Logros y fracasos de la Latencia como parámetros del diagnóstico clínico

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Logros y fracasos de la Latencia como parámetros del diagnóstico clínico.ALBERTO LASA ZULUETA. Profesor Titular de Psiquiatria Universidad del Pais Vasco. Jefe del Servicio de Psiquiatrla de Niños y Adolescentes. Servicio Vasco de Salud-Osaleidetza (Comarca Uribe-Red de Salud Mental de Vizcaya).RESUMEN:Ala franja de edades durante las cuales transcurre el periodo delatenci. (desdelos 6-7 hasta los 11-12 años) pertenecen la mayoría de niños que consultan en los servicios de salud mental. Se trata por tanto de una etapa del desarrollo importante por la cantidad de intervenciones de diagnóstico y tratamiento que genera. Es también una etapa en la que se consolidan importantes cambios psíquicos que tienen trascendencia en el equilibrio psíquico y la organización de la personalidad posteriores.PALABRAS CLAVE: latencia., diagnóstico clínico, trastorno de la personalidad.

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    Logros y fracasos de La Latencia com oparametres deL d iagn6stico cLin ico*ALBERTO LASA ZULUETA**

    RESUMENAla franja de edades durante las cuales transcurre el periodo de latencia (desde los 6-7 hasta los 11-12 afios) pertenecen la

    mayoria de nifios que consultan en los servicios de salud mental. Se trata por tanto de una etapa del desarrollo importantepor la cantidad de intervenciones de diagn6stico y tratamiento que genera. Es tarnbien una etapa en la que se consolidanimportantes cambios psiquicos que tienen trascendencia en el equilibrio psiquico y la organizaci6n de la personalidad pos-teriores. PALABRAS CLAVE: latencia, diagn6stico dinico, trastorno de la personalidad.

    ABSTRACTSUCCESSESNDFAILURESFLATENCYASCLINICALDIAGNOSTICARAMETERS.he majority of children attended in mental

    heath centres belong to the latency period, that is, they are between 6-7 and 11-12 years of age. This developmental stageis thus relevant due to the high number of diagnostic and treatment interventions it generates. It is also a stage whereimportant psychological changes that have a repercussion on later psychic equilibrium and personality organization areconsolidated. KEY WORDS: latency, intrapsychic changes, diagnostic assessment, personality organization.

    RESUMEXITSI FRACASSOSELALATENCIACOMAPARAMETRESELDIAGNOSTICLINIC.Ala franja d'edats durant les quals transcorre

    el periode de latencia (des dels 6-7 fins als 11-12 anys) pertanyen la majoria de nens que consulten en els serveis de salutmentaL Es tracta per tant d'una etapa del desenvolupament important per la quantitat d'intervencions de diagnostic i trac-tament que genera. Es tambe una etapa en la qual es consoliden importants canvis psiquics que tenen transcendencia enl'equilibri psiquic i l'organitzaci6 de la personalitat posteriors. PARAULES CLAU: latencia, canvis intrapsiquics, avaluaciodiagnostica, organitzaci6 de la personalitat.

    A la franja de edades durante las cuales transcurreel periodo de latencia (desde los 6-7 hasta los 11-12afios) pertenecen la mayoria de nifios que consultan enlos servicios de salud mentaL Se trata por tanto de unaetapa del desarrollo importante por la cantidad de in-tervenciones de diagn6stico y tratamiento que genera.Es tam bien una etapa en la que se consolidan impor-tantes cambios psiquicos que tienen trascendencia enel equilibrio psiquico y la organizaci6n de la persona-lidad posteriores. Ademas, los cambios intrapsiquicosson coetaneos con importantes cambios exteriores

    a los que el nifio debera, 0no podra, adaptarse: ta-reas escolares mas complejas; distanciamiento y au-tonornia progresiva de sus padres; descubrimiento yafrontamiento de nuevas situaciones con sus iguales(juegos sociales y competitivos, situaciones de rivali-dad, repercusion psico16gica y psicopato16gica). Estaapreciacion coincide con los recuerdos de los adultosque suelen rememorar este periodo de su vida -que seextiende durante 4 05 largos e intensos anos- comoel mas significativo y determinante de su pasado, con-siderandolo como "su infancia".

