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392 www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 55 (7): 392-398 ORIGINAL Introducción El daño cerebral adquirido (DCA) se ha definido como la lesión de cualquier origen que ocurre de forma aguda en el encéfalo y que causa en el indivi- duo un deterioro neurológico permanente que con- diciona un menoscabo de su capacidad funcional y de su calidad de vida previas [1]. Independiente- mente de la causa que lo produce, constituye un importante problema de salud en nuestra sociedad actual debido al incremento del número de casos y a los avances en el campo de la medicina y la tecno- logía, que han hecho posible una mayor supervi- vencia de las personas con lesión cerebral grave. Este aumento de la supervivencia se ha acompaña- do de un incremento en el número de secuelas, ma- nifestadas en diversas vertientes y que afectan no sólo al sujeto con DCA, sino también a sus familias y a su entorno social y laboral, con una notable re- percusión en su calidad de vida [2,3]. En cuanto a los datos epidemiológicos, según el Informe del De- fensor del Pueblo sobre Daño Cerebral Sobrevenido (2006), hay 300.000 personas en España viviendo con DCA; la principal causa son los accidentes vas- culares cerebrales (ACV), con alrededor de 200.000 afectados (el 22,8% de ellos menores de 65 años). La incidencia en España del traumatismo craneoence- fálico (TCE), la segunda etiología más frecuente de DCA, es de 2/100.000 habitantes/año (820 nuevos casos/año) con resultado de discapacidad grave y de 4/100.000 (1.640 nuevos casos/año) con resulta- do de discapacidad moderada [3]. Es bien conocido que el sujeto afecto de DCA presenta un patrón clínico heterogéneo, con dife- rentes limitaciones tanto físicas como en los aspec- tos cognitivos, conductuales y emocionales. Todo ello hace que el sujeto y su familia deban aprender a convivir con un funcionamiento físico, emocional, cognitivo y social disminuido [4]. En este sentido –y sin restar importancia a los déficits físicos–, las alteraciones cognitivas, conduc- tuales y emocionales son frecuentemente los déficits más discapacitantes, que determinan el funciona- miento psicosocial y la sobrecarga en el cuidador o Perfil del sujeto con daño cerebral adquirido en fase crónica en un recurso de atención sociosanitaria Sandra Rubial-Álvarez, María Veiga-Suárez Introducción. En nuestro país existen escasos recursos dirigidos a la atención del sujeto con daño cerebral adquirido (DCA) en fase posthospitalaria. En este nivel de atención, el Centro de Promoción de la Autonomía Personal de Bergondo se plantea como un recurso sociosanitario para facilitar la integración del sujeto con DCA en su entorno. Objetivos. Describir el perfil clínico de los sujetos integrados en nuestra unidad y valorar los objetivos de recuperación clínica y funcional en fases crónicas del DCA. Pacientes y métodos. Muestra de 105 sujetos admitidos en nuestro centro hasta diciembre de 2010, 86 hombres y 19 mujeres, con una edad media de 32,16 años y un tiempo de evolución más frecuente de menos de cinco años (64,76%). Se recogieron las variables sexo, edad, etiología, tiempo de evolución, diagnóstico de cambio de personalidad, medida de independencia funcional a la admisión, participación previa en programas de rehabilitación y existencia de objetivos de recuperación. Resultados. La principal etiología encontrada fue el traumatismo craneoencefálico (62,5%). El 54,28% recibía rehabilita- ción física a la admisión, mientras que el 49,52% había participado en intervenciones de neuropsicología. Se identificó a un 42,85% de sujetos con objetivos de recuperación física y a un 78,09% con objetivos en el campo de la neuropsicología. Conclusión. El perfil observado es el de un varón joven con secuelas derivadas de un traumatismo craneoencefálico de menos de cinco años de evolución, que ha recibido una escasa atención en el ámbito de la neuropsicología y que conti- núa recibiendo tratamientos de fisioterapia. Palabras clave. Atención sociosanitaria. Daño cerebral adquirido. Fase crónica. Neuropsicología. Rehabilitación. Trastorno de personalidad. Unidad de Daño Cerebral Adquirido. Centro de Promoción de Autonomía Personal de Bergondo. Imserso. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Bergondo, A Coruña. Correspondencia: Dra. Sandra Rubial Álvarez. Centro de Promoción de Autonomía Personal de Bergondo. Camiño Praia do Regueiro, s/n. E-15165 Fiobre-Bergondo (A Coruña). Fax: +34 981 791 672. E-mail: [email protected] Aceptado tras revisión externa: 16.07.12. Nota: Ambas autoras han contribuido por igual al manuscrito. Cómo citar este artículo: Rubial-Álvarez S, Veiga-Suárez M. Perfil del sujeto con daño cerebral adquirido en fase crónica en un recurso de atención sociosanitaria. Rev Neurol 2012; 55: 392-8. © 2012 Revista de Neurología

