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Universidad de ChileFacultad de Filosofa y HumanidadesDepartamento de LiteraturaCurso Esttica IlustradaProf. David Wallace

Prueba N2: Lo sublime

Constanza Gmez Melndez21 Agosto 2015

El concepto de lo sublime implica una paradoxa desde su aparicin, pues se instala como el problema de la manifestacin, la presentacin de lo irrepresentable, de aquello que el ser humano no puede abarcar. Este problema surge con Pseudo Longino, en el tratado Pery Hypsos, en donde ste aborda lo sublime, lo elevado en el arte, desde la dimensin retrica, constituyendo un manual que pretende, en primer lugar, describir el objeto, y en segundo lugar, proponer un mtodo para conseguirlo. Contrario a Aristteles, que situaba lo sublime en la inventio, Longino lo sita en la elocutio, en la experiencia sensible del decir, y su elaboracin por medio de recursos tropolgicos. Lo sublime es, entonces, esta cima en la excelencia del discurso, alcanzada por los ms grandes poetas y escritores. La experiencia sublime se vive como un xtasis, como un arrobamiento que atrapa al sujeto, y prevalece sobre lo persuasivo, que depende de la aceptacin del sujeto, pues lo sublime implica una violencia ejercida sobre ste, a la que es incapaz de resistirse. El hombre, determinado por la naturaleza como el espectador ms ambicioso de ella, tiene siempre a la mano lo necesario para su subsistencia material, pero posee una tendencia innata hacia lo grande, hacia lo elevado que supera a lo humano y lo libera, pues toda sujecin a lo nicamente fsico, y el amor al placer, hace esclavo al hombre, y la esclavitud es la prisin del alma (idea que ser retomada por Schiller). En el lenguaje, esta grandeza de pensamiento se manifiesta en lo prodigioso, en el sentimiento de grandeza y tambin de terror que sobrecoge al hombre, que le permite apreciar la amenaza desde una posicin de seguridad. Lo sublime siempre incluye el temor, y, sin agotarse en s mismo, lleva a una reflexin. Segn el tratado, la naturaleza acta como fuente originaria de toda produccin, pero debe ser apoyada por el arte (como tcnica), para producir la experiencia sublime. Kant lleva esto totalmente hacia el sujeto, establecindolo como el punto de partida para esta experiencia. Lo sublime proviene completamente desde el nimo del hombre, y de su juicio sobre el objeto. El desarrollo de la razn llevar a la conquista de su autonoma, y esta razn es el destino irrenunciable del hombre, un torrente del que, una vez ingresado, ya no puede escapar. En esta aprehensin del mundo mediante la razn, el juicio esttico refleja, la capacidad del hombre de reflexionar sobre algo. Y, para ser sensible, debe estar desprovisto de todo inters relacionado con el objeto y todo concepto sobre l. En otras palabras, una sensibilidad pura, un fin sin finalidad (de donde surgir la idea de autonoma del arte). El juicio de gusto se complace solamente en la representacin, sin considerar el beneficio que otorga el objeto o la dependencia de l, que lo llevara a considerar el objeto como algo agradable o bueno, encontrando placer no slo en l, sino en su existencia. Y, as como este juicio no se funda en un inters, tampoco debe suscitarlo (lo que lo convertira en un juicio moral). Su complacencia se basa solamente en la contemplacin, si fundarse en conceptos, y al mismo tiempo, se pretende universal. Vale decir, partiendo desde una experiencia sensible objetiva, el sentimiento de lo bello y lo sublime, que es doble, se pretende subjetivo, y vlido para todos los hombres. Kant da diversos ejemplos de ello, aludiendo al uso que se hace del concepto, como si se le atribuyera al objeto una caracterstica que debe ser evidente para todos. Este sentimiento doble diferencia sus dos partes en relacin a la forma: lo bello atae a la forma del objeto, a su limitacin, en cambio, lo sublime atae a la representacin de lo ilimitado, con el aadido del pensamiento de su totalidad. Lo bello, adems, conlleva un sentimiento de promocin de vida, mientras que lo sublime slo