    Recibido : 1 810112010 - Acep ta do : 2 010912010* T ex to a dap ta do d el ta lle r d e tra ba jo re aliza do e n las [ or na da s In te rn ac io na le s B ae tu la e, c ele br ad as e n Bad al on a (E s pa na )el 2 y 3 de oc tu br e d e 2 00 9.** P ro je sor T itu la r d e P siq uiatria U niu ers id ad d el P ais V as co .Jeft d el S erv ic io d e P siq uia tria d e N in os y A do le sc en te s. S er-vicio V as co d e Salud-O sakidetza (C om arca U ribe-R ed de Salud M ental de Bizkaia),Correspondenc ia : ALBERTO. LASAZULUETA@osakidetza .net

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    L og ro s y fra ca so s d e la laten cia como parametres de l d iagnos tico c lf nico

    El terrnino, elegido por Freud, para denominar estafase del crecimiento, alude a dos de sus caracteristicasfundamentales. De un lado a su psicogenesis: la nece-sidad para el nino, tanto por razones educativas comopor la interiorizaci6n que hace de la conveniencia deadoptar ciertas medidas, de atemperar, disimular y ca-muflar sus impulsos pulsionales. En segundo lugar, alcaracter semioculto y discreto de los importantes mo-vimientos psiquicos que acontecen.Tratare de resumir, primero, las caracteristicas fun-

    damentales de estos cambios para describir, despues,las consecuencias clinicas y repercusiones en la or-ganizaci6n de la personalidad que tendra, Dare porsupuesta, por ya conocida yaqui innecesaria, la des-cripci6n de las imprescindibles adquisiciones psiqui-cas anteriores en el desarrollo, que posibilitan y sobrelas que asientan las sofisticadas operaciones mentalesde este trascendental periodo de transici6n hacia lapubertad y la adolescencia, momenta en que nuevasnecesidades de adaptarse, a cambios internos y exter-nos, pondran a prueba la solidez 0 fragilidad psiquicasprevias.Adquisiciones y cam bio s d e la laten ciaEntendiendo que son muchos e importantes, trata-

    re de ordenarlos esquernaticamente describiendo sudoble condici6n de cambios metapsico16gicos, por unlado, y de su correlato con cambios de actitudes y decomportamiento, por su otra cara, la mas visible yob-servable.En cuanto a la nueva d inamic a pu ls ional , a un nivel

    metapsico16gico, se ve condicionada por la necesidadde encauzar las pulsiones sexuales, ahora demasia-do conflictivas y transparentes para quien siente quedebe -0 se ve obligado a- abandonar y camuflar susanteriores y declaradas manifestaciones de amor, exi-gencia y curiosidad edipicas. En consecuencia apare-cen "expresiones libidinales inhibidas" (K. Abraham)caracterizadas por expresar afectos e impulsos, posi-tivos 0 negativos, de manera mas discreta y atempe-rada. Ademas, el espacio y experiencia que aportanlos juegos "sociales" compartidos con compafierosles posibilitan encarrilar y descargar e xpre s iones l ib id i-n ales ya gres iva s "p erm itid as "y re gu la da s por las reglas delpropio juego (que incluyen tanto bromas amorosascomo maniobras y habilidades motoras muy controla-das e incluso descargas de violencia obligatoriamente

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    contenidas y, en caso de no hacerlo, la expulsi6n deljuego).A nivel del comportamiento manifiesto, el interes,

    curiosidad y atractivo anteriores por todo 10 relacio-nado con la curiosidad sexual va a quedar disimula-do por una operaci6n de camuflaje -inconsciente yegosint6nica (formaci6n reactiva)- que transformatotalmente el afecto asociado a esas actividades, ahorarevestidas de ac ti tude s y declaraaones d e pu do r y v erg iie nza ein clu s o a sc o. Las ruidosas, exigentes y aparatosas mani-festaciones de amor-odio del periodo edipico anteriorse uen s us tituida s p or m an ifes ta cio ne s m atizad as de te rn ura yapego.En cuanto a las descargas agresivas impulsivas 0

    inmoderadas, van siendo canalizadas por crec iente s ma-n ife sta cio ne s d e c on tro l m otri;v en gran medida aprendi-das y practicadas en el contexto de juegos reglados ycompartidos que permiten por ejemplo: correr, paraganar, a toda velocidad y frenar justa en ellimite (elpafiuelito); cantar y saltar sincr6nicamente a la vezcon compleja habilidad y con festivo, 0 no tan festi-vo, impetu competitivo (salto a la cuerda-comba y ala goma); lanzar potentemente y al tiempo introducirun complejo gesto de frenado e inversi6n del impulso(peonza 0 trompa); saltar con violencia contenida so-bre la espalda de comparieros, uno de los cuales ejercefunciones de ley reguladora y sancionadora en casode agresi6n excesiva ("chorro, morro ... " 0 "churro,medio mango, mangotero"); juegos deportivos en losque habilidad, empuje y violencia se entremezclanconvenientemente arbitrados (futbol y otros) 0 velo-cidad y moderaci6n habilmente reguladas permiten laemoci6n de la competici6n y el riesgo (bicicleta, pati-nes y otros juegos rodantes).Podrian enumerarse otras muchas actividades y