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  • 392 www.neurologia.com Rev Neurol 2012; 55 (7): 392-398

    ORIGINAL

    Introduccin

    El dao cerebral adquirido (DCA) se ha definido como la lesin de cualquier origen que ocurre de forma aguda en el encfalo y que causa en el indivi-duo un deterioro neurolgico permanente que con-diciona un menoscabo de su capacidad funcional y de su calidad de vida previas [1]. Independiente-mente de la causa que lo produce, constituye un importante problema de salud en nuestra sociedad actual debido al incremento del nmero de casos y a los avances en el campo de la medicina y la tecno-loga, que han hecho posible una mayor supervi-vencia de las personas con lesin cerebral grave. Este aumento de la supervivencia se ha acompaa-do de un incremento en el nmero de secuelas, ma-nifestadas en diversas vertientes y que afectan no slo al sujeto con DCA, sino tambin a sus familias y a su entorno social y laboral, con una notable re-percusin en su calidad de vida [2,3]. En cuanto a los datos epidemiolgicos, segn el Informe del De-fensor del Pueblo sobre Dao Cerebral Sobrevenido

    (2006), hay 300.000 personas en Espaa viviendo con DCA; la principal causa son los accidentes vas-culares cerebrales (ACV), con alrededor de 200.000 afectados (el 22,8% de ellos menores de 65 aos). La incidencia en Espaa del traumatismo craneoence-flico (TCE), la segunda etiologa ms frecuente de DCA, es de 2/100.000 habitantes/ao (820 nuevos casos/ao) con resultado de discapacidad grave y de 4/100.000 (1.640 nuevos casos/ao) con resulta-do de discapacidad moderada [3].

    Es bien conocido que el sujeto afecto de DCA presenta un patrn clnico heterogneo, con dife-rentes limitaciones tanto fsicas como en los aspec-tos cognitivos, conductuales y emocionales. Todo ello hace que el sujeto y su familia deban aprender a convivir con un funcionamiento fsico, emocional, cognitivo y social disminuido [4].

    En este sentido y sin restar importancia a los dficits fsicos, las alteraciones cognitivas, conduc-tuales y emocionales son frecuentemente los dficits ms discapacitantes, que determinan el funciona-miento psicosocial y la sobrecarga en el cuidador o

    Perfil del sujeto con dao cerebral adquirido en fase crnica en un recurso de atencin sociosanitaria

    Sandra Rubial-lvarez, Mara Veiga-Surez

    Introduccin. En nuestro pas existen escasos recursos dirigidos a la atencin del sujeto con dao cerebral adquirido (DCA) en fase posthospitalaria. En este nivel de atencin, el Centro de Promocin de la Autonoma Personal de Bergondo se plantea como un recurso sociosanitario para facilitar la integracin del sujeto con DCA en su entorno.

    Objetivos. Describir el perfil clnico de los sujetos integrados en nuestra unidad y valorar los objetivos de recuperacin clnica y funcional en fases crnicas del DCA.

