
Cuando se menciona en los objetivos tenidos en cuenta en este momento que el
estudiante reconoce el tipo de información recibida y que asume además una
actitud crítica ante ésta; estamos invitados a pensar que lo planteado de la ciudad
como fenómeno moral, criminal y poético en Scorpio City, incluye de por sí una
intención por parte del autor, se intuye que se intenta perfilar un camino ideológico
orientado al realce de una problemática nacional. Ante la cual, el estudiante de
igual forma debe asumir su posición ya que dadas las características del grado
cursado por él, debe vincularse dentro de poco a la sociedad expresada desde su
lado más oscuro en la obra trabajada.
La transversalidad en el quehacer educativo, nos habla de una serie de
estrategias que el docente debe poseer para lograr vincular ejes temáticos que en
un principio se encuentran aislados dentro de un mismo proceso, o sea que se
debe involucrar de una manera pertinente y eficaz, varios temas dentro de uno
mucho mayor. En el caso particular de Scorpio City, el tema de la degradación
social por las drogas, el cual termina degenerando en violencia de uno u otro tipo,
expresa la necesidad de plantear discusiones en el aula desde una perspectiva
histórica, religiosa o literaria en el ámbito de la cotidianidad escolar.
Dentro de los nuevos paradigmas de la ética ciudadana o competencias
ciudadanas, el cual es un tema que ha venido tomando fuerza por estos días en
el contexto político y por supuesto académico, Lo estimado en Scorpio City, desde
la óptica moral, como estructura de la nueva fisonomía del mundo moderno, lo
criminal como patología de la sociedad envenenada por los miedos de una ciudad
que engulle y lo poético como un recurso para edificar desde lo estético las formas
de una ciudad evocadora, viene a jugar un papel importante para insertar
mediante la discusión en el aula al estudiante habitante de la urbe, incentivar la
búsqueda de los espacios dentro del contexto compartido, así como relacionar lo
planteado en la obra con su misma realidad.
124
Construir la dimensión cultural de su casa, reconocer los espacios que recorre a
diario, enfrentarse a la cotidianidad desde la posición del ser que piensa dónde
está parado y no desde el individuo que sin saberlo como la planteó el trabajo está
en constante trance, es lo que se podría lograr con el trabajo de Scorpio City en la
escuela desde la dimensión ya planteada. Consolidar la metáfora del hombre en
oposición a la linealidad de la historia, reclamar el derecho evolutivo de la
sociedad habitante de las ciudades, dotar de personificación a éstas ya que a la
par del hombre se convirtió en actor de un presente para todos.
Si atendemos a lo expresado en Shishkin cuando habla de una moral dividida
según las clases y según la evolución de cada una dentro de los nuevos
comportamientos, así como lo plantea Bilbeny en cuanto a la cognición social a
manera de recurso para la efectiva inserción dentro de los nuevos sistemas,
tenemos que considerar que para el desarrollo de este tipo de competencias, el
trabajo realizado sobre Scorpio City cooperaría en la medida en que abre los
espacios para la reflexión sobre la vida en las ciudades; reconociendo el foco de
propagación humana como factor generador de violencia y demás circunstancias
adversas de una modernidad gastada por los cambios de su mismo eje.
Su aplicación
Partiendo de los presupuestos que el estudiante de grado décimo y undécimo
tiene a cerca no sólo del lugar donde vive sino de las discusiones que al rededor
se han gestado, estamos obligados a pensar que dialogizando las experiencias en
la ciudad, compartiendo temas de carácter personal y público sobre el devenir de
cada uno dentro de la misma estructura urbana, se realizaría de una manera
acertada el vínculo del escenario citadino desde los tres aspectos mencionados
anteriormente al devenir académico en los grados ya considerados.
125
Cada estudiante debe tener muy claro y definido el concepto de cada una de las
categorías. Por ejemplo, debe saber qué es moral y cuál es la dimensión que ésta
adquiere dentro del trabajo; así como establecer el presupuesto del hecho criminal
a lo largo y ancho de la historia, sin dejar de lado qué se entiende por poesía
como manifestación humana. Luego de sentar las bases teóricas que logren dejar
una pequeña luz sobre el concepto, se pasa al sentido pero ya desde lo
sociocrítico, o sea que se puede en esta instancia considerar qué tipo de moral se
vislumbra en el horizonte de Scoprio City, qué grado de incidencia tiene en la
novela lo criminal y de qué manera lo poético constituye una parte importante en el
devenir urbano.
Es posible pensar que dadas las características particulares de Scorpio City, es
necesario abordarla desde un abandono total de cualquier predisposición moral,
política o religiosa, puesto que la columna vertebral de la obra está direccionada a
presentar una nueva propuesta estética desde lo narrativo, desde la construcción
de escenarios y personajes diferentes. Lo anterior, reivindica la estructura general
de la obra y la enfrenta con los cánones o corrientes literarias anteriores,
permitiendo que en el contexto escolar se logre aportar teóricamente a una novela
que además de lo mencionada es nueva. Lo cual, se presenta como elemento
sugestivo y emocionante para darle el perfil más adecuado a la ciudad escorpión.
Para concluir en lo que atañe al componente pedagógico de Scorpio City desde lo
moral, lo criminal y lo poético, hay que decir sin temor a equívoco, que la
propuesta que intenta involucrar a esta obra con la experiencia académica, tiene
su fundamento en la conciencia de una sociedad moderna, acatando sus
vicisitudes y desencantos, reflejados en una cotidianidad sin rumbo; descritos por
la voz de un narrador inserto en tal problemática, creando el conflicto entre la
ficción que intenta proponer y la realidad que la desborda.
126
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