    juegos que, esencialmente, 10 que proporcionan es laposibilidad de compartir, con placer ludico, y de ex-perimentar y aprender, con esfuerzo, complejas expe-riencias, logros y fracasos, de elevado valor formativo.Dejare abierta aqui la menci6n de si no seria conve-niente reflexionar sobre las posibles consecuenciasde perderse todas estas actividades compartidas tal ycomo les ocurre cada vez mas a quienes permanecencasi todo su tiempo libre en actividades individualescompartidas unicamente en el marco dornestico a so-las con una maquinita programada que permite pocaslibertades creativas.Otro cambio importante, quizas el que mas notan

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    los padres es la mod if ica cio n d e s us in ve stim ie nto s o F! je ta le s.A nivel metapsico16gico, se produce una "disminuci6ndel intenso investimiento anterior ligado a las figurasparentales", que es correlativa con un "aumento pro-gresivo de interes, narcisista, hacia sus propias capaci-dades de autonomia afectiva y de decisi6n". El mayorinteres del nino hacia sus propios logros yactividades,la posibilidad de disfrutar y elegir su espacio ludicoy sus amigos, le libera, parcialmente, de la marcadadependencia anterior hacia sus padres. La cara externade estos cambios se transparenta en las a ctitu des de re-pliegue y a uto nomf a e n b us qu ed a d e u n e sp ac io p e rs on al p ro pio .Al ser mas capaz de entretenerse y de crear sus pro-pios juegos y de buscar el compartirlos con los de susamigos, su interes se desplaza hacia el patio de la escuela yla c alle como lugares de encuentro preferidos. Los pa-dres suelen vivir este cambio como un alivio: "ahoraya empieza a entretenerse por su cuenta".En este nuevo mundo "amigos/juegos/ escuela"

    trans curren nuevas e intensas experiencias compar-tidas de "intimidad sin sexo". En los nuevos juegoscompartidos queda camuflado elmarcado interes por10 sexual que caracterizaba los juegos anteriores (ju-gar "a los medicos" 0 "a papas y mamas") y que sinembargo persiste muy vivo, pero latente. Por eso pue-den pasar de ser "secretos" a ser "publicos", Bastaoir ciertas canciones Iudicas infantiles y observar lasreglas y prohibiciones de ciertos juegos para descubrirsu contenido er6tico, con alusiones disfrazadas de iro-nia, pero muy claras, a la sexualidad, que son mostra-das con un claro componente exhibicionista y festivo.El aspecto de reafirmaci6n narcisista, que el nuevoespacio ludico y social permite y favorece, viene dadopor las repetidas experiencias de competitividad, derivalidades y alianzas, en las que el nino -que ahora yano busca el verse defendido por sus padres "delantede los demas" porque seria visto como signa de de-bilidad- debe "mostrar su caracter" para afrontar exi-tos y fracasos. Las primeras y sucesivas experienciasquedan marcadas con un intenso afecto de "triunfo"o de "humillaci6n" ante sus iguales. Tan intenso queson recordadas toda la vida. Ademas iran marcandola tend encia -y el caracter- del nino para afrontarlas nuevas situaciones con "verguenza" (inferioridade inseguridad) 0 con "fanfarroneria" (prepotencia yarrogancia). Entre ambos extremos, encontrar elbuenterrnino medio -consistente en conocer sus puntosfuertes y debiles y ejercer un sana auto control en la

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    elecci6n de 10que se domina y se tolera y en la renun-cia a 10que puede implicar el riesgo de hacer el ridicu-10- constituye, a mi juicio, una de las tareas esencialesde este periodo. Su exploracion tiene un gran valorclinico porque permite evaluar 10que esta ocurriendocon la construcci6n de un super-yo flexible y protec-tor, elemento fundamental en la evoluci6n de la per-sonalidad.Esta tarea forma parte de los cambios que afectan