    Pacientes y mtodos. Muestra de 105 sujetos admitidos en nuestro centro hasta diciembre de 2010, 86 hombres y 19 mujeres, con una edad media de 32,16 aos y un tiempo de evolucin ms frecuente de menos de cinco aos (64,76%). Se recogieron las variables sexo, edad, etiologa, tiempo de evolucin, diagnstico de cambio de personalidad, medida de independencia funcional a la admisin, participacin previa en programas de rehabilitacin y existencia de objetivos de recuperacin.

    Resultados. La principal etiologa encontrada fue el traumatismo craneoenceflico (62,5%). El 54,28% reciba rehabilita-cin fsica a la admisin, mientras que el 49,52% haba participado en intervenciones de neuropsicologa. Se identific a un 42,85% de sujetos con objetivos de recuperacin fsica y a un 78,09% con objetivos en el campo de la neuropsicologa.

    Conclusin. El perfil observado es el de un varn joven con secuelas derivadas de un traumatismo craneoenceflico de menos de cinco aos de evolucin, que ha recibido una escasa atencin en el mbito de la neuropsicologa y que conti-na recibiendo tratamientos de fisioterapia.

    Palabras clave. Atencin sociosanitaria. Dao cerebral adquirido. Fase crnica. Neuropsicologa. Rehabilitacin. Trastorno de personalidad.

    Unidad de Dao Cerebral Adquirido. Centro de Promocin de Autonoma

    Personal de Bergondo. Imserso. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Bergondo,

    A Corua.

    Correspondencia: Dra. Sandra Rubial lvarez.

    Centro de Promocin de Autonoma Personal de Bergondo. Camio Praia do Regueiro, s/n. E-15165

    Fiobre-Bergondo (A Corua).

    Fax: +34 981 791 672.

    E-mail: [email protected]

    Aceptado tras revisin externa: 16.07.12.

    Nota:Ambas autoras han contribuido

    por igual al manuscrito.

    Cmo citar este artculo:Rubial-lvarez S, Veiga-Surez M.

    Perfil del sujeto con dao cerebral adquirido en fase crnica en un

    recurso de atencin sociosanitaria. Rev Neurol 2012; 55: 392-8.

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    Perfil del sujeto con dao cerebral adquirido en fase crnica

    familiares de apoyo [5,6]. Debemos destacar al res-pecto las alteraciones de la conducta, una de las se-cuelas ms comunes despus de un dao cerebral, que en la prctica clnica se describe como cambio de personalidad debido a lesin cerebral, segn el Manual diagnstico y estadstico de los trastornos mentales, cuarta edicin revisada (DSM-IV-TR) [7], y que sustituye a la etiqueta anterior de sndrome orgnico de la personalidad (DSM-III) [8].

    Por otro lado, en los ltimos aos diferentes pu-blicaciones muestran la eficacia de los programas de rehabilitacin integral en fases posthospitalarias del DCA, entendida dicha eficacia en trminos de mayor integracin en la comunidad y aumento de empleo [9-14]. Nuestra realidad, sin embargo, se caracteriza, por un lado, por la escasez de recursos para la atencin al DCA en fase posthospitalaria y, por otro, por el dficit de programas de rehabilita-cin en los que la intervencin sea realmente inte-gral (la mayora de recursos se centra en los dficits fsicos y desatiende las alteraciones cognitivo-con-ductuales). Un ejemplo de ello es la falta de recur-sos de formacin e integracin laboral dirigidos a fomentar la mayor reintegracin social de la perso-na con dao cerebral y que son, segn el Informe del Defensor del Pueblo sobre Dao Cerebral So-brevenido (2006), lneas an por desarrollar por los diferentes mbitos institucionales.

    En el ao 2006 se puso en funcionamiento la Unidad de Dao Cerebral Adquirido (UDCA) del Centro de Promocin de la Autonoma Personal de Bergondo (A Corua), perteneciente al Imserso, orientada para sujetos en edad laboral en fase cr-nica. La unidad se plantea como un continuo en la atencin al sujeto con DCA ms all de la atencin hospitalaria, con un enfoque holstico e integral que comporta diferentes requerimientos de interven-cin de carcter sociosanitario y con el objetivo de mejorar su autonoma personal, participacin en la comunidad e integracin profesional.