surge, indirectamente, de un momentneo impedimento de las fuerzas vitales y su posterior efusin. El placer contenido en lo sublime contiene una admiracin y respeto mezclado, como en Longino, con el sentimiento de terror. Kant lo denomina: placer negativo. El sentimiento de lo sublime ejerce una violencia sobre el hombre, pero de una calidad tal que es juzgado como ms sublime mientras mayor sea el efecto. Kant diferencia entre lo sublime matemtico: referente a la grandeza, a aquellos fenmenos de la naturaleza cuyo grandor slo es comparable a s mismo, y que conlleva la idea de su infinitud, y lo sublime dinmico: referente al poder que ejerce la naturaleza sobre nosotros. Ambos conceptos refuerzan dos ideas centrales. Por una parte, el sentimiento de displacer que implica lo sublime, respecto a la inadecuacin entre la razn y la imaginacin en el encuentro con lo infinito, y el placer que deriva de sta inadecuacin, a la cual el ser humano aspira (la grandeza de la naturaleza que, sin embargo, se vuelve pequea en comparacin con las ideas de la razn). Por otra parte, se refuerza la idea de lo sublime como algo perteneciente enteramente al sujeto, pues ste es consciente de su superioridad sobre la naturaleza en s mismo, pero tambin del poder de la naturaleza que desafa su fuerza. Slo en referencia a esta idea puede el hombre llegar a la idea de la sublimidad de aquel ser que infunde respeto por su poder, mediante la potencia del hombre de juzgar a ese poder sin temor y pensar lo sublime por sobre l. La idea de la autonoma de los sujetos contina con Schiller, que propone que la condicin principal del ser humano es su libertad, la no-obligacin a realizar un acto en contra de su voluntad. Para asegurarla, el sujeto se propone por sobre la naturaleza, incluso cuando esta intenta imponerse sobre l, aceptando esta imposicin antes de que se produzca, lo que consigue por medio del raciocinio y la sensibilidad, pensando su posicin con respecto al mundo en sus propios trminos. En este contexto, lo sublime surgira como un escape al mundo sensible, mundo en el cual el sentimiento de lo bello (que es nicamente material) mantiene atado al hombre. Lo sublime, para Schiller, se encuentra en la naturaleza, pero la capacidad de percibirlo, el sentido del gusto, se encuentra en el hombre. Este sentido se desarrolla primero que las dems capacidades, pero slo alcanza su madurez luego del desarrollo del entendimiento y el corazn. El gusto se cra a travs del arte, que posee las ventajas de la naturaleza pero sin sus limitaciones, y que se pone al servicio de este impulso liberador del hombre. La materialidad del arte es pertinente por cuanto el encanto sublime se consigue a travs de la apariencia y no en la realidad efectiva. En el momento del encuentro, se produce el sentimiento mixto de lo sublime, que incluye el dolor exacerbado hasta el estremecimiento, y el placer, llevado hasta el punto del xtasis. El momento sublime es siempre un arrebato violento, que exalta al hombre y se apodera de su nimo. Genera una contradiccin entre la razn y el sentimiento, pero es en esta contradiccin en donde, para Schiller, recae el encanto de lo sublime y la prueba de la autonoma moral definitiva del sujeto, que es capaz de lidiar con dos sensaciones contradictorias dentro de un mismo sentimiento. Burke contina la idea de la capacidad del gusto como el elemento que permite la percepcin de los placeres (y, por tanto, de lo sublime). El gusto dice relacin tanto con stos placeres sensoriales como con la imaginacin, entendida como el poder creativo de la mente, que crea a partir de la disposicin de las percepciones, y con las conclusiones de la facultad de razonar. Esta capacidad debe ser, como se haba visto hasta ahora, refinada y entrenada para poder emitir un juicio acerca de las obras de la imaginacin humana y las artes. Es mediante la representacin del arte como se consigue el efecto sublime en el sujeto, para lo cual Burke enumera y explica una serie de recursos y la forma de utilizarlos para favorecer su grado de