    y subyacen en la org anization del y o, que se ve afectadopor el dob1e descubrimiento de dos nuevas y profun-das gratificaciones: el "placer del funcionamiento delyo" (E. Kestemberg) y el "placer del descubrimientode si mismo". Estos terrninos, metapsico16gicos, de-nominan el placer que supone no s610 la capacidadde aprender y desarrollar nuevas habilidades sino de,ademas, disfrutar con ello. Este placer "yoico" de des-cubrirse "capaz de hacer y de disfrutar haciendo" abrela puerta a la capacidad, tambien placentera, de plani-ficar y disefiar su propio proyecto de vida: "10 que yoquiero hacer, tener 0 ser" adquiere ahora un caracterpropio que puede liberarse de proyectos absolutarnen-te marcados por los deseos paternos y maternos. Confrecuencia, en estas edades y en un dialogo franco,surge la cuesti6n del "10 que a mi me gustaria pero amis padres no". Lo que muestra que comienza aqui lacapacidad de ir elaborando s us p ro pi os p ro ye ct os e i lu si on esde fu turo (ideal del yo). Para ella la [lexibilizaaon de lasau to ex igenc ia s s upe ryo icas es, como ya ha quedado dicho,esencial. Si los aspectos punitivos y extrernadarnen-te exigentes de un supery6 sadico y tiranico ("comohagas eso te 1a cargas") predominan, su efecto seraparalizador y el resultado sera la inhibici6n en la ela-boraci6n de nuevas iniciativas y en el inicio de activi-dades encaminadas a ellos. Si, por el contrario, pre-dominan los aspectos protectores de un supery6 mastolerante ("10 que puedes hacer y te convendria mases... ") se abren las posibilidades de desplegar nuevosintentos y de atreverse con el desafio y la intriga de 10desconocido. Recordare aqui que es la interiorizaci6nde los mandatos educativos el componente inicial quefundamenta el supery6 como instancia intrapsiquica.Afiadire tambien aqui que, por eso, 1a influencia enla latencia de otras aportaciones por parte de sustitu-tos parentales -otros adultos admirados e influyentes(maestros) 0 incluso de amigos inteligentes y espabi-lados- puede ser determinante y liberadora. Basta elpunto que, en ciertos casos, puede liberar al nino de

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    esta edad del peso de la pseudoaceptaci6n de proyec-tos impuestos (falso se/f) por el narcisismo 0los sue-nos desmesurados de algunos padres.Tan significativos cambios en la organizaci6n del

    yo se acornpafian de otros, no menos importantes, alnivel mas manifiesto de la aparici6n y desarrollo gra-dual de nuevos comportamientos. Su percepci6n deun nuevo presente alejado de su pasado "mas infantil"da paso a la emergencia de sentimientos de duelo por"la nifiez perdida" (con la correspondiente aparici6nde crisis de quejas y temores regresivos) que antici-pa un movimiento que se repetira mas intensamenteaillegar a la adolescencia. Descubre con nostalgia losprivilegios de proteccidn y mimos que antes recibia y queahora -"que dirian mis amigos"- no puede ya permi-tirse. Este pequefio drama personal " 1 0 que me pierdo, 1 0q ue s alg o g an an do " va tejiendo su intimidad, con las va-cilaciones y el sufrimiento propios de la ambivalencia:"soy yo el que duda, soy yo el que tiene que decidir".En consecuencia, para confrontarse adecuadamentecon las exigencias de su nuevo medio social, en el queya no esta acornpafiado por sus padres, deben sustituirla opci6n anterior: "hare 10 que decidan mis padres".Muchos pensaran al leer estas lineas en las repercu-siones de cierto estilo educative actual, caracterizadopor la presencia y acompafiamiento activo de padresy madres con actitud "participativa" en multiples acti-vidades de sus hijos y que, ademas, consideran que nohacerlo es un abandono de sus hijos y de sus responsa-bilidades. Muchas veces hemos visto que esta preocu-paci6n tiene mas que ver con sus propias experienciasy sentimientos de haberse sentido abandonados en suinfancia; con sus necesidades de confirmar y contem-plar el exito y excelencia "de su hijo" en sus activida-des escolares, sociales 0deportivas; y con rivalidades,reproches y litigios de pareja respecto a sus respectivasdedicaciones a los hijos. Nada de todo ella es anormaly puede ser incluso loable, pero conviene en muchassituaciones clinicas abordar estas cuestiones familiares,para evitar que de lugar ados complicaciones frecuen-tes: la sobreprotecci6n excesiva que dificulta al ninoel poder afrontar situaciones que debe superar por S1mismo y la sobrecarga que supone en sus actividadesel depositar en ellas y en la exigencia de exito "el honorfamiliar" que queda traducido en "tienes que ser elme-jor". Es muy diferente pedir y animar el esfuerzo delnino que exigirle el exito culpandole del sentimientode fracaso familiar si no 10 logra.