    Es objetivo de este trabajo conocer las caracte-rsticas clnicas de los usuarios afectos de DCA que llegan a nuestra unidad, as como la existencia de posibilidades reales de intervencin y de participa-cin en un programa de rehabilitacin integral con objetivos de mejora.

    Pacientes y mtodos

    Diseo del estudio y muestra

    Estudio observacional descriptivo de todos los su-jetos admitidos en la UDCA de nuestro centro des-

    de su inauguracin en septiembre del ao 2006 has-ta diciembre de 2010. La recogida de la informacin se ha realizado a partir de los datos recopilados en las historias clnicas efectuadas en el centro.

    Variables

    Se valora la etiologa del dao cerebral (TCE, ACV, anoxia y otros), tiempo de evolucin, edad y sexo, as como la situacin funcional a la admisin a tra-vs de la medida de independencia funcional (MIF) [15]. Se ha considerado la MIF por ser ampliamente utilizada y validada en la literatura cientfica para la valoracin funcional global. As, se ha recogido la puntuacin global al ingreso en nuestro centro, pero no es objeto de este estudio especificar las reas funcionales ms afectadas.

    Se ha valorado y se ha registrado el diagnstico al ingreso de cambio de personalidad debido a enfermedad mdica segn los criterios del DSM-IV-TR [7] (Tabla I). Se han especificado los dife-rentes subtipos (lbil, desinhibido, agresivo, apti-co, paranoide, tipo combinado y no especificado). El diagnstico de esta sintomatologa se basa fun-damentalmente en la recogida de informacin tan-to del usuario como de la familia en la entrevista estructurada inicial, la observacin directa, el re-gistro diario de incidencias e informaciones de los profesionales del centro y la informacin aportada por los familiares en las diferentes entrevistas de seguimiento.

    Del mismo modo, se ha registrado la participa-cin previa en programas de rehabilitacin, dife-renciando aquellos recibidos en recursos pblicos de los recibidos en recursos privados o en asocia-ciones. Para registrar esta variable y por lo que res-

    Tabla I. Criterios diagnsticos de cambio de personalidad debido a en-fermedad mdica.

    Alteracin duradera de la personalidad que representa un cambio de las caractersticas previas del patrn de personalidad del sujeto

    Demostracin, a travs de la historia, de la exploracin fsica o de las pruebas de laboratorio, de que la alteracin es un efecto fisiolgico directo de una enfermedad mdica

    La alteracin no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental (incluyendo otros trastornos mentales debidos a enfermedad mdica)

    La alteracin no aparece exclusivamente en el transcurso de un delirio

    La alteracin causa un malestar clnicamente significativo o deterioro laboral, social o de otras reas importantes de la actividad del individuo

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    S. Rubial-lvarez, et al

    pecta a la rehabilitacin fsica, lo que se recoge es la participacin en terapias fsicas (fisioterapia, logo-pedia y/o terapia ocupacional) en el momento de la admisin en el centro. Las intervenciones de logo-pedia y terapia ocupacional son recursos comparti-dos para terapias fsicas y de neuropsicologa; para este estudio se han incluido en la recogida de datos de participacin en terapias fsicas, al tratarse en este caso de instrumentos coordinados por un m-dico rehabilitador dirigidos a alcanzar objetivos de intervencin en la vertiente fsica.

    En relacin con la rehabilitacin en el rea de neuropsicologa, lo que se ha recogido es la partici-pacin previa en algn tipo de programa de inter-vencin sobre la problemtica cognitiva, conduc-tual y emocional desde el momento del dao cere-bral, aunque no haya sido realizada por un neuro-psiclogo o psiclogo con experiencia en la aten-cin a personas con DCA e independientemente de que ya no la continuasen en el momento de la ad-misin en el centro.