sublimidad, en una suerte de manual retrico semejante al de Longino. Favorece, asimismo, la escritura y la descripcin como forma de transmitir las afecciones de la mente y las emociones ms intensamente que en la pintura. La diferencia que marca la teora de Burke es la predominancia del dolor en la dicotoma placer/dolor que produce el sentimiento de lo sublime. Primero, se plantea en contra de la idea del placer como lo siguiente a la remocin del dolor (que denomina deleite), o al dolor como lo que acompaa a la remocin del placer (que es ms cercano a la indiferencia). El placer y el dolor en s son positivos, en el sentido de que no son opuestos entre s ni dependientes uno del otro, aunque s relacionados. Pero, dentro del amplio espectro de situaciones que producen ambos sentimientos, que mueven las pasiones del sujeto, el dolor y el peligro son pasiones ms poderosas, en tanto que remiten directamente a la auto-conservacin del individuo. Lo sublime es la emocin ms fuerte que la mente es capaz de sentir, y dentro de las emociones ms fuertes, la belleza, que se asocia con una cualidad social, que produce ternura y alegra al contemplarla, o lo sexual, que produce gran placer pero cuya ausencia no implica grandes dolores, son desplazadas por el sentimiento de horror. Ningn placer derivado de causa positiva le pertenece a lo sublime, su emocin es una de miedo, un estado del alma que provoca la anulacin del raciocinio, y la paralizacin de todos los movimientos del cuerpo, con cierto grado de horror debido a la consciencia del peligro al que se est expuesto. Todo lo que el sujeto no comprende (la infinitud, la inmensidad, la magnificencia) lo impresiona ms. El sentimiento sublime incluye el placer en el aspecto de la proximidad: en la contemplacin de lo terrible desde una posicin de seguridad que mantiene el carcter afectivo de la auto-conservacin. Pero el verdadero impacto est puesto en la dimensin de lo terrible. Lo sublime ya no es cuestin de elevacin, como en Longino, sino de intensidad. Lo terrible, lo inabarcable, lo sublime es el intento perpetuo del arte por expresar lo infinito, para lo cual no existe objeto ni fenmeno adecuado. As lo entiende Hegel, que distingue entre lo sublime, esta instrumentalidad que es la nica forma en que el arte puede pretender intuir al Dios inexpresable, y la sublimidad, que presupone el significado en una autonoma en la que slo lo externo puede ser sometido, lo interno o esencial siempre va mas all y no accede a la representacin. El Dios carece de figura, no puede estar al alcance de la intuicin. Lo nico accesible es lo externo, la referencia de Dios al mundo por l creado, y la exteriorizacin del pensamiento y la potencia ideal del hombre por medio de la palabra (una vez ms, privilegio de la escritura en el arte). La sublimidad est permanentemente ligada por el hombre al sentimiento de la propia finitud y la insalvable distancia con Dios. La nica decisin del individuo es su adecuacin o inadecuacin en esta relacin con lo absoluto (obediencia u oposicin, satisfaccin o dolor). Hegel transforma lo singular, la relacin particular del hombre con el mundo, en una experiencia universal. Slo concibiendo al mundo somos capaces de habitarlo, pero slo lo concebimos a travs de nuestra propia construccin. Por lo tanto, el hombre slo habita en s mismo. Se reelabora la idea de Schiller: la relacin del sujeto con el mundo se vive en la medida en que se elabora a partir de su propia concepcin. Hegel va un paso ms all: considera que la alienacin es condicin para el sujeto de existencia en el mundo, pero que el ser humano de acerca a la autoconsciencia, y que esta progresiva lucidez de la humanidad llevar eventualmente al fin de todos los elementos trascendentes, que articulaban de sentido a los pueblos. Una vez muerto el arte, Dios y la filosofa, ya no hay vuelta atrs. El arte ya no es representacin divina, ni promesa de trascendencia, sino pura materialidad. Lyotard reflexiona sobre el concepto de lo sublime en la modernidad, sobre el surgimiento y el cambio