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    Afortunadamente las expenenclas de la latencia-que implican compartir y comparar con sus igualessus respectivas opiniones y criticas respecto a sus di-versos padres, madres y situaciones familiares- puedeny suelen ser una fuente de experiencias e informacio-nes que permiten relativizar y desarrollar capacidadesd e c ri ti ca , e incluso ironia, hacia los antes intocables eincuestionables padres. La curiosidad hacia las situa-ciones que aquejan a otros puede generar compasion,tolerancia y comprens ion hacia "los que estan igual0peorque yo" y extenderse tambien hacia su propia familia"tampoco somos tan raros, 0tan tarados, 0tan privi-legiados ... otros 10 son mas aun". Otra consecuenciade sus nuevas capacidades es la aparici6n de proyectosy aspiraciones morales y esteticas, que nos permitentambien un enriquecimiento del dialogo clinico: "quete gustar1a hacer, cambiar. ..en ti, en los demas, en elmundo".En cuanto a las relaciones objetales, ya se ha men-

    cion ado como el alejam iento d e los ob jeto s edip ico s (pro-gresivamente los padres idealizados son confrontadosa los padres reales) y el desplazamiento de su funci6neducativa, normativa y afectiva hacia sus sustitutos,los maestros. Siempre y cuando los padres aceptendelegar en ellos sus funciones, pues de no ser asi losnifios tienen mas dificultad para identificarse con losmaestros cuando son permanentemente descalificadosdesde el medio familiar. La importancia que adquierela figura de los adultos como sustitutos parentales estal que raro es el adulto que, para bien 0para mal, norecuerde la influencia, favorable 0desfavorable, quesobre el ejercieron algunos de sus profesores, perso-najes inolvidables de su infancia ... y bueno es recor-darselo actualmente a los profesores que dudan de sucarisma y su capacidad de influir en sus alumnos.Otro cambio muy significativo es el descubrimiento

    de la riqueza y c om ple jid ad d e la s r ela cio ne s d e amis ta d consus compafieros de juegos, de experiencias y de secre-tos compartidos. Para empezar se les plante a un nue-vo dilema: la posibilidad de elegir y excluir con quienquieren compartir su intimidad. Toda elecci6n implicaa su vez otro problema: a quien dejar excluido 0rele-gado. Un problema practice se plante a con frecuenciaa la hora de elegir compafieros de equipo: 2es masimportante elegir primero al mas amigo 0al mejor?,2c6mo decidir entre ser fiel al amigo 0preferir la po-sibilidad de exito? El grado de imp or ta nc ia d el s ec re ta c om -partido marca la importancia de la amistad. Con ciertas

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    amistades se comparte s610 elbarrio 0 elportal de casa.Con otras se les invita y se les muestra su habitaci6n 0,segun a quien, otras dependencias de la casa. El gradomaximo de amistad 10marca el compartir la compli-cidad en actividades prohibidas. Por ejemplo investi-gar conjuntamente en la habitaci6n de sus padres 0adentrarse en otros espacios de exploraci6n y temasde aprendizaje sancionables. La consecuencia inrne-diata es muy importante: la amistad obliga a guardarlos secretos. La indiscreci6n se transforma en gravefalta de infidelidad y la dis crecion cobra valor de virtudmuy respetada. Podemos preguntarnos -a la vista delas tendencias a favorecer la "extimidad" en nuestrasociedad actual- que consecuencias traera el frecuentey mediatico espectaculo bufonesco de transformar enferia grotesca y chillona la narraci6n, impudica y difa-matoria, de las miserias propias 0 ajenas.Como la elecci6n y la exclusi6n son reciprocas, la

    cuesti6n de que hacer para merecer la preferencia porparte del amigo deseado, obliga a explorar los deseos,cualidades y defectos del otro y a reconocer los pro-pios, 10 que supone todo un ejercicio de empatia yde aceptaci6n tolerante adernas del correspondientesacrificio de la egolatria. Un dato clinico particular-mente relevante a esta edad 10muestra claramente; losnifios con problemas narcisistas tienen serios proble-mas para hacer amigos. La e le cc ui n y e xc lu si on en funciond e! s ex o, "los chicos con los chicos y las chicas con laschicas" es otra caracteristica de la relaciones en la la-ten cia. Pese a la tendencia actual "contra la educaci6nsexista" todavia persisten, aunque cada vez menos,juegos "s610 de chicos" 0 "s610 de chicas". Que laeducaci6n deba ser igualitaria en derechos y deberes-y por tanto en el acceso a cualquier actividad- nadie10discute. En cambio que en esa igualdad convenga, 0no, que se mantengan rasgos diferenciales que perrni-ten identificaciones propias de cada sexo, 0 si se pre-fiere de cada genero, es seguramente cuesti6n que sus-cita muchos desacuerdos psico16gicos e ideo16gicos.En cualquier caso -volviendo a las relaciones propiasde la latencia- es un hecho facilmente observable que,pese a las apariencias de separaci6n radical, los gru-pos masculinos 0 femeninos no dejan de incordiarsemutuamente en actitudes que tienen mas de tentado-ras que de excluyentes (10que una vez mas confirmala potente corriente subterranea de atracci6n er6ticamutua que persiste bajo el "desinteres" 0 el "despre-cio" reciproco que ambos colectivos declaran).