    Esta diferencia en la recogida de datos se debe a que todos los pacientes que acuden a nuestro cen-tro estn en fase crnica y han recibido en fases previas rehabilitacin fsica en alguno de sus com-ponentes (en mayor o menor intensidad y en algn momento de su evolucin), por lo que nuestro inte-rs es recoger la continuidad de dicha rehabilitacin al ingreso. Por el contrario, la participacin en pro-gramas de rehabilitacin neuropsicolgica es mu-cho menos habitual dada la falta de recursos, por lo que nuestro inters se centra precisamente en iden-tificar la existencia de dicha participacin.

    Uno de los objetivos de este trabajo radica en co-nocer la existencia de objetivos de recuperacin clnico-funcional a la admisin en la unidad. En todo programa de rehabilitacin es esencial identi-ficar y establecer unos objetivos que se han de al-canzar que son definidos tras una exhaustiva e indi-vidualizada valoracin clnica atendiendo a mlti-

    ples factores. El establecimiento de dichos objetivos es realizado en nuestro centro por el mdico reha-bilitador y neuropsiclogo, teniendo en cuenta di-versas variables contempladas en publicaciones pre-vias como factores pronsticos [5], entre los que cabe destacar la etiologa del dao cerebral, el tiem-po de evolucin, los tratamientos recibidos previa-mente, la evolucin observada, la colaboracin en tratamientos previos y el perfil de afectacin cogni-tiva o conductual observado. Dada la fase crnica en la que se encuentran nuestros pacientes, resulta de nuestro inters conocer si se han identificado objetivos de mejora y cuantificarlos. Para ello he-mos recogido como variable la existencia de objeti-vos de recuperacin/mejora frente a la inexistencia de estos objetivos, diferenciando la vertiente fsica de la neuropsicolgica.

    De esta manera, se ha constatado la existencia de objetivos de recuperacin fsica cuando se han identificado objetivos de mejora en al menos una de las siguientes reas: capacidad motora (fuerza muscular, manipulacin), equilibrio y marcha, au-tonoma en actividades de la vida diaria bsicas, co-municacin (mejora del trastorno del habla, voz, lenguaje y mejora de las habilidades comunicativas) o reeducacin esfinteriana (disminucin de episo-dios de incontinencia).

    Del mismo modo, se ha valorado la existencia de objetivos en el rea de neuropsicologa. Los objeti-vos generales de esta rea son la disminucin de la incidencia en la vida diaria de las alteraciones de las capacidades cognitivas, las alteraciones emociona-les y los cambios de conducta y personalidad. A modo de ejemplo, en la tabla II se pueden observar algunos objetivos especficos que se podran esta-blecer en personas que tienen dficit en la capaci-dad de orientacin espacial. Se ha diferenciado esta variable en dos modalidades: la primera, aquellos sujetos para los que se establecen objetivos en neu-ropsicologa como eje central de intervencin, y la segunda, para aquellos sujetos en los que se esta-blecen objetivos de neuropsicologa como interven-cin complementaria a las de las reas de rehabili-tacin fsica o capacitacin. La primera modalidad est considerada para aquellos usuarios en los que se establecen objetivos de mejora en alguno de los aspectos cognitivos y conductuales, siendo la sinto-matologa ms discapacitante en su vida diaria.

    Anlisis estadstico

    Se presentan los resultados con frecuencias absolu-tas y porcentajes, dado que todas las variables son medidas categricas.

    Tabla II. Objetivos especficos para dficit de orientacin espacial.

    Mejora de la capacidad de orientacin en el centro (desplazarse en el centro sin necesidad de indicaciones)

    Autonoma para salir en entornos conocidos

    Mejora para orientarse en lugares poco conocidos

    Uso del transporte pblico en itinerarios conocidos

    Uso del transporte pblico en todo tipo de itinerarios

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    Perfil del sujeto con dao cerebral adquirido en fase crnica

    Aspectos ticos y legales

    En todo momento se han mantenido altos niveles de confidencialidad en la recogida y almacenamien-to de datos, cumpliendo la legislacin nacional vi-gente sobre proteccin de datos.