que sufre re-interpretado sucesivamente por las vanguardias. Lo esencial a lo sublime es la representacin de lo irrepresentable, y en su intento por conseguirlo los diversos movimientos artsticos ponen en juego uno tras otro sus mtodos, pero la condicin de las vanguardias es una permanente paradoxa: pasar por una breve fase rupturista y una rpida institucionalizacin, para volverse una disciplina estable que sigue dejando el objeto no-objetual de lo sublime en un ms all no aprehensible. Lo sublime pasa a formar parte de la economa capitalista, de la idea de la riqueza o el poder infinito, reelaborndose en funcin de un pblico, de ciertas exigencias o condiciones de produccin. El arte que se pretende exitoso se dosifica entre elementos de lo conocido y aspectos sorprendentes, entre extractos de xitos ya probados en el mercado amalgamados con adornos que suenen a nuevo. Cree expresar un espritu temporal, pero se mantiene dentro del sistema econmico. En esta situacin, Lyotard sita la clave para innovar precisamente en el acontecer permanente, en el hacer que sucedan cosas, que es la tarea vanguardista. No un ms all, de otro tiempo y otro mundo, sino un now, un arte que no imita a la naturaleza, sino que crea un espacio paralelo en donde tiene cabida todo aquello que produzca el choque, el asombro arrebatado. El gran cambio reside en atraer lo sublime, lo inexpresable, hacia este acontecer. El acontecer de lo sublime es, para Nancy, el fin definitivo del arte en todos los sentidos. Lo sublime es el desafo final de la esttica, la pregunta por la destinacin del arte, y por su rebasamiento. La condicin del arte es su presentacin, y su re-presentacin, pero lo sublime pone en jaque a la esttica cuando presenta aquello que no puede ser re-presentado, cuando lleva a la misma condicin del arte al lmite de su razonamiento. Lo sublime es el pensamiento decisivo sobre lo bello y el arte como tales, pone en juego a la presentacin misma. Si la forma, lo limitado, es el asunto de lo bello, lo ilimitado es al asunto de lo sublime, pero instala una paradoxa porque lo infinito no puede re-presentarse, pero se presenta: lo ilimitado se sita al borde del lmite, muestra su comienzo y se extiende sin final. Lo sublime se instala, entonces, permanentemente en este con-tacto, en este rozar el principio de un movimiento que no es agitacin, dibujando la lnea inicial de un contorno que no termina nunca, una lnea que se desplaza al infinito sin desplazarse. No es una ausencia, pero no es una figura delimitada y su nica posibilidad de existencia consiste en no llegar a serlo. Nancy propone cambiar de sentido, pasar de la vista al tacto. Lo sublime es un sentimiento, la emocin del sujeto en el lmite, en donde slo la imaginacin puede exceder ese lmite, desbordarlo, y tocarse a s misma, abismarse para sumergirse en la satisfaccin de la unin (unin no al objeto, sino a la operacin: al lmite). El tacto lleva a la emocin de lo sublime, que no es complacencia ni satisfaccin, pero que es placer y pena, la ambivalencia de la sensibilidad que conmueve al sujeto. Lo sublime, ahora, no es ms elevado, no est por sobre lo bello, pero est en su levantamiento ilimitado, en el contacto con la obra y no en su forma, en el goce que conmueve y que no solamente agrada. El arte es sublime cuando es expuesto y ofrecido.

Bibliografa- Burke, Edmund. Indagacin filosfica sobre nuestras ideas acerca de lo bello y lo sublime. Madrid: Tecnos, 2001.- Hegel, G.W.F. "El simbolismo de la sublimidad" y "El simbolismo consciente de la forma artstica comparativa" en: Lecciones sobre la esttica. Madrid: Akal, 1989.-Kant, Emmanuel. Textos estticos. Santiago: Andrs Bello, 1983.- Lyotard, Jean-Franois. "Lo sublime y la vanguardia" en: Lo Inhumano: charlas sobre el tiempo. Buenos Aires: Manantial, 1999.- Nancy, Jean-Luc. "La ofrenda sublime" en: Un pensamiento finito. Barcelona: Anthropos, 2002.-Pseudo Longino. De lo sublime. Santiago: Metales Pesados, 2007-Schiller, Friedrich. "Sobre lo sublime" en: Escritos sobre esttica. Madrid: Tecnos, 1991.