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    Aunque sus protagonistas no 10 sepan, ponen enjuego y transforman diferentes me canismos d e d ef en s a. Eljuego combinado de represi6n (que oculta pero gene-ra una presi6n que empuja ala busqueda de salidas) ysublimaci6n (que crea actividades simb61icas que pro-porcionan una satisfacci6n que motiva al esfuerzo deaprenderlas y practicarlas) permite investir y encon-trar nuevos intereses. El sutil equilibrio entre funci6ndefensiva -que oculta los motivos de angustia de losque quiere protegerse- y funci6n sublimatoria -queper mite liberarse de esta situaci6n descubriendo concuriosidad el interes de nuevos conocimientos y res-puestas- salva el riesgo de la inhibici6n y de la auto-prohibici6n de atreverse a aprendizajes y actividadesdesconocidas.Por si 10 dicho resultara abstracto en exceso, con-

    cretare algunas consecuencias conocidas de estas ope-raciones mentales. La necesidad de reprimir fantasiasagresivas y er6ticas propias de la conflictiva edipicaencontrara diversas salidas. Por ejemplo, las fantasiasde competici6n, rebeli6n, exclusi6n y rechazo encuen-tran salidas simb61icas diversas. La pasi6n repetitiva yperfeccionista por dibujar batallas de guerras de avio-nes y barcos cada cual con artilugios mas potentes yagresivos, 0 por las historias de reyes, reinas y prince-sas encerradas, perdonadas 0 rescatadas suele ser unade ellas. Por algo el dibujo de una familia "imaginaria"es una de las pruebas psico16gicas preferidas por lainformaci6n que aporta. Aun mas transparente es lafascinaci6n universal que les despiertan -aunque sor-prendentemente declaran "no saber porque"- ciertospersonajes de tebeos. Citare algunos ejemplos: la estu-pidez y torpeza er6tica del fuerte (Obelix) y la astuciay habilidad del pequefiito (Asterix) dotados ambos deun ridiculo pero sorprendente apendice en forma deperrito (Idefix); la triunfal alianza de ambos frente ala absoluta incapacidad del opresor romano y la im-potencia de un Cesar de solemnidad risible; la ir6nicapero feroz agresividad de Mortadelo, siempre capazde disfrazarse, hacia su jefe que sufre sisternaticamen-te los ataques involuntarios "[ha sido sin querer, jefe,je je!" de su irreverente subordinado; la complicidadde ambos ante sus superjefes (en clara ilustraci6n dela estructura trigeneracional de la familia). Ya se haescrito mucho sobre las fantasias universales conteni-das en los cuentos "de hadas" pero tambien mereceriaun capitulo propio comentar la riqueza de fantasias-crudamente agresivas y festivamente obscenas- que

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    se filtran en las canciones infantiles que acompafian"inocentemente" cierto juegos con gran desplieguemotriz y sugerentes gestos y movimientos.Subrayare nuevamente que la sublimacion necesita

    de la represion previa de ciertas ideas, que proporcio-na energia psiquica necesaria para desplazar el interesprohibido hacia la lectura 0el dibujo. Es importanterecordarlo ala hora de la tecnica psicoterapeutica in-terpretativa porque revelar inadecuada 0precipitada-mente 10 que debe ser respetado (determinadas fanta-sias preconscientes 0inconscientes) puede bloquear-al forzar formaciones reactivas negativas- su apertu-ra a nuevos intereses. A esta edad, como al amigo, alterapeuta tambien se le exige discrecion y tino.Estas sutilezas mentales tienen tambien su correlato