    Resultados

    Sexo

    Se ha identificado a un total de 105 sujetos en el pe-rodo establecido para el estudio, de los cuales 86 (81,9%) son hombres y 19 son mujeres (18,1%).

    Etiologa

    En cuanto a la etiologa del dao cerebral, el TCE es la causa ms comn, y representa el 62,85% de nuestros casos. De todos ellos, el 95,5% se califica como grave segn la escala de coma de Glasgow. La segunda causa en frecuencia son las enfermedades cerebrovasculares, con un 22,82% de los casos. Otro grupo mucho menos habitual se corresponde con el dao cerebral producido como consecuencia de una anoxia cerebral prolongada (5,71% de los ca-sos). Por ltimo, hemos clasificado un cuarto grupo etiolgico donde se recoge un conjunto miscelneo de patologas (tumores, vasculitis...), que represen-ta el 8,57% de los casos.

    Edad

    En relacin con la edad, presentan una edad media de 32,16 aos de edad. El grupo de edad ms fre-cuente es el de 20-30 aos, con un porcentaje del 45,71%. El grupo de edad de 31-40 aos representa el 25,71% de los usuarios y el de 41-50 aos supone el 16,19%. Los pacientes menores de 20 aos y los mayores de 50 aos representan los grupos menos habituales, con un 5,7% y un 6,6%, respectivamente. La edad media de los grupos de las etiologas ms comunes es de 42,12 aos en el grupo de sujetos con ACV y de 28,7 aos en el de sujetos que han padecido un TCE.

    Cambio de personalidad debido a una enfermedad mdica [7]

    Respecto a la sintomatologa conductual, el 54,28% de los sujetos admitidos en la UDCA cumplan cri-terios de cambio de personalidad debido a lesin cerebral. En la figura 1 se pueden observar los por-

    centajes de los diferentes subtipos de cambio de personalidad. Si se considera slo el grupo de etio-loga de TCE, la frecuencia de este diagnstico au-menta hasta el 78,9% (45 sujetos) y el subtipo ms frecuente pasa a ser el de no especificado (44%) se-guido del desinhibido (37%).

    Tiempo de evolucin

    Otro parmetro que se ha medido es el tiempo de evolucin del dao cerebral en el momento de la ad-misin en nuestro centro. La mayor parte de los su-jetos que ingresan en la unidad presenta un dao ce-rebral con menos de cinco aos de evolucin, y su-ponen el 64,76% de los casos; de este porcentaje, el 27,61% ha presentado la lesin en los dos ltimos aos, siempre en fase posthospitalaria. Dentro de este subgrupo hemos identificado a cuatro sujetos con tiempos de evolucin entre 6 y 12 meses, todos ellos con ACV. Por ltimo, cabe sealar que existe un por-centaje no despreciable de sujetos que ingresa con dao cerebral de ms de 10 aos de evolucin (18%).

    Participacin previa en programas de rehabilitacin

    En cuanto a la asistencia a algn tipo de tratamien-to fsico de rehabilitacin a la admisin en nuestro centro, es de destacar que el 54,28% de los pacien-tes todava reciba rehabilitacin fsica en sus reas de procedencia, preferentemente sesiones de fisio-terapia (Fig. 2). De todos ellos, slo el 38,6% reciba dichos tratamientos en centros o recursos sanita-rios pblicos; el resto era recibido en asociaciones y en recursos privados buscados por las familias.

    Figura 1. Frecuencias de los diferentes subtipos del diagnstico de cambio de personalidad debido a le-sin cerebral.

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    S. Rubial-lvarez, et al

    Respecto a los recursos de intervencin en la problemtica cognitiva, conductual y emocional, el 49,52% de los sujetos haba participado en interven-ciones de este tipo. De ellos, el 71% las recibi en recursos privados; en este ltimo destaca el porcen-taje de sujetos que slo haba recibido este tipo de atencin en asociaciones (25%). Por tanto, cabe re-saltar que slo el 29% de los usuarios que ha recibi-do tratamiento en alguna de las problemticas de neuropsicologa lo ha seguido en recursos pblicos.

    Objetivos en rehabilitacin

    A su admisin en la unidad, se han identificado ob-jetivos fsicos de recuperacin clnico-funcional en alguna de las reas ms arriba descritas en el 42,85% de los sujetos. En todos ellos se ha desarrollado un programa de rehabilitacin intensivo adecuado para alcanzar los objetivos marcados. En el resto de los sujetos se han identificado objetivos de mante-nimiento clnico-funcional y de apoyo a otras reas (neuropsicologa y capacitacin), para los cuales se han integrado en diferentes programas de rehabili-tacin de mantenimiento complementarios tanto al rea de neuropsicolgica como a la de formacin especializada.

    En cuanto a los objetivos del campo de la neu-ropsicologa, en el 78,1% de los sujetos los objetivos de esta rea suponan el eje principal de interven-cin en el programa del sujeto frente al 21,9%, en el que eran complementarios a otras reas (rehabilita-cin fsica o capacitacin).

    Medida de independencia funcional

    El ltimo parmetro por evaluar ha sido la situa-cin funcional de los sujetos en el momento de la admisin a travs de la MIF. La puntuacin media

    ha sido de 97,3. El 60,95% de los sujetos presenta una puntuacin entre 81 y 110 puntos.

    Discusin

    El perfil de los sujetos admitidos en nuestra UDCA se corresponde con un varn de edad comprendida entre 20 y 30 aos, que presenta secuelas derivadas de un TCE grave, que ingresa en nuestro centro entre dos y cinco aos despus de su lesin, sin haber recibido previamente intervenciones en el campo de la neuropsicologa y que contina reci-biendo tratamientos de rehabilitacin fsica en el rea de la fisioterapia, fundamentalmente en recur-sos privados.

    La carencia de tratamientos en el rea de la neu-ropsicologa para sujetos afectos de DCA es un he-cho en nuestro pas. El Informe del Defensor del Pueblo sobre Dao Cerebral Sobrevenido en Espa-a publicado en el ao 2006 ya seala en sus con-clusiones el gran vaco en la atencin y rehabilita-cin neuropsicolgica frente a la rehabilitacin ofrecida orientada a los dficits fsicos, as como la escasez de recursos existentes tras el alta hospitala-ria para este tipo de pacientes; todo ello contribuye a la insatisfaccin percibida por las familias afecta-das y a una bsqueda incesante de soluciones.

    Por otro lado, la habitual falta de conciencia de los dficits neuropsicolgicos [16] y las elevadas ex-pectativas de recuperacin fsica, a pesar de los tra-tamientos recibidos y el tiempo transcurrido, son factores que quiz tambin puedan contribuir a que haya un nmero importante de sujetos que conti-ne sesiones privadas de fisioterapia en fases crni-cas. Del mismo modo, estos son factores que po-dran explicar el relativamente escaso porcentaje de sujetos que haba recibido atencin neuropsicolgi-ca antes de su llegada al centro y que contrasta con el elevado porcentaje de sujetos en el que se han es-tablecido objetivos de intervencin de esta rea como eje fundamental de su programa individual de atencin (78,1%).

    En cuanto a los resultados de la frecuencia en la muestra del diagnstico de cambio de conducta debido a lesin cerebral (DSM-IV-TR), se ha ob-servado una prevalencia similar a la encontrada en estudios anteriores [8] si analizamos la totalidad de la muestra. Sin embargo, si analizamos exclusi-vamente el grupo de sujetos con TCE graves (66 sujetos), hallamos una prevalencia significativa-mente superior (78,9% de nuestra muestra frente al 60% de la muestra de Pelegrn-Valero et al). En cuanto a los subtipos del cambio de personalidad,

    Figura 2. Porcentajes de los diferentes tratamientos recibidos del total de sujetos que seguan tratamientos fsicos a la admisin.