    en el comportamiento. La alternancia y simultaneidadentre ensefiar y esconder sus intereses; entre permitir-se0prohibirse, comentar 0callar, ciertas curiosidadesy el deseo de extender y controlar sus conocimientos,dan lugar a pasiones tan sorprendentes y tan propiasde esta edad como los innumerables tipos de coleaio-nismo que surgen. Acumular, controlar, organizar ycompletar todo tipo de objetos y de saberes, tiene talatractivo que la cornercializacion de diferente tipo decolecciones se ha convertido en un exito ... y en unaaficion -sobre todo si se trata de coleccionismos li-bremente elegidos como resultado de sublimacionesenriquecedoras- que persiste en la edad adulta.La cons tr uc ci 6n de l caracter e n la la te nc iaEste periodo supone un largo periplo de experiencias

    y emociones contrapuestas. Se pueden experimentar enla misma situacion sensaciones y vivencias tan contra-puestas como la fuerza y la potencia 0la fragilidad y ladebilidad; se puede ensefiar y exhibir sus capacidades 0por el contrario esconder y ocultar con pudor sus limi-taciones; se puede conocer el exito y la presuncion 0elfracaso y la vergiienza; se puede practicar la expulsiony descarga de impulsividad 0disfrutar tambien con laretencion y el control. De todo ello se puede hablaro callar. Para todo ello se puede buscar el contacto 0evitarlo. Y sobre todo ello se va acumulando experien-cia y tomando conciencia. El resultado global es que elnino va recogiendo, en su intimidad y en la discrecion,los elementos que configuran su historia personal y supropla lmagen.Para una perspectiva clinica, conviene aclarar una

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    evidencia: los fenomenos que estamos describiendoson dificilmente accesibles para nifios con un funcio-namiento previo de tipo psicotico, Hablamos de expe-riencias que permiten consolidar un funcionamientoneurotico y que, en cambio, si pueden ser utiles parael diagnostico diferencial y evolutivo de los trastornoslimite de la personalidad. Desde el punto de vista de laorganizacion de su personalidad el paso por la latenciadebera navegar entre dos excesos.Uno =mas frecuente en los tiempos actuales- es el

    de desarrollar mecanismos maniacos, con tendencia aexigirse una imagen megalomanica de si mismo, que lehace esclavo de perseguir un yo ideal inalcanzable pordesmesurado y grandioso. La prepotencia y la arrogan-cia son el precio que pagara para tratar de mantener unaautoestima permanentemente amenazada que le obligaa imponer su superioridad, tratando de abusar de la ti-rania y la imposicion violenta. La impaciencia, la impul-sividad y la discontinuidad marcaran su sintomatologia,relaciones y comportamiento.La segunda posibilidad, en el polo opuesto, es el de-

    sarrollo de una posicion de victimismo e inferioridad,con tendencia permanente a desvalorizarse y a buscarun consuelo imposible en los beneficios de la queja y laimpotencia. La atribucion de la causa de su sufrimientoala maldad ajena suele acornpafiarse del ferreo bloqueode cualquier respuesta agresiva con 10 que su infanciaes un recorrido de pasividad inerme, siempre al bordede la depresion, La inhibicion, la dependencia infantili-zada y el fracaso, con conductas de autosabotaje de susposibilidades, jalonaran su evolucion,Afortunadamente son mayoria las evoluciones que

    evitan ambos extremos. Para ello es necesario que envez de padecer -como en las dos trayectorias que aca-bo de resumir-los efectos demoledores de un superyosadico e intolerante (proyectado en los dernas asi con-vertidos en incapaces a los que hay que someter en lasvariante maniaca y sufrido por el propio sujeto en lavariante depresiva) se vayan viendo los beneficiososefectos de un superyo mas benevolo y comprensivo.La latencia y las relaciones que la acornpafian deb en

    ser una escuela de tolerancia y de humor. El conocer,en el juego y en el aprendizaje, las capacidades y limi-taciones propias y ajenas, permite la aceptacion relaja-da de exitos y fracasos, satisfacciones y frustraciones,alegrias y coleras. El saber que 10 que un dia les pasa asus compafieros, le puede ocurrir manana 0ya le ocu-rrio ayer a el -"hoy por ti manana por mi"- ayuda a

    Psicopatol. salud ment. 2010, 16,21-28

  • 5/16/2018 Logros y fracasos de la Latencia como parmetros del diagnstico clnico

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    tomarse las alegrfas y las desgracias "con deportividad"y sin que afecten a la capacidad de regular su estadode animo y bienestar. El reconocimiento de los deseosambivalentes "puedo amar y odiar a la vez", "quiero yno quiero", "puedo y no puedo" y la aceptaci6n de lasdudas, vacilaciones y arrepentimientos propios yajenosle proporciona una percepci6n mas amable de su viday sus relaciones. Todo ella es 10 que quedaba incluidoen el terrnino de "elaboraci6n depre siva", util deno-minaci6n psicoanalitica kleiniana, a menudo mal com-prendida cuando se piensa err6neamente que alude a ladepresi6n clinica.Si los efectos de esta latencia "apacible" se hacen sen-

    tir -aunque como toda fase del desarrollo tenga obli-gatoriamente sus conflictos- veremos consolidarse: unideal del yo asequible y razonablemente satisfactorio;un enriquecimiento en el encuentro con el otro y unatendencia creciente a aceptar, comprender y tolerar lasdiferencias. Creo poder afirmar que el nino que en lafase de latencia no vaya sumando estas capacidades seraaltamente inquietante en cuanto a su evoluci6n (y nossuele inquietar clinicamente, en particular en 10 refe-rente al equilibrio de su personalidad y de sus estadosde animo).Latencia fallida, pubertad complicadaRecapitulate las aadquisiciones de la latencia, de cuya

    consolidaci6n, fracaso 0diluci6n, dependera el futuropsiquico en la pubertad y la adolescencia.

    - E l de s cubrim ie n to y de sar ro ll o de l p lac er de l/ unc ionami en -to ps iquico.La capacidad de desplazamientos simb6licos permite

    investir el conocimiento y permite la canalizaci6n y vi-talidad permanente de la curiosidad. El descubrir consorpresa nuevos intereses es correlativo de la busquedaactiva de conocimientos y experiencias. Su consolida-cion favorece el desarrollo intelectual, su carencia lainhibici6n mental, el bloqueo de salidas simb6licas y eldesinteres por el aprendizaje.

    - El dominio del equilibria control del placer I placer delcontrol.La obligaci6n (moral y educativa) de frenar y contro-

    lar el placer corporal directo y sus descargas esporadicaso repetitivas (impulsos agresivos, masturbaci6n genital)encuentra una salida en su canalizaci6n hacia actividades

    Psicopatol. salud ment. 2010, 16,21-28

    A lb e rto L as a Z ulu e ta

    que suponen otras satisfacciones corporales autoeroti-cas (placer de dominar su propio cuerpo y de progresaren ello) a las que se afiade la gratificaci6n de 10 ludico(diversi6n, competitividad festiva y amistosa, no exentade agresividad transformada en rivalidad aceptada "ser elmejor jugando a... "). Son fundamentalmente los juegosy habilidades motrices que permiten descubrir 10 diverti-do que es correr, saltar, empujar, golpear e incluso pegar"dentro de los limites" y reglas que los estructuran, regu-Ian y,por tanto, los permiten. Ademas de la canalizaci6nde la excitaci6n corporal tambien la mental, el excesode fantasias conflictivas (principalmente de contenidoagresivo y er6tico), la "masturbaci6n mental", tambiendebe encontrar su acomodo en otras actividades menta-les satisfactorias y repetitivas. El voyeurismo encuentraun placer aceptado en el descubrimiento de lecturas quecamuflan -es decir que ala vez ocultan ymuestran- con-tenidos pulsionales directamente relacionados con lasfantasias reprimidas por el apasionado lector.Si faltan el interes por el juego, el esfuerzo y trabajo

    corporal, la espera del turno y elrespeto del compafieroy la motivaci6n por la lectura -que permite esperar conpaciencia y sorpresa sus interesantes descubrimientos-la via directa abierta a la descarga pulsional impulsiva, ala satisfacci6n inmediata y directa, pese a quien pese y laincapacidad de espera, abre la puerta a los conocidos ycada vez mas frecuentes trastornos del comportamien-to y a la inadaptaci6n escolar primero y social despues(ytiene mucha relaci6n con la hiperactividad y el deficitde atenci6n).

    - L a c ap ac id ad d e s ub lim ac i6 n.Es la resultante de 10 antedicho. La canalizaci6n y

    modulaci6n de la pulsi6n agresiva en habilidades yactividades interesantes y productivas (juego, lectura,dibujo) es la que permite la adaptaci6n y el interes porel mundo escolar y social. .Adernas la transformaci6nde la impulsividad sexual y agresiva en afectos er6ticosindirectos (ternura, nostalgia, pudor) y en contactosfisicos moderados (palmadas 0empujones de saludoo de felicitaci6n por el triunfo individual 0compar-tido) va a modular todo un mundo de sensaciones,vivencias y experiencias marcadas por la amistad y laempatia. El desinteres y la falta de respeto por el otro,el menosprecio de 10 que puede aportar el (010) des-conocido, se instalan como factor condicionante deactitudes de desconfianza y rechazo 0, en los casosmas moderados, de un pasotismo que tambien cierra

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