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    Perfil del sujeto con dao cerebral adquirido en fase crnica

    destaca la elevada clasificacin del subtipo no es-pecificado (29% en la muestra total y 35,5% en el grupo de TCE), que en la mayora de los casos se caracteriza por la comorbilidad de sntomas con-ductuales que se podran definir como infantiliza-cin de la conducta, pero en los que no destaca un sntoma concreto. Esta inespecificidad se debe pro-bablemente a la gravedad y distribucin difusa de las lesiones cerebrales traumticas [17] y a la ele-vada comorbilidad de los distintos subtipos y la ausencia de una demarcacin clara entre lo normal y patolgico, y entre la personalidad antes y des-pus del traumatismo [8].

    Por ltimo, un aspecto que se debe destacar de los resultados es el alto porcentaje de sujetos con objetivos de recuperacin clnica y funcional en al-gn rea (42,85%), a pesar de que la poblacin ana-lizada se encuentra en fase crnica, posthospitala-ria. En el aspecto fsico, la prdida de habilidades conseguidas en etapas previas, habilidades no po-tenciadas previamente, alteraciones de la situacin clnica por diversas circunstancias as como la re-educacin o mejora funcional de reas considera-das no prioritarias en otros niveles de atencin (esfnteres, alimentacin, etc.) podran ser alguno de los motivos de este elevado porcentaje que po-dra resultar objeto de anlisis en otros trabajos. En esta lnea, ya hay referencias que hablan de la efica-cia de la rehabilitacin en fase crnica, que se pue-de extender durante aos cuando se identifican ob-jetivos claros de trabajo [18]. En el aspecto pura-mente motor, las tcnicas basadas en el entrena-miento orientado a tareas se han mostrado eficaces en esta fase [19-21].

    Bibliografa Castellanos-Pinedo F, Cid-Gala M, Duque P, Ramrez-Moreno 1. JM, Zurdo-Hernndez JM; en nombre del Grupo de Trabajo del Plan de Atencin al Dao Cerebral Sobrevenido de Extremadura. Dao cerebral sobrevenido: propuesta de definicin, criterios diagnsticos y clasificacin. Rev Neurol 2012; 54: 357-66. Bernabeu M, Roig T. La rehabilitacin del traumatismo 2. craneoenceflico: un enfoque interdisciplinar. Barcelona: Fundacin Institut Guttmann; 1999.Defensor del Pueblo. Dao cerebral sobrevenido en Espaa: 3. un acercamiento epidemiolgico y sociosanitario. Madrid: Defensor del Pueblo; 2006.Yates PJ. Psychological adjustment, social enablement 4. and community integration following acquired brain injury. Neuropsychol Rehabil 2003; 13: 291-306.Muoz-Cspedes JM, Fernndez-Guinea S, Pelegrn C. 5.

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    S. Rubial-lvarez, et al

    Clinical profile in subjects with acquired brain injury in chronic phase in a social and health care center

    Introduction. There are few resources for acquired brain injury (ABI) in post-hospitalary phase in our country. At this level of carefulness, Personal Autonomy Promotion Center in Bergondo contemplates like a social and health care resource in order to facilitate community integration in subjects with ABI.

    Aims. To describe clinical profile in the subjects admitted in our unit, and to assess intervention possibilities with clinico-functional recovery goals in the chronic phases in ABI.

    Patients and methods. Sample of 105 subjects admitted in our center until December 2010. 86 men and 19 women, with a mean age of 32.16 years old and a most frequent evolution time of less than 5 years (64.76%). Variables collected were: sex, age, etiology, evolution time, personality changes diagnosis, admission FIM, previous participation in rehabilitation programmes and have recovery goals.

    Results. The main etiology was traumatic brain injury (62.5%). The 54.28% of the subjects was taking physical rehabilitation at the moment of admission, while the 49.52% had participated in neuropsychological interventions. Physical recovery goals were identified in the 42.85% of the subjects and the 78.09% had goals in neuropsychology field.

    Conclusion. The clinical profile observed was young man with sequelae caused by a traumatic brain injury suffered in last five years, who has received poor neuropsychological care and that still takes physiotherapy treatment.

    Key words. Acquired brain injury. Chronic phase. Neuropsychology. Personality disorder. Rehabilitation. Social and health care.